El ‘Coño Insumiso’ procesiona por Sevilla

La CGT organiza la procesión de la Anarcofradía del Santísimo Coño Insumiso y el Santo Entierro de los Derechos Sociolaborales

La CGT organiza la procesión de la Anarcofradía del Santísimo Coño Insumiso y el Santo Entierro de los Derechos Sociolaborales. // LAURA LEÓN

Pocas horas faltan para que dé comienzo la Semana Santa. El incienso, los monaguillos, las chaquetas. Las hermandades esperan ansiosas, aunque algunas ya se han adelantado. Ayer la Anarcofradía del Santísimo Coño Insumiso y el Santo Entierro de los Derechos Sociolaborales realizó su salida procesional. Sin incienso, sin monaguillos y sin saetas. Pero con reivindicaciones. La Confederación General de Trabajadores (CGT) realizó una original protesta “contra la represión sindical” en la empresa de transportes Damas, con una procesión en la que sacaron a la calle un ‘Coño Insumiso’ vestido de virgen y un ataúd donde se hallaban los derechos sociales y laborales de los trabajadores.

La procesión discurrió desde la sede de la CGT hasta la Estación de Autobuses Plaza de Armas, donde se encuentra la empresa de autobuses Damas en Sevilla, responsable, según explican, de despedir a varias personas de su plantilla “por exigir el cumplimiento” de los derechos laborales básicos. “Hay compañeros que son muy exigentes y reclaman el respeto de las normas de seguridad, y eso a la empresa le molesta”, explicó Lisardo Baena, secretario de Transportes en el sindicato. Ante estas reclamaciones, el secretario aseguró que la empresa “contesta atacando a los compañeros, creando falsas acusaciones o buscando cualquier tipo de argumentos para ponerlos en la calle”.

El sindicato manifiesta que ha sido una movilización de apoyo a la extrabajadora de la empresa Loli Martín por su “despido injusto”. Según Loli, la empresa justifica su despido como “objetivo” por una reestructuración de línea, aunque afirma que “es mentira”. “Desde hace dos años he sufrido una persecución, he sido sancionada en cuatro ocasiones, y como no me pudieron despedir disciplinariamente, pues aprovecharon la reestructuración para decir que ha sido objetivo”, denunció.

Desde 2003 Loli ha sido la única mujer en la plantilla de la empresa.Considera que ha sufrido además de la discriminación sindical, vejaciones personales y tratos homófobos por expresar abiertamente su condición sexual, aunque aclara que “es muy difícil demostrarlo”. La extrabajadora reconoce que, junto a sus compañeros, ha sufrido “una persecución sindical increíble” y enumera sus reivindicaciones sobre las jornadas excesivas de trabajo:  “No podemos conducir más horas de las que marca la ley, porque pone en peligro a los usuarios”. Loli ha denunciado su despido ante el juzgado de lo social y espera su juicio, que se celebrará el próximo día 24 de abril.

“Con la reforma laboral las empresas lo tienen muy fácil para despedir a gente que le son molestos”. En este caso, Loli se refiere a los que reclaman el cumplimiento de la legalidad en la empresa. Asimismo, explica que en tres años y medio han sido despedidos cinco trabajadores del sindicato. “La empresa no quiere a la gente de la CGT. En mi caso, la empresa dice que es un despido objetivo, pero a los tres días contrata a 15 personas para hacer el trabajo que yo realizaba”.

La CGT ha presentado a la Junta de Andalucía un dossier con todos los supuestos incumplimientos legales de Damas. El secretario de Transportes considera que la administración andaluza cuando concede las líneas debería tener en cuenta esas quejas, “y no sólo conceder la línea al mejor postor por cuestión económica”. Explica, también, que la situación es generalizable a todo el sector de transporte por carretera de pasajeros.

El Santísimo Coño Insumiso procesionó para decir abiertamente e irónicamente “hasta donde están” y, sobre todo, que les dejen “hacer lo que quieran” con su ‘vida’ sin tener en cuenta las preferencias sexuales de una persona. Ayer reclamaron derechos y censuraron discriminaciones. Una procesión para “pedir justicia”, como los manifestantes exigieron ayer por las calles de la capital.

El cuerpo como espacio de disidencia

Cuerpos inapropiados contra una sociedad que estandariza y controla, que define lo bello y lo sano.

Lucrecia Masson  Feminista y ­activista.
Es posible pensar el cuerpo como espacio de disidencia? Un cuerpo plagado de órganos, no siempre sanos, no siempre vigorosos, no siempre jóvenes… Nos encontramos ante la necesidad de una revuelta orgánica, en su sentido literal: revolver órganos. Es actualmente una apuesta urgente la de plantearnos una rebelión de los cuerpos.Rebelión que, necesariamente, rechaza la frontera entre el cuerpo normal y el deforme, el cuerpo saludable y enfermo, el cuerpo válido e inválido. Rebelión que debe ser planteada a partir del encuentro, la afinidad y la alianza entre estos cuerpos inapropiados e impropios. De ahí que los sistemas que nos organizan a partir de género, raza, sexualidad, normalidad corporal, salud mental o física, se vuelven edificios que es necesario derribar, y esta acción de derribo nos deberá encontrar juntas, sabiéndonos atravesadas y en constante y compleja intersección.

¿Podemos entonces entender el propio cuerpo como espacio de activación política? Partir de nuestras trayectorias corporales, narrar en primera persona, tanto singular como plural, la historia de nuestra realidad corporal es un desafío al que diferentes activismos empiezan a llamarnos. ¿Podemos pensar en una historia colectiva de nuestros cuerpos? ¿Cuáles son los dispositivos que producen corporalidades inapropiadas? ¿Podemos plantearnos mecanismos para crear nuevos modos de producir cuerpos, de producir deseos, de producir bellezas? ¿Y qué herramientas nos damos para hacer de nuestras vidas un espacio más habitable y feliz?

Me parece importante volver a nombrarme ahora como gorda, nombrarme gorda como estrategia de autoenunciación. Nunca liviana. Y sirva este último adjetivo para que la paradoja dé lugar a la sonrisa. Nombrarse para volvernos visibles. Ocupar el espacio para volvernos visibles. Visibles, desobedientes, disidentes de la norma que nos impone una sociedad que estandariza y controla cuerpos y deseos, que define lo bello y lo sano.

¿Y por qué la necesidad de volvernos visibles? Porque la vista es un aparato de producción corporal, dice valeria flores, y hay modos de mirar que fabrican cuerpos, continúa. Y yo agrego, hay modos de mirar que fabrican deseos y modos de mirar que fabrican bellezas. La apuesta será construir nuevos cuerpos, nuevos deseos, nuevas bellezas.

Ante la pregunta: ¿por qué ser gorda, o vieja, o diversa funcional, o enferma (y la lista podría ser muy larga) me hace estar fuera del estándar de belleza o de normalidad corporal? ¿Qué me hace disidente de la norma? Propongo cambiar esta pregunta por otra, y he aquí el desafío político: ¿bajo qué mecanismos se construye el cuerpo normal?¿Cuánta disciplina de normalización han soportado y soportan nuestros cuerpos? ¿Qué técnicas de domesticación y regimentación nos hacen desear ser normales y atractivas a costa de padecimientos?

Construir un cuerpo extenso

Partimos de dejarnos interpelar por el propio cuerpo. La interpelación por la que apuesto es tanto individual como colectiva. Necesito preguntarme cosas sobre mi cuerpo, sobre el cuerpo de las otras, y construir un cuerpo extenso, un espacio para la acción y reflexión. Me parece fundamental hablar desde nuestras propias carnes. Esas carnes defectuosas, inseguras, miedosas, angustiadas. Nuestras carnes, las que sobran, las que faltan, las que duelen, las que están viejas, las que están enfermas, las que no son funcionales, las que mueren incluso…

De ahí la interdependencia como paradigma que empezar a transitar. Nadie, sea cual sea la corporalidad que encarne, es realmente autosuficiente. Por esto pienso en luchas cómplices y afines. Busco potencias vinculadas y vinculantes. Creo que es necesario y vital encontrarse. Será el encuentro, el lugar de la potencia, el lugar desde donde partir, el lugar de la posibilidad.

Es necesario atentar contra la matriz que nos organiza corporalmente. Desnudar el artefacto que nos construye en tanto cuerpos, en tanto territorios donde se inscriben lecturas. Es necesario desafiar esas lecturas y crear, imaginar, fantasear, inventar nuevos relatos. Hay un gran aparato ficcional que hace que nuestros cuerpos se lean como “generizados” o racializados o viejos, o discapacitados, o gordos, o enfermos.

Pero sí que, si bien no podemos perder de vista el carácter de artificio, hay una realidad que nos atraviesa, que hace de mi vivencia algo bien distinto a la vivencia de otras.Necesitamos narrar en primera persona, tanto la primera persona del singular como la primera persona del plural, la historia de nuestras ­realidades corporales. El argumento de ficción no inhabilita las ideas de trayectoria, de realidad, de experiencia corporal. Esta realidad necesita ser contada, colectivizada. Es necesario recuperar esta experiencia, asumirnos vulnerables y entender que ésta es condición misma del ser, y que no se puede ser sin exponerse, porque no somos sino en interrelación.

Es importante reivindicar estrategias que partan de la vulnerabilidad, de poner en ésta la potencia transformadora. Destrozar el discurso que nos exige ser siempre fuertes y valientes, poderosas, aceptarnos, querernos a nosotras mismas, estar a tono siempre con un mundo que nos reclama indefectiblemente listas y sanas para asumir las tareas de producción y reproducción. Ese mundo de ahí afuera que nos reclama funcionales. Y no pienso en metas, ni en aceptación, ni en gustar, ni en convencer a nadie. Porque no creo en redenciones ni en evoluciones, ni en la barbarie convertida en civilización. Creo en búsquedas, en pasiones y en fricciones agonistas de mis propias carnes que, dadas al encuentro con otras, tienen el enorme potencial de hacer de nuestras existencias un lugar más habitable y feliz, dando lugar a indómitas formas de habitar nuestros cuerpos.

¿Qué es el activismo gordo?

“Una cultura obsesionada con la delgadez femenina no está obsesionada con la belleza de las mujeres. Está obsesionada con la obediencia de éstas. La dieta es el sedante político más potente en la historia de las mujeres”, explica la escritora Naomi Wolf.

Algunos buenos ejemplos de activismo gordo son la revista argentina GordaZine, que lleva años “apropiándose del insulto” o el proyecto de investigación y webCuerposEmpoderados, formado por un grupo de antropólogas en busca “de herramien­tas que nos sirvan a todos esos cuerpos que no tenemos lugar ni físico, ni mental en esta sociedad”.

 

Jane Addams, la luchadora de la visibilidad lésbica que ganó el Nobel de la paz

Jane Addams (1860) fue la mayor de ocho hermanos, primogénita de una familia conservadora del Estado de Illinois, que tuvo claro desde muy temprana edad que su lugar era la academia universitaria y la reflexión científica.Tras lograr que su familia aceptara que estudiara en launiversidad, Jane Addams comenzaría su carrera como médico. Ésta, sin embargo, se vería interrumpida por una enfermedad congénita en la columna vertebral que la obligaría a estar en cama durante largos meses de convalecencia y que haría su vida, en algunos momentos, dramática. En ese mismo periodo de juventud sufre una profunda depresión como resultado de su delicado estado de salud y como consecuencia de la muerte de su padre y del terrible sentimiento de culpabilidad que le provoca el enfrentamiento entre ambos. Probablemente los dos acontecimientos estarían unidos. Viajó durante meses por Europa y, siguiendo sus propios deseos y desafiando las convenciones de la época, rechaza la vida doméstica y familiar en pro de una vida pública intelectual que pondría al servicio de los demás.

Es en este viaje por Europa cuando Jane descubre la Toynbee Hallde Londres,  un centro para personas desfavorecidas que encendería su interés por el trabajo social. Decide, junto a Ellen Starr, abrir por tanto un centro de las mismas características en Chicago, a la que llamarían Hull-House. La idea era establecerse en los distritos industriales de la ciudad y proporcionar cobertura en diversas áreas a la clase trabajadora de Chicago, que carecía de las garantías sociales mínimas: clases para niños y también para adultos, atención sanitaria gratuita para enfermos, una cocina pública, diferentes servicios culturales como una biblioteca, teatro y cine gratis y diversas labores asistenciales hicieron de Hull-House un icono de la cultura social de EE.UU. y un proyecto pionero del trabajo social aplicado.

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Jane Addams

Socióloga, reformista, feminista y escritora, a Jane Addams puede considerársela la madre delTrabajo Social aplicado y una mujer profundamente intelectual. Muy ligada a la Escuela de Chicago y a la institucionalización de la sociología como ciencia, las investigaciones y los avances que la estadounidense impulsó desde su reflexión y su labor asistenciales han sido fundamentales para el desarrollo de la academia occidental y también para el desarrollo legislativo de los Estados Unidos en materia de asistencia e inclusión social. Su contribución mediante una militancia directa y las diversas y numerosas publicaciones que hizo en el campo la relacionan estrechamente con elmovimiento sufragista de los años 20 y la convierten en una figura pública más que relevante. Fue una mujer muy comprometida con los desequilibrios de su tiempo y luchó durante su vida por losderechos de los sectores menos favorecidos, presionando a los sucesivos gobiernos a favor de reformas legislativas por los derechos de la clase trabajadora, la mujer y los niños.

En este sentido, también su vida personal, que llevo con naturalidad y dignidad, primero junto a Ellen Starr, después junto a Mary Rozet Smith durante los más de treinta años que duró su relación y que ellas definieron como matrimonio, fueron armas contra la injusticia y  la invisibilidad de las minorías sexuales o sociales. El papel de Addams por la normalización del lesbianismo en un tiempo no demasiado propicio para ello ha sido uno de los jaques más relevantes a la cultura heteronormativa por parte de un personaje femenino. Su profunda contribución a la sociedad en general provoca que los detalles de su vida personal queden en cierto modo en segundo plano, pero no por ello la hacen menos valorable, sino todo lo contrario. Su particular historia enriquece de forma muy loable lahistoria del lesbianismo social y cultural.

Jane Addams fue la primera mujer que ocupó la presidencia de la Conferencia Nacional de Asistencia Social, la primera mujer en recibir el título honorario de la Universidad de Yale, la primera presidenta del Congreso Nacional de Organizaciones Benéficas, la primera presidenta del Comité Administrativo de Escuelas y presidenta del Congreso Internacional de Mujeres de La Haya y miembro de la prestigiosa Escuela de Chicago, precursora de la sociología académica, entre otros cargos. Como podemos observar, Jane Addams  fue una mujer excepcional. En 1931 recibió el Nobel de la Paz, consagrándose como la segunda mujer en la historia que recibía dicho galardón.

Juicio por lesbianismo en el siglo XVII

'Auto de fe de la Inquisición', óleo de Francisco de Goya de la Academia de Bellas Artes.

‘Auto de fe de la Inquisición’, óleo de Francisco de Goya de la Academia de Bellas Artes.

Un drama digno de un filme o de una novela repleta de crueldad, un amor pasional, verdadero y la larga sombra de la Inquisición. Un título que llama a la ficción, pero que está crudamente anclado en la historia. Las Cañitas, libro del historiador estadounidense Federico Garza Carvajal (Laredo, Texas, 1959), recoge un largo proceso por lesbianismo a principios del siglo XVII entre Valladolid y Salamanca; el peregrinaje y calvario de dos mujeres que se amaron contra todo lo imaginable, que lucharon por estar juntas y se defendieron como pudieron en una época oscura y hostil.

En junio de 1603, Inés de Santa Cruz, una mujer que fue “monja-beata-priora”, y su compañera Catalina Ledesma, resultaron detenidas y juzgadas en Salamanca por “bujarronas” [todos los entrecomillados proceden de la rigurosa transcripción de documentos históricos]. Según el frágil y amarillento legajo de hace más de 400 años, “trataba la una a la otra con un artificio de caña en forma de natura de hombre”. A su manera, Inés y Catalina se inventaron (y fabricaron) una especie de consolador, objeto tan antiguo que la arqueología data algunos con más de 25.000 años. En los tiempos de Las Cañitas, eran muy populares y de diversa factura. La descripción de las relaciones íntimas de las dos mujeres llega a detalles como estos al referirse a Inés: “Con sus manos la abría la natura a la dicha Catalina hasta que derramaba las simientes de su cuerpo en la natura de la otra por lo cual las llamaban Las Cañitas y esto es público y notorio entre las personas que las conocen”. El escribiente no se cortó en detalles: “Había mucho escándalo y murmuraciones en el barrio”. Aquel había sido el punto más sórdido y doloroso de la historia, pero en realidad, la lucha de Inés y Catalina venía de lejos. Como señala Garza Carvajal, “a efectos judiciales no era la primera vez que Catalina e Inés estuvieron detenidas por tener relaciones lésbicas”. Y hay un proceso anterior en Valladolid en 1601 a las mismas mujeres que también ha sido sacado ahora a la luz, como dos siniestros capítulos del mismo drama.

Facsímil de la copia del proceso a Las Cañitas archivo general de simancas

Facsímil de la copia del proceso a Las Cañitas archivo general de simancas

Federico Garza Carvajal (que procede de una familia de judíos sefardíes) encontró en Simancas un tesoro inexplorado: “Hacía tiempo había empezado a investigar sobre la sodomía masculina a partir de que me doctoré en Ámsterdam en 2000. Tardé dos años en la lectura y transcripción del proceso, y primero escribí mi libro en inglés, e hice después un segundo libro en español que se edita primero. A fines del verano saldrá la edición inglesa”. En Simancas está en su caldo de cultivo ideal: “En los archivos españoles hay mucho que buscar, y aunque vivo a caballo entre París y Valladolid, no quiero alejarme de Simancas. También he investigado en archivos de Sevilla, Burgos, Madrid y Toledo. Mi vida está en los archivos y doy gracias a Isabel Aguirre [jefa de la Sala del Lector del Archivo de Simancas], que me ha ayudado mucho. Recuerdo que en 1992 el historiador español Rafael Carranco, que actualmente es catedrático en Montpellier, me orientó hacia Simancas”. Hasta en la Capilla de las Reliquias del Archivo de Valladolid hurgó el investigador en busca de faltantes a su potente relato.

No es posible asegurar que este documento de 142 páginas sea único, pero lo cierto es que, hasta hoy, es la única pieza documental que ha salido a la luz de la historiografía moderna. Sin embargo, como reconoce el propio Garza Carvajal, sí hay un relativamente abundante material en archivos tanto españoles como del resto de Europa de procesos por sodomía masculina: “Creo que es un material de archivo único. Algunos estudiosos han escrito sobre lesbianismo en el siglo XVII, pero fundamentalmente a base de materiales literarios”.

La cuidada edición, que se puede calificar de paleográfica, recoge los tres procesos —dos en Valladolid y uno en Salamanca— que se incoaron contra Inés y Catalina entre los años 1603 y 1606. Desde entonces, el mote de Las Cañitas rozó el mito y se sumergió en la oscuridad. Garza Carvajal rebusca en las biografías de las dos mujeres y las sitúa en el tiempo exacto, las tormentosas circunstancias y vicisitudes que culminaron, después de múltiples apelaciones, con la drástica separación de las dos amantes, que insistieron en reencontrarse. Catalina Ledesma e Inés Santa Cruz fueron azotadas y condenadas al destierro. Años más tarde llegó un perdón real.

Entre las dos mujeres, todos los contrastes de personajes novelescos: una de solvente cuna, la otra de baja extracción. Inés de Santa Cruz, relata Garza Carvajal, tenía incluso influencias familiares en la Real Cancillería de Valladolid, mientras Catalina Ledesma era analfabeta y ejercía como sirvienta, además de estar casada.

El libro, de próxima aparición, es un objeto artesanal muy cuidado con mucho material facsimilar, las tapas en piel grabada y los troqueles que evocan a los antiguos legajos, con un diseño ideado por Daniel Gómez Bonet.

INFOSALUS:Sida.- Sólo el 30% de los estudios sobre VIH analizan variables específicas de las mujeres

PESE A SER UN GRUPO MÁS “VULNERABLE” A LA INFECCIÓN

Actualmente se estima que menos del 30 por ciento de los estudios que se realizan en el mundo sobre VIH analizan variables específicas de la mujer, una cifra “no todo lo amplia que sería deseable”, según los datos presentados en una jornada de trabajo del programa educativo europeo ‘SHE’, que cuenta con el apoyo de Bristol-Myers Squibb (BMS), celebrada recientemente en Madrid.

En Europa el número de mujeres con este virus está aumentando, hasta el punto que hasta uno de cada tres nuevos casos (35%) fue diagnosticado en ellas, unos casos que plantean una serie de retos y necesidades específicas, como reconoce María José Fuster, portavoz de dicho programa en España.

A la hora de contraer la infección la mujer tiene una mayor vulnerabilidad, en primer lugar, por cuestiones biológicas, con un riesgo dos veces mayor de infectarse que un hombre en una relación sexual. Además, también existen diferencias por sexos respecto al comportamiento del virus en sangre o el efecto de la medicación antirretroviral.
Con iguales niveles de marcadores bioquímicos, la mujer es más “vulnerable” y tiene mayor probabilidad de que la enfermedad progrese más rápido y hay algunos efectos secundarios que sufre de manera diferente, dado que los tratamientos están menos estudiados que en los hombres.

“Las mujeres tenemos una composición corporal diferente, lo que influye en la dosis farmacológica y en la seguridad y tolerancia a largo plazo”, ha asegurado la doctora Celia Miralles, especialista del Hospital Xeral Cies de Vigo (Pontevedra), quien lamenta que esto “no se tiene suficientemente en cuenta”.

Asimismo, en ellas también se advierte una mayor preocupación por el impacto de la enfermedad y el tratamiento en el aspecto físico, como por ejemplo la lipodistrofia.
Según esta experta, el componente sociocultural también influye ya que  “cuando las mujeres no cumplen la terapia se debe normalmente a que están más preocupadas por el cuidado de su familia, actúan bajo el miedo al estigma y, en general, les cuesta más acudir a la consulta para hablar sobre ello”, apunta esta experta.

Para evitar esto, el programa SHE cuenta con un programa médico que analiza la situación de las mujeres con VIH, identificando aquellas áreas que precisan más investigación o mejoras en la atención de estas pacientes en términos de cuidados en general y del tratamiento antirretroviral en particular.

DIFERENTE IMPACTO SEGÚN LA ETAPA DE LA VIDA

Entre los elementos clave, incorpora datos actualizados de la situación del VIH en población femenina, abarcando la etapa infantil, la adolescente, la de potencial maternidad, la de menopausia y la edad avanzada, para así poder dar respuesta a cuestiones como qué debe saberse en relación con la terapia anitirretroviral o cómo afecta en las distintas etapas vitales de la mujer en sus elecciones.

Otro aspecto clave del programa es que la intervención se realiza en el ámbito hospitalario, reconociendo que debe haber unidades específicas que lo desarrollen, con la ventaja añadida de que la formación a los sanitarios se hace sobre aspectos que son concretos del tratamiento del VIH en mujeres.
En definitiva, apuntan los impulsores de esta iniciativa, la prioridad del programa es lograr que la mujer con VIH pueda mejorar su calidad de vida, especialmente mediante un diálogo eficaz y abierto con los profesionales sanitarios, aprendiendo también a saber cómo comunicar su condición de infectadas o, si fuera preciso, cómo sacarle el máximo partido a los servicios sanitarios.

“La educación entre iguales tiene la ventaja de que la persona que la transmite es muy parecida a la persona que la recibe, por lo que el transmisor conoce y entiende cuáles son sus miedos y necesidades”, asegura Fuster, ya que “un varón con VIH no conoce la inquietud de una mujer que desea quedarse embarazada o cómo afectan problemas ginecológicos como la menopausia”.

La fiscalía investigará la denegación de un tratamiento de reproducción asistida a una lesbiana en Asturias

Noticia publicada por Xega

Europa PressLa Fiscalía Superior del Principado de Asturias ha abierto diligencias de investigación relativas a la denegación a un tratamiento de reproducción asistida a una mujer lesbiana en Asturias en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), según el escrito del Ministerio Público al que ha tenido acceso Europa Press.

La denunciante Silvia García, vocal del área de lesbianas de Xente Gai LGTB Astur (XEGA) aseguró en su momento que la unidad de reproducción asistida del HUCA le negó el acceso al tratamiento por existir, una “orden verbal” de responsables de la Administración sanitaria.

Según ha narrado en el momento en el que denunció el caso el 25 de abril de 2011, la propia García fue el 18 de abril cuando tenía cita en la Unidad de Reproducción Asistida tras haber realizado todas las pruebas médicas necesarias. Pero una vez allí, el jefe del Servicio le trasladó verbalmente la “orden” recibida de la consejería de Salud y Servicios Sanitarios “de no volver a admitir a ninguna lesbiana, ni a mujeres solas”.

Silvia García ha comentado que el jefe de sección le dijo que había recibido esa instrucción en una reunión que mantuvo con responsables de la Consejería del Principado, concretamente con Amalio Alonso y con Joaquín Arcadio Martínez.

“Me siento violada, humillada y vejada” ha asegurado, en su momento, Silvia García, quien ha señalado que la negativa a darle el tratamiento “ataca frontalmente” su libre decisión y supone una clara discriminación.

Pero Silvia García considera “inconcebible” que la Administración sanitaria haga ese tipo de recomendaciones a una mujer sin pareja, porque además sería algo con importantes “riesgos jurídicos y sanitarios”.

La lesbofobia ataca de nuevo (como siempre)

Artículo publicado en PIKARA MAGAZINE

La escritora transfeminista Itziar Ziga repasa las nuevas y no tan nuevas caras de la lesbofobia, ilustradas con las numerosas agresiones a las que ella y sus amigas se han enfrentado últimamente por no esconderse, por ser una amenaza para la heteronorma

“Ni permiso ni perdón (Nagore Iturrioz)”

“Ni permiso ni perdón (Nagore Iturrioz)”

Hace a penas unos meses, en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme, estábamos unas amigas y yo pasando la tarde alegremente. Embriagadas por las cervezas y por nuestras risas. Algunas de ellas querían ir a un bar que ya no frecuento, ni frecuentaré jamás. A pesar de que la vez anterior que había estado allí con mi novia, sufrimos una agresión muy salvaje de un machorro y nadie nos apoyó, decidí acompañarlas. Supuestamente, ese es un bar guay donde las lesbianas podemos mostrarnos libremente y las mujeres bailar tranquilas. Éramos seis. Entramos, pedimos nuestras bebidas y antes de que nos las sirvieran, ya había un tío revoloteando a nuestro lado e imponiéndonos el contacto con él. Esa tarde estábamos tan contentas que no respondimos a la primera, simplemente, no interactuamos con él. Es decir: le ignoramos.

Se fue poniendo más pesado, invadiendo nuestro círculo, clavándonos su mirada insistentemente y diciéndonos cualquier gilipollez que también he olvidado. Entonces vino una chica que estaba con él, al parecer su novia, y nos soltó: “¿Por qué sois tan bordes con él? Lesbianas de pelo rapado amargadas que no folláis” Ahí sí que respondimos, verbalmente. No merece la pena entrar en más detalles, pero las gafas de sol de una de mis amigas terminaron en el suelo aplastadas por él, o por ella, no recuerdo. Ese fue el primer asalto físico contra nosotras. Acabamos pegándonos en la calle con ellos dos, con otra pareja hetera amiga de ellos y con todo el barrio contra nosotras. Ellos y ellas tenían un aspecto de modernillos que no delataba para nada su enfermiza lesbofobia. Y ninguna de nosotras llevamos el pelo rapado, al menos toda la cabeza.

Siento comenzar este artículo con tal mal rollo, pero así muchas veces es nuestra vida. No nos perdonan que no acatemos el heterodestino, que no tengamos un maromo, o simplemente un chico, a nuestro lado. Cuando nos agreden y respondemos, siempre somos nosotras las violentas porque, como disidentes, defendernos no nos está autorizado. Tenemos que seguir pagando por nuestra herejía lésbica. Y, sobre todo, por no escondernos, armarizarnos. Por ser visibles. ¿Creíais que esto ya no pasaba? Vivimos tiempos complicados.

Por un lado, es probablemente el mejor contexto social para la diversidad sexual que se haya dado jamás. Ganado a pulso por el movimiento feminista y lesbianista. Sin duda. No nos han regalado nada. Y, como siempre, la bestia ha reaccionado contra esa amenaza que, por el simple hecho de existir como bolleras, suponemos para su modelo hegemónico heteronormativo, en el que se sustentan el patriarcado y el capitalismo. Este es un repaso a las nuevas, y no tan nuevas, caras de la lesbofobia. Porque chicas, hermanas, la guerra continúa. Eso sí, nosotras siempre nos lo pasamos mejor.

Como decía, a mayor visibilidad, mayor posibilidad de existir plenamente. Aunque también aumenta nuestra vulnerabilidad porque, por mucho que nosotras hayamos cambiado, el contexto social en el que no tenemos otro maldito remedio que vivir, no cambia ni cambiará de la noche a la mañana. Igual que los crímenes de los machos contra quienes ellos consideran sus mujeres se agravan cuando ellas descubren (repito, gracias al desafío y al trabajo feminista) que no tienen porque ser sus esclavas, ahora mismo se está dando una reacción contra esa posibilidad de existir que nos hemos ganado. Sólo hay que recordar esas miles de familias patriarcalmente legitimadas que salieron a las calles con banderas españolas a exigir que sigan siendo ellos los únicos permitidos. Quienes jamás se manifiestan en las calles por nada, ya que las reglas del juego les favorecen (o eso creen), salieron en masa para que nosotras (maricas, bolleras y trans) no empezáramos a tener ni un solo derecho.

Nos odian porque les recordamos que sus miserias de vínculos heteropatriarcales son evitables. Nos odian para no tener que pensar en si el modelo jerárquico, misógino, sexófobo y triste de vida que les impusieron y acataron merece la pena ser vivido. Y en esto no se diferencian en nada los foros de la (heterofascista)familia y las dos parejas que nos agredieron aquella tarde. Cualquiera de las dos chicas tenía más pinta de bollera que yo. Y de los chicos, ni hablemos. Una vez escuche a la Laura Bugalho (aguerrida sindicalista galega trans bollera y amiga): Nos odian porque les jodemos.

Cuando María y yo salimos a la calle juntas, el acoso de los machorros es incesante. Las dos tenemos bastante pinta de putas. Y cuando ven que somos novias, que existe un vínculo sexual entre nosotras, enloquecen. Claro que afortunadamente hay días en que la gente desconocida con la que nos topamos nos ignora, incluso nos sonríe. A veces algunas veces le da a una por creer en la maldita humanidad.

La siquiatría decimonónica apuntaló que las lesbianas somos potencialmente asesinas porque el delicado equilibrio de la mente femenina se fragmenta en nosotras al desarrollar deseo sexual por otras mujeres y, sobre todo, al negarnos a tener un hombre al lado que nos controle. ¿Os parece obsoleto y ridículo este diagnóstico? Pues perdura y cala bastante más de lo creemos. ¿Qué pasó con Dolores Vázquez y qué factor de su vida hizo que ingresará en prisión por asesinar a la hija de su exnovia cuando ni una sola prueba le inculpaba? Era una lesbiana evidente y reconocida.

Hace unos meses, una amiga que estaba en prisión fue llamada por la trabajadora social de la cárcel. Estaba pendiente de conseguir el tercer grado pero la amable funcionaria le advirtió que ella se opondría. Le dijo que había rastreado su blog y los de sus amigas (nosotras), que éramos una panda de lesbianas, que nuestra vida era pura promiscuidad y drogadicción. Y que iba a presentarla en su informe como una sociópata. Hay que decir que mi amiga, a demás de bollera y golfa, era siniestra. Durante unos meses controlamos contenidos en nuestros blogs para no perjudicarla, pero ya no importa. Mi amiga logró el tercer grado pero se suicidó justo hace dos meses. Sin matar a nadie.

También otras amigas abiertamente bolleras (Medeak) fueron hace poco criminalizadas por los contenidos de su blog. Y condenadas a pagar una multa a un baboso que les había agredido en un bar porque ellas respondieron tan agresivamente como él las atacó primero. En el juicio se las retrato como una panda de lesbianas resentidas que salen por la noche a pegar a hombres. Como siempre, la autodefensa en las mujeres se lee socialmente como violencia. Y otro día tuvimos que salir cuatro amigas de un bar porque todo un grupo de tíos, al comprobar que no les hacíamos ni caso, nos fueron molestando y agrediendo físicamente hasta que nos fuimos. Nos escupieron la bebida a los ojos para cegarnos (yo perdí la visión durante unos minutos rodeada de agresivos machorros) y nos dijeron que “íbamos de sobradas” porque no quisimos hablar con ellos ni fingir que nos interesaban sexualmente. En cuanto vieron a dos de mis amigas besarse, se volvieron locos. Eso sí, nosotras respondimos.

También en algunas redes queer se nos ha acusado de ser violentas porque hablamos alto y de insistir en nuestro lesbianismo. Parece que en según que sectores de lucha no binaria, que juegan a la desfachatez política e insultan la inteligencia de Judith Butler o Beto Preciado al invisibilizar la dominación machista, molesta nuestra identidad bollera. Ese: a mí no me gustan las etiquetas. Como si fuéramos globos de helio. Vamos, no me jodas. Artista puede ser una etiqueta, punk puede ser una etiqueta, rubia puede ser una etiqueta, borracha puede ser una etiqueta. Bollera es una enunciación vital históricamente masacrada y oprimida desde la que muchas mujeres tenemos una posibilidad de existir sin autoboikotearnos ni doblegarnos.

En este sentido, cada vez necesito más por la vena el discurso lesbianista de las MDMA. “Cuando hablamos como bolleras radicales (asumiendo que somos multiidentitarias), nuestro único intento es poder utilizar nuestra práctica política como un instrumento importante contra el heteropatriarcado… Uno más entre las millones de estrategias antipatriarcales adoptadas desde la individualidad o desde la colectividad, y que no es mejor ni peor que el resto. Pero que sí ha sido invisibilizado por el esencialismo feminista, el movimiento LGTB y su capital rosa y esperemos que no por el movimiento trans.” Hablamos de identidades estratégicas y sobre todo, de no tener que justificarnos políticamente porque otros nunca han tenido que hacerlo.

Las feministas ya hemos comprendido con el tiempo que jerarquizar luchas no sólo prioriza a menudo a quienes más legitimidad social tienen, sino que además no nos lleva a ningún lado. No podemos ser tan estúpidas de actuar como si maricas y bolleras ya hubiéramos alcanzado una posibilidad de existir sin marcha atrás y ahora llega la hora de las y los trans. Además, no puedo con esos irritantes antagonismos victimarios en plan “yo estoy peor que tú, yo sufro más discriminación. La historia no es una línea ascendente y la palabra progreso miente. Hay que seguir identificando y combatiendo las nuevas (y no tan nuevas) estrategias de la lesbofobia y de la homofobia. Sin olvidar nunca, además, que todos los odios hegemónicos entorno al género se sustentan en la misoginia o en la fobia a lo femenino. (Igual que todos los odios hegemónicos entorno a la raza se blanden desde el supremacismo blanco).

Seguir aprendiendo a defendernos unas a otras. A generar espacios de seguridad y gozo colectivos. A minimizar el inmenso daño que recibimos cuando respondemos a su violencia. A no cuestionarnos unas a otras y empatizar políticamente. A no reprocharnos a nosotras mismas las alianzas que elegimos y tampoco las que no elegimos. A pedirle aliento y protección divinas a Sylvia Rivera, aquella travesti puta portorriqueña yonky sintecho guerrera y activista siempre que lanzó un tacón contra la policía el 28 de junio de 1969 en la puerta del bar Stonewall en Nueva York. Y a celebrarnos cada día no sólo por resistir y plantar cara al enemigo heterodominador, sino también por disfrutar cada minuto de estas vidas que son más nuestras porque nos las hemos ganado a pulso.

Si te quedas con ganas de más Itziar Ziga, pásate por su blog, Hasta la limusina siempre

 

Entrevista a Nanina Santos: “Hay que seguir desmontando al patriarcado”

Publicado en Ameco Press

La docente gallega critica lo que considera “extravíos” del feminismo y mantiene su apuesta por la libertad

Nanina Santos

Madrid, 1 mar. 11, AmecoPress. El feminismo fue resultado de las conciencias de las jóvenes que no estaban dispuestas a asumir el rol que habían desempeñado sus madres. Esta conciencia nace a finales de los 60 y Nanina Santos estuvo involucrada en aquella lucha. Recientemente, ha colaborado con la Fundación ‘Galiza Sempre’ en la publicación de un libro que recoge panfletos y manifiestos del movimiento feminista gallego entre 1975 y 2003. Desde la Asociación Gallega de la Mujer hasta la Marcha Mundial de las Mujeres, el libro deja constancia de las principales campañas impulsadas en nuestro país por el movimiento social a favor de los derechos de las mujeres, con un énfasis especial en los años de construcción del movimiento en las décadas 70 y 80.

¿Qué criterio habéis seguido a la hora de seleccionar esos “Veintidós documentos del feminismo gallego”?

Yo no he hecho la selección de documentos ni los textos introductorios a cada uno de los apartados ni…. Les he aportado documentos, he sugerido cosas y propuesto correcciones en cuestiones que no estaban bien afinadas, o matices…

– ¿Alguna anécdota preferida del periodo inicial en la aventura de ser feminista?

El descubrimiento de las mujeres: su valía, entusiasmo, iniciativa, intrepidez, valentía. El miedo de la izquierda a que dividiéramos “el pueblo”, “la nación”, “la clase obrera” y las críticas que nos dirigían. El pasmo de los segmentos sociales que nos veían y oían.

Hay “feminismos”

– ¿Ha cambiado mucho el Feminismo desde entonces? ¿Cuáles han sido los cambios más significativos?

La sociedad ha cambiado mucho, el reconocimiento en las leyes de derechos y libertades que afectan a las mujeres; la presencia de mujeres en todos los ámbitos de la vida pública y en puestos relevantes de la cultura, la política, la economía, la ciencia así como el avance de los varones en los cuidados paternales, faenas domésticas.

Y… la conciencia de las mujeres, muchos de sus deseos o las prioridades de los mismos. Ya no es la mujer sometida al varón (del padre al marido), sin sexualidad, trabajando hasta el momento del matrimonio, etc, etc.

El feminismo, en lógica consonancia ha cambiado. Se ha extendido y diversificado. Se ha concentrado en la igualdad (relegando a un segundo plano la libertad, por ejemplo) y se ha volcado, en exceso, en la violencia en el ámbito de la pareja-ex pareja. (Nanina aclara: No es que la cuestión no sea bien importante y merezca estos y otros esfuerzos, pero no es lo único. Concentrar en algo para señalar, unir esfuerzos, poner en foco es útil, pero tiene peligros. La experiencia del feminismo de finales del XIX y comienzos del XX al centrar todo en la conquista del voto debía servir de reflexión)

También (el feminismo) ha perdido mordiente. Un sector amplio del feminismo tiene una voz más potente porque emite desde las instituciones u organizaciones prestadoras de servicios y/o subvencionadas. Esta es la que se considera “voz oficial” del feminismo y al que los medios de comunicación atienden prioritaria, mayoritaria y muchas veces exclusivamente.

Otras voces feministas no comparten aspectos muy relevantes de la cuestión femenina con ese llamado feminismo oficial y sin embargo su “entrada en los medios de comunicación” es pequeña o pequeñísima, apenas perceptible siendo ya pequeña la otra también.

Así, temas como la pornografía, publicidad, prostitución, transgenerismo, sexualidad o el “central” violencia de género en los que parece que el feminismo tiene una voz y una posición y no es así en absoluto. Hay diferencias de sustancia en algunos de estos temas. Seria interesantísimo que esto asomase con naturalidad. No como división del feminismo sino como su riqueza, su diversidad, sus matices, diferencias e incluso antagonismos en esta o aquella cuestión. Hay más feminismo que uno, por así decirlo. Hay feminismos.

– Has dicho que hoy, a veces, el Feminismo se muestra como “institucional, anquilosado y repetitivo, penalista y victimario, además de puritano y censor”, así que no es de extrañar que no enganche mucho con la gente más joven. ¿Por qué?

Lo de institucional ya lo he explicado. Sí que se repiten consignas de hace 20 años o que nada ha cambiado y explicaciones muy maniqueas y simplistas sobre los hombres y las mujeres (esto aleja mucho a jóvenes que no perciben las cosas así para nada).

Lo de penalista y victimario es de las cuestiones que me preocupan desde hace tiempo. Hay sectores del feminismo, que insisten, una vez y otra, que la solución a este problema o a aquel es más castigo, más condena, endurecimiento de leyes… convirtiendo temas sociales en temas penales. Me preocupa este extravío del feminismo.

En relación al victimismo, idea que se extiende como mancha de aceite de que somos víctimas de….y necesitamos, por lo tanto, la protección y tutela de papá estado. Nos devuelve al estadio infantil de personas incapaces y contra el que tanto luchamos. Del padre al marido pero no para ir ahora a la protección del estado.

Mujeres que necesiten protección puntual, habrán de tenerla y las administraciones pertinentes tendrán que otorgársela y efectiva. Mujer víctima de este o aquel delito, pues víctima, pero no somos víctimas por el hecho de ser mujeres y es un papel horroroso que nos invalida y no nos estimula a pelear libertades y libertad y otorga a otros –quienquiera que sean- la posibilidad de decidir por nosotras. Por ejemplo, que tenemos que denunciar. Oiga, será si la mujer quiere que nadie mejor que ella sabe lo que le conviene. Que no somos tontas ni estúpidas. También con la prostitución o la trata, todas víctimas y ninguna decide y hay que redimirlas y rescatarlas. Tema complejo y no quisiera simplificarlo pero aquí, así, tan rápido…

Lo de puritano y censor se ha visto muchísimo en cuestiones como publicidad, pornografía, prostitución. Con cosas muy concretas y bien preocupantes. Forma parte de ese extravío del que antes hablaba.

– ¿Qué postura habría de tomar el movimiento feminista, las personas que se sienten feministas, en la situación de crisis generalizada que estamos viviendo (no sólo crisis económica)?

Yo no tengo recetas. Creo que hay mucho que defender y pelear. La crisis afecta más y muchísimo más a la gente en situaciones vulnerables: contratos precarios, paro, pensiones pequeñas, sin papeles. Aquí la presencia de las mujeres es alta. Más alta que la de varones.

Los trabajos poco o mal reglados, aprovecharán la situación para apretar las tuercas a las trabajadoras: servicio doméstico, economías sumergidas, servicios sexuales, campesinas no asalariadas.

Los adelgazamientos presupuestarios en las políticas de bienestar, asistencia social e igualdad, enseñanza y sanidad. Y siguen las diferencias salariales, que son gruesas y no están aquí por la crisis. Viene de antes.

Otros “problemillas” que no son moco de pavo: “el techo de cristal” que llamamos de modo quizá poco atinado. Por ejemplo, estuvimos haciendo esta segunda edición del MUFEST y las directoras de cines, documentales, cortometrajes hablan de la presencia interminable de varones y de su invisibilización.

Nadie quiere aludir al machismo imperante pero los datos están ahí. Debemos unirnos, pelear (los modos de la pelea pueden ser imaginativos y diversos) ayudarnos, hacer menos loas de las instituciones y sus logros y exigir cumplimiento de leyes, denunciar injusticias, criticar y aguijonear a esos machos celtibéricos que ejercen de columnistas y tertulianos diciendo unas lindezas que vaya… Hay que seguir desmontando al patriarcado. Está enraizadísimo y es bueno para la sociedad la riqueza que aportamos.

Violencia de género

– Las cifras de la violencia de género son espeluznantes. ¿Qué puede sumar al debate, a veces genuino y fructífero y otras no tanto, que este tema genera? ¿Qué hacer?

Las cifras son terribles. Y vamos a seguir conviviendo con este drama por bastante tiempo. Hay que decirlo y no más vueltas de tuerca cada vez que hay un nuevo caso…

Hay que cambiar la formación y educación de niños y niñas en casa, en la calle, en la enseñanza y en los medios de comunicación. La publicidad también. Siguen sin invertirse los dineros prometidos en la Ley Integral. No se ha puesto un euro en los centros educativos.

La violencia no sólo nace de la desigualdad. Hay más cosas. Es tema de calado y se está simplificando extraordinariamente. La violencia se aprende pero… ¿Dónde y cómo se aprende? ¿No la enseñamos los adultos a la gente pequeña desde temprana edad? ¿No es “la ley del más fuerte”, algo que se estila muchísimo, ahí ese espejo que es la política internacional, por ejemplo? La hipocresía. Se dice una cosa y se hace otra.

Las crianzas, aprenden básicamente del ejemplo y por el ejemplo, en la familia y en la escuela principalmente. Y luego está esta sociedad desquiciada en la que sobrevivimos y en la que nos vamos desquiciando. Pero de todo ello no queremos hablar. Sólo de tíos desmadrados, celosos, posesivos, machistas y asesinos

Algunas experiencias de trabajo con adolescentes y jóvenes “por los buenos tratos” -Acción en Red de Andalucía y Canarias- me parecen admirables y dignas de prestarles atención. Iniciativas de este tipo sí son relevantes. Además, me parece importante no vincular los apoyos legales y recursos de todo tipo a las mujeres en situación de maltrato de media y alta intensidad a la obligatoriedad de la denuncia. Esta cuestión nadie mejor que la mujer para valorar pros y contras. Además la denuncia no es la panacea. Sólo se dice, “denuncia”, pero luego no se habla de lo que viene después…

¿Cuáles han sido los logros del Feminismo?

En primer lugar, cambiar la idea que las mujeres tenían de si mismas como seres secundarios y no valiosos, de los que hablaban ellos. Convertirse en sujeto social, capaces de hablar en nombre propio. Hay por hacer pero ¡caramba que han cambiado las cosas!

También el feminismo ha conquistado derechos y libertades, a pesar de que siga habiendo faena. Por último, ha sido capaz de retar a la sociedad con la crítica feminista en todos los ámbitos de la organización social, la filosofía, la ciencia…y desde luego cuestionar qué es ser hombre y qué ser mujer y el modo en que se nos hace mujeres y hombres (el género). Tal vez esto requiera ánimos renovados, impulsos nuevos y energías generosas. Algunas ya están llegando de la “resistencia trans” y son muy valiosas.

Fotos archivo AmecoPress