Entrevista a Nanina Santos: “Hay que seguir desmontando al patriarcado”

Publicado en Ameco Press

La docente gallega critica lo que considera “extravíos” del feminismo y mantiene su apuesta por la libertad

Nanina Santos

Madrid, 1 mar. 11, AmecoPress. El feminismo fue resultado de las conciencias de las jóvenes que no estaban dispuestas a asumir el rol que habían desempeñado sus madres. Esta conciencia nace a finales de los 60 y Nanina Santos estuvo involucrada en aquella lucha. Recientemente, ha colaborado con la Fundación ‘Galiza Sempre’ en la publicación de un libro que recoge panfletos y manifiestos del movimiento feminista gallego entre 1975 y 2003. Desde la Asociación Gallega de la Mujer hasta la Marcha Mundial de las Mujeres, el libro deja constancia de las principales campañas impulsadas en nuestro país por el movimiento social a favor de los derechos de las mujeres, con un énfasis especial en los años de construcción del movimiento en las décadas 70 y 80.

¿Qué criterio habéis seguido a la hora de seleccionar esos “Veintidós documentos del feminismo gallego”?

Yo no he hecho la selección de documentos ni los textos introductorios a cada uno de los apartados ni…. Les he aportado documentos, he sugerido cosas y propuesto correcciones en cuestiones que no estaban bien afinadas, o matices…

– ¿Alguna anécdota preferida del periodo inicial en la aventura de ser feminista?

El descubrimiento de las mujeres: su valía, entusiasmo, iniciativa, intrepidez, valentía. El miedo de la izquierda a que dividiéramos “el pueblo”, “la nación”, “la clase obrera” y las críticas que nos dirigían. El pasmo de los segmentos sociales que nos veían y oían.

Hay “feminismos”

– ¿Ha cambiado mucho el Feminismo desde entonces? ¿Cuáles han sido los cambios más significativos?

La sociedad ha cambiado mucho, el reconocimiento en las leyes de derechos y libertades que afectan a las mujeres; la presencia de mujeres en todos los ámbitos de la vida pública y en puestos relevantes de la cultura, la política, la economía, la ciencia así como el avance de los varones en los cuidados paternales, faenas domésticas.

Y… la conciencia de las mujeres, muchos de sus deseos o las prioridades de los mismos. Ya no es la mujer sometida al varón (del padre al marido), sin sexualidad, trabajando hasta el momento del matrimonio, etc, etc.

El feminismo, en lógica consonancia ha cambiado. Se ha extendido y diversificado. Se ha concentrado en la igualdad (relegando a un segundo plano la libertad, por ejemplo) y se ha volcado, en exceso, en la violencia en el ámbito de la pareja-ex pareja. (Nanina aclara: No es que la cuestión no sea bien importante y merezca estos y otros esfuerzos, pero no es lo único. Concentrar en algo para señalar, unir esfuerzos, poner en foco es útil, pero tiene peligros. La experiencia del feminismo de finales del XIX y comienzos del XX al centrar todo en la conquista del voto debía servir de reflexión)

También (el feminismo) ha perdido mordiente. Un sector amplio del feminismo tiene una voz más potente porque emite desde las instituciones u organizaciones prestadoras de servicios y/o subvencionadas. Esta es la que se considera “voz oficial” del feminismo y al que los medios de comunicación atienden prioritaria, mayoritaria y muchas veces exclusivamente.

Otras voces feministas no comparten aspectos muy relevantes de la cuestión femenina con ese llamado feminismo oficial y sin embargo su “entrada en los medios de comunicación” es pequeña o pequeñísima, apenas perceptible siendo ya pequeña la otra también.

Así, temas como la pornografía, publicidad, prostitución, transgenerismo, sexualidad o el “central” violencia de género en los que parece que el feminismo tiene una voz y una posición y no es así en absoluto. Hay diferencias de sustancia en algunos de estos temas. Seria interesantísimo que esto asomase con naturalidad. No como división del feminismo sino como su riqueza, su diversidad, sus matices, diferencias e incluso antagonismos en esta o aquella cuestión. Hay más feminismo que uno, por así decirlo. Hay feminismos.

– Has dicho que hoy, a veces, el Feminismo se muestra como “institucional, anquilosado y repetitivo, penalista y victimario, además de puritano y censor”, así que no es de extrañar que no enganche mucho con la gente más joven. ¿Por qué?

Lo de institucional ya lo he explicado. Sí que se repiten consignas de hace 20 años o que nada ha cambiado y explicaciones muy maniqueas y simplistas sobre los hombres y las mujeres (esto aleja mucho a jóvenes que no perciben las cosas así para nada).

Lo de penalista y victimario es de las cuestiones que me preocupan desde hace tiempo. Hay sectores del feminismo, que insisten, una vez y otra, que la solución a este problema o a aquel es más castigo, más condena, endurecimiento de leyes… convirtiendo temas sociales en temas penales. Me preocupa este extravío del feminismo.

En relación al victimismo, idea que se extiende como mancha de aceite de que somos víctimas de….y necesitamos, por lo tanto, la protección y tutela de papá estado. Nos devuelve al estadio infantil de personas incapaces y contra el que tanto luchamos. Del padre al marido pero no para ir ahora a la protección del estado.

Mujeres que necesiten protección puntual, habrán de tenerla y las administraciones pertinentes tendrán que otorgársela y efectiva. Mujer víctima de este o aquel delito, pues víctima, pero no somos víctimas por el hecho de ser mujeres y es un papel horroroso que nos invalida y no nos estimula a pelear libertades y libertad y otorga a otros –quienquiera que sean- la posibilidad de decidir por nosotras. Por ejemplo, que tenemos que denunciar. Oiga, será si la mujer quiere que nadie mejor que ella sabe lo que le conviene. Que no somos tontas ni estúpidas. También con la prostitución o la trata, todas víctimas y ninguna decide y hay que redimirlas y rescatarlas. Tema complejo y no quisiera simplificarlo pero aquí, así, tan rápido…

Lo de puritano y censor se ha visto muchísimo en cuestiones como publicidad, pornografía, prostitución. Con cosas muy concretas y bien preocupantes. Forma parte de ese extravío del que antes hablaba.

– ¿Qué postura habría de tomar el movimiento feminista, las personas que se sienten feministas, en la situación de crisis generalizada que estamos viviendo (no sólo crisis económica)?

Yo no tengo recetas. Creo que hay mucho que defender y pelear. La crisis afecta más y muchísimo más a la gente en situaciones vulnerables: contratos precarios, paro, pensiones pequeñas, sin papeles. Aquí la presencia de las mujeres es alta. Más alta que la de varones.

Los trabajos poco o mal reglados, aprovecharán la situación para apretar las tuercas a las trabajadoras: servicio doméstico, economías sumergidas, servicios sexuales, campesinas no asalariadas.

Los adelgazamientos presupuestarios en las políticas de bienestar, asistencia social e igualdad, enseñanza y sanidad. Y siguen las diferencias salariales, que son gruesas y no están aquí por la crisis. Viene de antes.

Otros “problemillas” que no son moco de pavo: “el techo de cristal” que llamamos de modo quizá poco atinado. Por ejemplo, estuvimos haciendo esta segunda edición del MUFEST y las directoras de cines, documentales, cortometrajes hablan de la presencia interminable de varones y de su invisibilización.

Nadie quiere aludir al machismo imperante pero los datos están ahí. Debemos unirnos, pelear (los modos de la pelea pueden ser imaginativos y diversos) ayudarnos, hacer menos loas de las instituciones y sus logros y exigir cumplimiento de leyes, denunciar injusticias, criticar y aguijonear a esos machos celtibéricos que ejercen de columnistas y tertulianos diciendo unas lindezas que vaya… Hay que seguir desmontando al patriarcado. Está enraizadísimo y es bueno para la sociedad la riqueza que aportamos.

Violencia de género

– Las cifras de la violencia de género son espeluznantes. ¿Qué puede sumar al debate, a veces genuino y fructífero y otras no tanto, que este tema genera? ¿Qué hacer?

Las cifras son terribles. Y vamos a seguir conviviendo con este drama por bastante tiempo. Hay que decirlo y no más vueltas de tuerca cada vez que hay un nuevo caso…

Hay que cambiar la formación y educación de niños y niñas en casa, en la calle, en la enseñanza y en los medios de comunicación. La publicidad también. Siguen sin invertirse los dineros prometidos en la Ley Integral. No se ha puesto un euro en los centros educativos.

La violencia no sólo nace de la desigualdad. Hay más cosas. Es tema de calado y se está simplificando extraordinariamente. La violencia se aprende pero… ¿Dónde y cómo se aprende? ¿No la enseñamos los adultos a la gente pequeña desde temprana edad? ¿No es “la ley del más fuerte”, algo que se estila muchísimo, ahí ese espejo que es la política internacional, por ejemplo? La hipocresía. Se dice una cosa y se hace otra.

Las crianzas, aprenden básicamente del ejemplo y por el ejemplo, en la familia y en la escuela principalmente. Y luego está esta sociedad desquiciada en la que sobrevivimos y en la que nos vamos desquiciando. Pero de todo ello no queremos hablar. Sólo de tíos desmadrados, celosos, posesivos, machistas y asesinos

Algunas experiencias de trabajo con adolescentes y jóvenes “por los buenos tratos” -Acción en Red de Andalucía y Canarias- me parecen admirables y dignas de prestarles atención. Iniciativas de este tipo sí son relevantes. Además, me parece importante no vincular los apoyos legales y recursos de todo tipo a las mujeres en situación de maltrato de media y alta intensidad a la obligatoriedad de la denuncia. Esta cuestión nadie mejor que la mujer para valorar pros y contras. Además la denuncia no es la panacea. Sólo se dice, “denuncia”, pero luego no se habla de lo que viene después…

¿Cuáles han sido los logros del Feminismo?

En primer lugar, cambiar la idea que las mujeres tenían de si mismas como seres secundarios y no valiosos, de los que hablaban ellos. Convertirse en sujeto social, capaces de hablar en nombre propio. Hay por hacer pero ¡caramba que han cambiado las cosas!

También el feminismo ha conquistado derechos y libertades, a pesar de que siga habiendo faena. Por último, ha sido capaz de retar a la sociedad con la crítica feminista en todos los ámbitos de la organización social, la filosofía, la ciencia…y desde luego cuestionar qué es ser hombre y qué ser mujer y el modo en que se nos hace mujeres y hombres (el género). Tal vez esto requiera ánimos renovados, impulsos nuevos y energías generosas. Algunas ya están llegando de la “resistencia trans” y son muy valiosas.

Fotos archivo AmecoPress