El Parlamento italiano aprueba la Ley que legaliza la unión homosexual

Manifestación de apoyo a las uniones homosexuales en Italia

Manifestación de apoyo a las uniones homosexuales en Italia. AFP

El parlamento italiano ha aprobado este miércoles con un voto de confianza la ley que legaliza la unión civil entre parejas homosexuales, un derecho que ya existe en la mayoría de los grandes países de Europa occidental.

La ley fue aprobada por 369 votos a favor y 193 en contra en la Cámara de Diputados, después de que fuera aprobada en febrero por el Senado, por lo que se convierte definitivamente en ley del Estado.

La nueva ley establece un estatuto para los que conviven -tanto heterosexuales como homosexuales- y crea para las parejas homosexuales una unión civil particular calificada de “formación social específica”.

El texto establece ayuda recíproca moral y material, la pensión de supervivencia, el permiso de residencia para el cónyuge extranjero y también la posibilidad de adquirir el apellido del compañero.

Después de dos años de negociaciones y de semanas de intenso debate en el Senado, el gobierno decidió someter la ley al voto de confianza y evitar todo cambio al texto.

“Hoy es un día de fiesta para muchas personas. Sobre todo para aquellas que se sienten finalmente reconocidas, para todos aquellos que, después de muchos años, cuentan con derechos civiles, de verdad civiles”, comentó el primer ministro Matteo Renzi en Facebook.

El proyecto fue impulsado por el gobierno de centro izquierda liderado por Renzi, quien se comprometió a sacar adelante la ley aún al precio de recortar la medida que da acceso a la pareja gay a adoptar hijos.

‘Dogging’ o cómo practicar sexo en lugares públicos

Esta práctica, cada vez más extendida, consiste en practicar sexo al aire libre con la idea de que otros puedan mirar

sexo en coche-dogging

– ¡Hasta luego, voy a sacar al perro!

Esta podría ser una de las frases más utilizadas por los practicantes del dogging. Esta práctica, cada vez más extendida, consiste en realizar orgías o actividades sexuales, genitales y grupales, en espacios públicos, generalmente en lugares apartados y al aire libre, con la idea de que otros puedan mirar.

Parece que este movimiento comenzó en los parques de Reino Unido en los años setenta, donde sacar al perro era la excusa perfecta para contactar con personas, en este caso heterosexuales, que deseaban practicar sexo genital con desconocidos, siendo a su vez observados.

De ahí su nombre, dogging o cancaneo, haciendo referencia a este animal. Algunos también lo han denominado perreo, aunque no suele ser muy utilizado pues genera confusión con el baile sexual, el cual no tiene absolutamente nada que ver.

El boom cibernético del ‘cancaneo’

Internet ha sido sin duda la clave para la proliferación de esta práctica sexual cada vez más extendida. En menos de un segundo cualquier buscador de internet puede localizar unas 107.000 webs sobre dogging. En ellas se puede contactar tanto con otros doggers, como son denominados los practicantes exhibicionistas, como con los voyeurs, testigos o mirones. Tanto unos como otros, disfrutan y generan disfrute al otro bando.

Estas sirven también para facilitar fecha y hora del evento, así como para localizar los lugares apropiados para la práctica del cancaneo porque, aunque comenzasen en parques, actualmente podrían realizarse estasquedadas en baños públicos, jardines o aparcamientos, entre otros. Estos no son permanentes y las localizaciones van cambiando por temporadas, entre otras cuestiones para que no estén masificados los encuentros. Es bastante habitual también que se realice esta práctica dentro de los coches, de ahí que muchos atribuyan el origen de su nombre, no tanto al paseo canino, sino a la postura del perrito, que se suele considerar la más cómoda para practicar sexo dentro de un vehículo.

Igualmente, conocer los lugares facilita que no exista confusión y nos colemos en el evento que no nos corresponda. Un picadero sexual habitual, donde suelen reunirse los jóvenes, o no tan jóvenes, para realizar prácticas sexuales genitales generalmente en coches, con una persona conocida y sin desear mirones, en principio, no sería el lugar más adecuado para un dogger. Al igual que no lo sería tampoco una orgía de varones homosexuales, denominada como cruising, por ejemplo.

Pues el dooging, aunque pudiera parecer a simple vista que es un juego sin reglamento, no es así y estas webs te lo facilitan.

Otras reglas del juego que debería conocer

Comunicarse eficazmente es fundamental para que no existan confusiones y se pueda confiar y disfrutar sin altercados ni malas experiencias.

Por ejemplo, si el encuentro fuera en un aparcamiento al aire libre y se llevasen a cabo las prácticas sexuales dentro de coches, se podría ofrecer información a los voyeurs que deseen participar en la orgía, pues no todo tiene por qué estar permitido para ellos.

– Si los doggers dejasen las luces del coche encendidas informarían sobre su deseo de ser observados.

– Si quisieran que un tercero se uniera a ellos y participase del encuentro sexual, dejar la puerta del coche abierta sería lo idóneo para indicarlo de manera clara.

– Por el contrario, si no quisieran que nadie mirase ni se acercara o participase en el encuentro sexual, cerrar las puertas y ventanas del vehículo sería suficiente para enviar la información y ha de respetarse.

– Por supuesto, el uso del preservativo sería fundamental, si no obligatorio, para la seguridad de todos los participantes, ya que sería la única forma de prevenir la mayor parte de las enfermedades o infecciones de transmisión sexual.

– Otra cuestión de suma importancia, sería no ofrecer ningún tipo de dato personal por temas de seguridad, como el teléfono o la dirección, tanto en la web como en persona. Sí se podría facilitar un correo electrónico que no descubra su nombre y apellidos, pues suele ser la forma más utilizada para concretar nuevas quedadas.

– Y por supuesto, nunca acuda a estas citas con objetos de valor o vigílelos muy bien, en todo caso. Cuando se practica relaciones sexuales se convierte en presa fácil para los ladrones pues saben que está entregado al placer.

– Y por último, si piensa acudir a un evento de dogging, asegúrese de quenadie le sigue al finalizar el mismo.

¿Es el ‘dogging’ una parafilia?

Las parafilias se refieren a la excitación sexual como respuesta a objetos concretos o situaciones específicas. Suelen conllevar malestar y dificultad para excitarse si no se dan las condiciones adecuadas o existe daño a terceros. Si practicar el dooging, de voyeur o exhibicionista, no conllevase ninguno de estos aspectos, no tendría relevancia clínica y se consideraría únicamente una variante sexual.

Hay que matizar que, aunque hablemos de voyerismo, sería más acertado hablar de escopofilia, escoptofilia, escoptolagnia o mixoscopía en este caso, pues en estas se mira abiertamente y no de manera clandestina.

En cualquier caso, nos guste o no esta práctica, dicen que el saber no ocupa lugar y conocer todo lo relacionado sobre la sexualidad nos hace más libres para poder elegir. Por tanto, una vez realizada mi misión informativa…Hasta luego, que voy a sacar al perro ;)

HISTORIAS DE LA VIDA ‘Sexo en boca’ de Erika García, una mujer con ideas

ERIKA GARCÍA OFRECE SESIONES DE ‘TUPPERSEX’ Y TALLERES DE SEXOLOGÍA A TRAVÉS DE LA WEB QUE ABRIÓ HACE DOS AÑOS

Erika posa con algunos de los productos que vende durante las sesiones de ‘tuppersex’

Erika posa con algunos de los productos que vende durante las sesiones de ‘tuppersex’. (Pablo Viñas)

RECONOCE que siempre ha sido una mujer “lanzada, con ideas y con ganas de hacer cosas”, pero nunca hubiese pensado que iba a acabar con una maleta yendo por las casas vendiendo bragas vibradoras en sesiones de tuppersex e impartiendo talleres de sexualidad por colegios o asociaciones. Eso es lo que hace hoy en día Erika García desde que se quedó en paro, hace ya unos cuantos años. Desde entonces disfruta con su trabajo, que nada tiene que ver ni con su formación, ya que es licenciada en Administración y Dirección de Empresas, ni con su último empleo como economista en una empresa de venta de leche al por mayor en Karrantza. “Esto es más divertido que llevar contabilidades”, dice riéndose, “y además te sientes mejor porque estás ayudando a los demás”. Se refiere a la labor didáctica que desarrolla en las charlas sobre sexualidad. Porque Erika descubrió en sus reuniones con la mujeres, donde les ofrece todo tipo de objetos placenteros, que sobre el sexo “existe mucha ignorancia y todavía sigue siendo un tema tabú del que se habla muy poco”. Por eso decidió prepararse y sacarse todos los diplomas posibles relacionados con la sexología. Sus conocimientos los vuelca a través de su página web Sexo en boca. Pero advierte: “El nombre no tiene doble intención. Significa simplemente hablar de sexo”.

Erika empezó de la forma más tonta vendiendo artilugios relacionados con el sexo. “Como mi marido tiene un comercio en Karrantza y yo le hacía los pedidos, fui metiendo cosas de sexo, pero en un pueblo no se vendían muy bien”, cuenta. Así que se le ocurrió “hacer tuppersex”. Primero comenzó con las amigas. Recuerda muy bien el primero que hizo porque “vino mi hermana y me hundió la reunión”. “Saqué las bolas chinas y dijo ella: ¡Uf!, que infección cogí yo con eso”. A pesar del desastre inicial, “porque tampoco nos entendíamos con lo que hablábamos”, Erika no se desesperó, continuó con las sesiones de tuppersex. “Fui poco a poco, gracias al boca a boca, teniendo más clientas”, señala. Pero no se conformaba con eso. Su espíritu emprendedor le llevó a realizar un curso debranding en el Inguralde de Barakaldo y allí decidió crear un tienda on line. “Pero mi idea era que no fuese solo un comercio, sino un foro y un blog sobre sexo que fuera interesante”, recuerda. Al principio habló con una sexóloga para llevar a cabo juntas el proyecto, pero al final se quedó Erika sola. Así que comenzó a formarse como sexóloga sin abandonar el tuppersex.

El negocio del tuppersex es muy sencillo. Erika acude con su voluminosa maleta al lugar donde previamente la ha convocado un grupo de mujeres creado por ellas mismas. “Primero enseño la lencería, los adornos, la cosmética, las cremas, chocolates… y para cuando llego a los vibradores ya ha pasado hora y media”, señala. Durante ese tiempo son muchas las preguntas que tiene que responder Erika, “porque hay mucho desconocimiento sobre el sexo”. Por ejemplo, recuerda una sesión de tuppersex en la que “una mujer moderna, de unos cuarenta y tantos, dijo que había encontrado el punto G ahí fuera, y se refería al clítoris”. Por eso Erika, desde el minuto cero de la reunión, dice que “intento explicar las cosas, enseñar a la gente”. Su experiencia le dice que en cuestión de sexo “estamos como en la época de mi madre”. “Los padres no hablan con sus hijos sobre este tema”, dice.

MUJERES También ha descubierto que “las jóvenes de veintitantos saben menos que las de 40, pero creen que saben mucho más, y las que superan los 40 están muy abiertas y quieren saber mucho más”. Tampoco hay una edad límite para sus reuniones. “Recuerdo untuppersex en el que la más joven tenía 65 años”. A todas les da el mismo consejo, tanto en los tuppersex como en los talleres: “Que se hable, porque nadie habla de sexo, ni con el médico, ni en casa, ni con las amigas”. Esa es su única receta para acabar con el tabú. Y Erika ha roto muchos. Por ejemplo, cuando sacó a sus dos hijos del colegio para escolarizarlos en casa. “Fue un proyecto personal mío, pero no me dejaron seguir haciéndolo, entonces es cuando pensé hacer otra cosa”, recuerda. Por su cabeza siempre han pasado ideas. Unas las ha cumplido y otras no. Entre las que sacó adelante destaca el grupo de danzas que creó en Karrantza, el Mendi Arana, cuando era muy joven. El próximo proyecto seguro que será novedoso y atrevido, pero por ahora no piensa en ello. Erika está entusiasmada con su Sexo en boca.

Los riesgos de las ‘chemsex’

Médicos y activistas alertan de que la práctica puede generar nuevas infecciones por VIH y dependencia a sustancias tóxicas

En una aplicación para ligar, un chico invita a otro a una fiesta en su casa. Media decena de jóvenes y “una bandeja con speed y ketamina” le esperan en el salón. Por delante, una larga sesión de sexo grupal bajo los efectos de varias drogas. “Me di cuenta de que era una chemsex y me fui. Yo no tomo drogas”. Las chemsex —del inglés chemical sex, sexo químico— son un fenómeno, casi exclusivo del colectivo gay, que se caracteriza por tener sexo bajo el efecto de drogas durante un largo periodo de tiempo. No hay ni una sola cifra que dimensione la práctica, pero médicos y activistas alertan de que puede contribuir a la transmisión del VIH. Y, aunque sospechan que es una práctica residual, ya han detectado casos de jóvenes dependientes a ciertas sustancias para practicar sexo.

La combinación no es nueva, y mucho menos exclusiva de los gais. Lo que caracteriza a las chemsex son el auge de las aplicaciones móviles para ligar y el uso de mefedrona, metanfetamina y GHB para soportar largas sesiones de sexo, que pueden durar días. La mefedrona es un estimulante, la metanfetamina provoca euforia, desinhibición y quita el sueño y el GHB o éxtasis líquido es un depresor sedante. La mezcla de las tres permite aguantar en las fiestas sexuales pero también puede dejar a los participantes en un estado de semiinconsciencia que les haga bajar la percepción de riesgo. En un colectivo donde la prevalencia del VIH es del 14% ysoporta seis de cada 10 nuevas infecciones, las conductas sexuales de riesgo alertan a los epidemiólogos. “El chemsex está asociado a no usar preservativo, por lo que aumenta el riesgo de infecciones. Además, como son fiestas con policonsumo de drogas, se puede perder la percepción de riesgo”, dice Jordi Casabona, director del Centro de Estudios Epidemiológicos sobre el VIH/SIDA de Cataluña.

Aunque el riesgo de transmisión se reduce si un infectado de VIH se medica, la pérdida de adherencia al tratamiento eleva las posibilidades de contagio. En unas jornadas de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida, su directora, María José Fuster, señaló que un 35% de los pacientes con VIH se salta el tratamiento si sabe que va a drogarse. Y además, un 25% de las personas infectadas por VIH lo desconocen. Josep Mallolas, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Clínic, alerta de que en estaschemsex “puede haber, por probabilidad, algún VIH positivo que no lo sepa”. El VIH no es el único riesgo. Otras infecciones de transmisión sexual también pueden contraerse, como la sífilis y gonorrea, que se han cuadriplicado y triplicado en 10 años entre los gais. “Se ha perdido el miedo y, como a la gente le atrae el riesgo, surge elchemsex”, apunta Mallolas.

En Londres, el fenómeno ya es un problema de salud pública y hay clínicas donde reportan hasta 100 casos al mes de personas con un consumo problemático vinculado al chemsex. En España aún es anecdótico, pero las entidades ya han detectado casos. “No es un problema de salud pública pero existe una minoría con un consumo problemático”, certifica Fernando Caudevilla, médico de familia y experto en drogas de síntesis. “Es gente que necesita ayuda profesional porque pueden presentar trastornos de personalidad. Se da cuenta de que sus prácticas son incompatibles con ir a trabajar o son incapaces de relacionarse sobriamente”, ejemplifica Ferran Pujol, director de BCN Checkpoint. Desde Stop Sida aseguran que precisan una atención integral. “Pueden tener problemas de ansiedad, soledad, en su relación de pareja, incluso problemas con su sexualidad”, apunta el investigador Percy Fernández Davila.

Si en algo coinciden los expertos es en la falta de recursos. “No estamos financiados para estudiar el fenómeno a fondo. Y hasta que no tengamos datos, no podemos hacer nada”, apunta Caudevilla. El trabajo preventivo en zonas de ocio y medidas de reducción de riesgos son las líneas estratégicas que apuntan para atajar los problemas del chemsex. En palabras de Caudevilla: “Es el momento de investigar e intervenir en zonas de conductas de riesgo, pero para eso necesitamos que las Administraciones se muevan”.

Informar, prevenir y orientar, las recetas de la Complutense contra la homofobia y la transfobia

La UCM crea el primer servicio universitario para atender a alumnos, profesorado y personal LGTB

Oficina de Diversidad Sexual e Identidad de Género de la UCM

Oficina de Diversidad Sexual e Identidad de Género de la UCM. JAVIER CUESTA

Viernes 22 de abril por la noche en la Puerta del Sol. Dos jóvenes de 24 y 27 años pasean de la mano, como cualquier otra pareja, cuando tres hombres comienzan a insultarles. “¡Maricones!”. La mofa desemboca en un violento ataque: los dos chicos acaban con sus caras gravemente fracturadas, entre otros huesos rotos y fuertes magulladuras. Poco más lejos, a la salida del metro de Tribunal, otra pareja de homosexuales sufría un asalto similar.

En Madrid, cada 48 horas se produce un nuevo ataque contra este colectivo. “Si no has sufrido algún tipo de agresión es porque no te has visibilizado tal como eres o eres muy normativo en tu comportamiento o en tu aspecto”, dice Mercedes Sánchez Sáinz, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y coordinadora del la primera oficina de Diversidad Sexual e Identidad de Género en el campus de Moncloa. Se trata de un proyecto pionero que pretende ayudar a prever situaciones de violencia y discriminación del colectivo LGBT.

Con un mes de vida y un entusiasta equipo de ocho personas, no ha parado de recibir correos desde que abrió sus puertas, incluso desde otras universidades. “Es el primer servicio de este tipo que se crea en una universidad del territorio español”, explica José Ignacio Pichardo, coordinador de la oficina del Campus de Somosaguas y doctor en Antropología Social. Mercedes aclara: “José Ignacio y yo llevamos muchos años trabajando esto y vimos que había una demanda. Los estudiantes venían a hablar con nosotros porque visibilizábamos estos temas en clase. Sentimos la necesidad de institucionalizarlo porque no podía depender solo de nosotros”. José Ignacio la secunda: “El alumnado que tiene algún tipo de problema enseguida te detecta, pero nosotros solo podíamos mediar de forma individual”.

El novedoso proyecto es el tercer gabinete de la UCM que apoya la diversidad. El primero, creado en 2003, está destinado a las discapacidades físicas, y el “sociocultural” llegó en 2015, coincidiendo con la crisis de los refugiados. “Intentamos que la Complutense sea inclusiva, un ejemplo de espacio contra la intolerancia y la celebración de cualquier tipo de diversidad”, explica Mercedes García, Delegada del Rector para esta Oficina. “Queremos hacer de esta Universidad un espacio libre de homofobia y transfobia”.

Minimizar las barreras

El colectivo de los transexuales se encuentra ahora en el centro del huracán, desde que hace dos escasos meses, la Asamblea de Madrid aprobase -sin apoyo del Gobierno regional- una nueva ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación, cuya principal novedad es “garantizar la integridad corporal de los menores intersexuales hasta que éstos definan su identidad”.

“Estamos intentando aplicarla en la Universidad. Tenemos entrevistas con personas de este colectivo -ahora mismo trabajamos con diez- para comentarles la iniciativa. Aunque en tu DNI no figure tu nombre sentido, se puede cambiar en las actas, en el campus virtual, etc.”, dice José Ignacio. Sin embargo, el cambio de nombre puede ser una nimiedad comparado con lo que deberían ser insignificantes trámites burocráticos. “Una persona trans que se ha cambiado el nombre legalmente nos decía que no podía modificar el de su correo electrónico (que configura el servidor automáticamente). Hay muchas cosas cotidianas que parecen fáciles y que aún no lo son“.

¿Existe algún grupo dentro del colectivo que sea más reticente a pedir ayuda? “Creo que cada uno tiene su especifidad”, opina Pichardo. “Este es el año de las personas bisexuales y uno nos contaba que es muy difícil, tanto en el ámbito personal como en el profesional, que la gente acepte que te puedes enamorar de un hombre o de una mujer. Además de ser de los más incomprendidos es de los colectivos más invisibilizados“. Mercedes Sánchez señala a las lesbianas: “Nosotras también hemos estado menos visibles. Sufrimos doble discriminación: por mujeres y por lesbianas”.

Oficina de Diversidad Sexual e Identidad de Género de la UCM.-2jpg

Un espacio inclusivo

Aunque la oficina está especialmente orientada a informar y asesorar a personas LGTB, Pichardo aclara que “no hace falta ser ballena para ser de Greenpeace”y que todos los miembros de la UCM que quieran investigar o consultarles algo o colaborar pueden visitarles. “La misma oficina es diversa sexualmente”, corrobora Askaiz Sanz, uno de los dos chicos en prácticas, “también hay heterosexuales”, añade entre las risas de sus compañeros.

“La homofobia y la transfobia no solo la sufren las personas LGTB. También se va a discriminar a un heterosexual que se salga de la norma de género. La formación es una de las patas de esta oficina y educarse implica un cambio de mirada“, dice José Ignacio.

Mercedes Sánchez es doctorada en Educación y se queja de que en este aspecto estamos todavía muy verdes. “José Ignacio y yo hicimos un estudio conjunto y observamos que el insulto de ‘mariquita’ aparece desde los cinco añosvinculado con el género. Se debería de formar al profesorado desde infantil y dedicar un espacio a este temario. Hay profesores que están formados pero no tienen herramientas dentro del sistema educativo. Existe material, pero se desconoce”.

José Ignacio reconoce que la sociedad española “ha cambiado y se percibe”, pero todavía “queda una minoría que sigue teniendo actitudes homófobas y te hace sentir mal en determinados contextos”.

“En general, disfrutamos de ese respeto”, dice José Ignacio. Son los jóvenes los que necesitan más acompañamiento en ese proceso de auto aceptación, y por eso desde la oficina han organizado jornadas donde profesores del colectivo han compartido sus experiencias, algo que “no ha resultado nada fácil, porque una cosa es compartir tu orientación con tu círculo profesional y personal y otra, contar tus vivencias”, dice Mercedes Sánchez. Javier explica que este tipo de apoyo contribuye a que los homosexuales y transexuales puedan tener un bienestar psicosocial equilibrado” y este es el fin que persigue la oficina. “No queremos sustituir el activismo”, puntualiza Pichardo, “esto es algo complementario”.

Ellen Page: “Me siento feliz e inspirada tras salir del armario”

ellen page

En Freeheld, Ellen Page y Julianne Moore dan vida a Stacie Andree y Laurel Hester, una pareja homosexual que vio cómo en EEUU las autoridades se negaban a reconocer el derecho de Stacie a percibir la pensión de Laurel cuando a ésta última le detectaron cáncer de pulmón. Su lucha, plasmada en un corto documental (Freeheld) que ganó el Oscar en 2008, llamó la atención de Ellen Page (Halifax, Canadá, 1987), que, al mismo tiempo que aceptaba el papel de Stacie en el filme de Peter Sollett (Nick y Nora), hacía pública su homosexualidad.

¿Qué te llamó más la atención de este proyecto?

Que se tratase de una historia de amor maravillosa sobre dos mujeres dedicadas la una a la otra. Laurel vivió algo inimaginable cuando le negaron su derecho a traspasar su pensión al amor de su vida antes de morir. Y más después de que ella dedicara su carrera como policía a proteger a los ciudadanos de Nueva Jersey. Me siento honrada de poder contar esta historia. Lo que consiguieron fue crucial.

¿Crees que este filme permitirá ver más historias lésbicas en el cine?

Existen muchas historias sobre mujeres homosexuales, pero quizá esa sensación se deba a que se ven poco. A nivel comercial, el cine se ha centrado más en historias de hombres. Es algo típico de Hollywood que, afortunadamente, está cambiando.

¿Piensas que hay muchos actores que no se atreven a salir del armario por miedo a ser rechazados en Hollywood?

Sí. De hecho, yo misma pensaba así. Hay muchos homosexuales en el mundo. Pero hay muy pocos que, siendo actores, hayan salido del armario, especialmente si son jóvenes. Creo que, a medida que más personas se atrevan a dar ese paso, la situación irá mejorando.

¿Qué tal fue el día a día en el rodaje junto a Julianne Moore?

Pasamos tiempo ensayando. Y, aunque yo estaba muy nerviosa de trabajar con ella, conectamos de manera inmediata. Nos hemos pasado el rodaje haciéndonos bromas. Con ello conseguimos llegar a un punto de cercanía perfecto, ya que casi parecía que fuéramos pareja. Todo surgió de una manera natural.

Cuando anunciaste tu homosexualidad al mundo, ¿sesntiste que podría producirse un gran cambio o pensaste que esa declaración no serviría para nada?

Ahora, pasado el tiempo, me pregunto a qué demonios le tenía antes tanto miedo. Antes de anunciar aquello me sentía triste y atrapada en un trabajo que no me permitía ser yo misma. Ahora, en cambio, creo que el cambio fue muy positivo. Me siento feliz e inspirada creativamente tras haber salido del armario.

¿Qué tipo de impacto esperas que tenga la película en la sociedad?

Espero que la vean aquellos espectadores que no comprenden la homosexualidad del todo. Por ejemplo, un padre que intenta comprender y aceptar que su hijo es homosexual. Espero que muchos se emocionen y recapaciten al ver los efectos catastróficos que puede llegar a provocar la discriminación por medio de una historia de amor tan maravillosa e íntima como ésta.

Promueven para septiembre un centro LGTBI en un local municipal de la calle San Gregorio

Será un espacio que prestará servicios de información, asesoría, sensibilización o formación a la población

Presentación del proyecto de centro LTGBI

Presentación del proyecto de centro LTGBI. (IBAN AGUINAGA)

PAMPLONA. Pamplona contará desde este verano con un Centro LGTBI en el local municipal de la calle San Gregorio 28, que actualmente ocupa el Centro de Asociaciones. Será un espacio dirigido a fortalecer y potenciar los procesos de participación y empoderamiento social de la población y colectivos LGTBI de Pamplona, prestando servicios de información, asesoría, sensibilización, formación, promoción, préstamo de recursos y espacios y de biblioteca y documentación. La concejala especial de Igualdad y LGTBI, Laura Berro, y el director del área de Participación Ciudadana, Igualdad y Empoderamiento Social, Axel Moreno, han explicado los detalles de este proyecto.

En este mes de mayo está previsto que la Junta de Gobierno Local apruebe el nuevo pliego de servicio y que se empiece la adecuación de espacio a partir del mes de julio. Hasta el 30 de junio el Centro de Asociaciones continuará ofreciendo el servicio que ha estado prestando en la última década. A partir de esa fecha se trasladará al Centro de Participación y Empoderamiento Social del Palacio del Condestable.

El comienzo de los servicios del Centro LGTBI en la calle San Gregorio 28 se prevé para septiembre. El Ayuntamiento plantea para el centro un modelo de cogestión con estos colectivos y asociaciones, propiciando así una gestión participativa, abierta a todas las personas LGTBI o sensibilizadas con la diversidad sexual y de género. Nora Gómez y Xabier Sánchez, en representación de la Plataforma LGTB de Navarra, han explicado el recorrido histórico y la gran labor realizada por los colectivos LGTBI de Pamplona en favor de los derechos de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales y contra cualquier discriminación por motivos de orientación sexual o de identidad de género.

El Centro LGTBI estará dirigido a toda la población de Pamplona, a profesionales del Ayuntamiento y la administración pública y, especialmente, a las personas, asociaciones y colectivos de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales de la ciudad. Albergará en sus instalaciones proyectos como un Servicio de Información y Atención a la Diversidad Sexual y de Género, una Centro de Recursos LGTBI, una Biblioteca y Centro de Documentación LGTBI y un Observatorio contra la homofobia – lesbofobia – transfobia de Pamplona. Para cubrir estos servicios se contará con un equipo de profesionales, un servicio de asesoría con presencia temporal y una persona técnica de Igualdad del Ayuntamiento especializada en LGTBI, cuya plaza se podría convocar en 2017.

Espacio de encuentro, participación, información y asesoramiento

El centro pretende cumplir dos funciones principales. Por una parte, ser un espacio para articular a todos aquellos colectivos y asociaciones que trabajan por los derechos LGTBI, siendo un lugar de encuentro que genere fortalezas y sinergias; y por otra, abrir un espacio que preste servicios de información y atención a la diversidad sexual y de género. La apertura de este Centro LGTBI se ha abordado en reuniones mantenidos por el Ayuntamiento de Pamplona con instituciones y entidades como el Instituto Navarro para la Igualdad (INAI), la Plataforma LGTB de Navarra y diferentes colectivos LGTBI de la ciudad.

De este modo, se busca centralizar y facilitar el acceso de la ciudadanía y profesionales a los servicios de información y atención LGTBI; realizar actuaciones para la prevención y sensibilización de la ciudadanía en materia de homofobia, lesbofobia y transfobia; fomentar la participación y la articulación social de los colectivos y personas LGTBI; fortalecer las dinámicas de cooperación entre el Ayuntamiento, los colectivos y asociaciones LGTBI y la ciudadanía comprometida con la diversidad sexual y de género; generar espacios de encuentro y reflexión en materia LGTBI por parte de la ciudadanía activa y las entidades sociales; y desarrollar procesos de formación y capacitación en materia LGTBI destinados a los diferentes agentes sociales del territorio.

Asesorías especializadas, biblioteca y observatorio

El servicio de información y difusión consistirá en la difusión de información especializada y actualizada de interés para la ciudadanía, profesionales, personas y colectivos LGTBI, tanto de forma presencial en el centro como on line, mediante web, redes sociales, emailing, boletines… Se atenderá en la propia sede, de forma telemática y también de modo telemático. En principio, el centro contará con dos atenciones y asesorías individuales, de pareja o familiares.

Una Asesoría Sexológica y Psicosocial, orientada a facilitar asesoría y apoyo terapéutico a personas LGTB y sus familias. Y una Asesoría Jurídica para informar sobre aspectos jurídicos relacionados con la diversidad sexual y de género (discriminación, normativa reguladora de parejas del mismo sexo, asistencia jurídica en caso de agresiones, derecho de sucesiones y testamentos…). Asimismo, habrá también una asesoría grupal, con atenciones desde el servicio sexológico y psicosocial para facilitar asesoría y apoyo terapéutico en grupo. El Centro LGTBI contará con una biblioteca y centro documental especializado en temas LGTBI, con préstamos de material bibliográfico, sala de lectura y servicio de internet.

El centro cederá también espacios para reuniones, formación de las entidades y prestará o facilitará material a las asociaciones (equipos informáticos, reprografía, sonido…). De la misma forma, se organizarán jornadas, conferencias, exposiciones, foros de encuentro, campañas de información y sensibilización o formación homologada. Se prevé, igualmente, una convocatoria de subvenciones a colectivos y proyectos LGTBI dotada con 20.000 euros. Por último, el Observatorio contra la homofobia – lesbofobia – transfobia analizará las situaciones de discriminación y agresión por razón de orientación sexual que se produzcan en la ciudad.

La ONU premia a la hija de Raúl Castro por defender a los homosexuales en Cuba

Mariela Castro lidera desde hace varios años una campaña por el respeto a la diversidad sexual

El Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) de Cuba y Mariela Castro, directora de la institución, sexóloga e hija del presidente cubano, Raúl Castro, recibieron este martes en La Habana el premio Únete al Compromiso con la Igualdad y la No Violencia de Género, del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba. La coordinadora residente de la ONU en la isla, Myrta Kaulard, explicó que el galardón premia la defensa de Cenesex de los derechos de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersex (LGBTI) en el país y su interés por discutir públicamente el problema de la violencia de género.

Kaulard resaltó que el Cenesex fue la primera institución cubana en adherirse oficialmente a la campaña internacional contra la violencia y la discriminación, de la que ha sido un aliado “estratégico”. Mariela Castro ha liderado desde hace varios años una insistente campaña para sensibilizar en los planos político y de la opinión pública sobre el respeto a la diversidad sexual y, desde 2007, promovió la celebración en la isla del Día Mundial contra la Homofobia cada 17 de mayo.

Este año, según explicó la directora del Cenesex, la Jornada contra la Homofobia y la Transfobia, anunciada durante la entrega del premio, se celebrará en un contexto “favorable” después de que en el reciente VII Congreso del Partido Comunista de la isla fuera respaldada la ampliación de derechos relacionados con la discriminación por orientación sexual e identidad de género. Además, indicó que por segunda vez, la Jornada se dedicara a reclamar el derecho de la comunidad LGTBI a desempeñarse en cualquier puesto de trabajo para el que tengan la calificación requerida, pese al avance que significó la inclusión de la no discriminación por orientación sexual en el Código del Trabajo aprobado en 2014.

 

Un tribunal chino niega el derecho a casarse a una pareja homosexual

Pese al fallo en contra, la comunidad gay considera “un gran avance” que el tribunal aceptara ver el caso

Sun Wenlin (derecha) y su pareja, Hu Mingliang, en su casa, el 12 de abril. Gerry Shih AP

Sun Wenlin (derecha) y su pareja, Hu Mingliang, en su casa, el 12 de abril. Gerry Shih AP

Un tribunal chino ha denegado este miércoles la autorización a una pareja homosexual para registrarse legalmente como matrimonio. Pese al fallo en contra, tanto la pareja como la comunidad gay en China —que acudió en gran número al tribunal de la ciudad de Changsha (sur del país) para expresar su apoyo a los demandantes—, ha considerado un “gran avance” el hecho de que por primera vez una corte en el país haya aceptado tramitar un caso relacionado con el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La decisión del tribunal de Changsha, la capital de la provincia sureña de Hunan, llegó apenas unas pocas horas después de comenzada la vista sobre el pleito que Sun Wenbin, de 26 años, y Hu Minglian, de 36, habían interpuesto contra la Oficina de Asuntos Civiles municipal por negarles el permiso de inscribirse en el registro matrimonial. El abogado de la pareja, Shi Fulong, piensa apelar el caso.

Aunque la homosexualidad no es ilegal en China y la sociedad es cada vez más tolerante —especialmente entre las generaciones más jóvenes—, las parejas gais carecen aún de reconocimiento legal y derechos. Y en una sociedad confuciana, donde estar casado y tener hijos está considerado una obligación hacia los antepasados, el matrimonio entre dos personas del mismo sexo parece aún una aspiración muy distante.

“Decidimos acudir a los tribunales para obligar a la Oficina a escucharnos”, explicó Sun a este periódico vía telefónica. “Queremos reivindicar nuestro derecho a casarnos”. Sun presentó la demanda el pasado diciembre, después de que el departamento municipal negara el permiso de registro y cuando la pareja ya llevaba año y medio junta. Según cuenta, no recibió ninguna explicación válida sobre las razones para la denegación, solo un rechazo verbal con el argumento de que el matrimonio solo es válido entre un hombre y una mujer. “Pero nuestras leyes dicen que no debe haber discriminación”. Volvió en varias ocasiones para intentar presentar una reclamación, “hasta que ya no me querían ni ver por allí”.

“Al principio el tribunal no quería aceptar el caso, pero entregamos toda la documentación pertinente. Nuestra historia se publicó en la prensa china y ya no tuvieron otro remedio que aceptarlo a trámite este enero”, contaba previamente a la vista judicial.

Según detalla, había recibido presiones de la Policía para que retirara la demanda. “Vinieron tres de ellos a casa”, explica, “me argumentaban que debo tener hijos, pasar el testigo a la siguiente generación. Insistían en que estaban haciendo su trabajo. Pero no deberían estar perdiendo el tiempo con esto, deberían estar haciendo otra cosa, su trabajo es velar por nuestra seguridad”.

La pareja decidió seguir adelante pese a las presiones. Habían participado ya en actividades para la reclamación de derechos de la comunidad gay y pensaban que ya “ha llegado el momento de conseguir resultados”. La sociedad es cada vez más flexible, explica, pero “para muchas personas ser gay es aún una palabra abstracta, un concepto difuso. Si conseguimos casarnos, hacemos más visible nuestra causa, lo centramos en algo concreto”.

A lo largo de los últimos dos años, la comunidad gay —de la que acudieron varios centenares de personas a expresar su apoyo a la pareja en la vista judicial de este miércoles— ha recurrido cada vez con mayor frecuencia a presentar casos de gran impacto ante los tribunales para presionar en favor de sus derechos.

El año pasado, el director de documentales Fan Popo interpuso una demanda para exigir que los grandes portales de Internet le explicaran por qué habían bloqueado repentinamente su película “Mama Rainbow”, después de dos años de estar disponible en la Red sin problemas. Y la estudiante Chen Qiuyan logró que un tribunal escuchara sus quejas contra los libros de texto de su Universidad, que describían la homosexualidad como una “enfermedad”. Un año antes, Peng Yanzi, de 30 años, había conseguido que otra corte declarara ilegales las clínicas que aseguraban “curar” la atracción por el mismo sexo.

Ay, Shangay

Aníbal Malvar

Lo contaba muy bien ayer Juan Carlos Monedero: “Creo que no recuerdo una sola vez que me encontrara con Shangay Lily que no me regañara”. A mí me regañaba por todo. Me llamaba a cualquier hora, conociendo mis hábitos felinos, para abroncarme: “Mira, querida, mi amor, no te enfades, pero lo que escribiste ayer es una gilipolllez”. Y en este plan. Eran momentos difíciles, porque después podía pasar media hora analizando cualquier frivolidad que tú habías escrito como si fuera trascendental. Como si, realmente, la poesía hubiera sido alguna vez un arma cargada de futuro. Y cada palabra equivocada fuera abono para el nacimiento en el jardín de un nuevo capullo criptofascista. Me sale citar hoy a Paco Umbral, a quien Shangay odiaba con razón. Me gano otra bronca: “escribo estas frases forzando la prosa para que el papel vuelva a ser un papel en blanco”.

Hasta que un día me pidió un favor. Había escrito un libro y estaba demasiado alanceado por la quimioterapia para corregirlo. Era un largo ensayo sobre el fracaso de la lucha por la igualdad, por la no discriminación, un libro centrado en la vieja historia del barrio de Chueca en el que Shangay desviste la putrefacción política que ha ido ensuciando la falsa aceptación social de los derechos de gays, lesbianas y transexuales. El gaycapitalismo, lo llamaba él. Mercantilizar lo desigual, lo oprimido, para convertirlo en un negocio sin profundidad vindicativa. El libro se titula Adiós, Chueca (Ed. Foca) y, el día anterior a morirse, Shangay todavía estaba discutiendo con su editor el diseño de portada. “¿Cómo hemos pasado de ser una comunidad rica en recursos ante las situaciones más desesperadas, dotada de un ingenio sin parangón ante problemas aparentemente insolubles, a ser una comunidad pusilánime, apocada, pasiva, carente de recursos creativos, una comunidad que espera que otros nos den las respuestas en lugar de crearlas como hemos hecho siempre? Y esa es la pregunta que quiero contestar en este manifiesto anti-gaypitalista, opúsculo de reanimación, libro máquina-de-guerra, centro de reclutamiento, encíclica maricona, evangelio de la pluma no corporativa, guía de resucitación, estación de servicio en la que repostar… llámalo como quieras”.

Para Shangay, la sexualidad era política. Siempre que se entienda la palabra política en el sentido revolucionario. Y siempre que se entienda la palabra sexualidad en el sentido más afectivo y más libre. El libro me sorprendió. Nunca había observado el mundo gay de esa forma. Jamás hubiera analizado la aparición del sida como el gran elemento cohesionador de la lucha por los derechos civiles, con su triste y agónica solidaridad, con sus discretos funerales. Adiós, Chueca reordenó muchos tópicos de mi torpe heterosexualidad, y me hizo comprender mejor el dolor de los discriminados de todo el mundo por cualquier razón, no solo el dolor de los maricones apaleados, o de las lesbianas lapidadas. Shangay, en el fondo, nos viene a decir que lo que verdaderamente discriminamos no es la sexualidad, ni las pintas, sino el amor. Esa extraña palabra que no significará nada hasta que encontremos su profundo sinsentido. Dentro de quince días el libro estará en la calle y Shangay no. Pero, amigo Juan Carlos, te juro que cuando lo leas no sentirás nostalgia, porque en cada palabra y en cada página nuestro querido Shangay nos seguirá echando la bronca. Ay, Paloma: ni siquiera me he atrevido a llamarte.