Salir del armario en el mundo árabe: los homosexuales se hacen visibles para combatir la represión

«No se trata de una salida del armario, sino de que se hable del tema»

Está aceptado que el actor y modelo egipcio-canadiense Omar Shariff Jr., de 34 años, nieto del recordado protagonista de ‘Doctor Zhivago’, fue la primera personalidad pública que salió del armario en el mundo árabe, convirtiéndose en un referente para la comunidad de personas Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI). Lo hizo en 2012 en la revista ‘The Advocate’, cuando la Primavera Árabe que prometía traer aire fresco a Egipto culminó con la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes. A partir de aquel momento cosechó multitud de críticas y violentas amenazas. Huyó a EE UU para no regresar más; ni siquiera pudo volver a despedirse de su abuelo antes de que muriera, en 2015, porque podría haber sido detenido por ‘incitación al libertinaje’, la acusación más habitual para reprimir a los homosexuales en aquel país incluso hoy.

«Mis amigos me cuentan cuál es la situación. Viven con miedo, asustados de mostrarse como son de forma abierta, siempre mirando por detrás de su hombro, temiendo que, en cuanto salgan, su casa pueda ser registrada, o que sean agredidos por la Policía, detenidos y encarcelados. Allí sufren violencia y exámenes médicos invasivos (controles anales para hallar ‘evidencias’). No sólo los condenan por crímenes que no son tales, sino que su reputación queda destruida». Así resume el actor la situación que se vive en su país. Recibe unos cincuenta mensajes diarios de jóvenes de Oriente Medio y el norte de África que le agradecen haberles dado visibilidad y legitimidad. «Otros son llamadas de socorro que me hacen sentir desamparado».

Esta parte del planeta especialmente agresiva con estas personas centra el último informe de la ONG Human Rights Watch, ‘No longer alone’ (Ya no estamos solos’). Han entrevistado a activistas en una veintena de países de Oriente Medio y el norte de África que han querido hablar en vídeo, algunos dando la cara y otros no, para combatir la represión no solo de la calle, sino también la de sus respectivos estados. Como la bisexual libanesa Rima: «Las figuras religiosas, el Gobierno, tus padres, todos quieren opinar sobre lo que haces con lo que tienes entre tus piernas. Quiero decirte que no es asunto de ellos, y que tu cuerpo, tus deseos y tus ideas son solo tuyos. Si no les gusta lo que eres, están equivocados».

Como explican en la ONG, «no se trata de un grupo de individuos que salen a la sociedad… sino más bien del tema ‘que sale’ para la discusión social». Algunos insistieron en tener sus rostros escondidos o sus voces alteradas por lo que podría caerles encima con una salida del armario, y prefieren esperar a que llegue un momento más seguro. Según la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero e Intersexo (ILGA), 72 países de todo el planeta criminalizan las relaciones homosexuales y las castigan con un amplio abanico de fórmulas, que van desde multas de diversa cuantía hasta la prisión, cadena perpetua incluida, pasando por los latigazos. Y unos pocos utilizan la pena de muerte: Irán, Arabia Saudí, Yemen y Sudán la aplican en todo su territorio con la ley de la Saria en la mano; Somalia y Nigeria, solo en algunas provincias; y luego está la organización terrorista Estado Islámico, que arroja al vacío a esta personas en los territorios que aún controla en Siria e Irak. Afganistán, Mauritania, Catar, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos la tienen tipificada en su Código Penal, pero no la aplican.

El gay argelino Rayan habla de espaldas en el vídeo; sus padres le llevaron a un sanador religioso que le golpeó mientras gritaba que tenía dentro una mujer y que había que sacarla: «Podría haber estado así toda la noche, pero nada variaría», dice. Ahora trabaja dentro de su país sensibilizando a los profesionales que trabajan en salud mental para que ayuden a estas personas en vez de intentar cambiarlas. Y eso pese a que las leyes que regulan las ONG en Argelia (y en Egipto, Libia, Marruecos, Baréin, Jordania, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes) hacen imposible registrar legalmente a aquellas organizaciones que trabajan sobre orientación sexual e identidad de género.

Infierno en la Tierra

Amenazas, represión, violencia… A pesar de esto, los participantes en el informe quieren mandar un mensaje esperanzador: no hay que estar «fuera» para hacer cambios. Lo dicen porque muchos tuvieron que escapar, como Hajar, una lesbiana de Marruecos. Decidió salir del armario en YouTube, y tuvo tanta repercusión que se vio obligada a dejar su país -que criminaliza su orientación sexual y la castiga con penas de cárcel de hasta tres años-. Ahora vive en Holanda, donde trabaja con refugiados de LGTBI. «Al principio estaba en guerra conmigo misma, tratando de cambiarme. Aparentemente podía ‘curarme’y lo busqué. La respuesta era siempre la misma, debía casarme y tener un hijo, pero esto explotó, por supuesto. En realidad no es una elección, yo no puedo cambiar, la única opción es aceptarlo y abrazarte a ti misma», dice.

Con estos testimonios de autoaceptación, Human Rights Watch y la Fundación Árabe para las Libertades e Igualdad (AFE) quieren ofrecer mensajes de apoyo y aliento a los que se sienten solos. La lesbiana Noor, de Sudán (los actos sexuales con consentimiento entre personas del mismo sexo son ilegales y castigados con la pena de muerte si se reincide tres veces), buscó en Facebook personas como ella: «Encontré un grupo con chicas sudanesas. Escribí ‘¿dónde están ustedes?’. Me di cuenta de que no estaba sola en el mundo, que había muchas personas como yo, y fui muy feliz. Creo que esa noche estaba tan feliz que ni dormí». Ahora trabaja en el norte de África para ayudar a los que sufren el aislamiento que ella misma vivió. La ONG señala que el colectivo está encontrando maneras de hablar, «contando sus historias, construyendo alianzas, estableciendo contactos a través de las fronteras, desarrollando movimientos nacionales y regionales, y encontrando formas creativas para combatir la discriminación».

Desde fuera, impera la idea de que aquellos países son un horror para esta comunidad, y puede ser así, pero los activistas destacan que esta visión perjudica su esfuerzo: «La cobertura que retrata la región como un infierno en la Tierra para estas personas no recoge su trabajo o lo vuelve completamente invisible», esgrime la ONG. «No queremos más la imagen de ser simplemente víctimas -dice el activista argelino Zoheir-. Queremos hablar sobre la realidad, sobre la violencia, pero también sobre lo que es positivo». En Omán, varios homosexuales comenzaron organizando «fiestas para que chicos se reunieran y establecieran contactos en un espacio seguro». En Jordania, activistas utilizan el teatro y otras artes para crear conciencia sobre la orientación sexual y la identidad de género.

Hasta que lleguen tiempos más amables, Omar Shariff Jr. anima desde su exilio a los que se quedaron: «Ni siquiera les digo que salgan del armario, porque no pueden ser el cañón de mis ideales. Les digo que aguanten y que permanezcan a salvo porque las cosas en algún momento mejorarán. Siempre lo hacen».

 

Testimonios

Yousif (Gay) | Baréin
«Es un contrato social. Tenemos petróleo, tendrás riqueza, así que cállate. Y si no te gusta, lárgate». Baréin no criminaliza la conducta del mismo sexo, pero la ley que reprime la disidencia de cualquier tipo limita las opciones de las personas de la comunidad LGBTI, acallando sus voces.
Hajar (Lesbiana) | Marruecos
«Buscaba ‘curarme’ casándome y teniendo un hijo. Pero aquello explotó. No puedo cambiar». Su país podría perder la oportunidad de acoger el Mundial de fútbol de 2026 porque «los actos sexuales entre personas del mismo sexo se castigan con penas de entre seis meses y tres años de prisión».
Hamed Sinno | (Músico gay) Líbano
«Sufrí bullying, me creía un monstruo de la naturaleza. Fue duro y lo sigue siendo, pero se vuelve más fácil». Es el país más libre y tolerante de Oriente Medio. Pese a ello, el artículo 534 del Código Penal castiga con hasta un año de cárcel «cualquier interacción sexual contraria al orden natural».
Dalia | (Lesbiana)Egipto
«Mi padre estaba contra mí en todos los aspectos, pero transformó su odio en aceptación y tolerancia». La homosexualidad no está prohibida en su legislación, pero las detenciones bajo acusaciones de prácticas inmorales, libertinaje y prostitución (que sí conlleva prisión) son habituales contra el colectivo.
Rashed | (Hombre trans) Jordania
«Dios nos hizo de esta manera. No tenemos nada de qué avergonzarnos, nada que esconder». En 1951 despenalizaron la homosexualidad en Jordania. Pero los transgénero lo tienen difícil: hasta seis meses de cárcel para «cualquier varón que vista como mujer y entre en un lugar para mujeres».

Las claves

Human Rights Watch
Fundada en 1978, esta ONG está integrada por 400 miembros en todo el mundo. Cada año, publica un centenar de informes sobre los derechos humanos en 90 países. Se reúne con gobiernos, Naciones Unidas, grupos regionales como la Unión Africana y la Unión Europea, instituciones financieras y corporaciones para presionar por cambios en la política. «Investigamos abusos, exponemos ampliamente los hechos y ponemos presión sobre quienes ostentan el poder, a fin de que se respeten los derechos y se asegure la justicia».
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activistas fueron entrevistados para el informe ‘Ya no estamos solos’, centrado en el activismo de la comunidad LGBTI y sus derechos en Argelia, Baréin, Egipto, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Palestina, Catar, Arabia Saudí, Sudán, Siria, Túnez, Emiratos Árabes y Yemen.

Cruzada contra los gays en Egipto: “Intentaron violarme en la comisaría”

S.G., víctima de la cruzada antigay (con la sudadera gris), con su pareja en El Cairo FRAN CARRIÓN

La mirada de S.G. aún guarda los destellos del terror. La pesadilla que le tortura y le hace sentirse un fugitivo comenzó una noche del pasado verano. «Eran las tres de la madrugada. Llegué a mi apartamento con dos amigos, una amiga y una transexual. Los vecinos se percataron y empezaron a aporrear la puerta y a preguntar qué hacíamos allí. Yo les contesté que aquella era mi propiedad pero no quedaron satisfechos. Gritaron y fueron avisando al resto de la comunidad», relata a Papel el joven de 25 años, que rehusa desvelar su identidad por miedo a las represalias.

Durante las horas siguientes, una turba se fue congregando en las inmediaciones de su piso. «Intenté negociar con ellos porque sabía que si se inmiscuía la policía sería una catástrofe pero no hubo manera», rememora el veinteañero. «El hombre que llevaba la voz cantante sentenció que aquello era una reunión de gays y el resto acordó retenernos hasta que llegaran los agentes. El incidente estaba ya fuera de control. Luego le contaron a la policía que éramos maricas y que estábamos practicando sexo. Según ellos, los gemidos les habían despertado».

En su búsqueda de pesquisas, los gendarmes consideraron pruebas del crimen dos preservativos hallados en el baño y la ropa interior de su hermana. Un proyector, que las fuerzas de seguridad confundieron con una cámara de vídeo de alta calidad, sirvió como evidencia de la supuesta grabación de películas pornográficas de temática gay en el piso.

Campaña de represión

La traumática historia de S. G. -acusado de incitación al libertinaje y pendiente de una posible condena de tres años- es tan sólo una de la cada vez más extensa lista de homosexuales cazados por las autoridades locales. En los últimos meses, unos 90 individuos han sido arrestados en la peor campaña de represión contra la comunidad homosexual en décadas.

El enésimo incidente ocurrió este lunes cuando 10 sospechosos de «libertinaje» fueron detenidos en Alejandría. «Es la oleada más amplia de arrestos desde 2001, cuando 52 personas fueron detenidas en el Queen Boat, un club nocturno de El Cairo», confirma Dalia Abdelhamid, investigadora de la Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales.

En septiembre, la aparición de una bandera arco iris en el concierto de una popular banda de rock libanesa recrudeció la saña gubernamental. «Hay pánico entre los homosexuales egipcios. Desde el concierto la mayoría ha optado por esconderse. Muchos han desactivado su Facebook y las aplicaciones de citas para evitar que les sigan. Algunos simplemente han desaparecido», comenta una activista cuya organización ha abrazado también la clandestinidad. «Existe una cacería sistemática mediante redadas en sus propios hogares y en la calle. A menudo, son pescados también en internet».

La división de la policía encargada de preservar la moral pública actúa en virtud de una legislación de 1961 destinada a combatir la prostitución. Una norma que los agentes aplican ahora navegando por aplicaciones como Grindr. «Sus tácticas resultan cada vez más sofisticadas. En uno de los últimos casos, un policía se hizo pasar por un ciudadano del golfo Pérsico. La persona con la que chateaba le pidió que le enviara una copia de su pasaporte con parte de la información oculta con tres dedos. Y el agente se lo acabó remitiendo», indica Abdelhamid.

Una vez desplegada la trampa, los homosexuales -en su mayoría hombres de clases baja y media- afrontan el calvario de la comisaría y la prisión, donde son golpeados, insultados y agredidos sexualmente. S.G. no ha olvidado la retahíla de abusos que sufrió. «Los policías le dijeron a los presos que hicieran lo que quisieran conmigo. Uno de ellos intentó violarme», admite cabizbajo el joven en un café de El Cairo.

Violaciones en comisaría

Las palizas y el acoso sexual no son los únicos dramas que afrontan las víctimas. «El examen anal practicado por médicos forenses sigue siendo una práctica muy extendida. Solo les preocupa aquellos que han sido penetrados pero los resultados no pueden ser usados como pruebas definitivas de que existió una relación. De hecho, cada informe forense concluye insistiendo en que el uso de lubricante o crema puede ocultar las señales del coito anal», denuncia la investigadora, alarmada por el entusiasta papel de la prensa local al alentar la cruzada moral del régimen que dirige el ex jefe del ejército Abdelfatah al Sisi. «Están instigando la homofobia. Usan lenguaje de la policía como los términos pervertido o redes de prostitución y publican los nombres, las direcciones y las profesiones de los arrestados».

En plena escalada y con el aplauso de los máximos líderes religiosos musulmán y cristiano del país -ambos lo consideran una enfermedad curable-, el Parlamento estudia un draconiano proyecto de ley que cierra el círculo para criminalizar las relaciones homosexuales y perseguir símbolos relacionados con la comunidad LGBT, desliza la activista que exige anonimato. «Están tratando -opina un activista que quiere permanecer en el anonimato- de distraer a la sociedad. La situación política no es buena y se acercan las elecciones presidenciales con la popularidad de Al Sisi en caída libre. Quiere aparecer como un líder preocupado por la decencia de su pueblo».

Uno de los 26 hombres arrestados a finales de 2014 en un hamman (baño público) del centro de El Cairo durante una redada grabada por las cámaras de televisión trató de suicidarse al recobrar la libertad. «Algunos salen de prisión totalmente abatidos. Han arruinado su reputación; han sido abandonados por sus familias; han perdido su empleo; y, en algunas ocasiones, han tenido que trasladar su lugar de residencia», sostiene Abdelhamid. S.G., que tiene al menos la fortuna de que su familia respalda su identidad, no ha podido regresar a un apartamento que busca comprador. «Vivo oculto y salgo solo lo estrictamente imprescindible. Estoy en tratamiento psicológico. La medicación me hace sentir mejor. Nunca me imaginé en una situación como ésta».

Decenas de detenidos en Egipto tras ondear una bandera LGTB

Con Al Sisi, la comunidad gay se ha convertido en el chivo expiatorio de la grave crisis social

Imagen de un tribunal en Egipto. © GETTY IMAGES

El Gobierno de Egipto ha dado un paso más en su campaña de represión a la comunidad gay. En las últimas dos semanas, decenas de personas que apoyan las reivindicaciones homosexuales han sido arrestadas en varias ciudades del país después de que el pasado 22 de septiembre se ondearan varias banderas arcoíris en un concierto del popular grupo libanés Mashrou’ Leila.

Según la ONG Iniciaitva Egipcia por los Derechos de las Personas (EIPR en sus siglas en inglés), la cifra de detenidos asciende a 57 e incluye residentes en ciudades del país que nada tuvieron que ver con el incidente del concierto. De estos, al menos una treintena han sido ya procesados. A los cargos habituales contra la comunidad gay, como lujuria o incitación al vicio, se ha añadido esta vez el de pertenencia a una organización ilegal. Sin embargo, el Código Penal egipcio no prohíbe de forma expresa la homosexualidad.

La polémica ha crecido tras la denuncia de que varios de los arrestados habrían sido sometidos a pruebas anales, lo que ha suscitado la condena de varias organizaciones de derechos humanos, tanto egipcias como internacionales. “Los tests anales forzados son equiparables a la tortura. No hay ninguna base científica para esas pruebas y no pueden estar justificadas bajo ninguna circunstancia”, denuncia Najia Bounaim, directora de la campaña de Amnistía Internacional para el norte de África. “Es completamente absurdo que investiguen el incidente de la bandera como un acto criminal. Nadie debería ser castigado por expresar su solidaridad con las personas LGTB”, añadió.

Por su parte, el grupo Mashrou’ Leila, popular y a la vez controvertido en el mundo árabe por su defensa de los derechos de los homosexuales, emitió un comunicado en el que expresaba su tristeza por una nueva campaña represiva. Desde la llegada al poder del mariscal Al Sisi se ha intensificado el acoso judicial y mediático contra la comunidad gay, convertida en chivo expiatorio de la grave crisis social, política y económica que padece el país.

Los gais turcos desafían la prohibición de marchar en el Orgullo de Estambul

La policía dispara balas de goma y lanza gases lacrimógenos para evitar la manifestación LGTBI

 

La policía turca carga contra uno de los asistentes la marcha del Orgullo en Estambul. BULENT KILIC AFP

Los miembros del colectivo LGTBI en Turquía han desafiado este domingo la prohibición de las autoridades y se han echado a la calle para celebrar el Orgulloen Estambul. La policía, sin embargo, ha impedido la marcha con el despliegue masivo de agentes, el uso de gases lacrimógenos, los disparos de balas de goma y varias detenciones. Las autoridades habían argumentado “razones de seguridad”. Se trata del tercer año consecutivo que se impide en la ciudad una manifestación en favor de los derechos del colectivo LGTBI. Los manifestantes han intentado este domingo reunirse en diferentes puntos del centro de la ciudad, pero han sido bloqueados por los agentes.

Varios activistas, que han gritado lemas a favor de los derechos de los homosexuales, han sido detenidos en la calle peatonal Istiklal. Según el comité organizador de la Semana del Orgullo Gay de Estambul, los arrestados han sido obligados a escuchar rezos del Corán en los coches policiales.

En las redes sociales, las asociaciones de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI) han destacado en una declaración conjunta que “una vez más” las autoridades prohibieron su marcha, como en 2015 y 2016. “Sin embargo, no estamos asustados. No vamos a dar un paso atrás ni vamos a rendirnos. Estamos aquí de nuevo y vamos a demostrar que estamos luchando por nuestro orgullo”, se señala en el texto.

La oficina del gobernador de Estambul anunció este sábado la prohibición de la marcha “por la seguridad de los turistas y de los propios participantes”, al recordar que algunos sectores ultranacionalistas e islamistas habían amenazado con impedirla.

La marcha del Orgullo LGTBI se celebraba en Estambul desde 2003 y ha ido cobrando importancia hasta reunir a unas 15.000 personas en 2014, siempre en un ambiente alegre y festivo. En 2015, la policía prohibió por primera vez el desfile y dispersó a los participantes con gases lacrimógenos, lo que se repitió en la marcha por los derechos de los transexuales el año pasado, celebrada también en junio. Tras estas intervenciones policiales y la prohibición de desfilar, los colectivos decidieron cancelar la marcha del Orgullo del año pasado. Este año, a pesar de la prohibición de las autoridades, habían decidido echarse a la calle. Finalmente, la policía ha impedido la marcha.

El Tribunal de Derechos Humanos de Europa falla en contra de la ley rusa que prohíbe la ‘propaganda gay’

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) decretó este martes que la ley rusa que prohíbe la promoción de la homosexualidad viola las normas de libertad de expresión de Europa y es discriminatoria con las personas homosexuales.

El estatuto federal ruso contra la homosexualidad se aprobó en 2013, aunque a nivel regional ya había normas similares desde 2003 y 2006. El fallo de Estrasburgo considera que esta norma, más conocida como ‘ley de propaganda gay’, “fue formulada y aplicada de forma discriminatoria y, sobre todo, no sirve a un bien común legítimo”.

“Además, al adoptar tales leyes, que prohíben la propaganda gay, las autoridades han aumentado el estigma y los prejuicios contra los homosexuales, algo que es incompatible con los valores de una sociedad democrática”, continúa la Corte de Derechos Humanos.

En Rusia está prohibido y penado desde 2013 el manifestarse de forma positiva sobre la homosexualidad en presencia de menores. El caso sobre el que se pronuncia ahora el Tribunal de Estrasburgo fue llevado a la justicia por tres demandantes, Nikolay Bayev, Aleksey Kiselev y Nikolay Alekseyev, de entre 37 y 47 años, que organizaron manifestaciones entre 2009 y 2012 en las que exhibieron pancartas que decían que “la homosexualidad es natural/normal y no una perversión”.

Su potencial exposición ante menores hizo que los tribunales rusos les condenaran por faltas administrativas. Sin embargo, la sentencia del TEDH recuerda que los lugares de las protestas, como el Ayuntamiento de San Petersburgo, “no están especialmente reservados a menores”, por lo que “cualquier lugar puede suponer una infracción”.

El Tribunal Constitucional ruso rechazó los recursos por el daño potencial de “crear una impresión deformada de la equivalencia social entre las relaciones conyugales tradicionales y no tradicionales”.

Pero Estrasburgo da la razón a los activistas y obliga al Estado ruso a indemnizarles con entre 8.000 y 20.000 euros por daños morales.

El fallo contó con el voto contrario del juez ruso, Dmytri Dedov, que lamentó en su opinión disidente que el Consejo de Europa favorezca las relaciones sexuales no tradicionales, “que afectan a menores y su inmadurez, las convicciones religiosas y filosóficas de los padres, las tradiciones nacionales o la maternidad”.

Arresto masivo en una supuesta fiesta gay en Yakarta

La policía indonesia arrestó a 141 hombres que supuestamente participaban en una fiesta gay en un sauna, informaron este lunes las autoridades, en una de las últimas operaciones de represión contra los homosexuales en el país musulmán más poblado del mundo.

Las autoridades se presentaron tarde el domingo en el edificio Atlantis de la capital Yakarta, que alberga un sauna y un gimnasio.

“Nuestros agentes realizaron una investigación encubierta y realizaron una redada en el lugar el domingo”, informó a la AFP el detective de alto rango Nasriadi, que como muchos indonesios se identifica con un sólo nombre.

La homosexualidad no es ilegal en Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, salvo en la conservadora provincia de Aceh.

Nasriadi precisó que 10 de las personas arrestadas podrían ser acusadas de cargos relacionados con la dura legislación contra la pornografía.

En ellos están los supuestos organizadores del evento y también hombres que presuntamente ejercían la prostitución o eran bailarines de striptease.

Estos cargos están penados con hasta 10 años de prisión.

Los otros detenidos todavía están siendo interrogados por la policía con potenciales testigos del caso, informó el detective.

En Indonesia hay una creciente intolerancia hacia la comunidad LGBT (Lesbianas, Gay, Bisexuales y Transgéneros), que desde el año pasado recibe ataques verbales de ministros, religiosos conservadores y grupo islámicos influyentes en la sociedad.

Mohamed Ismail: “Jimena ha manipulado a mi hija Shaza”

Imagen reciente de Shaza junto a su padre, Mohamed Ismail. FOTO CEDIDA POR LA FAMILIA

“Manipuladora”, ése es el adjetivo que dedica el padre de Shaza, Mohamed Ismail, a la malagueña con la que su hija mantiene una relación amorosa: Jimena Rico.

Una opinión que mantiene la familia de la joven egipcia al completo. “Shaza es una víctima de Jimena. Le dijo que su padre la mataría, le convenció de que su familia le iba a matar, que su padre era un terrorista porque era musulmán”, desgrana en conversación telefónica con EL MUNDO el progenitor. Mohamed reconoce que persiguió a su hija cuando ésta se escapó de su hogar en Dubái con la española y también que rompió su pasaporte, pero matiza que se trataba de “uno caducado”.

“Jimena no ha permitido que Shaza hable con su familia en todo este tiempo”, se lamenta. Sólo la madre ha podido mantener breves conversaciones a través de WhatsApp en la que la una a la otra se recriminan haber hecho pública la historia.

Necesitan explicar que “en ningún momento han querido dañar a su hija” y que lo que intentan conseguir es que “Shaza regrese para terminar sus exámenes de fin de curso en la universidad, que serán dentro de pocas semanas”. “Es su último curso y queremos que termine sus estudios, queremos evitar que destruya su futuro por no presentarse a los exámenes”, consideran.

Ante la dificultad de mantener una conversación en inglés, Mohamed cede el teléfono a su hija menor, de 17 años, que ejerce a continuación de traductora entre este periódico y el padre de Shaza. La joven narra así el desaliento de su familia: “Mi hermana ha hecho todo muy rápido. Podría haberlo discutido todo esto con nosotros. Mis padres podrían haber entendido la situación, pero Shaza ha hecho todo esto sin pensar, sin pensar en su familia y sin pensar en su futuro”.

“Everything is wrong”, “todo es incorrecto”, se escucha decir al padre cuando se le pregunta por la información publicada hasta ahora en relación a su hija y su relación sentimental con Jimena. Sostiene que “sólo se conocen desde hace tres meses, que Shaza nunca estudió en Londres sino siempre en Dubái, que nunca persiguió a Jimena, que únicamente fue a visitarla, como amiga que era”. “Jimena se la ha llevado, y ha arruinado no sólo su vida sino también la de su familia y la de sus amigos”, asegura.

Además, la familia sostiene “haber hospedado y tratado siempre bien en Dubái a Jimena”, quien consideran que les “ha traicionado diciendo mentiras a las autoridades y a la prensa”. “Se quedó con nosotros de vacaciones, se le ofreció un lugar y comida, se le dio incluso dinero cuando lo necesitó y siempre fuimos cariñosos con ella, mientras ella viajaba, volvía a casa, se marchaba de nuevo… Estuvo por lo menos dos semanas en casa, nunca les interrumpimos, nunca les agobiamos…”, rememora Ismail.

Se quejan sobre todo de los modos y de la forma: “Nos explicó que era gay a través de un mensaje de texto, nos dejó confundidos e impactados, no conocemos las redes sociales ni cómo funcionan, y ella se escapó, en lugar de venir a casa y tratar de explicarnos las cosas… se escapó. Para nosotros es algo nuevo, y no es algo fácil de aceptar”. E insisten en mandarle el siguiente mensaje: “Te esperamos en casa, con los brazos abiertos, con todo el cariño, como siempre hemos hecho”.

Jimena y Shaza encuentran trabajo en un club de playa de Marbella

La malagueña Jimena Rico y su novia egipcia Shaza serán contratadas por el elitista club de playa Funky Buddha Beach, que abrirá sus instalaciones en Marbella en las próximas semanas. Las dos chicas, que se escaparon de Dubai para evitar las amenazas de un padre que no respetaba su condición de homosexuales, hicieron un llamamiento público para encontrar trabajo y poder costearse su estancia en España ,tras haber estado retenidas en Turquía.

Juan Carlos Ferrero, propietario del grupo Funky Buddha, les llamó por teléfono para informarles de que les ofrecía trabajar: a Jimena como coctelera dada su experiencia en locales de alto standing en Londres y, a Shaza, como relaciones públicas para cuidar de su clientela árabe.

“Nos hemos enamorado de su historia y nos han dado un ejemplo de valentía. Las vamos a contratar porque pueden aportar muchas cosas positivas a nuestra empresa. Se merecen una oportunidad. Jimena tiene mucha experiencia en el sector de la hostelería más exclusiva y Shaza habla el idioma de muchos de nuestros clientes”, ahonda Juan Carlos Ferrero, reconocido empresario de la noche de Marbella y con siete salas de ocio nocturno.

Jimena Rico ha confirmado a EL MUNDO que ha aceptado la oferta de trabajo y que está encantada con esta nueva oportunidad que se le presenta. “Yo me he dedicado a enseñar a hacer cócteles, a diseñar las cartas de bebidas por lo que creo que puedo hacerlo bien. Y Shaza en cuanto arreglemos su situación legal también trabajará conmigo”, comenta la malagueña sobre su novia egipcia quien está tramitando una petición de asilo tras haber huido de su progenitor, que le recomendó ir al psicólogo para curar su homosexualidad.

Turquía contra la pasión

María Jimena Rico y Shaza Ismail, ayer en la localidad malagueña de Torrox. (Foto: Efe)

 

LA joven hispano-argentina María Jimena Rico, que fue retenida en Estambul tras ser localizada después de estar desaparecida junto a su novia egipcia, Shaza Ismail, espera que lo que les ha ocurrido sirva para combatir la represión homosexual en los países árabes.

Rico, que huyó de Dubái, donde reside la familia de su novia, tras sentirse ambas “amenazadas de muerte”, explicó ayer en rueda de prensa que su historia ha llegado a los países árabes y cree que puede ayudar a mucha gente que vive una situación de represión homosexual. “Para algunas personas puede ser un empujón para hablar e intentar movilizarse y hacer algo, y también para acabar con la corrupción en algunos países y que las cosas cambien”, dijo.

La joven, de 28 años, ofreció una rueda de prensa en el Ayuntamiento de la localidad madrileña de Torrox, municipio en el que vive su familia y al que llegó en la madrugada del sábado desde Barcelona, hasta donde fue deportada procedente de Turquía junto a su pareja. Rico agradeció la presión de los medios de comunicación -“sin la que hoy no estaríamos aquí sentadas”, afirmó- y detalló que su prioridad ahora es que Shaza, de 21 años, que tiene un permiso temporal de estancia en el Estado español, obtenga la documentación necesaria para permanecer aquí.

En este sentido, aseguró que sus planes son casarse y que lo hará en su pueblo, y que cuando se reúna con su abogada y pueda aclarar todos los detalles, presentará una denuncia “contra todo el mundo, desde el primero al último”. Declaró que su novia ha vivido “un calvario” desde los 15 años, cuando fue amenazada por primera vez por su condición sexual, pero ella le dijo “que no se podía conformar con vivir infeliz y que había más mundo fuera”.

La joven relató que volvieron a Dubái desde Londres, donde vivían, engañadas por el padre de Shaza, que les dijo que su madre estaba enferma, y una vez allí, “aseguró a su hija que nunca se iba a casar con una mujer y que no la dejaría irse de su casa”. Escaparon hasta Georgia y, cuando estaban en el aeropuerto de Tiflis para regresar hasta Londres, apareció el padre de Shaza, “que fingió un infarto, nos rompió la documentación y me amenazó de muerte”. Tras este altercado, en el que intervino la Policía, ella renunció a que encarcelaran al padre de Shaza y fueron llevadas hasta la frontera de Turquía, país en el que entraron “de forma legal”, porque renovaron la documentación.

Pese a ello, cuando entran en Turquía, son detenidas “por terrorismo”, y cree que en esa acusación “pudo tener algo que ver la abogada del padre de Shaza”, que les venía “siguiendo la pista”.

CRÍTICAS A TURQUÍA Denunció el trato recibido por las autoridades turcas, que les aplicaron “una doble discriminación, por ser terroristas y por ser lesbianas”, y afirmó que le hicieron firmar un papel en lengua otomana sin traductor por el que renunciaban a recibir asistencia consular. Asimismo, señaló que estuvieron tres días retenidas, los dos primeros sin que les diesen de comer, y que en un traslado pudo hacerse con un teléfono y llamar a su familia, y que a raíz de eso se activó su búsqueda, porque hasta ese momento Turquía negaba que estuviese en ese país. El peor instante, dijo, fue cuando las separaron e hicieron creer a Shaza que ella se había marchado y la había dejado allí, e insistió en que incluso cuando estaban en el aeropuerto para ser deportadas no terminaban de creérselo.

Por su parte, Shaza Ismail manifestó que, en cierta medida, esperaba la reacción de sus padres, porque son personas muy religiosas, pero confiaba en que con el tiempo la aceptasen, y en cuanto al trato en Turquía lo calificó de “inesperado, inhumano y horrible”. La joven, nacida de Dubái pero con nacionalidad egipcia, agradeció a España que la haya acogido tan bien y que le haya dado la oportunidad de ser quien es. – Efe

Jimena, la joven desaparecida en Turquía, confía en que su historia combata la represión homosexual

La española retenida en Turquía y su pareja se casarán en Torrox.

Llegaron a Torrox en la madrugada del domingo, pero hasta este martes no han podido hablar. Necesitaban descansar, dijeron, para asimilar todo lo ocurrido durante 14 días de locura. Pero finalmente, Jimena Ricoy Shaza Ismail relataron este martes, en una concurrida rueda de prensa en el Ayuntamiento, toda la experiencia que han vivido a lo largo del particular infierno que les llevó desde Dubái a España, pasando por Georgia y Turquía perseguidas únicamente por el amor que ambas se profesan.

Antes, fueron recibidas por el alcalde, Óscar Medina, quien luego las acompañó a lo largo de la intervención. Y fue ahí, ante el enjambre de cámaras y flashes, cuando Jimena tomó la palabra durante la totalidad de la intervención. Shaza, a su lado, no le quitaba el ojo de encima. “Gracias a todos, si no es por vosotros no estaríamos aquí sentadas“, comenzó, agradecida, a todos aquellos que han visibilizado su situación, en la que se vieron debido a que el padre de su pareja, de nacionalidad egipcia pero residente en el Emirato Árabe, les tendió una trampa y las denunció por su relación homosexual, algo penado en dicho país. A partir de ahí, comenzó una huida de ciencia ficción que concluyó hace pocos días en España.

“Cada día, cada segundo, era una nueva emoción, un miedo diferente”, detalló Jimena, que ahora está a expensas de buscar, por medio de su abogada, la manera de arreglar las condiciones legales de Shaza, egipcia de 30 años, quien posee en la actualidad un permiso de estancia concedido por el Gobierno. “Esta noticia ha llegado a países árabes, y visibilizarlo ayudaría a que la gente que vive allí una situación de represión por su homosexualidad; puede ser un empujón para hablar y movilizarse“, expuso la joven hispano-argentina de 28 años, quien, emocionada, tuvo que parar su alocución en varias ocasiones.

Sus planes ahora, en primer lugar, pasan por buscar un trabajo “ya que con toda esta odisea de billetes y viajes perdidos… si no llega a ser por mi amiga Angie, que se ha gastado más de un mes de sueldo en hoteles y vuelos a los que nunca pudimos llegar, no hubiera sido posible”.

“Ahora toca empezar de cero; Shaza debe aprender español, ya que solo sabe unas palabras que no las dirá en público”, afirmó entre risas. “Además, ella debe insertarse en nuestra sociedad, que es diferente a la que estaba acostumbrada: es un shock que aquí se pueda ir de la mano y todos seamos tan abiertos”.

Fue, incluso, un paso más allá al desvelar que la intención de ambas “es la de casarnos”, pese a llevar juntas unos meses. “La idea ya la teníamos antes de que pasara todo esto, lo habíamos mirado en Londres -donde residen-, sacado los papeles que ella necesitaba… pero a mí ahora me gustaría hacerlo en España, en Torrox, si el alcalde quiere”, aseguró, sonriendo, Jimena, quien recibió por respuesta un “encantadísimo” por parte del regidor.

Odisea

“No nos encontrábamos tan mal a nivel emocional porque estábamos juntas, y ahí nos dimos cuenta qué grande era y hasta qué punto podía llegar”, resaltó Jimena sobre las emociones que ambas vivieron en aquella frenética escapada. “Yo lo único que tenía claro es que no me volvía sin ella, y si acababa en la cárcel, yo iría con ella“, apuntó.

En relación al padre de Shaza, quien se opuso a la relación, las amenazó e incluso persiguió hasta Tiflis, Georgia, lugar al que huyeron tras irse de Dubái -sitio al que fueron debido a la supuesta enfermedad de la madre- y en cuyo aeropuerto rompió un pasaporte con visado de Shaza y hurtó el de Jimena, aunque finalmente lo recuperó la policía. “Shaza quiere desmentir, después de hablar con la abogada, las cosas que su padre ha dicho vía telefónica; tenemos pruebas, mensajes, audios… queremos que se haga justicia”, aseveró. “Ahora está con abogados para intentar limpiar su imagen; los únicos mensajes que ha recibido Shaza fueron a través de su hermana, quien conocía su condición homosexual desde los 15 años”.

Sobre la ruta que siguieron en territorio turco, una vez que dejaron Georgia, Jimena explicó que entró en el país otomano en situación legal. “La detención fue porque se nos acusó de terrorismo por el ISIS”, subrayó, “aunque no puedo dar esa información”. “Me dijeron que la embajada se negaba a verme y me hicieron firmar un documento en turco, sin traductor, en el que rechazaba voluntariamente acudir a este organismo”.

Tras toda la tensión, los nervios y la angustia, las dos fueron, tras finalizar la rueda de prensa, a pasear delante del Ayuntamiento. Allí, con dos ramos de flores, se dieron un beso que tras de sí llevó consigo un calvario fruto de la incomprensión por su orientación sexual. Un beso con final feliz para una relación de película.