Marruecos absuelve a las dos menores juzgadas por darse un beso

Bandera, tela de la homosexualidad, orgullo gay, lesbianas y transexuales. Horizontal

Las dos menores que se dieron un beso y fueron juzgadas por homosexualidad han sido absueltas por el juez de Primera Instancia de Marrakech, en el sur de Marruecos, quien ordenó este viernes que sean entregadas a sus padres sin ningún cargo. Los familiares de las dos chicas serán obligados a pagar las costas judiciales de un caso que ha despertado el interés de ONG defensoras de los derechos humanos y de las minorías sexuales y en el que por primera vez se juzgó a mujeres ya que casi todos los casos de homosexuales son procesos contra hombres en Marruecos.

La directora ejecutiva del grupo Human Rights Watch (HRW) para Norte de África y Oriente Medio, Sarah Leah Whitson, expresó su esperanza de que este veredicto represente el final de “una prueba” que las dos adolescentes no deberían haber vivido. “Este caso demuestra de nuevo por qué las autoridades marroquíes deben abolir el artículo 489 (del Código Penal) que criminaliza la homosexualidad”, dijo Whitson nada más conocerse la sentencia.

Pero la organización HRW subrayó también el carácter “contradictorio” de la sentencia, pues el juez dice que las menores deben ser entregadas a sus familias “para reformar su comportamiento”, lo que significa que las chicas cometieron una falta y que la homosexualidad sigue siendo una anomalía. También el representante de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), Omar Arbib, pidió la despenalización de la homosexualidad y consideró “positiva” la sentencia de hoy.

El artículo 489 castiga con penas de hasta tres años de cárcel la “comisión de actos contra natura con individuos del mismo sexo”. A pesar de las peticiones de varias ONG para abolirlo, la clase política de Marruecos, y la sociedad, están todavía lejos de este debate.

Reforma del código penal

La mayoría de los partidos presentes en el parlamento, desde los islamistas del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) hasta los nacionalistas del Istiqlal, no han mostrado la menor disposición a abordar un tema que prefieren evitar. En el anterior Gobierno marroquí encabezado por el PJD, el ministro de Justicia, el islamista Mustafa Ramid, presentó en abril de 2015 una propuesta de reforma del Código Penal que no incluyó ningún artículo relacionado con las libertades individuales, como la despenalización de la homosexualidad ni de las relaciones extramaritales o infringir en público el ayuno obligatorio en ramadán.

Aquella reforma desató la indignación de varias ONG izquierdistas, ante las cuales Ramid fue tajante al sentenciar que no aceptará ninguna enmienda que “atente contra la base de la conciencia de la sociedad y contra el carácter islámico del Estado”. Más allá de la política, la propia sociedad marroquí es reticente a cualquier tema relacionado con los homosexuales. Una encuesta del centro de estudios africano, Afrobarómetro, realizado entre 2014 y 2015 reveló que en Marruecos solo un 16% de los encuestados aceptaría tener como vecino a un homosexual.

Pese al clima hostil, esto no ha impedido que el activismo de la comunidad gay en Marruecos haya adquirido más visibilidad en los últimos tiempos. En la audiencia de las dos lesbianas de Marrakech llamó la atención la presencia de militantes del colectivo Aswat (Voces) o Akaliat (minorías), dos formaciones que defienden los derechos de los homosexuales y que hasta hace poco actuaban sin dar la cara.

Akaliat decidió dar un paso adelante y constituirse en una asociación que se destinará a defender el derecho de las minorías sexuales y religiosas en Marruecos, aunque parece improbable que las autoridades acceden a sus pretensiones

Marruecos libera a las dos jóvenes encarceladas por besarse

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Activistas marroquíes participan en un homenaje a las víctimas del tiroteo de un club gay en Orlando, el pasado junio en Rabat. FADEL SENNA GETTY IMAGES

Las chicas fueron denunciadas a la policía por una persona de su entorno. Su abogado cree que el caso se desactivará por la presión internacional

Las dos jóvenes de 16 y 17 años detenidas en Marrakech el pasado 27 de octubre por besarse salieron de prisión el jueves bajo libertad condicional. No se han retirado los cargos contra ellas, que podrían enfrentarse a una pena de hasta tres años y multas de hasta 100 euros, según la ley marroquí, que castiga las relaciones entre personas del mismo sexo. Sin embargo, su juicio, previsto para este viernes, se ha retrasado hasta el próximo 25 de noviembre. Las dos menores fueron conducidas ante la policía por una persona próxima a la familia de una de ellas cuando las sorprendió dándose un beso en su casa, según explica Nidal Azhary, fundadora y presidenta de la Unión Feminista Libre.

Youssef Chehbi, el abogado de Casablanca contratado por la asociación Unión Feminista Libre (UFL) para las jóvenes, cree que la liberación de las menores y el retraso de la vista significa que la justicia da marcha atrás en el caso. “[Las autoridades] se han dado cuenta de que con los cientos de periodistas que van a venir a Marrakech para cubrir la cumbre climática, el COP22, que comienza el próximo lunes el escándalo internacional podría ser enorme”, declaró a este diario en conversación telefónica Youssef Chehbi, que califica la detención de las menores como “absurda, aberrante, indigna y grotesca”.

“La persona próxima de la familia de una de ellas que las sorprendió dándose un simple beso y las condujo ante la policía, como si fueran judías durante la II Guerra Mundial, es imbécil. Y el policía que tramitó la denuncia es otro imbécil. Antes que nada tendrían que haber pensado en la reputación de las chicas”, dice Chehbi. “Al menos”, continúa el abogado, “la próxima vez que suceda un caso semejante espero que el policía convenza al delator de que esas chicas no han hecho mal a nadie y no tiene ningún sentido denunciarlas”.

Nidal Azhary asegura que las dos adolescentes se encuentran muy fatigadas, aunque en buen estado. “La experiencia dentro de la cárcel para ellas solo puede ser traumática. Una de ellas se negó incluso a comer y a beber. Las dos son menores y han sido llevadas a una cárcel y no a un centro para jóvenes”, explica.

Para Azhary, lo más importante a partir de ahora es que el veredicto sea favorable y las declaren inocentes. “Porque ellas no han cometido ningún crimen; son jóvenes, no podemos tratar así a nuestra gente”. La presidenta de la Unión Feminista Libre asegura que su trabajo en la defensa de las dos adolescentes continuará hasta el día de la audiencia e incluso después. “La criminalización de la homosexualidad es una vergüenza en estos días. Nuestro Código Penal tiene que evolucionar”. Marruecos es uno de los 75 países del mundo que todavía castigan las relaciones entre personas del mismo sexo.

La escritora francomarroquí Leila Slimani, quién ganó el jueves del Premio Goncourt, el más prestigioso de las letras francesas, declaró el viernes en la emisora France Inter: “La legislación de Marruecos es completamente medieval, desconectada de la realidad. Hay normas que prohíben las relaciones sexuales fuera del matrimonio, que prohíben la homosexualidad, castigan el adulterio”.

“No hay que ser hipócritas”, añadió Slimani, “todo el mundo sabe que hay marroquíes que llevan una vida fuera del matrimonio y que existen homosexuales. Y mantenemos esa dicotomía porque eso le conviene al sistema. Yo creo que ya es hora de que los ciudadanos se rebelen contra esto, que no tiene ninguna relación con la religión (…) Es una cuestión de derechos del hombre, de derechos sexuales, de la dignidad y, en particular, de la dignidad del cuerpo de la mujer”.

En Marruecos, el artículo 489 del Código Penal, contempla penas de seis meses a tres años y multas de entre 20 y 100 euros para quienes cometan “actos licenciosos y contra natura con personas del mismo sexo”. En abril de 2015, dos hombres fueron condenados a seis meses de prisión por besarse en uno de los monumentos más emblemáticos de Rabat y del país. Y el pasado marzo dos hombres que yacían en la misma cama en el municipio de Beni Melal, en el centro de Marruecos, fueron agredidos por varios vecinos que los sacaron a golpes de su casa, los exhibieron en la calle y difundieron en Internet las imágenes grabadas por sus teléfonos.

Dos chicas menores de edad serán juzgadas en Marruecos por ser homosexuales

La pareja fue detenida después de que uno de los familiares tomara fotos de ellas besándose. La Asociación Marroquí de Derechos Humanos considera “un escándalo” que se juzgue a una persona por su orientación sexual.

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http://www.publico.es/internacional/chicas-menores-edad-seran-juzgadas.html

RABAT. – Dos adolescentes marroquíes serán juzgadas en la ciudad de Marrakech, al sur de Marruecos, acusadas de homosexualidad tras haber sido fotografiadas por el familiar de una de ellas, ha informado este miércoles la rama local de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH).

Las dos menores, de 16 y 17 años de edad, comparecerán en una primera audiencia ante el Tribunal de Primera Instancia de Marrakech el próximo viernes, ha explicado la nota.

Las dos menores fueron detenidas el pasado 28 de octubre después de que un familiar de una de ellas las fotografiase desde la azotea de un edificio en el barrio de Hay Mohamadien Marrakech mientras se estaban besando y las denunciase ante la policía.

El representante de la AMDH Omar Arbib denunció que es un escándalo que “se juzgue a cualquier persona por sus orientaciones sexuales” y llamó a la puesta en libertad de las dos jóvenes.

En Marruecos, la homosexualidad está expresamente castigada con hasta tres años de cárcel por el Código Penal en su artículo 489, que persigue la “comisión de actos contra natura con individuos del mismo sexo”.

A pesar de que varias ONGs nacionales e internacionales llamaron a su despenalización, la homosexualidad sufre de una gran reprobación social. La persecución contra los hombres homosexuales es relativamente frecuente, pero los casos contra lesbianas son todavía rarísimos en Marruecos.

El Gobierno marroquí, encabezado por el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), ha excluido de la actual reforma del Código Penal los artículos más polémicos que tienen que ver con las libertades individuales y sexuales, como los que castigan la homosexualidad, el adulterio y las relaciones extramaritales.

Detenidas dos adolescentes en Marrakech por darse un beso

Marruecos castiga las relaciones entre personas del mismo sexo. Las menores, de 16 y 17 años, fueron delatadas por alguien de su entorno

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Activistas marroquíes participan en un homenaje a las víctimas del tiroteo de un club gay en Orlando, el pasado junio en Rabat. FADEL SENNA AFP

Dos adolescentes, de 16 y 17 años (S. Sh y H. B) fueron detenidas este jueves en Marrakech por besarse. Son las últimas víctimas del artículo 489 del Código Penal, que sanciona “los actos licenciosos y contra natura con personas del mismo sexo” con penas de seis meses a tres años y multas de entre 20 y 100 euros.

Una persona del entorno de una de las menores las condujo hacia un puesto de policía y fueron arrestadas de inmediato, según reveló la madre de H.B. a la Unión Feminista Libre, de Marruecos. La mayor fue transferida a la prisión local de Boulahjaraz y la otra a un centro de menores.

En abril de 2015, dos hombres fueron condenados a seis meses de prisión por besarse en la explanada de la Tour Hassan, uno de los monumentos más emblemáticos del país. Y el pasado marzo dos hombres que yacían en la misma cama en el municipio de Beni Melal, en el centro de Marruecos, fueron agredidos por varios vecinos que entraron en la casa, los sacaron a golpes, los exhibieron en la calle y difundieron en Internet las imágenes grabadas por sus teléfonos.

A raíz de la agresión, el escritor marroquí Abdellah Taïa, que se convirtió en 2006 en el primer marroquí en revelar en público su condición de homosexual y vive en París, escribió: “Lo que más me inquieta y entristece es el silencio ensordecedor de los responsables políticos marroquíes. Al evitar la condena de las agresiones homófobas las animan, de hecho, provocan un sentimiento de abandono en los jóvenes marroquíes y les envían la idea de que no están protegidos”.

El caso de Marruecos no es único, las relaciones homosexuales son todavía delito en 75 países del mundo; en siete de ellos —Mauritania, Afganistán, Pakistán, Qatar, Emiratos Árabes (aunque no se han registrado casos) y algunas regiones de Somalia y Nigeria— la condena puede ser a muerte.

Dos adolescentes serán juzgadas por darse un beso en Marruecos

bandera

Un beso en la boca en un lugar privado. Ese es el delito al que se enfrentan dos adolescentes marroquíes, de 16 y 17 años, después de ser descubiertas por una “persona cercana” a una de las chicas en su hogar de Marrakech, una de las principales ciudades y más turísticas de Marruecos.

De acuerdo con un comunicado enviado por la Unión Feminista Libre, que lucha por los derechos de las mujeres en el reino, las dos chicas fueron conducidas a la comisaría e inmediatamente detenidas por “homosexualidad”. Y es que según afirma Omar Arbib, responsable de la sección de Marrakech de la Asociación Marroquí de los Derechos Humanos (AMDH, por sus siglas en francés), al medioLe360 “la persona allegada les habría hecho una foto y enseñado posteriormente a los padres de una de ellas. Son ellos quienes han denunciado” a las autoridades.

Ambas se enfrentan al tan discutido y detestado, por una parte de la sociedad, artículo 489 del código penal marroquí que condena las relaciones entre dos personas del mismo sexo. En dos días tendrán que presentarse en el tribunal de primera instancia de Marrakech y podrían enfrentarse a una pena de entre seis meses y tres años de prisión y a una multa de entre 120 dirhams (11 euros) a 1.200 dirhams (110 euros).

“Los homosexuales no tienen ningún derecho en Marruecos. Les cierran la boca, tienen que esconder lo que son o dejar el país”, afirma a EL MUNDO Hicham Tahir, escritor marroquí y uno de los ganadores del Premio Novela Gay 2013 en Francia.

“Marruecos rechaza avanzar debido a actos homófobos en su territorio. La persona homosexual no puede salir del armario ya que corre el riesgo de ser expulsado por su propia familia, incluso algo peor. No hay ninguna estructura para acogerles”, afirma Tahir desde Parí,s donde reside actualmente.

Detenidas y familiares, sin comunicación

La madre de la joven de 17 años ha explicado a la asociación que ha difundido el comunicado de este arresto que ella había sido contactada por las autoridades para llevarles el carnet de identidad de su hija en la ciudad ocre. Sin embargo, no sabe nada de su hija, ni siquiera las horas de visitas en la prisión local de Boulemharez, donde han sido trasladadas “y no a un centro de menores”, tal y como se lamenta la madre.

Asimismo, su hija -que también ha sido culpada por delincuencia- “ha tenido que firmar el informe policial bajo presión y sin tener la posibilidad de leerlo, siendo éste uno de sus derechos fundamentales”, aseveran desde la asociación que “condena” dicho arresto y hace un llamamiento a demás movimientos que luchan por las libertades individuales para unirse a la causa.

Es el responsable de AMDH quien recuerda que “la persona allegada a la adolescente ha violado su intimidad echándoles una foto” y evocando igualmente la necesidad de “abolir el artículo” que tantas veces se ha denunciado por parte de asociaciones nacionales e internacionales.

No es el primero ni será el último caso que salpica a nuestro país vecino. El pasado marzo, un vídeo golpeando a dos jóvenes homosexuales en Beni Mellal, ciudad ubicada en el centro del país, fue bastante difundido a través de internet por la brutalidad del acto. A pesar del salvajismo, los dos chicos fueron detenidos y pasaron 26 días en prisión por ser homosexuales. Finalmente, la presión social logró que pudiesen salir en libertad.

“Es a la vez estúpido, criminal y anticonstitucional que Marruecos -al igual que otros países del Magreb y del mundo árabe- haya firmado la declaración de los Derechos Humanos, porque continúa haciendo esto”, asegura el escritor. Además, se pregunta: “¿Cómo es posible que en 2016 se pueda detener a unas personas por la simple razón de querer a gente del mismo género?”.

Una injusticia más en un país que se encuentra en el punto de mira estos días, después de la ola de protestas por la muerte trágica de un vendedor de pescado en Alhucemas, al ser el anfitrión de la Cumbre del clima mundial (COP22) donde numerosos jefes de Estado de todos los continentes aterrizarán en sus calles.

Protesta en Estambul por el crimen de la joven trans: ‘Hande Kader está aquí ¿dónde están sus asesinos?’

Alrededor de mil personas se han manifestado este domingo en el centro de Estambul por el asesinato de la activista y prostituta transexual Hande Kader, de 22 años. El cuerpo mutilado y quemado de la joven apareció el 12 de agosto en el barrio de Zekeriyakoy en Estambul. Sus amigos la habían visto por última vez subiendo a un coche de un cliente.

“Queremos morir por causas naturales” decía la pancarta principal de la manifestación. “Casi ninguna llega a los 60 años, menos si te ves forzada a ejercer la prostitución” dice Esra, prostituta transexual, que ha dejado su puesto en una calle cercana para acudir a la manifestación. “Nos matan y nos olvidan. Y nadie nos protege” añade. La policía, que ha rodeado en todo momento la concentración, no ha permitido una marcha por la calle Istiklal, centro habitual de las protestas, por lo que se ha reducido a un breve encuentro. “Estoy muy triste por su asesinato. Ojalá sirva para poder cambiar algo y tener más derechos” dice Ramtin, un activista LGBTI y amigo de Hande. “Ella estaba en todas las manifestaciones y no merecía esto, bueno, nadie merece morir así” añade. “A pesar de todo, estamos caminando para actuar”, comenta.

Varios colectivos LGBTI y feministas han acudido a la protesta, también ciudadanos que normalmente no son activistas, como Ezgi. “No sabía quién era, pero a través de amigos me llegó su imagen, la del día del orgullo gay. Hay que hacer justicia, no se pueden olvidar estos asesinatos”, explica. Los manifestantes gritaron consignas a favor de la justicia y la libertad y por los derechos de los transexuales, como “Hande Kader está aquí, ¿dónde están los asesinos?” o “Un asesinato trans es política”.

Hande Kader se convirtió en un icono activista trans al aparecer en numerosas imágenes del día del Orgullo gay en Estambul. Una marcha que fue prohibida por el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Los activistas salieron a la calle igualmente y se enfrentaron con la policía, que disparaba balas de goma y gases lacrimógenos.

Su asesinato se produjo dos semanas después de la decapitación de un joven homosexual sirio en Estambul.

Según un informe de Transgender Europe, Turquía tiene la tasa más elevada de asesinatos de transexuales de Europa. El hashtag #HandeKaderSesVer (Haced ruido para Hande Kader) ha dado visibilidad a su asesinato, que apenas ha aparecido en los medios locales turcos.

La diputada Selin Dogan, del partido socialdemócrata CHP, ha llevado su asesinato al Parlamento turco. Dogan denuncia que “la falta de castigo” termina “legitimando la violencia contra las mujeres y el colectivo LGBTI”. Y añadió quedesde el año 2008, 45 mujeres transexuales han sido asesinadas. Aunque la homosexualidad no es un delito en Turquía la homofobia está muy extendida.

Según el centro de estudios PEW, casi el 80% de los turcos cree que la homosexualidad es “moralmente inaceptable”.

La joven transexual Hande Kader, un icono gay en Turquía, aparece mutilada y calcinada

El pasado 12 de agosto, el cuerpo mutilado y quemado de la activista y prostituta transexual Hande Kader aparecía en el barrio de Zekeriyakoy en Estambul. Su pareja y amigos la habían visto por última vez subiendo a un coche de un cliente. Tras varios largos días con la esperanza de encontrarla con vida, hallaron el cuerpo de Hande – de 22 años de edad – en un depósito de cadáveres para personas no identificadas en el barrio de Yenibosna. Su cuerpo estaba tan calcinado y mutilado que sólo pudieron identificarla por sus prótesis.

“Hande era una persona que levantó su voz contra los crímenes de odio y animó a todos a levantar sus voces también” publicaba en un comunicado el director de la asociación LGBTI SPoD, Ermihan Deniz Çelebi. “Estamos siendo asesinados y ellos no escuchan nuestras voces, las leyes en Turquía no nos protegen” añadía.

Hande Kader se convirtió en un icono activista trans al aparecer en numerosas imágenes del día del Orgullo gay en Estambul. Una marcha que fue prohibida por el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Los activistas salieron a la calle igualmente y se enfrentaron con la policía, que disparaba balas de goma y gases lacrimógenos.

O.S, que no quiere dar su nombre por seguridad, activista trans y conocida de Hande, destaca su activismo. “Siempre estaba en todas las manifestaciones, luchando por nuestros derechos”. También señala el peligro que encaran a diario las transexuales que se ven forzadas a prostituirse para sobrevivir: “El otro día una amiga fue apaleada. Llamamos a la policía. Vinieron y al ver que era transexual se fueron, sin tomar nota de lo sucedido ni nada. ¿Qué hacemos mal? Nosotras sólo queremos vivir en paz, ser quién somos. Nuestra elección nos lleva a prostituirnos para vivir… pero al final es un trabajo como cualquier otro. No hacemos daño a nadie” añade.

En el vídeo se ve cómo Kader lucha contra las fuerzas de seguridad turcas que lanzan desde el vehículo cañones de agua. Ella protesta lanzado su zapato. Así se convirtió en símbolo de resistencia en el país.

El acoso a los homosexuales

Este asesinato se ha cometido dos semanas después de la decapitación de un joven homosexual sirio. Muhammad Wisam Sankari fue violado y asesinado días después de denunciar a la policía y en varias ONGs que luchan por los derechos LGBTI el acoso constante que recibía en la calle. Su cuerpo estaba tan maltratado que sólo pudo ser identificado por su ropa.

D.R. que no quiere dar su nombre, acude a las reuniones de ASAM, ONG dónde se reúnen refugiados homosexuales. “Obviamente nuestra situación no es mejor nuestros países, pero aquí sigue siendo un sinvivir. Tenemos un doble estigma, por ser refugiados y ser gays”. Tanto él como sus compañeros han recibido acoso de vecinos o en el trabajo. D.R. sigue recibiendo amenazas de su familia, que vive en Irán, y que lo considera una deshonra.

Según un informe de Transgender Europe, Turquía tiene la tasa más elevada de asesinatos de transexuales de Europa. El hashtag #HandeKaderSesVer (Haced ruido para Hande Kader) ha dado visibilidad a su asesinato, que apenas ha aparecido en los medios locales turcos.

La diputada Selin Dogan, del partido socialdemócrata CHP, ha llevado su asesinato al Parlamento turco. Dogan denuncia que “la falta de castigo” termina “legitimando la violencia contra las mujeres y el colectivo LGBTI”. Y añadió que desde el año 2008, 45 mujeres transexuales han sido asesinadas.

Aunque la homosexualidad no es un delito en Turquía la homofobia está muy extendida. Según el centro de estudios PEW, casi el 80% de los turcos cree que la homosexualidad es “moralmente inaceptable”.

Decapitado un refugiado sirio homosexual en Estambul

Mohamed Wisam Sankari, un joven procedente de Siria que trataba de huir de Turquía, murió la semana pasada tras ser secuestrado en la puerta de su casa, informan varios medios turcos. Su cadáver apareció decapitado y con el cuerpo con signos de brutal violencia en un descampado del mismo centro de Estambul. El suceso retrae la peligrosa situación, que ya relató EL MUNDO, en que viven losrefugiados sirios LGBT, maltratados y ninguneados por las ONG dentro y fuera de su país.

Según cuentan sus allegados, el chico desapareció el viernes 23 de julio pasado nada más salir de su domicilio del barrio céntrico de Aksaray, domicilio de abundantes sirios. “Wisam salió a fuera por la noche. Realmente ya estábamos nerviosos por las amenazas que habíamos recibido del entorno”, relata Görken, un amigo, al medio digital pro LGBT Kaos GL. “Le dijimos que no saliera, pero nos respondió que sólo estaría fuera 15 ó 20 minutos”.

Pero Wisam no volvió. “No vino en toda la noche. Fue al día siguiente cuando entramos en pánico al ver que no podíamos contactar con él. Fuimos a la Asociación de Solidaridad con refugiados y migrantes (SGDD-ASAM) – a la que ACNUR delega el registro de peticiones de asilo-. Ellos nos redirigieron al cuartel de policía de Fatih. Pero, ¿cómo íbamos a ir?, ¿qué les íbamos a decir?, ¿qué íbamos a saber?”, lamenta Görken, reproduciendo la tradicional desconfianza de los refugiados hacia los agentes turcos.

Desorientados y desatendidos, los chicos aguardaron. “El [siguiente] domingo por la noche la policía nos llamó. Fui con Rayan – compañero de piso de Wisam – a Yenikapi”. Encontraron el cuerpo. “Estaba salvajemente cortado. Con tanta violencia que habían empleado dos cuchillos. Lo habían decapitado. El resto del cuerpo estaba irreconocible, le brotaban varios órganos internos. Pudimos identificarlo por los pantalones que llevaba“.

Este brutal crimen ha sacudido a la perseguida comunidad LGBT turca, privada desde el año pasado por el gobierno islamista del AKP de celebrar el Orgullo Gay y, en demasiadas ocasiones, víctima de crímenes de odio. El caso de Wisam Sankari, denuncian en su círculo, era la crónica de una muerte anunciada. “Últimamente se sentía inseguro, hablaba poco”, recuerda Rayan, quien dice que el mismo Sankari le había reconocido haber recibido amenazas en Aksaray de un grupo de hombres armados.

Además, hace cinco meses, el chico asesinado la semana pasada sufrió otro secuestro violento. Un grupo de hombres lo capturaron en el cercano barrio de Fatih y lo introdujeron en un coche. De allí se lo llevaron a un arbolado, donde Sankari fue golpeado y violado. “Podrían haberlo matado, pero Wisam se tiró a una carretera y es así como salvó su vida. Fuimos a denunciar lo ocurrido a la policía, pero no hicieron nada”.

Rayan y Wisam, según explica Kaos GL, ya habían tenido que mudarse en el pasado por problemas con los vecinos. “Nos miraban mal. ¿Qué habíamos hecho?”, llora, y critica duramente a ASAM y a ACNUR, quienes “solamente hablan y hablan” y “no les interesamos nada”. Rayan declara que fue brevemente retenido dos veces, y que al acudir a ACNUR a identificarse “ni me respondieron”. “Tengo mucho miedo. Siento que por la calle me mira todo el mundo”, cuenta.

El relato de Wisam y sus amigos se asemeja al calvario que han sufrido, también en Turquía, un refugiado sirio y otro sirio de origen palestino, identificados por este periódico como Jalid y Firas. A finales de 2015, ambos fueron secuestrados en el centro de Estambul y llevados a un descampado a las afueras de la ciudad “por un grupo de hombres que hablaban turco”, describieron. Allí fueron golpeados, amenazados con una pistola y un cuchillo y robados. Así se quedaron sin pasaporte, lo que hoy resulta un quebradero de cabeza para resolver su futuro fuera de Turquía.

El Estado Islámico le declara su odio a los cristianos y a los homosexuales

El último número de la revista del EI, en la que ensalza los asesinatos de Niza y la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, arremete contra los pensadores occidentales como Darwin o Freud

El Estado Islámico es una factoría de muerte y sus documentos ya sólo se dedican a dar una pseudocobertura a los atentados y los asesinatos de sus seguidores. En su último número, que ha comenzado a ser distribuido en Internet, insisten en declarar la guerra a la religión cristiana pero también a los homosexuales. El número 15 de su revista Dabiq, de 82 páginas, es una recopilación obscena de amenazas y llamamiento al odio contra Occidente. En principio, el contenido del texto busca justificar recientes atentados cometidos en Francia y Estados Unidos como el de la Iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, donde dos yihadistas decapitaron al sacerdote Jacques Hamel; la matanza de Niza o el tiroteo de Orlando, Estados Unidos, en el que islamista mató a 50 personas en una discoteca gay. Quizás, la revista tan sólo trata de aprovechar esos crímenes de odio y teorizar, una vez cometidos, para dar la impresión de que formaban parte de un plan.

El contenido anticristiano -el título de la revista es ‘Romper la cruz’- está repleto de informaciones en las que se arremete contra los principios católicos, y con entrevistas que realizan a antiguos cristianos -un finlandés y un ciudadano de Trinidad y Tobago- que se convirtieron al Islam para luchar a favor del Estado Islámico en Siria. Los temas que trata muestran la mentalidad que impregna a los yihadistas y sus líderes. En sus textos, por ejemplo, se esfuerzan en decir que Jesús no fue crucificado y que San Pablo era realmente Satanás.

En otros números, los escritores del Estado Islámico habían intentado mostrar su cara más amable hacia los cristianos y se habían esforzado en intentar demostrar que podían vivir con libertad en las zonas ocupadas por los terroristas si respetaban las normas que marca el Islam -a la hora de que su culto sea privado- y pagan la jizah, el impuesto que según el Corán permite a otras religiones convivir en territorios musulmanes. Ahora, esa actitud desaparece y el mensaje es ya más violentos. «La jizah es solo una tregua», escriben.

«Pervertidos valores liberales»

Sin embargo, el contenido más agresivo es aquel que dedica a amenazar a los homosexuales. Aunque el Estado Islámico ya ha llevado a cabo asesinatos de gays en los territorios que conquista, este número del Dabiq es especialmente violento y amenazante. Incluye imágenes brutales de decapitaciones o muertes de personas acusadas de sodomía. Uno de sus artículos se titula ‘Por qué te odiamos’ y comienza con una declaración en la que afirma que los homosexuales, con su actitud, demuestran «su rechazo a Allah y su blasfemia contra él». Arremeten también contra los derechos de los gays, que comparan con el alcohol, las drogas o el juego y declaran la guerra a quienes extienden el secularismo y los «pervertidos valores liberales». Su advertencia es que no dejarán de luchar contra los occidentales «hasta que abracen el Islam y reconozcan sus errores».

La regresión al islamismo más arcaico y medieval es evidente en este número de la revista. No sólo porque muchas de sus referencias son a discusiones teológicas del siglo IV -como el concilio de Nicea- sino también porque declara su desprecio a pensadores occidentales de siglos XIX y XX como Marx, Freud, Darwin o Nietzsche. A su juicio, Occidente es decadente a causa de estos pensadores en el que se cometen «pecados» como que «los hombres imitan a los mujeres y las mujeres a los hombres» o «la peor de las perversiones, la sodomía».

El drama de Natasha, refugiada transexual

El periplo de Natasha de Pakistán a Grecia

El periplo de Natasha de Pakistán a Grecia EL MUNDO

Los rumores sobre el inminente desalojo del campamento de refugiados de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia, se confirman en la tarde del pasado 23 de mayo. Cientos de policías griegos de paisano peinan todas las tiendas de campaña y comienzan a expulsar a voluntarios y periodistas de la zona. No quieren testigos. Las expulsiones van a tener lugar de madrugada y por la fuerza.

Entre las sombras, un grupo de españoles se mueve a gran velocidad. Intentan sacar de allí, sin ser detectados, a una joven pakistaní que atiende al nombre de Natasha. No pueden dejarla en Idomeni: no tiene dinero, documentación, amigos ni familiares y no domina el inglés; de quedarse, tendría muchas posibilidades de acabar siendo devuelta a Turquía o quizá algo peor.

Sólo 24 horas antes, Natasha había tenido que trasladar su pequeña tienda de campaña a una zona vigilada del improvisado campamento. Durante meses había sufrido abusos, burlas, palizas y robos, principalmente por parte de sus compatriotas, por el único motivo de ser transexual. Casos como el suyo dan sentido a la semana del Orgullo Gay, que se está celebrando estos días en España y otros países para defender el fin de la persecución contra la diversidad sexual y de género. Su situación era límite.

“Tengo miedo, pero también tengo esperanzas”, decía entre lágrimas antes de subirse a un taxi junto a dos voluntarias con las que conseguiría burlar los controles y refugiarse en un piso franco mientras se intentaba tramitar su solicitud de asilo.

Acababa de ser aislada para evitar que siguieran abusando de ella y, sin embargo, no dejaba de sonreír. Cuando uno le preguntaba por sus problemas en Idomeni, señalaba a los chiquillos que correteaban cerca y decía: “Hay muchos niños que sufren y nadie piensa en ellos. Ellos sí que tienen problemas”.

Natasha, maquillada antes de salir de Pakistán, y, a la derecha, en el campo de refugiados de Idomeni, en Grecia

Natasha, maquillada antes de salir de Pakistán, y, a la derecha, en el campo de refugiados de Idomeni, en Grecia. ÁLBUM FAMILIAR / JESÚS BLASCO DE AVELLANEDA

¿Cómo definiría, en una sola palabra, su vida en los campamentos?, le preguntamos. “Soledad. Me siento sola, muy sola. No siento que ésta sea yo“, susurraba con la mirada puesta en la alambrada de una frontera que le cerraron en las narices y que la dejó bloqueada durante meses en el norte de Grecia. Cada noche dormía entre el fango abrazada a sus pocas pertenencias y rezando para que no entraran a pegarle o a intentar violarla, algo que ocurría con demasiada frecuencia.

Generosa, vital y femenina, Natasha no dejaba de sentirse viva y mujer. Se tapaba la cara y se mostraba inquieta ante las cámaras: “Estoy fea. Hace meses que no me tomo las hormonas y no me siento cómoda con mi aspecto”, comentaba entre risas. Para evitar abusos durante el duro viaje, antes de salir de Pakistán se cortó el pelo y suspendió el tratamiento hormonal que había comenzado en 2011.

El viaje más duro

Llora cuando recuerda el viaje, no por lo mucho que ha sufrido sino por lo que ha dejado atrás: “Me acuerdo de mi madre y mi hermana y me siento culpable”, comenta entre sollozos. Y es que para que Natasha esté hoy en Europa, ellas viven esclavizadas hasta pagar la deuda contraída durante el viaje. Un montante que asciende a poco más de 1.000 euros pero que para ellas equivale a ocho años de trabajo.

Tardó dos meses en atravesar Pakistán, Irán y Turquía. Al llegar a Estambul ya habían muerto cinco de los jóvenes que partieron con ella. En la histórica Constantinopla le hicieron trabajar en un taller de costura clandestino durante tres meses sin cobrar. Antes de partir de la costa cercana a la ciudad turca de Esmirna hacia la isla griega de Lesbos, le robaron los últimos 200 euros que tenía, le destruyeron todos sus documentos y le quitaron su tratamiento hormonal para hacerse mujer, que pensaba retomar una vez en Europa.

Ninguno de los que viajaban en la barcaza había visto nunca el mar. No podía dejar de tiritar de frío. Iba tanta gente en el bote que con el movimiento de las olas iban cayendo personas al mar. Muchos murieron antes de alcanzar el puerto de Mitilene, en Lesbos, entre ellos el único chico que quedaba de los que salieron con ella desde su ciudad natal, al noreste de Pakistán.

Ya en la Grecia continental, sola y con lo puesto, fue sometida a explotación sexual y a sistemáticos maltratos físicos por parte de la mafia pakistaní que la controlaba y que la obligaba a trabajar sin recibir contraprestación alguna. Cuando logró fugarse a Idomeni y se encontró con la frontera cerrada y con nuevos abusos y marginación, confiesa que llegó a echar de menos la tierra de donde huyó de todo, hasta de sí misma.

“Pobre como una rata”

En un país como Pakistán, donde la homosexualidad y la transexualidad se consideran graves delitos y pueden estar penadas incluso con la muerte, y donde a los graves problemas de terrorismo, insurgencia, inestabilidad política, corrupción y fracaso institucional se suma una economía abocada, según muchos analistas, al colapso, Natasha no podía ser otra cosa que, según ella misma describe, “transexual y pobre como una rata”.

Nada más nacer su madre la llevaba en brazos cuando salía a pedir por las calles de Gujranwala. A los siete años comenzó a vestirse con ropajes femeninos y a los 12, cuando dejó de mendigar y comenzó a limpiar escaleras, ya había adoptado los atuendos y comportamientos de una mujer. Comenzaba entonces una vida marcada por la constante violencia ejercida sobre ella.

“Mi padre me echó de casa. Mis hermanos me repudiaron, me pegaban. En la calle me han violado, me han llegado a apedrear, a desnudar en plena calle”. Sólo su madre y su hermana pequeña la han apoyado siempre y ayudado a escondidas. Ellas fueron las que sobornaron a la Policía para sacar a Natasha de la cárcel cuando fue detenida por su condición.

Víctima de explotación sexual y laboral, acosada por su familia y perseguida por gran parte de la sociedad, intentó en su desesperación quitarse la vida.

Ahora se alegra de no haber tenido suerte en su intento. No deja de sonreír. Ha vuelto a pintarse y a tomar su tratamiento hormonal y ha recuperado su afición por la peluquería. Tras un mes de dura lucha por parte de voluntarios y organizaciones, Natasha está registrada y es oficialmente potencial demandante de asilo en Grecia. Ya no puede ser detenida ni deportada.

Es libre, pero le cuesta creérselo. Toda una vida de abusos no puede borrarse de un plumazo. Su sueño: poder trabajar en España y saldar la deuda contraída por su madre y su hermana pequeña para su viaje. Siente que ahora sí vuelve a ser ella misma. ¿Cómo definiría en una sola palabra su vida en estos momentos? “Natasha”.