Jimena, la joven desaparecida en Turquía, confía en que su historia combata la represión homosexual

La española retenida en Turquía y su pareja se casarán en Torrox.

Llegaron a Torrox en la madrugada del domingo, pero hasta este martes no han podido hablar. Necesitaban descansar, dijeron, para asimilar todo lo ocurrido durante 14 días de locura. Pero finalmente, Jimena Ricoy Shaza Ismail relataron este martes, en una concurrida rueda de prensa en el Ayuntamiento, toda la experiencia que han vivido a lo largo del particular infierno que les llevó desde Dubái a España, pasando por Georgia y Turquía perseguidas únicamente por el amor que ambas se profesan.

Antes, fueron recibidas por el alcalde, Óscar Medina, quien luego las acompañó a lo largo de la intervención. Y fue ahí, ante el enjambre de cámaras y flashes, cuando Jimena tomó la palabra durante la totalidad de la intervención. Shaza, a su lado, no le quitaba el ojo de encima. “Gracias a todos, si no es por vosotros no estaríamos aquí sentadas“, comenzó, agradecida, a todos aquellos que han visibilizado su situación, en la que se vieron debido a que el padre de su pareja, de nacionalidad egipcia pero residente en el Emirato Árabe, les tendió una trampa y las denunció por su relación homosexual, algo penado en dicho país. A partir de ahí, comenzó una huida de ciencia ficción que concluyó hace pocos días en España.

“Cada día, cada segundo, era una nueva emoción, un miedo diferente”, detalló Jimena, que ahora está a expensas de buscar, por medio de su abogada, la manera de arreglar las condiciones legales de Shaza, egipcia de 30 años, quien posee en la actualidad un permiso de estancia concedido por el Gobierno. “Esta noticia ha llegado a países árabes, y visibilizarlo ayudaría a que la gente que vive allí una situación de represión por su homosexualidad; puede ser un empujón para hablar y movilizarse“, expuso la joven hispano-argentina de 28 años, quien, emocionada, tuvo que parar su alocución en varias ocasiones.

Sus planes ahora, en primer lugar, pasan por buscar un trabajo “ya que con toda esta odisea de billetes y viajes perdidos… si no llega a ser por mi amiga Angie, que se ha gastado más de un mes de sueldo en hoteles y vuelos a los que nunca pudimos llegar, no hubiera sido posible”.

“Ahora toca empezar de cero; Shaza debe aprender español, ya que solo sabe unas palabras que no las dirá en público”, afirmó entre risas. “Además, ella debe insertarse en nuestra sociedad, que es diferente a la que estaba acostumbrada: es un shock que aquí se pueda ir de la mano y todos seamos tan abiertos”.

Fue, incluso, un paso más allá al desvelar que la intención de ambas “es la de casarnos”, pese a llevar juntas unos meses. “La idea ya la teníamos antes de que pasara todo esto, lo habíamos mirado en Londres -donde residen-, sacado los papeles que ella necesitaba… pero a mí ahora me gustaría hacerlo en España, en Torrox, si el alcalde quiere”, aseguró, sonriendo, Jimena, quien recibió por respuesta un “encantadísimo” por parte del regidor.

Odisea

“No nos encontrábamos tan mal a nivel emocional porque estábamos juntas, y ahí nos dimos cuenta qué grande era y hasta qué punto podía llegar”, resaltó Jimena sobre las emociones que ambas vivieron en aquella frenética escapada. “Yo lo único que tenía claro es que no me volvía sin ella, y si acababa en la cárcel, yo iría con ella“, apuntó.

En relación al padre de Shaza, quien se opuso a la relación, las amenazó e incluso persiguió hasta Tiflis, Georgia, lugar al que huyeron tras irse de Dubái -sitio al que fueron debido a la supuesta enfermedad de la madre- y en cuyo aeropuerto rompió un pasaporte con visado de Shaza y hurtó el de Jimena, aunque finalmente lo recuperó la policía. “Shaza quiere desmentir, después de hablar con la abogada, las cosas que su padre ha dicho vía telefónica; tenemos pruebas, mensajes, audios… queremos que se haga justicia”, aseveró. “Ahora está con abogados para intentar limpiar su imagen; los únicos mensajes que ha recibido Shaza fueron a través de su hermana, quien conocía su condición homosexual desde los 15 años”.

Sobre la ruta que siguieron en territorio turco, una vez que dejaron Georgia, Jimena explicó que entró en el país otomano en situación legal. “La detención fue porque se nos acusó de terrorismo por el ISIS”, subrayó, “aunque no puedo dar esa información”. “Me dijeron que la embajada se negaba a verme y me hicieron firmar un documento en turco, sin traductor, en el que rechazaba voluntariamente acudir a este organismo”.

Tras toda la tensión, los nervios y la angustia, las dos fueron, tras finalizar la rueda de prensa, a pasear delante del Ayuntamiento. Allí, con dos ramos de flores, se dieron un beso que tras de sí llevó consigo un calvario fruto de la incomprensión por su orientación sexual. Un beso con final feliz para una relación de película.