Obispo de Alcalá ESPAÑA “Hay que quitarle el voto a las mujeres, porque últimamente piensan por su cuenta”

Noticia publicada en Nueva Mentes

El obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plà

El obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plà

Sus ataques contra los homosexuales
Reig Pla, que ha generado polémica en los últimos dos años por sus ataques contra los homosexuales, a los que ha vinculado con la corrupción y la prostitución, así como sobre el aborto, ha cargado contra lo que ha calificado de “feminismo ideológico” y “radical”, durante su intervención en la presentación del libro La teología feminista, significado y valoración (BAC), del profesor Manfred Hauke, en la Universidad Francisco de Vitoria, este miércoles.
La deconstrucción de la persona
“Conviene indicar que el feminismo ideológico no es más que un paso en el proceso de deconstrucción de la persona. De hecho, los argumentos que sustentan el pensamiento feminista, en sucesivas evoluciones, han propiciado la ideología de género y las teorías Queer y Cyborg”, ha afirmado el obispo, informa Europa Press.
Según ha dicho el obispo, “el feminismo ha ido ganando terreno en el campo de la opinión y de la cultura” de forma que “lo que en un primer momento se presentaba como ‘feminismo sufragista’, que reclamaba el derecho a voto de las mujeres o la igualdad de derechos entre el varón y la mujer, ha ido evolucionando bajo el influjo de distintas ideologías”.
Del feminismo de la igualdad al feminismo ginocéntrico
Reig Pla ha criticado que las mujeres hayan pasado de pedir “la igualdad” y del “feminismo de cuota”, que reclama al menos la mitad de los cargos de responsabilidad para las mujeres, “a la pretensión del empoderamiento de la mujer, al feminismo radical o al feminismo ginocéntrico”.
Según ha dicho Reig Plà, el “feminismo radical” es más conocido por “sus pretensiones políticas y por sus vinculaciones con los movimientos que promueven el aborto, el ataque al matrimonio monógamo e indisoluble y a la maternidad”.
Rezar por ellas
El obispo ha defendido el papel que concede la Iglesia a las mujeres, “promotoras de un nuevo feminismo que, sin caer en la tentación de seguir modelos machistas, sepa reconocer y expresar el verdadero espíritu femenino”. Reig Pla ha añadido que a las “feministas radicales” dar la espalda, sino “desde la verdad, respeto y amor proponerles, con caridad, la verdad y orar por ellas”.

HOMOSEXUALIDAD EN LA COMUNIDAD CALÉ: Ser lesbiana también es de gitanas

Artículo publicado en Gonzoo

Para muchas gitanas ser lesbiana es de payas. En las mujeres reside la honra de la familia: casarse, tener hijos y cuidar de ellos. Sin embargo, que en esta comunidad también hay homosexuales es una realidad. Asociaciones como la de Gitanas Feministas por la Diversidad luchan por normalizar esta condición sexual dentro de una sociedad que poco a poco se desprende de los prejuicios

Raquel Saavedra es gitana y está casada con una paya, María José. Ambas viven en Mérida y tienen dos hijas adoptadas

Raquel Saavedra es gitana y está casada con una paya, María José. Ambas viven en Mérida y tienen dos hijas adoptadas. / Reportaje gráfico de Margarita Carrera

Por cada minuto que llegaba más tarde de las nueve de la noche, Teresa recibía un puñetazo de su padre. Con 29 años todavía tenía toque de queda. Lleva cinco años fuera de casa, pero los primeros meses tras su huida su cuerpo se fruncía cuando el minutero pasaba de las nueve. Cuando habla, parece que todo el dolor se le agrupa en un costado. Se inclina cuando se reprocha a sí misma no haberse ido antes, se arruga cuando recuerda cómo su padre le hacía la guerra cada día. También se ríe cuando habla de cómo liga con otras chicas. Teresa es gitana y lesbiana. Lo primero siempre ha sido una certeza y un motivo de orgullo para ella, lo segundo no. No hasta hace al menos unos años, cuando su memoria aún estaba llena de desgarros. Ahora, gracias a sus amigas y a ella misma es capaz incluso de subirse a una carroza del Orgullo en Madrid y gritar: “¡En mi jojoi [‘coño’ en caló] mando yo!”.

«Cuando era pequeña tenía pensamientos o sensaciones al estar con una amiga y pensaba que no era normal. Me resultaba extraño. En mi entorno veía a mis primas más mayores que se casaban o que les gustaban los niños, y yo me fijaba en las niñas», cuenta Teresa. A los 14 tuvo su primer novio, quería probarse a sí misma, quería ser ‘normal’. «Estaba pedida, iba a casarme con aquel chico, pero no le quería. Por mi madre aguanté un tiempo con él, ella me decía: “Ya le conoces, es de buena familia, tiene cierta posición…”. Lo dejé y me di cuenta de que era lesbiana». Reconocérselo a sí misma no alivió la situación. «Recuerdo cuando ya se murmuraba que podía ser homosexual y fui a buscar a una amiga para ir al culto. Salió su padre y me dijo que me fuera, que su hija no iba a ir más conmigo».

En su barrio, Orcasitas (Madrid), corrían rumores de que Teresa estaba con otra chica, también gitana. Velaron su relación, pero los comentarios y la actitud de algunos vecinos —«nos llegaron a escupir por la calle»— las asfixiaban.

Mujer, gitana, lesbiana. Minoría absoluta.

Su padre quiso entonces poner tierra de por medio y obligó a su familia a mudarse a otra ciudad. Se marcharon y los comienzos, con un final así de sísmico, fueron complicados. «No quería salir de casa. Era una chavala joven, tendría 20 años, pero estaba enfadada con el mundo, con mi padre y conmigo misma por no tomar las riendas de mi vida». A los pocos meses conoció al que sería su prometido. Sí, su prometido. «Al principio no quería nada con él, le consideraba un amigo. Pero quedábamos mucho, a escondidas de mi padre, claro. Porque en los gitanos, que salgas de calle con un chico que no es tu novio se ve mal. Me fue gustando poco a poco y ahí es cuando acabé de volverme loca. Me cortejaba como yo lo había hecho antes con otras chicas y pensaba: ¿soy bisexual?».

Un día, en la playa, le pidió matrimonio. Él tenía cáncer de médula, pero en teoría ya lo había superado. A los pocos días de prometerse, el padre de Teresa decidió que volvían a Madrid. «Me dijo que se vendría conmigo cuando todo estuviera más calmado, hablábamos todos los días, hasta que se debilitó y lo ingresaron en el hospital. Llamé a su madre y me dijo que no siguió con la quimioterapia como debería haber hecho. Quería que le viera con pelo. Murió y yo ni siquiera pude ir al entierro porque en mi casa era un tema tabú».

Para Teresa es importante contar todo esto por un motivo: «Mi padre nunca estuvo ahí para mí porque yo era diferente, me maltrataba porque sabía cuál era mi condición sexual. Me había enamorado de un hombre, sí, pero yo era lesbiana». La situación en casa empeoró a partir de entonces. «Dormía con tres cerrojos en mi habitación porque si mi padre tenía que tirarme un plato a la cabeza, me lo tiraba».

Gitanas Feministas por la Diversidad

El antropólogo David Berná, que ha estudiado la homosexualidad en esta comunidad, afirma que ser gay es más complicado para una gitana que para un gitano: «Las normas de género en esta comunidad son muy rígidas. Como ocurre con cualquier minoría, fortalecen su cultura para que no les cambien la identidad. Hay mucho miedo a cambiar sus valores por si eso significa dejar de ser gitanos. El control sobre la mujer es mucho mayor: en ellas reside la honra de la familia». Ser madres, ser esposas. «Por ello, consideran que ser lesbianas es de payas, no de gitanas», añade Berná.

Precisamente lo que reivindica la Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad es que «no por ser lesbiana, gay, transexual (o lo que sea) vas a ser menos gitano o gitana». La presidenta, María José Jiménez, considera que la intolerancia o el machismo no son características intrínsecas a su cultura. «Hemos sido un pueblo muy machacado. Sin formación ni herramientas. Han sido las circunstancias las que nos han abocado a ser así. Un ejemplo: si no tienes agua caliente, no vas a poder ir limpio. No es que ir sucio forme parte de tu cultura». A pesar de ello, Jiménez reconoce que los clichés femeninos del pasado —estar en casa, cuidar de los hijos, obedecer al marido— se han cronificado y por eso muchas mujeres repiten los patrones de sus madres y abuelas.

Para los gitanos el entorno es hostil, como explica David Berná: «Muchos solo han tenido un único espacio vital relacional, y si salen de él siguen viendo racismo». Lo que conocen se convierte en un lugar seguro donde no son “el otro”: sus costumbres, sus tradiciones, sus reglas. Blindarse con una armadura cultural para sobrevivir. Por ello, la herramienta principal de muchas gitanas lesbianas para contactar con el exterior sin sentirse desterradas es internet. «A través de la red pueden experimentar con otras mujeres, conocen, además, el mundo asociativo, ven que hay más personas que piensan y sienten como ellas. Y eso les da autonomía», asegura el antropólogo.

El mundo lésbico y los chats

Mara es de un pueblo de Albacete y reconoce que internet ha sido el mejor medio para conocer chicas. Ahora es mediadora social, aunque abandonó el instituto a los 16 años: «Un profesor me dijo que qué más daba si tenía los deberes hechos o no si al final iba a acabar en el mercado». Igual que Teresa, Mara también se dio cuenta de su orientación con apenas 8 años: «Mientras las niñas de mi clase de fijaban en el profesor, yo me fijaba en la profesora». «He estado con chicos para experimentar, intentaba que me gustase porque se suponía que a mí, evangelista y que siempre iba al culto, educada desde pequeña en la sacralización de la virginidad, era lo que tenía que gustarme. Pero era como besar una almohada», cuenta.

Esta gitana aboga por el aperturismo sexual para comenzar a cambiar las cosas. «Parece que el coño de la mujer sea parte de la cultura gitana y que si se acaba con la idea de que ellas deben llegar vírgenes al matrimonio, se acaba con la cultura gitana. Quiero que todas decidan acostarse con quienes quieran, hay muchas chicas gitanas que no saben ni qué es un orgasmo». Ahora, con 32 años, propugna esta idea sin titubear, pero hasta los 19 no se atrevió a estar con una chica. «A esa edad pensé: tengo que besar a una tía ya, a ver si me gusta».

Comenzó adentrándose en el mundo lésbico a través de chats, hasta que llegó al de Chueca. Conoció a gente del mundo asociativo de Madrid, por lo que aprovechaba sus visitas a la capital no solo para acudir a charlas y conferencias, también para conocer a chicas. «Una amiga me llevó a Chueca por primera vez y me ‘entró’ una colombiana de 1,80 y me asusté. Que yo soy de un sitio muy pequeño, al principio no era fácil para mí».

Aunque ha asimilado totalmente su sexualidad, la única persona de su familia a la que le ha dicho que es homosexual es a su hermana pequeña, de 17 años. «Me dice que haga lo que quiera, aunque luego me dice que no quiere ser como yo. Que ella quiere un marido e hijos, y yo le digo que ni se le ocurra casarse tan joven. También me pincha con que si las mujeres queremos más libertad, la solución es una cocina más grande. No sé si he hecho algo mal, si lo dice de verdad o no, si es para hacerme daño porque no acepta que sea lesbiana…». Mara intuye que sus padres lo saben, pero no considera necesario confirmarles la sospecha: «No me hace falta decírselo a nadie. Yo sé cómo soy, y pienso que si Dios es bueno, qué más da a quién quieras y quién te quiera».

El matrimonio de una gitana y una paya

Gitana, casada con una paya y madre de dos niñas. La historia de Raquel Saavedra parece, a priori, la más complicada. Sin embargo, nunca ha tenido problemas con su condición sexual. Diplomada en Trabajo Social y con un padre formado en idiomas y hostelería, Raquel, de 39 años, reconoce que su familia no entra «dentro de los clichés que se suelen asociar a los gitanos». Sentada en el sofá de su casa en Mérida, donde vive junto a María José y a sus dos hijas adoptadas, María José y Alba, cuenta que su esposa es la primera (y única) mujer con la que ha estado.

Raquel y María José en el salón de su casa, en Mérida.

Raquel y María José en el salón de su casa, en Mérida.

Tras estudiar la carrera en Sevilla, donde se crió, se fue a Mérida con una beca de investigación de Cruz Roja. Poco después pasó a ser orientadora laboral en barriadas gitanas para la Fundación Secretariado Gitano. Hace 18 años conoció a María José, trabajadora de acogimiento familiar. Por aquel entonces, Raquel estaba prometida con un hombre. «Yo siempre supe que me podían atraer tanto chicos como chicas, pero nunca ha sido una lucha interna para mí. La vi y me enamoré», recuerda. Los familiares de ambas saben que están juntas, aunque el único al que le ha costado aceptarlo es al padre de Raquel. «Pero no por ser gitano, más bien por ser testigo de Jehová. Para él esta era una casa de pecado», explica.

El suyo no es un caso representativo de las gitanas lesbianas, como ella misma reconoce: «Para mí no lo ha sido, pero ser gitana y homosexual es muy difícil. A mí, por el reconocimiento profesional y el respeto que me tienen en la comunidad, porque he trabajado con ellos y les he ayudado, no me van a cuestionar. Pero en términos generales es muy complicado. Es una sociedad todavía muy machista, donde la mujer tiene un destino muy claro: “viene aquí a darme familia”. Si eres lesbiana piensan que ya no vas a tener niños, que no vas a ser madre, que no vas a tener un varón al que someterte. Puede que de mí lo piensen, pero no me lo dicen». Incluso en instituciones como el Secretariado Gitano es un tema tabú. «Se habla de mujer, de juventud, de promoción de la comunidad, de educación, de inclusión… ¿y en todo eso no entra la diversidad sexual? Piensan que es mejor dejarlo pasar, si no, perderían sinergias con ‘hombres de respeto’, con patronos…», apunta Raquel.

La solución al problema, según ella, pasa por la formación general y por aumentar la autoestima como pueblo: «Educar a la gente en la tolerancia es básico. Y valorarnos más: nosotros aportamos cosas a la sociedad, no solo vandalismo, robos y drogas. Por ejemplo, el respeto a los mayores, la palabra dada [cumplir lo que dices], el amor por la familia o los ‘hombres de respeto’, que no patriarcas. Porque de hecho, la madre es la que lo lleva todo. Es una estructura más matriarcal que patriarcal». Considera que su pueblo debería ser más abierto y aceptar la evolución natural de la sociedad, aunque el único remedio que ve a corto plazo es trabajar de manera gradual: «Bocadito a bocadito, familia a familia».

Una de las últimas conversaciones que Teresa mantuvo con su padre prueba la teoría de Raquel sobre el cambio desde dentro. Tras irse de casa sin nada, ni siquiera formación —tuvo que dejar el colegio cuando era pequeña para cuidar de sus hermanos—, pasó los primeros meses en casa de una amiga. Con las emociones trituradas, poco a poco todo se fue recomponiendo. Estuvo tres años sin hablar con su padre, hasta que una Nochebuena, en la que se suponía que él no iba a estar, apareció. «Con el día a día le fui viendo más. Pero no tengo una relación buena con él. Ha cambiado, sí, porque no le ha quedado otra. Ya no estoy a su alcance. Lo que para él era feo y deshonroso ya no lo ve, no lo escucha».

En julio, la madre de Teresa se enteró de que iba a participar en el Orgullo Gay de Madrid. «Me dijo que no fuese, que eso salía en la tele, que si mi padre lo veía… Oí que él se le acercaba y le decía a mi madre que le pasase el teléfono. Se puso y me preguntó: “¿Por qué lloras? ¿Te vas al Orgullo?Pues vete, hija, que yo no voy porque a mí no me gusta eso, si no, me iría contigo. ¿Sabes el dolor que me llevo yo? Que lo he intentado contigo por las buenas, por las malas, te he pegado, te has ido de mi casa, te he maltratado, y al final para qué, para nada. Lo único que he hecho es perderte”».

Teresa, al igual que Mara, ha preferido dar un nombre falso y no ser fotografiada. Este es el cajón con el que hace percusión (también es cantaora), que lleva impresa la bandera gitana.

Teresa, al igual que Mara, ha preferido dar un nombre falso y no ser fotografiada. Este es el cajón con el que hace percusión (también es cantaora), que lleva impresa la bandera gitana.

 

La ley contra la homofobia aprobada en el Parlamento catalán, en 6 claves

Euforia y emoción del colectivo de personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT) hoy en el Parlament de Catalunya. Una amplia mayoría de la cámara catalana ha aprobado la Ley contra la homofobia, que tiene como objetivo combatir la discriminación contra los homosexuales y los transexuales. En el pleno celebrado esta mañana, el Parlament, ante la presencia de colectivos y entidades del movimiento LGBT, ha dado luz verde a la norma (112 votos a favor y 18 en contra), sólo con los votos negativos del PP y, en algunos artículos, de UDC. Analizamos esta ley, pionera en el Estado y en Europa, en seis claves:

1. El régimen sancionador y la inversión de la prueba, puntos fuertes de la ley.

Dos son los principales pilares de la norma aprobada hoy: la inversión de la prueba -o reversión de la carga- y el régimen sancionador. Según la plataforma LGTBcat, la inversión de la prueba “es muy importante” en los casos de discriminación en que a menudo, explican, es muy difícil reunir pruebas, y que implica que sea la persona presuntamente discriminadora la que tenga que probar que no ha discriminado.

Este matiz es el que más preocupa a sectores conservadores. Según los obispos “es peligroso” que tenga que ser el acusado quien demuestre su inocencia, al revés de lo habitual, que es el acusador quien debe demostrar la culpabilidad.

En cuanto al régimen sancionador, Eugeni Rodríguez, portavoz del Frente de Liberación Gay de Catalunya (FAGC), explica que es imprescindible que la ley contemple herramientas y mecanismos que penalicen seriamente las discriminaciones, como es el caso de un estricto régimen sancionador como herramienta para erradicar la violencia homófoba.

2. Una ley pionera en el marco internacional.

 en día, la homosexualidad se persigue en 77 países del mundo y, con esta norma, Cataluña –junto con Argentina- se pone al frente de la lucha por la erradicación de la homofobia, la transfobia y la lesbofobia. En el caso catalán el ordenamiento obligará a los poderes públicos a dejarse asesorar por el Consejo Nacional de las personas LGBT, que pasa a ser un órgano participativo y consultivo permanente.

El Govern deberá dotarse de un órgano coordinador de las políticas LGBT y ofrecer un servicio de atención integral. Deberá garantizar, además, la formación y la sensibilización de los profesionales y de los trabajadores de la administración. La ley incide especialmente en los ámbitos de la educación, las universidades, la cultura, el ocio y el deporte, los medios de comunicación, la salud, la acción social, el orden público, los establecimientos penitenciarios, el mundo laboral y las políticas de familia. Los impulsores de la plataforma, sostienen que la norma “es pionera en el Estado y en Europa” y que con su aprobación se culmina una larga reivindicación. Cabe decir, sin embargo, que el pasado abril, Galicia ya aprobó una ley contra la LGTBfòbia también pionera en el Estado, pese a que el PP rebajó en gran parte sus aspiraciones. También hay que mencionar el caso andaluz, donde en julio pasado se aprobaba una medida que reconoce el derecho de las personas a la libre autodeterminación de su género.

En palabras del portavoz de LGTBcat, Eugeni Rodríguez, la normativa catalana supone una “reparación histórica” para un colectivo que ha sufrido violencia durante muchos años en todo el mundo.

3. Presión incansable del movimiento LGTBcat.

La aprobación de la norma no hubiera sido posible sin la presión incondicional del colectivo de LGBT –el acrónimo empleado para referirse colectivamente a las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y transexuales- que lleva años remando para aprobar esta normativa. Las diferentes entidades impulsoras sostienen que con esta nueva legislación se avanzará decisivamente en garantía los derechos de las personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales y que erradicará definitivamente la homofobia, la lesbofobia y la transfobia.

El origen de la reivindicación de esta ley nació hace más de cuatro años. Después de los trabajos de redacción y de un largo proceso participativo, en el año 2010 fue presentada y aprobada en el marco del Consejo Nacional LGTB. Pero no fue hasta mayo de 2013 cuando se registró en el Parlament. Hace algo más de un año, el 17 de julio de 2013, se votó el acceso a trámite, ya entonces con la enmienda a la totalidad del PPC. El recurso los populares en verano sólo ha podido retrasar una conquista que suscita un amplio consenso en la cámara. La normativa aprobada ahora llegó a la cámara a través de una iniciativa legislativa popular y fue presentada conjuntamente por ERC, PSC, ICV-EUiA y la CUP.

4. Intentos de obstrucción del PP

Antes del verano, cuando los años de lucha del colectivo LGTB albiraban ya un final feliz, un recurso de última hora presentado por el Partido Popular de Catalunya (PPC) ha impidió que el Parlament completara el último trámite para aprobar definitivamente la ley contra la homofobia. Una amplia mayoría de la cámara -ERC, PSC, ICV-EUiA, C’s, CUP y CDC- había dado luz verde a un texto que significaba un paso fundamental para la igualdad de derechos que reivindica incansablemente el colectivo LGTB, principal impulsor de la ley. El PPC, junto con UDC, se posicionaron en contra y llevaron la proposición de ley al Consejo de Garantías Estatutarias.

5. La huella de los obispos

Los obispos catalanes no han estado al margen de la medida. Ese mismo año mostraron su preocupación por el proyecto de ley en un comunicado público. La Iglesia católica, que no se pronuncia sobre la mayoría de leyes aprobadas por el Parlament, había expresado su “preocupación” por un proyecto de ley en trámite en la cámara catalana. En un comunicado, los obispos expresaban su “preocupación” por un proyecto que consideran “muy desacertado, tal como está redactado, por las graves consecuencias que puede tener en el ejercicio de los derechos humanos de la libertad religiosa, de pensamiento y de conciencia los ciudadanos de Catalunya”.

6. La doble alma de CiU

Hoy en el Parlament los democristianos se han distanciado de nuevo de Convergència por discrepancias con el régimen sancionador, el apartado de educación y inversión de la prueba de carga, lo que supone que el acusado tenga que demostrar su inocencia. Si la cuestión soberanista ha sido la divergencia más mediática entre los partidos que forman la coalición nacionalista, la cuestión de género es aún más esencial. Conscientes de esta enésima contradicción interna, el portavoz del CiU en el Parlament, Jordi Turull, había quitado importancia a que CDC y UDC votaran diferente en hasta tres artículos de la ley que son aspectos nucleares, tales como el régimen sancionador y la reversión de la carga. “En algunos temas hay un criterio diferente y nos lo hemos respetado”, dijo Turull.

Las lesbianas francesas ya pueden adoptar a los hijos de su pareja concebidos por reproducción asistida

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Desde que Francia legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, el 18 de mayo de 2013, las parejas homosexuales casadas pueden adoptar de manera conjunta. Sin embargo, en el caso de las lesbianas, un bebé concebido por una de las mujeres no era legalmente hijo de ambas. Solo la madre biológica tenía potestad legal y a su pareja se le negaba el derecho a la adopción.

Ante esto el Tribunal Supremo francés acaba de dictaminar que las parejas de mujeres casadas en las que haya niños engendrados por reproducción asistida con un donante anónimo en el extranjeropodrán reclamar la maternidad legal para ambas partes, a través de un proceso de adopción.

Lo paradójico es que el tratamiento de inseminación artificial o fecundación in vitro tendrán que seguir haciéndolo en el extranjero ya que Francia solo permite los tratamientos de reproducción asistida a las parejas heterosexuales que lleven juntas al menos dos años.

La Iglesia rechaza la transexualidad

Artículo publicado en ATCLIBERTAD

Indignación ante el comunicado de la Pastoral Familiar de Jerez contra el protocolo sobre identidad de género en el sistema educativo andaluz impulsado por la Junta de Andalucía
Madrid, 10 jul. 14. AmecoPress. La asociación de familias de menores transexuales Chrysallis y la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA), han expresado su indignación ante el comunicado emitido por la Pastoral Familiar de Jerez (Cádiz) en el que muestra su “rechazo” al protocolo sobre identidad de género en el sistema educativo andaluz impulsado por la Junta de Andalucía, que “contempla la transexualidad en púberes y adolescentes” y apela a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para afirmar que el protocolo es “un ejemplo claro de imposición autoritaria de una actuación que médicamente no está suficientemente validada”.
Según las personas transexuales y sus familias la Pastoral esgrime “datos inconsistentes” para “subyugarnos al ostracismo”, pretendiendo “mayor altura moral” que los que juzgan y postulándose una vez mas como “poseedores de la verdad”. Esto no es algo gratuito porque este tipo de manifestaciones son abono para frenar los avances en derechos civiles y para posicionamientos médicos obsoletos que eran los mismos que, hasta hace no mucho, consideraban la homosexualidad una enfermedad, expresan en una nota.

Las consideraciones referidas en el comunicado de la Pastoral cuando se apela a la OMS quedan desmontadas en el mismo momento en que la Asociación de Psiquiatría Americana, que es la “Biblia” de la OMS, despatologizó la transexualidad en junio de 2012, cambiando el término “trastorno” de género por el de “disforia” de género, explica la respuesta de las asociaciones.

El extremismo católico y la parte más reaccionaria de la sociedad siguen con su tradicional torpeza, inmiscuyéndose en los avances en derechos civiles y en la ciencia para, mediante miedos y juicios de valor, seguir manteniendo su poder frente a una sociedad cada vez más indiferente a sus idearios, reza el texto.

“Hasta hace poco ni se conocía, ni se estudiaba a los menores transexuales. Hasta que las familias nos hemos unido y defendido nuestros derechos y los de nuestros hijos, no han vivido estos menores con su identidad sentida,” manifiesta Pilar Sánchez, presidenta de Chrysallis Andalucía. “Al mismo tiempo”, sigue, “estos expertos en la clasificación de la perversión y el alineamiento, que se manifiestan sobre nosotros con un total desconocimiento utilizan, de forma manida, un estudio bastante cuestionable -para defender su postura marginadora indefendible- ya que no identifica bien a los sujetos, confunden identidad y orientación sexual y tratan sobre personas que son víctimas del ostracismo social, con el daño psicológico que eso conlleva, la distorsión de la realidad y la carencia por consecuencia de un entorno apto de estudio. Y no es que sea una opinión de familias y transexuales sospechosos de toda maldad, es que lo demuestra la distancia entre los datos de los diferentes estudios”.

Estudios

Un estudio comparativo del Hospital Clínic de Barcelona, realizado en el año 2013, muestra en sus conclusiones que el 82% de los niños y niñas y el 91,7% de los y las adolescentes mantienen el diagnóstico en el seguimiento. “Estos porcentajes son concordantes con estudios en nuestro entorno (Esteva y cols., 2006), pero no con los estudios publicados en la literatura que encuentran cifras mucho menores (2-56%). Por ello es preciso realizar nuevos estudios con criterios diagnósticos muy definidos para analizar la gran discrepancia entre estudios”.

“Llevamos días escuchando ese soniquete en el que rechazan los estudios más novedosos para quedarse con los rancios, donde aparecen por obra de magia cerebros que se transforman y vuelven a su “normalidad” soñada. Ya se han vivido situaciones similares en otras realidades, durante décadas quisieron hacernos creer que había cura a la homosexualidad afirmando por ende que era una patología y no parte de la diversidad del ser humano”, denuncian las organizaciones en su respuesta.

Según Natalia Aventín, portavoz de Chrysallis estatal “Está demostrado que la identidad sexual reside en el cerebro y todas las personas somos conscientes desde temprana edad de quienes somos. También está demostrado que la falta de aceptación de los niños y jóvenes transexuales, en edades tempranas, los llevan a situaciones de gran sufrimiento, donde en demasiadas ocasiones contemplan el suicidio como única salida digna”. Por otra parte, “el cuestionamiento de la Ley aprobada en el Parlamento Andaluz por unanimidad y del consensuado Protocolo de Educación, que la desarrolla, demuestra la falta de respeto hacia una sociedad plural, integradora y respetuosa con los derechos individuales de las personas, sean niños o adultos”.

Es, como mínimo, “sospechoso” que cuanto más próximos al presente son los estudios menos modificaciones “mágicas” sufren los cerebros y eso que aún vivimos entornos hostiles, gracias a los “portadores de la verdad única” que niegan la “divina” diversidad del ser humano.

“Será que los sujetos y sus experiencias han sido mal identificados. Será que cuanta mayor aceptación social tienen, aumenta la capacidad de expresar la identidad sexual sentida y por lo tanto mejora los porcentajes de persistencia. Será entonces que las personas que expresen su realidad en un entorno social, y eso incluye el escolar integrador, no se ven obligados a renegar de su identidad para complacencia de sus superiores”.

Según Mar Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía Sylvia Rivera; “el reconocimiento de los derechos de las personas transexuales no recorta ni limita los derechos del resto de la ciudadanía, sino que garantiza los que nunca pudieron ser disfrutados en igualdad de condiciones por las personas transexuales. En un estado aconfesional y democrático esto supone una ingerencia en las normas democráticas y consensuadas por la sociedad civil”.

Oasis, un documental sobre indígenas, homosexualidad y VIH (entrevista)

Se proyectará este viernes 6 de junio a las 17:00 hrs en el Cine Tonalá; sábado 7 de junio a las 15:00 hrs en Cinépolis Diana y domingo 8 de junio a las 18:00 hrs en el Hotel Condesa, en el Distrito Federal.

Oasis, un documental sobre indígenas, homosexualidad y VIH

 

El mexicano Alejandro Cárdenas se encontró casualmente con las historias que componen Oasis, su primer trabajo como documentalista, pero eso no significa que el cineasta no llegaría a involucrarse profundamente con las vidas de tres yucatecos que enfrentan una lucha diaria desde tres frentes: contra el virus de inmunodeficiencia humana, la exclusión social que conlleva ser portador y el prejuicio en torno a su preferencia sexual.

A través de las historias de Gerardo, Reyna y Deborah, el mexicano traza un sensible retrato de la vida de estos habitantes yucatecos, quienes describen el mundo de discriminación y prejuicio al que se enfrentaron al expresar su preferencia sexual y la batalla diaria que emprenden al vivir con una enfermedad mortal.

El documental Oasis es un puente narrativo construido desde la tristeza, pero también con la esperanza y fuerza de sus personajes, un puente que busca conectar a las audiencias con un mensaje de tolerancia hacia los portadores de VIH, los indígenas y los homesexuales.

Este viernes llega al Distrito Federal en el marco del Festival Distrital. Se proyectará este viernes 6 de junio a las 17:00 hrs en el Cine Tonalá; sábado 7 de junio a las 15:00 hrs en Cinépolis Diana y domingo 8 de junio a las 18:00 hrs en el Hotel Condesa DF.

En entrevista con Butaca Ancha, el director explica los pormenores del documental Oasis, producido por la casa finlandesa Oktober, que se presentó en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) el año pasado.

Una casualidad que se convirtió en pasión

Alejandro Cárdenas es de Coahuila, pero ha pasado gran parte de su vida adulta en el extranjero. En su primer trabajo documental titulado Oasis, el periodista regresó a México para sumergirse en el modus vivendi de los habitantes yucatecos y se enganchó con las historias de tres hombres portadores de VIH, un homosexual y dos travestis, quienes al final siguen siendo personas ordinarias con sueños, gustos y pasiones, pero sobrevivientes de entornos difíciles.

Todo inició cuando Alejandro fue enviado por un diario español de regreso a México para cubrir el inicio de La otra campaña, que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional emprendió en la comunidad de Chablekal, al sur de Mérida, en Yucatán. En ese lugar, el periodista conoció al padre Raúl Lugo, dirigente de una asociación civil llamada Indignación, asentada ahí.

El periodista buscaba entrevistar al subcomandante Marcos, pero una serie de circunstancias se lo impidieron y así fue como, para entregar una nota a la redacción, decidió explorar un nuevo tema enfocado a descubrir “qué significa ser homosexual maya en pequeñas comunidades”.

El padre Raúl Lugo fue quien llevó al periodista al albergue Oasis de San Juan de Dios, el cual se encuentra en Conkal, a 16 kilómetros de Mérida, el lugar en donde se refugian indígenas de comunidades de la Península de Yucatán que “han sido relegados del seno familiar y de los pueblos mismos” por ser homosexuales y portadores del VIH.

Alejandro hace una breve pausa para reflexionar sobre la situación de pobreza y el aislamiento social que viven los indígenas, temas que publicó anteriormente. “En México estamos muy orgullosos de los indígenas,pero sólo en los libros de historia como algo del pasado y no como algo del presente”. El periodista soltó rápido su conclusión: “está cabrón ser indígena”.

“Decir que se es homosexual en un pueblo de 2 mil personas, en donde todos te conocen y lo saben, pues todo mundo también te enjuicia. Si ha eso le añadimos el hecho de ser cero positivo, te conviertes en la peste”, responde Alejandro sobre sus motivos para tomar el tema de su documental.

El retrato ilustrado con honestidad

El periodista describe, no sólo con sus palabras pero con su obra, la dura realidad a la que se enfrentan las personas que llegan al albergue Oasis en condiciones paupérrimas -como él lo describe- y enfrentando la terrible vergüenza sembrada en una comunidad prejuiciosa por ignorancia.

El retrato de Gerardo Cham Cham en Oasis es impresionante, pues desde el principio se percibe la sensibilidad con la que este hombre percibe el mundo, a pesar de vivir con el peso de una historia llena de rechazo hacia su personal.

El filme expone un alto grado de compromiso del periodista con sus entrevistados y viceversa, pues son ellos quienes cuentan con honestidad los turbulentos caminos en una vida restringida por el prejuicio al tiempo en que se pueden ver realizando actividades ordinarias de un hombre: desde tomar una ducha hasta limpiar una ventana.

Es este equilibrio, bellamente ilustrado por la fotografía de la finlandesa Meeri Koutaniemi, se muestra las crónicas terribles del rechazo, pero también las reflexiones de hombres que han mejorado su circunstancias a la fuerza de aceptación.

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Albergue Oasis: la muerte está esperando en la puerta

El periodista Alejandro Cárdenas llegó a Oasis y no se pudo ir. Sentía una gran necesidad “de escuchar todos los tipos de historias que estaban ahí”. Ese primer encuentro de Cárdenas con el único espacio abierto para los indígenas cero positivos duró dos días, pero la investigación para realizar su trabajo documental se extendió a cinco años.

“Gran parte de lo que vi en el albergue eran personas que llegaban con SIDA, ya en las últimas, con vergüenza de decir que tenía el virus por la ignorancia que existe en los pueblos al atender los casos”, expresó con la fuerza de alguien que vivió cerca de una realidad discriminatoria.

Cárdenas se dio cuenta que la historias en Oasis eran demasiadas y que las personas que llegaban a este lugar se encontraban en un estado de salud deteriorado buscando en la recuperación progresiva el consuelo para seguir sus vidas. Así fue como el periodista decidió retomar y seguir durante tres años las vidas de Gerardo, Reyna y Deborah.

Reyna es un personaje carismático. Dice que le gusta arreglarse para que la vean. Es un travesti que habla con franqueza de Oasis. Es un lugar lleno de muerte. Su testimonio avasallador es ilustrados por imágenes impactantes de los enfermos en ese lugar. Nadie quiere hablar o convivir, todos están muy cansados. Él mismo acepta que en cuanto tiene la oportunidad, se va de ahí.

Carlos Méndez, director de Oasis, se queda parado en la puerta y explica las carencias que un albergue que depende de donaciones tiene. Pero esa realidad es mucho más ligera que algo que él, como el resto de las personas que llegan ahí saben, al final, “la muerte siempre va a estar aquí”, frente a esa puerta, esperando que llegue su turno.

La edificación de un puente

Es un documental guerrillero, dice el periodista. Se refiere a que fue hecho con el trabajo de tres personas guerreras, principalmente, que se expusieron a carencias económicas y se sumergieron en las difíciles historias que Oasis retrata, como la de Deborah.

Deborah vive con su pareja. Es trasvesti y ha escogido la prostitución como profesión de vida. En su casa, en la que vive con su pareja, tiene una tortuga y un perrito que le hacen compañía por las tardes, antes de que parta a trabajar.

Ha vivido una vida dura. Mientras se maquilla, Deborah relata su encuentros con las drogas y el inicio de su profesión. “Me dormía con uno y despertaba con tres, yo les decía: tanto me drogue, no puede ser”, relata.

A pesar de todo a Deborah se le retrata en la vida diaria, alimentando a sus mascotas, preparando la comida, arreglando su rostro con maquillaje. Su vida sigue siendo suya, y sus decisiones son un reflejo del nivel de aceptación.

“Es imposible no enamorarse de la dignidad que reflejan Gerardo, Reyna y Deborah”, dice Alejandro, quien además sabe que ha encontrado en su trabajo un puente no sólo para comprender las historias de sus personaje, también para mostrar al espectador que incluso en la adversidad la vida se puede vivir dignamente.

Entre la crudeza de la vida de las personas discriminadas por sus elecciones personales de vida y la maravillosa intimidad que el cineasta logra en el documental Oasis, se edifica un puente hacia la empatía y la tolerancia.

La cruel ejecución de Margarida Borrás, la hija del notario que nació hombre

Artículo publicado en Valencia Plaza

EN EL SIGLO XV

El colectivo Lambda reivindica desde hace décadas la figura del primer ajusticiado por transexual

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VALENCIA. Aquel lunes 28 de julio de 1460 fue un día soleado y caluroso. Como en tantas otras ocasiones, la plaza del Mercado de Valencia estaba llena para asistir a una ejecución. Gentes venidas de todas partes de la ciudad y la huerta se congregaron cerca del cadalso. Mientras las tenderas vendían sus productos a los curiosos, labradores, comerciantes y religiosos se mezclaban con mendigos y pillos.

Siguiendo la práctica habitual, recogida por Vicente Adelantado Soriano en su artículo La pena de muerte como espectáculo de masas en la Valencia del Quinientos, el trompeta había dado noticia del suceso. “Dicho trompeta, en los lugares más concurridos, cuando había conseguido reunir a un buen número de espectadores, leía la sentencia”, explica Adelantado.

La horca fue dispuesta para la ocasión. A los caballeros se les ejecutaba cerca de la Catedral de Valencia, enfrente de la calle Caballeros. A los herejes, cerca del Paseo de la Pechina, en un espacio muy próximo al jardín Botánico de Valencia. En el Mercado se ejecutaba a todo tipo de delincuentes: Asesinos, parricidas, uxoricidas… y sodomitas. La ejecución pública era uno de los motivos de diversión de la plebe en la Edad Media. Lo más parecido a un partido de fútbol.

El ajusticiamiento de aquel 28 de julio de 1460 era especial. No era la primera vez que se ejecutaba a lo que la sociedad medieval considerabapervertidos, los sodomitas. Pero en este caso, a diferencia de otras ejecuciones que se celebraron en la misma plaza, al que se ahorcaba era a un hombre que se le quitaba la vida porque se sentía mujer, se comportaba como tal, vestía como tal y así había sido vista en “al menos diez casas”.

Se llamaba a sí misma Margarida Borrás, aunque su nombre de nacimiento era Miquel. Posiblemente el sacerdote Melcior Miralles, capellán de Alfons el Magnànim asistió a la ejecución. Como con tantas otras muertes, ejecuciones, asesinatos, accidentes, tomó nota y la incluyó en su dietario. Por su anotación, la 130, incluida en el folio 118, tenemos constancia de ella. Es el único recuerdo que nos queda de esta muerte.

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En ella, más extensa de lo habitual, Miralles explica que Margarida había estado “en muchas casas en Valencia” con ropas de mujer. En cuanto fue sabido esto, fue “presa y torturada”. El uso del femenino no es casual y advierte de la confusión que existía en torno a su identidad sexual. También señala el dietario que por Margarida fueron apresados y torturados otros hombres, posiblemente sus amantes. De ellos no se sabe sus nombres. De ellos no se sabe si sufrieron algún tipo de condena posterior. Nada.

El propio Miralles dejó constancia en su dietario de otras ejecuciones a homosexuales a los que normalmente se les quemaba vivos. Así ocurrió con el hijo del relojero Pedro Vego, quien fue llevado a la hoguera con su amante, del que no se sabe tampoco su nombre por ser de baja condición. Raro es el año en el que no incluye una anotación de este tipo.

¿Por qué el caso de Margarida Borrás fue tan relevante para Miralles? El novelista y profesor valenciano Vicent Josep Escartí tiene una tesis al respecto. De Borrás dice el capellán del Magnànim que era hijo de un notario de Mallorca. Esto hace más que plausible la teoría de que “debió ir por los salones de la Valencia más rica y seguramente fue conocida“. Escartí piensa en una mujer divertida, encantada de llamar la atención, hasta cierto punto famosa por su liviandad. Posiblemente, entre sus amantes se encontraban personalidades de la clase alta valenciana, hijos de nobles, casados. “Uno de ellos debió delatarla”. Quizás, mal de amores. Se trataba pues de un escándalo en toda regla.

Asimismo, el hecho de ejecutar a un hombre que se sentía mujer era “algo inaudito”, dice Escartí. El caso, además, debió ir por la Cort de Governació o por la Justicia Criminal. La Inquisición no llegó a Valencia hasta 1484 por lo que no ha quedado constancia documental de esta infame ejecución al margen del texto del capellán. Todo era inusual.

También lo fue la ejecución. A Margarida se le obligó a vestir ropas de hombre, con calzón corto, para que quedase bien claro su condición masculina. Se le ahorcó con sus partes íntimas al descubierto. Resulta fácil y terrible imaginarse a la muchedumbre riéndose de aquel afeminado, aquelpervertido, a los niños burlarse de ella con toda clase de insultos. Resulta fácil y terrible imaginarse la mirada de miedo de Margarida.

Esa humillación formaba parte de la pedagogía del terror de la justicia medieval, de la que se han realizado numerosas estudios. “Hay, además, un claro deseo por convertir en espectáculo toda realidad, tal como sucede en nuestra poca, aunque en

ésta se busca el aspecto comercial, y en aquélla la participación, la fiesta, la comunión”, escribe Adelantado. La comunión del horror, cabría añadir.

Las autoridades celebraron la muerte y el cuerpo de Margarida, torturado, humillado en la Plaza del Mercado, fue después abandonado en la fosa común. Seguramente fue llevado a enterrar con la Virgen de los Desamparados encima de su cuerpo exánime, y su nombre habría sido olvidado de no mediar la anotación de Miralles.

Fue mediados los años noventa que Escartí escribió su primer artículo en prensa sobre el hecho. Ya era conocido entre los historiadores pero aquella nota adquiriría una gran relevancia entre la comunidad de gays, lesbianas y transexuales valencianos con el tiempo.

El Premi Margarida Borrás es ahora el galardón más importante que otorga todos los años Lambda, Col·lectiu de lesbianes, gais, transsexuals i bisexuals de Valencia. Desde 1995 Lambda otorgaba el Premi 28 de juny a aquellas personas y entidades que se habían destacado por su trabajo contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, así como por su defensa de los derechos del colectivo LGTB. En el año 2002 se utilizó el texto del Dietari del Alfons el Magnànim que hacía referencia a Margarida para preparar la ceremonia de entrega de los premios, y se propuso en Comisión Permanente cambiar el nombre a Premi Margarida Borrás.

Según explica Luis Noguerol, responsable de proyectos culturales de Lambda, fue un acuerdo unánime ya que “la figura de Margarida Borrás simboliza perfectamente el empeño de todas aquellas personas que queremos vivir nuestra identidad sexual u orientación sexual libremente. Por la descripción del dietario podríamos entender que Margarida, nacida Miquel, fue una persona transexual. Por ello queríamos hacer un pequeño homenaje a la primera persona de la que tenemos constancia histórica en Valencia que murió a consecuencia del odio y la discriminación sufridos por el solo hecho de mostrarse a la sociedad tal y como se sentía”.

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En breve Lambda decidirá en quien recaerá el premio este año. Para Noguerol, “además del reconocimiento a las personas y entidades galardonadas, el Premio Margarida Borrás, nos ayuda a tener perspectiva histórica para tomar conciencia de los avances conseguidos y de la necesidad de seguir trabajando para conseguir la igualdad real”.

Hace dos años Compromís colocó una placa simbólica con el nombre de la infortunada, cuyo único delito fue sentirse mujer en un cuerpo de hombre. La situó en la Plaza del Mercado. En estos momentos hay pendiente la colocación de una permanente que ayude a que el nombre de Margarida no se olvide. Nació Miquel. Ahora el tiempo al menos le ha devuelto el nombre que ella quiso para sí, el que atendía a su verdadera condición de mujer.

LA MATERNIDAD Y LO TRANS…

Artículo publicado en ALTERSEXUAL

Por Frieda Frida Freddy
Transfeminista (y lesboterrorista) de a pié

El día que me enuncié Trans fue el día que ví y sentí claramente que no necesitaba, ni me era vital, ser mujer u hombre para existir. Más aún, identifiqué plenamente que no deseaba serlo y anclarme en una de las dos categorías sociales, porque nunca me había sentido feliz y a gusto en ninguna de ellas. Me autonombré Frieda porque soy más femenina que masculino, y porque comprendo que masculinidad y feminidad son sólo dos polos de adoctrinamiento que nada determinan, y mucho menos tendrían que “definir” ese “ser hombre” o “mujer”, que se conoce en nuestro mundo social. Escogí pues este nombre por el potente diptongo que para mí representa el puente por la dicotomía de género, mi transitar entre Frida y/o Freddy que son el pasado al que se me condenó: Chico o chica. Y del que escapé…

Así que ahora soy libre, soy Trans. No transgénero ni transexual. Verán. Se tiene la idea generalizada que ser trans es de fijo, digamos, nacer A y cambiar a B, o nacer B y querer ser A. Es decir, nacer biológicamente ‘hombre’ (por el pene que el sexo ha señalado) y querer ser socialmente una mujer. O viceversa. Nacer biológicamente ‘mujer’ (por la vulva que asigna el sexo) y desear vivir socialmente como hombre. Y sin duda que eso es una gran parte, pero no lo es todo.

Lo anterior es transgredir-traspasar una categoría de género porque nunca hubo allí pertenencia ni identidad con la que se les asignó mediante los roles; es rechazar una construcción social que se impuso a partir de una división hecha por un rasgo genital, y desde luego que eso es transgresor, pero tal práctica sigue estando dentro de un código binario. Y con esta afirmación no pretendo descalificar ni agredir a quien haya hecho todo lo posible para cambiar totalmente su cuerpo y/o modificar apariencias, desde hormonarse hasta pasar por cirugías y actualmente se sienta cómodo o cómoda con lo que es o como se ve, ya que el sólo hecho de desafiar el género y transitarlo completamente de A a B, o al revés, me parece digno de todo el respeto y la admiración rebelde.

Pero yo no quiero eso para mí. Yo además de transgredir-transitar (y no quedarme), quiero dinamitar al género. Mi lucha diaria es contra la dicotomía de género, contra la sujeción. Para eso hago transfeminismos. No quiero aprisionarme en el género, ni en sus roles, ni alcanzar sus estereotipos. Yo deseo ir y venir, fluir, como fluye mi propia sexualidad (en el sentido más amplio, no reduciéndola al mero acto sexual); mi sexualidad que está viva, y vive conmigo. ¿Por qué voy a sujetarla? ¿Por qué voy a sujetarme? No he de hacerlo. No estoy obligada.

No voy a encarcelarme en una dicotomía de género, o en alguna orientación sexual. Yo voy y vengo. Por eso me digo Trans de transformación a la idea hegemónica, Trans de transitar la heteronorma, Trans de transgresión al género y todo lo que éste conlleva. Trans de transgredir el mandato, abortar la órden. Nací A y no voy a ser B, pero que la A se joda. Podemos ser X ó Z, H ó T, o mezclas, o lo que se nos hinche la gana. Incluso a veces quedarnos un rato en B y luego botarla, por ejemplo. O ser monstruas. O ser no siendo.

Y para quienes a estas alturas del texto, ya están pensando en que estoy confundida y en realidad soy queer, lo repito, yo soy Trans, y para la deconstrucción-destrucción de la dicotomía de género voy a poner además de mi discurso, mi cuerpo. Voy a implantarme unos senos, para eso estoy ahorrando. Unos senos por decisión política, por acto performativo. No esos senos grandes y redondos, “con los que no tuve la fortuna de nacer”, para llegar a ser cien por ciento femenina, y por ende “mujer” (como lógicamente se cree), sino más bien quiero esos senos para confundir, para salir al espacio público tan normado y transgredirlo, aterrar. Ni siquiera estoy interesada en adelgazar y comprarme vestidos estilizados, o blusas de amplio escote; mi acto también será post-travesti.

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Con la operación de senos mi cuerpo será además de un campo expropiado al sistema (que antes me lo robó con sus mandatos), un arma de destrucción simbólica. De modo que lo que busco con la cirugía no es alcanzar un modelo de belleza patriarcal, sino ser una performance viviente que va por el mundo y lleva el terror Trans a todos los espacios, las calles, las ciudades. Esta es mi libre decisión y elección, como lo es la que toma la mujer de sexo-género concordantes y heteronormados cuando decide ser “madre”.

¿Pero qué pasa entonces con ambas decisiones tomadas libremente y que conciernen a un cuerpo propio, dentro de una misma sociedad, un mismo mundo social?

Pasa que cuando yo enunció ser Trans y menciono la decisión de modificar mi cuerpo, el mundo me ve como apestada, como demente, mientras que a la mujer embarazada la ve como triunfadora, como si se tratara del máximo logro de la vida. A ella se le otorga un reconocimiento social y a mí el escarnio público. A ellas se les eleva a un pedestal social y las empiezan a cuidar tan frágil como si fueran a romperse, mientras que a la mayoría de lxs transexuales, trans, y transgénero les rompen la estima y los lazos sociales, les echan de sus casas y la sociedad cierra sus puertas en casi todos los espacios públicos.

Cuando una mujer decide y elige libremente embarazarse, parir y criar, el mundo entero la llena de elogios, buenos deseos, bendiciones, dulzura, felicitaciones, no se cansan de alabarla, mientras que a la gente trans que también ha decidido y elegido libremente hacer algo con su cuerpo y un proyecto de vida, las burlas no cesan, ni los insultos, las invisibilizaciones, los chistes, las miradas reprobatorias, o las agresiones verbales y hasta físicas.

En la mujer embarazada las familias y amistades y la sociedad en general, se toman la tarea de procurarla y cuidarla, las mandan al médico y el Estado las recibe gratuitamente mediante el sector salud con chequeos prenatales, y las activistas hasta abogan por ellas alto a la violencia obstétrica. Pero de los altos y violentos índices de natalidad nadie dice nada.

En ese mismo tenor, cuando la persona trans ha empezado a hormonarse o está por hacerse una cirugía, las familias y amistades y la sociedad en general se han reducido, le han enjuiciado, y el Estado las recibe con el psiquiatra, a quien tendrán qué convencer de su propia decisión de transitar. El sector salud las recibe también, aunque la mayor de las veces con desprecio y maltrato, manejándoles como tontxs y no escuchando sus sentires, sino sólo inyectándoles las hormonas o dándoles medicamentos (cuando los hay), en una posición de: pues si no quieres ser hombre, ¡toma, sé mujer! O viceversa. Todo de golpe y porrazo, siendo poco claros con las reacciones secundarias de bajar o subir testosterona o estrógenos en niveles acelerados. Y eso en escasas ciudades donde hay legislaciones que lo permiten. Si no las hay, lxs trans tendrán que pagarse todo solas, como puedan. Tendrán que costearse los tratamientos y cirugías completas, y si no tienen dinero ahí está el aceite de cocina o el anticongelante para coches para hacer crecer un poco glúteos o senos. Acá cada quien aboga y sobrevive por sí misma, a pesar de los informes anuales de las activistas, donde anuncian su preocupación por los derechos sexuales de todas y cada una de las personas en el mundo y proclaman “los avances”.

Cuando yo decido y elijo ser Trans, todxs me diagnostican sin ser médicos: tengo “disforia de género”, estoy enferma de la mente, y loca. Lo dice la ciencia y lo publica la OMS en su lista de enfermedades mentales. Nadie habla de la violencia cultural, ni la cultura de la violencia, contra mi persona y mi libre decisión, porque lo que yo hago es “anormal”, “claro está”, mientras que lo que hace la embarazada es no sólo “normal” sino además “lo más natural del mundo”. Así el panorama a grandes rasgos. Y no me estoy victimizando con estas analogías. Más adelante aclararé el punto.

Lo que la embarazada está haciendo en realidad (por más libre y elegida que sea la decisión) es seguir reforzando y reproduciendo un sistema heteronormativo, un régimen heterosexual que no es orientación como tanto se nos ha dicho, sino un régimen ordenador del mundo social, controlador de cuerpos y de vidas; lo que ella está haciendo es seguir unas rígidas normas aprendidas que a otras iguales biomujeres como ella las estigmatiza y frecuentemente las condena como “mujeres a medias, incompletas, o malas mujeres”, porque no “se realizan nunca mediante la maternidad”.

La decisión libre y elegida de la mujer embarazada traspasa lo personal e impacta desfavorablemente el afuera. Fortalece un mundo social que a mí, como a mucha otra gente disidente sexual, incluso a ella misma, nos está matando, literalmente (feminicidios, transfeminicidios). En ese mismo sentido, lo que yo hago con mi decisión libre es joderme en la heterosexualidad y otras ficciones políticas, en imposiciones sociales, en el régimen heterosexual, destruirlo, deconstruirlo, porque ese sistema simplemente no es normal ni natural.

¿Pero por qué el Estado costea el embarazo, aún en mujeres no inscritas en el sector laboral, en todo el mundo? Porque le conviene, es una inversión a corto plazo para este modelo global de producción-consumo. Le conviene para seguir reproduciendo el modelo de familia y sacar de ahí más mano de obra barata en el mercado laboral y la producción en masa; sirve además para mantener a la gente educada, normada, callada, pasiva y apática, bajo la telenovela del amor romántico y el “vivieron felices para siempre”. Y ya después Familia y Estado, en unión, mantendrán más fácilmente controladas-oprimidas las disidencias sexuales, planeando captarlas para normarlas, desarticularlas o exterminarlas.

En el modelo producción-consumo también se maquila Familia, que no es el único agente socializador, pero sí el de mayor peso. Ese modelo rector de la moralidad, la buena conciencia, la coerción, la dominación, la represión, la violación de derechos humanos básicos y de las garantías individuales, ese modelo del chantaje emocional-sentimenal y económico. La familia, hoy día reproducida a la par por los homosexuales misóginos y machistas, y por las lesbianas patriarcales, es un modelo opresor que funciona de formas muy visibles como golpes, insultos y maltratos, hasta formas delicadas y sutiles como: “hijx me lo tienes que contar todo y decirme cada paso que des porque somos familia y nos tenemos confianza, ¿verdad? O el: yo sólo te vigilo y te ordeno porque te quiero y me preocupo por tí, todo esto es por tu bien, te respeto. Le llaman “educación”. Y con ella violando severamente la privacidad de cada miembrx que por un lazo de sangre no significa que sea un objeto de propiedad. Pero eso sí, estas formas irán siempre disfrazadas de mucho cariño, abnegación, buenas intenciones y preocupación porque por eso existe el “amor de familia”.

Hay una negación consciente de que la familia (como el Estado) da órdenes y castiga a quien no las cumple, su irracional poder autoconcebido les hace pensar que tienen toda la autoridad para hacerlo. Las familias controlan, asfixian, a veces lentamente, a veces en pocos pasos y de manera expedita. Y es evidente que el Estado no dejará de producir familia, pero las personas sí podemos dejar de hacerlas, y no estarlas sólo cambiando de nombre: familias diversas, nuevas familias, otras familias, dos mamás, dos papás, madre soltera. No veo a ninguna lesbiana poniéndoles vestidos a sus “niños”. Sí veo a mucha embarazada llamando princesa al feto “mujer”, o “mi rey”, que se mira en el ultrasonido, por ejemplo.

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Esa misma negación consciente les alcanza hasta para cubrir que los derechos sexuales y reproductivos también fueron un instrumento que el Estado “firmó y reconoció” para darle a toda esta diversidad sexual heterosexuada (que no disidencia) lo que estaban pidiendo y así mantenerles un tanto a raya para que ya no estuvieran “molestando” más. Habría que ver esa parte manipuladora de un aparato de gobierno, como el Estado, que ha dado más que pruebas suficientes de lo mezquino, controlador, corrupto, chantajista, despótico y traidor que es.

Pero dejar de hacer familias es algo sencillamente impensable para la mayoría de gente en el mundo, ¿qué más harían sino sólo lo que le han interiorizado muy bien en sus cabezas desde que nacieron? ¿Pero qué hay de toda esa gente que se dice feminista, y habla y habla de su preocupación sobre la violencia de género y la violencia contra las mujeres? ¿Esa gente que tanto cita a Foucault y la historia de la sexualidad en volumen uno, dos, y tres, y no se saca de la boca el biopoder y la biopolítica, y hasta duerme con la foto de Simone de Beauvoir sobre la cabecera de su king size? Su heterocentrismo se les mira desde la luna a la tierra. Sus discursos contradictorios evidencian por sí mismos su falta de compromiso para dejar de hacer lo que en resumidas cuentas agrede y estigmatiza a esa misma gente que pretende apoyar. ¿Le vamos ganado al heteropatriarcado capitalista?

Hacer feminismos institucionales, reproduciendo familias y pidiendo cosas al Estado que es la figura paternal (macho protector, padre benefactor), es simplemente la primera de las grandes contradicciones. Pero insisten en jactarse totalmente concientizadas y deshteropatriarcalizadas, hablando de la igualdad de género, ancladas para no variar en una dicotomía carlcelaria. Criando solamente niños y niñas. Y se llenan de paridad, y cuotas, insertando a grandes mujeres librepensadoras y hacedoras, dentro de un sistema podrido que termina sujetándolas, llenándolas de su peste, y obligándolas a trabajar bajos sus formas y reglas. Porque no es la falta de capacidad, sino el modelo en sí. Pero se niegan a aceptarlo. Se ofenden si alguien lo menciona. No les basta las evidencias diarias en las calles y los espacios públicos. Es más importante llenar el informe, comprobar los gastos de la beca con erario, y la selfie que puedan hacerse en los encuentros internacionales. Que al cabo “con eso poquito que se gane, ya es un avance”, dicen.

Así que como leerán, mis anotaciones no son para victimizarme rogando al Estado que deje de tratarme como ciudadana de cuarta categoría, yo en lo personal no quiero nada suyo, ni les estoy pidiendo tampoco a las feministas activistas institucionales que me arropen “maternalmente” en mi renacer Trans. Mi transfeminismo es anarco, radical y autogestivo. En todo caso sólo como un lindo detalle estoy sugiriendo que el Estado debería dejar de costear los embarazos y lo que implican. Quien quiera un hijo que se lo pague, que lo costeé desde la sola planeación de su propia idea y libre elección. Que sea su propio lujo. Que se dejen de usar los impuestos de otrxs tantxs trans para tales efectos , porque ya estuvo bueno hasta de pagar económicamenre por la transfobia que se recibe. O que por lo menos la que quiera ser “madre” se pase también con el psiquiatra para que explique el por qué de su decisión, que convenza a la ciencia y a la OMS del por qué tiene la certeza y la seguridad de poder parir y criar y formar una nueva persona. Su sólo argumento de un compromiso total, protector y procurador, anclado en un rol de género inventado, no es suficiente. Es mera seguridad romántica arraigada al régimen heterosexual. Creer que todo lo va a poder con mucho amor y “cuidados”, es sólo lo que le hicieron creer.

Finalmente, para cerrar acá mis disertaciones, quiero aclarar algunas cosas, ya que una de las deficiencias del sistema educativo escolar tienen que ver precisamente con la comprensión de la lectura, y yo estoy muy cansada de que se vaya por ahí diciendo que yo dije, de modo pues que este texto como han leído es completamente antimaternal, sí, pero yo en ningún renglón he dicho que dejen de embarazarse y parir. Lo que yo estoy haciendo acá es una feroz crítica para señalar lo que nadie parece querer decir por miedo a sonar políticamente incorrectx y empañar su currículum profesional, o que se les tache de violentas, de no ser sororarias o dejar de serlo, y así perder el viático, la alianza, ser expulsada de la colectiva, sacada de la ONG, caer mal o dejar de recibir los saludos “fraternos y sonrientes” de otrxs compañerxs.

Yo lo que digo con este texto, hablando de las que deciden, eligen-desean la maternidad y formar familias, es que se deje de esparcir por el mundo el cotilleo de que un embarazo y ser madre, y hacer familia, es la ostia, y lo más de lo más, porque también con el habla y la lengua y las percepciones propias regadas al vapor se siguen alimentando-construyendo ad infinitum los roles de género en lo societal.

Lo que yo digo es que dejen de contar el cuento rosa y dulce, y de comprar la familia de cajita feliz mac donalds, y asuman honestamente las atroces responsabilidades sociales que implican gestar, parir y criar, en un contexto tan capitalista y heteropatriarcal, como el arriba descrito, y que sepan de una vez que su decisión libre y elección no se queda en la pareja, ni en las cuatros paredes de su guarida de amor, ni en la mujer sola o acompañada que decide hacerlo, un embarazo traspasa el hogar y colabora directamente con el sistema que nos jode en conjunto.

Yo Frieda, lo que digo, es que dejes pues de respetarme con la lógica de: “yo no tengo ningún problema con la gente trans”, desde tu aplastante posición de normalidad. Y de que crían para formar sólo hombres y mujeres, omitiendo desde el mismo nacimiento la intersexualidad, y después en la socialización del género a la transexualidad, bajo el yugo heterosexual, ¡ahí te encargo!

Porque somos lxs trans que la dicotomía de género no pudo normar. Estamos aquí, y no vamos a callarnos, ni guardarnos en ningún calabozo sólo para que tus hijitxs no se espanten y/o “contagien” de algo.

“El matrimonio gay es como la unión entre un hombre y un perro o un bebé y un anciano”

Fuente: Elplural.com

El obispo de Málaga escandaliza a alumnos y profesores por sus palabras ofensivas durante un encuentro con 500 escolares

Obispo-de-Málaga Jesús Catalá

La Iglesia malagueña se ha convertido en una fábrica de ofensas reiteradas y duras contra las personas gais y lesbianas. Tanto el obispo, Jesús Catalá, como el cardenal Fernando Sebastián afincado en Málaga, son un auténtico martirios de herejes en relación a cuestiones morales y de sexo.

Falta de respeto hacia 500 escolares
Ahora sorprende de nuevo el titular de la diócesis malacitana con unas fortísimas y groseras descalificaciones hacia las personas que contraen matrimonio homosexual. Y siendo graves los epítetos utilizados, más graves es que Jesús Catalá haya vertido estos insultos en un foro de 500 jóvenes adolescentes y escolares, de los que, según ha podido saber ELPLURAL.COM, muchos salieron del acto perplejos y avergonzados por las palabras e insultos del purpurado.

Matrimonio homosexual: “Un hombre y un perro o un bebé y un anciano de 70 años”
El obispo mantuvo un encuentro en el colegio San Estanislao de Kostka con escolares de centros religiosos de Málaga. Durante el acto, Jesús Catalá entró en debate y respondió a preguntas que los adolescentes le formularon, entre ellas su opinión sobre el matrimonio homosexual. La respuesta dejó aturdidos a parte del alumnado y a numerosos profesores que no salían de su asombro al oír cómo el prelado afirmaba que “la legislación española sobre el matrimonio es la peor del mundo, porque se habla de “cónyuge 1 y cónyuge 2, que bien podría ser dos hombres, un hombre y un perro o un bebé y un anciano de 70 años”.

Contra las adopciones
Tan impresentables afirmaciones fuero seguidas de otras en esa línea relativas a la adopción por parte de gais y lesbianas. Catalá siguió con su hilo provocador manteniendo que la adopción de un niño por parte de una pareja homosexual no es adecuado psicológicamente para el menor. “A a alguien que yo quisiera no le desearía esta situación de ser adoptado por parejas del mismo sexo.

Obispo enfrentado al Papa Francisco
Todo ello sucedía ante el estupor de un sector de los asistentes y la perplejidad de algunos profesores que entendían que con esas declaraciones parte de su trabajo era cuestionada. Llama poderosamente la atención que este acto se realizara en un centro religioso de los jesuitas, orden en la que está integrado el Papa Francisco. De todos es conocido que el polémico obispo malagueño no es partidario de la doctrina del Sumo Pontífice actual por lo que algunos profesores y asistentes lo entendieron como una provocación tanto a la figura del Papa como al tipo de enseñanzas que se imparten en estos centros, algo más comprensivas con la moral y lo sexual, que la Iglesia más integrista.

Integrismo rancio en la Iglesia malagueña
Como afirmábamos anteriormente en el la cúpula de la Iglesia malagueña se ha instalado el integrismo más rancio. Sólo cabe recordar la llamada al orden a un hermano mayor de una Cofradía y que acabó con su dimisión por estar divorciado. Recientemente, se obligó a rectificar a un joven pregonero por su actitud tolerante con los gais y lesbianas, precisamente en línea con el discurso del Papa Fracisco. A esto se suman las declaraciones del cardenal Fernando Sebastián, afincado en Málaga desde hace años y en contacto con el Obispado, cuando mantuvo que la homosexualidad es una enfermedad que podría paliarse con un tratamiento médico como la hipertensión. Esto último provocó una denuncia que posteriormente fue archivada.

Denuncia ante la justicia de COLEGAS-Málaga
Nada más conocerse esta polémica suscitada por las declaraciones del obispo, COLEGAS-MÁLAGA hizo pública su condena tildando de inadmisibles tales declaraciones denigratorias contra el matrimonio igualitario. Asimismo anunciaba que procederá a denunciar de nuevo ante la Fiscalía Provincial de Málaga los hechos. A pesar del revés judicial que ha supuesto el archivo de la denuncia contra el cardenal Fernando Sebastián, Colegas aprovechaba para reiterar que seguirán denunciando este tipo de declaraciones por parte de la jerarquía católica, “denigratorias para la población LGBT” y animaba a denunciar para que este tipo de declaraciones “no queden impunes por más tiempo”.

CULTURA JAPONESA ‘Atador’ o atado

Publicado en La voz digital

El ‘shibari’ es una técnica japonesa erótica para atar personas que empieza a ganar popularidad en España

Pilar Aldea ata a Ana Gutiérrez, quienes forman el grupo Cuerdas poéticas

Pilar Aldea ata a Ana Gutiérrez, quienes forman el grupo Cuerdas poéticas. / Foto: Toni Chaptom

“Cuando me quedé colgada sentí totalmente la libertad y me dio por cantar. Estaba rabiosamente libre. Fue un acto de voluntad extrema”, así relata la fotógrafa Pilar Aldea su primera experiencia con el‘shibari’. Ella ya había oído hablar de esta técnica erótica de origen nipón que se basa en el arte de atar personas con cuerdas. Su curiosidad y ganas de aprender la llevó a una exhibición que incluía una suspensión mediante esta disciplina. La persona que iba a ser atada se sintió indispuesta en el último momento y Pilar, decepcionada ante la posibilidad de quedarse sin espectáculo, ofreció con valentía su cuerpo para que fuera pendido por las cuerdas.

El ‘shibari’ -literalmente ‘atadura’- se suele relacionar con el ‘bondage’ pero, aunque tengan semejanzas, la técnica japonesa va más allá del erotismo. Es una comunicación artística, sensorial e incluso espiritual que se genera entre tres interlocutores: el atador, el atado y el espectador.

Talleres de iniciación

En Japón, el ‘shibari’ tiene grandes escuelas y grandes maestros, llamados ‘nawashi’, y copa los escenarios de grandes teatros. Pero en España no es una técnica del todo desconocida. Hoy, en Barcelona, se impartirá uno de los muchos talleres de iniciación al ‘shibari’ que existen en nuestro país. En la sala La Piconera, la compañía de danza-teatro Cuerpo Transitorio reunirá a 12 parejasdispuestas a atar y a ser atadas. Además de otros tantos ‘singles’ que intervendrán como espectadores. Alberto No Shibari -el ‘atador’ y uno de los mayores representantes del ‘shibari’ de España- y Kuss -la atada-, mostrarán las bases de un arte que precisa muchísima técnica.

“Empezamos por puro morbo”, contesta Alberto ante la pregunta sobre sus inicios con el ‘shibari’. Cuando su pareja y él comenzaron a experimentar con las cuerdas, hace 10 años, no se exponían tanto como ahora: “Todo se mantenía en un ambiente muy oscuro. Es por eso que queremos ahora sacarlo a la luz, con un planteamiento más abierto, centrado en el contacto y la sensualidad. Últimamente se está generando mucho interés porque la gente empieza a abrirse a todo tipo de experiencias”, explica el ‘atador’ que, a pesar de su gran experiencia, se considera un mero aprendiz. En el taller de hoy pondrá todo el énfasis en la seguridad. La responsabilidad de la persona que ata es muy importante y todas las precauciones son pocas. “El riesgo siempre existe”, avisa Alberto.

Una de las cosas más interesantes del ‘shibari’ es la conexión que se produce entre el que ata y el que es atado, ya sean conocidos o no. “Es como el sexo. Puedes tener relaciones con desconocidos que sean fantásticas, y otras aburridas con tu pareja sentimental. Es más como bailar. Si bailas con alguien que tiene buen ritmo y sensibilidad se disfruta mucho más”, explica Pilar, quien aprendió de Alberto el arte de atar y que forma junto a Ana Gutiérrez -la atada- el grupo Cuerdas Poéticas. Ellas describen su espectáculo como una ‘sensual performance de poesía explícita’. Pilar sorprende en su espectáculo porque habla con el público, recita poemas, se expresa llamando la atención de los presentes mientras rodea, anuda y suspende a Ana. Aunque actualmente no es extraño que una mujer adopte el rol de atadora en el ‘shibari’, es cierto que es un papel donde abundan los hombres. “El mundo del ‘shibari’ no está exento de padecer la enfermedad del machismo, pero como cualquier otra cosa en la vida. Hay mujeres que atan a mujeres y mujeres que atan a hombres”, aclara la fotógrafa madrileña.

‘Shibari’ en España

Precisamente en la capital, un pequeño local sirve como punto de reunión a maestros, seguidores y curiosos del ‘shibari’. El café El dinosaurio todavía estaba allí…, en pleno barrio de Lavapiés, organiza los miércoles de cada dos semanas una muestra de este arte erótico que comienza a tomar popularidad. La próxima cita será el 5 de marzo a partir de las 20.30 horas.

Además del taller que impartirá hoy Alberto No Shibari en Barcelona, la ciudad condal acogerá el domingo un encuentro centrado en esta técnica: ‘Shibari Experience’. Esta reunión, que se lleva a cabo dos domingos de cada mes en el club Rosas 5, está siendo recogida por las fotografías de Tentesion que, además, prepara un libro que mezcla el ‘shibari’ con los tatuajes.

Buenas oportunidades para adentrarse en una actividad llena de belleza y sensualidad que puede asustar en un principio pero que provoca un inevitable magnetismo. Solo queda elegir si atar o ser atado.