Las cifras del odio: 4.000 agresiones cada año en España, 88 muertes desde 1990

Captura del 'mapa del odio', con los casos mortales registrados en España entre 1990 y 2015. E. M.

Captura del ‘mapa del odio’, con los casos mortales registrados en España entre 1990 y 2015. E. M.

Extranjero, ‘sin techo’, negro, homosexual, aficionado al fútbol, musulmán, transexual, estudiante de Derecho que un día no cedió el paso a unos ultras… Son algunos de los perfiles de las 88 personas que han muerto por crímenes de odio en España desde 1990, y que recoge el proyecto ‘Crímenes de odio: memoria de 25 años de olvido‘.

Se trata de un mapa histórico y documental fruto de la investigación realizada durante un año por el Grupo de Investigación de Crímenes de Odio y Movimiento contra la Intolerancia que, basándose en las cifras del Informe Raxen, han monitorizado todos los delitos de odio de los que existe rastro en la prensa, y “puesto nombre a los casos sin nombre”. Un trabajo basado en las hemerotecas ante la “falta de datos oficiales“, según ha denunciado Miquel Ramos, uno de los autores del estudio, quien se muestra convencido de que el número de casos es mucho mayor, ya que con frecuencia son catalogados como “sucesos” sin contemplar el odio como móvil del crimen. “Son cifras ocultas, este informe es solo la punta del iceberg”.

Movimiento contra la Intolerancia que cifra en 4.000 las agresiones o delitos de odio que se producen cada año en España. Unas cifras que según su presidente, Esteban Ibarra, serían incluso “conservadoras”, dado que el Ministerio de Interiorhabla de cerca de 1.300 agresiones al año, y, según la Unión Europea, solo se denuncian el 10% de los casos, por lo que la cifra podría ser mayor. “Por ejemplo, el Gobierno británico -que sí monitoriza este tipo de delitos- habla de 38.000 casos este año”, según Ramos.

Además, el informe señala la existencia de grupos racistas y xenófobos en todas las comunidades autónomas, de más de 10.000 ultras y neonazis en España, de más de 1.000 sitios xenófobos en Internet y decenas de conciertos de música neofascista todos los años.

Racismo y xenofobia, en la cúspide

Por tipología, los crímenes de odio más habituales son los racistas y xenófobos(37), seguidos de los casos de aporofobia (23), esto es, contra personas sin recursos, especialmente los ‘sin techo‘. David Bou, coautor del estudio, se muestra especialmente preocupado por esta categoría, ya que”al tratarse de gente con menos recursos y aislada socialmente -muchos no tienen nombre ni se sabe nada de ellos- es más difícil que los delitos de odio salgan a la luz”.

En tercer lugar se encontrarían los crímenes por “intolerancia criminal” (17), que implican un rechazo delictivo a la dignidad y derechos fundamentales de las personas, seguidos por los de la violencia ultra en el fútbol (6), odio ideológico (6),homofobia (2) y transfobia (2) e islamofobia (1).

Por provincias, las áreas más afectadas son las grandes concentraciones urbanas, como Madrid (29), Barcelona (16), Valencia (7) y Alicante (6), “zonas que coinciden con una mayor presencia de gurpos ultras y de extrema derecha”, ha señalado Bou.

Juzgados como sucesos aislados

En cuanto al recorrido judicial, el informe recoge que 35 de los casos acabaron en condena, 19 por asesinato, 14 por homicidio y dos por lesiones o riñas tumultuarias. Una cifra que, a juicio de los autores, “constata la falta de formación de la judicatura y de los diferentes estamentos para tratar estos casos”, afirma Bou.

“Por ejemplo, en Barcelona fue asesinado un joven negro al grito de ‘negro de mierda’, y ni el jurado popular ni después la Audiencia consideraron la agravante de racismo, porque quienes cometieron el crimen eran gitanos, de lo que dedujeron que no podía ser un crimen racista”. “Si no se contempla el componente de racismo, muchos de estos delitos serán juzgados como reyertas, violencia juvenil o peleas de ‘ultras’, cuando en realidad se trata de delitos de odio”, añade.

Del resto de casos, tres acabaron en absolución, 4 archivados, y de los 44 restantes “no sabemos qué pasó en el juzgado” . “El primer problema que nos hemos encontrado es la poca transparencia de las instituciones respecto este tipo de casos”, han señalado. Además, dicen, con frecuencia los delitos de odio son catalogados como “sucesos, reyertas, peleas de ultras o tribus urbanas, violencia juvenil… cuando en realidad son delitos de odio”.

Preocupa y mucho a los autores la edad de los autores de los delitos, ya que “la gran mayoría fueron cometidos por menores de 25 años, e incluso menores de edad, algo que, a su juicio, “hace necesaria una reflexión sobre la educación y los valores que estamos transmitiendo a las nuevas generaciones”. Llaman la atención asimismo por la “ola xenófoba que avanza en Europa”.

“El crimen de odio”, afirman, “es el final del recorrido. Antes hay un sentimiento de odio que se aprende, y hay organizaciones políticas legales que se dedicar a inculcarlo”. “Aunque de momento los partidos genuinamente racistas y xenófobos han fracasado electoralmente en España, su discurso de intolerancia se usa por muchos. Sin olvidar el subsuelo de violencia neonazi“, afirma Ibarra.

Ley integral

Por otra parte, el presidente de Movimiento contra la Intolerancia ha afirmado que esta investigación supone el “pistoletazo de salida” para reclamar a los partidos políticos una ley integral contra los delitos de odio, con el fin de prevenir la aparición de estos crímenes mediante una acción integral en los ámbitos de la educación, la comunicación, el deporte y la cultura, además de prestar asistencia a las víctimas y sus familias.

La hija de Lucrecia Pérez (izda.) y la hermana de Ndombele, asesinados en crímenes racistas en Madrid. E. M.

La hija de Lucrecia Pérez (izda.) y la hermana de Ndombele, asesinados en crímenes racistas en Madrid. E. M.

“No podemos aceptar ni un solo momento más la desprotección de las víctimas”, ha señalado Ibarra, quien ha subrayado la “soledad” de las familias de las víctimas de este tipo de crímenes: “se quedan solas, sin derechos y sin amparo económico”. Como ejemplos, el caso de Lucrecia Pérez, víctima del primer crimen racista cometido en España, y el de Augusto Ndombele, el joven asesinado en Costa Polvoranca en 2002.

La hermana de éste, Magdalena, ha lamentado la “soledad” con la que se enfrentaron a la pérdida, la ausencia de asistencia psicológica, así como la falta de apoyo de las instituciones. “Ya que tuvimos esta mala suerte, esperábamos algo más del Estado español”. Por su parte Kenia, la hija de Lucrecia, que tenía seis años cuando su madre fue asesinada, ha denunciado que “el racismo se llevó lo mejor de nuestra vida. Yo siempre me he sentido muy sola. Por eso queremos una ley que ayude a las víctimas”.

Qué es ser hombre en el siglo XXI

MASCULINIDAD La virilidad ha dejado de ser imprescindible para ejercer de macho

El hombre de hoy entre el privilegio y la carga

El hombre de hoy: entre el privilegio y la carga

El escritor Eloy Fdez Porta ha pasado medio otoño analizando qué significa pertenecer al género masculino. La cuestión se analiza también al otro lado del charco donde pronto se inaugurará el primer máster sobre la hombría

Hay un documento en el Pentágono en el que se cita al presidente de los Estados Unidos “Lyndon B. Johnson diciendo que no quiso abandonar Vietnam porque tal gesto no se iba a considerar propio de un hombre”. Un poco después en la Historia, la Dama de Hierro, Margaret Tatcher, “se vio obligada a pasar por un proceso de reeducación vocal en su carrera hacia Downing Street para masculinizar su voz”. La primera escena forma parte del anecdotario de Michael Kimmel, fundador y director del Centro para el Estudio del Hombre y las Masculinidades en la Universidad Stony Brook de Nueva York. La segunda pertenece al profesor barcelonés Eloy Fernández Porta que, entre octubre y noviembre, impartió un seminario sobre “nuevas masculinidades” en el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB) de Barcelona, en colaboración con el Instituto de Humanidades de esta ciudad y bajo el título ‘Flexo, lecturas compartidas’. Si la masculinidad es una o varias, si ser hombre sigue siendo un privilegio o comienza a ser una carga es una cuestión que se analiza hoy tanto aquí como al otro lado del océano.

A las sesiones de Porta, que también ha ofrecido nociones sobre masculinidad(es) este otoño en la Universidad de Zaragoza y en la Universidad Pompeu Fabra, acuden estudiantes universitarios que pueden analizar teorías de género, pero también personas de mayor edad y completamente alejadas de lo académico en lo que a ser hombre y mujer respecta. “Lo que más me gusta es que cada participante exprese las ideas sobre educación de género que tiene, y ver cómo cada una de ellas es parte de una lógica social”, cuenta Fdez Porta, Premio Anagrama en 2010 y Premio Ciudad de Barcelona en 2012.

Habla este escritor de la repetición de una “solución nominalista al problema del sexismo” -“reducir el asunto a una cuestión de vocabulario y de uso del lenguaje”- y de una “solución confesional” -“un hombre reconoce en público que ha tenido ‘una mala educación de género’ y admite que ha obtenido ventajas de la dominación masculina, aunque si le preguntas cuáles no sabe concretarlo”-.

La dominación masculina es, precisamente, el clásico de la sociología de Pierre Bourdieu con el que Porta arranca sus clases y sobre el que desarrolla una revisión creativa, que se acompaña de una lista musical titulada ‘Medianenas y milhombres’ y de extractos del arte, del cine, de la televisión y del cómic. “Extremos, contrastes, la hipervirilidad y lo infraviril, el abdominal de gimnasio, el bueno, el feo, el malo” son algunos de los términos con los que el profesor invita a reflexionar.

¿Masculinidad o masculinidades?

“Cuando planteo el tema de las masculinidades en plural procuro poner el acento en el hecho de que no existe un modelo único y hegemónico y en que las diferencias y alteridades de la masculinidad no deben entenderse como versiones menores de ese modelo o como fragmentos de una estatua que se ha roto”. En lenguaje coloquial: los hombres hoy son, o pueden ser, ‘hipsters’ y ‘canis’, ‘fofisanos’ y ‘lumbersexuales’, ‘andróginos’, ‘normcore’ y ‘muppets’. O no ser nada de esto.

Al otro lado del charco, el profesor Kimmel está cerca de inaugurar el primer máster sobre masculinidad. Presumiblemente, serán 12 los estudiantes que se graduarán cada año a partir de 2017. Cuando EL MUNDO le pregunta si la masculinidad sigue siendo un privilegio o comienza a ser ya una carga, Kimmel explota en sonora carcajada. Cuando consigue responder, cada frase que emana podría ser titular: “A veces lo que puede ser una carga es tener privilegios. Y tener privilegios a veces significa no querer intercambiarse con el otro”. Ese otro, en este caso, sería la mujer o el género femenino. Pero Kimmel tiene más que decir: “Lo de que la masculinidad haya sido siempre un privilegio es ya una pose. Sucede como con Spiderman: ‘Un gran poder conlleva una gran responsabilidad'”.

Su centro de estudio para las masculinidades tiene tres años de vida y consiguió crearlo gracias a la Fundación MacArthur. “El éxito que han tenido los estudios de mujeres hizo evidente que también hay que estudiar la situación del género masculino. Es más, continuando el trabajo que ya ha hecho el feminismo, había que pasar al siguiente nivel, poner a los hombres en la conversación, usando los mismos métodos y las mismas ideas que los estudios sobre mujeres pero analizando a los hombres”, resume Kimmel.

Este innovador reconoce que sus pasos no agradan a todas las mujeres, o a todas las feministas, pero también apunta que “muchas mujeres feministas celebran” este tipo de labor pro hombre y que su llegada “era una cuestión de tiempo”. “Hay que prepararse para la fiesta”, prosigue Kimmel, quien a menudo recibe de sus interlocutores el siguiente comentario: “Todas tus estudiantes deben ser mujeres porque un hombre de verdad no acudiría a tu centro”. ¿Qué es hoy, pues, ser un hombre de verdad?

Las masculinidades de hoy. De arriba a abajo y de izq. a dcha, el muppet, el neomacarra, el hipster, el ubersexual, el normcore y el fofisano

Las masculinidades de hoy. De arriba a abajo y de izq. a dcha, el muppet, el neomacarra, el hipster, el ubersexual, el normcore y el fofisano. ILUSTRACIONES: Miguel Ángel Camprubí

El hombre del siglo XXI

Un informe reciente sobre “el hombre del siglo XXI” –‘The Shriver Report Snapshot: An insight into the 21st century man‘-, elaborado por A woman’s nation, sostiene que una de las grandes preocupaciones del hombre de hoy es “conjugar el éxito con ser un buen padre, un buen marido, un buen hijo y un buen amigo”. A este hombre contemporáneo también le preocupa la “independencia económica y dejar un legado”; tres de cada cinco hombres creen que “el éxito viene dado por los logros personales y en el hogar”, mientras que un 24% lo relaciona con el dinero.

Continúa el estudio: “Un 65% de los hombres dice que tener un carácter fuerte e integridad es lo más importante a la hora de exhibir fortaleza en el mundo de hoy. El siguiente marcador sería la habilidad para aportar solvencia económica (44%), después la confianza en el camino propio (40%), la capacidad para afrontar situaciones estresantes (37%) y la fortaleza mental (11%)”. Por contra, “los hombres mayores de 65 años identifican en menor grado la inteligencia emocional como parte de ser fuerte, y tienden a valorar más el poder físico”. Sólo “un 22% considera que mostrar emociones es un signo de debilidad. El Mad Men ha sido sustituido por el hombre de familia emocionalmente inteligente”, sentencia el informe.

Los retos que vienen

Así las cosas, ¿a qué retos se enfrentan los hombres? Según el escritor y psiquiatra Andrew Solomon, especialista en cuestiones de identidad, “el estereotipo clásico de la masculinidad era complicado para quienes no se ajustaban a él, pero tranquilizador para quienes sí lo hacían”. “Había una forma correcta de ser y todos los hombres tenían que dirigirse a ella. Ahora, en cambio, la situación es mucho más confusa: ¿Qué hacer? ¿Cómo hay que ser? El reto masculino es vivir de forma auténtica y equilibrarse con la posición que ejercen las mujeres hoy. Ellas se han ido ajustando durante los últimos 50 años, y los hombres están comenzando ahora”.

Lo explica Nerea Aresti, doctora en Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco y especialista en cuestiones de género, para quien “el feminismo ha sido decisivo en la evolución de los ideales de masculinidad”: “En el siglo XX hubo dos cambios decisivos de cambio en las masculinidades y en las feminidades: los años 20 y los años 70. Creo que nuestra herencia más directa procede de esos dos momentos del siglo pasado. Es impensable que un modelo cambie mientras el otro se mantiene inmóvil. Lo que sucede ahora es que las diferentes maneras de ser hombre conviven en una sociedad que les da más visibilidad que nunca antes”.

En el trailer de una película estrenada recientemente, El Becario, la jefa (Anne Hathaway) le pregunta al ‘muchacho’ en prácticas (Robert De Niro) “por qué antes el hombre era Harrison Ford y, ahora, esto», señalando a un grupo de treintañeros de melena despeinada y rebequitas a modo de abrigo. Analiza Porta: “Es un ejemplo muy bueno, es la jefa quien expresa la supuesta crisis de la masculinidad y exige una vuelta atrás, y su queja indica que la presión social para ser ‘hombre-hombre’ procede, en algunos casos importantes, de mujeres que creen necesitar esa figura para que su propia feminidad adquiera pleno sentido por complementareidad. Hay una parte relevante de la constitución del género que es transferida de manera imaginaria: un hombre puede creer que la mujer no le aceptaría siendo metrosexual, y una mujer puede imaginar la mirada del hombre apreciando algunas formas de vestir y despreciando otras”.

 

Charlie Sheen obligó a su ex novia a abortar

El actor Charlie Sheen-

El actor Charlie Sheen. KEVIN SCANLON

El caso de Charlie Sheen, tras comunicarle al mundo que es portador del virus del sida, aún colea. La última revelación sobre esa parte de su vida que mantuvo oculta durante años, ha llegado en forma de demanda por parte de unas de las mujeres que mantuvo relaciones sexuales con el actor, antes y después de enterarse de que tenía VIH.

La persona detrás de la demanda es la actriz del mundo del porno Brett Rossi -su verdadero nombre es Scottine Ross-, que llegó a ser la prometida de Sheen y que ha asegurado que el protagonista de Dos hombres y mediola obligó a tener un aborto en marzo de 2014. El argumento que esgrimió entonces el actor fue que no quería tener un hijo “retrasado”.

Todo esto de acuerdo al portal TMZ, que añade que Sheen recurrió a la violencia en varias ocasiones durante su relación, y que le ocultó a Rossi su enfermedad durante un tiempo. Hasta cinco veces tuvieron relaciones sexuales antes de que se lo confesara, aunque la joven decidió seguir acostándose con él sin protección después de saberlo.

En la demanda también asegura que Sheen tenía intención de tener un hijo con ella y que incluso quería ponerle su nombre, Charlie, si tenían una niña. Después, al parecer, cambió de opinión, y amenazó a la actriz de cine para adultos con dejarla si no abortaba de inmediato, por miedo a que el bebé fuera portador del virus del sida.

El abogado de Sheen, por su parte, ha señalado que las alegaciones son falsas y que está convencido de que podrán salir victoriosos en este caso. Rossi, por su parte, no ha cifrado la cantidad que quiere en concepto de compensación por asalto, negligencia y agresión, entre otros cargos.

Sheen eligió el programa Today de NBC para hacer pública su condición el pasado mes de noviembre, un hecho que mantuvo en privado durante cuatro años y que finalmente decidió anunciar para, entre otras cosas, poner fin a la extorsión y las demandas que ha tenido que enfrentar en el pasado. De momento, no parece haber tenido demasiado éxito.

LA TRONERA: Día del Sida

ANTONIO GALA

El Sida es una enfermedad social y antisocial a un tiempo: delata y descubre una postura ante la vida que se suele ocultar. Es, en consecuencia, una enfermedad definitiva: en la acepción de última, y en la acepción de definidora y debeladora de quien la padece. Al fin y al cabo, ésta es la finalidad última de todas las terribles ortodoxias tribales: proteger a sus miembros (en todos los sentidos de la palabra) de cualquier poder enemigo al que se expondrían si las abandonasen. El castigo mayor del paciente de Sida es la angustia ancestral de enfrentarse a la renuncia a la identidad individual y social, y la expulsión en vida de la comunidad humana a que pertenece. Si en las enfermedades que consideramos, ay, modernas se usa una terminología de agresión militar (invasiones, colonizaciones, reconocimientos, defensas químicas, aniquilamientos de células, bombardeos con rayos) en el Sida la guerra es más sutil: un adversario infiltrado deja sin recursos al organismo, inerme ante cualquier ataque de los enemigos exteriores, y provoca una muerte que se solapa -como un espía homicida- bajo nombres plurales. Por eso el Sida, mucho más que una enfermedad sólo, es una prueba: mucho más que un síndrome, es un símbolo. Si no lo combatimos y lo superamos entre todos, habremos fracasado. El instante de la Humanidad que se nos encomendó no habrá cumplido su tarea.

Sida: el reverso del Nueva York de los 80

Fue también una década terrible, en la que se descontrolaba el contagio por el VIH

Julia Roberts y Mark Ruffalo protagonizan una película para televisión sobre el SIDA

ulia Roberts y Mark Ruffalo protagonizan una película para televisión sobre el SIDA

Resulta difícil no simpatizar con los 80, aunque, si el ejercicio de memoria se afina, enseguida aparecen Ronald Reagan, Margaret Thatcher y otras figuras controvertidas, por no hablar de los yuppies… En puridad, aquella fue también una década terrible, en la que se descontrolaba el contagio por el VIH mientras muchos se empeñaban en circunscribir ese virus al territorio supuestamente lejano de los ambientes homosexuales. Este martes se celebra el día mundial de la lucha contra el Sida, un propósito especialmente relevante en España, donde, por encima de la media europea, más de 3.000 personas reciben cada año el diagnóstico de esa enfermedad.

Ryan Murphy, un autor bendecido por el éxito gracias a series tan arriesgadas como el musical adolescente Glee y la aterradora saga American Horror Story, se ha comprometido con la causa a través de The Normal Heart, una TV movie de HBO que se estrena a las 22.30 horas en Discovery MAX. “Este proyecto era una pasión personal”, explica Murphy en declaraciones facilitadas por correo electrónico a EL MUNDO.

Subraya Murphy su admiración “desde estudiante” por Larry Kramer, narrador autobiográfico de la parálisis generalizada en la Nueva York de los primeros 80 por la que se extendía la enfermedad. Si en su paso por teatros el relato de Kramer fue reconocido con un Premio Tony, esta versión televisiva, en la que ese autor ha firmado como guionista, cuenta con un Globo de Oro y un Emmy. Las localizaciones del rodaje han tratado de situarse en el mismo epicentro de aquella crisis, como la costera -y festiva- Fire Island.

La película termina en 1984, antes de que hubiera incluso pruebas de VIH (…) Cuando la gente no estaba escribiendo sobre esto, ni había soluciones a la vista, Kramer ya recogía su experiencia“, destaca Murphy, que calcula que esta TV moviecontiene en torno a “un 40 o 45% de nuevo material”. La protagonizan Mark Ruffalo (Zodiac), Matt Bomer (Ladrón de guante blanco), Taylor Kitsch (True Detective), Jim Parsons (The Big Bang Theory) y Julia Roberts (Pretty Woman).

“Se trata de una historia casi shakespeareana por sus altibajos, algo que siempre me ha atraído; una pieza de época, pero aun así moderna”, valora Murphy, que ha testado The Normal Heart con “veinteañeros homosexuales” para comprobar sus reacciones ante esta “película sobre derechos civiles”.

Las barras y las estrellas, en consecuencia, no lucen como en la imagen: “Al final, hablamos sobre el presidente Reagan y sobre Ed Koch [alcalde de Nueva York] y el legado de ambos, y ninguno hizo realmente nada… Así, la Historia nos muestra que algo que podría haber sido menos trágico creció hasta convertirse en una epidemia global. Y me da la impresión de que los temas contra los que estaban luchando estos tipos son exactamente los mismos que los que combatimos hoy día”.

Cuando el VIH golpea al cerebro

El equipo médico del doctor Jordi Blanch del Hospital Clínic de Barcelona atiende a Vicente, paciente con VIH y depresión

El equipo médico del doctor Jordi Blanch del Hospital Clínic de Barcelona atiende a Vicente, paciente con VIH y depresión. JORDI SOTERAS

Desde que se desarrollaron los fármacos antirretrovirales de alta eficacia, a finales de los 90, el sida fue desapareciendo del panorama de los países desarrollados y quedó la infección crónica, pero no mortal, por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Los controles periódicos muestran si el nivel de VIH es alto en sangre o está controlado por la medicación. Sin embargo, a veces, una carga viral baja no implica que el virus esté ausente del cerebro, un lugar donde se suele ‘esconder’, y donde puede generar una alteración de su funcionamiento. Otros pacientes sufren alteraciones psiquiátricas no vinculadas a un daño en el sistema nervioso central sino debido al impacto del diagnóstico o al estigma asociado que todavía permanece en la sociedad.

Vicente (nombre ficticio, 65 años) es una de las personas con VIH que han visto cómo su salud mental se venía abajo por, como él lo define: “dos años de horror“. Si ya de por sí tuvo que afrontar el impacto de saber que era seropositivo, a esa noticia se sumó otra no menos dura, la de que su sobrina, a la que él consideraba su hija, tenía cáncer hepático por el que falleció. A los pocos meses también murió su hermana. “En todo ese tiempo no paré, me iba del trabajo al hospital y de allí al trabajo. Al final, fue un mazazo. No pude más. Los momentos de la caída no se los deseo a nadie porque es algo horroroso. Días y noches sin poder dormir”.

El aislamiento personal o la percepción de falta de soporte social, a mediano o largo plazo, pueden provocar estados de depresión crónica, “muy prevalente entre las personas con VIH si se las compara con la población general. El mismo diagnóstico puede generar reacciones de confusión, depresión, rabia y negación“, explica Jordi Blanch, psiquiatra del Hospital Clinic de Barcelona que dirige una unidad especializada en salud mental de personas con VIH.

Esta unidad, formada por dos psiquiatras y dos psicólogas clínicas, se creó en 1992, ante la necesidad de tratar problemas específicos de este grupo de pacientes. “La prevalencia de enfermedad psiquiátrica o neurológica asociada al VIH es muy alta pero muchas veces pasa desapercibida, no se tiene en cuenta“, señala Blanch en su consulta en pleno centro de Barcelona, en la que lleva trabajando desde 1994 y donde hay unos 4.000 pacientes en tratamiento activo.

Vicente reconoce que “lo del VIH lo llevó fatal”. Él, que nunca le ha gustado tomar pastillas y que ha sido más de herbolario, lleva mal el tratamiento diario (dos pastillas antirretrovirales y otra para la depresión), “pensar que cada mañana me tengo que tomar esa mierda que, por otra parte me está salvando la vida, me come el coco”.

La sociedad tampoco ayudan. “Todavía hay mucho estigma con el VIH y con la depresión también. En el caso del VIH, parece que te lo has buscado y la gente percibe la depresión como algo de cobardes; porque todavía se ve así, una persona que tiene depresión parece que es débil y yo creo que es lo contrario: a mí me cuesta mucho llorar, tras las muertes que he tenido en mi familia me fui al día siguiente a trabajar, porque hay que seguir. Pero llega un punto en que todo te supera”.

Desde la unidad del Clinic, no sólo se ofrece tratamiento farmacológico, la atención psicológica y diferencial es uno de sus pilares. “Ayudamos a los pacientes a convivir con el VIH no a malvivir. Les ayudo a afrontar los retos del diagnóstico y los cambios que van a tener”, explica Araceli Rousaud, psicóloga clínica. La terapia psicológica “es algo que reclaman los pacientes para resolver problemas y desarrollar estrategias que les servirán de por vida para enfrentarse a distintos estresores. Prefieren esto porque ya están muy medicados y añadir fármacos les cuesta”.

Pero Vicente es sólo un ‘tipo de paciente’ de los que tratan en esta unidad. “Aunque la depresión es lo más prevalente, detrás de este problema le siguen otros generados por las alteraciones del virus en el cerebro. El VIH produce una reacción inflamatoria que puede provocar psicosis, depresión, trastornos cognitivos, problemas para dormir, etc. Por otro lado, también se dan psicopatologías asociadas al consumo -cuando lo ha habido- de drogas o sustancias tóxicas como el tabaco o el alcohol. Y por último, están los efectos secundarios que pueden aparecer en algunas personas por la ingesta de algunos antirretrovirales”, explica Blanch.

Averiguar las causas

Los diferentes síndromes psicopatológicos que pueden darse en pacientes con VIH van desde los trastornos adaptativos, del estado del ánimo (depresión, manía…), de ansiedad, de personalidad (trastorno paranoide, esquizoide…), psicóticos (alucinaciones, delirios…), alteraciones de las funciones fisiológicas (trastornos del sueño, sexuales…) y las manifestaciones neuropsiquiátricas.

Silvia Cañizares, psicóloga clínica y experta en neuropsicología clínica, se encarga de valorar con pruebas específicas a los pacientes que llegan a esta unidad para determinar si existen problemas y qué tipo de problemas son. “A través del empleo de test psicológicos específicos y otras pruebas averiguamos si el virus, el tratamiento, una enfermedad psiquiátrica u otras causas (una coinfección por hepatitis C, presencia de diabetes o hipertensión, etc.) pueden contribuir a que su cerebro no funcione correctamente en algunos aspectos”, argumenta esta experta.

Las típicas funciones que pueden estar afectadas en las personas con VIH con alguno de los factores mencionados son la capacidad de memoria, la de organización, la atención, la psicomotricidad fina, la fluencia verbal o la capacidad para procesar la información. “Dentro de estas disfunciones hay grados. A veces la alteración es tan ligera que ni el paciente la percibe, en otras ocasiones la disfunción puede tener consencuencias pero que son menores, y en otros casos estas afectaciones pueden interferir gravemente en el día a día”, señala Cañizares.

Para tratar adecuadamente estos problemas, los integrantes de esta unidad del Clinic insisten en que es importante contar con un profesional especialista para que pueda tomar una decisión adecuada y establezca un tratamiento que puede consistir en cambios en el estilo de vida, estrategias para la rehabilitación neuropsicológica o métodos compensatorios que permitan suplir de algún modo el impacto de este déficit.

“Lamentablemente no suele haber suficientes recursos en todas las ciudades para poder implementar esto en el día a día. Nosotros somos afortunados porque tenemos una unidad donde hay especialistas que se dedican a esto, en muchos lugares no hay gente con una formación específica“, apunta Cañizares.

Por este motivo, expertos del Grupo de Estudios del Sida (GeSIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), la Secretaría del Plan Nacional sobre el sida, la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Infectología Pediátrica han elaborado el primer documento de consenso que se publica en nuestro país para un abordaje diferenciado de las alteraciones psiquiátricas y psicológicas en pacientes con VIH.

“El aumento de la complejidad de los tratamientos antirretrovirales, sus efectos secundarios psiquiátricos y sus interacciones con psicofármacos obligan a que el psiquiatra deba estar muy informado sobre la infección por VIH y trabaje de forma muy cercana al infectólogo”, señalan los autores del consenso. Idea en la que también insiste Blanch, que forma parte del grupo que ha elaborado este documento, “es importante que en los sitios donde haya psiquiatras esté al menos uno formado en VIH, como es una enfermedad en constante evolución es necesario que haya alguien formado”.

Vicente ha sido uno de los pocos afortunados en España que ha recibido atención psiquiátrica de una unidad especializada en VIH. “Jordi [Blanch] me ha tratado como un amigo, he venido muchas veces a hablar con él”. Ahora se encuentra mejor que este verano, y sigue yendo al gimnasio todos los días, al cine cuando puede sin dejar de lado la música o la lectura. El último libro en el que está enfrascado es El Hotel Nirvana, de (Manuel) Leguineche, “es la historia del mundo a través de los mejores hoteles del mundo. Muy bueno, te lo recomiendo. Es un libro que cuando tienes un momento ofuscado, vale la pena”.

Los creadores del Candy Crush se enfrentan a un juicio por despedir a un homosexual

Un juzgado de Barcelona estudia si echaron al trabajador después de que sufriese un “acoso moral con carácter reiterado de sus superiores en la empresa”

Imagen de uno de los juegos de la empresa King

Imagen de uno de los juegos de la empresa King EL MUNDO

Cuando P.S. entró a trabajar en la sede de Barcelona de la empresa King Shared Services, la creadora del conocido juego Candy Crush entre otros, pensó que le había tocado la lotería. Pasó seis entrevistas, dejó su empleo anterior en el ámbito de las finanzas para ejercer una profesión altamente especializada y con contactos directos con Londres, sede de la matriz de la empresa, pese a que no era directivo. Incluso alabó las modernas condiciones laborales que le ofrecía King como la presencia de un mediador en Recursos Humanos en caso de tener un conflicto con alguien de la compañía para solucionarlo.

Y eso que era una de las condiciones que esperaba no tener que utilizar. Pero empezó a no ver más remedio cuando al poco de entrar, en marzo de 2014, su inmediato superior en la empresa comenzó a hacer comentarios que el trabajador consideraba «incómodos» y por los que se sentía «ridiculizado». Algunos los hacía en los momentos de descanso durante la jornada laboral en un espacio de la misma empresa donde jugaban al futbolín. Allí el jefe le llamaba «marica» cuando quería que le diese más fuerte a la bola.

La situación se fue agravando con el paso de los días ya que a cualquier objeción del trabajador su jefe decía «no seas marica» o «no te asustes con tu jefe en Londres que es un poco loca», cuando debía viajar para recibir formación.

«Creo que desconocía que soy homosexual y ese tipo de comentarios me ofenden, aunque al margen de mi orientación sexual no debía hacerlos», afirma P.S. que fue aguantando varios meses lo que consideraba un tono ofensivo de su jefe hasta que no pudo más y a principios de diciembre de 2014 habló con Recursos Humanos para que mediasen. En esta reunión explicó sus problemas de trato con su superior y afirmó que también existían situaciones de desorganización dentro de su departamento. Los responsables de la compañía hablaron con el directivo afectado quien desde entonces empezó a presionarlo y a tratarlo mal hasta provocar que cogiese la baja médica durante 23 días hasta que fue despedido cuando se reincorporaba. «No dejaron que subiese a la sede de la empresa, me citaron en la cafetería de debajo y allí me dieron la carta de despido», añade P.S. quien detalla que lo echaron oficialmente «por una razón disciplinaria y por bajo rendimiento».

Por eso interpuso una demanda que fue admitida por el Juzgado Social 25 de Barcelona que celebrará el próximo enero el juicio correspondiente contra la empresa por despido nulo ya que no se llegó a ningún acuerdo durante la conciliación laboral. En el escrito judicial del abogado Ibán Fernández Girón, representante de P.S., se indica que durante varios meses su cliente sufrió «acoso moral con carácter reiterado de sus superiores en la empresa con la clara finalidad de dañar su autoestima y reputación ante sus compañeros». Además, indica que su jefe directo, que está citado como testigo en el juicio y que fue despedido por la empresa dos semanas después de la salida del trabajador, intentó «vejar a mi mandante ridiculizando su opción sexual».

En declaraciones a este diario, el letrado explica que su cliente fue despedido de forma nula tras «intentar solucionar un problema interno por los cauces que la propia compañía había puesto para mediar este tipo de conflictos». Ibán Fernández Girón considera que las «vejaciones» que sufrió el demandante por suorientación sexual provocan la nulidad del despido.

La demanda admitida por el juzgado indica que «bajo la apariencia de una estrategia empresarial para obtener mejores resultados se esconde otro tipo de estrategia que quiere llevar al trabajador a su autoeliminación de la empresa». También añade que «el despido es nulo porque se trata de una venganza de la empresa tras la queja expresada por mi mandante ante las vejaciones sufridas por su superior» y que se produjo tras una «baja médica» ya que el demandante «no podía soportar el trato recibido « por su jefe. Por eso, considera que debe percibir cerca de 22.500 euros de indemnización por parte de la empresa por los daños morales sufridos a partir de las vejaciones, más uno de los dos bonus semestrales que perciben los empleados -y que consiste en un 10% del salario-, un plan destock options al que tenía derecho el trabajador y un total de 164 horas extras realizadas por el demandante entre marzo y septiembre de 2014. El juicio por la reclamación de esta cantidad se realizará en enero de 2017, un año más tarde que el previsto para determinar si el despido es nulo o no.

El trabajador explica que su superior empezó a cambiar su trato con él tras la mediación de recursos humanos y que sólo se comunicaba con correos electrónicos o a través de otra directiva, aunque él intentó tener una conversación con su jefe para pedirle un trato respetuoso. La presión laboral empezó a pasarle factura cuando sufrió fuertes dolores en el estómago que hicieron que cogiese la baja por estrés. El día que se reincorporaba fue despedido. En total estuvo en la empresa unos 10 meses y todavía se sigue medicando por la ansiedad. Al dedicarse a un sector muy específico teme que su caso pueda perjudicarlo para conseguir otro empleo.

Una directiva de King en Inglaterra explicó a este diario que su empresa nunca comenta casos concretos que afectan a empleados o ex trabajadores, como esta demanda por un despido nulo. Pese a esto, recordó que King apoya públicamente y sin fisuras la diversidad ya que participan en varios eventos que reivindican igualdad de derechos de los homosexuales como los desfiles del Orgullo Gay en Londres o Estocolmo de este año y del pasado. Incluso destacó que directivos de King patrocinaron en varias ciudades europeas la campaña NOH8, una protesta con fotografías realizada en todo el mundo contra de la Proposición 8 de California, que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo en ese estado. Desde King detallan que su apuesta es por la igualdad de todas personas. Precisamente esta política de la tolerancia fue una de las razones por las que P.S. quiso trabajar en esta empresa ya que se ajustaba a sus características profesionales y personales.

Hace unas semanas la empresa de videojuegos Activision Blizzard anunció lacompra de la compañía King Digital Entertainment por unos 5.900 millones de dólares.

Grecia reconocerá a las parejas de hecho homosexuales sin contemplar adopción

El primer ministro, Alexis Tsipras, durante un encuentro con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa. EFE

El primer ministro, Alexis Tsipras, durante un encuentro con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa. EFE

Grecia reconocerá a las parejas de hecho homosexuales, según un proyecto ley que, si bien es un avance, no contempla el matrimonio y dista de satisfacer a la comunidad LGBT, que exige una legislación igualitaria.

El borrador de ley contempla equiparar las parejas de hecho homosexuales a las heterosexuales, con la condición de que estén registradas en Grecia.

Este tipo de uniones civiles gozará de derechos similares a los del matrimonio, como el de heredar las posesiones del cónyuge o tener acceso a la Seguridad Social amparada, pero no permite la adopción.

El proyecto establece también la creación de un Consejo Nacional contra el Racismo y la Intolerancia que se encargará de diseñar políticas que protejan a las minorías y de formar a los funcionarios respecto a estos temas.

Hasta la fecha, no se ha definido cuándo pasará el proyecto al Parlamento, debido al alto número de sugerencias que recibió esta iniciativa durante la consulta pública, informó a Efe una portavoz del Ministerio de Justicia.

Grecia es un país confesional de facto, en el que la Iglesia ortodoxa tiene gran influencia, y decisiones como ésta se topan con la resistencia de un amplio sector conservador de la sociedad, como demuestra el aluvión de comentarios críticos que aparecieron en la página web en la que se publicó el borrador de ley, a modo de consulta pública.

Las críticas de los conservadores

Los participantes, en su mayoría creyentes, califican el reconocimiento a las parejas homosexuales como un retroceso “inaceptable y destructivo“.

“Este tipo de progreso nos pierde…”, afirma un ciudadano en el portal digital. “Queremos que nuestros hijos y nuestros nietos vivan en una familia ortodoxa y griega, como la que nos dieron nuestros padres y antepasados”, dice otra.

La Iglesia ha manifestado su oposición mediante una carta oficial dirigida al Ministerio de Justicia, en la que el arzobispo de Atenas Jerónimo afirma que la unión civil es “un premio neoliberal a la falta de responsabilidad en las relaciones entre personas”.

El líder religioso rechaza toda otra forma de cohabitación que no sea la boda cristiana.

Discursos como el del obispo de El Pireo Serafim, quien, en enero pasado, dijo que “para los padres de la Iglesia la homosexualidad es el pecado más asqueroso y sucio”, representan las posiciones homófobas de esta comunidad.

No todos los griegos piensan como los citados exponentes de la Iglesia, ni como los que han participado activamente en el portal gubernamental para comentar la ley.

Ciudadanos como Lambros, por ejemplo, se muestran indignados con que todavía no se reconozcan los derechos de los homosexuales

“Todavía los homosexuales no pueden demostrar su relación en público. Estamos atrasados más de 50 años respecto a otros países”, asegura.

La opinión de los gays

La comunidad LGBT (las siglas que engloban a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) espera que este proceso sea rápido para que Grecia de por fin un primer paso en el reconocimiento de sus derechos.

Jóvenes como Vasilis Tomarópulos esperan que este proyecto, aunque no contemple la adopción, les de más visibilidad.

“Para mi familia no es normal que sea gay. Ellos son ultraconsevadores y creen que es cuestión de rebeldía”, afirma este estudiante de Física.

El joven universitario, de 19 años, cuenta que su hermano lo trata de “idiota”, porque publica en las redes sociales algunos artículos que reivindican los derechos de los gays.

Participar en manifestaciones y asistir a reuniones para dialogar sobre los problemas que afectan a su comunidad le ha permitido liberar el miedo al rechazo.

Vasilis discute constantemente su situación con otros voluntarios de la organización Juventud de Color (Colour Youth). Sus compañeros creen que la sociedad griega podría cambiar de mentalidad si la ley se transforma.

Todavía el Código Penal Griego contempla normas discriminatorias, como la diferencia de edades para consentir relaciones sexuales (las mujeres y los heterosexuales a los 15 y los homosexuales hombres a los 17).

Los jóvenes insisten en que la Iglesia y el Estado deben separarse para que la sociedad deje de rechazarlos.

Para este grupo, comprender su situación también es cuestión de “sentido común”.

Vasilis lo define como un asunto de “principios fundamentales; de derechos humanos”.

Los activistas gays de Uganda piden al Papa ayuda contra la homofobia

Un participante en el desfile del Orgullo Gay en Kampala, en una sesión de maquillaje

Un participante en el desfile del Orgullo Gay en Kampala, en una sesión de maquillaje. EDWARD ECHWALUREUTERS

Homosexualidad, religión y África. Tres conceptos imposibles de unificar, a priori, pero cuya batalla aún está por celebrarse. Días antes de su llegada a África, los grupos de activistas gays ugandeses hacían una plegaria al Papa Francisco para que predicara la tolerancia hacia los homosexuales e incluso condenase los ataques violentos contra este colectivo.

Los líderes de la Iglesia ugandesa ponían el grito en el cielo ante tal blasfemia, olvidando que en numerosas ocasiones el Papa Francisco ha pedido respeto por todos los seres humanos, independientemente de su orientación sexual, religiosa o étnica. “¿Quién soy yo para juzgar?”, dijo refiriéndose hace un tiempo a un sacerdote supuestamente gay.

Su Iglesia busca ser más tolerante con todos los marginados y así lo predica. Y los gays, en África, de eso saben mucho. Uganda es uno de los países africanos donde los homosexuales tienen más enemigos públicos: el estado presentó el año pasado un proyecto de ley que contemplaba la posibilidad de encarcelar de por vida a las personas sospechosas de cometer “actos homosexuales”.

En Uganda, donde el presidente Yoweri Museveni lleva casi treinta años en el poder, hablar de derechos humanos no siempre es fácil. De hecho, resulta especialmente llamativo que el país aúne tantos esfuerzos y se oponga de manera tan categórica a cualquier atisbo de homosexualidad. Y quizás sean únicamente superados por Zimbabue y su elocuente nonagenario líder, Robert Mugabe, el mayor enemigo de los gays que conoce África y parte del extranjero. El ministro David Bahat no esconde la aversión política y los planes de llevar a cabo la reforma legal. “Si la ley dice que tienes que ir a la cárcel, tienes que ir a la cárcel, es como cualquier otro crimen”, declaraba ante las cámaras de la CNN. Es lo que hay.

El Vaticano no confirmó si Francisco entraría en ese debate de defensa de los homosexuales africanos. De hecho es poco probable que lo haga, ya que iría en contra de los deseos de los obispos locales. Pero la repulsa hacia el amor entre dos personas del mismo género no sólo es criminalizada por parte de la religión, sino también por parte del gobierno. “Estoy orando para que no hable de esto, porque va a abrir la caja de Pandora”, dijo Simon Loodo, el ministro ugandés de ética, que condena firmemente a los homosexuales. “Aquí en Uganda, el tono es diferente. Si quiere hablar de los homosexuales que se centre en la aceptación, pero no en tolerancia. Siempre hemos condenado este estilo de vida, sobre todo en la línea de exhibicionismo. Ya es bastante malo que los homosexuales son allí, ¡pero ellos no van por delante y exponen a sí mismos”.

Tabú o no, la realidad es que el movimiento gay existe en Uganda y varios activistas son embajadores de la causa. Seis ataques contra la comunidad LGBT ugandesa fueron reportados en octubre según el grupo al que pertenece Frank Mugisha, un conocido activista con más de once mil seguidores en Twitter, lo que les obligó a convocar una reunión de seguridad de emergencia. Hostigados, perseguidos y marginados por sus familias, los gays y lesbianas ugandeses esperan que el Papa Francisco no se olvide hoy de ellos y clame solidaridad y tolerancia hacia la comunidad. ELMUNDO.ES habló con Mugisha sobre sus perspectivas ante esta visita y para conocer la situación del colectivo a fondo.

¿Hay un grado importante de homofobia actualmente en las calles de Uganda?
Sí, sí que lo hay, por supuesto, en todos los niveles, desde gente que no es amigable hasta gente que desprende un odio profundo hacia la comunidad.
¿Qué dice la ley y en qué consistía la reforma que quería llevar a cabo el gobierno?
La ley en materia de homosexualidad que había en el país se quitó el año pasado ya que el gobierno quería llevar a cabo una reforma para endurecer las penas por la presión por parte de la Iglesia. La ley que está vigente en este momento es una muy antigua, de la época colonial que criminaliza a las personas que realizan actos homosexuales. En la nueva ley se quería incluir la pena de muerte. Ahora mismo no hay nadie encarcelado por su condición de homosexual, al no haber ley actual, porque la que hay de la época colonial dice que la gente sólo puede ser juzgada si se les encuentra cometiendo actos homosexuales.
La religión está muy arraigada en África. ¿Qué problemas internos experimenta la comunidad gay que es la vez creyente? ¿Cuál es la posición de la Iglesia ugandesa respecto a la minoría gay?
Es un problema porque se sienten muy rechazados por la Iglesia. Quieren ser parte de unas creencias que lo que hacen es marginarlos, es muy frustrante. Todas las iglesias han declarado públicamente que se oponen a la homosexualidad y los rechazan con rotundidad. Tampoco creemos que un cambio de política en Uganda vaya a cambiar las cosas, porque es la Iglesia quién tiene la última palabra. Aunque si apoyan los derechos humanos, tendrán que apoyar los derechos de la comunidad LGBT.
¿Pidieron reunirse con el Papa? ¿Qué mensaje tienen para él y qué esperan que diga en relación a los derechos de los homosexuales?
Pedimos reunirnos con el Papa, pero a día de hoy aún no hemos recibido desde su comité de organización. El mensaje que queremos que dé es de la aceptación, tolerancia y no discriminación hacia los gays y lesbianas del mundo. Pero no queremos que se limite a hacerlo en una comparecencia pública, lo importante es que se reúna en privado con la Iglesia para hablar de la protección del colectivo LGBT en Uganda, porque hay muchas cosas que son muy preocupantes.
El presidente Barack Obama tiene un discurso de defensa de los gays muy contundente. ¿Creen que un mensaje de apoyo del Papa podrá derivar en un cambio de dirección del gobierno o mayor comprensión por parte de la Iglesia?
Absolutamente. Creemos que sí él dice algo puede haber muchos cambios. Bueno, quizá no muchos, pero al menos algo puede cambiar. Aunque Obama también ha tratado de ayudar a los derechos de los homosexuales en África, la diferencia fundamental es que el Papa no implica ninguna relación política, como sí ocurre con Obama, por eso su mensaje es más importante. Todos los mensajes son importantes, pero un mensaje de este tipo por parte del Papa será mejor recibido.

Soy una pervertida sexual

Salirse de las normas sociales establecidas

En 1987 la Asociación Estadounidense de Psiquiatría ya se encargó de eliminar esta expresión de la terminología psiquiátrica mundial

 

Salirse de las normas sociales establecidas

  • ANA SIERRA

Sí, lo soy, y estoy encantada de serlo. Puede que como usted o su vecin@, aunque no lo quieran reconocer. Sin ánimo de ofender en absoluto, únicamente haciendo énfasis en cómo nos catalogaría la sociedad si realmente conociera nuestros más profundos deseos e incluso, las prácticas sexuales que llevamos a cabo en nuestra mente y con nuestro cuerpo y los ajenos.

Amiga de la perversión

Una persona pervertida muestra tendencias sexuales consideradas socialmente negativas o inmorales que se alejan de “lo normal”. En 1987 la Asociación Estadounidense de Psiquiatría ya se encargó de eliminar esta expresión de la terminología psiquiátrica mundial.

Cada uno tenemos nuestras pequeñas parafilias o desviaciones de la norma, aunque el límite entre estas y el interés sexual inusual sea bastante difuso. Por tanto, no tendríamos que ir a consulta por las mismas si no generan daño a los demás ni a uno mismo, o malestar subjetivo, ni son restrictivas o nos generan dependencia, obsesión o compulsión, básicamente.

Tengo mi mente llena de erótica, pienso bastante en estos aspectos a lo largo del día, sin llegar a la obsesión, por supuesto. Una maravillosa ‘deformación’ profesional quizá y sinceramente, lo considero un auténtico logro. Fantaseo todo lo que puedo, menos de lo que quisiera, aunque no desee poner en práctica cada historia que mi mente creativa me muestra. Bien porque no me apetece o porque me generan temor las consecuencias personales, emocionales y sociales que pudieran traer. Muchas quedan en mi imaginario y las disfruto allí.

Sexualidad fuera de “lo normal”

Salirnos de la norma moral establecida puede generarnos conflicto, aunque también nos suele excitar la erótica de lo prohibido. Pero, ¿quién puede determinar qué debo desear, cómo y cuándo?

Es curioso que en Estados Unidos aún exista el delito de sodomía al practicar sexo anal y las relaciones coitales sin casarse estén prohibidas en según qué estado. ¿Lo cumplirán las personas solteras? China prohíbe mirar a los pies de las señoras y Rusia los besos muy apasionados en público. Sí, increíble pero parece ser cierto.

¿Qué es ‘lo normal’ en la sociedad española?

Seguimos siendo una sociedad coitocéntrica. “¿A qué edad mantuviste tu primera relación sexual completa?” Me preguntó un ginecólogo. Yo contesté: “¿Completa?, ¿Se refiere a satisfactoria?” Él, sonriendo enternecido por mi ignorancia, me comentó lacónico: “No mujer, coital”. Dio por hecho que tenía que practicar el coito, pero a mi historial clínico parece que no le importa si disfruto con ello.

Si la gran mayoría no quiere reproducirse cada vez que mantiene relaciones sexuales, ¿por qué seguir realizando con tanta frecuencia la única práctica natural que nos llevaría a ello? Tampoco es reconocida como la más placentera físicamente, sobre todo por las mujeres. Recordaré que, salvo la llamada plataforma orgásmica, que supone el primer tercio de la vagina, esta es bastante insensible en comparación con el clítoris por ejemplo. El coito vaginal es práctica de riesgo para el embarazo no deseado y una de las más arriesgadas en cuanto a infecciones de transmisión sexual, si no se ponen los medios adecuados. Sin embargo, es algo psicológico y social. Aunque aparezca dolor, se desea y generalmente, no nos sentimos normales si no lo practicamos.

La falocracia, o culto al pene erecto y vigoroso, sigue siendo muy común en nuestra cultura y sin éste no podemos conseguir la penetración tradicional. Así que ya sabe, si no hay erección, no puede mantener relaciones sexuales completas ni satisfactorias y es ‘anormal’ y si hace alguna otra práctica sin contar con su pene, es un pervertido. No lo digo yo, lo dice nuestro marco referencial social y cultural, cargado de modelos erróneos pero que aceptamos y creemos apropiado.

Además somos monógamos, aunque sucesivos, al menos de cara a la galería. Aunque la doble moral está muy extendida, no sólo en nuestro país. Heteronormativos, seguimos pensando en hombre y mujer al hablar de pareja y la homofobia sigue vigente en nuestros días.

La deseabilidad social nos hace esclavos sexuales. Tememos expresarnos libremente y no ser aceptados, lo que genera disfuncionalidad y pacientes en las consultas. El miedo a ‘no dar la talla’ o no sentirnos representativos de nuestro género, es bastante recurrente. Somos una sociedad sexista, en la que si no cumplimos con lo que se espera de nosotros, nos sentimos rechazados y anormales. Los estereotipos de género, construidos social y artificialmente, suelen generar displacer y bloquear nuestro sistema fisiológico innato, al igual que nuestra capacidad de disfrute.

Otros factores, como la edad biológica o la fértil, nos marcan las prácticas consideradas apropiadas en nuestra cultura. A qué edad podemos empezar a tener relaciones genitales o debemos dejar de tenerlas es un imperativo social y no siempre natural. Por ejemplo, en la senectud podemos tener una sexualidad muy despierta, funcionar bien fisiológicamente y, aunque no fuera así, tener un deseo estupendo y disfrutar la sexualidad de manera plena. Y en la infancia encontramos que muchos niños y niñas, estimulan sus genitales desde los 2 o 3 años, sin intencionalidad sexual pero obteniendo placer.

Nos llegó una pregunta sobre estos temas al consultorio sexozen@elmundo.esreferente a la normalización de nuestra sexualidad. Creí interesante contestarlo en esta ocasión:

“Tengo una relación con un hombre mayor y aunque tiene orgasmos, yo no noto que eyacule. Le gusta el sexo oral pero como preámbulo, nunca quiere llegar al orgasmo en mi boca. A veces se lo he propuesto y evita hablar del tema (no sé si le acompleja que note que no hay semen o muy poca cantidad). Incluso he llegado a pensar que a veces finge los orgasmos. ¿Está teniendo orgasmos? ¿Es normal llegar al orgasmo sin eyacular siempre?

Realmente la única manera de conocer si alguien tiene orgasmo o no es preguntarle y confiar en su respuesta. Lo habitual es que orgasmo y eyaculación vayan de la mano, pero no siempre sucede así pues son dos fenómenos diferentes en realidad. Si la persona no presenta ningún problema médico que pueda generar esta situación, no debemos asustarnos, en absoluto.

Por otro lado, las prácticas sexuales como el sexo oral no gustan a todas las personas, independientemente de su edad, sexo o género, y es una cuestión muy personal. La comunicación es fundamental en este caso y podréis ajustaros y conseguir disfrutar plenamente de vuestras relaciones sin mayor preocupación. La seducción, y nunca la exigencia, es siempre nuestra aliada en el campo sexual. Quizá le pueda seducir para que desee realizarlo.

En cuanto al complejo, por la supuesta escasa cantidad de esperma eyaculado, es bastante recurrente. Le comentaré que el volumen habitual por eyaculación suele variar de 1.5 a 5.0 mililitros, pero no tenga en cuenta este dato ni se ponga a medirlo pues no todos los hombres son iguales, ni es necesario eyacular esa cantidad para ser más o menos fértil, la calidad del esperma no tiene que ver con la cantidad del eyaculado. Eyacular menos se debe a diversos factores como la idiosincrasia fisiológica o haber eyaculado recientemente. Si deseamos que nuestra pareja eyacule una mayor cantidad es por una cuestión erótica aprendida socialmente, a través de las películas pornográficas, por ejemplo. Estas nos muestran eyaculaciones cuantiosas y espectaculares, con lanzamientos vigorosos casi olímpicos. Pero es una película y tienen sus trucos para ello. Se entrenan, repiten escenas y se editan después o bien, ingieren zumo de tomate, como algún actor de la industria pornográfica ha confesado, pues parece que aumenta la cantidad de esperma. Podríamos probarlo pero, ¿para qué? Si es por un deseo erótico, adelante, haga realidad su fantasía si lo considera. Pero que nos cuenten películas no significa que tengamos que creérnoslas.

No se compare con nadie, la norma sólo nos indica el quehacer de la mayoría, que no siempre es acertado, lógico, placentero ni coincide con lo que usted desea.

Le invito entonces al mundo de la nueva ‘perversión’ sana, placentera y consentida, si lo desea.

*Ana Sierra es psicóloga y sexóloga https://about.me/AnaSierra