Gabriel J. Martín, psicólogo: “Las técnicas homófobas del obispado de Alcalá hacen que las víctimas desarrollen aversión hacia sí mismas”

Gabriel J. Martín, psicólogo. LARA SANTAELLA

Ha visto pasar por su consulta a varias personas que han sufrido las llamadas “terapias de conversión” de la homosexualidad similares a las que oferta el obispado de Alcalá de Henares, según ha revelado una investigación de eldiario.es. El psicólogo Gabriel J. Martín, autor de libros como Quiérete mucho, maricón o El ciclo de amor marica, es uno de los mayores especialistas en la llamada psicología afirmativa LGTBI, una corriente que precisamente busca acompañar a las personas LGTBI para que vivan libremente y sin tapujos su orientación sexual.

Martín, representante del Consejo General de la Psicología de España ante la Red Internacional de Expertos en piscología afirmativa LGTBI, lamenta que este tipo de técnicas no sean perseguidas lo suficiente y reniega de llamarlas “terapias”, a pesar de que están así definidas en la Ley LGTBI de la Comunidad de Madrid que las prohíbe, porque “una terapia favorece el bienestar de la persona” y, al contrario, “esto tiene un impacto muy profundo” sobre las víctimas. “Son destructivas”, asegura en conversación con eldiario.es.

¿Cómo afectan estas terapias a las personas que acuden?

En primer lugar, llamarlas terapias es un error. Una terapia favorece el bienestar de una persona y eso no favorece el bienestar de nadie. Al contrario, tienen un impacto profundo sobre la autoestima de la persona porque le están diciendo que su forma de amar y/o de relacionarse sexualmente es inválida, incorrecta y enferma. ¿Cómo va una persona a valorarse a sí misma con este tipo de mensajes? Si en todo momento me están diciendo que lo que soy yo es enfermizo, la valoración de mí mismo no va a ser buena.

Además, afecta a cómo viven su sexualidad. Las personas que reciben este tipo de técnicas homófobas tienen su sexualidad profundamente deteriorada. Lo único que consiguen es que las víctimas repriman su sexualidad, la forma en que se relacionan con los demás y castran su personalidad. Son destructivas. Causan un perjuicio tremendo a las personas que las sufren y hacen que desarrollen una aversión hacia sí mismas y su propia sexo afectividad. Todo esto es fácilmente comprobable con la evidencia científica disponible, ampliamente recopilada por la Asociación Estadounidense de Psicología.

¿Qué hay detrás de estas técnicas?

Hay integrismo religioso, una profunda homofobia y una absoluta falta de conocimiento de las vivencias sexuales. Hay que decir que no se rigen por los conocimientos científicos. Consideran la homosexualidad una enfermedad, lo cual ya califica su discurso, porque tenemos clarísimo desde hace décadas que no lo es. Estos grupos tienen una visión de la homosexualidad como si fuera algo adquirido, producto de determinadas circunstancias traumáticas. Sin embargo, es algo innato y no se aprende. ¿Crees que un gay en Chechenia no querría dejar de ser homosexual para que no lo matasen?

Nada de lo que dice esta gente tiene validez. Y es que utilizan una pseudoexplicación científica y palabrería para tratar de justificar algo que no tiene fundamento: que la homosexualidad es producto de un trauma y se puede cambiar.

¿Ha recibido alguna vez en su consulta a personas que han pasado por estas técnicas?

Sí. Vienen con una enorme depresión, con una relación pésima con su sexualidad y la autoestima totalmente destruida porque les han estado diciendo durante años que son enfermos. Siempre son personas a las que sus propios entornos familiares les han inducido a ello. Son familias profundamente conservadoras, religiosas y homófobas. Ellos han tenido que pasar por años de sufrimiento, de dudas y de pensar que son enfermos hasta llegar hasta aquí.

El obispado de Alcalá ha asegurado que “no renuncia a acoger y acompañar a las personas que libremente lo soliciten”

Es algo absolutamente falso. Como te decía, las personas que acuden a estas técnicas van presionadas por su entorno homófobo y porque desde pequeños han estado recibiendo el lavado de cerebro de que la homosexualdiad es una enfermedad y que se cura. Si no fuera por eso, no iría nadie. Estos mensajes de la voluntariedad son muy perversos. Por otro lado, no son técnicas de acompañamiento ni acogimiento. Al contrario, están empujando y obligando a las víctimas a tratar de aparentar algo que no son.

En eldiario.es hemos recibido cartas de personas que supuestamente pasaron por estas sesiones, lo que en determinados foros ultracatólicos se llama “exgay”. Entre otras cosas, hacen afirmaciones como que pudieron “comprender la verdad de las causas” de su “atracción” o “iniciar libremente un camino de sanación y maduración”.

Este tipo de testimonios no tienen ningún tipo de validez. Son respuestas que tienen preparadas cuando salen este tipo de artículos. Ni siquiera sé si podríamos considerar que son responsables de lo que están diciendo porque están abducidos por dogmas fundamentalistas. La orientación sexual no se puede cambiar.

Muchos de los chicos que yo he tratado y que han pasado por estos procesos nos contaban cómo les presionaban diciéndoles que dijeran que ‘habían sido curados’. Ahora son conscientes de que estaban atrapados en una mentira que han ido lanzando al mundo.

Aunque aparentemente son técnicas dirigidas a hombres y a mujeres, están muy dirigidas a ellos. ¿Por qué?

Yo creo que ocurre porque la Iglesia es machista y le presta muchísima más atención al testimonio de los hombres. Sé de mujeres que han pasado por ahí, pero la mayoría son hombres. Las mujeres no tienen presencia en la Iglesia ni siquiera para eso.

Son terapias prohibidas por la ley LGTBI de la Comunidad de Madrid y por otras muchas legislaciones a nivel autonómico. ¿Cree que se persiguen lo suficiente?

No, para nada se persiguen lo suficiente. De todas formas es que esta gente funciona en entornos profundamente religiosos y sectores muy conservadores de la Iglesia. Son entornos muy ocultos. Y muchas víctimas se sienten tan avergonzadas que ni siquiera se atreven a denunciar. Tienen mucho miedo de la familia, además. Se sienten fracasados y piensan que no han sabido reconducir su orientación sexual.

Usted es uno de los mayores expertos de psicología afirmativa LGTBI. ¿Qué significa?

Cuando la evidencia científica demostró que nadie tiene que curarse de la homosexualidad y que no es una enfermedad, la comunidad científica se puso de acuerdo en que lo que debíamos hacer era afirmarlo, acompañar a la persona para que lo viva con libertad y naturalidad y revertir las secuelas de la homofobia que ha sufrido. Es decir, justo todo lo contrario de lo que dicen las técnicas reversivas como las del obispado.

Consiste, primero, en ayudar a corregir los falsos conceptos de la homosexualidad con los que nos instruyen desde que nacemos, tienes que ayudar a estas personas que acuden a reconstruir sus relaciones, a superar las secuelas emocionales y tener una mejor relación con su sexualidad, profundamente dañada. Cada uno es un mundo, pero en general es así. Este tipo de situaciones son consecuencia del rechazo, del maltrato y de la homofobia que han vivido.

El obispado de Alcalá también hace terapias homófobas con menores: “Si hubiera seguido allí, me habría suicidado”

El obispado de Alcalá celebra pseudoterapias para revertir la homosexualidad y no pone barreras siquiera para menores de edad. eldiario.es ha podido confirmar la asistencia de varios menores, con el conocimiento de sus padres, en Alcalá y Murcia, en la época en la que Reig Pla era obispo allí. Según alertan en el Consejo General de Psicología de España se trata de sesiones anticientíficas, peligrosas y que dejan secuelas.

Es el caso de Samuel -nombre falso porque prefiere no dar el suyo-, que empezó a asistir a los cursos cuando era menor de edad. Tenía 13 años el día que tuvo su primera sesión, a la que acudió por la presión de su entorno. “Me convencieron para ir. Me dijeron que mi orientación suponía un problema para mí y para mi familia”. En aquella sesión le dijeron que era un error lo que estaba haciendo y que tenía que ponerle remedio. “Como mi familia es para mí tan importante decidí ir a la terapia para curarme”, explica a eldiario.es.

Su asistencia a esta terapia se prolongó durante más de tres años y aquello le generó un trauma del que todavía tiene secuelas hoy, con apenas 20 años. “Yo estaba mal, me hundía más, me sentía como una mierda”. Pronto empezó a pensar que querían lavarle el cerebro. “Notaba que me estaban quitando la forma de pensar y de sentir”, recuerda. Samuel ha tenido que ir a terapia psicológica para poder superar la depresión en la que cayó tras sus encuentros en el obispado. “Si hubiera seguido allí me hubiera suicidado”. Decidió salir porque no aguantaba más, porque la presión le estaba afectando demasiado, según relata.

En el caso de los menores, las posibles responsabilidades aumentan, ya que están protegidos por la Ley Orgánica de Protección del Menor. Establece que los padres, tutores y poderes públicos, deben respetar los derechos de los menores de posibles ataques de terceros. El artículo de la norma expone que “tienen derecho a buscar, recibir y utilizar la información adecuada a su desarrollo” y que los padres o tutores velarán porque la información que reciban los menores “sea veraz, plural y respetuosa con los principios constitucionales”. Si estas terapias provocan algún tipo de secuela psicológica, tanto los tutores como quienes han impartido las sesiones podrían ser considerados responsables del daño provocado, según expertos consultados. También cualquier institución que lo hubiera amparado.

Además de las sesiones de psicoterapia, parte del tratamiento de Samuel tenía un fuerte componente religioso. “Cuando terminábamos íbamos a una capilla, leíamos la Biblia y la terapeuta nos hacía rezar. Nos hacía arrodillarnos delante de un sagrario y nos imponía las manos en los hombros y en la cabeza, a mí y a la persona mayor de edad que me acompañaba”. Íñigo (también prefiere un nombre falso) cree que tuvo suerte, porque muy pronto se dio cuenta de que no quería seguir “No quise aceptar lo que me decían, me contaban que estaba buscando una relación de abuso. Tengo un amigo que empezó a ir a esta terapia y ha acabado por distanciarse de todos nosotros”, se lamenta.

Álvaro (en este caso es su nombre verdadero) estuvo acudiendo a terapia en 2008, también cuando era menor de edad. Sus sesiones tuvieron lugar en el Centro de Orientación Familiar de Murcia. En ese momento, Reig Pla era el Obispo de la diócesis de Cartagena-Murcia y, por tanto, el centro también era responsabilidad suya. “Me dijeron que tenía que curarme sí o sí”, cuenta por teléfono a eldiario.es. “Fueron mis padres los que me llevaron. Un cura amigo suyo les comentó que podían tratarme para cambiar mi orientación”. La terapeuta, según cuenta Álvaro era itinerante, y no recuerda su nombre ni si era la misma B. V. de Alcalá, que estuvo con Reig Pla en Murcia. Álvaro se siente feliz por haber logrado salir de las terapias. “La relación con mis padres es ahora muy buena. Se llevan muy bien con mi marido, le tratan como a un hijo”, sentencia.

Íñigo fue a terapia en Alcalá hace dos años y explica que asistió casi por casualidad. “Yo no fui por mi orientación sexual, quería ver a un psicólogo y no podía permitírmelo”. Así entró en los cursos del obispado. Según cuenta, pensaron que sus formas eran amaneradas y trataron de convencerle de que tenía que dejar de ser gay. “En ese momento yo estaba confuso, no sabía si era o no homosexual”. Su terapeuta, B. V., es la misma persona que atendió al periodista de eldiario.es. Íñigo acudía a las sesiones cada dos semanas para tratar de reparar su masculinidad, según esta teoría. “Me dijeron que era inseguro, que no tenía confianza en mí mismo y que mi dinámica familiar no era sana”. Le ofrecieron asistir a una terapia de grupo, pero se negó. “No quería ir a terapia por miedo a que otra gente pensase que era gay”. Sus secuelas, aunque no psicológicas, también han condicionado su vida. “Siempre que empiezo a conocer a un chico me pregunto si la relación es sana o si la otra persona quiere aprovecharse de mí. Además, soy incapaz de decir la palabra gay”, relata a eldiario.es

“Me preguntaron qué clase de porno veía”

Samuel tampoco quiso ir a las terapias de grupo, porque le daba vergüenza compartir su experiencia. “Me dijeron que me vendría bien ver a personas que ya estaban sanadas para comprobar que no me iba a pasar nada malo y que me podía curar”. Le plantearon ir a terapias de pareja, con más gente gay y con chicas lesbianas, pero se negó porque no quería que la terapeuta le hiciera en público las mismas preguntas que le hacía en privado. “Si veía porno, si me masturbaba, qué clase de porno veía o el tipo de chicos que me gustaban”. Fue un religioso quien le instó a acudir a la terapia, también por considerar que su actitud era afeminada. “Un cura me dijo que había cosas en mí que no eran normales. Mi forma de hablar, de andar, mi forma de ser… Me dijo que yo era gay y que lo tenía que solucionar”. Le explicaron que las terapias las impartía una amiga del obispo y que servían para encontrar tu masculinidad. Esta supuesta terapeuta también era B. V.

A ambos les dijeron que tenían que reparar su masculinidad herida. Las heridas, como detalla la documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es, son la causa de la homosexualidad según estos materiales. “Al final lo que están diciendo es que los homosexuales no son hombres completos. Si eres inseguro, estás buscando esa seguridad acostándote con otros chicos”, explica Íñigo. Los dos también recibieron multitud de documentos  que explicaban que la vida gay era un camino equivocado alejado de la masculinidad. “Tú eres un varón con masculinidad, esta es tu real y verdadera identidad, pues esta es la forma en la que tu ser se manifiesta en el mundo, y aunque ésta no haya madurado lo suficiente, sin embargo siempre es tiempo de madurarla, y mucho más a tu edad.

La gruesa línea que une al obispo de Alcalá con Santiago Abascal y la asociación homófoba HazteOír

Santiago Abascal, el obispo de Alcalá e Ignacio Arsuaga (dcha) en la gala de premios HazteOir 2012 CONTANDO ESTRELAS

El 4 de diciembre de 2012, la asociación ultracatólica HazteOír (conocida por sus postulados homófobos y los autobuses tránsfobos) concedía al obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, su premio anual por su “defensa de la dignidad humana” y como una de las voces “más libres y contundentes sobre la verdad de la familia”. Un galardón que llegaba pocos meses después de la polémica homilía de Viernes Santo, retransmitida por La2, en la que el prelado arremetía contra los homosexuales que “encuentran el infierno”.

Poco después, Reig recibía el galardón de manos del presidente de HazteOír, Ignacio Arsuaga, en una gala a la que acudieron, entre otros, el entonces portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, y el hoy presidente de Vox, Santiago Abascal. La relación entre el sector de la Iglesia donde se adscribe Reig, la plataforma HazteOír, presidida por Ignacio Arsuaga, y la extrema derecha política viene de lejos.

En concreto, de 2007, cuando la Iglesia de Madrid, liderada por el cardenal Rouco Varela, anunció una convocatoria por la “dignidad de las familias” que, con el tiempo, acabó convirténdose en un mítin anual contra las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero.

El cardenal Rouco nombró responsable de las jornadas al obispo de Alcalá, y éste hizo un llamamiento a todas las asociaciones de familia y movimientos de la Iglesia católica, que respondieron en masa, especialmente los ultracatólicos kikos, los Legionarios de Cristo y, en menor medida, el Opus Dei.

Durante ocho años, y hasta la llegada de Carlos Osoro (hombre del papa Francisco) al arzobispado de Madrid, las manifestaciones por la familia cristiana fueron un clásico de fin de año en Madrid, siempre bajo el auspicio de Reig Pla y con el beneplácito de Kiko Argüello. El iniciador del Camino Neocatecumenal se encargó de llenar, cada año, las plazas de Colón y Lima, con el apoyo de otros grupos pro familia, como el Instituto de Política Familiar (dirigido por Eduardo Hertfelder, a quien distintas investigaciones colocan como uno de los líderes de El Yunque); el Foro de la Familia; o HazteOír y sus organizaciones aledañas (Derecho A vivir o Abogados Cristianos, la plataforma que ha denunciado recientemente una obra de teatro)

Tras el éxito de las primeras convocatorias, Reig y Rouco dieron un paso más, y con la colaboración de Arsuaga y varios políticos del PP -entre ellos, Santiago Abascal, que aún no había abandonado la formación- urdieron la convocatoria de una gran manifestación contra la aprobación del matrimonio igualitario. Por primera vez en la historia de la democracia, más de media docena de obispos (capitaneados por Rouco) acudían a una manifestación, que tuvo continuidad varios meses después con otra concentración en contra de Educación para la Ciudadanía. Como confesaban varios ministros de la época, durante la primera legislatura de Zapatero “la Iglesia fue la verdadera oposición al Gobierno”.

Acumulación de poder

Avivados por el éxito de las convocatorias, la capacidad de maniobra de HazteOír se fue incrementando, hasta el punto de provocar una quiebra en el movimiento pro familia católico. Instituciones como el Foro de la Familia llegó a quejarse del excesivo protagonismo de la organización de Arsuaga, y algunos obispos comenzaron a recibir un informe que cuestionaba los valores cristianos de HazteOír, así como su vinculación con la sociedad secreta ultracatólica El Yunque.

En 2011, un documento interno de la Conferencia Episcopal instaba a los obispos a pedir a los responsables de HazteOír que se desvincularan de su pertenencia a una sociedad secreta, y diócesis como Toledo o Getafe (posteriormente, también Madrid) impidieron que la asociación de Arsuaga utilizara sedes parroquiales o diocesanas para sus intervenciones. Uno de los obispos que defendió, con uñas y dientes, a HazteOír, fue Reig Pla. Después, fue premiado por la asociación en una gala en la que también homenajeado Santiago Abascal, en 2012, por “su elocuente y tenaz compromiso con la libertad de los españoles frente al terrorismo y el separatismo” y su labor al frente de Denaes y “por su difusión de los valores de un patriotismo desacomplejado”.

Desde entonces, y hasta ahora, los vínculos entre los grupos ultracatólicos y algunos obispos se han ido afianzando, y la aparición de Vox hizo que estos sectores vieran en la formación de Santiago Abascal -bendecido y apoyado por HazteOír– el tan ansiado partido católico que defendiera las esencias del catolicismo que venían auspiciando desde hacía décadas. Un catolicismo contra la “ideología de género”, por la “familia tradicional” y la “educación diferenciada”, un partido que guardara las esencias de la unidad de España, que los obispos calificaron en su día como “un bien moral”.

Un partido que, sin embargo, no tenía cantera. Ahí es donde entran algunos grupos ultracatólicos, especialmente el Camino Neocatecumenal -aunque también existe una importante presencia de miembros del Opus Dei-, en Vox. Como ejemplo, el juez Serrano, número 1 de Vox en Andalucía y miembro del Camino Neocatecumenal. O Lourdes Méndez, miembro del Opus Dei, que durante décadas perteneció al PP (fue su portavoz de Asuntos Sociales en el Congreso), y que hoy forma parte de la formación de Abascal. O como el exgeneral Rossety, número 1 de Vox por Cádiz y que todavía hoy es delegado diocesano de Fundaciones de la diócesis de Cádiz-Ceuta, dirigida por Rafael Zornoza (uno de los grandes apoyos de Reig Pla en el Episcopado).

El Papa anima a consultar con un “profesional” si un hijo es homosexual

En una entrevista de casi hora y media en el programa ‘Salvados’, el sumo pontífice respondió a todas las preguntas que le planteó Jordi Évole aunque eso le costara dejar alguna que otra frase para la polémica. A Francisco se le vio más cómodo cuando opinaba de asuntos ajenos a la Iglesia, como la memoria histórica o el drama de la inmigración

Un momento de la entrevista al Papa en el programa ‘Salvados’. (TWITTER)

El Papa Francisco pasó este domingo por el programa Salvados, de La Sexta. Casi hora y media de entrevista sometiéndose a las preguntas de Jordi Évole dan para mucho: prácticamente no dejaron un solo tema de actualidad sin tocar. El Papa habló de memoria histórica, inmigración, abusos en la Iglesia, el capitalismo, la homosexualidad, la trata de mujeres o el feminismo, entre otros asuntos. Se le vio más cómodo cuando opinaba de asuntos ajenos a la Iglesia, como la memoria histórica o el drama de la inmigración, pero no esquivó ninguna pregunta aunque eso le costara dejar alguna que otra frase polémica.

Sobre la homosexualidad, por ejemplo, el papa dijo al ser preguntado directamente por Évole que “en teoría” no es una “rareza” tener un hijo homosexual, pero animó a los padres que empiecen a “ver cosas raras” en sus hijos a que “consulten, por favor, y vayan a un profesional” porque “ahí se verá a qué se debe, y puede ser que no sea homosexual”. “Estoy hablando de un chico que se está desarrollando y los padres empiezan a ver cosas raras… Consulten, por favor, y vayan a un profesional, y ahí se verá a que se debe y puede ser que no sea homosexual, que se deba a otra cosa”, dijo exactamente

El Papa Francisco quiso matizar así las polémicas declaraciones que hizo el verano pasado cuando recomendó recurrir a la psiquiatría a los padres que detectaran conductas homosexuales en sus hijos. “Yo estaba explicando que nunca se echa de casa a una persona homosexual, pero hice una distinción que cuando la persona es muy joven y pequeña y empieza a mostrar síntomas raros, ahí conviene ir y yo dije psiquiatra, en ese momento te sale la palabra que te sale y encima en un idioma que no es el tuyo”, ha detallado el pontífice.

“De aquello salió que los medios dijeran ‘El papa manda a los homosexuales al psiquiatra’ y no vieron lo otro, y eso es mala entraña”, se quejó Francisco.

En su opinión, “para una familia es raro, se escandalizan algo que no comprenden, algo fuera de lo normal… No estoy haciendo juicios de valor, estoy haciendo un análisis fenomenológico… Al menos que se saquen la duda con un profesional, tienen derecho a hacerlo”. Y “una vez que la actitud homosexual está fijada, ese hombre o esa mujer homosexual tienen derecho a una familia, y ese papá y esa mamá tienen derecho a un hijo, venga como venga, y no se puede echar del hogar a ningún hijo o hija homosexual”, concluyó.

En otro asunto polémico, el Papa Francisco también admitió que se equivocó cuando afirmó que todo feminismo acaba siendo un machismo con faldas, una afirmación que pudo oírse durante una de sus intervenciones ante la Cumbre Antipederastia que se celebró el pasado mes de febrero en Roma.

Francisco se disculpó asegurando que esa fue una frase pronunciada en un momento de “mucha intensidad” y en clave positiva, después de escuchar el testimonio de una mujer que justo iba en la línea que a él le gustaba.

“La frase justa es: ‘Todo feminismo puede correr el riesgo de convertirse en un machismo con pollera (falda)’. La otra me equivoqué, fue una equivocación del momento, no porque lo piense así. Por eso, hay que discernir bien las actitudes”, puntualizó.

Por otro lado, ha calificado de “tremendo” la trata de mujeres con fines de explotación sexual y diferenció de quienes ejercen libremente la prostitución. “Una cosa es una mujer que quiere ejercer la prostitución porque le gusta o porque hace una opción libre para ganar dinero o para lo que sea, y otra cosa son las chicas esclavas, la esclavitud de las chicas es de terror”, precisó.

Por otro lado, el Papa aseguró que no es anticapitalista ni antisocialista y eludió pronunciarse personalmente sobre algunas figuras de la política internacional como Donald Trump o Nicolás Maduro, aunque ha revelado que se tomaría un café con ambos.

La migración y el ‘Open Arms’

Sí que advirtió sobre el uso del miedo al migrante como herramienta electoral por parte de los partidos políticos alegando que que es una historia que se repite y que las grandes dictaduras del siglo pasado empezaron por el miedo, aludiendo a un “muchachito” que se llamaba “Adolfito”, dictaduras que no descarta que puedan volver a repetirse.

Asimismo, admitió que la iglesia también ha jugado con el miedo a lo largo de la historia. “Tenemos una historia que a veces nos avergüenza”, subrayó.

Abundando en el asunto de la inmigración, Francisco criticó también que el Gobierno español mantenga retenido en el puerto de Barcelona al buque de rescate de migrantes de la ONG Pro Activa Open Arms, que opera en el Mediterráneo. “Me parece mal. Y el caso de Open Arms me parece una injusticia muy grande. ¿Para qué se hace? ¿Para que se ahoguen? Es simplista, pero si no los puedes rescatar ¿Y para qué vienen? Viven en una desesperación, unida a una ilusión tan grande, que se lanzan. No miden las consecuencias. Y nosotros no medimos el dolor de esa gente”, puntualizó el pontífice.

En esta misma línea, el Papa aseguró sentir “mucho dolor” por los migrantesfallecidos en el Mediterráneo, algo que “no entiende”. “No entiendo. No entiendo la insensibilidad”, dijo, al tiempo que advirtió de que Europa se ha vuelto “demasiado abuela” al tiempo que se enfrenta a un problema demográfico por la falta de nacimientos.

Por ello, defendió una “actitud fundamental”, la del “corazón abierto y ha recordado los cuatro pasos a seguir en este sentido: recibir, acompañar, promover e integrar”.

Francisco también criticó las concertinas de las vallas de Ceuta y Melilla mientras sostenía una de ellas en sus manos. “Demuestra hasta dónde es capaz de descender la humanidad de una persona”, dice para añadir que es tal la “inconsciencia” que parece que la sociedad se ha acostumbrado a estas prácticas.

Igualmente, Francisco se refirió al muro de Donald Trumo en términos muy críticos: “El que levanta un muro termina prisionero del muro que levantó”. “Y eso es ley universal. Y eso se da en el orden social y en el personal. Si vos levantas un muro entre personas, terminas prisionero de ese muro que levantaste. Sí, defiendo mi autonomía, sí; pero te quedas solo como un hongo”, recalcó.

También afirmó también que el “capitalismo salvaje” es responsable de estas situaciones, aunque precisó que una economía social de mercado, si es social, puede andar. “Lo que no anda es el mundo de las finanzas. También esto crea las guerras, por la posesión de la riqueza, ¿no es cierto?, sean internacionales o nacionales. Sostengo que estamos ya en una tercera guerra mundial, a pedacitos”, insistió.

Y como no eludió ninguna cuestión que le planteaba Évole, el Papa opinó hasta de la venta de armas de España a Arabia Saudí. “No tienen derecho a hablar de la paz. ¿Están fomentando la guerra en otro país y después quieren la paz en el propio? La teoría del bumerán. La vida se las cobra, por uno u otro camino. Si vos armas la guerra allá, la vas a tener en tu casa, quieras o no quieras”, añade.

Acerca de la memoria histórica, el papa Francisco dijo que no ha participado en las comunicaciones entre el Gobierno y la Santa Sede sobre la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, una decisión sobre la que el pontífice dice no tener opinión.

Tampoco dio más detalle sobre las comunicaciones que mantuvieron el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y el Gobierno español: “Hubo algo pero yo no me metí en eso”, contestó. Lo que sí defendió es “el derecho a la verdad sobre lo que pasa, el derecho a una sepultura digna, a encontrar los cadáveres”, un derecho que es de la familia y de la sociedad porque “una sociedad no puede sonreír al futuro teniendo sus muertos escondidos”.

Asuntos de la Iglesia

Menos suelto se le vio al hablar de asuntos que atañen directamente a la Iglesia.  Sobre la discriminación de la mujer, el Papa reconoció que escucharla y darle funciones no basta y admitió que lo que no se ha logrado todavía es “caer en la cuenta que la figura de la mujer va más allá de la funcionalidad”. “La Iglesia no puede ser Iglesia sin la mujer, porque la Iglesia es mujer, es femenina. Es La Iglesia, no El Iglesia. Una dimensión que no tenga feminidad en la Iglesia hace que la Iglesia no sea Iglesia”, apuntó

El Papa también habla sobre el aborto al ser preguntado por si entendería que una víctima de trata embarazada tras una violación quisiera abortar. “Yo la entendería a ella en su desesperación, pero también sé que no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema. “¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es lícito alquilar a alguien para que la elimine?”, recalcó.

Al ser cuestionado por los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, dijo el Papa que “una época hay que interpretarla con la hermenéutica de esa época”. “No puedo interpretar la conquista de América con una hermenéutica de hoy, me tengo que ir a la de la época”. Sobre este asunto “pasa lo mismo”, y hasta que “explotó” el escándalo de Boston, “la hermenéutica era la de que conviene tapar, evitar males futuros…”

Y “al tapar, se propaga, una vez que entra la cultura del destape, las cosas no se propagan”, ha proseguido el papa, quien ha animado a denunciar los casos que se produzcan.

Francisco ha dicho entender a las víctimas insatisfechas con los resultados de la cumbre de los presidentes de las conferencias episcopales en el Vaticano que finalizó en febrero.

“Yo les entiendo porque uno busca a veces resultados que sean hechos concretos en el momento. Por ejemplo, si yo hubiera ahorcado 100 curas abusadores en la Plaza de San Pedro es un hecho concreto, hubiera ocupado espacio. Y mi interés no es ocupar espacio, es iniciar procesos sanadores”, detalló.

Precisamente, “las cosas concretas” de la cumbre “fue iniciar procesos, y eso lleva su tiempo”, pero es la única manera “para que sea irreversible la cura”.

Al igual que “mercaderes”, el papa ha reconocido que en el Vaticano “hay chismorreo”, y “esto es lo peor que puede haber” porque “denigra a una persona”.

Sobre el Vaticano, el Papa admitió que no se salva de los límites y de los pecados y las vergüenzas de otras sociedades. “Acá somos hombres y tenemos los mismos límites y caemos a veces en las mismas cosas. Hay que ir limpiando. El trabajo es ir limpiando, limpiando, limpiando”, asegura tras admitir que en la Santa Sede también hay mercaderes como los que Jesús echó del templo por “hipócritas”.

“Esto es muy lento y sí, en el Vaticano hay problemas”, dijo a guisa de conclusión.

Asimismo, Francisco se mostró partidario de que “los hombres de Iglesia son ciudadanos y tienen que cumplir con todos sus derechos de ciudadanos” y por ello cree que la institución debe pagar por todos aquellos bienes que no estén dedicados al culto.

Suspendido un sacerdote holandés que se declara homosexual

Pierre Valkering ha sido obligado a “reflexionar” tras revelar su inclinación y haber publicado una autobiografía donde explica sus escapadas a saunas y su afición al porno

El sacerdote Pierre Valkering, en una entrevista en una televisión holandesa.

Pierre Valkering, un sacerdote católico holandés de 57 años que anunció este domingo a sus feligreses en Ámsterdam que era homosexual, acaba de recibir la orden de apartarse de sus funciones por parte del obispado de Haarlem. La diócesis incluye la capital de Holanda. El religioso quería celebrar sus 25 años de labor pastoral compartiendo el secreto de su inclinación íntima, pero Jos Put, el prelado, le ha contestado que “debe tomarse un periodo de reflexión con carácter inmediato”.

Valkering ha publicado una autobiografía, que llega a las librerías esta semana, cuyo título en neerlandés es un juego de palabras: Ontkleed niet naakt staan (algo así como Al descubierto no estás desnudo). En la tapa, aparece él mismo levantado un poco la casulla y muestra unos pantalones deportivos y unas botas. Lleva también el pelo recogido en una coleta. En la solapa del libro explica que de pequeño le gustaban las casas de muñecas, vestirse de San Nicolás y los ritos eclesiásticos. Cuando dijo que quería ser sacerdote, sorprendió a todos. Le ordenaron a los 33 años, “y ahora, 25 años después, es el momento de salir del armario y revelar que es homosexual”. Añade la presentación que “da cuenta de sus relaciones sexuales y su adicción al porno, las saunas y los locales nocturnos”. Responde, a su vez, a preguntas sobre “si la homosexualidad es una experiencia pecaminosa”, y “el precio que deberá pagar por decirlo”. Jos Punt, el obispo de Haarlem, aprecia “su sinceridad, pero no puede hacer otra cosa que apartarlo temporalmente”, según ha dicho.

Tanto el anuncio de su homosexualidad como la publicación de libro han sido preparados con cuidado. El sacerdote ha concedido a su vez una entrevista a Gaykrant, la publicación más conocida del colectivo en el país, donde recuerda su infancia en el seno de una familia católica y el descubrimiento de sus prefencias sexuales “al final de la escuela secundaria”. “Leí una entrevista en una revista donde se hablaba de ello y todo encajó. Entendí por qué me interesaban mis compañeros de clase”. Cuando le preguntan cómo pudo ordenarse sacerdote y llevar una vida célibe, responde: “La voz del Señor me dio la fuerza para seguir adelante (…) y el sacerdocio era también una vía de escape para no tener que vivir la homosexualidad (…) aparte del aspecto teatral de la liturgia que es muy atractivo”. “Esa misma voz del Señor me ha ayudado a contarlo ahora”, asegura.

Valkering no ahorra críticas a la Iglesia, “que pierde fieles y tiene mala imagen por culpa de los abusos sexuales, su trato a la mujer y la homofobia”. “Muchos clérigos son homosexuales y no quieren que nadie lo sepa. Por eso se revuelven contra ello”. De momento, el obispado le ha obligado a dejar la Iglesia de la Libertad, de Ámsterdam, donde predicaba. “Ha dicho en público que no ha respetado el celibato y se ha dejado llevar por otras libertades sexuales. Todo ello es incompatible con la Iglesia Católica”, ha añadido el obispado de Haarlem. El sacerdote suspendido decidió vestir para su confesión pública una casulla rosa.

El obispado de Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para ‘curar’ la homosexualidad

El obispado de Alcalá de Henares imparte terapias ilegales y clandestinas para ‘curar’ la homosexualidad. Haciéndose pasar por un joven que quiere cambiar su orientación, este periodista ha asistido a la primera sesión de una de estas pseudoterapias, que tuvo lugar el 21 de marzo en el Centro de Orientación Familiar Regina Familiae, un servicio que pertenece a la diócesis de Alcalá y que está dentro del mismo complejo religioso. Este tipo de sesiones están prohibidas en la Comunidad de Madrid y quienes las imparten pueden enfrentarse a multas de más de 45.000 euros, según el artículo 70.4.c de la Ley de Protección Integral contra la LGTBfobia de la Comunidad. El obispado confirma por escrito a eldiario.es que el centro es suyo y que se hacen las terapias, aunque niega que sean “terapias reparativas” y explica que se trata de formación “educativo-sexual (educación en el amor)”.

No solo se trabaja en persona, también desde una dirección de correo corporativa del obispado se realizan envíos con materiales (imagen arriba). Uno de esos materiales es el libro titulado ‘Terapias Reparativas’, del psiquiatra estadounidense Joseph Nicolosi, cuya lectura recomienda la supuesta profesional, que colabora con Reig Pla desde hace años. En 2006, cuando él era obispo de Cartagena, B. V. fue nombrada también directora del Centro de Orientación Familiar de dicha diócesis, desde donde trabajaba.

“Una herida que puede curarse”

Según los documentos enviados antes de la sesión, la homosexualidad se produce por no haber despertado o cultivado suficientemente la masculinidad debido a un trauma que puede ir desde una mala relación con tus padres a abusos sexuales. “A lo largo del proceso de maduración personal ha habido relaciones, hechos, ausencias, sufrimientos, traumas… Que han producido heridas en nuestro ser. Habrá complejos, carencias y experiencias que te han hecho estar buscando y comparándote con otros chicos”, dice B. V. nada más iniciar la sesión. Esa herida, aseguran sus tesis homófobas, puede repararse mediante psicoterapia y asesoramiento pastoral. “LGTBfobia cognitiva”, bautiza a la sesión sin ningún criterio científico.

Según las fichas de trabajo a las que ha tenido acceso eldiario.es, el proceso para dejar la homosexualidad es lento y debe compaginarse con psicoterapia, lecturas y tareas que completar en casa. La primera recomendación durante la reunión es dejar de consumir pornografía y masturbarse menos, para deshacerse del refuerzo positivo que supone haber recibido estímulos visuales. “Tú ya tienes un hábito muy arraigado. Para tener una relación con una chica tienes que controlarte”, explica B. V. La cita para la segunda sesión fue concertada el 23 de abril e iba a tener lugar en el mismo Palacio Arzobispal. “Atendemos también en el obispado. Tenemos un despacho allí”, confirma la pseudoterapeuta a eldiario.es. Una cita que ya no se producirá.

Rechazo de la aceptación

Uno de los documentos que se envía desde este centro del obispado considera la homosexualidad como indeseable: “La mentira gay y la desinformación sobre este tema está llevando a muchos adolescentes y jóvenes a pensar que han de aceptarse y por lo tanto, se les está condenando a una vida de sufrimiento, de mentira, de degradación y de muerte. En lugar de ayudarles a descubrir y madurar su verdadera identidad, la masculinidad, se les condena a vivir una falsa identidad”. Se habla de falsa identidad porque quienes llevan a cabo estos tratamientos consideran que la homosexualidad ni siquiera existe.

El trauma que sufrieron las personas con tendencias homosexuales ha provocado lo que en el obispado de Alcalá llaman AMS y PMS: atracción y proyección hacia las personas del mismo sexo. “La AMS es el grito, la alarma, la fiebre que te avisa de que algo en ti necesita madurar, ser cultivado. Si la Mentira/Manipulación Gay no hubiera inundado todos los rincones de nuestro mundo y por el contrario fuéramos capaces de responder con prontitud y verdad a esta llamada del corazón de los adolescentes, sería muy sencillo y rápido madurar la personalidad y la masculinidad y superar la atracción hacia el mismo sexo”, reza uno de los documentos entregados a los jóvenes.

Este mismo vocabulario homofóbico aparece en la web oficial del Obispado de Alcalá de Henares. Desde donde hace varios años se define la homosexualidad como una inclinación que se puede cambiar mediante “una terapia apropiada”. En la página del Obispado existe incluso un directorio desde el que acceder a todo tipo de material homofóbico. Entre las webs recomendadas aparece esposiblelaesperanza.com, la misma asociación que pone en contacto a este periodista con la terapeuta.

No es nuevo que las instituciones religiosas que dirige José Antonio Reig Pla mantengan tesis que rechazan y denigran a los homosexuales. En 2012 demandó que los padres que tuviesen hijos con conductas homosexuales, buscasen “la ayuda de personas expertas y calificadas para proporcionarles todo el apoyo posible”. En 2008, cuando era obispo de Cartagena, trató de poner en marcha patrullas informativas para promover la virginidad, rechazar el aborto y el matrimonio homosexual.

Fuentes de la Conferencia Episcopal rechazan hacer comentarios ya que “este no es un órgano jerárquico de las diócesis, sino un órgano que les da servicio”.

Si has sido víctima de una de estas terapias y quieres contar tu caso, puedes escribirnos a nuestro mail pistas@eldiario.es

Fuentes oficiales del obispado de Juan Antonio Reig Pla, conocido por sus polémicas homófobas, puntualizan que se trata de “acogida y acompañamiento de personas que acuden a nosotros”. Sin embargo, eldiario.es ha comprobado en primera persona que tanto el contenido de los materiales enviados por correo como la primera sesión de pseudoterapia (impartida por una persona sin formación) están enfocados a que la persona deje de ser homosexual, algo que los expertos del Consejo General de la Psicología de España consideran anticientífico y peligroso, “porque suelen derivar en problemas de ansiedad, depresión y suicidio”. La ley madrileña lo califica directamente de ilegal, ya que prohíbe “la promoción y realización de terapias de aversión o conversión con la finalidad de modificar la orientación sexual o identidad de género”, independientemente de si las personas acuden voluntariamente o no, y las considera una infracción muy grave que puede conllevar la retirada de subvenciones públicas.

La supuesta terapeuta, B. V., dice ser doctora en biología y, como confirma el Colegio de Psicólogos de la Comunidad de Madrid a eldiario.es, no está colegiada y por tanto no tiene habilitación para hacer terapia de ningún tipo. En el obispado tiene un cargo en la sección madrileña del Pontificio Instituto Juan Pablo II, un centro de estudios que en España dirige el obispo de Alcalá de Henares y que imparte el “Máster para las Ciencias del Matrimonio y la Familia”, según el obispado.

Aunque la diócesis niega que sean terapias de reversión, la propia pseudoterapeuta lo admite en una grabación en una de estas sesiones ilegales y asegura que conoce bien el riesgo y la ley que lo prohíbe: “Explicarte por qué sientes lo que sientes y cómo dejar de sentirlo se considera homofobia. Yo sé que esto puede tener consecuencias. Esto es un acto LGTBfóbico cognitivo. Podrían llegar incluso a cerrarnos el centro”, dice al periodista, que se hace pasar por un chico confundido con su sexualidad. “Estoy teniendo contigo un acto homofóbico. O sea, yo te estoy intentando ayudar. Yo sé que esto puede tener consecuencias, hasta tal punto que yo podría ir a la cárcel”. También le pide que no se lo cuente a nadie, ni siquiera a sus amigos, y le avisa de que si lo hace habrá problemas para todos los que acuden y además le intentarán convencer para que no vuelva a una sesión.

De castigos a reconversiones: así fue la barbarie franquista contra las personas LGTBI

Con el fin de la Guerra Civil española hace 80 años, el colectivo LGTBI sufrió la persecución de la dictadura que primero los trató como delincuentes, después como enfermos y los consideraba una amenaza.

El dictador Francisco Franco, en una de sus asistencias bajo palio a una celebración de la Iglesia católica. EFE

La dictadura nos persiguió porque éramos algo que hubiera debilitado al régimen. Nos alejábamos del modelo social que la cruzada franquista propugnaba. Para ese movimiento hercúleo de hombres forjados en la potencia ‘éramos lo peor’, como decía Pedro Zerolo”. La activista Boti García Rodrigo explica con estas palabras las torturas y la cacería legal que sufrieron las personas LGTBI con la llegada de la dictadura de Francisco Franco, que se instauró en todo el país el 1 de abril de 1939, tras el final de la Guerra Civil hace ya 80 años.

No obstante, la represión había comenzado antes, tal y como remarca Ramón Martínez, historiador especializado en la realidad LGTBI: “El asesinato de Lorca fue un primer aviso importante para mucha gente de lo que se avecinaba con el gobierno ilegítimo”. El poeta granadino fue “fusilado y abandonado” en una cuneta el 18 de agosto de 1936 “por rojo y maricón”, según relataron su delator, Ramón Ruiz Alonso, y su ejecutor, Juan Luis Trescastro. Sus testimonios los ha recogido el periodista Marcos Paradinas en su libro El fin de la homofobia.

“Desde el comienzo, la homosexualidad se consideró una afrenta al régimen franquista. Es aterrador ver cómo las cuatro décadas de dictadura sirvieron para perfeccionar una sanguinaria maquinaria estatal con la que erradicar las heterodoxias”, recalca el historiador. Aun así, durante los primeros 15 años de la dictadura, Franco “estaba bastante ocupado con la aniquilación de los rivales políticos”, señala Pardinas, y no fue hasta pasada “esa purga” que decidió ir a por las personas LGTBI con la modificación en 1954 de la Ley republicana de Vagos y Maleantes.

No obstante, usar estas siglas en el marco de la dictadura no es del todo correcto ya que supone ser infiel a la forma en la que el régimen entendía la diversidad y porque por aquel entonces aún no se había organizado el movimiento LGTBI que conocemos hoy en día. “El denominador común del franquismo es que todos eran maricones. No supo distinguir entre orientación sexual e identidad de género. Las mujeres trans eran consideradas travestis u homosexuales”, incide Raúl Solís, autor del libro La doble transición donde recoge la vida de ocho mujeres trans durante estos años de totalitarismo. “Trans, homosexuales y bisexuales iban al mismo saco conceptual de los ‘desviados’”, apunta Martínez.

Como expuso Fernando Olmeda en su libro El látigo y la pluma, con la dictadura se implementó en la sociedad española una idea muy concreta de masculinidad y de lo que debía ser un hombre. Martínez coincide con el periodista y especifica que al varón se le aplicaba “la versión más férrea de los roles de género. Cualquiera que lo incumpliera no solo era un traidor a su sexo, sino también un traidor a la patria, que necesitaba ‘hombres de verdad’ para fecundar mujeres que dieran a luz a españoles de bien. Hay textos que incluso se plantean si los hombres no heterosexuales son recuperables o no para la causa de la propagación de la raza”. Solís lo sentencia así: “En un sistema patriarcal lo que se privilegia es la copia del patriarca. Las personas LGTBI cuestionaban la columna vertebral del nacionalcatolicismo. Por eso nos perseguían”.

Una condena disfrazada de precaución

La Segunda República había descriminalizado la homosexualidad en el Código Penal de 1932, pero tampoco se puede afirmar que fuera “una buena aliada”: “Solo Gregorio Marañón empatizaba un poco porque consideraba la homosexualidad un problema médico, no un delito. Hoy nos parece algo inaceptable, pero fue posiblemente el mayor avance hasta la fecha. Un jurista como Jiménez de Asúa, que fue presidente de la República en el exilio, protestó firmemente cuando la dictadura de Primo de Rivera persiguió penalmente la homosexualidad y estuvo detrás de la despenalización al llegar la República”.

Si bien es cierto que el régimen franquista tardó tres lustros en legislar contra las personas LGTBI, el Tribunal Superior se pronunció al respecto el 15 de octubre de 1951. En una sentencia que recoge el escritor Arturo Arnalte en su obra Redada de violetas, el órgano judicial dictó que “la homosexualidad es ‘vicio repugnante en lo social, aberración en lo sexual, perversión en lo psicológico y déficit en lo endocrino’”. Tres años más tarde, el 15 de julio de 1954, Franco retocó el texto de la Ley de Vagos y Maleantes para “convertirlo en una norma que perseguía la diversidad y que reconocía a las personas homosexuales como posibles delincuentes”, manifiesta Martínez.

“La idea que subyacía es que alguien por el simple hecho de no ser heterosexual está más cerca de cometer un delito y que, por ello, debe ser detenido”, narra el historiador. Por su parte, Pardinas remarca en El fin de la homofobia que las medidas no se establecían como “penas”, sino como “medidas de seguridad”. “La aberración era triple: se persigue la identidad y no el acto sexual, se establece una persecución ‘preventiva’ y se prescinde la necesidad de prueba alguna para hostigar a los sospechosos”, resalta.

Por culpa de esta Ley “existieron auténticos campos de concentración para homosexuales en nuestro país durante al menos dos décadas. La colonia agrícola de Tefía, en Fuerteventura, es un ejemplo de aquel horror”, cuenta Martínez. Según un informe de Amnistía Internacional de 2015, allí sometían a los presos a “condiciones inhumanas, trabajo hasta el agotamiento, palizas y hambre”. El testimonio más revelador fue el de Octavio García Hernández, que falleció el año pasado.

Un tardofranquismo corrector

Las mujeres lesbianas y bisexuales no llegaron a sufrir esta persecución tan dura porque “legalmente no se las perseguía”, puntualiza Martínez. Boti Garcia Rodrigo lo recuerda así: “Para la dictadura no existíamos. No podían imaginar que hubiera mujeres que prescindieran del varón para hacer su vida. Ellos sufrieron torturas y humillaciones pero nosotras terminábamos en el convento, en matrimonios forzados o en el psiquiatra. No sé si es mejor que te peguen o que ni te vean ni te hagan persona. Estábamos condenadas a la invisibilidad más absoluta, a la no existencia”, explica la que fuera presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).

Sin embargo, las medidas contra las identidades LGTBI se endurecieron con la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 1970, que Martínez ha descrito en su libro Lo nuestro sí que es mundial como “la barbarie antihomosexual más descarnada”. El objetivo de esta ley era reeducar y reinsertar a los hombres homosexuales con prácticas de reconversión que iban desde los electroshocks y las terapias de psicoanálisis hasta las lobotomías. Con este texto, y según señala Pardinas, “ya no son delincuentes a los que castigar, sino enfermos a los que curar”.

Martínez aclara que aunque en teoría buscaban devolver a los homosexuales (y también a las personas trans) al camino de la sexualidad correcta, el objetivo era otro: “Querían erradicarnos. Nos decían que iban a reeducarnos porque decir que pretendían exterminarnos recordaba a otra cosa, que era precisamente la que intentaban hacer”. Además, se construyó una prisión en Badajoz para los homosexuales pasivos, otra en Huelva para los activos y se destinaron a muchos otros junto con mujeres trans a las cárceles de Carabanchel y de la Modelo (Barcelona).

El ejemplo de la represión más cruel reside en Lorca, pero también fueron víctimas de esta opresión otros nombres como Antonio Ruiz, expreso valenciano que lideró la lucha de la eliminación de las fichas policiales; el cantante de copla Miguel de Molina, que sufrió una paliza casi mortal; la poeta Gloria Fuertes a la que se la encasilló como una escritora para niños; y el dramaturgo Agustín Gómez Arcos que terminó en el exilio.

A pesar de esta barbarie, gais, lesbianas, bi y trans siguieron reuniéndose en la clandestinidad, se armaron para levantar el movimiento LGTBI español y pelear por sus derechos. “Estoy muy orgullosa de mi colectivo porque hemos buscado nuestra libertad como seres humanos. Somos unos resistentes”, concluye García Rodrigo.

Ahora, cuando se cumplen 80 años del final de la Guerra Civil, el Ayuntamiento de Barcelona, gobernado por Ada Colau, interpuso una querella contra varios jueces de la dictadura por sus sentencias homófobas. La Justicia, sin embargo, ha rechazado investigar estos casos ya que se ajustaban al orden legal cuando fueron dictadas. 

Morir por ser gay: el mapamundi de la homofobia

Once países aún castigan las relaciones homosexuales con la muerte. En uno de cada tres son ilegales

FUENTE: ILGA

Hay un mapa del mundo que se divide básicamente en dos colores. Uno impregna 70 países, donde ser gay o lesbiana es ilegal, incluso letal. Otro tiñe las 123 naciones donde mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo no está castigado. La mayor asociación de defensa del colectivo LGTBI del mundo dibuja este croquis periódicamente que muestra cómo decrecen los lugares donde se persigue a las personas por su orientación sexual y emergen nuevas amenazas, como la llegada al poder de líderes homófobos.

En el informe Homofobia de Estado 2019 de la Asociación Internacional de Gais, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA), difundido este miércoles, se han borrado del atlas de la infamia India, Trinidad y Tobago y Angola desde la última revisión, de 2017. Se han sumado al matrimonio igualitario Australia, Malta, Alemania y Austria, siendo ya 26 los países en el podio de la equiparación de derechos. La organización destaca también como símbolo de una mayor protección que nueve naciones hayan incluido en su constitución la mención explícita de que la orientación sexual no debe ser motivo de discriminación. Entre ellos Portugal, Ecuador, Bolivia o Sudáfrica, una isla de igualdad en el panorama africano.

El extenso trabajo de ILGA, de más de 500 páginas, revisa la legislación en todos los países miembros de la ONU. La 17ª edición se ha presentado durante la reunión anual de la federación, en Aotearoa (Nueva Zelanda). Su autor es el abogado argentino Lucas Ramón Mendos.

El peligro de morir por mantener relaciones homosexuales no ha disminuido respecto al último informe. Seis países lo castigan con la pena capital: Arabia Saudí, Irán, Yemen, Sudán, 12 Estados que conforman Nigeria y parte de Somalia. Además, un gay puede ser condenado a muerte en Mauritania, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Pakistán y Afganistán. El informe resalta que aunque Irak ha desaparecido de la lista “por la eliminación del Estado Islámico, queda como un país que criminaliza de factodebido a que persigue a los homosexuales utilizando leyes de escándalo público, prostitución y otras”.

En otros 26 la condena máxima por estos actos varía entre 10 años de prisión y cadena perpetua. En 31 se castiga con hasta ocho años. En resumen, en uno de cada tres países (35%) es peligroso mostrarse como miembro de la comunidad LGTBI. En 68 naciones, señala el estudio, “hay leyes que explícitamente prohíben los actos sexuales consensuados entre personas del mismo sexo y dos más los criminalizan de facto. Además, jurisdicciones que no pertenecen a Estados miembros de la ONU también castigan estas conductas, como Gaza, las Islas Cook y ciertas provincias de Indonesia”.

La muerte y la prisión son los casos extremos de una violencia que, desde la cumbre del poder, se inflige con las leyes. Al menos 32 países, recalca el informe, han impulsado medidas para limitar la libertad de expresión (incluidas leyes de propaganda que prohíben la promoción de la homosexualidad o las relaciones sexuales “no tradicionales”). En 41 naciones se imponen trabas a las organizaciones LGTBI para ser legalizadas o trabajar, “lo que incrementa el peligro al que se exponen los activistas”.

La situación de Chechenia se califica de “crítica” y refleja las torturas y persecuciones infligidas por las autoridades a gais y lesbianas. El pasado enero los activistas denunciaron que dos personas habían muerto y 40 más permanecían detenidas en otra purga. También las regresiones y amenazas forman parte del panorama que dibuja el informe. Horas antes de la presentación, el general Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, declaraba en Washington tras encontrarse con su nuevo aliado en tantas cosas, Donald Trump: “Respetamos a la familia tradicional, somos temerosos de Dios, en contra de la ideología de género, de lo políticamente correcto y de las fake news”.

Aunque más lento que lo deseado, señalan los miembros de ILGA, también se producen progresos. Quizá lo más evidente sea, como se destaca en la edición de este año, que India, un país de gran envergadura e influencia, haya acabado con una ley victoriana que prohibía las relaciones homosexuales, castigadas con una pena máxima de cadena perpetua. Tal medida ha supuesto que baje dramáticamente el número de personas sometidas a leyes homófobas, hasta el 27% de la población mundial.  Desde septiembre de 2018, 1.300 millones de ciudadanos indios no están en ese grupo.

Veintiséis países reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo y 27 han regulado las uniones civiles, 72 naciones tienen leyes que protegen a los homosexuales y lesbianas de ser discriminados en el trabajo. 39 poseen normas que castigan la incitación al odio, la discriminación o la violencia contra una persona por razón de orientación sexual y 28 permiten adoptar a gais y lesbianas.

Hazte Oír recurre la retirada de su condición de utilidad pública por considerarla “persecución ideológica”

La asociación HazteOír ha anunciado que va a recurrir la revocación de su condición de utilidad pública debida a su campaña transfóbica en un autobús, al considerar que se trata de “una persecución ideológica y política en toda regla”, y ha asegurado que sacarán otro autobús con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

El presidente de HazteOir, Ignacio Arsuaga, ha rechazado este miércoles el fallo del Ministerio del Interior, en el que se alega que su polémica campaña suponía una falta de respeto y un menosprecio a otras opciones que no comparten sus ideas.

Para Arsuaga, el único argumento de la resolución “injusta y antijurídica” es que sacaron a la calle “un autobús cuyos mensajes solo afirmaban lo que dice la biología, y está recogido en todos los libros de texto de las escuelas, que los niños tienen pene y las niñas tienen vulva“.

Ha mostrado su extrañeza porque el propio ministro, Fernando Grande-Marlaska, haya firmado la resolución y ha opinado que se debe a que el Gobierno quiere mostrar que es “un adalid de las ideas progresistas” mientras ni saca los Presupuestos adelante ni aprueba ninguna ley.

“¿Por qué la Felgtbi, los golpistas de Ómnium y la Fundación de Bildu pueden faltar al respeto a mis ideas y de muchos españoles y siguen manteniendo su estatus de utilidad pública?” y reciben dinero de público “en cantidades considerables, cosa que HazteOír no ha hecho nunca”, se ha preguntado Arsuaga.

Ha recalcado que están preparando ya su próxima campaña con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer, cuando pondrán en marcha un autobús, en este caso contra el “feminismo radical” y que intentarán que PPCiudadanos y Vox se comprometan de cara a las elecciones de mayo a derogar las leyes de género.

HazteOir anuncia ahora un nuevo autobús “contra el feminismo radical”

DE CARA A LA HUELGA DEL 8 DE MARZO

El autobús de HazteOir con mensajes transfóbicos, retenido en un aparcamiento de Madrid. (EFE)

MADRID. La asociación HazteOir.org ha anunciado que recurrirá la revocación de utilidad pública por parte del Ministerio del Interior en las próximas dos semanas, pedirán una medida cautelar de urgencia para que se paralice la resolución que consideran “injusta y antijurídica” y, en torno al 8 de marzo, día de la huelga feminista, pondrán en circulación un autobús “contra el feminismo radical y la ideología de género” con un mensaje “impactante”.

“La revocación de utilidad pública es un capítulo más en una serie de agresiones promovidas por el poder para acallar a los ciudadanos que no comulgan con sus dogmas. Estamos ante una persecución ideológica y política en toda regla. España es un país democrático donde no puede cuestionarse la libertad de expresión al estilo de los regímenes bolivarianos como el venezolano”, ha denunciado el presidente de HazteOir.org, Ignacio Arsuaga, este miércoles 6 de febrero en rueda de prensa.

Así se ha pronunciado después de que este martes el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, revocara la utilidad pública a la asociación, al considerar que “faltan al respeto” con campañas como la del autobús a “otras opciones distintas” a las defendidas por la entidad.

Por su parte, el presidente de la asociación ha defendido el mensaje de aquella campaña: ‘Los niños tienen pene;las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo. No permitas que manipulen a tus hijos en el colegio’;y ha indicado que es “lo que dicen los libros de biología”.

Por ello, ha adelantado que la asociación recurrirá en dos semanas a los tribunales y solicitará en el recurso que se adopte una medida cautelar con carácter de urgencia para que se paralice la aplicación de la resolución.

La revocación de utilidad pública afectará en la práctica a los socios de HazteOir.org que ya no podrán desgravarse por los donativos que hacen a la asociación, según ha explicado Arsuaga. No obstante, ha precisado que no les afecta en cuanto a subvenciones porque “jamás” han recibido una, sino que se financian “exclusivamente” con las cuotas de los socios y las aportaciones de los donantes;ni en lo que se refiere a la exención del IBI porque, según ha dicho, no tienen ningún inmueble en propiedad.

En respuesta a esta resolución, HazteOir.org también pondrá a circular por Madrid y otras ciudades españolas, en torno al 8 de marzo, un nuevo autobús “para denunciar el feminismo radical, el supremacismo feminista y la ideología de género”. Arsuaga no ha querido revelar el lema que aparecerá en el vehículo aunque ha asegurado que será “impactante”.

Este autobús forma parte de una campaña más amplia que vienen desarrollando desde hace unas semanas y que se prolongará hasta finales de mayo, cuando se celebran las elecciones europeas, municipales y autonómicas. El objetivo de la misma es convencer a Ciudadanos, PP y Vox, con los que dicen estar “en contacto”, para pedirles que deroguen “las leyes de género”, en concreto, “la ley de violencia de género” pues creen que “no consigue parar la violencia contra las mujeres” y “discrimina al hombre”.