El Papa anima a consultar con un “profesional” si un hijo es homosexual

En una entrevista de casi hora y media en el programa ‘Salvados’, el sumo pontífice respondió a todas las preguntas que le planteó Jordi Évole aunque eso le costara dejar alguna que otra frase para la polémica. A Francisco se le vio más cómodo cuando opinaba de asuntos ajenos a la Iglesia, como la memoria histórica o el drama de la inmigración

Un momento de la entrevista al Papa en el programa ‘Salvados’. (TWITTER)

El Papa Francisco pasó este domingo por el programa Salvados, de La Sexta. Casi hora y media de entrevista sometiéndose a las preguntas de Jordi Évole dan para mucho: prácticamente no dejaron un solo tema de actualidad sin tocar. El Papa habló de memoria histórica, inmigración, abusos en la Iglesia, el capitalismo, la homosexualidad, la trata de mujeres o el feminismo, entre otros asuntos. Se le vio más cómodo cuando opinaba de asuntos ajenos a la Iglesia, como la memoria histórica o el drama de la inmigración, pero no esquivó ninguna pregunta aunque eso le costara dejar alguna que otra frase polémica.

Sobre la homosexualidad, por ejemplo, el papa dijo al ser preguntado directamente por Évole que “en teoría” no es una “rareza” tener un hijo homosexual, pero animó a los padres que empiecen a “ver cosas raras” en sus hijos a que “consulten, por favor, y vayan a un profesional” porque “ahí se verá a qué se debe, y puede ser que no sea homosexual”. “Estoy hablando de un chico que se está desarrollando y los padres empiezan a ver cosas raras… Consulten, por favor, y vayan a un profesional, y ahí se verá a que se debe y puede ser que no sea homosexual, que se deba a otra cosa”, dijo exactamente

El Papa Francisco quiso matizar así las polémicas declaraciones que hizo el verano pasado cuando recomendó recurrir a la psiquiatría a los padres que detectaran conductas homosexuales en sus hijos. “Yo estaba explicando que nunca se echa de casa a una persona homosexual, pero hice una distinción que cuando la persona es muy joven y pequeña y empieza a mostrar síntomas raros, ahí conviene ir y yo dije psiquiatra, en ese momento te sale la palabra que te sale y encima en un idioma que no es el tuyo”, ha detallado el pontífice.

“De aquello salió que los medios dijeran ‘El papa manda a los homosexuales al psiquiatra’ y no vieron lo otro, y eso es mala entraña”, se quejó Francisco.

En su opinión, “para una familia es raro, se escandalizan algo que no comprenden, algo fuera de lo normal… No estoy haciendo juicios de valor, estoy haciendo un análisis fenomenológico… Al menos que se saquen la duda con un profesional, tienen derecho a hacerlo”. Y “una vez que la actitud homosexual está fijada, ese hombre o esa mujer homosexual tienen derecho a una familia, y ese papá y esa mamá tienen derecho a un hijo, venga como venga, y no se puede echar del hogar a ningún hijo o hija homosexual”, concluyó.

En otro asunto polémico, el Papa Francisco también admitió que se equivocó cuando afirmó que todo feminismo acaba siendo un machismo con faldas, una afirmación que pudo oírse durante una de sus intervenciones ante la Cumbre Antipederastia que se celebró el pasado mes de febrero en Roma.

Francisco se disculpó asegurando que esa fue una frase pronunciada en un momento de “mucha intensidad” y en clave positiva, después de escuchar el testimonio de una mujer que justo iba en la línea que a él le gustaba.

“La frase justa es: ‘Todo feminismo puede correr el riesgo de convertirse en un machismo con pollera (falda)’. La otra me equivoqué, fue una equivocación del momento, no porque lo piense así. Por eso, hay que discernir bien las actitudes”, puntualizó.

Por otro lado, ha calificado de “tremendo” la trata de mujeres con fines de explotación sexual y diferenció de quienes ejercen libremente la prostitución. “Una cosa es una mujer que quiere ejercer la prostitución porque le gusta o porque hace una opción libre para ganar dinero o para lo que sea, y otra cosa son las chicas esclavas, la esclavitud de las chicas es de terror”, precisó.

Por otro lado, el Papa aseguró que no es anticapitalista ni antisocialista y eludió pronunciarse personalmente sobre algunas figuras de la política internacional como Donald Trump o Nicolás Maduro, aunque ha revelado que se tomaría un café con ambos.

La migración y el ‘Open Arms’

Sí que advirtió sobre el uso del miedo al migrante como herramienta electoral por parte de los partidos políticos alegando que que es una historia que se repite y que las grandes dictaduras del siglo pasado empezaron por el miedo, aludiendo a un “muchachito” que se llamaba “Adolfito”, dictaduras que no descarta que puedan volver a repetirse.

Asimismo, admitió que la iglesia también ha jugado con el miedo a lo largo de la historia. “Tenemos una historia que a veces nos avergüenza”, subrayó.

Abundando en el asunto de la inmigración, Francisco criticó también que el Gobierno español mantenga retenido en el puerto de Barcelona al buque de rescate de migrantes de la ONG Pro Activa Open Arms, que opera en el Mediterráneo. “Me parece mal. Y el caso de Open Arms me parece una injusticia muy grande. ¿Para qué se hace? ¿Para que se ahoguen? Es simplista, pero si no los puedes rescatar ¿Y para qué vienen? Viven en una desesperación, unida a una ilusión tan grande, que se lanzan. No miden las consecuencias. Y nosotros no medimos el dolor de esa gente”, puntualizó el pontífice.

En esta misma línea, el Papa aseguró sentir “mucho dolor” por los migrantesfallecidos en el Mediterráneo, algo que “no entiende”. “No entiendo. No entiendo la insensibilidad”, dijo, al tiempo que advirtió de que Europa se ha vuelto “demasiado abuela” al tiempo que se enfrenta a un problema demográfico por la falta de nacimientos.

Por ello, defendió una “actitud fundamental”, la del “corazón abierto y ha recordado los cuatro pasos a seguir en este sentido: recibir, acompañar, promover e integrar”.

Francisco también criticó las concertinas de las vallas de Ceuta y Melilla mientras sostenía una de ellas en sus manos. “Demuestra hasta dónde es capaz de descender la humanidad de una persona”, dice para añadir que es tal la “inconsciencia” que parece que la sociedad se ha acostumbrado a estas prácticas.

Igualmente, Francisco se refirió al muro de Donald Trumo en términos muy críticos: “El que levanta un muro termina prisionero del muro que levantó”. “Y eso es ley universal. Y eso se da en el orden social y en el personal. Si vos levantas un muro entre personas, terminas prisionero de ese muro que levantaste. Sí, defiendo mi autonomía, sí; pero te quedas solo como un hongo”, recalcó.

También afirmó también que el “capitalismo salvaje” es responsable de estas situaciones, aunque precisó que una economía social de mercado, si es social, puede andar. “Lo que no anda es el mundo de las finanzas. También esto crea las guerras, por la posesión de la riqueza, ¿no es cierto?, sean internacionales o nacionales. Sostengo que estamos ya en una tercera guerra mundial, a pedacitos”, insistió.

Y como no eludió ninguna cuestión que le planteaba Évole, el Papa opinó hasta de la venta de armas de España a Arabia Saudí. “No tienen derecho a hablar de la paz. ¿Están fomentando la guerra en otro país y después quieren la paz en el propio? La teoría del bumerán. La vida se las cobra, por uno u otro camino. Si vos armas la guerra allá, la vas a tener en tu casa, quieras o no quieras”, añade.

Acerca de la memoria histórica, el papa Francisco dijo que no ha participado en las comunicaciones entre el Gobierno y la Santa Sede sobre la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, una decisión sobre la que el pontífice dice no tener opinión.

Tampoco dio más detalle sobre las comunicaciones que mantuvieron el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y el Gobierno español: “Hubo algo pero yo no me metí en eso”, contestó. Lo que sí defendió es “el derecho a la verdad sobre lo que pasa, el derecho a una sepultura digna, a encontrar los cadáveres”, un derecho que es de la familia y de la sociedad porque “una sociedad no puede sonreír al futuro teniendo sus muertos escondidos”.

Asuntos de la Iglesia

Menos suelto se le vio al hablar de asuntos que atañen directamente a la Iglesia.  Sobre la discriminación de la mujer, el Papa reconoció que escucharla y darle funciones no basta y admitió que lo que no se ha logrado todavía es “caer en la cuenta que la figura de la mujer va más allá de la funcionalidad”. “La Iglesia no puede ser Iglesia sin la mujer, porque la Iglesia es mujer, es femenina. Es La Iglesia, no El Iglesia. Una dimensión que no tenga feminidad en la Iglesia hace que la Iglesia no sea Iglesia”, apuntó

El Papa también habla sobre el aborto al ser preguntado por si entendería que una víctima de trata embarazada tras una violación quisiera abortar. “Yo la entendería a ella en su desesperación, pero también sé que no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema. “¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es lícito alquilar a alguien para que la elimine?”, recalcó.

Al ser cuestionado por los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, dijo el Papa que “una época hay que interpretarla con la hermenéutica de esa época”. “No puedo interpretar la conquista de América con una hermenéutica de hoy, me tengo que ir a la de la época”. Sobre este asunto “pasa lo mismo”, y hasta que “explotó” el escándalo de Boston, “la hermenéutica era la de que conviene tapar, evitar males futuros…”

Y “al tapar, se propaga, una vez que entra la cultura del destape, las cosas no se propagan”, ha proseguido el papa, quien ha animado a denunciar los casos que se produzcan.

Francisco ha dicho entender a las víctimas insatisfechas con los resultados de la cumbre de los presidentes de las conferencias episcopales en el Vaticano que finalizó en febrero.

“Yo les entiendo porque uno busca a veces resultados que sean hechos concretos en el momento. Por ejemplo, si yo hubiera ahorcado 100 curas abusadores en la Plaza de San Pedro es un hecho concreto, hubiera ocupado espacio. Y mi interés no es ocupar espacio, es iniciar procesos sanadores”, detalló.

Precisamente, “las cosas concretas” de la cumbre “fue iniciar procesos, y eso lleva su tiempo”, pero es la única manera “para que sea irreversible la cura”.

Al igual que “mercaderes”, el papa ha reconocido que en el Vaticano “hay chismorreo”, y “esto es lo peor que puede haber” porque “denigra a una persona”.

Sobre el Vaticano, el Papa admitió que no se salva de los límites y de los pecados y las vergüenzas de otras sociedades. “Acá somos hombres y tenemos los mismos límites y caemos a veces en las mismas cosas. Hay que ir limpiando. El trabajo es ir limpiando, limpiando, limpiando”, asegura tras admitir que en la Santa Sede también hay mercaderes como los que Jesús echó del templo por “hipócritas”.

“Esto es muy lento y sí, en el Vaticano hay problemas”, dijo a guisa de conclusión.

Asimismo, Francisco se mostró partidario de que “los hombres de Iglesia son ciudadanos y tienen que cumplir con todos sus derechos de ciudadanos” y por ello cree que la institución debe pagar por todos aquellos bienes que no estén dedicados al culto.