El presidente saliente de Portugal veta la ley de adopción para homosexuales

Cavaco Silva también devuelve al Parlamento la reforma de la ley del aborto

El presidente saliente de Portugal, Anibal Cavaco Silva, este domingo tras votar en Lisboa

El presidente saliente de Portugal, Anibal Cavaco Silva, este domingo tras votar en Lisboa. PATRICIA DE MELO MOREIRA AFP

Aníbal Cavaco Silva se despide de la Presidencia de Portugal el próximo 9 de marzo después de 10 años de mandato, pero antes ha decidido vetar dos leyes salidas del nuevo Parlamento de izquierdas: el derecho a la adopción de las parejas gais y la reforma a la ley del aborto.

Estas dos leyes fueron las primeras aprobadas por la nueva mayoría de izquierdas del Parlamento portugués, formado tras las elecciones de octubre. La que permite la adopción por parte de parejas gais había sido rechazada en varias ocasiones por la mayoría conservadora antes de que la unión de Partido Socialista, Partido Comunista y Bloco de Esquerda para rechazar al Gobierno de Passos Coelho permitiera su aprobación en el Parlamento. En el caso de la ley del aborto, los partidos de izquierda revertieron una reforma a la normativa que introducjo la obligatoriedad de la consulta psicológica y el pago de una tasa de 7,75 euros para la interrupción del embarazo, antes gratuita.

El veto del Cavaco Silva solo significa, en realidad, un retraso en la aplicación de esas leyes. Los textos volverán a la Cámara que, como ha sucedido en otras ocasiones, la aprobará sin modificación alguna, demostrando el choque de trenes entre una institución y otra, que ha sido la rutina del último año de mandato de Cavaco Silva. “Se trata”, ha declarado la dirigente del Bloco Catarina Martins,”de un acto de pura mezquindad política”.

Un millón de italianos se manifiesta a favor del matrimonio homosexual

Dos manifestantes se besan en Roma sujetando dos relojes para simbolizar que Italia está atrasada respecto a otros países

Dos manifestantes se besan en Roma sujetando dos relojes para simbolizar que Italia está atrasada respecto a otros países. AFP

“Despiértate Italia”. Ése era el eslogan de las movilizaciones convocadas para este sábado por la asociación Arcigay, y otras organizaciones lésbicas y homosexuales italianas para reclamar que las parejas del mismo sexo tenga iguales derechos que las heterosexuales. Y sin duda, Italia se ha despertado. Decenas de miles de personas salieron este sábado a la calle en noventa y ocho ciudades del país para decir “basta” en un país profundamente conservador. Como nunca antes había ocurrido.

El secretario de Arcigay, Gabriele Piazzoni, calculó que en total “un millón de personas” se manifestaron en toda Italia, y calificó la jornada de “histórica”. “Espero que el Parlamento nos escuche”, añadió, en referencia a la ley sobre uniones civiles que el Senado italiano empezará a discutir el próximo 29 de enero.

En Roma la protesta tuvo lugar en la plaza del Panteón, y muchos manifestantes acudieron a la concentración con despertadores y relojes para simbolizar queItalia está fuera de hora, y completamente atrasada respecto a otros países europeos. “¡Es hora de despertarse!”, gritaban algunos.

Entre los asistentes, se encontraba la senadora Monica Cirinnà, impulsora de la ley y perteneciente al Partido Democrático, la formación del primer ministro italiano. Cirinnà se mostró optimista de que la ley será aprobada y replicó al Papa Francisco, que esta semana afirmó que no hay que confundir la familia querida por Dios con otro tipo de uniones. “Es admirable la revolución social que el Papa está haciendo. Él debe mantener la unidad de la Iglesia, pero nuestra Constitución es la de un país laico”, declaró la senadora.

En Milán la manifestación tuvo lugar en la plaza Scala, y se interpretó el Himno a la alegría, de Beethoven. Asimismo, hubo concentraciones en Florencia, Turín, Nápoles, Palermo, Bari, Génova, Venecia, y tantísimas localidades más.

Los puntos polémicos de la ley

El artículo principal de la ley sobre uniones civiles que se discutirá en el Senado establece que dos personas del mismo sexo pueden constituir una pareja de hecho reconocida por el Estado, ante la presencia de dos testigos. Uno de los puntos de la ley que continúa siendo polémico es el artículo 5, que hace referencia a la adopción. La ley establece que las parejas del mismo sexo sólo podrán adoptar un hijo o una hija cuyo padre o madre ya sea uno de los dos componentes de la pareja.

La discusión de la ley no se prevé fácil, por las resistencias del Nuevo Centro Derecha -aliado del Partido Democrático en el gobierno-, y del ala católica de la propia formación del primer ministro italiano, que tampoco ve con buenos ojos la nueva ley. Por su parte, Forza Italia, de Silvio Berlusconi, tiene previsto votar en contra.

El próximo sábado las asociaciones conservadores también han convocado movilizaciones en toda Italia, pero para todo lo contrario: evitar la aprobación de la nueva legislación, que consideran una aberración.

Cárcel a los gays que ‘salgan del armario’ en Rusia

Una pareja gay se abraza en su casa de San Petersburgo

Una pareja gay se abraza en su casa de San Petersburgo. MADS NISSEN | Contacto

Si un ruso duerme con una persona del mismo sexo, es mejor que mantenga la boca cerrada en el trabajo. Y si intenta hacer bandera política de lo que en realidad es un ‘defecto’, saliendo a la calle a manifestarse, la multa está casi asegurada. Se puede ser gay o lesbiana, pero no reivindicarlo en el espacio público. En Rusia, la homosexualidad está condenada, sobre todo como movimiento social. Ni la literatura, ni la prensa ni la política pueden enarbolar la bandera gay. Pero ahora, la ‘cacería’ puede pasar al nivel individual.

La oposición parlamentaria no es precisamente una ayuda. El Partido Comunista Ruso ha propuesto que ‘salir del armario’ sea castigado por la ley. Dos diputados del partido rojo, Ivan Nikitchuk y Nikolai Arefeyev, quieren multar con 58 euros a quien exprese comportamientos ajenos “a las relaciones sexuales tradicionales”. El arresto para quien se declare gay estando cerca de centros educativos o culturales sería de hasta 15 días de duración. La propuesta se debatirá la semana que viene en la Duma [cámara baja del Parlamento ruso], y pretende prohibir los besos entre parejas gays y hasta confesar públicamente la homosexualidad. El comunista Nikitchuk ve a los gays como gente “enferma y loca” y espera que su ley pare lo que considera “una estrategia de Occidente para invadir las mentes rusas, corromper a la juventud y debilitar nuestra tasa de fertilidad”, según ha dicho al portal de noticias Meduza.

Desde el Kremlin, preguntados por el asunto, ha evitado pronunciarse aduciendo que no conocían la propuesta. Rusia Unida, el partido que respalda al presidente Vladimir Putin, sí apoyó la actual legislación. Sobre la vuelta de tuerca que proponen los comunistas ha hablado un líder del partido gubernamental, Dimitri Vyatkin, para calificarla como “superflua”.

Una encuesta del Centro Levada revela que el 37% de los rusos ven la homosexualidad como una desviación. Un 18% cree que deberían ser procesados.Irina Fedotova, una conocida activista gay rusa, se marchó a Luxemburgo este verano después de haber recibido una paliza: “He luchado lo que he podido. Y cuando no he podido más, me he ido”.

Según denuncia un informe de Human Rights Watch (HRW), la ley contra la propaganda gay instaurada en Rusia en 2013 ha disparado los episodios deviolencia contra los homosexuales. No hay una contabilidad general de agresiones, puesto que sólo existen asociaciones en unas pocas ciudades grandes. Pero el centenar de entrevistas en 16 municipios que llevó a cabo HRW apunta a un deterioro de la situación. Lo mismo han contado todos los gays y lesbianas contactados por EL MUNDO para este reportaje: “Vamos a peor, porque la ley ha dado luz verde a los ataques a los gays”, se queja Ilya, un homosexual de 26 años que vive en San Petersburgo. “Antes esta ciudad era la más tolerante, ahora no se puede caminar de la mano por la calle”, añade.

Acoso y derribo a profesores

La ‘postura oficial’ está clara: ser gay o lesbiana no es estar sano, y su modo de vida -e incluso ellos mismos- pueden ser un problema para los niños, por eso no pueden reivindicarse en público en virtud de una ley que imposibilita el activismo gay. En la calle y en los despachos la gente mete a gays y pedófilos en el mismo saco con mucha frecuencia: como si fuesen bombas de relojería que nadie quiere tener circulando por ahí. Hay temor al castigo estatal y todavía más al odio ciudadano. “Lo que más me asusta es que la mayoría de la gente no conoce a un solo gay o lesbiana pero repiten lo que dice la Iglesia y el Gobierno”, se ha quejado María Morozova, una joven profesora rusa. Su gremio está especialmente amenazado por una legión de activistas que se dedican a cazarlos y destrozarles la vida.

Pocas historias definen mejor el hostigamiento que sufren los gays como la de Olga Bajaeva. Tiene 24 años y vive en Magnitogorsk, una ciudad industrial de los Urales. Logró un trabajo dando clase en una escuela emparedada entre industrias metalúrgicas, esas catedrales de hierro que fueron la punta de lanza de los planes quinquenales de Stalin. Allí queda muy lejos el debate y la agitación de la nueva clase media urbana que despierta en Moscú, pero las redes sociales le pusieron delante de sus narices una historia que la hizo dar un salto de indignación. EnvKontakte (una red social tan importante en el país como Facebook) leyó la noticia de un profesor perseguido por ser gay. “Dejé un comentario diciendo queyo soy lesbiana y también trabajo en un centro educativo“. En mal momento se le ocurrió hacer tal cosa: “En un par de horas me llegó un mensaje de un tal Valkiria Repina que me conminaba a dimitir“.

Valkiria Repina gestiona, bajo seudónimo, un grupo llamado Padres de Rusia, a través del cual distribuyó la identidad de Olga, fotos suyas y algunos detalles‘desagradables’ sobre su vida. Olga, consciente de lo que se estaba desatando contra ella, decidió guardar silencio. Pero pronto a su bandeja de entrada llegó otro mensaje: “¿Por qué no contestas? Dinos qué has decidido. Si dejas el trabajo no distribuiremos esta información“. No contestó. Y la historia pasó a los medios de comunicación, recibió la llamada de un reportero, la prensa local relanzó la historia, y también el canal de televisión de la ciudad.

“Desde San Petersburgo alguien llamó al Departamento de Educación para informar de que había una lesbiana trabajando entre ellos, preguntando por qué no me habían despedido”, recuerda Olga. La directora del centro al principio la apoyó, y finalmente le dijo que si quería seguir trabajando ahí bastaba con no colgar contenido LGBT en su muro, cosa que ella jamás había hecho: “Me dijo que si seguía colgando cosas sobre política y criticando al Kremlin tendría que cambiar de profesión”. Se negó a irse. La pusieron a limpiar la escuela, pero la humillación no acabó ahí. Un padre, cuyo hijo en realidad estudiaba en otro colegio de la ciudad, la denunció porque el niño había visitado su página y había empezado a hacer preguntas sobre el matrimonio gay. La citaron delante de todos los profesores: “Olga Bajaeva actuó de manera imprudente”, clamó la directora dando comienzo a una especie de auto de fe al mas puro estilo soviético. Todos los profesores callaron. Olga dimitió aquel día.

El caso de Olga se repitió en San Petersburgo: otra profesora, Anastasia, recibió los mismos mensajes extorsionadores (con fotos sacadas de su Facebook en las que sale abrazando a su novia) por otro grupo de activistas anti-gay, que se jactan de haber desenmascarado a 30 profesores por todo el país. Hoy es una activista gay con ganas de “zarandear el sistema y dar esperanza”. Cada día, dice Anastasia, recibe mensajes de gays que han perdido su trabajo por culpa de su condición sexual.

‘Cacerías’ de gays

Nikita prefiere no dar su nombre real: “En cuanto a los temores cotidianos lo que me aterra es conocer a alguien por internet y que cuando llegue haya una banda preparada para lincharme“, concluye. Su temor está bien fundamentado porque existe un grupo llamado Occupy Pedophilia que se dedica a cazar y pegar a homosexuales. Son safaris a la caza del “maricón”, que quedan documentados en vídeo para escarnio público en las redes sociales.

La moda de cazar gays y sacarlos en la web ha sido imitada en algunas ciudades rusas. HRW analizó en 2014 hasta 78 ataques a gays, y ha notado que ha cambiado la dinámica: ya no se ataca tanto a homosexuales que se significan. Ahora el objetivo son los que intentan pasar inadvertidos.

Algunos políticos de Rusia retratan a los gays como personas “peligrosas” y para muchos rusos se trata de “enfermos” nocivos para los niños. Así lo ve Vitaly Milonov, un conocido político ultraconservador de San Petersburgo convertido enlátigo de los gays, las lesbianas, los transexuales y otro tipo de “desviados” que, según ha sugerido, “violan a niños”. Es famoso por organizar redadas en locales de alterne, pero niega que haya opresión alguna: “Por amor de Dios, no consigo cerrar ni un solo club de maricones, y están por todas partes”.

FAMILIA HOMOSEXUAL Historia de una niña con dos papás

El matrimonio formado por Luis y Denis con su hija Ornella, de gestación subrogada

El matrimonio formado por Luis y Denis con su hija Ornella, de gestación subrogada. / JESSICA SCHEBLY

Luis y Denis son pareja desde hace más de 20 años y matrimonio desde hace tres. Son los padres de Ornella y los autores de Papá, papi y yo, el primer cuento en español sobre la historia de una niña nacida por gestación subrogada. “Creemos que el cuento es una historia de amor con final feliz, de personas que ayudan a otras personas que por alguna razón no pueden concebir. Se trata de una herramienta pedagógica y la mejor forma que encontramos de contribuir al desarrollo ético y moral de la sociedad”, dice Luis Moya. “Es un cuento que explica de forma clara a los niños y a los adultos qué es la gestación subrogada”, señala.

Luis y Denis esperan que su iniciativa ayude a normalizar a las familias como la suya y a muchas otras que no se ajutan al patrón tradicional de padre, madre e hijos. En España, la gestación subrogada (que una mujer geste el bebé y luego renuncie a su relación de maternidad) está prohibida y todavía hay críticas como la reciente del obispo de Córdoba, que opina que las técnicas de reproducción asistida son un “aquelarre químico de laboratorio”. “A nosotros no nos gustan las expresiones vientre de alquiler o madre biológica. Aquí no se alquila ningún vientre. Es una expresión ofensiva. Las mujeres que deciden gestar los hijos de otras personas lo hacen fundamentalmente motivadas por amor, para ayudar a otras personas a realizar su sueño de ser padres. Son niños fruto del amor, del de sus padres y del de la mujer gestante. Además, Ornella no tiene madre biológica. Tiene dos papás. Hay una gestante que la cuidó durante el embarazo y una donante que aportó su carga genética, como en muchos otros casos de reproducción asistida” afirma Denis Zamaro.

Una hermana para Ornella

Luis es profesor de Psicología en la Universitat de València; Denis profesor de italiano en la Escuela Oficial de Idiomas de Quart de Poblet (Valencia). Su hija nació en Estados Unidos gracias a la colaboración de Melissa, una funcionaria que vive en Springfield, a unas tres horas de Chicago, la misma mujer que ahora está embarazada de su segunda hija, Oriana, que nacerá a principios de marzo. “Tenemos un contacto permanente con Melissa por WhatsApp y Ornella la conoce gracias a Skype. Además, podrán conocerse personalmente cuando vayamos a Estados Unidos para asistir al parto de su hermana”, dice Luis. “Melissa es parte de nuestra vida y una persona muy importante a la que amamos y a la que estamos muy agradecidos. A ella y a su marido, que la ha apoyado siempre”, resalta.

La gestación subrogada está perfectamente regulada en Estados Unidos desde hace más de 30 años. Allí la ley exige que la gestante tenga al menos un hijo propio, que goce de buena salud y tenga hábitos saludables. Además, requiere que disfrute de unas condiciones socioeconómicas estables para evitar que lo hagan por necesidad económica, aunque suelen recibir una compensación de entre 20.000 y 25.000 euros, según agencias. Melissa, por ejemplo, que es funcionaria, vive en una casa de 180 metros cuadrados y tiene un nivel de vida medio alto.

Aunque es más caro, Denis y Luis eligieron tener a su hija en Estados Unidos por las garantías legales y sanitarias que ofrece. En la actualidad la gestación por sustitución está regulada también en el Reino Unido, Grecia, México, Rusia, Ucrania, Georgia y Kazajistán, pero excepto en el Reino Unido en todos los países está vetado a parejas homosexuales y solo en Estados Unidos se reconoce la filiación de los padres mediante sentencia judicial. Melissa, la persona gestante, no tiene ninguna vinculación legal con Ornella, la hija de Luis y Denis.

Luis reconoce que la gestación subrogada es un proceso caro y muy complejo. “Los gastos son muchos. Nosotros hemos invertido todo lo que tenemos, pero nada nos puede aportar mayor felicidad. Además, es todo muy complicado por los trámites burocráticos, médicos y legales. La distancia con la gestante lo hace todo aún más estresante”.

En España no hay registros oficiales, pero la Asociación de Familias por Gestación subrogada calcula que cada año nacen unos mil menores españoles con esta técnica en el extranjero, lo que supone una discriminación para las familias que no se lo pueden permitir económicamente. Por ello, la Asociación por la Gestación Subrogada en España, entre otras asociaciones, intenta poner en marcha una iniciativa legislativa popular que reúna el medio millón de firmas necesarias para que el Congreso de los Diputados debata este tema y regule una realidad que ya ha superado a la ley. De hecho, aunque la práctica sea ilegal en España, ya hay sentencias que obligan a registrar a los niños como hijos de dos padres, sin que en su documentación tenga que constar una madre.

Denis y Luis viajarán nuevamente en marzo a Chicago, con Ornella, para ver nacer a su segunda hija Oriana, pero esperan que pronto haya en España una ley que elimine, para otros padres, los obstáculos que han tenido que superar ellos. De momento, gracias a ellos, otros padres ya pueden encontrar en las librerías un cuento donde ver reflejada su familia.

Con textos sencillos, pero con un lenguaje muy didáctico, Papá, papi y yo, de Ediciones Bostezo, cuenta con las ilustraciones de Mercedes Balaguer. Por ahora solo se encuentra en castellano, pero sus autores ya se plantean la traducción a otros idiomas dada la gran acogida que ha tenido hasta el momento.

Eslovenia rechaza en referéndum el matrimonio homosexual

Activistas por el matrimonio igualitario este domingo en Liubliana

Activistas por el matrimonio igualitario este domingo en Liubliana. / DARKO BANDIC (AP)

Los eslovenos han rechazado este domingo en referéndum los matrimonios entre personas del mismo sexo. Con un 63,36% de los votos ha ganado el no a la ley que concede igualdad de derechos a las parejas del mismo sexo, incluídos el matrimonio y la adopción. La norma, que llevaba bloqueada desde su aprobación en marzo, ya no entrará en vigor. En el referéndum participaron un 35,5% del electorado.

El pequeño país balcánico, de dos millones de habitantes, se había convertido en en el primer país de Europa del Este y del antiguo bloque comunista en aprobar las bodas y la adopción para las parejas del mismo sexo. Pero ha ganado el no al matrimonio igualitario y la campaña de las organizaciones ultraconservadoras y católicas que desde el principio se opusieron a la norma. Encabezadas por la coalición de entidades Za Otroke gre! [¡Por los niños!], que han contado con el apoyo del Partido Democrático de Eslovenia (centroderecha), en la oposición y de la iglesia católica, han logrado bloquear la normativa definitivamente.

“El resultado es claro”, ha declarado Ljudmila Novak, del partido conservador Nova Slovenija. “Eso nos permite proteger los derechos de los niños. Estamos de acuerdo en definir los derechos de los homosexuales siempre que se preserve la familia como el entorno esencial de los niños”, ha dicho tras conocer el resultado del referéndum, informa France Presse.

“Ha triunfado un miedo que se ha creado artificialmente”, lamentó por su parte la alta representante en el Ministerio de Familia, Trabajo y Asuntos Sociales, Martina Vuk. “El resultado es una muestra de que los derechos humanos no valen todavía para todos en Eslovenia”, ha apostillado. La ley marca en Eslovenia que el Parlamento debe esperar al menos un año para aprobar una nueva legislación sobre el matrimonio igualitario.

En 2012, los eslovenos ya rechazaron en referéndum los matrimonios gais. En la Unión Europea, el matrimonio igualitario está permitido o en fase de aprobación en 13 países, en todos mediante la vía parlamentaria excepto en Irlanda que la adoptó mediante un referéndum.

El rechazo al matrimonio homosexual gana el referéndum en Eslovenia

El rechazo al matrimonio de personas del mismo sexo, promovido por asociaciones conservadoras y católicas, ganó el referéndum en Eslovenia, lo que supone anular la ley que el pasado marzo daba igualdad de derechos a parejas homosexuales y heterosexuales.

El rechazo al matrimonio homosexual gana el referéndum en Eslovenia

El rechazo al matrimonio de personas del mismo sexo, promovido por asociaciones conservadoras y católicas, ganó el referéndum en Eslovenia, lo que supone anular la ley que el pasado marzo daba igualdad de derechos a parejas homosexuales y heterosexuales.

Los partidarios del «no» al matrimonio homosexual se impusieron ayer en el referéndum celebrado en Eslovenia sobre la anulación de la ley que en marzo concedió ese derecho a las parejas del mismo sexo.

La Comisión electoral informó de que, con el 9% de los votos escrutados, el «no» ha recibido el 63,02 % de los apoyos frente al 36,98 % del «sí», un dato que, unido al de la participación, supone la anulación de la ley. Además de una mayoría de votos, para anular la ley era preciso que votaran contra ella al menos un 20 % de los aproximadamente 1.700.000 eslovenos con derecho a voto, es decir unas 340.000 personas.

Aunque la participación en la consulta fue baja, apenas el 35 % de los electores, el número total de votos opuestos al matrimonio homosexual ha superado ese mínimo. La pregunta a la que respondían los eslovenos era: «¿Está usted a favor de que entre en vigor la ley sobre enmiendas y complementos de la ley del matrimonio y familia que el Parlamento aprobó el 3 de marzo de 2015?». La ley igualaba completamente los de rechos de las parejas homo sexuales con los de las heterosexuales, incluyendo la adopción y el matrimonio.

Tras aprobarse la norma, asociaciones conservadoras y católicas reunieron en un tiempo récor d las 40.000 firmas necesarias para convocar una consulta, posibilidad que rechazó el Parlamento argumentando que ese referendo sería homófobo y podría llevar a la discriminación por cuestiones orientación sexual. Posteriormente, el Tribunal Constitucional anuló esa resolución del Parlamento y abrió la puerta a la celebración de la consulta.

La reforma convirtió a Eslovenia en el primer país de Europa del Este en igualar los derechos de homosexuales y heterosexuales. Ahora se convertirá en uno de los primeros países que aprueba una ley de igualdad de derechos para luego revocarla.

Los opositores al matrimonio homosexual están apoyados por la Iglesia católica croata y por el papa Francisco e insisten en que solo buscan «la protección de la familia».

 

MAYORÍA SOCIAL


Estudios sociológicos indican que la mayoría de los eslovenos aprueban el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero se preveía que hubiera más participación entre quienes se oponen.

El ‘no’ al matrimonio homosexual gana en el referéndum celebrado en Eslovenia

El resultado supondrá la anulación de la ley aprobada en marzo por el Parlamento y que concedía a las parejas homosexuales los mismos derechos que a las heterosexuales, incluido el matrimonio y la adopción de niños.

Una mujer vota en un colegio electoral en un referéndum sobre el derecho a casarse y adoptar niños de parejas del mismo sexo, en Sora, Eslovenia

Una mujer vota en un colegio electoral en un referéndum sobre el derecho a casarse y adoptar niños de parejas del mismo sexo, en Sora, Eslovenia. REUTERS/Srdjan Zivulovic

ZAGREB.- Los eslovenos han rechazado este domingo en referéndum la ley aprobada el pasado marzo por el Parlamento y que concedía a las parejas homosexuales los mismos derechos que a las heterosexuales, incluido el matrimonio y la adopción de niños.

Un 63,36 por ciento de quienes han acudido a votar han rechazado esa norma, frente al 36,64 que le ha dado su apoyo, en una consulta en la que la participación ha sido del 36 por ciento del censo.

Además de una mayoría de votos, para anular la ley era preciso que votaran contra ella al menos un 20 por ciento de los aproximadamente 1.700.000 eslovenos con derecho a voto, es decir unas 340.000 personas.

Finalmente, las aproximadamente 390.000 personas que se han opuesto a la igualdad de derechos han bastado para anular la norma.

“¿Está usted a favor de que entre en vigor la ley sobre enmiendas y complementos de la ley del matrimonio y familia que el Parlamento aprobó el 3 de marzo de 2015?” era el texto de la consulta, convocada por una plataforma católica movilizada bajo el nombre “Se trata de los niños”.

“El resultado es un triunfo para todos nuestros niños”, comentó Ales Primc, uno de los representantes de esa iniciativa.

“La gente no quiere permitir que sean derribados los valores que para la mayoría son sagrados, como la familia, la paternidad y la maternidad”, alegó por su parte France Cukjati, del principal partido de la oposición, el conservador SDS.

Martina Vuk, ministra del Trabajo, del centrista y gubernamental SMC, opinó que “ha triunfado un gran miedo creado artificialmente” y lamentó que el resultado “muestra quelos derechos humanos en Eslovenia no valen todavía para todos“.

Desde Izquierda Unida, una formación también opositora pero que impulsó la reforma legal, se aseguró que se seguirá insistiendo en la equiparación de derechos y que una ley en este sentido entrará en vigor antes o después.

Una familia vota en un colegio electoral en un referéndum sobre el derecho a casarse y adoptar niños de parejas del mismo sexo, en Sora, Eslovenia 20 de diciembre de 2015

Una familia vota en un colegio electoral en un referéndum sobre el derecho a casarse y adoptar niños de parejas del mismo sexo, en Sora, Eslovenia 20 de diciembre de 2015. REUTERS/Srdjan Zivulovic

La norma fue aprobada en marzo gracias a la mayoría de centro-izquierda que gobierna el país y se encontró inmediatamente con la oposición de los sectores conservadores y católicos del país.

Esos grupos reunieron en un tiempo récord las 40.000 firmas necesarias para convocar una consulta, una posibilidad que rechazó el Parlamento argumentando que ese referendo sería homófobo y podría llevar a la discriminación por cuestiones orientación sexual.

El pasado octubre, el Tribunal Constitucional anuló esa resolución del Parlamento y abrió la puerta a la celebración de la consulta.

Según la ley eslovena, el Parlamento tendrá que esperar al menos un año para aprobar una nueva legislación en la materia, por lo que mientras tanto seguirá en vigor la actual norma en materia de familia, adoptada hace 35 años.

Aunque los estudios sociológicos indican que la mayoría de los eslovenos aprueban el matrimonio homosexual, los sondeos habían previsto ya que hubiera más participación entre quienes se oponen.

La ley de marzo convirtió a Eslovenia en el primer país de Europa del Este y el primero del antiguo bloque comunista en igualar los derechos de homosexuales y heterosexuales.

Con esta anulación, el país es ahora uno de los primeros en aprobar una ley de igualdad de derechos de los homosexuales para luego revocarla. No es la primera vez que una consulta popular contradice una ley de equiparación de derechos.

En 2012, un referendo parecido echó por tierra la Ley de la Familia, que permitía el registro de las parejas del mismo sexo para poder tener derechos en cuanto a la herencia y otras cuestiones administrativas y abría la posibilidad a los homosexuales de adoptara al hijo de su pareja.

Gays en Irán: cirugía o muerte

Veda, a la dcha, con hiyab y gafas de sol para no ser reconocida, junto a su amigo Samin, en lista de espera para la cirugía de reasignación de sexo.

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Se sienta delicadamente, cruza las piernas y apoya las dos manos sobre una rodilla. Su mirada es escurridiza. Su voz, casi inaudible, parece haber quedado atrapada en algún punto de la garganta, por miedo a salir y ser descubierta. Se llama Veda. Antes, Ali.

Tiene la barbilla afilada, una nuez prominente y los labios pintados. Su mayor miedo es que su hermano le mate una noche mientras duerme. “Es duro para mi familia tener un hijo con apariencia de chica”, se excusa. Veda empezó a maquillarse y a pintarse las uñas siendo todavía un niño. Cuando alcanzó la adolescencia y sus maneras afeminadas se acentuaron, su familia empezó a humillarlo y a maltratarlo violentamente. “Me gustaría ir por la calle vestido de chica, pero temo que me insulten. Una vez la policía me arrestó por escándalo público por ir vestido con ropa ajustada. En comisaría los agentes me propusieron sexo. Lloré tanto que al final me dejaron marchar”.

Rechazo social

Su caso no es aislado. En el Irán de los ayatolás, ser homosexual o travestido es un crimen. Las familias les rechazan, la sociedad les repudia y la justicia les condena. “Yo no soy homosexual, soy transexual, quiero cambiarme el sexo, no me gusta mi cuerpo, siento vergüenza al desnudarme ante un hombre porque me siento mujer”, se defiende, insistente.

Y la diferencia en la República Islámica no es menor. Mientras que la homosexualidad es delito y la sodomía está penada con la muerte, a los transexuales se les considera seres defectuosos al nacer que deben recibir tratamiento para corregir su perturbación. Ello, por el edicto religioso que, en 1980, emitió el ayatolá Jomeini legalizando las operaciones de cambio de sexo. Una excepción en el mundo islámico.

Pero lo que puede parecer un derecho avanzado en el ultraconservador Irán es, en realidad, la salida desesperada a la que se ven empujados muchos hombres y mujeres gays o con conflictos de identidad sexual que no pueden soportar la presión social y acoso policial a los que son sometidos continuamente.

La única pareja que ha tenido Veda a sus 18 años, un hombre, le dijo que sólo si se operaba se casaría con él. “Siempre he tenido la esperanza de que alguien me acepte tal como soy, pero en este país para la gente como yo sólo hay dos opciones: cirugía o muerte. Pienso muchas veces en suicidarme porque sé que nadie me querrá jamás con mi aspecto actual”.

Junto a Veda, Samin escucha taciturno el relato de su amigo, que bien podría ser el suyo propio. Ha empezado un tratamiento hormonal para aumentar el tamaño de sus senos y desde hace meses está en lista de espera para cambiarse el sexo. La determinación de operarse, igual que en el caso de Veda, emana de la convicción de estar en el lugar equivocado con el cuerpo equivocado. “Los homosexuales también tienen derecho a la vida. Tengo amigos gays. Ellos no lo han elegido. Son seres humanos y merecen respeto. En mi caso, estoy seguro de que quiero operarme porque vivir en este cuerpo es una tortura”.

Cirugía con la aprobación de la familia

Un día la policía le detuvo en la calle. Iba vestido con ropa de mujer, maquillado, con el pelo largo. “Me metieron en una furgoneta y me dijeron que dónde iba así vestido. ¡Esto es Irán, no estamos en Europa!, me gritaron. Lloré mucho. Me defendí explicando que era transexual y me dijeron que no sabían qué era eso. Acto seguido empezaron a raparme el pelo. En aquel momento sentí que mi vida había terminado”.

Desde su clínica en el acomodado barrio de Mirdamad, al norte de Teherán, el doctor Bahram Mir Jalali, de 75 años, atiende cada martes y jueves a jóvenes llegados de todo Irán decididos a operarse. Formado en París, este veterano cirujano ha realizado más de 2.000 operaciones de cambio de sexo en 20 años. Todos sus pacientes deben visitar a un sexólogo y a un psicólogo que certifiquen su perturbación. Las familias también tienen que dar su aprobación y, finalmente, un juez, que suele ser un mulá, por ser experto en jurisprudencia islámica, debe certificar la indicación de reasignar a ese paciente un nuevo sexo que corrija su “desviación”.

La consulta de Mir Jalali recibe también pacientes del extranjero llegados de EEUU, este de Europa y países árabes. Su reputación es conocida fuera de las fronteras persas. “En Irán, los homosexuales son ilegales de acuerdo con la ley islámica que rige el país. Esto no debería ser así, porque muchos gays buscan en la cirugía una solución a su falta de derechos. Además, hay mucha confusión en la sociedad sobre la diferencia entre homosexualidad y transexualidad. En la Universidad de Medicina no podemos hablar abiertamente sobre sexualidad. Muchos profesores hemos pedido a las autoridades políticas que los medios informativos aclaren la diferencia entre los dos conceptos, pero no es posible, la homosexualidad es tabú”, explica Mir Jalali a EL MUNDO.

Confusión entre gays y transexuales

¿Cómo distingue entonces a los pacientes gays de los verdaderos transexuales? “Cuando un joven viene a la consulta le explico que la operación es muy peligrosa, de alto riesgo. Que después de operarse su vida no será fácil. Le asusto. El verdadero transexual se queda. Los gays salen corriendo”.

Pero la explicación del doctor no es exacta. Existe un 30% de casos de suicidio entre los pacientes operados. Una de las principales causas es que, tras la intervención, el rechazo social es aun mayor y las secuelas psicológicas, enormes. Rostros masculinos con velo islámico, maquillados en exceso y con un sexo nuevo construido en la mesa de operaciones no proporcionan la mejor de las apariencias para ser aceptado en la sociedad iraní.

A todo ello, la enorme preocupación por el qué dirán aumenta el calvario de las familias, que se ceban con sus vástagos que caminan sobre tacones con andares resueltos y ahogan el llanto en la cama, donde pasan semanas enteras sin nada que hacer. Tras la operación, muchos de estos jóvenes huyen de casa y terminan viviendo en pisos compartidos con otros transexuales, prostituyéndose como única vía de ingresos.

Sadaf yace tumbada en su pequeño catre en una habitación lúgubre, protegida de las miradas ajenas detrás de tupidas cortinas azules. El aire es espeso aquí dentro. Apenas puede moverse. Hace tan sólo 10 días que el doctor Jalali le ha reconstruido un sexo femenino. Recuerda que cuando tenía seis años descubrió que tenía una tendencia sexual diferente. “Cuando iba a la piscina me fijaba sólo en hombres, no en mujeres”. Le pregunto si eso es suficiente para considerarse transexual, dado que quizá es gay. Me responde que si fuera gay iría con muchos hombres, pero ella “no es de esos”. Cuenta que tuvo una pareja estable con quien convivió durante siete años, pero empezó a pegarle y se separó. “Pero, a ver, ¿qué es ser gay?”, suelta de súbito. Tras escuchar la explicación, responde rotundamente que no: “En la cama yo quiero ser dócil”, pues eso significa, dice, “ser mujer”. Además, remacha, “odio a los gays. Es asqueroso”.

Su homofobia pone de manifiesto la necesidad de distanciarse de lo que ni la ley ni la sociedad toleran. Sadaf procede de una familia pobre, tradicional y religiosa del interior de Irán. Cuando les visita, se despoja de sus rizos artificiales, del kilo de maquillaje y del hijab.

Pero en Teherán, Sadaf es mujer. Tuvo que serlo, porque de otro modo, malvivía en los márgenes de la ilegalidad. Ahora malvive igual, pero legalmente.

Llego a esta conclusión después de mucho preguntar por la verdadera razón que la ha llevado a estar postrada en la cama, con necesidad de fármacos que no tiene. “Hoy he ido a los servicios sociales a buscar medicamentos pero me han dicho que no hay presupuesto, que vuelva en un mes”. No puede acceder al tratamiento médico que precisa, pero tiene algo mucho mejor: el certificado del gobierno que acredita su nuevo género. Lo saca del bolso y lo muestra orgullosa. “Durante toda mi vida me han acosado por la calle, me ha detenido y en la cárcel me han violado. Me han insultado y rechazado. Pero ahora tengo un documento que dice que soy mujer”.

Antes de la operación, Sadaf acudió a la autoridad municipal para solicitar un documento que le permitiera temporalmente vestirse como mujer. Es un trámite burocrático necesario para aquellos hombres y mujeres que desean comportarse en público como lo suele hacer el género opuesto. Durante la sesión, la secretaria judicial que firmó el permiso la echó de la sala tras preguntarle qué tipo de persona era, hombre o mujer. Desde ese día, Sadaf reza para que la funcionaria tenga un hijo como ella.

“No sabes lo que es vivir así. Sintiendo que nadie te acepta. Estoy presa en mi casa, en la calle todo el mundo me insulta. Sólo salgo a medianoche para trabajar”. De pronto, estalla a llorar. Reza la abraza. Como ella, a él también le gusta vestirse de mujer y maquillarse. Pero él tiene claro que no se operará, porque no quiere renunciar al placer sexual que siente cuando está con otros hombres. Y es quetras la operación, Sadaf ha perdido la capacidad para disfrutar del sexo. “El doctor me lo advirtió, pero me da igual. Si mi pareja me acepta, ya estoy contenta”.

La falta de placer sexual tras el posoperatorio sume a muchos hombres intervenidos quirúrgicamente en profundas depresiones. El doctor Jalili reconoce que es la causa de muchos suicidios e insiste en que el mayor problema que existe en Irán es que «mientras que fuera de este país se puede hablar libremente de estos temas, aquí está prohibido».

Las páginas de Internet sobre sexualidad están censuradas. Por eso no resulta extraño que muchos de los jóvenes que quieren operarse no sean capaces de explicar con precisión la diferencia entre homosexualidad y transexualidad.

¿Te operarías si vivieras fuera de Irán? “No, claro que no. Pero aquí resulta necesario porque de otro modo no tenemos derecho a la vida”, responde Veda.

Los homosexuales chinos buscan el amparo de la ley para su lucha

Aunque la aceptación de los LGBT en China es cada vez mayor, aún existen prejuicios

Activistas homosexuales chinos, en un maratón en noviembre

Activistas homosexuales chinos, en un maratón en noviembre. / XU KANGPING (EFE)

Aunque la aceptación de los LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) en la sociedad china es cada vez mayor y ha logrado progresos notables en la última década, aún se ve lastrada por una nube de desconocimiento y de prejuicios, especialmente dentro de las propias familias. Todavía existen en China clínicas que usan el electrochoque para “curar” la homosexualidad o libros que definen la atracción por el mismo sexo como una “desviación”. Para luchar por sus derechos, los activistas han empezado a recurrir a los procesos judiciales.

La discriminación está, por ley, prohibida en China. Y la homosexualidad dejó de estar vetada en 1997, cuando dejó de estar penada como “gamberrismo”. En 2001, se eliminó oficialmente del registro de enfermedades mentales. No existen grupos de activistas contra los homosexuales, como pueda ocurrir en EE UU. Entre los jóvenes que viven en las ciudades, “más del 80% dice aceptar a los LGBT”, puntualiza Xin Ying, directora de la ONG Beijing LGBT Center. Pero aún es un tema tabú, del que no se habla en público y que cuesta aceptar a las familias.

L

a mentalidad confuciana considera una maldición la falta de descendencia. Numerosas familias coaccionan a sus hijos homosexuales para que se casen y tengan descendencia. Muchos acaban cediendo a la presión y casándose con personas que desconocen la verdadera orientación sexual de su cónyuge. Otros optan por matrimonios de conveniencia entre gay y lesbiana.

El Segundo informe sobre la comunidad LGBT del grupo WorkforLGBT, divulgado este mes y que sondeó a casi 19.000 personas, destaca que apenas el 6% de lesbianas han salido del armario. Entre los hombres, el porcentaje es del 3%. Para el 77% de gais y el 80% de lesbianas, la presión familiar es su principal preocupación.

“Mi familia no lo supo hasta hace dos años. Cuando se enteraron, les afectó mucho y no lo podían aceptar, pues nunca habían oído hablar sobre la homosexualidad. Desde entonces la situación no ha mejorado mucho”, explica Peng Yanzi, de 32 años.

Para complacer a sus padres, Peng decidió en 2014 acudir a una de las muchas clínicas que se anuncian por Internet como “correctoras”. La “terapia de aversión”, con un coste de 4.500 euros, incluía el uso de electrochoque para “provocar una reacción de horror”. “Calculé que recibiría cerca de un centenar. Después de 100 descargas eléctricas, uno no se convierte en heterosexual, sino en un neurópata”, considera.

Decidió entonces llevar a la clínica a juicio por estafa y publicidad fraudulenta. En diciembre pasado, los jueces le dieron la razón y obligaron a la clínica a devolverle el importe que había adelantado, en un caso que los activistas consideran un hito.

“Las organizaciones pro derechos LGBT han comenzado recientemente a entender que las demandas judiciales y los cambios en la política son muy importantes [para luchar contra la discriminación]. Muchas han empezado a recabar datos para demostrar esta discriminación y convencer a los abogados y al Gobierno”, explica Xin Ying.

Resultados limitados

Este año los tribunales han visto otros dos casos sobre derechos de los gais. La estudiante Chen Qiuyan conseguía esta semana llevar ante un tribunal al Ministerio de Educación tras descubrir que los libros de su Universidad siguen calificando la homosexualidad como un “desorden” patológico. Y el director Fan Popo ha presentado una demanda contra la súbita censura en Internet de su películaMama Rainbow, sobre las relaciones entre madres y sus hijos homosexuales.

“Quiero que me expliquen las razones para bloquearlo”, declara Fan, a la espera de que el tribunal emita sentencia en un par de semanas. “Me dicen que mi vídeo es perjudicial para la sociedad. Pero se muestra todo este amor de estas madres ¿Qué daño puede hacer a la sociedad el amor maternal?”

De momento, los resultados de estas iniciativas aún parecen limitados. Las clínicas “correctoras” siguen existiendo y al menos un 10% de los psiquiatras, según el informe de WorkForLGBT, aún cree necesario el uso de terapia. En el caso de la estudiante Chen, el Ministerio de Educación rechazó cualquier responsabilidad sobre el contenido de los libros de texto. Pasos más avanzados, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, parecen aún una posibilidad muy distante.

Pero poco a poco se van logrando más avances. Fan Popo recuerda que la asociación PFLAG (Padres, Familias y Amigos de Lesbianas y Gais) de China comenzó su primera reunión con solo cuatro familias. Hoy son más de mil. Y aunque Mama Rainbow se haya suprimido sin explicaciones, la censura sí ha cedido en otro caso. La coproducción francochina Seek McCartney, del director Wang Chao, cuyos personajes centrales son abiertamente gais, recibió en septiembre el visto bueno de las autoridades para su exhibición en cines.

Las grandes empresas hacen campaña

La estrategia de activistas como el Beijing LGBT Center incluye también reclutar para su causa a las empresas. Hasta el momento han encontrado receptividad entre grandes multinacionales y empresas del mundo de la comunicación o de la tecnología.

El gigante del comercio electrónico Alibaba se apuntó un tanto publicitario al enviar este año a 10 parejas gais a que pudieran casarse en EE UU. Eso sí, en las empresas más pequeñas “la situación es más complicada”, reconoce la activista Echo. Un 31% de LGBT cree que trabaja en una empresa “muy poco amistosa” hacia su comunidad.