Los ultracatólicos paran la exhibición de ‘La vida de Adèle’

La justicia francesa revocó ayer la autorización de distribución a la película La vida de Adèle, del director francés de origen tunecinoAbdellatif Kechiche, que se estrenó en 2013 tras ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes. La película, que narra la historia de amor entre dos chicas (interpretadas por las actrices Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos) e incluye gráficas secuencias de sexo lésbico, llegó entonces a las salas prohibida a los menores de 12 años.

El Tribunal Administrativo de París acaba de retirar esa calificación a la película, al considerar que el Ministerio de Cultura cometió entonces “un error de apreciación”. El tribunal exige a su titular, Fleur Pellerin, que le conceda otra clasificación más apropiada respecto a las numerosas “secuencias de sexo entre dos mujeres jóvenes presentadas de manera realista”, que considera susceptibles de “herir la sensibilidad del público joven”.

Este fallo judicial llega tras la demanda interpuesta en 2014 por la asociación Promouvoir, de perfil ultracatólico y próxima a algunos círculos de la extrema derecha francesa, que estimó que La vida de Adèle no debía ser vista por menores de 18 años. El ministerio francés de Cultura anunció ayer que presentará un recurso contra la decisión judicial ante el Consejo de Estado, última instancia de la jurisdicción administrativa en Francia.

De momento, Promouvoir se apunta un nuevo tanto en la defensa por sus valores. La organización fue fundada en 1996 por el abogado André Bonnet, que militó hasta la década pasada junto al político ultraderechista Bruno Mégret. Este padre de ocho hijos y ferviente partidario de la misa en latín ya había emprendido acciones judiciales para evitar que los menores vean películas como Saw 3D,Nymphomaniac o Love, lo nuevo del director francoargentino Gaspar Noé, que fue recalificada el pasado verano como prohibida a menores de 18 años cuando ya se encontraba en salas comerciales. Los efectos de esta prohibición no son simbólicos, ya que conllevan la retirada de ciertos cine y el descenso del coste de la película de cara a su emisión en televisión.

Bonnet afirma que distintos directores “sin escrúpulos” pretenden “reintroducir la pornografía en los circuitos para el gran público”, según declaró en agosto a la página Allociné. “A menudo, este cine tiene como objetivo confeso participar en la destrucción de las estructuras sociales y familiares en nombre de un libertarismo sin límite”, opinó el abogado. “Tenemos la impresión de que [Bonnet] tiene más influencia que el ministro de Cultura o el CNC [Centro Nacional del Cine]. Es el hombre que decide la clasificación de las películas en Francia”, respondió entonces el productor y distribuidor de Love, Vincent Maraval. Gaspar Noé, por su parte, temió que las acciones de Promouvoir terminen provocando “una autocensura” de los creadores franceses y comparó su “anacronismo absoluto” con “el del Estado Islámico”.

Fundada en 1996 y formada por cerca de 400 miembros, Promouvoir lucha por “la promoción de los valores judeocristianos” y se suele enfrentar a la representación cinematográfica de la homosexualidad, que Bonnet consideró en 2001 “contra natura” y “ligada a la pedofilia, según una correlación estadística”. En 2013, el abogado participó en un mitin contra el matrimonio homosexual en Francia, en la que comparó el texto que lo legalizaba con “el ascenso del nazismo y el marxismo-leninismo”. Su primera gran batalla fue la que ganó, en el año 2000, contra la película ¡Fóllame!, de la escritora (y cineasta ocasional) Virginie Despentes. La justicia obligó a retirar la película de los cines solo dos días después de su estreno. El Ejecutivo francés decidió crear la clasificación “prohibida a menores de 18 años” a consecuencia de aquel fallo judicial.

JUDITH BUTLER, REFERENTE MUNDIAL EN LOS ESTUDIOS DE GÉNERO

«Expresar ideas se empieza a considerar terrorismo doméstico»

La feminista norteamericana Judith Butler propone una alianza política de los que se oponen a las condiciones de precariedad para que todos tengamos una “vida vivible”.

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Judith Butler, en el CCCB, donde dictó la conferencia ‘Cuerpos que aún importan’, dentro del ciclo ‘+ Humans’.

De antemano, Judith Butler intimida un poco. La feminista suele salir en las fotos con gesto severo y es preciso una botella de oxígeno para bajar a las profundidades de su obra. Pero resulta que el ícono de la teoría queer -la que sostiene que el género y el sexo son construcciones sociales y, por tanto, susceptibles de entrar y salir de ellas- es una persona encantadora que hoy se siente ‘obligada’ a ampliar su frente de batalla político, inicialmente centrado en los derechos de gais,lesbianas y ‘trans’, a otras vidas precarias. Desembozar esas vidas estancadas, señala la no tan feroz Butler, puede ser el pilar de una democracia radical.

La lucha empezó por usted. A los 6 o 7 años me asaltó la cuestión de cómo vivir en mi propia piel. Tenía un cuerpo de mujer pero no me sentía mujer… Ni hombre. ¿Cuál era mi género? Por otra parte, ya entonces notaba que a mucha gente le era difícil entrar en mi mundo sin miedo, sin humillación, sin ejercer la violencia.

Ese debate interior acontecía en una familia judía tradicional de Ohio. Un tío suyo fue encarcelado por ‘trans’ y murió entre rejas. Unos primos fueron expulsados de casa por gais. Y a ella la llevaron al psiquiatra a los 15 años, cuando anunció su homosexualidad. “La única forma de describirme era como una lesbiana de bar que pasaba los días leyendo a Hegel”, definió una vez aquel pasado brumoso.

¿Sintió la violencia en carne propia? Sí. Fue una etapa de gran inquietud. No sabía cómo ir a la escuela, cómo vestir, cómo explicárselo a mis padres. No se trataba de una decisión racional, era una experiencia corporal que se imponía.

De ahí su ‘pensar desde el cuerpo’. Sí. Luchar para decidir con quién te acuestas pone el cuerpo en el centro del discurso. Todos los que pelean por la protección contra la violencia tienen el cuerpo en el centro de la organización política. Por aquel entonces, yo simplemente me pregunté cómo encontrar la libertad de aparecer en el mundo, con los otros. Pero, ojo, previamente tuve muy claro que podía.

Ahora se pregunta cómo vivir juntos, todos, en este mundo revuelto. Y no es fácil. Si en la vida en pareja, que es un contexto de afecto, aparecen la ambivalencia y la agresividad, cohabitar en el mundo cuando somos de diferente origen, religión y lengua es aún más complicado. Pero estamos obligados a vivir juntos, a afrontar los problemas de reconocimiento del otro.

Los telediarios dicen otra cosa. Debemos preguntarnos: ‘¿Quiénes somos?’. Y no fijar una respuesta. ¡Nada de definir quiénes somos por adelantado! Es fundamental hacerse la pregunta indefinidamente.

Mientras, la economía va definiendo quién sí y quién no.¡Es terrible! Hay gente absolutamente paralizada. Los pobres, los precarios, los sin esperanza. Pero Judith Butler tiene más preguntas que respuestas.

Vaya. ¿Ni siquiera una intuición? Cuando escribí sobre género subrayé que era un acto performativo. Es decir, defendí el género como un devenir. Lo central es que cada persona tiene el poder de actuar. Es muy importante afirmar ese poder, que yo no sentí de joven.

Querer no siempre es poder. Advierto lazos de solidaridad que van más allá de la defensa de los derechos propios y que impulsan a la movilización. Creo que es posible articular una alianza política de los que se oponen a las condiciones de precariedad, que incluya a los que la sufren. Una vez lo consigamos, una vez definamos qué es una ‘vida vivible’, podremos llegar a acuerdos políticos y económicos sobre los principios de igualdad. Hay que contar con el apoyo de los otros para contestar al poder explotador. ¿Suena utópico?

Un poco, sí. Hay que creer que es posible precisamente cuando parece que no es posible. La solución puede emerger en la escena de la imposibilidad.

Debe de ser usted muy paciente. [Ríe] Tengo esperanza.

48 feminicidios en España este año desesperan, por ejemplo. Por eso importa la acción. He pasado un tiempo en Latinoamérica y he notado la enorme alianza entre feministas y no feministas para combatir la violencia contra las mujeres y los ‘trans’.Han ido juntas a la Corte Interamericana para hacer constar que la violencia sexista es una violación de los derechos humanos. Hay que reconceptualizar la idea de ‘humano’ que incluya a cualquiera que sufra una violencia aceptada.

¿Quiénes sufren más la “violencia aceptada”? Las mujeres, las minorías raciales, los discapacitados, los sin techo, los refugiados… Pero, cada vez más, la gente que entiende su trabajo como temporal y prescindible, que no pueden pensar en futuro y sienten que, de algún modo, son responsables de su condición.

Los damnificados aumentan. La desigualdad está aumentando a cotas inaceptables.

¿Qué la indigna sobremanera? El caso de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en México, por ejemplo. La violencia contra unos jóvenes que querían ejercer su derecho de reunión y de expresión es absolutamente horrible. Tanto como ver que la policía se encoge de hombros y dice ‘es imposible descubrir quién fue’, ‘no hay rastro’. Y luego aterrizan los forenses argentinos y descubren muchos ‘rastros’. Es execrable no solo la complicidad de la policía con los crímenes, sino también el silencio del Estado de México, y de mi propio país, Estados Unidos.

¿Los hipercríticos como usted se sienten cómodos en su país? Vivo en San Francisco, y en California tenemos muchos problemas con la policía, que ahora se entrena en empresas de seguridad. Tratan a la gente como a terroristas, pese a que se limiten a expresar su derecho a protestar. Expresar ideas en el espacio público empieza a ser visto como una forma de terrorismo doméstico.

¿Los atentados de París darán ‘bonus track’ al abuso? Sí. Pero redoblar la seguridad es entrar en guerra contra el propio pueblo.

Lleva 25 años aventando teorías, ¿orgullosa de algún cambio sustancial? Desgraciadamente los libros no tienen la capacidad de cambiar las cosas. Pero insisto en que es necesario sentir que es posible actuar, antes de actuar. Hay que tener la confianza y la experiencia de sí para modificar las cosas. Pero hay demasiada gente que no cree tener la capacidad.

En el caso de las mujeres, convendría que se interesaran los hombres. El feminismo es un movimiento para las mujeres, para los hombres y para los que desbordan el género normativo.

Bien, ¿pero qué les diría a ellos? Es importante que participen en el feminismo porque pueden influir sobre otros hombres, dar ejemplo de una masculinidad alternativa, no violenta. El mejor feminismo es el que se opone a la desigualdad, la subyugación y la explotación. El que trabaja sobre el concepto de poder.

¿Cuántas paradas faltan para el fin del patriarcado?[Ríe] Aún hay demasiados marcos de poder a combatir, no solo ese. El racismo, la misoginia, el colonialismo, el capitalismo. Poner en cuestión todos los vínculos de poder es una tarea posible.

¿Por ahí pasa la emancipación? Lo peor es ser absolutamente dependiente de un poder que te oprime. Es una subyugación invivible, horrible en su circularidad. La liberación de ese poder es una forma de emancipación. Lo aceptable es ser dependiente de una forma de poder que no oprime, que permite vivir. En cualquier caso, la emancipación se logra de manera colectiva.

¿Y usted, de qué o quién depende? De quienes amo y me aman, de todos aquellos que me leen.

Benditos. Sus libros son endemoniadamente difíciles. ¡Oh, lo siento de veras! Pero hay gente que le gusta trabajar con el lenguaje y medirse con la dificultad.

En su línea. ¿Ha logrado al fin estar bien en su propia piel?[Ríe] De vez en cuando.

CLAVES BIOGRÁFICAS

  • Creció en una familia judía de Cleveland (Ohio) de ascendencia húngara y rusa. Recibió una educación religiosa, pero a los 15 años trinchó las expectativas paternas al declarar que tenía novia.
  • La lectura precoz de Simone de Beauvoir (“no se nace mujer, se llega a serlo”) fue la chispa que encendió su teoría del género y el sexo.
  • ‘El género en disputa’ (1990),’Cuerpos que importan’ (1993), ‘Vida precaria’ (2006) y ‘Marcos de guerra. Las vidas lloradas’ (2010) son algunos de sus títulos.
  • Su pareja, Wendy L. Brown,es profesora de Filosofía Política en Berkeley. Juntas adoptaron a un niño.

Lucas Platero, activista transexual: “Eliminar Educación para la Ciudadanía puede provocar el aumento del acoso escolar contra los alumnos LGTB”

Lucas Platero

Lucas Platero / EVA FLÓREZ

Poco a poco los menores transexuales van consiguiendo visibilidad en la sociedad. Sin embargo, en los cuentos infantiles y juveniles es más difícil encontrar a personajes LGTB. Para lograr que estos menores comiencen a estar presentes en la literatura, la  editorial Bellaterra ha lanzado una colección de cuentos infantiles en la que hay personajes transexuales, homosexuales o que rompen con los roles de género.

“No consiste en que el protagonista del cuento sea trans. Por ejemplo, en La fiesta de Blas , el personaje trans es secundario, uno que pasaba por allí”, explica el coordinador de esta colección,  Lucas Platero -activista transexual y sociólogo-, en una entrevista con eldiario.es. Entre los cuentos publicados hay algunos con un título bastante explicativos como Laura tiene dos mamás, y otros como Mi Princesito, en el que se aborda la actitud del entorno cuando un niño es femenino y rompe con el rol de género.

Han lanzado esta colección para dar visibilizad a los menores trans en la literatura infantil, ¿considera que la temática LGBT tiene escasa presencia en los materiales educativos?

Existen pocos materiales que aborden esta temática. Muchos padres y muchos colegios nos pedían documentación. Por eso en la editorial Bellaterra nos planteamos que hacía falta publicar cosas frescas. Por ejemplo, atreverse a plantear que el protagonista del cuento es un niño pequeño, que es trans y que no pasa nada.

¿A qué se debe este vacío en el temario educativo?

Hay un temor a todo lo relacionado con la sexualidad. Hay gente a la que le cuesta darlo en clase, hay gente que piensa que va a ser un tema polémico… Al final lo único polémico que existe en la igualdad entre hombres y mujeres es que hay gente que no quiere que esa igualdad exista.

Colectivos LGTB llevan décadas intentando que los estudiantes puedan reafirmar su identidad y su orientación sexual en el colegio. ¿Cómo se puede contribuir a que la escuela no sea un entorno hostil para salir del armario?

Hay que establecer climas donde la gente pueda hablar con honestidad. Hace unos años entrevisté a David, que ahora ya tiene 19 años. Me contaba cómo salió del armario en segundo de Bachillerato, lo contó el primer día de clase, ningún compañero le dijo nada. Cuando salieron al recreo, la gente no sabía cómo actuar. Por eso no solo consiste en salir del armario, sino en tratar el tema como si fuese algo cotidiano. Por ejemplo, se puede plantear en clase el día de la “salida del armario”, todos tenemos algo por lo que salir del armario: porque eres adoptado, porque quieres más a tus abuelos que a tus padres…

¿Y hay recursos para conseguir que las escuelas no sean entornos hostiles para estos alumnos?

Yo creo que se debe revalorizar el trabajo de la enseñanza porque es donde suceden las cosas más importantes. Es evidente que la educación es un caballo de batalla, todas las fuerzas políticas saben que la educación es la clave, es la herramienta a través de la que se difunden unos valores. Si quitan del temario todo lo que tiene que ver con las libertades sexuales y lo cambian por emprendimiento, están mandando un mensaje rotundo.

Con la entrada en vigor de la LOMCE ha desaparecido del temario la única asignatura que abordaba la libertad sexual, Educación para la Ciudadanía, ¿la eliminación de estos contenidos influye en el acoso escolar?

Si, clarísimamente. Si los roles en clase se vuelven más estrictos, cualquiera que se salga un poco de los límites establecidos sufrirá discriminación. Si en la vida cotidiana estamos viviendo el clasismo y la xenofobia, la escuela se vuelve más clasista y más xenófoba. Los valores sociales dominantes y hegemónicos atraviesan la escuela. Si en la tele están diciendo: “Vamos a limpiar Cataluña o Navarra de inmigrantes”, ¿cómo se están sintiendo los chavales inmigrantes de ese sitio?

Con la nueva ley ya en vigor, ¿tienen facilidades para que los libros que ustedes editan entren en los colegios públicos y concertados?

Desafortunadamente depende de la sensibilidad de los profesores y profesoras. Aunque si ellos no la tienen, se pueden encontrar con que lo demanden las asociaciones de padres y de madres. Hay algunas organizaciones, como Galehi (Asociación de familias homoparentales), que acuden a la escuela a preguntar a los profesores qué libros tienen en la biblioteca y pueden solicitar al centro que incorpore los que ellos crean convenientes.

Usted explica que la orientación y la identidad sexual se tratarán ahora en clase solo si los profesores tienen sensibilidad. Por lo tanto, ¿qué pasa con aquellos docentes que no tienen esa preocupación? ¿Y qué pasa con sus alumnos?

Los profesores deberían de tener esta sensibilización. Es preocupante que se piense que la educación sexual es opcional, ya que todos los niños desarrollan la identidad de género. Y cuando un alumno no es como se supone que debe ser, la discriminación puede llegar a ser muy alta. Tendríamos que plantearnos que los planes de intervención sobre el acoso escolar no los podemos implementar a los 16 años. Los tenemos que empezar a hacer antes, porque el bulling y la homofobia comienzan en educación infantil y continúan en primaria.

Si desde educación infantil se incluyese en el contenido educativo temática que visibilizase al colectivo LGTB y se combatiesen los roles de género, ¿sería más sencillo prevenir el acoso escolar?

Sí, sería bastante más fácil. El profesorado estaría más preparado para prevenir el bullying si tuvieran claro que los alumnos pueden romper las expectativas de los roles de género y siguen siendo seres queribles. No hay que percibir a los chavales LGTB como sujetos con un problema de disciplina. Hay quienes no rompen con los roles de género para fastidiar.

Los profesores que dan clase en infantil, primaria y secundaria ¿se plantean que un porcentaje de sus alumnos pueden ser LGTB? ¿están formados para entender a esos estudiantes?

El profesor tiene que estudiar estos temas. No te puedes acercar intuitivamente a la sexualidad y a la identidad de género, porque intuitivamente puedes meter mucho la pata. La gente percibe que el inglés es muy importante, pero pocos se acuerdan de que la formación en cuestiones LGTB o de feminismo también son importantes durante la formación del profesorado.

Los homosexuales chinos buscan el amparo de la ley para su lucha

Aunque la aceptación de los LGBT en China es cada vez mayor, aún existen prejuicios

Activistas homosexuales chinos, en un maratón en noviembre

Activistas homosexuales chinos, en un maratón en noviembre. / XU KANGPING (EFE)

Aunque la aceptación de los LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) en la sociedad china es cada vez mayor y ha logrado progresos notables en la última década, aún se ve lastrada por una nube de desconocimiento y de prejuicios, especialmente dentro de las propias familias. Todavía existen en China clínicas que usan el electrochoque para “curar” la homosexualidad o libros que definen la atracción por el mismo sexo como una “desviación”. Para luchar por sus derechos, los activistas han empezado a recurrir a los procesos judiciales.

La discriminación está, por ley, prohibida en China. Y la homosexualidad dejó de estar vetada en 1997, cuando dejó de estar penada como “gamberrismo”. En 2001, se eliminó oficialmente del registro de enfermedades mentales. No existen grupos de activistas contra los homosexuales, como pueda ocurrir en EE UU. Entre los jóvenes que viven en las ciudades, “más del 80% dice aceptar a los LGBT”, puntualiza Xin Ying, directora de la ONG Beijing LGBT Center. Pero aún es un tema tabú, del que no se habla en público y que cuesta aceptar a las familias.

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a mentalidad confuciana considera una maldición la falta de descendencia. Numerosas familias coaccionan a sus hijos homosexuales para que se casen y tengan descendencia. Muchos acaban cediendo a la presión y casándose con personas que desconocen la verdadera orientación sexual de su cónyuge. Otros optan por matrimonios de conveniencia entre gay y lesbiana.

El Segundo informe sobre la comunidad LGBT del grupo WorkforLGBT, divulgado este mes y que sondeó a casi 19.000 personas, destaca que apenas el 6% de lesbianas han salido del armario. Entre los hombres, el porcentaje es del 3%. Para el 77% de gais y el 80% de lesbianas, la presión familiar es su principal preocupación.

“Mi familia no lo supo hasta hace dos años. Cuando se enteraron, les afectó mucho y no lo podían aceptar, pues nunca habían oído hablar sobre la homosexualidad. Desde entonces la situación no ha mejorado mucho”, explica Peng Yanzi, de 32 años.

Para complacer a sus padres, Peng decidió en 2014 acudir a una de las muchas clínicas que se anuncian por Internet como “correctoras”. La “terapia de aversión”, con un coste de 4.500 euros, incluía el uso de electrochoque para “provocar una reacción de horror”. “Calculé que recibiría cerca de un centenar. Después de 100 descargas eléctricas, uno no se convierte en heterosexual, sino en un neurópata”, considera.

Decidió entonces llevar a la clínica a juicio por estafa y publicidad fraudulenta. En diciembre pasado, los jueces le dieron la razón y obligaron a la clínica a devolverle el importe que había adelantado, en un caso que los activistas consideran un hito.

“Las organizaciones pro derechos LGBT han comenzado recientemente a entender que las demandas judiciales y los cambios en la política son muy importantes [para luchar contra la discriminación]. Muchas han empezado a recabar datos para demostrar esta discriminación y convencer a los abogados y al Gobierno”, explica Xin Ying.

Resultados limitados

Este año los tribunales han visto otros dos casos sobre derechos de los gais. La estudiante Chen Qiuyan conseguía esta semana llevar ante un tribunal al Ministerio de Educación tras descubrir que los libros de su Universidad siguen calificando la homosexualidad como un “desorden” patológico. Y el director Fan Popo ha presentado una demanda contra la súbita censura en Internet de su películaMama Rainbow, sobre las relaciones entre madres y sus hijos homosexuales.

“Quiero que me expliquen las razones para bloquearlo”, declara Fan, a la espera de que el tribunal emita sentencia en un par de semanas. “Me dicen que mi vídeo es perjudicial para la sociedad. Pero se muestra todo este amor de estas madres ¿Qué daño puede hacer a la sociedad el amor maternal?”

De momento, los resultados de estas iniciativas aún parecen limitados. Las clínicas “correctoras” siguen existiendo y al menos un 10% de los psiquiatras, según el informe de WorkForLGBT, aún cree necesario el uso de terapia. En el caso de la estudiante Chen, el Ministerio de Educación rechazó cualquier responsabilidad sobre el contenido de los libros de texto. Pasos más avanzados, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, parecen aún una posibilidad muy distante.

Pero poco a poco se van logrando más avances. Fan Popo recuerda que la asociación PFLAG (Padres, Familias y Amigos de Lesbianas y Gais) de China comenzó su primera reunión con solo cuatro familias. Hoy son más de mil. Y aunque Mama Rainbow se haya suprimido sin explicaciones, la censura sí ha cedido en otro caso. La coproducción francochina Seek McCartney, del director Wang Chao, cuyos personajes centrales son abiertamente gais, recibió en septiembre el visto bueno de las autoridades para su exhibición en cines.

Las grandes empresas hacen campaña

La estrategia de activistas como el Beijing LGBT Center incluye también reclutar para su causa a las empresas. Hasta el momento han encontrado receptividad entre grandes multinacionales y empresas del mundo de la comunicación o de la tecnología.

El gigante del comercio electrónico Alibaba se apuntó un tanto publicitario al enviar este año a 10 parejas gais a que pudieran casarse en EE UU. Eso sí, en las empresas más pequeñas “la situación es más complicada”, reconoce la activista Echo. Un 31% de LGBT cree que trabaja en una empresa “muy poco amistosa” hacia su comunidad.

Imputadas las tres feministas que sacaron en procesión el ‘Santísimo Coño Insumiso’

A raíz de una denuncia de la Asociación de Abogados Cristianos y tras haber ordenado en septiembre pasado a la Policía su identificación formal, la juez de Instrucción número 10 de Sevilla cita a declarar como imputadas por un supuesto delito contra los sentimientos religiosos a las tres mujeres que sacaron en procesión una vagina gigante de plástico durante una protesta laboral en Sevilla.

Sevilla 1/5/14 Procesion del Co–o Insumiso en el dia del trabajor. Foto: Laura Leon

Procesión del ‘Coño Insumiso’ en Sevilla.// LAURA LEÓN

Tres meses atrás la juez libraba oficio a la Policía para que identificara a las mujeres que portaban en andas “una vagina de plástico de un par de metros de altura a modo de Virgen” en la manifestación del 1 de mayo de 2014 convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), hechos por los que también están imputados dos dirigentes del sindicato por un delito contra los sentimientos religiosos.

Fuentes del caso dijeron entonces que la instructora había tomado esta decisión después de que el secretario general de la CGT en Sevilla, Miguel Sevillano, señalara en su declaración como imputado que, en el marco de la manifestación celebrada el 1 de mayo por el Día del Trabajo, otros grupos se unieron a la misma, entre ellos Aquelarre Feminista Sevillano, con el que la CGT “no tiene nada que ver”.

NO HABÍA SIMBOLOS RELIGIOSOS

Al hilo de ello, Miguel Sevillano puso de manifiesto que, cuando este grupo feminista se unió a la manifestación, “lo que llevaban no simulaba un paso de Semana Santa ni ningún símbolo religioso”, no obstante lo cual quiso dejar claro que él “no tuvo nada que ver en su creación”.

La juez pidió a la Policía que identificara a las mujeres en base al vídeo que consta a tal efecto, en el cual algunas de ellas portan mantilla y llevan el rostro descubierto, mientras otras sí tienen la cara cubierta por capirotes de nazareno.

En esta causa permanecen imputados tanto el secretario general de la CGT en Sevilla como el secretario de Organización de la CGT en Andalucía, Félix Cervera, contra quienes la Asociación de Abogados Cristianos se querelló por un delito contra los sentimientos religiosos en concurso con un delito de provocación a la discriminación, al odio y a la violencia por motivos referentes a la religión o creencias.

TONO DE BURLA

En la querella, consultada por Europa Press, dicha asociación relataba que los hechos ocurrieron el día 10 de abril de 2014, cuando miembros del sindicato “convocaron, organizaron y realizaron” una manifestación titulada ‘Procesión del santísimo coño insumiso’ y del ‘santo entierro de los derechos socio-laborales’, que partió de la sede de la CGT en Sevilla.

Ya el 1 de mayo de 2014, se convocó nuevamente por la CGT una manifestación “semejante a la anterior”, indica la asociación, que añade que, en dichas manifestaciones, “se recreaban procesiones de Semana Santa, escenificadas en tono de burla”, todo ello “a ritmo de tamborada y presidida por el ‘paso’ de una vagina de plástico de un par de metros de altura a modo de Virgen, portada en andas”.

LA DEFENSA, ‘ASOMBRADA’

Luis de los Santos, abogado de los imputados perteneciente a la cooperativa Jarsia, ya expresó a Europa Press su “asombro” por “la utilización banal y basada en intereses políticos predemocráticos del derecho penal” por parte de la Asociación de Abogados Cristianos, y anunció que solicitará el archivo de las actuaciones, ya que, en base a las declaraciones, considera probado “que no hay delito alguno, al ser una manifestación alejada de cualquier cariz religioso”.

El letrado lamentó que “se intente engañar” a la opinión pública y a la ciudadanía en una ciudad “en la que la religiosidad popular está tan arraigada”, aseverando que este asunto “no tiene nada que ver con la religión”, de manera que “se intenta a través del Código penal criminalizar la libertad sindical y la de expresión”.

Dos detenidos por planificar el secuestro y asesinato de una homosexual

Los arrestados trataron de matar a la mujer cuando ésta no quiso establecer una relación sentimental con uno de ellos

El foso que iba a ser usado para ocultar el cadáver

El foso que iba a ser usado para ocultar el cadáver. | GUARDIA CIVIL

La Guardia Civil ha evitado el secuestro, violación y asesinato de una mujer, motivado por su orientación sexual, y ha detenido a dos hombres acusados de planificar en Quintanar de la Orden (Toledo) toda la operación, incluyendo un foso en el que pensaban ocultar el cadáver.

Los detenidos, en el marco de la operación Mollete, son J.B.G.P., de 39 años, yS.C.R. de 49, ambos de nacionalidad española, ha informado la Guardia Civil.

Según la investigación, uno de los detenidos había tratado de mantener una relación sentimental con la mujer cuando ésta residía en Quintanar de la Orden, pero la mujer se negó y le informó de su orientación homosexual.

Este detenido, que ya había sido condenado anteriormente a 10 años de prisión por agresión sexual, planificó entonces el secuestro, la violación y el asesinato de la mujer junto al otro detenido, propietario de una chatarrería.

Fuentes de la investigación han indicado a Efe que la víctima llegó a Quintanar de la Orden a vivir en verano de 2014 y estuvo allí un año, hasta el verano de 2015, cuando decidió marcharse para dejar de sufrir acoso y amenazas por parte del detenido.

La víctima había conocido en Quintanar al principal promotor de los hechos y al segundo detenido, ya que había trabajado en alguna de las chatarrerías de su propiedad.

También han precisado las fuentes que el detenido principal disponía de 9.000 euros para pagar al chatarrero y lo que necesitara durante su acción delictiva.

La investigación se inició el pasado mes de noviembre, cuando los agentes conocieron estos hechos, localizaron a los presuntos autores, en Quintanar de la Orden, y establecieron un dispositivo policial que permitió verificar el plan urdido y asegurar, a su vez, la integridad de la posible víctima.

Durante los registros domiciliarios y de los establecimientos de los detenidos, la Guardia Civil halló en una de las chatarrerías un foso que iba a ser utilizado para ocultar el cadáver.

La investigación, dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Quintanar de la Orden y la Fiscalía de Toledo, ha sido llevada a cabo por el Equipo de Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil y unidades territoriales de la zona.

El Gobierno chino responde por la demanda contra unos libros que “demonizan” a los homosexuales

Hasta 2001, los homosexuales en China estaban considerados enfermos mentales por ley

La estudiante universitaria lesbiana china Chen Qiuyan (d), también conocida como Qiu Bai, sus partidarios de la comunidad LGBT

La estudiante universitaria lesbiana china Chen Qiuyan (d), también conocida como Qiu Bai, sus partidarios de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales), activistas de derechos, sostienen una pancarta que dice ‘El material de educación debe estar correcto, los homosexuales deben ser vistos’ (EFE)

PEKÍN.  El Ministerio de Educación chino acudió hoy ante la justicia por la demanda presentada por una universitaria contra varios libros del sistema educativo que, en su opinión, “demonizan” a los homosexuales y las lesbianas al considerar que los gais sufren un trastorno mental.

“La acusación no es el fin, el objetivo es resolver el problema, que el Ministerio de Educación haga algo para borrar los contenidos que demonizan a los homosexuales”, dijo a Efe Qiu Bai, el pseudónimo escogido por la joven lesbiana de 21 años que interpuso la demanda.

Representantes de distintos grupos y asociaciones a las puertas del Tribunal Intermedio de Pekín donde se celebró la vista dijeron que se trata de un caso “histórico” para el colectivo chino de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (LGBT), que sufre una gran discriminación en el país.

Qiu decidió demandar al Ministerio después de buscar información sobre lo que le estaba pasando al percatarse de que se sentía atraída por una amiga de clase.

Tras leer libros de su universidad sobre psicología y medicina en los que se aseguraba que la homosexualidad es “un desorden mental” y decidió acudir al psicólogo y con el tiempo se dio cuenta de que no estaba enferma.

“Me enfadé mucho”, recordó hoy a Efe la universitaria poco antes de entrar al tribunal.

En la vista, el juez pidió a ambas partes que explicaran su posición antes de continuar con el proceso, según Qiu, que se mostró esperanzada en conseguir un cambio aunque también expresó su decepción porque los representantes ministeriales no detallaron sobre quién “recae la responsabilidad” de los libros utilizados en el educativo.

Hasta 2001, los homosexuales en China estaban considerados enfermos mentales por ley y, aunque se han dado pasos desde entonces, el amor entre parejas del mismo sexo sigue estando estigmatizado.

Un estudio señala que todas las mujeres son bisexuales o lesbianas

«Si una mujer me dice que es ‘hetero’, no voy a desacreditarla, aunque estoy seguro de que no lo es», asegura el autor de la investigación

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Un estudio realizado en la Universidad de Essex ha llegado a una conclusión cuando menos sorprendente y que seguro que tiene defensores y detractores. Todas las féminas son lesbianas o bisexuales, pero nunca heteros, asegura el doctor Gerulf Riger. Junto a su equipo monitoreó a 345 mujeres mientras veían videos de hombres y mujeres desnudos. Se observó qué es lo que les gustó y excitó.

Se midieron sensaciones como la dilatación de sus pupilas o su excitación genital. Como cabía esperar, las mujeres que admitieron ser lesbianas mostraron fuertes respuestas físicas con los vídeos de dos mujeres practicando sexo y ninguna reacción cuando intervenía un hombre en la escena. Pero lo realmente singular es que aquellas que se identificaron como heterosexuales mostraron la misma excitación sexual al ver imágenes protagonizadas por mujeres que en las que aparecían varones.

Todo esto ha llevado a los autores del estudio a mantener que cuando se trata de una respuesta física ante el sexo, las mujeres son o lesbianas o bisexuales.

«¿Y qué si las mujeres ‘hetero’ no tienen ningún interés emocional con las personas del sexo opuesto? Es algo totalmente normal. Lo que ocurre es que las mentes de una gran cantidad de mujeres están desconectadas de lo que ocurre en la parte inferior de su cuerpo», asegura Rieger, quien, seguro de las conclusiones del estudio que dirige, comenta que «si una mujer me dice que es ‘hetero’ no voy a desacreditarla, aunque estoy seguro de que no lo es».

La conclusión está corroborada, además, por anteriores estudios y encuestas, pero en este hay una diferencia clave: se pidió a las participantes que identificasen previamente su sexualidad, así como si alguna vez habían sentido atraídos por una persona de su mismo sexo o habían experimentado alguna actividad sexual con algún par. Según los datos recogidos, las mujeres se mostraron tres veces más abiertas a la posibilidades de cambiar su etiqueta sexual en algún momento de la vida que los hombres y además fueron más propensas a definirse como bisexuales que ellos.

CINE Una abuela lesbiana te explica el feminismo

Lily Tomlin protagoniza la nueva película de Paul Wetiz, una road movie donde una abuela lesbiana (y fumeta) emprende un viaje transformador en compañía de su nieta

Lily Tomlin y su nieta en la ficción, Julia Garner

Lily Tomlin y su nieta en la ficción, Julia Garner

En 1999, Jason Biggs se masturbó con una tarta de manzana. Aquella escena se convirtió en un referente generacional con el que se identificaban todos los adolescentes ansiosos por perder la virginidad. La película de Paul Weitz no está entre las tres comedias juveniles más taquilleras de la historia, pero sí es una de las más influyentes: recupera el tono canalla de títulos ochenteros, utiliza Internet como mofa y vehículo indispensable hacia el onanismo -adiós cintas VHS, hola webcam- y todo bajo el ritmo soleado y fiestero de Blink-182. American Pie marcó una época. Pero no ha envejecido bien.

Hoy American Pie nos parece machista. Ya no hace tanta gracia. Las chicas de la película se mantienen siempre fuera de la historia, lo importante es que ellos culminen su pacto sexual. Ellas están marginadas o si no, glorificadas. Pero lejos. Esta misma línea la siguieron casi todos los títulos del Hollywood clásico, citando a Pastora Campos “el hombre actúa, controla los sentimientos, hace que las cosas ocurran; la mujer es un elemento pasivo, decorativo. Por eso el espectador elije siempre el héroe como objeto de identificación y la heroína como objeto de goce”.Casablanca, por ejemplo, es una película que sigue a rajatabla estos dogmas, pero la perdonamos porque era otra época y a nosotros nos concierne la lucha por la igualdad que se libra en la actualidad, no la de hace 60 años.

Pero American Pie nos pilla más cerca, y los adolescentes que se sintieron tan identificados en su día con las aventuras de Stifler y sus colegas hoy podrían estar cayendo en esas fórmulas postmachistas que Barbijaputa critica todos los días en artículos como  éste. Por eso es tan importante que precisamente sea Paul Weitz el director que esté detrás de Grandma, un filme muy inteligente, muy gracioso, muy sentimental y también muy feminista.

Resucitar a la actriz fetiche de Robert Altman

Según ha contado el propio Weitz en alguna entrevista, hacía años que tenía la historia de esta road movie en la que una abuela lesbiana en plena crisis sentimental decide ayudar a su nieta a conseguir el dinero necesario para que ésta aborte. Un día, el director se encontró con Lily Tomlin y de paso con la protagonista perfecta para su película, escribió el guión rápido, decidido tras una inspiración rabiosa y se lo dio a Lily como una especie de ofrenda: “He escrito esto para ti”, le dijo a la actriz.

Lo siguiente fue un rodaje de 19 días en Los Angeles con un presupuesto muy recortado y una generosa protagonista que llevaba su propia ropa y que además conducía su propio coche, un Dodge Royal Lancer de 1955. En cierta forma la película es un choque entre tres generaciones, Tomlin interpreta a la abuela liberal y un poco excéntrica, Marcia Gay Harden es la ocupadísima hija y madre soltera con éxito pero sin tiempo y por último está la nieta, una Julia Garner que funciona como nexo, una adolescente encantadora y tímida con un gran problema. Y todas están muy bien, pero lo de Lily es de otro mundo.

El espectador sólo querrá verla a ella, escucharla a ella, Elle, que así se llama su personaje, devora la película. Es su primer protagonista en 27 años y lo exprime. Esta actriz que comenzó a hacer comedia en clubs nocturnos durante los 60 tuvo su propio show en televisión antes incluso de que existiera Saturday Night Live.  Su humor era retorcido (en el mejor sentido) y crítico y por supuesto se metía mucho con los hombres: “Creo que el hombre empezó a caminar sobre dos piernas para dejar sus manos libres y poder masturbarse”, este es uno de sus chistes.

Robert Altman la convirtió en su actriz fetiche y con su primera colaboración,Nashville, fue nominada al Oscar. Repitieron en El juego de Hollywood, Vidas cruzadas y El último show. Nunca ocultó su homosexualidad pero tampoco hizo lo contrario, sencillamente nunca la preguntaron. Y así entre la escritura de algún guion como el de La increíble mujer menguante de Joel Schumacher y papeles casi siempre de cierta irreverencia, Lily Tomlin, a sus 76 años, ha conseguido un personaje pensado sólo para ella. Elle tiene mucho de Lily, es una fuerza de la naturaleza, divertida, nostálgica y cabreada. Puede que aquí esté su segunda nominación al Oscar.

El feminismo que viene del hombre

Grandma tiene muy marcado el estigma del cine indie, los reflejos de luz que atraviesan la cámara, una banda sonora tenue y envenenada de sentimentalismo y un argumento previsible con una redención final heredada de las películas de Frank Capra. Pero da igual, porque los diálogos son brillantes, porque el ritmo del filme es el adecuado y Wetiz utiliza con elegancia a unos secundarios que aparecen y desaparecen para desvelar los secretos del personaje principal. Elle está tan bien construida que probablemente represente a la abuela que toda y todo feminista quisiera tener.

Volviendo al ensayo El cine feminista y el cine de temática feminista de Pastora Campos, las mujeres sentirán placer “al identificarse con un personaje femenino fuerte e independiente, que es capaz de controlar el progreso de la narración y los acontecimientos de la ficción para llegar a una solución en la que se erija como “vencedora”, y cuya condición de mujer haya sido el elemento fundamental de su victoria”. Esta es la clave de Grandma, donde se tocan temas como la liberación sexual de la mujer, el aborto, el éxito, sus responsabilidades sociales y su lugar fuera de los antiguos estereotipos familiares.

Es todo un éxito que sea Weitz, el director de Amercian Pie, el que esté detrás de esta historia de mujeres donde dos hombres también tienen un papel, ojo, aunque uno sea un idiota y otro simplemente esté herido. Sin embargo, algo falla, algo casi imperceptible que nos hace reflexionar si todavía es demasiado pronto para que sea un hombre el que se meta en la psique de una mujer. ¿Es necesario que las tres protagonistas sean mujeres con un desorden sentimental tan extremo? ¿Existen mujeres tan extravagantes? Un par de sospechas mínimas si tenemos en cuenta que el gran triunfo de Weitz ha sido resucitar a la nueva abanderada del feminismo, Lily Tomlin.

Un juez de Utah le retira la custodia de una niña a una pareja de lesbianas

El togado asegura que la pequeña adoptada de un año de edad estará mejor con una familia heterosexual

A Beckie Peirce y April Hoagland un juez les ha roto el corazón. No saben muy bien si la decisión que ha tomado tiene que ver con sus creencias religiosas o con un rechazo a la comunidad homosexual, pero el caso es que ha decidido que la niña que habían adoptado de un orfanato el pasado mes de agosto abandone su hogar. El magistrado cree que estará mejor con una pareja heterosexual.

“No es justo y no está bien y me duele muchísimo”, dijo Hoagland a una estación de televisión local. El año pasado se casó con Pierce, aprovechando la histórica luz verde por parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Estas dos residentes del condado de Carbon, en el estado de Utah, ya tenían dos hijos biológicos y con el certificado de matrimonio en la mano, tomaron la decisión de ampliar la familia. Presentaron los papeles y lo lograron, dando la bienvenida a una niña de un año de edad a su casa, un sueño hecho realidad.

Pero el viernes, el juez Scott Johansen decidió entrometerse en sus planes y sacar a la niña de su casa, una decisión a la que llegó después de hacer sus propias indagaciones sobre el comportamiento de los niños ante situaciones similares. Hoagland explicó que Johansen descubrió que los niños no tienen tan buen desempeño en hogares de parejas homosexuales como en casas donde hay un padre y una madre.

“Creo que es una decisión basada en principios religiosos”, indicó Pierce, un hecho que pretenden apelar y pelear hasta el final, y que ha encendido las alarmas entre en el defensores de los derechos del colectivo LGBT. Pierce alega que la división de servicios sociales de Utah quiere que la pareja se quede con la niña, “la madre también quiere que nos quedemos la niña, así que el único obstáculo en el camino es el juez”.

Un magistrado que no es la primera vez que es noticia en los medios locales por sus decisiones polémicas. En 2012, Johansen le sugirió a la madre de una adolescente que enfrentaba cargos por haberle cortado casi todo el pelo a un niño pequeño, que trajese una tijeras y se cortara ella misma la coleta en plena corte de justicia, una forma de reducirle la sentencia. Ojo por ojo.

Esto, sin embargo, reabre el debate sobre la conveniencia o no de que las parejas de homosexuales adopten niños, en pleno movimiento a favor de las uniones entre personas del mismo sexo en EEUU. Para muchos sigue siendo una píldora muy difícil de digerir.