Jesús Santos, el eterno amor de Pedro Zerolo

Se conocieron cuando ambos trabajaban en el Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid. Tras casi una década de relación, se casaron en el año 2005

Zerolo y Santos el día de su boda

Zerolo y Santos el día de su boda JOSÉ MARÍA BARROSO/ VICTOR INCHAUSTI

Muy poco se conoce de Jesús Santos, el viudo y gran amor de Pedro Zerolo, exconcejal del Ayuntamiento y diputado electo en la Asamblea de Madrid, quien ha fallecido a los 54 años tras batallar contra el cáncer de páncreas. Según ha confirmado la familia del carismático político del PSOE, Santos, su pareja desde hace 19 años, y esposo desde 2005, ha estado a su lado hasta el momento de su muerte.

La relación de Zerolo y Jesús Santos es una historia de amor y activismo. En una entrevista con ABC en 2014, Pedro Zerolo decía que su matrimonio en 2005 había sido la combinación de esos dos factores. «Llevo ‘casado’ de hecho 18 años y de derecho desde el 1 de octubre de 2005. Jesús y yo nos casamos por activismo y amor, conscientes de que el amor es el mejor de los activismos y de que era necesario construir referentes», dijo en ese momento.

Santos ha sido descrito en muchas ocasiones como un hombre discreto, culto y guapo, que siempre ha estado al lado de Zerolo en campañas, estrenos y presentaciones pero en segundo plano, sin buscar protagonismo o llamar la atención. El socialista conoció a Santos cuando ambos militaban en el Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid (Cogam), del que Zerolo fue dirigente hasta su incorporación al Partido Socialista de Madrid.

Jesús Santos, que pertenece al departamento de Coordinación del Instituto Europeo de Diseño, ha compartido el compromiso político y social de su pareja, algo que él mismo señaló a la prensa después de su matrimonio. «Llevamos mucho tiempo en esta lucha y, de hecho, nos conocimos trabajando en los colectivos», dijo en ese momento según recoge la página web del PSOE.

La pareja contrajo matrimonio en el mes de octubre de 2005, fecha en la que legalmente se comprometieron a estar en lo bueno y en lo malo. Algo que Santos recalcó en una entrevista con ABC: «Por supuesto,siempre ha sido así desde que nos conocimos. No lo entendería de otra manera». Casi siempre se les veía tomados de la mano y con gestos modestos de cariño.

El diseñador señalaba en esa ocasión que no hacía falta renovar votos o una segunda boda para confirmar su amor por Zerolo. «Renovamos los ‘votos’ todos los días. Nos queremos mucho», confesó, para apuntar que más allá de los días de la quimioterapia, la pareja era feliz. «Salvo el día de la quimio, de pruebas o cuando aparece algún efecto secundario, somos muy felices día a día, porque disfrutamos de las pequeñas cosas».

El niño acosado se hace escritor

El escritor francés Édouard Louis, en Madrid

El escritor francés Édouard Louis, en Madrid. / BERNARDO PÉREZ

Durante dos años, Édouard Louis acudió fielmente a la cita con sus acosadores en un pasillo del colegio. No contó las vejaciones ni los golpes hasta muchos años después, cuando decidió escribir un libro sobre su infancia en Hallencourt, un pequeño pueblo del norte de Francia donde no había lugar para la diferencia. Y no lo contó porque Louis batalló contra sí mismo —su amaneramiento, su delicadeza, su orientación sexual— para ser como los demás. Por las mañanas se decía ‘Hoy voy a ser un tío duro’. O, lo que es lo mismo, jugar al fútbol, beber hasta rozar el coma etílico, besar a chicas, faltar a clase, disimular que no le concernían pintadas como “Muerte a losmarikas”. La cima de aquel ejercicio de falseamiento se alcanzó el día que se acercó a otro alumno de su centro, tan sospechoso como él, y le espetó: “Cierra esa bocaza, maricón”.

Louis, que acaba de licenciarse en Sociología en la Escuela Normal Superior de París, nació en 1992 con un nombre que le aplastó tanto como sus ademanes afeminados: Eddy Bellegueule, algo así como Eddy el Guaperas. En 2013 se lo cambió. “No era solo un nombre, era también una historia. Cada vez que que escuchaba Eddy Bellegueule, escuchaba ‘maricón’ y ‘pobre’. Era el nombre de mi infancia y yo odiaba mi infancia. Mi autenticidad es lo que yo construyo. Eddy Bellegueule era algo que los otros habían hecho, no lo que yo era. Cambiar el nombre era una manera de decir lo que quiero ser”, explica durante una entrevista en Madrid.

En Hallencourt fue víctima de la miseria física (frío, a veces hambre) y moral. Muchos allí lo son. El anciano que se dejó morir en su cama entre orines y heces, con los calcetines incrustados en los tobillos. Los niños que juegan a ahorcar gallinas con hilo de pescar. El padre de Édouard era el único con derecho a hablar durante las comidas. La madre le reprochaba que fuese la vergüenza de la familia. Leer estaba mal visto. Todo ello, y crueldades mayores, se relata sin artificios literarios en Para acabar con Eddy Bellegueule(Salamandra), la novela autobiográfica escrita por Édouard Louis traducida del francés por María Teresa Gallego Urrutia. Tres editoriales rechazaron el original antes de que Seuil lanzase una tímida tirada de 2.000 ejemplares y después de una cuarentena que duró 14 meses. El libro fue un mazazo en el país que inventó los derechos humanos. La prensa se dividió a favor y en contra. Sus antiguos vecinos le insultaron. Algunos medios enviaron periodistas a Hallencourt para verificar si la historia narrada era real. Manipularon el entorno. Su madre le atacó. “La llevaron a otra casa y le dieron otras ropas para decir que yo mentía”, revive. Nadie pidió perdón por haberle insultado, escupido, agredido o difamado en la infancia. La obra se convirtió en un superventas: 230.000 ejemplares, traducciones a 20 idiomas, miles de cartas y correos electrónicos de víctimas de la homofobia en otros lugares (también en España). Louis se liberó al huir, aunque paradójicamente vivió su alejamiento del pueblo como un fracaso. “A esa edad vencer habría supuesto ser como los demás”, escribe.

Un día antes de la entrevista había entregado su segundo novela,Historia de la violencia. De nuevo vida real: la de un inmigrante de la Cabilia que Louis utiliza para denunciar la marginación que sufrieron en Francia oleadas de argelinos tras la guerra de la independencia. Literatura política. Vivencias personales al servicio de la historia colectiva contemporánea. Una nueva disección de la violencia. “No me gusta la literatura que es un mero ejercicio de estilo. Tenía razones políticas para escribir mi libro. El mundo de mi infancia estaba ausente de la literatura. Intenté incluir en la literatura lo que la literatura excluye”.

Muere Pedro Zerolo

Zerolo-Madrid-concejal-socialista

“Quizá de tanto gobernar en el PSOE nos dejamos los principios por el camino”

Pedro Zerolo, activista y político, ha fallecido en Madrid a los 54 años. El diputado electo por el PSOE en la Asamblea de Madrid, que ayer no pudo recoger su acta de diputado debido a su delicado estado de salud, padecía un cáncer de páncreas desde diciembre de 2013

Zerolo, en la actualidad secretario de Movimientos Sociales de la Ejecutiva de Pedro Sánchez en el PSOE, se ha mantenido activo en la vida política a pesar de la dureza del tratamiento al que se ha visto sometido. De hecho, después de que Tomás Gómez fuera apartado de la candidatura socialista en la Comunidad de Madrid poco antes de los comicios, Zerolo se ofreció a encabezar la candidatura del PSM. Finalmente ocupó el tercer puesto de la lista de Ángel Gabilondo.

Nacido en Caracas en 1960 y tras vivir su infancia y juventud en Canarias, Zerolo centró su labor como abogado a su llegada a Madrid en el activismo social. En 1992 comenzó a trabajar en los servicios jurídicos del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid, COGAM, entidad que presidió poco después. En 1998 fue nombrado presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, FELGTB. Abandonó el puesto en 2003 para dar el salto a la política.

En el PSOE, como responsable de Movimientos Sociales, fue uno de los promotores de la aprobación del matrimonio gay en 2005 tras la llegada al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Desde junio de 2003 y hasta estos comicios ha sido concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid. Tras las elecciones del 24-M fue elegido diputado en la Asamblea de Madrid.

La capilla ardiente, en la Casa de la Villa de Madrid

La capilla ardiente de Pedro Zerolo se instalará en el Patio de Cristales de la Casa de la Villa, han informado fuentes municipales a Europa Press, después de conocerse la muerte del concejal en funciones.

La alcaldesa en funciones, Ana Botella, ha propuesto a la familia que el velatorio tuviera lugar en el Patio de Cristales y la familia de Zerolo ha aceptado.

Este emplazamiento está muy vinculado a la actividad de concejal del socialista, tanto por los años que pasó en la Casa de la Villa cuando se celebraban ahí los plenos mensuales como hasta hace unos meses, cuando seguía acudiendo a las comisiones de Familia, Servicios Sociales y Participación Ciudadana, de las que era portavoz del PSOE.

Las terapias de conversión para homosexuales que quiere prohibir EEUU son aún legales en España

Mientras Estados Unidos estudia la posibilidad de prohibir las terapias de reorientación sexual, tal y como anunció el presidente Barack Obama el pasado abril, en España no hay ninguna ley que prohíba explícitamente estas prácticas.

Las terapias de conversión son intervenciones, normalmente con terapia psicológica, que tienen como objetivo cambiar la orientación sexual o identidad de género de una persona por considerar que ésta es inadecuada. En la mayoría de los casos estas terapias se dan en familias con profundas creencias religiosas y están a menudo dirigidas a niños o adolescentes que no tienen autoridad legal para tomar sus propias decisiones médicas.

El debate sobre este tipo de terapias se ha reabierto en EEUU a raíz del suicidio de la adolescente de 17 años Leelah Alcorn. El fallecimiento de Leelah, que fue obligada a asistir a una terapia de conversión, provocó una oleada de indignación que ha terminado con una campaña de recogidas de firmas en la que se exige al presidente Obama que prohíba este tipo de prácticas.

La Casa Blanca, a través de un comunicado, ha asegurado compartir la preocupación por los “efectos potencialmente devastadores” de estas terapias y ha afirmado que el gobierno “apoya los esfuerzos para prohibir el uso de la terapia de conversión en menores de edad”.

España en un limbo legal

En España, aunque este tipo de actividades pueden ser perseguidas por medio del concepto jurídico de lex artis, que obliga a todo profesional médico a realizar su trabajo con un estándar mínimo de profesionalidad para evitar la mala praxis, no existe una ley que las prohíba de forma explícita. De esta forma, es el propio paciente el que deberá iniciar un procedimiento que podría terminar en la inhabilitación del profesional implicado.

Sin embargo, esto rara vez sucede. “Muchos de los pacientes de este tipo de terapias acuden presionados por su entorno y avergonzados de su propia orientación sexual, lo que hace difícil que salgan muchos casos a la luz”, asegura Jesús Generelo, presidente de la Federación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales. Además, continua Generelo, “no nos consta que en España se haya inhabilitado a ningún psicólogo por este motivo, cosa que sí ha sucedido en EEUU”.

Este criterio también es compartido por Juan Manuel Peris, asesor del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid en temas de LGTB. “A lo largo de mis años de carrera nunca me he encontrado un paciente que haya querido denunciar su caso, tras pasar por una de estas terapias”. Además, asegura que este tipo de intervenciones dejan importantes secuelas y “los pacientes suelen necesitar varios años de terapia para corregir el daño que les han hecho”.

“Todos los colegios profesionales de psicólogos rechazan absolutamente este tipo de terapias”, asegura Peris, “pues causan mucho más daño del que supuestamente quieren reparar”, ya que obliga a los pacientes a “luchar contra su propia naturaleza”. Según Generelo, “puede que los padres lo hagan de buena voluntad, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de terapias que se basan en la aversión a uno mismo”.

En qué consisten las terapias

Históricamente se han aplicado todo tipo de métodos para intentar reorientar sexualidad. Hasta mediadios del siglo XX, estos tratamientos incluían intervenciones quirúrgicas como la histerectomía (extirpación de los testítculos), la ablación (extirpación del clítoris) o la lobotomía. Durante la segunda mitad del siglo veinte se han utilizado otros métodos también agresivos como el tratamiento de electroshocks o las terapias de aversión.

En la actualidad no se disponen de tantos datos, ya que “la mayoría de los centros que realizan este tipo de prácticas son muy discretos y no hacen tanta publicidad como antes”, asegura Generelo. Sin embargo, entre los tratamientos más usuales se encuentra el uso de medicación para reducir la libido (castración química), junto con el uso de antidepresivos y ansiolíticos. “He tenido varios pacientes que han pasado por algunas de estas terapias y llegaban a tomar hasta 8 pastillas diarias”, asegura Peris. En cuanto al precio, pueden rondar los 120 euros semanales, según algunos testimonios.

Pueden inducir al suicidio

La comunidad científica no deja lugar a dudas. La homosexualidad o la transexualidad no son tratables, simplemente porque no son enfermedades ni trastornos. Así lo establece tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1990, como la Asociación Americana de Psicología (AAP), que en 1973 eliminó la homosexualidad como trastorno de su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Según la AAP “la suposición de que la homosexualidad y la bisexualidad son trastornos mentales se basa en teorías psicoanalíticas desfasadas” y aseguran que “estas ideas han sido ampliamente desacreditadas mediante evidencias”.

Sin embargo, el rechazo de la propia orientación sexual sí que se considera un desorden del desarrollo sexual. La OMS define la orientación sexual egodistónica como un desorden en el que “la orientación o la preferencia sexual no está en duda, pero el individuo desea que fuera diferente porque lo asocia con trastornos psicológicos o de comportamiento, y podría buscar tratamiento para cambiarla”. Los casos en los que el individuo asocia su orientación sexual a algún tipo de trastorno, se suelen deber en la mayoría de los casos a “una homofobia interiorizada”, asegura Peris. Lo que se debe hacer en estos casos, según la mayoría de los profesionales consultados, es tratar de que el paciente asimile su orientación sexual con naturalidad.

Los estudios realizados a lo largo de las últimas décadas tampoco dejan lugar a dudas sobre la nula efectividad de las terapias de conversión y sobre sus efectos adversos. Un análisis detallado de todas los artículos científicos sobre este tipo de terapias publicados entre 1960 y 2007 demostró que es “poco probable que los individuos tratados sean capaces de reducir su atracción por el mismo sexo o aumentar su atracción por sexo opuesto”. El mismo estudio, llevado a cabo por la AAP, concluyó además que estas terapias provocan “efectos secundarios negativos que incluyen pérdida del apetito sexual, depresión, tendencias suicidas y ansiedad”.

Igualmente, un informe emitido por el Banco Mundial en 2012 concluía, en base a todos los estudios científicos realizados hasta la fecha, que existe “una abrumadora cantidad de evidencias” que demuestran que la terapia de conversión es “ineficaz, innecesaria y potencialmente dañina”.

 

La importancia de llamarse Paul

Publicado por Página12

Por primera vez visita la Argentina Paul B. Preciado, una de las voces (españolas y también francesas) fundamentales de la Teoría Queer. Invitado por el MALBA y el Centro Cultural de España en Buenos Aires, este filósofo y curador de arte conocido como Beatriz Preciado hasta hace poco tiempo expone su decisión de habitar la masculinidad y el goce político que esto implica. La letra “B” persiste en su nombre como rastro de su historia personal, que incluye sin dudas el compromiso con los feminismos. A la pregunta ¿por dónde pasa hoy el desafío?, responde que por la inclusión de las políticas sexuales dentro de un movimiento de emancipación más amplio: “La revolución por venir será a partir de alianzas transversales con otros colectivos ninguneados o no será”.

paul b preciado

Paúl B. Preciado

Paul B. Preciado vuelve carne la crítica. Es en sí mismo la encarnación de los mismos cuestionamientos al régimen biopolítico que desarrolla en sus libros. Eso es ser autocobayo. De eso se trata el llamado a la intoxicación voluntaria que propone en su famosísimo Testo Yonqui: micropolíticas bioterroristas, autoexperimentación, ejercicios de reprogramación del género. Así como hizo Benjamin con el hachís, Freud con la cocaína o Micheaux con la mezcalina, enmarcados en toda una tradición de pensadores que usaron sustancias psicoactivas para producir conocimiento, Preciado vio en la testosterona una droga política, una arma química con el potencial de hacer explotar al sistema sexo/género desde adentro. En sus textos y en persona ha denunciado los protocolos de reasignación sexual (regulados por las instituciones médicas y jurídicas) como medios para normalizar la plasticidad sexual: “No quiero el género femenino que me fue asignado en el nacimiento. Tampoco quiero el género masculino que la medicina transexual me promete y que el Estado me acabará otorgando si me porto bien”. La heterosexualidad y la homosexualidad no existen, son ficciones políticas, dice. Del mismo modo que ser hombre o ser mujer son construcciones producidas “por un conjunto de tecnologías de domesticación del cuerpo”. Más que luchas identitarias –explica Preciado en Manifiesto contra-sexual, libro catalogado como una de las propuestas más influyentes y provocadoras de la filosofía contemporánea– “lo que me interesa es que las técnicas de producción de verdad, cuerpo y subjetividad no sean capturadas por el neoliberalismo, la elite sexual, el monolingüismo, sino que estén abiertas a lo múltiple: no se trata de ser un funcionario homosexual sino un revolucionario total”. Paul B. Preciado, agitador de mentes y cuerpos, es profesor en la Universidad París VIII, doctor en Teoría de la Arquitectura en Princeton, master en Filosofía contemporánea y Teoría de género en la New School for Social Research de Nueva York, donde tuvo como maestros a Agnes Heller y Jacques Derrida. Un montón de títulos que, según él mismo aclara, no sirven para nada si no se ponen al servicio de desarmar la dimensión técnica de todo aquello que se presenta como “natural”.

Qué dice un nombre

Desde diciembre de 2014, la persona que escribió Manifiesto contra-sexual, Pornotopía, Testo Yonqui, entre otras biblias de la teoría queer, decidió intensificar un proceso de masculinización, que empezó con la experiencia de administrarse testosterona de modo experimental desde 2005, y que ahora, con dosis más altas, ha cambiado de modalidad. Entre muchos otros efectos –“mi voz y mi cuerpo están cambiando”– hay uno lingüístico: Preciado hoy lleva el nombre masculino, según sus palabras, como una máscara más y a su vez como “una variable discursiva tremendamente importante para modular mi género”. Casi no hay fotos de esta etapa más que las que se ven en esta nota porque Preciado no ha querido documentar este proceso con imágenes sino con palabras. “A todas las sensaciones que experimento con el cambio de nombre y esta nueva transición las anoto compulsivamente. El nombre nuevo es una ficción, igual que el anterior. Pedirle complicidad a la gente, que te llame por otro nombre, incluso uno en el que al principio no te reconoces, es un pacto colectivo bellísimo. Un ejercicio de desidentificarme. Vivo este borrado con un enorme goce político. Cada vez que alguien me llama ‘Paul’ borra conmigo lo que el género normativo quiso hacer de mí. Tengo 44 años y me siento como un niño, llamando a todas las cosas de nuevo.”

¿Cómo decidís cambiar de modalidad?

–Hablar de transición lenta o rápida es una modulación política. La transexualidad, como la homosexualidad, es una noción inventada por la medicina. En la mayoría de los países europeos, si quieres cambiar de sexo, tienes que reconocerte como disfórico e iniciar una “terapia” para pasar de F a M o al revés. Cuando te piensas a ti mismo como un disidente del sistema sexo-género, la cuestión de cambiar de un lugar a otro, puesto que ambos son ficciones, no va. En mi caso es difícil hablar de algo así como “un punto de inflexión”. El supuesto cambio rápido legal hubiera sido entrar en el protocolo, administrarme 250 ml de testosterona por semana hasta que un comité médico me permita cambiar de nombre. La transición a mi ritmo ha sido una forma de mediar con mi propia tradición feminista, reapropiarme estratégicamente de la masculinidad sin ocupar una posición normativa. Me cuesta pensar por qué alguien elegiría un solo género toda la vida. No veo mi situación como excepcional; lo excepcional es la inmovilidad de género en el resto de la gente. Estoy cambiando ahora, pero tal vez al final de mi vida quiera cambiar a otra cosa.

Además, la B persiste…

–Durante mucho tiempo quise afirmar la posición de las mujeres como minoría en la filosofía pero al final tuve que renunciar y acabé de reconocer mi propio deseo, que políticamente es muy importante. Me conocieron como Beatriz, bueno, ahora le tendrán que dar la vuelta. Esa B está ahí como el rastro de temporalidad política, de lucha feminista. Estoy envejeciendo. Mi propia temporalidad casi es como la historia del feminismo del siglo XX y XXI. Viví en una dictadura, los ’70, me asignaron sexo femenino. A los cinco años alguien me llama bollera, me construyo desde la resistencia a esa injuria, luego voy a Estados Unidos y allí me doy cuenta de que no soy homosexual, soy queer. Accedo a la testosterona, sin ver diferencia entre ella y la filosofía.

¿Por qué no hay diferencia?

–Ambas son técnicas de producción de subjetividad, así como el chamanismo, la ayahuasca. Hay muchísimos rituales de transformación de la subjetividad. Yo tengo acceso a algunos que tampoco son la maravilla. Pero hay que sobrevivir con lo que hay. La transexualidad para mí no es volver a un origen, sino una deriva. Por supuesto que no transformas tu subjetividad y tu cuerpo solo, hay un colectivo alrededor. Pude acceder a la testosterona que estoy tomando ahora porque soy profesor de la Universidad de Nueva York y con el sistema médico pude ir a una clínica nada tradicional especializada en minorías sexuales. Aquellos históricamente patologizados, a los que se nos ha negado el acceso a las técnicas de producción de subjetividad, de repente encontramos un lugar para articular nuestros propios lenguajes con nuestras propias técnicas y resignificarnos políticamente. Cuando llegué a esta clínica dije: “Esta es mi casa, éstos son mis parias”.

¿Qué otros cambios le trajo a tu vida diaria esta forma de habitar la masculinidad?

–Estoy en un momento en el que ya no puedo entrar ni en los baños de hombres ni en los de mujeres, ni a las tiendas de hombres, ni las de mujeres. ¡Me echan de todos los sitios! Tomo aún más conciencia de las violentas y constantes fronteras de género. El espacio público y el supuesto espacio privado están absolutamente segmentados en términos de género. Está tan hipercodificado que el simple hecho de que pudiera haber mujeres con barba sería un escándalo. Y parece una estupidez. Hablar de las mujeres con barba debería darnos vergüenza: si hubiera sabido que iba a estudiar tantos años filosofía para acabar hablando de la depilación con láser… (risas). Pero realmente es así: la depilación con láser es una técnica de normalización necesaria para la estabilidad del sistema. Así que lo siento por la banalidad…

Qué dice un rostro

Toda arquitectura corporal es política. Preciado lo sabe desde la niñez, cuando le vio la cara al aparato médico, que fue el que le reconstruyó su propia cara. “Nací con una deformación de mandíbula. Durante años no tuve fotografías personales, sólo médicas. En casa no hacíamos fotos porque yo era deforme.” Pasó por dos cirugías de mandíbula, a los 7 y a los 18. Con todo cicatrizado escuchó por todos lados “estás fantástica”, ahí es cuando se dio cuenta de que “mi imagen y la que los otros veían no coincidían ni coincidirían nunca”. ¿Es la cara el reflejo del alma? Preciado responde que no: que la suya es el espejo de la medicina plástica, bastante poco sofisticada, de la España de los ochenta. “En Manifiesto contra-sexual pensaba la sexualidad a partir de la prótesis y no del órgano. Los movimientos que mejor respondieron a ese libro fueron los de diversidad funcional: tenían la necesidad de pensar la prótesis políticamente. No soy de hablar mucho de esto pero yo vengo de ahí, vengo de esa deformación congénita de mandíbula, porque pasé toda la niñez en contacto con el sistema médico en una redefinición constante de lo que era mi cara. Además tuve dificultades en el colegio, acabé en un grupo de educación especial para ocho alumnos con problemas de autismo y de adaptación al medio escolar. Mi infancia se dio en la tensión entre la diferencia y la normalización, y me ha dado una relación particular con el discurso científico y médico al que me dirijo casi como a un padre, en el peor sentido de la palabra.”

Garganta profunda

Al poder hoy no se lo obedece, se lo traga. En forma de cápsulas, por la boca, o se lo absorbe por los poros. Es líquido, viscoso, aspirable e inyectable. A veces, transparente. Siempre, dispuesto a fluir. Para Preciado –y alrededor de esa idea entre otras gira Testo Yonqui– el poder ya no produce cosas sino estados del alma, tejidos vivos, deseos, reacciones químicas, que también son moneda de cambio en el mercado. El poder ya no somete desde afuera como un aparato de ortodoncia, hace uno con el cuerpo. Se traga, también, a través de la mirada cada vez que la pantalla indica cómo hay que gozar, cómo consumir y consumar. La verdad del sexo toma forma de imperativo visual. Paul B. Preciado llama a este momento en el cual el poder ya no es ni vigilante ni castigador, exclusivamente, era farmacopornográfica. En Testo Yonqui, su diario íntimo de intoxicación voluntaria, un manifiesto tan personal como político para expandir el mal ejemplo, donde el autor demanda que el Estado saque sus números de sus genitales, Preciado respondió preguntas como ¿qué tendrá que ver el sexo con la economía? ¿Por qué la heterosexualidad produce plusvalía a través de la división del trabajo sexual? ¿Por qué ser hombre, mujer, heterosexual, homosexual, no son más que etiquetas? “Nunca fue pensado como un texto documental –dice–, las interpretaciones literales de lo que cuento allí no van porque no hay pretensión de verdad, sino ficción política”.

En Testo Yonqui te definís como pirata de género en contraposición al activista legalista. ¿Qué sucede cuando todo pasa por ingresar a la legalidad?

–No se trata de privilegiar unas luchas sobre otras, ni de pensar que la batalla por el matrimonio y la adopción, etc., no son la vía. Hay multiplicidad de estrategias que operan a distintos niveles. Todas necesarias. El problema es cuando una de ellas se convierte en finalidad última de activismo, que es lo ocurrió con el matrimonio. Me interesa inscribir las políticas sexuales dentro de un movimiento de emancipación más amplio que incluye a minorías raciales, minorías colonizadas y movimientos feministas. Hay una lucha, en absoluto acabada, por la redefinición del espacio democrático. Sabemos que el espacio democrático de la modernidad, que supuestamente se abre con la Revolución Francesa y al que tanto bombo y platillo le solemos dar como un espacio ejemplar, en realidad, es excluyente. Deja afuera un conjunto de sujetos que no son reconocidos como ciudadanos de derecho. Desde el siglo XVIII asistimos a un conjunto de luchas por la redefinición de ese espacio.

Dijiste alguna vez que más que luchar por el acceso equitativo al matrimonio sería más interesante luchar por abolirlo.

–En la medida en que, por ejemplo, hay una relación entre matrimonio y acceso a la nacionalidad, como en la mayoría de los países, ahí el matrimonio homosexual es una forma de reconocimiento del sujeto político. Pero eso no debe evitar que haya otras estrategias de lucha, más revolucionarias, de trasformación de las técnicas de gobierno. Lo central es quién tiene derecho a definir quién nos gobierna y cómo queremos gobernarnos. Históricamente, las mujeres, los homosexuales, los discapacitados, los adictos y todos los etcéteras de una lista que es casi la totalidad de la población, porque ahí también entran niños y ancianos, han quedado fuera de lo importante. Si miramos bien, ¡el espacio democrático está vacío! Las minorías han inventado una cultura de resistencias y ésa es otra utopía de espacio democrático, otras formas de relación, otros modos de vida, como relaciones múltiples o una filiación que no es necesariamente biológica. La belleza de nuestros movimientos minoritarios es que, no habiendo sido considerados sujetos de derecho, sin embargo, tenemos la capacidad de inventar nuestras propias técnicas de gobierno. Es una paradoja enorme.

A fondo y a la izquierda

Todos los que alguna vez fueron los impensables del feminismo aparecieron en el Manifiesto contra-sexual, su primer libro: juguetes sexuales, sexualidad anal, asignación del sexo de los bebés intersex, cultura BDSM. Preciado los convoca como los proletarios desviados de una revolución corporal. Habla para “la butch, la camionera, las bromas ontológicas, las imposturas orgánicas, las mutaciones prostéticas”. Un grito hacia las masas queer para reclutar a los invertidos del mundo pero no sólo a ellos: “La cosa va más allá de constituir a los lgbti como sujetos políticos. ¿Y la diversidad funcional, y la infancia, la animalidad, la Tierra? Las propuestas políticas radicales deben venir en esa línea, del conjunto de alianzas transversales”.

¿A qué se deben las dificultades del movimiento para armar alianzas transversales con otros colectivos?

–No veo tantas dificultades, por lo menos en Europa, que es el contexto que más conozco. Acabo de llegar de Estados Unidos a España justo para las elecciones municipales. La izquierda obtuvo muy buenas posiciones. Hay un tremendo entusiasmo popular. Los ’80 y ’90 aquí fueron de mucha despolitización excepto por las luchas del sida y la emergencia de los movimientos trans e intersex. Aparecían como muy periféricos pero ponían en escena un cuerpo vulnerable a las estrategias de normalización de la industria farmacológica y la gestión neoliberal. Después, la gestión neoliberal, farmacológica, etc., se han extendido al resto de la población. Después viene la crisis de 2008, con una enorme precarización de las clases medias en Europa, que ha hecho que se sientan vulnerables. Entonces se abrieron nuevas estrategias y aparece una nueva transversalidad, con los temas de precariedad y acceso a la vivienda, por ejemplo. Se han tomado estrategias que venían de las luchas del sida o del escrache argentino. Todas con mucha visibilidad performativa en el espacio público. Ese nuevo cuerpo vulnerable ha tomado forma a partir de 2008 y ha permitido que emerjan nuevas alianzas entre, por ejemplo, trabajadoras sexuales y los sin techo.

Es decir que las estrategias lgbti terminan nutriendo a otros colectivos.

–En Europa ha habido una emergencia fascinante de los movimientos de diversidad funcional y cognitiva, lo que antes llamábamos discapacidad, que está tomando modelos de acción de las políticas queer. Lo mismo con la cuestión racial, anticolonial y de migración. Ahora mismo esa frontera líquida que es el Mediterráneo, que divide Europa de Africa, se ha convertido en necropolítica, un lugar de muerte masiva. Eso ha generado una nueva conciencia: tenemos que tomar posiciones colectivas con respecto a cómo estamos definiendo la frontera política de Europa. Ya no se trata tanto de la identidad, de si somos gays, lesbianas, trans o lo que sea. El conjunto de tecnologías que nos normalizan son transversales, nos atraviesan a todos. En vez de seguir distrayéndonos con nuestras pequeñas luchas identitarias, pensemos cuáles son las técnicas de producción de la vida con las que nos queremos construir colectivamente. La identidad al final es otra de las ficciones de las que se sirve el neoliberalismo para evitar que podamos llevar a cabo una lucha global.

¿Estas nuevas alianzas podrían ser las nuevas multitudes queer?

–El interés que tuve, hace varios años, en inventar la noción de “multitudes queer” era establecer un diálogo entre la izquierda radical y los movimientos feministas y queer. Históricamente ha habido una ruptura entre esas dos tradiciones, que probablemente explique el fracaso de ambas. A esas multitudes de clase de la izquierda radical debíamos también poder pensarlas desde la sexualidad, cuestiones de razas y colonialismo. Las masas revolucionarias han estado para la izquierda descorporalizadas o encarnadas por un cuerpo masculino heroico. Yo quería poner en el centro un cuerpo no masculino, vulnerable, marica, indígena. Creo que la izquierda no me hizo mucho caso en ese momento (risas), pero esa noción me parece hoy muy operativa. La tradición de la izquierda ha sido muy cómplice del patriarcado. Ahora es tiempo de pensar juntos qué es la izquierda hoy.

En el principio la vedette fue el dildo, ¿cuáles son hoy las tecnologías que te interesan?

–Cuando me puse a trabajar sobre dildos era como un chiste. Un objeto impuro e invisibilizado. Estaba presente en la cultura lesbiana pero no se podía hablar de él porque surgían los fantasmas de que el dildo era un elemento patriarcal. Estaba haciendo un doctorado en teoría de la arquitectura y decidí mirar los dildos desde el punto de vista de la historia de la tecnología. Las tecnologías del cuerpo, como la testosterona, la píldora, etc., son productoras de subjetividad. En ese sentido hoy me interesan los medios de comunicación, las redes sociales, la informática. Como aparatos de producción de conciencia colectiva, ofrecen posibilidades de normalización y resistencia. Pienso a las tecnologías en sentido amplio, no son sólo máquinas: el matrimonio es una técnica, la familia también. Estoy prestando atención a lo que pasa en Estados Unidos con el Truvada. Se cree que va a prevenir el contagio del sida. El gobierno y los laboratorios piensan distribuirlo masivamente en los supuestos “grupos de riesgo”. Entonces, para las biomujeres tenemos la píldora y, ahora, a las “masculinidades de riesgo” (minorías raciales, etc.) se las trataría con Truvada. El resultado: una sexualidad totalmente mediada por técnicas farmacológicas.

Bestiario

En marzo de este año en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), el mismo día de la inauguración, se suspendió la exposición La bestia y el soberano, en la que desde hace más de un año y medio venían trabajando como curadores Paul B. Preciado, el historiador del arte Valentín Roma (ambos del equipo del museo) y los alemanes Hans D. Christ e Iris Dressler. El director del museo, Bartomeu Marí, declaró a último momento que había descubierto una pieza inapropiada y exigió su retirada. Frente a esto, los curadores decidieron suspender la muestra. La obra “degenerada” es una escultura de la austríaca Inés Doujak que no es nueva: ya había participado de la Bienal de San Pablo el año pasado. La obra muestra al rey Juan Carlos I siendo penetrado por la activista feminista boliviana Domitila Barrios de Chúngara. No es un dato menor que la presidenta de honor del patronato del MACBA sea la reina Sofía, esposa de Juan Carlos I. Finalmente la obra de Doujak se exhibió igual (y la venta de entradas del museo aumentó un 50 por ciento), el director de museo renunció pero antes despidió a Valentín Roma y Paul B. Preciado. “Valentín y yo –dice Preciado– siempre imaginamos que en algún momento las autoridades nos iban a querer ahorcar por las propuestas que llevábamos, ¡pero nunca pensamos que saldríamos de allí de manera tan esperpéntica!”

¿Cuál es tu reflexión sobre este episodio de censura ahora que han pasado algunos meses?

–Estamos en juicio contra el museo, así que por ahora no puedo explayarme muchísimo. Pero no creo que haya que leerlo en términos de censura sino de control institucional. El director del MACBA estuvo al corriente de todo, conocía la obra de Inés Doujak. Pero cuando la escultura llega al museo y el director le presta verdadera atención entra en un colapso epistémico. Dice que no puede exponerla porque la fundación MACBA, cuyo presidente es Leopoldo Rodés Castañé, un amigo personal del rey, lo iba a echar. Deja en evidencia que el museo público está controlado por la fundación que es propietaria de las obras y tiene unas relaciones oligárquicas con la casa real. La pregunta es cómo estamos definiendo el museo público, ¿es un espacio de representación del poder o un espacio de debate? El gobierno de la ciudad de Barcelona venía observando la programación que hacíamos con Valentín. Me han dicho que yo no programaba para el “público” sino para los sudacas, los inmigrantes, los discapacitados, las lesbianas, que era una programación de extrema izquierda. En el fondo lo que pasó en las últimas elecciones (en muchas posiciones los gobiernos de derecha fueron desplazados por las izquierdas) era algo que ya veían venir y estaban aterrados.

En el Cceba
Conversación con Majo Pulido y Elena Urko. Un encuentro sobre teoría y práctica de la performance. Moderan: Ricardo Manetti y María Valdez. Viernes 5 de junio a las 18.30. Paraná 1159.

En el Malba
La revolución que viene: luchas y alianzas somatopolíticas. Sábado 6 de junio a las 12. Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415.

Manifiesto contra-sexual
(Opera Prima, 2002).
Su primer libro es una de las Biblias de la Teoría Queer. Allí realiza un análisis crítico de las diferencias de género y sexo asociadas a la sociedad heterocentrada.

Testo Yonqui
(Espasa, 2008).
Su diario de autoexperimentación bioterrorista. Analiza cómo el modelo capitalista actual se asienta sobre dos pilares: la industria farmacológica y la pornográfica.

Terror anal
(Melusina, 2009).
Texto que acompaña El deseo homosexual de Guy Hocquenghen. Preciado sitúa en el ano un motor degenerado y generador de nuevos deseos que separa los tantos entre placer y reproducción.

Pornotopía
(Anagrama, 2010).
Ensayo que analiza la estética Playboy desde una perspectiva biopolítica y traza relaciones entre arquitectura, género, sexualidad y pornografía.

Marruecos silencia a los homosexuales tras la expulsión de la activista española LGTB

Protesta-espanola-LGTBI-naturaleza-manifestantes_EDIIMA20150607_0355_17

Protesta tras la expulsión de la activista española LGTBI en la embajada española contra el movimiento LGTBI: Estamos contra los gays porque van contra las leyes de la naturaleza”, dijo uno de los manifestantes/ E. G.

“No más mensajes. No más llamadas. No vamos a hablar más. Estoy lejos. Os echo de menos”. Es la última comunicación enviada por un joven activista que trabaja en defensa del colectivo LGTB en Marruecos a sus amigos, que no han vuelto a verle desde el jueves pasado. En los últimos días han desaparecido del mapa los militantes marroquíes a favor de los derechos de los homosexuales. Están asustados de lo que pueda venir. Ni siquiera se comunican entre ellos. Algunos han dejado sus casas y han cortado los teléfonos. Lo decidieron en una última reunión, escondidos, de madrugada, después de que el miércoles fuera expulsada de Marruecos la delegada española de NOVACT, una ONG financiada con fondos de la cooperación española, la Unión Europea y el Ayuntamiento de Barcelona.

“Temen que con nuestra salida de Marruecos empiecen a estar más perseguidos y aumenten las medidas de represión”, explica en conversación con eldiario.es el director de NOVACT en Marruecos, Luca Gervasoni. Todos los miembros de la ONG han abandonado el país después de la expulsión, el miércoles pasado, de la delegada, L.V. que, con toda probabilidad, no podrá volver a poner un pie en suelo marroquí. Está acusada, según el Ministerio del Interior, de “apadrinar acciones no autorizadas en el marco de las ofensivas emprendidas por organizaciones extranjeras que sostienen causas de conductas desviadas”.

La historia se remonta al pasado 15 de mayo. NOVACT organizó un acto en la residencia del embajador de Países Bajos en el que presentaron un informe con los casos de los últimos arrestados en Marruecos en virtud de los artículos 489 y 490, que castigan la homosexualidad con penas de hasta tres años de cárcel. En el nuevo código penal que se está preparando, se prevén las mismas penas de prisión y un endurecimiento de las multas. El acto fue apoyado por varias embajadas europeas, que enviaron a sus representantes diplomáticos. También estuvo presente el embajador de la Unión Europea en Marruecos, Rupert Joy, quien un día después mostraba su satisfacción en Twitter por haber participado en el encuentro: “Honrado por haber asistido ayer a la recepción del embajador de Países Bajos para subrayar la jornada mundial contra la homofobia. #ElAamorNoEsUnCrimen”.

El 16 de mayo, una treintena de policías -uniformados y de paisano- pusieron fin a una charla en un parque de Rabat en la que participaban decenas de jóvenes bajo el título “Comprendiendo el nuevo Código Penal marroquí: ¿Es el amor un crimen?”. Dos personas fueron arrestadas e interrogadas en comisaría durante dos horas antes de ser puestas en libertad.

Al día siguiente, con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, el 17 de mayo, NOVACT  emitió un comunicado en el que denunciaba los arrestos y la criminalización de gays y lesbianas en Marruecos. Ese mismo día se celebró una actividad contra la homofobia en la que participaron miembros de la comunidad LGTB marroquí que estaba prevista en el Instituto Cervantes de Rabat. Cuatro días antes se canceló la autorización para que la ONG alquilara una de las salas. “Lo cancelamos por motivos de seguridad, como medida de precaución ante una posible alteración del orden público”, señala a eldiario.es el director del Instituto, Javier Galván. Finalmente, la jornada se desarrolló, de nuevo, en la residencia del embajador de Países Bajos.

Cinco días más tarde, el 22 de mayo, la policía invita a la delegada de NOVACT a abandonar el país. “Pero nunca me llegó la orden de expulsión”, explica la cooperante. “La policía me aseguró que no tendría problemas para regresar”. Regresó el 1 de junio después de haber renovado su pasaporte, y a los dos días fue detenida en su casa de Rabat y trasladada a comisaría antes de meterla en un coche y llevarla al puerto de Tanger Med para embarcarla en un ferry con destino a Algeciras.

“Me dejaron sin teléfono y sin dinero. Tuve que pedir prestado un teléfono a un pasajero del barco para poder avisar a Luca”, relata a eldiario.es. La ONG denuncia una expulsión ilegal, ya que no tuvo acceso a un abogado ni a asistencia consular.

Marruecos la acusa también de haber entrado el 1 de junio bajo una identidad falsa cuando, en realidad –explica NOVACT– fue una renovación del pasaporte, que cambia de número con la renovación. “Estamos decepcionados con las autoridades españolas”, que financian a la ONG y estaban al tanto de su actividad en el país, “porque Marruecos nos acusa de haber entrado con una identidad falsa y no han hecho nada por contestar a esa acusación”, señala Gervasoni. Este diario se ha puesto en contacto con la embajada y con la Oficina de Información Diplomática, pero no ha obtenido respuesta.

La cooperante lamenta haber vuelto al país en un “mal momento”. El martes 2 de junio, un día antes de su expulsión, el grupo Placebo salía al escenario durante su concierto en la capital como participante en el festival de música Mawazine abogando por la abolición del artículo 489. Uno de sus integrantes, Stefan Olsdal, apareció con el torso desnudo exhibiendo un 489 tachado pintado en su pecho y blandiendo su bajo, pintado con los colores del arcoíris.

El miércoles, dos integrantes de FEMEN de nacionalidad francesa se besaron y fotografiaron con el pecho desnudo junto a la Tour Hassan de Rabat, frente al mausoleo donde están enterrados Mohamed V y Hassan II. Fueron expulsadas inmediatamente después. La delegada de FEMEN en España, Lara Alcázar, también denunció haber sido expulsada del país por haber intentado participar en la acción.

La fotografía incendió las redes sociales y provocó la reacción de los sectores más conservadores de la sociedad marroquí. Más de mil personas se congregaron el jueves frente a la embajada de Francia para mostrar su indignación por la acción de FEMEN.

El viernes, mientras Mariano Rajoy y el jefe del gobierno marroquí, Abdelilah Benkirane se reunían en Madrid en la Reunión de Alto Nivel España- Marruecos,  se repitió la protesta frente a la embajada española. Los manifestantes, que habían sido trasladados en autobús desde varios puntos del país, parecían confusos acerca del objeto de sus protestas: “Una de ellas entró con pasaporte falso. No queremos esto en nuestro país” –explicaba a eldiario.es uno de los manifestantes, Abdeslam, señalando la fotografía de las dos francesas. “Estamos contra los gays porque van contra las leyes de la naturaleza.

Mariano-Abdelilah-Benkirane-Reunion-Marruecos_EDIIMA20150607_0354_17

Protesta en la embajada española contra el movimiento LGTB tras la expulsión de la delegada de Novact/ E. G.

En algunos medios marroquíes se han interpretado los últimos acontecimientos como un debate entre aperturistas y conservadores. A l]as acciones de FEMEN se suma la prohibición de una película -Much Loved, del director Nabil Ayouch, que aborda la prostitución en el país- y la difusión por la televisión del concierto de Jennifer López en el Festival Mawazine, un espectáculo lleno de sensualidad al que asistió la esposa de Mohamed VI, Lalla Salma, con sus dos hijos, según Alyoum24.

“Ha sido demasiado para los dirigentes del PJD –el partido en el gobierno–, situados entre la presión de sus bases, su electorado conservador y sus responsabilidades de gobierno”, escribe el semanario Tel Quel.

NOVACT está estudiando acciones legales y una protesta formal por la expulsión de su delegada en Marruecos, y varios trabajadores de la cooperación europea han expresado a este diario su preocupación ante lo que consideran una falta de protección frente a eventuales acusaciones por parte de Marruecos,  “pero en realidad las víctimas son los marroquíes que se quedan”, señala Gervasoni.

En los últimos meses, el colectivo LGTB había empezado a ser más activo: habían puesto en marcha varias iniciativas de sensibilización y de formación y encontraban apoyo en organizaciones e instituciones europeas. Decían sentirse más fuertes. “Me estoy planteando hacer el coming-out estos días” –comentaba a eldiario.es uno de sus miembros, hace unas semanas. Todo eso ha quedado atrás y hoy se hacen la misma pregunta que se hacía hace unos días el escritor marroquí, homosexual, Abdellah Taïa: ¿Quién va a salvar a los homosexuales marroquíes?

Fuertes enfrentamientos durante una manifestación pro LGBT en Kiev

Un grupo de ultranacionalistas ha interrumpido en la marcha lanzando piedras y bombas de humo contra los participantes. Varios policías han resultado heridos y han detenido a 20 personas.

Manifestantes en la llamada Marcha de la Igualdad, organizada por la comunidad LGTB en Kiev, Ucrania

Manifestantes en la llamada Marcha de la Igualdad, organizada por la comunidad LGTB en Kiev, Ucrania./REUTERS/Stringer

KIEV.- Varios policías han resultado heridos y al menos otras 20 personas han sido arrestadas tras fuertes enfrentamientos en Kiev entre Policía y un grupo de radicales ultranacionalistas que ha interrumpido este sábado a celebración de un desfile del orgullo LGBT, llamada Marcha de la Igualdad, según informan corresponsales de la cadena británica BBC.

Los enfrentamientos comenzaron cuando personas no identificadas atacaron con piedras y bombas de humo a los participantes en la marcha, que recorría el cauce del río Dniéper bajo la vigilancia de más de un centenar de policías.

Unos cinco policías ucranianos han resultado heridos , uno de ellos grave, en enfrentamientos con los radicales que intentaron atacar a los integrantes de la marcha. Al menos 25 radicales fueron detenidos cuando lanzaban petardos y otros objetos contra los participantes en la marcha y los agentes policiales, según el Ministerio de Interior ucraniano.

Al parecer, uno de los policías sufrió la rotura de una vena en el cuello al recibir el impacto de la metralla que se encontraba en el interior de un petardo lanzado por los violentos.

“Varias decenas de radicales de extrema derecha irrumpieron en el lugar donde se celebra el ‘Orgullo de Kiev’ y lanzaron entre cinco y diez petardos. Han sido detenidos por la policía”, escribió en su Twitter Serguéi Leschenko, diputado del gubernamental “Bloque Poroshenko” del presidente ucraniano.

Protestantes homófobos agreden a la policía durante la Marcha de la Igualdad en Kiev, Ucrania

Protestantes homófobos agreden a la policía durante la Marcha de la Igualdad en Kiev, Ucrania./ REUTERS/Maksym Kudymets

Alrededor de 300 personas, incluidos los periodistas que cubren el evento, participaron en la marcha entre fuertes medidas de seguridad, según la agencia local “Interfax Ukraini”.

El “Orgullo Gay” se celebró este año por segunda vez en Ucrania, después de una primera marcha celebrada en 2013, también entre fuertes medidas de seguridad.

Antes de la manifestación, varios políticos ucranianos manifestaron su intención de interrumpir el evento. Entre ellos se encontraban representantes del movimiento radical Sector Derecha. El alcalde de la ciudad, VitalI Klitschko, había llegado a solicitar incluso a los responsables de la marcha que cancelaran el desfile “para evitar confrontaciones”.

BRASIL La Parada Gay de Sao Paulo: ‘Jesús cura la homofobia’

Una joven simula la crucifixión bajo el cartel 'basta de homofobia'

Una joven simula la crucifixión bajo el cartel ‘basta de homofobia’ REUTERS

Siempre a medio camino entre la reivindicación y la fiesta, la Parada Gay de Sao Paulo vivió este domingo su decimonovena ediciónmarcada por la polémica con políticos evangélicos y algunos pastores a los que el colectivo LGBT no considera sensibles con sus reivindicaciones.

“Jesús cura la homofobia”, fue una de las proclamas más leídas en los carteles. Una instantánea de la agencia Reuters muestra a una joven semidesnuda y simulando ser crucificada bajo un cartel, “basta de homofobia”, que resumía el sentir del público asistente.

En los últimos días, el siempre polarizado debate sobre los derechos la comunidad LGBT en Brasil vivió un nuevo episodio de tensión después de que el pastor Silas Malafaia, uno de los más ricos y poderosos de la Iglesia Evangélica, pidiese a sus feligreses que no comprasen perfumes de la marca O Boticario porque en un anuncio muestran a una pareja gay besándose.

El pastor, así como el diputado (y tambíen pastor) Marcos Feliciano y el presidente de la Cámara de los Diputados Eduardo Cunha, del PMDB, evangélico que no considera familia a las parejas homoafectivas, fueron los principales blancos de las críticas.

Los sectores más tolerantes de la iglesia evangélica también participaron de la marcha. Es el caso del padre que dijo “Jesús ama a todo el mundo, independientemente de la orientación sexual, el credo o la raza”, dijo a EL MUNDO el pastor José Rounique, de la Comunidad Evangélica Familia Apostólica do Senhor.

La unión civil entre parejas del mismo sexo es legal en Brasil, pero los colectivos LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) piden que lo sea también el matrimonio, punto que choca sobre todo con las fuerzas más conservadoras del Congreso, que en el caso de los evangélicos cuentan incluso con un lobby interno en el legislativo, formado por políticos de diversos partidos que se unen para defender la postura de su comunidad religiosa en los temas relacionados con la familia.

Los colectivos también apremiaron a la presidenta Dilma Rousseff para que sancione la ley que convierte la homofobia en crimen en un país con unas 300 víctimas mortales de la homofobia por año.

Kazajistán rechaza la ley contra la “propaganda homosexual” similar a la rusa

Kazajistán

Dentro del colectivo LGBT, Rusia es muy conocida por la LGBTfobia que tiene una gran parte de sus ciudadanos y también sus legisladores, que aprueban leyes como la que prohíbe la propaganda gay. Pronto, otros países conservadores quisieron seguir su ejemplo, pero parece que la razón la estado por encima de todo. Y es que el Consejo Constitucional de Kazajistán ha rechazado la legislación propuesta contra la “propaganda de orientaciones sexuales no tradicionales” al afirmar que es inconstitucional.

Así lo señala la ONG Human Rights Watch (HRW), quien puntualiza que el fallo es un “precedente importante”, y ha sostenido que el mismo está basado en el impreciso lenguaje utilizado en la redacción de la legislación. “Las leyes que interpretan la información sexual como ‘propaganda’ no tienen cabida en Kazajistán”, ha dicho Mihra Rittmann, investigadora de HRW para Europa y Asia Central. “Los proyectos sobre propaganda como el presentado ante el Consejo (Constitucional) de Kazajistán son discriminatorios, y nunca debieron llegar a ser aprobados en primer lugar”, ha agregado.

El Senado (la cámara alta del Parlamento del país) aprobó en febrero de este año el proyecto de ley, tras lo que fue enviado al presidente, Nursultán Nazarbayev para su promulgación. Hasta el momento no han salido a la luz copias completas del texto

Un retrato de la comunidad lgbt de rusia

Publicado por I-D

El año pasado, el fotógrafo alemán Wolfgang Tillmans viajó a Rusia para conocer a los miembros de la comunidad LGBT en San Petersburgo, un inspirador grupo de jóvenes y mujeres que arriesgaban su trabajo y su vida para promover el cambio. Aquí están los retratos y entrevistas de diez extraordinarios individuos que hablan sobre la situación actual de la gente LGBT en el país, y explican por qué es es tan difícil ser abiertamente gay en Rusia.

retrato comunidad gay rusa 1

Desde 2006, la Rusia de Vladimir Putin ha pisoteado lentamente los derechos de la comunidad LGBT, así que cuando el fotógrafo Wolfgang Tillmans llegó a Rusia el año pasado para Manifesta 10, que tuvo lugar en San Petersburgo, la barroca y antigua capital rusa, supo que tenía que documentar lo que estaba pasando allí. San Petersburgo había sido tradicionalmente uno de los territorios más liberales, pero es aquí desde donde ahora se aprueban las leyes homofóbicas que el resto del país adopta, con declaraciones del alcalde de la ciudad de este tipo: “Pueden hacer lo que quieran en sus casas, en esos lugares basura llamados club nocturnos gay. Pero no está permitido que lo hagan en las calles”.

“Tenía que encontrar la manera de hacer algo al respecto”, explica Wolfgang: “Incluí dos fotografías de feas iglesias ortodoxas construidas por el gobierno. También fotografié la televisión en mi habitación de hotel en San Petersburgo como símbolo de censura y de la posible pérdida de conexión. Éstas se convirtieron en dos imágenes muy importantes en la exposición”.

Tillmans tenía planeado ir al festival del orgullo gay de San Petersburgo durante su estancia, pero éste también sufrió la censura del gobierno ruso. La ley federal que prohíbe “la propaganda de la homosexualidad para menores de edad” se usa como excusa para impedir cualquier tipo de comportamiento homófilo, y para que la policía agreda a los manifestantes. Además, fomenta una “justicia” con vigilantes al estilo de la mafia, al igual que también detiene las manifestaciones y los acontecimientos relacionados con el orgullo gay. “Me sentí mal por no haber logrado una conexión con la comunidad durante Manifesta”, explica Tilmans, “así que me puse en contacto con Amnistía Internacional para organizar la elaboración de estos retratos, para conocer y poder hablar con la gente.”

retrato comunidad gay rusa 2

“No son los líderes más reconocidos del movimiento, sino gente normal que no teme ser fotografiada”, aclara Tillmans rápidamente. “Ninguno tiene una retórica de lucha callejera heroica. En Occidente, este tipo de activismo conlleva en muchas ocasiones una sensación de heroísmo y subversión. Cuando me interesé por los diferentes tipos de activismo en Alemania y en el Reino Unido, en ellos siempre encontraba un elemento de estilo, pero es interesante que en un lugar en donde hay tanto peligro real, los activistas no se fijen en la estética o en lo coolpara luchar por una causa, sino que más bien se enfocan en el problema al que tienen que enfrentarse”.

No obstante, las imágenes del fotógrafo alemán no muestran el miedo de llevar una vida en la que no puedes salir del armario abiertamente, donde las marchas de orgullo gay son motivo de actos violentos contra los manifestantes, y donde han disparado, e incluso asesinado, a algunos activistas de San Petersburgo.

El año pasado, Human Rights Watch registró más de 300 ataques homofóbicos, y, tristemente, se han llevado a cabo muy pocos procesos penales. Estas fotografías muestran una ligera esperanza, la determinación por mejorar las cosas y la dedicación para hacer lo correcto.

“Me resulta algo digno de admiración [que ellos] sigan haciendo lo que hacen frente a una amenaza real, porque yo nunca he enfrentado una situación parecida”, dice Tillmans. “Toda mi vida he formado parte de un contexto político y cultural que se vuelve cada vez más libre. Supongo que solo quería verlo por mí mismo, hablar yo mismo con la gente, para sentir realmente lo que se vive en esta situación. Cuando les conoces todo deja de ser blanco o negro. Escuchas muchas historias de horror, pero siempre hay esperanza. Hay cosas terribles, pero donde hay gente, siempre hay esperanza, y eso es lo que quiero que hagan mis fotografías: que aumenten y den voz a la esperanza y a la solidaridad.

retrato comunidad gay rusa 3

Wolfgang Tillmans: La homosexualidad fue despenalizada en Rusia en 1993, la mayoría de edad es a los 16, y el cambio de sexo es legal desde 1997. No obstante, discriminar no va en contra de la ley, y el discurso de odio está extendido. No tiene sentido.

Ruslan Savolainen: La propaganda rusa afirma que la comunidad LGBT es ajena a los valores rusos y a la gente rusa. Creen que llegó de Occidente y que impone valores europeos. Esta postura -de que es “ajena a Rusia”- es promovida fuertemente por los medios y por el gobierno.
Dmitry Musolin: Muchos estamos intentando entender por qué Rusia es tan homofóbica. Hay quienes dicen que está relacionado con la historia política, porque la homosexualidad masculina fue ilegal durante 60 años cuando existía la Unión Soviética -en realidad, la homosexualidad femenina no lo era, pero la gente no hace esa diferenciación-. En la mente de mucha gente todavía es algo malo; [todavía lo consideran algo] criminal, aunque ya no lo sea.

Además la Iglesia Ortodoxa Rusa es muy homofóbica y conservadora, y ahora -en tiempos post-Soviéticos- la iglesia quiere tener un rol más importante en la sociedad y posee todo el apoyo del estado. El estado necesita una excusa -tal vez una ideología- y la iglesia tiene algo que ofrecer.
Ivan Surok: Hay dos elementos: el hecho de que era necesario crear la imagen de un enemigo interno para distraer a la gente de otros problemas y la homofobia [inherente] de la población rusa.
Dmitry Musolin: Es más fácil manipular a la gente cuando hay un enemigo, así que de vez en cuando la propaganda y el gobierno [sugieren] que son los Estado Unidos o Europa -la Unión Europea es un gran enemigo ruso y esto es algo que promueven los medios estatales-. También es importante tener un enemigo interno, dentro del país, así que de alguna manera se decidió que los homosexuales fueran este enemigo, porque para mucha gente son criminales.

retrato comunidad gay rusa 4

Las manifestaciones relacionados con el orgullo gay en Rusia ahora son ilegales, y los intentos por organizar reuniones en torno al orgullo gay no autorizadas generalmente se enfrentan con ataques violentos por parte de conservadores religiosos y neo-nazis. Además, la policía arresta a los manifestantes LGBT. ¿Cuáles han sido vuestras experiencias?

Olga Panova: En la marcha de orgullo gay [en San Petersburgo] del año pasado no llegaron muchos activistas, pero sí llegó un grupo grande de homófobos a lanzar huevos y piedras. Fueron muy agresivos, pero la policía no les arrestó: solo arrestó a todos los activistas.

Fue mi primera vez en una comisaría de policía, y aunque fue interesante y gracioso, fue injusto. Solo salí a decir que existo y que mis amigos no merecen ser asesinados por amar a gente de su mismo sexo o género. Alguien me hirió, me lanzó una piedra y no le llevaron a la estación de policía. No es justo.
Daniel Grachev: Cuando vas a una manifestación que la policía prohibió, ves a la policía antidisturbios y te preguntas si te arrestarán. Pero sabes que no te puedes ir, [que estás preparado para] pasar la comisaría e ir a juicio. Este es el peor momento para ser activista en este país.

Pero con el activismo LGBT le das a la gente un poco de esperanza para el cambio. En los dos años que he hecho activismo LGBT, he recibido cartas donde la gente me ha escrito: “Gracias por luchar a favor de nuestros derechos porque alguien tiene que hacerlo, me das la esperanza de saber que no todo está perdido”.

retrato comunidad gay rusa 5

Olga Panova: A lo mejor no logramos un gran cambio en la política, pero me gustaría que la gente, al verme ahí parada, en la calle, pensara o leyera sobre el colectivo LGBT y cambiara de opinión. Ven que existo, que no soy alguien cuya historia leyeron en Internet o vieron en la televisión, sino que estoy ahí parada, que soy real.
Elena Leontieva: El activismo LGBT me hace sentir que estoy haciendo algo grandioso y que hago del mundo un lugar más bello.
Daniel Grachev: No me ha pasado nada serio, pero hay hooligans que me han atacado varias veces en las manifestaciones. Tuve síndrome de estrés post traumático por un tiempo, le tenía miedo a todos los fans de fútbol americano y a cualquier persona con la cabeza rapada. Nunca sabes a quién atacará el gobierno. Por ejemplo, esa gente que estuvo en prisión [en las protestas pro-democracia en la plaza Bolotnaya en Moscú en 2012] fueron seleccionadas al azar, sólo para [demostrar] que es “malo” participar en manifestaciones.
Dmitry Musolin: Los círculos conservadores ejercen mucha presión, y el estado apoya al movimiento conservador. Tienes que ser muy valiente para alzar la voz por la comunidad LGBT, sobre todo si eres una figura pública.
Ruslan Savolainen: Todos los días tengo miedo.

retrato comunidad gay rusa 6

Ser abiertamente homosexual en Rusia es una excusa para que despidan a la gente de su trabajo o para que se les agreda físicamente. ¿Cómo afecta esto la manera en la que hablas sobre tu sexualidad?

Artyom Stadnik: Mis amigos cercanos lo saben. Mi madre también lo sabe y lo acepta. Pero ser abiertamente homosexual es peligroso en este país.
Dmitry Musolin: No tengo una bandera arcoíris en mi oficina, pero si me preguntan lo digo. No miento. Trabajo en una universidad y es probable que mucha gente adulta que trabaja ahí no lo sepa, pero los profesores jóvenes y los estudiantes de doctorado, si tienen Facebook o VKontakte, pueden entender que lo soy por todo lo que publico.
Svetlana Zakharova: En mi medio la gente es amable conmigo; no creo haber perdido amistades por mi homosexualidad. A veces sí me agreden, pero eso también le pasa a los inmigrantes y a las mujeres en Rusia: no somos el único grupo.

Los cambios legales que prohíben “la propaganda para tener relaciones no tradicionales” se adoptaron en Rusia en 2013. A estos le siguieron las prohibiciones locales por “el fomento de prácticas homosexuales, lésbicas, bisexuales y transexuales cerca de menores de edad” en ciudades como San Petersburgo el año anterior.

Dmitry Musolin: No creímos que fuera a pasar en San Petersburgo porque es una ciudad importante, culta, moderna y grande, así que cuando empezaron a promover la ley hicimos una campaña para detenerla. Pero la gente que promueve este tipo de leyes no es tonta, ponen las palabras gay, lesbiana y transexuales junto con los pedófilos, y sólo las separan por comas.

Cuando intentamos protestar, dijeron: “Quieren proteger a los pedófilos.” Es imposible mantener una discusión pública. La gente decía: “No es una ley en contra de los gays, sino en contra de los pedófilos,”
Ivan Surok: El gobierno prácticamente dio la “señal de ataque” con estas leyes, así que la gente cree que tiene derecho a juzgar a otros sin necesidad de un juicio; cree que está bien matar y torturar, y que un crimen se puede justificar por el hecho de que la víctima sea gay. Ya ha habido bastantes asesinatos en Rusia: el caso más famoso es el de Vlad Tornovoi, que fue asesinado sádicamente [en mayo de 2013, en Volgogrado]. Los asesinos argumentaron que lo mataron porque les dijo que era gay. Creyeron que si señalaban el hecho de que era gay les reducirían la pena.

retrato comunidad gay rusa 7

Dmitry Musolin: No doy clases a menores de edad, así que mi caso es más sencillo. La gente que da clases en colegios vive bajo mucha presión debido a esta nueva ley, porque si dijeran algo positivo, incluso algo neutro, sobre los gays, estarían rompiendo la ley. Sé que hay quienes pierden su trabajo. Un chico que vive con nosotros perdió su trabajo en una agencia de publicidad porque salió en la televisión mientras participaba en una protesta.
Ivan Surok: La ley es escurridiza; no definen con precisión a qué se refieren con “propaganda gay”, así que puede ser usada a su antojo en contra de aquellos que le parezcan incómodos al gobierno.
Svetlana Zakharova: Intentamos lanzar un programa de donaciones privadas, pero nos topamos con algunas dificultades. Tratamos de trabajar con una de las mayores plataformas de crowdfunding en Rusia y al principio no tuvieron ningún problema, pero luego decidieron que era demasiado peligroso trabajar con nosotros.

Los activistas LGBT en Occidente han intentado llamar la atención sobre la situación de deterioro en Rusia, pero los políticos al interior del país han dicho que las manifestaciones en el extranjero son sólo una muestra de los prejuicios anti rusos. ¿Cómo los hace sentir esto?Daniel Grachev: El apoyo en el extranjero es muy importante. Tuvo mucha fuerza durante los Juegos Olímpicos de Sochi cuando muchos periodistas vinieron a Rusia a hacer reportajes sobre los derechos LGBT.
Dmitry Musolin: Es importante contar con ese apoyo, aunque hay mucha gente, incluyendo miembros de la comunidad LGBT [en Rusia], que creen que sólo empeoran la situación. Yo creo que todavía es importante sentir que no estamos solos, que hay gente que comparte nuestros valores y apoyan lo que hacemos aquí. Si no hubiera voces externas, la situación seguramente sería peor.
Daniel Grachev: La fotografía es un instrumento poderoso para influir en la gente, ya que le permite ver qué está pasando: así ocurrió en las imágenes de mis amigos golpeados y sangrando, y en la que yo mismo aparecía arrestado por la policía antidisturbios. Los Juegos Olímpicos de Sochi, las fotografías de las protestas LGBT, y la actitud europea anti-Rusia y anti-Putin han logrado aumentar el interés de los medios europeos por la comunidad LGBT rusa.

Es importante entender que hay gente que nos apoya, como Front Line Defenders y Amnistía Internacional, que consiguen dinero para algunas de nuestras actividades e incluso para protegernos, cuando necesitamos refugio en algún país europeo, por ejemplo.
Ivan Surok: La solidaridad que muestran para con  Rusia es buena, obviamente, pero es algo que nunca me ha beneficiado.

retrato comunidad gay rusa 8

El número de personas LGBT rusas que buscan asilo en países occidentales ha aumentado significativamente en los últimos años. ¿Te ha afectado personalmente?
Daniel Grachev: Tengo muchos amigos que se han ido porque quedarse aquí era muy peligroso. Dmitry Chizhevsky, le dispararon y perdió un ojo; Natalya Tsymbalova, la coordinadora de la organización Straights Alliance for LGBT Equality; Dmitry Chunosov de Voronezh; y Pavel Lebedev, un activista LGBT que se fue después de las manifestaciones en la plaza Bolotnaya en Moscú, porque se enfrentó a la policía antidisturbios y pudo haberse convertido en una víctima del caso penal de Bolotnaya.
Olga Panova: Me encantaría dejar Rusia, pero no me quiero perder la revolución. ¿Qué pasaría si empezara cuando yo me fuera? Sería una pena porque quiero formar parte de ella.

Se necesitaron décadas de campaña para conquistar algunos derechos LGBT en Europa y en Estados Unidos, pero algunos activistas en Rusia creen que tendrán que luchar durante mucho tiempo. ¿Cuánto tiempo crees que falta para lograrlo?
Ivan Surok: Me parece que nada bueno saldrá de esto. [Con] las voces homofóbicas del régimen actual, no habrá cambios para mejor. Aún necesitan a un chivo expiatorio y el gobierno actual quiere satisfacer a la gente con sentencias condenatorias hacia la comunidad LGBT.
Daniel Grachev: La sociedad civil en Rusia es muy débil. Hay buenas organizaciones, pero todavía hay muy poca gente que crea que las cosas pueden cambiar. Así que creo que esto sólo cambiará después de algunos cambios políticos globales. Pero soy poco optimista porque no sabemos cuándo terminará la presidencia [de Putin].
Elena Leontieva: La situación es cada vez más triste, pero estamos intentando hacer lo que se pueda. Eso nos da mucho poder y fortaleza para avanzar y lograr la igualdad. Con todo, en estos momentos es muy peligroso luchar en contra del gobierno.
Ruslan Savolainen: Europa recorrió un gran camino para llegar hasta dónde está. También Estados Unidos. Así que esto no lo lograremos en un año o endos. Se necesita mucho esfuerzo.
Svetlana Zakharova: En realicad creo que las cosas pueden cambiar; si no, no tendría sentido. Soy consciente de que no pasará pronto, pero también de que no siempre será así.

retrato comunidad gay rusa 9