LA MATERNIDAD Y LO TRANS…

Artículo publicado en ALTERSEXUAL

Por Frieda Frida Freddy
Transfeminista (y lesboterrorista) de a pié

El día que me enuncié Trans fue el día que ví y sentí claramente que no necesitaba, ni me era vital, ser mujer u hombre para existir. Más aún, identifiqué plenamente que no deseaba serlo y anclarme en una de las dos categorías sociales, porque nunca me había sentido feliz y a gusto en ninguna de ellas. Me autonombré Frieda porque soy más femenina que masculino, y porque comprendo que masculinidad y feminidad son sólo dos polos de adoctrinamiento que nada determinan, y mucho menos tendrían que “definir” ese “ser hombre” o “mujer”, que se conoce en nuestro mundo social. Escogí pues este nombre por el potente diptongo que para mí representa el puente por la dicotomía de género, mi transitar entre Frida y/o Freddy que son el pasado al que se me condenó: Chico o chica. Y del que escapé…

Así que ahora soy libre, soy Trans. No transgénero ni transexual. Verán. Se tiene la idea generalizada que ser trans es de fijo, digamos, nacer A y cambiar a B, o nacer B y querer ser A. Es decir, nacer biológicamente ‘hombre’ (por el pene que el sexo ha señalado) y querer ser socialmente una mujer. O viceversa. Nacer biológicamente ‘mujer’ (por la vulva que asigna el sexo) y desear vivir socialmente como hombre. Y sin duda que eso es una gran parte, pero no lo es todo.

Lo anterior es transgredir-traspasar una categoría de género porque nunca hubo allí pertenencia ni identidad con la que se les asignó mediante los roles; es rechazar una construcción social que se impuso a partir de una división hecha por un rasgo genital, y desde luego que eso es transgresor, pero tal práctica sigue estando dentro de un código binario. Y con esta afirmación no pretendo descalificar ni agredir a quien haya hecho todo lo posible para cambiar totalmente su cuerpo y/o modificar apariencias, desde hormonarse hasta pasar por cirugías y actualmente se sienta cómodo o cómoda con lo que es o como se ve, ya que el sólo hecho de desafiar el género y transitarlo completamente de A a B, o al revés, me parece digno de todo el respeto y la admiración rebelde.

Pero yo no quiero eso para mí. Yo además de transgredir-transitar (y no quedarme), quiero dinamitar al género. Mi lucha diaria es contra la dicotomía de género, contra la sujeción. Para eso hago transfeminismos. No quiero aprisionarme en el género, ni en sus roles, ni alcanzar sus estereotipos. Yo deseo ir y venir, fluir, como fluye mi propia sexualidad (en el sentido más amplio, no reduciéndola al mero acto sexual); mi sexualidad que está viva, y vive conmigo. ¿Por qué voy a sujetarla? ¿Por qué voy a sujetarme? No he de hacerlo. No estoy obligada.

No voy a encarcelarme en una dicotomía de género, o en alguna orientación sexual. Yo voy y vengo. Por eso me digo Trans de transformación a la idea hegemónica, Trans de transitar la heteronorma, Trans de transgresión al género y todo lo que éste conlleva. Trans de transgredir el mandato, abortar la órden. Nací A y no voy a ser B, pero que la A se joda. Podemos ser X ó Z, H ó T, o mezclas, o lo que se nos hinche la gana. Incluso a veces quedarnos un rato en B y luego botarla, por ejemplo. O ser monstruas. O ser no siendo.

Y para quienes a estas alturas del texto, ya están pensando en que estoy confundida y en realidad soy queer, lo repito, yo soy Trans, y para la deconstrucción-destrucción de la dicotomía de género voy a poner además de mi discurso, mi cuerpo. Voy a implantarme unos senos, para eso estoy ahorrando. Unos senos por decisión política, por acto performativo. No esos senos grandes y redondos, “con los que no tuve la fortuna de nacer”, para llegar a ser cien por ciento femenina, y por ende “mujer” (como lógicamente se cree), sino más bien quiero esos senos para confundir, para salir al espacio público tan normado y transgredirlo, aterrar. Ni siquiera estoy interesada en adelgazar y comprarme vestidos estilizados, o blusas de amplio escote; mi acto también será post-travesti.

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Con la operación de senos mi cuerpo será además de un campo expropiado al sistema (que antes me lo robó con sus mandatos), un arma de destrucción simbólica. De modo que lo que busco con la cirugía no es alcanzar un modelo de belleza patriarcal, sino ser una performance viviente que va por el mundo y lleva el terror Trans a todos los espacios, las calles, las ciudades. Esta es mi libre decisión y elección, como lo es la que toma la mujer de sexo-género concordantes y heteronormados cuando decide ser “madre”.

¿Pero qué pasa entonces con ambas decisiones tomadas libremente y que conciernen a un cuerpo propio, dentro de una misma sociedad, un mismo mundo social?

Pasa que cuando yo enunció ser Trans y menciono la decisión de modificar mi cuerpo, el mundo me ve como apestada, como demente, mientras que a la mujer embarazada la ve como triunfadora, como si se tratara del máximo logro de la vida. A ella se le otorga un reconocimiento social y a mí el escarnio público. A ellas se les eleva a un pedestal social y las empiezan a cuidar tan frágil como si fueran a romperse, mientras que a la mayoría de lxs transexuales, trans, y transgénero les rompen la estima y los lazos sociales, les echan de sus casas y la sociedad cierra sus puertas en casi todos los espacios públicos.

Cuando una mujer decide y elige libremente embarazarse, parir y criar, el mundo entero la llena de elogios, buenos deseos, bendiciones, dulzura, felicitaciones, no se cansan de alabarla, mientras que a la gente trans que también ha decidido y elegido libremente hacer algo con su cuerpo y un proyecto de vida, las burlas no cesan, ni los insultos, las invisibilizaciones, los chistes, las miradas reprobatorias, o las agresiones verbales y hasta físicas.

En la mujer embarazada las familias y amistades y la sociedad en general, se toman la tarea de procurarla y cuidarla, las mandan al médico y el Estado las recibe gratuitamente mediante el sector salud con chequeos prenatales, y las activistas hasta abogan por ellas alto a la violencia obstétrica. Pero de los altos y violentos índices de natalidad nadie dice nada.

En ese mismo tenor, cuando la persona trans ha empezado a hormonarse o está por hacerse una cirugía, las familias y amistades y la sociedad en general se han reducido, le han enjuiciado, y el Estado las recibe con el psiquiatra, a quien tendrán qué convencer de su propia decisión de transitar. El sector salud las recibe también, aunque la mayor de las veces con desprecio y maltrato, manejándoles como tontxs y no escuchando sus sentires, sino sólo inyectándoles las hormonas o dándoles medicamentos (cuando los hay), en una posición de: pues si no quieres ser hombre, ¡toma, sé mujer! O viceversa. Todo de golpe y porrazo, siendo poco claros con las reacciones secundarias de bajar o subir testosterona o estrógenos en niveles acelerados. Y eso en escasas ciudades donde hay legislaciones que lo permiten. Si no las hay, lxs trans tendrán que pagarse todo solas, como puedan. Tendrán que costearse los tratamientos y cirugías completas, y si no tienen dinero ahí está el aceite de cocina o el anticongelante para coches para hacer crecer un poco glúteos o senos. Acá cada quien aboga y sobrevive por sí misma, a pesar de los informes anuales de las activistas, donde anuncian su preocupación por los derechos sexuales de todas y cada una de las personas en el mundo y proclaman “los avances”.

Cuando yo decido y elijo ser Trans, todxs me diagnostican sin ser médicos: tengo “disforia de género”, estoy enferma de la mente, y loca. Lo dice la ciencia y lo publica la OMS en su lista de enfermedades mentales. Nadie habla de la violencia cultural, ni la cultura de la violencia, contra mi persona y mi libre decisión, porque lo que yo hago es “anormal”, “claro está”, mientras que lo que hace la embarazada es no sólo “normal” sino además “lo más natural del mundo”. Así el panorama a grandes rasgos. Y no me estoy victimizando con estas analogías. Más adelante aclararé el punto.

Lo que la embarazada está haciendo en realidad (por más libre y elegida que sea la decisión) es seguir reforzando y reproduciendo un sistema heteronormativo, un régimen heterosexual que no es orientación como tanto se nos ha dicho, sino un régimen ordenador del mundo social, controlador de cuerpos y de vidas; lo que ella está haciendo es seguir unas rígidas normas aprendidas que a otras iguales biomujeres como ella las estigmatiza y frecuentemente las condena como “mujeres a medias, incompletas, o malas mujeres”, porque no “se realizan nunca mediante la maternidad”.

La decisión libre y elegida de la mujer embarazada traspasa lo personal e impacta desfavorablemente el afuera. Fortalece un mundo social que a mí, como a mucha otra gente disidente sexual, incluso a ella misma, nos está matando, literalmente (feminicidios, transfeminicidios). En ese mismo sentido, lo que yo hago con mi decisión libre es joderme en la heterosexualidad y otras ficciones políticas, en imposiciones sociales, en el régimen heterosexual, destruirlo, deconstruirlo, porque ese sistema simplemente no es normal ni natural.

¿Pero por qué el Estado costea el embarazo, aún en mujeres no inscritas en el sector laboral, en todo el mundo? Porque le conviene, es una inversión a corto plazo para este modelo global de producción-consumo. Le conviene para seguir reproduciendo el modelo de familia y sacar de ahí más mano de obra barata en el mercado laboral y la producción en masa; sirve además para mantener a la gente educada, normada, callada, pasiva y apática, bajo la telenovela del amor romántico y el “vivieron felices para siempre”. Y ya después Familia y Estado, en unión, mantendrán más fácilmente controladas-oprimidas las disidencias sexuales, planeando captarlas para normarlas, desarticularlas o exterminarlas.

En el modelo producción-consumo también se maquila Familia, que no es el único agente socializador, pero sí el de mayor peso. Ese modelo rector de la moralidad, la buena conciencia, la coerción, la dominación, la represión, la violación de derechos humanos básicos y de las garantías individuales, ese modelo del chantaje emocional-sentimenal y económico. La familia, hoy día reproducida a la par por los homosexuales misóginos y machistas, y por las lesbianas patriarcales, es un modelo opresor que funciona de formas muy visibles como golpes, insultos y maltratos, hasta formas delicadas y sutiles como: “hijx me lo tienes que contar todo y decirme cada paso que des porque somos familia y nos tenemos confianza, ¿verdad? O el: yo sólo te vigilo y te ordeno porque te quiero y me preocupo por tí, todo esto es por tu bien, te respeto. Le llaman “educación”. Y con ella violando severamente la privacidad de cada miembrx que por un lazo de sangre no significa que sea un objeto de propiedad. Pero eso sí, estas formas irán siempre disfrazadas de mucho cariño, abnegación, buenas intenciones y preocupación porque por eso existe el “amor de familia”.

Hay una negación consciente de que la familia (como el Estado) da órdenes y castiga a quien no las cumple, su irracional poder autoconcebido les hace pensar que tienen toda la autoridad para hacerlo. Las familias controlan, asfixian, a veces lentamente, a veces en pocos pasos y de manera expedita. Y es evidente que el Estado no dejará de producir familia, pero las personas sí podemos dejar de hacerlas, y no estarlas sólo cambiando de nombre: familias diversas, nuevas familias, otras familias, dos mamás, dos papás, madre soltera. No veo a ninguna lesbiana poniéndoles vestidos a sus “niños”. Sí veo a mucha embarazada llamando princesa al feto “mujer”, o “mi rey”, que se mira en el ultrasonido, por ejemplo.

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Esa misma negación consciente les alcanza hasta para cubrir que los derechos sexuales y reproductivos también fueron un instrumento que el Estado “firmó y reconoció” para darle a toda esta diversidad sexual heterosexuada (que no disidencia) lo que estaban pidiendo y así mantenerles un tanto a raya para que ya no estuvieran “molestando” más. Habría que ver esa parte manipuladora de un aparato de gobierno, como el Estado, que ha dado más que pruebas suficientes de lo mezquino, controlador, corrupto, chantajista, despótico y traidor que es.

Pero dejar de hacer familias es algo sencillamente impensable para la mayoría de gente en el mundo, ¿qué más harían sino sólo lo que le han interiorizado muy bien en sus cabezas desde que nacieron? ¿Pero qué hay de toda esa gente que se dice feminista, y habla y habla de su preocupación sobre la violencia de género y la violencia contra las mujeres? ¿Esa gente que tanto cita a Foucault y la historia de la sexualidad en volumen uno, dos, y tres, y no se saca de la boca el biopoder y la biopolítica, y hasta duerme con la foto de Simone de Beauvoir sobre la cabecera de su king size? Su heterocentrismo se les mira desde la luna a la tierra. Sus discursos contradictorios evidencian por sí mismos su falta de compromiso para dejar de hacer lo que en resumidas cuentas agrede y estigmatiza a esa misma gente que pretende apoyar. ¿Le vamos ganado al heteropatriarcado capitalista?

Hacer feminismos institucionales, reproduciendo familias y pidiendo cosas al Estado que es la figura paternal (macho protector, padre benefactor), es simplemente la primera de las grandes contradicciones. Pero insisten en jactarse totalmente concientizadas y deshteropatriarcalizadas, hablando de la igualdad de género, ancladas para no variar en una dicotomía carlcelaria. Criando solamente niños y niñas. Y se llenan de paridad, y cuotas, insertando a grandes mujeres librepensadoras y hacedoras, dentro de un sistema podrido que termina sujetándolas, llenándolas de su peste, y obligándolas a trabajar bajos sus formas y reglas. Porque no es la falta de capacidad, sino el modelo en sí. Pero se niegan a aceptarlo. Se ofenden si alguien lo menciona. No les basta las evidencias diarias en las calles y los espacios públicos. Es más importante llenar el informe, comprobar los gastos de la beca con erario, y la selfie que puedan hacerse en los encuentros internacionales. Que al cabo “con eso poquito que se gane, ya es un avance”, dicen.

Así que como leerán, mis anotaciones no son para victimizarme rogando al Estado que deje de tratarme como ciudadana de cuarta categoría, yo en lo personal no quiero nada suyo, ni les estoy pidiendo tampoco a las feministas activistas institucionales que me arropen “maternalmente” en mi renacer Trans. Mi transfeminismo es anarco, radical y autogestivo. En todo caso sólo como un lindo detalle estoy sugiriendo que el Estado debería dejar de costear los embarazos y lo que implican. Quien quiera un hijo que se lo pague, que lo costeé desde la sola planeación de su propia idea y libre elección. Que sea su propio lujo. Que se dejen de usar los impuestos de otrxs tantxs trans para tales efectos , porque ya estuvo bueno hasta de pagar económicamenre por la transfobia que se recibe. O que por lo menos la que quiera ser “madre” se pase también con el psiquiatra para que explique el por qué de su decisión, que convenza a la ciencia y a la OMS del por qué tiene la certeza y la seguridad de poder parir y criar y formar una nueva persona. Su sólo argumento de un compromiso total, protector y procurador, anclado en un rol de género inventado, no es suficiente. Es mera seguridad romántica arraigada al régimen heterosexual. Creer que todo lo va a poder con mucho amor y “cuidados”, es sólo lo que le hicieron creer.

Finalmente, para cerrar acá mis disertaciones, quiero aclarar algunas cosas, ya que una de las deficiencias del sistema educativo escolar tienen que ver precisamente con la comprensión de la lectura, y yo estoy muy cansada de que se vaya por ahí diciendo que yo dije, de modo pues que este texto como han leído es completamente antimaternal, sí, pero yo en ningún renglón he dicho que dejen de embarazarse y parir. Lo que yo estoy haciendo acá es una feroz crítica para señalar lo que nadie parece querer decir por miedo a sonar políticamente incorrectx y empañar su currículum profesional, o que se les tache de violentas, de no ser sororarias o dejar de serlo, y así perder el viático, la alianza, ser expulsada de la colectiva, sacada de la ONG, caer mal o dejar de recibir los saludos “fraternos y sonrientes” de otrxs compañerxs.

Yo lo que digo con este texto, hablando de las que deciden, eligen-desean la maternidad y formar familias, es que se deje de esparcir por el mundo el cotilleo de que un embarazo y ser madre, y hacer familia, es la ostia, y lo más de lo más, porque también con el habla y la lengua y las percepciones propias regadas al vapor se siguen alimentando-construyendo ad infinitum los roles de género en lo societal.

Lo que yo digo es que dejen de contar el cuento rosa y dulce, y de comprar la familia de cajita feliz mac donalds, y asuman honestamente las atroces responsabilidades sociales que implican gestar, parir y criar, en un contexto tan capitalista y heteropatriarcal, como el arriba descrito, y que sepan de una vez que su decisión libre y elección no se queda en la pareja, ni en las cuatros paredes de su guarida de amor, ni en la mujer sola o acompañada que decide hacerlo, un embarazo traspasa el hogar y colabora directamente con el sistema que nos jode en conjunto.

Yo Frieda, lo que digo, es que dejes pues de respetarme con la lógica de: “yo no tengo ningún problema con la gente trans”, desde tu aplastante posición de normalidad. Y de que crían para formar sólo hombres y mujeres, omitiendo desde el mismo nacimiento la intersexualidad, y después en la socialización del género a la transexualidad, bajo el yugo heterosexual, ¡ahí te encargo!

Porque somos lxs trans que la dicotomía de género no pudo normar. Estamos aquí, y no vamos a callarnos, ni guardarnos en ningún calabozo sólo para que tus hijitxs no se espanten y/o “contagien” de algo.

La Iglesia argentina bautizará a un bebé de un matrimonio de lesbianas

El arzobispo de Córdoba autorizó la ceremonia en la catedral de la ciudad

Karina, Soledad y la pequeña Umma

Karina, Soledad y la pequeña Umma / LA VOZ DEL INTERIOR

Quizá el secretario de la catedral de la ciudad argentina de Córdoba se encuentre con una sorpresa cuando deba rellenar la ficha de bautismo de Umma, una bebé de meses que recibirá el sacramento de ingreso a la Iglesia católica el próximo 5 de abril. Se encontrará que el certificado tiene espacios para poner los nombres del padre y de la madre, pero Umma tiene dos mamás: Karina Villarroel y Soledad Ortiz, que se casaron según la ley argentina en 2013. Se tratará del primer caso de un matrimonio de personas del mismo sexo, institución que existe en Argentina desde 2010, que bautizan a un hijo en la fe católica. No obstante, ya habido casos de hijos de parejas gais bautizados en ciertas parroquias de Buenos Aires.

Pero la noticia no es que Karina y Soledad hubiesen querido incorporar a Umma a la Iglesia sino que esta la haya admitido. El arzobispo de Córdoba, Carlos Ñañez, le concedió una audiencia a Karina, expolicía, y la autorizó a bautizar a la niña en la misma catedral de la segunda ciudad más poblada de Argentina. “Me confirmó que no habrá ningún problema”, contó la esposa de Soledad.

Las mujeres quieren que la madrina de Umma sea la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que impulsó en su momento la ley del llamado matrimonio igualitario con el voto también de parte de la oposición. “Nos encantaría que la presidenta acepte nuestra propuesta porque, gracias a ella, pudimos formar matrimonio y agrandar la familia con Umma. Estamos muy felices”, explicó Karina. Además, la niña tendrá un padrino y una madrina amigos de la pareja. El arzobispo les recomendó “especial atención” en elegir a personas adecuadas para que Umma “pueda crecer en la fe”.

Cuando el papa Francisco era Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, se opuso a la ley de matrimonio gay, pero en privado admitía la posibilidad de la unión civil entre personas del mismo sexo. Como jefe de la Iglesia de Roma, ha abogado por incluir a los niños de las familias gais en la Iglesia: “¿Cómo anunciar a Cristo a estos chicos y chicas? ¿Cómo anunciar a Cristo a una generación que cambia?”. El Papa dijo a superiores religiosos que no suministraran a esas nuevas generaciones una “vacuna contra la fe”. Además, cuando era arzobispo, en 2012 había criticado la hipocresía de sacerdotes que se negaban a bautizar a hijos de madres solteras porque consideró que así alejaban a la feligresía de la Iglesia. Está claro que Karina y Soledad no están casadas por la fe católica, pero el arzobispo de Córdoba autorizó, de todos modos, a que un sacerdote de la catedral bautice a Umma. Fuentes de la Iglesia cordobesa reconocen que esta decisión fue posible porque el Papa es Bergoglio. La noticia ha irritado a sectores conservadores de la Iglesia en todo el mundo. Lo sorprendente es que el mismo arzobispo Ñañez es quien en 2010 había iniciado un juicio canónico contra un sacerdote de su archidiócesis que había apoyado la ley de matrimonio gay.

En la institución en la que no ha podido permanecer Karina es en la Policía de la provincia de Córdoba. No porque se haya casado sino por tomar la excedencia por maternidad de 180 días. La autoridad policial consideró que no le correspondía porque era Soledad la que llevó en su vientre a la bebé engendrada por fertilización asistida. Como Karina no obedeció y dejó de trabajar por ese periodo, la fuerza policial determinó que había abandonado sus funciones y la ha apartado. La exuniformada ha apelado esa decisión ante la justicia.

Nuevas masculinidades: la igualdad de género construida desde los hombres

Alumnos del curso sobre nuevas masculinidades trabajan en una sesión en Córdoba.

Alumnos del curso sobre nuevas masculinidades trabajan en una sesión en Córdoba.

“Existen muchos hombres con conciencia para trabajar por la igualdad que sienten la necesidad de buscar caminos para ello. Pero es un camino que deben hacer ellos mismos”. Con estas palabras, el sociólogo Hilario Sáez sintetiza el objetivo sobre el que trabaja con hombres de toda Andalucía para construir la igualdad de género desde la perspectiva masculina. Con el curso Nuevas masculinidades, género e igualdad desde la perspectiva de los hombres, que imparte a trabajadores de las delegaciones provinciales de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, este sociólogo trabaja con hombres para que sean ellos mismos, desde sus experiencias del día a día y sus reflexiones, los que hagan aflorar la desigualdad de género que existe en la sociedad y poder así superarla.

Se trata, con ello, de superar la visión androcéntrica del mundo para trabajar por la igualdad desde una perspectiva de género masculina. Y es ahí donde, junto a lasrealidades de desigualdad efectiva entre hombres y mujeres, afloran también lasnuevas visiones masculinas, esas “nuevas masculinidades” que apuestan porconstruir una sociedad en igualdad. “No hay nuevos hombres. Los que hay ahora los ha habido siempre pero han estado invisibilizados. Ahora afloran otras maneras de ser hombre”, sintetiza Hilario Sáez.

La experiencia de este sociólogo con los hombres –también algunas mujeres- con los que trabaja en sus cursos pone sobre la mesa esta realidad. “Necesitamos que haya una reflexión específica de los hombres para incorporarse a la lucha por la igualdad”, señala para explicar esta tarea. Y advierte, sobre nuestra sociedad: “La igualdad es un salto evolutivo incuestionable e imparable”.

De ahí que los hombres participantes en los cursos hayan puesto sus experiencias cotidianas al servicio de esta reflexión. Han llegado a dibujar un “mapa de privilegios masculinos” que se dan en el ámbito personal, social, laboral o sexual en el día a día. Unos privilegios masculinos que “están ahí, se ejerzan o no por uno mismo” y que reflejan la visión androcéntrica de la sociedad.

El relato de los propios alumnos pone sobre la mesa tópicos que se dan, según sea el protagonista hombre o mujer, de una u otra manera. La promiscuidad, la corresponsabilidad en la reproducción, los cuidados de hijos y personas mayores, las tareas domésticas, la mayor o menor autoridad social o los privilegios laborales forman parte de este mapa de la desigualdad.

Roles de cuidador y protagonistas de la violencia

Y junto a ello, dos aspectos específicos en los que la desigualdad entre hombres y mujeres se hace evidente y que merecen especial estudio. El primero, el concepto del cuidado personal: “¿Cómo me cuidan? ¿Cómo cuido? ¿Cómo me cuido?”. Son tres preguntas clave para conocer que las mujeres tienen una conciencia superior de cuidar pero poca de cuidarse a sí mismas, mientras que en los hombres es al revés y, dato curioso, “no tienen conciencia de no estar cuidándose, lo que supone un problema de salud pública”, alerta este sociólogo.

El segundo de los aspectos evidentes de la desigualdad entre hombres y mujeres es la violencia. “En general y de forma cotidiana, la mayoría de los protagonistas y víctimas de la violencia son hombres. Pero si hablamos específicamente de violencia de género, las víctimas pasan a ser mujeres. Y aquí ponemos el foco en el agresor – el hombre- de manera que conseguimos concienciar al resto de hombres de que el silencio les hace cómplices”, relata Sáez para quien los propios alumnos son los que se dan cuenta de que “el machismo mata porque el machismo es violencia”.

Todo ello genera entre los hombres un planteamiento nuevo y una reflexión sobre el modelo tradicional de masculinidad, que puede ser superado por esas nuevas masculinidades: “Se trata de cambiar la perspectiva del mundo androcéntrica”, dice este sociólogo, que no deja fuera una mirada hacia la juventud para advertir de la repetición de roles machistas. “Hay que actualizar los mensajes para llegar a los jóvenes. Porque sí hay un cambio real en parte de la juventud hacia la igualdad, pero hay una gran mayoría que en general sigue estando al aire de lo que educa la publicidad en estereotipos”.

Como positivo, eso sí, destaca que todo eso se está moviendo y que, “afortunadamente, se cuestiona la mentalidad patriarcal”, también desde los hombres que buscan esos caminos para avanzar en la igualdad real. Una tarea que para este sociólogo, que hasta ahora ha impartido el curso en Córdoba y queseguirá hasta después del verano en Sevilla, Huelva, Cádiz, Granada y Almería, “yaes hora de que la asuma la administración como tarea prioritaria”.

Una niña con dos madres y un padre

Columbia Británica permite inscribir a una niña como hija de un matrimonio de lesbianas y del hombre que donó el esperma

La pequeña Della con sus padres Anna, Danielle y Shawn

La pequeña Della con sus padres: Anna, Danielle y Shawn. / ICI-RADIO CANADÁ

Se llama Della Wolf Kangro Wiley Richards, y es la primera niña que tiene en su certificado de nacimiento tres progenitores: dos madres y un padre. No se trata de una complicada combinación de selección de óvulos y material genético. Simplemente, ellas, Danielle Wiley y Anna Richards, son un matrimonio de lesbianas de Vancouver, en la provincia canadiense de la Columbia Británica, y él, Shawn Kangro, es un amigo de la pareja que fue el donante de esperma.

De acuerdo con los medios canadienses, se trata del primer caso en que se ha podido registrar a una niña con tres progenitores, algo que permitió la modificación del año pasado de la ley de familia de la provincia (el equivalente a un estado de EE UU en cuanto a autonomía legislativa). En el país, donde es posible que un donante sepa qué hijos se han engendrado con su esperma, ya ha habido casos en que los tribunales han reconocido el derecho de ese padre respecto a su hijo, y de ese descendiente respecto a su progenitor, pero habían sido casos excepcionales resueltos en los tribunales después de nacer el hijo (alguno, años después), y no una situación de partida.

La iniciativa surgió de las mujeres, que querían tener un hijo. Como muchas parejas de lesbianas, acudieron a un donante de semen. Pero, en contra de lo que es habitual, en su caso no querían que el hombre se desentendiera del hijo futuro una vez cumplida su labor biológica. El elegido, Shawn Kangro, fue un amigo de la universidad de Anna. Él aportó el semen y Danielle se autoinseminó con una jeringuilla.

“Las dos, desde el principio, queríamos tener un padre que participara”, ha declarado Wiley a los medios de comunicación locales. “Sé que muchas parejas de lesbianas no quieren eso. Prefieren un donante anónimo. Pero a nosotras nos gustaba la idea de alguien que se involucrara, que fuera una figura paternal para el bebé”.

“En cuanto Anna y Danielle me lo pidieron, supe enseguida que iba a decir que sí, aunque tenía que discutir conmigo mismo un montón de cosas antes”, ha dicho por su parte el padre.

Una vez tomada la decisión, solo quedaba solventar el papeleo que exige la regulación. Para ello, los tres padres firmaron un contrato. En él se estipula que las mujeres serán las madres de la niña, tendrán su tutela y serán las encargadas de mantenerla. Por así decirlo, serán las madres en sentido tradicional, y vivirán con la niña. Él queda como un tutor de la hija en caso de que ellas falten, y puede visitar a la familia siempre que quiera. También tendrá voz en asuntos clave, como los que tengan que ver con la escolarización de la pequeña o las decisiones médicas. Para ello se le garantizará acceso a su historia clínica.

Este contrato era el requisito legal en el Estado, aunque la burocracia les puso algunas pegas. Los formularios para inscribir al bebé por Internet no estaban preparados, y ninguno quería que uno de los tres quedara fuera. Por fin, tras un par de meses, consiguieron solucionar el papeleo.

Ahora, con la niña en casa, “parece lo más natural del mundo, somos como cualquier otra familia”, dice Kangro.

La abogada que les ayudó en todo el proceso, barbara findlay —quien insiste en escribir su nombre en minúsculas—, define así el cambio social recogido en la nueva regulación canadiense: “En los viejos tiempos, lo que primaban eran las conexiones biológicas y genéticas. Y eso ya no es lo verdadero. Ahora con centramos en la intención de las partes que contribuyen a engendrar al niño, pero también a criarlo y educarlo. Y ese es un cambio realmente enorme”.

Canadá fue el primer país de América en permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo. De hecho, algunos de sus estados y provincias ya se habían adelantado a la norma estatal, y prácticamente el mayor obstáculo para la norma fue la negociación con la Iglesia nacional (como en otros países protestantes, hay una confesión del Estado), ya que los pastores se negaron a tener que celebrar esas ceremonias.

En cambio, las condiciones para donación de semen son menos rigurosas que las españolas. Ahí está permitida la práctica dirigida; es decir, que el hombre y la mujer se conozcan e incluso se pongan de acuerdo. Sin embargo, en este caso lo resolvieron por un método más casero, ya que no precisaron de un servicio médico para el proceso.

La nueva familia afirma que ha sido muy bien acogida por el vecindario en una ciudad, Vancouver, de la costa oeste de Canadá, y con fama de liberal (igual que la casi vecina Seattle, al lado estadounidense de la frontera).

“La niña tiene tres padres y seis abuelos para que la malcríen”, ha dicho Richards. No descartan que tenga más hermanos por el mismo método.

EE UU extiende derechos de las parejas heterosexuales a las gais

El fiscal general explica que tendrán los mismos beneficios que los matrimonios tradicionales ante el sistema de justicia federal

Eric Holder anuncia que el Departamento de Justicia extiende los derechos de los matrimonios homosexuales

Eric Holder anuncia que el Departamento de Justicia extiende los derechos de los matrimonios homosexuales / MARK WILSON (AFP)

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, anunciará este sábado un paso más para que la igualdad entre los matrimonios gais y los heterosexuales sean una realidad en el país. Según Holder, las parejas casadas del mismo sexo deben tener las mismas protecciones federales legales con las que cuentan las tradicionales en el sistema federal de justicia criminal, según informa REUTERS. La medida, que está incluida en una regulación del Departamento de Justicia, entrará en vigor este lunes, 10 de febrero, mediante una circular interna en la “que se ordenará a todos los departamentos tratar a todos por igual”.

La regulación será también aplicable a aquellas parejas que residan en Estados en los que estas uniones no están reconocidas –que son 31-. Por primera vez no se hará distinción entre esposos y tipos de uniones.A finales de 2012, el matrimonio entre personas del mismo sexo era legal en nueve Estados de EE UU más el Distrito de Columbia. Un año después, la lista suma ya 18 Estados (el de Illinois, que también aprobó la ley este año, será el 19 cuando entre en vigor en junio de 2014).

“La nueva norma exigirá dar la misma atención legal y el mismo reconocimiento a las parejas homosexuales que a las de los heterosexuales”, explicará esta noche Holder en un discurso que dará en un evento de la organización Human Rights Campaign, plataforma que lucha por los derechos de los gais en Nueva York, y cuyo contenido ha sido difundido a los medios de comunicación horas antes.

“Cómo resultado, por ejemplo, las autoridades federales no podrán negarse si uno de los miembros de la pareja no quiere testificar contra su esposo, incluso, cuando estos vivan en un Estado que no reconozca su matrimonio”, anunciará. Además, las parejas homosexuales podrán pedir protección cuando se encuentren en situación de bancarrota y podrán visitar en prisión a sus parejas. De la misma forma que estos podrán ir al funeral de su cónyuge si esto sucediera mientras están encarcelados.

En la práctica, esta regulación significa que el Departamento de Justicia“reconocerá que ambas uniones, tanto las gais como las heterosexuales, tendrán los mismos derechos civiles –que también incluyen beneficios educativos y de protección ante la muerte del cónyuge en combate-, y penales”, indicará Holder en su discurso.

Con anterioridad a esta medida, Holder ya había manifestado su intención de acabar con la discriminación por sexo: “Tan importante como luchar contra el racismo, que por desgracia es patente en algunos puntos. Quiero expresar que mi compromiso con la comunidad homosexual en EE UU es igual de profunda”.

El mes pasado, el propio Holder declaró que el Gobierno federal reconocerá más de 1.000 uniones entre personas del mismo sexo que se celebraron en Utah. Esta acción afecta a aquellos que se casaron en las dos semanas y media de tiempo que transcurrió entre la decisión de un juez federal de levantar la prohibición de este tipo de matrimonios en el Estado y la resolución del Tribunal Supremo de mantener esta decisión en espera.

La regulación ocurre tras la sentencia histórica tomada el pasado junio por el Tribunal Supremo de EE UU, que puso fin a la definición de que el matrimonio estaba compuesto por un hombre y una mujer. El Alto Tribunal acabó con parte de la Ley de Defensa del Matrimonio de 1996 (DOMA, por sus siglas en inglés), que prohibía el reconocimiento de estas uniones por el Gobierno federal.

Desde entonces, la Administración de Obama ha actuado en esta dirección y ha conseguido otorgar varios beneficios, en términos de inmigración, y a los empleados federales. Se han modificado distintas leyes federales para que las parejas homosexuales puedan presentar una declaración de la renta conjunta y acogerse a programas sanitarios de Medicare, por ejemplo, hasta ahora reservados únicamente a parejas heterosexuales.

De la misma forma el Alto Tribunal decidió que prohibir las uniones del mismo sexo en California era inconstitucional. La modificación de la ley también llega en un momento en el que la mayoría de la ciudadanía estadounidense apoya el matrimonio homosexual. Exactamente, un 52%, según la última encuesta elaborada por Gallup.

En 2012, el presidente de EE UU, Barack Obama, ponía la primera piedra para cambiar la historia de los homosexuales en el país, perseguidos desde la década de los cincuenta. Obama, en una entrevista televisiva, realizó el primer gesto simbólico hacia la comunidad gay tras más de tres años de mandato en los que, pese a la presión social, nunca había manifestado su opinión.

Mientras que los grupos que respaldan el matrimonio gay han recalcado que esta medida “dará libertad a las parejas homosexuales del todo país”, los opositores han desprestigiado la nueva política a la que han calificado como “una nueva estratagema de la Administración de Obama”.

“Somos una familia feliz y normal, aunque poco frecuente”

Manuel y Marcos con tres de sus cuatro hijos

Manuel y Marcos con tres de sus cuatro hijos

Dos padres y cuatro hijos. Los Rodríguez López viven en Aznalcázar, un pueblo de Sevilla de unos 3.500 habitantes. Son una familia “feliz, normal, con las mismas inquietudes y deseos que las demás, aunque poco frecuente”, aclara Manuel, de 52 años, administrativo y de Jerez (Cádiz). Está casado con Marcos, de 46 años, informático y de Sevilla. En diciembre celebrarán que llevan 30 años juntos. No es poco. Su historia, con final feliz, es un ejemplo de lucha por la igualdad de parejas del mismo sexo para tener hijos y formar una familia. En 1996, cuando llevaban 12 años viviendo juntos, Manuel le planteó a Marcos que quería ser padre. Solos, llenos de dudas y miedos, solicitaron la adopción internacional. Primero, juntos, y luego, Manuel como soltero. En ambos casos se la denegaron por su orientación sexual. El proceso, con denuncias incluidas por “discriminación”, duró 8 largos años. Empezaron a investigar Pero como el deseo de esta pareja por tener hijos era más fuerte que la realidad, Manuel y Marcos no se rindieron. En 1999 empezaron a investigar hasta convertirse en los primeros gays de España que viajaron a EE UU para ser padres. “Nos fuimos a Los Ángeles, con el nivel de inglés del instituto. Allí encontramos igualdad”, recuerda Marcos. Tras cinco años de intentos fallidos por gestación subrogada, y cuando todo estaba casi perdido, encontraron a una nueva gestante en California: Maricela, de origen mexicano, con la que actualmente siguen en contacto y a la que llamaron  a diario durante todo el embarazo. “Mi cuñada [la hermana de Marcos] aportó los óvulos y yo el esperma”, matiza Manuel, quien aclara que no quieren que se denomine a la gestación subrogada vientre de alquiler. “Los nombres humillan o definen. Es una técnica de reproducción asistida. Ni se alquila a las personas ni su vientre. Se cede la capacidad de gestación”.Para ambos, “no es un encargo que se le hace a una mujer, sino una experiencia vital, un acto de generosidad”.

Por fin, en enero de 2004 nacieron Julia y Lucía, mellizas, que van a cumplir 10 años. “Fuimos los hombres más felices del mundo”, afirman. En 2005, con la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, se casaron. Tres años después, les dieron a sus hijas sus apellidos y las inscribieron en el libro de familia. Más tarde, y también en EE UU, llegó su tercer hijo: Manuel, que ahora tiene 4 años. Este verano, por fin, adoptaron un niño, también de 4, el benjamín de la casa. “La Junta ha sido muy rápida. Nos han dado la misma igualdad de oportunidades que a todo el mundo. Nos atendió un equipo justo que nos trató con cariño”, explican. “La piel en el camino” Eso sí, para cumplir su proyecto en común, Manuel y Marcos afirman que han tenido que subir muchos escalones dejándose “la piel en el camino”. Vendieron su casa y hasta hace poco pagaban préstamos (la gestación subrogada cuesta de 60.000 a 120.000 euros). Pero, hoy, cuando ven a sus cuatro hijos, dicen sentirse muy orgullosos. “La vida familiar de los homosexuales es mucho más relajada que la de los heterosexuales. En casa no hay roles masculinos ni femeninos. Compartimos tareas, hijos… Conciliamos. Tampoco escondemos nada y tratamos nuestra realidad con naturalidad”, explican a 20minutos. Para el colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB), Manuel y Marcos piden normalización, adaptación de leyes, cambiar la escuela, poder registrar a sus hijos y aceptar la técnica por la que tres de sus hijos vinieron al mundo.

Un arzobispo polaco afirma que los hijos de divorciados son más vulnerables a los abusos sexuales por sacerdotes

Jozef Michalik, máximo responsable de la iglesia católica en Polonia

Jozef Michalik, máximo responsable de la iglesia católica en Polonia. | WIKIMEDIA COMMONS

Los niños de padres divorciados son, a veces, más proclives a sufrir abusos sexuales por parte de sacerdotes, según el máximo responsable de la iglesia católica en Polonia. Estas palabras del clérigo polaco han causado la indignación en todo el país.

Jozef Michalik, que ya ha pedido disculpas, hizo estas declaraciones este martes en la cadena de televisión nacional TVN24. Durante su intervención calificó de inaceptables los abusos sexuales a menores por parte de los curas. Pero no se quedó ahí.

Achacó parte de la culpa de estos ataques a la búsqueda de afección por parte de los pequeños cuando sus padres están divorciados. “Y hay que decir… ¿Cuánto daño se hace a un hijo cuando sus padres se divorcian? A menudo escuchamos que esta actitud inadecuada (pedofilia) o abuso se produce cuando un niño está buscando amor”, explicó.

CONDENA EN REDES SOCIALES

Inmediatamente después, la opinión pública comenzó a condenar las palabras de Michalik a través de las redes sociales.

“Es asqueroso y basado en una lógica enferma, cuando la víctima es responsable del crimen”, escribió una persona a través de su Facebook. “Al leer esto, sólo podemos alegrarnos de que esta ‘institución polaca’ acaba de suicidarse”, compartía otra.

Autoridades eclesiásticas de Polonia ofrecieron una rueda de prensa horas después para tratar de calmar la indignación y aseguraron que el arzobispo había sido mal interpretado.

“El contexto de mi comentario era este: un niño es siempre inocente, pero puede ser herido también por su entorno”, se defendía Michalik, que estaba presente en el acto.

Los Gobiernos cierran las puertas a la adopción para homosexuales y solteros

Captura de pantalla del mapa de ILGA sobre adopciones por parte de parejas homosexuales.

Captura de pantalla del mapa de ILGA sobre adopciones por parte de parejas homosexuales.

Las opciones para ser padres se les agotan a los gais y las lesbianas españolas, que ven con impotencia cómo los Gobiernos de algunos países —por presiones religiosas o políticas— deciden cerrarles las puertas para adoptar. Tal situación afecta más a los varones, ya que sus posibilidades de paternidad se limitan a la gestación subrogada (cuesta casi 100.000 euros en EE UU) o al acogimiento familiar, escaso en España.

La tendencia a obstaculizar la adopción afecta también, de rebote, a los solteros heterosexuales, y empezó a agudizarse cuando, en 2005, se aprobó en España el matrimonio homosexual, según Javier Álvarez-Ossorio, de la Coordinadora para la Adopción y Acogimiento (CORA).

Rusia ha sido el último en restringir las adopciones. El mes pasado prohibió esta opción a los matrimonios homosexuales y, para evitar conceder niños a gais o lesbianas solos, también lo vetó a los solteros de países donde las bodas gais son legales. Para Jesús Santos, directivo de la Asociación de Gais y Lesbianas con Hijos (Galehi), el problema con la decisión rusa es su efecto contagio en el Este europeo. “Ya Moldavia y Kazajistán han manifestado su intención de copiar esa legislación”, afirma.

En Reino Unido, Países Bajos, Escandinavia, Alemania, España y Portugal todavía se puede adoptar sin problema, según Santos, mientras que en Italia “es imposible” y en Francia “hay cierto bloqueo”. De Asia, destacó el caso de China, donde no permiten la adopción por parte de los matrimonios homosexuales, pero sí de los solteros, aunque estos deben jurar ante un notario que no son gais o lesbianas. En India, las familias monoparentales pueden adoptar, pero el proceso tarda años y a veces es anulado por cambios en las leyes locales.

En América, las opciones de los homosexuales se reducen a Canadá, EE UU (algunos Estados), México (solo el Distrito Federal), Brasil, Argentina y Uruguay. Los demás países lo prohíben tajantemente o el proceso es engorroso. En el continente africano, únicamente Sudáfrica permite las adopciones por parejas gais, mientras que en Nigeria y Senegal solo los solteros lo pueden hacer. En el resto de países “es imposible” pensar en adoptar, según Santos, ya que sus leyes criminalizan la homosexualidad.

“Tienes el virus del sida, eres pobre y tu tratamiento cuesta 10.000 euros al año”

Médicos Sin Fronteras denuncia “los precios astronómicos” de los nuevos medicamentos contra el VIH y hace un llamamiento a romper el actual sistema de patentes de la industria farmacéutica.

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Un niño posa con su tratamiento contra el VIH en una clínica de Zimbabue

Un día, a la consulta de Jennifer Cohn en un hospital de Nairobi (Kenia) llegó un joven con el virus del sida. Había desarrollado resistencia al tratamiento habitual y la segunda opción para mantener al virus a raya tampoco funcionaba. La tercera opción, un tratamiento a base de nuevos medicamentos, costaba 9.000 dólares al año. En los cuatro años que estuvo en Nairobi, Cohn vivió la misma situación decenas de veces. Sin una terapia accesible, sólo podía anunciar una condena a muerte por motivos económicos.

“Es un precio que los gobiernos no pueden pagar y nosotros no podemos pedir al paciente que lo pague de su bolsillo. Son precios completamente fuera del alcance”, explica la doctora estadounidense. “Intentamos buscar donantes, pero es una situación muy dura. Los pacientes, a veces muy jóvenes, mueren simplemente porque las medicinas son demasiado caras”.

Cohn, de Médicos Sin Fronteras, acaba de presentar en Kuala Lumpur (Indonesia)un informe con datos escandalosos para denunciar “el precio astronómico” de los nuevos fármacos contra el virus del sida, con el que viven 34 millones de personas en el mundo. En algunos países, como Armenia, uno de estos nuevos medicamentos, el raltegravir de la farmacéutica Merck, llega a costar 10.140 euros por persona al año. El salario mínimo en Armenia es de unos 83 euros al mes.

Un cóctel imposible de pagar

Tailandia, con 500.000 personas con VIH, paga 3.652 euros por el darunavir, de la multinacional Johnson and Johnson. Y Paraguay tiene que poner 5.973 euros por persona para comprar etravirina, de Janssen, cuando su sueldo mínimo es de 300 euros. Para un tratamiento completo no basta sólo uno de estos medicamentos, sino que es necesaria una combinación de todos ellos.

En los países más pobres, donde las farmacéuticas sí hacen rebajas, este cóctel cuesta, en el mejor de los casos, 1.539 euros, unas 15 veces el coste del tratamiento habitual de primera línea. “Las patentes mantienen los nuevos medicamentos contra el VIH a precios inalcanzables”, critica Cohn desde Kuala Lumpur, donde tiene lugar la Conferencia de la Sociedad Internacional sobre Sida. A su juicio, “el margen de beneficios de las farmacéuticas es extremadamente grande”. Merck, por ejemplo, ganó en 2012 unos 4.800 millones de euros.

En un comunicado, Médicos Sin Fronteras ha pedido a los gobiernos que atajen el problema de los altos precios de los medicamentos rechazando la concesión de patentes injustificadas. En algunas ocasiones, la industria alarga el monopolio sobre sus medicamentos antiguos blindándolos con patentes sobre modificaciones mínimas, en una práctica conocida como evergreening (reverdecimiento de patentes). En los países ricos, como Suiza, se ha demostrado que esta turbia estrategia aumenta hasta un 8,4% el coste de la sanidad pública. En los países con menos ingresos, sin embargo, esta política de precios inflados pone en juego la vida de los pacientes.

Emergencia sanitaria

El informe de Médicos Sin Fronteras sí constata una bajada de precios de los fármacos esenciales contra el VIH, los llamados tratamientos de primera línea. Estos medicamentos, una pastilla diaria, han pasado de costar 132 euros a 106 por persona y año. La bajada, del 19%, se debe a la llegada de medicamentos genéricos al mercado, sobre todo tras la decisión de India de no aceptar patentes sobre medicamentos antiguos.

Además, en casos de emergencia para la salud pública, las reglas de propiedad intelectual de la Organización Mundial del Comercio permiten a los gobiernos emitir licencias obligatorias, con las que otros fabricantes, y no sólo el dueño de la patente, pueden producir un medicamento. Tailandia y Brasil lo hicieron en 2006 y 2007 con varios fármacos contra el VIH, provocando una bajada de los precios. Sin embargo, estas decisiones políticas se enfrentan a fuertes presiones procedentes de la industria farmacéutica. En 2007, la multinacional Abbott canceló la venta de nuevos medicamentos a Tailandia en represalia por el paso dado por el Gobierno tailandés.

En el mundo, cada vez más pacientes necesitan nuevos fármacos, tras desarrollar resistencias al tratamiento de primera línea. En Khayelitsha, un asentamiento muy pobre cercano a Ciudad del Cabo (Suráfrica), Médicos Sin Fronteras ha dado tratamiento antirretroviral a más de 20.000 personas desde 2001. El 12,2% de los pacientes tratados durante al menos cinco años desarrolló una resistencia y tuvo que cambiar a un fármaco de segunda línea. La ONG calcula que más de 500.000 personas en el mundo necesitan esos segundos tratamientos, cuyo precio se dispara. La combinación más barata cuesta 232 euros al año, un 75% menos que en 2006 pero aún así cara, según el informe de la organización.

No obstante, los precios verdaderamente astronómicos llegan en la tercera línea, cuando los dos primeros tratamientos fallan y hay que optar por una terapia de rescate. Ahí es donde Armenia llega a pagar 10.140 euros anuales por persona. “Estamos empezando a ver que, en el futuro, muchos pacientes necesitarán tratamientos de tercera línea. Si no tienen acceso a fármacos baratos, morirán”, denuncia desde Yemen Letizia di Stefano, médica italiana especializada en VIH de Médicos Sin Fronteras. “La venta de fármacos es el negocio de las farmacéuticas, pero nosotros tenemos necesidades médicas, no podemos cerrar los ojos. Reducir el precio es la única manera de salvar vidas”, zanja.

El Supremo de EEUU reconoce los derechos de los casados gays

Celebraciones en Washington. | Foto: Afp

Nueve años después de las primeras bodas gays en Estados Unidos, el Tribunal Supremo reconoce este miércoles los derechos en todo el país de las parejas casadas de mismo sexo. El tribunal declaró inconstitucional la ley de Clinton que definió en 1996 el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. El Supremo también volvió a legalizar el matrimonio gay en California.

Cientos de personas hicieron cola desde la mañana del martes para entrar de público o para esperar a las puertas del Supremo. Por todo el país se preparan fiestas de celebración desde hace semanas.

Las bodas de parejas homosexuales son legales en 12 estados (13 si se cuenta ahora California), la ciudad de Washington y varias tribus indias-americanas. El primer estado en legalizar el matrimonio gay fue Massachusetts en mayo de 2004.

Pero hasta ahora estas parejas tenían menos derechos que el resto por la ley que aprobó Bill Clinton en 1996 llamada Defense of Marriage Act (DOMA), que define el matrimonio sólo como la unión entre un hombre y una mujer y que supone que las parejas gays carezcan de un millar de derechos federales, por ejemplo el de herencia, pensión o residencia. La Administración Obama y también Bill y Hillary Clinton han repudiado ahora esa ley.

El Supremo responde en este caso a la demanda presentada por Edith Windsor, una viuda de 83 años que tuvo que pagar más de 360.000 dólares (unos 276.000 euros) por recibir una casa heredada de su esposa y pareja de 40 años porque el Gobierno federal no reconocía su boda. La decisión, tomada por cinco votos a cuatro, supone reconocer un millar de derechos de herencia, residencia, pensión o sanidad en todo el país que las parejas gays legalmente casadas no tenían hasta ahora. El Supremo dice que tratar a personas como “matrimonios menos respetados” viola el derecho a “los principios de protección igual” ante la ley reconocidos en la Quinta Enmienda de la Constitución.

La decisión del alto tribunal también afecta directamente a la querella contra DOMA presentada por una española casada con una estadounidense en Nueva York, Mar Verdugo. Su denuncia ante un tribunal de Nueva York es la primera reclamación de los derechos migratorios de los gays. Según la decisión del Supremo, ahora Verdugo podrá pedir la residencia en el país como cualquier otra persona casada con un ciudadano estadounidense.

Verdugo y su mujer, Heather Morgan, no pudieron viajar a Washington, pero siguieron la noticia juntas desde la oficina de la española. “Hemos recibido la noticia cogidas de la mano y con los nervios a flor de piel, pero cuando hemos leído ‘DOMA es inconstitucional’ nos hemos abrazado y llorado, gritando ‘¡lo hemos conseguido!”, explica Verdugo a ELMUNDO.es.

El Supremo, además, decidió, también por cinco votos a cuatro, que no es válida la prohibición del matrimonio gay en California aprobada en las urnas en noviembre de 2008. El Tribunal no se pronunció sobre el derecho de otros estados a prohibir esta unión.

La mayoría del país ha cambiado de opinión sobre el matrimonio gay. Ahora lo apoya el 53% y lo rechaza el 45%, según la encuesta de Gallup de este mayo. En 1996, cuando se aprobó la ley de Clinton, sólo estaba a favor el 27% de la población.

El presidente Barack Obama está entre quienes han cambiado de opinión. El año pasado anunció por primera vez su apoyo al matrimonio gay. Este miércoles dijo alegrarse de que el Supremo haya “arreglado algo que estaba mal”. “A nuestro país le va mejor gracias a ello… Cuando todos los americanos son tratados por igual, sin importar quiénes son o a quién aman, todos somos más libres”, aseguró en un comunicado.

El presidente ya ha pedido al fiscal general que revise todas las legislaciones afectadas por DOMA para otorgar los derechos federales que no se reconocían hasta ahora a las parejas gays casadas. En cualquier caso, Obama recuerda que el tema sigue siendo “sensible” y que la decisión afecta sólo a las bodas civiles. “Cómo definan y consagren el matrimonio las instituciones religiosas depende de ellas. Nada en esta decisión, que se aplica sólo al matrimonio civil, cambia eso”, dijo.