Las pastorales de la transfobia de los obispos de Alcalá y Getafe

obispo de alcala

Ante la perplejidad y asombro leo una carta de los obispos de Getafe y Alcalá de Henares de Madrid, contra la Ley Integral de Transexualidad aprobada por la Asamblea el pasado 17 de marzo, que solo rezuma odio, intolerancia y desprecio social hacia las personas transexuales y sus derechos fundamentales. Colectivo que históricamente ha sido y es discriminado en todos los ámbitos sociales, habiendo aumentado alarmantemente las tasas de ataques violentos por razón de su identidad de género.

Cuestión que, en un primer momento, da lugar a pensar que quienes dicen defender el amor y respeto al prójimo habrían celebrado con satisfacción que esta normativa entrará en vigor al día siguiente de que sea publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. Hecho que provoca estupor después de leer la misiva del obispo de Alcalá de Henares y el de Getafe, ya que parece que el arzobispo de Madrid se ha negado a rubricarla. Aunque de la consternación pasas a la conclusión de que no son dignos representantes de la doctrina de su magisterio.

Pero entrando en materia en cuanto al texto legislativo se refiere, ya sean los firmantes de “las reflexiones pastorales” genuinos o falsarios, habría que recordarles que en la Tierra están sometidos al Imperio de la Ley del hombre y no de lo divino, por lo que hacer un seudo-llamamiento al incumplimiento de la normativa ya en sí es un hecho delictivo, donde dicen que es una “ley injusta y que, por tanto, a nadie obliga en conciencia”. Por otro lado, decirles igualmente que vivimos en un estado aconfesional y que sus pretensiones son una gravísima injerencia de la Iglesia en las cuestiones legislativas del Gobierno Autonómico de la Comunidad de Madrid.

Tampoco ahorran en calificativos, desde “marxistas liberales, ecología idolátrica y fragmentada, pornificación de las relaciones personales y de la cultura, sexualidad sin verdad, usurpación deliberada de la filiación natural de los niños, manipulación hormonal, amputación y extirpación de órganos sanos, reasignación de la identidad personal, realidad virtual sustitutiva”, hasta su sorprendente conclusión de que las personas transexuales no podemos afirmar nuestra identidad sobre el que llaman “sexo biológico”. Hecho llamativo, ya que en otra parte piden para sí mismos espacios de “justicia y libertad”, una más de las paradojas conceptuales de la Iglesia, el arte de la afirmación y negación en un mismo principio para producir el desconcierto.

Hay varias cosas llamativas en el texto. Una es la cantidad de improperios y rienda suelta a un odio desmedido con el que trufan la carta de principio a final, y lo burlesco que es que digan hacerlo desde el “respeto”. La otra es su profundo distanciamiento de los problemas y de la realidad cotidiana de las personas, su falta de empatía y desconexión total de los rasgos inherentes del ser humano, como es la solidaridad con quienes sufren y lo están pasando mal.

Ya lo ha dicho el papa Francisco, en varios ocasiones, invitando a la curia a que salgan de sus palacios, riquezas y boatos, aunque parece que todavía muchos se aferran a su jaula de oro inconexa de la realidad.

Aunque lo realmente alarmante en toda su proclama es la retórica de la incitación al odio hacia las personas transexuales, en su punto número doce hace un llamamiento y apelan a la “emergencia cívica de los católicos” a no mirar hacia otro lado con esta ley porque si no estarían “pecando de omisión”. Con lo que la Fiscalía tendría que actuar de oficio, ya que una vez más nos han marcado con la estrella de David, y ahora solo hace falta que vengan a por nosotras y nosotros.

Por último, destacar que hacen especial hincapié que esta norma es fruto de “un pensamiento ideológico y totalitario”. Contestarles que no, que esta Ley es fruto del trabajo y consenso de los colectivos transexuales de la Comunidad de Madrid, de sus demandas y problemas de discriminación añadida diaria al resto del tejido social. Pero que dos obispos hablen de esta ley como -pensamiento ideologico y totalitario- tal como se ha escrito la historia de la humanidad los últimos dos mil años, no deja de ser paradójico y artero.

Los obispos de Getafe y Alcalá, contra la ley madrileña de transexualidad: “Es grave”

Carla Antonelli durante la aprobación de la ley de transexualidad en la Asamblea de Madrid 17/03/2016 Madrid

Carla Antonelli durante la aprobación de la ley de transexualidad en la Asamblea de Madrid

La Iglesia vuelve a atacar. Los obispos de Getafe y Alcalá de Henares, Joaquín María López de Andújar y Juan Antonio Reig, respectivamente, han tachado de un “hecho grave” la aprobación de la ley madrileña para la plena integración de los transexuales, legislación que ven “en esencia”, “injusta”, por lo que “a nadie obliga en conciencia”.

Ambos obispos, junto con el obispo auxiliar de Getafe, José Rico, han hecho este pronunciamiento a través de unas reflexiones pastorales remitidas a los medios de comunicación después de que el pleno de la Asamblea de Madrid aprobase con la abstención del PP y los votos a favor de PSOE-M, Podemos y Ciudadanos la pasada semana una ley que busca la “plena integración social de las personas transexuales”.

“El concepto de libertad presente en esta ley aboca a un pensamiento totalitario: la absolutización de la voluntad que pretende ser la única creadora de la propia persona y la absolutización de la técnica transformada también en un poder prometeico e ideológico”, sostienen los obispos en su carta, en la que aseguran que la ley es injusta, por lo que “a nadie obliga en conciencia”.

“NIEGA LA RECTA RAZÓN”

Los obispos, que dicen manifestar “todo el respeto hacia los que han promovido esta ley y sus posibles destinatarios”, consideran injusta la ley porque “niega lo que la recta razón conoce sobre el ser humano y olvida que el hombre no es solamente una libertad que él se crea por sí solo”, puesto que “es espíritu y voluntad, pero también naturaleza”.

“Difícilmente se podrá defender el derecho de personas que se consideran discriminadas cuando esa defensa se funda en una comprensión equivocada del ser humano”, sostienen los obispos en sus reflexiones.

También auguran que, al igual que “la redefinición del matrimonio” abrió “la puerta a que cualquier combinación afectiva pueda terminar, con el tiempo, siendo reconocida como matrimonio”, con estas leyes sucederá que “con el tiempo se podrá exigir el presunto derecho a cualquier modificación corporal a la carta, por arbitraria que sea”.

Machismo y violencia: misoginia, homofobia y transfobia

Del mismo modo que los árboles no nos dejan ver el bosque, las violencias protagonizadas por los hombres con frecuencia no dejan ver la frondosidad del machismo que hay detrás, ese lugar oscuro donde crecen las bestias más peligrosas y terribles, aquellas que luego escapan o esperan para golpear a quien transita por el camino animado de la sociedad.

Violencia contra las mujeres, violencia contra homosexuales, violencia contra transexuales, violencia contra extranjeros, violencia contra personas de otras razas o grupos étnicos, violencia contra quienes tienen otras ideas y creencias… Da igual el adjetivo, el nombre siempre es “violencia”, y el “hombre” casi siempre su autor. Y no es casualidad.

La cultura es el machismo disimulado, la presentación de una serie de valores e ideas impuestas desde la visión masculina de la realidad que son tomadas como referencia común y universal en a cada contexto social. No se trata sólo de una serie de pautas y normas para convivir, sino de la creación de una identidad que decide los estrechos márgenes de lo que es “ser hombre” y lo que significa “ser mujer”, la cual lleva a actuar de una determinada manera sin necesidad de que existan normas o pautas explícitas para comportarse de ese modo. La cultura “obliga” a esas conductas y el tiempo las consolida y refuerza a través de la normalidad, la costumbre, la tradición, el “qué dirán”… Y cuando a pesar de todo hay comportamientos que no se controlan o se escapan a ese control, la violencia normalizada por la propia cultura actúa para restablecer el “orden perdido” y para castigar.

Por eso el machismo utiliza de forma directa la violencia contra todo aquello que cuestiona la identidad impuesta en cada contexto social, no es tanto el castigo individual lo que busca, aunque es uno de los objetivos, sino la lección general para la sociedad. El machismo y los hombres violentos que siguen sus dictados actúan, sobre todo, contra quienes cuestionan la referencia de la identidad masculina y los valores asociados a ella. Una identidad que es representada en el hombre heterosexual, de raza predominante en esa sociedad, status reconocido, por supuesto original del país, y con unas ideas y creencias sintónicas, o al menos armónicas, con las existentes en el lugar. Por eso ven al extranjero, al homosexual, a la mujer que rompe con los roles otorgados, al transexual, al de otra raza, a la persona de otras creencias… como un ataque al modelo de identidad y a todos los valores asociados a él que la cultura, o sea, el machismo, ha impuesto como referencia. De ahí la discriminación y la violencia que desarrollan contra cada una de las personas del grupo, y contra lo que representan como crítica al patrón masculino considerado, puesto que su mera presencia ya indica que otros modelos y referencias son posibles. Y eso es lo que les duele, puesto que la historia ha sido construida sobre la falacia de que sólo un modelo es válido y debería ser aceptado: el suyo.

Una de las trampas del machismo ha sido hacer creer que su influencia y expresión se reducía a las cuestiones entre “hombres y mujeres”, para luego cuestionar sólo el exceso en su manifestación según se considere en cada momento la sociedad. Para la mayoría de la gente, por tanto, el machismo es una actitud discriminatoria hacia las mujeres que sólo se cuestiona cuando sobrepasa ciertos límites en su expresión, por ejemplo, un piropo especialmente borde, un chiste claramente obsceno, un golpe fuera de lugar… Pero esta actitud al mismo tiempo permite que dentro de la normalidad se produzcan otros piropos, se cuenten chistes “no tan fuertes”, o se den golpes en privado y bajo “determinadas razones”; y sobre todo, sitúa fuera del machismo el resto de violencias que se ejercen desde el poder de la referencia masculina, con el objeto de defender la identidad de los hombres que el machismo impone.

Por eso todas estas violencias, cada una con sus características y circunstancias, tienen en común el actuar desde el odio contra el diferente, y buscan el objetivo de restablecer el orden alterado que las personas que las sufren han “provocado”.

Lo vemos y lo hemos hablado en multitud de ocasiones en la violencia de género, ejercida contra las mujeres, y lo vemos también en la violencia homofóbica y transfóbica, como ha ocurrido con el acoso sufrido por Alan hasta llevarlo al suicidio. La mayoría de estas violencias son llevadas a cabo por hombres, o son incitadas por ellos o en nombre de las ideas predominantes en la sociedad bajo el manto de la cultura androcéntrica.

Por eso, la mayor parte de la violencia homofóbica se desarrolla por hombres contra otros hombres homosexuales, a diferencia de las mujeres, que en general no ejercen una actitud de acoso y derribo contra mujeres lesbianas. Y por ello la violencia transfóbica también es protagonizada fundamentalmente por los hombres.

Los hombres ven al hombre homosexual como una persona que ataca la referencia identitaria de los hombres, esa masculinidad hegemónica situada en el lado opuesto a la homosexualidad, de ahí que respondan con violencia homofóbica. Del mismo modo que hacen contra las personas transgénero, bien por la misma razón de ver a un hombre que renuncia a su identidad masculina cuestionando el modelo, o bien porque una mujer intenta presentarse “como hombre” cuando para el machismo nunca puede serlo, entendiendo que “desnaturaliza” su construcción.

Las violencias machistas son las violencias que se desarrollan desde las ideas y valores de la cultura patriarcal para alcanzar los objetivos de castigar a quien se aparte del modelo, y para aleccionar a la sociedad con su mensaje lleno de violencia. De ahí que la violencia sea contra la persona considerada como “diferente”, y que sea tanto más intensa cuanto más amenazada vea la identidad y el status masculino.

El hecho de que mayoritariamente sean violencias ejercidas por hombres no quiere decir que sea una violencia “de los hombres”, como tantas veces se ha dicho al intentar diluir la responsabilidad de cada uno de los hombres violentos en la condición natural de ser hombre. Esa ha sido otra trampa del machismo, intentar hacer pasar que los hombres son violentos por naturaleza y no por cultura para “echarle la culpa” a la testosterona o al estrés, y así ocultar sus ideas y voluntad en la planificación y desarrollo de las violencias, cada una bajo sus razones y para alcanzar sus objetivos, pero todas ellas enraizadas en las referencias que impone la cultura sobre las identidades de hombres y mujeres.

El machismo no soporta al diferente, entendiendo por tal a aquella persona que siendo distinta se sale del lugar diseñado para ella por la cultura, por eso se ha encargado de que siempre hayan existido hogares, “armarios” y fronteras para que mujeres, homosexuales, transexuales, extranjeros, personas de otras razas y creencias… se mantuvieran lejos de sus calles.

Estamos cuestionando los resultados sin abordar las causas, y eso no acabará con las violencias enraizadas en la cultura machista. Erradicar el machismo y traer la Igualdad es la única forma de instaurar la Paz y la convivencia para todas las personas, con independencia de lo que decidan desde su libertad a la hora de desarrollar su identidad y elegir sus espacios y relaciones.

Alan, uno de los primeros transexuales en lograr cambio de DNI, se suicida por acoso

La asociación Chrysallis, que agrupa a familias de menores transexuales, ha anunciado en su página web el suicidio de un menor de 17 años, Alan, debido a “la presión e incomprensión en el ámbito escolar”.

Ha sido la madre de Alan la que ha informado del suceso a la asociación en un breve comunicado:

“Siento en el alma tener que dar esta terrible y triste noticia. Nuestro hijo Alan se quitó ayer su corta vida de 17 años. No pudo con la presión de la sociedad y nos ha dejado para siempre. Muchas gracias por todo vuestro apoyo recibido”.

Este menor fue uno de los primeros en Cataluña a los que, a principios de mes, un juez autorizó a cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales, tras un proceso en el que contó con el apoyo de su familia.

La asociación ha indicado que “no hay palabras para acompañar este dolor ni para expresar la indignación, frustración y vergüenza ante unas administraciones que nunca llegan a tiempo, que van siempre por detrás de las necesidades de la infancia y adolescencia transexual”.

“Desde Chrysallis seguiremos luchando para que la sociedad respete a nuestras hijas e hijos, pero a Alan ya no le servirá”, concluye la asociación de familias de menores transexuales.

Todo miembro del colectivo LGTB debería leer esto

   Fundadora y directora de Quist

Symposium scene, circa 480-490 BC, decorative fresco from north wall of Tomb of Diver at Paestum, Campania, Italy, Detail of so-called lovers, 5th Century BC

Querido miembro del colectivo LGTB:

Puede que no sepas que eres sagrado, mágico o digno de la realeza, pero lo eres. Eres parte de una familia adoptiva que se remonta a los orígenes de la existencia humana.

Mucho antes de que nacieras, nuestra gente inventaba cosas increíbles. Mentes brillantes como la de Alan Turing, el padre de la informática, y la de Alberto Santos-Dumont, el precursor de la aviación, viven en ti. La huella que dejaron en la tecnología moderna personas brillantes y atrevidas como Lynn Conway y Martine Rothblatt (dos mujeres transexuales que siguen vivas en la actualidad) es innegable, ya que los ingenieros del presente han cogido su relevo en la creación de robots y microprocesadores. Hablando de asuntos más actuales, uno de los cofundadores de Facebook ha reconocido su homosexualidad públicamente, igual que el actual director ejecutivo de Apple.

Fuimos dioses y diosas a lo largo de los siglos, como Hermafrodita (el hijo de Hermes y Afrodita), y Atenea y Zeus, que tenían amantes del mismo sexo. En Japón se decía que la pareja masculina Shinu No Hafuri y Ama No Hafuri presentó la homosexualidad al mundo. Los personajes con capacidad para cambiar de género o que incluyen los dos géneros son muy comunes entre las deidades hindúes. El ser al que se le atribuye la creación de Dahomey (un reino situado en lo que ahora se conoce como Benín) se formó cuando dos mellizos, una hermana y un hermano (el sol y la luna), se combinaron en un solo ser que puede que ahora se identifique comointersexual. De la misma forma, los dioses aborígenes australianos de las serpientes arcoíris, Ungus y Angamunggi, poseen muchas características que reflejan las definiciones actuales de la identidad transexual.

Nuestra capacidad de ir más allá de la división en dos sexos y de traspasar las fronteras de género se ha visto como un don. Se nos ha honrado con roles culturales especiales, llegando a ser en ocasiones brujos, curanderos y líderes de muchas sociedades de todo el mundo. Los nativos americanos de la región de Santa Bárbara nos llamaban “joyas”. Los documentos de los europeos que registraban sus encuentros con personas con dos espíritus indican que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y la no distinción de la identidad basada en el género formaban parte de la cultura de 88 tribus indígenas de Estados Unidos, incluidos los apaches, los aztecas, los cheyenes, los mayas, los navajos y los crows. Al no haber más documentación, no podemos saber cómo eran las cosas en el resto de las tribus, pero sabemos que formamos parte de la mayoría de los pueblos de América, si no de todos.

Tienes ancestros de la realeza, como la reina Cristina de Suecia, que no solo se negó a casarse con un hombre (renunciando así a su derecho al trono), sino que también adoptó un nombre masculino y se fue sola a explorar Europa en caballo. Su tutor dijo en una ocasión que “no era como una mujer en absoluto”. Tu herencia también incluye a Nzinga, gobernante de los reinos de Ndongo y Matamma (ahora conocidos como Angola), que nació siendo mujer, pero se vestía con prendas masculinas y tenía un harén de hombres jóvenes que llevaban prendas tradicionalmente femeninas y le llamaban “rey”. También forman parte de tu linaje cultural los emperadores como Elagalabus, que celebró bodas tanto con personas que se identificaban como hombres como con personas que se identificaban como mujeres, proponía sexo a hombres y llevaba maquillaje. Muchos califas de Córdoba, incluidos Hisahm II, Abderramán III y Al-Hakam II tenían harenes de hombres (a veces exclusivamente, a veces también tenían harenes de mujeres). El emperador Ai de la dinastía china Han fue quien nos dejó la frase “la pasión de la manga cortada”; ya que estaba dormido con su amado, Dong Xian, y prefirió cortarse la manga de la bata antes que despertar a su amante para poder levantarse.

Desciendes de individuos que han dejado una huella en el arte que no se puede ignorar. Entre estos creadores tan influyentes se encuentran compositores como Chaikovski, pintores como Leonardo da Vinci y actores como Greta Garbo. Tus antepasados pintaron la Capilla Sixtina, grabaron la primera canción de blues y ganaron un sinnúmero de premios Óscar. Fueron poetas, bailarines y fotógrafos. Han contribuido tanto al mundo del arte que hay un tour guiado dedicado a ellos en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Tienes la sangre de grandes guerreros, como las amazonas, esas personas con cuerpo de mujer que asumieron el papel de guardianas y no tenían ni interés ni tiempo entre sus valientes actos para ocuparse de las necesidades de los hombres. Tu corazón late con la misma fuerza que los de los hombres del Batallón Sagrado de Tebas, un grupo de 150 parejas de hombres que, en el siglo IV a.C., se hicieron famosos por ser unos luchadores especialmente poderosos, ya que cada soldado luchaba como si estuviera en juego la vida de su amante (y, en efecto, así era). Pero tu herencia también incluye a pacifistas como Bayard Rustin, un arquitecto gay que formó parte del Movimiento por los Derechos Civiles de Estados Unidos.

Hemos redefinido términos como oso, marimacho, loca y hemos creado otros nuevos como drag queen, genderqueer (que hace referencia a aquellas personas cuya identidad de género no se asimila a los espectros tradicionales occidentales de los géneros binarios, es decir, masculino y femenino) y twink (que se utiliza para describir a hombres homosexuales jóvenes y delgados, con poco vello corporal). Porque el hecho de que las palabras “homosexual”, “bisexual”, “transexual” o “asexual” se hayan creado en un pasado relativamente reciente no significa que sean nada nuevo. Antes de que empezáramos a usar los términos actuales, éramos winktepara los ogala, a-go-kwe para los chippewa, ko’thlama para los zuñi, machi para los mapuches, tsecats para los manghabei, omasenge para los ambo y achnutshcik para los konyaga. Aunque ninguno de estos términos sea un reflejo idéntico de los que utilizamos ahora, todos están relacionados con el amor entre personas del mismo género, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo o los cambios de sexo.

Eres normal. No eres una creación del mundo moderno. Tu identidad no es una moda pasajera. Casi todos los países tienen historia documentada de personas cuyos comportamientos e identidades guardan mucha similitud con lo que hoy llamamos bisexualidad, homosexualidad, transexualidad o asexualidad.

Recuerda: la cultura occidental actual ha creado la idea de que la sexualidad y la identidad de género no es como había sido siempre. Muchas culturas desde Papúa Nueva Guinea a Perú aceptaban el sexo entre hombres como parte de un ritual o una rutina; algunas de estas sociedades creían que la transmisión de semen de un hombre a otro hacía más fuerte al que lo recibiera. En el pasado, no necesitábamos palabras para denominar a las personas que se sentían atraídas por otras de su mismo sexo, a las que no se sentían identificadas con el género masculino o femenino o a aquellos que no cumplían las expectativas culturales de su sexo de nacimiento, porque no eran tan inusuales como podemos dar por hecho que eran.

Ser tan únicos y poderosos ha hecho que algunos nos teman. Nos han arrestado, torturado y asesinado. Todavía somos ejecutados por los gobiernos o por ciertos individuos de sociedades que antes nos aceptaban como miembros iguales de la sociedad e importantes para ella. Ahora nos dicen que “la homosexualidad es antiafricana”, que “no hay homosexuales en Irán”. Tanto tú como nosotros sabemos que estos comentarios defensivos no son verdad, pero aun así duelen. Cuando nos pusieron nombres como “marica” o “bollera”, nosotros los reciclamos. Cuando nos dijeron que estábamos reclutando a niños, nosotros contestamos: “He venido a reclutarte a ti”. Cuando nos pusieron triángulos rosas y negros en los uniformes de los campos de concentración, los convertimos en símbolos de orgullo.

Los que desafían nuestra presencia en las culturas actuales, los que intentan privarnos de nuestros derechos y los que nos convierten en un objetivo directo de la violencia siguen ignorando el hecho de que la anomalía histórica son ellos, y no nosotros. En gran parte de la historia, la persecución a los individuos que transgredieron las normas culturales relacionadas con la identidad de género y la sexualidad estuvo mal vista en los peores casos y pasó desapercibida en los mejores. Hoy en día la gente que sigue haciéndonos daño intenta justificar sus crueles campañas argumentando que están defendiendo los valores “tradicionales”. Nada más lejos de la realidad.

Pero ahora ya sabes que se equivocan. Imagínate el mundo sin ese primer ordenador, sin las pinturas de la Capilla Sixtina o sin gran parte de la música de la historia, desde la pieza de música clásica Primavera Apalache hasta el clásico YMCA (entre nosotros han estado desde “la madre del blues” hasta “el rey del pop latino”). El mundo sería mucho más aburrido sin nosotros. Doy gracias por que estés aquí para ayudarnos a seguir con nuestras tradiciones.

Así que ¡feliz mes de la historia LGTB! Esta lista de recursos históricos en línea sobre este colectivo es un buen sitio para empezar a explorar sobre tu patrimonio.

Lesbianamente*,

Sarah Prager

*Así fue como se firmaba una carta para una asociación de derechos humanos para las lesbianas de Méjico hace décadas.

Este artículo fue inspirado por ‘Another Mother Tongue’ de Judy Grahn (publicado en 1984). ‘Ritualized Homosexuality in Melanesia’, editado por Gilbert H. Herdt (publicado en 1993), también ha servido como referencia. Christianne Gadd contribuyó significativamente en la creación de este artículo, que fue publicado por primera vez en ‘The Advocate’.

El artículo fue publicado con anterioridad en la edición estadounidense de ‘The Huffington Post’ y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero

 

 

Los invisibles invitados de Maroto

Javier Maroto y su marido, José Manuel Rodríguez

No los viste, Javier, ni los vio tu hoy marido, ni fueron vistos por tus muy trajeadas,comme il faut, personas invitadas. Pero allí estaban, estaban en esa ceremonia con que quisisteis hablarle al mundo de amor y que habló al mundo de auténtica igualdad. Estaban en tu boda sin tú saberlo, sin quererlo ellos.

Allí, ¡qué cosas!, estaban quienes con su esfuerzo, con su sudor dolorido y marginado, con su lucha de siglos te han allanado, Javier, os han abierto el camino por el que habéis accedido al Matrimonio Igualitario por obra y gracia de un código civil modificado e inclusivo que ha dado lugar a esa ley tan peleada como necesaria.

Habéis llegado a ser marido y marido gracias a toda esa gente, y a pesar de tanta otra: quienes llevan su rancia homofobia en la solapa y en el alma, algunos seguro entre tus invitados, y sus conmilitones -con sotana o sin ella, con furia y odio en la voz y la mirada-, que salieron a la calle para seguir encendiendo las hogueras de la discriminación, para tratar de acabar con la igualdad legal de la que, como si nada -y yo me alegro- podéis, Javier, ahora disfrutar.

Más, no te engañes: si habéis podido llegar a disfrutar de la flamante boda, ha sido a su pesar y ha podido ser gracias al activismo, que puso uno tras otro y trabajosamente los peldaños de acceso a la igualdad. Fue nuestra lucha, nuestra antigua y luminosa lucha.

Fue la lucha del activismo de este país, impulsada por las asociaciones, impulsada por la FELGTB, con el respaldo mayoritario de la sociedad, contando con el voto y yendo de la mano de todos los partidos…, a excepción -¿verdad que lo recuerdas?- del apoyo y del voto del Partido Popular y del de Unió…. Así alcanzamos el Matrimonio Igualitario en la consecución de la ley 13/2005. Así fue, así se tiene que escribir la historia.

Disfruta tu flamante matrimonio, Javier Maroto, sí, te lo deseo. Lo que hoy disfrutas es el fruto de la determinación de las peras y las manzanas, es el empeño de quienes nos negamos a ser ciudadanía de segunda y estamos ahora en el empeño y la lucha por la igualdad real, tan necesaria.

Esa misma ley que tu partido puso tanto empeño en evitar y que tus invitados -en la solapa, la gaviota- recurrieron con sus firmas sin pudor y sin rubor, llevando hasta el Constitucional el furor de su homofobia.

“¿Cuándo va Rajoy a pedirme perdón a mí y a mi marido y a decenas de miles de ciudadanos y ciudadanas por intentar anular nuestros matrimonios por su recurso de la vergüenza ante el Constitucional?” ¿Cómo se puede, Javier, contestar a este activista?

Y ahora van a tu boda y te palmean la espalda reciamente entre felicitaciones y enhorabuenas. ¿Y tú, cómo te sientes, Javier? ¿cómo te sienta recordar sus frases?: “El matrimonio siempre ha sido una institución entre un hombre y una mujer”… “Las uniones gais no deben ser equiparadas ni al matrimonio ni a la familia”…. ¿Qué te parece “los homosexuales son personas taradas”?… ¿O esta definición del Matrimonio Igualitario?: “Es como la unión entre dos hermanas, un perro y una señora o una señora y un delfín”…. Y no sigo, que está la hemeroteca y los obispos y el presidente del Foro de la Familia para refrescarnos la memoria.

Y ahora van a tu boda y te palmean la espalda. Os abrazan entre albricias y sonrisas: sorprendente tabula rasa que ahora se intenta sustentar con un hipócrita “importan más los hechos que las palabras”, olvidando lo que el activismo no puede olvidar: el mantenimiento empecinado de políticas contrarias al respeto y reconocimiento de nuestra diversidad. Tan dañinas. A los hechos me remito, presidente.

Disfruta tu flamante matrimonio, Javier Maroto, sí, te lo deseo. Lo que hoy disfrutas es el fruto de la determinación de las peras y las manzanas, es el empeño de quienes nos negamos a ser ciudadanía de segunda y estamos ahora en el empeño y la lucha por la igualdad real, tan necesaria. Ojalá fuera lucha y empeño también de tu partido.

Y sobre todo, no olvides, no te olvides de que el activismo puso la escalera con sus peldaños de lucha y muerte, de lucha y luz, con su esfuerzo de siglos para que subieras por ellos, para que subierais por ellos hasta alcanzar la dicha de aquel día.

Recuérdalo o apréndelo, pero dales las gracias por ello, por tanta lucha. Dales Javier, dales las gracias a los invisibles invitados a tu boda.

La discriminación de Alex y la soñada laicidad

Publicado en el blog de  en Huffington Post

Alex Salinas, transexual al que el obispado de Cádiz impidió ser el padrino de bautizo de su sobrino.

Debo confesar que, en medio de un contexto de tanta perversión ética y de tanta mala noticia desde el punto de vista de la justicia social y los derechos humanos, supuso para mí una auténtica inyección de energía y de entusiasmo democrático escuchar la entrevista que la Cadena Ser realizó el miércoles 2 de septiembre a Alex, el chico transexual de Cádiz al que le han vuelto a denegar la posibilidad de ser padrino en el bautizo de su sobrino. El anuncio de su próxima apostasía, así como la revelación de que el niño ya no será bautizado, me reconciliaron con un mundo en el que aún es posible la coherencia, al tiempo que me confirmaron cómo en nuestro país seguimos teniendo pendiente la transición desde un Estado confesional (católico) a un modelo en el que los poderes públicos se mantengan al margen de las distintas cosmovisiones, sagradas o no, de la ciudadanía. Me explico.

Desde el punto de vista de los derechos humanos, y más en concreto del principio de igualdad y no discriminación que contempla nuestra Constitución, es evidente que el trato dispensado a Alex es discriminatorio, con todo lo que de humillante y estigmatizador además conlleva el impedimento de participar en una ceremonia esencial en la vida de un cristiano por razones de algo tan personal y consustancial al individuo como su identidad de género. Entiende la Congregación para la Doctrina de la Fe, a la que consultó el Obispado de Cádiz, que era imposible admitirlo como padrino porque “el mismo comportamiento transexual revela de manera pública una actitud opuesta a la exigencia moral de resolver el propio problema de identidad sexual según la verdad del propio sexo”. Por lo tanto, en el joven Alex no se dan los requisitos de idoneidad que la Iglesia considera necesarios para ejercer la función de padrino en el rito del bautismo.

Hasta aquí, nada que objetar, por más que el planteamiento católico me parezca una aberración. Entiendo que cualquier confesión religiosa, en cuanto clubes privados a los que los individuos se adhieren voluntariamente, pueden establecer las reglas que consideren oportunas y por supuesto defender los dogmas o creencias propias. Parece lógico que cualquier mujer u hombre que pretenda incorporarse a uno de esos clubesdeberá asumir las reglas de funcionamiento y acatar las normas, morales muy especialmente, que defiende cada confesión. Lo contrario sería un ejercicio de incoherencia o, lo que es peor, de doble moral, que dejaría mucho que desear y del que me temo sabemos mucho en este país. En todo caso, estaríamos ante un asunto personalísimo y ante el que los poderes públicos deberían actuar siempre siguiendo las pautas de las libertades negativas.

Ahora bien, cuestión distinta es cómo debería ser el régimen de relaciones de los poderes públicos con las confesiones religiosas. Si de acuerdo con la Constitución estamos ante un Estado que se define como aconfesional, si bien reconoce la posibilidad de cooperar con las religiones, deberíamos avanzar hacia un modelo en el que dichas relaciones estuvieran sujetas a los principios de nuestro Estado de Derecho. Lo contrario supondría, supone de hecho, una esquizofrenia difícilmente admisible en un Estado constitucional. Es decir, lo que entiendo que un Estado como el nuestro no puede mantener son relaciones normalizadas -y en algunos casos, como en materia de financiación, ciertamente privilegiadas– con confesiones que en sus reglas internas de funcionamiento o en su proceder con la ciudadanía contradicen las esencias de una democracia.

Desde este punto de vista, me resulta por lo tanto ciertamente intolerable que el Estado apoye y hasta subvencione a confesiones que, por ejemplo, discriminan por razón de género o que, como en el caso del que partíamos, lo hace por razones de la identidad sexual de los individuos. En este sentido, y como bien subraya el art. 9.1 de la Constitución Española, todas y todos, la ciudadanía y los poderes públicos estamos sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico. Y en nuestro ordenamiento está tajantemente prohibida la discriminación por cualquier circunstancia personal o social.

Sin embargo, el ordenamiento, y no digamos los poderes encargados de hacerlo efectivo, sigue respondiendo en materia religiosa a la esquizofrenia de la que antes hablaba. Trato de explicarlo con un ejemplo. El artículo 4, apartado 5, de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del derecho de asociación, prohíbe con toda justicia que los poderes públicos faciliten “ningún tipo de ayuda a las asociaciones que en su proceso de admisión o en su funcionamiento discriminen por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. La trampa de un Estado acomplejado desde el punto de vista de su trato con las religiones reside en que esa misma ley excluye de su aplicación a “Iglesias, confesiones y comunidades religiosas” (art. 1.3), de manera que en la práctica tenemos un sistema que puede negar ayudas públicas a una asociación que discrimine pero no a una confesión que haga lo mismo.

Creo que esta referencia es más que rotunda para demostrar que en este país no hemos culminado la transición hacia un Estado verdaderamente aconfesional, y no digamos hacia el laico que soñamos algunos. El cual no supone, como voces iracundas sugieren, plantear una batalla contra las religiones sino dar a dios lo que es de dios y a César lo que es del César. La triste historia vivida por Alex ha servido para recordarlo, al tiempo que ha puesto de manifiesto la necesidad de que el Obispado de Cádiz y la Congregación para la Doctrina de la Fe asuman eso que yo creí que formaba parte de la moral cristiana y que con tanta contundencia afirma Avishai Margalit: “Una sociedad decente es aquella que no humilla a ninguno de sus miembros”.

Carlos Zúñiga, empresario taurino: “El Orgullo Gay sí que hace daño a la vista de los niños”

El empresario taurino Carlos Zúñiga ha respondido a la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad (Anadel) que criticó este jueves la “constante presencia'” de menores de edad en festejos taurinos. Para el copropietario de la empresa Circuitos Taurinos, adjudicataria de las plazas de toros de Gijón, Zamora, Burgos, Santoña y Medina del Campo, “las fiestas del Orgullo Gay sí que hacen daño a la vista de los niños”.

Para los defensores de los animales, llevar a un niño a los toros es una “irresponsabilidad”. Zúñiga ha defendido el respeto a la “tradición ancestral” de los toros, al igual que él “respeta” otras fiestas. “A mí no me gustan muchas de las fiestas que defienden ellos como las del Orgullo Gay, pero no voy y lo respeto; eso sí que hace daño a la vista de los niños”, ha asegurado en declaraciones a Europa Press.

Ir a ver una corrida, ha insistido, “no hace daño”. “Todas las elucubraciones son pantomimas para ir en contra de la fiesta nacional y en contra de todo lo que suene a la palabra España”, ha sentenciado. Su “único” problema, ha asegurado, es que “no respetan al prójimo” y “solo defienden su postura”.

EL ESPECTÁCULO CULTURAL MÁS RENTABLE PARA EL ESTADO

El empresario y apoderado ha defendido además las corridas de toros por el rendimiento económico que generan, asegurando que son el espectáculo cultural que más dinero proporciona a las arcas del Estado, “nada comparable” con el cine o el teatro.

Ha lamentado que a cambio los empresarios taurinos reciban “cero euros en subvenciones”, a pesar de que es una actividad que “genera muchos puestos de trabajo y mucha riqueza”.

Feminismo negro: cinco mujeres que hicieron historia

Seguro que sabes quienes son Martin Luther King o Malcom X. Pero, ¿te suenan Sojourner Truth, Harriet Tubman o Audre Loude? Son tres de las muchas mujeres de color que han jugado un papel importante en la historia, cuyas vidas parecen realmente de película.

Teóricas del feminismo negro como “bell hooks” o Angela Davis, afirman que la opresión de clase, el sexismo y el racismo están unidos y dan lugar a una discriminación múltiple: por ser mujer, por ser de clase baja y por ser negra.

Los libros de historia han dejado de lado a estas valientes mujeres que se jugaron la vida por sus derechos y el reconocimiento, no solo de los hombres, sino también de las mujeres blancas que, al ser la raza dominante, han hecho de su experiencia la representativa.

A continuación te contamos la historia de algunas de ellas:

SOJOURNER TRUTH (1797 – 1883)

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“Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan ayuda al subirse a los carruajes, al cruzar las zanjas y que deben tener el mejor sitio en todas partes. ¡Pero a mí nadie me ayuda con los carruajes, ni a pasar sobre los charcos, ni me dejan un sitio mejor! ¿Y acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He arado, plantado y cosechado; y ningún hombre podía superarme. ¿Y acaso no soy yo una mujer?”. Así empezaba en 1851 el discurso de Sojourner Truth en la Convención de los derechos de la mujer en Akron, Ohio.

Su verdadero nombre es Isabella Baumfree y nació esclava en Nueva York. Fue vendida en varias ocasiones. Cuando creció se enamoró de otro esclavo y tuvo varios hijos.

En 1826 escapó de su amo y huyó a Canada con una de sus hijas; que aún no había sido subastada. Cuando en su ciudad natal se declaró la abolición de la esclavitud en 1827, regresó a por otro de sus pequeños, que había sido comprado ilegalmente.

Es así como se convirtió en la primera mujer negra en EEUU que ganó un pleito a un hombre blanco. A partir de entonces, dedicó su vida a ser oradora del movimiento abolicionista y del movimiento por los derechos de la mujer en el país.

Un siglo más tarde de su muerte, en 1997, el vehículo robótico de la misión del Mars Pathfinder de la NASA recibió el nombre de Sojourner en honor a ella.

HARRIET TUBMAN (1820-1913)

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HARRIET TUBMAN

Su verdadero nombre era Araminta Ross. Nació en Maryland siendo esclava, como el resto de su familia. Su amo, Edward Brodas, decidió llamarla Araminta, pero ella adoptó el nombre de Harriet, como su madre.

Siempre tuvo fama de rebelde y mala trabajadora entre todos sus amos. En 1849 escapó a Filadelfia aprovechando la muerte de uno de sus ellos.

Su vida como mujer libre dio un vuelco. Conoció a varias personas que formaban parte del grupo denominado Ferrocarril Subterráneo, un conjunto de abolicionistas blancos y negros que había establecido una serie de lugares (casas, graneros, cuevas…) para que los esclavos fugitivos los utilizasen en su huida a los países libres del norte del país. Algunos de ellos la ayudaron a huir, y siguió aprendiendo más sobre este sistema.

Despues de mucho viajar, finalmente pisó tierra libre. Fue entonces cuando pensó en dedicarse a hacer escapadas al sur y ayudar a otros esclavos a huir. En 1850 hizo el primero de sus viajes, en el que liberó a una de sus hermanas y a dos niños. En 1851 lo hizo con el resto de su familia; excepto con su marido, que no quiso huir ya que se había vuelto a casar. En 1857 llevó a cabo uno de sus rescates más importantes: el de sus padres. Al final de los años 50 había conseguido rescatar a casi 300 personas. En Maryland se puso precio a su cabeza.

Aprendió rápido los trucos necesarios para las incursiones: utilizaba somníferos para dormir a los bebés y que no llorasen o espoleaba con una pistola a aquellos que, cansados, no querían continuar.

Al cabo del tiempo, Tubman hizo muchos contactos con gente del movimiento abolicionista. En 1861 marchó hacia el sur con el general Benjamin Butler para defender Washington en la guerra civil. Al principio trabajó como enfermera, luego como espía. Dos años después condujo la expedición del río Combahee, en la que se liberó a 700 esclavos. Se convirtió así en la primera mujer en dirigir un asalto armado durante la guerra de EEUU.

Al finalizar la guerra se estableció en Auburn. Aunque era pobre y analfabeta, dedicó el resto de su vida a obtener dinero para la educación de antiguos eslavos. Estuvo también activa trabajando en los derechos de la mujer y luchando por el sufragio universal. Falleció en marzo de 1913 y el ejército le rindió honores en un entierro de carácter militar.

“Tenía derecho a una de las dos cosas, la libertad o la muerte; si no podía tener una, tendría la otra”

AUDRE LORDE (1934-1992)

NEW SMYRNA BEACH, FL - 1983:  Caribbean-American writer, poet and activist Audre Lorde lectures students at the Atlantic Center for the Arts in New Smyrna Beach, Florida. Lorde was a Master Artist in Residence at the Central Florida arts center in 1983.  (Photo by Robert Alexander/Archive Photos/Getty Images)

AUDRE LORDE

Audre Lorde dando clase en el Centro Atlántico de las Artes de la playa de New Smyrna, Florida.

Se autoidentificaba como “guerrera, poeta, feminista, negra y lesbiana”. Fue una escritora y activista multifacética. Escribe sus obras para personas que pertenecen a grupos marginados por el racismo, el sexismo o el capitalismo.

Creció en Harlem y trabajó de bibliotecaria. Madre de dos hijos, se divorció y empezó a escribir. Años después se enamoró de una mujer que sería su pareja el resto de su vida en una residencia para escritores de Mississippi de la que salió convertida en autora.

Su gran obra fue The Sister Outsider ( ‘La hermana extranjera’), que es una recopilación de artículos en los que critica que las mujeres blancas “se empeñan en ignorar lo que las distingue”: “Como mujeres, algunos de nuestros problemas son comunes, otros no. Vosotras, las blancas, temeis que al crecer vuestros hijos varones se sumen al patriarcado y testifiquen contra vosotras. Nosotras, en cambio, tememos que a los nuestros los saquen de un coche y les disparen a bocajarro en plena calle, mientras vosotras dais la espalda a las razones por las que están muriendo”.

Explicaba que lo que separa a las mujeres blancas de las negras no son las diferencias, “es la resistencia a reconocer esas diferencias y enfrentarse a las distorsiones que resultan de ignorarlas y malinterpretarlas”. Pero su obra no se reduce solo a eso. También es muy crítica con el sexismo practicado por los hombres negros.

“Las herramientas del amo nunca destruirán la casa del amo”

US political activist Angela Davis takes part in a meeting held in Saint-Denis, near Paris, to celebrate the 10th anniversary of anti-racism movement "Les Indigenes de la République", on May 8, 2015. AFP PHOTO / THOMAS SAMSON        (Photo credit should read THOMAS SAMSON/AFP/Getty Images)

ANGELA DAVIS

(1944)

 

Es una política marxista, activista afroamericana que fue profesora en la Universidad de California en Santa Cruz, EEUU, de la que fue expulsada por estar afiliada al partido comunista. En su lugar de nacimiento, los lugares públicos estaban aún segregados y los negros tenían que sentarse en la parte trasera de los autobuses.

Fue miembro del movimiento Panteras Negras, con quienes hizo campaña contra la guerra de Vietnam. Luchó también por conseguir mejorar las condiciones de vida en las cárceles del país, pensando en muchos de sus compañeros del movimiento que habían sido asesinados en prisión. En 1970 la acusaron de cómplice de un tiroteo en una penitenciaría que acabó con víctimas mortales y estuvo en la lista de personas más buscadas por el FBI. En 1972 fue capturada y condenada a pena de muerte.

La sentencia fue retirada debido a la intensa movilización internacional, que llevó a Angela a convertirse en uno de los símbolos de lucha por los derechos civiles de los hombres y las mujeres de color.

“El racismo, en primer lugar, es un arma utilizada por los ricos para aumentar los beneficios que traen por pagar a los trabajadores negros menos por su trabajo”.

BELL HOOKS (1952)

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BELL HOOKS

Es una escritora estadounidense, feminista y activista social. Sus escritos se centran sobre todo en concienciar de la interseccionalidad de la raza, el capitalismo y el género. Explica que los tres conceptos van unidos y que no se podrá acabar con uno sin acabar con el otro.

Hooks sufrió la segregación racial en las escuelas públicas cuando era pequeña y decidió dedicar su vida al feminismo, que para ella es un movimiento que no solo quiere acabar con la opresión sexista, también con la explotación de clase y la racial.

“Estar oprimido significa la ausencia de oportunidades”

HAY MUCHAS MÁS

Además de todas ellas, existen muchos más nombres de mujeres negras que hicieron historia: Rosa Parks, Coretta Scott King, Ruby Bridges, Ellen Johnson SirleafMadam C.J. Walker son algunos de ellos.

La esclavitud de follar

 Psicoanalista

¡Somos sexis, somos calientes, somos libres! ¿En serio? ¿En qué momento las mujeres tomamos esa consigna de feminismo peuco y nos convencimos de estar disponibles al follón sin pedir nada a cambio? Los hombres históricamente han estado dispuestos a pagar un precio por acceder a una mujer, con una cita, con palabras de amor, en el extremo con dinero; sin embargo, hoy somos nosotras las que no pedimos ni un mensaje de texto postcoitum.

No pretendo caer en nostalgias reaccionarias, pero hay que reconocer que la situación actual de nuestra transacción sexual es como haberle pedido al empleador que nos tenía con contrato fijo una boleta de honorarios.

Después de tanta lucha que hemos dado para salir de la opresión de la norma macho, nos tropezamos con algo curioso y sintomático: nos hemos transformado en una fantasía masculina, es decir, en un pedazo de culete gratis. Claro, las mujeres no lo llamamos así… Usamos eufemismos como “mujer libre”, multiorgásmicas, lovefree, autogestoras del orgasmo.

Así, muchas veces nos convertimos en esa amiga-amigo que declara ser distinta a sus congéneres. Y que se empeña en buscar cuestiones fálicas, como el poder, la competencia, follar. Lo que no sería problemático si no fuera porque, en la exaltación de esa vía, renegamos de cosas como la palabra, la cercanía y el cuidado. Todo bajo el nombre de liberación.

¿Pero de qué se habla cuando se alude a liberación sexual? Nada más que a la flexibilización de contratos. Más allá de los viejos convenios -que como toda norma siempre fueron transgredidos-, se trata sobre todo de estar libre del otro. El sexo, así, tiene rostro libre pero cuerpo mezquino.

Por otra parte, me pregunto si es posible jugar realmente el juego de los hombres cuando aún no tenemos las mismas condiciones en la cultura. Porque todavía las mujeres valemos menos en el mercado laboral. Aún no somos dueñas del destino de nuestro cuerpo, la natalidad es un asunto de Estado, y la maternidad, un asunto privado con escaso apoyo social. Aún debemos modelar nuestros cuerpos de acuerdo al fetichismo masculino (¿quién no se ha sacado fotos de pedacitos de sus presas para exhibirlas en las redes sociales?). Aún hay feminicidios. Aún existen los juicios clásicos hacia las mujeres: “tontas, locas, maracas”. Entonces ¿por qué tendríamos que estar en las mismas condiciones en la erótica?

Para que esto no parezca -que seguro ya lo parece- un lamento conservador o un gemido de mina histérica, hay que entender que a veces la libertad prometida no es más que una nueva domesticación.

Nos enseñaron a pensar que el único mecanismo de control social era la represión y que, por lo tanto, librarse de las ataduras significaba libertad. Y es cierto que las mujeres hemos tenido que pelear frontalmente con el poder para lograr cierta justicia y dignidad. Sin embargo, olvidamos que la ideología también se instala a través de discursos y prácticas que parecen neutrales. Y es por esta vía que nos hemos construido una autoimagen que tiene mucho de impostura masculina. Calientes, independientes, cabronas.

Estos discursos, que parecen inofensivos, provienen al menos de dos fuentes. Una de ellas es la erótica modelada por la ciencia. Casi cada semana nos encontramos con algún técnico del sexo enseñándonos cómo amar e imponiéndonos distintas puntuaciones en la práctica sexual. La ciencia ha transformado el sexo en un tema sanitario. Ahora se dice que sería bueno para la salud, como hacer deporte o comer fruta. Por el contrario, alguien que no tiene sexo -porque no puede o no quiere- estaría enfermo.

Desde otro frente, las revistas femenina se dirigen a la mujer de vanguardia invitando a la sexualidad tántrica, holística, cuántica… Promocionan juguetes sexuales de diseño para llevar en la cartera por si a una le baja la calentura paseando por ahí. Angustian a las féminas que, con la libido por los suelos, se sienten culpables y frígidas.

Lo que no hemos entendido -como decía Foucault – es que decir “sí” al sexo no significa decirle que “no” al poder. Sin darnos cuenta, nos hemos ido construyendo como mujeres hiperdefensoras de lo masculino, dejando a un lado nuestro gran capital transformador: el campo de las relaciones. Ese tejido social que apunta al cuidado y la cooperación.

No se trata de defender las viejas instituciones de lo amoroso, que también nos aplastaban; pero el simulacro del touch and go crónico deshumaniza. Se trivializa el cuerpo, se mecaniza el sexo y se atenta contra las posibilidades de un encuentro: la amistad, la ternura, la solidaridad, al menos una fraternidad política con el otro.

Por mi parte, aún prefiero las mentiras al oído, la resaca de un encuentro, que un acuerdo de sexo controlado, avaro de la locura de a dos, sobrante de hule.

Este artículo se publicó originalmente en The Clinic.