La Iglesia argentina bautizará a un bebé de un matrimonio de lesbianas

El arzobispo de Córdoba autorizó la ceremonia en la catedral de la ciudad

Karina, Soledad y la pequeña Umma

Karina, Soledad y la pequeña Umma / LA VOZ DEL INTERIOR

Quizá el secretario de la catedral de la ciudad argentina de Córdoba se encuentre con una sorpresa cuando deba rellenar la ficha de bautismo de Umma, una bebé de meses que recibirá el sacramento de ingreso a la Iglesia católica el próximo 5 de abril. Se encontrará que el certificado tiene espacios para poner los nombres del padre y de la madre, pero Umma tiene dos mamás: Karina Villarroel y Soledad Ortiz, que se casaron según la ley argentina en 2013. Se tratará del primer caso de un matrimonio de personas del mismo sexo, institución que existe en Argentina desde 2010, que bautizan a un hijo en la fe católica. No obstante, ya habido casos de hijos de parejas gais bautizados en ciertas parroquias de Buenos Aires.

Pero la noticia no es que Karina y Soledad hubiesen querido incorporar a Umma a la Iglesia sino que esta la haya admitido. El arzobispo de Córdoba, Carlos Ñañez, le concedió una audiencia a Karina, expolicía, y la autorizó a bautizar a la niña en la misma catedral de la segunda ciudad más poblada de Argentina. “Me confirmó que no habrá ningún problema”, contó la esposa de Soledad.

Las mujeres quieren que la madrina de Umma sea la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que impulsó en su momento la ley del llamado matrimonio igualitario con el voto también de parte de la oposición. “Nos encantaría que la presidenta acepte nuestra propuesta porque, gracias a ella, pudimos formar matrimonio y agrandar la familia con Umma. Estamos muy felices”, explicó Karina. Además, la niña tendrá un padrino y una madrina amigos de la pareja. El arzobispo les recomendó “especial atención” en elegir a personas adecuadas para que Umma “pueda crecer en la fe”.

Cuando el papa Francisco era Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, se opuso a la ley de matrimonio gay, pero en privado admitía la posibilidad de la unión civil entre personas del mismo sexo. Como jefe de la Iglesia de Roma, ha abogado por incluir a los niños de las familias gais en la Iglesia: “¿Cómo anunciar a Cristo a estos chicos y chicas? ¿Cómo anunciar a Cristo a una generación que cambia?”. El Papa dijo a superiores religiosos que no suministraran a esas nuevas generaciones una “vacuna contra la fe”. Además, cuando era arzobispo, en 2012 había criticado la hipocresía de sacerdotes que se negaban a bautizar a hijos de madres solteras porque consideró que así alejaban a la feligresía de la Iglesia. Está claro que Karina y Soledad no están casadas por la fe católica, pero el arzobispo de Córdoba autorizó, de todos modos, a que un sacerdote de la catedral bautice a Umma. Fuentes de la Iglesia cordobesa reconocen que esta decisión fue posible porque el Papa es Bergoglio. La noticia ha irritado a sectores conservadores de la Iglesia en todo el mundo. Lo sorprendente es que el mismo arzobispo Ñañez es quien en 2010 había iniciado un juicio canónico contra un sacerdote de su archidiócesis que había apoyado la ley de matrimonio gay.

En la institución en la que no ha podido permanecer Karina es en la Policía de la provincia de Córdoba. No porque se haya casado sino por tomar la excedencia por maternidad de 180 días. La autoridad policial consideró que no le correspondía porque era Soledad la que llevó en su vientre a la bebé engendrada por fertilización asistida. Como Karina no obedeció y dejó de trabajar por ese periodo, la fuerza policial determinó que había abandonado sus funciones y la ha apartado. La exuniformada ha apelado esa decisión ante la justicia.