El hombre al que amó Cary Grant

  • Orry-Kelly, ganador de tres Oscar por su trabajo como diseñador de vestuarios, fue pareja del gran actor. Su historia sale ahora a la luz en un documental
Cary Grant, en una imagen de 1955

Cary Grant, en una imagen de 1955. / GETTY IMAGES

Cary Grant, Tony Curtis, George Cukor y Billy Wilder portaron su féretro en 1964. Jack Warner, el poderoso presidente de Warner Bros, leyó su panegírico. Y, sin embargo, hoy pocos reconocen el nombre de Orry-Kelly. Incluso dentro de Hollywood. Es lo que le pasó a Gillian Armstrong, que como directora veterana (Mujercitas) y australiana jamás había oído hablar de su compatriota. “Cuando empecé a leer sobre él no me lo podía creer: hasta el año pasado, cuando Catherine Martin le superó, Orry-Kelly era el australiano con más Oscar de la historia, tres, ganados por el vestuario Un americano en París, Las Girls y Con faldas y a lo loco; fue el diseñador de Casablanca, El halcón maltés, trabajó con Bette Davis, con Natalie Wood, con Jane Fonda”, cuenta Armstrong.

La directora presentó esta semana en el Festival de Toronto el documental Women He’s Undressed (Las mujeres que desvistió) dedicado a la figura de este nombre olvidado en las costuras de la meca del cine. “Me entró curiosidad por saber cómo lo hizo, qué tenía de especial; y, al mismo tiempo, quería reivindicar este arte, porque la gente no se da cuenta de lo que importante que es el vestuario en el cine”, dice Armstrong. Las grandes divas del cine mantenían estrechas relaciones con sus diseñadores de vestuario. “Orry y Bette Devis, por ejemplo, eran muy cercanos. Nada más conocerse, se entendieron”, dice la directora.

El diseñador Orry Kelly ajunstando el vestuario de Kay Francis en una escena de Women He's Undressed

El diseñador Orry Kelly ajunstando el vestuario de Kay Francis en una escena de ‘Women He’s Undressed’. / PHOTO COURTESY OF WOMEN HE’S UNDRESSED

Ojo artístico

Hijo de un sastre, nacido en un pueblo cerca de Sidney, en 1922, a los 24 años se marchó a Nueva York a ser actor. Después de una breve experiencia algo desastrosa en Broadway, enseguida empezó a destacar por su ojo artístico y su instinto con la aguja. Al poco de llegar, Orry-Kelly conoció a un joven inmigrante inglés que había llegado también persiguiendo el sueño de ser actor. Entonces se llamaba Archie Leach, aunque años más tarde, sería conocido comoCary Grant. Los dos comenzaron una relación de amantes; vivían juntos en el Greenwich Village, con el dinero que mandaba la madre de Kelly, con lo que ganaba Grant como scort de mujeres ricas y con el de los primeros empleos de ambos en el mundo del espectáculo. Juntos, tras un breve paso por Reno, perseguidos por mafiosos, llegaron a Hollywood, donde ambos triunfaron por separado. Grant sería el nuevo Clark Gable. Y Orry-Kelly entró a trabajar en Warner Bros. Vistiendo casi 60 películas al año, su amistad con Davis o con el propio Jack Warner le ayudaron a convertirse en uno de los diseñadores mejor pagados. Cary Grant, decidido a ocultar su homosexualidad, le dio la espalda. “Orry fue de los pocos en aquella época que fue fiel a sí mismo, que no fingió un matrimonio como hacían actores o incluso otros diseñadores”, dice Armstrong.

“Solo se llevó mal con Marilyn Monroe”, cuenta Armstrong, a quien no le sentó muy bien que comparara su trasero con el de Tony Curtis y Jack Lemmon. Tampoco recuperó su amistad y relación con Cary Grant. Salvo a finales de los cincuenta, cuando el actor volvió a mostrar interés, con el único objetivo: prohibirle a Kelly que contara nada sobre él en las memorias que estaba escribiendo. Orry-Kelly murió en 1964, dejando como última película Irma la dulce; y sus memorias jamás publicadas. Supuestamente bloqueadas por Cary Grant. Durante casi 30 años permanecieron perdidas, hasta que Gillian Armstrong y su equipo las encontraron.

Dos bodas y un PP. De El Escorial a Vitoria

boda maroto

Aunque las bodas son un acontecimiento familiar, las hay que también pueden ser un acontecimiento político. Por definición, casi todas las bodas importantes son de cuento de hadas, según los cronistas de la cosa. Por azares del destino, dos bodas concretas nos permiten reflexionar sobre cómo ha cambiado el cuento de hadas en el PP. Dos bodas que han superado la intimidad de una ceremonia íntima para acabar siendo objeto de análisis político. Con los contrayentes como testigos.

Las dos bodas que se celebraron en el mes de septiembre con trece años de diferencia. En la primera los novios eran un hombre y una mujer. En la segunda, dos hombres. Tanto en una como en otra, los contrayentes y los invitados pertenecían a la plana mayor del PP.

El 5 de septiembre de 2002, Ana Aznar, hija del entonces presidente del Gobierno, se casó en El Escorial con Alejandro Agag, un emprendedor político de éxito. Al enlace asistieron los Reyes y mandatarios internacionales, lo que la convirtió casi en una boda de Estado. La boda de El Escorial ha pasado a la Historia del PP como el acontecimiento que precipitó el principio del fin del aznarismo. Fue la máxima expresión del poder de Aznar al mismo tiempo que la imagen de sus debilidades. Para infortunio de su familia, muchos años más tarde, su hija y Alejandro Agag se siguen casando casi todas las semanas en las televisiones, cuando el caso Gürtel cobra actualidad y se proyectan las imágenes en las que los cabecillas de la trama aparecen vestidos de gala llegando a la iglesia. El archivo de la boda Aznar-Agag es una mina de personajes imputados, tanto nacionales como internacionales. Las imágenes son un castigo, una penitencia impuesta al pecado de arrogancia.

La boda de Javier Maroto con su novio Josema también se ha celebrado en septiembre, trece años después. Un enlace muy distinto. Pero también con lectura política. Y con perdón de los pecados. La cúpula del PP encabezada por Rajoy ha ido a la boda de dos homosexuales no sólo para acompañar a los novios, sino también para hacer penitencia por su error político y de apreciación social. El PP se opuso frontalmente y sin piedad a la ley de matrimonio homosexual impulsada por Zapatero. La dirección popular creyó en 2005 que la sociedad española no había evolucionado y se equivocó. Muchas voces alertaron a Rajoy sobre el error de oponerse a la ley, pero el presidente del PP no les hizo caso y prefirió escuchar a los amigos de Rouco Varela. Recurrió la ley ante el Constitucional por considerar que el matrimonio sólo puede darse entre hombre y mujer para la procreación. El PP instigó los bajos instintos de su electorado para desgastar a Zapatero acusándole de hacer ingeniería social. Iñaki Oyarzábal, dirigente vasco del PP y amigo de Javier Maroto, nunca olvidará los groseros insultos que sufrió por las calles de Madrid de militantes del partido por su condición de homosexual.

A la boda de El Escorial asistió el aznarismo en pleno. A la boda de Vitoria acudió el marianismo en pleno. Si es que eso existiera. No hay duda de cómo ha cambiado el cuento. La boda de El Escorial fue clásica. La de Vitoria contemporánea. Rouco Varela ha sido sustituido como oficiante de la ceremonia por un concejal. Los chaqués de máxima etiqueta lucidos en el convite de Vitoria nada tienen que ver con los de la finca de El Escorial. Las canciones del Festival de Eurovisión han reemplazado a la música de órgano. Mariano Rajoy fue sentado en una mesa bautizada como Céline Dion y puede que preguntara quién es esa chica.

Mariano Rajoy es precisamente el enlace entre las dos bodas. Estuvo en la primera y en la segunda. El mismo Rajoy pero distinto. Rodeado ahora de jóvenes sin pasado censurable, modernos, tolerantes, abiertos y sin complejos.

Seguramente no lo pretendía, pero Javier Maroto se ha convertido en el vicesecretario que ha perdonado el pecado político del PP. Su declaración en defensa de la ley que permite a los homosexuales contraer matrimonio con todas las letras cierra una página del partido nada gloriosa. Por fortuna, Rajoy no tiene que tomar la decisión de retirar el recurso del Constitucional porque el tribunal ya dictaminó que la ley se ajustaba a los preceptos constitucionales. El líder del PP tampoco tiene que pedir perdón por sus pecados. Ya los ha purgado asistiendo con cara de satisfacción y alegría al enlace de su vicesecretario.

Rajoy escuchará la palabra matrimonio en la boda de Maroto

El exalcalde de Vitoria repetirá el enlace con su novio en el lugar del convite después de celebrar su unión civil en la intimidad de su despacho municipal

El exregidor popular Javier Maroto, ayer, en los pasillos del Ayuntamiento de Vitoria

El exregidor popular Javier Maroto, ayer, en los pasillos del Ayuntamiento de Vitoria. / BLANCA CASTILLO

La palabra matrimonio retumbará esta tarde en el comedor del hotel-restaurante El Caserón, situado en el Alto de Armentia, a las afueras de Vitoria, ante el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su mujer, Elvira Fernández, y las 270 personas restantes que el vicesecretario general del PP y ex alcalde de Vitoria Javier Maroto y su pareja, José Manuel Rodríguez, han invitado a su enlace civil. Los contrayentes escenificarán su unión al atardecer, en el lugar elegido por ambos para el convite nupcial, antes de que comience la cena y el baile posterior. Y es que, para entonces, ya serán marido y marido de pleno derecho.

Maroto y Rodríguez han decidido que legalizarán su relación de casi dos décadas «a lo largo de la jornada de hoy» en la intimidad del despacho de apenas diez metros cuadrados que el político alavés tiene asignado en el Ayuntamiento de Vitoria en calidad de jefe de la oposición. Ante el revuelo mediático generado por su boda con la confirmación de la asistencia del líder nacional del PP -partido que tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional la ley que regula el matrimonio homosexual, aprobada durante el mandato del socialista José Luis Rodríguez Zapatero-, la pareja ha optado por desistir de su idea de congregar a los invitados en el salón de bodas de la Casa Consistorial de la capital vasca. A cambio, celebrarán un sencillo acto privado en el despacho municipal de Maroto, en el que solo intervendrán los actores imprescindibles. Con posterioridad, antes del banquete, lo reeditarán ante sus familiares, amigos y la nutrida lista de compañeros del PP que asistirán.

El exregidor popular no quiere hurtar a sus invitados el momento del ‘sí quiero’, ni tampoco que «nadie interprete que he querido evitar al presidente Rajoy que se hable de matrimonio en su presencia», explicó a EL CORREO Maroto, sin ocultar con disgusto el desbordamiento que le ha provocado la «tremenda dimensión mediática que está generando este asunto». En un tono más serio de lo habitual, admitió que «el tema se ha ido de madre. Y yo no quiero una boda a lo Lolita Flores. No quiero que nadie se sienta incómodo, incluido yo mismo», apostilló. Por eso, y para ahorrar a los invitados el «paseíllo» por la plaza porticada de España, un lugar habitual de txikiteo, donde se encuentra la Casa Consistorial, y «polémicas con los otros partidos por el coste de la seguridad», Maroto intercambiará las alianzas con su novio en la intimidad de su despacho municipal.

Su madre y Oyarzábal, testigos

Allí únicamente se congregarán, además de los contrayentes, el senador conservador Jorge Ibarrondo, que hará de maestro de ceremonias, el oficiante, el concejal popular Miguel Garnica y los testigos escogidos por la pareja: la madre de Maroto, Margarita Aranzábal, y el amigo y confidente de la pareja, Iñaki Oyarzábal, quien ya marcó un precedente en el partido hace tres años cuando el entonces secretario general del

PP vasco fue el primer dirigente de la formación en declararse sin tapujos homosexual. La hora a la que se celebrará el enlace sólo la conocen ellos.

«Si me caso en el Ayuntamiento es porque me hace ilusión. Sigo siendo el alcalde de Vitoria», reivindicó, dolido aún de que, hace apenas tres meses, el PNV le arrebatara la Alcaldía de Vitoria, pese a ser la lista más votada, con el apoyo de EH Bildu, Sumando (la versión municipal de Podemos) e Irabazi.

A última hora de la tarde, el matrimonio se trasladará a El Caserón para celebrar ante los suyos la ‘reboda’, brindar por su felicidad y bailar al son de la música que pinche un Dj. La pareja se quedará por ahora sin viaje de luna de miel. La portavocía del PP en Vitoria y la coordinación de la acción política de los populares en España como vicesecretario sectorial le obligan a Maroto a aplazar esos planes.

Sáenz de Santamaría y Moragas refuerzan con su asistencia el apoyo al exalcalde

La asistencia de Mariano Rajoy a la boda de Javier Maroto normaliza de alguna forma la posición política del PP con respecto a la ley de matrimonio homosexual, que llegó a ser recurrida en los tribunales por este partido entre muestras de malestar de sus sectores más renovadores y fuertes críticas del PSOE, impulsor del texto. Superada esa polémica después de que la Justicia avalara el uso del término matrimonio -el mismo que se emplea en el sacramento católico- en las uniones entre personas del mismo sexo, la plana mayor de los populares se ha volcado con el enlace civil del exalcalde de Vitoria, que se casa hoy con Josema Rodríguez, su pareja en los últimos 19 años.

La cita se convertirá en un acto de respaldo político y personal a Maroto, un valor en alza en la nueva dirección nacional del partido como vicesecretario Sectorial. Además de Rajoy, cuya asistencia ha podido generar revuelo en las filas más conservadoras de los populares, la lista de invitados confirmados incluye a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el coordinador de campaña y director del Gabinete de Presidencia, Jorge Moragas; y el diputado y exvicesecretario de Organización, Carlos Floriano, que fue el único dirigente de la sede de Génova que perdió su puesto tras los malos resultados cosechados en las elecciones municipales del 24 de mayo.

Asimismo, la boda civil contará con la secretaria general del Partido Popular, Dolores de Cospedal; y los otro cuatro vicesecretarios que forman parte del comité ejecutivo de la formación: Javier Arenas, Fernando Martínez-Maíllo, Andrea Levy y Pablo Casado. Javier Maroto, de 43 años, fue desplazado de la Alcaldía por el candidato del PNV con el apoyo de EH Bildu pese a haber ganado con holgura las elecciones. Cuatro meses después, su vida ha dado un vuelco. El 2 de junio anunció su enlace con la pareja con la que lleva media vida de convivencia. Dos semanas más tarde, Rajoy le aupó al núcleo duro de la dirección del PP. Hoy está en su boda junto a amigos, familiares y compañeros de partido.

El ‘gay power’ del PP y su despedida de soltero en Bali

El presidente en el enlace de Javier Maroto

Mariano Rajoy brinda con Jvier Maroto (2d) durante la investidura de éste como alcalde de Vitoria en 2011

Mariano Rajoy brinda con Jvier Maroto (2d) durante la investidura de éste como alcalde de Vitoria en 2011. MUNDO

Les guardé el secreto durante semanas, con lo mal que digiero yo un sigilo, un cerrar el hocico, un callarse las ‘intimités’ ajenas. Pero la actualidad me arrolla, antojadiza, y no tengo más remedio que soltar lastre. Ahora y aquí. Cuajado agosto, conocí en estas vacaciones a Javier Maroto, ex alcalde de Vitoria, vicesecretario sectorial del PP y símbolo de la ‘gay revolution’ en Génova, donde andan con el ‘plan renove’ para dinamizar el voto en la Tierra Media, que viene a ser el centro. Iba Maroto con su ‘noviodetodalavida’ y una jubilosa cuadrilla de amigotes, muy mosqueteros con ese ‘total look’ de ‘juventudes’, a darlo todo (como servidor, por otra parte). Coincidimos varias noches en bares y fiestas y cosas noctámbulas, pero no alimenté mis crónicas de veranillo con aquellas juergas, pues en mala hora me arrulló un ‘nosequé’ de ética periodística. Lo cual: que nuestras tanganas quedaron en pólvora mojada.

Pero ese paraíso no iba a durarnos siempre, y en lo que hemos regresado a los quehaceres de septiembre está el país en un frenesí del carajo por la boda gay del siglo, la de Maroto y Josema, que se celebra hoy en las Vascongadas con todo el relumbrón del amor ‘homoeterno’. Y ahora, sí que sí, mi pluma pide paso.

Viene a resultar que el casorio ha desatado un tremebundo debate en las tripas del PP a cuenta de Rajoy (animador oficial de bodas, de toda la vida) y lo conveniente de su asistencia. Que si ha de acudir a amparar a los novios, que si debiera quedarse en Moncloa. Mariano duda, se excusa, recula a la gallega, y al fin confirma. Y para avivar el guirigay, el otro gran baluarte homosexual del partido, Iñaki Oyarzabal (que también estuvo allí durante las vacaciones, séase dicho, aunque él ni bebe, ni fuma, ni frecuenta vicio alguno), ha salido a defender a los novios, pues lo suyo “no es una boda gay, es una boda a secas” (fin de la cita).

A mí, que no soy nadie, Rajoy me desentona en el convite, él que encabezó las protestas contra el libre albedrío en los altares civiles, él que recurrió la Ley del matrimonio igualitario y, a los dos meses, estaba arrepintiéndose por dentro, no fuera el Constitucional a darle la razón a su partido. Pues resultó que el asunto no fue para tanto, como vaticinaban Rouco e Isabel Tocino, y Mariano respiró hondo y tranquilo cuando la justicia rechazó el recurso y nos dejó, a los maricones de España, casarnos con quien nos placiera o placiese.

Yo que usted, Mariano, me quedaba en Palacio dándole a la Liga. Pues dicen los viborillas de la ‘realpolitik’ que va a hacerse la foto porque en este 2015, añada electoral, un selfie gay es un filón. Un caramelito en el albor de las urnas. Como si el matrimonio homosexual necesitase ahora el patrocinio del gran líder. Aunque pudiera ser, qué sé yo, que Rajoy tan sólo pretenda ser testigo de la boda de un amigo, en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las penas. Y amén.

Mas la culpa no es del presidente. El tropiezo, menudo yerro histórico, es tuyo, Maroto. Que militas, comes y respiras de un partido que en su día se opuso a tu derecho al amor libre. De gay a gay, de Javier a Javier, te digo lo que no te dije en la playa mirándote a los ojos, pues será que yo también soy un cobarde: mientras otros se llevaron las hostias, se partieron el pecho y la ideología, se dejaron la dignidad y los dientes desde la cuarentena franquista, mientras ocurría todo eso, insisto, los de la gaviota estaban de ‘manifa’ en la Puerta del Sol, después de misa, cacareando con globos apocalípticos el fin de la familia. Y ahora, con todos los derechos bien horneados, calentitos, venís la ‘nouvelle vague’ de la clase política a pillar cacho. Que aproveche pues el langostino. Y si se terciase, ahora que somos colegas de ‘vacances’, quedo a la espera de la foto del querubín con el que espero culminéis la parentela.

Argentina: Gais, lesbianas y transexuales ahora podrán donar sangre

Buenos Aires, 16 sep (dpa) – Lesbianas, gais, transexuales y bisexuales podrán donar sangre a partir de hoy, luego de que se modificara el protocolo de requisitos.

El ministro de Salud, Daniel Gollan, calificó como “más seguro e inclusivo” el nuevo protocolo.

El objetivo de este cambio es “poner fin a una larga historia de discriminación institucional hacia la comunidad gay”, que venía reclamando esta modificación desde hace más de una década.

Gollan dijo que lo que se modificó es el cuestionario que contenía una exclusión por orientación sexual o identidad de género.

“Antes se prejuzgaba que una persona por su orientación sexual podía ser un donante de riesgo”, señaló. Desde este cambio “las personas que hayan incurrido en conductas de riesgo son las que hay que tener en cuenta al momento de las pruebas”, añadió.

“La conducta de riesgo es la que define, no la orientación sexual de la persona. Ahora va a ser mucho más seguro que antes, que ya era seguro”, afirmó en declaraciones a radio “América”.

Explicó que los controles no se hacen únicamente a partir de lo que dice o no una persona antes de donar: “Si uno manifiesta una conducta de riesgo, no se gastan recursos de más y no se hacen la pruebas” sobre esa sangre, indicó.

La Comunidad Homosexual Argentina (CHA) celebró la medida al señalar que “la nueva resolución implica un histórico cambio de paradigma, pasando de la teoría de los ‘grupos de riesgo’ a la de ‘prácticas de riesgo’ en los formularios”.

En 2010 Argentina se convirtió en el primer país de América Latina en permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo por ley.

La procesión burlesca del ‘Santísimo Coño Insumiso’ llega a los tribunales

Sevilla 1/5/14 Procesion del Co–o Insumiso en el dia del trabajor. Foto: Laura Leon

Una procesión del ‘coño insumiso’ en Sevilla.// LAURA LEÓN

Una juez de Sevilla ha citado a declarar como imputados este jueves al secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) en Sevilla, Miguel Sevillano, y al secretario de Organización de la CGT en Andalucía, Félix Cervera, por un presunto delito contra los sentimientos religiosos.

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que la juez de Instrucción número 10 de Sevilla ha citado a declarar a ambos después de que la Asociación de Abogados Cristianos se querellara contra ellos por un delito contra los sentimientos religiosos en concurso con un delito de provocación a la discriminación, al odio y a la violencia por motivos referentes a la religión o creencias. Según CGT, los católicos denunciantes les piden tres años de prisión.

UN ANARCOFRADÍA MUY PECULIAR

Fue el 10 de abril de 2014 cuando la autodenominada Anarcofradía del Santísimo Coño Insumiso y el Santo Entierro de los Derechos Sociolaborales realizaba su salida procesional en Sevilla. Sin incienso, sin monaguillos y sin saetas. Pero con reivindicaciones. La Confederación General de Trabajadores (CGT) realizó una original protesta “contra la represión sindical” en la empresa de transportes Damas, con una procesión en la que sacaron a la calle un ‘Coño Insumiso’ vestido de virgen y un ataúd donde se hallaban los derechos sociales y laborales de los trabajadores.

La procesión discurrió desde la sede de la CGT hasta la Estación de Autobuses Plaza de Armas, donde se encuentra la empresa de autobuses Damas en Sevilla, responsable, según explicaron, de despedir a varias personas de su plantilla “por exigir el cumplimiento” de los derechos laborales básicos.

En la querella, consultada por Europa Press, dicha asociación relata que los hechos ocurrieron ese 10 de abril, cuando miembros del sindicato “convocaron, organizaron y realizaron” una manifestación titulada ‘Procesión del santísimo coño insumiso’ y del ‘santo entierro de los derechos socio-laborales’, que partió de la sede de la CGT en Sevilla.

Ya el 1 de mayo de 2014, se convocó nuevamente por la CGT una manifestación “semejante a la anterior”, indica la asociación, que añade que, en dichas manifestaciones, “se recreaban procesiones de Semana Santa, escenificadas en tono de burla”, todo ello “a ritmo de tamborada y presidida por el ‘paso’ de una vagina de plástico de un par de metros de altura a modo de Virgen, portada en andas”.

“MOFA” Y “ESCARNIO”

Además, y según la querella, “también se realizaron proclamas como que ‘hay que quemar la Conferencia Episcopal’ o ‘La Virgen María, también abortaría’”, todo ello “mientras la manifestación pasaba por delante de varias iglesias”.

La asociación indica que, “supuestamente, el objetivo de la manifestación era protestar por el despido discriminatorio hacia una mujer que trabajaba en una empresa, así como reclamar la mejora de los derechos sociolaborales, temas lógicos tratándose de un sindicato laboral”, pero“dichas reivindicaciones nada tienen que ver con la Iglesia Católica, y mucho menos justifican su escarnio, mofa e incitación a la violencia”.

CONCENTRACIÓN DE REPULSA

De su lado, la CGT ha emitido una nota de prensa en la que asevera que el escrito presentado por la acusación “solicita la aplicación de la pena máxima prevista para estos asuntos, en este caso de tres años de prisión, así como una multa de elevada cuantía, por algo tan subjetivo y anacrónico como es ofender los sentimientos religiosos”.

Por ello, había convocado este mismo jueves, a partir de las 10,00 horas, una concentración de repulsa ante los juzgados del Prado de San Sebastián. “Tenemos que ser muchos los que ante estos ataques a la libertad de expresión digamos ¡basta ya! No entendemos cómo la justicia española del siglo XXI se presta a seguir el juego a estos señores que pretenden convertir a la judicatura para estos casos en un nuevo y renovado tribunal de la Inquisición”, afirmaban.

La boda gay de Maroto rompe moldes en el PP

Rajoy figura entre los 275 invitados que asisten mañana a la boda del exalcalde de Vitoria con Josema Rodríguez, a pesar de que su partido recurrió ante el Constitucional la ley del matrimonio homosexual. Los políticos que ‘salen del armario’ abarcan ya casi todo el arco parlamentario

Javier Maroto y Josema Rodríguez.

Javier Maroto y Josema Rodríguez.

Noche de elecciones municipales. 24 de mayo. Radiante de felicidad, Javier Maroto comparece en público tras obtener un holgado triunfo en Vitoria, que le permitirá conservar la alcaldía salvo un improbable acuerdo entre todos los demás partidos. Improbable, pero real apenas veinte días más tarde. Sonriente y relajado, con un apoyo reforzado su apoyo en las urnas tras una campaña a cara de perro, confiesa: “Doy las gracias a mi familia por todo su esfuerzo y el apoyo que me han dado”. “Y especialmente -añade-, a Josema, por estar siempre a mi lado”. Josema, lo saben todos los presentes, es su novio. Y su marido dentro de unas pocas horas. El flamente vicesecretario Sectorial del PP, uno de los hombres en los que ha confiado Mariano Rajoy para revitalizar la imagen de su partido y afianzarse en el poder en los comicios generales de diciembre, dará este viernes el ‘sí quiero’ a Josema Rodríguez, interventor general del Ayuntamiento de Durango, con el que mantiene una relación desde hace 19 años. Una ceremonia que pretendía ser íntima y cuyos ecos, en cambio, han sacudido las bases de su partido.

Los novios se intercambiarán los anillos en el salón de ceremonias del Ayuntamiento de Vitoria, en una boda que será oficiada por el concejal popular Miguel Garnica. Un grupo de txistularis pondrá la música. Todo por 150 euros. Hasta el restaurante El Caserón, en el alto de Armentia, se desplazarán para el banquete 270 invitados. El más destacado, Mariano Rajoy.

La presencia del presidente del Gobierno ha generado controversia en el Ejecutivo y en las filas del PP, donde dirigentes cercanos a la ortodoxia de la Iglesia católica no veían con buenos ojos que asistiera a una boda homosexual. Máxime cuando la ley que regula el matrimonio gay -instaurada en el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero y a la que se acoge Maroto- fue censurada hasta el extremo por el Partido Popular, que la tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional. Rajoy ha deshojado la margarita hasta última hora y, aunque podía haberse escudado en problemas de agenda, al final ha optado por acudir a la ceremonia; una actitud que chocará a los sectores más tradicionales del PP, pero que, a apenas tres meses de las elecciones generales, reforzará sus perfiles más centristas.

Antes de que Rajoy confirmara su asistencia, anunció la suya Arantza Quiroga, la presidenta del partido en Euskadi, quien nunca ha ocultado sus profundas ideas religiosas.

Maroto ha ejercido con frecuencia de ‘verso suelto’ en el PP, del que hoy es un destacado dirigente con proyección nacional. Por ejemplo, no ha compartido ni la actitud de su propio partido con el matrimonio homosexual ni su oposición a la energía nuclear. De hecho, se saltó la disciplina de voto y apoyó el cierre de la central de Garoña, cuya permanencia defiende el Gobierno de Rajoy.

Los precedentes

Antes que Maroto, Iñaki Oyarzábal ya marcó un precedente hace tres años. El por entonces secretario general del PP vasco fue el primer dirigente de la formación en declararse sin tapujos homosexual. No es que antes se hubiese escondido; no eran pocos los actos a los que acudía con su pareja. Tras consultarlo con Antonio Basagoiti, que presidía en aquellas fechas a los populares de Euskadi, ‘salió del armario’, lo que le granjeó las felicitaciones del exministro Alberto Ruiz-Gallardón y hasta de la socialista Elena Valenciano.

Los pioneros en ir al altar, en cambio, fueron los socialistas Ernesto Gasco e Iñigo Alonso. El primero, viceconsejero de Transportes y Obras Públicas entre 2009 y 2012 y actualnmente concejal en San Sebastián; el segundo, edil en el Ayuntamiento de Lasarte-Oria por aquel entonces. La pareja contrajo nupcias en dos ocasiones: fueron los primeros que en 2003 se sirvieron de la Ley de Parejas de Hecho del Parlamento vasco, aunque aquello no fuera considerado un matrimonio. El mismo honor se llevaron dos años más tarde, cuando pasaron por el Ayuntamiento de San Sebastián en cuanto la legalización de las uniones homosexuales fue un hecho. “El lehendakari me suele comentar siempre la anécdota de que Zapatero le dijo que, si tenía alguna duda a la hora de aprobar la ley, se le quiotaron viendo lo felices que estaban nuestras amatxos aquel día”, comentó un tiempo más tarde.

Poco después, le tomó el relevo Iñigo Lamarca en el consistorio gipuzcoano. El antiguo Ararteko acaba de celebrar su décimo aniversario junto al riojano Sergio Iñiguez, con quien se casó el 9 de octubre de 2005. Desde que Lamarca se reconciliase consigo mismo -tras una adolescencia de negación sexual-, jamás ha conocido impedimentos a la hora de hablar de su condición. “La conciencia de ser homosexual me creó un sentimiento de culpa pero, más tarde, me hizo rebelde”, confesó a este diario durante una íntima conversación la que charló sin tapujos sobre su experiencia y de lo más íntimo.

Entre los invitados a la boda de Lamarca, el recién fallecido Pedro Zerolo, que contrajo matrimonio con Jesús Santos, esposo y compañero durante veinte años y hasta el último de sus días, cuando el cáncer de páncreas se llevó al activista y dirigente del PSOE. El militante socialista luchó contra la enfermedad con tanta fiereza como contra la homofobia y las injusticias sociales. “El activismo ha sido clave en mi vida. He salido de muchos armarios: como gay, migrante, ateo, republicano…”, aseguró cuando arrancaba su tratamiento de radioterapia.

Pioneros

En julio del año pasado, el parlamentario del PNV Iñigo Iturrate se intercambió las arras con Guillermo Pardavilla. Como oficiante, Ibon Areso, aún alcalde, y la cúpula del PNV como invitados a una ceremonia íntima y con poco público. El ‘destape’ de Iturrate fue más complicado, con esposa e hijos de por medio en el momento de hacerle frente a su verdadero yo. “Lo hice público por algo personal, no quería vivir una mentira. Al fin y al cabo, yo no me separaba porque hubiese fracasado una relación, por lo que en su momento creí conveniente dar una explicación a mis hijos y mi entorno”, reconoció en una entrevista con EL CORREO. Corría el año 2009. .

Al día siguiente, el consejero de la Generalitat Santi Vila hacía lo propio con su novio, el chef ítalo-brasileño Rafael Vertamatti, en los jardines del Castillo de Perelada (Girona). El miembro de Convergencia Democrática de Cataluña se convirtió en el primero de su partido en contraer matrimonio con una persona de su mismo sexo, rodeado de 200 invitados y textos de Óscar Wilde, de ‘El Principito’ y de la Biblia.

Muy cerca, en Barcelona, Jaume Collboni se convirtió en el primer candidato gay de la historia a la alcaldía de la Ciudad Condal. El concejal del PSC está casado con Óscar Cornejo, director de la productora La Fábrica de la Tele, con un currículum entre los que destacan programas de brutal ‘share’ como ‘Sálvame’ o ‘La Noria’. Con lo que eso conlleva: un pomposo enlace con toda la flor y nata de la controvertida cadena. Jorge Javier Vázquez, Mila Ximénez, Belén Esteban…

Junto a Vila y Collboni, Miquel Iceta, secretario general del PSC, cierra el triunvirato de los políticos catalanes abiertamente gays y con más peso político en la comunidad autónoma. Iceta fue, más que ninguno, un adelantado a su tiempo al confesar al mundo su homosexualidad allá por 1999. Aprovechó entonces un programa de los socialistas sobre la libertad sexual: “No podía negarme, más cuando mi pareja me animaba a hacerlo”, ha llegado a admitir.

En Andalucía, Antonio Maíllo se coronó como el primer candidato gay a la Junta de Andalucía (“que se sepa”, bromea él). Abiertamente homosexual, llegó a ser calificado como Zerolo andaluz, ante lo que el de Izquierda Unida marcaba distancias: “ A mí me lo llaman con connotaciones muy diferentes. Me llama la atención si sirve como referente positivo para normalizar la situación”. ¿Y cuándo sucederá eso? Ya lo decía Maroto, cuando deje de ser noticia.

Podemos denuncia que Maroto se case un día distinto al establecido para bodas

El alcalde de Vitoria, Javier Maroto (i) pasea con su novio Josema Rodríguez (d) por el parque del Prado en Vitoria.

Javier Maroto pasea con su novio Josema por un parque de Vitoria. ARABA PRESS

La marca de Podemos en Vitoria, Sumando-Hemen Gaude ha denunciado hoy el “favoritismo” que supone que la boda de portavoz del PP en el Ayuntamiento de Vitoria y vicesecretario sectorial del partido, Javier Maroto, se celebre un viernes y no un sábado, día de la semana establecido en el consistorio para oficiar matrimonios.

El ex alcalde de la capital alavesa se casa este viernes por la tarde en el consistorio, en una ceremonia civil a la que asistirá como invitado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

En un comunicado, el grupo de Sumando-Hemen Gaude, marca con la quePodemos accedió al consistorio en las elecciones municipales, ha recordado queel Ayuntamiento celebra bodas sólo los sábados.

Por ello, ha criticado que Maroto “eche mano de su estatus” para poner el consistorio “a su disposición y poder casarse un viernes por la tarde y no un sábado”.

Esta formación se ha preguntado si ha sido el actual alcalde, Gorka Urtaran, el que ha autorizado esta “prerrogativa”, y ha reclamado que todos los gastos que se deriven de la apertura de consistorio el viernes por la tarde corran a cargo de Maroto.

Fuentes del actual Gobierno municipal del PNV han explicado a Efe que la bodas civiles comenzaron a regularse en 1995 y que desde esa fecha los decretos que les afectan han ido modificándose y adaptándose a las necesidades sociales. La última reforma, la actualmente vigente, data de 2011.

Según este decreto, el día establecido para estos enlaces que ofician los concejales es el sábado, en horario de 12.00 a 13.30 y de 18.30 a 19.30 horas.

No obstante, han explicado que se han dado 147 excepciones al haberse celebrado bodas fuera de las horas determinadas por decreto. De esas 147 ceremonias, 11 no se oficiaron en sábado.

La voluntad del Ejecutivo municipal de Gorka Urtaran es acabar con las excepciones y para ello próximamente va a proponer ante la Junta de Portavoces del consistorio que las bodas se atengan siempre a lo establecido en el decreto vigente en cada momento.

Las mismas fuentes han negado que haya sido la actual corporación la que haya autorizado que el enlace de Maroto se celebre un viertes, tal y como ha sugerido Sumando-Hemen Gaude.

Así, han señalado que el escrito de petición formal de este fecha se registró el pasado 4 de junio -aunque de manera oral se hizo antes-, cuando la actual corporación se constituyó nueve días después, el 13 de junio.

Mariano Rajoy convierte la boda de Maroto en la gran cita social del PP

El alcalde de Vitoria, Javier Maroto (i) pasea con su novio Josema Rodríguez (d) por el parque del Prado en Vitoria.

Javier Maroto y su pareja José Manuel Rodríguez caminan por el Paseo de La Senda de Vitoria. ARABA PRESS

El presidente del Gobierno Marino Rajoy y su esposa Elvira Fernández serán dos de los 270 invitados que participarán el próximo viernes día 18 a partir de las 20.00 horas en el enlace matrimonial entre el vicesecretario general del PP y ex alcalde de Vitoria Javier Maroto y su pareja José Manuel Rodríguez. Maroto, que planificó en primavera esta ceremonia como un encuentro prácticamente familiar, ha visto como su designación como vicesecretario sectorial del PP ha desbordado todas sus previsiones iniciales y la confirmada presencia del presidente Mariano Rajoy dará un cariz totalmente distinto a esta ceremonia. El concejal Miguel Garnica, en delegación del alcalde de la ciudad Gorka Urtaran, y el senador Jorge Ibarrando serán los encargados de dirigir una ceremonia que se celebrará en el Ayuntamiento de Vitoria.

El ex alcalde de Vitoria Javier Maroto intentará mañana jueves cerrar los últimos flecos del enlace que el próximo viernes congregará a Vitoria a casi 300 invitados primero en el salón de ceremonias del Consistorio vitoriano y, posteriormente, en el restaurante El Caserón ubicado en el alto de Armentia. La confirmación de la presencia del presidente del Gobierno Mariano Rajoy y de su esposa, del ministro de Sanidad Alfonso Alonso junto y de los ya confirmados dirigentes nacionales del PP Pablo Casado y Andrea Levy más un importante número de miembros del PP vasco como Arantza Quiroga, Nerea Llanos,Iñaki Oyarzábal y todo el grupo municipal convertirán el enlace en la gran cita del PP al margen de sus compromisos políticos.

Una boda civil que se desarrollará el viernes después de que el propio Javier Maroto hubiera reservado esta fecha y comunicado al actual alcalde Gorka Urtaran con posterioridad la conveniencia de evitar que el enlace condicionara el desarrollo de las bodas que cada sábado tanto durante la mañana como por la tarde se realizan en el Consistorio vitoriano. Alrededor de 250 enlaces se ofician en Vitoria y en ellos intervienen tanto los concejales o el propio alcalde como funcionarios municipales y un grupo de cuatro txistularis. La contratación de todo el servicio tiene un coste por ceremonia de 150 euros aunque en el caso de la boda de Javier Maroto y de su pareja los servicios de protocolo y de seguridad tendrán que aumentarse ante el número de invitados, la presencia de medios de comunicación y de curiosos.

El Consistorio vitoriano tendrá, además, que habilitar espacios complementarios para seguir una ceremonia en la que se prevé la participación de amigos y familiares de una pareja que durante los últimos 19 años han convivido con normalidad pero cuya relación ha centrado el interés mediático y público tras el anuncio realizado el 6 de junio por Javier Maroto de que se casaría con José Manuel Rodríguez tras el verano.

La presencia de Rajoy y su esposa en Vitoria se limitará a este acto dentro de su agenda privada y no está previsto ningún encuentro con el lehendakari Iñigo Urkullu que sí que acogió al presidente de Extremadura Guillermo Fernández Vara en el palacio de Ajuria Enea el pasado 29 agosto aprovechando que el ‘barón’ socialista también viajó a Euskadi para acudir a la boda de un familiar. Rajoy y Urkullu no se reúnen desde el 15 de septiembre de 2014.

El PP no sabe explicar por qué Rajoy asiste a una boda gay

Mariano Rajoy, junto a Javier Maroto.

Mariano Rajoy, junto a Javier Maroto.

Una década de ataque contra la legalización del matrimonio homosexual han convertido en paradójico, polémico y hasta simbólico que Mariano Rajoy acuda a lo que es una boda como cualquier otra. Una boda que, sin embargo, si Rajoy hubiera tenido éxito en su recurso ante el Tribunal Constitucional, su vicesecretario Javier Maroto no podría haber celebrado.

“Espero que este asunto no tenga recorrido mediático. Lo deseo como ciudadano, representante público y miembro del PP”. Tres días antes de casarse, Maroto expresaba su deseo de que su boda quedara como “un asunto doméstico” y no provocara polémica. Pero la historia pesa y la polémica ha surgido hasta dentro de su propio partido, en el que algunos miembros del Gobierno opinaron que era mejor que el presidente no asistiera.

“Que no lo llamen matrimonio” era el mantra con el que el PP trataba de explicar su oposición a la ley promovida por José Luis Rodríguez Zapatero. Los conservadores insistían por entonces en que el problema era el término y no la equiparación de derechos entre heterosexuales y homosexuales que el Congreso aprobó en junio de 2005 con los votos del PP en contra. Solo Celia Villalobos se desmarcó de la disciplina de su partido y votó a la modificación del Código Civil.

Desde el equipo de Maroto en Génova se aseguraba este martes que el novio se había enterado “por un medio de comunicación” de que finalmente Rajoy asistiría al enlace junto a su esposa. Las mismas fuentes explicaron que el exalcalde de Vitoria no quería hacer ninguna declaración sobre el asunto ni confirmar o desmentir la lista de invitados. El propio Maroto confesó tener “la cabeza un poco mareada” por el asunto, pero insistió en que ese debate está superado. “Si no hubiese estado de acuerdo con la ley, el PP la habría modificado con su mayoría absoluta. Y si no lo ha hecho es porque considera que esa ley se ajusta a derecho y es asumida y reconocida”, defendió el dirigente del PP.

Cuando el PP presentó el recurso, en septiembre de 2005, lo firmaron 72 diputados. Fueron 22 más de los necesarios. El tribunal no sentenció hasta 2012 que el matrimonio gay respetaba la Constitución. En ese lapso de siete años, la posición de Rajoy fue variando. En 2010, a la pregunta de si mantendría la ley si llegaba al poder aunque el TC la avalara, Rajoy contestó tajante: “No”. La discusión interna sobre cómo se percibiría la iniciativa obligó a Rajoy a asumir personalmente la decisión política: “Entre la ley y el oportunismo político, yo siempre estaré con la ley”

Tres años antes, en abril de 2007, Rajoy tuvo que contestar sobre este tema en el programa Tengo una pregunta para usted. Un ciudadano le preguntó si se sentiría orgulloso de su hijo en el caso de que fuera gay y quisiera casarse. “Si mi hijo fuera homosexual, asistiría a su boda, pero le aconsejaría una unión de hecho”, contestó.

Ángeles Álvarez, portavoz parlamentaria del PSOE en materia de Igualdad, calificó de “impúdico” pero también de “pedagógico” el hecho de que Rajoy vaya a asistir al enlace. La diputada tuiteó lo contradictorio que le parece que el presidente “celebre en público lo que persigue en privado”.

angeles alvarez boda maroto

Otra socialista, Trinidad Jiménez, celebró que el presidente “disfrute de las bodas a través de leyes que ha hecho posible el PSOE”. Del PP, el presidente del Congreso, Jesús Posada, declaró que le parece “muy bien” que asista el presidente porque “cada uno va a las bodas de sus amigos que le parecen adecuadas”. Celia Villalobos calificó de “miserable que el PSOE y algunos medios utilicen la boda”. Otro de los invitados al enlace, Pablo Casado, se negó a comentarlo y lo redujo a un “asunto personal”.