Polonia y Hungría bloquean normas de la UE para no reconocer bodas gays

Los dos Gobiernos conservadores del Este obstaculizan normativas sobre regímenes económicos matrimoniales para no aceptar uniones “que no responden a sus valores”

La primera ministra polaca, Beata Szydlo, en París el lunes

La primera ministra polaca, Beata Szydlo, en París el lunes. / STEPHANE MAHE (REUTERS)

La crisis económica ha abierto una fenomenal fractura Norte-Sur, pero en la Unión Europea hay una fractura quizá aún más profunda: Este-Oeste. Polonia y Hungría tienen previsto bloquear en la reunión de ministros de Justicia del próximo jueves una propuesta de normativa para uniformizar la ejecución de resoluciones en materia de regímenes económicos matrimoniales de las uniones registradas en la UE. La propuesta pretende “reducir incertidumbres en cuanto a los derechos de propiedad de las parejas internacionales”, según el texto final que examinarán los ministros. Esa norma requiere la unanimidad para salir adelante: el problema es que tanto Varsovia como Budapest no aceptan regímenes de familia “que no responden a sus valores ni están en su constitución”, según fuentes europeas. En la práctica, esos dos países -gobernados por partidos ultraconservadores- no quieren reconocer el matrimonio gay ni otras fórmulas jurídicas válidas para heterosexuales en otros países de la Unión, a pesar de que el texto permite a sus jueces inhibirse en favor del Tribunal de Luxemburgo en caso de tener que dictar sentencia en uno de esos casos.

Se trata de dos regulaciones. Por un lado, una propuesta relativa a la ejecución de resoluciones en materia de regímenes económicos matrimoniales. Y por otro, una norma sobre el reconocimiento y la ejecución de resoluciones en materia de efectos patrimoniales de las uniones registradas. Se trata de “garantizar un sistema uniforme de las normas” relativas a este asunto, según el texto. A lo largo del proceso legislativo, las delegaciones polaca y húngara presentaron una propuesta diferente que la mayoría de los socios considera “inaceptable”, según las fuentes consultadas. Los polacos han dejado claro que tienen dificultades para aceptar el texto sobre las uniones registradas.

Las tensiones con los países del Este han crecido exponencialmente en los últimos meses, sobre todo a raíz de la crisis de refugiados, que ha activado tenaces reflejos nacionalistas (aunque no solo en el Este). Algunos dirigentes de esos países -incluso los socialdemócratas eslovacos- han declarado que no aceptarán asilados musulmanes, aunque tras esa primera reacción hostil se han visto movilizaciones populares en favor de los refugiados, y pasos de varios Gobiernos del Este en la buena dirección. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha asegurado que la llegada de refugiados musulmanes pone en peligro los valores cristianos de Europa, en un discurso que no responde a las ideas recogidas en los tratados.

Elton John se reunirá con Putin en Moscú para tratar sobre los derechos LGTB

El músico Elton John (izq.) y el presidente ruso Vladimir Putin (dcha.) se reunirán en breve

El músico Elton John (izq.) y el presidente ruso Vladimir Putin (dcha.) se reunirán en breve. GTRES / EM

El cantante británico Elton John aseguró este jueves que está “concertando una reunión” en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin, para hablar sobre losderechos del colectivo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) en ese país. El intérprete, que habló de este futuro encuentro en una entrevista en BBC Radio 4, afirmó que Putin lo llamó hace unas semanas y que durante la conversación le “pidió disculpas”, y se mostró “muy afable y sincero”.

El cantante especificó que por fin le llamó el “auténtico” Putin, en alusión a una broma que en septiembre le gastaron un par de cómicos rusos, cuando le telefonearon y se hicieron pasar por el mandatario. Elton John ha explicado que “tan pronto” tengan, tanto él como Putin, una fecha disponible en sus agendas irá a Moscú y se reunirá con el líder ruso. “No sé si conseguiré o no algún progreso”, apuntó el cantante, quien aclaró que no irá “directo” al jefe del Kremlin a decirle: “tienes que hacer esto o tienes que hacer lo otro”.

“Este es el inicio de un diálogo y no se va a ningún sitio sin un diálogo”, matizó. Elton John, que ha calificado de “ridícula” la actitud de Putin sobre el colectivo LGTB, también se ha referido al bloqueo del Partido Democrático Unionista (DUP) en Irlanda del Norte para legalizar el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Para el también compositor y pianista, “los políticos deben espabilar y entrar en el siglo XXI” y se mostró “seguro” de que si los ciudadanos pudieran votar la ley de matrimonio homosexual saldría adelante.

Preguntado sobre si haría un concierto en Irlanda del Norte, el cantante aseguró que sí: “soy músico, no político pero siempre que pueda hablaré claro sobre los derechos y, especialmente, sobre los derechos LGTB”.

Cruzada contra el nudismo en Rusia

Parque natural de Serebriany Bor

Parque natural de Serebriany Bor

La desnudez en Rusia no será ya para el verano, sino en todo caso para la intimidad de la sauna. Los aficionados a bañarse desnudos pueden quedarse sin su sitio más popular en Moscú, donde las autoridades locales quieren clausurar la zona nudista del parque natural de Serebriany Bor. La zona, situada al este de Moscú, parece destinada a convertirse en una playa ‘normal’ tras haber sido durante décadas la única playa nudista de la región de Moscú.

Liudmila Stebenkova es la representante local de Rusia Unida, el partido del presidente Vladimir Putin, que ha lanzado esta cruzada contra los desnudos desde su blog. “No podemos promocionar el vicio”, ha dicho Stebenkova, que además es presidenta del Comité de Salud Pública. En la batalla no podía faltar el político ultraconservador Vitaly Milonov, conocido por haber promovido en su ciudad, San Petersburgo, una de las primeras leyes contra la “propaganda gay”. Milonov consiguió ya en mayo que se clausurase una playa nudista que existía desde los sesenta en esta región, pues cree necesario “proteger a nuestros niños de cualquier pervertido viejo y peludo que pase por ahí”.

Esta vez los detractores de la desnudez alegan además que hay peleas, suciedad y hasta sexo en público. La asociación de nudistas de Moscú se ha mostrado dispuesta a irse con su desnudez a otra parte, pero piden alguna infraestructura como “una valla y guardias”, según han declarado al Moscow Times. A los nudistas se les dio una zona especial en los ochenta en Serebriany Bor, pero las condiciones del lugar eran malas y apenas la usaron, volviendo al emplazamiento original. Según los naturistas más veteranos, la idea de cerrarla ha estado presente en el debate cada año.

La gran pregunta es dónde se podrá tomar el sol desnudo en el futuro. A la hora de hablar con las autoridades se han topado con un muro de silencio o incluso el riesgo de ser perseguidos: “El nudismo debería prohibirse para siempre”, ha dicho Stebenkova, que considera unos “depravados” a los nudistas.

La polémica choca con las costumbres de un país donde el cuerpo desnudo no está proscrito. En Rusia está extendido el uso de la sauna, donde es habitual que amigos o familiares de ambos sexos vayan desnudos, aunque la mayoría de las veces hombres y mujeres por separado.

Hombres y mujeres separados

Algunos países vecinos de la extinta URSS, como Lituania, tienen playas nudistas para hombres y para mujeres, además de algunas conjuntas como la que está junto al parque natural de Nida. Oficialmente hay tres playas nudistas en su costa, cerca de Palanga y Klaipeda. Pero en algunos lugares como Sventoji los nudistas se han dirigido a las autoridades para que abran una unisex, un asunto que también ha generado polémica. Algunos hombres han protestado por discriminación. Y también ellas, porque algunas veces llegan hombres de vacaciones a “su playa” y, sin saber que es sólo para mujeres, se desnudan para pasmo y enfado de algunas de las presentes.

En Estonia la playa de Parnu ofrece una posibilidad a los vecinos del lugar y a algunos rusos que llegan hasta ahí para disfrutar de la norma de “bañador opcional”. La zona todavía no se ha masificado por la llegada de turistas, fundamentalmente procedentes de Rusia y Finlandia.

Incluso en Polonia, un país de marcado carácter católico, estas playas son populares, y cada vez más entre el colectivo gay, que encuentra en la costa la tolerancia que otras zonas la mayoría les niega.

@xaviercolas

Ucrania también grita “maricón”

Fue el vídeo viral de la semana pasada. Cuatro amigos rusos con un canal de Youtube de bromas y cámaras ocultas (ChabuRussiaTv) hicieron un experimento que retrata la pertinaz homofobia que hay en Rusia. En el vídeo dos de los impulsores del canal pasean por las calles de Moscú cogidos de la mano para ver qué pasa. Una y otra vez se encuentran con reacciones, en mayor o menor grado, “inamistosas”.

La cámara oculta me parece, pese a los debates, casi un género periodístico en sí mismo. Claro que habría que a ver quien es el guapo que pasea por Moscú de esa guisa (por ciudades de provincias ni hablamos).

También han hecho lo mismo en Kiev. Zoryan Kis y Timur Levchuk han paseado de la mano por la capital ucraniana. Las reacciones han sido más templadas: miradas, algunas risas y hasta alguna foto.

Hasta que apareció la ultraderecha: una decena de jóvenes con las cabezas rapadas se acercan a la pareja, les increpan, les preguntan si son patriotas y les dicen que están confundiendo Ucrania con EEUU. Cuando encuentran ocasión les atacan con spray de pimienta, una dudosa muestra de virilidad. Y después les zurran entre varios.

Es marca de la casa en los cabezas rapadas, jarrais o manadas similares de cualquier lugar el atacar en superioridad numérica. No sé si es sólo por comodidad y sentido práctico sino también por una necesidad de ejemplificar la ‘cosificación’ del otro.

En el vídeo se ve cómo finalmente los atacantes ucranianos son dispersados sin demasiados problemas por gente que había alrededor. Cualquiera que haya visto un documental de naturaleza sobre los chacales habrá encontrado alguna similitud.

Aunque Ucrania es un lugar más evolucionado que Rusia en cuanto a tolerancia a los gays (‘respeto’ es una palabra que todavía le viene grande a este y a muchos países) el vídeo muestra cómo, en efecto, la intolerancia está presente también en la realidad ucraniana.

Los ataques a gays en Rusia están documentados en vídeo desde hace años. Y sí, en 2013 Moscú aprobó una ley contra la “propaganda homosexual” que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”. A diferencia de Rusia, en Ucrania no hay una legislación anti gay. Pero estos ataques homófobos ya se vieron antes de la celebración de la Eurocopa de 2012 en Ucrania, cuando fue atacado el líder gay Svyatoslav Sheremet.

Ataque contra un líder gay en Ucrania en 2012 (Reuters)

Ataque contra un líder gay en Ucrania en 2012 (Reuters)

Lo grave de la Ucrania de hoy es que el gobierno ucraniano, aunque sea tolerante con los gays, es mucho más tolerante con una ultraderecha que está armada y organizada. Porque la extrema derecha le hizo el trabajo sucio de hacer caer al anterior presidente, Victor Yanukovich, y empuñar el fusil en Donbás cuando el ejército estaba en harapos.

Así que Occidente no debería mirar para otro lado. Que la Guerra Fría no nos congele el sentido crítico global.

 

Así es pasear por las calles de Moscú para una pareja gay

Cuatro amigos rusos con un canal de Youtube de bromas y cámaras ocultas, ChabuRussiaTv, han conseguido que su último vídeo se convierta en un fenómeno viral en todo el mundo tras recibir casi seis millones de visitas en los dos días que lleva subido a la plataforma.

En el vídeo, de tres minutos, dos de los impulsores del canal pasean por las calles de moscú cogidos de la mano para comprobar la reacción de los ciudadanos. Insultos, amenazas, risas y hastaagresiones tiene que soportar los dos amigos. Uno de ellos, Nikita Rozhdesev, en unas declaraciones a la BBC, ha comentado que ni son pareja ni homosexuales, pero que estaban muy interesados en comprobar cómo es la vida de estas personas en la capital rusa.

En 2013 se aprobó una ley contra la “propaganda homosexual” que prohíbe en todo el territorio ruso la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales“. Aunque no menciona explícitamente la homosexualidad, sí se define una relación tradicional como la que se da entre un hombre y una mujer. El movimiento LGBT ve que en la práctica no se permite la expresión pública de la homosexualidad y esto es penado con multas de hasta 50.000 rublos o arrestos de hasta 15 días y deportación para los extranjeros.

Aunque los impulsores del canal de Youtube comenzaron con bromas y momentos de cámara oculta de humor, también han subido vídeos en los que tratan temas de carácter social. En uno de ellos preguntas a los rusos sobre su opinión respecto a Ucrania y en otro sobre militares veteranos rusos de la II Guerra Mundial.

Fuertes enfrentamientos durante una manifestación pro LGBT en Kiev

Un grupo de ultranacionalistas ha interrumpido en la marcha lanzando piedras y bombas de humo contra los participantes. Varios policías han resultado heridos y han detenido a 20 personas.

Manifestantes en la llamada Marcha de la Igualdad, organizada por la comunidad LGTB en Kiev, Ucrania

Manifestantes en la llamada Marcha de la Igualdad, organizada por la comunidad LGTB en Kiev, Ucrania./REUTERS/Stringer

KIEV.- Varios policías han resultado heridos y al menos otras 20 personas han sido arrestadas tras fuertes enfrentamientos en Kiev entre Policía y un grupo de radicales ultranacionalistas que ha interrumpido este sábado a celebración de un desfile del orgullo LGBT, llamada Marcha de la Igualdad, según informan corresponsales de la cadena británica BBC.

Los enfrentamientos comenzaron cuando personas no identificadas atacaron con piedras y bombas de humo a los participantes en la marcha, que recorría el cauce del río Dniéper bajo la vigilancia de más de un centenar de policías.

Unos cinco policías ucranianos han resultado heridos , uno de ellos grave, en enfrentamientos con los radicales que intentaron atacar a los integrantes de la marcha. Al menos 25 radicales fueron detenidos cuando lanzaban petardos y otros objetos contra los participantes en la marcha y los agentes policiales, según el Ministerio de Interior ucraniano.

Al parecer, uno de los policías sufrió la rotura de una vena en el cuello al recibir el impacto de la metralla que se encontraba en el interior de un petardo lanzado por los violentos.

“Varias decenas de radicales de extrema derecha irrumpieron en el lugar donde se celebra el ‘Orgullo de Kiev’ y lanzaron entre cinco y diez petardos. Han sido detenidos por la policía”, escribió en su Twitter Serguéi Leschenko, diputado del gubernamental “Bloque Poroshenko” del presidente ucraniano.

Protestantes homófobos agreden a la policía durante la Marcha de la Igualdad en Kiev, Ucrania

Protestantes homófobos agreden a la policía durante la Marcha de la Igualdad en Kiev, Ucrania./ REUTERS/Maksym Kudymets

Alrededor de 300 personas, incluidos los periodistas que cubren el evento, participaron en la marcha entre fuertes medidas de seguridad, según la agencia local “Interfax Ukraini”.

El “Orgullo Gay” se celebró este año por segunda vez en Ucrania, después de una primera marcha celebrada en 2013, también entre fuertes medidas de seguridad.

Antes de la manifestación, varios políticos ucranianos manifestaron su intención de interrumpir el evento. Entre ellos se encontraban representantes del movimiento radical Sector Derecha. El alcalde de la ciudad, VitalI Klitschko, había llegado a solicitar incluso a los responsables de la marcha que cancelaran el desfile “para evitar confrontaciones”.

Un retrato de la comunidad lgbt de rusia

Publicado por I-D

El año pasado, el fotógrafo alemán Wolfgang Tillmans viajó a Rusia para conocer a los miembros de la comunidad LGBT en San Petersburgo, un inspirador grupo de jóvenes y mujeres que arriesgaban su trabajo y su vida para promover el cambio. Aquí están los retratos y entrevistas de diez extraordinarios individuos que hablan sobre la situación actual de la gente LGBT en el país, y explican por qué es es tan difícil ser abiertamente gay en Rusia.

retrato comunidad gay rusa 1

Desde 2006, la Rusia de Vladimir Putin ha pisoteado lentamente los derechos de la comunidad LGBT, así que cuando el fotógrafo Wolfgang Tillmans llegó a Rusia el año pasado para Manifesta 10, que tuvo lugar en San Petersburgo, la barroca y antigua capital rusa, supo que tenía que documentar lo que estaba pasando allí. San Petersburgo había sido tradicionalmente uno de los territorios más liberales, pero es aquí desde donde ahora se aprueban las leyes homofóbicas que el resto del país adopta, con declaraciones del alcalde de la ciudad de este tipo: “Pueden hacer lo que quieran en sus casas, en esos lugares basura llamados club nocturnos gay. Pero no está permitido que lo hagan en las calles”.

“Tenía que encontrar la manera de hacer algo al respecto”, explica Wolfgang: “Incluí dos fotografías de feas iglesias ortodoxas construidas por el gobierno. También fotografié la televisión en mi habitación de hotel en San Petersburgo como símbolo de censura y de la posible pérdida de conexión. Éstas se convirtieron en dos imágenes muy importantes en la exposición”.

Tillmans tenía planeado ir al festival del orgullo gay de San Petersburgo durante su estancia, pero éste también sufrió la censura del gobierno ruso. La ley federal que prohíbe “la propaganda de la homosexualidad para menores de edad” se usa como excusa para impedir cualquier tipo de comportamiento homófilo, y para que la policía agreda a los manifestantes. Además, fomenta una “justicia” con vigilantes al estilo de la mafia, al igual que también detiene las manifestaciones y los acontecimientos relacionados con el orgullo gay. “Me sentí mal por no haber logrado una conexión con la comunidad durante Manifesta”, explica Tilmans, “así que me puse en contacto con Amnistía Internacional para organizar la elaboración de estos retratos, para conocer y poder hablar con la gente.”

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“No son los líderes más reconocidos del movimiento, sino gente normal que no teme ser fotografiada”, aclara Tillmans rápidamente. “Ninguno tiene una retórica de lucha callejera heroica. En Occidente, este tipo de activismo conlleva en muchas ocasiones una sensación de heroísmo y subversión. Cuando me interesé por los diferentes tipos de activismo en Alemania y en el Reino Unido, en ellos siempre encontraba un elemento de estilo, pero es interesante que en un lugar en donde hay tanto peligro real, los activistas no se fijen en la estética o en lo coolpara luchar por una causa, sino que más bien se enfocan en el problema al que tienen que enfrentarse”.

No obstante, las imágenes del fotógrafo alemán no muestran el miedo de llevar una vida en la que no puedes salir del armario abiertamente, donde las marchas de orgullo gay son motivo de actos violentos contra los manifestantes, y donde han disparado, e incluso asesinado, a algunos activistas de San Petersburgo.

El año pasado, Human Rights Watch registró más de 300 ataques homofóbicos, y, tristemente, se han llevado a cabo muy pocos procesos penales. Estas fotografías muestran una ligera esperanza, la determinación por mejorar las cosas y la dedicación para hacer lo correcto.

“Me resulta algo digno de admiración [que ellos] sigan haciendo lo que hacen frente a una amenaza real, porque yo nunca he enfrentado una situación parecida”, dice Tillmans. “Toda mi vida he formado parte de un contexto político y cultural que se vuelve cada vez más libre. Supongo que solo quería verlo por mí mismo, hablar yo mismo con la gente, para sentir realmente lo que se vive en esta situación. Cuando les conoces todo deja de ser blanco o negro. Escuchas muchas historias de horror, pero siempre hay esperanza. Hay cosas terribles, pero donde hay gente, siempre hay esperanza, y eso es lo que quiero que hagan mis fotografías: que aumenten y den voz a la esperanza y a la solidaridad.

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Wolfgang Tillmans: La homosexualidad fue despenalizada en Rusia en 1993, la mayoría de edad es a los 16, y el cambio de sexo es legal desde 1997. No obstante, discriminar no va en contra de la ley, y el discurso de odio está extendido. No tiene sentido.

Ruslan Savolainen: La propaganda rusa afirma que la comunidad LGBT es ajena a los valores rusos y a la gente rusa. Creen que llegó de Occidente y que impone valores europeos. Esta postura -de que es “ajena a Rusia”- es promovida fuertemente por los medios y por el gobierno.
Dmitry Musolin: Muchos estamos intentando entender por qué Rusia es tan homofóbica. Hay quienes dicen que está relacionado con la historia política, porque la homosexualidad masculina fue ilegal durante 60 años cuando existía la Unión Soviética -en realidad, la homosexualidad femenina no lo era, pero la gente no hace esa diferenciación-. En la mente de mucha gente todavía es algo malo; [todavía lo consideran algo] criminal, aunque ya no lo sea.

Además la Iglesia Ortodoxa Rusa es muy homofóbica y conservadora, y ahora -en tiempos post-Soviéticos- la iglesia quiere tener un rol más importante en la sociedad y posee todo el apoyo del estado. El estado necesita una excusa -tal vez una ideología- y la iglesia tiene algo que ofrecer.
Ivan Surok: Hay dos elementos: el hecho de que era necesario crear la imagen de un enemigo interno para distraer a la gente de otros problemas y la homofobia [inherente] de la población rusa.
Dmitry Musolin: Es más fácil manipular a la gente cuando hay un enemigo, así que de vez en cuando la propaganda y el gobierno [sugieren] que son los Estado Unidos o Europa -la Unión Europea es un gran enemigo ruso y esto es algo que promueven los medios estatales-. También es importante tener un enemigo interno, dentro del país, así que de alguna manera se decidió que los homosexuales fueran este enemigo, porque para mucha gente son criminales.

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Las manifestaciones relacionados con el orgullo gay en Rusia ahora son ilegales, y los intentos por organizar reuniones en torno al orgullo gay no autorizadas generalmente se enfrentan con ataques violentos por parte de conservadores religiosos y neo-nazis. Además, la policía arresta a los manifestantes LGBT. ¿Cuáles han sido vuestras experiencias?

Olga Panova: En la marcha de orgullo gay [en San Petersburgo] del año pasado no llegaron muchos activistas, pero sí llegó un grupo grande de homófobos a lanzar huevos y piedras. Fueron muy agresivos, pero la policía no les arrestó: solo arrestó a todos los activistas.

Fue mi primera vez en una comisaría de policía, y aunque fue interesante y gracioso, fue injusto. Solo salí a decir que existo y que mis amigos no merecen ser asesinados por amar a gente de su mismo sexo o género. Alguien me hirió, me lanzó una piedra y no le llevaron a la estación de policía. No es justo.
Daniel Grachev: Cuando vas a una manifestación que la policía prohibió, ves a la policía antidisturbios y te preguntas si te arrestarán. Pero sabes que no te puedes ir, [que estás preparado para] pasar la comisaría e ir a juicio. Este es el peor momento para ser activista en este país.

Pero con el activismo LGBT le das a la gente un poco de esperanza para el cambio. En los dos años que he hecho activismo LGBT, he recibido cartas donde la gente me ha escrito: “Gracias por luchar a favor de nuestros derechos porque alguien tiene que hacerlo, me das la esperanza de saber que no todo está perdido”.

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Olga Panova: A lo mejor no logramos un gran cambio en la política, pero me gustaría que la gente, al verme ahí parada, en la calle, pensara o leyera sobre el colectivo LGBT y cambiara de opinión. Ven que existo, que no soy alguien cuya historia leyeron en Internet o vieron en la televisión, sino que estoy ahí parada, que soy real.
Elena Leontieva: El activismo LGBT me hace sentir que estoy haciendo algo grandioso y que hago del mundo un lugar más bello.
Daniel Grachev: No me ha pasado nada serio, pero hay hooligans que me han atacado varias veces en las manifestaciones. Tuve síndrome de estrés post traumático por un tiempo, le tenía miedo a todos los fans de fútbol americano y a cualquier persona con la cabeza rapada. Nunca sabes a quién atacará el gobierno. Por ejemplo, esa gente que estuvo en prisión [en las protestas pro-democracia en la plaza Bolotnaya en Moscú en 2012] fueron seleccionadas al azar, sólo para [demostrar] que es “malo” participar en manifestaciones.
Dmitry Musolin: Los círculos conservadores ejercen mucha presión, y el estado apoya al movimiento conservador. Tienes que ser muy valiente para alzar la voz por la comunidad LGBT, sobre todo si eres una figura pública.
Ruslan Savolainen: Todos los días tengo miedo.

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Ser abiertamente homosexual en Rusia es una excusa para que despidan a la gente de su trabajo o para que se les agreda físicamente. ¿Cómo afecta esto la manera en la que hablas sobre tu sexualidad?

Artyom Stadnik: Mis amigos cercanos lo saben. Mi madre también lo sabe y lo acepta. Pero ser abiertamente homosexual es peligroso en este país.
Dmitry Musolin: No tengo una bandera arcoíris en mi oficina, pero si me preguntan lo digo. No miento. Trabajo en una universidad y es probable que mucha gente adulta que trabaja ahí no lo sepa, pero los profesores jóvenes y los estudiantes de doctorado, si tienen Facebook o VKontakte, pueden entender que lo soy por todo lo que publico.
Svetlana Zakharova: En mi medio la gente es amable conmigo; no creo haber perdido amistades por mi homosexualidad. A veces sí me agreden, pero eso también le pasa a los inmigrantes y a las mujeres en Rusia: no somos el único grupo.

Los cambios legales que prohíben “la propaganda para tener relaciones no tradicionales” se adoptaron en Rusia en 2013. A estos le siguieron las prohibiciones locales por “el fomento de prácticas homosexuales, lésbicas, bisexuales y transexuales cerca de menores de edad” en ciudades como San Petersburgo el año anterior.

Dmitry Musolin: No creímos que fuera a pasar en San Petersburgo porque es una ciudad importante, culta, moderna y grande, así que cuando empezaron a promover la ley hicimos una campaña para detenerla. Pero la gente que promueve este tipo de leyes no es tonta, ponen las palabras gay, lesbiana y transexuales junto con los pedófilos, y sólo las separan por comas.

Cuando intentamos protestar, dijeron: “Quieren proteger a los pedófilos.” Es imposible mantener una discusión pública. La gente decía: “No es una ley en contra de los gays, sino en contra de los pedófilos,”
Ivan Surok: El gobierno prácticamente dio la “señal de ataque” con estas leyes, así que la gente cree que tiene derecho a juzgar a otros sin necesidad de un juicio; cree que está bien matar y torturar, y que un crimen se puede justificar por el hecho de que la víctima sea gay. Ya ha habido bastantes asesinatos en Rusia: el caso más famoso es el de Vlad Tornovoi, que fue asesinado sádicamente [en mayo de 2013, en Volgogrado]. Los asesinos argumentaron que lo mataron porque les dijo que era gay. Creyeron que si señalaban el hecho de que era gay les reducirían la pena.

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Dmitry Musolin: No doy clases a menores de edad, así que mi caso es más sencillo. La gente que da clases en colegios vive bajo mucha presión debido a esta nueva ley, porque si dijeran algo positivo, incluso algo neutro, sobre los gays, estarían rompiendo la ley. Sé que hay quienes pierden su trabajo. Un chico que vive con nosotros perdió su trabajo en una agencia de publicidad porque salió en la televisión mientras participaba en una protesta.
Ivan Surok: La ley es escurridiza; no definen con precisión a qué se refieren con “propaganda gay”, así que puede ser usada a su antojo en contra de aquellos que le parezcan incómodos al gobierno.
Svetlana Zakharova: Intentamos lanzar un programa de donaciones privadas, pero nos topamos con algunas dificultades. Tratamos de trabajar con una de las mayores plataformas de crowdfunding en Rusia y al principio no tuvieron ningún problema, pero luego decidieron que era demasiado peligroso trabajar con nosotros.

Los activistas LGBT en Occidente han intentado llamar la atención sobre la situación de deterioro en Rusia, pero los políticos al interior del país han dicho que las manifestaciones en el extranjero son sólo una muestra de los prejuicios anti rusos. ¿Cómo los hace sentir esto?Daniel Grachev: El apoyo en el extranjero es muy importante. Tuvo mucha fuerza durante los Juegos Olímpicos de Sochi cuando muchos periodistas vinieron a Rusia a hacer reportajes sobre los derechos LGBT.
Dmitry Musolin: Es importante contar con ese apoyo, aunque hay mucha gente, incluyendo miembros de la comunidad LGBT [en Rusia], que creen que sólo empeoran la situación. Yo creo que todavía es importante sentir que no estamos solos, que hay gente que comparte nuestros valores y apoyan lo que hacemos aquí. Si no hubiera voces externas, la situación seguramente sería peor.
Daniel Grachev: La fotografía es un instrumento poderoso para influir en la gente, ya que le permite ver qué está pasando: así ocurrió en las imágenes de mis amigos golpeados y sangrando, y en la que yo mismo aparecía arrestado por la policía antidisturbios. Los Juegos Olímpicos de Sochi, las fotografías de las protestas LGBT, y la actitud europea anti-Rusia y anti-Putin han logrado aumentar el interés de los medios europeos por la comunidad LGBT rusa.

Es importante entender que hay gente que nos apoya, como Front Line Defenders y Amnistía Internacional, que consiguen dinero para algunas de nuestras actividades e incluso para protegernos, cuando necesitamos refugio en algún país europeo, por ejemplo.
Ivan Surok: La solidaridad que muestran para con  Rusia es buena, obviamente, pero es algo que nunca me ha beneficiado.

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El número de personas LGBT rusas que buscan asilo en países occidentales ha aumentado significativamente en los últimos años. ¿Te ha afectado personalmente?
Daniel Grachev: Tengo muchos amigos que se han ido porque quedarse aquí era muy peligroso. Dmitry Chizhevsky, le dispararon y perdió un ojo; Natalya Tsymbalova, la coordinadora de la organización Straights Alliance for LGBT Equality; Dmitry Chunosov de Voronezh; y Pavel Lebedev, un activista LGBT que se fue después de las manifestaciones en la plaza Bolotnaya en Moscú, porque se enfrentó a la policía antidisturbios y pudo haberse convertido en una víctima del caso penal de Bolotnaya.
Olga Panova: Me encantaría dejar Rusia, pero no me quiero perder la revolución. ¿Qué pasaría si empezara cuando yo me fuera? Sería una pena porque quiero formar parte de ella.

Se necesitaron décadas de campaña para conquistar algunos derechos LGBT en Europa y en Estados Unidos, pero algunos activistas en Rusia creen que tendrán que luchar durante mucho tiempo. ¿Cuánto tiempo crees que falta para lograrlo?
Ivan Surok: Me parece que nada bueno saldrá de esto. [Con] las voces homofóbicas del régimen actual, no habrá cambios para mejor. Aún necesitan a un chivo expiatorio y el gobierno actual quiere satisfacer a la gente con sentencias condenatorias hacia la comunidad LGBT.
Daniel Grachev: La sociedad civil en Rusia es muy débil. Hay buenas organizaciones, pero todavía hay muy poca gente que crea que las cosas pueden cambiar. Así que creo que esto sólo cambiará después de algunos cambios políticos globales. Pero soy poco optimista porque no sabemos cuándo terminará la presidencia [de Putin].
Elena Leontieva: La situación es cada vez más triste, pero estamos intentando hacer lo que se pueda. Eso nos da mucho poder y fortaleza para avanzar y lograr la igualdad. Con todo, en estos momentos es muy peligroso luchar en contra del gobierno.
Ruslan Savolainen: Europa recorrió un gran camino para llegar hasta dónde está. También Estados Unidos. Así que esto no lo lograremos en un año o endos. Se necesita mucho esfuerzo.
Svetlana Zakharova: En realicad creo que las cosas pueden cambiar; si no, no tendría sentido. Soy consciente de que no pasará pronto, pero también de que no siempre será así.

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Un arcoíris sobre Polonia

Robert Biedron, en la manifestación del día de la Mujer

Robert Biedron, en la manifestación del día de la Mujer. / M. FLUDRA (CORDON PRESS)

Nadie escucha a los artistas. Aunque Julita Wojcik repitió hasta el agotamiento que su Arcoíris representaba la armonía y la tolerancia y no específicamente el movimiento homosexual, demasiados en Varsovia no la oyeron. La obra, un arco de flores artificiales plantado en la plaza Zbawiciela de la capital polaca, ha sido quemada cuatro veces desde su construcción en 2012. Hasta que Wojcik se cansó y cambió su discurso: si no os gustan los homosexuales, mi arcoíris simbolizará ahora su lucha por el respeto.

La comunidad gay ha ido abriéndose paso en un país orgullosamente tradicionalista. Uno de los incendios del arcoíris, durante una manifestación el Día de la Independencia de hace dos años, enfrentó a Polonia a una imagen de sí misma de la que no se sintió orgullosa. El Ayuntamiento aseguró que el monumento sería reconstruido las veces que hiciera falta y para los más progresistas se convirtió en un símbolo de la falta de respeto por la diversidad en un país en el que el 86% se declara católico practicante, por oposición al 45% de la muy católica Irlanda.

Cada conquista de los homosexuales ha comportado tragos amargos. En 2011 un diputado gay y una transexual fueron elegidos parlamentarios. Entonces Lech Walesa, padre de la Polonia moderna y Premio Nobel de la Paz, les pidió que se sentaran en la banca del final “o incluso detrás de una columna”. Nada hacía prever el gran salto de este año, cuando Robert Biedron, ese mismo diputado gay, ganó la alcaldía de la ciudad de Slupsk (97.000 habitantes) en el norte del país. Polonia tiene su primer alcalde públicamente homosexual.

Mariusz Kurc no sólo es amigo de Biedron, también dirige la revistaReplika, dedicada a la visibilización de los homosexuales. “Robert es un hombre de izquierdas que comenzó como activista LGBT [Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales] y que brilló como parlamentario. Slupsk lo ha reconocido por su eficacia, no por su orientación sexual”, cuenta en un café de la capital.

El impacto de este político ha sido tal que Mariusz habla de efecto Biedrot: “Antes de cada elección mi revista propone a los políticos gais que salgan del armario. En años sólo cinco lo hicieron pero, en las últimas municipales, gracias al tirón de Robert, hubo 20”.

Pequeños gestos kamikazes impulsan la liberación del colectivo. En los últimos meses a Mariusz le ha sorprendido que en la página Facebook de su revista muchos jóvenes cuenten que han acudido al baile del fin de bachillerato con una pareja del mismo sexo. “Al principio de la ceremonia se baila una polonesa en la que hombres y mujeres forman dos filas. Imagínate a esa chica con un vestido que está esperando a su novia en mitad de una fila de chicos trajeados”.

Las explicaciones para este lento cambio social abarcan la economía, la moral e incluso la geopolítica. Varias conversaciones con ciudadanos y analistas recuerdan que la homofobia se ha convertido en una bandera de la Rusia de Putin y que el este de Europa debe apostar por todo lo que no huela a putinismo. De forma más sobria, Agnieszka Lada, del Instituto de Asuntos Públicos, explica que la tendencia entronca con la apertura internacional del país. “La integración europea está influyendo sobre las costumbres. Los polacos viajan mucho y ven cosas que suceden en el extranjero. Eso amplía su tolerancia”.

Pero enfrente queda un rival fabuloso. La todopoderosa Iglesia católica siente estos cambios como un desafío a su influencia en un momento en el que desde la proliferación de publicaciones anticlericales a cierta (mínima) desafección de los jóvenes cuestionan la legitimidad de la religión para regirlo todo, por mucho que la mitad de los polacos afirmen pasar por el reclinatorio una vez a la semana. Esa es la razón de que, en la campaña que ha precedido a la votación de hoy para elegir un nuevo presidente para el país, la curia haya multiplicado las llamadas contra la tentación, apoyando abiertamente al partido ultranacionalista Ley y Justicia (PiS, en polaco). El arzobispo Henryk Hoser incluso ha avisado de que Polonia está en un proceso de “zapaterización” hacia la pérdida de valores.

En un desvencijado barrio popular de Varsovia en el que se venden trajes de novia de raso en los mercados y hay pequeños altares con vírgenes en las esquinas, esta amenaza a los valores tradicionales parece menos inmediata. En la puerta de una sede del PiS, Adam busca votos para su candidato presidencial, Andrzej Duda, que probablemente pase a segunda ronda contra el liberal e igualmente católico Bronislaw Komorowski. El local es muy modesto y lo presiden una cruz, un águila imperial polaca y un retrato de Juan Pablo II. Adam, 57 años y empleado de seguridad, desgrana el programa de su formación: una amalgama de reivindicaciones en defensa de las capas sociales desfavorecidas y el carácter cristiano del país. “Europa quiere destruir la religión como ha hecho en Francia o Inglaterra. Aquí ha empezado, pero lo vamos a parar”, explica. El PiS está obsesionado con el aborto (que no es legal), la píldora anticonceptiva y la natalidad, de las más bajas de Europa con 1,23 niños por pareja. Para revertir esa tendencia, entre sus recetas incluye subvenciones por el segundo hijo, guarderías gratis y bajar los impuestos para la ropa infantil.

No se trata de un problema menor. La preocupación por la caída de nacimientos la comparten todos en el país: desde los liberales económicos a los izquierdistas más recalcitrantes. Coinciden en identificarla con el trabajo femenino, los matrimonios más tardíos o la pérdida de interés en los patrones de pareja clásico, pero todos los que quedan a la derecha y a la izquierda de los liberales (en el poder) subrayan que es también un resultado directo de la precariedad a la que se enfrentan los trabajadores peor remunerados. Basta preguntar a una joven limpiadora en la Universidad para confirmar que el diagnóstico puede ser acertado: “Yo querría, pero es difícil tener una familia. Duda y el PiS hablan mucho de ella, y por eso los voy a votar”, cuenta. La mujer no quiere dar su nombre porque, tras años de contratos basura, al fin ha conseguido uno fijo.

Mientras el país se enfrenta a cambios sociales que lo alejan de su rígida tradición, el Arcoíris incendiario se levanta en la plaza entre los jóvenes que beben en los modernos bares de alrededor. Sus flores de plástico son el último test de Roschard nacional. Unos lo miran y ven en él la Sodoma que llega, otros la intolerancia que no se va. También hay quien piensa que habla de cosas más íntimas, como los nervios de una chica entre una fila de corbatas, esperando su turno para coger por la cintura a otra mujer y salir a bailar.

Un ‘tigre’ contra la discriminación

Los avances no deben llamar a la confusión. No se trata sólo de que en la ultramoderna Varsovia la visibilidad gay sea nula: en Polonia el colectivo no tiene derecho a las uniones civiles y los comentarios homófobos de políticos y figuras públicas son una constante. En muchas otras materias, como el aborto, con una legislación muy restrictiva y decenas de miles de mujeres que viajan a otros países de la Unión Europea para interrumpir su embarazo, la influencia de los sectores más tradicionales es incontestable.

Una decena de iniciativas para impulsar una ley a la que se pudieran acoger las parejas del mismo sexo ha terminado en fiascos parlamentarios. Los analistas más críticos aseguran que toda la influencia que la Iglesia ha comenzado a perder en la calle respecto a temas relativos a la vida privada la mantiene en las esferas de poder, donde desde el fin del comunismo ha desempeñado un papel fundamental.

“Hay gestos que se agradecen”, reconoce Marius Kurc, “pero hace 11 años era más optimista sobre los cambios. Aquí los gais tienen miedo. En muchos sitios no puedes decir que lo eres, y ni siquiera en la capital es posible coger de la mano a tu pareja”, apunta.

En este contexto, ha sido notable el impacto de campañas como la del popular boxeador Dariusz Michalczewski, conocido como El Tigre, en la que se declaraba un aliado del movimiento homosexual y pedía el derecho a adopción del colectivo, un tabú sobre el que, por el momento, ni se discute en el país.

Un arzobispo polaco afirma que los hijos de divorciados son más vulnerables a los abusos sexuales por sacerdotes

Jozef Michalik, máximo responsable de la iglesia católica en Polonia

Jozef Michalik, máximo responsable de la iglesia católica en Polonia. | WIKIMEDIA COMMONS

Los niños de padres divorciados son, a veces, más proclives a sufrir abusos sexuales por parte de sacerdotes, según el máximo responsable de la iglesia católica en Polonia. Estas palabras del clérigo polaco han causado la indignación en todo el país.

Jozef Michalik, que ya ha pedido disculpas, hizo estas declaraciones este martes en la cadena de televisión nacional TVN24. Durante su intervención calificó de inaceptables los abusos sexuales a menores por parte de los curas. Pero no se quedó ahí.

Achacó parte de la culpa de estos ataques a la búsqueda de afección por parte de los pequeños cuando sus padres están divorciados. “Y hay que decir… ¿Cuánto daño se hace a un hijo cuando sus padres se divorcian? A menudo escuchamos que esta actitud inadecuada (pedofilia) o abuso se produce cuando un niño está buscando amor”, explicó.

CONDENA EN REDES SOCIALES

Inmediatamente después, la opinión pública comenzó a condenar las palabras de Michalik a través de las redes sociales.

“Es asqueroso y basado en una lógica enferma, cuando la víctima es responsable del crimen”, escribió una persona a través de su Facebook. “Al leer esto, sólo podemos alegrarnos de que esta ‘institución polaca’ acaba de suicidarse”, compartía otra.

Autoridades eclesiásticas de Polonia ofrecieron una rueda de prensa horas después para tratar de calmar la indignación y aseguraron que el arzobispo había sido mal interpretado.

“El contexto de mi comentario era este: un niño es siempre inocente, pero puede ser herido también por su entorno”, se defendía Michalik, que estaba presente en el acto.

La República Checa no realizará más test de homosexualidad a los demandates de asilo

Noticia publicada en AmbienteG

Que la prueba era una barbaridad en sí, estaba fuera de duda. Pero hasta que no fue denunciada por la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, la República Checa no ha decidido no realizar más test de homosexualidad a los demandates de asilo.

Como podréis recordar, las autoridades checas realizaban un curioso examen a todos aquellos gays que pedían asilo en este país europeo a causa de su orientación sexual. Los demandantes de asilo debían ver una película pornográfica heterosexual para saber si les causaba alguna excitación o no, a fin de de que el gobierno checho pudiera comprobar si eran realmentehomosexuales.

Por fortuna, y tras las presiones de la Unión Europea, la República Checa, que es país miembro de la Unión, ha decidido no realizar más tests conocidos como “falométricos”. Este tipo de exámenes fueron inventados en la década de los 50 por un sexólogo checo.

Por fortuna, esta prueba, más propio de la Guerra Fría o de la Alemania nazi que de un país miembro de la Unión, va a ser olvidada según el Ministerio del Interior checo. Aunque han apostillado que la seguirán realizando en caso de que los solicitantes de asilo así lo pidan.

Para la Agencia Europea de Derechoc Fundamentales, la “falometría” podría violar el artículo 3 de la Conveción Europea de Derechos Humanos, ya que “involucra una gran exposición de sentimientos sexuales muy íntimos”.