Ultrasexo

La obra de Mapplethorpe no ha envejecido en absoluto; sus fotos mantienen ese control clásico sobre el medio y una radicalidad en los temas

Derrick Cross, 1983

Derrick Cross, 1983 © Robert Mapplethorpe Foundation

Con frecuencia captaba la propia imagen de chico sexy y guapo, de látigos y braguetas, de rompimientos y suturas; de fotos brutales y bellísimas; de cuerpos escultura afroamericanos y contracultura leather… Miraba desafiante a la cámara —lo había hechosu amigo Warhol— maquillado o con pajarita, listo para una gala benéfica; en poses sadomasoquistas, con chaqueta de cuero y puñal en la mano; guerrillero, travestido, manteniendo a la muerte a raya… Formas rigurosas y poses calculadas —un autorretrato de Durero—; imágenes paradójicas e intensas, sexuales en cada gesto, con esa ultrasexualidad de la década de los ochenta en que todo valía, o valía al menos un rato: lo que durara la canción o la raya.

Quién sabe si esa paradoja que salpica la obra de Robert Mapplethorpe es precisamente lo que hace de su trabajo uno de los más especiales de aquella época tan llena de fotografías —el que mejor ha envejecido—. Es más, ante su obra —presentada en el Lacma (Los Angeles County Museum) y el Museo Paul Getty de la misma ciudad hasta el verano— el espectador tiene la sensación nítida de estar frente a una propuesta artística que no ha envejecido en absoluto: las instantáneas del artista estadounidense, fallecido de sida en 1989, con poco más de 40 años —en plena crisis de la enfermedad—, siguen manteniendo esa mezcla inesperada de control clásico sobre el medio —a ratos casi conservador en el modo de iluminar, la sintaxis fotográfica, el uso del blanco y negro…— y una poderosa radicalidad en los temas tratados.

De hecho, sus imágenes, a menudo muy explícitas, hablan de un deseo poco convencional donde el sadomasoquismo se mezcla con el homoerotismo —a ratos dulce como el famoso abrazo de los dos jóvenes vestidos con una corona y a ratos brutal como el cuerpo afroamericano sin rostro, elegantemente trajeado, de cuyos pantalones emerge indiscreto el pene—; la sexualidad alternativa y desgarrada de su amiga Patty Smith; andrógina en el caso de la body builder Lisa Lyon; o descarada en el delicioso retrato de la ancianita Louise Bourgeois, quien lleva uno de sus falos bajo el brazo a modo de inocente barra de pan.

La contradicción prodigiosa de Mapplerthorpe es la que las dos exposiciones de Los Ángeles han sido capaces de recuperar —desvelar, se diría—, junto a otros materiales extraordinarios de su abultado archivo — más de 3.000 polaroyds, 120.000 negativos, correspondencia…—, adquirido a medias por ambos museos en 2011. Quién sabe si fue su paradoja entre clasicismo y radicalidad lo que hizo del artista uno de los más controvertidos del momento, más allá del miedo colectivo al sida en una época en la cual se asociaba de forma directa a la comunidad gay que él explicitaba sin tapujos.

Visto el conjunto de las deslumbrantes imágenes años después se admira la elegancia del fotógrafo casi tanto como su desenvoltura a la hora de tratar los juegos en los márgenes. Asombran, sobre todo, esas formas desimplicadas, convertido el deseo alternativo de látigos y cueros en un ejercicio de estilo también, cargado no obstante de un eficaz mensaje político que, pienso ahora, quizás hubiera sido menos firme caso de haber presentado las imágenes una menor perfección estética. ¿Puede acaso el arte político ser bello? Mirando la obra de Mapplerthorpe, la respuesta afirmativa está clara. A lo mejor por eso clausuraron la muestra póstuma en la Corcoran Gallery y no por la supuesta ofensa a la moral pública: las fotos insolentes eran demasiado perfectas. Para los censores el chico guapo y su estética refinada y clásica no deberían haberse convertido jamás en los narradores del ultrasexo en los ochenta. Y, sin embargo, nadie lo relató como él.

Mapplethorpe

Poliamor, la tendencia sexual que la sociedad no acaba de aceptar

El poliamor, como alternativa a los conceptos heredados de pareja, celos o fidelidad, gana terreno y sus activistas luchan para que las leyes los tengan en cuenta.

poliamor

Ilustración: Laura Pacheco

Entonces el señor ratón y la señora ratona, que estaban muy enamorados, vivieron juntos, tuvieron ratoncitos, fueron felices y comieron perdices, perdón, queso. Más adelante, doña ratona conoció a otro ratón y como le gustaba mucho, éste fue a vivir con ella y su familia durante un tiempo, hasta que encontró una nueva madriguera, a la que iba la ratona a visitarle. Los tres ratones adultos, aunque discutían a veces, como todas las familias, se querían mucho y los pequeños ratoncitos crecieron con dos papás y una mamá, que les fueron enseñando como cuidar de si mismos y como escapar de los gatos.

La versión poliamor del hipotético cuento de los ratones no está todavía disponible en las librerías, y a juzgar por los resultados que se pusieron sobre la mesa en el congreso Queering Partnering, que tuvo lugar en la Universidad de Coimbra, el pasado 30 y 31 de marzo, parece ser que se hará esperar. Según el Proyecto Intimate, financiado por el European Research Council, coordinado por Ana Cristina Santos y que tiene por objeto analizar las diversas formas de convivencia y relación de la población LGBTQ en España, Italia y Portugal, la no-monogamia es menos aceptada por la familia o la sociedad que la homosexualidad. Al fin y al cabo, las parejas homosexuales repiten el modelo tradicional, aunque los dos miembros sean del mismo sexo. La verdadera revolución a nivel sexual, de afectos, relaciones, convivencia y, en cierta forma también social, viene de la mano de lo que se denomina poliamor.

En palabras de Giazú Enciso, psicóloga, activista e investigadora sobre estos temas, que publicó su tesis Poliamor, afectos y emociones en la Universidad Autónoma de Barcelona,“una definición de poliamor puede ser la de una relación de más de dos personas al mismo tiempo. De amor y compromiso, y no necesariamente sexual. Donde todas las personas involucradas saben y están de acuerdo en estar en esa relación. En mis conferencias siempre pongo el ejemplo del típico triángulo amoroso jefe-secretaria-esposa. Normalmente los tres lo saben, pero eso no es consenso, no significa que estén de acuerdo, no hay negociación. Hay resignación, mentiras e infidelidades. En el poliamor se ama a más de una persona al mismo tiempo, no se trata de follar a la mayor cantidad de gente posible”.

Hace ya tiempo que muchos llevan viendo la monogamia como las historias que nos contaba la factoría Disney, poco real y en colores brillantes. Empezando por el lado meramente científico y biológico, hay ya abundante literatura que nos demuestra que es muy difícil, por no decir imposible, encontrar especies en el reino animal que cumplan esta regla. El mito de la monogamia: la fidelidad y la infidelidad en los animales y en las personas (Siglo XXI, 2003), escrito por el zoólogo David P. Barash y la psiquiatra Judith Eve Lipton, utiliza diferentes saberes –biología, fisiología, antropología– para demostrar lo irreal de esta idea y lo poco conectada que está con el instinto animal. Hasta ahora se decía que muchas especies, sobre todo algunas aves, eran monógamas; pero las nuevas técnicas de determinación del ADN han permitido descubrir que los genes de muchos polluelos no siempre son del padre, y que engañar a la pareja, en ambos sexos, es algo mucho más común de lo que creemos y no requiere necesariamente de la existencia de Ashley Madison. La monogamia social existe en muchas especies, pero la sexual es algo insólito en la naturaleza.

La historia es otra prueba evidente de que la pareja, como célula social que luego dará paso a la familia, no es el único modelo posible, sino que hay muchos otros, basados casi siempre en razones económicas o de supervivencia. Además de la poligamia de los países árabes o de los mormones de Utah; la poliandria –una mujer que convive con varios varones– se practica en el Tíbet, en algunas zonas de India y era habitual entre los inuit, cuando había un exceso de hombres debido, en parte, a la horrible costumbre de matar a los bebés niñas. Y en Loshui, China, la comunidad Mosuo, es un ejemplo viviente de sociedad matriarcal, ya que sus mujeres viven en comunidad con sus hijos pequeños. Ellas son dueñas de los animales y la tierra y reciben a sus amantes o parejas de noche, pero no se casan ni viven con ellos.

Dos son compañía, pero tres no siempre es multitud

Puesto que la monogamia hace aguas y conceptos como amor, pareja, celos, afectos, fidelidad, matrimonio, traición o exclusividad son subjetivos, creaciones sociales o invenciones humanas; muchos empiezan a buscar alternativas al modelo de pareja tradicional, como pueden ser las relaciones abiertas o el poliamor. Golfxs con principios, en Madrid, es un colectivo dirigido a informar, dar herramientas y recursos a los que apuesten por las relaciones DIY. Según Miguel Vagalume, su impulsor, “en 2008 empezamos a reunirnos como grupo informal en fiestas, donde se mezclaban un montón de identidades, prácticas y tipos de relaciones. El nombre surgió como una traducción suavizada de uno de nuestros libros favoritos, el que marcó un antes y un después, Ética Promíscua, de Dossie Easton y Janet Hardy (Melusina, 2013), aunque yo ya escribía en el blog La Mosca Cojonera sobre sexualidad no convencional desde 2006. A través de charlas, eventos, actividades e información pretendemos ayudar a aquellos que quieran vivir una sexualidad diferente. Ofrecer todas las piezas posibles con las que cada cual pueda construirse su propio puzle, su propio Lego”.

Aunque Golfxs con principios no es un grupo cuya labor sea la militancia, para eso ya están asociaciones de poliamor en diferentes partes de España, si que, según Miguel, “abogamos por unos cambios legislativos que dejen de asociar una serie de derechos a un determinado modelo de relación y no a otros. Siendo el matrimonio un acuerdo con unas enormes implicaciones económicas, es curioso como se asigna únicamente a un determinado tipo de vínculo amoroso que debe demostrarse auténtico. Es un asunto muy extenso, y que afecta a muchos aspectos de la vida”.

Los abanderados del poliamor crecen cada día, realizan bodas que, aunque no tienen validez legal, sirven para apoyar y dar visibilidad a su causa y muchos, aunque no todos, creen que el siguiente paso, tras la consecución del matrimonio entre personas del mismo sexo, es el de las uniones entre más de dos individuos. La Asociación Poliamor Madrid,con un año y medio de vida, centra sus esfuerzos en otro punto. Según Karen Moan, su portavoz, “nosotros no creemos en el matrimonio como institución, aunque respetamos a los que la elijan. Nuestros esfuerzos, como activistas, están más en la línea de conseguir que la custodia legal de un niño puedan tenerla más de dos personas, o en que las uniones poli tengan los mismos derechos que las parejas de hecho”.

Brad, 37 años, y Patricia (33), llevan una relación poliamorosa con Andrés (41). Los tres viven en Barcelona, aunque no comparten casa. Patricia y Brad tienen un hijo de 4 años y Andrés vive solo. “Nunca nos planteamos nada a priori”, cuenta ella, “sino que las cosas han desembocado así. Tras un cierto tiempo viviendo como una pareja normal, Brad y yo desembocamos en una relación abierta. Llegado un punto nos empezamos a aburrir, queríamos otras cosas, aunque estábamos muy bien juntos, y decidimos permitirnos algo más, relaciones esporádicas sin ninguna consecuencia. Pero Andrés la tuvo y empezó a ser algo más que una aventura”. Ninguno de ellos se ha planteado nunca decir su verdadera condición ni salir del armario. “Jamás lo entenderían”, cuenta Patricia. “Para los vecinos y para el niño Andrés es un buen amigo de mamá y papá, que a veces pasa días con nosotros o nos acompaña en vacaciones. De momento no hay más preguntas. Cuando el niño crezca, tal vez se lo expliquemos, aunque nadie sabe si para entonces seguiremos juntos”. “¿Los celos?”, responde esta poliamorosa a mi pregunta sobre problemas en la relación, “si fuéramos celosos no estaríamos así, aunque también tenemos nuestros problemas. Esto no es la panacea, yo diría que los conflictos surgen más por temas de rivalidades, competencias; pero son las mismas que hay entre personas del mismo sexo, amigos o familiares”.

El gran problema y, al mismo tiempo, la gran ventaja del poliamor es que viene sin libro de instrucciones y no se disponen de muchos modelos a seguir. Iván Rotella es sexólogo, director de Astursex, un centro de atención sexológica en Avilés, y miembro de La Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS). Por su consulta pasan relaciones poliamorosas en busca de consejo. “Desde un punto de vista convivencial este modelo lo complica todo”, sentencia Rotella, “pero también propicia que la relación se construya a medida y que esté en permanente estado de revisión, lo que ayuda a su mantenimiento. El principal problema de las parejas al uso es que no negocian ni se comunican, y piensan que todo viene rodado. Yo diría que los que se inclinan por el poliamor son personas con una curiosidad erótica, a los que el ‘hasta que la muerte los separe’ no convence demasiado, los que tienen un pensamiento crítico respecto a todos esos conceptos alrededor del amor y la pareja, que hasta ahora parecían inamovibles”. En el apartado de los inconvenientes, este sexólogo subraya que “entre los hombres abunda la competitividad erótica –quién es mejor amante o quién la tiene más grande–, mientras que ellas pueden verse más inseguras frente a otra mujer más joven”.

Victoria Rosa es una coach de relaciones abiertas y poliamor (umbrellacoaching.com) que vive en Londres. Según ella, “la pareja ha vivido una importante evolución y veremos un gran cambio en los años que vienen. Aparecerán nuevas formas que convivirán con las más tradicionales. Pero incluso, para los que no abracen el poliamor, sus reglas pueden ser muy útiles para todos y pueden ayudar a gestionar los celos o a vivir el divorcio de una forma mucho menos traumática. Los países del norte de Europa nos llevan ventaja en libertad sexual y en independencia, ya que las naciones del sur, al ser más comunitaristas y depender más de la familia, se atreven menos a romper los moldes”.

Muchos ven el poliamor como un instrumento de lucha feminista para acabar con el modelo patriarcal. De hecho, como apunta Miguel Vagalume, “las dos biblias de este pensamiento han sido escritas por mujeres, Ética Promiscua y Opening Up (Melusina, 2015) de la feminista norteamericana Tristan Taormino. Los hombres han compaginado y solapado relaciones con el beneplácito de la sociedad. Ellas no podían, se las hubiera tachado de putas”.

«Sabían que soy gay y me dijeron todo eso para hacerme daño»

Artículo de MARÍA ALMAGRO publicado en La voz digital de Cádiz

Un árbitro de La Línea denuncia haber recibido insultos homófobos, vejaciones y amenazas durante un partido de cadetes.

El árbitro Jesús Tomillero, durante un partido - LA VOZ

El árbitro Jesús Tomillero, durante un partido – LA VOZ

«No me merezco eso. No me merezco que me pase algo así…», repite una y otra vez Jesús Tomillero, un joven árbitro que se ha convertido para su «desgracia», como él mismo confiesa, en el protagonista de un posible nuevo caso de homofobia.

Ocurrió el pasado sábado 26 de marzo. En la ciudad deportiva de La Línea cuando se celebraba el partido de Tercera Andaluza en la categoría cadete entre los equipos Peña Madridista linense y el Mirador de Algeciras. Todo iba como es habitual, hasta que el colegiado no pitó un posible fuera de juego. «El encargado de material empezó a a gritarme desde la portería y le pedí que se fuera hacia la zona técnica que era donde tenía que estar, pero no me hizo caso. Siguió protestando. Así que le expulsé».

Fue entonces cuando, según refleja la denuncia presentada ante la Policía y el propio acta del partido, el encargado de material comenzó con las amenazas. «Tu y yo nos vamos a ver las caras», le aseguró. En la grada siguió con los insultos. «Le dije al delegado del campo que avisara a las fuerzas de seguridad, que esa persona tenía que marcharse al vestuario y que me estaban amenazando, pero me contestó que yo lo que quería era liarla más».

La situación se agravó. «Estuvo toda la segunda mitad insultándome. Me decía: ‘eres un maricón’, ‘anda, que después te vas a hartar de comer pollas…’ Yo intentaba hacer mi trabajo, no hacerle caso pero era difícil». Más aún cuando la actitud del adulto fue secundada por otros jugadores, niños de 14 y 15 años que no dudaron en gritar ‘maricón’ en varias ocasiones a Jesús. «Eres muy malo, sólo sirves para eso», me decían.

Y el acoso siguió tras el encuentro. «Cuando estaba rellenando ya el parte en el vestuario, dos jugadores me lanzaron una piedra». «Nunca había vivido una situación tan humillante», confiesa. «Llegué a mi casa y no podía parar de llorar, estaba muy nervioso». Por eso, justo por el dolor que le causó todo lo que tuvo que escuchar, decidió denunciar. «Mi dignidad ya no me permite pasar ni una más».

Para este joven linense hay una cuestión por encima de todo lo demás:«Yo no oculto mi condición sexual, soy gay, tengo pareja y aquí nos conoce mucha gente. No tengo que ocultar lo que soy y no me da la gana de hacerlo porque no hago daño a nadie. El problema lo tienen ellos, los que insultan a las alturas en las que estamos ya y no respetan a los demás, no yo. Sabían que soy gay y me dijeron todo eso para hacerme daño».

Jesús Tomillero tiene 21 años y desde los once es árbitro de fútbol. «Lo que les tiene que importar es si pito bien o mal, no lo qué hago en mi vida privada», afirma. «Si yo fuera padre, no permitiría que mi hijo hablara así a alguien y además sería el primero en intentar darle ejemplo». Desde que ocurrieron los hechos, el árbitro linense no ha dejado de recibir por redes sociales el apoyo de decenas de personas y colectivos. «Me dan ánimos y las gracias por haberlo denunciado porque a algunos de ellos les ha pasado lo mismo y no se han atrevido. No sé qué ocurrirá pero tenía que hacerlo. Ya está bien».

Tras su denuncia ha recibido la llamada del sindicato de árbitros que ha lamentado que la sanción impuesta a los agresores haya sido «mínima», el Observatorio Español contra la LGBTFOBIA ha denunciado el caso ante el Comité Antiviolencia. El Ayuntamiento de La Línea le ha prestado su apoyo y también algunos miembros del Partido Popular, ya que Tomillero forma parte del comité ejecutivo de Nuevas Generaciones de La Línea.

«Lo que quiero es que no ocurra más, que nadie tenga que vivir lo que he pasado yo».

 

ITSASO ANDUEZA. EGK-KO LEHENDAKARIA «Gazteok ere ari gara berdintasuna lantzen»

Euskadiko Gazteriaren Kontseiluak barne diagnostikoa aurkeztu du. Erakundea osatzen duten gazteek genero berdintasunaren inguruan zer ikuspegi duten jakin nahi izan dute azterketa horren bitartez.

ITSASO ANDUEZA EGK-KO LEHENDAKARIA

Argazkia: JAIZKI FONTANEDA / ARGAZKI PRESS

Berdintasun diagnostikoa egin du EGK Euskadiko Gazteriaren Kontseiluak, erakundearen eguneroko jardunean eta gazteen elkartze eta partaidetza sareetan berdintasun plana txertatzeko. Ikerketa bat egin du erakundea osatzen duten gazteen artean. Itsaso Andueza lehendakariak azaldu duenez, «beharrezkoa» zuen horrelako lanketa bat egitea. «Garrantzitsua zen guretzat gazteoi zuzenean eragiten diguten zenbait arlo lantzen ditugun modu berean berdintasuna ere lantzea. Batez ere, gizarteak behar duelako».

Bi zatitan banatu dute diagnostikoa: alde batetik, erakundeko langileen arteko barne analisi bat egin dute, EGKren «kokapena hobetzea» xede duena. Bestetik, kontseilua bera osatzen duten elkarte eta taldeetako hainbat kideekin ikerketa bat egin dute. 16 eta 30 urte arteko 85 gaztek emakumeei eta generoari buruz eta sexu eta afektibitate aniztasunari buruz duten pertzepzioa aztertu dute. «60 bat elkartek osatzen dute EGK, eta askotarikoak dira, bai ideologia aldetik, bai helburu eta jarduera aldetik. Barne analisi bat da, finean; izan ere, elkarte horiek ere erakundearen parte dira», zehaztu du Anduezak.

Nabarmentzekoa da lehen aldiz neurtu dutela lesbiana, gay, transexual eta bisexualen kolektiboaren gaineko ikuspuntua. «Uste dugu zerikusi handia dutela, eta elkarrekin lantzeak baduela zentzurik». Bada, datuek erakutsi dutenez, «ezkutuko homofobia» uste baino handiagoa da. Galdegindako gazteen hamarretik bederatzik uste dute kolektiboarekiko «bereizketa ekintzak» badirela: gazteen %55 bulliyng edota iseken lekuko izan dira, eta %15, eraso fisikoena.

«LGTB kolektiboaren inguruko datu gutxi daude. Guk ikerketa bat proposatu dugu horren gainean, nola landu eta nondik jo erabakitzeko», azaldu du Anduezak. Era berean, kolektibo horren eskubideak bermatuko lituzkeen lege bat onartzeko eskatu dio erakundeak Eusko Legebiltzarrari.

Rolak eta estereotipoak

Galdegindako ia gazte guztiek genero rolak eta estereotipo sexistak oraindik badirela iritzi diote. Horrez gain, hamarretik ia bederatzik uste dute desberdintasunak daudela lan arloan gizonen eta emakumeen artean, eta azken horiek «egoera okerragoan» daudela lanpostu bat aurkitu ahal izateko, enplegua beste erantzukizun mota batzuekin uztartzeko, eta lanean eta bizitza politikoan erantzukizun karguak eskuratu ahal izateko.

Horren harira, emakumeek enpleguan aukera berdintasuna bermatu ahal izateko «ekintza positiboak indartu» egin behar direla uste du erakundeak. «Ekintza positiboak diogunean, esan nahi dugu berdintasuna bermatzen duten neurri guztien balioa nabarmenduko dugula. Berdintasuna denontzat ona dela ikusaraziko dugu, ez bakarrik emakumeentzat, baizik eta guztiontzat», azaldu du Anduezak.

Horretarako, kontzientziazio lana lagungarria bada ere, ez da aski, ikerketak azaldu duenez. Hori dela eta, Anduezak adierazi du proposamen eta neurri zehatzak egingo dizkietela erakunde publikoei: «Kontzientziazioarekin ez da aski. Neurri aktiboak behar dira. Gure ideia da urte amaierarako proposatzea neurri zehatz horiek erakunde publikoei».

Neurriak, halaber, genero indarkeriari aurre egiteko, adibidez. Izan ere, nahiz eta gaur egungo gazteek berdintasunari eta indarkeria matxistari buruzko ezagutzak badituzten, praktikan bestelakoa da egoera, datuek erakusten dutenez. Anduezak gogorarazi du kasu horietan gizartean onartuta dauden diskurtsoak errepikatzeak ez duela esan nahi diskurtso hori barneratuta dagoenik. «Genero indarkeriako kasuetan, deigarriena edo gehien ikusten dena da indarkeriaren erabilera fisikoa. Aldiz, horren azpitik dauden joera eta jarrerak ez dira askorentzat ikusgarriak, eta, ondorioz, ez dira lantzen».

«Espero ziren» emaitzak

Edonola ere, diagnostikoan azaldu diren emaitzak «espero zirela» aitortu du EGK-ko lehendakariak, eta azaldu du horrek erakusten duela «lan asko» dagoela egiteko oraindik ere. Hain zuzen, Anduezak adierazi du EGK-k eta erakundea osatzen duten elkarteek «elkarlanean» landuko dutela gaia. «Eratu genuen urteko plangintza ere aurkeztu genien elkarteei, diagnostikoarekin batera, eta asmoa da lantaldea hilabetean behin-edo deitzea eta elkarrekin antolatzea ekintzak aipatutako erronkei aurre egiteko».

Anduezak adierazi du «garrantzitsua» dela gazteen artean ere berdintasuna lantzea. Izan ere, sarritan haien jarrera «gutxietsi» egiten dela iritzi dio EGK-ko lehendakariak. «’Non daude gazteak?’, galdetzen dute askok sarritan. Gazteok bagaude, eta ari gara hau ere lantzen. Gazte asko ari dira elkarteetan askotariko gaiak lantzen, eta berdintasunarekin ere ari dira. Oso garrantzitsua da ikusaraztea gazteok ere honetan ari garela».

Así es la vida de Eli, una de las primeras niñas transexuales de España

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Reportaje fotográfico de Marika Puicher

Eli tiene 12 años, el pelo largo, la voz dulce… y es una niña alegre. No siempre fue así: durante un tiempo, de los tres a los seis años, se enfadaba a menudo. Pero cuando hizo el tránsito -como llaman en argot al momento en el que se pasa del sexo biológico al sexo sentido cuando ambos no concuerdan- el sofocón se le pasó de golpe.

Ahora vive con sus padres, Violeta y Miguel Ángel, y sus dos hermanos, Jaime y Nacho, en Fuenlabrada (Madrid). Su piso luminoso acusa el caos de alojar a tres preadolescentes: juegos, libros, revoltijos de ropa… En el salón reina una reproducción del Guernica de Picasso, una oda a la barbarie y la resistencia.

El padre trabaja en seguridad de salas del Museo del Prado. Quizá esta cercanía con el arte influyó en la idea inicial de Eli de ser diseñadora. Después se interesó por la Biología, pero ahora le tira más el Periodismo. Puede que por sus ganas de que la «vean y entiendan», como le dice a su madre cada vez que toca algún papeleo. «Un esfuerzo constante», apostilla Violeta.

Eli fue la primera niña diagnosticada con disforia de género en la Comunidad de Madrid, hace ya ocho años. Es una pionera en España: ahora se cuentan por decenas, incluso centenares, dicen los expertos. Y hoy tiene una vida plenamente normalizada. Todo gracias a una familia que optó por la visibilidad desde el principio. El reportaje fotográfico que acompaña este texto, que ganó el último Pride Photo Award, el más prestigioso de fotografía de diversidad de género y sexual, es una muestra de ello. «Participar es una forma de visibilizarnos, y de que las familias encuentren entidades y no se vean solas», explica Violeta.

Solos como ellos se vieron una vez. La historia de Eli comienza como la de muchos niños. Con dos años, ya preguntaba: «¿Estoy guapa, mamá?». También cogía la ropa y las muñecas de sus primas. «Ahí es donde me di cuenta de que algo pasaba», rememora Violeta, antigua propietaria de un salón de belleza.

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Eli aborrecía la ropa de chico y se las arreglaba para no ponérsela. «Montaba unos pollos impresionantes», dice la madre. «Le ponía camisas y me decía que se ahogaba, con los pantalones que no podía cerrar las piernas». Su tía materna empezó a darle vestidos, porque, si no, escondía los de sus primas: «Me preguntaba que qué había sido yo de pequeña, si niño o niña, y se tapaba la colita».

Hoy, a Eli le encantan los vestidos y las faldas, con las que luce sus largas piernas. También le gustan el rosa y los estampados de flores. «Para los niños es algo natural y siempre encuentran una forma de expresarse», dice la psicóloga infantil Laura Aut. «Ellos son así, no estamos hablando de nada fingido, inculcado, son demasiado pequeños».

Aquellos primeros años fueron de incertidumbre, de falta de información y demiedo al qué dirán, reconoce Violeta, socia de la Fundación Daniela y de COGAM (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid). «Un día, cuando tenía cuatro años, le corté el pelo después de una visita al psicólogo, porque me dijo que quizás yo quería una niña después del niño…», explica. «Luego me sentí tan mal… Entonces decidimos que era muy pequeña, y que dejaríamos que se expresara como quisiera».

Fue una vuelta de tuerca en la vida de Eli, mucho antes de que las administraciones emprendieran cambios en las políticas de identidad de género que aún no han llegado a todas las provincias de España. En 2012 el DSM-5, el manual de enfermedades mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, referencia mundial en la materia, dejó de considerar la transexualidad como una patología. Pero no fue hasta octubre pasado cuando la Unidad de Identidad de Género del Hospital Ramón y Cajal quitó la palabra trastorno de su nombre. Aún hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía incluye la disforia en su lista de enfermedades mentales.

Hoy los días de Eli transcurren entre la escuela, los deberes, y la familia. Después de clase aprovecha para jugar un rato con su dos mejores amigas, con las que forma una piña. «Antes iba a más actividades extraescolares, pero ahora la economía no nos lo permite», explica su madre. «Pero no las echo en falta, hago muchas cosas con mis hermanas y sus primos».

A Eli le encanta dibujar y se le da especialmente bien escribir. Con su padre y sus hermanos juega a squash y va a la piscina los fines de semana (con el cole prefiere evitarla). También visitan el Prado. «Le llama especialmente la atención El jardín de las delicias de El Bosco por la diversidad que representa, porque no hay un estereotipo de hombre y mujer», cuenta Miguel Ángel.

De princesa, de hada… Eli va al cole vestida como quería. Al principio, sus padres le advirtieron de que quizás sus compañeros se meterían con ella. «Me da igual», respondió. Y así, sin saberlo, se convirtió en uno de los primeros menores activistas de su condición.

Intervenir precozmente es clave en el desarrollo de los niños transgénero, segúnJose Luis Pedreira Massa, doctor en Psiquiatría Infantil. «No existe tratamiento de rectificación, sino ayuda, progresión y tomar determinaciones para beneficio del niño y para compresión por parte de las familias», dice. «Al adolescente con dudas de identidad sexual hay que orientarle, explicarle la respuesta sexual humana con claridad, no moralidad».

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Violeta cuenta que no siempre ha encontrado buenos profesionales. Desde que Eli tenía tres años, los psiquiatras le decían que la niña era muy pequeña para decidir. «Dicen que el 80% puede cambiar de opinión», dice. «Pero, ¿qué estadísticas usan? ¡Si no existen! Hay niños a los que se les ha diagnosticado esquizofrenia, o se les ha recetado medicación para la hiperactividad».

También menciona estas cifras Nuria Asenjo, psicóloga de la Unidad de Identidad de Género del Hospital Ramón y Cajal (Madrid), pero las pone en su contexto. «Son estadísticas de uno de los pocos países que tiene datos, Holanda», dice. «Hicieron un estudio con 900 niños de los que se mantienen sólo el 20% de los que entraron con 12 años. Sin embargo, no son cifras muy fiables, porque no hubo filtros previos».

Hoy, en el Ramón y Cajal atienden a 100 personas, entre ellas Eli, una de sus primeras pacientes. «El crecimiento ha sido exponencial», dice Asenjo. «En parte gracias a la labor de visibilización de colectivos y medios de comunicación. Ahora las familias pueden identificarse. Estamos desbordados».

A los seis años, Eli ya iba a clase como niña. Sus padres pidieron a los profesores que dejaran de dirigirse a ella como a un varón. La madre recuerda con ternura la explicación que uno de los maestros dio a los alumnos: «A partir de ahora Fernando se llamará Eli: sus padres se habían confundido y era una niña».

Ni profesores, ni médicos, ni psicólogos tenían experiencia. También hablaron con los padres de los alumnos. «Les comentamos que lo único que pedíamos era respeto», dicen los padres. «Si a un niño le llaman gordito un día no pasa nada. Pero si sucede cada día, eso es acoso, y es denunciable».

Fue entonces cuando las rabietas y los terrores nocturnos que había tenido desde los tres años desaparecieron. «Mis primeros años me fueron muy bien, cuando hice el cambio a nadie le costó asimilar que yo era Eli. Y mis amigas me apoyaban y me defendían».

Por desgracia no siempre es así. Laura Aut explica que la mayoría de casos llegan a su consulta por el estigma social. «Los síntomas más depresivos, más ansiosos, no se dan por el cambio de género, sino por el no sentirse aceptado. Esto sería lo más importante, que la sociedad lo aceptara. Pero en los coles, por ejemplo, no existen recursos, y los profesores no tienen a dónde ir», explica.

La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) afirma que más de la mitad de los jóvenes de este colectivo sufre acoso escolar. El porcentaje aumenta en los transexuales porque son más visibles. «Es un sufrimiento para ellos, pero la enfermedad la tienen los demás: se llama intolerancia», afirma, rotundo, Miguel Ángel, el padre de Eli.

Familias y colectivos como la Fundación Daniela reclaman así mismo una ley estatal integral, que incluya los avances de las normas autonómicas de Navarra, País Vasco, Extremadura o Andalucía. «Eli tiene la documentación con nombre unisex desde los 7 años», dice Violeta. «Según quién te toque puedes conseguir el cambio de nombre en el DNI o no. Dependes de la buena fe de los jueces. Algunos permiten poner el nombre que quiere el niño, mientras que en otras ocasiones, como hicimos nosotros, aceptan porque es un nombre unisex. Necesitas 10 documentos, un certificado de la unidad de trastorno de identidad, para lo cual debes llevar al menos un año en tratamiento, otro forense que certifica que padre y madre estamos sanos mentalmente…».

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Según la fundación Chrysallis sólo 30 menores han conseguido completar este proceso en España. Eli lo recuerda como «una de las cosas» que la han hecho «más feliz» en estos años. «Fui a Segovia sólo para hacerme el DNI para el tema del cambio de nombre, y además estuvimos pasando el día», explica.

Para cambiar la casilla del género tendrán que esperar. La ley establece que hay que ser mayor de edad, y cumplir dos requisitos: el informe que acredite la disforia y otro que certifique que el solicitante lleva dos años de tratamiento para acomodar su físico. «Para la reconstrucción genital también hay que esperar hasta los 18, pero antes hay que tomar las hormonas cruzadas, estrógenos, antiandrógenos… Hasta los 18, nada», explica Violeta.

Eli toma bloqueadores hormonales desde los 11 años, que paralizan el desarrollo de los caracteres masculinos hasta que tenga edad para decidir si quiere un tratamiento hormonal definitivo. Su efecto es reversible. Ellos lo pagan de su bolsillo, miles de euros al año, como ocurre en la mayoría de comunidades autónomas.

También acude cada dos meses al psiquiatra del Ramón y Cajal. «Aunque no lo necesita, pero para que conste», cuenta su familia. «Queremos tenerlo todo cubierto. Es necesario para el tratamiento de los bloqueadores».

Eli no tuvo dificultades para que le recetaran los inhibidores porque tenía informes desde los cuatro años, pero Violeta se queja porque los endocrinos los desaconsejan a niños de su condición, mientras que en otros casos los recomiendan. «Nos dicen que hacen que los niños se queden pequeños y no crezcan, que les puede afectar el desarrollo cognitivo… Sin embargo, se usan habitualmente para casos de desarrollo precoz, para parar la menstruación por ejemplo. Así qué, ¿cuál es la verdad? Vamos a una unidad especializada y no nos la explican».

Cada año, durante una semana, madre, hija, y el resto de la familia comparten experiencias en el campamento de la Fundación Daniela, una especie de paraíso para Eli. Aunque su vida transcurre tranquila, Violeta reconoce que la niña no va al viaje de fin de curso del cole «porque no se siente cómoda». La fundación organiza campamentos para jóvenes trans, de los 8 a los 18 años. «Ahí están muy cómodos, en la piscina con su pantaloncito, sin que nadie mire, con niños y niñas como ella. Hablan de cosas como si se van a arreglar el pecho, etc…», dice la madre. «La sociedad está preparada para entender todo esto: es la administración la que va atrasada, y no da información ni herramientas».

Las dificultades de ser mormón y transgénero: “No estoy loco. Es lo que soy”

  • Emmett Claren podría ser excomulgado por su activismo trans, pero cree que dejar su iglesia tendría consecuencias peores:  “¿Cómo voy a ayudar a la gente y cambiar las cosas si me voy?”
  • “El género forma parte de la identidad eterna que nos ha dado Dios. Por eso, la Iglesia no bautiza a quienes planean someterse a operaciones transexuales”, defiende un portavoz de la institución mormona
  • “En lugar de tener miedo a lo que no conocemos, me gustaría que aceptáramos a todo el mundo y amáramos incondicionalmente”, pide Brigit Pack, que ha creado un grupo de Facebook de apoyo a los mormones trans
Emmett Claren, hombre transgénero y mormón, de pequeño pedía a Dios todos los días 'Conviérteme en un chico ahora mismo'

Emmett Claren, hombre transgénero y mormón, de pequeño pedía a Dios todos los días: “Conviérteme en un chico ahora mismo” INSTAGRAM

A los 13 años, Emmett Claren solía tumbarse en medio de un campo de fútbol que había detrás de su casa, mirar al cielo y suplicar a Dios que le golpeara con un rayo y cambiara su cuerpo. “Le decía: ‘Tengo mucha fe. Creo en ti. Sé que puedes hacer cualquier cosa'”, recuerda Claren, que ahora tiene 22 años.

Este habitante de Utah y miembro de la Iglesia mormona es un hombre transgénero. Eso significa que al nacer se le asignó el sexo femenino, pero que desde muy pequeño supo que se identificaba como chico, aunque no aprendió el término “transgénero” hasta muchos años después. “Conviérteme en un chico ahora mismo”, dice Claren que le pedía a Dios todos los días. Pero sus oraciones nunca tuvieron respuesta.

Tras batallar con su fe y su identidad durante años y sufrir épocas de grave angustia mental, salió del armario como transgénero a los 21 años, y ahora presiona para que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD) acepte a miembros trans. Claren pertenece a un movimiento cada vez mayor de mormones trans de Utah que luchan públicamente por la aceptación en una iglesia conservadora que lleva mucho tiempo marginando a las personas LGTB.

El activismo de Claren, en YouTube y en entrevistas en medios de comunicación de Utah, es arriesgado. Podría enfrentarse a medidas disciplinarias e incluso a la excomunión de una iglesia que siempre ha sido una parte fundamental de su comunidad, su fe y su identidad. Pero Claren también sabe de primera mano que, si los mormones trans no alzan su voz y si la iglesia no cambia de opinión sobre sus miembros LGTB, las consecuencias seguirán siendo nefastas y, en algunos casos, mortales.

La iglesia SUD –cuya sede principal está en Salt Lake City, a unos 60 km al norte de donde vive Claren, en Orem– provocó un rechazo significativo en noviembre de 2015. Desveló una nueva política anti-gays que establecía que los hijos de parejas del mismo sexo no pueden entrar en la iglesia hasta que cumplan los 18 años y no serán bautizados salvo que se vayan de casa de sus padres y repudien las relaciones homosexuales. Estas normas generaron preocupación sobre un posible aumento de la depresión y los suicidios entre los mormones LGTB y llevó a muchos a abandonar esa iglesia.

Ese es un motivo por el que el caso de Claren es único: se niega a irse. Al contrario, espera que su historia anime a otros miembros transgénero a salir del armario y quedarse en la iglesia, o a plantearse volver si ya han renunciado por miedo a la discriminación y a la excomunión. Mientras que la institución lleva tiempo oponiéndose al matrimonio entre personas del mismo sexo, no tiene una postura clara sobre las personas trans.

Personas trans excomulgadas

Presionados por este tema, los líderes mormones manifestaron hace poco que la iglesia no está familiarizada con asuntos trans y que tiene que aprender más sobre el tema. Algunos activistas LGTB han interpretado esas declaraciones con optimismo y esperan que la iglesia pueda plantearse aceptar a miembros trans.

Al ser preguntado por la política de la iglesia SUD sobre este tema, su portavoz Eric Hawkins responde por email que los obispos “reconocen que estas situaciones son difíciles y sensibles”, pero añade: “Creemos que el género forma parte de la identidad y el destino eternos que nos ha dado Dios. Por eso, la la Iglesia no bautiza a quienes planean someterse a operaciones transexuales, y quienes optan por ese proceso pueden ver en peligro su pertenencia a la institución”.

Bajo esas ambiguas directrices, algunos miembros transgénero de la iglesia, como Claren, han podido seguir activos bajo el amparo de obispos tolerantes. Pero, según Brigit Pack, que cofundó un grupo de Facebook de apoyo a los mormones trans y a sus familias, ha habido otras personas que han afrontado medidas disciplinarias, que en algunos casos implicaban tener que comprometerse a no presentarse según su identidad de género. Cuenta que otros miembros trans han sido excomulgados, es decir, formalmente expulsados.

“En la mayoría de los casos quieren de verdad seguir activos en la iglesia”, afirma Pack, una mujer de 37 años de Syracuse (Utah) cuya pareja salió del armario hace poco como transgénero. “En lugar de tener miedo a lo que no conocemos, me gustaría que aceptáramos a todo el mundo y amáramos incondicionalmente”.

No hay datos fiables sobre mormones transgénero. Pack dice que su grupo de Facebook tiene ya 87 miembros que se identifican como trans, y es probable que haya muchos más que aún no han descubierto el grupo o que se han dado a conocer.

Claren afirma que siempre supo que no era una chica, pero que pasó muchos años en su infancia intentando amoldarse a las normas de género y a las expectativas de su iglesia y de sus padres. A los catorce años intentó suicidarse por primera vez. No fue hasta los 17 cuando oyó a un amigo hablar de las personas transgénero, e inmediatamente supo que encajaba en esa identidad. “Fue algo como: ‘No soy el único que se siente así. No estoy loco. Es lo que soy'”, relata.

Después fue misionero mormón en Salt Lake City y entró en la Brigham Young University, un centro de educación superior gestionado por la iglesia SUD. Pero aún tenía dificultades para darse a conocer como transgénero, y al menos unaterapeuta le aconsejó lo contrario: “Me dijo: ‘Si este es el camino que vas a tomar, no puedo ayudarte’, y me abandonó”, recuerda Claren.

Cayó en una profunda depresión y volvió a intentar suicidarse a los 21. “Mi vida estaba acabada”, cuenta. “Rogaba a Dios para que me mantuviera vivo”.

Sin embargo, en un momento en el que estaba solo rezando en el campus, tuvo una revelación: que Dios lo amaba y lo aceptaba. Sabía que la universidad lo expulsaría en el momento en el que empezara a presentarse como un hombre e iniciase un proceso de transición, así que dejó la institución. El portavoz de la universidad Brett Crandall confirma por email esa normativa: “Vestirse o presentarse deliberadamente como miembro del sexo biológico opuesto es una expresión incompatible con el Código de Honor de la institución”.

Claren se trasladó a Utah, cambió de nombre y de pronombres y empezó a tratarse con testosterona. Este mes de abril tiene cita para someterse a un proceso de cirujía para que le quiten los pechos. Explica que sus padres han tenido dificultades para entenderlo y aceptarlo, pero que lo están intentando. Añade que, si la iglesia diera a su familia una orientación positiva, tendrían mucha más facilidad para aceptarlo.

Esa es una de las razones por las que permanece en la iglesia. “¿Cómo voy a ayudar a la gente y cambiar las cosas si me voy? Tengo que estar aquí para defenderme a mí y a otras personas como yo”. En este tiempo, Claren ha encontrado una comunidad de apoyo de mormones trans en Utah, y más personas en esta situación están alzando la voz.

“Nos apoyamos los unos a los otros”

“Todos nosotros sabemos lo que es estar solo y creer que eres el único”, afirma Ann Pack, la pareja de Brigit, que pasó por un proceso de transición hace dos años y sigue activa en la Iglesia mormona. “Acabar conectando no solo con otras personas trans, sino con personas trans en la iglesia, y ver que han pasado por experiencias similares a las tuyas, es muy grande”.

Grayson Moore, hombre transgénero de 21 años que pasó por su transición cuando tenía 16, da gracias a Dios por ayudar a los mormones trans de Utah a contactar y animarse unos a otros. “Parece que el señor de verdad está haciendo su trabajo al reunirnos a todos”, dice. “La comunidad SUD trans ahora existe. Cuando pasé por mi transición, no había nada”.

El lento crecimiento del activismo trans mormón ha sido emocionante de presenciar pero también estresante, cuenta Sara Jade Woodhouse, mujer trans de 50 años que vive en South Ogden, al norte de Salt Lake City. Espera que sus esfuerzos animen a la iglesia a acoger a las personas trans, pero teme que pueda tener el efecto contrario y llevar a la creación de una política anti-trans explícita. “Hemos visto lo que ha ocurrido con los mormones gays y lesbianas. Podrían hacer lo mismo con nosotros y emprender algunos cambios terribles”.

Moore dice que quiere ver un cambio en las actitudes de los líderes y miembros de la iglesia. No obstante, para él la principal prioridad por el momento es ayudar a los mormones trans a quererse y aceptarse a sí mismos: “Estamos muy centrados en apoyarnos y mantenernos vivos los unos a los otros”.

Las protagonistas de la primera boda gay de la Historia, 15 años después

IGUALDAD Cambiar la ley no significa cambiar la forma de pensar de la gente”

El matrimonio homosexual en el mundo

La primera boda gay, en 2001

La primera boda gay, en 2001. REUTERS

El Ayuntamiento de Ámsterdam flota en pleno corazón del río Amstel. Frente a él se erige una estatua del filósofo Spinoza, natural de la ciudad, con la inscripción “El propósito del Estado es la libertad”. Con excepción de algunos turistas, hoy son pocos los que se acercan a visitar al pensador más ilustre que ha dado Holanda. Sin embargo, el mismo día hace 15 años, el mundo entero estaba mirándole.

En concreto, la víspera del 1 de abril de 2001 la estatua de Spinoza recibió a más de un centenar de periodistas y unos 30 fotógrafos llegados de todos los rincones del planeta. Acudían a ser testigos, junto a todos los ciudadanos holandeses que encendieron la televisión esa noche, de cómo tres hombres le daban el “sí, quiero” a sus respectivas parejas, también hombres, convirtiéndose en los primeros en todo el mundo, en ser declarados marido y marido. Asimismo, lo hicieron dos mujeres, Anne Marie Thus y Helene Faasen, cuya boda pasaría a la historia de la Humanidad como la primera oficiada legalmente entre dos mujeres.

“Mi esposa y yo recordamos ese 1 de abril como un día muy especial, como recuerda toda mujer el día de su boda”, cuenta a EL MUNDO Anne Marie. Pero con un añadido: “Ese 1 de abril ya sabíamos que no sería un día especial sólo para nosotros, sino para muchos otros, ya que se trataba de la primera vez en el mundo que se permitía a dos personas del mismo sexo contraer matrimonio”.

Su boda fue posible gracias a la ley que había aprobado unos meses antes el Parlamento holandés. Algo más tarde, en 2003, Bélgica se convertía en el segundo país en regular el matrimonio homosexual. Tras ella, en 2005 dieron el paso Canadá y España. Por aquel entonces clamaba Pedro Zerolo que “este amor no se puede recurrir. Y este amor es algo que llevan muchas personas que llevan militando muchos años por vivir en un país más decente”.

Una ley para salvar a los ‘ciudadanos de segunda’

La figura de la política holandesa que mejor abanderaría el activismo homosexual, como lo hizo el socialista venezolano en España, es Henk Krol. “Todo empezó en 1977”, narra a EL MUNDO Krol, hoy diputado en el Parlamento holandés pero, por aquellos años, director de Gay Krant (literalmente, ‘Periódico Gay’). Él fue quien eligió a los protagonistas de este primer (y multitudinario) enlace homosexual de la historia, que ofició el entonces alcalde laborista de Ámsterdam, Job Cohen.

“En 1977 había una gran campaña contra los derechos de los homosexuales en Estados Unidos. Nosotros decidimos celebrar un concierto benéfico en Ámsterdam y, con lo que recaudamos, pagamos anuncios a favor de ellos en medios estadounidenses, a modo de contra-campaña”, recuerda Krol. Con el dinero que les sobró se pusieron manos a la obra para que se “reconociera a las personas homosexuales los mismos derechos que a las heterosexuales”, expresa.

A finales de los 70, en Países Bajos unos 20.000 niños eran criados por parejas de lesbianas -explica el diputado-, y eso les convertía en ‘ciudadanos de segunda’. La única manera de ayudarles era ofrecer a sus madres un contrato que pudieran firmar y gracias al cual pudieran disfrutar de la igualdad”.

15 años de matrimonio para todos

El 1 de abril de 2001, ese contrato llegó. “Tras décadas de muchos esfuerzos, Países Bajos se convirtió en el primer Estado del mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo”, se enorgullece Krol. Con la bandera del arcoíris reflejándose en los numerosos canales de Ámsterdam, la ciudad celebra hoy esa fecha bajo el lema “15 años de matrimonio para todos”. Y es que, a pesar de que países como Dinamarca, Noruega o Suecia ya aprobaron en la década de los 90 leyes que reconocían la unión entre personas del mismo sexo, Holanda se convirtió en un referente internacional por ser el primer país en llamarla ‘matrimonio’. Krol explica que los países escandinavos “sólo contemplaban una especie de ‘unión’ entre personas del mismo sexo; no las reconocían en matrimonio civil. Nosotros no queríamos que esta distinción se tradujera en un estatus diferente para las personas homosexuales: queríamos que gozaran de plena igualdad”.

Esta igualdad es la que agradece Anne Marie: “Estar casadas nos da, ante la ley, derecho a cuidar la una de la otra, y sirve como amparo para nuestros hijos”. Los niños de ambas han sido adoptados por Helene y, gracias al matrimonio, “son parte de su familia”, explica. En la misma línea hace balance Krol: “Fue bueno para los niños, para las parejas, para la sociedad en general. Maravilloso”. El diputado invita a quienes aún no lo entiendan a que “vengan a Holanda, vean cómo ha mejorado la sociedad” y se pregunten si esa mejora no se debe al amor. Lo que él se pregunta hoy es “quién puede estar en contra del amor”.

“¿Quién eres tú para no darme igualdad de derechos?”

Sin embargo, Anne Marie recuerda que en 2001 de lo que se trató fue “de cambiar la ley. Y cambiar la ley no significa cambiar la forma de pensar de la gente; no significa que todo el mundo esté de acuerdo”. Cuenta, de hecho, que “cuando le dices a la gente que estás casada, presuponen que estás casada con un hombre. Si les dices que estás casada con una mujer, se sonrojan y, avergonzados, reconocen que eso también es posible”.

Aunque la excepcionalidad se va convirtiendo en normalidad con el paso del tiempo, para Anne Marie es vital que “se siga hablando de ello”, ya que, según explica, todavía “hay gente que se muestra reacia al hecho de que estemos casadas y tengamos hijos”. El debate también es, para Krol, el motor que impulsa el cambio en la sociedad: “En 1977, la mayoría de la sociedad holandesa estaba en contra. Sin embargo, tras mucha discusión, en 2001 un 87% decía estar a favor”.

Poniendo de relevancia la “valentía” de aquellos homosexuales que tienen que vivir en países donde sus derechos no son reconocidos, Anne Marie desea, “con esperanza, que todos los países del mundo entiendan que los miembros de la comunidad LGBTI son personas que sólo quieren estar con la persona que aman, vivir con ella, cuidarla”.

Y, para aquel que aún hoy se oponga a su matrimonio, la primer mujer que se casó con otra mujer tiene un mensaje: “¿quién eres tú para no darme igualdad de derechos? Si no estás de acuerdo con nuestro amor, al menos respeta que nos amemos”. Es posible que ni Anne Marie, ni Helene, ni las más de 15.000 parejas homosexuales que se han casado en Países Bajos desde ese 1 de abril escuchasen la frase que, allá por el año 2003, dedicaba Zerolo a Ana Botella en un pleno municipal de Madrid, cuando oficializar el amor entre dos personas del mismo sexo aún no era posible en nuestro país; pero bien podrían suscribirla: “En su modelo de sociedad no quepo yo, en el mío sí cabe usted”.

Entra a una tienda de Santander a pedir ayuda por una hemorragia y desata la alarma al saberse que es portador del VIH

Los bomberos incineran los muebles del comercio para eliminar el riesgo de contagio y las dependientas esperan el resultado definitivo del test de anticuerpos

Un hombre que sangraba ligeramente por la boca entró el sábado 19 de marzo a pedir auxilio en un comercio de los alrededores del Ayuntamiento de Santander. Las cuatro personas que atendían en ese momento la tienda no dudaron en ayudarlo, especialmente cuando el afectado informó de que era hemofílico: una enfermedad genética que dificulta la coagulación de la sangre y provoca fuertes hemorragias. Tras acomodarlo en un sillón, llamaron al 112 y al 061 y trataron de frenar la pérdida de sangre mientras esperaban a los servicios sanitarios. Pero la hemorragia iba a más y el afectado, que empezó a echar sangre de manera profusa por la boca, terminó desvaneciéndose sobre el sillón. Así que una de las dependientas salió a la carrera para pedir ayuda en el puesto de la Policía Local en el Ayuntamiento.

Cuando llegó la ambulancia del 061 y se llevaron al paciente al Hospital de Valdecilla, todo lo que quedaba por delante era un dura tarea de limpieza. Según describió a El Diario Montañés una persona cercana a los dueños del comercio, la tienda parecía «el escenario de una película de terror, con todo el suelo manchado de sangre, el sillón chorreando y muebles, uniformes y mercancías salpicados».

Mientras las dependientas se esforzaban por limpiar la sangre con todas las precauciones lógicas, como el uso de guantes y lejía, y se deshacían de la mercancía salpicada, la propietaria recibía una llamada del hospital: el hombre al que habían auxiliado era portador del VIH –el virus que puede terminar desarrollando la enfermedad del sida–.

La alarma se desató en la tienda. «Desasosiego, dudas, angustia», detalló la persona allegada al negocio. En el momento del incidente, alrededor del mediodía, no había clientes en la tienda, pero las cuatro personas que atendían el comercio (propietarios y dependientes) habían entrado en contacto con la sangre y no sabían cómo actuar. Varias preguntas surgieron entonces: ¿Nos hemos podido contagiar? ¿Dónde dejamos el mobiliario empapado de sangre? ¿En un contenedor al alcance de cualquiera?

Finalmente, «después de varias horas de llamadas pidiendo soluciones que no llegaban», fueron los bomberos del Ayuntamiento de Santander, avisados por la Policía Local, los que resolvieron el problema al llevarse el mobiliario manchado de sangre para incinerarlo.

Los test de VIH, aún provisionales, dicen que no ha habido contagio.

El personal de la tienda también intentó encontrar consejo sanitario, y el lunes, dos días después del incidente, consiguieron contactar con la persona que resolvió sus dudas: Manuel Galán, jefe de servicio de Salud Pública. A preguntas de este diario, Galán explicó que no existe un protocolo de actuación en estos casos. «Hoy en día, toda la sangre derramada debe ser recogida con las mismas precauciones sanitarias. Hay un protocolo sanitario para hospitales y centros de salud, pero si pasa en la calle son los servicios de limpieza municipales los que se hacen cargo». En este caso ocurrió en un comercio y ninguna administración supo ofrecer respuestas a los afectados en las primeras horas tras el incidente.

Riesgo «prácticamente nulo»

La conversación del lunes con Salud Pública alivió en cierto modo el desasosiego de las cuatro personas que atendieron la emergencia en la tienda. «Les dije que habían actuado correctamente porque de forma intuitiva se habían puesto guantes y habían usado papel absorbente y lejía. Todo bien, pero luego tenían un sillón que estaba lleno de sangre y era irrecuperable. Por eso empezaron a llamar para ver quién se hacía cargo del mueble, y se encontraron con que nadie les ofrecía una solución hasta que llegaron los bomberos y lo quemaron. Estaban indignados por no tener manera de deshacerse del mueble sin riesgo».

Galán aseguró que, tal y como actuaron, el riesgo de contagio es «prácticamente nulo». «Estaban muy nerviosas y angustiadas y hemos intentado tranquilizarlas. El riesgo nunca es cero, pero deben estar tranquilas porque así no es como se transmite el VIH. Se transmite por dos vías: la sexual y al clavarse una aguja infectada. Y la experiencia que tenemos hoy en día sobre el VIH es que así (por contacto directo con la sangre) no se transmite». Además, un portador del virus en tratamiento es «técnicamente no contagioso» y, en este caso, según las fuentes de Galán, «el afectado está bien tratado».

Ahora bien, el jefe de servicio de Salud Pública reconoció que las personas que atendieron al portador del virus no podrán estar tranquilas hasta que no tengan una prueba negativa del test de VIH. «Deben esperar un tiempo, tres o cuatro semanas, hasta que el sistema inmunológico pueda reaccionar en caso de contagio y empiece a producir anticuerpos, que es lo que determina la presencia del virus VIH». Las primeras pruebas, aún provisionales, dicen que no ha habido contagio.

Un anillo vaginal reduce un 30% el riesgo de infectarse por el VIH

El dispositivo libera un antiviral y permite a las mujeres protegerse sin consultar al varón

Un anillo vaginal liberador de antivirales

Un anillo vaginal liberador de antivirales.

Por primera vez, dos ensayos de anillos vaginales (dispositivos similares a los anticonceptivos) han demostrado cierta capacidad de proteger contra la transmisión del VIH. En ambos ensayos, que se presentaron en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) que se ha celebrado en Boston, se ha observado que su uso reduce la tasa de infecciones por el VIH alrededor del 30% (un 27% en uno y un 31% en otro).

En ambos casos el mecanismo de actuación es similar: el dispositivo se inserta y va liberando un antiviral (la dapivirina) de manera que cuando la mujer tiene una relación sin protección, el VIH que le puede transmitir el hombre se encuentra con el fármaco, que impide la transmisión.

Uno de los ensayos, The Ring Study, lo ha patrocinado IPM (Grupo Internacional para Microbicidas) y, el otro, Aspire, es de MTN (Red de Ensayos en Microbicidas), lo ha publicado New England Journal of Medicine y tiene como primer firmante a Jared Baeten. Se trata de dos trabajos en fase III, que son ya a gran escala, lo que quiere decir que es el paso previo a su potencial uso sobre el terreno. En concreto, en The Ring Study han participado 1.959 de Sudáfrica y Uganda, y en el Aspire lo hicieron 2.629 de Sudáfrica, Uganda, Malaui y Zimbabue.

Aunque la cifra general de protección es baja, Baeten afirma que “las mujeres necesitan estrategias efectivas que reduzcan su riesgo de contraer el VIH, y el anillo puede ser una de ellas”. Este tipo de aproximación, como los geles vaginales (los microbicidas que son el principal objetivo de las organizaciones que han desarrollado estos ensayos), tienen la ventaja de que las mujeres pueden usarlos de manera autónoma. No dependen, como en el caso del preservativo, de la voluntad de sus parejas masculinas, que en entornos muy machistas o tradicionales a veces es muy difícil de negociar. Además, no impiden la concepción, lo que también es importante en ciertos entornos culturales.

Además, se ha visto que la protección sube hasta más del 50% en las mayores de 21 años, lo que indica que el método, bien usado, tiene una alta eficacia. Baeten no descarta que pudiera aumentarse su eficacia combinando varios antivirales, aunque advierte de que “el uso de dos pastillas contra el VIH no eran significativamente mejores que una sola”, por lo que es posible que un anillo con solo una sustancia, si es la adecuada y se usa con rigor, sea suficiente.

“Estos hallazgos dan nuevas esperanzas a muchas mujeres que están en un serio peligro y necesitan más opciones efectivas para protegerse del VIH”, ha dicho Zeda Rosenberg, directora de IPM. El ministro de Salud de Sudáfrica, Aaron Motsoaledi, ha añadido: “Cada avance científico que da más poder a las mujeres para protegerse del virus debe estudiarse para una pronta entrada en acción”. África sería el continente más beneficiado si se usaran masivamente estos anillos vaginales. Cada año hay en ella más de 1,2 millones de nuevas infecciones, de las que más de 600.000 son en mujeres. Una reducción del 30% en el número de nuevos casos supondría 180.000 infecciones menos.

Aguascalientes retira una campaña para prevenir el Sida entre gays y la vuelve hetero

El gobierno estatal dijo que recibió quejas por la imagen de dos hombres besándose

El jueves 24 de marzo, la ciudad de Aguascalientes amaneció con un nuevo anuncio espectacular en su zona norte. Debajo de la leyenda, “Mil formas de amar, una sola de protegerte”, se veía una fotografía en blanco y negro de dos hombres besándose y junta a ella la recomendación en grandes letras blancas: “¡Usa Condón!”

mil formas de amar, una sola de protegerse

El lunes siguiente, cuando concluyeron las vacaciones de Semana Santa, el espectacular había sido retirado. Movimiento Disidente, una organización de defensa de los derechos de los homosexuales en el estado, captó el momento en el que un grupo de hombres removía el anuncio esa mañana. Más tarde, denunciaron la acción en Facebook y la noticia se publicó en varios medios nacionales.

Un representante del Instituto de Servicios de Salud del estado explicó a los medios locales un día después que su oficina había decidido quitar los anuncios por una serie de quejas que había recibido ese lunes. “La gente alegaba que los valores que se promueven se están perdiendo con todo esto”, explicó Enrique Flores Bolaños, director de Atención Primaria a la Salud de ese instituto al medio local Página 24. “Entonces la queja fue mucho muy intensa, no son momentos para ponernos en contra de la sociedad”.

Una representante de la organización cristiana ProVida dijo al mismo medio que su grupo era una de los quejosos: “El gobierno usa nuestros impuestos para promover, no para prevenir, la promiscuidad en adolescentes y jóvenes, en niños. No se vale, es una falta de respeto para la ciudad”.

Flores Bolaños agregó en su entrevista con la prensa local que el anuncio era parte de una campaña federal para la prevención del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. El Centro Nacional para la prevención y el Control del VIH/SIDA diseñó la imagen del espectacular y está disponible en su web para uso de organizaciones dedicadas a la prevención de este virus.

mil formas de amar, una sola de protegerse2

“No puedo creer que por 60, 70 quejas por teléfono hayan retirado un anuncio que es parte de una campaña nacional, avalada por normatividad internacional”, comenta a Verne Manuel Gutiérrez, vicecoordinador de la organización civil local Colectivo SerGay.

En México se han registrado 174, 564 casos diagnosticados de Sida y 53, 636 casos de seropositivo de VIH de 1983 a 2014, según datos de Censida. Aguascalientes registra 1,056 casos de Sida en el mismo periodo. El número de casos disminuye año con año en la mayoría de los estados, pero en Aguascalientes se mantiene prácticamente igual desde 2010. Según las declaraciones de Bolaños, existen 456 pacientes de VIH en la entidad. La incidencia del VIH/Sida es más común en hombres que en mujeres, según el reporte de Censida.

El martes 29 de marzo, Movimiento Disidente, Colectivo SerGay y otras dos organizaciones dieron una conferencia de prensa en la que exigieron al gobierno estatal la reinstalación del espectacular. El evento fue transmitido en vivo desde la página en Facebook de Movimiento Disidente y registró más de 2.000 vistas en un día. “No hemos recibido una respuesta, la único que han hecho es colocar otro anuncio con una imagen distinta”, dice a Verne Angélica Rodríguez de Movimiento Disidente.

Un día después de esa conferencia de prensa, un nuevo espectacular apareció en el mismo lugar donde se retiró el original. Lo único distinto es la imagen que muestra el torso de una mujer rodeada por los brazos de un hombre.

mil formas de amar, una sola de protegerse3

Cortesía Movimiento Disidente

“Es más provocativo que el anterior” comenta Gutiérrez. “Ahí se nota la contradicción, no es un asunto de mostrar una imagen erótica es censurar una imagen que muestra afecto entre dos hombres.” El activista asegura que Aguascalientes no es un estado homofóbico. “He trabajado ocho años en la organización y nunca he presenciado ningún acto de violencia hacia nosotros o algún miembro de la comunidad. Incluso la gente se nos ha acercado buscando información y nos agradece por lo que hacemos”.

Sin embargo, Gutiérrez considera “peligroso que el gobierno retire un espectacular por presiones de grupos conservadores. Esto crea una desprotección de la salud de la gente más vulnerable al VIH y al Sida porque los hace invisibles, se ignora un problema real”.

Rodríguez, de Movimiento Disidente comenta: “Es preocupante porque fomenta la discriminación, el gobierno está avalando las opiniones de estos grupos, un gobierno que antes de esto ya tenía congelada la iniciativa para aprobar el matrimonio gay a nivel estatal”.

No es la primera polémica de este tipo en Aguascalientes. En 2000, el gobierno municipal autorizó la petición de un balneario de prohibir su acceso a “perros y homosexuales”, según una nota del diario La Jornada. Más tarde el gobierno pidió disculpas. El balneario ya no está en funcionamiento.

Censida publicó un comunicado el miércoles 30 de marzo en que “condena enérgicamente las expresiones discriminatorias y homofóbicas que se han generado por algunas organizaciones y un sector de la comunidad” por el espectacular. También asegura que “seguirá impulsando campañas masivas de comunicación con énfasis en las poblaciones más afectadas”.

ríguez de Movimiento Disidente.

 

Un día después de esa conferencia de prensa, un nuevo espectacular apareció en el mismo lugar donde se retiró el original. Lo único distinto es la imagen que muestra el torso de una mujer rodeada por los brazos de un hombre.

“Es más provocativo que el anterior” comenta Gutiérrez. “Ahí se nota la contradicción, no es un asunto de mostrar una imagen erótica es censurar una imagen que muestra afecto entre dos hombres.” El activista asegura que Aguascalientes no es un estado homofóbico. “He trabajado ocho años en la organización y nunca he presenciado ningún acto de violencia hacia nosotros o algún miembro de la comunidad. Incluso la gente se nos ha acercado buscando información y nos agradece por lo que hacemos”.

Sin embargo, Gutiérrez considera “peligroso que el gobierno retire un espectacular por presiones de grupos conservadores. Esto crea una desprotección de la salud de la gente más vulnerable al VIH y al Sida porque los hace invisibles, se ignora un problema real”.

Rodríguez, de Movimiento Disidente comenta: “Es preocupante porque fomenta la discriminación, el gobierno está avalando las opiniones de estos grupos, un gobierno que antes de est