Aydian Dowling, el modelo transexual que revoluciona la red

Fuente: Lavozdelmuro.net

Aydian Dowling

Muchas son las mujeres transgénero que han triunfado en el mundo de la moda. A ellas se ha sumado recientemente la ultra televisiva Caitlin Jenner, campeona de una medalla de oro olímpica cuando todavía habitaba un cuerpo masculino.

Sin embargo, los hombres transgéneros que se dedican al gremio se cuentan con los dedos de la mano. Posiblemente por eso es que Aydian Dowling se ha hecho súbitamente famoso y ha entrado pisando fuerte en el mundo de la moda; su físico perfecto y su accesible y valiente actitud le han allanado un camino nada fácil.

Aydian reventó las redes cuando recreó la foto cuasi desnuda de Adam Levine, para la revista Cosmo (foto inferior). Este atractivo abogado, radicado en Oregon, EEUU, trabaja en una empresa de ropa transgénero, y lleva el canal de YouTube, BeefHeads Fitness, dedicado a ayudar a la gente transgénero a ponerse en forma.

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Multitud de personas, de entre sus 1.5ooo seguidores, le sugirieron presentarse al casting para aparecer en portada en la edición anual de Men’s Health en 2014. Y así lo hizo, siendo el candidato mas votado en las redes.  Aydian quiso compartir este éxito con su comunidad:  “Estoy feliz y orgulloso de mi comunidad y de usar su voz y hacerle darse cuenta de que podemos lograrlo”, declaró a The Daily Beast.

Pero antes de llegar a esto hay una larga y admirable historia: A los 13 años Aydian salió del armario ante su familia y amigos, creciendo como lesbiana en la ciudad de Nueva York. Sin embargo a los 20 años “notó” que algo más estaba pasando. “Una vez me preguntaron si alguna vez había deseado ser un hombre… Nunca me había encontrado a gusto con mi cuerpo, pero no había pensado que eso pudiera ser una posibilidad. Cuando llegué a casa comencé a buscar información en Google y quedé totalmente impresionado”. Había poca información en internet por aquel entonces, pero pudo leer un par de artículos sobre hombres que contaban cómo había sido su cambio. En uno pudo ver una imagen de un hombre muy atractivo, que sostenía una fotografía de sí mismo cuando era una niña pequeña. “Cuando me di cuenta de que cambiar era posible, pude enfocar lo que sentía y entonces todo tenía sentido. Ya sabía qué quería ser, sólo faltaba hacerlo”.

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Visitó un médico especialistas y comenzó un tratamiento de reemplazo hormonal. Después creó una comunidad y blog en internet donde documentar su cambio y buscar apoyos. 5 años y 300 videos más tarde, Aydian tiene miles de seguidores que han sido testigos de su impresionante transformación, no sólo física, sino mental, ya que por primera vez amaba su cuerpo y se sentía él mismo.

El modelo ha conseguido todos los sueños que se ha propuesto hasta hoy, entre ellos el de encontrar el amor. Está felizmente casado.

Victory for drag queens as Facebook apologises for ‘real-name’ policy

San Francisco supervisor David Campos, right, walks with Sister Roma after a meeting in his office with drag queens last month

San Francisco supervisor David Campos, right, walks with Sister Roma after a meeting in his office with drag queens last month. Photograph: Eric Risberg/AP

Facebook apologized to drag queens on Wednesday following a meeting with community members and queens who protested against the company’s order to use their legal names on the social networking site.

Facebook’s chief product officer, Chris Cox, said: “I want to apologise to the affected community of drag queens, drag kings, transgender, and extensive community of our friends, neighbours, and members of the LGBT community for the hardship that we’ve put you through in dealing with your Facebook accounts over the past few weeks.”

Drag queens challenged the social media giant in September after several received emails telling them that they must change their profiles to their “real names”.

Cox said one Facebook user reported several hundred accounts as fake, which prompted their incorporation into the company’s weekly fake names report. He said that 99% of the accounts that make that report are “bad actors doing bad things” like impersonating and bullying, and said nobody at Facebook had noticed the pattern of one person reporting specific types of accounts.

He said the policy has never required everyone on Facebook to use their legal name and that the company is building better tools to authenticate accounts for users who prefer not to, like drag queens. He also said Facebook is working to require better customer service for people whose accounts are flagged, which was one of the key demands made by the drag queens and their supporters.

“The spirit of our policy is that everyone on Facebook uses the authentic name they use in real life. For Sister Roma, that’s Sister Roma. For Lil Miss Hot Mess, that’s Lil Miss Hot Mess,” said Cox. “Part of what’s been so difficult about this conversation is that we support both of these individuals, and so many others affected by this, completely and utterly in how they use Facebook.”

Cox reaffirmed that the “real-name” policy is meant to differentiate from other parts of the internet that accept anonymity and to protect people from trolls and abuse conducted by those protected by anonymity.

Wednesday’s meeting was the second between Facebook and the drag queen group, which also included San Francisco supervisor David Campos and other community members. They had condemned the company for asking them to use their “real names”, arguing that the policy is also unfair to transgender people, victims of domestic violence and political dissidents.

“It takes a lot to impress a drag queen, but I’m beyond thrilled that Facebook has offered a genuine apology and agreed that our real names are the ones we make for ourselves,” said Lil Miss Hot Mess in an email to the Guardian. “This is a huge victory not only for us queens, but also for the countless others we’ve met along the way whose names don’t always match their ID cards, but allow them to express themselves with less fear and more fabulousness.”

When the complaints were first brought to Facebook’s attention, the company encouraged people to consider creating fan pages under their preferred names or writing an alias under their profile name.

As discussions between the parties wore on, some performers closed their accounts while others changed their accounts to their “real names” and changed their profile pictures to purple squares with: “#mynameis” written across as a mark of protest.

Organisers had asked queens and performers to gather at San Francisco’s city hall “in face” on Thursday for a rally against the policy. Before the meeting concluded on Wednesday, Lil Miss Hot Mess said the rally was still set to occur.

More than 36,100 people have signed a petition asking Facebook to change its policy to allow performers to use their names on their personal accounts.

Las parejas gays de Kentucky obtienen sus licencias de matrimonio

Una mujer sostiene una pancarta en apoyo del matrimonio gay frente al juzgado de Rowan, Kentucky

Una mujer sostiene una pancarta en apoyo del matrimonio gay frente al juzgado de Rowan, Kentucky. AFP

Las parejas homosexuales del condado de Rowan, en el estado de Kentucky, en EEUU, comenzaron hoy a obtener las licencias de matrimonio que les había negado por motivos religiosos una funcionaria, en prisión por violar la decisión del Tribunal Supremo de legalizar las uniones de personas del mismo sexo en todo el país.

Los primeros en recibir el documento judicial fueron James Yates, de 41 años, y William Smith, Jr., de 33 años, pareja desde hace casi una década y a los que la funcionaria Kim Davis, de confesión cristina, negó su derecho a casarse en varias ocasiones, informaron los medios locales.

Con 35,50 dólares, la pareja obtuvo la licencia de matrimonio de un responsable del juzgado, que felicitó a la pareja, antes de que esta corriera a las escaleras delanteras del pequeño juzgado para mostrar a los medios el documento mientras se abrazaban y lloraban de alegría.

Frente a la corte federal de Kentucky se congregaron dos nutridosgrupos de manifestantes, uno para felicitar a la pareja con pancartas con mensajes como “El amor ha ganado”, o en contra con reproches como “Bienvenidos a Sodoma y Gomorra”.

Varias mujeres sostienen pancartas a favor del matrimonio gay en Kentucky.

Varias mujeres sostienen pancartas a favor del matrimonio gay en Kentucky.

La funcionaria, convertida en un símbolo de la oposición al matrimonio homosexual por motivos religiosos, permanecerá en prisión por orden de un juez federal hasta que obedezca al Supremo.

Davis decidió dejar de emitir cualquier licencia de matrimonio en junio, cuando el Supremo falló a favor de la legalización del matrimonio homosexual en todo el país, una decisión que anuló la potestad de los estados para prohibirlo.

Matrimonio homosexual, un derecho constitucional

El matrimonio homosexual se convirtió en un derecho constitucionalen Estados Unidos, lo que obliga a los trece estados que entonces todavía lo prohibían, entre ellos Kentucky, a permitir que las personas del mismo sexo puedan casarse.

Cuando el gobernador de Kentucky, el demócrata Steve Beshear, ordenó a los juzgados emitir licencias de matrimonio a los homosexuales, Davis interpuso una demanda en una corte federal con el argumento de que sus creencias religiosas la eximían de tener que cumplir con esa obligación.

Un grupo de cristianos se han manifestado frente a la corte en apoyo a Davis

Un grupo de cristianos se han manifestado frente a la corte en apoyo a Davis

Davis llegó hasta el Supremo, que el pasado lunes le ordenó que, de manera inmediata, comenzara a emitir licencias matrimoniales a todo tipo de parejas, homosexuales y heterosexuales, mientras la funcionaria sigue con el proceso legal en instancias judiciales inferiores, algunas de las cuales ya han rechazado su causa.

Desde que se legalizó el matrimonio gay en junio, esta es la primera vez que un caso de este tipo llega al Supremo.

Óscar Espirita: De ‘niño marica’ a ‘adolescente maricón’

Publicado en El Asombrario por 

El escritor Óscar Espirita sujeta un ejemplar de su poemario ‘Niño marica’.

El escritor Óscar Espirita sujeta un ejemplar de su poemario ‘Niño marica’.

Óscar Espirita ha publicado este verano su primer poemario. El título no deja indiferente: ‘Niño marica’. A través de sus versos, Espirita narra la experiencia de un niño señalado con el dedo por desear cintas de gimnasia artística, por cruzar las piernas, por no jugar al fútbol. Lo que sigue es una interesante y valiente conversación con el autor en torno a lareivindicación de la pluma y la defensa de tantos niños cohibidos en su comportamiento para que no les llamen nenazas. No se trata de exigir aceptación, sino absoluta normalización y respeto.

Y el “niño marica” con los años se convierte en un “adolescente maricón”, un adolescente que descubre con entusiasmo y dolor la sexualidad, definida por Espirita como un regalo peligroso, un regalo que provoca tanto placer como profundo dolor y miedo. A través de su poemario, Óscar Espirita da la vuelta al término “marica”, lo vacía de su contenido despreciativo porque “nada hay de malo en ser homosexual”, porque en verdad “lo que envuelve la palabra marica es una realidad maravillosa”, es la realidad de quien ama a alguien de su propio sexo.

Siguiendo la tradición queer, Óscar Espirita da la vuelta al término, y en Niño Marica (ediciones Hidroavión) convierte el insulto en elogio y nos demuestra que lo verdaderamente insultante es aquel que mal utiliza las palabras para insultar y despreciar aquello que le resulta diferente.

En una entrevista en torno a tu poemario ‘Niño marica’ comentabas que a través de la escritura el término “marica” había dejado de ser un insulto para ti. Sin embargo, sigue siendo una palabra altamente despreciativa.

Para mí siempre ha sido una palabra difícil, una palabra que me ha provocado mucho dolor. Las primeras veces que escribía en el folio “niño marica” me resultaba una expresión fuerte y todavía hoy, habiendo ya terminado el poemario, me sigue resultando una expresión fuerte. Sin embargo, independientemente de esto, lo que yo he intentado hacer, retomando la tradición Queer, es coger el insulto y utilizarlo en mi favor, como algo positivo, para así desactivarlo. A fuerza de usar el término “marica” y de relacionarlo con elementos positivos, creo que sí es posible desactivarlo como término insultante.

¿Crees sinceramente que es posible que algún día el término “marica” se desactive y deje de ser percibido y utilizado como un insulto?

Es más fácil que esto pase dentro de ciertos movimientos culturales que de forma general: veo socialmente complicado que se extienda su uso positivo de forma amplia y generalizada, puesto que es todavía demasiado frecuente su uso como insulto. Yo trabajo como profesor y compruebo que es muy frecuente utilizar el término “marica” como agresión y creo que desgraciadamente se seguirá utilizando de esta manera. Sin embargo, sí creo que no se debe negar la posibilidad de desactivarlo en tanto que insulto, aunque no sea una desactivación completa.

No podemos obviar el hecho de que a través del lenguaje se expresa la homofobia, el racismo, el machismo… El lenguaje nunca es inocente.

Sí, esto es evidente, aunque creo que gestos como el mío pueden ayudar, al menos, a poner sobre la mesa esta cuestión. Los lectores entienden el uso y el motivo del uso de la palabra “marica” en el libro, entienden que se trata de describir una experiencia y sobre todo de asociar este término despectivo a cosas bonitas, se trata a fin de cuentas de utilizar el término con orgullo. Si te paras a pensar todo lo que envuelve la palabra “marica”, son todas cosas bonitas y cuesta pensar que alguien pueda ver como algo negativo el hecho de ser un niño marica: ¿qué tiene de malo jugar con muñecas, desear tener una cinta de gimnasia rítmica o cruzar las piernas? No tiene ningún sentido y no hay motivo algo de que todos estos deseos y preferencias sean motivo de mofa y de insulto. Hay que darse cuenta de que aunque muchos lo utilicen como insulto, todo aquello que envuelve la palabra “marica” es maravilloso.

“¿Ves cómo no fuimos tan distintos? / El agua hacía con nuestros cuerpos / lo mismo que nos hará el paso del tiempo”. Con estos versos pareces negar la diferencia que el niño homosexual vive.

Cuando eres niño y te llaman “marica” no se refieren tanto a una determinada orientación sexual cuanto a que tu comportamiento es distinto respecto al de los otros niños; subrayan que no te comportas como teóricamente se debería comportar un niño, sino que te comportas como una niña. Con estos versos lo que quería transmitir es la idea de que a pesar de las diferencias, los niños no dejan de ser niños: por mucho que yo me comporte de forma algo diferente, no dejo de ser un niño.

Los niños viven esta supuesta diferencia por cuestiones educacionales…

El problema es que la diferencia se señala, de ahí que muchos niños se reprimen y no se muestran tal cual son. Yo, de hecho, era un niño que me reprimía en mis comportamientos y la represión no es sino consecuencia del hecho de que te ponen la señal encima, te recriminan por tu actitud diferente. Existen recriminaciones explícitas, el “no te portes así” o el “no hagas esto”, pero existen, y son las más frecuentes, las recriminaciones sutiles, implícitas, aquellas que se realizan a través de una mirada o de los comentarios a la espalda. Son sutiles, pero son señalizaciones que, aunque seas un niño, entiendes y percibes.

En esta señalización se remarca siempre negativamente la actitud femenina del niño. ¿No crees que en este reproche, junto a la homofobia, hay un gran poso de machismo?

Sí, yo creo que es absolutamente así, pues ¿qué problema hay que me comporte como una chica? Se utiliza como un desprecio decir que un niño o un joven se comporta como una chica, como si el hecho de comportarse como una chica fuera algo negativo. Lo que sucede es que todavía hoy se considera que para un hombre el ser como una chica implica ser débil, frágil y se relaciona la “feminización” con elementos negativos. En el fondo, se trata de una cuestión de machismo, aunque tampoco hay que olvidar que a las chicas se les suele atacar definiéndolas despectivamente como “marimacho”, porque se considera que una mujer no puede adoptar características propias del hombre. Ambos casos responden a la necesidad de marcar la diferencia.

Se obliga a los niños a definirse en esquemas muy fijos de roles y actitudes.

Aún seguimos anclados en el rosa y en el azul, en este binarismo de género, y todo lo que se escapa de estas dos categorizaciones es señalado y es susceptible de ser objeto de mofa.

Se trata de un binarismo que no sólo exige determinarse en uno o en otro polo, sino que borra todos los posibles matices que pueden definir a la persona.

Todo lo que sale de estos esquemas es señalado y, como profesor que trabaja diariamente con niños, te puedo decir que este binarismo sigue estando muy presente. Basta ver un catálogo de juguetes: todavía hoy sigue habiendo la parte rosa y la parte azul, todavía hoy los niños son fotografiados jugando con coches y las niñas con muñecas. En una ocasión, para ponerte un ejemplo, mi sobrino deseaba una casita, pero como se trataba de un juguete catalogado como “para niñas”, entonces lo rechazó porque precisamente “era de niñas”. Este rechazo de mi sobrino es la prueba de que los niños, desde muy pequeños, perciben que se les impone unas diferencias y que si eres niño hay cosas que no puedes hacer porque son “cosas de niña”.

Estamos hablando de los niños, pero ¿no deberíamos poner el foco en los adultos? A fin de cuentas, el niño imita la conducta de los adultos.

Los niños actúan a partir de lo que ven, intentan moverse sin ser dañados y, por tanto, escapan de toda posible conducta que pueda ser criticada. Es fundamental que desde los adultos se deje de utilizar este binarismo y se amplíen las miradas; es necesario romper con la idea de que existen unos comportamientos ligados a los hombres y unos comportamientos ligados a las mujeres.

¿Crees que todavía hay muchos padres que temen que sus hijos no respondan a estos esquemas impuestos?

Las madres asumen y entienden con más facilidad que su hijo no responda a lo que se supone que es la norma; a los padres les cuesta más. Con lentitud, cada vez más los padres tienen menos reservas y dejan que sus hijos elijan sus propios juguetes, independientemente de si son niños o niñas. Pero es un proceso muy lento y muy dispar, porque depende muy mucho del ambiente social: yo he trabajado en colegios de curas y allí encuentras una mentalidad más tradicional y completamente distinta a la mentalidad que puedes encontrar entre los padres de un colegio público.

En relación a los padres, en el poemario describes cómo el niño se siente cohibido incluso en el ambiente familiar.

En la infancia yo me he sentido cohibido, a pesar de que mi familia no era particularmente tradicional. Lo que sucede es que tú como niño temes no ser querido igual si te comportas realmente como eres, temes no ser aceptado. Es muy difícil crecer con este sentimiento, creyendo que si eres verdaderamente tú mismo vas a ser rechazado. Y este temor no nace necesariamente dentro del ambiente familiar, al menos no en mi caso; el temor nace de la realidad que te rodea, de lo que ves en la sociedad: terminas pensando que si la sociedad rechaza determinadas conductas, tus padres indudablemente también las van a rechazar.

“Ellos creen que duermo / ellos no saben nada de mi cueva de feldespato / ellos no saben que bajo las sábanas se celebran grandes bailes / de carpa y candelabro”. Entre el niño y los padres hay un muro que separa dos vidas.

La orientación sexual es algo que surge, algo a lo que te enfrentas de golpe, de forma natural, sin que tú la decidas, y es algo que debes asumir y desarrollar: yo podía desarrollarla o a escondidas o dentro de mi imaginación. Todo lo que no podía hacer de cara al exterior lo hacía a través de la imaginación.

¿La imaginación fue el medio a través del cual comenzar a vivir y aceptar tu homosexualidad?

Sí, fue algo así. Cuando yo crecí no había apenas referentes de cultura homosexual, no había películas o series en las que se narraran relaciones homosexuales y, por tanto, la única opción era recurrir a la imaginación. Y para mí, sin duda, la imaginación fue crucial para inventarme un mundo que no existía para mí; escuchaba canciones y no hablaban de mí, veía películas y no hablaban de mí… Así que decidí imaginarme historias que sí hablaran de mí y de mi realidad. De pequeño las imaginaba y de adolescente empecé a escribirlas.

Óscar Espirita ha publicado este verano su primer poemario. El título no deja indiferente: ‘Niño marica’. A través de sus versos, Espirita narra la experiencia de un niño señalado con el dedo por desear cintas de gimnasia artística, por cruzar las piernas, por no jugar al fútbol. Lo que sigue es una interesante y valiente conversación con el autor en torno a lareivindicación de la pluma y la defensa de tantos niños cohibidos en su comportamiento para que no les llamen nenazas. No se trata de exigir aceptación, sino absoluta normalización y respeto.

Y el “niño marica” con los años se convierte en un “adolescente maricón”, un adolescente que descubre con entusiasmo y dolor la sexualidad, definida por Espirita como un regalo peligroso, un regalo que provoca tanto placer como profundo dolor y miedo. A través de su poemario, Óscar Espirita da la vuelta al término “marica”, lo vacía de su contenido despreciativo porque “nada hay de malo en ser homosexual”, porque en verdad “lo que envuelve la palabra marica es una realidad maravillosa”, es la realidad de quien ama a alguien de su propio sexo.

Siguiendo la tradición queer, Óscar Espirita da la vuelta al término, y en Niño Marica (ediciones Hidroavión) convierte el insulto en elogio y nos demuestra que lo verdaderamente insultante es aquel que mal utiliza las palabras para insultar y despreciar aquello que le resulta diferente.

En una entrevista en torno a tu poemario ‘Niño marica’ comentabas que a través de la escritura el término “marica” había dejado de ser un insulto para ti. Sin embargo, sigue siendo una palabra altamente despreciativa.

Para mí siempre ha sido una palabra difícil, una palabra que me ha provocado mucho dolor. Las primeras veces que escribía en el folio “niño marica” me resultaba una expresión fuerte y todavía hoy, habiendo ya terminado el poemario, me sigue resultando una expresión fuerte. Sin embargo, independientemente de esto, lo que yo he intentado hacer, retomando la tradición Queer, es coger el insulto y utilizarlo en mi favor, como algo positivo, para así desactivarlo. A fuerza de usar el término “marica” y de relacionarlo con elementos positivos, creo que sí es posible desactivarlo como término insultante.

¿Crees sinceramente que es posible que algún día el término “marica” se desactive y deje de ser percibido y utilizado como un insulto?

Es más fácil que esto pase dentro de ciertos movimientos culturales que de forma general: veo socialmente complicado que se extienda su uso positivo de forma amplia y generalizada, puesto que es todavía demasiado frecuente su uso como insulto. Yo trabajo como profesor y compruebo que es muy frecuente utilizar el término “marica” como agresión y creo que desgraciadamente se seguirá utilizando de esta manera. Sin embargo, sí creo que no se debe negar la posibilidad de desactivarlo en tanto que insulto, aunque no sea una desactivación completa.

No podemos obviar el hecho de que a través del lenguaje se expresa la homofobia, el racismo, el machismo… El lenguaje nunca es inocente.

Sí, esto es evidente, aunque creo que gestos como el mío pueden ayudar, al menos, a poner sobre la mesa esta cuestión. Los lectores entienden el uso y el motivo del uso de la palabra “marica” en el libro, entienden que se trata de describir una experiencia y sobre todo de asociar este término despectivo a cosas bonitas, se trata a fin de cuentas de utilizar el término con orgullo. Si te paras a pensar todo lo que envuelve la palabra “marica”, son todas cosas bonitas y cuesta pensar que alguien pueda ver como algo negativo el hecho de ser un niño marica: ¿qué tiene de malo jugar con muñecas, desear tener una cinta de gimnasia rítmica o cruzar las piernas? No tiene ningún sentido y no hay motivo algo de que todos estos deseos y preferencias sean motivo de mofa y de insulto. Hay que darse cuenta de que aunque muchos lo utilicen como insulto, todo aquello que envuelve la palabra “marica” es maravilloso.

“¿Ves cómo no fuimos tan distintos? / El agua hacía con nuestros cuerpos / lo mismo que nos hará el paso del tiempo”. Con estos versos pareces negar la diferencia que el niño homosexual vive.

Cuando eres niño y te llaman “marica” no se refieren tanto a una determinada orientación sexual cuanto a que tu comportamiento es distinto respecto al de los otros niños; subrayan que no te comportas como teóricamente se debería comportar un niño, sino que te comportas como una niña. Con estos versos lo que quería transmitir es la idea de que a pesar de las diferencias, los niños no dejan de ser niños: por mucho que yo me comporte de forma algo diferente, no dejo de ser un niño.

Los niños viven esta supuesta diferencia por cuestiones educacionales…

El problema es que la diferencia se señala, de ahí que muchos niños se reprimen y no se muestran tal cual son. Yo, de hecho, era un niño que me reprimía en mis comportamientos y la represión no es sino consecuencia del hecho de que te ponen la señal encima, te recriminan por tu actitud diferente. Existen recriminaciones explícitas, el “no te portes así” o el “no hagas esto”, pero existen, y son las más frecuentes, las recriminaciones sutiles, implícitas, aquellas que se realizan a través de una mirada o de los comentarios a la espalda. Son sutiles, pero son señalizaciones que, aunque seas un niño, entiendes y percibes.

En esta señalización se remarca siempre negativamente la actitud femenina del niño. ¿No crees que en este reproche, junto a la homofobia, hay un gran poso de machismo?

Sí, yo creo que es absolutamente así, pues ¿qué problema hay que me comporte como una chica? Se utiliza como un desprecio decir que un niño o un joven se comporta como una chica, como si el hecho de comportarse como una chica fuera algo negativo. Lo que sucede es que todavía hoy se considera que para un hombre el ser como una chica implica ser débil, frágil y se relaciona la “feminización” con elementos negativos. En el fondo, se trata de una cuestión de machismo, aunque tampoco hay que olvidar que a las chicas se les suele atacar definiéndolas despectivamente como “marimacho”, porque se considera que una mujer no puede adoptar características propias del hombre. Ambos casos responden a la necesidad de marcar la diferencia.

Se obliga a los niños a definirse en esquemas muy fijos de roles y actitudes.

Aún seguimos anclados en el rosa y en el azul, en este binarismo de género, y todo lo que se escapa de estas dos categorizaciones es señalado y es susceptible de ser objeto de mofa.

Se trata de un binarismo que no sólo exige determinarse en uno o en otro polo, sino que borra todos los posibles matices que pueden definir a la persona.

Todo lo que sale de estos esquemas es señalado y, como profesor que trabaja diariamente con niños, te puedo decir que este binarismo sigue estando muy presente. Basta ver un catálogo de juguetes: todavía hoy sigue habiendo la parte rosa y la parte azul, todavía hoy los niños son fotografiados jugando con coches y las niñas con muñecas. En una ocasión, para ponerte un ejemplo, mi sobrino deseaba una casita, pero como se trataba de un juguete catalogado como “para niñas”, entonces lo rechazó porque precisamente “era de niñas”. Este rechazo de mi sobrino es la prueba de que los niños, desde muy pequeños, perciben que se les impone unas diferencias y que si eres niño hay cosas que no puedes hacer porque son “cosas de niña”.

Estamos hablando de los niños, pero ¿no deberíamos poner el foco en los adultos? A fin de cuentas, el niño imita la conducta de los adultos.

Los niños actúan a partir de lo que ven, intentan moverse sin ser dañados y, por tanto, escapan de toda posible conducta que pueda ser criticada. Es fundamental que desde los adultos se deje de utilizar este binarismo y se amplíen las miradas; es necesario romper con la idea de que existen unos comportamientos ligados a los hombres y unos comportamientos ligados a las mujeres.

¿Crees que todavía hay muchos padres que temen que sus hijos no respondan a estos esquemas impuestos?

Las madres asumen y entienden con más facilidad que su hijo no responda a lo que se supone que es la norma; a los padres les cuesta más. Con lentitud, cada vez más los padres tienen menos reservas y dejan que sus hijos elijan sus propios juguetes, independientemente de si son niños o niñas. Pero es un proceso muy lento y muy dispar, porque depende muy mucho del ambiente social: yo he trabajado en colegios de curas y allí encuentras una mentalidad más tradicional y completamente distinta a la mentalidad que puedes encontrar entre los padres de un colegio público.

En relación a los padres, en el poemario describes cómo el niño se siente cohibido incluso en el ambiente familiar.

En la infancia yo me he sentido cohibido, a pesar de que mi familia no era particularmente tradicional. Lo que sucede es que tú como niño temes no ser querido igual si te comportas realmente como eres, temes no ser aceptado. Es muy difícil crecer con este sentimiento, creyendo que si eres verdaderamente tú mismo vas a ser rechazado. Y este temor no nace necesariamente dentro del ambiente familiar, al menos no en mi caso; el temor nace de la realidad que te rodea, de lo que ves en la sociedad: terminas pensando que si la sociedad rechaza determinadas conductas, tus padres indudablemente también las van a rechazar.

“Ellos creen que duermo / ellos no saben nada de mi cueva de feldespato / ellos no saben que bajo las sábanas se celebran grandes bailes / de carpa y candelabro”. Entre el niño y los padres hay un muro que separa dos vidas.

La orientación sexual es algo que surge, algo a lo que te enfrentas de golpe, de forma natural, sin que tú la decidas, y es algo que debes asumir y desarrollar: yo podía desarrollarla o a escondidas o dentro de mi imaginación. Todo lo que no podía hacer de cara al exterior lo hacía a través de la imaginación.

¿La imaginación fue el medio a través del cual comenzar a vivir y aceptar tu homosexualidad?

Sí, fue algo así. Cuando yo crecí no había apenas referentes de cultura homosexual, no había películas o series en las que se narraran relaciones homosexuales y, por tanto, la única opción era recurrir a la imaginación. Y para mí, sin duda, la imaginación fue crucial para inventarme un mundo que no existía para mí; escuchaba canciones y no hablaban de mí, veía películas y no hablaban de mí… Así que decidí imaginarme historias que sí hablaran de mí y de mi realidad. De pequeño las imaginaba y de adolescente empecé a escribirlas.

Óscar Espirita.

Óscar Espirita.

Por tanto, crees que la presencia pública de referentes hoy en día ayuda especialmente a los adolescentes homosexuales a aceptar su condición y vivirla con mayor libertad.

Estoy seguro de que la presencia pública de referentes debe ayudar muchísimo, ver modelos de conducta sana es esencial. Cuando yo era adolescente, dichos modelos de conducta sana eran casi inexistentes: la primera película que yo vi con un protagonista homosexual era Philadelphia, donde se narra la muerte de un hombre por sida. En literatura, lo que leía era a Jean Genet o a Cocteau, autores magníficos que, sin embargo, en sus narraciones te llevan a los extremos de la conducta humana. De ahí que para mí era fácil relacionar mi realidad con un mundo sórdido. Hoy, por el contrario, es posible acceder a una gran cantidad de material que transmite una visión sana de lo que es la homosexualidad.

E Internet, ¿qué papel ha jugado en el proceso de visibilización de nuevos referentes?

Ha sido muy importante la irrupción de Internet, puesto que consigue que las minorías se unan aun estando lejos o aisladas en pequeñas ciudades y consigue que, por ejemplo, alguien pueda ser un marginado en clase pero una estrella en Internet. Hay youtubersadolescentes que hacen gala de su pluma  a los que empecé a seguir al escribir el libro, que tienen millones de seguidores e incluso son apoyados públicamente por grandes estrellas como Lady Gaga; te pongo como ejemplo a Lohanthony, que tiene un millón y medio de seguidores. Este chico ha hecho de su diferencia, de su feminidad, una bandera, y me parece un ejemplo perfecto de lo que reivindica Niño marica. En parte se ha terminado aceptando al colectivo siempre y cuando consigan mimetizarse con la heteronormalidad, siempre que no llamen demasiado la atención; he escuchado un montón de veces cómo me decían: “A mí los homosexuales que son así como tú no me importan, pero con las locas no puedo”. La pluma es rechazada incluso dentro del colectivo homosexual, los perfiles de las páginas de contactos piden que no se tenga pluma. ¡Me encantaría que con Niño Marica la gente consiguiese reafirmarse  y aprendiese a valorar su diferencia!

Resulta, sin embargo, paradójico que la mayor presencia pública de referentes sea paralela a un auge de la homofobia entre los más jóvenes.

Lo que sucede es que en las aulas no se habla de la homosexualidad; yo no me canso de repetir que es imprescindible que en los libros de texto de los niños aparezcan representadas familias homosexuales con total normalidad; es necesario que a los niños se les lean cuentos y se les enseñen películas en los que haya personajes homosexuales porque, de lo contrario, la homosexualidad seguirá apareciendo como algo extraño, como algo de lo que no se debe hablar. Si no se cambia el modelo educativo de los más pequeños, poco se puede hacer en la adolescencia para combatir la homofobia: los adolescentes no homosexuales viven al margen de esta realidad, siguen sin acceder a materiales como películas o libros que hablen del tema y, si no la condenan, la viven desde la indiferencia.

Si antes decíamos que había que poner el foco en los adultos, ahora podríamos decir que hay que poner el foco en la educación de la comunidad heterosexual para que consuman dichos materiales a los que aludes.

Exacto, hay que poner el foco en los niños y sobre todo en los adultos heterosexuales. Yo nunca he tenido ningún problema cuando he dicho que soy homosexual, pero creo que todavía hoy para muchos heterosexuales la cultura homosexual es una cultura ajena y, por ello, se sigue preguntando a los niños si tienen novia y a las niñas si tienen novio; en ningún momento se piensa que puede haber otras opciones. Aquí es donde hay que atacar el problema para que se asuma como algo habitual el hecho de que hay otra forma de amarse y otras formas de relaciones.

Un amigo homosexual me comentaba que el término “aceptación” que utilizan muchos heterosexuales para referirse a la homosexualidad es la prueba evidente de la falta de normalización.

A mí el término “aceptación” me pone muy nervioso, porque yo no quiero que me acepten, yo no necesito la aceptación del otro, necesito el respeto. La aceptación implica un proceso de acogimiento, incluso de relajación frente a un determinado hecho, la aceptación implica siempre que hay un problema que debe ser asumido. Y en el tema de la homosexualidad no hay problema alguno.

El poemario, dividido en dos partes, pasa de ‘Niño Marica’ a ‘Adolescente Maricón’, en el que se describe no muy amable el descubrimiento de la sexualidad.

Cuando llegas a la adolescencia te das cuenta de que el apelativo “marica” que te ha acompañado desde la infancia tiene que ver con el hecho de que te gustan los chicos, algo que no está del todo bien visto por mucha gente. El adolescente se da cuenta de que está descubriendo algo maravilloso como es el deseo y la atracción sexual, pero a la vez percibe este descubrimiento como algo doloroso; yo, de hecho, en el poemario defino el deseo sexual como un regalo peligroso: es algo que seduce, pero que muerde. De adolescente observaba cómo cuando se veía un beso entre dos hombres en televisión, el comentario de algunos miembros de mi familia era “¡qué asco!”, y recuerdo especialmente una experiencia en el cine: fui a una sala con un par de amigas a verKrampack. La sala estaba llena de adolescentes y lo que viví allí fue horrible, porque, por un lado, me sentía identificado con la película e incluso sentía placer erótico por lo que estaba viendo, y, por otro lado, era testigo de cómo la sala empezaba a gritar “maricones” en contra de los protagonistas. Ante esto, lo que te surge es temor al rechazo, vives la sexualidad de forma muy problemática.

En cierta manera este temor lleva a preguntas del tipo de: ¿por qué me ha tocado a mí?, ¿por qué yo no soy como los demás?

Es terrible, sobre todo porque son preguntas que no tienen ni sentido y ni motivo de ser. ¿A quién le importa lo que a mí me gusta? Con el paso de los años, me ha dado rabia haberlo pasado tan mal durante esos años y, precisamente por esta rabia, he escrito el poemario: con Niño marica he querido hacer algo bonito de toda aquella experiencia, necesitaba desprenderme de todas aquellas cosas negativas que estaban ligadas a algo, la homosexualidad, que sin embargo es maravilloso.

“Era tan fácil cuando aún podíamos tocarnos”, escribes remarcando una vez más el dolor que supone el descubrimiento de la sexualidad.

En la adolescencia, abrazarte con un chico o tocarte significa otra cosa, ya no es tan inocente como en la infancia. La adolescencia es aquel momento en el que te das cuenta de que tu amigo, con el cual has jugado hasta ahora, ya no es sólo un amigo, porque hay algo en su mirada y algo en la tuya que hace que ni él ni tú seáis los mismos de antes.

Y respecto a la mirada, escribes: “Soy invisible a los ojos / de los hombres a los que amo”.

Creces con la sensación de que estás absolutamente solo y que eres el único homosexual; los chicos que te gustan forman parte de tu grupo de amigos y la mayoría son heterosexuales, así que la posibilidad de elegir es poca. Y esto se acrecienta en las pequeñas ciudades: te conviertes en invisible porque los demás chicos no te ven desde una perspectiva sexual, que es como tú sí que los ves a ellos.

No crees que, junto a la invisibilidad, por cuestiones de perspectiva sexual, se añade una invisibilidad motivada; todavía hoy hay lectores que, ante libros de temática LGTBI, se sienten incómodos. Todavía la cultura LGTBI no cala en la formación del heterosexual.

Para una persona homosexual es normal crecer y formarse con libros y películas que reflejan la realidad heterosexual y, sin embargo, parece ser que para enfrentarte a un libro de temática homosexual debes ser homosexual. Y no nos damos cuenta de que el lector se abstrae de la historia y se queda con los sentimientos y con la idea que sustenta la historia: cuando yo leo o veo películas que gravitan en torno de personajes heterosexuales me identifico y me emociono, porque voy más allá de la historia. Las historias son concretas, pero las emociones son universales, de ahí que la tendencia sexual de los personajes sea lo de menos. Sin embargo, sí es cierto que hay un rechazo frontal por parte del público heterosexual ante la ficción homosexual y, al final, lo que se consigue es que la literatura LGTBI se circunscriba a un gueto.

De hecho, ‘Niño Marica’ puede leerse también como la experiencia de un niño que sufre el aislamiento y una experiencia similar a la del ‘bulling’, que no tiene que ver únicamente con la homofobia, sino con el racismo o con el desprecio, por cuestiones físicas o estéticas, por el diferente.

Yo no he sufrido un verdadero bulling tal y como se lo define hoy en día. Mis compañeros de clase se metían conmigo, me llamaban “marica”, pero no era algo muy patente. He sufrido alguna agresión, pero fueron excepciones. De hecho, con el libro, más que debulling así entendido, quería hablar de la represión que un niño siente por el ambiente y la realidad que le rodea y por la conciencia de que lo que él tiene es algo malo. Yo, como te decía, disimulaba y me cohibía, pero veía chicos mucho más afeminados a los que se les pegaba porque resultaban mucho más visibles. Verlo resultaban violento porque te hacía temer todavía más, tenías miedo a ser descubierto y conseguía que te cohibieras aún más.

Pero no podemos pensar sólo que el ‘bulling’ se define por la violencia física: el insulto, el aislamiento, la mofa son también formas de violencia.

Sí, es verdad. Lo que sucede que el término bulling remite a la agresión física, pero sí es cierto que la violencia y la represión se ejercen de formas distintas.

De ahí, el miedo a reconocer pública y abiertamente la propia orientación sexual…

Sí, además, con Niño Marica quería plantear que definir a los niños desde muy pequeños por sus gustos y actitudes puede llevar a grandes errores. Ser niño marica no impide ser de mayor un adolescente y un adulto heterosexual; hay mucha gente que tiene pluma y es heterosexual y para ellos es un absoluto martirio que constantemente se esté dudando de su heterosexualidad. Pienso en casos como el de Mario Vaquerizo, porque debe de ser muy duro que constantemente se ponga en cuestión tu tendencia sexual por tu forma de comportarte o por tu amaneramiento.

En este sentido, son interesantes los ‘queer estudies’ al replantear categorías como la del género y la tendencia sexual.

Yo sigo bastante los queer studies, me interesan particularmente en tanto que desmontan la definición de hombre y mujer y sus supuestos comportamientos. Los queer studiesparten de la idea de que la identidad de género es una construcción social como también lo son los comportamientos sociales que adopta cada uno de los dos géneros. A mí me parece fascinante lo que se propone desde estos estudios, pero la sociedad está tan lejos de todo lo que ellos proponen que resulta muy difícil que estas teorías calen.

Yo no me imagino a la sociedad en tropel leyendo a Judith Butler.

No, desde luego que no.

Ojalá…

Ojalá algún día.

Juez en EE.UU. otorga protección a transexual mexicano que iba a ser deportado

Un mexicano transexual que reside ilegalmente en Estados Unidos logró que una jueza detuviera su deportación debido a que podría sufrir abuso físico y sexual si es enviado a su país de origen.

La juez argumentó que los abusos contra la comunidad transexual en México son sistemáticos y los casos de violencia no se han resuelto judicialmente.

La juez argumentó que los abusos contra la comunidad transexual en México son sistemáticos y los casos de violencia no se han resuelto judicialmente.

Una corte de apelaciones alegó que Edin Carey Avendaño Hernández está protegido por las convenciones internacionales contra la tortura.

“Las evidencias sobre las condiciones del país muestran que la policía usa como blanco a la comunidad transexual para extorsiones y favores sexuales y que México sufre una epidemia de crímenes violentos sin resolver contra personas transexuales”, aseguró en su fallo la jueza Jacqueline Nguyen, del panel de la Corte Federal de Apelaciones del Noveno Circuito, en San Francisco, California.

“Avendaño Hernández, quien toma hormonas femeninas y viste como una mujer, es por lo tanto un obvio blanco para abuso y acoso”, agrega.

Años de abusos

Avendaño Hernández asegura que fue blanco de abusos y violaciones por parte de policías y militares cuansdo vivió en Oaxaca, México.

Avendaño Hernández asegura que fue blanco de abusos y violaciones por parte de policías y militares cuansdo vivió en Oaxaca, México.

De acuerdo a la decisión, Avendaño Hernández nació en Oaxaca, México, creyendo que era mujer, por lo que sufrió años de abuso debido a su identidad, incluidos golpes, asalto sexual y violación.

Tales abusos -señala el documento de la corte- continuaron durante su edad adulta a manos de policías y militares antes de buscar refugio en Estados Unidos.

La decisión judicial se produce a pesar de que Avendaño Hernández fue condenado por manejar ebrio en dos ocasiones, lo que provocó su deportación en 2007.

Sin embargo, los abusos continuaron en México, por lo que regresó a EE.UU. en 2008.

Tres años después fue arrestado de nuevo y sujeto a deportación, que logró detener al someterse a la Convención de Naciones Unidas contra la Tortura.

La Corte Federal de Apelaciones del Noveno Circuito envió el caso de regreso a la Junta de Apelaciones de Inmigración con instrucciones de otorgar a Avendaño Hernández la solicitud de ayuda bajo la Convención Contra la Tortura.

La discriminación de Alex y la soñada laicidad

Publicado en el blog de  en Huffington Post

Alex Salinas, transexual al que el obispado de Cádiz impidió ser el padrino de bautizo de su sobrino.

Debo confesar que, en medio de un contexto de tanta perversión ética y de tanta mala noticia desde el punto de vista de la justicia social y los derechos humanos, supuso para mí una auténtica inyección de energía y de entusiasmo democrático escuchar la entrevista que la Cadena Ser realizó el miércoles 2 de septiembre a Alex, el chico transexual de Cádiz al que le han vuelto a denegar la posibilidad de ser padrino en el bautizo de su sobrino. El anuncio de su próxima apostasía, así como la revelación de que el niño ya no será bautizado, me reconciliaron con un mundo en el que aún es posible la coherencia, al tiempo que me confirmaron cómo en nuestro país seguimos teniendo pendiente la transición desde un Estado confesional (católico) a un modelo en el que los poderes públicos se mantengan al margen de las distintas cosmovisiones, sagradas o no, de la ciudadanía. Me explico.

Desde el punto de vista de los derechos humanos, y más en concreto del principio de igualdad y no discriminación que contempla nuestra Constitución, es evidente que el trato dispensado a Alex es discriminatorio, con todo lo que de humillante y estigmatizador además conlleva el impedimento de participar en una ceremonia esencial en la vida de un cristiano por razones de algo tan personal y consustancial al individuo como su identidad de género. Entiende la Congregación para la Doctrina de la Fe, a la que consultó el Obispado de Cádiz, que era imposible admitirlo como padrino porque “el mismo comportamiento transexual revela de manera pública una actitud opuesta a la exigencia moral de resolver el propio problema de identidad sexual según la verdad del propio sexo”. Por lo tanto, en el joven Alex no se dan los requisitos de idoneidad que la Iglesia considera necesarios para ejercer la función de padrino en el rito del bautismo.

Hasta aquí, nada que objetar, por más que el planteamiento católico me parezca una aberración. Entiendo que cualquier confesión religiosa, en cuanto clubes privados a los que los individuos se adhieren voluntariamente, pueden establecer las reglas que consideren oportunas y por supuesto defender los dogmas o creencias propias. Parece lógico que cualquier mujer u hombre que pretenda incorporarse a uno de esos clubesdeberá asumir las reglas de funcionamiento y acatar las normas, morales muy especialmente, que defiende cada confesión. Lo contrario sería un ejercicio de incoherencia o, lo que es peor, de doble moral, que dejaría mucho que desear y del que me temo sabemos mucho en este país. En todo caso, estaríamos ante un asunto personalísimo y ante el que los poderes públicos deberían actuar siempre siguiendo las pautas de las libertades negativas.

Ahora bien, cuestión distinta es cómo debería ser el régimen de relaciones de los poderes públicos con las confesiones religiosas. Si de acuerdo con la Constitución estamos ante un Estado que se define como aconfesional, si bien reconoce la posibilidad de cooperar con las religiones, deberíamos avanzar hacia un modelo en el que dichas relaciones estuvieran sujetas a los principios de nuestro Estado de Derecho. Lo contrario supondría, supone de hecho, una esquizofrenia difícilmente admisible en un Estado constitucional. Es decir, lo que entiendo que un Estado como el nuestro no puede mantener son relaciones normalizadas -y en algunos casos, como en materia de financiación, ciertamente privilegiadas– con confesiones que en sus reglas internas de funcionamiento o en su proceder con la ciudadanía contradicen las esencias de una democracia.

Desde este punto de vista, me resulta por lo tanto ciertamente intolerable que el Estado apoye y hasta subvencione a confesiones que, por ejemplo, discriminan por razón de género o que, como en el caso del que partíamos, lo hace por razones de la identidad sexual de los individuos. En este sentido, y como bien subraya el art. 9.1 de la Constitución Española, todas y todos, la ciudadanía y los poderes públicos estamos sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico. Y en nuestro ordenamiento está tajantemente prohibida la discriminación por cualquier circunstancia personal o social.

Sin embargo, el ordenamiento, y no digamos los poderes encargados de hacerlo efectivo, sigue respondiendo en materia religiosa a la esquizofrenia de la que antes hablaba. Trato de explicarlo con un ejemplo. El artículo 4, apartado 5, de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del derecho de asociación, prohíbe con toda justicia que los poderes públicos faciliten “ningún tipo de ayuda a las asociaciones que en su proceso de admisión o en su funcionamiento discriminen por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. La trampa de un Estado acomplejado desde el punto de vista de su trato con las religiones reside en que esa misma ley excluye de su aplicación a “Iglesias, confesiones y comunidades religiosas” (art. 1.3), de manera que en la práctica tenemos un sistema que puede negar ayudas públicas a una asociación que discrimine pero no a una confesión que haga lo mismo.

Creo que esta referencia es más que rotunda para demostrar que en este país no hemos culminado la transición hacia un Estado verdaderamente aconfesional, y no digamos hacia el laico que soñamos algunos. El cual no supone, como voces iracundas sugieren, plantear una batalla contra las religiones sino dar a dios lo que es de dios y a César lo que es del César. La triste historia vivida por Alex ha servido para recordarlo, al tiempo que ha puesto de manifiesto la necesidad de que el Obispado de Cádiz y la Congregación para la Doctrina de la Fe asuman eso que yo creí que formaba parte de la moral cristiana y que con tanta contundencia afirma Avishai Margalit: “Una sociedad decente es aquella que no humilla a ninguno de sus miembros”.

Encarcelada la funcionaria que se opone al matrimonio homosexual

Rechaza por motivos religiosos tramitar licencias en Kentucky a parejas del mismo sexo

Kim Davis, al entrar en prisión este jueves

Kim Davis, al entrar en prisión este jueves / AP

La oposición al matrimonio homosexual le ha costado la cárcel a una funcionaria del Estado de Kentucky. Un juez federal decretó este jueves el ingreso en prisión de Kim Davis por desacato. Davis había rechazado emitir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo alegando motivos religiosos.

El magistrado decretó que Davis incumplió la ley después de que el Tribunal Supremo dictaminara el lunes que la funcionaria debe emitir licencias matrimoniales. La máxima instancia judicial del país legalizó en junio el matrimonio homosexual en todo Estados Unidos

Davis, de 49 años, se ha erigido en un símbolo de los conservadores religiosos. Su caso ha adquirido trascendencia nacional: ningún funcionario había desafiado de manera tan clara la sentencia del Supremo. Ese fallo anuló la potestad de los Estados para prohibir las bodas homosexuales. Kentucky es uno de los 13 Estados que prohibían el matrimonio gay.

La polémica ha entrado en la campaña a las elecciones presidenciales de 2016. El exgobernador de Arkansas Mike Huckabee, uno de los aspirantes a la nominación republicana y que fue pastor evangélico, escribió en su cuenta de Twitter que la encarcelación de Davis “acaba con cualquier duda sobre la criminalización del cristianismo en este país”.

Desde la sentencia de junio, Davis se ha opuesto a emitir licencias de matrimonio a parejas homosexuales y heterosexuales esgrimiendo su creencia como cristiana apostólica. Ha recurrido ante la justicia la orden de Kentucky de cumplir con la sentencia de junio del Supremo.

El punto de inflexión de su rebelión tuvo lugar el martes: al día después de que el Alto Tribunal rechazara su recurso, Davis y sus subordinados siguieron negándose tramitar licencias en el condado de Rowan.

El juez federal David L. Bunning justificó este jueves el encarcelamiento de la funcionaria bajo el argumento de que su “buena creencia no es simplemente una defensa viable” y que no puede “condonar una desobediencia de una orden legal”. En una segunda vista, cinco de los seis subordinados de Davis le dijeron al juez estar dispuestos a emitir licencias de matrimonio.

Desde la sentencia de junio, Davis se ha opuesto a emitir licencias de matrimonio a parejas homosexuales y heterosexuales esgrimiendo su creencia como cristiana apostólica. Ha recurrido ante la justicia la orden de Kentucky de cumplir con la sentencia de junio del Supremo.

El punto de inflexión de su rebelión tuvo lugar el martes: al día después de que el Alto Tribunal rechazara su recurso, Davis y sus subordinados siguieron negándose tramitar licencias en el condado de Rowan.

El juez federal David L. Bunning justificó este jueves el encarcelamiento de la funcionaria bajo el argumento de que su “buena creencia no es simplemente una defensa viable” y que no puede “condonar una desobediencia de una orden legal”. En una segunda vista, cinco de los seis subordinados de Davis le dijeron al juez estar dispuestos a emitir licencias de matrimonio.

Prisión para la funcionaria estadounidense que se negó a dar licencias a matrimonios gays

La funcionaria de EEUU, Kim Davis el momento de rechazar la petición de matrimonio de parejas gays

La funcionaria de EEUU, Kim Davis el momento de rechazar la petición de matrimonio de parejas gays. REUTERS

Un juez federal de EEUU ordenó hoy el envío a prisión de una funcionaria del estado de Kentucky que se ha negado a dar licencias de matrimonio a parejas homosexuales, pese a que el Tribunal Supremo legalizó ese tipo de uniones en todo el país en junio.

El juez David L. Bunning ordenó encarcelar a Kim Davis, de confesión cristina, y estableció que no será liberada hasta queobedezca al Supremo, que dictaminó el pasado lunes que la funcionaria debe empezar de manera inmediata a emitir licencias matrimoniales a todo tipo de parejas. “El tribunal no puede consentir la desobediencia de una orden emitida legalmente“, argumentó el juez al considerar que una multa no sería suficiente para disuadir a la funcionaria y dictaminar que debe permanecer en custodia policial.

Antes de la audiencia, más de 100 personas se concentraron ante la corte federal de Kentucky que lleva el caso para manifestar su apoyo o rechazo a la actitud de Davis. La funcionaria decidió dejar de emitir cualquier licencia de matrimonio en junio, cuando el Supremo falló a favor de la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo en todo el país, una decisión que anuló la potestad de los estados para prohibir el matrimonio homosexual.

El matrimonio homosexual se convirtió en un derecho constitucional en Estados Unidos, lo que obliga a los trece estados que entonces todavía lo prohibían, entre ellos Kentucky, a permitir que las personas del mismo sexo puedan casarse. Cuando el gobernador de Kentucky, el demócrata Steve Beshear, ordenó a los juzgados emitir licencias de matrimonio a los homosexuales, Davis decidió interponer una demanda en una corte federal, con el argumento de que sus creencias religiosas la eximían de tener que cumplir con esa obligación.

Davis llegó hasta el Supremo, que el pasado lunes le ordenó que, de manera inmediata, comenzara a emitir licencias matrimoniales a todo tipo de parejas, homosexuales y heterosexuales, mientras la funcionaria sigue con el proceso legal en instancias judiciales inferiores, algunas de las cuales ya han rechazado su causa.

En una declaración divulgada por sus abogados esta semana, Davis defendió que no siente “hostilidad” hacia nadie ni actúa “con mala voluntad”. Según la funcionaria, la emisión de estas licencias para parejas gays que “entran en conflicto con la definición de matrimonio de Dios, con mi nombre puesto en el certificado, violaría mi conciencia”. Davis apela a la libertad religiosa, protegida por la Constitución y la Primera Enmienda, destaca. También asegura que el debate no es sobre “un tema de gays o lesbianas. Es sobre el matrimonio y la palabra de Dios”.

Piden la retirada del concordato con la iglesia católica tras negar al transexual Álex Salinas ser padrino que hará la apostasía

Alex Salinas 2.

Álex Salinas, el joven transexual de San Fernando, de Cádiz, al que la Iglesia le ha negado ser el padrino de bautismo de su sobrino, ha anunciado que hará la apostasía y que, además, la familia ha decidido no bautizar finalmente al niño. Se convertirá en apóstata “por el engaño” al que asegura que ha sido sometido, pues, tras la negativa inicial, afirma que el párroco le dijo en agosto que sí podría ser padrino de su sobrino trasladándole “palabras textuales del obispo” de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, de quien critica que “ahora se lava las manos” anunciándolo en la web de la institución (lee el texto completo pinchando sobre este enlace). Tras lamentar que “nadie” de la Iglesia se haya puesto en contacto con él tras este “revés”, explica que ya no luchará por ser el padrino de su sobrino, quien “si de mayor quiere pertenecer a la Iglesia será libre de hacerlo”.

Las reacciones no se han hecho esperar, La Asociación de Transexuales de Andalucía-Sylvia Rivera exige la retirada del concordato con la iglesia católica por tratarse de una institución que ‘se destaca por su misoginia y lgtbifobia’. Asimismo, exigen el cumplimiento y respeto a las leyes civiles y constitucionales que amparan a la ciudadanía.

‘Se trata de poner fin al privilegio fiscal e impunidad ante reiteradas actuaciones y declaraciones que incitan al odio y menoscaban los derechos civiles’, declara Mar Cambrolle, Presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía. También le recuerda a la Fiscalía de Igualdad y contra los delitos de odio de Cádiz, la petición realizada por esta entidad, con fecha 31 de julio, para que interviniera en este caso por si fuera constitutivo de delito ya que consideran que es un acto de transfobia.

“La libertad religiosa no puede entrar en conflicto con los Derechos Humanos”, recuerda Mar Cambrolle, quien añade “La Iglesia debe ser responsable de sus reiteradas prácticas lgtbfóbicas que incitan al odio y al menoscabo de derechos y por tanto, el Estado de Derecho debe proteger a las personas que son victimas de estas prácticas”.

Ante el aumento de delitos y violencia hacia las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, ATA-Sylvia Rivera insiste en la necesidad de una ley autonómica como la Catalana y la Extremeña, que proteja y sancione los delitos de odio, así como una ley estatal de transexualidad que unifique criterios y garantice derechos por igual a todas las personas transexuales del Estado Español, teniendo como referente la Ley Trans de Andalucía.

A finales de junio, la diputada en la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli comentaba que  ‘Con el nuevo Codigo Penal el Obispado de Cadiz incurre en un delito de odio que conlleva penas de prisión‘.

Alex Salinas xon su sobrino.

Esto es así después de que Zornoza haya manifestado este martes “pública y definitivamente” en un comunicado que la solicitud de Salinas “no puede ser aceptada” porque es “evidente” que “no posee el requisito de llevar una vida conforme a la fe y al cargo de padrino”, recogido en el Código de Derecho Canónico (CIC).

Finalmente, Álex subraya que sí continuará “denunciando y participando en las protestas y manifestaciones que hagan falta para seguir luchando por los derechos de otras personas” que se enfrenten a su misma situación.

La propia Carla Antonelli, activista transexual y Diputada del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid, escribía esta semana sobre este tema: ‘Te quedas sin palabras de como se puede ser tan inmisericorde y trileros, jugando con los sentimientos de Alex Salinas, le dicen que si generándole la ilusión de ser el padrino y ahora le comunican que la Congregación de la Doctrina de la Fe (Antigua Inquisición -literal-) y el mismísimo Papa ha dicho que no puede serlo porque su propia existencia va en contra de ser cristiano. Ante tanta crueldad solo te queda pensar que la verdadera incongruencia es de quienes dicen ser los representantes de la doctrina que predica respeto y amor al prójimo pero que la aplican para dar rienda suelta a los odios, fobias y machacar al semejante; en una palabra, indignos representantes del dogma en origen. Profundamente defraudada con el Papa Francisco y los cantos de sirena que te arrojan sobre Escila y Caribdis. Absolutamente perverso’.

EL FEMINISMO PUNK NO HA MUERTO

Si llegan a contarme hace años que pandillas opacas de mujeres iban a ejercer violencia física, premeditada y no asumida contra objetivos incomprensibles, valiéndose tramposamente de estrategias feministas, me habría parecido un chiste. Violencia enmascarada en autodefensa, nunca proporcional ni espontánea, nunca contra agresores de verdad ni a petición de sus víctimas. Violencia que bloquea ser respondida con una doble treta perversa: transformar los argumentos feministas en sentencias inapelables emitidas unilateralmente por estas cruzadas. Y valerse a la vez del reparo que los hombres a quienes ellas atacan o cuyas agresiones presencian tendrán en repelerlas públicamente. Te podemos pegar porque somos feministas pero tú no podrás defenderte porque somos mujeres. ¡Infame! Atrapadas en nuestras propias eternas paradojas, ¿vamos a cerrar filas para que ellas abran cabezas?

La obsesión de esta nueva táctica que combina el hoolliganismo cobarde y el lobby llorón parece ser acorralar a los que son definidos como machos enmascarados, que abogan por un cambio social que desintegre el binarismo de género. Eso sí, hombres con polla. Los transexuales quedan misteriosamente fuera de toda crítica, ¡Simone de Beauvoir debe estar arañando su tumba! Para vosotras, el nuevo enemigo son los hombres críticos con la masculinidad patriarcal. Vais a señalarlos, en parte, porque a los machos de verdad no os atrevéis ni a toserles. Para ello, lucís en la red un esencialismo bobo prefeminista que ensalza a las mujeres y envilece a los hombres.

Un ejemplo: una avanzadilla irrumpe en un concierto en Madrid contra los chicos del grupo Penetración Sorpresa. Les bañan con un cachi de orina, les lanzan compresas manchadas con su regla. No les gusta el nombre ni alguna de sus letras. Logran que se les cancelen varios conciertos. La fracción lobby exige al grupo que pida perdón y envía sus canciones al juzgado. Si no les apoyas, eres feminicida. Penetración Sorpresa: iría a vuestros conciertos con el Cojo Manteca y Wendy O’Williams si aún vivieran. El feminismo punk no ha muerto.