Fallece Storme DeLarverie, activista lesbiana que participó en Stonewall

Noticia publicada en Mirales

Storme DeLarverie-activista lesbiana

Storme DeLarverie

A los 93 años fallece Storme DeLarverie, una de las lesbianas activistas más destacadas, famosa por haber participado en los disturbios de Stonewall, una serie de manifestaciones espontáneas y violentas contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el pub conocido como el Stonewall Inn del barrio neoyorquino de Greenwich Village. Frecuentemente se cita a estos disturbios como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en que lacomunidad LGTB luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno, y son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBT en el mundo. De ahí nuestra celebración del 28 de junio como Día del Orgullo. 

Storme nación en Nueva Orleans, en 1920, hija de madre negra y padre blanco, conoció desde pequeña la dificultad de ser diferente. En los años 50 participaba en un show Drag, vestida de hombre. En la década de los 60 comenzó su lucha por los derechos LGTB, la que no paró hasta que se vio afectada por demencia senil. Aún así, los que la acompañaban, cuentan que pudo apreciar y enorgullecerse de hitos como la legalización del matrimonio igualitario en Nueva York.

Feminismo negro: cinco mujeres que hicieron historia

Seguro que sabes quienes son Martin Luther King o Malcom X. Pero, ¿te suenan Sojourner Truth, Harriet Tubman o Audre Loude? Son tres de las muchas mujeres de color que han jugado un papel importante en la historia, cuyas vidas parecen realmente de película.

Teóricas del feminismo negro como “bell hooks” o Angela Davis, afirman que la opresión de clase, el sexismo y el racismo están unidos y dan lugar a una discriminación múltiple: por ser mujer, por ser de clase baja y por ser negra.

Los libros de historia han dejado de lado a estas valientes mujeres que se jugaron la vida por sus derechos y el reconocimiento, no solo de los hombres, sino también de las mujeres blancas que, al ser la raza dominante, han hecho de su experiencia la representativa.

A continuación te contamos la historia de algunas de ellas:

SOJOURNER TRUTH (1797 – 1883)

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“Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan ayuda al subirse a los carruajes, al cruzar las zanjas y que deben tener el mejor sitio en todas partes. ¡Pero a mí nadie me ayuda con los carruajes, ni a pasar sobre los charcos, ni me dejan un sitio mejor! ¿Y acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He arado, plantado y cosechado; y ningún hombre podía superarme. ¿Y acaso no soy yo una mujer?”. Así empezaba en 1851 el discurso de Sojourner Truth en la Convención de los derechos de la mujer en Akron, Ohio.

Su verdadero nombre es Isabella Baumfree y nació esclava en Nueva York. Fue vendida en varias ocasiones. Cuando creció se enamoró de otro esclavo y tuvo varios hijos.

En 1826 escapó de su amo y huyó a Canada con una de sus hijas; que aún no había sido subastada. Cuando en su ciudad natal se declaró la abolición de la esclavitud en 1827, regresó a por otro de sus pequeños, que había sido comprado ilegalmente.

Es así como se convirtió en la primera mujer negra en EEUU que ganó un pleito a un hombre blanco. A partir de entonces, dedicó su vida a ser oradora del movimiento abolicionista y del movimiento por los derechos de la mujer en el país.

Un siglo más tarde de su muerte, en 1997, el vehículo robótico de la misión del Mars Pathfinder de la NASA recibió el nombre de Sojourner en honor a ella.

HARRIET TUBMAN (1820-1913)

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HARRIET TUBMAN

Su verdadero nombre era Araminta Ross. Nació en Maryland siendo esclava, como el resto de su familia. Su amo, Edward Brodas, decidió llamarla Araminta, pero ella adoptó el nombre de Harriet, como su madre.

Siempre tuvo fama de rebelde y mala trabajadora entre todos sus amos. En 1849 escapó a Filadelfia aprovechando la muerte de uno de sus ellos.

Su vida como mujer libre dio un vuelco. Conoció a varias personas que formaban parte del grupo denominado Ferrocarril Subterráneo, un conjunto de abolicionistas blancos y negros que había establecido una serie de lugares (casas, graneros, cuevas…) para que los esclavos fugitivos los utilizasen en su huida a los países libres del norte del país. Algunos de ellos la ayudaron a huir, y siguió aprendiendo más sobre este sistema.

Despues de mucho viajar, finalmente pisó tierra libre. Fue entonces cuando pensó en dedicarse a hacer escapadas al sur y ayudar a otros esclavos a huir. En 1850 hizo el primero de sus viajes, en el que liberó a una de sus hermanas y a dos niños. En 1851 lo hizo con el resto de su familia; excepto con su marido, que no quiso huir ya que se había vuelto a casar. En 1857 llevó a cabo uno de sus rescates más importantes: el de sus padres. Al final de los años 50 había conseguido rescatar a casi 300 personas. En Maryland se puso precio a su cabeza.

Aprendió rápido los trucos necesarios para las incursiones: utilizaba somníferos para dormir a los bebés y que no llorasen o espoleaba con una pistola a aquellos que, cansados, no querían continuar.

Al cabo del tiempo, Tubman hizo muchos contactos con gente del movimiento abolicionista. En 1861 marchó hacia el sur con el general Benjamin Butler para defender Washington en la guerra civil. Al principio trabajó como enfermera, luego como espía. Dos años después condujo la expedición del río Combahee, en la que se liberó a 700 esclavos. Se convirtió así en la primera mujer en dirigir un asalto armado durante la guerra de EEUU.

Al finalizar la guerra se estableció en Auburn. Aunque era pobre y analfabeta, dedicó el resto de su vida a obtener dinero para la educación de antiguos eslavos. Estuvo también activa trabajando en los derechos de la mujer y luchando por el sufragio universal. Falleció en marzo de 1913 y el ejército le rindió honores en un entierro de carácter militar.

“Tenía derecho a una de las dos cosas, la libertad o la muerte; si no podía tener una, tendría la otra”

AUDRE LORDE (1934-1992)

NEW SMYRNA BEACH, FL - 1983:  Caribbean-American writer, poet and activist Audre Lorde lectures students at the Atlantic Center for the Arts in New Smyrna Beach, Florida. Lorde was a Master Artist in Residence at the Central Florida arts center in 1983.  (Photo by Robert Alexander/Archive Photos/Getty Images)

AUDRE LORDE

Audre Lorde dando clase en el Centro Atlántico de las Artes de la playa de New Smyrna, Florida.

Se autoidentificaba como “guerrera, poeta, feminista, negra y lesbiana”. Fue una escritora y activista multifacética. Escribe sus obras para personas que pertenecen a grupos marginados por el racismo, el sexismo o el capitalismo.

Creció en Harlem y trabajó de bibliotecaria. Madre de dos hijos, se divorció y empezó a escribir. Años después se enamoró de una mujer que sería su pareja el resto de su vida en una residencia para escritores de Mississippi de la que salió convertida en autora.

Su gran obra fue The Sister Outsider ( ‘La hermana extranjera’), que es una recopilación de artículos en los que critica que las mujeres blancas “se empeñan en ignorar lo que las distingue”: “Como mujeres, algunos de nuestros problemas son comunes, otros no. Vosotras, las blancas, temeis que al crecer vuestros hijos varones se sumen al patriarcado y testifiquen contra vosotras. Nosotras, en cambio, tememos que a los nuestros los saquen de un coche y les disparen a bocajarro en plena calle, mientras vosotras dais la espalda a las razones por las que están muriendo”.

Explicaba que lo que separa a las mujeres blancas de las negras no son las diferencias, “es la resistencia a reconocer esas diferencias y enfrentarse a las distorsiones que resultan de ignorarlas y malinterpretarlas”. Pero su obra no se reduce solo a eso. También es muy crítica con el sexismo practicado por los hombres negros.

“Las herramientas del amo nunca destruirán la casa del amo”

US political activist Angela Davis takes part in a meeting held in Saint-Denis, near Paris, to celebrate the 10th anniversary of anti-racism movement "Les Indigenes de la République", on May 8, 2015. AFP PHOTO / THOMAS SAMSON        (Photo credit should read THOMAS SAMSON/AFP/Getty Images)

ANGELA DAVIS

(1944)

 

Es una política marxista, activista afroamericana que fue profesora en la Universidad de California en Santa Cruz, EEUU, de la que fue expulsada por estar afiliada al partido comunista. En su lugar de nacimiento, los lugares públicos estaban aún segregados y los negros tenían que sentarse en la parte trasera de los autobuses.

Fue miembro del movimiento Panteras Negras, con quienes hizo campaña contra la guerra de Vietnam. Luchó también por conseguir mejorar las condiciones de vida en las cárceles del país, pensando en muchos de sus compañeros del movimiento que habían sido asesinados en prisión. En 1970 la acusaron de cómplice de un tiroteo en una penitenciaría que acabó con víctimas mortales y estuvo en la lista de personas más buscadas por el FBI. En 1972 fue capturada y condenada a pena de muerte.

La sentencia fue retirada debido a la intensa movilización internacional, que llevó a Angela a convertirse en uno de los símbolos de lucha por los derechos civiles de los hombres y las mujeres de color.

“El racismo, en primer lugar, es un arma utilizada por los ricos para aumentar los beneficios que traen por pagar a los trabajadores negros menos por su trabajo”.

BELL HOOKS (1952)

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BELL HOOKS

Es una escritora estadounidense, feminista y activista social. Sus escritos se centran sobre todo en concienciar de la interseccionalidad de la raza, el capitalismo y el género. Explica que los tres conceptos van unidos y que no se podrá acabar con uno sin acabar con el otro.

Hooks sufrió la segregación racial en las escuelas públicas cuando era pequeña y decidió dedicar su vida al feminismo, que para ella es un movimiento que no solo quiere acabar con la opresión sexista, también con la explotación de clase y la racial.

“Estar oprimido significa la ausencia de oportunidades”

HAY MUCHAS MÁS

Además de todas ellas, existen muchos más nombres de mujeres negras que hicieron historia: Rosa Parks, Coretta Scott King, Ruby Bridges, Ellen Johnson SirleafMadam C.J. Walker son algunos de ellos.

Un montaje ‘lésbico’ con Merkel causa furor en Alemania

Una revista dirigida a lesbianas utiliza en un vídeo a una doble de la canciller para promocionarse


BERLÍN – Un vídeo promocional de una revista alemana dirigida a lectoras lesbianas ha hecho furor en las redes sociales con un montaje en el que aparece una doble de la canciller Angela Merkel abrazada por una mujer, mientras de fondo se escucha la noticia de que el Parlamento aprobó el matrimonio homosexual. La publicación Straight, que comercializará una editorial de reciente creación -Tchakabum-, causó revuelo antes de su lanzamiento al mercado ayer con ese vídeo de 23 segundos.

La grabación, en blanco y negro y aparentemente en una habitación de hotel, arranca con la imagen de la doble de la canciller junto a una ventana y manejando su móvil, en un gesto muy característico de la jefa del Gobierno alemán, mientras se escucha la noticia de que el Parlamento aprobó por un 62% el matrimonio entre personas del mismo sexo. En ese momento aparece otra mujer, más joven y en camisón, que la abraza por la espalda y le da un beso en el cuello, a lo que ella responde cogiéndole la mano aunque sin soltar su móvil.

Straight, una revista que se define “para mujeres que aman a las mujeres”, pretende llamar la atención sobre esa temática y sobre la posición del Gobierno de Merkel, que desestima aprobar el matrimonio homosexual al defender que debe ser entre un hombre y una mujer. Mientras en países europeos, como la católica Irlanda, o en Estados Unidos se ha avanzado en los últimos meses en la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo, en Alemania solo existe la posibilidad de registrarse como pareja de hecho entre homosexuales. Esta fórmula se aprobó en tiempos de la coalición entre socialdemócratas y verdes liderada por el canciller Gerhard Schröder -entre 1998 y 2005- y entonces se consideró un hito en la lucha por los derechos de los homosexuales. – Efe

Un vídeo promocional de una revista lésbica hace furor con un montaje de Angela Merkel

En Alemania solo existe la posibilidad de registrarse como pareja de hecho entre homosexuales. Con el vídeo pretenden llamar la atención sobre el matrimonio gay y sobre la posición del gobierno de Merkel sobre esta temática.

Un vídeo promocional de una revista alemana dirigida a lectoras lesbianas ha hecho furor en las redes sociales con un montaje en el que aparece una doble de la canciller Angela Merkel abrazada por una mujer, mientras de fondo se escucha la noticia de que el Parlamento aprobó el matrimonio homosexual.

La publicación Straight, que comercializará una editorial de reciente creación –Tchakabum-, ha causado revuelo antes de su lanzamiento al mercado mañana miércoles con ese vídeo de 23 segundos.

La grabación, en blanco y negro y aparentemente en una habitación de hotel, arranca con la imagen de la doble de la canciller junto a una ventana y manejando su teléfono móvil, en un gesto muy característico de la jefa del Gobierno alemán, mientras se escucha la noticia de que el Parlamento aprobó por un 62 % el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En ese momento aparece otra mujer, más joven y en camisón, que la abraza tiernamente por la espalda y le da un beso en el cuello, a lo que ella responde tomándole la mano aunque sin soltar su móvil.

Straight, una revista que se define “para mujeres que aman a las mujeres”, pretende llamar la atención sobre esa temática y sobre la posición del gobierno de Merkel, que desestima aprobar el matrimonio homosexual en la presente legislatura.

Mientras en países europeos, como la católica Irlanda, o en Estados Unidos se ha avanzado en los últimos meses en la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo, en Alemania solo existe la posibilidad de registrarse como pareja de hecho entre homosexuales.

 

La liberación sexual de Maroto

Artículo publicado por Pikara Magazine

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La opinión pública tiende a interpretar el protagonismo de políticos del PP abiertamente homosexuales como un signo de progresismo o de apertura hacia la libertad sexual. Mi intención es reflexionar sobre el poder que gays provenientes de espacios privilegiados tienen sobre el resto de colectivos discriminados por su orientación sexual e identidad de género, especialmente las lesbianas y las personas trans.

Hace unas semanas despertó mi atención un post en Facebook sobre Javier Maroto, exalcalde del PP en Vitoria-Gasteiz, quien había hecho pública su homosexualidad al anunciar sus futuras nupcias con otro hombre. Para mí no fue ninguna sorpresa que el edil revelase su orientación sexual, ni su deseo de ejercer el derecho al matrimonio a pesar de las luchas intestinas que su partido mantiene con la diversidad sexual. Lo que de verdad me sorprendió fueron los comentarios que seguían a la noticia, donde distintos usuarios confirmaban la tesis de que “como Maroto se casa con otro hombre, se trata de un político progresista”.

El debate estuvo liderado por voces masculinas que aseveraban la necesidad de reconocer al partido conservador su apertura con la libertad sexual, confirmando así que los homosexuales en España pueden estar tranquilos con el PP. No es mi intención abrir un debate sobre las identidades incongruentes, ni mucho menos juzgar a Maroto por ser del partido que es. Me da absolutamente igual. En cambio, mi intención es reflexionar sobre el poder que los hombres españoles y homosexuales provenientes de espacios privilegiados tienen sobre el resto de colectivos discriminados por su orientación sexual e identidad de género, haciendo suya una lucha por la liberación sexual que en todo caso nos encarcela.

En primer lugar, me pregunto qué hubiese pasado si Maroto hubiese sido una mujer lesbiana. En la red abundan los comentarios que vienen a identificarle como un “tío” que ha tenido “dos cojones” por hacer pública su orientación sexual e intención de contraer matrimonio. Tales discursos, rancios y machistas, los de siempre, jamás hubiesen aplaudido a una edil lesbiana y del PP manifestando su deseo por otras mujeres, ni mucho menos su intención de casarse.

La vieja política todavía viste trajes de hombre para las mujeres. Pantalones donde no caben las mujeres lesbianas, maquillaje para rostros heterosexuales, camisas y chaquetas donde la identidad se diluye y donde siempre tiene que haber sitio para que abulten los cojones. Hombres como Maroto, con sus preferencias sexuales y deseo pueden acceder a la política, gustar a su electorado y de paso declararse defensores de los derechos de los homosexuales. Se les puede reconocer como progresistas, modernos y valientes. Al mismo tiempo, el acceso al poder permanece cerrado para las mujeres lesbianas, que además de estar menos privilegiadas por el sistema patriarcal, son invisibilizadas en la política por su orientación sexual.

Desearía poder yacer a tu lado esta noche y tomarte entre mis brazos”, escribió una de las artífices de Declaración Universal de los Derechos Humanos, Eleanor Roosevelt, a la periodista estadounidense Lorena Hickcock en un mundo convulso tras la Segunda Guerra Mundial. A día de hoy, tristemente nadie quiere recordar a la Primera Dama de Roosevelt como una mujer lesbiana, a pesar de las hermosas cartas henchidas de pasión y amor que escribió a su amante. En Estados Unidos recuerdan que su esposo ganó la guerra contra el terror nazi. Un hecho demasiado trascendente como para que haya lesbianas de por medio.

También en España y en otros muchos lugares del mundo las hemerotecas se tiñen de relatos donde el deseo lésbico poco o nada tiene que ver con la política y con la gestión pública. Poco importa, ya que hombres como Maroto declaran sus intenciones, y con ello, muchas conciencias se quedan tranquilas ya que viven en un país progresista y liberal. ¡Pinkpower!

No nos engañemos, se trata de un progreso envenenado. Ni las mujeres lesbianas están representadas en política, ni se puede ser progresista persiguiendo a los más vulnerables. Culpar a los inmigrantes de los males de un Estado en crisis es un cuento muy viejo. Un cuento que al edil de la capital de Euskadi le gusta mucho. Maroto tiene “dos cojones” para hacer pública su orientación sexual y deseo de contraer matrimonio. También los tiene para denunciar a los menos privilegiados, a los ciudadanos de segunda, enfrentándoles con el resto de la población por las ayudas sociales. Y no es el único que recurre a este argumento. Pero sí se trata de un político que por su orientación sexual abandera para algunos el progreso.

Junio es el mes del orgullo para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales en medio mundo. Un mes en el que se conmemora la liberación sexual. También la lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género. Treinta días de activismo, reivindicación y fiesta contra la homofobia y transfobia. Sin embargo, se trata de un orgullo herido. Un orgullo que en ciertos ámbitos simpatiza con el machismo, racismo, xenofobia e islamofobia. Un orgullo maquillado, que necesita mirarse en el espejo y hacerse una urgente autocrítica.

Necesitamos iniciar una reflexión urgente para ver con nuestros propios ojos dónde estamos y dónde no hemos llegado. El empoderamiento de las mujeres lesbianas es a día de hoy una asignatura pendiente. La discriminación, violencia y exclusión social que sufren las personas transexuales y transgénero continúa a la orden del día. Los discursos racistas y xenófobos por parte de homosexuales privilegiados son incomprensibles. En lo legal se han dado muchos pasos. En lo social, el sistema heteronormativo privilegia y subordina a los de siempre.

Reparar ese orgullo implica buscar aliados, dejar de mirarse en el ombligo y defender a los más vulnerables. En este sentido, el movimiento feminista resulta un aliado ineludible tras siglos de colonización patriarcal. Elijamos entonces si la libertad sexual y el progreso están representados por figuras como Maroto, o si creemos que una verdadera revolución solo será posible con la integración social, el fin de la discriminación y el feminismo.

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Una pareja lesbiana sufre una agresión machista en una de las zonas de bares de Barakaldo

Noticia publicada en Barakaldo Digital

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Las ‘txosnas’ realizan un apagón de protesta de cinco minutos • La hostelería se une al rechazo •
Una pareja lesbiana ha resultado agredida en la calle Juan de Garay durante las fiestas de Barakaldo, según ha informado la comisión de ‘txosnas’, que ha convocado un apagón de protesta para la madrugada de este 17 a 18 de julio. Los hechos se han registrado en la noche del miércoles, tras el concierto central de la jornada festiva, cuando una pareja de mujeres, que paseaba abrazada, “fue insultada y vejada” por un varón, que amenazó con golpearlas. Las afectadas han optado por no presentar denuncia, aunque fueron atendidas por la Policía Municipal. Tras difundirse la información, PSEEH Bildu e Irabazihan mostrado de inmediato su repulsa por los hechos y han instado a denunciarlos.


Archivo |
> 10/07/2015. Fiestas de Barakaldo | El recinto de ‘txosnas’ acoge un puesto contra la agresiones machistas
> 03/07/2015. Reivindican el derecho de las mujeres a disfrutar de las fiestas sin violencia machista o sexual
> 17/05/2013. El Ayuntamiento aprueba una declaración contra la homofobia, lesbofobia y transfobia
> 05/04/2010. Una contrata del Ayuntamiento despide a un trabajador después de que dijera que es homosexual


Nota de prensa
► Desde la “Comisión de Txosnas de Barakaldo” hemos tenido conocimiento de la agresión sexista y lesbofoba sufrida en el trascurso de estas fiestas. En concreto, cerca del recinto festivo de txosnas, en la calle Juan de Garay, la noche del miércoles al finalizar el concierto de Porco Bravo una pareja de chicas fue insultada y vejada.

MOTIVO:
► Producto de esta situación, desde la “Comisión de Txosnas de Barakaldo”, se ha decidido cerrar, dejar de servir, apagar las luces y el sonido de las txosnas durante 5 minutos esta noche del viernes al sábado. Desde la 01.30 horas hasta las 01.35. En el trascurso de este cierre se realizará una cacerolada desde el conjunto de Txosnas que formamos parte de la “Comisión de Txosnas de Barakaldo”.

•Esta iniciativa se ha trasladado a la reunión diaria que ha celebrado hoy viernes de la “Comisión Municipal de Fistas” donde están representadas todas las comisiones que dinamizan las fiestas de la localidad (infantil, cultura y deportes), el conjunto de partidos políticos, el área de Cultura y Alcaldía y la Asociación de Hosteleros; la cual ha mostrado su apoyo y adhesión a la misma.

►Para finalizar reiteramos una vez más nuestro compromiso en pro de un recinto y unas fiestas libres de agresiones sexuales o sexistas. Además de crear unas fiestas sin agresiones machistas, LGTBfobas o racistas. Donde todas las personas puedan vivir con libertad las fiestas y los espacios festivos.

COMISIÓN DE TXOSNAS DE BARAKALDO:
Atarrabi, club de tiempo libre; Barakaldoko Talde Antimilitarista; Club de Baloncesto BEST; Ekologistak Martxan; Makauen; Hogar Navarro; Jolindarrak; Pulmón de Gaia; Trastero, club de tiempo libre.

 

La esclavitud de follar

 Psicoanalista

¡Somos sexis, somos calientes, somos libres! ¿En serio? ¿En qué momento las mujeres tomamos esa consigna de feminismo peuco y nos convencimos de estar disponibles al follón sin pedir nada a cambio? Los hombres históricamente han estado dispuestos a pagar un precio por acceder a una mujer, con una cita, con palabras de amor, en el extremo con dinero; sin embargo, hoy somos nosotras las que no pedimos ni un mensaje de texto postcoitum.

No pretendo caer en nostalgias reaccionarias, pero hay que reconocer que la situación actual de nuestra transacción sexual es como haberle pedido al empleador que nos tenía con contrato fijo una boleta de honorarios.

Después de tanta lucha que hemos dado para salir de la opresión de la norma macho, nos tropezamos con algo curioso y sintomático: nos hemos transformado en una fantasía masculina, es decir, en un pedazo de culete gratis. Claro, las mujeres no lo llamamos así… Usamos eufemismos como “mujer libre”, multiorgásmicas, lovefree, autogestoras del orgasmo.

Así, muchas veces nos convertimos en esa amiga-amigo que declara ser distinta a sus congéneres. Y que se empeña en buscar cuestiones fálicas, como el poder, la competencia, follar. Lo que no sería problemático si no fuera porque, en la exaltación de esa vía, renegamos de cosas como la palabra, la cercanía y el cuidado. Todo bajo el nombre de liberación.

¿Pero de qué se habla cuando se alude a liberación sexual? Nada más que a la flexibilización de contratos. Más allá de los viejos convenios -que como toda norma siempre fueron transgredidos-, se trata sobre todo de estar libre del otro. El sexo, así, tiene rostro libre pero cuerpo mezquino.

Por otra parte, me pregunto si es posible jugar realmente el juego de los hombres cuando aún no tenemos las mismas condiciones en la cultura. Porque todavía las mujeres valemos menos en el mercado laboral. Aún no somos dueñas del destino de nuestro cuerpo, la natalidad es un asunto de Estado, y la maternidad, un asunto privado con escaso apoyo social. Aún debemos modelar nuestros cuerpos de acuerdo al fetichismo masculino (¿quién no se ha sacado fotos de pedacitos de sus presas para exhibirlas en las redes sociales?). Aún hay feminicidios. Aún existen los juicios clásicos hacia las mujeres: “tontas, locas, maracas”. Entonces ¿por qué tendríamos que estar en las mismas condiciones en la erótica?

Para que esto no parezca -que seguro ya lo parece- un lamento conservador o un gemido de mina histérica, hay que entender que a veces la libertad prometida no es más que una nueva domesticación.

Nos enseñaron a pensar que el único mecanismo de control social era la represión y que, por lo tanto, librarse de las ataduras significaba libertad. Y es cierto que las mujeres hemos tenido que pelear frontalmente con el poder para lograr cierta justicia y dignidad. Sin embargo, olvidamos que la ideología también se instala a través de discursos y prácticas que parecen neutrales. Y es por esta vía que nos hemos construido una autoimagen que tiene mucho de impostura masculina. Calientes, independientes, cabronas.

Estos discursos, que parecen inofensivos, provienen al menos de dos fuentes. Una de ellas es la erótica modelada por la ciencia. Casi cada semana nos encontramos con algún técnico del sexo enseñándonos cómo amar e imponiéndonos distintas puntuaciones en la práctica sexual. La ciencia ha transformado el sexo en un tema sanitario. Ahora se dice que sería bueno para la salud, como hacer deporte o comer fruta. Por el contrario, alguien que no tiene sexo -porque no puede o no quiere- estaría enfermo.

Desde otro frente, las revistas femenina se dirigen a la mujer de vanguardia invitando a la sexualidad tántrica, holística, cuántica… Promocionan juguetes sexuales de diseño para llevar en la cartera por si a una le baja la calentura paseando por ahí. Angustian a las féminas que, con la libido por los suelos, se sienten culpables y frígidas.

Lo que no hemos entendido -como decía Foucault – es que decir “sí” al sexo no significa decirle que “no” al poder. Sin darnos cuenta, nos hemos ido construyendo como mujeres hiperdefensoras de lo masculino, dejando a un lado nuestro gran capital transformador: el campo de las relaciones. Ese tejido social que apunta al cuidado y la cooperación.

No se trata de defender las viejas instituciones de lo amoroso, que también nos aplastaban; pero el simulacro del touch and go crónico deshumaniza. Se trivializa el cuerpo, se mecaniza el sexo y se atenta contra las posibilidades de un encuentro: la amistad, la ternura, la solidaridad, al menos una fraternidad política con el otro.

Por mi parte, aún prefiero las mentiras al oído, la resaca de un encuentro, que un acuerdo de sexo controlado, avaro de la locura de a dos, sobrante de hule.

Este artículo se publicó originalmente en The Clinic.

 

Viruta: “Desde que me identifican con un hombre noto que tengo más privilegios”

VIRUTA FTM CANTAUTOR

Se define como un “cantautor transexual y precario que hace música transfeminista y rebelde”. Pero Viruta FTM es mucho más que eso y en sus conciertos es capaz de llevarte de la risa a la reflexión en pocos segundos.

Viruta durante la entrevista en Madrid

Viruta durante la entrevista en Madrid. / FOTO: ÁLVARO MINGUITO

“Consumimos aire, sueños, identidad, relación, alma”.
Testo Yonki (2008). Beto Preciado. 

Si tecleamos desde España en cualquier buscador de internet FTM, lo más probable es que lo primero que aparezca sea la Federación de Tenis de Madrid. Si elegimos la opción vídeos, la cosa cambia. Decenas de ventanas con la palabra transgender, timeline o testosterone se despliegan ante nosotras. FTM o Female to Male- de mujer a hombre-, es un código que se usa para identificar a la gente que está en transición y es también la coletilla que acompaña a un cantautor que lleva años rodando por Madrid acompañado de su guitarra, Viruta FTM. “Es algo horrorosamente binario pero sirve para que las personas que transitamos, los chicos trans, podamos encontrarnos”, explica.

Viruta se mueve por Madrid en una diminuta bici roja plegable, “es perfecta y es lo único que me dejan meter en el metro a cualquier hora”. Sabe que tiene aspecto de chaval, “bajito y sonriente” a pesar de los tatuajes. El último que se ha hecho dice “born this way-nacido de esta manera-y va acompañado de un símbolo transfeminista. Viruta, que en otro tiempo se llamó Virginia, comenzó dando conciertos para sus amigas en pequeñas salas de Madrid, “era como una cantautora bollera y tierna”, cuenta.  Desde entonces ha llovido mucho.

¿Por qué Viruta?

Viruta lo conservo desde hace muchos años. La versión real es que me colocaron este mochuelo mis amigas con esa cosa tan machista y universal de que cuando te enrollas con mucha gente en un breve espacio de tiempo te llaman puta, directamente. Mi nombre registrado era Virginia, así que juntaron el Virgina con el puta y me empezaron a llamar Viruta. Empecé a enrollarme a diestro y siniestro, con chicos, chicas y todo lo que se moviera por la misma razón por al que empecé a ponerme mórbidamente gordo entre los 20 y los 25. Me convertí en una versión bajita de lesbiana butch. Se supone que todas las lesbianas de los sueños o las pesadillas de la gente eran más o menos como yo, pero la realidad era que en ese momento había un repunte de bollo lipstick, se podía ser femenina y gustarle a las mujeres. Hubo un bombardeo en los medios en el que las lesbianas de pronto aparecían, pero tenían que aparecer normalizadas y yo ya tenía la mosca detrás de la oreja con todo el proceso de normalización. Tenía escaso interés en mi cuerpo. Sabía que mi cuerpo y mi manera de funcionar por el mundo no eran las que quería y entonces comía sin fin, sin ningún problema, y me enrollaba con gente todo el tiempo. Sin embargo, en vez de estar rayado, como mucha gente trans que lo que hace es intentar mutilarse o encerrarse y no dejar que nadie le toque hasta que no transicione, pues yo lo hice al revés, dejé que todo el mundo me manoseara sin ningún problema ni ninguna carga, pero el cartelito me lo colgaron. Lo de puta es algo con lo que siempre me ha gustado jugar, siempre me ha interesado mucho todo lo que rodea al mundo de la prostitución y el trabajo sexual, toda la construcción social que se organiza en torno al estigma de puta. Me quedé con Viruta porque me parecía adecuado apropiarme del insulto.

Lo de reapropiarse de las etiquetas, lo de resignificar es algo que haces mucho. Tus primeras canciones son versiones de temas más famosos y comerciales, pero poco a poco vas jugando con otras melodías y otras letras, compones himnos contra el amor romántico como Peras y Manzanas o I’m slut, de la Marcha de las Putas de Ecuador, untimeline también sobre tu transición.

Mis últimos dos o tres años han sido la locura. Antes, al estar en otro contexto, hacía canciones distintas. Creo que somos presas de los que estamos viviendo y nunca he podido evitar hacer canciones desde las emociones. Pero han cambiado un montón porque ahora estoy atravesado por mucha información que antes no tenía y mis canciones se han vuelto cada vez más feministas y más integristas. Lo de sufrir por amor romántico o a lo pantoja lo tenía incorporado, y aún tengo un regustito cuando oigo una canción de amor rotundo y me gusta. Ha habido muchos años de construcción para tener una deconstrucción repentina.

Viruta, en un momento de la entrevista

¿“Con tetas no hay ParaDisko”? ¿Lanzas un crowdfunding para quitarte el pecho y sacar un disco?

Estuvimos pensando mucho tiempo el nombre. Este año tengo dos necesidades urgentes. Lo de quitarme las tetas como persona transexual podría haber sido secundario, pero ya me he hartado. Me he hartado de no poder respirar, de no poder ir a la piscina, de no poder llevar una vida normal en el mundo normal, ese del que tantas pestes echo. Yo quiero seguir luchando porque la gente quiera sus cuerpos y yo querer el mío, pero tengo la sensación de que no voy a vivir para ver esos cambios de mentalidad en la sociedad que van a permitir que la gente camine con la expresión de género que le de la gana acompañando al cuerpo que tiene.

¿Realmente crees que esos cambios llegarán en algún momento?

Creo que sí. Los estoy viendo llegar. Poco a poco la gente joven se está lanzando a expresarse. En los ’90 ser la lesbiana de tu barrio, aunque fuera una ciudad grande como Madrid, era significativo, había mucho bullying. Ahora parece que ya está mucho más presente en la sociedad. Sin embargo, la cuestión trans aún está congelada, es algo muy denostado y criticado, y aunque hay mucha lucha entre manos, no creo que me vaya a permitir la vida pasear por ahí sin dar el cante. Yo me meto en el metro y la gente no se da cuenta de que soy un muchacho trans, pero sigue habiendo un montón de parcelas de mi vida en las que no puedo funcionar de manera cotidiana. No puedo salir a tirar la basura sin ponerme una faja o salir a la terraza a tender la ropa porque los vecinos de enfrente me echan fotos si ven algo raro en mi cuerpo. Tengo la sensación de que quedan muchos veranos, que me acerco a los cuarenta años y me apetece hacer otras cosas. Si tuviera 18 años estaría el triple de empoderado y podría ahorrarme la vehemencia con la que defiendo una operación de cirugía plástica, porque hasta yo tengo al sensación de que es una operación de cirugía. Tengo un duelo interno, porque estoy haciendo mucha lucha a favor de la diversidad de los cuerpos y amar nuestros cuerpos y en el fondo siento que estoy traicionándome a mí mismo. Igual hay gente que opina que con la nariz que tiene no va a poder funcionar el resto de su vida, que le frena para las relaciones sociales y que todo el mundo se mete con su nariz. Lo mismo puede pasar con cualquier parte del cuerpo. Pero ya me he lanzado a la piscina porque sé que me va a mejorar la vida y que me va a ayudar a estar mejor por el mundo.

Viruta, en un momento de la entrevista2

¿Y el disco?

El disco me hace falta y no me hace falta, pero más allá de eso, tengo la sensación de que hay mucha gente que quiere oír mi música. Yo de pequeño no soñaba con ser cantante, pero sí con ser un señor, o algo así. Mucho más que ahora, que no sueño con ser un señor, sino quedarme en una expresión de género media. Lo que pasa es la gente te tiene que encasillar en una cosa u otra, así que algo habrá que parecer. Desde luego prefiero parecer un señor que una señora, que me queda muy mal, pero yo en mi activismo, en mi entorno de comodidad, prefiero estar en ese limbo extraño. Haciendo música tengo la sensación de que hay muchas cosas que a la gente le han servido para algo, hay madres de niños trans que me dicen que les he ayudado en la transición.

Es cierto que te expones mucho en tus conciertos y en tus canciones y eso no es algo tan habitual. Incluso en los vídeos visibilizas tu transición.

Es que paradójicamente, aunque no me gusta generalizar, lo que se busca desde el colectivo trans es la invisibilidad, la normalización de los individuos o individuas trans, el hecho de que no hayas nacido con unos items de mujer o de hombre y puedas pasar por el mundo sin que la gente detecte que has nacido con las partes del cuerpo que corresponden al otro género. Yo no es que busque lo contrario si no es por un objetivo dentro del activismo. Pasar inadvertido por el mundo me viene bien para que la gente no me acose, no me insulte, no me diga cosas. Pero también me resulta útil que la gente se dé cuenta de que soy trans para que encuentren otros referentes porque a mí es lo único que me ha servido para transitara mí en mi vida. Yo en los 90 intentaba decírselo a mis parejas, pero mientras, hacía una especie de performance de lesbiana o algo así, porque me gustaban las mujeres y entonces me tocaba ser lesbiana porque yo tenía tetas. No sabía que había ninguna otra posibilidad, porque la transexualidad era lo que estaba asociado a la prostitución, a La Veneno, Bibi Andersen y poco más. La idea de hombre trans ni siquiera existía y hasta que las redes no se metieron en la cuestión y empiezas a descubrir transiciones de otras personas, otros lugares del mundo donde hay gente que decide cambiar su expresión de género, no te planteas que tú puedes hacerlo. Es necesario siempre que haya referentes y pensar que no eres la única persona que está pasando por eso.

¿Y qué referentes encuentras tú?

En los 90 no hay nada, sobre todo encuentro a partir de 2005 casi todo en YouTube. Hubo gente que empezó a contar sus penas y su situación, a querer cambiar y, sobre todo, a hacer una especie de timeline en el que mostraban su cambios. Se empezaban a hormonar y contaban mes por mes cómo cambiaban y lo que se iban encontrando, haciendo una especie de tutoriales. Es algo dual porque hay una parte de vanidad, porque te empiezas a mirar en el espejo mucho más que durante el resto de tu vida porque te vas pareciendo más a aquello que querías conseguir, pero también tienes ganas de que el resto lo vea, por si puedes ayudar a alguien.

La reflexión puede sonar viejuna, pero es cierto que en este sentido internet ha hecho mucho, ¿no?

El YouTube a mí me ha cambiado la vida, igual que a muchísima gente. El transitar es algo que aún a día de hoy no se entiende, sigue resultando muy impactante que la gente decida cambiar una obligación tan importantísima como es mantener tu expresión de género hasta que te mueras. La ventana del YouTube permite que la gente que está haciendo cosas en su intimidad las saque fuera. Yo al principio era super tecnófobo. Nunca había pensado en hacer cosas en internet, pero todo fue de la mano del feminismo. Había tenido militancia feminista de joven, de puño en alto y mani 8 de marzo, pero muy tibia a los 20 años.  De ahí me metí en el momento LGTB másmainstream de Chueca, dejé de lado la lucha feminista pero en Chueca tampoco encajé. Así que al volver a Lavapiés y meterme en temas de contenido me di cuenta de que mi lugar estaba aquí, con gente que tuviera más diversidad de expresiones de género. Como persona trans en el colectivo LGTB creo que no se encaja. Se encaja muchísimo mejor en cualquier submundo de gente que no se plantee tanto las cuestiones éticas y estéticas como en el mundo LGTB mainstrream, que está todo muy observado. Igual que las unidades de género, que son muy criticadas por los colectivos trans, porque te obligan a una transexualidad muy hegemónica en la que si eres un hombre trans eres muy hombre con sus camisas de cuadros, su fútbol y cosas así, en el entorno LGTBmainstream también es así, tienes que encajar con una cosas, una música y vestirte de una manera concreta.

Viruta, en un momento de la entrevista3

Has hablado de las Unidades de Género ¿Cómo es la transición por la sanidad pública?

Es todo complicado, hay una posibilidad de intervenirse por la Seguridad Social pero tienes que entrar por el ojo de la aguja. Yo estoy vetado en la UTIG (Unidad de Transtornos de Identidad de Género de la Comunidad de Madrid), que es horrible, porque estuvimos en un congreso de transexualidad, donde por cierto no había sin gente trans e hicimos preguntas incómodas tipo “¿Ustedes saben que les mentido en los test y que cuando nos preguntan si somos heteros o nos gusta el fútbol mentimos y decimos que sí?”. Después me dijeron que mi solicitud podría demorarse años y años.

¿Y el cambio de nombre a nivel legal?

Dentro de la sanidad pública hay un protocolo, pero también hay una alternativa para la gente que no tiene tarjeta sanitaria. Está Médicos del Mundo y la posibilidad de acceder a un psicólogo o psiquiatra privado, eso sí pagándolo, y necesitas dos informes, uno de un endocrino, alguien que te haya estado siguiendo durante dos años, porque te tienes que estar hormonando durante dos años para cambiarte el nombre, necesitan una prueba de que en tu paso futuro por la “vida real” vas a ser leído como un hombre. Y mientras, vas asistiendo a terapia para que confirmen tu cambio. Te hacen test y distintas preguntas en las consultas,  un historial completo de tu vida personal, de tu vida sexual, y sobre cómo te has comportado con tus parejas. Si determinan que hay algo en tu vida que no les cuadra, el informe puede ser vetado y no te dejan cambiarte el nombre, es muy perverso. Así que intentas responder siempre lo que crees que quieren oír. Y estás supeditado a lo normativo y conservador. Una de las preguntas más clásicas es “¿cómo sabes que no eres una mujer lesbiana?” Alguien con 17 o 18 años les imponen una masculinidad que ellos no tenían y eso es lo que da miedo, les devuelven a su casa hechos una mierda porque no les gusta el fútbol.

¿Cuánto llevas hormonándote? ¿Has notado muchos cambios?

Llevo dos años y medio y las hormonas me han cambiado la vida. Me hubiera podido mantener igual el resto de mi vida, sin operarme, si la parte protésica de esconder las tetas no fuera tan incómoda para vivir, pero tener una faja en medio el pecho te impide vivir y respirar, genera lesiones con los años. Lo de la hormonación lo he notado en la voz, que me ha bajado un par de escalas y eso ha sido muy complicado. No hay más chicos trans que canten porque es muy difícil. Yo lo que hago ahora es jugar porque cuando te cambia la voz te quedas en menos de una escala. Es un cambio de voz artificial y adulta que se produce porque las cuerdas vocales crecen y al crecer, la garganta se estrecha. La hormonación también hace que te crezcan músculos y puede que la mala leche, pero no te implanta una violencia que no resida en ti. También he notado que ha cambiado mi manera de socializarme, porque la gente ha dejado de leerme como una lesbiana camionera y verme como un muchacho y ser más invisible, porque los muchachos son más invisibles. Y si eres bajito, como yo, eres medio hombre para muchas cosas. Las mujeres hetero genéricas del mundo, tampoco reparan en ti porque eres bajito. Los muchachos gays sí me miran más.

¿Y desde que eres leído como hombre sientes que tienes privilegios masculinos, que te tratan de manera diferente?
Por supuesto que sí, tienes privilegios en un millón de cosas. Las primeras, las más sutiles, ser más escuchado, todo eso que llaman micro machismos, que en realidad son machismos tal cual, desde que te pongan a ti la caña y a tu compañera la fanta hasta el tema de la ocupación en el espacio público, no tener miedo por la noche en la calle o que una misma broma caiga de manera diferente según de qué boca salga. Lo esperabas porque lo sabes desde siempre, y ocurre. Te das cuenta de que exactamente con la misma circunstancia y viviendo la vida en tu mismo envase, solo porque la cáscara ha cambiado, la cosa funciona de manera diferente.
¿El género binario es uno de nuestros mayores problemas? Al menos eso decías en unaentrevista de Pikara Magazine.
Es el primero de nuestros problemas porque eso nos da una carga vital, una mochila de quehaceres. Desde que existen las ecografías que pueden definir en teoría qué es lo que te cuelga entre las piernas, hay una educación en género, incluso a través de la tripa. Se habla de lo bonita que va a ser la niña o de que el niño va a ser futbolista. Hay una necesidad imperiosa de poner etiquetas. Todo en la vida nos llega en forma de binario, hasta que no nos desviemos de todo eso, el mundo no va a cambiar, aunque los grupos de gente joven ya están cambiando. Hay niños y niñas hegemónicos que no se conforman con ser un macho macho o una hembra periputi. Hay mucha gentetransgender o gender fucker, gente que no quiere ser él o ella, o que se nombra como “elle”. Como los góticos de mi juventud, que era lo más andrógino que me encontraba en mi época. Muchachos que se maquillaban, dulces, femeninos… ahora pasa mucho con la gente joven en el mundo del cómic y se empieza a deshacer el género desde la cultura japonesa, porque tienen una manera más andrógina de sentir la vida. Son sujeto de bullying a saco, porque en el cole tienes que ser una barbie malibú o el garrulo que da collejas a los demás. Es un patio de instituto que viene de Estados Unidos, pero es el mismo que veíamos en la peli de Grease en los 80 en la que los nerds se ponen en un banco y los quarterbacks en otro. Eso está en todas partes pero la gente joven lo está intentando disolver poco a poco.

Por un feminismo no sólo hegemónico

El deseo que se esfuma por el camino

Cuando los feminismos se piensan exclusivamente en términos de hegemonía[1], se pierde algo importante que las luchas feministas desde los 60 pusieron sobre la mesa: el deseo como fuerza colectiva, el cuerpo como campo de batalla y la creatividad como posibilidad de inventar mundos. Necesitamos una política de mayorías, pero también una política del deseo que permita desplazar los presupuestos racionalistas-discursivos que prevalecen en la apuesta populista. ¿Cuáles son estos presupuestos? Tienen que ver con tres cuestiones: otorgar prioridad al discurso como campo en el que se disputa lo político; señalar la importancia de las emociones como instrumentos para la movilización social –en lugar de comprenderlos como afectos incalculables e impersonales–; y tomar la demanda –las reivindicaciones de los diferentes actores sociales– como lógica que rige el espacio político.

Chantal Mouffe y Ernesto Laclau publicaron en 1985 un libro clave, Hegemonía y estrategia socialista, en el que elaboraron una contundente crítica al marxismo ortodoxo. En el centro de sus preocupaciones, estaban dos: pensar las luchas sin presuponer una identidad a priori que portaría en sí misma el cambio; y dar cuenta de una multiplicidad de sujetos surgidos al calor de las transformaciones socioeconómicas de un capitalismo que se recomponía velozmente: feminismos, luchas étnicas, nacionales, sexuales y ecológicas. En relación al primer punto, pensaron que el cambio no podía derivarse automáticamente de una determinada posición de clase. Debían contemplarse los complejos procesos en los que se forman las identidades políticas. Esta atención implicó romper con algunas de las certidumbres que ofrecía el relato marxista: la clase obrera, entendida como una esencia con inclinaciones propias, se desvanecía. En relación al segundo, en contra de los pensadores que en el término del siglo XX profetizaban el final de la política, señalaron que la proliferación de nuevos protagonismos no debía conducir al relativismo. Al contrario, constituían la riqueza necesaria para repensar la democracia, siempre que se buscasen formas de articular las diferencias que evitasen la dispersión de las luchas. Como Laclau desarrollará posteriormente, para ello se volvían imprescindibles significantes vacíos como «pueblo» con capacidad para nombrar diversas demandas sin condicionarlas en su contenido ( no tanto por su vaguedad, sino por tratarse de significantes al mismo tiempo necesarios e imposibles –nunca pueden representarlo todo–), y que permitía aglutinarlas a partir de sus equivalencias.

Teniendo en cuenta estas importantes aportaciones, ¿puede afirmarse que una teoría que se reconoce parte de la crítica al esencialismo filosófico y político contenga algo del racionalismo que pretende cuestionar? Para intentar responder a esta pregunta –sacudida por la preocupación de un deseo que se esfuma de la acción política– debemos acercarnos a tres problemas que transitan entre la propuesta teórica de Mouffe y Laclau, y la experimentación real de Podemos en España.

¿Qué política, qué sentido común, qué articulación?

El primer problema surge cuando reducimos lo político a una serie de demandas. La demanda presupone un sujeto que realiza determinadas reivindicaciones, como si el proceso por el que dicho sujeto se forma no fuese político en sí. Pese a que estilos, modos de hacer y construir relaciones son determinantes, pasan a un segundo plano. Si tenemos en cuenta que estos aspectos están implicados en producir subjetividades diferentes, este desplazamiento supone una pérdida fundamental. Gilles Deleuze y Félix Guattari señalaron que lo que sucede en el plano molecular –que tiene que ver con lo que ocurre en el nivel del deseo, no con lo pequeño o individual– es clave para el tipo de procesos revolucionarios que ponemos en marcha. Desde los 60, las revueltas feministas afirmaron que el cambio debe tocar los cuerpos, transformar la vida. Con ello, anticipaban la respuesta a un capitalismo que además de producir desigualdades económicas insiste en lo simbólico, codifica el deseo social. El poder produce formas de vida,  se encarna en la sexualidad, el racismo o el consumo, modula individuos. Si consideramos esto, el desafío que se presenta es revalorizar el proceso de experimentación que permite construir otras culturas políticas, otros modos de habitar el mundo. Los afectos no son emociones individuales que puedan ser conducidas por la razón, sino la materialidad en la que nos constituimos. Dicho de otra forma: el desafío se juega también en una micropolítica de los cuerpos.

Con aquel desplazamiento, también se olvida la existencia de algo más esencial que la demanda: el acto por el que acontece la reapropiación de la potencia colectiva. Antes que la demanda, lo político reclama espacios donde vivenciar la capacidad que tenemos de cambiar las cosas junto a otros, de hacer lo imposible. Espacios donde lo que se pone en juego no es algo calculable, sino la misma intensificación de esa potencia. Precisamente, se trata de una potencia que no siempre puede –ni debe– traducirse en demanda; ésta es en todo caso un efecto de un proceso mucho más amplio. La tensión producida en los últimos meses, al calor de las pasadas elecciones municipales, entre desborde y control, exceso y captura o sociedad en movimiento y movimiento social puede entenderse como una disputa positiva contra el olvido de esta noción amplificada de lo político. Si echamos la vista atrás en busca de referentes que ayuden a orientarnos, encontramos la singular experiencia de institucionalización que vivió el movimiento feminista en los años 80 y 90; experiencia que nos enseñó que la posibilidad de crear nuevos imaginarios está ligada a espacios de autonomía social: en ellos, se inventan mundos diferentes. Y que sin procesos de autonomía que sean capaces de salir más allá de sí mismos lo que se genera es meramente autorreferencial. En el contexto que nos toca, cabe decir que sin experimentación social no podrán crearse instituciones realmente otras. No debe olvidarse que el triunfo en las urnas no fue producto de un movimiento prefigurado, sino de la sociedad en movimiento que de maneras a veces insospechada, desde múltiples focos, ha alimentado una atmósfera de cambio sin precedentes. El 15M sigue siendo la imagen que nos inspira: un movimiento de cuerpos que auto-organiza progresivamente un nuevo sentido de la realidad. Esta imagen la tenemos grabada a fuego lento en la memoria colectiva reciente. Debemos seguir preguntando: ¿Cuánto del 15M es parte del famoso asalto institucional? ¿Cómo mantener viva una política deseante? ¿Puede ser ésta también una política de mayorías?

El segundo problema tiene que ver con la batalla por la hegemonía. Si miramos desde los feminismos, vemos que tenemos una oportunidad ¿histórica? para hacer de nuestras propuestas lugares comunes en los que la sociedad pueda sentirse reconocida. Para ello, se necesitan marcos de sentido compartidos, lenguajes menos codificados que promuevan una participación amplia e ir más allá de posiciones ideológicas, interpelando desde la experiencia llana, cotidiana, en primera persona. En esta tarea, enfrentamos dos peligros: que se confunda este trabajo de conexión de lo particular a lo general con asumir un determinado sentido común presente en la sociedad –presuponiendo su necesidad, olvidando su contingencia–. Y, por otro lado, interpretar la articulación entre diferentes luchas como algo que tiene lugar desde arriba, como un paraguas que nos protege, pero que nos queda grande y no acabamos de sentir propio.

¿Cómo evitar esto? Primero: no puede darse por hecho qué sea el sentido común, pues éste siempre está sujeto a la historia y al lugar en el que se delimita. No está de más señalar que lo que para unos resulta «de sentido común» no lo es para otros. Esto tiene que ver con el hecho fundamental de que el sentido permanece siempre abierto: no puede ser clausurado de manera definitiva. Por ejemplo, pensemos cómo ha cambiado lo que entendemos por «crisis»: de un destino inesquivable a una situación con responsables directos. Si bien, por una parte, el sentido es objeto de disputa, por otra, el sentido también implica un proceso creativo. Y si el sentido se crea es debido a que las palabras no pueden decirlo todo por sí mismas: están inacabadas, y este inacabamiento permite que pueda producirse una novedad; y que protestar, tomar las plazas o parar un desahucio adquieran un significado diferente. Pero, ¿qué es lo que hace entonces que tal sentido y no otro se torne común? Una respuesta tentativa: tiene que ver con la presencia de diversas fuerzas que constituyen lo social (por ejemplo: sin la Plataforma de Afectados por la Hipoteca posiblemente los desahucios no serían considerados como ocurre hoy un problema de todos), así como con la capacidad de nombrar una experiencia compartida –vivida y sentida por muchos– y con no decirlo todo: con expresar algo de su esencia inacabada; con la posibilidad de dibujar una línea de fuga, de crear un significado distinto. El desafío en este caso: no plegarse a un sentido predeterminado, sino insistir en que podemos crear otros compartidos por muchos (¿quién diría hace solo unos pocos años que los mercados –representantes por antonomasia de la lógica capitalista de acumulación– iban a ser reprobados por tantos?).

Por último, debemos preguntarnos: ¿Existe un único modo de construir articulación política o hay diversos? Son fundamentales demandas generales que provean de un marco común a las diferentes luchas, del modo en el que permite hacerlo, por ejemplo, «democracia real». Pero también es importante observar cómo se conforma dicho marco. Existe el peligro de que la articulación se realice desde cierto idealismo del lenguaje: entre diferencias que no tocan, modifican o afectan al conjunto que las reúne y que intenta significarlas desde arriba. Aquí podemos creer estar ante una articulación, pero asistir en realidad a una operación en la que se neutraliza lo diferente. Evitar esto exige girar la mirada hacia las prácticas políticas que encarnan de modos diversos problemas generales (sanidad, vivienda, migración, cuidados). Y que al encarnarse los resignifican. De modo que asistimos a un movimiento en una doble dirección. Por ejemplo: ¿cómo practican los feminismos la democracia? Y, al mismo tiempo, ¿cómo se reinventa la misma idea de democracia a través de dichas prácticas: una democracia no solo de las instituciones, sino también de los hogares y de las relaciones sexuales? Cuando partimos de las vivencias, de las luchas, de las realidades cotidianas, la articulación se produce al nivel de la experiencia, de la composición de los cuerpos, y no solo desde cierta sobredeterminación del discurso. Dicho de otra manera: el desafío en este caso es tejer una política de lo común.

¿Qué supone esto para los feminismos?

Digámoslo de este modo.
Necesitamos algo de la política deseante.
Necesitamos también algo de poesía.
Necesitamos no renunciar a inventar nuevos sentidos sobre el mundo que queremos desde miradas feministas.
No solo demandar. No solo conectar con lo que hay. También atrevernos a imaginar otra cosa diferente. Hacerlo desde la realidad en la que se ensayan transformaciones a escala de las estrategias cotidianas que sostienen un sistema insostenible.
No solo conquista del sentido común: también creación de nuevos mundos. Nadie esperaba el 15M.
Ni que aquello de poner el cuidado en el centro fuese debatido ampliamente.
No hay democracia sin feminismos, pero tampoco hay democracia sin experimentar otras culturas políticas.
Culturas políticas capaces de revolver los cuerpos, que produzcan cercanías e intensidades nuevas.
Culturas del cuidado que no son femeninas, sino feministas.
Que hacen que circulen otras prioridades y otros modos de estar en el espacio político.
No solo articulación discursiva-racional de las demandas feministas, sino también expresión de otras formas de vida que se contagian y expanden sin saber apenas cómo.
No solo tener razones que nos unen, sino componernos y afectarnos.
No solo articular mayorías sociales, sino producir desviaciones, desbordes.
No solo bloques antagónicos, sino diferencias irreductibles, singularidades.
No solo demandas, sino también el gesto artístico. El que trasporta en su esencia apenas sin hablar a lo imposible.
Y es que el sentido se disputa, pero también se crea.

silvia l. gil

 

[1] Este texto parte del reconocimiento explícito a todas las feministas que desde Podemos u otros espacios están dando la enorme batalla por hacer que las ideas feministas estén en el centro de la discusión política actual.

La verdadera lista de las lesbianas influyentes en España (Actualizada 2015)

Artículo publicado en HULEMS (Hay una lesbiana en mi sopa)

Todos los años un periódico español de cuyo nombre ahora no quiero acordarme saca una lista con los 50 personajes LGBT más poderosos en España. Y está bien que se haga esta lista, que haya una visibilidad y que anualmente, cuando llega el Orgullo, nos recuerden que hay mujeres y hombres en la sociedad española que son homosexuales y que a pesar de ello (o por ello) se han hecho un nombre entre todos los mortales. El problema es que cuando leemos esa lista algunas veces nos quedamos pensando “¿y quién es este?” o también “¿y qué ha hecho, exactamente, esta persona por el colectivo LGBT aparte de pasárselo en grande con una rusa en una bañera?”.

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En HULEMS hoy no queremos restarle méritos a nadie, ni hacer ampollas. No es esa nuestra intención sacando esta lista. Pero sí nos gustaría poner el foco sobre todas aquellas mujeres que es muy posible que no vayan a aparecer en una cabecera nacional bajo la definición de “influyentes”, pero que sí marcan nuestras vidas a diario, bien partiéndose la cara por nuestros derechos, bien alegrándonos la vida con algo tan simple como un vídeo de YouTube. Esas mujeres, en definitiva, que todas conocemos, que nos acompañan en el camino, y que son las que con su trabajo y aportaciones nos han dado un hueco en la sociedad. Por ellas, aquí va la verdadera lista de lesbianas que suman e influyen en España. Hemos enmendado algunas ausencias que hubo el año pasado, y añadido algunas mujeres valientes que se han atrevido durante estos 365 días a dar el paso adelante. Considerad esta nuestra manera de celebrar este Orgullo.

ACTIVISMO/POLITICA…

Ángeles Álvarez

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Diputada socialista desde el año 2000, es conocida por su labor incansable a favor de las leyes de igualdad y contra la violencia machista. Es la primera diputada en declararse públicamente lesbiana. Gracias, Ángeles.

Beatriz Gimeno

Beatriz_Gimeno_FELGTB

Activista lgtb. Feminista. Icono.  Fue la presidenta de la FELGTB (Federación Española de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) entre 2003 y 2007. Durante su período como presidenta se aprobó el matrimonio igualitario en España. Gracias, Bea.

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Boti García Rodrigo

boti-garcia-rodrigo

Presidenta de la FELGTB. Activista histórica del movimiento. Gracias, Boti. O como le gusta decir a la presidenta, ¡ni un paso atrás en nuestros derechos!

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Violeta Assiego

violeta-assiego

Abogada especialista en Derechos Humanos, Vulnerabilidad y Discriminación. Assiego es activista en Amnistía Internacional, coordinadora de estudios y trabajos sobre Pobreza, Exclusión social y Discriminación en Metroscopia. Colabora en diferentes blogs de El País, 20 Minutos y La Voz de Galicia. Gracias, Violeta.

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LITERATURA…

Isabel Franc

ISABEL-FRANC

Aunque muchas la conoceréis como “Lola Van Guardia”, el pseudónimo con el que empezó todo. Isabel podría ser considerada una de las grandes precursoras de la literatura de ficción lésbica en españa porque su novela “Con pedigrí” fue una de las primeras escritas en nuestro idioma. Gracias, Lola.

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Susana Hernández

susana-hernandez_autora

Escritora y una de las pocas novelistas que ha conseguido traspasar el ámbito meramente LGBT con sus novelas. Su saga Santana la leen croquetas, croquetos, bisexuales, heteros, pansexuales, transgénero y, si nos apuráis, marcianosexuales. Gracias, Susana.

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Mila Martínez

Mila-Martinez

Escritora. Allá donde va Mila, hay una larga fila de croquetas adorándola. En muy poco tiempo se ha convertido en una de las escritoras de referencia de nuestras letras. Gracias, Mila.

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Clara Asunción García

clara-asuncion-garcia

Nuestra querida Clara, colaboradora de esta casa, también se ha convertido en una de las autoras más queridas de todas nosotras gracias a obras como Elisa Frente al Mar. Gracias, Clara.

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Mónica Martín

monica-martin

Una de las autoras más prolíficas de las letras lésbicas españolas. Mónica ha publicado varias obras con algunas de las editoriales de referencia en España y se ha hecho un club de fans por mérito propio.

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Helle Bruun

helle bruun

Helle es la segunda pata de Egalés. Cofundadora junto con Connie Dagas de la editorial y también dueña de la librería Cómplices. Gracias, Helle.

Web

Mili Hernández

mili-hernandez

La tercera cofundadora de Egalés es Mili, que además es dueña de otra de las librerías LGBT de referencia en España: Berkana. Gracias, Mili.

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RADIO…

 

Ana Satchi

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Fundadora y directora de InOutRadio, una radio por y para lesbianas. Gracias, Ana.

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Carme Pollina

carme-pollina

Periodista y directora de InOutRadio, en donde puedes encontrar desde información, consejos, amor, humor, desamor, investigación, coaching, participación, promociones, eventos, encuentros, salidas…. .todo lo que tú quieras está en InOutRadio Gracias, Carmen.

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REVISTAS Y MEDIOS…

Sandra Barneda

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Periodista, presentadora, escritora, y mil cosas más, Sandra es, probablemente, la cara más conocida y familiar de esta lista debido a la cantidad de programas de máxima audiencia que ha conducido. Gracias, Sandra.

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Paloma del Río

paloma-del-rio

La gimnasia en este país tiene su voz. Lleva muchísimos años narrando los Juegos Olímpicos, y enseñando al público que también hay otros deportes, aunque no salgan tanto en la televisión. Gracias, Paloma.

Twitter

 

Andrea Momoitio

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Subdirectora de la revista digital Pikara, el medio de periodismo feminista y sobre cuestiones de género más importante en español, y todo un referente en asuntos LGBT desde una perspectiva femenina . Gracias, Andrea.

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Pili Muñoz

pili-muñoz-masqueles

Bloguera y activista de las redes sociales. Creadora de MasqueLes, una guía ocio/cultural donde te puedes informar de todos los eventos y actividades para lesbianas y bisexuales. Gracias, Pili.

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June Fernández

june-fernandez

Periodista de eldiario.es. Fundadora y directora de la revista feminista Pikara Magazine. El periodismo incisivo y de calidad de esta publicación la ha convertido rápidamente en una referencia para todas las mujeres que buscan compromiso social y una mirada transformadora feminista. Gracias, June.

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Celina Koekenbier

Celina-Koekenbier

Directora de la revista MagLes, el referente en papel del lesbianismo actual. Gracias, Celina.

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Paola Mejía

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Aunque nacida en México, Paola es ya española de adopción. Creadora de Lesbicanarias, uno de los blogs de entretenimiento lésbico más longevos en español. Lleva siete años aportando contenidos croquetiles. Gracias, Paola.

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Susana Font

susana-font

Directora de Ambiente G, uno de los grandes blogs que cubre los temas más importantes para el colectivo homosexual, aunque con especial énfasis en la cultura y los derechos. Gracias, Susana.

Twitter | Web

María Jesús Méndez

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Periodista y directora de MíraLES, revista lésbica digital de referencia. Gracias, María Jesús.

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VLOGGERS…

Yellow Mellow

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Con más de 180.000 seguidores en Twitter, Yellow Mellow ya no necesita mucha presentación. Esta vídeo bloguera ha conquistado YouTube con su te calmas… te calmas. Gracias, Mellow.

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Bollicao

bollicao

La video bloguera por excelencia. Realmente no hay croqueta en este mundo que no haya oído hablar alguna vez de Bolli. Sus miles de seguidores en Twitter así lo corroboran. Qué pasa, peeerras. Gracias, Bolli.

Twitter | YouTube

Koala Rabioso

koala-rabioso

Y lo mismo podemos decir de Koala Rabioso, que no se queda atrás con sus 90.000 seguidores. De ella no te deberías perder nada, pero especialmente sus vídeos sobre los tipos de lesbianas. Gracias, Koala.

Twitter | YouTube

CINE…

Susi Sanchez

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Una de las mejores actrices del panorama español, nominada incluso a los Premios Goya, y que compagina su trabajo con su labor por los derechos LGBT. Gracias, Susi.

 

Mariel Maciá

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Mariel es directora y productora de cine. Seguramente hayas visto alguno de sus premiados cortos, que reflejan la realidad lésbica con una sensibiulidad impresionante. Gracias, Mariel.

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Sonia Sebastián

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Directora de cine y de teatro. A ella le debemos series como Chica Busca Chica, la primera serie lésbica española distribuida en DVD en Estados Unidos. Actualmente Sonia se encuentra preparando el rodaje de De Chica En Chica, la adaptación cinematográfica de la serie. Gracias, Sonia.

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DEPORTES…

Gemma Hassen Bey

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Pionera de la esgrima paralímpica, Fue portadora de la Antorcha de Atenas 2004 por Madrid y la primera mujer paralímpica que tomó la palabra para defender una candidatura Madrid 2012 y Madrid 2016. Ahora, se ha propuesto ser la primera mujer que sube al Kilimanjaro en silla de ruedas. Gracias, Gemma.

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Laura del Río

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Futbolista de primer nivel, y que nos ha representado en más de 40 ocasiones con la elástica nacional, Laura del Río actualmente milita en el Washington Spirit. Gracias, Laura.

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FOTOGRAFÍA…

Rosa Veloso

ROSA-VELOSO

Fotógrafa y empresaria. Fundadora de Mundo Veloso. Especializada en el mundo de la moda y en la imagen del producto de alta gastronomía. Ha trabajado en publicaciones como GQ, Yodona o Vanidad. Gracias, Rosa.

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MODA…

Patricia Yurena

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No ha ganado una, sino dos veces el galardón de Miss España, convirtiéndola en una de las modelos más cotizadas del panorama de la moda. Primera dama de honor en el certamen de Miss Universo, tiene un presente y un futuro muy prometedor encima de las pasarelas. Gracias, Patricia.

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MÚSICA…

Vanesa Klein

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Vocalista de Matinée, el productor de música electrónica y eventos más importante del país, además de productora y compositora, Vanesa no desaprovecha ninguna oportunidad para visibilizar al colectivo lésbico. Gracias, Vanesa.

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Mayte Martín

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La voz del flamenco, pero también de los boleros, y casi de cualquier palo que se le ponga por delante. Con esta sensibilidad se nace, y Mayte, además, nos la regala disco tras disco. Gracias, Mayte.

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Bastet

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La primera rapera española abiertamente lesbiana. Canta y rapea temas LGBT. Gracias, Bastet.

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EMPRESARIAS/ EMPRENDEDORAS…

Lara Franco

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Si no has estado en el Fulanita de Tal solo puede ser por dos razones: a) Nunca has estado en Madrid b) Mereces que te quitemos los bollopuntos del carnet oficial de lesbiana. Inaugurado por las hermanas Franco en diciembre de 2004 es EL bar de lesbianas por excelencia. Ay, si esas paredes hablaran… Gracias, Lara.

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Marta Fernández Herráiz

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CEO y fundadora de LesWorking, la primera red profesional internacional para mujeres lesbianas. Marta es consultora en KPMG, colabora asiduamente en MagLes y es vicepresidenta de la Cámara de Comercio LGBT de España. Se ha propuesto crear una red de lesbianas profesionales y lo está consiguiendo. Cada día son más las que se unen a LesWorking. Gracias, Marta.
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Probablemente no están todas las que son, pero sí todas las que están. Pedimos disculpas porque casi seguro que nos hemos dejado a alguien en el tintero, pero prometemos nutrir y agrandar esta lista en futuras ediciones.

Que tengáis un feliz Orgullo 2015.