Maroto se casará finalmente en su despacho en un acto “íntimo”

El exalcalde de Vitoria varía sus planes de boda ante el revuelo que ha suscitado la ceremonia a la que está previsto que acuda Rajoy

Javier Maroto, vicesecretario general del PP, en la comparecencia ante los medios en el Ayuntamiento de Vitoria

Javier Maroto, vicesecretario general del PP, en la comparecencia ante los medios en el Ayuntamiento de Vitoria. / L. RICO

El vicesecretario general del PP y exalcalde de Vitoria, Javier Maroto, ha anunciado esta mañana que contraerá matrimonio con su Josema Rodríguez, su pareja desde hace 19 años, en un acto “privado” en el despacho municipal de su partido en el Ayuntamiento de Vitoria, y no en el salón de ceremonias del Consistorio, como inicialmente había previsto.

Maroto ha tenido que variar los planes de su boda ante el revuelo que ha generado esta ceremonia, a la que tiene prevista su asistencia el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Su idea inicial era reunir a unos 275 invitados en uno de los salones nobles del Ayuntamiento de la capital alavesa. Sin embargo, ha decidido cambiar el lugar por la enorme expectación que está generando la boda y las quejas que ha planteado Podemos, que criticó la decisión de Maroto de casarse un viernes, fuera de los días establecidos para este tipo de eventos, y le exigió que corriera con los gastos de la boda civil.

El exalcalde ha anunciado que renuncia a casarse en el salón de bodas municipal y que lo hará en su despacho en un acto “privado” cuya hora aún no ha sido dada a conocer. “Será a lo largo del día de mañana en compañía de mis amigos y familiares”, ha dicho el dirigente popular. El cambio se debe, según ha explicado, a que no quiere “entorpecer el trabajo de los funcionarios” y no causar molestias en el edificio municipal.

La boda de Maroto con Josema Rodríguez ha suscitado voces encontradas en el seno del PP. Un sector del partido ha expresado su disconformidad con la asistencia de Rajoy al enlace porque su presencia podría interpretarse como una incoherencia con la posición que ha mantenido el PP al recurrir ante el Tribunal Constitucional la ley que permite el matrimonio homosexual.

Maroto ha asegurado que siente el respaldo de su partido y espera que su boda se entienda como un hecho de “absoluta normalización”. Para Maroto, el recurso que el PP presentó en 2005 ante el Constitucional “ya no es el debate de hoy” y ha asegurado que la sociedad española está “preparada para entender estas cuestiones”.

La procesión burlesca del ‘Santísimo Coño Insumiso’ llega a los tribunales

Sevilla 1/5/14 Procesion del Co–o Insumiso en el dia del trabajor. Foto: Laura Leon

Una procesión del ‘coño insumiso’ en Sevilla.// LAURA LEÓN

Una juez de Sevilla ha citado a declarar como imputados este jueves al secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) en Sevilla, Miguel Sevillano, y al secretario de Organización de la CGT en Andalucía, Félix Cervera, por un presunto delito contra los sentimientos religiosos.

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que la juez de Instrucción número 10 de Sevilla ha citado a declarar a ambos después de que la Asociación de Abogados Cristianos se querellara contra ellos por un delito contra los sentimientos religiosos en concurso con un delito de provocación a la discriminación, al odio y a la violencia por motivos referentes a la religión o creencias. Según CGT, los católicos denunciantes les piden tres años de prisión.

UN ANARCOFRADÍA MUY PECULIAR

Fue el 10 de abril de 2014 cuando la autodenominada Anarcofradía del Santísimo Coño Insumiso y el Santo Entierro de los Derechos Sociolaborales realizaba su salida procesional en Sevilla. Sin incienso, sin monaguillos y sin saetas. Pero con reivindicaciones. La Confederación General de Trabajadores (CGT) realizó una original protesta “contra la represión sindical” en la empresa de transportes Damas, con una procesión en la que sacaron a la calle un ‘Coño Insumiso’ vestido de virgen y un ataúd donde se hallaban los derechos sociales y laborales de los trabajadores.

La procesión discurrió desde la sede de la CGT hasta la Estación de Autobuses Plaza de Armas, donde se encuentra la empresa de autobuses Damas en Sevilla, responsable, según explicaron, de despedir a varias personas de su plantilla “por exigir el cumplimiento” de los derechos laborales básicos.

En la querella, consultada por Europa Press, dicha asociación relata que los hechos ocurrieron ese 10 de abril, cuando miembros del sindicato “convocaron, organizaron y realizaron” una manifestación titulada ‘Procesión del santísimo coño insumiso’ y del ‘santo entierro de los derechos socio-laborales’, que partió de la sede de la CGT en Sevilla.

Ya el 1 de mayo de 2014, se convocó nuevamente por la CGT una manifestación “semejante a la anterior”, indica la asociación, que añade que, en dichas manifestaciones, “se recreaban procesiones de Semana Santa, escenificadas en tono de burla”, todo ello “a ritmo de tamborada y presidida por el ‘paso’ de una vagina de plástico de un par de metros de altura a modo de Virgen, portada en andas”.

“MOFA” Y “ESCARNIO”

Además, y según la querella, “también se realizaron proclamas como que ‘hay que quemar la Conferencia Episcopal’ o ‘La Virgen María, también abortaría’”, todo ello “mientras la manifestación pasaba por delante de varias iglesias”.

La asociación indica que, “supuestamente, el objetivo de la manifestación era protestar por el despido discriminatorio hacia una mujer que trabajaba en una empresa, así como reclamar la mejora de los derechos sociolaborales, temas lógicos tratándose de un sindicato laboral”, pero“dichas reivindicaciones nada tienen que ver con la Iglesia Católica, y mucho menos justifican su escarnio, mofa e incitación a la violencia”.

CONCENTRACIÓN DE REPULSA

De su lado, la CGT ha emitido una nota de prensa en la que asevera que el escrito presentado por la acusación “solicita la aplicación de la pena máxima prevista para estos asuntos, en este caso de tres años de prisión, así como una multa de elevada cuantía, por algo tan subjetivo y anacrónico como es ofender los sentimientos religiosos”.

Por ello, había convocado este mismo jueves, a partir de las 10,00 horas, una concentración de repulsa ante los juzgados del Prado de San Sebastián. “Tenemos que ser muchos los que ante estos ataques a la libertad de expresión digamos ¡basta ya! No entendemos cómo la justicia española del siglo XXI se presta a seguir el juego a estos señores que pretenden convertir a la judicatura para estos casos en un nuevo y renovado tribunal de la Inquisición”, afirmaban.

Una pareja lesbiana lleva a los tribunales su exclusión de la reproducción asistida

Una pareja de lesbianas ha defendido hoy ante el titular del Juzgado de lo Social número 18 de la Comunidad de Madrid que la orden ministerial que decidió excluir de los tratamientos de reproducción asistida a mujeres sin pareja masculina vulneró su derecho fundamental a la maternidad.

Tania, nombre ficticio de la demandante, ha comparecido en la vista oral ante el juez tras denunciar al Ministerio de Sanidad, a la Comunidad de Madrid y a la Fundación Jiménez Díaz.

Según ha expuesto a Efe la abogada de la pareja, Cristina Sánchez, que forma parte de la organización Women’s Link Worldwide, Tania fue excluida del tratamiento de fertilidad en noviembre de 2014.

Meses antes, en julio de 2013, el Ministerio de Sanidad y los gobiernos autonómicos habían aprobado una nueva cartera básica del Sistema Nacional de Salud en la que la financiación de la reproducción asistida se ofrecía “por motivos terapéuticos o preventivos”.

Esta decisión se fijó en una orden ministerial publicada el 31 de octubre de 2014, en la que se excluyó de los tratamientos de reproducción asistida a las mujeres sin pareja masculina.

Rechazo en algunas comunidades

La inclusión del requisito generó el rechazo de comunidades como Andalucía, Asturias, País Vasco o Islas Canarias, así como de asociaciones de homosexuales, al entender que deja fuera de la financiación pública a lesbianas y mujeres sin pareja que pueden ser fértiles pero necesitan de estos tratamientos para poder ser madres.

Según la letrada, cuando la afectada pidió explicaciones por escrito, el propio director de la Fundación Jiménez Díaz le comunicó su exclusión del tratamiento “por no tener pareja masculina”. Seis meses después, en una nueva carta, el centro hospitalario la aceptaba de manera “excepcional” en el servicio de reproducción asistida.

En mayo pasado, explica la abogada, la unidad citó a Tania a consulta con un especialista del centro ante la revaluación “de todos los casos de pacientes”, a la espera de recibir instrucciones “sobre la adaptación de la cartera de servicios por parte de la Comunidad de Madrid”.

Pese a ello, las dos mujeres han demandado a las administraciones y al centro por “vulneración de los derechos fundamentales a la maternidad, a formar una familia”, explica la abogada, quien asegura que Tania, de 39 años, alega que “pierde oportunidad de ser madre cada día que pasa” por el retraso en la posibilidad de seguir el tratamiento.

Orden ministerial “discriminatoria”

Ambas han decidido mantener el caso para que ninguna otra mujer que opta por la maternidad sea discriminada por el sistema público de salud. En la vista oral, Tania ha aportado tres peritajes, uno de ellos del exministro Bernat Soria; mientras que, por la parte demandada, ha dado testimonio la directora de la unidad de reproducción asistida de la Jiménez Díaz.

Según la abogada, las demandantes consideran “discriminatoria” la orden ministerial y creen que la Comunidad de Madrid no debería estar acatándola, pues les exige tener una pareja masculina a ella y a todas las demás mujeres. La letrada explica que, al ser una orden ministerial, las comunidades autónomas pueden aplicarla o no.

Como ejemplo, pone el caso de Valencia, donde el cambio de gobierno regional en mayo pasado propició que ahora sí se permita el tratamiento a todas las mujeres sin restricciones -que financia la administración regional-. La Federación estatal de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (FELGTB) ha acompañado a las mujeres a las puertas del juzgado para expresarles su apoyo.

Violaciones correctivas, el castigo para “curar” a lesbianas en Perú

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Segunda marcha por la la igualdad en Lima / Amnistía Internacional Perú

“Quería ‘curarme’ a la fuerza. Lo entendí así pues me decía que no estaba bien ‘ser como eres’ y que ‘una mujer que llora por otra, no es correcto’. Nunca más quise saber de él. Tenía miedo, mucho miedo”.

Así empieza el relato de una de tantas jóvenes lesbianas que en Perú son víctimas de las llamadas ‘violaciones correctivas’. Una práctica machista no aislada que se basa en forzar sexualmente a aquellas mujeres que se atreven a mostrar en público que aman a otras mujeres.

Esta joven, que protege su identidad bajo el pseudónimo C. Lesbiana, fue violada por un vecino y amigo de la familia a quien hasta el momento había tratado como a un pariente. “Sucedió que, un día, mientras estaba llorando en mi cama, sola, la puerta estaba sin seguro, así que entró. Se acercó a mi cama y me preguntó si estaba bien. Le contesté que sí, que vaya a la sala, que me alistaba en un momento. El resto es historia”. Una historia que terminó en embarazo.

Ella no es más que otra víctima de un sistema que somete a estas mujeres con la intención de forzar a la heterosexualidad. Se trata de situaciones de violencia sexual basadas en tocamientos indeseados, que en los casos más extremos pueden desembocar en violación. Expertos y activistas explican que son castigos correctivos que causan daños físicos y psicológicos irreversibles en la víctima, y que en algunos casos se ejecutan de manera repetida si la joven no accede a “curarse” a la primera y acepta públicamente su cambio de condición sexual acatando las normas que dicta una parte de la sociedad que sigue pensando que la homosexualidad es una enfermedad.

Los crímenes que no se denuncian

Las secuelas psicológicas de estos abusos, y el sentimiento de que no son “capaces de curarse”, llevan a muchas mujeres al suicidio, cuenta Ruth Moreno, activista del Movimiento Homosexual de Lima. “Normalmente los agresores suelen ser los tíos, los primos o algún amigo cercano de la víctima”, prosigue, y asegura que aunque a través de los talleres de apoyo a colectivos LGTBI se conocen casos como estos, “nadie llega a denunciar”.

“En radio Yaraví, dos conductores de un programa narraron cómo una persona conocida había contratado a un hombre para violar a su hija lesbiana. Ella tuvo un hijo y, según ellos, logró curarse. Entre burlas y risas, comentaron sobre este delito que ha quedado impune”, cuenta una joven lesbiana de Arequipa en otro de los testimonios recogidos en el Informe sobre Derechos Humanos de Personas Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales en el Perú 2014 – 2015.

“Los hombres consideran que el acto penetrativo es un acto de corrección, lo hacen porque creen que ellas son lesbianas porque no conocen nada más”, explica Brenda Álvarez, asesora legal del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex) y especialista en temas de feminismo.

Según los colectivos de defensa de los derechos LGTBI peruanos, estos actos de violencia extrema son la culminación de repetidas amenazas a las que las mujeres lesbianas se ven sometidas. En la calle se enfrentan de manera constante a comentarios homófobos y humillantes. Críticas que conforman un recuerdo público y constante de su condición sexual y que casi siempre van acompañadas de una oferta: “Probar a un buen varón”.

Aquí, la discriminación está en todos lados, explica Moreno. En las familias “es común que las encierren en sus habitaciones, que les roben el celular y les corten la ropa ancha para obligarlas a llevar vestimenta femenina”. Incluso “las obligan a tener novio o a ponerse falda aunque a ellas no les guste”, añade Brenda Álvarez.

Las leyes peruanas dan la espalda al colectivo

Este informe, elaborado por Promsex y la Red Peruana TLGB, alerta de que la mayor parte de los casos no son denunciados y, en el caso de serlo, la víctima no especifica que se trate de abusos de intención ‘correctiva’. Según datos de Promsex, solo el 5% de los casos de violaciones a mujeres en Perú son denunciados, de los cuales no se sabe cuántos son castigos correctivos.

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Segunda marcha por la igualdad en Lima / Amnistía Internacional Perú

Perú, cuyo Gobierno no ha respondido a las preguntas de eldiario.es, no cuenta con una política nacional contra la discriminación por la orientación sexual y la discriminación de género. Así como no tiene tipificados los crímenes de odio hacia la población LGTB, causa por la que lleva años luchando Amnistía Internacional en el país. A pesar de esto, según datos de Promsex, el 90% de la población admite que existe discriminación hacia este colectivo, una percepción que no se refleja en las políticas.

En julio de 2013 el Congreso rechazó sancionar de manera explícita los crímenes de odio motivados en la orientación sexual e identidad de género y en julio de 2014 aprobó un decreto que censuraba toda mención a las personas y comunidades LGTBI. Así, según señala un informe del Movimiento Homosexual de Lima, cada semana se produce en el país un crimen de odio contra personas de este colectivo que no queda debidamente registrado y tipificado como tal.

La directora ejecutiva de Amnistía Internacional en Perú, Marina Navarro, advierte de la necesidad de “adecuar la legislación nacional con los estándares internacionales y tipificar los crímenes de odio contra las personas LGTBI” y denuncia que en el país “existe impunidad en los crímenes hacia personas LGTBI”. Resalta que a veces este tipo de crímenes “no son debidamente investigados y juzgados”.

EL FEMINISMO PUNK NO HA MUERTO

Si llegan a contarme hace años que pandillas opacas de mujeres iban a ejercer violencia física, premeditada y no asumida contra objetivos incomprensibles, valiéndose tramposamente de estrategias feministas, me habría parecido un chiste. Violencia enmascarada en autodefensa, nunca proporcional ni espontánea, nunca contra agresores de verdad ni a petición de sus víctimas. Violencia que bloquea ser respondida con una doble treta perversa: transformar los argumentos feministas en sentencias inapelables emitidas unilateralmente por estas cruzadas. Y valerse a la vez del reparo que los hombres a quienes ellas atacan o cuyas agresiones presencian tendrán en repelerlas públicamente. Te podemos pegar porque somos feministas pero tú no podrás defenderte porque somos mujeres. ¡Infame! Atrapadas en nuestras propias eternas paradojas, ¿vamos a cerrar filas para que ellas abran cabezas?

La obsesión de esta nueva táctica que combina el hoolliganismo cobarde y el lobby llorón parece ser acorralar a los que son definidos como machos enmascarados, que abogan por un cambio social que desintegre el binarismo de género. Eso sí, hombres con polla. Los transexuales quedan misteriosamente fuera de toda crítica, ¡Simone de Beauvoir debe estar arañando su tumba! Para vosotras, el nuevo enemigo son los hombres críticos con la masculinidad patriarcal. Vais a señalarlos, en parte, porque a los machos de verdad no os atrevéis ni a toserles. Para ello, lucís en la red un esencialismo bobo prefeminista que ensalza a las mujeres y envilece a los hombres.

Un ejemplo: una avanzadilla irrumpe en un concierto en Madrid contra los chicos del grupo Penetración Sorpresa. Les bañan con un cachi de orina, les lanzan compresas manchadas con su regla. No les gusta el nombre ni alguna de sus letras. Logran que se les cancelen varios conciertos. La fracción lobby exige al grupo que pida perdón y envía sus canciones al juzgado. Si no les apoyas, eres feminicida. Penetración Sorpresa: iría a vuestros conciertos con el Cojo Manteca y Wendy O’Williams si aún vivieran. El feminismo punk no ha muerto.

Prostitución y ciudadanía

La legalización y regulación de la prestación de servicios sexuales puede ser deseable, toda vez que las mujeres están mucho peor en la clandestinidad y en la alegalidad. El Estado velaría para evitar situaciones de abusos y coacciones

mercado laboral

Si existe un debate difícil, ese es el debate sobre prostitución, en parte por la complejidad del tema, en parte por la marginación y el estigma de las personas que podrían estar más interesadas en el desarrollo del mismo, o también por el desinterés en la existencia de un debate serio de quienes obtienen ingentes beneficios de esta actividad, o, más importante todavía, por la existencia de un poderoso sector de la ciudadanía que podríamos calificar de impecable e implacable. Lo cierto es que en nuestro país todo lo anterior da como resultado una situación de alegalidad e indefensión de un número importante de mujeres. Hay hombres y transexuales también en esta actividad, pero hablar en femenino refleja mucho mejor la realidad. Por supuesto, los indispensables clientes adoptan el papel de ciudadanos irresponsables.

El primer escollo importante en este debate, para muchos insalvable, es el de definir de qué hablamos cuando hablamos de prostitución o, mejor, de qué no hablamos. No hablamos aquí de trata de personas con fines de explotación sexual, ni de esclavitud, ni de ejercicio forzado, ni de tráfico, o de inmigración. Vamos a hablar de prostitución definida como “prestación voluntaria y negociada de servicios sexuales remunerados” (Maqueda). Adoptar una definición como la anterior supone una clara toma de posición.

La posibilidad de un ejercicio voluntario de esta actividad no es admitida pacíficamente. Es cierto que vivimos en una sociedad patriarcal y sexista en la cual las mujeres han ocupado tradicionalmente y todavía ocupan en buena medida posiciones de subordinación con respecto a los varones. Y por tanto no estamos en una sociedad igualitaria. En este contexto, puede ser que cierto tipo de elecciones y de preferencias, en ocasiones, tengan que ver en alguna medida con preferencias adaptativas, es decir, con ese tipo de preferencias que por decirlo de algún modo más coloquial “hacen de la necesidad virtud”. Las personas acaban prefiriendo algo que en un contexto diferente no sería una opción deseable. En este caso, consentir en el ejercicio de una actividad como la prostitución reflejaría los deseos deformados por las condiciones del sexismo cultural y unas determinadas condiciones socioeconómicas. Si llevamos esta posibilidad al extremo, no cabría una presunciónprima facie de que se ha consentido libremente en ninguna relación sexual que podamos identificar con actividades de prostitución.

No se trata meramente de despenalizar, sino de regular con una finalidad de proteger

Sin embargo, hemos de ser conscientes de que si admitimos lo anterior, y puesto que la desigualdad patriarcal permea por completo todas nuestras sociedades y todas nuestras actividades, la conclusión lógica sería que el consentimiento, cualquier consentimiento otorgado por las mujeres, al seguir inmersas en sociedades patriarcales y en situaciones de desigualdad, carecería de valor, pues nunca sería un consentimiento genuino. Si damos este paso, las consecuencias serían devastadoras y completamente indeseables, fundamentalmente para las mujeres, pero también para el resto de la sociedad. Dejaría a las mujeres inermes e incapacitadas para actuar como personas y como ciudadanas.

La prostitución es una actividad mercantil y aunque podríamos calificar a ciertos mercados como mercados nocivos, sin embargo, de tal calificación no se seguiría siempre que un mercado de ese tipo haya de prohibirse, pues en ocasiones esa prohibición intensificaría los problemas que nos han llevado a condenar ese mercado en un primer análisis. En la evaluación de los mercados no hay que olvidar nunca los efectos sobre ricos y pobres, sobre hombres y mujeres, y sobre los más y menos poderosos. Las preguntas pertinentes a la hora de realizar evaluaciones van desde cuestionar en qué medida contribuyen a una mayor igualdad, qué tipo de regulaciones y de límites son deseables y cuál es su relación con una idea de igual ciudadanía. En los análisis acerca de la prostitución, sin dejar de atribuir a esta actividad, tal y como se realiza actualmente, una influencia negativa en la persistencia de la imagen de subordinación de las mujeres y por tanto favorecedora de la desigualdad, aun así, su legalización y su regulación pueden ser deseables, pues las mujeres se encuentran en una posición mucho peor en la clandestinidad y en la alegalidad. Y el poder que pueden lograr las mujeres a partir de una regulación que las tome en consideración y castigue severamente los abusos y las coacciones, contribuiría a que alcancen una situación más simétrica en ese mercado y más igual en la sociedad.

Una prostituta no se vende ella misma, ni renuncia a su dignidad, si tal cosa pudiera hacerse

La consideración de la prostitución como un trabajo podría ser una manera de formalizar una actividad ejercida por unas mujeres, que posiblemente no sean las que pueden optar por un abanico de elecciones más amplio, y que al dedicarse a esa actividad van a quedarse desprotegidas y privadas de derechos y por tanto completamente vulnerables. La laboralización de esa actividad es lo que permitiría clarificar de una vez por todas que una prostituta no se vende ella misma, ni renuncia a su dignidad, si tal cosa pudiera hacerse, simplemente vende un servicio. Sin olvidar que el reconocimiento de su actividad como trabajo permitiría a estas mujeres acceder a la ciudadanía con plenitud de derechos, en igualdad de condiciones que los demás trabajadores, acceso que de otro modo se les niega con las implicaciones de marginación y discriminación que conlleva tal negativa. No se trata meramente de despenalizar, sino de regular con una finalidad de proteger, y esto implicaría un tipo de legislación especialmente cuidadoso con la especificidad de la actividad que se aborda. Regular esta actividad tiene que suponer, además, el firme compromiso por parte del Estado de no permitir ninguna situación de coacción y de vigilar y castigar con rigor cualquier violación en este sentido.

Para terminar, nos encontramos actualmente en una situación de regulación de la prostitución por defecto. No hay apenas regulaciones, excepto tímidos intentos municipales, pues las Administraciones no están dispuestas a asumir el coste que supone una regulación frente a la ciudadanía impecable e implacable. Así, el resultado es que ciertos grupos de presión fuertemente organizados van imponiendo sus intereses y logrando una completa impunidad e ingentes ganancias, y en la confusión, a veces interesada, en torno al tema de la prostitución, las mujeres que ejercen esta actividad siguen sometidas a los poderes mafiosos y completamente desprotegidas. Ante la incomodidad del tema, y lo bronco que puede llegar a ser este debate, tenemos que pensar con Rafael del Águila, que “hemos de resistir la tentación de convertirnos en satisfechos ciudadanos (y ciudadanas) implacables o impecables, para arrostrar la más modesta tarea de ser ciudadanos reflexivos a secas. Y no hay ley, regla o derecho que nos exima de esa responsabilidad y de los riesgos que comporta”.

Elena Beltrán es profesora titular de Filosofía del Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid.

Suscriben el presente texto Alfonso Ruiz Miguel, Antonio Arroyo Gil, Antonio Rovira, Blanca Mendoza, Blanca Rodríguez Chávez, Borja Suarez, Elena García Guitián, Enrique Peñaranda, Esther Gómez Calle, Fernando Martínez, Fernando Molina, Gregorio Tudela, Ignacio Tirado, José Luis López, José Ramón Montero, Juan Antonio Lascuraín, Juan Carlos Bayón, Julián Sauquillo, Laura Beck, Luis Rodriguez Abascal, Manuel Cancio, Manuel Sánchez Reinón, María Moreno, Mario Maraver, Marisa Aparicio, Marta Lorente, Mercedes Pérez Manzano, Pablo de Lora, Pilar Benavente, Pilar Pérez Álvarez, Soledad Torrecuadrada, Susanne Gratius y Yolanda Valdeolivas, profesores de la Facultad de Derecho de la UAM y miembros del Colectivo DeLiberación.

SUECIA ESTÁ MÁS LEJOS QUE NUNCA

ITZIAR ZIGA ACTIVISTA FEMINISTA

Que una organización no gubernamental con la relevancia y la autoridad moral en la defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional haya decidido abogar por la despenalización del trabajo sexual, supone una victoria histórica. Y no porque los gobiernos vayan a dejar de hostigar policialmente a las prostitutas o a los clientes de una noche para otra. De sobra lo sabemos: si las peticiones de AI fueran atendidas, en el mundo ya no existiría tortura. Pero en el encarnizado tira y afloja de las últimas décadas, regulación versus abolición, hacía falta un tanto tan formidable como éste a favor de las putas. Sobre todo desde que Suecia decidiera en 1999 prohibir todo trabajo sexual ideando una fórmula novedosa: condenar a los clientes y tratar categóricamente a las putas como víctimas de violencia de género, en cuya redención el Estado estará dispuesto a invertir todo el dinero que haga falta. Es decir, que el gobierno pague a las prostitutas para que dejen de serlo en nombre de la igualdad. El gobierno que se lo pueda permitir, claro está. Más aún en estos tiempos de recortes sociales y precarización de multitudes.

Da igual, extender el modelo sueco prohibicionista a todo el mundo ha sido la obsesión de una élite de mujeres organizada como lobby y autoerigida para decidir qué trabajo es conveniente y cuál indigno para el resto de las mujeres, desde sus privilegios de raza y clase. Eso sí, en nombre del feminismo. Para ellas, ha dado igual que cien prostitutas okuparan una iglesia en Lyon el 2 de junio de 1975 para denunciar la represión policial que sufrían y que en pocos días, la protesta se extendiera a todo el Estado francés, emprendiendo el movimiento de las trabajadoras del sexo en Europa. Entre ellas estaba la pionera Grisélidis Réal, quien descansa desde 2009 en el Cementerio de los Reyes de Ginebra. Tampoco han querido escuchar nunca a Pia Covre y Carla Corso, fundadoras en 1983 de la Comisión por los Derechos Civiles de las Prostitutas italianas. Y que hoy siguen acercándose por la noche a las chicas que se prostituyen en las peores condiciones por su condición de migrantes indocumentadas en las carreteras del Este, para darles protección y trasferencia de saberes. Siempre son las prostitutas más concienciadas políticamente quienes cuidan de las putas más vulnerables. Y también una orden de monjas prodigiosas llamadas oblatas.

 

 

Al lobby abolicionista siempre le dio igual de qué vivirían las prostitutas si lograban implantar el modelo sueco, cada día más lejano. Nunca he escuchado a una abolicionista criticar la Ley de Extranjería ni relacionar prostitución con capitalismo. En realidad, nunca les he escuchado escuchar a mujeres que no piensan como ellas, menos aún a una puta o a una amiga de las putas. Creo que no hay nada más patriarcal que robar la voz a una mujer con la excusa de que es víctima. Por eso celebro tanto la decisión de Amnistía Internacional de apoyar las luchas de las putas: a partir de ahora no va a ser tan fácil enmudecerlas. O al menos intentarlo. Porque nunca lograron callarlas, ni valiéndose del estigma más misógino que existe y que nos daña a todas las mujeres. Las trabajadoras del sexo han librado una batalla heroica en todo el mundo. Y hoy son más fuertes que nunca.

«A mí otras mujeres no me van a decir qué es digno y qué no lo es»

MONTSE NEIRA  PROSTITUTA E INVESTIGADORA SOCIAL

Después de trabajar de dependienta, de mujer de limpieza y de camarera, Montse Neira (Barcelona, 1960) decidió probar suerte con la prostitución, con la cual pudo costearse sus estudios de Ciencias Políticas. Cuenta su experiencia en el libro «Una mala mujer» y es una de las voces más notables a favor de los derechos de las trabajadoras sexuales.

MONTSE NEIRA PROSTITUTA E INVESTIGADORA SOCIAL

¿Qué supone la decisión de Amnistía Internacional?

El paso es muy importante, porque es una entidad con mucho peso, pero no supone que los Estados vayan a actuar de acuerdo con esa premisa, por lo que queda mucho trabajo todavía. Pero sí que nos da a las personas que ejercemos la prostitución una herramienta para poder denunciar, lo cual no es poco, ya que somos uno de los colectivos más estigmatizados. No existimos. Además, el estigma lo que conlleva es que nos sintamos culpables, sintamos miedo, vergüenza… es lo que realmente nos hace vulnerables.

¿Cuál es la importancia de no perseguir al cliente?

Es que si se criminaliza a los clientes, ¡nos quitan el pan! Con la premisa de que sea un pacto consentido entre adultos, no se puede perseguir a una persona porque quiera pagar por sexo.

Los defensores de la prohibición ya han puesto el grito en el cielo…

Que se metan en sus asuntos y nos dejen tranquilas. Ahora ya nos acusan a las activistas proderechos de tener detrás a la industria del sexo. No se puede entender si no es por esos prejuicios y esas moralidades que les persiguen. Pero mira, a mí la dignidad como persona no me la da o me la quita nadie desde una posición de privilegio; con mi vagina, mi boca y mis manos hago lo que quiero. Y otros trabajos, que pueden ser muy dignos y aceptados, a mí no me dan de comer ni cubren mis necesidades básicas.

¿Qué le ha aportado a usted el trabajo sexual?

Yo empecé porque quería dejar de ser pobre y dejar de trabajar con cosas que me enfermaban. Me arriesgué y me salió bien, y además me di cuenta de que estaba bien, ganaba dinero, tenía una vida digna, cubría mis necesidades básicas y me podía permitir algún capricho y todo. Y con mis clientes estaba bien y con las demás relaciones sexuales también. ¿Acaso estaba haciendo algo mal, como algunas me querían hacer creer? Es entonces cuando me empoderé, me quité la vergüenza y empecé a dar la cara. A mí otras mujeres no me van a decir qué es digno y qué no es digno.

La resolución de AI incluye a los burdeles. ¿Qué le parece?

Es un asunto más complicado, porque yo he trabajado en burdeles y ahí sí que hay mucha explotación. Yo siempre digo que, si se legalizan tiene que ser para que la persona que ejerce la prostitución en un local sea la que decida las prácticas sexuales que quiere hacer y los clientes con los que quiere trabajar. Esa es la premisa que tenemos las independientes y la verdad es que en los burdeles no siempre se cumple.

Organizaciones feministas solicitan la dimisión de Santano como presidente de Eudel

Varias organizaciones feministas han iniciado una recogida de firmas para solicitar la dimisión del recién nombrado presidente de Eudel, José Antonio Santano. Creen que el «inadmisible comportamiento» mostrado por el alcalde de Irun le inhabilita para el puesto al que accedió el pasado julio.

2014-06-30, Irun, Jaiak, Alardea. 2014 San Martzialak. Irudian San Martzial eguneko ALARDE TRADIZIONALA, diskriminatzaileari babesa ematen Jose Antonio Santano alkatea eta PP, PNV eta PSEko hautetsiak. 30-06-2014, Irun, Fiestas 2014 San Marcial. En la imagen el Alarde tradicional y discriminatorio siendo recibido por el alcalde Jose Antonio Santano y concejales de PP, PNV y PSE.

2Jose Antonio Santano recibe al Alarde discriminatorio en 2014. (Jon URBE / ARGAZKI PRESS)

Arabako Emakumeen Asanblada, Basauriko Emakumeen Taldea, Bilgune Feminista, Feministalde, Medeak y Plazandreok figuran entre las organizaciones feministas que han iniciado una recogida de firmas para solicitar la dimisión de José Antonio Santano, alcalde de Irun, de su presidencia en Eudel, al que accedió hace tan solo un mes.

Según detallan en el texto con el que han iniciado la recogida de firmas en internet, Santano no debería haber ocupado el cargo por «su animadversión a la igualdad de mujeres y hombres demostrada fehacientemente con su inadmisible comportamiento en el Alarde de Irun».

Subraya el texto que los gobierno municipales del Ayuntamiento de Irun «han desafiado la legalidad y a las mujeres que pedían igualdad dando un trato diferente a los dos alardes (…) siempre en detrimento del alarde igualitario». Este último, recuerdan, «que hasta la fecha nunca ha sido recibido por el alcalde».

En el texto desmontan, también, los argumentos ofrecidos por el Ayuntamiento de Irun para proseguir con la discriminación en el Alarde.

Según recoge el texto, Eudel ostenta a día de hoy la Presidencia del Comité de Igualdad del CMRE (Consejo de Municipios y Regiones de Europa), máximo órgano coordinador de las políticas locales de igualdad en la Unión Europea. Una tarea incompatible con tener como presidente al regidor irundarra, según las impulsoras de la solicitud.

También denuncian que mantener a Santano al frente de Eudel supone «reírse» y «menospreciar» a instituciones como Emakunde, el Ararteko o la Diputación de Gipuzkoa que presidida por EH Bildu en la anterior legislatura mostró su apoyo al Alarde igualitario.

Alison Bechdel: “Nuestra cultura se ha volcado en lo gráfico”

La dibujante Alison Bechdel, fotografiada en Nueva York

La dibujante Alison Bechdel, fotografiada en Nueva York. / SARAH SHATZ

En la primera viñeta de la novela gráfica Fun Home (Reservoir Books), su autora Alison Bechdel (Pensilvania, 1960) aparece retratada de niña jugando, levantada sobre las piernas de su padre. El texto que acompaña la imagen habla del mito de Ícaro y de humor negro, y sienta el tono de estas inolvidables memorias con las que Bechdel sedujo a la crítica y a millones de lectores. La voz de la dibujante adulta que repasa la historia de su exigente padre, un voraz lector obsesionado con las antigüedades y la restauración de una casa histórica, se funde con la de la niña incapaz de entender la homosexualidad reprimida de su progenitor, y con la de la adolescente que decide salir del armario. Las referencias literarias y la potente sinceridad de la historia convirtieron este libro en un fenómeno entre el público que no acostumbra a leer novela gráfica. Pero aún más sorprendente ha sido el apabullante éxito que ha tenido la adaptación a un musical de esta obra, que este año arrasó en Broadway y se alzó con cinco premios Tony.

Inmersa en plena vorágine mediática en la semana previa a la ceremonia de los premios, Bechdel no sale de su asombro. Educada y tímida, viste traje oscuro y gafas de pasta. Ha dejado su casa de Vermont para atender a la prensa y lleva unas semanas intensas. “Ahora necesitaría hacer otro libro para explicar lo extraño y potente que ha sido el proceso de este precioso musical”, comenta en una terraza de Tribeca.

PREGUNTA. Publicó Fun Home y luego vino su siguiente libro¿Eres mi madre? para explicar, entre otras cosas, lo complicado que fue poner por escrito aquellas primeras memorias.

RESPUESTA. Fun Home es una historia dura y pensaba que no iba a ser capaz de contar los secretos, que mi padre era gay y que se mató. Pero tenía un extraño sentido de deber, sentía que tenía que hablar de todo esto públicamente. Esto planteaba muchos problemas en mi entorno familiar y tenía que arreglarlo con mi madre. Para ella fue difícil pero se mostraba comprensiva con el impulso creativo y lo respetaba.

comic de  Alison Bechde

P. Ahora la historia se ha convertido en un musical con tres actrices interpretando a Alison Bechdel (de niña, de adolescente y de adulta) simultáneamente en el escenario.

R. Sí, he probado mi propia medicina, supongo que es lo que mi familia sintió al verse retratados como personajes. Es algo incómodo que te chirría, pero lo cierto es que tanto la autora del libreto como la compositora han sido muy fieles al libro: se han centrado en ese material y los personajes siento que son personas reales. Me he sentido muy bien al ver distintas versiones de mí misma, aunque un poco confundida.

P. ¿Por qué?

R. He estado viviendo en mi pasado, pero a mi manera, ahora los recuerdos se me confunden, a veces no sé que es un recuerdo y qué es parte del libreto. Escribí esto libros para dejar el pasado atrás y resolver algunos asuntos, salieron algunas cosas del disco duro pero el data vuelve a ocupar espacio de memoria.

P. ¿Cuál piensa que fue la clave del éxito de Fun Home?

R. Como era una novela gráfica pilló a todo el mundo por sorpresa. Cuando salió a principios de la década del 2000 era un momento excelente para ese género, estaba cobrando un nuevo impulso.

P.¿Es esta una edad dorada para la novela gráfica?

R. Definitivamente nuestra cultura se vuelca en lo gráfico. Mira los emoticonos, yo pensaba que eran algo ridículo y ahora los uso. Parece que hay algo en la manera que usamos las palabras y la imagen hoy en día para comunicar. Spiegelman demostró con Mauslo que se podía hacer, es un medio increíble para narrar. También Joe Sacco probó que era una buena manera de dar cuenta de lo que estaba pasando en el mundo. Luego están los cómics de los 80 de Robert Crumb, o la serie autobiográfica de Harvey Pekar American Splendor. Hoy hay cada vez más obras extensas y autobiografías gráficas, las imágenes permiten procesar las historias de manera más compleja. Yo de pequeña leía los cómics del movimiento underground y aquello dejó un poso.

P. ¿Ha cambiado su forma de trabajar?

R. Empecé mucho antes de la preeminencia de los ordenadores, con tinta y papel. Cuando empezó a imponerse Internet incorporé el uso del escáner y de photoshop, escaneaba mis dibujos. Y también usé mucho la fotografía digital.

P. ¿Cómo?

R. En Fun Home usé más de 4000 fotografías. Frente a un trípode representaba las escenas y las poses y las expresiones de los personajes. Esto me daba un mayor conocimiento de lo que les estaba pasando. Los dibujos se fueron haciendo más complejos.

P. ¿La parte grafica era el punto de partida?

R. Empecé a escribir Fun Home en un procesador de texto, pero tenía que dibujar, así que escribía en las viñetas de un programa de dibujo. El texto era el guión a partir del cual dibujaba.

P. ¿Esto lo volvió más difícil?

R. La dificultad era emocional, así que cualquier escollo adicional era una distracción a la que daba la bienvenida. Fun Home fue un libro muy doloroso de escribir. Nunca hasta entonces había pasado el luto por mi padre, ni me había enfrentado a las mentiras y errores que arrastraba esta historia, ni a mis emociones al respecto.

comic de  Alison Bechde 2

P. ¿Había algo que quería evitar a toda costa?

R. No quería que fuese un libro sobre homosexualidad, sobre yo y mi padre gay. Quería que tratara sobre la vida de él, y una parte fue su dificultad para salir del armario, pero no sé realmente lo que él pensaba. Quería reflejar de una manera honesta la complejidad y los matices.

P. ¿Hubo mucha edición?

R. Llevaba trabajando 20 años como dibujante y nunca me habían editado. Fun Home era mi primera novela gráfica y fue la primera vez que trabajé con un editora, ella me ayudó a recolocar todo, le enviaba el texto, ella lo editaba y luego yo me ponía a dibujar.

P. Así que las palabras tuvieron un peso excepcional.

R. Fueron el principio, pero las imágenes son parte esencial de esta historia. Las fotos que sacaba de mí misma fueron un elemento clave para empujarme a querer saber más; las palabras, las escenas y los recuerdos. La memoria tiene mucho que ver con ejercitarla.