Menores y mujeres son las principales víctimas de los delitos de odio

Cuatro de cada diez agresiones denunciadas en 2014 fueron por orientación e identidad sexual

MADRID – El pasado año se cerró con un total de 1.285 delitos de odio, según el informe al respecto presentado ayer por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. En este estudio se refleja que los delitos por razón de la orientación sexual de la víctima son los más repetidos (con 513 casos), seguidos de los delitos racistas (475 casos), aquellos dirigidos contra los discapacitados (199), por creencias religiosas (63 casos) y actitudes antisemitas (24 casos). Finalmente hay un 0,9 de delitos de aporofobia, acciones contra mendigos.

En este informe se detalla además que la mayoría de estos delitos de odio se producen en el interior de las viviendas, que el 54% de las víctimas son de nacionalidad española, mujeres y el 25% menores de edad. Según dijo el ministro, dos de cada tres delitos de este tipo son esclarecidos por las autoridades al tiempo que hizo especial hincapié en que la importancia de que las víctimas denuncien.

En cuanto a la tipología delictiva, lo que más se repiten son las agresiones de tipo sexual, un total de 308 repartidas en 157 abusos sexuales, 77 agresiones sexuales y 74 agresiones sexuales con penetración. Le siguen las lesiones (179 casos), amenazas (145), vejaciones leves (84), injurias (63), actos racistas y xenófobos en el deporte (58), daños (41) y el resto (407).

Preguntado acerca de si se ha detectado un cambio en los delitos registrados en el ámbito del deporte tras la muerte del hincha del Deportivo, el ministro aseguró que no se ha dado un incremente mientras que sí se ha extendido una mayor sensibilización contra la violencia en los estadios, algo que ha considerado “positivo”.

MOTIVACIÓN IDEOLÓGICA Los delitos de odio se distribuyen en estas seis categorías siguiendo una clasificación internacional establecida por la Agencia Europea de Derechos Humanos, según explicó Fernández Díaz, quien matizó que algunas de las conductas registradas en este informe tan sólo son consideradas faltas administrativas en las leyes españolas, aunque se les llame delito en el estudio. Para el año que viene se contabilizarán también los delitos relacionados con violencia de género y los delitos de motivación ideológica.

En cuanto a la separación de los delitos de antisemitismo del resto de delitos por motivos religiosos, el ministro recordó que las acciones contra la comunidad judía están tipificadas como tal en el Código Penal y no responden sólo a cuestiones religiosas, sino también a una motivación racista. Preguntado acerca de un posible incremento de la amenaza yihadista contra intereses judíos en España, el ministro se limitó asegurar que su Departamento está en constante comunicación con los representantes de la comunidad hebrea.

Los datos presentados en este informe reflejan un incremento del 9,6% de delitos de odio registrados durante el año 2013, si bien el ministro puntualizó que este aumento se debe a que, por primera vez, se han integrado los resultados de todas las policías autonómicas.

Repartido por comunidades son Andalucía, Catalunya, Valencia y el País Vasco las que se sitúan a la cabeza, si bien Fernández Díaz recordó que son las más pobladas. Por provincias la clasificación la encabeza Barcelona, seguida de Cádiz, Madrid y Sevilla. – Europa Press

Estrasburgo paraliza la expulsión de una camerunesa que ha pedido asilo

El aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid se ha convertido en su casa durante los últimos 20 días. Allí, entre pasajeros que van y vienen, ha esperado que España le conceda el asilo. No lo ha conseguido, pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha paralizado su expulsión. Una mujer camerunesa ha huido de su país porque, según su relato ante la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), fue víctima de un matrimonio forzado y violencia de género.

La Oficina de Asilo y Refugio había denegado su petición, pero CEAR interpuso un recurso ante la Audiencia Nacional para que revise la decisión y, mientras lo hace, autorice su permanencia en España a través de una medida cautelar. ¿El motivo? “Los numerosos indicios que evidenciaban un riesgo real para su vida e integridad física en caso de su devolución a Camerún”.

La Audiencia Nacional, sin embargo, rechazó dicha autorización y, frente a la inminente expulsión de la mujer, el pasado viernes CEAR pidió al Tribunal Europeo que aplicara la regla 39 para evitar su salida de España. “Básicamente, lo que ha ordenado el tribunal es que se paralice la expulsión mientras se agota la vía judicial interna, es decir, mientras la Audiencia Nacional responde el recurso contencioso administrativo que hemos presentado. Es más, si la Audiencia Nacional ratifica la decisión de la Oficina de Asilo, aún podemos recurrir ante el Tribunal Supremo“, explica Paloma Favieres, responsable del Área Jurídica de CEAR.

La mujer, que no llega a los 30 años de edad, ya ha abandonado el aeropuerto. En principio, añade CEAR, tiene una autorización de “permanencia” en España que no le permite trabajar y, por tanto, mantenerse por sus propios medios. El alto tribunal ha indicado que, en cumplimiento de la regla 39, la mujer “no debe ser expulsada en espera de la resolución de los tribunales españoles”. El Estado español “debe mantener informado” al Tribunal de Estrasburgo de las “decisiones adoptadas en los procedimientos internos”.

 

Varón, español y homófobo. El perfil del agresor en los delitos de odio

Cada día se producen en España casi cuatro ataques de media por razones de identidad, orientación sexual, raza o religión de la víctima

Un niño, sobre los hombros de su padre, participa en Belgrado en una manifestación contra los homosexuales.

Un niño, sobre los hombros de su padre, participa en Belgrado en una manifestación contra los homosexuales. / REUTERS

Un hombre español, adulto, es el principal agresor en delitos de odio. Los varones son responsables del 93% de los ataques motivados por la identidad u orientación sexual, la raza o la religión de la víctima. De los más de 1.200 casos que identificó la Policía en 2014, las agredidas fueron en su mayoría mujeres. Y en una proporción elevadísima, menores de edad. Por ser quienes son sufrieron palizas, abusos y agresiones sexuales, robos y amenazas. Gais y lesbianas fueron el objetivo de ataques que, en muchas ocasiones, no se atrevieron a denunciar.

Los delitos de odio son aquellos en los que el atacante elige a su víctima por la pertenencia de esta a un determinado grupo. Transexuales, homosexuales, personas de otras etnias y religiones, gente sin hogar o discapacitados entre otros colectivos. Desfavorecidos, desprotegidos y aislados, durante muchos años han sido víctimas fáciles e invisibles.

Desde 2013, el Gobierno recopila los casos de los que tienen conocimiento las fuerzas de seguridad y elabora un informe con el objetivo de llamar la atención sobre el problema. «Tenemos que construir esta sensibilización», aseguró el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, durante la presentación del documento.

«Tenemos que lograr que afloren estos casos, que tanto las víctimas como la sociedad civil denuncien estos delitos. Hay que sacarlos a la luz y tenemos que conocer el índice real de los delitos de odio, y a partir de ahí lograr que las víctimas se sientan protegidas y denuncien».

El informe, reconoce el ministro, solo refleja una pequeña parte del problema. Nadie sabe su magnitud exacta. En 2014, el conjunto de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado identificaron 1.285 delitos, casi un 10% más que un año antes. De este aumento en las estadísticas, aclaró Fernández Díaz, no se puede deducir que aumentasen esta clase de agresiones, sino que se identificaron más. Han aumentado tanto el número de fuentes como la diligencia de los policías a la hora de registrarlos como delitos de odio. «Solo representan la punta del iceberg», asegura Rubén López, miembro de la ejecutiva de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).

Policía más sensible

El colectivo más afectado fue, precisamente, al que busca dar apoyo esta organización. Sufrieron cuatro de cada diez delitos de odio de los registrados. «El año pasado elaboramos un informe en el que identificamos que entre el 60% y el 90% de esta clase de agresiones nunca se denuncian», explica López. «Por miedo a la Policía, a que se rían de ellos o a que se entere la gente». Reconoce que la situación poco a poco mejora -la Policía es más sensible a esta situación y los agredidos están más concienciados a denunciar-, pero aún son mayoría los que sufren palizas sin ponerlo en conocimiento de las autoridades.

Otros colectivos, asegura, puede que lo tengan todavía peor para llamar la atención sobre su situación. «Un indigente no tiene a quién recurrir. Es casi imposible saber las agresiones que sufren», recalca López. Según el informe del Ministerio, en 2014 solo se identificaron once casos en toda España.

Según el informe elaborado por Interior, los menores son un colectivo especialmente sensible a los delitos de odio. De los 1.285 casos identificados, en casi uno de cada cuatro la víctima era menor de edad. «Es un porcentaje muy elevado», aclaró Fernández Díaz. Cuando se analizan todos los delitos penales que ocurren en España, aseguró, estos solo son víctimas en un 3,27% del total de los casos. «Esto indica que los menores son un colectivo de riesgo cuando hablamos de delitos de odio», recalcó. También esto lo percibe la FELGBT.

Algo más de la mitad de víctimas de delitos de odio que registró el ministerio fueron mujeres, el 54%. Ellas sufrieron sobre todo agresiones y abusos sexuales. Ellos, por su parte, padecieron palizas, amenazas y otra clase de vejaciones. La mayoría de estos ataques se cometieron dentro de una vivienda, aunque no pocos ocurrieron en la calle o en locales de ocio. Tanto en el caso de los afectados como de los agresores, el perfil más frecuente es del de un adulto español de entre 26 y 40 años.

«Queda mucho camino por andar», aseguró Fernández Díaz. «Pero hacemos camino al andar y el ambicioso proyecto de recopilar datos ha permitido que España se encuentre entre los cinco países de referencia en la Europa».

El 40% de los delitos de odio en 2014 estuvo vinculado a la orientación sexual de la víctima

El ministro del Interior, Jorge Fernández Diaz, ha presentado en rueda de prensa los datos disponibles sobre los crímenes de odio registrados en España en 2014 por las fuerzas de seguridad. Identificaron 1.285 en total. El número es cerca de un 10% mayor que un año antes, aunque según el ministro esto no tiene por qué deberse a un aumento del número real de casos. Entre las explicaciones probables, ha aclarado, está el aumento del número de fuentes disponibles -en 2013 no se incluyeron los de la Ertzaina- y a un proceso de identificación mejorado.

Igual que en 2013, las víctimas mayoritarias fueron las que sufrieron ataques motivados por una cuestión de orientación o identidad sexual; más de 500 fueron de esta clase. Las agresiones por cuestión de racismo o xenofobia sumaron 475 casos.

Según estos datos, elaborados por el Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, la inmensa mayoría de agresores fueron hombres -un 93%-, y algo más de la mitad de las víctimas fueron mujeres -un 54%-.

Alan Turing, descodificado

alan turing

Alan Turing

 

“Este es el manuscrito más fascinante que he tenido en mis manos”, explica Cassandra Hatton al referirse al cuaderno de trabajo de Alan Turing que se subasta este lunes en Bonhams Nueva York y que espera alcanzar una cifra de siete dígitos; un millón de dólares como mínimo. El trabajo del matemático británico se ha popularizado con el estreno de la película ‘El código Enigma’ y este cuaderno es, simplemente, diferente.

Hatton, responsable de Historia de la Ciencia y la Tecnología de Bonhams y experta en libros raros y manuscritos, ha manejado otras piezas de valor incalculable de Galileo Galilei, de Albert Einstein o de Albert Newton. Pero este es el primero de su lista. “Es algo que muy pocas personas han tocado alguna vez, que casi nadie sabía que existía”, dice Hatton satisfecha de poder compartir esta obra única con el público después de un año de inmersión entre sus páginas.

Tras dos horas mostrando el manuscrito y el funcionamiento de una máquina ‘Enigma’ empleada en la II Guerra Mundial, cuyo código consiguió romper Turing para descifrar los mensajes del ejército nazi -algo que en cierta medida alteró el destino del conflicto y salvó miles de vidas-, la experta sigue mostrándose feliz de explicar la grandiosidad del cuaderno.

Comprado en una papelería de Cambridge (Reino Unido), el manuscrito consta de 56 páginas y sus escritos se corresponden con los años 1942-1944, cuando Turing trabajaba en el complejo secreto de Bletchely Park para desentrañar el Código Enigma, según referencias en sus páginas. Considerado el padre de la Ciencia de la Computación, el matemático plasmó en ellas “cómo afrontaba los problemas, su método… es muy diferente a sus trabajos publicados y deja ver su personalidad”, resalta Hatton. Entre sus anotaciones, figura una en la que explica lo “extremadamente difícil” que le resulta entender una fórmula de Leibniz. El matemático pasó muchas horas analizando el trabajo del pensador alemán.

Porqué estaba escondido

Cuatro meses antes de que Turing se quitara la vida en 1954 -como consecuencia de un tratamiento hormonal que fue obligado a seguir para ‘curar’ su homosexualidad y así evitar la prisión-, el padre de la Ciencia de la Computación escribió sus voluntades y dejó sus trabajos a un matemático amigo, Robin Gandy.

En 1977 Gandy depositó los papeles de Turing en el Archivo del King’s College, pero se guardó este cuaderno cuyas páginas están divididas en dos partes claramente diferencias, de 26 y 27 páginas respectivamente comenzando, cada una de ellas, por un lado del cuaderno. Las que quedaron en blanco, sirvieron a Gandy como el mejor escondite para escribir su diario más íntimo. “Parece un apropiado disfraz que escriba estas notas entre las anotaciones de Alan, pero posiblemente es un poco siniestro”, apuntó el discípulo de Turing.

Hace dos años aproximadamente que se conoció la existencia de este manuscrito. A Bonhams y a Hatton llegó hace uno, cuando los clientes se pusieron en contacto para investigar sobre el documento. Parte del valor que alcance el cuaderno en la subasta será donado a obras de caridad, según la compañía.

Este lunes, además del manuscrito, también se subastará una máquina ‘Enigma’ de 1944, como las utilizadas por el ejército alemán durante la II Guerra Mundial, cuyo precio estimado está entre 140.000 y 180.000 dólares.

Con apariencia de una máquina de escribir tradicional, sus tripas esconden un sistema de cifrado que convierte las letras pulsadas en otras diferentes: las combinaciones son múltiples. Turing encontró la fórmula para leer ese código en tiempo récord y sin la guía de descrifrado.

Esta labor requería muchas ‘manos’, especialmente femeninas. “Aunque en la película parecen seis o siete personas, miles trabajaban contrarreloj para romper el código. Y eran, principalmente, mujeres”, explica Hatton. Se refiere a las WREN (‘Women’s Royal Naval Service’), que trabajaron en Bletchely Park.

No es de extrañar que junto a estas dos piezas, Bonhams subaste también una carta del siglo XIX escrita por Ada King, condesa de Lovelace y considerada la primera programadora.

La hija de Lord Byron escribió el algoritmo necesario para construir la primera computadora junto al matemático e ingeniero Charles Babbage con el que empezó a colaborar cuando tenía 18 años. La misiva de 1839 está valorada en 25.000-35.000 dólares.

Este lunes, en el centro de Manhattan un pedazo de la historia de la computación cambiará de manos. Queda por ver a qué precio.

Diez años de avances y retos

El ararteko expone a EL MUNDO los cambios en Euskadi a escasos días de dejar el cargo

El ararteko, Iñigo Lamarca, que dejará el puesto el próximo jueves, atiende a los medios de comunicación

El ararteko, Iñigo Lamarca, que dejará el puesto el próximo jueves, atiende a los medios de comunicación. EL MUNDO

Iñigo Lamarca ya cuenta con los dedos de una mano los días que le faltan para abandonar la Defensoría del Pueblo Vasco. El próximo jueves, el ararteko dejará la que ha sido su casa durante diez intensos años en manos de su adjunta, Julia Hernández, que se hará cargo de su cuidado hasta la llegada de su nuevo propietario, Manu Lezertua. Desde su cargo, Lamarca ha sido testigo en primera fila de una década de evolución en Euskadi. En todo este tiempo ha conocido avances en muchas áreas gracias a cambios de políticas públicas (impulsados en algunos casos desde su oficina) que han ido en «la buena dirección», pero que todavía están pendientes de pasos importantes. Con la mirada puesta en el pasado y en el futuro, el ararteko desglosa a EL MUNDO los diez principales ámbitos que han presentado avances en diferente grado durante su mandato (uno por cada año) y que por su proyección de futuro van a ser fundamentales abordar en la próxima década, marcando la intervención de su sucesor.

El fin de ETA y las víctimas de terrorismo

El cese de la violencia de ETA ha sido la noticia con mayúsculas de la década, si bien hay que exigir a ETA su disolución «desde la perspectiva de los derechos humanos» y para la consolidación de «los derechos humanos y los valores democráticos». En este ámbito, Lamarca estima que «aún queda un amplio recorrido» para que «los derechos que a todas las víctimas del terrorismo les reconoce el ordenamiento jurídico, y en especial la ley vasca 4/2008, sean reales y efectivas».

La diversidad afectivo-sexual en las escuelas

El informe del ararteko sobre valores de los menores de edad, publicado en 2009, destapó la existencia de ideas y actitudes homófobas en un 15% de niños y adolescentes. Desde el punto de vista de los derechos humanos, Lamarca ve necesario trabajar en la escuela vasca en valores de respeto a la diversidad afectivo-sexual, así como a la diversidad de tipos de familias. A este respecto, celebra que la Administración vasca «ha sido sensible a esta realidad y ha puesto en marcha iniciativas», en el marco del servicio público Berdindu, para abordar estos temas en las aulas.

Gestión de RGI. Lucha contra la exclusión social

El estallido de la crisis, con el consiguiente aumento de las solicitudes de las diferentes ayuda sociales, y el no óptimo cambio del modelo de gestión a comienzos de 2012 a manos de Lanbide produjo un periodo de cierto caos en la gestión de la RGI y un aumento espectacular de las quejas al ararteko. El escenario «no es aún óptimo», ya que «se siguen arrastrando problemas del pasado y todavía existen disfunciones en el trabajo de Lanbide», pero la situación de «mala administración» se «ha ido corrigiendo» y «se puede afirmar que se va mejorando progresivamente la gestión de la RGI», un dispositivo «absolutamente necesario para luchar contra la exclusión social y que es referente en toda España».

La enfermedad mental. Ingresos involuntarios

Las enfermedades y trastornos asociados a la salud mental están cobrando una importancia cada vez mayor. Si bien las enfermedades más agudas (esquizofrenia, psicosis o trastorno bipolar) no han experimentado «incrementos notables», los trastornos más leves como depresiones, comportamientos disruptivos o trastornos de personalidad «han aumentado o, al menos, son realidades más visibles y conocidas que en el pasado». Para el ararteko es importante «reforzar la atención comunitaria» y «garantizar debidamente los derechos de estas personas, sobre todo en los procesos de internamiento involuntario. Asimismo, es preciso prestar «la ayuda necesaria» a sus familiares. En este ámbito, se han producido «avances y mejoras» pero «aún hay que seguir trabajando con ahínco».

Las mejoras para las personas con discapacidad

.Un informe del ararteko puso de manifiesto la existencia de numerosas barreras arquitectónicas para las personas que tienen discapacidad, en especial, en relación al uso del transporte ferroviario. No obstante, resalta que las actuaciones de las administraciones «van en la buena dirección» y «han hecho muchos progresos». Lamarca alerta de que no hay que relajarse en este ámbito ya que el número de personas con discapacidad o con dependencia «tiende a aumentar en paralelo al aumento de la esperanza de vida».

El derecho a la vivienda

El ararteko elaboró un informe extraordinario que incluía una serie de medidas y modificaciones en las políticas de vivienda en el País Vasco para incorporar «prácticas exitosas en algunos países europeos». Entre ellas, se pedía «un cambio radical» en la dación de vivienda a las personas necesitadas: «habría que potenciar el alquiler en lugar de la transmisión de la propiedad de la vivienda». Lamarca aprecia que «en las políticas públicas se está produciendo un giro en esa dirección».

La atención a las personas mayores

.Los recursos para atender a las personas mayores (residencias, centros de día, asistencia domiciliaria o ayudas de la ley de dependencia) han ido aumentando y mejorando en los últimos años, pero en todo caso esta cuestión constituye «uno de los mayores retos de las administraciones públicas competentes». Así, Lamarca alerta de que «es de vital importancia que se potencie el espacio sociosanitario». Según apunta, los sistemas de salud y de servicios sociales «han de interactuar de manera más eficaz para facilitar la atención sociosanitaria». Con franqueza, admite que «se está avanzando de manera excesivamente lenta en lo relativo a los recursos de carácter sociosanitario», siendo el principal obstáculo la «inexistencia de un verdadero sistema de servicios sociales, armónico, cohesionado y coordinado».

La participación en procesos medioambientales

La sensibilidad social ha aumentado considerablemente en la última década en todo lo relativo a la preservación del medio ambiente y al cuidado de la salud, lo que ha «evitado la aparición de elementos contaminantes o nocivos para la salud». El paso del tiempo ha derivado en la existencia de grupos y organizaciones sociales y vecinales «cada vez más numerosos y mejor formados e informados», por lo que la Administración «no puede dar la espalda a esta nueva realidad». De este modo, Lamarca considera que «es necesario habilitar vías de participación ciudadana e incrementar la transparencia de los procesos de decisión», como se refleja en las numeras recomendaciones que ha formulado en relación al acceso a la información y el derecho de participación.

La igualdad en la educación

Según numerosos indicadores, el sistema educativo vasco está en niveles «razonablemente buenos» en la calidad de la enseñanza y la garantía de la igualdad en el acceso a la educación y a sus recursos. Pero, como constata Lamarca, «hay ámbitos de mejora», como «un reparto más equitativo y homogéneo» de los niños de familias de personas inmigrantes o gitanas para facilitar la inclusión social y la igualdad de oportunidades, garantizar una misma calidad en todas las escuelas y evitar el riesgo de guetización. A este respecto, hay diferencias entre la red pública y la concertada, y hay centros escolares con un índice «excesivamente elevado» de población inmigrante. También cita el acceso a la educación no obligatoria para menores de seis años, ya que se «aprecia la existencia de déficits en el tramo de 0 a 2 años», así como «la educación especial», que «es muy importante para dar asistencia y garantizar la educación y la igualdad de oportunidades a quienes tienen alguna discapacidad física o intelectual.

La igualdad en el ejercicio del derecho al trabajo

. Lamarca es muy contundente en esta cuestión. «Es cada vez más evidente que son necesarias políticas públicas eficaces para garantizar ese derecho», señala. La preocupación se orienta tanto al «elevado índice de desempleo», que «afecta de manera dramática a las generaciones más jóvenes», y al «aumento espectacular de la precariedad y de los salarios por debajo de los 1.000 euros». En este escenario de creciente desigualdad, el ararteko sostiene que las políticas públicas deben «fijar como prioridad, en concertación con las organizaciones empresariales y sindicales, la creación de empleo y el aseguramiento de que ese empleo ha de cumplir unas condiciones mínimas en lo relativo a las condiciones laborales y al salario».

Soy soldado, soy homosexual

La presencia de militares gays en el Ejército sigue siendo un tema tabú . El apoyo mutuo y la valentía ante un ambiente hostil se han convertido en sus únicas armas ante la beligerancia de algunos compañeros y la indiferencia de la institución.

MADRID.- El próximo mes de septiembre se cumplirán 15 años desde que el teniente coronel José María Sánchez Silva anunciara su condición de homosexual en la portada de la revista Zero. Fue el primer soldado gay en dar un paso al frente. En los albores del nuevo siglo, Sánchez Silva denunció que las Fuerzas Armadas se habían democratizado, pero la equidad de derechos no había llegado hasta las soldados lesbianas y gays. “Seguimos en las catacumbas. Lo justo parece la discreción, pero eso nos lleva a renunciar a nuestros derechos, a sufrir en silencio”, afirmó el oficial del Ejército de Tierra. Aquellas declaraciones dinamitaron su brillante carrera militar. ¿Valió la pena?

Tres lustros después, la situación parece no haber cambiado demasiado. “No hay ninguna regla que no te permita decirlo, pero tú sabes que si lo dices puedes tener muchos problemas”, explica David Thovar, cabo retirado del Ejército de Tierra. Efectivamente, en las Fuerzas Armadas nunca ha existido una ley como la ya abolida Don’t ask, don’t tell (no lo preguntes, no lo cuentes) que obligaba a los soldados estadounidenses a guardar silencio sobre su orientación sexual si ésta difería de la heterosexual. Pese a ello y como denunció Sánchez Silva, el silencio sigue imperando.

David Thovar entró en el Ejército en 1997. Desde la profesionalización de las Fuerzas Armadas es inútil preguntar a un soldado los motivos que le llevaron a enrolarse. “Vocación” se cuela siempre en la respuesta. También en la de David, pese a que era consciente de que tendría que mantener en secreto una parte de sí mismo. “Tampoco había visto noticias de que hubiera casos crueles o de discriminación. Yo pensaba: si no me gusta, no renuevo y ya está. Pero iba en la sangre e iba renovando”.

Camaradas, enemigos

“Una vez vi como un soldado salía de la formación diciendo: A mí no me manda una mujer, y menos lesbiana. Salió de la formación y se largó. Pidió la baja psicológica, pero yo creo que fue para protegerse del marrón que le iba a caer”, relata David, que pertenecía al regimiento de Infantería Castilla nº16, acuartelado en Badajoz. Muy pronto descubrió que su principal problema en el Ejército serían algunos de sus compañeros, que se mostraban abiertamente hostiles con la homosexualidad ante la pasividad de sus superiores. Cargaban sus armas con años de prejuicios e intransigencia.

“Intenté mantener la discreción en un principio”, confiesa. “Yo me tenía que mover ocultando mi tendencia para que primero me conocieran como persona. Si no, no hacían ni por conocerme”. En ocasiones, el único obstáculo era la propia ignorancia: “Luego, cuando se enteraban, muchos se llevaban una grata sorpresa. Su ideal era que ser gay es lo peor. Por eso algunos, al haberme conocido primero como persona, se preguntaban como podía ser posible”.

David caminó con pies de plomo mientras le fue posible. Un día, una de las pocas personas que conocían su condición sexual se lo dijo a otro compañero. A las pocas horas, era vox populi en toda la base y su estrategia se derrumbó. “Al día siguiente… Solo por las miradas lo tenías todo”. “Todo mi sistema era intentar que me conocieran por mis aptitudes, por mi trabajo. Claro que me arrepentí de haberlo dicho. Me vino todo eso de golpe”, se lamenta.

Guerra de trincheras

Al cabo del Regimiento Castilla nº16 no le quedó sino cavar su trinchera y empezar una batalla desde ella. Enfrentaba los comentarios de unos, la beligerancia de otros y la indiferencia ante ello por parte de muchos de sus mandos. Poco a poco, sus allegados se fueron uniendo a él hasta crear un pequeño espacio seguro, donde eran pocos los ataques y los que llegaban no quedaban sin respuesta. “Era el bichito raro. El maricón. Yo me decía: date cuenta de que eres pionero“.

Pero David no era, ni mucho menos, el único homosexual de su base. Su lucha llamó la atención y lo convirtió en un ejemplo. “Todos aquellos con dudas me veían como una referencia, como un punto de apoyo. Querían saber cómo salir y ser capaces de enfrentarse a todo eso, cómo ser tú mismo. Otras veces solo era permanecer juntos, soportar las críticas y apoyarse para que dé igual lo que digan”, narra el cabo. El Ejército como institución no movería un dedo por ellos, pero no importaba: “Todo era entre nosotros. ¿Quién te iba a apoyar si no?”.

La seguridad que ofrecía aquella trinchera reforzó el valor de algunos de sus camaradas, que se atrevieron a salir del armario. No querían seguir negándose a sí mismos. “Al haber abierto esa brecha los demás tuvieron más facilidad para salir. Las vivencias eran diferentes, era más fácil sentirse liberado y a gusto. También muchas mujeres. De hecho, considero que hay un mayor número de lesbianas liberadas en el Ejército que de gays liberados”, opina David.

“Pero si te sale mal…”

David explica que en el Ejército, en muchas ocasiones, la condición de homosexual supone un peso mayor para los hombres que para las mujeres. En un mundo tan competitivo “nadie quiere quedar por debajo del maricón”. Rocío, lesbiana y militar en activo, coincide con él: el propio machismo imperante en el cuerpo hace que las mujeres homosexuales “estén mejor miradas”, aunque ella no disfruta de esa supuesta ventaja.

Rocío pide que no se revele a qué unidad pertenece. Ni a qué cuerpo de las Fuerzas Armadas. “Ni siquiera la ciudad”, insiste la militar, que utiliza un nombre falso para relatar su experiencia a este medio. La pareja mantiene su relación “totalmente en secreto, porque ella es un mando”. No temen la reacción de sus compañeros, sino la de “los mandos de ella. Al ser oficial estaría peor mirada solo por eso. El machismo es muy grande”.

Rocío reconoce que “es duro”. “Tienes amigos dentro y no se lo puedes contar. Lo pasas mal porque vives una doble vida. Cuando te vas de vacaciones, mientes. Cuando te coges un día libre, mientes. Cuando te preguntan dónde has estado y qué has hecho, mientes. ¡Y claro, hay gente que te pilla las mentiras!”, se ríe Rocío un momento antes de volver a la gravedad: “Mientes tanto que ya no sabes ni dónde está la verdad”. Admite que “sería una liberación muy grande” dejar de mentir, pero de momento supone un demasiado riesgo para ellas. “Te puede salir bien. Pero si te sale mal acabas en la calle”.

“Nunca hay batallas perdidas”

Rocío es militar en uno de los ambientes más exigentes del ramillete de destinos donde pueden desarrollar su labor los miembros de las Fuerzas Armadas. El contexto de Daniel Galán, cabo destinado en la Academia de Artillería de Segovia, es diferente. Lleva 15 años en activo y jamás escondió su tendencia sexual, lo que “hasta el día de hoy” no le ha supuesto ningún problema.

Daniel ha participado incluso en programas de televisión, en los que ha explicado su experiencia como soldado gay. Como David, su valentía para salir del armario hizo que algunos compañeros le pidieran consejo sobre la mejor manera de hacerlo. No obstante, su voluntad de normalizar la presencia de gays y lesbianas en el Ejército no ha contado con ningún movimiento institucional para apoyarle. “El Ejército es muy cerrado en este tema. Le está costando adaptarse a ciertas cosas. Y eso que hay bastantes [soldados homosexuales en sus filas]”.

“¿Que qué se podría hacer para derribar esa cerrazón? … ¡Uf! A lo mejor charlas, porque no se habla nunca de ello, para que los compañeros vean que esto es lo más normal. Estamos en el siglo XXI”, expone el cabo Galán, que tiene claro que por el momento los soldados tendrán que luchar solos contra la homofobia: “El tiempo es el que marcará la evolución. El mundo del Ejército por desgracia va a necesitar más años que la sociedad, no va a cambiar en un par de años”. Antes de concluir su conversación con Público, deja un mensaje. “Nunca hay batallas perdidas”.

La lista de prácticas sexuales más extrañas

Catalogadas por las normas sociales como raras, perversas o hasta enfermizas, estas prácticas eróticas, aunque inusuales, tienen su pequeño público

Adictos al sadomasoquismo en la convención 'DomConLA', en Los Ángeles

Adictos al sadomasoquismo en la convención ‘DomConLA’, en Los Ángeles. / AFP

Nuestra especie ha aprendido a disfrutar del sexo como ninguna otra. Para los seres humanos, todo vale, con amor, sin amor, con uno mismo, a tres en la cama, a diez… Las posibilidades son infinitas. La sociedad considera algunas de las fijaciones sexuales desde extrañas a escabrosas, pero por raro que pueda parecer, hay quien las encuentra placenteras.

Catalogadas por las normas sociales como raras, perversas, o hasta enfermizas, estas prácticas sexuales, aunque inusuales, tienen su pequeño público, aunque la psiquiatría vea en ellas mucho más que simple sexo.

Estos comportamientos considerados extraños o irregulares relacionados con el sexo son las denominadas ‘parafilias’, algunas más aceptadas socialmente que otras. La parafilia es un tipo de comportamiento que se caracteriza por un acto sexual en el que el placer no se obtiene de la manera convencional, sino que implica fetiches y actos sexuales atípicos.

Estas son algunas de estas prácticas sexuales que podrían considerarse no habituales:

Somnofilia

La somnofilia es un tipo de parafilia en la cual la excitación sexual y/o el orgasmo son obtenidos al mantener relaciones sexuales con un desconocido cuando éste está dormido. Hay diferentes rangos, que pueden ir desde la mera excitación o la masturbación hasta la práctica del acto sexual con la persona que duerme. Estas personas se excitan cuando ven a alguien dormido, y esa excitación aumenta por el miedo a que esa persona despierte y ser descubiertos.

Clismafilia

Se trata de las personas que obtienen placer sexual a través de la introducción de líquidos en el ano. En general no se trata de un fetiche compartido, por lo que en general las personas que gustan de esta parafilia se realizan enemas a sí mismos.

Masoquismo y sadismo

El masoquismo y el sadismo son quizá de las parafilias más conocidas, y de las que están más a la orden del día gracias a películas que las muestran en mayor o menor medida, como la famosa ’50 sombras de Grey’. Los masoquistas relacionan el placer sexual con el dolor, la crueldad o el sufrimiento. Les excita recibir golpes, latigazos, ser esclavizado, así como la asfixia o la autoasfixia. Este tipo de prácticas son peligrosas y deben realizarse con conocimiento y precaución, ya llevar el cuerpo al límite puede terminar con un resultado no esperado. El sadismo se basa en experimentar placer erótico al provocar dolor físico o humillación en la pareja.

Acrotomofilia

Consiste en sentir deseo sexual o preferencia por alguien que tiene algún miembro amputado, aunque a parte de la amputación, sus cánones de belleza son los estándar. El deseo sexual, en este caso, está ligado o es dependiente del muñón o muñones de la pareja. Los acrotomofílicos se sienten atraídos por los tocones resultantes de alguna parte del cuerpo amputada, incluso a veces por las partes mismas. Generalmente prefieren las amputaciones de las piernas a las de los brazos, y la mayoría de las veces se sienten más atraídos por las amputaciones con muñón que por las que no los tienen. Muchas veces, los acrotomofílicos terminan amputándose uno de sus propios miembros.

Urolofilia y coprofilia

La coprofilia es una clase de fetichismo que consiste en la excitación sexual que producen en algunas persoans las heces. Estas personas obtienen placer de oler, saborear, tocar las heces, e incluso de presenciar el acto de defecar. Esta actividad erótica se practica tanto de manera individual como colectiva. Algunos coprófilos practican también la coprofagia, es decir, la ingesta de heces.

La urolofilia se refiere a lo propio con la orina. Quienes la practican la conocen coloquialmente como ‘lluvia dorada’. Hay personas a quienes también les gusta orinar en público, orinarse encima, observar cómo orinan otros o ser orinados por otras personas.

Altocalcifilia

Es un tipo de fetichismo en el que se obtiene placer al observar o llevar puestos zapatos de tacón alto. La altocalcifilia hace parte de los fetichismos asociados a prendas de vestir, en particular al fetichismo de calzado conocido también como retifismo, que es la atracción fetichista por los zapatos en general.

El parcialismo

Es el interés sexual por una parte específica del cuerpo, que despierta en el sujeto por lo menos tanto interés erótico como los genitales, sino más. Está sobretodo relacionado con los pies, las manos y las axilas, aunque puede tratarse de cualquier parte del cuerpo exceptuando los genitales. Es uno de los fetichismos más comunes en los varones. La excitación se produce al acariciar, besar, chupar, lamer, oler o tocar la parte del cuerpo objeto de fetiche.

El más común es la podofilia (el fetichismo por los pies), aunque también son usuales entre los parcialistas la maschalagnia (fetichismo por las axilas), la nasofilia (interés extremo por las narices) o la tricofilia (obsesión por el cabello).

Necrofilia

La necrofilia está caracterizada por una atracción sexual hacia los cadáveres tanto en humanos como en animales. Es probablemente una de las parafilias más tabú, y además, ilegal.

Las dos vidas sexuales de Keynes

Una biografía repasa las múltiples caras de uno de los mayores economistas de la historia, que coleccionó múltiples amantes masculinos hasta que a los 33 años contrajo matrimonio con la bailarina rusa Lidia Lopkova

keynes-economista--490x578

Keynes junto a su esposa, la bailarina rusa Lidia Lopkova.

John Maynard Keynes (1883-1946), el tantas veces malinterpretado padre del ‘keynesianismo” y uno de los mayores economistas de la historia, el pensador que evitó por dos veces la bancarrota del Reino Unido, siempre arrastró complejo de hombre poco agraciado. No era precisamente Adonis, cierto. Ojillos claros pequeños, labios y nariz desproporcionadamente gruesos, alopécico precoz y un cuerpo deslavazado y corvo. Pero tampoco era el ser desagradable que él creía contemplar en el espejo. De hecho su supuesta condición de feo nunca fue un impedimento para una promiscua vida amorosa. Un carrusel de amantes masculinos hasta los 33 años, cuando se casó con la bailarina rusa Lidia Lopkova y se pasó súbitamente a la monogamia y la heterosexualidad. La pareja incluso intentó tener progenie.

“Nada funciona mejor en el amor que la perseverancia”, rezaba la máxima de Keynes. Se la aplicaba a conciencia. A veces con una fogosidad y unas escaramuzas callejeras que no se esperarían en quien hoy es recordado como una gloria académica. En su mocedad el sabio recurría incluso al flirteo en los baños públicos o a los servicios de chaperos. Además llevaba una contabilidad de sus lances eróticos. Sus principales ganchos eran el encanto de su conversación y su calidad de gran oyente. Cuando le interesaba para sus afanes amatorios, Maynard, que así le llamaban sus amigos, se esmeraba en atender a las palabras ajenas con intensa atención. También le ayudaban su inteligencia descollante, una voz persuasiva y un optimismo a prueba de bombas.

El próximo año se cumplen los 70 años de la muerte de Keynes, pero en Inglaterra ya ha comenzado el festín editorial. El biógrafo Richard Davenport-Hines ha publicado ‘Un hombre universal. Las siete vidas de John Maynard Keynes’, que tiene la originalidad de que ignora casi por completo al economista para centrarse en sus otras facetas. El politólogo y editor Leonard Woolf, el paciente marido de la novelista Virginia, pareja que formaba parte del desprejuiciado grupo de Bloomsbury al igual que Keynes, lo resumió así: “Keynes fue un funcionario, un especulador, un hombre de negocios, periodista, escritor, granjero, marchante de pintura, estadista, manager teatral, coleccionista de libros y media docena de cosas más”.

Todo ello es cierto. Keynes se arruinó dos veces. Su colección de arte se adornaba con cuadros de Cézanne, Picasso, Modigliani, Degas y Braque. Su biblioteca era un tesoro, con manuscritos de Newton incluidos. Fundó el Teatro de las Artes de Cambridge y era un apasionado del ballet. De hecho conquistó a su mujer, Lidia Lopokova, acudiendo a verla danzar en el Convent Garden noche tras noche. En las penurias del inicio de la Primera Guerra Mundial, el economista convenció al ministro del Tesoro para viajar a París con 20.000 libras de la época e intentar hacerse con lo mejor del estudio de Degas. Los frutos de aquella gestión cuelgan hoy en la National Gallery de Londres.

Keynes era muchas cosas, sí, pero lo que probablemente nunca fue es el keynesiano que pinta el cliché de la izquierda española. De hecho solo se movilizó por el partido Liberal. Siempre renegó del socialismo y del Laborista británico, con el que se cebaba: “En el Partido Laborista casi siempre deciden aquellos que no saben de qué están hablando”. O esta otra, que incluso parece escrita para el populismo en boga en España: “Es un partido que desprecia las instituciones existentes y cree que solo con suprimirlas surgirá el bien”. No quería acabar con el capitalismo, sino utilizar la palanca del Estado para engrasar su maquinaria.

Sesenta contactos en un año

Pero volvamos a la vida muelle, al amor. Hasta la treintena Maynard es un homosexual de gran pulsión sexual. Superado el pavor que suscitó la terrible condena de dos años de trabajos forzados por sodomía a Oscar Wilde en 1895, y confortado por la tolerancia sexual del grupo de Bloomsbury, Keynes incluso mantiene desde los 23 a los 33 años un listado de los hombres con los que tiene relaciones (la retahíla comienza con “un sueco en la National Gallery” y se cierra con “el gran duque Ciryl en los baños de París”). En un año llega a registrar sesenta contactos. Muchas son relaciones efímeras, a golpe de vista en la calle. Keynes recurre a técnicas tan obvias como pedir fuego, ponerse a la vera de un varón que observa un escaparate o acudir a los puntos de encuentro clásicos de los homosexuales londinenses.

El economista se inició en el amor griego en Eton y luego se expandió todavía más con el grupo de los Apóstoles de Cambridge, donde mantuvo amoríos, entre otros, con el agudo escritor Lytton Strachey. Su gran romance masculino fue el pintor escocés Ducan Grant. Virginia Woolf, de pluma magnífica y lengua de curare, lo llamaba “el idiota”, porque no era un tipo cultivado. Pero Keynes se mantuvo siete años a su lado, enamorado de su porte robusto, su adanismo, sus observaciones intuitivas de buen salvaje. Paradójicamente, tras dejarse, ambos iniciaron relaciones con mujeres. Para desazón de Virginia, el artista se unió a su hermana, Vanessa Bell, y hasta tuvieron una hija. El matrimonio de Keynes con la bailarina rusa -también despellejada por la camarilla de Woolf por su condición de iletrada- fue la historia de un éxito. Se llevaban estupendamente y los cuidados de ella le aportaron el sosiego y los años de vida extra que hicieron posible que escribiese sus principales tratados.

Keynes intentó disfrutar al máximo de sus 62 años de vida. Su cita más célebre constituye una defensa de la intervención en la economía en tiempo de crisis: “A largo plazo, todos estaremos muertos”. Pero la máxima también vale para explicar el vitalismo extremo con que apuró sus renacentistas días en la tierra. Su peripecia contrasta con las aburridas vidas unidireccionales de los servidores públicos de nuestra era.

Un Tribunal eclesiástico italiano investiga un presunto escándalo sexual entre curas gays

Orgías entre sarcerdotes, sexo a cambio de dinero, religiosos que mantienen relaciones homosexuales con chicos jóvenes… todo esto es lo que ha denunciado al Tribunal eclesiástico regional de Puglia, en el sur de Italia, un hombre de 32 años, Andrea Baldon. La denuncia ha llevado a la Diócesis de Taranto a apartar de sus funciones al párroco de una iglesia de la ciudad con el que Baldon mantuvo un contacto durante meses a través de las redes sociales.

Todo comenzó, según ha contado el joven italiano al diario ‘Il Corriere del Mezzogiorno’, a finales del pasado año. Baldon, que meses atrás había perdido su trabajo como ayudante de cocina y se encontraba en una situación desesperada, fue contactado a través de Facebook por Antonio Calvieri, un hombre de unos cincuenta años que se presentó como sacerdote. “Pensé que era una señal del cielo. Necesitaba ayuda espiritual”, dice en una entrevista al diario. Nada más lejos de la realidad.

Poco tiempo más tarde, y después de intercambiar mensajes a través de las redes sociales durante un par de días, el sacerdote confesó al joven cocinero ser gay e inició a insinuarse cada vez de manera más explícita. “Yo no soy gay pero necesitaba un padre espiritual que me apoyase moralmente. No quería correr el riesgo de perderlo”, confiesa el joven italiano. Así, Baldon comenzó a satisfacer las peticiones -cada vez más explícitamente sexuales- del cura, como mandarle una foto íntima o conectarse con la webcam del ordenador. El joven italiano asegura incluso que el sacerdote le coaccionó para que rompiera con su entonces pareja. A cambio: la promesa de ayudarle a encontrar un trabajo.

Durante sus conversaciones, siempre a través de las redes sociales ya que el cocinero vive en Rovigo, en el noreste de Italia, el sacerdote le confesó que le gustaban los chicos jóvenes, “delgados y bien dotados”, y que, a veces, organizaba orgías en las que participaban otros religiosos gays así como un miembro de la Guardia Suiza del Papa. “Me dijo que le gustaban los chicos, especialmente si eran jóvenes, y que les compraba ropa, móviles o recargas telefónicas”, asegura Baldon que le confesó el sacerdote.

Las consecuencias de la denuncia de Baldon

La denuncia pública del joven ha provocado que el religioso fuera apartado de sus funciones al frente de la Iglesia del Santissimo Crocifisso de Taranto. Y ahora, el Tribunal eclesiástico de Puglia está invesetigando si, como aseguraba el párroco a través de Internet, los encuentros sexuales entre curas homosexuales existen de verdad. Al parecer, el religioso tenía en su poder un informe que habría entregado al Tribunal con fotos, vídeos y conversaciones en redes sociales que demostrarían la existencia de estas orgías y encuentros sexuales a cambio de dinero, así como el intercambio de direcciones de curas homosexuales, en los que habría participado no solo el cura investigado sino otros exponentes de la Iglesia de distintas partes de Italia.

En una nota oficial la Curia de Taranto ha asegurado que el comportamiento del sacerdote es “moralmente reprobable y absolutamente no compatible con el ministerio de un párroco del arzobispado de Taranto”. El cocinero, por su parte, continúa consternado: “Una de sus fantasías era que yo era Judas y, como había traicionado a Jesús, tenía que pagarlo convirtiéndome en su esclavo”. El encuentro virtual con el religioso “me ha cambiado la vida”, asegura el joven en una entrevista con Il Corriere del Mezzogiorno. “Ahora, cada vez que veo un cura, tengo miedo”.