“He descubierto que soy un hombre y eso me hace feliz”

Este es Dan. Su historia es un viaje desde el caos que te abrirá los ojos.

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Conocemos a Dan, un joven de 22 años que acaba de empezar un tratamiento hormonal para masculinizar su cuerpo.

La historia de Dan es como una explosión cósmica, como un Big Bang. Nació en Terrassa, Barcelona, hace 22 años. Sus padres le pusieron de nombre Marina. De muy pequeño, Dan notaba que en su cuerpo había caos, partículas desordenadas. Hace tan sólo dos meses surgió la explicación a todos los fenómenos extraños que tienen lugar en su interior: Marina es Dan. Ella siempre fue un hombre.

Todo encaja de pronto, pero no es tan fácil deshacerse de toda una vida de tristeza inexplicabe y complejos: “He tenido depresión toda mi vida, pero no sabía por qué. Me llevaba mejor con los chicos que con las chicas, pero no encajaba ni en un lado ni en el otro. Siempre fui el raro de la clase. Una vez una niña me preguntó: ‘¿quieres ser un niño?’ Yo respondí que para qué iba a querer eso”.

La lucha de Dan por comprenderse es tan temprana que el día que le vino la primera regla se sintió pletórico: “Pensaba que lo raro que había en mí podía deberse algún problema biológico, que eso explicaba mis gustos y comportamiento. Ese día estaba jugando a baloncesto con mi padre. Fui al lavabo, me dolía mucho. Cuando vi la sangre me puse feliz: si tengo la regla significa que tengo ovarios, y eso significa que soy una mujer. No soy un bicho raro”. La menstruación, sin embargo, fue un alivio momentáneo.

Más tarde descubrió que, además de los chicos, también le gustaban las chicas, pero para ello Dan necesitó conocer a alguien en su misma situación. Saber que esa posibilidad, simplemente, existía: “Había una niña en mi clase, éramos muy amigas y siempre íbamos juntas. Una mañana, mientras me vestía, estaba pensando en ella. De pronto me pregunté por qué lo hacía. ‘Yo no soy lesbiana’, me dije. Pensaba que era algo raro, malo. Así que lo olvidé”.

Hasta que una chica mayor que él le contó que le gustaba otra chica, y que le ocurría por primera vez. Dan tardó tres horas en confesarle que a él le pasaba lo mismo. Días más tarde inició una relación, pero él y su pareja pasaron desapercibidas: “En el patio las chicas tenían mucho contacto físico, era algo normal. La gente pensaba que éramos amigas. Para los chicos es mucho más difícil, no se pueden tocar, y si lo hacen es para bromear llamándose maricones los unos a los otros”. Al final todo el instituto supo que estaban “liadas de verdad”, pero eso no le causó bienestar: “Nunca he escondido mi orientación sexual y en casa no me hizo falta explicarlo. Ese no era el problema”.

Avatar

Dan no recuerda cuándo empezó a competir en natación, pero sí cuándo lo dejó porque un montón de preocupaciones empezaron a asaltarle: “Necesitaba tiempo para mí. La gente de mi edad pensaba siempre en las mismas cosas, a mí me interesaba leer, buscar música diferente, creo que era más maduro para mi edad”. Probablemente, se estuviera buscando a sí mismo. Años después, cuando dudaba entre la carrera de Física y la de Filosofía, su madre falleció y la vida de Dan se detuvo oficialmente durante año y medio. Sin embargo, fue a partir de ese momento cuando empezó a explorar su identidad.

o primero fue abrazar la estética gótica: “Siempre me he preguntado por qué unas cosas me apasionan y otras no. Lo gótico, pienso ahora, me atraía por el tema andrógino. De muy pequeño veía la MTV y me encantaban Placebo y Marilyn Manson, y no era atracción sexual. Me gustaba la imagen de los hombres maquillados”.

Dan ya era abiertamente bisexual, así que empezó a maquillarse y a salir por sitios de ambiente dark: “Allí no me sentía tan raro como en mi colegio de pijos”. Fue entonces cuando tuvo uno de los primeros conflictos reales con su cuerpo: “La ropa de chico gótico me gustaba, pero no tenían mi talla. Acabé llevando corpiños, faldas, escotes, que paradójicamente marcaban mis formas femeninas.”.

Como muchos adolescentes, se sumergió en internet, “el mejor refugio para los tímidos”: “Me pasaba horas. Estás detrás de una pantalla pero te expresas al máximo”. Navegando descubrió dos de sus grandes pasiones, los videojuegos y las series manga; también empezó a escuchar grupos oscuros como Malice Mizer. Y llegó, claro, el momento de hacerse un avatar: “Ponía fotos de personajes masculinos de manga, ellos molaban más que yo”.

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Tampoco es coincidencia, dice, que estos héroes que tanto le apasionan sean poco viriles, “muy pocos tienen barba”. Dan se identifica con muchos de ellos, pero sobre todo con el protagonista de Evangelion: “Me suelen gustar los que tienen pinta de malotes y en realidad son buenos, pero soy el que es bueno pero está mentalmente tocado. Como Shinji Ikari. La gente dice que es un rallado de la cabeza, que no hace nada. A mí me encanta, soy yo”.

Los estudios que finalmente eligió Dan también se ajustan al puzzle. Durante dos años, se formó en peluquería y ahora estudia estética. De algún modo, quiso ayudar a los demás a transformarse: “Si no puedes cambiar radicalmente tu físico, hay herramientas para diseñar tu expresión”.

¿Trans…qué?

“Hace dos años no sabía lo que era un transexual”. Dan encontró información en internet y empezó a ver vídeos de testimonios que publica la organización barcelonesa CulturaTrans. También se interesó por la teoría queer: “Yo sólo era una chica masculina, no era nada o lo era todo. Compré un libro de Beatriz Preciado y pensé: ‘mola, pero no me entero de nada’. Tenía un lío muy grande”.

Había una parte de su físico que Dan no soportaba: sus pechos. “Me compré un binder para comprimirlo y me dije que con eso bastaba. Creí que mi problema de identidad se solucionaría con una faja”. Un día, Dan visitó al equipo de Transit (la agencia para la promoción de la salud de las personas trans), y la psicóloga le hizo una pregunta que le impactó: “Si pudieras tener una varita mágica, ¿cómo te gustaría ser?” Describí atributos masculinos: más alto, sin pecho, la cara masculina, más músculo… los genitales me daban igual, no me gustaba ni una cosa ni la otra, pero por primera vez pensé que mi baja autoestima podía deberse a un problema de identidad de género”.

El empujón definitivo se lo dio, de nuevo, una persona cercana. En este caso, un ex novio, que también es un hombre trans: “Un día me dijo que quería hormonarse. Yo no podía creerlo. Pero me contestó que yo acabaría igual, y me conoce bastante. Creo que sembró una semilla en mi cabeza”.  Resultó que Dan es un “transexual de manual”, y tras un período de rechazo, tuvo una revelación: “Hace dos meses salí del armario: soy un chico”.

Empezó entonces una carrera desesperada, la impaciencia por transformarse y ser feliz: “Sé que mi entorno me acepta como chico pero me siguen viendo como una chica”. Dan lleva poco más de mes y medio hormonándose a través de la sanidad pública. Para operarse los pechos, acudirá a una clínica privada. “Al principio tenía miedo, quería ponerle solución pero no quería tener barba, ni alopecia, ni que me aumentara la libido. Una trasformación a la carta”. Sus ideas también están cambiando: “Me hace ilusión cada pelito que me sale, ¡y me da igual quedarme calvo!”. Dan tiene prisa y no le importan los efectos secundarios.

Universo queer

Cuando hablamos de los genitales, aparece la cuestión de la teoría de género: “Estoy notando el crecimiento del clítoris, es uno de los efectos del tratamiento con testosterona. Claro que tengo curiosidad por saber cómo es tener pene, pero no me interesan tanto las sensaciones físicas como sentirme un hombre, porque el sexo tiene mucha psicología”.

Cuando a alguien se le escapa y se dirige a Dan en femenino, él se tranquiliza: “Pienso que pronto tendré barba. Pero me entristecen todas las trans mujeres que no pueden cambiarse una cara muy masculina o reducir su estatura. No se debería necesitar un cambio físico para ser reconocido como lo que eres, peroque cada día te confundan con una mujer es una mierda”.

Dan espera desarrollar una masculinidad que antes consideraba innecesaria, pues creía que el género era algo superficial e injusto: “No me cabía en la cabeza que cambiar mi cuerpo me podía aportar esta felicidad. Sin embargo,haberme entendido ya es mucho. Aunque no existiesen tratamientos ni operaciones sería feliz por el hecho haber puesto nombre a un problema que no sabía que tenía”.

La transexualidad, así lo ha entendido Dan, no es una cuestión estética, sino de identidad, y no reconocerla le ha afectado en todas las facetas de su vida. Aun así, él cree en la teoría queer y visualiza un futuro lleno de gente sin un género definido: “Cada vez hay más gays, lesbianas y trans porque hay más información. No es que estemos de moda, es que cuantos más somos menos nos cuesta salir del armario. No somos tan minoritarios, es algo viral”.

En opinión de este joven millenial, la necesidad social de clasificar a las personas según su género irá desapareciendo. Eso nos conducirá a un mundo más real: “Que sólo existan dos opciones es artificial. Lo andrógino es la diversidad, lo real es lo infinito”.

“Pikara’ prima la mirada por la igualdad pero con humor y transgresión”

“Madre” orgullosa de ‘Pikara Magazine’, a June le gusta presumir de un pequeño gran triunfo: “Fuimos con ‘Argia’ las primeras en hablar del acoso machista en San Fermín”

BILBAO – A June Fernández le gusta contar historias de personas libres y rebeldes. “También me gusta romper tabúes y provocar cortocircuitos contra los sectarismos” (el mío incluido), dice sonriente, orgullosa de su pícara criatura que celebra este año sus cinco años de vida.

¿Cómo y para qué surgió ‘Pikara’?

-Se creó en 2010 por un grupo de profesionales que habíamos montado la Red Vasca de Periodistas con Visión de Género. El objetivo inicial de Kazetarion Berdinsarea era compartir propuestas y estrategias para incorporar la perspectiva feminista a nuestro trabajo en los medios generalistas y también en medios alternativos, pero hubo un momento en el que comenzamos a echar en falta un espacio propio en el que dar rienda suelta al periodismo en el que creíamos e íbamos desarrollando sin las resistencias y las limitaciones que te encuentras en los medios convencionales.

¿Esa inquietud les impulsó a emprender el proyecto en la web?

-Sí. Al principio nos planteábamos ofrecer periodismo de calidad con perspectiva de género. Esto lo hacíamos siendo críticas con los medios de comunicación generalistas.

¿Por qué?

-Porque en ellos las mujeres apenas protagonizamos el 30% de las noticias y cuando salimos lo hacemos enmarcadas en estereotipos como el de víctima, madres abnegadas u objeto sexual de deseo que lo único que hace es adornar la portada del periódico. Esto nos animó a la aventura de crear un proyecto de comunicación.

¿En qué claves ha funcionado ‘Pikara’ durante estos cinco años?

-El humor y la transgresión han jugado, juegan, un papel importante. Queríamos un periodismo de calidad desde unos criterios no sexistas, pero que fuera atractivo no solo para las ya feministas, sino para un público más amplio. Que el proyecto conectara con necesidades personales de la gente. La fórmula ha sido un éxito. Empezamos con unas 10.000 visitas al mes y ahora superamos las 150.000.

¿Cómo se financian?

-Hemos contado con el apoyo de Emakunde, pero de forma irregular por los recortes. Probamos muchas formas de autogestión. Por una parte animamos a las propias lectoras y lectores a que se hagan amigos y amigas de Pikara. Les llamamos como suscriptoras pagando una cuota anual a partir de los 30 euros al año y reciben la revista en papel que sacamos una vez al año.

¿No temían que el papel lastrara su economía?

-Sí, porque teníamos claro que el proyecto debía ser on line porque era más barato, no teníamos ni infraestructura ni presupuesto para hacer una publicación en papel. Ya llevamos tres números anuales y paradójicamente no solo no ha lastrado nuestra económica, sino todo lo contrario. Lanzamos un crowdfunding para financiarlo, con el cual siempre recaudamos más dinero del mínimo y al mismo tiempo la revista en papel nos ha permitido hacer una ronda de presentaciones por distintas ciudades y afianzar afinidades. Vendemos la revista y muchos materiales tipo merchandising que están teniendo mucho éxito. Al final hemos montado nuestra tienda on line.

¿’Pikara’ es un medio especializado?

-No. El feminismo para nosotras no es un tema, sino que es una mirada. Lo mismo que la mirada que prima en los medios tradicionales suele ser masculina y androcéntrica, nuestra mirada es a favor del empoderamiento de las mujeres y a favor de la igualdad, pero no somos un medio especializado. Lo mismo hablamos de sexualidad, que de ecología, que de salud mental, que de cultura, que de cómics. Somos un medio en el que hablamos de todos los aspectos sociales y culturales porque nos interesan todos los temas, no solo el aborto y la violencia de género. Pero lo hacemos con una mirada transformadora a favor de la igualdad.

¿Qué les distingue de otros medios?

-Que creemos que el feminismo no es solo hablar de igualdad entre hombres y mujeres. Es hablar de una sociedad más libre e igualitaria para todo el mundo. Por eso nos interesa hablar de libertad sexual, de diversidad sexual. Uno de los motivos del éxito de Pikara es que no estamos solo en un tono de denuncia (como el estereotipo de la feminista amargada), sino también porque reivindicamos nuestra libertad para el placer, para divertirnos, para ser gamberras.

El término feminista todavía echa para atrás, ¿por qué?

-Porque el feminismo está muy demonizado. Curiosamente, al principio hablábamos de que hacíamos periodismo con visión de género. Nos costaba decir que éramos feministas por esos complejos. Llegó un momento en el que nos sacudimos los complejos y lejos de asustar hemos llegado más lejos; la honestidad es importante para conectar con la gente.

¿Tal vez las feministas no han sabido transmitir el mensaje?

-Las feministas resultamos peligrosas para el sistema y es normal que haya que desacreditarnos todo el rato. Pero sí que creo que muchas veces las feministas no hemos comunicado bien y no hemos conectado con la gente. En Pikara lo que mejor ha funcionado son las experiencias cotidianas, personales. Empezamos siendo cuatro vascas uniéndonos a gente del territorio español. Ahora el 30% de las visitas vienen de América Latina, lo que tiene gran protagonismo en la revista

¿Cuáles son los artículos que más éxito han tenido?

-Las cartas de las lectoras que cuentan las situaciones de agresiones sexuales que han vivido, pero no hablando de violaciones por parte de desconocidos, sino de cosas que a todas nos han pasado: que te toquen el culo en el metro, que tengas un tío que desde pequeña te decía cosas soeces… Incluso todo lo relacionado con la sexualidad. Vemos que las mujeres llevan en silencio muchas situaciones de acoso, bien en el trabajo, bien el transporte público o en la calle.

Priman la voz de sus lectoras

-Sí. Es clave. Si en el periódico tradicional, por ejemplo, hay una sección de cartas al director de media página, en Pikara hay una sección que se llama Participa donde publicamos las cartas de todo el mundo. Al final tiene tanto peso como los contenidos que generamos las colaboradoras.

¿Cómo se organizan en ‘Pikara’?

-Andrea Momoitio y yo somos las coordinadoras y luego desarrollamos la figura que llamamos colectivo editor, en el que están las compañeras que toman las decisiones de forma horizontal, aunque por motivos prácticos no todas las decisiones pasan por la asamblea.

“Necesitamos protocolos ginecológicos para personas trans”

Más de 450 personas trans han pasado por la consulta ginecológica del programa pionero Transit. El 24 de octubre se celebra el Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans.

La doctora Rosa Almirall

La doctora Rosa Almirall. / GUYE SANCHO

La práctica médica dominante, como casi todo en nuestras sociedades, está marcada por el binarismo, por una división entre hombres y mujeres, en la que además el hombre y la heterosexualidad son el patrón y el modelo en torno al cual giran todas las disciplinas.

Superar esta visión implica salirse de la institución más encorsetada y echar un vistazo a una realidad social formada por una amplia diversidad de personas que rara vez encajan en esos patrones establecidos en libros o estudios.

Rosa Almirall es ginecóloga, lleva 38 años ejerciendo su profesión y es directora de área de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (ASSIR) de Barce­lona, un servicio que forma parte del Institut Català de la Salut de la Generalitat.

Al­mirall es una de esas personas que sabe mirar fuera de las rigideces de la academia, que pone las necesidades de las personas en el centro de su práctica diaria. En 2012 impulsó la creación de Transit, un servicio que se centra en la promoción de la atención ginecológica a las personas trans y por donde ya han pasado más de 450 personas.

“Es el dilema que siempre existe: el de los servicios que consideran la transexualidad una enfermedad mental y servicios que dan la voz a la persona”. Almirall apuesta por realizar una labor informativa y de asistencia sin darle más literatura de la necesaria a un servicio “que no es más complicado que cualquier otra cosa que hacemos en nuestro día a día: citologías, mamografías, o hablar de anticoncepción”.

¿Cómo empieza Transit?

Surge hace cuatro años, cuando ocurren distintas cosas, como el caso de una persona trans que se presentó en nuestro servicio y no fue bien tratada. En­tonces me pregunté por qué en 38 años de especialidad no había tenido contacto con gente trans, por qué no venían a los servicios de ginecología. Ahí es cuando pensé que sería interesante crear dentro de mi servicio una consulta para la promoción de la salud de las personas trans, pero desde una visión de la ginecología y obstetricia. ¿Por qué esta gente no viene? ¿Por qué no hay prevención?

Pensé que era necesario intentar crear una consulta sin estereotipos, sin prejuicios, donde se hagan citologías, mamografías o se resuelvan dudas sobre sexualidad, reproducción o anticoncepción, pero desde una visión ginecológica y obstétrica.

¿Cómo sales de una práctica ginecológica normalizada y extendida?

Vengo del feminismo y de cuestionar la propia ginecología y los modelos patriarcales dentro de la medicina. Ya trabajaba en esta línea cuando el aborto o los anticonceptivos estaban prohibidos o se practicaban histerectomías que yo viví como agresivas. Defiendo el derecho de la persona a decidir qué hacer con su cuerpo después de haber recibido una información lo más objetiva posible. Me cuesta poco situarme en las personas, se autoetiqueten como se autoetiqueten. Desde muchos posicionamientos diferentes he ido buscando otros espacios donde hacer las cosas de otra manera. Cuando empecé a pensar en Transit no tenía ni idea de lo que era la transexualidad, ni de lo que necesitaban.

Entonces empecé a leer, estudiar e informarme. Mi objetivo ­realmente era hacer lo mismo que hago con las personas ‘cis’ [aquellas cuya identidad de género y el género que se les asigna al nacer coinciden], pero con las personas trans, y desde un sitio de respeto a sus identidades, cuerpos y variaciones. Contacté con gente trans, sobre todo activistas, para presentar mi idea y ver si podía cuajar. Tuvo muy buena acogida. También fui a la Unidad de Trastornos de Género de Barcelona a presentar este proyecto y les pareció muy complementario, porque había aspectos de atención primaria que no se estaban cubriendo.

¿Cómo imaginas Transit en los próximos años? ¿Qué sería deseable esperar?

Podemos hablar de modelos transitorios y modelos definitivos. Tal y como yo lo visualizo, creo que Transit debería desaparecer como servicio. Me gustaría que se desplegara la atención trans por todo el territorio y todos los servicios, que la sanidad de estas personas fuera integrada en el modelo normalizado de sanidad.

Lo idóneo sería que parte del acompañamiento lo pudiera hacer el personal médico de familia, los endocrinólogos o los ginecólogos de atención primaria. Éste sería el modelo hacia donde ir. Como el desconocimiento es muy grande, probablemente Transit sea necesario un tiempo para ir formando a los profesionales que asuman desde la normalidad la atención a estas personas.

Mucha gente del sector sanitario argumentará que no hay formación ni información.

Esta película ya la he vivido. Es lo mismo que ocurrió con los centros de planificación familiar y con la anticoncepción, cuando estaba prohibida. Entonces ni los ginecólogos ni los médicos de familia estaban formados en anticoncepción, pero al final se crearon macroestructuras, muchas de ellas dependientes de los ayuntamien­tos. Fue­ron los centros de planificación familiar. Al principio parecía muy difícil y muy complejo pero, a medida que los profesionales se fueron formando, estos centros se integraron en la red pública normalizada.

Yo visualizo un poco el mismo camino. No es rápido ni fácil, pero poco a poco se hará. Porque, en este momento, 170 personas del total que hemos atendido desde Transit en los inicios de su transición ya están siendo llevadas por médicos de familia. Y esto es algo muy importante.

¿Qué tipo de programas ­desarrolláis?

Trabajamos mucho en torno a la prevención. Hay que intentar incorporar a los hombres trans a los mismos protocolos que tenemos las mujeres ‘cis’. Es decir, si hay útero –una parte importante de hombres trans lo matienen–, se incorpora la vagina a los juegos sexuales y, si tienen más de 25 años, es necesario que esas personas estén en un programa en el que se hagan citologías. Entiendo que para los hombres trans su parte genital o vaginal puede despertar un pudor comprensible, por eso es muy bueno encontrarse con profesionales sensibles. Gracias a esto tenemos un 80% de chicos trans en un programa de cáncer de cuello de útero.

Otro ejemplo son las mujeres trans que tienen mamas y toman hormonas, por qué no usar los mismos criterios de prácticas de mamografía o al menos ­ofrecerlos, aunque haya muchos cuestionamientos sobre las mamografías, y yo misma soy crítica. El programa de cribado de cáncer de mama que hay en Catalunya incluye a las mujeres trans, pero sólo a las que hayan hecho un cambio en su DNI. Algunas no lo han hecho por lo que, aunque sean mujeres trans, no se beneficiarán de estos programas. Con las mujeres trans que se hayan hecho una vaginoplastia, también hacemos un acompañamiento para esta nueva vagina, para que puedan reaprender una nueva sexualidad o el uso de dilatadores para que sea más elástica.

Uno de los grandes temas y más desconocidos es la orientación en cuestiones reproductivas y de anticoncepción. La gente trans puede decidir si quiere o no reproducirse en función de la situación que estén viviendo. Es importante que los chicos trans sepan que si tienen relación con chicos ‘cis’ o con mujeres trans y están en baja dosis de testosterona, pueden quedarse embarazados si incorporan la vagina en sus juegos. Igual hay que pensar en buscar un método anticonceptivo no hormonal, como el diafragma o los dispositivos intrauterinos.

De vez en cuando te encuentras a algún chico trans que se ha quedado embarazado o que te pide la pastilla del día después. Hay que informar de estas posibilidades. Al igual que antes de iniciar un proceso hormonal tenemos que informar de las técnicas de reproducción asistida de las que se puede beneficiar la persona si en un futuro quiere tener la posibilidad de reproducirse. Algu­nas mujeres trans antes de iniciar el proceso deciden criopreservar semen. Depende de qué tipo de pareja tengan, a lo mejor pueden usar este semen para tener un hijo o hija biológica.

Todos estos temas se tratan en la entrevista que hacemos al inicio. El espectro de atención ginecológica es amplio y no es diferente de lo que se hace con otras personas que no son trans. Básicamente es informar para que decidan.

Parece que volvemos al inicio de la entrevista. Básicamente se trata de que la medicina ponga el foco en las necesidades de las personas.

Exacto. Estoy pensando en el principio de los 80, con los inicios del VIH, cuando, desde la medicina, cuando una mujer daba positivo, se recomendaba muy vivamente la ligadura de trompas. Menuda burrada hicimos. En aquel momento no sabíamos. Yo no soy partidaria de cerrar puertas definitivamente, por eso hago mucha labor en los hombres trans para que no se hagan una histerectomía ni una anexectomía. Es lo mismo que he hecho siempre con las mujeres ‘cis’, ahora lo hago con los hombres trans.

La decisión siempre es de la persona, pero no quiero que pesen esas amenazas de que con la testosterona los ovarios se secan y se pueden convertir en cancerosos, porque no es algo probado. La información objetiva es que no hay estudios suficientes, porque a la mayoría de hombres trans les han quitado los ovarios. Por eso no se sabe qué puede pasar con un ovario después de muchos años de tratamiento con testosterona.

Es muy distinto decir que no se sabe o que seguro da cáncer. Se trata de que la información sea veraz porque, a veces, desde los púlpitos médicos damos informaciones sesgadas no se sabe muy bien respondiendo a qué intereses. Hay que incorporar a la gente trans con una mirada que normalice.

La transfobia perjudica seriamente tu salud… y la mía

El 24 de octubre se celebra el Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans. Cada año, distintos colectivos de Navarra, Barcelona o Madrid, entre otros territorios, organizan actividades que van desde la reflexión, con charlas, talleres o documentales, hasta la ocupación de los espacios públicos a través de una gran manifestación. Algunos de los objetivos de la campaña y del día de acción es la retirada de términos como Trastorno de Identidad de Género o Disforia de Género, presentes en distintas legislaciones y servicios médicos alrededor del mundo, o que exista una cobertura sanitaria pública.

Este año en Madrid han convocado una semana de acciones y una manifestación el día 24 a las 19.00 horas de la plaza de Chueca a Jacinto Benavente. El lema del Octubre Trans de Madrid es “La Transforbia perjudica seriamente tu salud y la mía”.

Josep Maria Gatell: “Una píldora antes y tras el sexo impide contraer el sida”

El doctor Josep Maria Gatell (Bràfim, Alt Camp, 1951), responsable de la atención de los infectados por el VIH en el Hospital Clínic, tiene previsto presentar hoy en la 15ª Conferencia Europea del Sida, que se celebra en Barcelona, tres importantes novedades que a partir de ahora incluirán las guías de tratamiento que acatan los especialistas europeos. Una de ellas, revolucionaria, defiende la opción de prescribir de forma puntual y en días concretos, a personas sanas que frecuentan encuentros sexuales arriesgados, las píldoras antirretrovirales que toman a diario los infectados por el VIH.

Josep Maria Gatell, ayer, en el Fòrum de Barcelona, donde se celebra la 15ª Conferencia Europea del Sida.

Josep Maria Gatell, ayer, en el Fòrum de Barcelona, donde se celebra la 15ª Conferencia Europea del Sida.

-Lo definen ustedes como profilaxis preexposicional.

-Así es. Significa que personas no infectadas podrán seguir, de forma intermitente, una terapia antisida para evitar la infección del VIH durante la relación sexual de riesgo que planean mantener. Hay dos formas de hacerlo: una, ya conocida, consiste en tomar cada día las píldoras antirretrovirales, como hacen los infectados. La otra modalidad, nueva, propone hacerlo a demanda. Un reciente estudio francés, de inminente publicación, demuestra científicamente que el tratamiento es eficaz incluso si lo tomas intermitentemente, solo cuando vas a tener la relación sexual arriesgada. Si mantienes a diario ese tipo de relaciones, las has de tomar cada día.

-¿Cómo es esto en la práctica?

-Si sabes que esta noche tendrás una relación sexual con alguien a quien no conoces o en entornos considerados de riesgo, te tomas una pastilla ahora, otra esta noche y una tercera mañana por la mañana. Una píldora antes y otra después del sexo, más la intermedia, impiden contraer el sida. Es casi como la píldora del día después para evitar embarazos, pero en lugar de una pastilla son tres.

-¿Es una idea o una opción firme?

-Lo incluimos en la guía terapéutica para el sida que hoy presentaré en la conferencia en nombre de la Sociedad Europea del Sida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya lo ha recomendado hace pocos días, no somos los únicos. La Agencia Europea del Medicamento (AEM) aún no lo ha aprobado, pero la Food and Drugs Administration (FDA) norteamericana sí lo ha hecho. Esto significa que en Europa esta profilaxis solo se puede aplicar en el contexto de estudios o ensayos clínicos.

-¿Cuándo se pronunciará la AEM?

-Hasta ahora, ha guardado silencio, pero tras la recomendación de la OMS y la de la Sociedad Europea del Sida yo supongo que dirá algo. Cuando la AEM lo autorice, cada país habrá de decidir qué hace.

-¿A quién se prescribiría?

-Está recomendado únicamente para grupos pequeños de la población, personas que son conscientes de su riesgo. Para esos colectivos será un tratamiento eficaz. No es para la población general. Siempre se indicará bajo prescripción médica y dispensación hospitalaria. Estas pastillas no se venderán en las farmacias.

-¿De cuántas personas se trata?

-De unos centenares. No miles. Son individuos que incurren cada año en hasta un 10% de posibilidades de infectarse por el VIH, pero que no quieren tomar ninguna otra precaución. De estos no hay muchos. Hablo de personas que van al médico, un sector conocido, bien identificado.

-¿Qué perfil social tienen?

-La mayoría son hombres jóvenes homosexuales. Personas con estudios, con trabajo estable, estudios medios o universitarios. No son marginados sociales adictos a drogas inyectables en vena. Nada de eso. Muchos de ellos, así se ha comprobado, tienen un buen nivel de vida y un aceptable estatus social, pero mantienen una actividad sexual muy intensa que implica alto riesgo de sufrir la infección del sida.

-¿Algunos de ellos están entre los nuevos infectados anuales?-Es posible. El VIH se diagnostica en Catalunya a unas 600 personas cada año. En España, a más de 3.000. De ellas, el 60% son hombres jóvenes españoles homosexuales. El otro 40% son inmigrantes que pertenecen a grupos económicamente deprimidos, no todos homosexuales.

-En España, unas 80.000 personas. Se calcula que existen unos 130.000 infectados (26.000 en Catalunya), de los que unos 30.000 lo ignoran. No están diagnosticados. No toman precauciones sexuales y se estima que son responsables de hasta el 50% de las transmisiones anuales del virus. Si los identificáramos y se trataran, empezaríamos a controlar la epidemia del sida en España.

-¿Cuántos infectados siguen tratamiento antirretroviral?

-¿Cuántos años llevan infectadas las personas que van al hospital?-El 40% llegan con el sistema inmunitario bastante deteriorado y, de ellos, en un 10% la infección está muy avanzada. Vienen porque ya sufren una complicación grave.

-¿Qué complicación?

-Infecciones, cáncer, pulmonía por neumocistitis, tuberculosis, toxoplasmosis cerebral… Cosas graves. Si no mueren de eso, se salvan. Controlar la infección del VIH es factible.

-¿Cómo llegan a saber que un tuberculoso sufre también el sida?

-Lo sospechamos, hacemos cuatro preguntas y les pedimos permiso para hacer el test del VIH. Siempre pedimos permiso. Para todo. No suele negarse nadie. Se encuentran mal.

-Ustedes, junto con el Laboratorio Irsi/Caixa, de Can Ruti, investigan en busca de una vacuna. ¿Disponen de suficiente financiación?-No. Tenemos dinero, pero no suficiente. Lo utilizamos de la mejor forma que sabemos. Tenemos financiación europea, de la Fundación La Caixa y de algunos proyectos públicos españoles. Hasta ahora, también participaba Laboratorios Esteve, que ha dejado de hacerlo.

-¿La escasez detiene los estudios?

-No. El dinero determina la velocidad con que investigamos. Tenemos cuatro proyectos de vacuna en marcha: tres terapéuticas, dirigidas a los ya infectados, y una preventiva, para evitar la infección a personas sanas.

-¿Cómo actuaría la terapéutica?

-El objetivo de una vacuna terapéutica es poder retirar el tratamiento antirretroviral -que de otra forma se toma toda la vida- sin que se produzca un rebrote en la replicación del VIH. Detrás de cada paso que avanzamos hay cuatro millones de euros de inversión y tres años de trabajo. En el 2016 ensayaremos en humanos dos de estos prototipos.

El prelado expulsado por ser gay: “En la Curia del Vaticano hay muchos homosexuales”

Kzysztof Charamsa 'El Papa se enfrenta a una oposición fóbica e irracional'

Kzysztof Charamsa: “El Papa se enfrenta a una oposición fóbica e irracional” EFE

“Hay una verdadera persecución. Mi Iglesia se permite afirmar que debe luchar contra los gays al igual que luchaba contra el nazismo. Nos comparan con los nazis, los enemigos de la humanidad. Esta afirmación ha salido en boca del cardenal africano Sarah justo en medio del Sínodo, que en su lugar debería pensar con misericordia sobre las familias”. Son declaraciones de Krzystof Charamsa, el teólogo expulsado del Vaticano tras revelar su homosexualidad.

“La Iglesia está obsesionada con la homosexualidad, así como con la sexualidad humana en general”. Charamsa, en una entrevista con el diario Religión Digital,denuncia a la todopoderosa Congregación para la Doctrina de la Fe, una “agencia política de sabotaje contra el pontificado del Papa Francisco”.

En la entrevista, Charamsa -que actualmente reside junto a su pareja, Edouard, en Barcelona y que esta misma semana ha sido suspendido del sacerdocio- niega a los que le acusan de traidor y denuncia “la paranoia homofóbica de la Iglesia, que es irracional y absurda, e incapaz de reflexionar porque está llena de un adoctrinamiento ideológico”.

En su opinión, “quien traiciona es la Iglesia, como comunidad de creyentes y como jerarquía, porque no es capaz de revisar una posición que ya no puede seguir defendiendo”. Una traición que se ve en “la doble vida del clero”, que se ve “especialmente en el Vaticano”. “La doble vida para mí no significa solo tener una pareja, hombre o mujer, que es una realidad muy sana y recomendable para un cura. La doble vida es también masturbarse regularmente o ser dependiente de la masturbación como lo son muchos curas y al mismo tiempo luchar contra la masturbación, la cual forma parte de una sana vida sexual en pareja”.

Su experiencia como secretario en Doctrina de la Fe le lleva a calificar este organismo como “un frio y ciego adoctrinamiento, un legalismo automático, lleno de fariseísmo insensible. Están obsesionados por la homosexualidad”. Al tiempo, asegura que “en la Curia romana hay muchos gays. Muchos de ellos son buenos curas: el problema aparece cuando los gays son homófobos interiorizados”.

Para Charamsa, “la Congregación para la Doctrina de la Fe es el corazón de una homofobia paranoica e irracional (…). Es una obsesión. Esta es nuestra verdadera fe: la paranoia anti-gay. Nada más. Es nuestro tema preferido. Hay reuniones en las que de cada tres casos que tratamos, dos son contra gays. Nos hemos inventado un enemigo imaginario y luchamos con todas nuestras fuerzas contra él. Lo llamamos ‘nuestra guerra contra el gender'”.

El teólogo polaco no duda en señalar al cardenal Müller, uno de los principales enemigos de las reformas del Papa Francisco. “En el pasado, nosotros (Doctrina de la Fe) hemos destruido carreras de teólogos que reflexionaban con respeto e inteligencia sobre nuevas formas de ejercicio del primado. Ahora la Congregación está contra el Papa y su primado de una manera irracional”.

ENTREVISTA AL ACTIVISTA Y TEÓRICO PABLO VERGARA PEREZ CON MOTIVO DEL OCTUBRE TRANS

Entrevista publicada en Disidente Cuerpa

“Lo que sí puedo decir es que el transfeminismo y el feminismo queer han sido, y son, uno de los pilares sobre los que se asienta la lucha de los colectivos trans*.

Pablo Vergara Pérez es uno de los activistas y bloggers trans con más relevancia en el estado español. Actualmente reside en Escocia y se prepara para sacar su primer libro, de contenido autobiográfico “Aprendiendo a vivir de otra forma: diarios de un hombre trans.” Puedes recibir todas sus publicaciones dándote de alta en su lista de correo

http://www.pablovergaraperez.com/go/alta-en-la-lista-de-correo/

Pablo Vergara Pérez

Pablo Vergara Pérez

Explícanos lo del Octubre Trans. ¿Qué buscáis o donde lo situáis en un calendario de activismo por la visibilidad, la despatologización etc? ¿Cuándo surge toda esta historia?

Pablo Vergara Pérez: La Red “Stop Trans Patologización” nació de la militancia de varios grupos activistas, principalmente españoles, que se situaban en el eje Madrid-Barcelona-Toulouse. Todo empezó cuando se iniciaron los trabajos de revisión y cuestionamiento  del manual de diagnósticos psiquiátricos (DSM, por sus siglas en inglés) de la Asociación de Psiquiatría Americana. En aquel momento se vió que existía la posibilidad de empezar a hacer  acciones de presión para pedir la retirada de la transexualidad y el travestismo como enfermedades mentales de dicho manual, y también del CIE, cuyos trabajos de revisión comenzaron ya  más adelante.

Aunque las primeras acciones comenzaron entorno al año 2007, no fue hasta el año 2009 la red explotó y alcanzó un tamaño global, con agrupaciones adheridas en varios continentes. Sin embargo, en 2013 se publicó el nuevo DSM-V, que todavía contiene una referencia a la transexualidad como “disforia de género” y al travestismo como enfermedad mental.

De todas formas, lejos de suponer el final de las acciones por la despatologización, la publicación del DSM tan sólo ha sido un pequeño escollo en el camino, ya que existen muchas más formas de conseguir la despatologización de la transexualidad. Actualmente, se están realizando acciones de presión para eliminar la transexualidad del catálogo de enfermedades de la OMS.  Presiones sobre las asociaciones médicas para la reelaboración de protocolos sanitarios no patologizantes, y se ha conseguido que muchos países aprueben leyes no medicalizadas en materia de derechos de las personas trans, o de identidad de género.

-Hay una Ley Integral sobre Transexualidad en Andalucía pero que no ha contentado a todos/as. ¿Qué nos puedes contar brevemente al respecto y que pasos queda por dar?

Pablo Vergara Pérez: Con la Ley de transexualidad de Andalucía, parece que está todo por hacer. Es una ley redactada de manera vaga, difusa e imprecisa, que deja un montón de huecos en blanco, que se suponía que se iban a desarrollar con posterioridad, y que no se han desarrollado, o, cuando se han desarrollado, se han desarrollado mal.

De todas formas, para ser justos, en mi opinión la situación de las personas trans en Andalucía es mejor después de la ley trans que antes de ella. En el plano educativo, ya casi no se producen problemas para el reconocimiento de la identidad de los y las estudiantes trans en el ámbito de las aulas, lo que es muy importante, especialmente en el caso de las y los menores de edad que no siempre cuentan con algún apoyo.

En el plano sanitario, se está produciendo una reforma, desordenada y que está dejando en el aire a muchas personas, pero, honestamente… no es que la cosa estuviese mejor antes. Ahora, muchas personas se quejan de que el médico no sabe a dónde enviarles. Antes, cuando existía una UTIG en Málaga, ocurría exactamente igual. Yo estuve seis meses de médico en médico hasta que, por casualidad, encontré a otra persona trans que me dijo a qué número de teléfono tenía que llamar para darle la información a mi médico.

Al menos ahora tenemos la posibilidad de construir un camino. Antes, después de estar perdido en el sistema durante meses, terminabas yendo a parar sentado en la consulta de la psicóloga de Málaga, recibiendo humillaciones sin cuento y preguntas impertinentes durante años, y, además, en una situación de total indefensión. Hoy, hay opciones. Todavía no son automáticas, pero al menos hay cosas que se pueden hacer.

-¿En qué aspectos está relacionada la transfobia con la homofobia o la lesbofobia y en que se diferencia claramente? ¿Veis avances y retrocesos, o todo depende desde donde mires?

Pablo V.P: Muchas veces los ataques que recibimos las personas trans no son realmente transfóbicos, sino homofóbicos, y se producen porque las personas trans somos percibidas como homosexuales por ciertos sectores de la población. En ese sentido, la erradicación de la homofobia y lesbofobia son objetivos compartidos entre los colectivos trans y los colectivos de Lesbianas, Gays  y Bisexuales.

Sin embargo, la transfobia es una fobia con personalidad propia, y no está directamente relacionada con la orientación de género, sino con el rechazo a ciertos tipos corporales no binarios. En este sentido está más cercana a otras fobias corporales, como la interfobia o rechazo a las personas intersex, o la gordofobia (rechazo a las personas gordas). Incluye la consideración de que cualquier tipo corporal que se aleje de los cánones reconocidos como válidos socialmente debe ser necesariamente una enfermedad.  Y que, por lo tanto, las personas con esos cuerpos considerados como más o menos “abyectos” han elegido convertirse en seres despreciables (o han rechazado deliberadamente la intervención salvadora de la medicina). Por tanto, merecen ser despreciados. Hacer chistes sobre gordos y trans es totalmente aceptable, así como se considera totalmente aceptable excluirnos de la vida laboral, de la vida sexual y sentimental, del acceso a ciertos servicios, especialmente servicios médicos, y toda persona compasiva se cree en la obligación moral de reconducirnos hacia el buen camino de los cánones corporales aceptables.

¿Muchas personas trans están hartas de que otras hablen por ellas bien sea la clase médica, los equipos psicológicos, los estudiosos, los grupos feministas reticentes e incluso los activistas gays y lesbianas? ¿Va siendo hora de reclamar una palabra propia lejos tanto de patologización como de oportunismo o paternalismos varios?

Pablo V: Sí, ya va siendo hora, y de hecho el movimiento trans*, tanto a nivel del Estado Español como a nivel internacional, ya tiene entidad propia y activistas con nivel suficiente para hablar por si mismxs. Si todavía hay eventos sobre transexualidad en los que la presencia de ponentes trans es marginal y limitada simplemente al testimonio vital propio es porque los organizadores no tienen ni idea de qué va la película y se creen que están todavía en los inicios de la década pasada.

-Hoy día, no sin dificultades, se va ampliando la posibilidad de la entrada de las personas trans en el mundo laboral. No obstante, parece que el tema del éxodo rural, las biografías peculiares y las experiencias traumáticas no ha acabo del todo.

El día en que todo esto acabe, todavía está muy lejano. Ahora podemos empezar a soñar que algún día ser trans, o intersex, o gay, o lesbiana, o lo que sea no supondrá una desventaja tan brutal como ocurre en el presente, pero tenemos que recordar que los avances sociales ganados en décadas de lucha pueden retroceder hasta desaparecer sin dejar rastro en un solo lustro. En breve tendremos la primera generación de adultos trans que han crecido acogidos por su entorno y sus familias, y nos contarán cómo lo hemos estado haciendo y qué cosas hay que mejorar, añadiendo su esfuerzo al nuestro… o se relajarán y dejarán que todo retroceda.

-La hoy llamada “teoría queer” vino dicho de modo un poco simple a cuestionar los llamados binarismos de género. Pero me da que todo esto, hoy tan en boga, no fue fácil al principio y surgió de muchas corrientes. ¿Cómo ves tu el origen y el futuro?

  1. V.P: Si bien tengo que reconocer que la teoría queer ha tenido una fuerte influencia en mi manera de comprenderme a mí mismo como personaje subversivo inserto dentro de las categorías binarias de género, lo cierto es que no soy un fan, ni un estudioso. Seguro que hay mucha gente que puede hablar sobre presente, pasado y futuro de la teoría queer y la interacción entre sus diferentes corrientes.

Lo que sí puedo decir es que el transfeminismo y el feminismo queer han sido, y son, uno de los pilares sobre los que se asienta la lucha de los colectivos trans*. Incluso los colectivos de activistas transexuales que reniegan del feminismo y la teoría queer utilizan, sin saberlo, ideas y principios que provienen de la teoría queer.

-Las ficciones trans empiezan a surgir con mayor o menor fortuna. ¿Cuál es la que tú prefieres?

He disfrutado como un enano con la primera temporada de “Sense 8” y el personaje de Nomi, y con Sophia en “Orange is the new black” (además, me encanta Laverne Cox en su faceta personal de activista). En películas, me sigo quedando con Romeos, aunque ya tiene unos añitos. Y, muy mal por la nueva versión de Stonewall que pone en el centro de la revuelta la intervención de los hombres gays estadounidenses y blancos, y deja en el margen a las que realmente hicieron saltar la chispa que prendió fuego al polvorín: las mujeres trans, y la concreta e histórica intervención de Sylvia Rivera (inmigrante portorriqueña), y Marsha P. Johnson (migrante afroamericana).

-Creo que, aunque poco a poco, la visibilidad de las personas trans está teniendo cierta repercusión social. ¿Crees que es solo un “boom” y lleno de problemas teóricos y, sobre todo, prácticos o podría ser el comienzo de un movimiento social sin precedentes, al menos por estos lares?

Pablo Vergara Pérez: Parece que después del “boom” trans que se produjo alrededor del año 2009, la problemática de la discriminación, represión y patologización de las personas trans ha venido para quedarse. Cada vez se encuentra más presente en las agendas de las instituciones y los partidos políticos, así como de otros movimientos sociales, como el feminismo o el movimiento LGTB.

 

También estamos asistiendo a una reacción ante este cambio de escenario, como la aparición de las llamadas Feministas Radicales Trans Exclusionistas  (TERF, por sus siglas en inglés) dentro del movimiento feminista, o la actitud defensiva de los líderes gays dentro del movimiento LGBTI. Sin embargo, creo que de momento lo estamos haciendo bien.

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‘No me tienen que legalizar. Ya soy legal’

29.09.2015_ Barcelona. La Boqueria. Serie de Pedro Simón Conversaciones imposibles. En la imagen(izq) Marga Carrera que ejerce la prostitución y Carma Freixa (der) Psicóloga, sexóloga y escritora posan juntas en el centro de Barcelona.NO UTILIZAR SIN CONSULTAR CON FOTOGRAFIA. José Aymá

Marga Carreras, prostituta, y Carme Freixas, feminista, hablan sobre prostitución FOTOS: JOSÉ AYMÁ | VÍDEO: IRENE FDEZ JUBITERO

Cuando les propusimos este encuentro, la prostituta nos dijo que no y la feminista que tampoco. Porque Marga Carreras no quiere que nadie venga a salvarle la vida y Carme Freixas no cree que se pueda debatir sobre ‘esclavitud sí/esclavitud no’. Lo que es hablar. Empezaron de uñas y casi terminaron de la mano.

A los hombres nos saluda estrechándonos una mano glacial y a las mujeres les da un beso a temperatura ambiente.

Eso es lo primero que nos transmite sin abrir todavía la boca: que para una señora como ella -50 años, madre y más de tres décadas ejerciendo la prostitución-, los besos -hasta los más inanes- cuestan.

-Mujer, no nos llames de usted.

-Es deformación profesional.

Se sienta Marga Carreras en frente de Carme Freixa, que en su doble condición de periodista y psicóloga pregunta y escucha…

-No sois libres -le dice la feminista.

-No serás libre tú -le contesta la prostituta.

Fue una hora de silla eléctrica. Ellas se quejaron del calor que hacía en la sala y -oyéndolas- los hombres que andábamos tras la cámara sentíamos frío. Atravesamos finalmente el mercado de La Boquería para hacer una foto en el Raval.

En el periodismo a veces sucede que la pregunta más tonta te trae una buena frase de vuelta.

-¿Y antes qué hacías, Marga?

-Trabajé 10 años en una tripería. Aquí mismo. Vendía tripas, lenguas… Y también corazones. [Se gira y nos mira] Yo sé mucho de entrañas.

El macho

Pregunta.- ¿Por qué existe la prostitución?

Carme Freixa: Existe porque estamos en una sociedad en la que la supremacía del macho hace que la hembra, en este caso las mujeres, puedan ser consideradas objetos vendibles, comprables y traficables. Nadie puede decir que vive en una democracia cuando el 50% de las personas puede ser comprada por el otro 50%. Compradas, vendidas, usadas y traficadas. Las mafias de traficantes han ido edulcorando el lenguaje: en lugar de llamarlo tráfico le llamamos industria del sexo, en lugar de hablar de comercio hablamos de trabajo… Hombre, yo no conozco ningún trabajo donde el hecho de poder ser asesinada, violada y maltratada sea una cosa rutinaria. Si conoces alguno me lo dices…

Marga Carreras: La prostitución existe porque entre las pocas, malas y mal pagadas opciones, ésa es una que tú escoges… Yo pienso que había que preguntarles a todas y cada una de las que ejercen, a las que vienen de otro país consentidas y consentidoras, a cada uno de los seres humanos, transformistas, travestis, mujeres, hombres, andrógenos… A cada uno de ellos, cuál es su realidad y qué quieren ellos. No que otros decidan en su lugar. ¿Pero alguna vez se le ha preguntado a ellos? Mira, sólo se vulneran los derechos de una persona cuando tú decides por ella. Cuando tú no la dejas decidir… Podemos convivir con los demás, pero respetando la realidad de cada uno…

C: La realidad de la mafia, querrás decir.

M: La de las personas que lo ejercen [Levanta la voz]. Porque ellas lo deciden. No me digas que hay personas que no lo eligen, porque entonces no sería una verdad real.

C: Aquí estamos en vías de poder probar cómo la mafia de la prostitución, en este país y en otros países europeos, está subvencionando a supuestos colectivos de mujeres que defienden los derechos de las trabajadoras.

M: Las mujeres que nos dedicamos a esto no podemos hablar. No tenemos voz. ¿Yo no soy una persona mayor para decidir mi vida? ¿Lo que estoy diciendo no es real? [Indignada]

C: Qué distintas suenan las palabras de las supervivientes de prostitución de las que supuestamente ejercéis libremente…

M: ¿Sabes de que soy yo superviviente? [Muy seria] De la vida. Y de la ignorancia de los demás. Que me juzgan sin conocerme.

P.- Hay estudios que hablan de que hasta un 80% de las mujeres que ejercen la prostitución sufren violencia física o sexual…

M: Nunca he sufrido violencia en mi trabajo. Sino de las personas que piensan que no soy una persona sensata y que no elijo mi vida. Eso sí que es una agresión.

C: Uno de los grandes problemas que tiene una persona que ha sido prostituida es el de la disociación cognitiva: todo empieza cuando trabajan con un sobrenombre, disocian su cuerpo de sus sentimientos, de su vida personal, y es otra persona la que está trabajando… Los estudios de la OMS dicen que estas personas sufren un estrés postraumático mayor que otras que no han sufrido estos problemas.

‘La puta feliz’

[Los datos de la prostitución hablan como un telegrama de urgencias. Cuatro millones de mujeres son víctimas de la trata cada año. Stop. Más de 12 millones de personas sufren situaciones laborales similares a la esclavitud. Stop. Entre el 10% y el 30 % de mujeres víctimas son menores de edad. Stop. Y luego hay mujeres como Marga, que piden que las dejen en paz].

P.- ¿En tu caso, Marga, por qué ejerces la prostitución?

M: Ejerzo la prostitución porque soy una persona mayor de edad que alquilo mi mentalidad y mis conocimientos, mi compañía… Pero yo nunca vendo nada. Porque vender es algo que alguien se puede llevar a su casa… A la prostitución yo nunca la llamo así, sino trabajo sexual, que es una cosa diferente.

C: Como las llaman las mafias… Lo siento mucho, cariño, pero es el lenguaje de las mafias.

M: Yo empleo el lenguaje que yo quiero. Y soy Margarita Carreras y no la mafia. Y trabajo con, donde, con quien y de la manera en que yo considero que lo debo hacer. Yo escojo dónde quiero y dónde no, cuándo, con quién y de qué manera.

C: Me asombro de que se le llame trabajo a algo que lleva consigo unas relaciones de no igualdad, donde no hay seguridad… Tiene que haber una legislación europea para acabar con esto.

M: A todas las mujeres no se nos ha preguntado.

C: ¿Has escuchado a las supervivientes?

M: Sí. ¿Sabes por qué? Porque yo trabajo con muchas. Más de las que tú vas a conocer en tu vida. Las veo cada día. Y las ayudo. Pero yo gratis.

C: No sois libres.

M: No serás libre tú. Porque tú a mí no me condicionas la libertad que yo tengo en este país. Ni tú me la das, ni tú me la concedes.

P.- ¿Está cambiando algo en el terreno de los derechos laborales de las mujeres que ejercen la prostitución? Hay sentencias que los están reconociendo…

M: … E incluso una juez que se ha apuntado de autónoma como prostituta y que ha creado una cooperativa de mujeres que se han dado de alta en la Seguridad Social… Yo quiero regulación. A mí no me tienen que legalizar. Yo ya soy legal. Queremos una regulación de este trabajo, en las condiciones que se puedan pactar. Pedimos respeto. Lo mismo que respetamos a los demás.

C: Confundir el respeto a las personas con el respeto a las mafias son dos cosas distintas. Cuando las supervivientes de la prostitución han salido a hablar ha quedado muy claro que el mito de la puta feliz no existe. Nos vendían la imagen de la puta feliz que decía [Carme modula la voz. Irónica]: «Los hombres vienen conmigo para hablar de literatura, me paso las noches hablando de Cervantes». Cuando han visto eso, lo han cambiado por otro mito, el de las cooperativas de trabajadoras sexuales vestidas de Chanel.

P.- ¿Crees que la mayoría que se dedica a esto lo hace libremente?

M: De las que yo conozco, un 10% son esclavas de una red. El otro 30% puede estar condicionada por parejas (la peor esclavitud es la de los sentimientos, muchas veces); y luego hay otras que eligen (hombre, mujeres, travestis…) porque no tienen otra opción.

C: El problema no es prostitución sí o no. Sino que debemos cambiar las condiciones sociales. Ni yo ni mucha gente queremos vivir en una sociedad donde la gente pueda ser comprada.

40.000 euros al año

P.- Según la Interpol un proxeneta gana 110.000 euros al año por mujer prostituida. ¿Cuánto gana ésta?

M: De media, en torno a los 40.000 al año.

P.- ¿El abolicionismo no conduce más a la clandestinidad?

C: No. Lo que se ha demostrado es que legalizar a las mafias lo único que hace es llevar a la clandestinidad a muchas de estas personas. El alcalde de Ámsterdam ha dicho que si él hubiera pensado que legalizar la prostitución iba a suponer lo que ha supuesto, él nunca la habría legalizado. En Alemania, se llegó a utilizar una cosa que era la tarifa plana para el sexo. Eso fue un revulsivo para la sociedad alemana. Hoy está pidiendo revocar la legalización. En Dinamarca hay 90 ONG pidiendo lo mismo. ¿Hemos asumido que el 50% de la sociedad es mercancía?

M: En este país hay 100 asociaciones pro-abolición de la prostitución que viven de las subvenciones del Gobierno [Marga se la tenía guardada. Ahora sí mira a Carme]. Y todas las mujeres que somos trabajadoras del sexo y estamos ayudando a las mujeres nunca recibimos nada. Ni pedimos. Sólo pedimos a todas esas asociaciones que nos dejen hablar a nosotras…

C: Bueno, aquí sabemos cómo las personas que trabajan en APRAMP [Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida] han estado amenazadas de muerte por las mafias y han tenido que retirarse de la vida pública. La prostitución es una forma más de terrorismo machista… No es que sean hombres tímidos, solitarios, pobrecitos, con problemas. No. El único problema que tienen estos machos usuarios es que ellos se creen que lo pueden comprar todo. A lo mejor tú no se lo vendes. Pero ellos sí consideran que están comprando tu cuerpo.

M: ¿Esto te lo han dicho a ti los clientes?

C: Entra en la página puteros.com y te caerás al suelo de lo que llegan a decir. Me niego a llamarles hombres. Son tíos.

El pacto del preservativo

C: Yo te preguntaría que si crees que el trabajo infantil también se debe de legalizar, porque hay países en los que los niños tienen que trabajar.

M: En España el trabajo infantil no es legal. La comparación no me vale… Llevo trabajando desde los 18 años. Las personas somos una cosa y el trabajo ejercido es otra.

C: La prostitución nunca será un trabajo.

M: Yo creo que sí. A cambio de un pacto.

C: Eso no es un pacto, por dios [Alarmada]. Es compra-venta. El 85% de las mujeres atendidas en centros está diciendo que una cosa que no pueden negociar es la utilización del preservativo. ¿Cómo hablar de pacto?

M: Yo pacto todo. No todas vivimos obligadas.

C: Felicidades [Jocosa].

P.- ¿Sin demanda no hay oferta?

C: Hay una cuestión primordial en esta sociedad: de la cerda se aprovecha todo [Rotunda. La frase cae como una maceta desde un cuarto piso]. Y cuando digo cerda me refiero a todas las mujeres. En este momento en internet hay tráfico de leche de mujer embarazada, hay solicitud de relaciones sexuales con mujeres embarazadas, solicitud de niñas vírgenes de cinco, seis y siete años… Estamos llegando a un extremo… Las mujeres estamos siendo las parias de una sociedad que se dice democrática.

P.- ¿Te gustaría que tus hijas ejercieran, Marga?

M: Yo no puedo decir lo que mis hijas van a hacer nunca. Yo puedo aconsejar, pero la decisión la tienen que tomar ellas.

P.- No me estás contestando.

M: Te estoy contestando. Yo no puedo decirle a una hija mía en qué tiene que trabajar. ¿Tú sabes lo que yo quiero que sea mi hija el día de mañana?

P.- Feliz, supongo.

M: Eso.

[De camino al Raval, Marga nos habla de las buenas notas de las hijas. De lo cara que está la merluza. De la ausencia de miedo. De lo malo que es fumar. Íbamos a despedirla estrechándole la mano. Como ella prefiere. Pero no: ahora ya sí, Marga nos besa]

‘En el Vaticano hay quien quiere sabotear al Papa’

‘Prohibir a homosexuales ordenarse sacerdotes es justo e inhumano’

Krzysztof Charamsa, el prelado polaco que se confesó gay, en Barcelona

Krzysztof Charamsa, el prelado polaco que se confesó gay, en Barcelona. ANTONIO MORENO

El prelado polaco, Krzysztof Charamsa, provocó un terremoto en el Vaticano hace unos días después de salir del armario y presentar a su novio catalán. Sintiéndose por fin “liberado” y sin dejar de vestir el alzacuellos, el ex funcionario de laCongregación para la Doctrina de la Fe denuncia que una parte de la Curia romana busca “sabotear”al Papa Francisco en sus reformas. En especial, dentro de este dicasterio que se ocupa de promover la moral cristiana y donde existe “un ambiente hostil” contra el Papa.

 ¿Cuál fue la gota que colmó el vaso y qué le empujó a declarar su homosexualidad?

No podía más. Llega un momento en el que algo se rompe dentro de ti y no puedes seguir negando la propia identidad sexual, aunque la Iglesia te rechace. No puedes seguir viviendo dentro de un armario espiritual y existencial. La posición de la Iglesia de hoy podría ser justificable, pero hace 100 años.
¿Y cómo vivió los años en los que sí tuvo que esconder su condición sexual?
Han sido años de maduración, de preparación, no sólo a nivel sentimental, sino también intelectual. He estudiado la sexualidad como teólogo y filósofo. Y rezado mucho. En este tiempo, ha sido fundamental el apoyo de mi pareja, que ha estado siempre a mi lado. Juntos nos sentimos complementarios, el uno para el otro.
Cuando usted decidió hacerse sacerdote, en 1997 ¿ya sabía que era gay?
Sí. Lo he sabido siempre.
Y en 2005, cuando Benedicto XVI prohibió que los homosexuales se pudieran ordenar sacerdotes, ¿qué sintió?
Fue un momento de profunda crisis existencial. Es una prohibición injusta e inhumana. La Iglesia ha rechazado así a un entero grupo social que entre el clero católico está representado de una manera muy amplia.
¿Existen muchos gays en el Vaticano?
Mi experiencia me dice que son muchos.
¿Cree que la reacción del Vaticano de apartarle de sus funciones habría sido tan radical si usted hubiera declarado su homosexualidad pero no hubiera dicho que tiene pareja?
Me habrían expulsado igual, pero seguramente de forma más discreta.
Hay quienes aseguran que su declaración beneficia al ala más conservadora dentro del Vaticano, que rechaza las reformas emprendidas por el Papa Francisco.
No estoy de acuerdo porque antes del Sínodo he hecho todo lo posible para que dentro de mi congregación se debatiera obre este tema. No soy yo quien está dando fuerza a los enemigos de la renovación de la doctrina católica sobre la la familia. No ha habido una verdadera reflexión sin prejuicios antes del Sínodo porque quien ha intentado promoverla ha chocado con la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Usted denunció que dentro de este dicasterio donde trabajaba se encontraba lo más rancio dentro de la Iglesia.
Yo he vivido dentro de la congregación un ambiente hostil y enemigo al Papa Francisco. Se busca sabotear al Santo Padre. Desde la congregación han intentado que el Sínodo fracase en su apuesta por una apertura de diálogo y debate propuesta por el Papa Francisco.
¿Entonces el Sínodo no cambiará nada sustancial?
No, porque no ha sido preparado como quería el Papa Francisco, con una verdadera discusión transparente sin renunciar a un discurso interdisciplinar. Seguimos rechazando tratados de psicología, de ciencia y así sólo estamos ignorando muchas realidades que hoy no son teorías, forman parte de la humanidad. La Iglesia continúa viviendo todo esto como si fuera el resultado de una ideología impuesta por un lobby, aunque yo no conozco ningún lobby homosexual en el Vaticano.
¿Cree que después de usted habrá más salidas del armario dentro del Vaticano?
Me gustaría que mi gesto pudiera llevar un poco más de libertad a personas que tienen miedo y vergüenza de su propia sexualidad porque lo ven como algo sucio. Hay muchas personas que están obligadas a estar toda la vida en un armario.
Hace unos días usted publicó un artículo en una revista polaca pidiendo una serie de cambios dentro de la Iglesia con respecto a los homosexuales. ¿Qué reacción suscitó?
Hablaba sobre la violencia del lenguaje de la teología, en especial en el lenguaje homofóbico de la Conferencia Episcopal polaca, que busca ridiculizar y discriminar. Se abrió una guerra contra mí en Polonia que me hizo entender que no podía seguir escondiéndome y tenía que decir: yo también soy gay, y siendo gay soy también un buen cura y teólogo. Fue la primera vez que salí del armario de manera inconsciente.
Usted le ha escrito una carta al Papa. ¿Qué le dice?
Le he explicado las razones de mi decisión y le he pedido que abra la razón y el corazón de los obispos en el Sínodo porque el Señor no ha hecho a nadie, a ningún humano, defectuoso.

Y un día Yoali recibió las disculpas de la escuela que la discriminó por lesbiana

Entrevista publicada por SIN ETIQUETAS

Yoalli recibió el mejor regalo de quince años que nunca imaginó desear. El día de ayer, las autoridades escolares se disculparon con ella, ante toda la población académica y alumnado, por los meses de discriminación y hostigamiento que le hicieron pasar por ser abiertamente lesbiana.

YOALLI

YOALLI

VER: A Yoalli la discriminaron por lesbiana en la escuela y esta es su batalla

En Sin Etiquetas ya te habíamos contado la historia de esta chica mexicana. Sin embargo, vamos a recordar el caso: desde octubre del año pasado a Yoalli la vigilaron, marginaron y acosaron sus profesores de escuela por órdenes directas de la, ahora, exdirectora del plantel donde cursaba el primero año de educación secundaria.

Al inició solamente le llamaron la atención por su forma de verse asegurando que su cabello (corto) no era apropiado para una chica por lo que debía dejárselo crecer o ponerse algo que la hiciera ver más “femenina”.

Después conforme inició una relación con una compañera empezaron a hacerle observaciones por su conducta al grado de llamar a sus padres para comentar la “situación”. Su madre y su padre ya estaban al tanto, con su apoyo total.

“¿Qué quiere decirme que mi hija es lesbiana? Ya lo sé”, eso le dijo mi mamá a la directora y me contó que sus ojos se quedaron como platos, comentó Yoalli.

Este hecho fue solo el inició de una serie de eventos de acoso que la llevaron a abandonar la escuela a causa del estrés que le generaban día con día.

➸ ➸

La seguían al baño o no la dejan ir hasta que no podía aguantar más. Amenazaron a sus (ex) novias, y le prohibieron acercarse a sus compañeras de forma “erótica” [cuando las abrazaba].

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Afortunadamente con todo el apoyo de su familia comenzó un proceso de denuncia ante el Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación (CONAPRED), organismo donde se inició una investigación para determinar la veracidad de los hechos y la responsabilidad de las autoridades escolares.

Consiguieron que se le brindara una forma de recuperar el año perdido pero querían que la escuela reconociera los hechos. A casi medio año, esto se convirtió en realidad. La disculpa –que era supuestamente pública–se realizó en una ceremonia privada a la que no se permitió acceso a los medios.

Pese a esto, el hecho deja un precedente para dejar claro que este tipo de situaciones no pueden ni deben seguir pasando. Por ahora, la abogada que acompañó el proceso, Liliana Arias explicó que aún buscarán la sensibilización en diversidad sexual y no discriminación al personal de la escuela y el alumnado.

Yo ya me siento tranquilla, ya siento que esto se acabó (…) pero tuve suerte (porque) si esto me pasó aun teniendo el apoyo de mis papás alguien que no tenga el apoyo de sus papás o de alguien sería mucho más fuerte”, agregó Yoalli.

Al final decidió cambiar de escuela. Y comienza a pensar en estudios superiores como el Diseño Gráfico o de modas, ama el azul y la música. Es como cualquier adolescente y en sus palabras solo hace “lo que hacen todos los seres humanos: ser diversos”.

Quizá no haya sido la primera ocasión de acoso y discriminación en esa secundaria pero al menos ayer se constató que deberá ser la última. También es un llamado para que no ocurra en ninguna otra.

➸ ➸ En su anterior escuela su promedio era de cinco, actualmente es de nueve punto tres.

Jane Badler: ‘Me sorprende que sea tan famosa en España y que me reconozcan’

Diana, la villana que se convertía en lagarto en la serie ‘V’

  • ‘Interpretar a reptiles y lesbianas es todo lo que hago’, bromea la actriz

  • Ha grabado un dueto con el ‘triunfito’ Juan Camús: ‘Encima canto en español’

La actriz Jane Badler, en una imagen reciente

La actriz Jane Badler, en una imagen reciente. Gtres

Puede que el nombre de Jane Badler (61) no le llame atención así de primeras. Pero si tiene más de treinta años, usted la ubicará perfectamente por su personaje de Diana, la villana que se convertía en lagarto en la serie ‘V’ y que engullía ratones en los 80. Lo sorprendente de Jane es que reaparece en nuestra cartelera con ‘De chica en chica’, una comedia lésbica que dirige Sonia San Sebastián. Tanto ha confiado la actriz en este proyecto rodado en nuestro país que ha hecho todo lo posible para protagonizar la cinta junto a Celia Freijeiro, incluso rebajar su caché. Sobre este papel, su pasión por España y hasta sobre su dueto con el ‘triunfito’ Juan Camús, la neoyorquina ha conversado con LOC.

La pregunta del millón: ¿Qué hace en Madrid presentando una película española? ¿Cómo le llegó el guión de ‘De chica en chica’?
Me contactaron por Facebook. ¿Puedes creerlo? Al principio, pensé en no hacer la película, pero un año después leí el nuevo guión -hubo varios cambios durante la reproducción- y era increíble. Ahí ya dije que OK.
¿Qué tal se le ha dado interpretar a una lesbiana?
Mira a Celia. ¡Ha sido muy fácil! ¡Es preciosa!
¿Le ha resultado más fácil que hacer de reptil en ‘V’?
Los dos cosas son muy fáciles. Interpretar a reptiles y lesbianas es todo lo que hago (se ríe). Puede que después de ‘De chica en chica’ me recordaréis aquí como esa mujer lesbiana y sexy.
¿Cómo vivió el rodaje en nuestro país?
Fue en Madrid el año pasado. Duró tres semanas. Me sorprendió que fuera tan famosa aquí y que me reconocieran por la calle.
¿No se lo imaginaba?
Nunca, hasta que hubo internet. Hace cuatro años vine por la nueva ‘V’ y estuve en un cine con cientos de personas llorando. No me lo creía, era como ‘Dios mío”.
Es que era la villana más cañón de la televisión.
Lo sé. Me quedé en ‘shock’ por los fans. No podía creerlo.
Supongo que no le pararán de comentarle la escena en la que se comía ratones.
Miles y miles de veces. O millones.
¿Le cansan este tipo de preguntas?
No me cansan, pero ya no son interesantes, ¿sabes?
¿Cómo vivió esa etapa de ‘sex symbol’ en los 80?
No lo sé, porque ni sabía que lo fuera. Me enteré cuando la gente me lo empezó a decir con los años. Hay gente que se me acerca ahora para decirme que yo era su primer flechazo, pero nunca fui consciente de nada.
¿Le ha costado mantener una carrera después de un personaje tan potente como el suyo en ‘V’?
No, porque yo he hecho muchos papeles después. Quizá me recuerden por uno, pero he podido hacer muchos más trabajos.
Pese a su imagen en la ficción y a su trabajo, usted mantiene un matrimonio de 25 años.
Sí, pero porque tengo un marido muy, muy comprensivo. Me da muchísima libertad.
También ha grabado un dueto con Juan Camús -participante de la primera edición de ‘Operación Triunfo-. Suena todo increíble.
Lo sé, porque encima canto en español. Pero he cantado toda mi vida. Tengo tres álbumes editados.
¿Qué lugares ha visitado de España?
Muchos, muchos. Sevilla, Barcelona, Ibiza… Me encanta Sevilla y la tierra de viñedos, pero amo todo el país.