Bi eraso homofobo aste batean
Gizon batek neska-bikote bati iraundu eta erasotu zion Barakaldon, eta Gasteizko mutil bat iraundua eta jarraitua izan zen, hilak 17an
Gizon batek neska-bikote bati iraundu eta erasotu zion Barakaldon, eta Gasteizko mutil bat iraundua eta jarraitua izan zen, hilak 17an
Gizon batek neska-bikote bati iraundu eta erasotu zion Barakaldon, eta Gasteizko mutil bat iraundua eta jarraitua izan zen, hilak 17an
Un juzgado ha archivado la denuncia presentada por el colectivo ‘Colega’ contra el párroco de la iglesia del Dulce Nombre de Sevilla, Santiago González Álba, por el artículo publicado con su firma en la web de la parroquia titulado ‘Sanar la homosexualidad sí es posible’, cuya autoría negó posteriormente.
En un comunicado, el Observatorio Español contra la LGBTfobia y Andalucía Diversidad LGBT han informado de que recurrirán el archivo de la denuncia interpuesta por la Confederación Española de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (Colegas) y expresan su sorpresa por la ‘rapidez inusitada’ del archivo.
Según estos colectivos, los hechos denunciados podrían inscribirse bajo el artículo 510 del vigente Código Penal, que se refiere a la incitación a la discriminación y al odio contra un grupo por su orientación sexual.
“Es inaudito que la jueza no llame a declarar al denunciado y dé por válidas las declaraciones ante los medios de comunicación en las que pedía disculpas y atribuía la autoría a otra persona, de la que sorpresivamente tampoco se han recabado sus datos, y contra quien podría derivarse la denuncia final”, ha declarado Francisco Ramírez, director del Observatorio.
La jueza afirma en el auto de archivo de la denuncia que no se ha producido un “dolo directo contra el colectivo homosexual y transexual, al no haberse difundido a sabiendas de su falsedad o un temerario desprecio a la verdad, como según ella exige el Código Penal”, señala el comunicado.
No obstante, según este colectivo, ‘diagnosticar una pretendida enfermedad y ofrecer un tratamiento sin tener las facultades para ello es un temerario desprecio a la verdad‘.
Por todas estas razones recurrirán el archivo de la demanda porque, ‘además de injurioso y despreciativo y fomentar la discriminación y el odio hacia las personas homosexuales y transexuales, no se ha determinado ni el autor de la difusión del artículo ni se ha examinado correctamente los daños que ha producido su difusión’.
Henry Okosun llegó a España en 2007 desde su país natal, Nigeria, donde incluso estudió en la universidad. Primero a Madrid, y desde hace tres años asentado en Alcántara (Cáceres), a donde se mudó para intentar buscar un empleo que de momento no llega. Es una persona con formación, pero desde que llegó a Cáceres sólo puede hacer pequeñas ‘chapuzas’ sin retribución oficial.
Dice su círculo más cercano de amistades que tenía una oferta para incorporarse al mercado laboral, pero todavía no la ha concretado.
Si lo hubiera hecho hubiera regularizado su situación y no habría sidodetenido hace 48 horas ni dormido hace dos noches en la Comisaría de Cáceres, con un pie en el vuelo que partía esta madrugada del jueves de Barajas. Un avión especial repleto de compatriotas partió a las siete de la mañana.
Henry estaba en la lista oficial de deportados, aunque aún no llegue a entender a estas horas, ya en libertad, que ocho años después de vivir de forma ininterrumpida en España haya llegado a pasar en las últimas horas un auténtico calvario, que tiene de momento final feliz. La Delegación del Gobierno de Madrid ha paralizado la orden de expulsión, pero a la vez le da un periodo de seis meses para regularizar su situación y demostrar su arraigo en el país, como marca la Ley de Extranjería, bien a través de un contrato de trabajo o bien mediante un matrimonio.
Su pareja, Carlos Mateos, un jubilado madrileño que se trasladó con él a vivir a tierras extremeñas, comenzó desde hace meses a dar la voz de alarma sobre la situación de Henry, con quien tiene previsto casarse en breve.
En el horizonte, el riesgo de la muerte, con la que se pena en buena parte de las regiones de Nigeria el ser homosexual y encima hacer alarde de ello, como confirma el presidente de la Fundación Triángulo de Extremadura, José María Núñez, que recibió el aviso de riesgo que padecía el nigeriano por parte de su pareja.
Lo primero que se hizo fue pedir a la embajada española en Nigeria un certificado de soltero de Henry, condición indispensable para poderse casar: “Nos dijeron que debía solicitarlo él mismo en persona allí pero claro, es imposible que Henry regrese a su país a por el documento habiendo reconocido públicamente su homosexualidad. Por el momento hemos intentado sin éxito que fuera otra persona”.
Henry hizo pública su condición de homosexual el pasado mes de enero en el programa ‘El Permiso’ de la televisión regional, Canal Extremadura. No fue de forma explícita, pero sí de una manera natural al comentar la rehabilitación de la vivienda de ambos. Lo hizo, quizás, sin pensar en las consecuencias que podría tener en su país de origen.
A finales de junio, la Delegación del Gobierno en Extremadura acogió un encuentro con los afectados y la Fundación Triángulo para intentar encontrar una solución. La deportación esperaba a la vuelta de la esquina: “Desde el primer momento comprobamos que se trataba de una persona con arraigo social en Alcántara, pero nosotros sólo nos podemos mover desde la legalidad y faltaba un certificado. Por suerte la delegada del Gobierno Concepción Dancausca paralizó la deportación durante seis meses”.
La horrible práctica de arrojar a personas a las que se les acusa de ser homosexuales desde lo alto de edificios para después lapidar los cadáveres se está convirtiendo en una lamentable costumbre en Siria e Irak, que ha subido un escalón más en la crueldad de los asesinatos desde que soldados del ISIS se hicieran pasar por gays para capturarlos y pedirles dinero a cambio de no matarlos. Son ya 19 las ejecuciones de las que se tiene constancia en los últimos meses. La última ha sido la macabra respuesta por la celebración delhistórico fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Varias cuentas de Twitter, que se identifican a sí mismas como activistas sirios en contra de los grupos de vinculados a ISIS y el régimen de Assad colgaron el video y las fotos de las ejecuciones con el hashtag #LoveWins (“El Amor Gana” se utiliza en todo el mundo en las redes sociales para celebrar el fallo de la Corte en EE.UU.) para mostrar al mundo la imposición de la Ley del Terror en Oriente Medio.
En esta ocasión han sido cuatro hombres homosexuales que fueron lanzados desde una azotea delante de decenas de espectadores impasibles en la ciudad siria de Deir ez-Zor. El video, subido por los yihadistas y publicado por The Mirror, muestra a los reos que se ven obligados a hacer cola en un edificio de cinco plantas antes de ser arrojados al vacío. Sus gritos son audibles a medida que caen. También se escuchan los gritos de una muchedumbre que jalea a los asesinos en una escena atroz en la que los cuatro cadáveres se acumulan en el suelo para ser vejados por los congregados.
ISIS es el grupo yihadista que ha puesto en vilo al mundo, cuyo feudo principal está la provincia septentrional de Al Raqa en Siria. Desde su nacimiento, en octubre de 2006 en Irak, este grupo ha ido mutando de nombre. Son conocidos por sus métodos sanguinarios. Esta organización ha conseguido tomar el control de amplias partes del centro y el norte de Siria y de Irak, y a finales de junio proclamó un califato en ambos países.
Son autores de numerosos secuestros en el territorio sirio. El grupo se ha enfrentado a otras facciones rebeldes en este país que lo acusan de haber cometido “violaciones” contra el pueblo sirio, como raptos y asesinatos. Sin embargo, no solo ha raptado a ciudadanos sirios, sino también a occidentales, como periodistas y cooperantes. Y se toman la justicia por su mano con aquellos que consideran contrarios a la Sharia como los homosexuales.
Abu Bakr al Baghdadi es el cerebro que ha transformado unas cuantas células terroristas que estaban al borde de la extinción en el grupo militante más peligroso del mundo. El objetivo de ISIS es crear un estado islámico en las regiones sunitas de Irak y Siria. Al líder de ISIS lo llaman el nuevo Bin Laden.
En Siria, los yihadistas y los grupos islamistas han ejecudo desde mediados de julio de 2014 a siete hombres y siete mujeres por adulterio u homosexualidad, según reveló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Rami Abdel Rahman, director del OSDH, afirmó que había, sin duda, otras ejecuciones de este tipo en el país, pero que no habían sido documentadas.
Noticia publicada en DISO PRESS
Madrid, 28 de junio de 2015. Adelantándose a las próximas fiestas del Orgullo Gay, el alternativo ‘Orgullo Crítico’, convocado por diversos colectivos LGTBIQ, como Transmaricabollo Sol, procedente del 15M, ha realizado en la tarde de hoy una manifestación que ha discurrido entre las plazas de Antón Martín y de Vázquez de Mella. Centran sus reivindicaciones en combatir el ‘heteropatriarcado’ y la ‘heteronorma’ demandando una completa libertad en la identificación sexual, afectiva o de género. Lo hacen desde una perspectiva politizada y dicen luchar contra el capitalismo, el cual, afirman, fomenta la ‘heteronormatividad’. Critican contundentemente la ‘Ley Mordaza’ y también muestran su rechazo por las políticas llevadas a cabo por los dirigentes de países como Rusia o Israel.
La manifestación se ha desarrollado sin incidentes pero, al llegar a la plaza de Vázquez de Mella, a una de las manifestantes no le ha sido permitido acceder a la terraza de un Hotel argumentando, según asegura la propia manifestante, que “no admiten a personas disfrazadas”. Esto ha provocado que una buena parte de los presentes se hayan dirigido a la puerta de dicho hotel solicitando una hoja de quejas. Finalmente la disputa se ha resuelto pacíficamente.
Constanza Michelson Psicoanalista
¡Somos sexis, somos calientes, somos libres! ¿En serio? ¿En qué momento las mujeres tomamos esa consigna de feminismo peuco y nos convencimos de estar disponibles al follón sin pedir nada a cambio? Los hombres históricamente han estado dispuestos a pagar un precio por acceder a una mujer, con una cita, con palabras de amor, en el extremo con dinero; sin embargo, hoy somos nosotras las que no pedimos ni un mensaje de texto postcoitum.
No pretendo caer en nostalgias reaccionarias, pero hay que reconocer que la situación actual de nuestra transacción sexual es como haberle pedido al empleador que nos tenía con contrato fijo una boleta de honorarios.
Después de tanta lucha que hemos dado para salir de la opresión de la norma macho, nos tropezamos con algo curioso y sintomático: nos hemos transformado en una fantasía masculina, es decir, en un pedazo de culete gratis. Claro, las mujeres no lo llamamos así… Usamos eufemismos como “mujer libre”, multiorgásmicas, lovefree, autogestoras del orgasmo.
Así, muchas veces nos convertimos en esa amiga-amigo que declara ser distinta a sus congéneres. Y que se empeña en buscar cuestiones fálicas, como el poder, la competencia, follar. Lo que no sería problemático si no fuera porque, en la exaltación de esa vía, renegamos de cosas como la palabra, la cercanía y el cuidado. Todo bajo el nombre de liberación.
¿Pero de qué se habla cuando se alude a liberación sexual? Nada más que a la flexibilización de contratos. Más allá de los viejos convenios -que como toda norma siempre fueron transgredidos-, se trata sobre todo de estar libre del otro. El sexo, así, tiene rostro libre pero cuerpo mezquino.
Por otra parte, me pregunto si es posible jugar realmente el juego de los hombres cuando aún no tenemos las mismas condiciones en la cultura. Porque todavía las mujeres valemos menos en el mercado laboral. Aún no somos dueñas del destino de nuestro cuerpo, la natalidad es un asunto de Estado, y la maternidad, un asunto privado con escaso apoyo social. Aún debemos modelar nuestros cuerpos de acuerdo al fetichismo masculino (¿quién no se ha sacado fotos de pedacitos de sus presas para exhibirlas en las redes sociales?). Aún hay feminicidios. Aún existen los juicios clásicos hacia las mujeres: “tontas, locas, maracas”. Entonces ¿por qué tendríamos que estar en las mismas condiciones en la erótica?
Para que esto no parezca -que seguro ya lo parece- un lamento conservador o un gemido de mina histérica, hay que entender que a veces la libertad prometida no es más que una nueva domesticación.
Nos enseñaron a pensar que el único mecanismo de control social era la represión y que, por lo tanto, librarse de las ataduras significaba libertad. Y es cierto que las mujeres hemos tenido que pelear frontalmente con el poder para lograr cierta justicia y dignidad. Sin embargo, olvidamos que la ideología también se instala a través de discursos y prácticas que parecen neutrales. Y es por esta vía que nos hemos construido una autoimagen que tiene mucho de impostura masculina. Calientes, independientes, cabronas.
Estos discursos, que parecen inofensivos, provienen al menos de dos fuentes. Una de ellas es la erótica modelada por la ciencia. Casi cada semana nos encontramos con algún técnico del sexo enseñándonos cómo amar e imponiéndonos distintas puntuaciones en la práctica sexual. La ciencia ha transformado el sexo en un tema sanitario. Ahora se dice que sería bueno para la salud, como hacer deporte o comer fruta. Por el contrario, alguien que no tiene sexo -porque no puede o no quiere- estaría enfermo.
Desde otro frente, las revistas femenina se dirigen a la mujer de vanguardia invitando a la sexualidad tántrica, holística, cuántica… Promocionan juguetes sexuales de diseño para llevar en la cartera por si a una le baja la calentura paseando por ahí. Angustian a las féminas que, con la libido por los suelos, se sienten culpables y frígidas.
Lo que no hemos entendido -como decía Foucault – es que decir “sí” al sexo no significa decirle que “no” al poder. Sin darnos cuenta, nos hemos ido construyendo como mujeres hiperdefensoras de lo masculino, dejando a un lado nuestro gran capital transformador: el campo de las relaciones. Ese tejido social que apunta al cuidado y la cooperación.
No se trata de defender las viejas instituciones de lo amoroso, que también nos aplastaban; pero el simulacro del touch and go crónico deshumaniza. Se trivializa el cuerpo, se mecaniza el sexo y se atenta contra las posibilidades de un encuentro: la amistad, la ternura, la solidaridad, al menos una fraternidad política con el otro.
Por mi parte, aún prefiero las mentiras al oído, la resaca de un encuentro, que un acuerdo de sexo controlado, avaro de la locura de a dos, sobrante de hule.
Este artículo se publicó originalmente en The Clinic.
The German chancellor is in a bit of hot water at the moment, after angering the majority of Greece with an even tougher debt repayment plan she’s now taking a shot at same-sex marriage.
Speaking to German YouTuber Florian Mundt she was asked for her opinions on marriage equality: “I’m someone who is very supportive of us eliminating all discrimination” she replied, going on to say: “We have come a long way; when I remember, 25 years ago, many people didn’t dare to say that they are gay or lesbian. Luckily we overcame this; you can enter a partnership, a civil partnership.”
She didn’t stop there: “For me, personally, marriage is a man and a woman living together. That is my concept, but I support civil partnerships.”
When pushed to explain why she takes this view the chancellor said: “I support us not discriminating against them when it comes to taxes, and to remove any other discrimination wherever we may find it.
Florian jumped on this rather confusing sentiment asking: “So you could say: no to discrimination, but we’ll keep differentiating between the two”
Merkel replied: “No discrimination” and “Marriage is a man and a woman living together.”
Confused? So are we. .
Cientos de personas celebraron este domingo en Caracas el día del Orgullo con un colorido desfile y una votación para elegir a sus candidatos a la Asamblea legislativa venezolana, donde esperan lograr la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Un grupo de transexuales con vestidos de novia en una vieja camioneta daba testimonio de la principal consigna de esta celebración: el matrimonio igualitario, sobre el cual no hay ningún proyecto legislativo en estado avanzado de discusión, como tampoco de las uniones civiles entre personas del mismo sexo, a diferencia de otros países de América Latina.
“Matrimonio igualitario ya” y “casarme en mi país es mi derecho”, fueron las frases más recurrentes de las pancartas exhibidas en el desfile, al margen del cual un grupo de partidarios del oficialismo organizó una votación para elegir a dos aspirantes a las parlamentarias del próximo 6 de diciembre.
Esos nombres serán propuestos a una coalición de izquierda integrada, entre otros, por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, en el poder) para que los incluya en su lista de candidatos.
“Queremos llevar a la Asamblea la voz de los eternos excluidos para lograr la igualdad”, dijo Leandro Villoria, uno de los postulantes, quien este domingo entregó al legislador Elvis Amoroso un documento con las demandas de la comunidad LGTB.
“Hoy es el día del Orgullo Gay, pero no nos podemos sentir orgullosos mientras no se respeten nuestros derechos”, comentó Javier Chavarría, otro de los candidatos, quien aspira a que la Asamblea apruebe leyes para que parejas del mismo sexo puedan presentarse como candidatos a programas de vivienda del gobierno, y sobre identidad de género con el fin de que las personas transexuales puedan cambiar su nombre y sexo legal con simple un trámite administrativo.
En marzo pasado, durante un encuentro con mujeres dirigentes del chavismo, el presidente, Nicolás Maduro, instó a abordar las discusiones de todos los temas “conflictivos”, incluidos “el aborto o las uniones homosexuales”.
“Consumimos aire, sueños, identidad, relación, alma”.
Testo Yonki (2008). Beto Preciado.
Si tecleamos desde España en cualquier buscador de internet FTM, lo más probable es que lo primero que aparezca sea la Federación de Tenis de Madrid. Si elegimos la opción vídeos, la cosa cambia. Decenas de ventanas con la palabra transgender, timeline o testosterone se despliegan ante nosotras. FTM o Female to Male- de mujer a hombre-, es un código que se usa para identificar a la gente que está en transición y es también la coletilla que acompaña a un cantautor que lleva años rodando por Madrid acompañado de su guitarra, Viruta FTM. “Es algo horrorosamente binario pero sirve para que las personas que transitamos, los chicos trans, podamos encontrarnos”, explica.
Viruta se mueve por Madrid en una diminuta bici roja plegable, “es perfecta y es lo único que me dejan meter en el metro a cualquier hora”. Sabe que tiene aspecto de chaval, “bajito y sonriente” a pesar de los tatuajes. El último que se ha hecho dice “born this way“-nacido de esta manera-y va acompañado de un símbolo transfeminista. Viruta, que en otro tiempo se llamó Virginia, comenzó dando conciertos para sus amigas en pequeñas salas de Madrid, “era como una cantautora bollera y tierna”, cuenta. Desde entonces ha llovido mucho.
Viruta lo conservo desde hace muchos años. La versión real es que me colocaron este mochuelo mis amigas con esa cosa tan machista y universal de que cuando te enrollas con mucha gente en un breve espacio de tiempo te llaman puta, directamente. Mi nombre registrado era Virginia, así que juntaron el Virgina con el puta y me empezaron a llamar Viruta. Empecé a enrollarme a diestro y siniestro, con chicos, chicas y todo lo que se moviera por la misma razón por al que empecé a ponerme mórbidamente gordo entre los 20 y los 25. Me convertí en una versión bajita de lesbiana butch. Se supone que todas las lesbianas de los sueños o las pesadillas de la gente eran más o menos como yo, pero la realidad era que en ese momento había un repunte de bollo lipstick, se podía ser femenina y gustarle a las mujeres. Hubo un bombardeo en los medios en el que las lesbianas de pronto aparecían, pero tenían que aparecer normalizadas y yo ya tenía la mosca detrás de la oreja con todo el proceso de normalización. Tenía escaso interés en mi cuerpo. Sabía que mi cuerpo y mi manera de funcionar por el mundo no eran las que quería y entonces comía sin fin, sin ningún problema, y me enrollaba con gente todo el tiempo. Sin embargo, en vez de estar rayado, como mucha gente trans que lo que hace es intentar mutilarse o encerrarse y no dejar que nadie le toque hasta que no transicione, pues yo lo hice al revés, dejé que todo el mundo me manoseara sin ningún problema ni ninguna carga, pero el cartelito me lo colgaron. Lo de puta es algo con lo que siempre me ha gustado jugar, siempre me ha interesado mucho todo lo que rodea al mundo de la prostitución y el trabajo sexual, toda la construcción social que se organiza en torno al estigma de puta. Me quedé con Viruta porque me parecía adecuado apropiarme del insulto.
Mis últimos dos o tres años han sido la locura. Antes, al estar en otro contexto, hacía canciones distintas. Creo que somos presas de los que estamos viviendo y nunca he podido evitar hacer canciones desde las emociones. Pero han cambiado un montón porque ahora estoy atravesado por mucha información que antes no tenía y mis canciones se han vuelto cada vez más feministas y más integristas. Lo de sufrir por amor romántico o a lo pantoja lo tenía incorporado, y aún tengo un regustito cuando oigo una canción de amor rotundo y me gusta. Ha habido muchos años de construcción para tener una deconstrucción repentina.
Estuvimos pensando mucho tiempo el nombre. Este año tengo dos necesidades urgentes. Lo de quitarme las tetas como persona transexual podría haber sido secundario, pero ya me he hartado. Me he hartado de no poder respirar, de no poder ir a la piscina, de no poder llevar una vida normal en el mundo normal, ese del que tantas pestes echo. Yo quiero seguir luchando porque la gente quiera sus cuerpos y yo querer el mío, pero tengo la sensación de que no voy a vivir para ver esos cambios de mentalidad en la sociedad que van a permitir que la gente camine con la expresión de género que le de la gana acompañando al cuerpo que tiene.
Creo que sí. Los estoy viendo llegar. Poco a poco la gente joven se está lanzando a expresarse. En los ’90 ser la lesbiana de tu barrio, aunque fuera una ciudad grande como Madrid, era significativo, había mucho bullying. Ahora parece que ya está mucho más presente en la sociedad. Sin embargo, la cuestión trans aún está congelada, es algo muy denostado y criticado, y aunque hay mucha lucha entre manos, no creo que me vaya a permitir la vida pasear por ahí sin dar el cante. Yo me meto en el metro y la gente no se da cuenta de que soy un muchacho trans, pero sigue habiendo un montón de parcelas de mi vida en las que no puedo funcionar de manera cotidiana. No puedo salir a tirar la basura sin ponerme una faja o salir a la terraza a tender la ropa porque los vecinos de enfrente me echan fotos si ven algo raro en mi cuerpo. Tengo la sensación de que quedan muchos veranos, que me acerco a los cuarenta años y me apetece hacer otras cosas. Si tuviera 18 años estaría el triple de empoderado y podría ahorrarme la vehemencia con la que defiendo una operación de cirugía plástica, porque hasta yo tengo al sensación de que es una operación de cirugía. Tengo un duelo interno, porque estoy haciendo mucha lucha a favor de la diversidad de los cuerpos y amar nuestros cuerpos y en el fondo siento que estoy traicionándome a mí mismo. Igual hay gente que opina que con la nariz que tiene no va a poder funcionar el resto de su vida, que le frena para las relaciones sociales y que todo el mundo se mete con su nariz. Lo mismo puede pasar con cualquier parte del cuerpo. Pero ya me he lanzado a la piscina porque sé que me va a mejorar la vida y que me va a ayudar a estar mejor por el mundo.
El disco me hace falta y no me hace falta, pero más allá de eso, tengo la sensación de que hay mucha gente que quiere oír mi música. Yo de pequeño no soñaba con ser cantante, pero sí con ser un señor, o algo así. Mucho más que ahora, que no sueño con ser un señor, sino quedarme en una expresión de género media. Lo que pasa es la gente te tiene que encasillar en una cosa u otra, así que algo habrá que parecer. Desde luego prefiero parecer un señor que una señora, que me queda muy mal, pero yo en mi activismo, en mi entorno de comodidad, prefiero estar en ese limbo extraño. Haciendo música tengo la sensación de que hay muchas cosas que a la gente le han servido para algo, hay madres de niños trans que me dicen que les he ayudado en la transición.
Es que paradójicamente, aunque no me gusta generalizar, lo que se busca desde el colectivo trans es la invisibilidad, la normalización de los individuos o individuas trans, el hecho de que no hayas nacido con unos items de mujer o de hombre y puedas pasar por el mundo sin que la gente detecte que has nacido con las partes del cuerpo que corresponden al otro género. Yo no es que busque lo contrario si no es por un objetivo dentro del activismo. Pasar inadvertido por el mundo me viene bien para que la gente no me acose, no me insulte, no me diga cosas. Pero también me resulta útil que la gente se dé cuenta de que soy trans para que encuentren otros referentes porque a mí es lo único que me ha servido para transitara mí en mi vida. Yo en los 90 intentaba decírselo a mis parejas, pero mientras, hacía una especie de performance de lesbiana o algo así, porque me gustaban las mujeres y entonces me tocaba ser lesbiana porque yo tenía tetas. No sabía que había ninguna otra posibilidad, porque la transexualidad era lo que estaba asociado a la prostitución, a La Veneno, Bibi Andersen y poco más. La idea de hombre trans ni siquiera existía y hasta que las redes no se metieron en la cuestión y empiezas a descubrir transiciones de otras personas, otros lugares del mundo donde hay gente que decide cambiar su expresión de género, no te planteas que tú puedes hacerlo. Es necesario siempre que haya referentes y pensar que no eres la única persona que está pasando por eso.
En los 90 no hay nada, sobre todo encuentro a partir de 2005 casi todo en YouTube. Hubo gente que empezó a contar sus penas y su situación, a querer cambiar y, sobre todo, a hacer una especie de timeline en el que mostraban su cambios. Se empezaban a hormonar y contaban mes por mes cómo cambiaban y lo que se iban encontrando, haciendo una especie de tutoriales. Es algo dual porque hay una parte de vanidad, porque te empiezas a mirar en el espejo mucho más que durante el resto de tu vida porque te vas pareciendo más a aquello que querías conseguir, pero también tienes ganas de que el resto lo vea, por si puedes ayudar a alguien.
El YouTube a mí me ha cambiado la vida, igual que a muchísima gente. El transitar es algo que aún a día de hoy no se entiende, sigue resultando muy impactante que la gente decida cambiar una obligación tan importantísima como es mantener tu expresión de género hasta que te mueras. La ventana del YouTube permite que la gente que está haciendo cosas en su intimidad las saque fuera. Yo al principio era super tecnófobo. Nunca había pensado en hacer cosas en internet, pero todo fue de la mano del feminismo. Había tenido militancia feminista de joven, de puño en alto y mani 8 de marzo, pero muy tibia a los 20 años. De ahí me metí en el momento LGTB másmainstream de Chueca, dejé de lado la lucha feminista pero en Chueca tampoco encajé. Así que al volver a Lavapiés y meterme en temas de contenido me di cuenta de que mi lugar estaba aquí, con gente que tuviera más diversidad de expresiones de género. Como persona trans en el colectivo LGTB creo que no se encaja. Se encaja muchísimo mejor en cualquier submundo de gente que no se plantee tanto las cuestiones éticas y estéticas como en el mundo LGTB mainstrream, que está todo muy observado. Igual que las unidades de género, que son muy criticadas por los colectivos trans, porque te obligan a una transexualidad muy hegemónica en la que si eres un hombre trans eres muy hombre con sus camisas de cuadros, su fútbol y cosas así, en el entorno LGTBmainstream también es así, tienes que encajar con una cosas, una música y vestirte de una manera concreta.
Es todo complicado, hay una posibilidad de intervenirse por la Seguridad Social pero tienes que entrar por el ojo de la aguja. Yo estoy vetado en la UTIG (Unidad de Transtornos de Identidad de Género de la Comunidad de Madrid), que es horrible, porque estuvimos en un congreso de transexualidad, donde por cierto no había sin gente trans e hicimos preguntas incómodas tipo “¿Ustedes saben que les mentido en los test y que cuando nos preguntan si somos heteros o nos gusta el fútbol mentimos y decimos que sí?”. Después me dijeron que mi solicitud podría demorarse años y años.
Dentro de la sanidad pública hay un protocolo, pero también hay una alternativa para la gente que no tiene tarjeta sanitaria. Está Médicos del Mundo y la posibilidad de acceder a un psicólogo o psiquiatra privado, eso sí pagándolo, y necesitas dos informes, uno de un endocrino, alguien que te haya estado siguiendo durante dos años, porque te tienes que estar hormonando durante dos años para cambiarte el nombre, necesitan una prueba de que en tu paso futuro por la “vida real” vas a ser leído como un hombre. Y mientras, vas asistiendo a terapia para que confirmen tu cambio. Te hacen test y distintas preguntas en las consultas, un historial completo de tu vida personal, de tu vida sexual, y sobre cómo te has comportado con tus parejas. Si determinan que hay algo en tu vida que no les cuadra, el informe puede ser vetado y no te dejan cambiarte el nombre, es muy perverso. Así que intentas responder siempre lo que crees que quieren oír. Y estás supeditado a lo normativo y conservador. Una de las preguntas más clásicas es “¿cómo sabes que no eres una mujer lesbiana?” Alguien con 17 o 18 años les imponen una masculinidad que ellos no tenían y eso es lo que da miedo, les devuelven a su casa hechos una mierda porque no les gusta el fútbol.
Llevo dos años y medio y las hormonas me han cambiado la vida. Me hubiera podido mantener igual el resto de mi vida, sin operarme, si la parte protésica de esconder las tetas no fuera tan incómoda para vivir, pero tener una faja en medio el pecho te impide vivir y respirar, genera lesiones con los años. Lo de la hormonación lo he notado en la voz, que me ha bajado un par de escalas y eso ha sido muy complicado. No hay más chicos trans que canten porque es muy difícil. Yo lo que hago ahora es jugar porque cuando te cambia la voz te quedas en menos de una escala. Es un cambio de voz artificial y adulta que se produce porque las cuerdas vocales crecen y al crecer, la garganta se estrecha. La hormonación también hace que te crezcan músculos y puede que la mala leche, pero no te implanta una violencia que no resida en ti. También he notado que ha cambiado mi manera de socializarme, porque la gente ha dejado de leerme como una lesbiana camionera y verme como un muchacho y ser más invisible, porque los muchachos son más invisibles. Y si eres bajito, como yo, eres medio hombre para muchas cosas. Las mujeres hetero genéricas del mundo, tampoco reparan en ti porque eres bajito. Los muchachos gays sí me miran más.