Una modelo transexual gana por primera vez el programa ‘Next top model’

Loiza Lamers

Loiza Lamers

Desde que hace 12 años comenzase a emitirse en Estados Unidos, ‘Next top model’ ha sido uno de los programas que más ha trabajado para romper determinadas barreras y estereotipos en una industria como la moda en la que la percepción de la belleza y los estándares estilísticos están siempre en el punto de mira.

Tras haber participado toda clase de personas de diferentes tipos, edades y razas, algunas discapacitadas y otras con diversas enfermedades, la edición holandesadel programa ha dado un paso más en su lucha por la diversidad erigiendo ganadora por primera vez en toda su historia a una modelo transexual.

Loiza Lamers una joven peluquera y maquilladora de 20 años de edad, se alzo así con el primer puesto en la octava temporada del programa holandés siguiendo los pasos de Isis King quien fue la primera modelo transgénero en presentarte a este concurso en Estados Unidos en el año 2008, aunque ella no llegó a ganar su edición.

Sin embargo, y a pesar de que ahora mismo dice sentirse “muy orgullosa” de su condición, en un primer momento la joven ‘ocultó’ su cambio de sexo en el programa ya que no estaba segura de cual sería la reacción del público.

Finalmente, tras 10 episodios y 15 contrincantes, Loiza se hizo con el primer puesto cuyo premio principal (además de un cheque de 50.000 euros) es el contrato con dos agencias de modelos de primer nivel de Estados Unidos y Holanda.

La primera ‘miss’ transexual

En España, la semana pasada Ángela Ponce hacia también historia al convertirse en la primera persona transexual en aspirar a la corona de ‘Miss World Spain’. Aunque la joven no logró entrar entre las 10 finalistas del certamen y fue por tanto eliminada, su presencia en el concurso fue una de las más ovacionadas e incluso fue nombrada la ‘miss’ favorita de los patrocinadores de la gala.

Aunque es Sevillana de nacimiento, Ángela represento a Cádiz en el certamen y dentro del concurso apadrinó a la Fundación Daniela, dedicada a lasensibilización del colectivo transexual y transgénero.

Orgía salvaje de Marc Jacobs

Marc Jacobs

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El diseñador utilizó la aplicación de móvil Grindr para una ‘quedada’ sexual con diez veinteañeros con los que compartió un fin de semana de sexo y drogas

Marc Jacobs es la comidilla estos días de esa ciudad que no descansa en las 24 horas. El diseñador utilizó la aplicación de móvil Grindr para una ‘quedada’ sexual con diez veinteañeros con los que compartió un fin de semana de sexo y drogas. En su apartamento había psicotrópicos y metanfetaminas aunque él confesó que solo ‘consumió’ sexo. No es su primer escándalo sexual transmitido por las redes sociales. Pero esta vez, sus efectos han provocado que cancele su cuenta en Grindr.

Homofobia en las aulas: “Me planteé acabar con mi vida en más de una ocasión”

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La Unesco ha calificado el acoso homofóbico como un “problema universal”

Saph Rodríguez ni siquiera era consciente de su orientación sexual cuando recibió los primeros insultos. A los 13 años sus padres decidieron cambiarla de instituto porque varios alumnos le propinaron una paliza al grito de “bollera” y “marimacho”. Pero las agresiones, que habían empezado “desde muy pequeña”, continuaron. Ahora, esta asturiana de 24 años ofrece charlas sobre diversidad afectivo sexual en colegios. “Sufrí acoso porque no seguía las normas establecidas, entre los insultos siempre se encontraba la palabra lesbiana”, relata, “pero de mi sexualidad me di cuenta más tarde, con 17 o 18 años”.

Como Saph, son varios los niños y niñas lesbianas, gays o transexuales (o que escapan de los patrones habituales de feminidad o masculinidad) que sufren agresiones por parte de otros compañeros debido a su orientación sexual o identidad de género. Aunque no hay datos oficiales, algunos estudios como el informe elaborado en 2012 por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), revelan en base a una muestra -pequeña, de 325 personas- que un 57% de los jóvenes LGTB ha sufrido algún tipo de violencia física o psíquica en el ámbito educativo.

En ocasiones, la situación llega a un punto insoportable para los propios menores. Con la voz entrecortada al otro lado del teléfono, Saph confiesa que “en más de una ocasión me planteé acabar con mi vida”. “Llegué a pensar que era yo la que tenía la culpa, que algo hacía mal para que la gente no me aceptara”, recuerda.

Según el estudio de la FELGTB, que recopila casi una veintena de estudios realizados a lo largo de siete años, el 43% de los jóvenes LGTB que sufre o ha sufrido acoso ha llegado a pensar en acabar con su vida, un 35% lo ha planificado y un 17% lo ha intentado en una o varias ocasiones.

El estudio corrobora que, en los últimos años, se ha logrado un avance importante y la aceptación de la diversidad sexual entre los jóvenes “es bastante alta”. Sin embargo, el acoso homofóbico sigue siendo una realidad con consecuencias: un 75% de los jóvenes ha sido testigo de agresiones en forma de rumores, insultos o burlas y el 6,4% ha presenciado palizas.

“Un problema universal”

Que el riesgo de suicidio “es mucho mayor entre adolescentes y jóvenes que no son heterosexuales o son trans” es una de las principales conclusiones que se extraen del  protocolo presentado el pasado lunes por el Instituto de la Mujer con el que se pretende evitar el acoso escolar homofóbico. Algo que ha sido calificado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como un “problema universal”.

“Es el más común de los tipos de acoso, está invisibilizado y no se toman medidas para acabar con él”, sostiene José Ignacio Pichardo, profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador del protocolo. Según el experto, el silencio es una de las principales dificultades para atajar este problema, pues solo el 18% de las víctimas se lo ha contado a sus padres o profesores, debido, en muchos casos, al miedo, rechazo o vergüenza a reconocer una orientación sexual o de género.

“Fue algo que llevé en secreto, sentía que no tenía apoyo y era algo que no entendía”, declara Saph, que nunca se lo contó a otros compañeros de clase. El papel del resto de alumnos puede ser fundamental. Sin embargo, los expertos identifican otro escollo que hace que suelan mirar para otro lado y no intervenir. Es lo que llaman el miedo al “contagio del estigma”, que no solo se proyecta sobre los chicos y chicas LGTB, “sino también sobre las personas que salen en su defensa”, explica Pichardo.

El Consejo Escolar del Estado pide planes de igualdad

Ahora Saph recorre los colegios de Gijón con la asociación Xega para hablar de diversidad sexual y “resolver dudas a los alumnos porque hay muchos que no saben de la existencia de otras realidades”. Sin embargo, su organización solo pisa las aulas de los centros que voluntariamente lo solicitan. La mayoría, dice Saph, son públicos. “Algunos católicos lo piden, pero suele haber una atmósfera de desinterés”, analiza.

Para Kika Fumero, profesora de un instituto público de Tenerife, el problema es que el tratamiento de la afectividad y la diversidad sexual se convierte en una decisión de los propios profesores o los centros. Ella ha impulsado un proyecto de inclusión con una tutoría en la que recibe al alumnado LGTB con problemas, entrega material a los tutores o da charlas sobre ello. Sin embargo, es una excepción. “La mayoría del profesorado no se forma en esto ni la diversidad sexual se incluye en las escuelas de forma transversal”, denuncia Kika.

Eso a pesar de que en 2007 el Consejo Escolar del Estado demandó la promoción de “planes de igualdad y de educación afectivo-sexual en las escuelas”. “Si queremos que esto se incluya en las aulas debe haber una apuesta política”, explica Pichardo, que asegura que algunas comunidades como Andalucía y Extremadura “han desarrollado instrumentos específicos contra este tipo de discriminación”. Por eso, el protocolo que ha coordinado pide la creación de un Plan Estatal contra el Acoso, que incluya expresamente la prevención de la homofobia y la transfobia y observatorios que velen por su cumplimiento.

¿Se puede ser homosexual y sacerdote?

La clamorosa salida del armario del teólogo Krysztof Charamsa ha sacudido a la Iglesia. El obispo vasco Juan María Uriarte analiza la cuestión del celibato en un libro

El sacerdote polaco Krysztof Charamsa pasea con su compañero Eduard Planas por las calles de Roma

El sacerdote polaco Krysztof Charamsa pasea con su compañero Eduard Planas por las calles de Roma. / AFP

El cura y teólogo polaco Krysztof Olaf Charamsa realizó una espectacular salida del armario un día antes de que se iniciara en Roma el Sínodo sobre la Familia, haciendo pública su homosexualidad y presentando a su pareja sentimental, el catalán Eduard Planas. Fue una bomba. El sacerdote, de 43 años, era secretario de la prestigiosa Comisión Teológica Internacional en el seno de un organismo del Vaticano que se encarga de vigilar el respeto al dogma católico, alto funcionario de la Congregación para la Doctrina de la Fe –el dicasterio que se ocupa de promover la fe y la moral en el mundo católico– y profesor de la emblemática Pontificia Universidad Gregoriana. De inmediato fue expulsado de estos puestos. Ahora, el obispo de Pelpin, la diócesis polaca a la que pertenece, le acaba de suspender del ejercicio del sacerdocio aplicándole las normas del Código de Derecho Canónico. Al margen de la oportunidad de su acción, utilizada por los enemigos del Papa para sabotear sus reformas, el caso ha devuelto a la actualidad una pregunta habitual. ¿Puede ser sacerdote un homosexual? La Iglesia católica no lo permite porque la normativa, revisada en 2005, sigue aduciendo el compromiso del celibato y el voto de castidad como dos obstáculos insalvables, ahora no negociables.

La identidad del sacerdocio, así como la esencia de su formación, arrastra una larga tradición en el magisterio de la Iglesia, que ha discutido cuestiones muy delicadas y algunas han terminado siendo modificadas. Se abordó en el Concilio Vaticano II y hay una encíclica, la ‘Sacerdotalis caelibatus’ –promulgada por Pablo VI en 1967–, que trata la cuestión del celibato. También se debatió en el Sínodo de 1990 y, dos años después, Juan Pablo II publicó la exhortación apostólica ‘Pastores dabo vobis’. En el documento se reflexionaba sobre la vocación sacerdotal y la madurez afectiva de los candidatos –un concepto clave en todos los textos– , si bien no se aludía de forma explícita a la homosexualidad. Se hablaba de las inclinaciones de la afectividad y el impulso de los instintos. El tema se discute cada cierto tiempo porque cambian ‘las circunstancias’. La Congregación para la Educación Católica lo ha abordado en escritos publicados en 1970, en 1974 y en 1983.

La doctrina oficial fue actualizada por la Santa Sede el 4 de noviembre de 2005, día de San Carlos Borromeo –patrón de los seminarios y de los empleados de banca– con una Instrucción del mencionado dicasterio de acuerdo con la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El documento afirma que el candidato al ministerio debe «alcanzar la madurez afectiva» y deja claro que no se puede admitir al seminario y a las órdenes sagradas a quienes «presentan tendencias homosexuales arraigadas, practican la homosexualidad o apoyan la cultura gay». El texto, publicado en tiempos de Benedicto XVI, lo firma el cardenal Zenon Grocholewski, por cierto, también polaco y gran canciller de la Gregoriana.

En la ‘filosofía’ que justifica esta posición se especifica que los actos homosexuales «son intrínsicamente inmorales y contrarios a la ley natural», por lo que «no pueden ser aprobados en ningún caso», algo que ya estaba recogido en la tradición de la Iglesia y en el Catecismo. Se añade que las tendencias homosexuales profundamente arraigadas en cierto número de hombres y mujeres «son objetivamente desordenadas». Hasta aquí la normativa eclesial, que deja poco margen de maniobra. ¿Es revisable esta ley eclesiástica? El tema de la homosexualidad ha desaparecido prácticamente del extenso documento final del Sínodo de la Familia. Entre los 94 puntos aprobados sólo hay una referencia en la que se pide la atención de la Iglesia para evitar cualquier injusta discriminación y para «acompañar a las familias con un miembro homosexual». Algunos padres sinodales pidieron un sínodo específico sobre este colectivo.

Antes de que se celebrara el Sínodo monseñor Juan María Uriarte, obispo emérito de San Sebastián, publicó un libro muy interesante sobre el celibato (SalTerrae) con apuntes antropológicos, espirituales y pedagógicos sobre esta cuestión. Sin mando en plaza, pero muy requerido en numerosas diócesis –también en el extranjero– para dar ejercicios espirituales a los sacerdotes, Uriarte habla sin la responsabilidad del báculo en ejercicio, pero desde su dilatada experiencia como pastor y como formador de seminaristas. Además, siempre se ha caracterizado por ofrecer una actitud abierta, alejada del rigorismo tradicionalista de otros prelados.

El obispo vizcaíno, por supuesto, defiende la opción del celibato, contestado hoy en muchos ambientes cristianos, con un tratamiento riguroso e interdisciplinar, enmarcado en el contexto cultural en el que lo viven hoy los sacerdotes, definido por algunos como una «mutilación antropológica». Sin olvidar la sangría de las secularizaciones, «una herida abierta en el costado de la Iglesia, que continúa manando, y que bastantes la interpretan como una confirmación del cuestionamiento a que está siendo sometido el celibato sacerdotal».

Monseñor Uriarte dedica en su libro un apartado a la homosexualidad, ya que «hoy no es ningún secreto que mientras la gran mayoría de los sacerdotes son netamente heterosexuales, algunos tienen tendencias homosexuales». El obispo ofrece criterios relativos al discernimiento vocacional de posibles candidatos homosexuales por lo que parte de la Instrucción de 2005. Y en ese punto sí aparece un planteamiento novedoso en pleno debate sobre los sacerdotes homosexuales y en el clima de tolerancia cero con los casos de pederastia que han sacudido a la Iglesia.

Uriarte muestra una posición más benévola que muchos de los prelados a la hora de responder a la pregunta de si un candidato homosexual debe ser admitido al ministerio sacerdotal. Y abre un portillo. El obispo, tras asumir el riesgo de interpretar la Instrucción, no ve motivos «para que candidatos homosexuales de una madurez psicológica suficiente que no tengan hábitos sexuales arraigados ni historia tortuosa sean, en principio, descartados, si cumplen todos los demás requisitos, postulados a todos los ordenados». El obispo emérito advierte de que «es preciso comprobar cuidadosamente esta madurez por los procedimientos adecuados».

Monseñor Uriarte cree que los seminaristas homosexuales «han de ser lúcidos y honestos al preguntarse hasta qué punto influye en su deseo de ser sacerdote la búsqueda de una ‘cobertura legitimadora’ de una condición sexual que no quieren desvelar», así como que ha de requerirse de ellos «una prolongada y exquista continencia, no menor que la postulada a los candidatos heterosexuales». El obispo defiende que los candidatos homosexuales aptos «suelen mostrar una sensibilidad religiosa que es, en ocasiones, incluso muy fina».

No pocos consideran que la propuesta de Juan María Uriarte es arriesgada en cuanto que los seminaristas y los monjes están obligados a vivir en un espacio masculino: el ambiente del convento y del seminario es de una convivencia estrecha y permanente con varones, y ese contexto lo hace especialmente difícil y complicado. El obispo de Fruniz, al que siempre ha guiado la prudencia, cree que es posible con candidatos que cuentan con una «contextura personal afectiva y socialmente rica». Y monseñor Uriarte es una autoridad en cuanto a la formación y compañamiento de seminaristas, con los que ha acumulado una larga experiencia.

Domínguez resalta que el nuevo decreto de Salud prevé las prestaciones para las personas transexuales

El consejero de Salud del Gobierno de Navarra, Fernando Domínguez, ha explicado que el borrador de Decreto Foral que ha elaborado su departamento, hecho público este miércoles, incluye las prestaciones reconocidas por la ley foral de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales.

Domínguez ha señalado, en respuesta a una pregunta de Geroa Bai en el pleno del Parlamento, que este borrador de Decreto incluye el diagnóstico y tratamiento médico integral, así como la atención psicológica, psicoterapuética y sexológica.

Además, el Servicio Navarro de Salud prevé elaborar un plan integral de atención a las personas transexuales en el que se recojan los servicios propios de los que dispone el Gobierno y se establezcan también los conciertos pertinentes cuando los recursos públicos no sean los adecuados.

La parlamentaria de Geroa Bai Virginia Alemán ha agradecido la respuesta del consejero y ha lamentado que hasta hoy “no ha habido ningún desarrollo reglamentario de esta ley, lo que ha ocasionado que personas del colectivo transexual navarro hayan tenido que defender sus derechos en instancias judiciales”.

Igualmente, ha felicitado al Gobierno por el borrador de Decreto presentado este miércoles, por el “avance y alcance que supone en cuanto a derechos sociales, de las mujeres y del colectivo transexual navarro”.

Pasolini berriz aurkitua

pier paolo pasolini

Genero beltzeko pieza gogoangarriren batzuk idatziko ziren 1975eko azaroko lehen egun haietan Pier Paolo Pasoliniren hilketaren berri emateko. Horikeriaz zipriztindutako kronika eskandalizatuak. Gertakariak, bere hartan, osagai aproposenak eskaintzen zituen hartarako: Erromako aldirietan, Ostia inguruan, hala moduzko eremu bat… Domu santu gaua… Hiltzailea, hamazazpi urteko mutiko bat, txaperoa, Pasolinik ordu batzuk lehenago topatua… Zuri-beltzeko argazkietan, Pasoliniren gorpu masakratua.

Hori gertatu baino lehen, bizpahiru pintzeladaz zirriborratua geneukan Pasoliniren erretratua: homosexuala zen; komunista, baina partidutik egotzia, eta film eskandalagarriak egiten zituen, inolako erreparorik gabe. Beti izaten da aztiagoren bat, eta Pasoliniren hilketatik bi urtera, pasarte hau irakur zitekeenZeruko Argia-n:

«Fenomeno psikologiko berezi bat gertatzen da askotan: pertsona edo gauza batekiko identifikazioa. Alegia, pertsona horrekin bat egiten dugu, sinbolo bihurtzen dugu eta berari buruz arras subjektiboak gara harrez gero. Sentimentaloi, gutxienik, sarri gertatzen zaigu. Nik behintzat, Pasolini ere sinbolotzat dudala aitortzen dut». (Pasolini, azaroan hil zuten, Joseba Sarrionandia, 1977-11-13).

Sarrionandia, beraz, Pasolini aldarrikatzen, bizpahiru pintzeladaz baino gehiagoz osatutako erretratuaren bukaeran.

San Telmo Museoan uda osoa eta aste pare bat gehiago ere egin ditu Pasolini Roma erakusketak. Bartzelonako Centre de Cultura Contemporània-k ekoitzia —Alemania, Frantzia eta Italiako beste kultur erakunde batzuekin elkarlanean—, hau bai zinez Pasoliniren bizitza eta figura poliedrikoaren deskubrimendua.

Hor dago Pasolini zinemagilea, bere musa Laura Bettirekin, bere aktore fetitxe Ninetto Davolirekin, Bertolucci bezalako lankide adiskideekin; ez galtzekoa bera eta Ana Magnaniren arteko elkarrizketa, Mamma Roma (1962) filmatu zuten garaian. Hor dago kontzientzia sozial eta politiko sakoneko gizon, artean gaztea, telebistarako elkarrizketa arrunt bat Erroman bizileku duen langile auzoaren deskripzio eta analisi bihurtzen duena.

Eta nolanahi ere, zinema Pasoliniren ertz bat besterik ez da; ezagunena bai, baina ez landu zuen bakarra. Adibidez, pintatu ere egiten zuen gizonak.

Idazteari dagokionez, berriz, beste deskubrimendu bat: friulerari egin zion ekarpena. Ama zuen Friulikoa, Susana Colusi, maistra. Friulik bere hizkuntza propioa du, baina Pasolini hartan idazten hasi zenean, batere prestigiorik gabeko dialektotzat zeukaten friulera —edo furlana— Italian.

«Zeren faszismoak —nire harridurarako- ez zuen ametitzen Italian tokiko berezitasunik eta burugogor traketsen hizkuntzarik egon zedin». (1943, Corriere del Ticino).

Hizkuntzari herri bat zegokion, herri zapaldu bat. Prejerapoeman (1944), herri horren alde egiten dio erregu Pasolinik Kristori: «Gure lurra kanpotarren esku egon da/ eta preso egin gaituzte beste lurralde batean./ Gazteak eta zaharrak jipoitu egin dituzte plazan,/ gure neskatxei ohorea kendu diete».

1945ean friuleraren akademia sortu zuen Pasolinik lagun batzuekin —Academiuta di lenga furlana—, eta haren ikurraren ondoan pasarte hau ezarri zuten: «Friulik, bere historia antzuarekin eta poesiarako irrikarekin, bat egiten du Proventzarekin, Kataluniarekin, Grisoiekin eta hizkuntza erromantzeko beste Aberri Txiki guztiekin».

Rittrato di Pasolini liburuan azaltzen ditu aurreko horiek Luigi Martinelli irakasleak, Pasoliniren biografia intelektual oparoa marraztuz. Eta hala ere, Pasolini hil zuteneko berrogeigarren urteurren honetan, oraindik haren hilketa argitu gabe dagoela konstatatzeaz aparte, bizpahiru pintzeladatako estereotipoa gailenduko da hedabideetan.

Gay asylum seekers face threat from fellow refugees in Europe

Rami Ktifan made a snap decision to come out. A fellow Syrian had spotted a rainbow flag lying near the 23-year-old university student’s belongings inside a packed refugee center. The curious man, Ktifan recalled, picked it up before casually asking, “What is this?”

“I decided to tell the truth, that it is the flag for gay people like me,” Ktifan said. “I thought, I am in Europe now. In Germany, I should not have to hide anymore.”

What followed over the next several weeks, though, was abuse — both verbal and physical — from other refugees, including an attempt to burn Ktifan’s feet in the middle of the night. The harassment ultimately became so severe that he and two other openly gay asylum seekers were removed from the refugee center with the aid of a local gay activist group and placed in separate accommodations across town.

As the largest flow of refugees since World War II streams into Europe, Ktifan’s case illustrates an emerging problem for gay and lesbian asylum seekers. Some of them arrive in Europe only to find themselves under threat from fellow refugees.

Gays who face official persecution in nations such as Iran and Uganda have been fleeing to Europe for years. But experts estimate that a record number of gays and lesbians seeking asylum, as many as 50,000, will arrive this year in Germany, the European nation accepting the largest number of refugees. Rather than leaving their home countries specifically because of anti-gay persecution, many are fleeing violence and war in nations such as Syria, Iraq and Afghanistan.

Once in Europe, gays and lesbians are herded along with other asylum seekers into cramped shelters and camps, where a number of them are exposed to serious harassment.

There are no official figures. But the Lesbian and Gay Federation of Berlin and Brandenburg, for instance, says it is receiving three to six cases a week in which gay asylum seekers have been victims of physical abuse, including sexual assault. Earlier this month, a 21-year-old gay Arab asylum seeker in Berlin was hospitalized after he was insulted and assaulted at the refugee center where he was staying. In the city of Dresden, an eastern German metropolis of 525,000, at least seven gay asylum seekers have been removed from shelters this year for their own safety.

Sensing a growing threat, officials in Berlin are seeking to open the city’s first refugee center exclusively for gays and lesbians. The Berlin gay federation, meanwhile, has rolled out a new campaign called Love Deserves Respect, putting up posters inside refu­gee centers showing three couples kissing — a man and a woman, two women and two men.

“Just like everyone else, with the refugees, there are good ones and bad ones, and there are those who are carrying homophobic attitudes from their homelands,” said Jouanna Hassoun, head of the Berlin gay federation’s migrant program. “Those attitudes won’t be abandoned immediately.”

Part of the debate

The incidents are fast becoming political lightning rods, playing into the broader debate in Germany over questions of how to integrate hundreds of thousands of new refugees and whether to start sending more of them back.

The majority of the newcomers are coming from nations in the Middle East and Africa with sharply different laws and social norms from Germany regarding, for example, gays and women. Even some on Germany’s political right — rarely seen as champions of gay rights — have seized on gay bashing as further evidence of the dangers of accepting so many refugees, many of whom may never fully embrace modern German values.

Many on the political left, while demanding protections for all refugees, concede that there is, at the very least, a steep learning curve ahead for newcomers to accept established norms in a country that is led by a female chancellor — Angela Merkel — and that offers legal benefits, if not full marriage, to same-sex couples.

“You must forget what you learned at home about what is right or wrong,” commentator Harald Martenstein recently wrote in the Berlin daily Der Tagesspiegel, addressing refugees. “You do not have to give up your culture, not that. But you must accept the equality of women. You must learn that homosexuals and Jews are just like everyone else. You must bear mocking and satire, even when it concerns your religion. . . . If you don’t accept these rules, you have no future here.”

Ktifan and two other men — Yousif al-Doori, 25, of Iraq, and Ahmed Suliman, 20, of Syria — said that initially they suffered only verbal abuse after word spread about their sexual orientation in a refugee shelter in Munich. But after they were relocated with other refugees to a longer-term facility in Dresden, things took a turn for the worse.

The majority of the newcomers are coming from nations in the Middle East and Africa with sharply different laws and social norms from Germany regarding, for example, gays and women. Even some on Germany’s political right — rarely seen as champions of gay rights — have seized on gay bashing as further evidence of the dangers of accepting so many refugees, many of whom may never fully embrace modern German values.

Many on the political left, while demanding protections for all refugees, concede that there is, at the very least, a steep learning curve ahead for newcomers to accept established norms in a country that is led by a female chancellor — Angela Merkel — and that offers legal benefits, if not full marriage, to same-sex couples.

“You must forget what you learned at home about what is right or wrong,” commentator Harald Martenstein recently wrote in the Berlin daily Der Tagesspiegel, addressing refugees. “You do not have to give up your culture, not that. But you must accept the equality of women. You must learn that homosexuals and Jews are just like everyone else. You must bear mocking and satire, even when it concerns your religion. . . . If you don’t accept these rules, you have no future here.”

Ktifan and two other men — Yousif al-Doori, 25, of Iraq, and Ahmed Suliman, 20, of Syria — said that initially they suffered only verbal abuse after word spread about their sexual orientation in a refugee shelter in Munich. But after they were relocated with other refugees to a longer-term facility in Dresden, things took a turn for the worse.

The harassment became so constant that, with the aid of local gay activists, Ktifan, ­al-Doori and Suliman were pulled out of the refugee center last month and installed in a small separate apartment near the city center. The dangers they faced, though, were nothing new.

Before fleeing for Europe, ­al-Doori said, he was kidnapped and held for two days in Baghdad by religious thugs who had tried to extort his family because he is gay. Ktifan said that in Syria he hid his sexuality from all but a select few and initially fled to Libya to escape his country’s civil war. But after a Libyan man tried to blackmail him for being gay, Ktifan said, he returned to Syria. As he grew increasingly fearful of Islamist extremists who were targeting gays and lesbians, he said he decided to join the exodus to Europe.

“We thought we were leaving that kind of treatment behind,” Suliman said. “But inside the refugee center, it felt like we were back in Syria.”

Widely differing views
Yet opinions among refugees regarding gays and lesbians differ widely and often are very nuanced. On a recent afternoon outside Berlin’s teeming main refugee registration center, some asylum seekers who were asked about their beliefs strongly denounced gays and lesbians and said they should not be tolerated.

Others, such as Ali Ahmad Haydari, a 25-year-old father of four who said he had lost two of his children during the war in Afghanistan, said accepting gay rights came with the territory of a new life in Europe.

“I don’t have a problem with that,” he said.“I like the freedom here. Everybody should live as they want.”

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In Europe, creating a post-gender world one small rule at a time

Gay rights in eastern Europe just took a big step forward

‘People in Europe are full of fear’ over refu­gee crisis

 

Italia se niega a reconocer el matrimonio de homosexuales casados en el extranjero

El juez encargado del caso es afín a movimientos homófobos

Las parejas homosexuales no sólo no pueden casarse en Italia, sino que si lo hacen en el extranjero -en alguno de los países donde es legal, por ejemploEspaña-, su unión matrimonial tampoco será reconocida en ese país. Da lo mismo que dispongan de la documentación que corrobore que son cónyuges.

Así lo ha dispuesto el Consejo de Estado italiano, a partir de una sentencia del Tribunal Administrativo Regional y después de que diversas parejas hubieran recurrido el hecho de que algunos ayuntamientos se negaran a registrarlas como matrimonio. Estas parejas han contado con el apoyo legal de Red Lenford, una asociación de defensa de los derechos de homosexuales y lesbianas, para llevar a cabo este recurso, con lo que el revés no podría haber sido mayor.

Aun así, la decisión no parece trigo limpio. El juez que se ha encargado del caso,Carlo Deodato, es afín a grupos homófobos, cosa que pone en entredicho la sentencia, y hace que la polémica esté servida. El juez se define en su cuenta deTwitter como “un jurista católico, casado y padre de dos hijos. Hombre libre y observador independiente de la política, la jurisdicción, las costumbres y la sociedad”. Sin embargo, en la práctica, el magistrado pertenece al Opus Dei y ha difundido en más de una ocasión mensajes de los denominados Centinelas en Pie, grupos informales que se manifiestan en la calle en contra de la aprobación de un proyecto de ley en Italia en contra de la homofobia.

El ministro de Interior italiano, Angelino Alfano, se ha mostrado satisfecho con la decisión del Consejo de Estado, y ha declarado: “El Consejo de Estado me da la razón en todos los sentidos: la ley italiana no prevé matrimonios entre un mismo sexo, por lo tanto, los registros realizados por algunos alcaldes son ilegales”.

La asociación Red Lenford ya ha anunciado que recurrirá la sentencia en los tribunales europeos, al considerar que el veredicto no es imparcial. Por otra parte, la decisión judicial genera todo un caos administrativo. Por ejemplo, el hasta recientemente alcalde de Roma, Ignazio Marino, había dado luz verde para el registro de parejas homosexuales que habían contraído matrimonio en el extranjero. Ahora resulta que dichas uniones no se considerarán legales, y habrá que anularlas del registro municipal.

El sacerdote que salió del armario pide al Papa que ‘deje en paz’ a los homosexuales

Envió una dura carta al Pontífice en la que asegura que la Iglesia está formada por curas “sin corazón, ni cerebro”

Krzysztof Charamsa, el prelado polaco que se confesó gay, en Barcelona

Krzysztof Charamsa fotografiado el pasado día 7 delante de la Catedral de Barcelona. ANTONIO MORENO

El sacerdote que hizo pública su homosexualidad a principio de octubre, el polaco Krzysztof Charamsa, envió una carta al Papa Francisco en la que le solicitaba que dejara “en paz” a los homosexuales y permitiera que al menos “los Estados civiles” puedan hacer la vida de gays y lesbianas “más humana”. “Con su Iglesia, ha conseguido que nuestra vida sea un infierno”, añade el religioso en la misiva, a la cual ha tenido acceso EL MUNDO.

La carta no podía ser más dura, aunque Charamsa muestra un gran respeto por el Pontífice en todo momento, e incluso le agradece algunas de sus palabras y gestos a favor de las personas homosexuales.

Pero también aclara que estas palabras no tienen ningún valor mientras se mantengan los ataques y el odio de la Iglesia hacia los gays, y no se anule la decisión del Papa Benedicto XVI de prohibir el acceso al sacerdocio a los hombres con tendencias homosexuales.

“El clero está lleno de personas homosexuales, y a la vez violentamente homófobas”, afirma el sacerdote en su carta, en la que también anima a otros religiosos a salir del armario, como él hizo el

3 de octubre, un día antes de que empezara el Sínodo de la familia en el Vaticano. Charamsa, de 43 años, hizo pública su homosexualidad en una rueda de prensa en Roma en la que se presentó con su pareja, el catalán Eduard Planas. Tras el anuncio, el Vaticano lo expulsó de la Congregación de la Doctrina por la Fe, de la cual formaba parte.

“Todos los cardenales, obispos y curas que son homosexuales deberían tener el valor de abandonar esta Iglesia deshumanamente insensible, injusta y violenta”, escribe Charamsa en su carta dirigida al pontífice. Asimismo le dice que los homosexuales no necesitan la “compasión que les promete la Iglesia”. “Nosotrosno somos ni los enemigos de la Iglesia, ni de la familia: ésa es la imagen falsa y ofensiva que la Iglesia ha creado de nosotros. Sólo buscamos desesperadamente ser respetados en nuestra dignidad y nuestros derechos”, asegura.

Charamsa no ahorra descalificativos hacia la Iglesia en su escrito.

Por ejemplo, afirma que la Iglesia se mantiene “petrificada en su fría y deshumana doctrina, sin misericordia ni caridad alguna”. O también dice que la “Iglesia es especialmente odiosa, y está formada actualmente por sacerdotes sin corazón, ni cerebro”. Y añade: “Dios respeta el misterio de la naturaleza humana que ha creado, en cambio la Iglesia odia toda aquella naturaleza humana que se distancie de su proyecto de poder y de dominio sobre el hombre y su sexualidad”.

En su carta, el sacerdote polaco también muestra preocupación por su madre, de quien dice tiene una “fe increíble y no tiene culpa de mis decisiones”. En concreto, Charamsa teme que la mujer sea ofendida por el hecho de que él haya hecho pública su homosexualidad. “En Polonia los católicos saben ser unos verdaderos maestros del odio, de la estigmatización y de la exclusión de los otros”, detalla.

Y por si todo esto no fuera poco, el religioso concluye su carta de la siguiente manera: “Las minorías sexuales tenemos derecho a vivir en dignidad, en el amor que la Iglesia obstinadamente quiere matar. Tenemos derecho a la vida familiar, aunque la Iglesia no quiera bendecirla”.

“La jerarquía católica está obsesionada con los asuntos sexuales”

JON O’BRIEN | PRESIDENTE DE CATHOLICS FOR CHOICE

Jon O'Brien, presidente de Catholics for Choice.

Jon O’Brien, presidente de Catholics for Choice.

Jon O’Brien cree que la jerarquía católica está cada vez más alejada de sus fieles y de la realidad social. Sobre todo cuando se trata de derechos sexuales y reproductivos. Católico irlandés de 50 años y presidente de la organización estadounidense Catholics for Choice(Católicos por el derecho a decidir), O’Brien aboga por la laicidad del Estado y critica duramente al Vaticano por su trato a las mujeres y los homosexuales. Pregunta. ¿Están enfrentando bien las jerarquías católicas el reto de adaptarse a la diversidad de los creyentes en las sociedades contemporáneas?Respuesta. Hubo un gran teólogo que una vez dijo: “El catolicismo se define por la unidad y la diversidad”. En otras palabras, no hay una Iglesia monolítica. Cuando voy a misa los domingos y miro alrededor veo ahí mismo una pareja de gais que mantiene una relación desde hace tiempo, una pareja de lesbianas que han adoptado un niño; hay también una pareja que se ha divorciado y se ha vuelto a casar. Usamos anticonceptivos y muchas mujeres han tenido abortos. Esta es la realidad de la Iglesia católica en la actualidad. La Iglesia no es un edificio en un lugar de Roma o de Madrid. La iglesia somos las personas, y las personas tienen una sexualidad muy distinta de la que la jerarquía católica pone tanto énfasis.P. ¿Sus doctrinas no se corresponden con la realidad?R. Los dos últimos papados, el de Juan Pablo II y el de Benedicto, estuvieron muy centrados en la zona pélvica, en los genitales, en la adherencia a una norma. Pero si preguntas a los católicos de cualquier parte del mundo en qué creen, cómo se comportan, la respuesta es muy diferente de lo que hace la jerarquía católica, las élites. Creo que esa es la realidad de la Iglesia. Han fallado en que los católicos les sigamos. Y no representan a los católicos de verdad, se representan a sí mismos. Así que cuando los obispos ahora van al congreso en Estados Unidos, a la ONU, al Gobierno de España para convencerles de que conviertan su teología en ley no nos representan.P. ¿Está la jerarquía católica cada vez más lejos de la calle?R. Representan una manera errónea de pensar. Y están obcecados en todo lo relacionado con los genitales y la zona pélvica. Pero hay varias razones por las que la jerarquía católica terminó con una ética sexual completamente fracasada. A veces tenían buenas intenciones, porque querían estar más cerca de Dios y tenían la idea de que aquellos que son célibes están más cerca de Dios. Pero el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Creo que la realidad actual es que si no das a alguien un preservativo para prevenir el VIH estás obrando mal, si impides a las mujeres acceder a abortos seguros tendrán abortos inseguros y si frenas el acceso de las personas a la contracepción tendrán embarazos no deseados. Esa es la realidad. La realidad es que los matrimonios se terminan. La realidad es que hay personas que son gais y católicas, así que hay que tratar con la realidad. El mundo real nos dice que la visión de los obispos es realmente errónea y ciertamente los obispos tienen derecho a mantener su visión.P. Pese a los avances sociales y cada vez más voces como la suya entre los fieles, la Iglesia católica no ha variado su postura contra el aborto, la anticoncepción o sobre homosexualidad.R. La jerarquía es la única que mantiene esa idea del catolicismo, y pone demasiado énfasis en ella. Creo que la mayoría de los católicos hemos seguido adelante con nuestras vidas. Yo sigo yendo a misa los domingos, al igual que lo hacen las mujeres que han abortado y usan anticonceptivos. No nos sentimos culpables. Sabemos que, como buenos católicos, podemos tomar una decisión basada en nuestra conciencia. El mismo centro de la enseñanza católica nos dice no solo que sigamos nuestra conciencia sino que “debemos” seguir nuestra conciencia. Y creo que las personas que usan anticonceptivos, que han abortado, que son gais y lesbianas están siguiendo su conciencia. Es algo entre ellos y Dios. Creo que la Iglesia es así hoy, y cada vez más.P. ¿Cómo deben ser las relaciones entre Iglesia y Estado?R. Nuestros obispos en España, Portugal e Irlanda deben dejar de reunirse con los políticos para decirles qué leyes quieren que se promulguen. Es inapropiado. Los actores religiosos pueden tener sus opiniones pero creo en un Estado verdaderamente laico. El Estado laico no es antirreligión, es neutral, tiene las leyes más justas y equitativas, que dan una gran protección a las personas religiosas, porque no pone ninguna fe sobre la otra.P. ¿Cree que la jerarquía católica interviene demasiado en las políticas de Estado?R. Sí, no hay ninguna duda de ello. Esos hombres presionan a los políticos para transformar sus creencias en leyes, aunque ni siquiera los católicos las siguen. Y vemos esto en todo el mundo, una y otra vez: las barreras a la anticoncepción gratuita, la lucha contra el matrimonio gay, contra el derecho al aborto. Si nos fijamos en Polonia, en España o en Irlanda, la batalla contra la igualdad de derechos de los ciudadanos desgraciadamente está encabezada muy a menudo por la jerarquía de mi Iglesia. Y no es fácil, pero los católicos debemos reaccionar porque cuando ves a alguien obrando mal has de decirlo. Debemos levantarnos y decir que esa manera de comportarse de la jerarquía y de la Iglesia es errónea, y que cuando hablan no hablan por nosotros.P. Hablemos del papa Francisco. Algunos lo han definido como un políticoR. Bueno, creo que hay algo verdaderamente genuino en este papa. Y es que es mucho más pastoral que político, mientras otros papas han tratado de hacer que los Gobiernos hagan esto o lo otro, él se preocupa verdaderamente de la condición humana. Pone más el acento en el cuidado de las personas, para que se sientan bien, vayan a la iglesia y no se sientan excluidas. Y eso es algo de agradecer, porque hemos tenido con demasiada frecuencia una Iglesia católica política y no pastoral. Y con esto no pretendo hacer ver que el papa Francisco esté de acuerdo conmigo en estos asuntos, pero está dando más amor y cariño que sus predecesores. Él es argentino, pero no creo que el papa Francisco sea Che Guevara, no lo es; pero puede que sea más como Gorbachov cuando tenía algo que decir.P. ¿Ha abierto un canal de comunicación y de cambio en la Iglesia?R. Él introdujo la idea de que las personas debemos hablar sobre qué tipo de sociedad tenemos. Quién sabe si los obispos con el papa Francisco van a ser más valientes y van a admitir que hay cosas en la jerarquía católica que son injustas. Una de ellas es el comportamiento de la Iglesia con las mujeres, a las que no trata con la dignidad y respeto, ni como iguales a los hombres.P. ¿Es esa desigualdad de género uno de los mayores problemas en la Iglesia?R. Creo que si la Iglesia debe resolver una injusticia es esa. La idea de que una empresa, por ejemplo Apple, que diga que mañana no va a tener ninguna mujer en los puestos de dirección sería una locura para su negocio. O para cualquier institución. Y creo que es una locura también para la Iglesia. Excluir a las mujeres de la Iglesia no es inteligente. Así que cuando los obispos se reúnen y hablan sobre los problemas de la mujer, su salud, su vida y el papel de la mujer en la Iglesia, creo que su postura es la de la mitad de la Iglesia.

P. ¿Qué supone que un prelado haya declarado públicamente su homosexualidad y, además, tener pareja?R. Uno de los secretos peor guardados de la Iglesia católica es que una parte importante del clero es gay. Agradecería una visión mejor informada sobre la homosexualidad en mi Iglesia. Nosotros, los fieles también agradeceríamos más sinceridad sobre el divorcio, el casarse por segunda vez, las mujeres que han abortado, las parejas que usan anticonceptivos. Hay toda una serie de asuntos que se deben poner sobre la mesa para el debate. Con este error de no hablar del mundo real, los pecados de omisión de la jerarquía católica van más de un cura gay en el vaticano que no pudo soportar la hipocresía y mentiras. La lista llega al mismo corazón de las enseñanzas de las enseñanzas católicas en asuntos conectados a la zona pélvica. Necesitamos que se haga justicia social, no solo sacerdotes gais hablando de sacerdotes gais.

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