Golpean a un joven tras llamarle “maricón de mierda”, primera agresión homófoba de 2016

La asociación Arcópoli ha denunciado que varias personas golpearon a un joven gay, que previamente había recibido insultos como “maricón de mierda”, tras salir del Metro el día de Año Nuevo.

La agresión homófoba, la primera que se registra en la región en 2016, tuvo lugar en torno a las 7 horas del día 1 en el madrileño distrito de Salamanca.

La agresión

Un joven comenzó a escuchar insultos de un grupo de tres chicos en el vagón de Metro que lo llevaba a casa tras celebrar la Nochevieja. Tras soportar insistentes comentarios como “maricón de mierda”, salió rápido al andén una vez llegado a su parada.

Ya en la calle Narváez, esquina con Jorge Juan, recibió un golpe en la espalda y, al volverse para mirar a sus agresores, un puñetazo en la cara que lo hizo caer al suelo. Los atacantes huyeron cuando otras personas se acercaron a socorrer al joven agredido, ha detallado a Europa Press la asociación.

Tras conocer el caso Arcópoli contactó con la víctima y fue atendida por Diego Rey, vocal de asuntos jurídicos de la asociación, que acompañó al joven a la comisaría de la Policía Nacional para formalizar su denuncia. El agente que los atendió recordó la importancia de incorporar un parte médico de lesiones, que se unirá en los próximos días a la denuncia.

Yago Blando, coordinador de Arcópoli, ha señalado hoy que “es absolutamente urgente” que la Comunidad de Madrid dé una respuesta “al gran problema de las agresiones a lesbianas, gais, bisexuales y transexuales en nuestra región”.

Ley de Igualdad para personas LGBT

Aunque ha recordado que ha empezado a tramitarse la Ley Integral de Transexualidad, Blando ha urgido aprobar una Ley de Igualdad para personas LGTB que persiga activamente estos ataques que siguen quedando impunes“.

Además, desde la asociación madrileña han apuntado que 2015 se cerró con el mayor número de agresiones contabilizadas de la historia. “Exigimos a todos los partidos políticos una postura firme y unánime contra los delitos de odio que sufrimos diariamente lesbianas, gais, bisexuales y transexuales: no podemos seguir permitiendo que cada año aumente el número víctimas por LGTBfobia”, han remarcado.

“A las personas con discapacidad se nos trata como a seres humanos asexuales e infantilizados”

Soledad Arnau

Soledad Arnau

Hace casi 15 años Soledad Arnau se convirtió en una de las fundadoras del Foro de Vida Independiente y Divertad (FVID). La segunda palabra, inventada, es la unión de otras dos: Dignidad y Libertad. Alcanzarlas es uno de los objetivos de esta comunidad, que el pasado mes de septiembre convocó a cientos de personas a recorrer Madrid. “Una sociedad excluyente es la que me discapacita, la diversidad es la vida, la uniformidad es la muerte” fue uno de los lemas que enarbolaron. El colectivo quiere impulsar en España la llamada filosofía de vida independiente para las personas con discapacidad, un movimiento surgido en Estados Unidos en la década de los 70.

El Foro de Vida Independiente es también el que hace diez años acuñó el término diversidad funcional para referirse a las personas con alguna discapacidad. Soledad Arnau, filósofa, activista y presidenta del Instituto de Paz, Derechos Humanos y Vida Independiente, suele referirse así a ellas (a sí misma) cada vez que habla. Resume esta teoría como “un proceso de empoderamiento de las personas con diversidad funcional, que tenemos derecho a tomar nuestras propias decisiones, a equivocarnos y a cometer errores, no queremos sobreprotección”.

Arnau critica las bases “asistencialistas y caritativas” sobre las que, en su opinión, se asienta la política social española, a las que el colectivo al que representa quiere dar la vuelta. Características que, dice, se reflejan en que la sociedad “nos reserva espacios y maneras de vivir especiales, oportunidades laborales especiales o una educación especial, no ordinaria”.

La figura del asistente personal

La visión paternalista que quieren romper surge, analiza al otro lado del teléfono, porque “seguimos pensando que las personas con diversidad funcional somos personas enfermas”. “En este país se sigue primando que vivamos en residencias y no de forma independiente. Yo he ido toda mi vida en silla de ruedas, pero también soy feminista y a lo mejor me apetece convivir con gente feminista”, afirma. “Parece como si a los que tenemos diversidad funcional no nos debiera importar nada más”.

En el otro extremo se coloca lo que ella llama “plena inclusión”. La educación es una de las herramientas que identifica para conseguirlo: “Tenemos corporalidades o maneras de interpretar el mundo distintas, pero como no existe una verdadera educación inclusiva, no sabemos convivir con las diferencias”. Sin embargo, para el colectivo la vida independiente no se entiende sin la figura del asistente personal, o lo que es lo mismo, personas que ayudan a otras en la realización de las tareas cotidianas. Las manos, las piernas de la que tiene diversidad funcional.

Arnau necesita de esta figura laboral de forma permanente porque para cualquier actividad precisa de apoyos humanos e insiste en que es justo eso lo que le concede autonomía moral. “No puedo valerme por mí misma físicamente, pero la que dirige las riendas de mi vida soy yo”, sentencia. La activista quiere romper con los prejuicios y la victimización. “El mundo me mira y dice ‘pobre Sole’, pero lo traumático no es que no pueda comer por mí misma, es que no haya nadie que me dé de comer donde, como y lo que yo quiera”.

El derecho a la sexualidad

También habla sobre sexo, sin tapujos ni prejuicios. Nombra el documental Yes We Fuck!, un proyecto transgresor que busca acabar con el imaginario que asocia diversidad funcional y asexualidad. La película muestra cómo viven su sexualidad y afectividad las personas con discapacidad y lo reivindican como acto político, como defensa de otras formas de placer alejadas de la heteronormatividad (o no). Reclaman, sobre todo, el derecho a la diversidad. “A las personas con discapacidad se nos trata como a seres humanos asexuales e infantilizados”, sostiene Arnau.

El documental ha contribuido a desmontar los tópicos, pero la filósofa sigue pensando que “cuando ves a alguien en silla de ruedas no lo concibes en términos de deseo, más bien piensas en qué le habrá pasado, por ejemplo”. La concepción actual de la estética ha acabado por alejar de lo objetivamente deseable los cuerpos diversos, lo que ha conducido a que “la manera más fácil y sencilla de gestionar la sexualidad de las personas con diversidad funcional haya sido omitirla”.

Al igual que la figura del asistente personal, Arnau reivindica la de los asistentes sexuales. Poco a poco van surgiendo en España organizaciones que sirven de enlace entre ellos y las personas con discapacidad, que basan sus encuentros en pactos alcanzados por ambas partes. En España esta figura se mueve en la alegalidad y el debate sobre qué hacer con ella y sus implicaciones no ha hecho más que empezar. Mientras, la organización Sex Asistent, junto a la  Asociación Nacional de Salud Sexual y Discapacidad (ANSSYD) ha elaborado un código ético que incide en la necesidad de reconocer a las personas con discapacidad como sujetos de derechos y “no solo como objeto de tratamiento y protección social”.

La Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, celebrada en 2006 actúa como paraguas de las reflexiones de Arnau. Una hoja de ruta que en su artículo 19 propugna el derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad. El mismo año España aprobó la ley de la dependencia. La activista critica el bajo presupuesto que se destina al sistema, que prevé una prestación económica para familiares cuidadores o algunas horas de ayuda a domicilio. “Hay personas que invierten dos horas en levantarse y la asistencia les cubre tres horas…Dinero hay, lo que no hay es voluntad política suficiente”, denuncia.

Arnau defiende los planes personalizados de asistencia. Aquellos en los que las horas o la prestación económica para el cuidador o cuidadora dependen del ritmo vital de cada persona y de sus circunstancias. Este es el espíritu de las pocas Oficinas de Vida Independiente que existen en España, gestionadas por las administraciones públicas. Existen en la Comunidad de Madrid, Andalucía, Barcelona y Galicia. “Lo cierto es que no siempre cubre la totalidad de la necesidad”, dice Sole, que cuenta con esta figura gracias a la OVI de la capital. “Pero es un avance que hay que seguir potenciando”, prosigue.

FAMILIA HOMOSEXUAL Historia de una niña con dos papás

El matrimonio formado por Luis y Denis con su hija Ornella, de gestación subrogada

El matrimonio formado por Luis y Denis con su hija Ornella, de gestación subrogada. / JESSICA SCHEBLY

Luis y Denis son pareja desde hace más de 20 años y matrimonio desde hace tres. Son los padres de Ornella y los autores de Papá, papi y yo, el primer cuento en español sobre la historia de una niña nacida por gestación subrogada. “Creemos que el cuento es una historia de amor con final feliz, de personas que ayudan a otras personas que por alguna razón no pueden concebir. Se trata de una herramienta pedagógica y la mejor forma que encontramos de contribuir al desarrollo ético y moral de la sociedad”, dice Luis Moya. “Es un cuento que explica de forma clara a los niños y a los adultos qué es la gestación subrogada”, señala.

Luis y Denis esperan que su iniciativa ayude a normalizar a las familias como la suya y a muchas otras que no se ajutan al patrón tradicional de padre, madre e hijos. En España, la gestación subrogada (que una mujer geste el bebé y luego renuncie a su relación de maternidad) está prohibida y todavía hay críticas como la reciente del obispo de Córdoba, que opina que las técnicas de reproducción asistida son un “aquelarre químico de laboratorio”. “A nosotros no nos gustan las expresiones vientre de alquiler o madre biológica. Aquí no se alquila ningún vientre. Es una expresión ofensiva. Las mujeres que deciden gestar los hijos de otras personas lo hacen fundamentalmente motivadas por amor, para ayudar a otras personas a realizar su sueño de ser padres. Son niños fruto del amor, del de sus padres y del de la mujer gestante. Además, Ornella no tiene madre biológica. Tiene dos papás. Hay una gestante que la cuidó durante el embarazo y una donante que aportó su carga genética, como en muchos otros casos de reproducción asistida” afirma Denis Zamaro.

Una hermana para Ornella

Luis es profesor de Psicología en la Universitat de València; Denis profesor de italiano en la Escuela Oficial de Idiomas de Quart de Poblet (Valencia). Su hija nació en Estados Unidos gracias a la colaboración de Melissa, una funcionaria que vive en Springfield, a unas tres horas de Chicago, la misma mujer que ahora está embarazada de su segunda hija, Oriana, que nacerá a principios de marzo. “Tenemos un contacto permanente con Melissa por WhatsApp y Ornella la conoce gracias a Skype. Además, podrán conocerse personalmente cuando vayamos a Estados Unidos para asistir al parto de su hermana”, dice Luis. “Melissa es parte de nuestra vida y una persona muy importante a la que amamos y a la que estamos muy agradecidos. A ella y a su marido, que la ha apoyado siempre”, resalta.

La gestación subrogada está perfectamente regulada en Estados Unidos desde hace más de 30 años. Allí la ley exige que la gestante tenga al menos un hijo propio, que goce de buena salud y tenga hábitos saludables. Además, requiere que disfrute de unas condiciones socioeconómicas estables para evitar que lo hagan por necesidad económica, aunque suelen recibir una compensación de entre 20.000 y 25.000 euros, según agencias. Melissa, por ejemplo, que es funcionaria, vive en una casa de 180 metros cuadrados y tiene un nivel de vida medio alto.

Aunque es más caro, Denis y Luis eligieron tener a su hija en Estados Unidos por las garantías legales y sanitarias que ofrece. En la actualidad la gestación por sustitución está regulada también en el Reino Unido, Grecia, México, Rusia, Ucrania, Georgia y Kazajistán, pero excepto en el Reino Unido en todos los países está vetado a parejas homosexuales y solo en Estados Unidos se reconoce la filiación de los padres mediante sentencia judicial. Melissa, la persona gestante, no tiene ninguna vinculación legal con Ornella, la hija de Luis y Denis.

Luis reconoce que la gestación subrogada es un proceso caro y muy complejo. “Los gastos son muchos. Nosotros hemos invertido todo lo que tenemos, pero nada nos puede aportar mayor felicidad. Además, es todo muy complicado por los trámites burocráticos, médicos y legales. La distancia con la gestante lo hace todo aún más estresante”.

En España no hay registros oficiales, pero la Asociación de Familias por Gestación subrogada calcula que cada año nacen unos mil menores españoles con esta técnica en el extranjero, lo que supone una discriminación para las familias que no se lo pueden permitir económicamente. Por ello, la Asociación por la Gestación Subrogada en España, entre otras asociaciones, intenta poner en marcha una iniciativa legislativa popular que reúna el medio millón de firmas necesarias para que el Congreso de los Diputados debata este tema y regule una realidad que ya ha superado a la ley. De hecho, aunque la práctica sea ilegal en España, ya hay sentencias que obligan a registrar a los niños como hijos de dos padres, sin que en su documentación tenga que constar una madre.

Denis y Luis viajarán nuevamente en marzo a Chicago, con Ornella, para ver nacer a su segunda hija Oriana, pero esperan que pronto haya en España una ley que elimine, para otros padres, los obstáculos que han tenido que superar ellos. De momento, gracias a ellos, otros padres ya pueden encontrar en las librerías un cuento donde ver reflejada su familia.

Con textos sencillos, pero con un lenguaje muy didáctico, Papá, papi y yo, de Ediciones Bostezo, cuenta con las ilustraciones de Mercedes Balaguer. Por ahora solo se encuentra en castellano, pero sus autores ya se plantean la traducción a otros idiomas dada la gran acogida que ha tenido hasta el momento.

Más de la mitad de los jóvenes homosexuales han sufrido acoso en las aulas EFE – Madrid 30/12/2015 – 12:27h

Más de la mitad de los jóvenes homosexuales sufren acoso escolar por orientación sexual, según la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), que urge a abordar con seriedad este problema que se prolonga años y que permanece invisible en la mayoría de los casos.

El porcentaje de acoso es superior en el caso de los niños transexuales, y un triste ejemplo de ello es Alan, que se suicidó hace unos días por “la presión e incomprensión” que sufría en el ámbito escolar, a pesar de contar con el apoyo de la familia y haber obtenido la autorización de un juez para cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales.

El presidente de la Federación, Jesús Generelo, asegura a Efe que al menos el 55 por ciento de los jóvenes LGTB afirmaron, en un estudio realizado por este colectivo, haber sufrido algún tipo de violencia psicológica o física en el ámbito educativo.

“Hicimos otra investigación para saber las consecuencias sobre la salud de los chicos acosados y con una muestra sobre 700 jóvenes que lo sufrieron concluyó que el 43 por ciento idearon el suicidio, el 35 por ciento lo prepararon con algún detalle y el 17 por ciento lo había intentado en alguna ocasión”, explica Generelo, quien recuerda que estas cifras duplican las cifras de riesgo de suicidio de la población de adolescentes en general.

El mayor porcentaje de acoso se da entre los 12 y 15 años, pero la federación tiene datos de víctimas desde la temprana edad de 5 años.

En el caso de los niños transexuales, destaca que el porcentaje de víctimas de acoso es superior porque “son víctimas más visibles, y eso les hace exponerse a un mayor riesgo”.

“En el colegio, les llaman con el nombre equivocado o se les viste con el uniforme equivocado, usan unos vestuarios en los que no se sienten cómodos; es una permanente puesta en cuestión de lo que se espera de ellos”.

“Es exigirles que tengan mucha fortaleza, que aguanten heroicamente y que perseveren en lo que ellos saben que está equivocado”, asegura Generelo.

Además, algunos de los jóvenes transexuales “no quieren ir al médico porque allí también se les llama con un nombre diferente con el que las familias les conoce, si lo tiene ya aceptado”.

Para superar estos obstáculos, el presidente de la Felgtb, que agrupa a los principales colectivos homosexuales de España, reclama una ley integral de la transexualidad garantice “que no son personas enfermas, sino que el daño viene del entorno”.

A su juicio, la norma debería establecer la creación de unidades de tratamiento o de identidad de género en el ámbito sanitario “y no de trastorno”, además de establecer “el derecho a la autodeterminación de la identidad para todos, para que no tenga que ser un médico después de dos años el que decida la identidad del joven”.

“La ley debe unificar el tratamiento que se da a estas personas en toda España, establecer un mismo criterio educativo y formar a funcionarios, trabajadores sociales y otros profesionales para que conozcan esta realidad y les sepan dar la atención que merecen”, añade.

Para el responsable de la Federación, “es un problema de una gravedad inmensa, generalizado en todas las comunidades autónomas y no se está abordando con la seriedad y la estructuración que requiere”, ha añadido.

“No se puede abordar la lucha contra este acoso por los casos que surgen, porque eso sólo es la punta del iceberg. Debe hacerse de manera preventiva y con criterios de identidad de género”.

En este sentido, plantea que “los alumnos en general deben saber que se trata de una circunstancia que parte de la diversidad humana y que debe ser respetada y los alumnos LGTB han de saber que tienen unos derechos y que no es normal recibir insultos y percibir esa sensación de marginalidad”.

Según la encuesta de la Felgtb, la violencia verbal -burlas, insultos o rumores- afecta a un 64 por ciento y normaliza una violencia de tipo psicológico que degrada y menosprecia al menor por el hecho de ser LGTB.

Le sigue, por la incidencia, la violencia social -mecanismos de rechazo, exclusión y aislamiento hacia la persona por parte del grupo- que la sufren hasta un 37 por ciento a los que se les impide su participación y un 39 por ciento a los que no se les deja hablar o se les ignora.

Respecto a la violencia física, el 5 por ciento dice haber recibido palizas, un 6 por ciento acoso o agresiones sexuales, un 23 por ciento amenazas, a un 36 por ciento le han tirado cosas, ha recibido golpes o empujones y un 14 por ciento ha sufrido algún tipo de violencia por el hecho de ser homosexual a través de internet o móvil.

Profesorado, sistema educativo y acoso escolar: ¿Dónde estamos y qué está fallando?

Gracia Trujillo es Doctora en Sociología y profesora de la Facultad de Educación de la UCLM. Mónica Redondo es profesora de Matemáticas en el IES San Isidro de Madrid.

Volvemos de la concentración por la muerte de Alan, un chico trans de 17 años que no soportó el acoso escolar y se suicidó hace unos días en Barcelona. Con una mezcla de indignación y tristeza, comentamos algunas ideas y reflexiones que compartimos desde hace bastante tiempo como profesoras y activistas. La primera es que hablamos poco de acoso escolar, hablamos menos del papel del profesorado en estas situaciones, y todavía menos del papel del profesorado no heterosexual.

El acoso puede darse, y se da, al alumnado “diferente”, y esto puede ser por muchos posibles “motivos”: ser trans, marica, bollera (o parecerlo), ser gordx , demasiado grande o demasiado pequeñx, cuatro ojos, ser diversx funcional, ser leídx como “débil” por alguna razón… Muchxs podemos recordar tristemente insultos o situaciones que no eran agradables en el patio del colegio, a la salida del instituto, en clase… Por eso cuando decíamos en la concentración, y en las redes, #YoTambiénSoyAlan, sabemos que este hastag es algo más que una expresión solidaria: es una realidad que nos remueve recuerdos de nuestra infancia y adolescencia, y nos obliga a pensar, todavía más, sobre nuestro papel hoy como docentes.

El context o actual es bastante preocupante: el profesorado está sobrecargado de trabajo, falta formación, especialmente sobre educación sexual y temas de género(s) y sexualidad(es). En el caso de Madrid no hay cursos desde hace bastantes años, y en otras comunidades, como la manchega, la situación no difiere mucho. Estas cuestiones se acaban trabajando por parte de los profesorxs, en el mejor de los casos, de manera voluntarista y autodidacta. Falta también, como sabemos, reconocimiento social a la labor del profesorado, y faltan apoyos y recursos en la escuela pública, algo que se ha agravado mucho en estos años de austericidio.

Los contenidos transversales y la Educación para la Ciudadanía han desaparecido con la LOMCE. Sí estaban en la anterior ley, la LOE, y su presencia en el currículum escolar nos “blindaba” de alguna manera para poder hablar de estas cuestiones en nuestras clases. La omnipresencia de la asignatura de Religión, el ataque a la asignatura de Filosofía, junto al ninguneo de asignaturas como la Música y la Educación Plástica y Visual suponen mermar de manera drástica las posibilidades de la escuela pública como lugar de debate y reflexión, como motor de pensamiento crítico. Pero al Ministerio de Educación y a su último fichaje, J.A.Marina, parecen importarles más la “ productividad” del profesorado y la promoción de valores religiosos, militares y de competitividad empresarial en las aulas. Así, se nos invita a “producir” alumnado competitivo y “emprendedor”.

Por otra parte, lo que no se suele considerar en los análisis sobre acoso escolar es que el propio profesorado LGTBI (lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexuales), que podría jugar un papel de primer orden a la hora de enfrentar el acoso escolar, también es vulnerable al acoso por parte de compañerxs, del alumnado, de las familias… Tenemos una verdadera espada de Damocles encima de nosotrxs, y más en el contexto de precariedad laboral en el que estamos: tratar estos temas en el aula nos expone a varias vulnerabilidades, la laboral entre otras. Esto dificulta el poder actuar explícitamente en apoyo de nuestro alumnado LGTBI. Muchxs prefieren no intervenir, tienen miedo de mojarse demasiado, son temas complicados y quizá es mejor no entrar. El profesorado LGTBI, en general, actuaría más si no tuviera las manos tan atadas.

Y si lxs profesorxs no heterosexuales tenemos difícil intervenir, el resto se encuentra bastante perdido, sobre todo por la falta de formación que comentábamos anteriormente, y muchas veces no ve siquiera la necesidad de dicha intervención. Pero la educación sexual, el hablar de identidades de género y sexuales, de familias de muchos tipos, de actitudes lesbohomotránsfobas y un largo etcétera no son cuestiones, obviamente, que sólo atañen al profesorado y alumnado no heterosexual. No es necesario formar parte de la comunidad LGTBI para trabajar estos temas en el aula y en los centros, para prevenir situaciones de violencia y detectar posibles acosos; la responsabilidad es de todxs. Lo que sí es necesario, de nuevo, es concienciar, apoyar y formar en estos temas a todo el profesorado. Se necesita más formación, y más empatía.

El alumnado diferente es vulnerable, y entre ellxs, especialmente, lxs menores trans. No obstante, parte del acoso que se produce no es sólo al alumnado rarx, no heterosexual. Muchas veces el acoso es contra chavales que tienen pluma , lo que puede ser indicativo de una opción sexual distinta a la hetero, o no. Simplemente, el salirse de las expectativas de género (que un chico quiera bailar o una chica jugar al fútbol, por ejemplo) puede suponer el principio de un acoso.

El denominado “grupo de iguales”, en un momento de reafirmación adolescente de sus identidades de género y sexuales, puede ser terrorífico frente al diferente, a la que no encaja, o al que cuestiona la rigidez del binarismo chica- chico, masculino- femenino. Por eso es tan importante que enseñemos y trabajemos las cuestiones de género y coeducación junto con las relativas a las sexualidades, y cuanto antes mejor (desde Educación Infantil en adelante). Y aquí es fundamental incorporar la interseccionalidad: la clase social, la etnia, la diversidad funcional, la edad… etc., que no son cuestiones ajenas a las de género y sexualidad. Estamos todxs atravesadxs por ellas.

Necesitamos enfrentar todas estas cuestiones de manera urgente. Hay que dejar de pensar la Educación en clave competición-producción neoliberal, con centros de élite frente a centros gueto-problemáticos, y fomentar el aprendizaje colaborativo, el pensamiento crítico y sensible y el respeto a las diferencias. Todxs somos diferentes, y es maravilloso que así sea. Dejemos de problematizar, de una vez por todas, a la gente diferente: alumnado, profesorado y familias. Eduquemos en la libertad, en la igualdad y en el respeto a esas diferencias. Este es uno de los retos, y para ello necesitamos la implicación de toda la comunidad educativa y de toda la sociedad. Hagámoslo por Alan y por todxs sus compañerxs.

Nota: Utilizamos la X a lo largo del texto como forma de cuestionar el binarismo sexual y las categorías hombre- mujer, femenino- masculino; muchas personas no se sienten incluidas, o son críticas con ellas, y sobre esto, entre otras cosas, trata el artículo.

El acoso escolar: un obstáculo más para los menores transexuales

Un 90% de estos menores se sienten discriminados, un 40% ha pensado en el suicidio y un 20% lo ha intentado, según datos del Colectivo LGTB

Todavía hay institutos en los que adolescentes gritan “¡Viva Franco!”. Todavía hay jóvenes que creen que “la transexualidad es una enfermedad que se cura”.

Estas opiniones no desentonaban en los años en los que Mané Fernández Noriega empezó a luchar por los derechos LGTB. Ahora, es el portavoz de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales y hace talleres sobre transexualidad en institutos. La intolerancia sigue ahí y Fernández Noriega lamenta que la política no ayude a erradicarla: “No podemos tener comunidades donde las personas transexuales tengan reconocidos algunos derechos y comunidades autónomas donde las personas transexuales no tengan reconocido ningún derecho. Todas las personas transexuales en España tenemos que tener los mismos derechos“.

Una sociedad que no se preocupa por los derechos de los transexuales es cómplice de la transfobia. Así lo cree Eugeni Rodriguez, Presidente del Observatorio contra la Homofobia de Cataluña: “Esa insuficiencia hace que se banalice la transfobia. Existe esa España de pandereta donde en todos los colegios hay un ‘mariquita’ o un transexual del cual nos reimos y no pasa nada”.

Los datos del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid le dan la razón: un 90% de estos menores se sienten discriminados. Un 40% ha pensado en el suicidio y un 20% lo ha intentado. Otros ni siquiera piden ayuda. Ese porcentaje es el que preocupa a Isidro García, trabajador social y sexólogo de la Fundación Daniela: “Solamente un 17% de los chavales que sufren acoso escolar se lo cuenta a a un adulto. Ahí está el problema. Es complicado identificar el problema e intervenir“. La Fundación Daniela trabaja con más de 150 familias y más de 70 jóvenes. Son afortunados porque tienen apoyo familiar y profesional para conseguir que se reconozca su identidad sexual. Pero eso no quita que los adolescentes trans vivan con preocupación el acoso en las aulas. Allí se suspende en tolerancia.

Las de Javier Maroto y Alejandro Amenábar, las bodas gays de 2015

RESUMEN DEL AÑO – Una boda multicolor

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Javier Maroto y su marido, José Manuel Rodríguez, el día de su boda. GTRES

ace poco más de una década, ni Javier Maroto ni Alejandro Amenábar imaginaban que algún día serían dos hombres casados (con otro hombre). No es que no tuvieran novio o no les hiciera ilusión… sino que en España la ley no contemplaba esa posibilidad. De hecho, el Partido Popular, con Rajoy como líder de la oposición, llegó a presentar un recurso de inconstitucionalidad y, sin embargo, hagamos un flashback hasta septiembre de este año.

El lugar, el restaurante El Caserón, de Vitoria.Los invitados, el propio Rajoy y la plana mayor de su partido: Soraya Sáenz de Santamaría, Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Alfonso Alonso, Pablo Casado… todos sonrientes y endomingados. El motivo, la boda de su compañero de partido Javier Maroto, ex alcalde de Vitoria, con otro hombre, José Manuel Rodríguez, su novio desde hace años, con el que había celebrado su despedida de soltero en Bali.

Desde la boda de Ana Aznar en El Escorial, el PP no se había visto en otra igual. Tocaba dar imagen de apertura y, aunque el ex alcalde de Vitoria se resistiese en principio, su enlace acabó siendo una muestra de los nuevos aires. Libres de cámaras, los políticos disfrutaron balando (y mucho) en una fiesta donde las mesas habían sido bautizadas con nombres de cantantes de Eurovisión. Antes, Maroto y Josema se habían casado en la intimidad de la casa consistorial de Vitoria, con la madre de Maroto y su amigo Iñaki Oyarzabal como testigos. El éxito amoroso es el refugio de Maroto tras la pérdida de escaños el 20D que le ha dejado fuera del Congreso.

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Alejandro Amenábar y David, firmando los papeles que les convirtieron en maridos. G¡EM

En la intimidad también quisieron mantener su boda Alejandro Aménabar y su novio David. No hubo más fotos que las que algún amigo colgó en Instagram, pero la finca La Reserva, ubicada en Villanueva de la Cañada, acogió una de sus grandes tardes con el enlace del director de Mar adentro el pasado julio. Los novios entraron al ritmo de la banda sonora de Ricas y famosas y a David, apenas pudo acabar el discurso que había preparado por las lágrimas.

Pese a no estar preparado, también Amenábar dio un pequeño speech ante unos invitados entre los que se encontraban famosos como el actor Eduardo Noriega, Alaska, Mario Vaquerizo y toda la troupe de su reality, a los que el director les prohobió grabar. El recuerdo de ese día de cine se quedó para los invitados. Igual que la primera boda gay del PP se quedó para la historia.

El obispo de Córdoba califica la fecundación in vitro de “aquelarre”

El polémico obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, cree que la fecundación in vitro es “aquelarre químico de laboratorio”. Según la carta pastoral titulada Navidad y Familia, que el prelado también ha colgado en Youtube, los hijos solo pueden nacer del “abrazo amoroso” de los padres (que deben ser un varón y una mujer). Y “no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio, la fecundación in vitro”. “Todo tipo de fecundación artificial”, opina, “rompe la armonía de la creación”.

El obispo de Córdoba, desde que llegó a la ciudad andaluza en 2010, ha difundido varias cartas con polémicas opiniones. Por ejemplo, en enero de 2011, aseguró que la Unesco tiene un plan para “hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”. En octubre de 2012, equiparó el aborto y la muerte de los niños Ruth y José, asesinados por su padre en Córdoba. Hace dos años, cargó contra la “ideología de género”.

La Iglesia católica rechaza la fecundación in vitro. El papa Francisco, el año pasado, criticó lo que considera “jugar con la vida”. Pero el obispo de Córdoba eleva el tono al introducir matices demoniacos. Aquelarre, según la Real Academia Española de la lengua, es una “junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para la práctica de las artes de esta superstición”.

En su carta, Fernández también ofrece una clara distinción entre el papel del hombre y la mujer dentro de una familia. “Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa”, sostiene el obispo. El hombre “aporta la cobertura, la protección y la seguridad” y es “signo de fortaleza”. “Representa la autoridad”. Para la mujer reserva el papel de aportar “calor al hogar, acogida, ternura”. “Cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa”.

La doble discriminación que soportan los que emigran por su orientación sexual

Una transexual en Madrid. ROBERTO CÁRDENAS

Una transexual en Madrid. ROBERTO CÁRDENAS

Las personas migrantes que llegan a España huyendo de la persecución y discriminación que sufren en sus países de origen debido a su orientación sexual o identidad de género se enfrentan a un riesgo de doble discriminación cuando llegan a nuestro país, el primero por pertenecer al colectivo LGTB y el segundo por su condición de inmigrante.

Es lo que se desprende del informe que la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha presentado este martes, disponible en la webperseguidoslgtb.org, que contiene los testimonios de personas LGTB que han sufrido discriminación y violaciones de sus derechos en países tan diversos como Rusia, Etiopía o Chile.

De 2008 a 2014, 1.700 transexuales han sido asesinados en 62 países. Sólo en Brasil y en 2014, fueron 326 los homicidios cometidos.

Paloma Fevieres, coordinadora del área jurídica de CEAR, ha recordado que “haypaíses donde la homosexualidad está ilegalizada en los códigos penales, en otros no existe legislación penal pero es la sociedad la que aparta a las personas LGTB con pequeñas discriminaciones que en conjunto suponen una violación de Derechos Humanos”.

Honduras es el país de origen de Alexandra Andino, una refugiada que tuvo que huir de su casa debido al acoso e inseguridad que sufría por ser transexual. “Me secuestraron, golpearon y apuñalaron. Les pedí que me matasen, pero decían que tenía que sufrir más que las demás”, cuenta Alexandra.

Ella era la presidenta de la sección transexual de la Asociación LGTB Arcoiris en Tegucigalpa, con lo que su militancia y lucha la convertían en un personaje público. “Me dijeron en televisión que iban a por mí”. En febrero de 2012, Alexandra tomó la determinación de salir de Honduras. “Mi madre me dijo que prefería verme lejos a verme muerta”.

En muchos países de centroamérica, visibilizar que se es una persona LGTB supone un serio riesgo para la supervivencia, ella misma reconoce que tuvo que identificar “más de cien cuerpos de compañeras de la asociación muertas, decapitadas, violadas y apuñaladas”. “Tras el golpe de estado de 2009, desde el Gobierno se dijo: ‘Vamos a acabar con la lacra de Honduras’. Yo pensé que se trataba de los pandilleros, aunque al final resultamos ser los transexuales”.

Una vez en España, el camino de Alexandra no fue nada fácil. “Me detuvo la policía y me hicieron preguntas para reírse de mí, que si llegaba como chico y no como chica. Me dijeron que ni asilada ni nada, que venía a España a prostituirme”. Pero todo cambió gracias a un abogado de oficio que reparó en ella cuando estaba retenida en el aeropuerto: “Me dijo que podía pedir asilo con un documento que respaldase que estaba siendo perseguida”. Asi que denunció tal persecución y solicitó asilo.

Manuel Ródenas, miembro del área jurídica del Programa LGTB de la Comunidad de Madrid, ha destacado que “España es centro receptor de población migrante por razones de orientación sexual”. Sólo en Madrid, “el 60% de la población transexual proviene de otro país”.

“En Madrid recibimos personas de 60 nacionalidades diferentes. Vienen porque piensan que aquí la sociedad es mucho más tolerante y hay un espacio de libertad”. Este programa “tiene en cuenta el origen cultural de la persona solicitante de asilo”, ya que “la población transexual es un grupo muy heterogéneo”. Según Ródenas, “cuando llegan a España pueden sufrir la misma discriminación que en sus países de origen”.

La singular venganza de una mujer al amante de su marido

Un hombre de 51 años de un pueblo de Granada comenzó a recibir llamadas de teléfono de otros varones haciéndole proposiciones deshonestas

Primero hubo cama, supuestamente con sexo, y después vino la venganza servida en plato frío. Un hombre de 51 años de un pueblo del cinturón metropolitano de Granada comenzó a recibir llamadas de teléfono de otros varones haciéndole proposiciones deshonestas para mantener relaciones sexuales. Cuando recibió la primera llamada debió de pensar que se trataba de un error. La segunda vez que sonó el teléfono con otra persona de su mismo sexo invitándolo a mantener encuentros homosexuales, comenzó a plantearle ya ciertas dudas. La pregunta que se hizo fue, ¿por qué últimamente se equivoca tanto la gente con mi número de teléfono? El colofón a su sospecha fue cuando su móvil sonó por décima vez con el mismo tipo de propuestas.

Esta víctima de tanta broma pesada decidió dirigirse a un puesto de la Guardia Civil para denunciar lo que le estaba ocurriendo desde hacía unas semanas. Cansado de tanto cachondeo comenzó a sospechar que tantas llamadas con los mismos fines o propuestas sexuales igual no obedecían a un error, sino a una acción malintencionada, por lo que decidió poner el tema en manos de los investigadores del instituto armado.

Delitos contra el honor y suplantación de identidad

El primer hallazgo fue detectar que el teléfono de la víctima figuraba en una página de contactos donde se ofrecían servicios sexuales masculinos. Lo siguiente fue encontrar la dirección IP del ordenador para saber desde qué domicilio se insertó el anuncio de contactos en la página web donde figuraba el teléfono de la víctima. Una vez efectuadas las correspondientes comprobaciones, los investigadores se personaron en la casa de una mujer que reconoció haber sido ella quien insertó el anuncio en la página de contactos ofreciendo sexo a nombre de la víctima. Y lo hizo porque presuntamente el hombre afectado se había acostado con el marido de esta mujer y quería vengar ese hecho.

La Guardia Civil le ha imputado un delito contra el honor y otro de suplantación de identidad. El anuncio ha sido borrado de la web y la venganza al amante del marido le ha salido cara a esta mujer que está en espera de juicio.