La primera medicina para el sida cumple treinta años: el AZT daba 12 meses de vida a los enfermos

Jancho contrajo el VIH en los años ochenta del siglo XX / Marta Jara.

Impacta escuchar al doctor Juan Carlos López Bernaldo de Quirós, en su despacho del Hospital Gregorio Marañón en Madrid, describir cómo se topó cara a cara con el sida por primera vez: “Era un paciente adicto con tuberculosis diseminada, con ganglios. Un cuadro muy diferente al que estábamos acostumbrados a ver habitualmente.”

Jancho y María José son dos de los supervivientes del sida en los años ochenta. “A partir de 1983 la información iba llegando pero tampoco prestábamos mucha atención”, recuerda Jancho. “Hablaban siempre de grupos de riesgo y en temas de discriminación había auténticas barbaridades. Era un bombardeo tan intenso que casi preferías no saber nada. Lo único que pensabas es que eso estaba allí, no sabías lo que era, la gente se moría y te iba a tocar a ti.”

Estando ingresada por una hepatitis C en 1986 fue cuando María José leyó en un periódico algo sobre esta nueva enfermedad. Desde 1981 a 2014 murieron en España por VIH y sida más de 57.000 personas, según el recuento del Ministerio de Sanidad.

Rafa y Paco son otros dos supervivientes. “Me contagié por desconocimiento, por nerviosismo, por falta de información”, cuenta Rafa. “Fue en el 88. El cabrón de mi médico de cabecera me soltó: tienes el sida. Delante de mi madre.”

Paco se contagió tres años antes: “En el 85 nadie sabía nada. No se hablaba ni de preservativos. Me hice la prueba y la doctora no sabía ni cómo decírmelo.” El discurso de ambos desemboca por coincidencia en el lugar donde comenzaron a ver la luz: la madrileña Clínica Sandoval.

La histeria de los ochenta

“La primera noticia la descubrí en un artículo de la revista médica The Lancet“, asegura el doctor López Bernaldo de Quirós, viajando al principio del todo. “Debía ser el año 82. Describían una serie de pacientes homosexuales que tenían sarcoma de Kaposi. Los primeros casos oficiales de este tipo que cuenta el Centro de Enfermedades Contagiosas son en 1981 en San Francisco y en Nueva York.”

Todavía con la memoria desgraciadamente fresca, el facultativo del Gregorio Marañón denuncia la histeria de los ochenta: “El estigma social era muy grande incluso en la clase médica. Si pedía a un compañero del hospital que hiciera una broncoscopia a un paciente mío o que le llevara a la UVI, se negaba. Cuando pedías una analítica, la marcaban con un círculo rojo porque era un paciente con sida.”

Su versión en primera persona confirma la definición del sida como sentencia de muerte. “Teníamos 31 camas y todos los días se morían uno o dos pacientes. Gente muy joven. Desde el diagnóstico hasta la muerte pasaban habitualmente dos años.”

En los hospitales, como bien remarca Jancho, “la gente estaba sola. A muchos ni la familia les iba a ver. Por miedo, y también porque el sida se vivía en secreto.” Y pone el foco también en las cárceles: “Chavales de treinta y tantos años que pesaban treinta y tantos kilos. Solo los sacaban cuando estaban a puntito de morir para que no contabilizara como un fallecido en prisión.”

La Clínica Sandoval, en la que han coincidido muchos de los supervivientes, es un centro casi centenario que comenzó luchando contra la sífilis y en los ochenta se reinventó volcándose contra el sida. Sus congeladores guardan miles de muestras de suero sanguíneo de pacientes seropositivos de aquellos años de paranoia.

“En el año 85 se comercializa la prueba, un cambio sustancial”, señala Jorge del Romero, actual director del centro, en la lucha desde el minuto cero. “Al principio no había ningún tratamiento, no había nada. Hasta que apareció en 1987 el primer medicamento, el AZT que aumentaba la esperanza de vida un año. Salió tras ensayos realizados a toda velocidad bajo una presión social brutal porque había que dar alguna respuesta”, rememora.

Durante esos años anteriores al primer medicamento, los días eran precipicios. “El mensaje era buscar la mejor salida posible”, relata Del Romero, con un dolor en los gestos que todavía no se va. “Consejo preventivo para intentar evitar la transmisión, e intentar meter a los pacientes en cualquier estudio de los que se estaban haciendo entonces.”

En varios de esos estudios participó María José, diagnosticada en 1989, que reconoce la suerte que tuvo al ponerse en manos del doctor Bonaventura Clotet en el Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona. Jancho suma a todo eso además el hecho de cuidarse al máximo con una alimentación que estimulara las defensas.

En 1987 se contabilizaron 433 fallecimientos. A partir de ahí se registró una escalada a toda velocidad: un año después se doblaron las muertes. Para 1990, Sanidad recontó más de 2.000. En 1995 se llegó al pico anual de 5.857 personas muertas por VIH o sida.

El tratamiento combinado

“1996 marca un hito por los medicamentos nuevos y por la prueba de la carga viral”, explica Jorge del Romero, “para saber cuántas copias de virus tenía una persona en la sangre, antes del tratamiento y después. El objetivo era bloquear la replicación del virus y con esta prueba ya lo podías saber. Llegar a 1996 con vida fue crítico, pero los que llegaron avanzaron ya por la fase de la eficacia.”

“Eran la unión de tres medicamentos”, indica López Bernaldo de Quirós desde el Gregorio Marañón. “Hasta entonces, tras la mejora inicial, el virus se hacía resistente y el paciente comenzaba a caer. Con el tratamiento combinado, se empieza a controlar la replicación del virus y las mutaciones, y las defensas aumentan.”

Carmen, otra superviviente diagnosticada en 1991, entona en voz alta un lamento común: “No todos lograron aguantar y aprovechar los beneficios de los nuevos tratamientos. Por el camino se ha quedado mucha gente.” Y menciona también la huella física de aquel proceso de 18 pastillas diarias: “He oído a muchas personas decir que no sabían qué era mejor: si morirse o desfigurarse.”

“Íbamos a ciegas. Hemos hecho juntos el camino, los médicos y los pacientes. Y hemos aprendido y errado juntos también” recapitula el director de la Clínica Sandoval. Y menciona, como honesto homenaje, a dos de los primeros compañeros de viaje: “Les reclutamos para el estudio pionero internacional sobre el AZT. No sobrevivieron, pero durante unos meses mejoraron.”

El contagio de VIH entre heterosexuales representa ya el 42% de los nuevos casos

Su índice de diagnósticos en Euskadi se acerca a la transmisión entre hombres que tienen sexo con hombres, que aún es la forma mayoritaria de infección

Desde hace lustros, y gracias a los fármacos retrovirales, el sida ya no es sinónimo de enfermedad mortal. No existe ese miedo a la muerte segura, como en los 80, cuando el virus se llevaba a la tumba a pacientes que habían sido diagnosticados un par de meses antes. Una terrible realidad que, afortunadamente, no tiene nada que ver con la actual, en la que se muere con VIH, no de VIH.

Un avance que ha podido derivar en una relajación en las medidas de prevención, como puede ser el uso del preservativo, la forma más eficaz, sencilla y sin efectos secundarios para frenar las infecciones de transmisión sexual. Los últimos datos del VIH en el País Vasco evidencian la dificultad para reducir los contagios. El año pasado se contabilizaron 158 nuevos diagnósticos en Euskadi, lo que supone un repunte respecto a 2015, cuando se registraron 151. En 2014 se contabilizaron 155 y, un año antes, 142.

De los nuevos casos, el 66,5% de los casos corresponden a Bizkaia, el 20,9% a Gipuzkoa y el resto a Álava. La mayoría de las detecciones se produjo, por tanto, en hospitales vizcaínos, según recoge el informe del Plan vasco del Sida de Osakidetza de 2016, que desvela una tendencia novedosa, y es que crece la transmisión por vía heterosexual.

Lejos quedan los tiempos en los que el virus se contagiaba principalmente en entornos de consumo de drogas, a través del uso compartido de jeringuillas, por ejemplo. En la actualidad, esta forma de contagio representa el 6,3% del total. Porque, con diferencia, la sexual es la principal vía de transmisión y el contagio entre hombres que tienen sexo con hombres sigue siendo mayoritario. Aunque cada vez menos. El año pasado representó el 44,3% del total de nuevos diagnósticos, lo que supone un descenso respecto a 2015, cuando esta vía acaparó el 51,7% de los contagios. Por contra, sube la transmisión por vía heterosexual, que en 2016 motivó un 42,4% de los nuevos casos, frente al 38,4% del año anterior.

La vía de transmisión varía por géneros. Así, entre los hombres, el año pasado la mayoría (55,6%) se contagiaron por tener relaciones con otros hombres, el 31,7% tras tener relaciones heterosexuales y el 7,1% por inyectores de drogas infectados. En el caso de los nuevos diagnósticos en mujeres, el 84,4% fueron consecuencia de relaciones heterosexuales, y el 3,1% por inyectores de drogas.

Del total de casos detectados, un porcentaje residual se debió a situaciones como la transmisión vertical del virus en un niño nacido en Euskadi, de madre de origen inmigrante que no había sido tratada durante el embarazo.

Entre otros aspectos, el informe destaca también que el 43,7% de las nuevas infecciones registradas en Euskadi corresponden a personas originarias de otros países, principalmente latinoamericanas y africanas, cuando estos colectivos suponían el 34,4% en 2015.

Más deterioro

La del VIH es una dolencia mayoritariamente masculina: casi el 80% de las nuevas infecciones corresponden a hombres, que tenían una edad media de 39,1 años cuando fueron diagnosticados. En 2015, esta media se situaba en los 38,2 años. Que la enfermedad se detecte a esa edad no significa que se haya contraído poco antes, ni mucho menos. Muchos infectados conviven con el virus años sin saberlo, un hecho que está derivando en diagnósticos tardíos, un aspecto que va a más y que preocupa especialmente a los responsables sanitarios y a las organizaciones surgidas en torno a la enfermedad. Más de la mitad, el 52,5%, de las nuevas infecciones fueron detectadas tarde, en personas que tenían menos de 350 CD4, que son las células del sistema inmunológico que ponen de relieve las defensas de estas personas. Lo habitual es tener más de 500 y cuanto más disminuye el número, más avanza la enfermedad.

Los expertos insisten en los problemas que plantea el diagnóstico tardío. Por una parte, para la propia persona afectada por VIH, ya que cuanto más precoz sea la detección menos deterioro habrá causado en su cuerpo el virus. Además, cuantos más años esté contagiado sin saberlo, será más probable que pueda transmitirlo a otras personas.

Profilaxis previa

En este contexto, hace tiempo que los expertos y propios enfermos vienen reflexionando, no solo en Euskadi, acerca de la necesidad de nuevas herramientas para fomentar la prevención y la protección. Una de ellas es las profilaxis previa a la exposición, de la que últimamente se habla mucho. Se trata de una estrategia de prevención en personas sanas con riesgo de contagio y se centra en la administración del fármaco ‘Truvada’, una combinación de antirretrovirales que se ha venido empleando para el tratamiento del VIH.

Estados Unidos lo autorizó en 2012 y desde entonces se han hecho una serie de estudios en personas sanas. Algunos de ellos hablan de un alto porcentaje de eficacia, del 90%, a la hora de prevenir la infección si se toma correctamente. Se puede tomar de dos formas: o bien una pastilla diaria cuando se mantengan relaciones sexuales de forma continuada; o también se puede tomar de forma planificada, es decir, antes y después de tener relaciones sexuales.

Esta misma semana ha trascendido que Barcelona tendrá el primer centro europeo especializado en el uso de este medicamento en personas sanas como medida preventiva, impulsado por el centro comunitario BCN Checkpoint, que diagnostica el 40% de los casos detectados en Cataluña. En declaraciones a Europa Press, el director de BCN Checkpoint, Ferran Pujol, explicó que el proyecto prevé abrir sus puertas en septiembre para hacer un control y seguimiento a las personas que ya usan la Prep (denominación oficial de la profilaxis pre-exposición), que está aprobada por la Agencia Europea del Medicamento pero cuyo uso aún no ha sido regularizado en España.

Será un centro que «se dedicará a la distribución y el control de la Prep» una vez esté aprobada por el Ministerio de Sanidad, explica Pujol, tras añadir que se trata de una iniciativa privada, pero espera que la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona se impliquen para acabar con la epidemia del VIH en Barcelona.

Acusadas 53 personas en Nigeria por organizar un matrimonio gay

  • Se les acusa de conspiración, reunión ilegal y pertenencia a un grupo anti social
  • Desde 2014, una ley condena la convivencia entre personas del mismo sexo

En el estado de Kaduna, al norte de Nigeria, 53 personas han sido llevadas a juicio esta semana acusadas de haber organizado un matrimonio entre homosexuales.

“Los sospechosos fueron detenidos el 15 de abril en un motel”, ha explicado el senador Mahmud Bello, y “se les acusa de conspiración, reunión ilegal y de pertenencia a un grupo anti social”.

Según el escrito de acusación, “la policía detuvo a un grupo de personas que estaban preparando la celebración de un matrimonio homosexual en un hotel de Zaria, entre Faruk y Sanusi”.

Los acusados, dos hombres de 20 y 30 años, fueron detenidos después de ser denunciados, probablemente, por un empleado del hotel en el que se encontraban. El miércoles declararon ante el Tribunal de Justicia de Zaria, donde defendieron su inocencia y fueron liberados bajo una fianza impuesta por el juez Auwal Musa Aliyu, que aplazó el proceso hasta el 8 de mayo.

El ex presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, impulsó en 2014 una ley que condena no sólo al matrimonio homosexual, sino también la “convivencia entre personas del mismo sexo“, y que contempla penas de entre 10 y 14 años de prisión para toda exposición pública de “relaciones amorosas entre personas del mismo sexo”.

Nigeria es un país fuertemente religioso y con un sentimiento homófobo exacerbado por parte de cristianos y musulmanes. Hasta el momento, jamás se ha condenado a personas por su homosexualidad, pero la la ley vigente creó “un sentimiento de miedo y de exceso celo” hacia las fuerzas de seguridad, según Wendy Isaack, especialista de las cuestiones de género para Human Rights Watch.

Un grupo religioso amenaza con boicotear una obra gay sobre la Biblia en Atlanta

La comedia ‘La historia más maravillosa jamás contada’ plantea el Antiguo Testamento desde la perspectiva de dos parejas homosexuales

Los actores de ‘La historia más maravillosa jamás contada’ OUTFRONT THEATER

La obra se estrenó por primera vez en Nueva York en 1998, pero hasta ahora no había sufrido un rechazo similar. La historia más maravillosa jamás contada es una comedia de Paul Rudnick que plantea la narrativa del Antiguo Testamento a través de la mirada de dos parejas homosexuales —Adam y Steve, Jane y Mabel— y casi 20 años después se ha topado con la oposición de organizaciones religiosas que amenazan con boicotear su presentación.

“Línea tras línea, Rudnick puede ser el escritor más divertido en los escenarios de Estados Unidos ahora mismo”, escribió The New York Times cuando se estrenó la obra en el circuito paralelo de Broadway. Pero ahora un teatro de Atlanta especializado en obras escritas e interpretadas por artistas de la comunidad LGTB se ha topado con una petición firmada por más de 42.000 personas. La solicitud amenaza con hacer todo lo posible para impedir que el día 27 de abril se suban al escenario si no cancelan el estreno.

“Rechazo profundamente la presentación de la obra blasfema ‘La historia más maravillosa jamás contada’ que, entre otras blasfemias, se refiere a la Virgen María como una lesbiana. Por favor cancelen el espectáculo”, asegura el texto difundido por la organización conservadora América Necesita a Fátima. “Si continúan con esta presentación, pediremos a todos los Católicos que se opongan fervientemente, en paz y a través de las leyes, y que se sumen a una manifestación lo más grande posible”.

El director de la obra, Paul Conroy, ha declarado a una publicación artística de Atlanta que están desbordados por la avalancha de correos electrónicos y llamadas —dirigidas en algunos casos a sus cuentas personales— que muestran su rechazo a la obra. Conroy asegura que algunos de los mensajes hacen alusión a su familia y a cómo creció, mientras que otros “dicen que somos asquerosos y que iremos al infierno”.

Conroy atribuye parte del rechazo a la obra al hecho de que en anteriores ocasiones —su último estreno fue en 2007—, Internet carecía de la fuerza y la capacidad de convocatoria que tiene ahora. La organización que ha convocado la protesta y que amenaza con piquetes el día del estreno, es un grupo religioso conservador con sede en Pensilvania y que puede lograr que se censure una obra a más de 1.100 kilómetros de distancia. Como tarjeta de presentación para esta iniciativa presumen además de haber organizado miles de concentraciones para protestar en 2006 contra el estreno de la película El Código Da Vinci.

Almodóvar y Amenábar, contra la opresión de los gays en Chechenia

Pedro Almodóvar y Alejandro Amenábar, en una imagen reciente. GTRES

Enfrentados en el pasado por una rivalidad que se inventaron algunos medios, Pedro Almodóvar y Alejandro Amenábar han unido fuerzas para denunciar la situación del colectivo LGTBI en Chechenia, donde, tal y como desveló hace unos días el diario de la oposición ‘Nóvaya Gazeta’, se han levantado campos de concentración para apresar y torturar a homosexuales. Los dos cineastas han decidido encabezar la manifestación que que tendrá lugar este viernes 21, a las 20:00 horas, a las puertas de la Embajada de Rusia en Madrid, situada en la calle Velázquez.

Como apunta la organización de esta concentración pacífica, Almodóvar y Amenábar pedirán “al Gobierno de España y al Parlamento Europeo que tomen acción, investigando y frenando estos supuestos crímenes contra los Derechos Humanos”. Para ello, ambos leerán un manifiesto, así como cartas de las víctimas que han logrado escapar de las persecuciones que se están produciendo en esta república de la Federación Rusa.

En las puertas de la Embajada Rusa en la capital se solicitará una investigación internacional para comprobar “si estos hechos si reales y, en tal caso, que se ofrezca asilo político a las personas LGTBI en suelo europeo, donde puedan vivir con el respeto y dignidad que merecen”. En definitiva, se exigirá que “se tomen medidas urgentes contra esta supuesta violación de los Derechos Humanos”.

Esta protesta es una iniciativa del publicista Juan Carlos Rodríguez Morante -antiguo diseñador de moda- y está impulsada con la ayuda de Víctor Alonso, nombre real del fotógrafo y DJ Pepino Marino. Además de los anteriormente mencionados Pedro Almodóvar y Alejandro Amenábar, se espera que el viernes 21 se den cita otras personalidades del mundo de la política y la cultura.

 

 

La persecución de gais en Chechenia y la expansión de la cultura machista de Moscú

El hostigamiento a homosexuales no es un residuo de una sociedad tradicional de corte medieval, sino el último capítulo de los abusos que sufren los ciudadanos de la Federación Rusa

PILAR BONET

La policía rusa detiene a un activista de los derechos de los gais en una manifestación en San Petersburgo en mayo de 2016. FOTO: GETTY / VÍDEO: REUTERS

 

En las sociedades tradicionales del Norte del Cáucaso se mantienen aún, con diversos grados de arraigo, costumbres arcaicas que sobrevivieron a las campañas de la Unión Soviética contra los “vestigios del modo de vida tribal”. Alguno de esos “vestigios”, como las venganzas trasmitidas de generación en generación, los raptos de novias, las bodas forzadas o el cruel castigo de la “deshonra” familiar, todavía se dan en las comunidades autóctonas del sur de Rusia. Según los usos ancestrales, el varón cabeza de familia tenía potestad, por ejemplo, para juzgar a una hija o una hermana por su “comportamiento ligero” (como relaciones sexuales extramatrimoniales) o a un hijo o hija de orientación sexual no reconocida. Los “castigos” para salvar el “honor” de la estirpe se ejecutaban en secreto en la familia, que mataba a la (el) culpable de la deshonra y mantenía sobre ello un silencio sepulcral. El poder soviético, si llegaba a descubrir los crímenes, los perseguía en el marco del Código Penal. Lo mismo pueden (y deben) hacer hoy las autoridades rusas.

Por ocurrir fuera del entorno familiar arcaico, la persecución de gais en Chechenia, tal como denunciaron distintas fuentes en las últimas semanas, no puede considerarse como residuo de una sociedad tradicional de corte medieval, sino más bien como el último capítulo de los abusos que sufren los ciudadanos de la Federación Rusa (con independencia de su orientación sexual) a manos de quienes ejercen el poder en aquella república del Cáucaso y lo hacen, de forma arbitraria y a menudo en contra de la ley de la Federación Rusa, según explican dos fuentes chechenas.

”En el pasado perseguían a los muchachos para obligarles a confesar que eran radicales islámicos, en parte para mejorar las estadísticas policiales y ascender en la jerarquía y en parte para conseguir un rescate de sus familiares por liberarlos. Ahora, que los radicales islámicosse fueron a luchar a Siria, los órganos policiales siguen haciendo lo mismo y apresan a jóvenes acusándoles de ser homosexuales, algo que la sociedad local considera una vergüenza y un tabú”, manifestaban las fuentes antes mencionadas.

Como ejemplo, contaban el caso de un joven de 19 años, Vaja (nombre ficticio), y tres amigos suyos, detenidos hace unos meses cuando jugaban con ordenadores en un local en Grozni. Ninguno de ellos era homosexual, pero fueron torturados para que confesaran serlo, afirman los interlocutores. Vaja fue liberado gracias a las influencias de su familia, que no está dispuesta a denunciar el caso por miedo a sus dirigentes y a la opinión pública local. “La gente calla porque vivió los horrores de la guerra —la suma de las arbitrariedades de los representantes de Moscú y de los dirigentes locales que temporalmente aplicaron la ley islámica— y teme el retorno de aquella época, pero mientras tanto se ha creado un régimen que se inmiscuye en la vida del ciudadano, que entra en su casa y le impone su voluntad”, afirmaban las fuentes, que recordaban cómo hace unos años los milicianos, acompañados de mulás (sacerdotes islámicos), allanaban la morada de las chicas que les gustaban y las obligaban a contraer matrimonio, el cual era registrado de inmediato por el mulá acompañante.

Hubo bandas que se dedicaron a “cazar” mujeres con la cabeza descubierta para obligarlas a ponerse el pañuelo y la normativa vigente hasta hoy en la Universidad de Grozni impone falda larga y pañuelo a las estudiantes, recuerdan las fuentes consultadas. También evocaban a las mujeres que aparecieron muertas en los alrededores de la capital chechenia en 2008 “castigadas” aparentemente por su “vida disoluta”. Todos estos sucesos responden, según los interlocutores, a la selección negativa que ha encumbrado al poder a gente inculta, pero prepotente y codiciosa.

Esta élite juega a su antojo con tres conceptos: la sharia” (ley islámica), el adat (conjunto de usos tradicionales) y la legislación de la Federación Rusa. Con la ambigüedad del marco legal jugaban también los dignatarios islámicos que el pasado fin de semana se reunieron en la mezquita de Grozni para condenar a los periodistas de Nóvaya Gazeta por sus informaciones supuestamente difamatorias sobre la persecución e internamiento de gais en Chechenia. La actitud de los mulás, que niegan la existencia misma de homosexuales en la República, es equiparable a una “bendición de la venganza” según Leonid Nikitinski, periodista experto en temas jurídicos.

El comité de investigación de la Federación Rusa ha abierto un expediente para comprobar si los dignatarios islámicos chechenos amenazaron de forma delictiva a los periodistas. No obstante, sorprende la tolerancia y la pasividad de las autoridades centrales rusas ante las reinterpretaciones de los “vestigios del pasado” en clave del régimen de Ramzán Kadírov, presidente de la República de Chechenia y hoy máximo representante del poder laico del Estado en Chechenia.

Para explicarlo, las fuentes consultadas hacen hincapié en tres puntos. El primero es la influencia de la cultura de corte “macho” y “militarista” que se difunde desde Moscú, con la imagen de Vladímir Putin como divisa, y que encuentra terreno abonado en los pueblos de origen guerrero del Cáucaso. En segundo lugar, el encauzamiento de la proyección internacional de Chechenia hacia las relaciones con Estados del Golfo, que en cierto modo se han convertido en un modelo nuevo de autorrealización para la élite local en sustitución de la independencia. Para finalizar, el ambiente de corrupción y otros fenómenos negativos que se dan en la Federación rusa y en Chechenia en grado acentuado. Este último punto lleva a los interlocutores a afirmar que Chechenia no es un caso aislado, sino un grado extremo de cuanto sucede en otros lugares del país.

Lucha por los derechos humanos

Svetlana Gánnushkina, directora del comité Ayuda Ciudadana, una entidad moscovita que socorre a refugiados y desplazados, afirma que “de forma episódica acuden a nosotros personas de orientación sexual no tradicional”. El primer caso que la veterana activista por los derechos humanos recuerda ocurrió hace unos cinco años, y su protagonista fue un muchacho checheno que hizo prácticas como voluntario en el comité. Cuando el chico tuvo confianza enseñó los mensajes que le enviaban su hermano y sus padres. “Le decían que volviera inmediatamente, que era un monstruo y un error de la naturaleza y eso que el chico ni siquiera tenía una pareja, solo que sus familiares entendían que tenía una orientación diferente y le exigían que se casara o se suicidara y limpiara la afrenta familiar”, cuenta Gánnushkina.

Historias semejantes se repitieron después con otras tres personas que Gánnushkina ayudó a trasladar a lugar seguro. Un caso reciente inquieta a la activista: una chica chechena perseguida que “desapareció” tras dirigirse hacia la Plaza Roja de Moscú, “pensando que allí nadie se atrevería a tocarla”.

“Desde octubre de 2016 he tenido que ayudar a cuatro personas perseguidas por su orientación sexual; dos de ellas están en países seguros y a los otros dos les he perdido la pista”, comenta la activista, cuyas exhortaciones a no matar a quienes tienen otra orientación sexual han encontrado reacciones preocupantes en Facebook, incluida la comprensión para el asesinato de gais. “Amigos, colegas y gente próxima con quienes nunca tuve diferencias sobre la violencia que se ejercía en Chechenia durante muchos años, consideran ahora que los debates sobre una nueva oleada de violencia son una ofensa para el pueblo checheno, porque se trata de un grupo cuya existencia se niega”, escribe Gánnushkina. “Estas personas existen, existen en todas partes y existen en Chechenia, y eso no la convierte en Sodoma y Gomorra”, sentencia.

Uno de cada tres homosexuales españoles dice haber maltratado a su pareja del mismo sexo

La primera gran encuesta sobre violencia intragénero denuncia “una realidad escondida”. El colectivo LGTBI reclama las mismas medidas de protección que las víctimas de violencia de género.

El buzón de Ana María y Pilar en el 8 del Pasaje de San Bernat del barrio del Raval. David López Frias

El pasado 14 de abril se cumplieron ocho años del primer asesinato en el seno de un matrimonio homosexual en España: Manuel de 34 años murió en Adra (Almería) después de que su marido le asestase al menos una puñalada a la altura del cuello. Ante el trágico aniversario, este Viernes Santo el colectivo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) COLEGAS pidió -de nuevo- visibilizar la violencia intragénero, “un gran tabú dentro de nuestra sociedad”. Y tan sólo 48 horas después, otro caso. Pilar (57 años), asesinada a cuchilladas a manos de su novia Ana María (52 años) en el Raval de Barcelona. Un negro episodio que tan sólo muestra la punta del iceberg de “una realidad escondida”: la violencia entre parejas del mismo sexo.

Una lacra que afecta a una de cada tres parejas de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales en España, según el mayor estudio sobre violencia intragénero elaborado hasta la fecha y a cuyos resultados ha tenido acceso EL ESPAÑOL. Del informe realizado por la asociación COGAM, que tiene como muestra 900 personas LGTBI -de las cuales el 95% son residentes en España-, se desprende que el 30% de homosexuales reconoce haber ejercido violencia contra su pareja del mismo sexo. Los hombres que admiten haber tenido relaciones de pareja en las que ha habido este tipo de violencia son el 26,56%, mientras que las mujeres son el 33,85%. Según un estudio de la Unión Europea, el 22% de las mujeres españolas mayores de de 15 años han sido víctimas de violencia física o sexual durante su relación heterosexual.

Es una realidad que no se está visibilizando. Hay muy pocas denuncias porque la comunidad LGTBI tiene miedo a denunciar: no hay protección. No hay un 016 al que llamar”, explica a este diario Isabel González, psicóloga forense y autora del estudio que será presentado completo en las próximas semanas. Un trabajo que se ha nutrido a su vez de informes anteriores y tesis anteriores como la de  Antonio Ortega, que evaluó a 1.475 hombres gays españoles.

En cuanto al perfil de los encuestados, el 50% de ellos tiene una edad comprendida entre los 20 y 30 años y uno de cada dos dispone de estudios superiores (grado o posgrado). Además, el 82% de los 900 encuestados reconoce haber vivido situaciones homófobas. En cuanto al tiempo que permanecen en la relación sentimental en la que se ha ejercido la violencia -en la mayoría de casos predomina la psicológica frente a la física-, el 80% asegura que oscila entre uno y tres años, tal y como se desprende de las cifras consultadas.

El estudio pionero en nuestro país también explica que un 84% ha intentado romper la relación una vez se ha ejercido la violencia. “Hay una mayor concienciación entre el colectivo LGTBI, aguantan menos que las mujeres que son víctimas de la violencia de género”, analiza la autora del estudio de COGAM. Sin embargo, los datos también arrojan un dato “preocupante”: el 16% de las víctimas de violencia intragénero decide continuar la relación. “Los motivos que alegan para haber continuado en esta relación son en su mayoría dependencia, miedo a las consecuencias y amor y los síntomas que han tenido han sido ansiedad o angustia, ganas de llorar sin motivo y tristeza pensando que no valían nada”, asegura.

¿MODIFICAR LA LEY O UNA NUEVA?

Ante esta “realidad escondida” asociaciones de gays y lesbianas han vuelto a alzar la voz para pedir que se equipare la violencia intragénero con la de género. En la actualidad, la ley de Violencia de Género de 2004 se refiere a la violencia -física o psicológica- que sufre la mujer en el seno de la pareja por parte del varón, mientras que la ley de Violencia Doméstica de 2003versa sobre la que sufre el varón por parte de su cónyuge, excónyuge, padres o hijos o la mujer por parte de sus padres o hijos.

Así, ¿los colectivos LGTB son partidarios de modificar la ley integral de José Luis Rodríguez Zapatero para incluir este tipo de violencia o prefieren una nueva legislación? Desde COGAM prefieren hablar de una nueva legislación impulsada de manera urgente que abarque la violencia en parejas homosexuales. En la misma línea, desde COLEGAS exigen que la violencia intragénero entre parejas de gays y lesbianas no siga considerándose como doméstica y “de segunda categoría” por más tiempo. “Exigimos las mismas medidas y recursos que actualmente son ofrecidos a las mujeres víctimas de la violencia de género”, afirma el presidente de esta asociación LGTBI, Paco Ramírez. “Ni más ni menos. No queremos estar más tiempo discriminados y desprotegidos”, añade.

Chechenia, el Guantánamo ruso de los gays

Un manifestante le propina un puñetazo en 2013 a un activista gay por los derechos LGTB en Moscú. AFP

En el sur de la Federación de Rusia los gays son cazados y torturados mientras Moscú mira para otro lado. Esta vez los castigos no vienen de grupos de gamberros o radicales descontrolados. Según ha publicado un periódico ruso, es el Gobierno checheno -protegido y financiado por el Kremlin- el que está llevando a cabo esta “limpieza” con la pasividad cómplice de la población local.

Más de 100 gays han sido arrestados por las autoridades de la república rusa de Chechenia. De algunos de ellos no se sabe si están escondidos, detenidos o muertos. El diario ruso Novaya Gazeta ha denunciado incluso la existencia de campos de detención para este colectivo, basándose en el testimonio de personas que han escapado: “En cada interrogatorio nos golpeaban para sonsacarnos nuestra red de contactos, pues piensan que al ser homosexuales todo nuestro entorno también lo es”. De primer plato descargas eléctricas. De segundo, palizas con palos de madera. Todo ello regado con insultos por su condición de ‘sodomita’.

Las autoridades chechenas han rechazado estas informaciones con un argumento impactante: un portavoz del líder checheno, Ramzan Kadirov, insistió en que en Chechenia no hay homosexuales. “Si personas así existiesen en Chechenia, la ley no tendría que preocuparse por ellas ya que sus parientes los habrían enviado a un lugar del que nunca regresarían”, ha dicho el portavoz de Kadirov, Alvi Karimov, en un comunicado.

Hace tiempo que el Gobierno checheno pone a prueba con sus maneras medievales los límites del aguante de Moscú. Durante los últimos años se ha denunciado el acoso y humillación de los disidentes, los ataques a mujeres por no llevar ‘hiyab’, los alegatos a favor de la poligamia y hasta amenazas a los cuerpos de seguridad rusos si se inmiscuyen en asuntos internos de esta región sin permiso.

Ahora la furia se ha vuelto contra los que han denunciado estos desmanes. Justo tras la publicación del reportaje, miles de religiosos y miembros de la alta sociedad chechena se congregaron en la mezquita más grande de Grozny para anunciar una yihad contra los periodistas del diario. “El ministro de Información se ha dirigido a ese periódico mediante una carta abierta pidiendo que se disculpen por haber sugerido que existen gays y que dejen de denunciar amenazas o podría pasarles algo”, denuncia Tanya Loshkina, responsable de Human Rights Watch en la oficina que esta ONG tiene en Moscú.

En un comunicado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha exhortado al Gobierno ruso a que “ponga fin a la persecución de personas que son percibidas como gays… las cuales viven bajo un ambiente de temor azuzado por las proclamas homófobas de las autoridades locales”. El problema es que la sociedad chechena, de mayoría musulmana, es en general muy conservadora y a la vez antigay. Tener un pariente gay es una mancha que afecta a toda la familia, por eso el entorno es de poca ayuda.

“Sabemos de cuatro prisiones secretas. Dos se encuentran en Grozny, la capital chechena, y hay una en Argún, donde tenían detenidos a gays… allí les golpeaban, torturaban y asesinaban”, ha dicho la periodista Elena Milashina a la BBC. Irina Gordienko, otra de las periodistas que ha investigado para Novaya Gazeta, confirma a este periódico el acoso que sufren ahora por haberlo denunciado: “Sí, hemos recibido amenazas, pero el nivel de violencia en el país en los últimos tres años ya había aumentado de forma espectacular”.

Barcelona tendrá el primer centro europeo especializado en la pastilla preventiva del VIH

La PrEP está aprobada por la Agencia Europea del Medicamento pero aún no ha sido regularizada en España

El consejero de Salud Toni Comín ante la manifestación en favor de la PrEP, el pasado 1 de diciembre en Barcelona. CARLES RIBAS

Barcelona tendrá el primer centro europeo especializado en la pastilla de profilaxis previa a la exposición (PrEP) para prevenir el VIH, impulsado por el centro comunitario BCN Checkpoint, que diagnostica el 40% de los casos detectados en Cataluña. En declaraciones a Europa Press, el director de BCN Checkpoint, Ferran Pujol, ha explicado que el proyecto, bautizado como Barcelona PrEPPoint, se encuentra al lado del centro comunitario y está previsto que pueda abrir sus puertas el próximo septiembre, después de las obras que arrancarán este abril.

“Será el primer centro europeo con estas características”, ha sostenido Pujol, al explicar que este equipamiento hará un control y seguimiento a las personas que ya usan la PrEP, que está aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) pero aún no ha sido regularizada en España. El centro también acogerá estudios sobre esta pastilla, como el ensayo clínico internacional Discover, que en España impulsarán el BCN Checkpoint, el Hospital de Bellvitge y el Centro Sanitario Sandoval de Madrid, además de otras investigaciones en fase de ser aprobadas por el Departamento de Salud de la Generalitat. Será un centro que “se dedicará a la distribución y el control de la PrEP” una vez esté aprobada por el Ministerio de Sanidad, ha explicado Pujol, al añadir que se trata de una iniciativa privada, pero espera que el departamento y el Ayuntamiento de Barcelona se impliquen para acabar con la epidemia del VIH en Barcelona.

“Estamos retrasando tanto la puesta en marcha de la PrEP que resulta que todo el mundo está de acuerdo excepto la clase política”, ha criticado, mientras que cada día hay infecciones en personas más jóvenes que se podrían proteger, en concreto, BCN Chekpoint diagnostica entre tres y cuatro nuevos casos nuevos cada semana.

La PrEP, que reduce el riesgo de infección hasta un 90%, consiste en la administración de antirretroviarales a personas de riesgo para reducir la posibilidad de infección; está dirigida a gays, bisexuales, hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y mujeres transexuales. Se puede tomar de dos formas: o bien una pastilla diaria cuando se mantengan relaciones sexuales de forma continuada; o también se puede tomar de forma planificada, es decir, antes y después de tener relaciones sexuales.

La pastilla aprobada por la EMA tiene el nombre comercial de Truvada y combina dos fármacos _’Emtriva’ y ‘Viread’_, con bajo perfil de toxicidad. La mayoría de personas no experimentan efectos secundarios o si los presentan son leves

Colectivos LGTBI piden una ley para proteger a víctimas de violencia intragénero

El Observatorio Español contra la LGBTfobia y el colectivo Colega-Madrid han pedido hoy una ley con medidas de protección y recursos similares a los que se destinan a las víctimas de violencia de género

Miembros del observatorio LGTBfobia en una manifestación a favor de la comunidad LGTB/EFE

El Observatorio Español contra la LGBTfobia y el colectivo Colega-Madrid han pedido hoy una ley con medidas de protección y recursos similares a los que se destinan a las víctimas de violencia de género para que la violencia entre parejas de gays y lesbianas deje de ser “invisible” y “de segunda categoría”.

En un comunicado, ambos colectivos se han pronunciado así después del homicidio ocurrido ayer en Barcelona, donde una mujer de 53 años asesinó presuntamente a su pareja sentimental, otra mujer, de 57 años, tras una discusión en el barrio del Raval.

Según señalan en un comunicado, el desenlace “era esperable” por los vecinos, que asistían con impotencia a la violencia de una mujer sobre la otra, incluso denuncian haber visto en la fallecida “secuelas de violencia física a menudo”.

Sin embargo, indica Colega, la Policía no pudo intervenir en ninguna ocasión por falta de denuncia.

“La violencia doméstica o intragénero en parejas homosexuales es una realidad invisible y un gran tabú que sufren en silencio muchos gays y lesbianas en nuestro país, y que generalmente no se denuncia y no se contabiliza”, subraya el colectivo, que explica que estudios realizados en EEUU, Canadá o Australia establecen que las tasas de violencia en hogares gay-lésbicos son comparables o incluso superiores a los hogares heterosexuales.

Colega indica que el último estudio realizado por Richard Carroll, de la Universidad Northwestern de Chicago -publicado en septiembre de 2014-, indica que entre un 25 y un 75% de las parejas homosexuales son víctimas de violencia doméstica.
Por ello, señalan que no puede seguir considerándose “una violencia doméstica invisible y de segunda categoría por más tiempo” y exigen las mismas medidas y recursos que actualmente son ofrecidos a las mujeres víctimas de violencia de género, según destaca el presidente de Colega-Madrid, Paco Ramírez.

En esta línea, consideran que es necesario una ley que incluya mismas medidas de protección y la recopilación de estadísticas de las intervenciones policiales de violencia entre parejas LGBTi

Ambos colectivos han pedido, también, que se declare el 14 de abril como Día Nacional contra la Violencia Intragénero, en el marco de la campaña iniciada para hacer visible la violencia doméstica en parejas homosexuales.