‘Dogging’ o cómo practicar sexo en lugares públicos

Esta práctica, cada vez más extendida, consiste en practicar sexo al aire libre con la idea de que otros puedan mirar

sexo en coche-dogging

– ¡Hasta luego, voy a sacar al perro!

Esta podría ser una de las frases más utilizadas por los practicantes del dogging. Esta práctica, cada vez más extendida, consiste en realizar orgías o actividades sexuales, genitales y grupales, en espacios públicos, generalmente en lugares apartados y al aire libre, con la idea de que otros puedan mirar.

Parece que este movimiento comenzó en los parques de Reino Unido en los años setenta, donde sacar al perro era la excusa perfecta para contactar con personas, en este caso heterosexuales, que deseaban practicar sexo genital con desconocidos, siendo a su vez observados.

De ahí su nombre, dogging o cancaneo, haciendo referencia a este animal. Algunos también lo han denominado perreo, aunque no suele ser muy utilizado pues genera confusión con el baile sexual, el cual no tiene absolutamente nada que ver.

El boom cibernético del ‘cancaneo’

Internet ha sido sin duda la clave para la proliferación de esta práctica sexual cada vez más extendida. En menos de un segundo cualquier buscador de internet puede localizar unas 107.000 webs sobre dogging. En ellas se puede contactar tanto con otros doggers, como son denominados los practicantes exhibicionistas, como con los voyeurs, testigos o mirones. Tanto unos como otros, disfrutan y generan disfrute al otro bando.

Estas sirven también para facilitar fecha y hora del evento, así como para localizar los lugares apropiados para la práctica del cancaneo porque, aunque comenzasen en parques, actualmente podrían realizarse estasquedadas en baños públicos, jardines o aparcamientos, entre otros. Estos no son permanentes y las localizaciones van cambiando por temporadas, entre otras cuestiones para que no estén masificados los encuentros. Es bastante habitual también que se realice esta práctica dentro de los coches, de ahí que muchos atribuyan el origen de su nombre, no tanto al paseo canino, sino a la postura del perrito, que se suele considerar la más cómoda para practicar sexo dentro de un vehículo.

Igualmente, conocer los lugares facilita que no exista confusión y nos colemos en el evento que no nos corresponda. Un picadero sexual habitual, donde suelen reunirse los jóvenes, o no tan jóvenes, para realizar prácticas sexuales genitales generalmente en coches, con una persona conocida y sin desear mirones, en principio, no sería el lugar más adecuado para un dogger. Al igual que no lo sería tampoco una orgía de varones homosexuales, denominada como cruising, por ejemplo.

Pues el dooging, aunque pudiera parecer a simple vista que es un juego sin reglamento, no es así y estas webs te lo facilitan.

Otras reglas del juego que debería conocer

Comunicarse eficazmente es fundamental para que no existan confusiones y se pueda confiar y disfrutar sin altercados ni malas experiencias.

Por ejemplo, si el encuentro fuera en un aparcamiento al aire libre y se llevasen a cabo las prácticas sexuales dentro de coches, se podría ofrecer información a los voyeurs que deseen participar en la orgía, pues no todo tiene por qué estar permitido para ellos.

– Si los doggers dejasen las luces del coche encendidas informarían sobre su deseo de ser observados.

– Si quisieran que un tercero se uniera a ellos y participase del encuentro sexual, dejar la puerta del coche abierta sería lo idóneo para indicarlo de manera clara.

– Por el contrario, si no quisieran que nadie mirase ni se acercara o participase en el encuentro sexual, cerrar las puertas y ventanas del vehículo sería suficiente para enviar la información y ha de respetarse.

– Por supuesto, el uso del preservativo sería fundamental, si no obligatorio, para la seguridad de todos los participantes, ya que sería la única forma de prevenir la mayor parte de las enfermedades o infecciones de transmisión sexual.

– Otra cuestión de suma importancia, sería no ofrecer ningún tipo de dato personal por temas de seguridad, como el teléfono o la dirección, tanto en la web como en persona. Sí se podría facilitar un correo electrónico que no descubra su nombre y apellidos, pues suele ser la forma más utilizada para concretar nuevas quedadas.

– Y por supuesto, nunca acuda a estas citas con objetos de valor o vigílelos muy bien, en todo caso. Cuando se practica relaciones sexuales se convierte en presa fácil para los ladrones pues saben que está entregado al placer.

– Y por último, si piensa acudir a un evento de dogging, asegúrese de quenadie le sigue al finalizar el mismo.

¿Es el ‘dogging’ una parafilia?

Las parafilias se refieren a la excitación sexual como respuesta a objetos concretos o situaciones específicas. Suelen conllevar malestar y dificultad para excitarse si no se dan las condiciones adecuadas o existe daño a terceros. Si practicar el dooging, de voyeur o exhibicionista, no conllevase ninguno de estos aspectos, no tendría relevancia clínica y se consideraría únicamente una variante sexual.

Hay que matizar que, aunque hablemos de voyerismo, sería más acertado hablar de escopofilia, escoptofilia, escoptolagnia o mixoscopía en este caso, pues en estas se mira abiertamente y no de manera clandestina.

En cualquier caso, nos guste o no esta práctica, dicen que el saber no ocupa lugar y conocer todo lo relacionado sobre la sexualidad nos hace más libres para poder elegir. Por tanto, una vez realizada mi misión informativa…Hasta luego, que voy a sacar al perro ;)

John Irving: “La violencia contra las mujeres durará más que la discriminación contra los gays”

El novelista estadounidense presenta La avenida de los milagros, una novela sobre un niño criado en un vertedero de México que crece en un mundo de milagros, injusticias y extravagancias

John Irving, ayer en Madrid

John Irving, ayer en Madrid. JAVIER CUESTA

El médico de cabecera de John Irving es, desde hace tres décadas, su consultor literario. “Siempre le llevo mis personajes, le explico cómo los veo y lo que pretendo con ellos y le pregunto qué enfermedad y qué tratamiento puedo ponerles para conseguir esa personalidad”, cuenta Irving. “Esta vez me ha dicho que, en estos 30 años de dudas, nunca se lo había puesto tan fácil como con Juan Diego”.Juan Diego Guerrero es el protagonista de La avenida de los milagros (Tusquets), la nueva novela del escritor de Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra. Tiene 54 años “pero vive como si tuviera 10 años más y a veces, como si fueran 20 más”. Carga con un pie casi inútil desde adolescente, anda mal de tensión arterial y toma metabloqueantes, aunque no lleva con orden la dosis. Bebe cerveza, ni mucha ni poca, anda un poco melancólico y además, se ha metido en un viaje muy complicado desde NuevaYork hasta Manila vía Hong Kong, en el que, en contra de todo pronóstico, liga. Aparece una pastilla de Viagra en la mesilla del hotel. Esto va a acabar mal, Juan Diego. “La última frase de El mundo según Garp era ‘Todos somos casos terminales’. Con Juan Diego está muy claro eso. Es como Aschenbach en La muerte en Venecia, que va a Venecia, se encuentra con que hay cólera en la ciudad y es el único que no se da cuenta de que va a morir”, explica Irving. La muerte en Venecia, claro… Juan Diego, como el personaje de Thomas Mann: viaja a Manila para abandonarse a la nostalgia y la belleza y a morir en la humedad.Más referencias: podríamos pensar también en ‘Hijos de la medianoche’ de Salman Rushdie, o en los libros de Proust para explicar La avenida de los milagros. O en todas las novelas anteriores de Irving, porque lo suyo se le nota a la legua.Empezamos por el pequeño Marcel. El día que Juan Diego se hace un lío con las pastillas, le pasa lo de la magdalena: que empieza a vivir en sus recuerdos, que sus sueños son memoria y que la memoria le es mucho más intensa que la vigilia. “Desde el primer momento que vi esta novela como una historia completa, supe que la infancia iba a ser mucho más intensa que la vida adulta”.La vida de Juan Diego ha sido bastante singular. Su madre era una prostituta y su padre, who knows. Creció en un vertedero de Oaxaca y aprendió a leer solo. Vivía con una hermana que parecía retrasada pero que, en realidad, tenía telepatía. Estuvieron enrolados en un circo, pero, se algún modo, apareció en su vida una pareja de homosexuales (un jesuita estadounidense y un travestido mexicano) que adoptó a Juan Diego y lo llevó a Iowa. Se convirtió en escritor y tuvo mucho éxito, más o menos al nivel de John Irving. Se enamoró de su doctora pero no pudo ser y se quedó solo. No es difícil quererlo. “Las cosas que podemos imaginar son tan ciertas como las que vivimos en nuestro día a día ordinario. Vamos a ver: no tenemos ninguna certeza de que Sófocles matara a su padre o tuviera un hio con su madre; no nos consta que Shakespeare tratara con los reyes de Inglaterra pese a que escribió muy bien sobre ellos. Parece que ni siquiera viajó a Italia. Y Melville no tenía una sola pierna… Me acuerdo con la frase de W.H. Auden: ‘Para escribir hace falta observar, ser testigo’. Ser testigo no necesariamente significa lo mismo que hacer”Hijos de la medianoche viene a la cabeza cuando Juan Diego y Lupe entran en “el Circo de La Maravilla”, con sus superpoderes (los de ella, más bien). Entonces, el relato se dirige hacia lo descabellado con toda la naturalidad del mundo. Hay leones que comen niños, estatuas de la virgen que se ponen a llorar, cojos que hacen funanbulismo divinamente… Ese tipo de cosas. ¿No consiste en eso el encanto de Irving? Sus novelas mezclan una voz empática, inteligente y realista, con una trama llena de locuras. Y los mejores locos son los que parecen cuerdos, ¿no? -Qué pasa si le digo que lo que mejor recuerdo de El mundo según Garp (1978) es una imagen completamente realista: Garp despertaba a su hijo y se daba cuenta de que aliento ya no era infantil, ya era un poco agrio. En cambio, la parte excesiva de la trama no la recuerdo…-Garp olía el aliento de su hijo y aquello era un símbolo de que también ese niño inocente era mortal. Estaba oliendo el olor de la muerte.En realidad, no hay nada que se parezca tanto a una novela de John Irving como otra novela de John Irving.”Escribí El mundo según Garp en los años 70, porque estaba enfadado con el lugar al que se estaba dirigiendo la revolución sexual y el proceso de liberación de la mujer y de los homosexuales. En aquella novela estaba una madre que moría asesinada por un hombre que odiaba a las mujeres, y estaba su hijo que moría asesinado por una mujer que odiaba a los hombres. No es algo real, lo sé… Escribí esa novela y pensé que estaba condenada a ser una reliquia, que muy pronto pensaríamos en ella como el testigo de un tiempo lejano en el que nos odiábamos por ser diferentes. Pero han pasado 40 años y siguen ocurriendo las mismas cosas”.¿Qué cosas? La avenida de los milagros, según Irving, trata de “la violencia contra las mujeres a las que se les ha impuesto el rol de la maternidad como función principal. ha sido una manera de doblegar a las mujeres. Y esa violencia va a durar más, por ejemplo, que la discriminación contra los homosexuales. La Iglesia Católica, por ejemplo, tiene más posibilidades de cambiar su postura con los gays antes que con el aborto”.Por en medio de la novela hay un montón de curas, pero que nadie se lo tome mal. “Para mí era muy importante que e doctor Vargas [el ateo oficial de la novela] acabara como un idiota, sin poder explicar el milagro que ocurre ante sus ojos”. Los sacerdotes, por cierto, son jesuitas. Irving se pone de buen humor al hablar de los chicos de San Ignacio: “Son como todo el mundo, hay gente buena y gente mala, la única diferencia es que son un poco más educados” Y entonces, recuerda que su madre “odiaba a los católicos” y no le dejó ir al colegio más exigente de su ciudad, que era de monjas. “Mi padre era maestro y quiso que fuera, pero mi madre no cedió”. Luego se arrepintieron. “Y mis amigos que sí fueron al St. Michael’s [aquel colegio católico] tampoco tienen ni más ni menos fe que yo”. ¿Y el papa Francisco? “Me gusta, personalmente me gusta. Mucho más que Juan Pablo II. Pero si alguien cree que la Iglesia se va a mover un milímetro en el tema del aborto… La respuesta es no”.

Eraso homofoboak salatu zituen arbitroak futbola utzi du

“Ezin dut gehiago”. Halaxe mintzatu da Jesús Tomillero arbitro andaluziarra. Futbol partidu batean eraso homofoboak publikoki salatu eta bi hilabete pasa ez direnean, futbola utzi behar izan du, beste norgehiagoka batean berriz ere irainak eta barreak jasan ostean eta Andaluziako Futbol Federazioaren aldetik “baztertuta” sentitu ostean.

Jesús Tomillero

Oraingo honetan, penalti bat adierazi eta oihuka hasi zitzaizkion harmailetatik: “Hori da telebistan agertzen den marikoia, gola ipurditik sartuko duzu, marikoi zikina!”. Tomillerorentzat, dena den, “publiko guztia barrez ikustea” izan zen gogorrena, “horrek eman zidan min gehien”. Gertatutakoa eta gero, eta eraso homofoboak salatu zituenetik Andaluziako Futbol Federazioak izan duen jarrera ikusita –erasoak publiko ez egiteko presioak izan zituen eta hedabideetan agertzen jarraituz gero zigortuko zutela esan zioten–, futbola behin-behinean uztea erabaki du Tomillerok. Homosexuala dela onartu duen Espainiako Estatuko lehenengo arbitroa da bera.

Martxoan hasi zen dena

Martxoaren 26an, kadeteen arteko partidu batean, “nazkatu arte jango dituzu zakilak” bezalako irainak entzun behar izan zituen eta komisarian salatzea erabaki zuen. “Gehiagotan gertatu zait, baina beldurragatik ez dut salaketarik jarri. Aski da. Ez dut gehiago halakorik onartuko”, adierazi zuen orduan. Jarrera hauek inpune ez uztea eta bide batez futbol kategoria guztietan ematen den homofobia bistaratzea zuen helburu.

Babes mezu asko jaso ditu ordutik, baina nonbait, kontrako erasoek irabazi dute partida, oraingoz.

Una boda homosexual en el centro de inmigrantes de Melilla para “acabar con el miedo”

  • Una pareja de solicitantes de asilo, que huyeron de sus países por ser homosexuales, ha iniciado los trámites para casarse en el CETI de Melilla

  • “Todos sabrán que nos hemos casado y así animaremos a los homosexuales del CETI a que cambien su mentalidad. Porque todos tienen miedo”

  • Uno es cristiano converso y el otro musulmán: “Estoy seguro de que en España podré vivir tranquilo”

Mohamed (nombre ficticio) y Annouar, a las puertas del CETI

Mohamed (nombre ficticio) y Annouar, a las puertas del CETI | N.C.

A diferencia de la mayor parte de los homosexuales magrebíes que residen en Melilla, Annouar Damani insiste en que él quiere aparecer con nombre, apellido y foto. “No tengo problema y voy a hacer una gran fiesta en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) el día que me case”, anuncia entre risas. Ya ha iniciado los trámites para contraer matrimonio, pese a no tener aún reconocido el estatus de refugiado. Junto a él está su pareja, un chico rifeño tímido que apenas abre la boca durante la entrevista. Ambos tienen 26 años y huyen. Uno es argelino y cristiano converso; el otro, marroquí y musulmán, pero dicen que su relación está por encima de la religión.

“Será una boda para que todo el mundo pueda participar. Todos sabrán que nos hemos casado y así animaremos a los homosexuales a que cambien su mentalidad. Porque todos tienen miedo”, razona Annouar, que viene de Kabila (Argelia). Para muchos de los cerca de 50 marroquíes que residen en el CETI porque dicen ser perseguidos por su homosexualidad, el miedo es también una cuestión de kilómetros: Melilla está apenas a menos de una hora en coche de sus familias de Nador, de las que muchos de ellos huyen. Es el caso de la pareja de Annouar, a quien llamaremos Mohamed, y que sólo sonríe cuando se le pregunta por la fiesta que hará en la boda. Sus padres lo echaron de casa cuando descubrieron sus contactos en Facebook.

Annouar, el argelino, también puso tierra de por medio hace tiempo. En febrero de 2015 llegó a Melilla y trabajó varios meses en la Iglesia Evangélica. Acabó convirtiéndose al cristianismo y hoy luce bisutería e imaginería religiosa: hay cruces en su pulsera y en el colgante, el zarcillo de su oreja es una cruz y luce otro brazalete con imágenes. Luego cuenta que su hermano es imán y que ha recibido amenazas incluso estando en Melilla. “Mi familia está muerta para mí”.

Annouar y Mohamed se conocieron por Facebook. Después de varios meses de relación, Mohamed decidió venir a Melilla y ambos pidieron el asilo en enero. Cansados de esperar, como tantos otros que se sienten bloqueados la ciudad autónoma, quieren casarse sin esperar respuesta a su petición de asilo.

Nuria Mohamed Fadel, la abogada de Movimiento por la Paz que lleva su caso, explica que la única dificultad está a priori en conseguir la partida de nacimiento de Mohamed, porque para ello debería regresar a Marruecos. Ambos están empadronados en el CETI y el Registro Civil español ya ha emitido sus certificados de soltería. Tomaron la decisión hace dos meses porque, dice Annouar, “no queremos ser solamente una pareja esporádica, sino pasar la vida juntos. Eso es lo que significa para mí el matrimonio”. No obstante, es probable que el juez les someta a una entrevista para descartar que su unión sea simulada.

Para ellos, España es el “paraíso”, el primer país que admitió el matrimonio homosexual (aunque no es cierto: fue Holanda), y una especie de tierra soñada donde nadie les increpará por ir cogidos de la mano. Nada comparado a Argelia, donde la policía se pone de parte de los matones, o con Marruecos, resume Mohamed, cuando les pegan y les insultan por la calle aludiendo a pasajes coránicos relativos a Sodoma y Gomorra y la destrucción del pueblo de Lot.

“Dios me creó así, con mis deseos, para vivir así. No puedo cambiarlo. ¿Por qué nos creó así? ¿Para vivir en el sufrimiento?”, se pregunta Annouar. Para él, la respuesta está en Europa: “Estoy seguro de que en España podré vivir tranquilo”. De momento, intentará casarse en el CETI y piensa celebrar una boda “mitad, mitad”, con música occidental y la henna tradicional del Rif. Para que todo el mundo lo sepa y para que los demás pierdan el miedo.

HISTORIAS DE LA VIDA ‘Sexo en boca’ de Erika García, una mujer con ideas

ERIKA GARCÍA OFRECE SESIONES DE ‘TUPPERSEX’ Y TALLERES DE SEXOLOGÍA A TRAVÉS DE LA WEB QUE ABRIÓ HACE DOS AÑOS

Erika posa con algunos de los productos que vende durante las sesiones de ‘tuppersex’

Erika posa con algunos de los productos que vende durante las sesiones de ‘tuppersex’. (Pablo Viñas)

RECONOCE que siempre ha sido una mujer “lanzada, con ideas y con ganas de hacer cosas”, pero nunca hubiese pensado que iba a acabar con una maleta yendo por las casas vendiendo bragas vibradoras en sesiones de tuppersex e impartiendo talleres de sexualidad por colegios o asociaciones. Eso es lo que hace hoy en día Erika García desde que se quedó en paro, hace ya unos cuantos años. Desde entonces disfruta con su trabajo, que nada tiene que ver ni con su formación, ya que es licenciada en Administración y Dirección de Empresas, ni con su último empleo como economista en una empresa de venta de leche al por mayor en Karrantza. “Esto es más divertido que llevar contabilidades”, dice riéndose, “y además te sientes mejor porque estás ayudando a los demás”. Se refiere a la labor didáctica que desarrolla en las charlas sobre sexualidad. Porque Erika descubrió en sus reuniones con la mujeres, donde les ofrece todo tipo de objetos placenteros, que sobre el sexo “existe mucha ignorancia y todavía sigue siendo un tema tabú del que se habla muy poco”. Por eso decidió prepararse y sacarse todos los diplomas posibles relacionados con la sexología. Sus conocimientos los vuelca a través de su página web Sexo en boca. Pero advierte: “El nombre no tiene doble intención. Significa simplemente hablar de sexo”.

Erika empezó de la forma más tonta vendiendo artilugios relacionados con el sexo. “Como mi marido tiene un comercio en Karrantza y yo le hacía los pedidos, fui metiendo cosas de sexo, pero en un pueblo no se vendían muy bien”, cuenta. Así que se le ocurrió “hacer tuppersex”. Primero comenzó con las amigas. Recuerda muy bien el primero que hizo porque “vino mi hermana y me hundió la reunión”. “Saqué las bolas chinas y dijo ella: ¡Uf!, que infección cogí yo con eso”. A pesar del desastre inicial, “porque tampoco nos entendíamos con lo que hablábamos”, Erika no se desesperó, continuó con las sesiones de tuppersex. “Fui poco a poco, gracias al boca a boca, teniendo más clientas”, señala. Pero no se conformaba con eso. Su espíritu emprendedor le llevó a realizar un curso debranding en el Inguralde de Barakaldo y allí decidió crear un tienda on line. “Pero mi idea era que no fuese solo un comercio, sino un foro y un blog sobre sexo que fuera interesante”, recuerda. Al principio habló con una sexóloga para llevar a cabo juntas el proyecto, pero al final se quedó Erika sola. Así que comenzó a formarse como sexóloga sin abandonar el tuppersex.

El negocio del tuppersex es muy sencillo. Erika acude con su voluminosa maleta al lugar donde previamente la ha convocado un grupo de mujeres creado por ellas mismas. “Primero enseño la lencería, los adornos, la cosmética, las cremas, chocolates… y para cuando llego a los vibradores ya ha pasado hora y media”, señala. Durante ese tiempo son muchas las preguntas que tiene que responder Erika, “porque hay mucho desconocimiento sobre el sexo”. Por ejemplo, recuerda una sesión de tuppersex en la que “una mujer moderna, de unos cuarenta y tantos, dijo que había encontrado el punto G ahí fuera, y se refería al clítoris”. Por eso Erika, desde el minuto cero de la reunión, dice que “intento explicar las cosas, enseñar a la gente”. Su experiencia le dice que en cuestión de sexo “estamos como en la época de mi madre”. “Los padres no hablan con sus hijos sobre este tema”, dice.

MUJERES También ha descubierto que “las jóvenes de veintitantos saben menos que las de 40, pero creen que saben mucho más, y las que superan los 40 están muy abiertas y quieren saber mucho más”. Tampoco hay una edad límite para sus reuniones. “Recuerdo untuppersex en el que la más joven tenía 65 años”. A todas les da el mismo consejo, tanto en los tuppersex como en los talleres: “Que se hable, porque nadie habla de sexo, ni con el médico, ni en casa, ni con las amigas”. Esa es su única receta para acabar con el tabú. Y Erika ha roto muchos. Por ejemplo, cuando sacó a sus dos hijos del colegio para escolarizarlos en casa. “Fue un proyecto personal mío, pero no me dejaron seguir haciéndolo, entonces es cuando pensé hacer otra cosa”, recuerda. Por su cabeza siempre han pasado ideas. Unas las ha cumplido y otras no. Entre las que sacó adelante destaca el grupo de danzas que creó en Karrantza, el Mendi Arana, cuando era muy joven. El próximo proyecto seguro que será novedoso y atrevido, pero por ahora no piensa en ello. Erika está entusiasmada con su Sexo en boca.

Los riesgos de las ‘chemsex’

Médicos y activistas alertan de que la práctica puede generar nuevas infecciones por VIH y dependencia a sustancias tóxicas

En una aplicación para ligar, un chico invita a otro a una fiesta en su casa. Media decena de jóvenes y “una bandeja con speed y ketamina” le esperan en el salón. Por delante, una larga sesión de sexo grupal bajo los efectos de varias drogas. “Me di cuenta de que era una chemsex y me fui. Yo no tomo drogas”. Las chemsex —del inglés chemical sex, sexo químico— son un fenómeno, casi exclusivo del colectivo gay, que se caracteriza por tener sexo bajo el efecto de drogas durante un largo periodo de tiempo. No hay ni una sola cifra que dimensione la práctica, pero médicos y activistas alertan de que puede contribuir a la transmisión del VIH. Y, aunque sospechan que es una práctica residual, ya han detectado casos de jóvenes dependientes a ciertas sustancias para practicar sexo.

La combinación no es nueva, y mucho menos exclusiva de los gais. Lo que caracteriza a las chemsex son el auge de las aplicaciones móviles para ligar y el uso de mefedrona, metanfetamina y GHB para soportar largas sesiones de sexo, que pueden durar días. La mefedrona es un estimulante, la metanfetamina provoca euforia, desinhibición y quita el sueño y el GHB o éxtasis líquido es un depresor sedante. La mezcla de las tres permite aguantar en las fiestas sexuales pero también puede dejar a los participantes en un estado de semiinconsciencia que les haga bajar la percepción de riesgo. En un colectivo donde la prevalencia del VIH es del 14% ysoporta seis de cada 10 nuevas infecciones, las conductas sexuales de riesgo alertan a los epidemiólogos. “El chemsex está asociado a no usar preservativo, por lo que aumenta el riesgo de infecciones. Además, como son fiestas con policonsumo de drogas, se puede perder la percepción de riesgo”, dice Jordi Casabona, director del Centro de Estudios Epidemiológicos sobre el VIH/SIDA de Cataluña.

Aunque el riesgo de transmisión se reduce si un infectado de VIH se medica, la pérdida de adherencia al tratamiento eleva las posibilidades de contagio. En unas jornadas de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida, su directora, María José Fuster, señaló que un 35% de los pacientes con VIH se salta el tratamiento si sabe que va a drogarse. Y además, un 25% de las personas infectadas por VIH lo desconocen. Josep Mallolas, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Clínic, alerta de que en estaschemsex “puede haber, por probabilidad, algún VIH positivo que no lo sepa”. El VIH no es el único riesgo. Otras infecciones de transmisión sexual también pueden contraerse, como la sífilis y gonorrea, que se han cuadriplicado y triplicado en 10 años entre los gais. “Se ha perdido el miedo y, como a la gente le atrae el riesgo, surge elchemsex”, apunta Mallolas.

En Londres, el fenómeno ya es un problema de salud pública y hay clínicas donde reportan hasta 100 casos al mes de personas con un consumo problemático vinculado al chemsex. En España aún es anecdótico, pero las entidades ya han detectado casos. “No es un problema de salud pública pero existe una minoría con un consumo problemático”, certifica Fernando Caudevilla, médico de familia y experto en drogas de síntesis. “Es gente que necesita ayuda profesional porque pueden presentar trastornos de personalidad. Se da cuenta de que sus prácticas son incompatibles con ir a trabajar o son incapaces de relacionarse sobriamente”, ejemplifica Ferran Pujol, director de BCN Checkpoint. Desde Stop Sida aseguran que precisan una atención integral. “Pueden tener problemas de ansiedad, soledad, en su relación de pareja, incluso problemas con su sexualidad”, apunta el investigador Percy Fernández Davila.

Si en algo coinciden los expertos es en la falta de recursos. “No estamos financiados para estudiar el fenómeno a fondo. Y hasta que no tengamos datos, no podemos hacer nada”, apunta Caudevilla. El trabajo preventivo en zonas de ocio y medidas de reducción de riesgos son las líneas estratégicas que apuntan para atajar los problemas del chemsex. En palabras de Caudevilla: “Es el momento de investigar e intervenir en zonas de conductas de riesgo, pero para eso necesitamos que las Administraciones se muevan”.

El Observatorio contra la LGBTfobia critica que el obispo de Córdoba negara la confirmación a un transexual

Asegura que desde el Obispado de Córdoba afirman que no se trata de una discriminación sino que, acogiéndose al Código de Derecho Canónico, considera ‘no idóneo’ su estilo de vida

José Belloso denuncia que la Iglesia no le deja recibir la confirmación por ser transexual

El Observatorio Español contra la LGBTfobia (Stop LGBTfobia) considera “éticamente reprobable” que el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y el párroco de Posadas, Juan José Romero, “no permitan hacer la confirmación a José Belloso, un joven transexual de 28 años que pretendía ejercer como padrino de su sobrina”.

Según ha confirmado Stop LGBTfobia, José Belloso, que trabaja de peón agrícola en la mencionada localidad cordobesa, “tenía la ilusión de ser el padrino durante el bautizo de su sobrina, para lo que era necesario que recibiera el sacramento de la Confirmación, aunque el párroco debía consultar al vicario y al obispo” sobre ello.

De hecho, “pocos días antes de terminar su catequesis para la Confirmación, que iba a ser el 27 de mayo, le ha informado el párroco de la Iglesia de Santa María de las Flores, Juan José Romero, que no pueden darle el sacramento por ser transexual”, señalando Stop LGBTfobia que la postura del obispo al respecto es que “tenía que haber aguantado el castigo que Dios le dio y la cruz que el Señor le mandó, sin ofender a la naturaleza”.

El Obserbatario contra la LGBTfobia ha asegurado que, “desde el Obispado de Córdoba afirman que no se trata de una discriminación, sino que acogiéndose al Código de Derecho Canónico considera ‘no idóneo’ su estilo de vida, que es incongruente con la vida cristiana”, algo que no sorprende a esta asociación, ya que “el obispo de Córdoba en 2011 escandalizó a toda España afirmando que la Unesco tiene programado hacer homosexual a media población”.

Para el director del Observatorio, Francisco Ramírez, es “éticamente reprobable, desde todo punto de vista, y una degradante y humillante discriminación” dar tal respuesta al joven de Posadas “por el único motivo de la identidad sexual”.

En el Observatorio, según ha señalado Ramírez, ya sufrieron una “gran decepción” con “el contenido final de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre la familia, denominada ‘La alegría del amor’, en la que, a pesar de hablar de acogimiento de las personas homosexuales y de condenar su discriminación y violencia, se denosta y humilla en gran medida a las personas LGBT, sus uniones y sus familias, considerando únicamente familia” a la formada por “un hombre y una mujer, con el único objetivo de la procreación”.

“Sin embargo sí entrevimos ciertas rendijas en las que los obispos podrían impulsar alguna interpretación más abierta y flexible” de las palabras del Papa, según ha opinado Ramírez, pero, “no obstante, vemos una y otra vez que la jerarquía católica en España, a excepción de determinados obispos concretos, está completamente cerrada a un acercamiento a la sociedad y a la flexibilidad de sus dogmas ancestrales, por lo que esa Iglesia más inclusiva y caritativa que muchos feligreses esperaban va a tardar mucho en aparecer en España”.

En España, según ha indicado Ramírez, “dentro de la Conferencia Episcopal hay voces que llaman una apertura y un acercamiento a la sociedad, pero no terminan de controlar a la vieja guardia, que continúa con su mantra de una interpretación del Evangelio sesgada, anticuada, simplista y discriminatoria con la sexualidad humana”.

El obispo de Córdoba le niega la confirmación a un joven transexual

Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

Demetrio Fernández, obispo de Córdoba.

El obispo de Córdoba vuelve a ser noticia. Esta vez por negarle la confirmación a un transexual. José Belloso, un joven transexual de 28 años, denunciaba el caso en estos términos en su cuenta de Facebook: “Según dicen debí quedarme siendo físicamente mujer aunque interiormente fuese hombre, rechazando mi felicidad. Contesté que si me hubiese quedado así me habría matado por supuesto porque mi vida era un espejo en el que no me reconocía. El obispo de Córdoba se ha tomado la palabra del Señor para juzgarme porque considero que no son nadie para negarme la confirmación por ser quien soy, pues sigo siendo humano, hijo del Señor y todos hermanos”.

El Observatorio Español contra la LGBTfobia (Stop LGBTfobia) considera “éticamente reprobable” que el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y el párroco de Posadas, Juan José Romero, “no permitan hacer la confirmación a José Belloso, un joven transexual de 28 años que pretendía ejercer como padrino de su sobrina”.

Según ha confirmado Stop LGBTfobia, José Belloso, que trabaja de peón agrícola en la mencionada localidad cordobesa, “tenía la ilusión de ser el padrino durante el bautizo de su sobrina, para lo que era necesario que recibiera el sacramento de la Confirmación, aunque el párroco debía consultar al vicario y al obispo” sobre ello.

EL AVISO DEL PÁRROCO

De hecho, “pocos días antes de terminar su catequesis para la Confirmación, que iba a ser el 27 de mayo, le ha informado el párroco de la Iglesia de Santa María de las Flores, Juan José Romero, que no pueden darle el sacramento por ser transexual”, señalando Stop LGBTfobia que la postura del obispo al respecto es que “tenía que haber aguantado el castigo que Dios le dio y la cruz que el Señor le mandó, sin ofender a la naturaleza”.

El Obserbatario contra la LGBTfobia ha asegurado que, “desde el Obispado de Córdoba afirman que no se trata de una discriminación, sino que acogiéndose al Código de Derecho Canónico considera ‘no idóneo’ su estilo de vida, que es incongruente con la vida cristiana”, algo que no sorprende a esta asociación, ya que “el obispo de Córdoba en 2011 escandalizó a toda España afirmando que la Unesco tiene programado hacer homosexual a media población”.

Para el director del Observatorio, Francisco Ramírez, es “éticamente reprobable, desde todo punto de vista, y una degradante y humillante discriminación” dar tal respuesta al joven de Posadas “por el único motivo de la identidad sexual”.

UNA HUMILLACIÓN

En el Observatorio, según ha señalado Ramírez, ya sufrieron una “gran decepción” con “el contenido final de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre la familia, denominada ‘La alegría del amor’, en la que, a pesar de hablar de acogimiento de las personas homosexuales y de condenar su discriminación y violencia, se denosta y humilla en gran medida a las personas LGBT, sus uniones y sus familias, considerando únicamente familia” a la formada por “un hombre y una mujer, con el único objetivo de la procreación”.

“Sin embargo sí entrevimos ciertas rendijas en las que los obispos podrían impulsar alguna interpretación más abierta y flexible” de las palabras del Papa, según ha opinado Ramírez, pero, “no obstante, vemos una y otra vez que la jerarquía católica en España, a excepción de determinados obispos concretos, está completamente cerrada a un acercamiento a la sociedad y a la flexibilidad de sus dogmas ancestrales, por lo que esa Iglesia más inclusiva y caritativa que muchos feligreses esperaban va a tardar mucho en aparecer en España”.

En España, según ha indicado Ramírez, “dentro de la Conferencia Episcopal hay voces que llaman una apertura y un acercamiento a la sociedad, pero no terminan de controlar a la vieja guardia, que continúa con su mantra de una interpretación del Evangelio sesgada, anticuada, simplista y discriminatoria con la sexualidad humana”.

La Iglesia impide a un transexual de Córdoba recibir la confirmación

José Belloso denuncia que la Iglesia no le deja recibir la confirmación por ser transexual

José Belloso denuncia que la Iglesia no le deja recibir la confirmación por ser transexual.

“No me dejan confirmarme por ser quien soy”. Quien dice estas palabras es José Belloso, un chico de Posadas (Córdoba) que trabaja como peón agrícola y que tiene la ilusión de ser el padrino de bautizo de su sobrina. A sus 28 años, José ha realizado el curso de catequesis para prepararse con el fin de recibir el sacramento de la confirmación el próximo 27 de mayo, como el resto de sus compañeros de curso en su pueblo. Pero a él no le van a confirmar: “El cura me ha dicho que no admiten mi confirmación por ser transexual”.

José comenzó el año pasado el curso de preparación, pero al faltar más días de los permitidos, no le valió de nada. Sin cejar en su objetivo, este año repitió el curso de catequesis. Ya desde el inicio, le comunicó al párroco de la iglesia de Santa María de las Flores en Posadas su intención de hacerlo para poder ser padrino de su sobrina. “Él me dio su visto bueno, me dejó la puerta entreabierta pero me dijo que tenía que consultarlo con el vicario y el obispo”, relata el joven a eldiario.es/andalucia.

José ha seguido su curso de catequesis con normalidad, hasta que en abril, cuando ya debía entregar la documentación necesaria para recibir el sacramento junto a sus compañeros a finales de este mes de mayo, mantuvo una conversación con el párroco en la que este le explicó que no podía confirmarse.

“Me dio un no rotundo. Me dijo que no me confirmaba, que había tenido una reunión con el obispo y le había dicho que no se admiten a las personas transexuales. Que yo me tenía que haber quedado como estaba, siendo una mujer, y haber aguantado el castigo que Él (Dios) me mandó sin ofender a la naturaleza que Él me dio”.

José se muestra indignado por los términos en los que, según cuenta, se llegó a desarrollar la conversación con el párroco: “Me llegó a hacer preguntas como, por ejemplo, si estaba operado. Eso creo que está fuera de lugar”, mantiene sobre la protección de su intimidad e incide en que el sacramento “se me ha negado por no haberme aguantado con ‘la cruz que el Señor me mandó, según dicen”. “Si me hubiese quedado como mujer me hubiese matado, por supuesto, porque mi vida era un espejo en el que no me reconocía”, explica con crudeza.

“Sería llamado como mujer para recibir la confirmación”

Consultado por este diario el párroco de la iglesia, José Antonio Agüero, acerca de este caso, explica que “hay unas normas de la Iglesia. Nosotros no podemos cambiar lo que Dios ha hecho. Si lo creó mujer, mujer será para siempre”, señala para explicar que el joven recibió el sacramento del bautizo como mujer, “se convirtió en hija de Dios”, así entró en la Iglesia y así sería llamado por el obispo para recibir la confirmación.

“Yo mismo se lo expliqué en una reunión durante dos horas”, confirma el párroco, que señala que no supo de la transexualidad de José hasta el inicio de su segundo curso de catequesis. “Yo no fui informado de que esta persona era transexual. Me enteré por su madre”, explica. “Si yo hubiera sabido desde un principio que él era una persona transexual, le hubiera dicho inmediatamente que aquí hay algunas normas que no se pueden incumplir y podría haberlo ayudado yo de otra forma”, argumenta el párroco.

“Este chico nació mujer. Son cosas muy delicadas, más allá de que todos somos hijos de Dios y todos merecemos respeto”, indica el cura que incide en que “las puertas de la parroquia están abiertas” para José y sobre el que niega que exista discriminación: “No hay ningún tipo de discriminación”, asegura.

Por su parte, tras la negativa de la Iglesia a confirmarlo, el joven ha recibido el apoyo tanto de su familia como de buena parte de los compañeros de catequesis, exponiendo incluso en las redes sociales su situación y los términos en los que se desarrolló la conversación con los representantes de la Iglesia. “Creo que toma la palabra del Señor una persona que no tiene que intermediar entre Él y yo”, dice desde su fe cristiana. “Porque en ningún lado de la Biblia pone que las personas transexuales no pueden ser confirmadas. Todos somos humanos, antes del sexo están las personas”, considera.

“He sentido una discriminación total y mayúscula por parte de ellos. Discriminación en toda regla” dice el joven que no entiende el razonamiento que le ha dado el párroco. “Por esa regla de tres, si yo me tenía que haber quedado siendo mujer porque así me hizo Dios, a las personas que les manda una enfermedad, quiere decir que los está llamando con Él y un médico entonces ¿hace lo mismo que yo? ¿Le echa un pulso por mantenerlo con vida, no?”, cuestiona.

 

Huellas inéditas del último amor de Lorca

Ya se sabe: fue el más intenso de los amores que sumó Federico García Lorca. A él le escribió los Sonetos del amor oscuro. A él le debe algunas de las simas más fuertes del ánimo. A él le confía secretos, dibujos, fotos y probablemente algunos manuscritos desaparecidos durante el asedio a Madrid en la Guerra Civil. Su historia es compleja por tantos matices, por ciertas penumbras. Pero de ella queda rastro en algunos documentos aún inéditos (o hasta ahora poco conocidos). Y, sobre todo, en la excelente obra de teatro que trazó Alberto Conejero, La piedra oscura, destacada en la última gala de los Premios Max con cinco galardones.

La historia del poeta y el joven Rafael Rodríguez Rapún comienza a mediados de 1932. Coinciden en la órbita de La Barraca (el grupo de teatro ambulante y universitario impulsado por Lorca y mantenido por la República) y se quiebra en la madrugada del 17 al 18 de agosto de 1936, cuando en el paraje del Barranco de Víznar (Granada) una escuadra negra al servicio del capitán Nestares dispara por la espalda a Federico García Lorca junto a los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Juan Arcoyas Cabezas y el maestro de escuela Dióscoro Galindo.

Un año después, exactamente el 18 de agosto, moría desangrado en el Hospital Militar de Santander Rafael Rodríguez Rapún, herido tres días antes en el frente de Bárcena de Pie de Concha (Cantabria). Tenía 25 años. Así acaba la historia hermosa y terrible de estos dos hombres remachados por una pasión que los llevaba del cielo al infierno por la vía rápida. Si andaban juntos ninguna hormona estaba en su sitio. Habían construido su relación como otra placenta donde los amantes se procuraban un mundo fuera del mundo. Pero se querían también a la deriva, entre encuentros y desencuentros. Y así llegó la guerra. La muerte de Federico empujó a Rafael a alistarse. Fue teniente de Artillería, formado en la Escuela Popular de Guerra en Lorca (Murcia). Quiso a Federico sin saber muy bien cómo se quiere en estos casos. Rapún era estudiante de Minas y Derecho. Rapún destacaba entre los juveniles del Atlético de Madrid. Rapún era un muchacho apuesto, parido en Madrid en 1912. Exactamente 14 años menor que Lorca. Rapún era bisexual(“Tan cerdo que se acostaba con mujeres”. Así le dijo a Luis María Anson el crítico Juan Ramírez de Lucas, otro joven amante de Lorca). Por entonces la vida aún era buena, y noble y casi sagrada. Pero el destino empezaba a insinuar que todo triunfo es siempre inestable.

Durante más de 70 años los hermanos de Rafael han conservado su memoria entre varias cajas y una maleta de cartón: documentos inéditos, fotografías de Federico dedicadas, dibujos del poeta en seis o siete libros… María y Tomás Rodríguez Rapún salvaron este archivo hoy casi por entero desconocido y al que ha tenido acceso EL MUNDO. “Aunque probablemente Rafael dejó lo más comprometido en otras casas o lo destruyó”, explica Conejero. Sacaron lo que pudieron de la casa familiar de la calle Rosalía de Castro (hoy calle Infantas) cuando en 1937 un obús entró por la cocina y reventó el piso. “Entonces nuestra familia se trasladó durante algunos meses al palacio de Villahermosa, sede actual del Museo Thyssen, donde estaba uno de los refugios de Madrid”, explican las sobrinas de Rafael Rodríguez Rapún y herederas del archivo familiar: Sofía y Margarita. “Desde niñas hemos oído el relato de aquellos días. Mi padre y mi tía nunca ocultaron la relación de Rafael con Lorca, pero no era algo de lo que les gustara hablar demasiado. Sobre todo si quien preguntaba iba derivando hacia la intimidad. Ellos conservaron este archivo que muy pocos conocen. Sabían del valor que tiene para entender la relación de nuestro tío con García Lorca y cómo fueron aquellos dos últimos años de ambos”.

Entre otros fetiches destaca una fotografía inédita de carnet del poeta que, en su reverso, tiene una dedicatoria que sí ha sido reproducida: “A Rafael, recuerdo de su entrañable y leal camarada. Federico. ¡Barraca! ¡Barraquita!”. Es una imagen de 1935, de perfil. Regalo de Lorca a Rapún poco antes de viajar a Valencia. Allí escribió el poeta algunos de los 11 Sonetos del amor oscuro en cuartillas con membrete del Hotel Victoria. Era el mes de noviembre, Margarita Xirgurepresentaba Yerma y él esperaba con inquietud la llegada de Rafael, que decidió no aparecer y cuya ausencia adquirió en esos días el contorno de una pesadilla: “Amor de mis entrañas, viva muerte,/ en vano espero tu palabra escrita/ y pienso, con la flor que se marchita,/ que si vivo sin mí quiero perderte”. Su relación estaba dolorosamente de acuerdo con su obra.

Lorca sufría. Lloraba a Cipriano Rivas Cherif, director de la compañía teatral Xirgu-Borrás. De forma turbia los amantes se enredaban y desenredaban. Hay un esfuerzo conmovedor por estar juntos y una realidad que tiene algo de imposibilidad y de enmienda malograda. Ya no está el Federico pianístico y alegre, frívolo, divertido. Sino el hombre angustiosamente libre para el desengaño. El de fondo nocturno en la risa. El de esa soledad que en el creador de éxito cuesta imaginarse. El que irrumpe en los Sonetos es el tipo abatido, el que se siente matar por lo que no entiende. Rapún va con mujeres. Pero Rapún también le quiere mientras Federico lo ama. “Fue su más hondo amor, su cómplice en La Barraca, su compañero. Rechazó marchar con la Xirgu a América en enero de 1936 porque Rapún estaba preparando exámenes y le resultaba insoportable la idea de separarse”, explica Conejero. El drama social se acercaba a 1936 y el drama pasional de Federico se ponía en línea con todo el maleficio que quedaba por delante. Rapún le fue tan apasionado y fecundo que se convierte en alguien inseparable e indivisible. Pero no siempre del lado de la alegría. “Pese a la clandestinidad y a los accidentes de una relación de años, tuvo también su parte de amor feliz, intenso, pleno de complicidad. A Rafael, por ejemplo, le confió una copia de El público para que la mecanografiase en el verano del 36. Con él vivió La Barraca. Con él mantuvo goces y desdenes“, advierte Conejero.

Sonetos de amor oscuro

A Rapún le dedicó aquellos sonetos prodigiosos y le dejó también un ajuar de cariños en dedicatorias y dibujos. Todo ese material lo maneja Alberto Conejero y en él trabaja desde hace dos años para dar forma a un ensayo que pone en pie la figura del amante y la importancia decisiva que éste tuvo en el ánimo del poeta durante los últimos compases de su vida. Hay puntos secretos de esa relación (bien lo sabe Conejero) donde la verdad cristaliza como no se conoce hasta ahora. Rapún y Lorca llevaron su pasión descoordinada a cuestas. Una pasión que va más allá de los cuatro momentos estelares que han fijado las biografías. Rafael estaba bien enclavijado en el mundo íntimo de Lorca. Éste le presentó a algunos de sus mejores amigos. Aleixandre le dedica la primera edición de Pasión de la tierra haciendo mención a los poemas del joven, aunque hasta ahora no se ha descubierto ninguno entre los papeles que dejó. Asimismo, Pablo Neruda le hace un guiño en un ejemplar de Residencia en la tierra: “A Rafael, que viene aullando”.

– ¿Le leyó Federico alguno de los sonetos a Rafael?

– Es muy probable. Igual que se los leyó a Cernuda (parece que mientras Federico tomaba un baño en su casa de la calle Ayala de Madrid), a Aleixandre y a otros cuantos amigos cercanos. Pero de aquel conjunto de poemas se han perdido seguramente aquellos que celebraban más el amor carnal, como este: “¡Oh cama de hotel, oh dulce cama!/ Sábana de blancuras y rocío./ ¡Oh rumor de tu cuerpo con el mío!/ ¡Oh gruta de algodón, penumbra y llama!”.

El mundo estaba bien hecho hasta que el zumbido de la Guerra Civil se encargó de aportar su locura a esta sucesión de amor y desvelos. Militares gañanes y hombres armados con palitroques empezaron a tomar posiciones en la vida de los otros. Era 1936 cuando España comenzó a resquebrajarse y la brisa de los olivos cambió por un ruido de estacas. La despedida entre ambos fue una más de las suyas. Nada hacía presagiar que fuese la definitiva. “Aunque estaba ya paseando el fantasma de la guerra, no creo que ninguno pensara ni por un momento que jamás se volverían a ver. Rapún marchó de vacaciones a Donosti después de los exámenes, donde le pilló el arranque de la guerra y tuvo que ser escondido por unas amigas”, sostiene Conejero. Lorca se quedó en Madrid hasta que decide ir a Granada a pasar el día de San Federico. Edgar Neville le insiste para que no haga el viaje a casa. Seguramente hablaron por teléfono a lo largo de todo ese mes. Hasta mediados de julio, por lo menos. Y ya nunca más.

Después del asesinato de Lorca la vida de Rodríguez Rapún es ambulante y penosa. Fue el padre de Rafael, Lucio, quien en septiembre de 1936 le dice lo que sucede cuando regresa del viaje: “Han matado a tu amigo el poeta”. Cuentan que reaccionó como un loco y las manos hechas aspas. Salió corriendo a los gritos. Tardó horas en regresar a casa y ya nada fue lo mismo. “Marcha de Madrid a finales de 1936, adquiere el grado de teniente, regresa a Madrid, luego Valencia y luego Oviedo. Así hasta que muere en Santander combatiendo en el bando republicano”, afirma Conejero. “Durante aquel año penoso en la guerra no sabe nada de su hermano Tomás, las postales que envía a su familia y que le envían a él llegan tarde o no llegan. Sufre una espantosa soledad, pero sigue luchando por la República hasta que una madrugada cae herido”. Tiene 25 años. Está agonizando justo un año después del asesinato de Lorca. Era 18 de agosto de 1937 cuando una enfermera voluntaria le entorna los ojos. En Madrid dejó dispersos los retales de aquella relación. Quedan cosas por revelar, por descubrir, por hilvanar entre tanto cabo suelto. La imagen inédita de Lorca de perfil es una muestra. Una estampa de carnet que el poeta le regala para mantener viva la memoria. Igual que los hermosos dibujos, algunos reproducidos y otros aún por conocer, que Lorca le hace en cada dedicatoria a Rafael. El muchacho por el que escribió esos sonetos dañados por versos terribles, palabras en vilo, bancales de sexo secreto. Paraísos de lo que no pudo ser. “Esta luz, este fuego que devora./ Este paisaje gris que me rodea./ Este dolor por una sola idea./ Esta angustia de cielo, mundo y hora”.