Miles de personas colapsan el centro de Madrid por el fin de la violencia machista

2015-11-07, Madrid. Martxa feminista Mdrilen ìContra las violencias machistasîlemapean. Irudian Euskal Herritik joandako lagunak 07-11-2015, Madrid. ìContra las violencias machistasî marcha feminista estatal en Madrid. En la imagen la delegacion de Euskal Herria.

2Movilización en Madrid contra la violencia machista. (J.DANAE / ARGAZKI PRESS)

Miles de personas han acudido a la movilización convocada en Madrid por más de 300 organizaciones feministas del Estado español, colapsando el centro de Madrid recalamando que la violencia machista se convierta en cuestión de Estado. El único incidente lo ha provocado un reducido grupo de militantes de VOX, que ha tratado de interrumpir la marcha.

Movilización en Madrid contra la violencia machista. (J.DANAE / ARGAZKI PRESS)

Decenas de miles de personas han recorrido este sábado el centro de Madrid para exigir el fin de la violencia machista, convertir este asunto en una cuestión de Estado y reconocer que esta vulneración de derechos se produce dentro y también fuera de las relaciones de pareja.

Se trata de la primera gran manifestación estatal que convoca con esta temática el movimiento feminista y las más de 300 organizaciones que lo sustentan en todo el Estado español. Para la organización «ha sido claramente un éxito» y una muestra de que las mujeres no van a «seguir calladas» ante el «atropello constante» del machismo.

No manejan cifras concretas de asistentes, más allá de las 21.000 que saben que se han desplazado en trenes y autobuses a Madrid. «A la mujer que no lucha, no se la escucha», «No se han muerto, las han asesinado», «No es arrebato, es asesinato», «Nos queremos dignas» y «Nos queremos vivas» son algunas de las proclamas que se escuchaban durante la manifestación, que se ha desarrollado en un ambiente festivo salpicada de actos simbólicos y al ritmo de batucada.

El único incidente reseñable ha ocurrido al inicio, durante la primera lectura del manifiesto a cargo de Angela González, cuya expareja asesinó a la hija de ambos durante el régimen de visitas. Un reducido grupo de personas con carteles del partido VOX han increpado a las asistentes al grito de «feminazi» y «el género no tiene violencia», provocando que por unos minutos, se interrumpiera la lectura.

Gasteizeko udalak homofobiaren aurkako protokoloa sortu du

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Multitudinaria marcha contra todas las violencias machistas en Madrid

Marcha contra las violencias machistas en Madrid

Marcha contra las violencias machistas en Madrid (AFP)

  • Miles de personas marchan desde este mediodía en Madrid en la  primera gran manifestación estatal que convoca el Movimiento  Feminista contra todas las formas de violencia sobre la mujer, una  iniciativa en la que participan 380 organizaciones feministas  territoriales y 70 estatales y a la que se han sumado representantes  de los principales partidos políticos, sindicatos y ONG de todo el  país.

  • Desde el año 1995, 1.392 mujeres han sido asesinadas por el  terrorismo machista. En lo que llevamos de año, se han contabilizado  84 feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres.

  • MADRID. El pistoletazo de salida lo ha dado frente al Ministerio de  Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en el madrileño Paseo del  Prado Angela Gónzalez, cuya hija fue asesinada por su ex marido  maltratador durante un régimen de visitas impuesto en un caso que  valió a España la primera condena del Comité de Naciones Unidas para  los derechos de la Mujer (CEDAW).
  • Justo antes, se había desplegado una performance titulada Women in  Black, que denuncia los devastadores efectos de las violencias  machistas sobre las mujeres y la invisibilidad de sus víctimas  leyendo cada uno de sus nombres. No es la única acción, en la Plaza  de Cibeles la Asociación Generando Arte recoge flores y lazos negros  de los asistentes para rodear la estatua de la diosa.
  • En la cabecera de la manifestación, una pancarta con el lema  “contra las violencias machistas” en las cuatro lenguas oficiales  sostenida por supervivientes de la violencia de género cubiertas con  máscaras, como Ana (nombre ficticio) que se ha cubierto de blanco la  cara porque afirma, “si no se pierden en el más absoluto anonimato,  cosa que con hijos es muy difícil, en este país, las mujeres están  completamente desprotegidas”.
  • Junto a ella marchan representantes de distintas asociaciones de  mujeres autonómicas y nacionales, como Ana María Pérez del Campo  (Separadas y Divorciadas), quien ha declarado a Europa Press que “no  existe democracia en un país que consiente que sigan matando y  maltratando mujeres”.
  • Detrás se sitúan las integrantes del movimiento feminista y el  bloque estudiantil y después, una mezcla de ciudadanos particulares y  representantes de la sociedad civil y los partidos políticos: Pedro  Sánchez (PSOE), Alberto Garzón (IU), Pablo Iglesias (Podemos), Begoña  Villacís (Ciudadanos), Adriana Levy (PP), y Andrés Herzog (UPyD),  entre otros, han confirmado asistencia.
  • González ha leído en un atril el manifiesto de la convocatoria, un  documento que exige que la violencia machista sea una “cuestión de  estado”, que se reviertan los recortes en estas políticas y que se  abra la Ley Integral contra la Violencia de Género a la que ocurre  fuera del entorno de la pareja, como la agresión sexual.
  • “Desde el año 1995, 1.392 mujeres han sido asesinadas por el  terrorismo machista. En lo que llevamos de año, se han contabilizado  84 feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres.  Sólo en el verano de 2015 han sido asesinadas 37 mujeres y ocjo  menores a manos de sus parejas, padres o parejas de sus madres.  Mujeres y menores sufren violencia patriarcal en múltiples formas y  esto sólo es la punta del iceberg”, dice el manifiesto.
  • Precisamente estos datos, que no coinciden con la estadística  oficial del Gobierno, y la mención a los recortes presupuestarios  motivaron que el PP no se sumase en un principio a la marcha y votase  en contra de las mociones al respecto en parte de los 103  ayuntamientos que han impulsado mociones a instancias del movimiento  feminista. Finalmente, cuenta con representación en la marcha, en la  figura de la vicesecretaria de programas, Andrea Levy.
  • LA MARCHA, EN CIFRAS
  • Según las convocantes, cerca de 21.000 personas se han desplazado  a Madrid para participar en la manifestación en en 268 autobuses y en  trenes aprovechando un descuento en los billetes
  • promovido por  Renfe.
    La manifestación transcurrirá por el Paseo del Prado, la Calle  Alcalá y la Gran Vía hasta desembocar en la Plaza de España, donde de  nuevo se leerá el manifiesto, pronunciado en todas las lenguas del  Estado, bajo proclamas de “ni una más”, “nos queremos vivas”, “no es  arrebato, es asesinato”.

Una marcha histórica y masiva toma la calle contra la violencia machista

La manifestación del 7N, a su paso por Gran Vía

La manifestación del 7N, a su paso por Gran Vía. / Mercedes Domenech

“Son asesinos, no son locos”, “basta ya de terrorismo patriarcal” o “no quiero tu piropo, quiero tu respeto” son algunos de los lemas más repetidos

Después de meses de preparación, de trabajo y de coordinación, ha llegado el día. Una cita histórica. La primera marcha estatal contra las violencia machistas ha recorrido este sábado el centro de Madrid.  La manifestación ha reunido en la capital a personas procedentes de todos los puntos de España, a las diez de la mañana, dos horas antes del arranque de la marcha, en el Paseo del Prado han comenzado a congregarse amplios grupos llegados de Canarias, Andalucía, Asturias o Euskadi. Con sus pancartas en mano, han entrado las primeras canciones a modo de protesta mientras, expectantes, esperaban la performance de Woman in Black.

Frente al Ministerio de Sanidad, decenas de mujeres vestidas de negro se han puesto en fila y se han dado la mano. Tumbadas sobre el pavimento, simulando ser los cadáveres de las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, han sido silueteadas con tiza por varias organizadoras de la iniciativa. Al mismo tiempo, se procedía a una emotiva lectura de los nombres y lugares de procedencia de las víctimas de la violencia de género en este 2015, incluidos varios menores. Algunas participantes no han logrado contener el llanto.

Acción Women in Black en la Marcha Estatal contra las violencias machistas

Acción Women in Black en la Marcha Estatal contra las violencias machistas. / Mercedes Domenech

Después, Ángela González, cuyo exmarido asesinó a la hija de ambos en un régimen de visitas sin supervisión, ha leído el manifiesto antes de comenzar el recorrido. Durante la lectura de González, arropada por todos los asistentes, varios integrantes de la formación política Vox han sacado unas pancartas con los lemas “ni machismo ni feminismo” o “la violencia no tiene género”, que ha suscitado una reacción automática de las personas que estaban alrededor. Finalmente, la policía ha decidido intervenir y ha invitado a los integrantes de la formación a abandonar la manifestación, según ha informado la cadena Ser.

ntegrantes de Vox interrumpen la lectura del manifesto

Integrantes de Vox interrumpen la lectura del manifesto. / Raquel Ejerique

Tras esta breve interrupción, Ángela ha continuado: “No podemos permitir ni un asesinato más, queremos a nuestros hijos vivos, nosotras nos queremos vivas”. La lectura ha terminado con los aplausos de los asistentes al grito de “basta ya”.

La marcha, que se ha extendido desde Atocha, pasando por Cibeles hasta Plaza de España, ha estado guiada por una cabecera formada por mujeres supervivientes de la violencia machista y representantes del movimiento feminista. María, Luis y Susana no pueden contener la emoción. Han venido desde Jaén con el objetivo de visibilizar “que al asesinato continuo de mujeres no se le está dando una respuesta adecuada por parte del Gobierno, ni en cuestión de presupuesto ni de interés”, ha denunciado Susana.

Pancarta de la manifestación del 7N.

Pancarta de la manifestación del 7N. / Marta Borraz

Bajo un sol que también calienta en noviembre, se ha respirado un ambiente reivindicativo. Los lemas son tantos como razones para acudir a la marcha: “Son asesinos, no son locos”, “basta ya de terrorismo patriarcal”, “no son muertas, son asesinadas”, “no quiero tu piropo, quiero tu respeto”, “no es un arrebato, es asesinato”. Los gritos, al unísono, desgarran el silencio que somete a las víctimas. Ellas también están allí, y también gritan. Sin miedo.

La marcha ha hecho su primera parada en Cibeles, donde el colectivo Generando Arte ha colocado flores de color violeta en los laterales de la fuente. La plaza rebosaba de personas -según la organización al menos 200.000- que han salido a la calle para exigir que la violencia de género sea considerada una cuestión de Estado. También para reclamar que se reviertan los recortes en Igualdad y la revisión de la Ley Integral contra la Violencia de Género para ampliar, entre otras cuestiones, la consideración de víctimas de violencia machista fuera del marco de la relación de pareja.

Hombres y mujeres en la marcha estatal contra las violencias machistas #7N

Hombres y mujeres en la marcha estatal contra las violencias machistas #7N. Mercedes Domenech

Ya en Gran Vía, las asistentes animaban a las personas que caminaban por la acera a sumarse: “No nos mires, únete”. Aurora, de la Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad ha sido una de las mujeres que ha leido parte del manifiesto en Plaza de España. “Las gitanas también sufrimos violencia de género, al igual que el resto de mujeres, y hay que visibilizarlo”, apunta. “Porque lo que no se ve, no existe”.

El segundo receso de la marcha ha tenido lugar en la esquina de Gran Vía con la calle Montera. Allí, el Bloque Feminista Estudiantil ha desplegado una tela negra en el suelo y la han llenado de perchas (símbolo del aborto) y de pintura roja en señal de protesta por la última modificación relativa a la interrupción del embarazo, que impide abortar a las menores sin consentimiento de sus padres, madres o tutores.

Sentada en Gran Vía, al final de la marcha del 7N

Sentada en Gran Vía, al final de la marcha del 7N. / Marta Borraz

En la plaza de Callao, un grupo de mujeres se ha unido a la manifestación en representación de las siete mujeres que llevan siete días en huelga de hambre en la Puerta del Sol contra la la violencia machista. Una huelga que finalizarán hoy porque “ya no pueden más”, dice una de ellas.

Otro de los objetivos de esta marcha es hacer visibles y extirpar de la “normalidad” las otras violencias, en plural, porque “no solo se da en el ámbito de la pareja o expareja, también las agresiones sexuales son violencia e igualmente se da en el entorno laboral, social, en las relaciones familiares, la publicidad o los medios”, dice Noelia Landete, de la comisión de comunicación. El pasado 30 de octubre, la Asamblea 7N lanzó en Twitter el hashtag #ViolenciaMachistaEs, que al poco tiempo se convirtió en tendencia.

La marcha ha concluido en plaza de España, con la lectura de un segundo manifiesto en todas las lenguas oficiales. Para escucharlo, todos y todas las asistentes se sentado en el suelo. La sentada no solo copa toda la plaza. Se extiende por los casi dos kilómetros que ocupa la Gran Vía.

Llegada de la cabecera de la manifestación estatal contra la violencias machistas a plaza de España

Llegada de la cabecera de la manifestación estatal contra la violencias machistas a plaza de España. / Mercedes Domenech

La Solfónica ha sido la encargada de clausurar el acto. Ha entonado piezas cargadas de simbolismo, entre ellas, ‘Por qué cantamos’ de Mario Benedetti: “Usted preguntará por qué cantamos / Y cantamos porque el río está sonando / y suena el río / Cantamos porque el cruel no tiene nombre / y, en cambio, tiene nombre su destino”.

Hasta la capital se han desplazado al menos 268 autobuses, de diferentes provincias, además de los vuelos que proceden de Islas Canarias y Baleares y los 700 billetes de tren que se han vendido. Solo desde Málaga han llegado 400 personas. Porque la de hoy es una cita de grandes cifras: 380 organizaciones territoriales y 70 estatales se han adherido, además de sindicatos y partidos políticos. Entre ellos, PSOE, Podemos, IU y Equo. La idea, que partió de Valencia, ha estado tomando forma durante diez meses, desde el pasado mes de enero.

¿Qué políticos se han sumado?

Todos los partidos han confirmado de un modo u otro su presencia en la marcha. El PSOE ha decidido manifestar un apoyo sin fisuras a la convocatoria y ha sido el propio Pedro Sánchez quien ha asistido a la manifestación acompañado de parte de su ejecutiva. En Podemos también se ha apostado rotundamente por la convocatoria con la presencia de Pablo Iglesias.

Las alcaldesas de Madrid y Barcelona, Manuela Carmena y Ada Colau, han salido asimismo a la calle, portando entre sus manos una de las grandes pancartas. En el recorrido también se ha podido ver a Alberto Garzón, candidato de Unidad Popular en las próximas generales y a Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat Valenciana.

Mónica Oltra, Ada Colau y Pablo Iglesias

Mónica Oltra, Ada Colau y Pablo Iglesias. Foto: Podemos (Dani Gago)

Por su parte, el PP se ha pensado hasta el último momento si estar representado o no en una marcha que de antemano sabían que también era una crítica a su gestión de los presupuestos de Igualdad. Finalmente ha sido Andrea Levy, vicesecretaria de Programas y Estudios, la elegida para dar la cara. Levy ha negado que haya habido recortes en el Gobierno en los planes contra la violencia de género y ha pedido a los partidos que no mientan , porque “eso no es cierto por mucho que lo quieran repetir y utilizar intencionadamente”.

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Osakidetza ha operado de cambio de sexo a 39 vascos desde el año pasado

Ares y Sarai cuentan experiencias dispares sobre cómo vivieron con unos genitales con los que no se identificaban y cómo es ahora su día a día

Ares y Sarai, la primera persona que fue operada en Osakidetza para la reasignación de sexo, fue un 8 de diciembre de 2009

Ares y Sarai, la primera persona que fue operada en Osakidetza para la reasignación de sexo, fue un 8 de diciembre de 2009. / Fernando Gómez

Desde el año 2009 está en marcha la Unidad de Identidad de Género de Osakidetza en el Hospital de Cruces. Un equipo multidisciplinar que agrupa a psiquiatras, endocrinos y cirujanos se encarga de que personas como Ares o Sarai consigan ser ellas mismas con una reasignación de sexo. Y no son las únicas. Entre el año pasado y lo que va de este, 39 vascos se han sometido a una operación de cambio de sexo. Durante los últimos 22 meses, son datos oficiales del consejero vasco de Salud, Jon Darpón, en respuesta a una pregunta parlamentaria del PSE, se ha operado a 25 personas de Bizkaia, a nueve de Gipuzkoa y a cinco de Álava.

Todos buscaban una reasignación de sexo, que sus genitales se adaptaran a su verdadera identidad personal después de un largo proceso médico y psicológico de por medio. Deberán seguir pasando de por vida por esta unidad para distintos controles sanitarios, para la dilatación de la vulva o para seguir con la hormonación que necesitan para mantener sus cambios.

La primera persona en ser operada por este servicio fue Sarai, una bilbaína de 37 años, un 8 de diciembre de 2009. Repite eso que cuesta tanto entender como explicar. «Es que por mucho que el médico dijera que era un chico en el momento de nacer, yo me sentía chica en todo momento. Siempre he sido Sarai por mucho que llevara otro nombre. Lo malo es que he tenido que ocultar a Sarai y por tanto a mí misma durante 30 años. Todo eso supuso fracaso escolar, la autoestima por los suelos, una gran infelicidad que todavía no sé cómo pude soportar durante tantos años. Llega un punto en el que te planteas que, o revientas o que así no merece la pena vivir. A mí me pasó». En estos momentos Sarai no tiene pareja, pero lo que lamenta es no haberse atrevido a tomar antes la decisión de ser ella misma.

Cambiar de sexo, más bien cambiar de genitales, no solo acarrea enfrentarse al entorno, a la familia y a la sociedad con un físico diferente. Obliga a intervenciones quirúrgicas, a tratamientos hormonales, a prótesis, a visitas al médico y al psiquiatra. Por eso, el equipo multidisciplinar de Osakidetza cuenta con un protocolo fijado que incluye diferentes especialidades, desde el médico de cabecera que debe ser el primer punto de encuentro al psiquiatra, que evalúa la situación emocional de la persona para llegar después al endocrino y por fin al cirujano. Además, existe una asistencia personalizada para cualquier problema que pueda surgir a través de Berdindu. Esta oficina, que depende del Gobierno vasco, ha prestado 120 atenciones durante este año, menos que el año pasado, que sumaron hasta 400.

Ares es responsable de este servicio de atención a gays, lesbianas y transexuales, y explica que cada vez llegan niños más pequeños a la oficina. «Los padres quieren lo mejor para sus hijos, se preocupan y quieren saber qué les ocurre. Hay más información y eso se nota».

A los niños no se les opera. Lo habitual es que se les aconseje esperar, aunque sí realizar un cambio progresivo en su forma de vestir, que se les deje jugar a lo que quieran y, sobre todo, matiza Ares, «tratarles como a él o como a ella, no dejar que se invisibilicen y reconocer que son así y no de otra manera».

Ares lo sabe bien. Porque nació chica oficial hace 43 años, aunque ahora lleva una prótesis y tiene que hormonarse el resto de su vida. Pero sobre todo, sabe lo que es el rechazo y los insultos en el patio del colegio, en el barrio, que no le dejaran jugar al fútbol, ni apartarse de su papel de niña. «Decimos que el médico se equivoca porque por lo único que se decide qué es una persona es chico o chica es por sus genitales. Y ni una vulva hace a una mujer ni un pene a un hombre».

«Luchas contra ti mismo»

Eran épocas en las que a las personas transexuales se les llamaba travestis, acepción despectiva e insultante, pero sobre todo poco acertada ya que el termino es el de un hombre que se viste de mujer. Eran años en los que era mejor ser invisible. Como le ocurrió a Sarai, el fracaso escolar fue la tónica de la vida académica de Ares y su permanente encierro en casa el reflejo de que no quería que nadie le viera. «Luchas contra ti mismo, sufres, sufres mucho, odias tus genitales, les das incluso excesiva importancia, más que cualquier otra persona. Nos hemos escondido hasta la saciedad. Había veces que no podía seguir adelante».

Un día decidió coger toda esta mochila de dolor, buscó información, encontró a un sexólogo y sobre todo a un endocrino, el mismo que le trataba un problema que tenía en la tiroides y que comenzó a ocuparse de él. Le llevó a Málaga, donde se hacían operaciones privadas. Estudió sexología y ahora pretende ayudar en el camino a quienes tienen un problema como el suyo y para los que no quiere el mismo sufrimiento que padeció. Porque si hay un dato que puede aportar desde su experiencia como asesor y desde Berdindu, es que nadie que ha comenzado esta ruta hacia la reasignación de sexo la ha abandonado por miedo sanitario o social.

Por eso va a los colegios que se lo solicitan, «antes nos hubieran apedreado», y contesta a preguntas como «¿me voy a ver enseguida como mujer?». Otra diferencia es que cuando se abrió el servicio Berdindu, mucha gente buscaba acompañamiento de personas con las que tenía una historia en común porque era difícil encontrar hueco en otros espacios sociales. «Ahora lo que quieren es asesorarse. Sus amigos los buscan ellos».

«Ni suelo contarlo, ni tampoco me importa hacerlo»

Nahia

Nahia

Nahia tiene 21 años, es de Donostia y estudia Interpretación en Madrid, donde se ha adaptado perfectamente. No sabe cuándo se dio cuenta de que, una vez más, el médico se había equivocado al decir a sus padres que era un chaval. Lo que siempre supo es que sus sentimientos y su sensibilidad se asemejaban a los de las mujeres, que el mundo varonil no le atraía.

Tamborrero chico de su ikastola, jugaba siempre con las niñas y con las Barbies. Cuando tenía cinco años se disfrazaba de princesa como sus amigas, le encantaba jugar a ponerse pelucas y maquillajes. Las chicas de la gela la trataron como a una más.

Naia se siente «muy agradecida» hacia su familia, a cómo aceptaron su situación y cómo le prestaron su ayuda. También a la actitud de sus compañeros de ikastola, que no le dieron de lado cuando comenzó a cambiar de imagen a los 13 años.

¿Ha confiado a sus nuevos amigos su condición de transexual? «Ni lo suelo contar ni tampoco me importa contarlo. No creo que haya mayor necesidad de hacerlo, pero si hay que hablar se habla, porque si evitas un tema es porque le das mayor importancia que la que tiene». Nahia no tiene pareja, sus amores, hasta ahora, han durado más bien poco, pero es consciente de que hay chicos a los que les gusta «mucho» y a otros… «Mejor ni recordar la reacción espantosa de un chico, todavía es muy reciente».

Ben Whishaw y Andrew Scott: los ayudantes gays de 007 en ‘Spectre’

LGBT+ en el mundo audiovisual

Los dos intérpretes en la premièreSpectreGTRES

Los dos intérpretes en la premièreSpectre GTRES

Javier Bardem acaba de hacer su entrada en escena con la peluca rubia oxigenada y el traje más bien peculiar de Raoul Silva, el renegado del MI6 que ejerce como malo malísimo de Skyfall. Tiene a Daniel Craig, el James Bond rubio, atado a una silla, y no pierde la oportunidad para tratar de seducirle para lo que sólo se podría describir como ‘pasarse al lado oscuro’: “¿Qué te hace pensar que es mi primera vez?“, contraataca 007.

Ya se sabe, no hay nada más difícil que luchar contra una tradición: la idea de un Bond que no sea heterosexual, queda muy lejos. Y lo mismo se puede aplicar al resto d personajes de la saga de espías más famosa de la historia. En su momento, Daniel Craig negaba rotundamente que, en un futuro, pudiese haber unJames Bond gay. Javier Bardem, por su parte, relegaba la sexualidad de Silva a la nebulosa del ‘no entra en ninguna categoría’. ¿Era Silva el primer villano Bond gay? “Se podría interpretar de esta manera“, contestaba en una entrevista “la opción estaba en el guión”.

Hacemos un fast-forward de tres años y nos encontramos con Spectre, la película número 24 de la saga, la cuarta protagonizada por Craig. Spectre cuenta con dos actores abiertamente gays, lo que llama la atención no desde un punto de vista profesional (¿qué actor rechazaría un papel en la tercera saga más taquillera de la historia?) sino desde un punto de vista ético: ¿por qué participar en una película que pasa por el tema LGBT+ de puntillas?

Sus nombres son Whishaw, Ben Whisaw y Scott, Andrew Scott, y no sabemos si les gusta el vodka martini agitado o revuelto, pero sí que lucen un esmoquin con una planta digna de cualquier agente del programa ’00’.

Q, el siempre fiel colaborador de Bond, en plena acción CORDON

Q, el siempre fiel colaborador de Bond, en plena acción CORDON

El primero interpreta de nuevo a Q, el joven jefe de la división Q del MI6 (algo así como I+D pero aplicado a espías) y se encarga de ofrecer a Bond toda la ristra de cachivaches que el agente utiliza para llevar a cabo sus misiones en el nombre de la Patria y de la Reina. Durante su paso por el universo Bond, también le ha proporcionado una suerte de agria simpatía que, contando que hablamos de ingleses, bien puede ser interpretada como una amistad. El personaje de Scott es uno de los recién llegados al mundo de claroscuros del espionaje inglés. Por la poca información que hemos podido llegar a reunir sobre el personaje, sabemos que, al menos, parece uno de los buenos: es Max Denbigh, alias C, jefe del Centro de Seguridad Nacional, el resultado de mezclar las dos agencias de inteligencia del gobierno británico: el MI5 y el MI6.

Salir del armario: ¿sí o no?

Han conseguido estos papeles tan destacados en un momento en el que uno de los debates más candentes en Hollywood es si los actores LGBT+ deberían o nosalir del armario públicamente, si eso ayudaría a sus seguidores y si ofrecer esa ayuda les merecería más la pena que el supuesto daño que esa salida del armario podría repercutir en sus carreras.

“Creo que eres mejor actor cuanto menos sepa la gente sobre tí. (…) Tanto si eres heterosexual como si eres gay, la gente no debería saber nada de tu sexualidad, porque ese tendría que ser uno de los misterios con los que deberías ser capaz de jugar”, comentaba hace poco Matt Damon en una entrevista. Ian McKellen, uno de los primeros actores establecidos en declarar públicamente su homosexualidad, animaba poco después a sus compañeros de profesión a seguir su ejemplo: “Ese es mi mensaje para todo el que piense ‘tengo que mantenerme dentro del armario para tener éxito en el cine’: yo no lo hice“.

Los actores que nos ocupan hoy, Ben Whishaw y Andrew Scott, son el ejemplo perfecto de que este debate no es sólo una discusión entre la comunidad heterosexual y la LGBT+, sino entre los mismos miembros de la comunidad LGBT+. Ben Whishaw, por su parte, se acerca más a la posición de Matt Damon. Declaró que no sabía por qué el hecho de ser gay tenía que ser discutido públicamente sólo porque los actores llevasen a cabo su trabajo bajo la mirada pública. Como un digno espía, lo poco que se sabe de su vida privada es que se ha casado por lo civil con el compositor australiano Mark Bradshaw, al que conoció mientras ambos trabajaban en la película Bright Star en 2009.

C, el misterioso personaje de Andrew Scott, en un fotograma de Spectre

C, el misterioso personaje de Andrew Scott, en un fotograma de Spectre

Andrew Scott tiene un lado mucho más contestatario: salió del armario para criticar públicamente la ley contra la propaganda de las relaciones sexuales no tradicionales. Como irlandés, también ha manifestado su apoyo a la legalización del matrimonio homosexual en su país. Piensa que “gracias a Dios, actualmente la gente no ve el hecho de ser gay como un fallo de carácter. Tampoco es una virtud, como la amabilidad. O un talento, como tocar el banjo. Es simplemente un hecho“. Ha insistido en que salir del armario no le ha reportado ningún efecto negativo a su carrera, profesionalmete hablando, y ha animado a sus compañeros de reparto, tal y como lo hizo Ian McKellen, a salir del armario: “creo que es importante serauténtico con uno mismo”.

Otros actores LGBT+

La inclusión de Whishaw y Scott en el universo Bond, ¿significa alguna mejora para la comunidad LGBT+ dentro del mundo del cine?

Tenemos a Zachary Quinto como el icónico Spock en Star Trek, a Ian McKellen y aLuke Evans, ex novio de Jon Kortajarena, en El Hobbit, a Jamie Clayton y a Laverne Cox, actrices transexuales, en Sense8 y Orange Is The New Black respectivamente, a Ellen Page en la esperada Freeheld, a Angelina Jolie, Megan Fox, Neil Patrick Harris, Matt Bomer, Cara Delevingne… Parece que, poco a poco, la sexualidad y la identidad de género de un actor está alcanzando la misma relevancia que su color de pelo.

Ordenan destruir obras de un pintor pederasta que usó como modelos a sus víctimas de abusos sexuales

'Retrato de dos niñas' y 'Zeitie y Mitzie', dos obras del pintor Graham Ovenden.

‘Retrato de dos niñas’ y ‘Zeitie y Mitzie’, dos obras del pintor Graham Ovenden.

Graham Ovenden, de 72 años de edad, es un reconocido artista británico que lleva años con problemas con la Justicia porque su arte raya lo que algunos consideran obsceno. Contra el “material obsceno” hay una ley británica que cuando se ha aplicado ha pasado por encima del arte de Ovenden. El artista David Hockney y otros le han apoyado en sus incautaciones de obras o en sus pleitos judiciales.

De lo que no se ha librado Graham es de un juicio por abuso sexual a menores del que salió culpable. Lo denunciaron personas adultas remontándose a la década de 1970. Algunas eran menores que posaban para un retrato cuando el pintor abusó de ellas sexualmente. Por estos delitos fue juzgado y declarado culpable siguiendo todas las instancias de la judicatura británica. Fue encarcelado en 2013por dos años y ha sido puesto en libertad recientemente. Graham aduce que es todo un montaje contra él.

La juez Elizabeth Roscoe ha ordenado destruir algunas de las obras de arteproducidas y/o poseídas por Graham Ovenden argumentando que no se ciñen a los cánones de decencia aceptados por la mayoría de las personas.

Uno de ellos es un encargo de Diana de Gales, para la que el artista pintó la imagen de una niña de espaldas caminando sobre el agua con una camiseta y el trasero al aire.

La juez que ordena la destrucción de algunas de las obras hechas o pertenecientes a Graham Ovenden aduce razones de “decencia” para justificar su argumentación. Sectores artísticos y jurídicos rebaten la opinión de la juez. El abogado Mark Stephens, que lleva el ámbito cultural en la firma de abogados Howard Kennedy, concluye que “una orden judicial para destruir las obras de arte hechas o poseídas por un convicto de delitos sexuales es un error moral y legal“. Durante el juicio se ha debatido si el material artístico en litigio incita a la “depravación” y, consecuentemente, al delito.

Ovenden ha manifestado que su trabajo -algunas de las obras que la juez ha ordenado destruir- lleva más de 40 años a la vista del público. Su abogado recuerda el artículo 10 de la Convención Europea de Derechos Humanos que protege la libertad artística. ¿Es el arte producido o que pertenece a pederastas un peligro?

El caso de Graham Ovenden se suma al del escultor Eric Gill (1882-1940), acusado de incesto tras su muerte, las sospechas sobre los escritores J.M.Barrie y Lewis Carroll o el artista Paul Gauguin, que se casó con una adolescente. En todos los casos, han pasado a la historia como rumores no comprobados. Graham Ovenden ha sido juzgado y ha pagado por sus delitos. ¿Debe ser su arte sacrificado?