La próxima guerra cultural

Niños del Coro Archidiocesano de Boston en Cambridge, Massachusetts, el 28 de febrero de 2013

Niños del Coro Archidiocesano de Boston en Cambridge, Massachusetts, el 28 de febrero de 2013. / JESSICA RINALDI (REUTERS)

El cristianismo está en declive en Estados Unidos: el número de estadounidenses que se declaran cristianos y van a la iglesia está cayendo y los votantes evangélicos constituyen una cuota cada vez más pequeña del electorado. Los miembros de la generación del milenio se alejan de las instituciones religiosas en tropel.

Los reveses más graves que se ha llevado el cristianismo se encuentran en el reino de los valores: la cultura estadounidense se está separando de las posturas cristianas ortodoxas en materia de homosexualidad, sexo antes del matrimonio, métodos anticonceptivos, hijos nacidos fuera del matrimonio y divorcio, entre toda una gama de cuestiones sociales. Cada vez más cristianos se sienten ajenos a la cultura mayoritaria, y temen que pronto empezarán a ser tratados como parias sociales, el equivalente moral de los segregacionistas, por su fidelidad a las enseñanzas bíblicas sobre el matrimonio homosexual. Temen que sus universidades pierdan credibilidad, que sus instituciones religiosas pierdan sus exenciones fiscales, que su libertad religiosa sufra un acoso aún mayor.

La decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio homosexualse ha sentido como una especie de puñetazo culminante en medio de este clima de asedio. Rod Dreher, autor del excepcional libro How Dante Can Save Your Life [Cómo Dante puede salvarte la vida],escribió un ensayo en Time en el que afirmaba que para los cristianos era hora de retirarse estratégicamente a sus comunidades, donde “la llama de la fe seguiría brillando merced a la oscuridad cultural en derredor”.

Y seguía: “Tenemos que aceptar que vivimos en un país culturalmente poscristiano. Las reglas fundamentales de las que han dependido los cristianos durante mucho tiempo ya no existen”.

La mayoría de los analistas cristianos han optado por otra estrategia: seguir luchando. La semana pasada, varios colaboradores de la revista First Things, en un especial sobre la decisión del tribunal en elcaso Obergefell, aseguraban que la resolución era como el caso Roe contra Wade —que abordó el tema del aborto— del matrimonio: hay que oponerse a ella una y otra vez. Robert P. George, probablemente el teórico social conservador más brillante del país, aseguraba que de la misma manera que Lincoln rechazó constantemente la decisión delcaso Dred Scott —sobre la esclavitud—, “nosotros tenemos que rechazar y resistirnos a un acto atroz de usurpación judicial”.

Estos conservadores están enfrascados en una guerra cultural que lleva décadas librándose sobre los temas surgidos de la revolución sexual, y la mayoría de los analistas conservadores que he leído en los últimos días están decididos a seguir librando esa guerra.

Yo me sitúo a la izquierda de la gente que he descrito en casi todas estas cuestiones sociales. Sin embargo, confío en que me vean como un amigo y admirador. Y desde esa posición privilegiada, yo me limitaría a pedirles que se planteasen un cambio de rumbo.

Que se planteasen dejar de lado, en el clima actual, la guerra cultural que orbita alrededor de la revolución sexual. Dejar de lado una guerra cultural que ha propiciado que buena parte de tres generaciones no sienta ningún tipo de apego por la religión o las creencias. Dejar de lado un esfuerzo que ha supuesto un desastre en lo que concierne a la comunicación, y ha reducido una fe rica, compleja y hermosa a una obsesión pública por el sexo. Dejar de lado una guerra cultural que, al menos a corto plazo, están destinados a perder.

Que se planteasen una guerra cultural diferente, una igual de importante para su fe y con un ejemplo persuasivo mucho más poderoso.

Vivimos en una sociedad asediada por un cambio informe y radical, donde los vínculos, las estructuras sociales y los compromisos se tensan y se rompen. Millones de niños viven en unas condiciones inestables y abrumadoras. Muchas comunidades han sufrido una pérdida de capital social. Muchos jóvenes crecen en un contexto sexual y social que se ha vuelto bárbaro porque no hay normas comunes. Muchos adultos anhelan unas vidas regidas por el bien y la relevancia, pero carecen del vocabulario espiritual con el que reflexionar.

Los conservadores sociales podrían ser las personas que ayudasen a revigorizar, a unir de nuevo los tendones de la sociedad. Ellos ya se adhieren a una fe construida sobre el amor desinteresado, y pueden servir de ejemplo de compromiso. Poseen el vocabulario para distinguir el bien del mal, lo que dignifica y lo que envilece. Ellos ya pagan el diezmo a los pobres y ofrecen consuelo a los abandonados, aunque lo hagan en privado.

El rasgo definitorio del conservadurismo social podría ser el siguiente: ser las personas que van a zonas desamparadas y crean organizaciones para ayudar a formar familias estables. Ser las personas que construyen instituciones comunitarias en lugares donde escasean. Ser las personas que pueden ayudarnos a comprender que el desempleo y la pobreza espiritual se alimentan mutuamente. Ser las personas que nos hablan de los elementos trascendentes de la vida cotidiana.

Esa guerra cultural tiene más de Albert Schweitzer y Dorothy Day que de Jerry Falwell y Franklin Graham; más de Ejército de Salvación que de Mayoría Moral. Está haciendo en público, con gran determinación, lo que los conservadores sociales ya hacen en privado.

No espero que los conservadores sociales cambien su postura sobre el sexo, y es evidente que las disputas sobre la definición del matrimonio tienen como objetivo reparar la sociedad. Sin embargo, la revolución sexual no tocará a su fin a corto plazo. La lucha más práctica consiste en reparar una sociedad fragmentada, despiadada e inhóspita. Los conservadores sociales están bien equipados para reparar ese tejido, para ser mensajeros de amor, dignidad, compromiso, comunión y gracia.

 

Una parroquia retira un texto sobre cómo “sanar” la homosexualidad

Página web de la parroquia Dulce Nombre de María de Sevilla.

Página web de la parroquia Dulce Nombre de María de Sevilla.

¿Es la homosexualidad una patología o una enfermedad? Este era el interrogante que planteaba un artículo publicado en la página web de la parroquia Dulce Nombre de María de Sevilla y que ha sido retirado este lunes por la mañana. Según el párroco de esta iglesia, Santiago César González Alba, el texto fue publicado por el voluntario que gestiona la web “sin previa información”.

El artículo, publicado el pasado jueves con motivo del Día del Orgullo Gay, se titulaba Sanar la homosexualidad sí es posible e iba acompañado de un trabajo del escritor Richard Cohen con un conjunto de terapias para la “sanación” de la homosexualidad. Además, ofrecía consejos y material técnico-terapéutico para los familiares, según ha adelantado elDiario de Sevilla. En la introducción, se animaba a los feligreses a compartir y difundir el artículo para “hacer frente a la ideología que destruye la familia cristiana”.

A través de un comunicado de prensa, el párroco ha asegurado que no es el autor de la entrada de la web y que el texto fue publicado por otra persona “sin previa información”. “Aprovecho para pedir disculpas a las personas y/o colectivos que se hayan podido sentir ofendidos por la desafortunada entrada”, ha señalado el religioso.

El colectivo LGTB ha expresado  su “condena” por esta publicación y ha exigido responsabilidades a la diócesis de Sevilla. “Estas declaraciones no pueden quedar impunes”, han reclamado a través de un comunicado.

MÁS INFORMACIÓN

Una parroquia de Sevilla cuelga en su web consejos para «sanar» la homosexualidad

La parroquia sevillana Dulce Nombre de María ha retirado hoy de su página web una entrada titulada “Sanar la homosexualidad sí es posible” en la que se adjuntaba un trabajo del escritor Richard Cohen con un conjunto de terapias para la “sanación” de la homosexualidad.

La entrada, firmada por el párroco del templo, Santiago César González Alba y que ofrecía consejos y material técnico-terapéutico para familias con miembros homosexuales, planteaba la cuestión con un interrogante: “¿Es la homosexualidad una patología o una enfermedad?”.

Publicada el jueves 27 de junio, la entrada en la web de la parroquia, de la que informa hoy el ‘Diario de Sevilla’ y que ha sido retirada pasadas las nueve de la mañana, se contextualiza en un fin de semana en el que se ha celebrado el Día del Orgullo LGTB.

En la introducción se animaba a los feligreses a compartir y difundir el artículo publicado en la página web de la parroquia para “hacer frente a la ideología que destruye la familia cristiana”.

Publicación “desafortunada”

Por su parte, González Alba ha emitido hoy un comunicado en el que dice que no es el autor de la entrada de la web de la parroquia y asegura que el texto fue publicado por otra persona “sin previa información”. El párroco ha pedido disculpas a las personas y colectivos que se hayan podido sentir ofendidos por una publicación que ha calificado de “desafortunada”.

El colectivo LGTB ha expresado en un comunicado su “condena” por esta publicación y ha exigido responsabilidades a la diócesis de Sevilla, ya que, ha subrayado, “estas declaraciones no pueden quedar impunes”.

La entrada suprimida de la página web incluía un trabajo del escritor y exterapeuta norteamericano Richard Cohen, autor de libros como ‘Comprender y sanar la homosexualidad’, ‘Abriendo las puertas del armario’ e ‘Hijos gay, padres heterosexuales’.

Un cura, sobre la muerte de Pedro Zerolo: “Los pecadores públicos pueden sufrir enfermedades como castigo divino”

Llueve sobre mojado. A pesar del lógico revuelo levantado tras las increíbles afirmaciones hace un año del polémico sacerdote Jesús Calvo en Alerta Digital TV, sobre el cáncer de Pedro Zerolo, el mismo cura se ha reiterado después de su fallecimiento.

Durante el programa La Ratonera, el presentador Armando Robles, insinuó que el concejal se merecía la enfermedad, que no le iba a “causar ningún trauma” y que “no cambiaría la vida de su perro por la de Pedro Zerolo” .

A pocos días de la muerte del político socialista, el conductor del espacio retomaba la controversia. “¿Ha rezado usted los últimos días por el alma de Pedro Zerolo, padre?”, preguntó irónico. “Tengo otros santos a los que rezar”, contestó el sacerdote por teléfono.

Y no desaprovechó la oportunidad de lanzar un mensaje a los que lógicamente pusieron el grito en cielo tras sus palabras. “Tenían que haber creído en la profecía que yo ya dije, que los pecadores públicos pueden sufrir enfermedades como castigo divino”, insinuó sobre el cáncer de páncreas que padecía el político. “Los frutos de la virtud y del vicio se siembran aquí, lo que se siembra se cosecha”, añadió.

Además de manifestar que su enfermedad fue una consecuencia de su homosexualidad, el presentador zanjó el tema lamentando que el arzobispo de Madrid llamara al marido de Pedro Zerolo para reconfortarlo. “Ese canalla tenía que habar hecho mismo que la viuda de Blas Píñar o de Licinio Lafuente, que hicieron más por los intereses de los españoles”, arremetió también contra la actitud liberal de algunos mandatarios eclesiásticos.

El arzobispo de Madrid da el pésame al marido de Pedro Zerolo

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El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Carlos Osoro, y Jesús Santos, marido del político socialista Pedro Zerolo. / EFE

El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Carlos Osoro, habló por teléfono el martes con el marido del político socialista Pedro Zerolo, fallecido tras perder su lucha contra el cáncer, para trasladarle su pésame, según declaró ayer el fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel García. Zerolo fue uno de los principales impulsores de la ley del matrimonio homosexual, además de un conocido activista LGBT.

El padre Ángel se encontraba en la capilla ardiente de Zerolo, instalada en el patio de cristales de la Casa de la Villa, cuando recibió una llamada del arzobispo de Madrid que, al enterarse de que estaba allí, le dijo que quería saludar a Jesús Santos, marido del fallecido.

El fundador de Mensajeros de la Paz recuerda que “quería mucho” al político socialista, con quien hablaba “de lo divino y de lo humano” y al que recordará como un hombre “de diálogo y de sonrisa”. “Nos quedamos con su sonrisa, que es lo más importante de la vida”, subrayó. Por ello, la próxima semana le tributarán un homenaje en la iglesia de San Antón para decirle adiós.

Ser gay y musulmán es compatible

SHANGAY

LUDOVIC-MOHAMED ZAHED FUNDÓ EN 2012 LA PRIMERA MEZQUITA INCLUSIVA DE EUROPA. GAY, SEROPOSITIVO Y MUSULMÁN, ZAHED LUCHA POR CAMBIAR LOS ESTEREOTIPOS DE SU RELIGIÓN CON LA INTEGRACIÓN POR BANDERA.

Ludovic-Mohamed Zahed

Ludovic-Mohamed Zahed

Integración. Esa es la palabra que lleva tatuada a fuego Ludovic-Mohamed Zahed, fundador en 2012 de la primera mezquita inclusiva de Europa en París. Gay, seropositivo e imam, este hombre nacido en Argel hace 37 años ha decidido derribar estereotipos más allá de su religión, enfermedad o condición sexual. Hoy explica al diario El País cómo es su nueva vida.

Ha cambiado su activismo por la reflexión, y entre prolíficos quehaceres, una afirmación provoca que los cimientos del Islam se titubeen: “Hoy, Mahoma casaría a los homosexuales”. Su primer libro, Le Coran et la chair (El Corán y la carne), bien merece una traducción al español. Otro de sus hallazgos: ha conseguido transformar la discriminación en apoyo. Sus padres, pasados los años, aceptaron su condición sexual, aunque su familia no siempre fue el hombro en donde llorar. Su hermano le propinaba palizas por ser demasiado afeminado. ¿Cómo focalizar el sufrimiento en algo digno de elogio?

No admite los extremos. Fuera de su entendimiento quedan los que tildan de homófobos a todos los musulmanes y los que dentro de su religión no admiten que pueda haber algo más que amistad entre dos personas del mismo sexo. Y además, como argelino en Francia, el hecho de que su país de adopción excluya de optar al matrimonio gay a miembros originarios de zonas como la suya también le corroe.

“Me enamoré del hombre que me había enseñado el Corán durante 5 años, lo que me hizo reconocer todas aquellas pasiones que había rechazado antes”. Y buscando su identidad encontró su sexualidad. También un lado más amargo. Dos años después de emigrar y descubrir que era gay, tuvo su primera relación de pareja, y contrajo el VIH. Ni siquiera había cumplido la veintena.

“Me dije, o bien la homosexualidad es una enfermedad o el islam es el problema”. Coqueteó con el budismo, pero acabó retornando a sus orígenes. Para él, la homofobia no tiene relación con el Islam, sino con las interpretaciones patriarcales que se hacen de sus principios. Lo de ir contracorriente es algo innato.

En la actualidad, comparte su vida mediante las conferencias que organiza por todo el mundo. Busca cambiar el destino de sus creencias, para que los demás a su vez elaboren una nueva concepción del Islam, inclusiva y sin barreras. Teniendo en cuenta que ha conseguido todo lo que se ha propuesto, no sería de extrañar que esto también se cumpliera. Todo un ejemplo.

Toda la homofobia, AQUÍ

El gay, el ateo, el zoroastriano y otros candidatos incómodos para algunos en Turquía

“Un falso clérigo, un gay… Nosotros no tenemos de eso“, vociferó recientemente con desprecio el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. El jefe de Estado, que antes ya había criticado la designación de zoroastrianos – seguidores de una fe oriental milenaria – y de ateos, muestra como inapropiada la decisión delPartido Democrático de los Pueblos (HDP) de ser plural en la elección de aspirantes a escaño.

La campaña electoral para las presidenciales de este domingo ha sido de las más tensas de los últimos años. Parte del juego sucio, en el que ha incurrido mayormente el islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP), ha consistido en atacar a ciertos candidatos contrarios a sus ideas. Quien se ha llevado más palos, especialmente de la prensa afín al ejecutivo, ha sido el candidato abiertamente homosexual Baris Sulu.

Sulu se presenta por Eskisehir, ciudad cuya sede del HDP fue atacada tras las críticas públicas a su orientación sexual. Las organizaciones pro LGBTI salieron en su defensa, como también han apoyado a Deva Ozenen, que intentará ganar un escaño por Esmirna, con un partido menor, para intentar ser la primera diputada transexual en Turquía. “Podemos esperar sentados a que la sociedad turca lo acepte”, lamenta.

Otras víctimas del discurso de odio del AKP han sido los armenios. El corrosivo alcalde de Ankara, Melih Gökçek, habló con desprecio de la supuesta participación de armenios en un mitin del HDP. Garo Paylan, un conocido activista armenio, es candidato para Estambul del HDP. El laico nacionalista Partido Popular Republicano (CHP) también cuenta con una armenia como aspirante, Selina Dogan.

A pesar del despreciativo hablar de Gökçek, el AKP presenta en Estambul a Markar Esayan, el primer pretendiente a escaño de origen armenio de la historia del partido.

La apertura a los gitanos

Otra minoría que ganará una inédita representación en la próxima legislatura es la gitana. Casi seguro Özcan Purçu, del CHP, obtendrá un escaño por Esmirna. En esta campaña, Purçu se ha popularizado montando romerías por las calles de la ciudad occidental turca.

Purçu, orgulloso de ser “hijo de una vendedora ambulante y de un canastero”, promete ser “el rostro de los romaníes” y resolver “cinco grandes problemas” de su comunidad: “Educación, desempleo, acomodación, discriminación y prejuicio”. La apertura a los gitanos ha sido amplia.

Aunque sin asignar candidato, el primer ministro Ahmet Davutoglu(AKP) prometió el pasado abril contratar de asesor a un gitano. El gitano no es el único elegible dotado para la música. Casi todos los principales partidos tienen a su cantante. El famoso compositor Ugur Isilak es el del AKP. Ilhan Kesici, del CHP, dedicó una oda a su mujer en directo por CNN Türk. El HDP tiene a Pinar Aydinlar, conocida cantante folk y aspirante por Esmirna. El copresidente de esa formación, Selahattin Demirtas, hasta se marcó en televisión un solo con baglama y voz.

Aún más sorprendente es el candidato independiente de EstambulMetin Sentürk, músico célebre con diversidad funcional – ceguera -. Senturk intentará seguir dedicándose a la música mientras trabaja de parlamentario. No será el primero con diversidad funcional. Safak Pavey, que sobrevivió en el pasado al atropello de un tren, es ya una experimentada diputada que busca revalidar su escaño en Estambul.

La religión ha sido un arma en manos del AKP y del presidente Erdogan durante toda la campaña electoral. El candidato Demirtas ha sido ‘acusado’ por la formación rival de ateo y zoroastriano, aunque ninguna de las dos cosas está comprobada. Nimettullah Erdogmus, un ex müftü – funcionario responsable sectorial de los imanes -, que se presenta como candidato por el HDP en la ciudad de Diyarbakir, ha sido tildado por Erdogan de “falso”.

A la cabeza de todas las peculiaridades que uno puede encontrarse, revisando la lista de candidatos, está el golpe en la mesa del Partido Comunista de Turquía (TKP). En su relación de candidatas solo hay mujeres. Aunque lo tiene difícil para superar la prohibitiva barrera del 10% de votos para entrar en la Gran Asamblea Nacional, con su propuesta se han granjeado la simpatía de izquierdistas y feministas del país.

@llmhurtado

“Hoy, Mahoma casaría a parejas homosexuales”

Ludovic-Mohamed Zahed, gay e imam, creó en 2012 la primera mezquita inclusiva de Europa

Ludovic-Mohammed Zahed, impulsor de la primera mezquita para gays

Ludovic-Mohammed Zahed, impulsor de la primera mezquita para gays. / GERARD CASAS

Ludovic-Mohamed Zahed ha dado muchas vueltas físicas, espirituales e identitarias a lo largo de su vida. Después de un largo camino ha logrado integrarlas: francoargelino —vivió su infancia entre Argel y París—, activista, gay, musulmán y seropositivo. Y no pide permiso para existir, es. Nacido en Argel hace 37 años, fundó en 2012 la primera mezquita inclusiva de Europa en París.

Un templo abierto a todos y a todas, en el que dirigía la oración como imam. Ya no. Ahora son otras personas las que están al frente de esta comunidad. “Sois imames conmigo”, les advirtió desde el primer momento. Zahed dedica ahora más tiempo a la reflexión que al activismo. Hace un mes presentó su tesis en Antropología, Las minorías sexuales en la vanguardia de las mutaciones del islam de Francia.

En 2012 ya había publicado un libro, Le Coran et la chair (El Corán y la carne), de la editorial Max Milo y sin traducción en España. En él afirma, sin miedo y sin dudas, que si Mahoma viviera hoy, casaría a parejas homosexuales.

En esta obra, entre el ensayo y la autobiografía, Zahed expone su vida. También suele compartirla con los asistentes a sus conferencias, como la que organizó recientementeNasij (textura o tejido, en árabe), una red que busca promover un islam inclusivo y queer. Acudieron unas 200 personas a la cita, en labiblioteca municipal Jaume Fuster de Barcelona.

En su infancia tuvo que soportar las palizas de su hermano mayor por ser demasiado afeminado. Sus padres, según relata, no solo admiten hoy su orientación sexual, también le quieren y le apoyan en su lucha.

Habla sin alzar la voz, pero sin dar tregua. A nada ni a nadie. Ni a aquellos musulmanes que no admiten el amor entre personas del mismo sexo. Ni a aquellos colectivos LGTB que califican a toda la comunidad islámica de homófoba. Ni a Francia por excluir del matrimonio gay a las parejas con uno de los miembros originarios de países como Marruecos o Argelia. Ni a Arabia Saudí por propagar una ideología “fascista”.

Desde pequeño se hizo muchas preguntas sobre sí mismo y su identidad. ¿Qué significa ser un niño argelino en Francia? ¿Y un emigrante en Argelia? Durante los veranos y el año en que la familia residió en Argel, buscó las respuestas en el seno de una comunidad salafista, que rechazaba la violencia. Ahí descubrió el deseo por alguien de su mismo sexo. “Me enamoré del hombre que me había enseñado el Corán durante cinco años. Eso me hizo reconocer todas aquellas pasiones que había rechazado antes”, recuerda.

Sus padres decidieron emigrar a Marsella en 1995. Al otro lado del Mediterráneo, Argelia se desangraba en una guerra civil, en la que perdieron la vida 250.000 personas. Fue en la capital de la Provenza francesa donde pudo vivir su primera relación de pareja y sexual, con un votante del Frente Nacional, que le transmitió el VIH. Tenía 19 años. Hacía solo dos que había descubierto que era homosexual.

Huyó de la espiritualidad durante siete años. “Me dije: o bien los salafistas tienen razón y la homosexualidad es una enfermedad o el islam es el problema”, rememora. La vida le sonreía. Terminó sus estudios, logró un buen trabajo, un apartamento. No era feliz, sin embargo. No estaba en paz.

Lo intentó entonces con el budismo. Meditó. Llegó incluso a viajar a Tíbet. Poco a poco fue retornando al islam. Una religión que, defiende, no incluye la discriminación o exclusión de la diversidad sexual o de las mujeres. Y es que para Zahed, al contrario de la visión predominante, la ideología y el discurso homofóbicos no son inherentes a los principios del islam, sino fruto de las interpretaciones patriarcales y misóginas que de esta tradición se han llevado a cabo.

El Vaticano, sobre la aprobación del matrimonio gay en Irlanda: “Es una derrota para la humanidad”

Una pareja de lesbianas celebra el triunfo del Si en el referéndum sobre el matrimonio homosexual celebrado este sábado en Irlanda

Una pareja celebra la aprobación del matrimonio homosexual en Irlanda. / EFE

El referéndum celebrado el pasado fin de semana en Irlanda que aprobó el matrimonio homosexual es “una derrota para la humanidad”, según la expresión del cardenal Pietro Parolin, quien se mostró “triste” por ese resultado.

“El referéndum irlandés es una derrota para la humanidad. Me quedé muy triste por el resultado, la Iglesia tiene que reforzar su empeño evangelizador”, dijo el secretario de Estado vaticano en comentarios recogidos hoy por medios italianos.

“El arzobispo de Dublín (Diarmuid Martin) ha dicho que la Iglesia tiene que tener en cuenta esta realidad, pero debe tenerlo, en mi opinión, en el sentido de reforzar su empeño y esfuerzo por evangelizar”, dijo Parolin en un acto en el Palacio de la Cancillería.

“Y creo que se puede hablar no solo de una derrota de los principios cristianos”, sino también “de una derrota de la humanidad”, dijo Parolin en la ceremonia de concesión del premio “Economía y Sociedad”, que entrega la vaticana Fundación Centesimus Annus.

La República de Irlanda, de fuerte tradición católica, se convirtió el sábado en el primer país que autoriza en un referéndum el matrimonio homosexual, al ser aprobado por el 62,07 % del electorado que dijo “sí” a “la igualdad”.

A las palabras del cardenal Parolin se sumaron hoy las del presidente de los obispos italianos, cardenal Angelo Bagnasco, quien dijo que el voto irlandés es “una revolución cultural que nos afecta a todos”.

Y como tal, asegura Bagnasco en una entrevista en el diario italiano “La Repubblica”, “no puede no apelar a nuestra Iglesia: ¿qué tenemos que corregir o mejorar en el diálogo con la cultura occidental?”, se pregunta.

Interrogado sobre la posición de la Iglesia sobre las uniones homosexuales, el cardenal italiano expresa en su nombre “el pleno respeto por la dignidad de todos, sea cual sea su orientación (…) Esta posición no nos exime del esfuerzo de distinguir, evitando simplificaciones que no ayudan”.

Bagnasco considera por último que “pedir que se eviten homologaciones indebidas no afecta al reconocimiento de los derechos individuales de cada cual”.

El Vaticano dice que el matrimonio gay es “una derrota de la humanidad”

Una pareja de lesbianas celebra el triunfo del Si en el referéndum sobre el matrimonio homosexual celebrado este sábado en Irlanda

Varias personas celebran el resultado del referéndum en Dublín el pasado 23 de mayo. / AIDAN CRAWLEY (EFE)

El sí de la católica Irlanda al matrimonio homosexual ha sentado como un tiro en el Vaticano. Su más alto funcionario, el secretario de Estado Pietro Parolin, un diplomático con muchos años de experiencia y fama de moderado, se ha referido así al resultado del referéndum: “No solo se puede hablar de una derrota de los principios cristianos, sino de una derrota de la humanidad”.

El cardenal italiano Parolin añadió que se siente “muy triste por el resultado” —un 62% de los votantes apoyaron el matrimonio gay y un 37% apostaron por el no— y animó a la Iglesia a reaccionar. “El arzobispo de Dublín”, añadió el secretario de Estado durante un acto de la fundación Centesimus Annus, “ha dicho que la Iglesia debe tener en cuenta esta realidad, pero a mí me parece que la debe tener en el sentido de reforzar su esfuerzo por evangelizar. La familia tiene que seguir estando en el centro, y debemos defenderla, tutelarla y promoverla. El futuro de la humanidad y de la Iglesia depende de la familia. Golpearla sería como quitar los cimientos del edificio del futuro”.

Las palabras de Pietro Parolin llaman la atención por dos aspectos. En primer lugar, el actual secretario de Estado no suele prodigarse en público, y mucho menos con esa rotundidad. Su labor hasta ahora ha sido la de sostener de forma callada, casi invisible, los esfuerzos del Papa por renovar la Iglesia y, sobre todo, por poner la maquinaria diplomática del Vaticano al servicio de la paz. En segundo lugar, desde que el papa Francisco se refirió a la homosexualidad durante su vuelo de regreso de Brasil —“¿quién soy yo para juzgar a los gais?”—, la Santa Sede ha procurado actualizar los viejos clichés.

Si bien, hasta el momento, solo se ha tratado de una aproximación más respetuosa, si acaso más comprensiva hacia los homosexuales, pero dejando claro –como hace hoy el cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en una entrevista al diario La Repubblica—que la Iglesia se sigue negando a las uniones civiles. “Nosotros creemos”, advierte Bagnasco, “en la familia que nace de la unión estable entre un hombre y una mujer, pontencialmente abierta a la vida; esta unión, que constituye un bien esencial para la sociedad, no es equiparable a otras formas de convivencia”.

 Tal vez las palabras de Pietro Parolin se puedan explicar por el temor de la Iglesia a que el resultado del referéndum irlandés pueda provocar un efecto dominó en el resto de Europa.