Manifestación en Madrid contra el matrimonio igualitario, “la degeneración y la charanga”

 

 

 

Por la familia natural contra el matrimonio homosexual

mani fascista contra orgullo madrid

Mientras Madrid ultima los detalles para que nada falle en la manifestación del Orgullo LGBTque arranca esta tarde a partir de las seis y media, a la par, se ha convocado un evento teñido de homofobia y autorizado por el Partido Popular. Y es que la Delegada del Gobierno Concepción Dancausa, ha autorizado una concentración del grupo ultraderechista La España en Marcha bajo el lema “Por la familia tradicional, contra el matrimonio homosexual”. 

La concentración se ha desarrollado este mediodía en la Plaza de Chamberí, cerca a Chueca, epicentro del movimiento LGBT en Madrid. Entre otros, el encuentro ha sido promovido por La Falange, quien en Twitter ha definido esta manifestación como un “acto a favor de la familia natural y en contra de la degeneración y la charanga que se vivirá hoy”. Entre los manifestantes, que también pertenecían a Alianza Nacional y Nudo Patriota y que por las fotos compartidas no parecían ser numerosos, había banderas con simbología franquista.

Homofobia y banderas franquistas: el bochornoso espectáculo que el PP permite el día del Orgullo

EL PLURAL

La extrema derecha carga contra los homosexuales bajo el pretexto de defender a las “familias normales”

Manifestación de La España en Marcha contra los homosexuales

Manifestación de La España en Marcha contra los homosexuales. Foto: Twitter (@logela)

La delegada del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Concepción Dancausa, ha autorizado este sábado una concentración del grupo ultraderechista La España en Marcha (plataforma ultraderechista compuesta por La Falange, Nudo Patriota Español, Alianza Nacional, Movimiento Católico Español y Democracia Nacional)  bajo el lema “Por la familia tradicional, contra el matrimonio homosexual”.

Capital del Orgullo
El acto se ha celebrado este mediodía en la céntrica Plaza de Chamberí, ubicada relativamente cerca del barrio de Chueca, donde durante todo el fin de semana pasaran miles de turistas y ciudadanos para celebrar el día del Orgullo Gay.

Bochornoso espectáculo
Las redes sociales se han hecho eco de esta manifestación convocada por la extrema derecha y autorizada por la Delegación del Gobierno en la que se han exhibido banderas franquistas y se ha cargado contra los homosexuales bajo el pretexto de defender a las “familias normales”.

Doble rasero
Sin duda, sorprende que la sustituta de Cristina Cifuentes al frente de la Delegación del Gobierno permita esta marcha contradiciendo los argumentos que desde el Partido Popular siempre han esgrimido para prohibir actos como la manifestación atea que colectivos ateos pretenden realizar cada Jueves Santo en Madrid. Una prohibición que se defiende bajo el siguiente argumento: “La fecha, lugar y hora elegidos por los convocantes, aunque manifiestan en principio una finalidad lícita, lo cierto es que pretenden realizar la manifestación un día de especial significación para los católicos, en el mismo lugar y horario en que se van a celebrar diversos actos religiosos, lo cual pone de manifiesto, cuanto menos, una evidente voluntad de provocación”.

28J: ruinas, cuerpos y orgullo

En medio de la crisis de sentido que vivimos es necesario repolitizar las manifestaciones por la liberación sexoafectiva.

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¿Qué exigencia tengo de contar la verdad sobre mí misma? ¿Quién me lo pide? ¿Qué esperan? ¿En qué lenguaje será satisfactoria mi respuesta? ¿Cuáles son lasconsecuencias de decirlo? Mi hablar es un hacer y por tanto un acto político en sí. Antes de “jugárnosla”, antes de implicarnos en procesos y espacios públicos, el punto de partida común puede ser la duda. Las preguntas. La desorientación. La incertidumbre ante nuestros propios límites y fronteras.

El reto puede ser más simple y ambicioso al mismo tiempo: “reencontrarnos con nosotras mismas”, como dice Marina Garcés. “Dar cuenta de sí mismo”, como dice Judith Butler. No pasa nada. A veces es más importante lo que no sabemos que lo que sabemos.

¿Cómo funcionan nuestros afectos, deseos, sexos? ¿Cómo responde nuestro cuerpo en relación con otros cuerpos? ¿Cómo despojarnos de clichés, presuposiciones, corsés e inseguridades? Ninguna persona quiere quedarse sola. Nadie deja su casa o su país por gusto. Nadie quiere sentirse marginada. Nadie quiere ser diferente, y sin embargo todas los somos cuando dinamitamos las jaulas de la normatividad. Todas queremos “integrarnos”, pero no a costa de cualquier cosa y menos de “perder” la identidad.

En estos momentos

En estos momentos una adolescente estará viviendo por primera vez una historia de amor con otra mujer y temerá contárselo a sus padres. En estos momentos, una persona intersex contará su historia en una escuela. En estos momentos, un viejo de Aranjuez estará deseando a un chico bangladeshí que vende cervezas. En estos momentos, tres personas estarán haciendo una familia y querrán criar en tripartito.

En estos momentos una cajera de supermercado pensará en sus pelos y prominente clítoris que le han avergonzado toda la vida y los empezará a vivir como una delicia junto a sus amantes. En estos momentos, una persona trans odiará al endocrino que le ha “tratado” en la unidad de identidad de género y tuiteará su indignación.

En estos momentos, llegarán a la costa española dos marroquíes homosexuales perseguidos en su país, dispuestos a empezar de nuevo. En estos momentos, un joven abandonará su pueblo y se irá a vivir a la capital porque no le dejan mostrar que ama a otros hombres. En estos momentos, el presidente del gobierno español se arrepentirá de haber dado tregua al caso de asilo político de una lesbiana negra. Alguien estará viviendo una experiencia traumática que le hará guardar un secreto durante años y afrontar de forma negativa su hermosa diferencia. En estos momentos, miles de personas se estarán reencontrando con sus cuerpos y gritarán de placer.

De esto van  las manifestaciones del 28 de junio. El Día del Orgullo no es una fiesta de jóvenes glamurosos y despolitizados que se ponen hasta las cejas con el patrocinio de multinacionales y empresas mientras una multitud mirona y silenciosa observa los desfiles en la calle o a través de la tele. Esto no es el Orgullo. O no debería serlo.

El Orgullo es la denuncia creativa organizada a diario entre personas que dicen “quiéreme como soy”. El orgullo es que las viejas de los pueblos, y también los astilleros de la costa, se sientan interpeladas en una expresión colectiva de la diversidad sexual, en una celebración política por la multiplicidad e irreductibilidad de los cuerpos.Hay una necesidad de pensarnos con lxs otrxs, de volver a encarnar la teoría y la lucha social. Es una necesidad de confianza en lo común, de sentir que somos interdependientes y que esto de los cuerpos nos afecta a todes.

El 28 de junio no es un baile de monstruos sociales, ni de satánicos, ni de brujas, bohemias radicales, artistas rebeldes, amantes indomables. O sí. Y todas somos esos posibles que desdibujan las líneas de la normatividad.

Se trata de eso. El desnudo y la corporalidad. Exponer la vulnerabilidad y la falibilidad propia de la condición humana, llevar el cuerpo a la primera línea política. Bajar las emociones y las ideas del ático que es la mente al resto del cuerpo.

Salirnos del “marco incomparable” que es el pensamiento dual y resignificar la bandera multicolor en el comienzo de un nuevo ciclo político. Es algo urgente. Pensar por qué vamos a acudir a las fiestas del Orgullo de nuestra ciudad. Y hacer de nuestras vidas una celebración, claro que sí. Transformar las tragedias en historias emocionantes contadas con mucho humor. Y gritar en coro los Principios de Yogyakarta (2007).

Y pensar qué estamos haciendo en nuestros colectivos, barrios y pueblos. Pensar cómo nuestros entornos pueden ser ya comunidades de resistencia a la condición neoliberal, a las violencias y los colonialismos. Iniciativas como los Orgullos Indignados de Madrid o la nueva caseta reguetonera de Barcelona hacen genealogía de los movimientos LGTBIQ en un baile disidente de categorías que se cruza con otros movimientos sociales.

Insisto. Se trata de esto. La denuncia, la protesta, la creatividad indignada y feminista. Crear comunidad desde la experiencia de la diversidad mutante.El reto, conseguir que colectivamente tomemos las riendas, vivamos y expresemos en libertad, sin miedo, nuestras identidades sexoafectivas, en un cotidiano que está cambiando.

¿Qué pueden entonces aportar las manifestaciones del 28 de junio como reflexión política en la actual crisis de valores? ¿Cómo nos sentimos interpeladas? Quedan muchas preguntas y luchas pendientes para un país progresista en materia de derechos sexuales y reproductivos como es el Estado español.

Que el Orgullo sea una demostración colectiva y creativa del descontento social. Que sea un proceso de construcción permanente de comunidad abierta e incluyente, que negocia tensiones, que resuelve conflictos. Que sea un flujo de etnografías sexoafectivas que griten, denuncien y bailen su rechazo a un modelo económico capitalista que atraviesa nuestras identidades, destruyendo libertades y derechos ganados a pulso por quienes nos precedieron. El Orgullo es hoy una deuda con nosotras mismas. Y ésta sí que es legítima.

Un país diverso del que sentirse orgullosa

Estefanía Torres
Eurodiputada de Podemos en el Parlamento Europeo

 

España está hoy de celebración. Se cumplen ya diez años del primer matrimonio gay, diez años de una nueva legislación que marcó una tendencia de cambio histórico. Este avance fundamental se ha conseguido gracias al trabajo de los colectivos LGTB, organizados y perseverantes, que han estado en las calles hasta lograr que las instituciones hiciesen visible primero y tangible después, legislativamente hablando, el derecho de las personas homosexuales a elegir la fórmula que prefieran para convivir en pareja.

Un avance de tal dimensión no es mérito o patrimonio de una fuerza política concreta. Los cambios históricos de este calibre sólo se logran gracias al empuje y a la lucha constante de mucha gente durante muchos años.

¿Sabías que España es, según el Pew Research Center, el país más tolerante del mundo con personas LGTB? En Europa, países como Alemania o Italia no reconocen aún los derechos de los gays y las lesbianas al matrimonio, y otros como Portugal no permiten que los matrimonios gays puedan adoptar. Además, en la mayor parte de los países de Europa del Este las personas LGTB apenas tienen derechos y persisten unas legislaciones muy homófobas. Y esto sin mencionar que en alrededor de una decena de países (como Nigeria, Yemen, Arabia Saudí o Sudán) la homosexualidad está castigada con la pena de muerte y en más de 70 supone algún tipo de delito penal e incluso la cárcel.

En 2014, en Podemos nos planteamos entrar en las instituciones para abrir puertas y ventanas y que entrase el aire fresco de quienes, desde las calles, desde sus puestos de trabajo, desde sus casas, desde la vida pública o desde sus esferas privadas, clamaban porque estas instituciones estuviesen, de una vez por todas, a la altura de la gente decente que vive en este país.

Hoy, en 2015, parte del cambio ya se ha notado. La bandera del orgullo ondea estos días en numerosos Ayuntamientos y Parlamentos Autonómicos. Ada Colau, por ejemplo, ha sido noticia por transformar la Concejalía de Juventud en la del Ciclo de Vida, Feminismos y LGTB.

El Ayuntamiento de Oviedo ha lucido, por primera vez en la historia, la multicolor en uno de sus balcones para alegría de las vecinas y vecinos. Todo ello refleja que ya no tenemos que pedir a otros que hagan los cambios que queremos o necesitamos. Estamos entrando en las instituciones para hacer esos cambios nosotros mismos.

Partiendo de la responsabilidad que eso supone, hemos de ser conscientes de cuál es la realidad que viven todavía las personas LGTB. Quedan muchos retos por delante en esta materia y no podemos caer en una conducta que suponga vanagloriarnos de lo bueno que es nuestro país en ciertos aspectos sin tener en cuenta la parte negativa que pervive en la otra cara de la moneda.

Estefanía Torres
Eurodiputada de Podemos en el Parlamento Europeo

España está hoy de celebración. Se cumplen ya diez años del primer matrimonio gay, diez años de una nueva legislación que marcó una tendencia de cambio histórico. Este avance fundamental se ha conseguido gracias al trabajo de los colectivos LGTB, organizados y perseverantes, que han estado en las calles hasta lograr que las instituciones hiciesen visible primero y tangible después, legislativamente hablando, el derecho de las personas homosexuales a elegir la fórmula que prefieran para convivir en pareja.

Un avance de tal dimensión no es mérito o patrimonio de una fuerza política concreta. Los cambios históricos de este calibre sólo se logran gracias al empuje y a la lucha constante de mucha gente durante muchos años.

¿Sabías que España es, según el Pew Research Center, el país más tolerante del mundo con personas LGTB? En Europa, países como Alemania o Italia no reconocen aún los derechos de los gays y las lesbianas al matrimonio, y otros como Portugal no permiten que los matrimonios gays puedan adoptar. Además, en la mayor parte de los países de Europa del Este las personas LGTB apenas tienen derechos y persisten unas legislaciones muy homófobas. Y esto sin mencionar que en alrededor de una decena de países (como Nigeria, Yemen, Arabia Saudí o Sudán) la homosexualidad está castigada con la pena de muerte y en más de 70 supone algún tipo de delito penal e incluso la cárcel.

En 2014, en Podemos nos planteamos entrar en las instituciones para abrir puertas y ventanas y que entrase el aire fresco de quienes, desde las calles, desde sus puestos de trabajo, desde sus casas, desde la vida pública o desde sus esferas privadas, clamaban porque estas instituciones estuviesen, de una vez por todas, a la altura de la gente decente que vive en este país.

Hoy, en 2015, parte del cambio ya se ha notado. La bandera del orgullo ondea estos días en numerosos Ayuntamientos y Parlamentos Autonómicos. Ada Colau, por ejemplo, ha sido noticia por transformar la Concejalía de Juventud en la del Ciclo de Vida, Feminismos y LGTB.

El Ayuntamiento de Oviedo ha lucido, por primera vez en la historia, la multicolor en uno de sus balcones para alegría de las vecinas y vecinos. Todo ello refleja que ya no tenemos que pedir a otros que hagan los cambios que queremos o necesitamos. Estamos entrando en las instituciones para hacer esos cambios nosotros mismos.

Partiendo de la responsabilidad que eso supone, hemos de ser conscientes de cuál es la realidad que viven todavía las personas LGTB. Quedan muchos retos por delante en esta materia y no podemos caer en una conducta que suponga vanagloriarnos de lo bueno que es nuestro país en ciertos aspectos sin tener en cuenta la parte negativa que pervive en la otra cara de la moneda.

La niña que desafió a un predicador “homófobo” con una bandera del arcoíris

BBC.COM

Fueron muchos los que el pasado fin de semana celebraron en Estados Unidos la decisión de la Corte Suprema de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país.

Zea se situó frente al hombre en silencio sosteniendo una bandera multicolor que representa a la comunidad LGBT

Zea se situó frente al hombre en silencio sosteniendo una bandera multicolor que representa a la comunidad LGBT. (Foto cortesía de Ryan Bowling)

La noticia no fue bien recibida por grupos conservadores, que consideran que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer.

Ese es el caso de un predicador cristiano que acudió hace unos días a un evento en el que participaron miembros de la comunidad LGBT -que incluye a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales- en la ciudad de Columbus, en Ohio (noreste de EE.UU.).

Acompañado por un individuo que portaba un letrero en el que se leía “Jesús salva del infierno”, el hombre se dedicó a lanzar mensajes religiosos en contra de los gays y lesbianas, dirigidos a los asistentes a la celebración.

Lo que no esperaba el predicador es que fuera una niña de siete años la que le plantara cara por sus comentarios, que fueron calificados de “homófobos” por los presentes.

Lo único que la pequeña Zea hizo fue situarse frente al hombre en silencio sosteniendo la bandera del arcoíris que representa a la comunidad LGBT.

“Este mundo te dará angustia, te dará divorcio, de dará dolor. Jesucristo viene a redimir a la gente de este mundo”, gritaba el hombre, sin que la niña se inmutara.

La escena fue grabada por el padre de la pequeña, Ryan Bowling, quien colgó las imágenes en internet en la página de videos YouTube, que han sido compartidas en las redes sociales por miles de personas en las últimas horas.

Lea: Corte Suprema de EE.UU. declara legal el matrimonio homosexual en todo el país

“El amor gana”

Muchos celebraron en Estados Unidos la decisión de la Corte Suprema de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Muchos celebraron en Estados Unidos la decisión de la Corte Suprema de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Según le explicó Bowling a BBC Mundo, él y su familia estaban haciendo de voluntarios en el Festival de la Comunidad celebrado el pasado sábado en Columbus, cuando apareció el predicador con sus consignas en contra de los gays.

El hombre, según Bowling, rebajó el tono de lo que estaba diciendo cuando su hija se le acercó, aunque no dejó de gritar.

La niña, en cambio, se quedó mirándolo sosteniendo la bandera, mientras algunos de los que presenciaban la escena la felicitaban por plantar cara al predicador, que no ha sido identificado.

“Estábamos muy contentos con la decisión de la Corte Suprema y con el hecho de que nuestra hija pudiera ser parte de las celebraciones”, le explicó Bowling a BBC Mundo.

“Mi familia acude a menudo eventos sobre igualdad y donamos dinero a organizaciones que promueven esas causas cuando podemos”.

Según Bowling, el mensaje de la imagen de su hija frente al predicador es que “el amor gana”.

La fama de la pequeña Zea ha llegado hasta el punto de que se han empezado a fabricar camisetas con la foto de la niña con la bandera.

Parte de los beneficios que se obtengan con su venta irán a parar a una organización sin ánimo de lucro.

Nuestras bodas, nuestra dignidad

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dictaminado en favor del matrimonio homosexual porque hay que tener ‘la misma dignidad ante la ley’. Tienen el mismo derecho que los demás a celebrarlo con alegría y con una tarta

bandera americana arco iris

Hasta qué punto la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el matrimonio homosexual va a cambiar nuestros sentimientos respecto a nuestro país y respecto a nosotros mismos?

No puedo generalizar. Pero sí puedo hablar en nombre de un niño de 12 años.Es un chico que destaca entre sus hermanos porque le falta el optimismo que tienen ellos, incluso su facilidad para sonreír. Tiene una melancolía que no poseen los demás. Siempre está pensativo, huraño. Cohibido. Nunca está a gusto consigo mismo. Quizá sea genético, quizá no. Se ha dado cuenta de que lo que le acelera el corazón no son las chicas sino otros chicos, y es una sensación solitaria, aterradora e intensa.

No sabe qué hacer. Sabe que habrá insultos, porque conoce todos los chistes llenos de prejuicios y los comentarios crueles que hace la gente, a veces sin darse cuenta. Le gustaría tener la seguridad de que que no habrá desprecio ni repugnancia, pero no tiene motivos para confiar.

Puedo hablar por un chico de 16 años. Sabe cómo se llama lo que es —gay, homosexual, o algo peor, según quién hable—, pero no sabe lo que eso va a significar. Una tarde, en un centro comercial, se separa a escondidas de sus amigos y entra en una librería. Busca algo que aplaque sus temores.

Encuentra un estudio sobre “ser gay en Estados Unidos” que se titula Afectos alienados. La expresión le inquieta. Parece un diagnóstico o un mal presagio. Para comprenderla mejor, pasa a toda velocidad las páginas, vigilando para asegurarse de que no le ve nadie y con el oído atento a cualquiera que se aproxime.

Su valor le dura poco; solo le da tiempo a ver una referencia a las drag queens, una explicación de qué es el bondage y una investigación sobre el erotismo homosexual entre los presos.

¿Esas son sus opciones? ¿Plumas, cadenas o la cárcel? Le llama la atención en especial el título de un capítulo: “Más allá de la alegría y la tristeza: las miserias cotidianas”. ¿Tristeza? ¿Miserias?

No está seguro de tener ganas ni fuerza para afrontarlo. Cierra el libro y, con él, un pedazo de su corazón.

Puedo hablar por un universitario de 20 años. Se ha abierto a su familia y a muchos amigos, no porque sea especialmente valiente, sino porque ser sincero causa menos tensión y exige menos esfuerzo que guardar secretos. Y porque quiere conocer a hombres cono él, relacionarse, tal vez incluso enamorarse.

Hasta ahora, no ha pagado ningún precio terrible. Su familia no acaba de comprenderle, pero lo intenta. Por cada amigo que se ha alejado, hay otro que se acerca.

El alivio es inmenso.

Sin embargo, le gustaría poder ser sincero sin tener que ponerse una etiqueta, incluirse en una categoría, sin que le apliquen siempre un adjetivo que le recuerda que no es “normal”.

Como se lo recuerdan las leyes que, en muchas partes de su país, prohíben que dos hombres o dos mujeres mantengan relaciones sexuales y permiten que los despidan por su forma de enamorarse. En el debate público, se lo recuerda el propio lenguaje, cuando se felicita a alguna persona por su “tolerancia” con los gays y las lesbianas.

Tiene que explicar constantemente que no ha escogido este camino, que no es una declaración de intenciones ni un capricho, que ni lo hace por gusto ni lo lamenta, sino que está ahí, una parte esencial, eterna. Y la explicación le agota.

Puedo hablar por un hombre de 30 años que vive en una casa con otro hombre de su edad. Son una pareja. La casa, de ladrillo rojo, tiene una valla blanca de madera rodea que impide que se escape su pastor alemán. El hombre y su pareja no han hablado nunca de tener hijos, porque habría que tomar medidas muy complicadas y porque a la mayoría de la gente no le parece bien. Nunca se han abrazado en el jardín, no se han besado delante de una ventana, porque ¿qué pensarían los vecinos?

Y, aunque no da importancia a esos detalles, que le parecen pequeñas incomodidades, estar tan pendiente de todo eso tiene un precio. Es otra forma de volver a sentirse cohibido. Lo que de verdad le gustaría es que le juzgaran solo por su talento, por las virtudes que tiene y las que le faltan. Que le miraran como a cualquier otra persona.

Puedo hablar por un hombre de 45 años que ve asombrado y agradecido los cambios a su alrededor. Aunque no planea tener hijos —a estas alturas ya tiene pocas energías y demasiadas manías—, ve que muchas parejas de gays y lesbianas están formando familias. En algunos sitios, ya son indistinguibles de los demás.

Pero todavía hay otros sitios en los que no, y todavía hay demasiada libertad para los extremistas religiosos que dicen que las personas como él son despreciables, malvadas, impías. En algunos países, no se limitan a hablar. Matan. En el país de este hombre, no llegan tan lejos y cada vez son más minoritarios, pero son osados e insolentes y están consentidos. Él se pregunta cuándo empezará a haber menos indulgencia. Ya va siendo hora.

En 2015, el último viernes de un mes que se asocia a las bodas y al orgullo gay, llega la ruptura.

Después de varios años extraordinarios en los que el matrimonio entre personas del mismo sexo se ha ido legalizando en un estado detrás de otro, el Tribunal Supremo dictamina que deben hacerlo todos, porque lo exige la Constitución y se trata de tener “igual dignidad ante la ley”, escribe el juez Anthony Kennedy.

Puedo hablar por un hombre de 50 años que soñaba con esto pero aún no acaba de creérselo, porque cuando era joven parecía imposible y luego improbable, y porque ahora todo va a ser distinto.

Mañana, el chico de 12 años no sentirá la misma aprensión que el de entonces. Mañana, el chico de 16 años tendrá menos probabilidades de encontrarse con los tristes estereotipos sobre lo que significa ser gay o lesbiana.

El de 20, el de 30 y el de 45 no tendrán que dar tantas explicaciones ni pedir tantas disculpas, ni estarán tan dispuestos a aceptar límites. No habrá los mismos límites.

Y eso es así porque la decisión del Tribunal Supremo no habla solo de bodas. Habla de dignidad. Desde la instancia más alta del país, con las voces más autorizadas, la mayoría de los magistrados que la componen han dicho a una minoría de estadounidenses que son normales y que tienen el mismo derecho que los demás a celebrarlo con alegría y con una tarta.

Frank Bruni es columnista y editorialista de The New York Times.
© The New York Times
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

La política sale del armario

politicos bajo el arco iris

El décimo aniversario de la aprobación de la ley del matrimonio gayy el fallecimiento del socialista Pedro Zerolo han situado la lucha por la igualdad de derechos entre homosexuales y heterosexuales entre los primeros puntos de la agenda política. Asimismo, el relevo producido en algunas comunidades y grandes ciudades, como consecuencia de los últimos comicios, ha propiciado un posicionamiento general en la causa de lesbianas, gais transexuales y bisexuales(LGTB).

Hoy, los dirigentes de todos los partidos encabezarán la manifestación del Día del Orgullo, que arranca a las 18.30 horas en Paseo del Prado, cruce con Cuesta de Moyano. Coincidirán -entre muchos otros- el número dos de Cristina Cifuentes y consejero de Presidencia y Justicia en el Gobierno autonómico, Ángel Garrido;los socialistas Pedro Sánchez, Ángel Gabilondo y Antonio Carmona;Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Pablo Echenique, Luis Alegre y José Manuel López de Podemos;Alberto Garzón de IU;Ignacio Aguado, Begoña Villacís, César Zafra y Borja Pastor de Ciudadanos. También asistirán los principales líderes sindicales.

PSOE, Podemos y Ciudadanos llevarán su propia carroza, para lo que han tenido que pagar 10.800 euros. Todos los candidatos de Ciudadanos, y José Manuel López y Luis Alegre de Podemos, han confirmado que, tras participar en la manifestación, recorrerán Madrid en sus respectivos autobuses descapotables.

Nunca tantos y tan destacados políticos políticos se habían implicado así en la celebración del Orgullo. La salida del armario institucional comenzó hace una semana con la bandera arcoíris ondeando en el Gobierno regional, en el Ayuntamiento de Madrid y en las 21 juntas de distritos. La política de gestos continuó esta semana con la aprobación unánime de un manifiesto en defensa de la igualdad de este colectivo. Incluso el PP, que recurrió en los tribunales la ley que permite casarse a personas del mismo sexo, se sumó a la iniciativa.

Luego se produjo cierto debate sobre si la enseña multicolor se izaría en el Parlamento y comenzaron los pregones. Los homenajes a Pedro Zerolo unieron a todas las formaciones, aunque dieron lógicamente protagonismo al PSOE.

El PPt uvo que reaccionar. Después de colocar la bandera del arcoíris multicolor en el balcón de su despacho en Sol, Cristina Cifuentes quiso visibilizar su adhesión a la causa LGTB con su asistencia ayer por la tarde a la entrega de los premios Orgullo 2015, organizados por Transexualia. La presidenta regional no sujetará la pancarta en la manifestación de esta tarde, pero mandará a su dos.

Sus compañeros del PP en el Ayuntamiento de la capital no han seguido precisamente sus pasos. Al cierre de esta edición, ni Esperanza Aguirre ni ningún representante del grupo municipal había confirmado su presencia en la marcha, en la que sí estará en cambio la recién nombrada alcaldesa. Manuela Carmena, de Ahora Madrid, recibirá a los integrantes de la cabecera de la marcha al término del recorrido, en la plaza de Colón.

El PSOE llevará su tradicional carroza en el desfile donde este año pesará particularmente la ausencia de Pedro Zerolo y lo que significó en la lucha por la aprobación del matrimonio homosexual. A ella no se subirán ni Ángel Gabilondo ni Antonio Miguel Carmona, que sí participarán a pie en la manifestación. La también socialista Carla Antonelli, única diputada española transexual, ha aprovechado la coyuntura para recordar que es necesaria una Ley Integral de Transexualidad y de Igualdad de Trato y Contra la Discriminación.

Sí tienen previsto subir a su propio autobús, decorado ‘con una alegoría sobre al arcoíris’, los portavoces de Ciudadanos, Aguado y Villacís. El partido naranja ya desfiló el año pasado, pero aún no tenían candidatos. Desde Ciudadanos, Borja Pastor subraya la ‘importancia de que los máximos dirigentes de los partidos participen en estos actos y reivindiquen una igualdad real porque aún queda mucho por hacer’.

En el autobús de Podemos estarán el fundador del partido y secretario general de la Comunidad de Madrid Luis Alegre y el diputado autonómico Eduardo Fernández, entre otros destacados militantes. Según fuentes de Podemos, el apoyo institucional de este año es ‘histórico’: ‘Es la primera vez que se izan banderas en ayuntamientos y es significativo. Un lucha social no tiene razón de ser sin el apoyo de la gente, pero no puede continuar creciendo sin el apoyo institucional’.

 

Orgullo LGTB (o cuanto más dinero tienes, más opciones tienes)

Artículo publicado en Golfxs con principios

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Mañana se celebra el Orgullo “oficial” en Madrid. ¿Por qué el dia 4 en lugar del día que le corresponde, el 28 de junio? Pues por dos razones: La primera, que así pueden venir más turistas de vacaciones al Orgullo y la otra, que así está todo el mundo —el que trabaja— con dinero abundante en las manos. Al final acaba importando más el negocio que la parte reivindicativa. Acabado el “festival”, todo el mundo ha ganado sus euros y entonces llega de nuevo la soga al cuello del activismo: Las multas.  Se promociona delante de la prensa, se ahoga de maneras menos visibles. En esto de las reivindicaciones y la libertad para elegir cómo quieres vivir tu vida, hay que tener en cuenta que hay algo fundamental que no siempre se tiene en cuenta: Tus opciones para ejercer esa libertad. No es lo mismo tener un buen trabajo, o un buen status social, o vivir en una ciudad grande, que estar en situaciones más desfavorecidas. Si vives en el resto de ciudades y pueblos, la vida se complica de manera inversamente proporcional al tamaño del pueblo (no en todos, pero en general). O si no tienes trabajo, ni un duro y te resulta imposible salir de tu pueblo ni con BlaBlaCar. Y ya no digamos si quieres irte a vivir a una ciudad grande… O la familia lo mantiene o es imposible mudarse de ciudad sin un trabajo.

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Lo económico va de la mano de la libertad personal. Cuando no sabes qué vas a comer mañana, si es que comes… Cuando tienes que pasarte todos los días por comedores sociales… Cuando vives en unas condiciones muy muy complicadas en cuestiones básicas, igual te dan un poco igual otras aspiraciones más elevadas. Sí, te apetecería estudiar, te apetecería mejorar tu aspecto, comprarte ropa, viajar, o simplemente, poder ir a comer por ahí con alguien. Pero si no tienes un euro, la atención se acaba centrando en cuestiones más vitales de manera inevitable. Por eso a mí sí me parece muy importante tener presentes tanto las posturas relativas a la economía (que facilitarán o no esa expresión de la diversidad), como las posturas absurdas que niegan su importancia y ver de quién vienen esas posturas. Si sólo nos referimos a España, en lo primero me acuerdo de la curiosa jugada de cuando se aprobó el “matrimonio gay”: “El 30 de junio de 2005 pasará a la historia del Congreso de los Diputados. Aquella mañana, el Parlamento aprobó una de las reformas sociales más importantes y valientes de la Democracia: el matrimonio homosexual. Pero ésa no fue la única votación trascendente del día. Unas horas después, el mismo 30 de junio en un hemiciclo bastante más vacío, el Congreso sacó adelante una moción por la que las ahora famosas Sicav, ese paraíso fiscal que sin salir de casa permite a los más ricos tributar al 1% por sus plusvalías, dejaron de estar bajo la supervisión de los molestos inspectores de Hacienda para pasar bajo la miope lupa de la CNMV. Las grandes fortunas lograron el milagro de enterrar la crispación: todos los partidos, salvo Izquierda Unida, votaron a favor”. (fuente) No daré mucho la lata con el tema, ya queda a la reflexión de cada cual pensar los efectos de los paraísos fiscales, de quiénes se pueden permitir SICAVs y similares, de quién suele defraudar… Y qué efecto tiene eso sobre la gente que hoy, mañana, pasado mañana, están en situaciones críticas. Mucha mucha gente. En España, 12 millones de personas.

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Las posturas absurdas, aunque pueda parecer que no tienen relación, son exactamente lo mismo: Proponen la libertad en lo personal (“hago lo que quiero”), pero sin sentir el menor conflicto con que quien se llevaba más dinero, se lleve cada día más y que quien se llevaba menos, se lleve cada vez menos. El caso más conocido, con más y más años demostrando qué defienden, es el de Alaska y Mario Vaquerizo… El “hago lo que quiero”  casi siempre quiere decir “que cada cual se busque la vida”, que es la postura anarcocapitalista de toda la vida… Esto es la selva, apáñate cómo puedas. Igual es algo que defiendes sin saberlo… En el anarcocapitalismo se defiende “la eliminación del Estado y la protección de la soberanía del individuo por medio de la propiedad privada y el mercado libre. En una sociedad anarcocapitalista, la policía, los tribunales y todos los otros servicios de seguridad se prestarían” por empresas privadas “en lugar de a través de impuestos”.

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¿A cuantas personas sin techo has visto con la bandera arcoiris? ¿Para qué van a sumar otro motivo de odio a los ataques que ya sufren sólo por vivir en la calle y de los que casi nadie habla? Quedarnos solamente en el aspecto social (olvidando las condiciones económicas que lo posibilitan o no) nos puede hacer más difícil de ver que hay gays, transexuales, lesbianas, bisexuales, intersexuales en las colas del paro, sin un duro, durmiendo en la calle, malviviendo en la miseria, sin servicios sociales, sin sanidad pública, sin redes de apoyo, sin recursos ni materiales, ni intelectuales, ni sociales. Vamos, en todas partes. Y la situación de toda esa gente que vive en los márgenes es fruto del peso de una organización social que va dejando a mucha gente en la cuneta, y que, aunque tolera al colectivo LGTBIQ, lo hace siempre que  siga siendo una minoría, que no intenten decir que dentro de la diversidad, es lo mismo ser heterosexual que ser gay, lesbiana, transexual, intersexual, bisexual, pansexual, etc etc. Si nos vemos en pequeños colectivos parecemos poca gente, pero todas las “minorías” lo somos porque un orden heterosexual y reproductivo nos considera “planes B”, “opciones alternativas”, lo “diferente”, no porque seamos minoría en número. Somos mucha, muchísima gente la que se nos llama “alternativa”. Lo heterosexual no es “lo natural”. Como dice Marcos Sanz (sociólogo), “lo natural” es lo que se llama a lo que está en una determinada jerarquía respecto al resto una vez que se han borrado las huellas de cómo se ha llegado a implantar ese orden.

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Madrid vende Orgullo

Plaza de Cibeles con la fuente iluminada con los colores del arcoíris

Plaza de Cibeles con la fuente iluminada con los colores del arcoíris. / SAMUEL SÁNCHEZ

“¿Qué billete de Metro debo comprar?”, pregunta en la parada de metro de Suanzes un joven de unos treinta años, musculoso y con camiseta de tirantes. “Depende de los días que te vayas a quedar”, contestan desde el otro lado de la ventanilla donde se venden los billetes. “He venido del 1 al 5 de julio”, contesta rápidamente el chico. Visita Madrid por el Orgullo. Como él, 1,7 millones de turistas, tanto de dentro de España como de otros países, han decidido venirse a la capital este fin de semana, según estimaciones de la organización. El Orgullo se ha convertido en la fiesta de Madrid, “es el mayor de toda Europa”, dice Hans Meyer, presidente de European Pride Organisers Association (EPOA, la asociación europea de organizadores del Orgullo). Un evento que atrae a gente de todo el mundo e invita a salir a las calles a los residentes de la capital. También a gastar; se prevé que la presente cita genere en la ciudad un impacto económico de en torno a los 120 millones de euros.

Hace dos décadas, 500 personas acudieron a la manifestación por los derechos del colectivo LGTB que recorría las calles de Madrid. En la cita de mañana se espera que un millón de asistentes inunden el paseo del Prado, desde Atocha a Colón. “En 1996 hicimos la prueba para ver cómo funcionaba unir la parte reivindicativa y social con la faceta empresarial del colectivo”, recuerda Alfonso Llopart, director de la revista Shangay y perteneciente a AEGAL (Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas de Madrid y su Comunidad). Fue un éxito: del medio millar de asistentes se pasó a 5.000 un año después; en 1997 ya eran 25.000. Veinte años después, roza el millón. “La reclamación de derechos no está reñida con la parte comercial”, incide Llopart. Algunos lo llaman lamanifiestación del Orgullo; un término utilizado por el difunto Pedro Zerolo. “Fue Pedro quien planteó que esto se tenía que hacer así: para que este evento tuviera éxito había que unirse”, añade Llopart.

Ocupación hotelera: 90%

“Lo siento. Estamos llenos… Las fiestas, ya sabes”, contestan desde el hostel Room 007, situado en la calle Fuencarral, en pleno epicentro de la cara más festiva del Orgullo. La ocupación hotelera en el distrito Centro está estos días al 90%. Por eso, algunos visitantes han optado por AirBnB, el sistema de alquiler de habitaciones entre particulares. Entre el 1 y el 5 de julio, se han realizado 8.300 reservas, un número que triplica las peticiones que hubo en 2014. “Tengo la sensación de que hay más gente que el año pasado”, dice Isabel Sánchez, hostelera de 58 años. Tiene un bar en Plaza Castilla e incluso allí, fuera del meollo del Orgullo, ha notado el evento.
“Estamos valorando un impacto económico de en torno a los 120 millones de euros”, cuenta Vicente Pizcueta, portavoz de Noche Madrid. Otro de los datos que maneja habla de un aumento de un 22% de la venta de entradas a fiestas y festivales. “Este año vamos a realizar, por primera vez, un estudio socioeconómico sin precedentes sobre lo que deja el Orgullo en la ciudad”, aclara, “el domingo tendremos las primeras cifras”.

Mítica carrera de tacones en la calle de Pelayo, celebrada ayer en el barrio de Chueca

Mítica carrera de tacones en la calle de Pelayo, celebrada ayer en el barrio de Chueca. / ULY MARTÍN

“Estamos buscando la plaza de las lesbianas guapas”, bromea Anna Foppele, de 24 años la noche en la que Cayetana Guillén Cuervo y Alejandro Amenábar dieron el pistoletazo de salida al Orgullo con un multitudinario pregón en la plaza de Chueca. Es la segunda vez que viaja desde Países Bajos a Madrid el primer fin de semana de julio. “Si no fuera por estas fiestas, ¿quién iba a venir a Madrid con la calor que está cayendo?”, se pregunta, medio en broma medio en serio, el empresario Llopart. A los visitantes no les importa la canícula y llenan plazas, conciertos y eventos. Antonio Pablo Herrero, de 32 años, lo ha vivido en sus propias carnes. Desde el portal que acaba de crear, Visit Chueca, aporta información sobre los establecimientos de la zona y organiza recorridos turísticos por el barrio. “Son free tours [recorridos gratuitos], en los que tras el paseo, la gente aporta lo que quiere. En el de hoy [por ayer] hemos tenido que doblar por la cantidad de gente interesada y he ampliado al domingo la propuesta porque se han llenado todas las convocatorias que hicimos”, cuenta Herrero sin parar un minuto de mirar el móvil. “Estos días no puedo parar”.

Arcoíris en Cibeles

El barrio de Chueca repleto de visitantes

El barrio de Chueca repleto de visitantes. / ULY MARTÍN

Casi todo el mundo coincide en que este año, además de mucha gente, se respira algo diferente en el ambiente. “Lo que ha hecho el Ayuntamiento hace que todo el colectivo exhiba una sonrisa en la cara”, dice Llopart.Por primera vez, el Consistorio (de Ahora Madrid) se han volcado sin prejuicios con el Orgullo. Es el primer Orgullo sin el PP en la alcaldía. Además de ondear la bandera arcoíris, el Ayuntamiento ha iluminado la Cibeles con los colores del colectivo. “Me gustaría que la fiesta del Orgullo Gay se acabara encuadrando en la historia de Madrid”, dijo la alcaldesa Manuela Carmena, que equiparó la fiesta a la de San Isidro, patrón de la ciudad.

“Es la primera vez que se muestra un compromiso tan claro. Eso gusta y anima a todo el mundo a salir a festejarlo aún con más ganas”, continúa Llopart. La Comunidad de Madrid, gobernada por Cristina Cifuentes, del PP, no se ha querido quedar corta y también ha puesto la bandera del colectivo en el balcón de su sede en la Puerta del Sol. “Cifuentes siempre se ha mostrado muy contundente con su apoyo al colectivo LGTB. Ahora ha conseguido que la Comunidad también se implique”, añade el empresario.

Un compromiso que ha tardado, pero que llega cuando lamanifiestación del Orgullo muestra una salud de hierro. En 2007, Madrid acogió el EuroPride, el Orgullo europeo. Ese año fue cuando se marcó el hito del millón de asistentes a la manifestación. Una cifra que desde entonces no ha bajado. En 2017, la capital será la sede del World Pride, el evento mundial. “Ese año habrá más visitantes, más movimiento y más de todo”, dice Llopart. Aún más.

Imprescindibles del Orgullo 2015

La manifestación del Orgullo más grande de Europa. La cita es el sábado, 4 de julio, a las 18.30 en la estación de Atocha para el desfile de carrozas hasta la plaza de Colón. Invitan el Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Madrid) y FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales). Se trata de una mezcla de activismo, música y buen rollo para exigir medidas legislativas concretas que superen las barreras de discriminación que aún existen en España.

Fiestas en la plaza de la Luna. Desde las ocho de la tarde, la plaza de la Luna acoge a varios dj’s,entre ellos: Meneo, Mikan, Megara, DJ FN y We are Family by Marta, Cariño. Esta última es la gran novedad. Marta, Cariño organiza su primer Gran Festival para el Orgullo de la capital. El cierre del Orgullo 2015 será a las 2.30 de la madrugada.

Para los más pequeños. Plaza de Chueca. Sábado: desde las 11.00 y hasta las 15.30 se realizan las actividades Conviértete en Doraemon o Dorami por un día, una exposición de robots y arpa de láseres y un taller de pasta para toda la familia. Domingo: a las 14.30, taller de pintacaras. Plaza de Vázquez de Mella. Sábado. De 11.00 a 13.00, talleres de origami. A las 16.00, taller de papiroflexia. Plaza de la Luna. Sábado: a las 12.00, sesión KIDO DJ para toda la familia, y a las 13.30, concierto de Billy Boom Band.

Orgullo más allá del Orgullo

Pasado el día en que la plena igualdad del colectivo LGTBI se reivindica a lo largo del planeta, el activismo apuesta por no abandonar esa senda. Acabar con el ‘binarismo’ e incidir en la educación de los escolares son dos de los retos fundamentales.

El Día del Orgullo LGTBI ya es historia y los medios de comunicación han realizado una amplia cobertura de los actos festivos y de protesta organizados a lo largo de este pasado fin de semana, pero hoy, 30 de junio, las reivindicaciones del movimiento siguen estando sobre la mesa, igual que hace sólo unas pocas horas. En Gasteiz, los colectivos que trabajan en favor de los derechos de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales y por acabar con cualquier forma de discriminación tomaron la calle este domingo para hacer visible que el camino hacia la plena igualdad todavía es largo, pese a los avances logrados. Un parque temático reivindicativo que sustituyó a la tradicional manifestación sirvió para teñir con los colores del arcoiris el centro de la capital alavesa, una original iniciativa que no dejó indiferente a casi nadie que tuvo la ocasión de acercarse a la Virgen Blanca. “El balance es súper bueno porque conseguimos el objetivo de que fuese vistoso, aunque pensábamos que era difícil”, advierte la activista Zuri Estívariz, del colectivo 7menos20.

Claro que el trabajo no puede quedarse solamente ahí, en flor de una jornada. El orgullo de la diferencia se practica todos los días y no debe circunscribirse únicamente al 28-J. La cantidad de retos que aún se acumulan sobre la mesa así lo justifica, a juicio de Estívariz. “Debemos acabar con el binarismo y reivindicar toda la diversidad. También hay mucho que hacer en los colegios, donde el bullying todavía es bastante fuerte. Los jóvenes necesitan referentes”, remarca la activista en este sentido.

El llamado binarismo de género contra el que el movimiento LGTBI se rebela está basado en la construcción social que categoriza de manera dicotómica las actividades, los comportamientos, las emociones, los modales o la anatomía en masculino o femenino, lo que supone uno de los pilares fundamentales de la sociedad patriarcal. Una división simplista en la que, por ejemplo, no tienen cabida las personas cuyos genitales son ambiguos, las llamadas intersexuales, y que también excluye a las mujeres que nacen con genitales masculinos, y viceversa: porque ese binarismo implica que al género varón sólo le corresponde el sexo masculino y al género hembra, el femenino.

A juicio de Estívariz, el mero hecho de que todavía siga denominándose en muchos medios al 28-J como “Día del Orgullo gay” a secas también denota que hay muchos pasos por dar dentro del propio movimiento, como si en cierta medida los homosexuales se hubiesen apropiado de esta jornada, cuando dentro de las siglas LGTBI se integran ya cinco colectivos distintos. “Todo esto lo empezó una trans”, recuerda la activista, mirando a los disturbios de Stonewall (New York) que marcaron el inicio de la liberación de esta comunidad hace ya 45 años.

Una eclosión de libertades que, sin embargo, tardó unos cuantos años más en llegar a Euskadi y Álava en particular, sumidas en los estertores del franquismo, pero en cuya expansión ha jugado un papel nuclear un activismo que a día de hoy se encuentra un tanto “desmovilizado”, a juicio de Estívariz. “Esa lucha ha perdido un poco de impulso y, aparte, el Orgullo sigue primando ese negocio rosa. Muchas veces se nos pregunta, ¿qué queréis ahora? Pero sigue habiendo agresiones y discriminación”, lamenta la portavoz de 7menos20. “Sí se ha avanzado mucho, y en Vitoria también, pero esas expresiones de discriminación existen. Y hoy en día está feo decir lo políticamente incorrecto, aunque se piense”, añade.

PASOS DE GIGANTE En la capital alavesa, que bajo el mandato de José Ángel Cuerda nació el primer registro estatal de uniones civiles tanto para parejas heterosexuales como homosexuales, hubo tras el franquismo varios intentos por constituir grupos en favor de los derechos del colectivo que no llegaron a cuajar, salvo excepciones como Ehgam, y no fue hasta el nacimiento de Gaytasuna cuando contó con el primer colectivo de ámbito estrictamente local, hace ya casi 20 años. A él no tardaron en sumarse otros grupos organizados en favor del colectivo LGTB como Gaztelesbos o Gaztegays, una nueva oleada que tuvo mucho que ver con la lucha contra el Sida y que se correspondió también con los pasos dados en el resto de territorios vascos y del Estado y que sirvió para que la visibilización y normalización del movimiento diese sus primeros pasos de gigante.

Sin desmerecer el trabajo desarrollado anteriormente por muchas personas no organizadas, el activismo o la visibilización del colectivo apenas se había limitado hasta entonces a la concentración que todos los 28-J celebraba la Asamblea de Mujeres de Álava, históricamente cercana a los postulados del movimiento LGTB.

Pasada la década de los 90, en la que el activismo alcanzó su punto álgido, ya se produjo la primera fractura dentro del movimiento local, coincidiendo con la apertura de recursos subvencionados por las instituciones como el servicio Énfasis, bajo el mandato del popularAlfonso Alonso. Con el paso del tiempo, la mayoría de estos grupos históricos fueron desapareciendo como tal y actualmente apenas quedan unos pocos en Gasteiz, como 7menos20 o el Colectibo Las Trans, una desmovilización que también ha tenido que ver con el testigo que han recogido en favor de esta lucha otros grupos sociales e incluso la clase política.

La aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo constituyó un hito sin precedentes en el Estado, un paso fundamental hacia la plena equiparación de derechos que han seguido posteriormente un buen número de países de todo el mundo. El último, Estados Unidos, donde el Tribunal Supremo legalizó hace sólo cuatro días este tipo de uniones en todo el país. “Todas estas leyes está bien. Supone igualarse en unos derechos, pero debería haber leyes en favor de la igualdad individual”, analiza Estívariz. Por desgracia, todavía son muy numerosos los países donde la homosexualidad está castigada, incluso con la pena de muerte, en pleno siglo XXI. Según ha denunciado recientemente Ammnistía Internacional, actualmente siete Estados -Afganistán, Irán, Mauritania, Pakistán, Arabia Saudí, Sudán o Yemen- castigan con la pena capital la homosexualidad. Además, el organismo ha reportado entre los ejercicios 2008 y 2014 un total de 1.731 crímenes de odio contra personas transgénero en 62 países distintos.

ALGUNAS CIFRAS

ANIVERSARIO. De los disturbios en el pub Stonewall Inn de New York, inicio de la liberación del movimiento.

PAÍSES. Han legalizado hasta la fecha el matrimonio entre personas del mismo sexo. El último, EEUU.

las claves

El activismo no olvida el rechazo ‘popular’ a las bodas homosexuales o su recurso ante el Constitucional

GASTEIZ – La imagen de la gaviota del Partido Popular impresa sobre una bandera arcoiris se ha viralizado este fin de semana a través de las redes sociales, especialmente Twitter. Y junto a ella, el hashtag #YosoyGayYdelPP, creado por un usuario de esta red social que ha logrado situarlo como trending topic durante 24 horas y que incluso ha acaparado la contraportada de uno de los medios de comunicación más importantes de corte conservador.

Claro que el primero de estos dos logros, el de haberse convertido en tendencia en Twitter, no ha sido sólo mérito de quienes estando ideológicamente cerca del PP han proclamado su condición de homosexuales empleando ese hashtag. El recuerdo de todos los movimientos que en los últimos años ha realizado la formación conservadora en contra de los derechos del colectivo LGTBI sigue latente, por mucho que dirigentes como Iñaki Oyarzábal o el exalcalde de Gasteiz Javier Maroto hayan salido del armario públicamente. “No nos toméis el pelo con el hashtag #YoSoyGayYDelPP, porque NO OLVIDAMOS”, escribió ayer enTwitter el usuario Álvaro Escudero acompañando a su crítica cuatro noticias muy concretas: La presentación del recurso popularante el Tribunal Constitucional contra la ley del matrimonio homosexual impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero, su apoyo a la masiva manifestación ultraconservadora en contra de estas uniones bajo el lema La familia sí importa, así como las declaraciones de dos ministros del Gobierno de Mariano Rajoy en contra del colectivo homosexual, Cristóbal Montoro y Jorge Fernández Díez. Este último llegó a decir sin pelos en la lengua que el matrimonio gay “no garantiza la supervivencia de la especie”.

A juicio de Zuri Estívariz, del colectivo 7menos20, este y otros movimientos de los populares buscan “limpiar su imagen”, una circunstancia “bastante hipócrita” a la vista de estos hechos. “No hay que olvidar que ha sacado una Ley de Familia donde nos pone de degenerados”, censura la activista. – C.M.O.