Gay sí, pero que no se note

Marcha del Orgullo LGTBI en Bruselas / EFE EFE

“¿No jodas que eres…? Pues no se te nota nada, tío”. Un hombre responde así en medio de una cena de amigos a otro que ha comentado lo guapo que es el camarero. Frases similares a “solo hombres masculinos, abstenerse locas” llenan cada vez más perfiles de aplicaciones móviles para conocer gente. “Que reivindiquen lo que quieran, pero ¿por qué tienen que ir así? Con maquillaje, purpurina y dando el cante”, exclaman algunos refiriéndose a la celebración del Orgullo LGTBI.

Ese “dar el cante” es salirse de los roles de género, escapar del molde y no responder a las expectativas diseñadas sobre lo que se entiende que es ser hombre y ser mujer. Una diversidad que encarnan muchas personas a las que la sociedad penaliza mediante la llamada plumofobia: “La aversión irracional hacia el amaneramiento de los gays o masculino de las lesbianas”, define el activista LGTBI Andrea Puggelli.

Se trata de una forma de homofobia que marca a aquellas personas que se muestran diferentes y parte de “una sociedad en la que el género es estanco, solo hay una forma de ser hombre y de ser mujer y si te sales de esos cánones, de esos mandatos de género, te conviertes en un peligro”, explica Esther Martínez, trabajadora social que imparte formación en diversidad afectivo sexual y de género en las aulas.

Para la experta, es clave relacionar esta discriminación con el avance que los derechos LGTBI han experimentado en nuestro país porque “se legitima la plumofobia bajo la premisa de que ya hay bastante tolerancia permitiendo determinados derechos, pero eso sí, siempre que la persona sea ‘normal’. El típico ‘gay, sí, pero que no se note’ o el frecuente ‘¿por qué tienes que hacer bandera de tu condición?'”, ejemplifica Martínez.

Lo mismo piensa la feminista y la integrante del colectivo LGTBI Gamá de Gran Canaria, Sylvia Jaén, que hace hincapié en que “parece como si cumpliendo la expectativa de lo que la sociedad espera de ti, se te perdonase ser lesbiana o ser gay”.

La plumofobia de la propia comunidad

“Somos las cuestionadas y las que ofendemos porque estamos enfrentándonos a lo hegemónico”, dice Miguel Ángel López, psicólogo y profesor de Psicología Social de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que cuenta como anécdota lo que escuchó no hace mucho en una plaza madrileña. “Estaba sentado en un banco observando a dos grupos de adolescentes y de repente escuché ‘a mí me gustan los hombres, pero no como el rubio aquel, que tiene una pinta de pasivaza…'”.

Este es un insulto que a veces circula en foros o conversaciones para describir de manera ofensiva los roles que pueden darse en una relación sexual. Es decir, aquel que encarna un rol considerado femenino y que, por lo tanto, se escapa de los estereotipos de género, es penalizado. Para López, esto entronca con la plumofobia entendida como “el miedo a que un hombre se parezca a lo considerado de mujer”.

López recuerda que la plumofobia no solo se da por parte de personas heterosexuales, sino que es un tipo de discriminación que también se ejerce en el propio colectivo LGTBI porque “lo que hace es reproducir el binarismo de género que ya existe en la sociedad”, analiza Puggelli. En su opinión, esto hace que la plumofobia “sea más común y esté más extendida” que la LGTBfobia.

De este modo “el oprimido acaba siendo opresor”, remarca López, que insiste en que “igual que hablamos de heteronormatividad –la imposición de la heterosexualidad y determinados roles como única posibilidad– también existe lo homonormativo: Es como si hubiera formas de mostrarse, comportarse y de ser gay o lesbiana más válidas y otras menos”.

Ambos coinciden en que se trata de un intento de “normalización” porque “el hecho de vivir dentro de la diversidad no te hace automáticamente ser tolerante con todas sus expresiones”, añade Jaén, que insiste en que este tipo de “homofobia interiorizada” en algunos contextos LGTBI “emana de que lo primero que pide el sistema es que encajemos. Por eso hay muchas personas que modulan su pluma en los centros de trabajo y fuera no”.

Reivindicar la pluma

La plumofobia no solo la experimentan las personas homosexuales o bisexuales, también las heterosexuales que no responden a los mandatos de género. Esta es una de las principales conclusiones del informe Abrazar la diversidad, elaborado por el Instituto de la Mujer en 2015, según el cual un 20% del alumnado ha sido testigo de agresiones homófobas o tránsfobas en las aulas. Una violencia que no solo se da contra los niños o niñas que han manifestado su orientación sexual, sino contra aquellos que tienen pluma.

Según los expertos, la plumofobia está directamente relacionada con las agresiones LGTBIfóbicas, tal y como ejemplifica Martínez: “Cuando me llaman bollera o me insultan por la calle lo hacen por mi pluma. Te aseguro que nadie me ha preguntado antes si me gustan las mujeres”. Algo similar relata López, que dice sentir inseguridad caminando por la noche si se cruza con un grupo de hombres. “Intento disimular mi pluma, intento andar más macho porque no sé si voy a sufrir una agresión. Y tengo tan asumido esto que lo normalizo”, explica.

Pero son múltiples las direcciones en las que se da la plumofobia, de modo que en determinados ambientes no se esgrime como caldo de cultivo de una agresión. Esto ocurre, analiza el docente, “entre algunos heterosexuales que se sienten amenazados si un homosexual no tiene pluma. Si la tiene, queda claro y eso les tranquiliza. Para sus amigos maricas está muy bien, aunque no la querrían para ellos”.

Aunque según las personas consultadas para este reportaje la plumofobia suele estar más extendida entre hombres homosexuales o bisexuales, también las mujeres la sufren. En opinión de Martínez, se trata de una doble cuestión: por un lado, existe más visibilidad entre los hombres –”¿cuántas lesbianas visibles se atreven a lucir su pluma públicamente?”, se pregunta–. Por otro lado, lo relaciona con el machismo porque “el hombre afeminado es una amenaza a la masculinidad hegemónica”.

Sin embargo, esa visibilidad pública, por ejemplo en la televisión, que puede dar lugar a plumofobia, es también una forma de utilizarla positivamente, en opinión de Jaén, porque “genera imaginario colectivo y muestra una salida positiva a la discriminación recibida”. Es decir, es una manera de reivindicar la pluma y utilizarla políticamente: “La pluma tiene la cualidad de seguir siendo revolucionaria. Es rebelde, molesta y recuerda que no todos tenemos que pasar por el mismo aro”.

Los estereotipos de género motivan operaciones “invasivas e irreversibles” a menores intersexuales

La bandera arco iris ondeando en el balcón del Ayuntamiento de Valencia / @PodemCiVal

“Nadie tendría que haber decidido por mí, se podría haber esperado”. “Sabía que era diferente, pensaba que era un monstruo”. “No sé si nací con vagina o me la reconstruyeron”. Sandrao y H. (prefiere preservar su identidad) hablan así desde Alemania y Dinamarca de las operaciones a las que fueron sometidos en su infancia con el objetivo de hacer encajar sus genitales en las características sexuales consideradas de hombre o de mujer.

 Ambos forman parte de los testimonios recogidos por Amnistía Internacional para el informe En primer lugar, no perjudicar, que se presenta este miércoles, sobre la realidad de las personas intersexuales en estos países. Es decir, aquellas personas que nacen con características sexuales  que no encajan con las nociones binarias típicas de los cuerpos masculinos o femeninos, tal y como define Human Rights Watch.

El estudio denuncia que los bebés intersexuales “corren peligro de ser sometidos a una serie de intervenciones médicas innecesarias, invasivas y traumatizantes” y que se basan en estereotipos de género y en la expectativa que se deposita en ese bebé. 

Amnistía Internacional alerta de que este tipo de cirugías “violan sus derechos humanos” porque son intervenciones que “se llevan a cabo sin tener pleno conocimiento de los efectos potencialmente dañinos a largo plazo que tienen en los menores de edad”, asegura Laura Carter, investigadora de Amnistía Internacional sobre orientación sexual e identidad de género.

Aunque el informe no se circunscribe al caso español, los colectivos LGTBI denuncian que en nuestro país también se dan este tipo de operaciones médicas, que ya han sido prohibidas en algunas leyes autonómicas contra la LGTBIfobia, entre ellas la de la Comunidad de Madrid o Islas Baleares. De esta manera se alinean con países como Malta y Chile, que han prohibido lo que los activistas llaman “mutilación genital de personas intersexuales”. Los afectados apuestan  por esperar y dejar crecer al bebé para que sea él mismo el que decida en el futuro cuál es su género.

Intervenciones con consecuencias

Amnistía Internacional detalla en su informe algunas intervenciones de las que ha tenido constancia, entre ellas, operaciones para agrandar el clítoris, cirugías vaginales a menores de corta edad, extirpación de las gónadas u operaciones para “abocar la uretra al extremo del pene, que se llevan a cabo para crear un pene considerado normal desde el punto de vista funcional y cosmético”, explica la organización.

“Nos referimos a incisiones realizadas en tejidos sensibles con consecuencias para toda la vida basadas únicamente en estereotipos sobre el aspecto que debe tener un niño o una niña. La cuestión es a quién beneficia esta práctica, porque nuestro informe muestra que para las personas sometidas a ella ha sido una experiencia trágica”, añade Carter. “Han experimentado dificultades físicas o psicológicas a largo plazo”, explica el estudio.

A las cirugías también se añade la administración de tratamiento hormonal “para que un individuo pase por la pubertad según las expectativas de su género asignado”. Prácticas que, en ocasiones, son necesarias por motivos de salud, pero que en otras son una forma de “normalizar” y enmarcar sus cuerpos en el binarismo de género.

Entre las razones, detalla AI, se encuentra el supuesto de que los niños o niñas sufrirán daño psicológico como resultado de no encajar en lo considerado hombre o mujer. Algo que, en opinión de la organización, “no está respaldado por pruebas” y que provoca la violación del artículo 3.1 de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño,  que establece que cualquier decisión debe atender de manera primordial al interés superior del menor.

El informe denuncia que las directrices elaboradas en Alemania y Dinamarca para tratar a los bebés intersexuales “no son totalmente compatibles con los derechos humanos”, en el primer caso, y son “insuficientes” en el segundo. A lo que el colectivo suma la falta de información suficiente para que los progenitores tomen una decisión informada sobre las intervenciones propuestas y la ausencia de apoyo psicosocial.

Por ello, Amnistía recomienda a los estados en general –y a Alemania y Dinamarca en particular– que desarrollen un protocolo basados en los derechos de los intersexuales que garantice “su integridad física, autonomía y autodeterminación”. Además, hace hincapié en que se deben tomar medidas para garantizar que las personas intersexuales dan su consentimiento informado y apuestan por aplazar las cirugías hasta que puedan dar su consentimiento.

En en el caso español, el proyecto de ley de derechos LGTBI redactado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), que ya ha sido registrado en el Congreso, contempla la prohibición de este tipo de cirugías genitales en bebés con el objetivo de que estas personas “puedan otorgar su consentimiento informado”. 

Mohamed Ismail: “Jimena ha manipulado a mi hija Shaza”

Imagen reciente de Shaza junto a su padre, Mohamed Ismail. FOTO CEDIDA POR LA FAMILIA

“Manipuladora”, ése es el adjetivo que dedica el padre de Shaza, Mohamed Ismail, a la malagueña con la que su hija mantiene una relación amorosa: Jimena Rico.

Una opinión que mantiene la familia de la joven egipcia al completo. “Shaza es una víctima de Jimena. Le dijo que su padre la mataría, le convenció de que su familia le iba a matar, que su padre era un terrorista porque era musulmán”, desgrana en conversación telefónica con EL MUNDO el progenitor. Mohamed reconoce que persiguió a su hija cuando ésta se escapó de su hogar en Dubái con la española y también que rompió su pasaporte, pero matiza que se trataba de “uno caducado”.

“Jimena no ha permitido que Shaza hable con su familia en todo este tiempo”, se lamenta. Sólo la madre ha podido mantener breves conversaciones a través de WhatsApp en la que la una a la otra se recriminan haber hecho pública la historia.

Necesitan explicar que “en ningún momento han querido dañar a su hija” y que lo que intentan conseguir es que “Shaza regrese para terminar sus exámenes de fin de curso en la universidad, que serán dentro de pocas semanas”. “Es su último curso y queremos que termine sus estudios, queremos evitar que destruya su futuro por no presentarse a los exámenes”, consideran.

Ante la dificultad de mantener una conversación en inglés, Mohamed cede el teléfono a su hija menor, de 17 años, que ejerce a continuación de traductora entre este periódico y el padre de Shaza. La joven narra así el desaliento de su familia: “Mi hermana ha hecho todo muy rápido. Podría haberlo discutido todo esto con nosotros. Mis padres podrían haber entendido la situación, pero Shaza ha hecho todo esto sin pensar, sin pensar en su familia y sin pensar en su futuro”.

“Everything is wrong”, “todo es incorrecto”, se escucha decir al padre cuando se le pregunta por la información publicada hasta ahora en relación a su hija y su relación sentimental con Jimena. Sostiene que “sólo se conocen desde hace tres meses, que Shaza nunca estudió en Londres sino siempre en Dubái, que nunca persiguió a Jimena, que únicamente fue a visitarla, como amiga que era”. “Jimena se la ha llevado, y ha arruinado no sólo su vida sino también la de su familia y la de sus amigos”, asegura.

Además, la familia sostiene “haber hospedado y tratado siempre bien en Dubái a Jimena”, quien consideran que les “ha traicionado diciendo mentiras a las autoridades y a la prensa”. “Se quedó con nosotros de vacaciones, se le ofreció un lugar y comida, se le dio incluso dinero cuando lo necesitó y siempre fuimos cariñosos con ella, mientras ella viajaba, volvía a casa, se marchaba de nuevo… Estuvo por lo menos dos semanas en casa, nunca les interrumpimos, nunca les agobiamos…”, rememora Ismail.

Se quejan sobre todo de los modos y de la forma: “Nos explicó que era gay a través de un mensaje de texto, nos dejó confundidos e impactados, no conocemos las redes sociales ni cómo funcionan, y ella se escapó, en lugar de venir a casa y tratar de explicarnos las cosas… se escapó. Para nosotros es algo nuevo, y no es algo fácil de aceptar”. E insisten en mandarle el siguiente mensaje: “Te esperamos en casa, con los brazos abiertos, con todo el cariño, como siempre hemos hecho”.

Jimena y Shaza encuentran trabajo en un club de playa de Marbella

La malagueña Jimena Rico y su novia egipcia Shaza serán contratadas por el elitista club de playa Funky Buddha Beach, que abrirá sus instalaciones en Marbella en las próximas semanas. Las dos chicas, que se escaparon de Dubai para evitar las amenazas de un padre que no respetaba su condición de homosexuales, hicieron un llamamiento público para encontrar trabajo y poder costearse su estancia en España ,tras haber estado retenidas en Turquía.

Juan Carlos Ferrero, propietario del grupo Funky Buddha, les llamó por teléfono para informarles de que les ofrecía trabajar: a Jimena como coctelera dada su experiencia en locales de alto standing en Londres y, a Shaza, como relaciones públicas para cuidar de su clientela árabe.

“Nos hemos enamorado de su historia y nos han dado un ejemplo de valentía. Las vamos a contratar porque pueden aportar muchas cosas positivas a nuestra empresa. Se merecen una oportunidad. Jimena tiene mucha experiencia en el sector de la hostelería más exclusiva y Shaza habla el idioma de muchos de nuestros clientes”, ahonda Juan Carlos Ferrero, reconocido empresario de la noche de Marbella y con siete salas de ocio nocturno.

Jimena Rico ha confirmado a EL MUNDO que ha aceptado la oferta de trabajo y que está encantada con esta nueva oportunidad que se le presenta. “Yo me he dedicado a enseñar a hacer cócteles, a diseñar las cartas de bebidas por lo que creo que puedo hacerlo bien. Y Shaza en cuanto arreglemos su situación legal también trabajará conmigo”, comenta la malagueña sobre su novia egipcia quien está tramitando una petición de asilo tras haber huido de su progenitor, que le recomendó ir al psicólogo para curar su homosexualidad.

Los países que castigan la homosexualidad con pena de muerte

En Irán dos hombres que se besen se exponen a un castigo de 60 latigazos y hasta a la pena máxima si tienen relaciones sexuales. Como allí, en más de una docena de estados, principalmente de Asia y África

/ GRÁFICOS: ISABEL TOLEDO

En Dubái casi nadie ve enJimena y Shaza Ismail a dos mujeres enamoradas. A ojos de la ley tienen consideración de criminales y su relación es «antinatura». Está castigada con el descrédito público y hasta 14 años de cárcel, según indica el artículo 80 de su Código Penal. El mediático caso de la joven malagueña y su novia egipcia, que huyeron de los Emiratos Árabes después de que el padre de Shaza denunciara a su hija por homosexualidad y fueron retenidas en Turquía, ha vuelto a colocar en el foco la criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo especialmente en países de Asia y África. En Irán que un hombre bese a otro «con lujuria» acarrea castigo de 60 latigazos y de muerte si hay relaciones sexuales. También en Arabia Saudí, Yemen, Sudán, Catar… y hasta en trece países, según un exhaustivo informe con fecha de 2016 publicado por La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex ILGA y que es la referencia en la que se apoya Amnistía Internacional.

En este documento se señala, además, a otros catorce estados donde el castigo para los homosexuales no baja de los 15 años de cárcel o la cadena perpetua. En veintitrés naciones está penado con entre 8 y 14 años de prisión, en otras diecinueve con reclusión de 3 a 7 años y con penas que oscilan entre el mes y los dos años de cárcel o multa en ocho estados. Lo que arroja una suma total de 77 lugares donde las relaciones entre personas del mismo sexo es considerada delito. Concretamente las relaciones entre hombres, porque la criminalización por esta misma causa de las mujeres se registra ‘solo’ en 45 de estos 77 países. Mayoritariamente se trata de estados asiáticos y africanos -tipifican las relaciones gais como «delito contra natura», «conducta inmoral», «sodomía»…-, aunque en Europa Rusia y Letonia también persiguen a los homosexuales y contemplan penas de hasta dos años de prisión.

En el otro extremo, los 22 estados que reconocen y permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo, entre ellos España, que aprobó la ley de matrimonio gay en 2005.

«Un fenómeno occidental»

Jimena y Shaza se van a casar en España. En Dubái, donde vive la familia de Shaza (son de origen egipcio), no habrían podido ni siquiera estar juntas sin arriesgarse: según una encuesta que ILGA ha hecho en Emiratos Árabes, el 60% de los ciudadanos asegura que sentiría «incomodidad si su vecino fuera homosexual», un 45% cree que «debe ser delito» y un 43% dice que la homosexualidad «es un fenómeno occidental». Aunque Aministía Internacional «desconoce la existencia de condenas a muerte por relaciones sexuales entre adultos del mismo sexo» advierte que «puede ser aplicada».

En otros países la legislación es absolutamente explícita en este sentido. En Mauritania «el varón que cometiera un acto contra natura con una persona de su sexo» es castigado con «pena de muerte por lapidación pública» (Aministia Internacional no tiene constancia de que se hayan producido casos en los últimos años) y si se trata de dos mujeres el castigo son «de tres meses a dos años de prisión y una multa de 5.000 a 60.000 uquillas mauritanas» (entre 12 y 152 euros). La lapidación también la contempla la legislación de Arabia Saudí en el caso de que el homosexual sea «un varón casado», mientras que los solteros reciben «cien azotes y el destierro durante un año».

Distinción que observa asimismo la ley en Yemen: 100 latigazos o un año de prisión para el hombre soltero, y lapidación para los casados (las relaciones entre mujeres acarrean entre 3 y 7 años de prisión). En Irán la pena de muerte se aplica a ambos hombres de la pareja, independientemente de su estado civil. La normativa iraní es ciertamente extensa y aunque «el lesbianismo se castiga con cien latigazos a cada parte involucrada» también se aplica la pena de muerte a las mujeres «si el acto de lesbianismo se ha realizado y castigado ya tres veces anteriormente». Para que exista tal condena basta con el testimonio de «cuatro varones virtuosos que pudieran haber observado el acto», aunque si las que testifican son mujeres no se acepta como prueba.

Arriba, los países donde se castiga la homosexualidad con penas de hasta dos años de cárcel.

 

En naranja, las penas más leves y en rojo, los estados con condenas de 3 a 14 años de prisión.

 

En tono más oscuro las naciones que contemplan hasta cadena perpetua.

 

Mapa completo con todos los países que criminalizan la homosexualidad. En negro los que tienen pena de muerte.

En Sudán la pena máxima se aplica «si el delincuente volviera a reincidir» y esta reincidencia se refiere a una tercera vez, porque en las dos primeras ocasiones llevan aparejadas condenas de «cien latigazos y prisión de hasta cinco años». En Pakistán el castigo de muerte se aplica a quien «secuestrara a una persona con el fin de someterla a actos de lujuria contra natura».

La criminalización de la homosexualidad en muchos países trasciende de las relaciones físicas y en Irak, por ejemplo, la «norma sobre moralidad» castiga con hasta un año de cárcel o multa de 100 dinares (siete céntimos de euro) a quien «exprese en lugar público canciones o declaraciones indecentes». Completan la lista de países donde puede aplicarse pena de muerte Siria, Nigeria, Somalia, Afganistán y Catar.

Los casos de Rusia y Letonia

En el siguiente rango de gravedad de penas, los países donde la homosexualidad está penada con más 15 años e incluso cadena perpetua. Entre los catorce estados que contemplan estas condenas, India, donde «quien voluntariamente tuviere acceso carnal contra natura con un hombre, mujer o animal, será punible con prisión de por vida o 10 años y una multa»; Tanzania donde la legislación únicamente varía la pena, «de 30 años a cadena perpetua»; Uganda ,donde el listado de delitos se extiende a aquel que «indujere a otra persona a cometer con él o ella acto de indecencia grave», supuesto penado con 7 años de reclusión o Sierra Leona, donde no hay alternativa a la cadena perpetua en casos de «sodomía y bestialismo».

Además, hay otros países donde las penas son menores, pero recogen en sus legislaciones multitud de delitos. En este sentido, la ley de Nigeria castiga con prisión de 2 meses a 2 años a quien «fabricare, poseyere, importare, expusiere, vendiere o distribuyere cualquier impreso, escritura, dibujo, imagen, bajorrelieve, pintura, fotografía, negativo, reproducción o cualquier objeto que atente contra la decencia». En Libia se establece prisión sin concretar tiempo para «quien hiciere caer en desgracia el honor de una persona, habiendo para ello obtenido el consentimiento de la otra persona». En Malaui «el varón que, en público o en privado, cometiere cualquier acto de indecencia grave con otro varón será punible con 5 años de prisión, con o sin castigos físicos», en Zambia se agrupan bajo el mismo epígrafe «delitos contra natura» las relaciones entre personas del mismo sexo, con animales y la pederastia y en Samoa quien «gestionare o ayudare en la gestión de un local para cometer actos indecentes entre hombres» se enfrenta a siete años de reclusión.

En el caso de Europa, las excepciones las representanRusia y Letonia, que incluyen en sus normativas epígrafes relativos a la «moralidad» y penas de hasta dos años de prisión o multa en el mejor de los casos. Y no es solo papel, que casi 4.800 euros (300.000 rublos) se impuso a un colectivo LGTB hace cinco años en Rusia.

EN CIFRAS: 22 países permiten el matrimonio homosexual

Sudáfrica:Es el único país africano donde los enlaces entre personas del mismo sexo son legales. Los otros 21 países que lo permiten son: Argentina, Canadá, Brasil, Colombia, Estados Unidos, México (algunas jurisdicciones), Uruguay, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal,

España, Suecia, Reino Unido y Nueva Zelanda.

Adopción:Un total de 26 países permiten la adopción de niños a parejas del mismo sexo.

Los delitos:«delito contra natura», «conducta inmoral», «sodomía», «promoción de valores no tradicionales», «violación al recato»… son algunos de los delitos tipificados en los países que criminalizan la homosexualidad.

Recomendaciones:Muchos avances en las legislaciones se producen por «recomendación» de otros países. Por ejemplo: Luxemburgo aceptó la recomendación de losPaíses Bajos para «adoptar e implementar íntegramente el proyecto de ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo» y la ley entró en vigencia el 1 de enero de 2015. Y en 2013 Australia recomendó a Montenegro tomar medidas adicionales «para combatir la discriminación por motivos de raza, orientación sexual, discapacidad e identidad de género» que se tradujo en un proyecto de ley amplio contra la discriminación.

La Policía denuncia ante la Fiscalía a la seguridad de un centro comercial por acosar a una pareja de gays

Fachada del centro comercial Plaza de la Estación / Google Maps

La Policía Local de Fuenlabrada ha interpuesto una denuncian ante la Fiscalía contra la empresa de seguridad del centro comercial Plaza de la Estación, a la que acusa de un delito de coacciones contra una pareja por razón de su orientación sexual. Según confirma el cuerpo y ha adelantado El País, los dos chicos fueron expulsados de la superficie por un vigilante el pasado 4 de abril y posteriormente decidieron denunciar.

El centro comercial no ha respondido a este medio, pero según confirma El País, asegura que se trató de una medida unilateral de la empresa de vigilancia y que ellos no dieron las órdenes. La pareja se encontraba paseando por los pasillos “en actitud cariñosa”, según la Policía, cuando fue interceptada por el vigilante, que les advirtió de que les expulsaría si se volvían a besar.

Los chicos, a los que la pareja acabó expulsando, acudieron al Observatorio Madrileño contra la Homofobia, que les derivó al colectivo LGTBI Fuenla Entiende, que les ayudó a denunciar los hechos ante la Policía Local de Fuenlabrada. Tras poner en marcha el Equipo para la Gestión Policial de la Diversidad del cuerpo, el primero en España especializado en delitos de odio, llevaron a cabo las pesquisas policiales.

La investigación condujo a los agentes a averiguar que los vigilantes de seguridad manejan una serie de códigos en función de los diferentes colectivos que acuden al centro comercial dependiendo de la raza, la etnia o la orientación sexual o identidad de género. En este caso, según el relato de la Policía, activaron el que llaman “código rosa”, que ponen en marcha ante parejas del mismo sexo.

“Si lo han utilizado otras veces no lo sabemos”, explica un agente, que informa de que también se ha interpuesto una denuncia ante la Comunidad de Madrid por entender que el vigilante ha cometido una infracción administrativa recogida en la madirleña Ley contra la LGTBIfobia.

MÁS INFO

Presentado en el Congreso de los Diputados el borrador de Ley de Igualdad LGTB

El grupo parlamentario Podemos registra en el Congreso el embrión de lo que puede convertirse en la próxima Ley de Igualdad de homosexuales y transexuales que la FELGTB lleva más de un año gestando.

FELGTB presenta en el Congreso la Proposición de Ley de Igualdad LGTB

“Hoy hemos vuelto a dar un paso histórico hacia la igualdad real”, ha declarado esta tarde Jesús Generelo, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) a las puertas del Congreso de los Diputados donde hoy el Grupo parlamentario de Podemos presentó la Proposición de Ley (PL). “Esperamos que este proyecto de ley, que comienza ahora el trámite parlamentario, se convierta ahora en una realidad, en la ley que necesita nuestra sociedad”, añadió.

El texto ha sido elaborado por “decenas” de colectivos, sindicatos, organizaciones LGTB y agrupaciones de la sociedad civil, lo que ha supuesto “más de un año de trabajo en su elaboración y de meses de negociación con todos los grupos políticos”, aseguran desde la Federación y añaden que, precisamente por esto nace con un amplio consenso social.  Esta iniciativa ha contado con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, a excepción del Partido Popular, que no se ha posicionado sobre la propuesta.

Generelo ha pedido hoy al Gobierno que “también la apoye”, porque se trata de una “demanda ciudadana” que se aplica ya en algunas Comunidades Autónomas como Madrid, Catalunya o Extremadura.

Por su parte la portavoz de Igualdad de Ciudadanos, Patricia Reyes, ha manifestado hoy que su partido apoya la tramitación de esta propuesta, pero presentará enmiendas para “mejorar” el texto en el trámite parlamentario, porque este colectivo sigue siendo víctima de la discriminación, pese a los avances que se han producido en los últimos años, según informa la agencia EFE.

Esta Proposición de Ley llega 12 años después de la aprobación de la ley de matrimonio homosexual y después de haber transcurrido diez años de la puesta en marcha de la Ley de Igualdad. Para la FELGTB este texto marcará las bases para lograr una igualdad efectiva en la sociedad española. “Si se aprueba esta ley, se permitirá que cada uno pueda ser, parecer, mostrarse y autoidentificarse como quier, ha recalcado Generelo, y añadió ha pedido que se debata “de manera urgente”.

Turquía contra la pasión

María Jimena Rico y Shaza Ismail, ayer en la localidad malagueña de Torrox. (Foto: Efe)

 

LA joven hispano-argentina María Jimena Rico, que fue retenida en Estambul tras ser localizada después de estar desaparecida junto a su novia egipcia, Shaza Ismail, espera que lo que les ha ocurrido sirva para combatir la represión homosexual en los países árabes.

Rico, que huyó de Dubái, donde reside la familia de su novia, tras sentirse ambas “amenazadas de muerte”, explicó ayer en rueda de prensa que su historia ha llegado a los países árabes y cree que puede ayudar a mucha gente que vive una situación de represión homosexual. “Para algunas personas puede ser un empujón para hablar e intentar movilizarse y hacer algo, y también para acabar con la corrupción en algunos países y que las cosas cambien”, dijo.

La joven, de 28 años, ofreció una rueda de prensa en el Ayuntamiento de la localidad madrileña de Torrox, municipio en el que vive su familia y al que llegó en la madrugada del sábado desde Barcelona, hasta donde fue deportada procedente de Turquía junto a su pareja. Rico agradeció la presión de los medios de comunicación -“sin la que hoy no estaríamos aquí sentadas”, afirmó- y detalló que su prioridad ahora es que Shaza, de 21 años, que tiene un permiso temporal de estancia en el Estado español, obtenga la documentación necesaria para permanecer aquí.

En este sentido, aseguró que sus planes son casarse y que lo hará en su pueblo, y que cuando se reúna con su abogada y pueda aclarar todos los detalles, presentará una denuncia “contra todo el mundo, desde el primero al último”. Declaró que su novia ha vivido “un calvario” desde los 15 años, cuando fue amenazada por primera vez por su condición sexual, pero ella le dijo “que no se podía conformar con vivir infeliz y que había más mundo fuera”.

La joven relató que volvieron a Dubái desde Londres, donde vivían, engañadas por el padre de Shaza, que les dijo que su madre estaba enferma, y una vez allí, “aseguró a su hija que nunca se iba a casar con una mujer y que no la dejaría irse de su casa”. Escaparon hasta Georgia y, cuando estaban en el aeropuerto de Tiflis para regresar hasta Londres, apareció el padre de Shaza, “que fingió un infarto, nos rompió la documentación y me amenazó de muerte”. Tras este altercado, en el que intervino la Policía, ella renunció a que encarcelaran al padre de Shaza y fueron llevadas hasta la frontera de Turquía, país en el que entraron “de forma legal”, porque renovaron la documentación.

Pese a ello, cuando entran en Turquía, son detenidas “por terrorismo”, y cree que en esa acusación “pudo tener algo que ver la abogada del padre de Shaza”, que les venía “siguiendo la pista”.

CRÍTICAS A TURQUÍA Denunció el trato recibido por las autoridades turcas, que les aplicaron “una doble discriminación, por ser terroristas y por ser lesbianas”, y afirmó que le hicieron firmar un papel en lengua otomana sin traductor por el que renunciaban a recibir asistencia consular. Asimismo, señaló que estuvieron tres días retenidas, los dos primeros sin que les diesen de comer, y que en un traslado pudo hacerse con un teléfono y llamar a su familia, y que a raíz de eso se activó su búsqueda, porque hasta ese momento Turquía negaba que estuviese en ese país. El peor instante, dijo, fue cuando las separaron e hicieron creer a Shaza que ella se había marchado y la había dejado allí, e insistió en que incluso cuando estaban en el aeropuerto para ser deportadas no terminaban de creérselo.

Por su parte, Shaza Ismail manifestó que, en cierta medida, esperaba la reacción de sus padres, porque son personas muy religiosas, pero confiaba en que con el tiempo la aceptasen, y en cuanto al trato en Turquía lo calificó de “inesperado, inhumano y horrible”. La joven, nacida de Dubái pero con nacionalidad egipcia, agradeció a España que la haya acogido tan bien y que le haya dado la oportunidad de ser quien es. – Efe

Jimena, la joven desaparecida en Turquía, confía en que su historia combata la represión homosexual

La española retenida en Turquía y su pareja se casarán en Torrox.

Llegaron a Torrox en la madrugada del domingo, pero hasta este martes no han podido hablar. Necesitaban descansar, dijeron, para asimilar todo lo ocurrido durante 14 días de locura. Pero finalmente, Jimena Ricoy Shaza Ismail relataron este martes, en una concurrida rueda de prensa en el Ayuntamiento, toda la experiencia que han vivido a lo largo del particular infierno que les llevó desde Dubái a España, pasando por Georgia y Turquía perseguidas únicamente por el amor que ambas se profesan.

Antes, fueron recibidas por el alcalde, Óscar Medina, quien luego las acompañó a lo largo de la intervención. Y fue ahí, ante el enjambre de cámaras y flashes, cuando Jimena tomó la palabra durante la totalidad de la intervención. Shaza, a su lado, no le quitaba el ojo de encima. “Gracias a todos, si no es por vosotros no estaríamos aquí sentadas“, comenzó, agradecida, a todos aquellos que han visibilizado su situación, en la que se vieron debido a que el padre de su pareja, de nacionalidad egipcia pero residente en el Emirato Árabe, les tendió una trampa y las denunció por su relación homosexual, algo penado en dicho país. A partir de ahí, comenzó una huida de ciencia ficción que concluyó hace pocos días en España.

“Cada día, cada segundo, era una nueva emoción, un miedo diferente”, detalló Jimena, que ahora está a expensas de buscar, por medio de su abogada, la manera de arreglar las condiciones legales de Shaza, egipcia de 30 años, quien posee en la actualidad un permiso de estancia concedido por el Gobierno. “Esta noticia ha llegado a países árabes, y visibilizarlo ayudaría a que la gente que vive allí una situación de represión por su homosexualidad; puede ser un empujón para hablar y movilizarse“, expuso la joven hispano-argentina de 28 años, quien, emocionada, tuvo que parar su alocución en varias ocasiones.

Sus planes ahora, en primer lugar, pasan por buscar un trabajo “ya que con toda esta odisea de billetes y viajes perdidos… si no llega a ser por mi amiga Angie, que se ha gastado más de un mes de sueldo en hoteles y vuelos a los que nunca pudimos llegar, no hubiera sido posible”.

“Ahora toca empezar de cero; Shaza debe aprender español, ya que solo sabe unas palabras que no las dirá en público”, afirmó entre risas. “Además, ella debe insertarse en nuestra sociedad, que es diferente a la que estaba acostumbrada: es un shock que aquí se pueda ir de la mano y todos seamos tan abiertos”.

Fue, incluso, un paso más allá al desvelar que la intención de ambas “es la de casarnos”, pese a llevar juntas unos meses. “La idea ya la teníamos antes de que pasara todo esto, lo habíamos mirado en Londres -donde residen-, sacado los papeles que ella necesitaba… pero a mí ahora me gustaría hacerlo en España, en Torrox, si el alcalde quiere”, aseguró, sonriendo, Jimena, quien recibió por respuesta un “encantadísimo” por parte del regidor.

Odisea

“No nos encontrábamos tan mal a nivel emocional porque estábamos juntas, y ahí nos dimos cuenta qué grande era y hasta qué punto podía llegar”, resaltó Jimena sobre las emociones que ambas vivieron en aquella frenética escapada. “Yo lo único que tenía claro es que no me volvía sin ella, y si acababa en la cárcel, yo iría con ella“, apuntó.

En relación al padre de Shaza, quien se opuso a la relación, las amenazó e incluso persiguió hasta Tiflis, Georgia, lugar al que huyeron tras irse de Dubái -sitio al que fueron debido a la supuesta enfermedad de la madre- y en cuyo aeropuerto rompió un pasaporte con visado de Shaza y hurtó el de Jimena, aunque finalmente lo recuperó la policía. “Shaza quiere desmentir, después de hablar con la abogada, las cosas que su padre ha dicho vía telefónica; tenemos pruebas, mensajes, audios… queremos que se haga justicia”, aseveró. “Ahora está con abogados para intentar limpiar su imagen; los únicos mensajes que ha recibido Shaza fueron a través de su hermana, quien conocía su condición homosexual desde los 15 años”.

Sobre la ruta que siguieron en territorio turco, una vez que dejaron Georgia, Jimena explicó que entró en el país otomano en situación legal. “La detención fue porque se nos acusó de terrorismo por el ISIS”, subrayó, “aunque no puedo dar esa información”. “Me dijeron que la embajada se negaba a verme y me hicieron firmar un documento en turco, sin traductor, en el que rechazaba voluntariamente acudir a este organismo”.

Tras toda la tensión, los nervios y la angustia, las dos fueron, tras finalizar la rueda de prensa, a pasear delante del Ayuntamiento. Allí, con dos ramos de flores, se dieron un beso que tras de sí llevó consigo un calvario fruto de la incomprensión por su orientación sexual. Un beso con final feliz para una relación de película.

La joven española retenida en Turquía señala motivos homófobos en su detención y en la de su novia

La pareja denuncia un trato “inesperado e inhumano” en este país, del que fueron deportadas el pasado fin de semana

María Jimena Rico junto a su pareja, Shaza Ismail. VÍDEO: ATLAS. FOTO: EFE (CARLOS DIAZ)

Han pasado dos semanas en las que cada paso se convirtió en “una emoción y en un miedo nuevos”. Jimena Rico, española, y su pareja, Shaza Ismail, de nacionalidad egipcia, pasaron tres días incomunicadas en un centro de detención de Estambul (Turquía), ciudad a la que llegaron huyendo desde Dubai (Emiratos Árabes Unidos) del padre de Shaza, que supuestamente no aceptaba la orientación sexual de su hija. El arresto en Turquía se produjo porque “aparentemente” hubo una denuncia de terrorismo, aunque Jimena, este martes, se ha mostrado convencida de que también existieron motivos homófobos. “Por ser mujeres y lesbianas”, ha dicho en rueda de prensa en Torrox, pueblo malagueño en el que viven sus padres. “No ocultamos en ningún momento lo que somos”. Shaza ha apuntado a que el trato en este país fue “inesperado e inhumano”.

Faltan detalles para reconstruir completamente la huida por Dubai, Georgia y Turquía de las dos chicas. Por consejo de su abogada, aún no pueden desvelar completamente su odisea. Ismail está en España con un permiso de estancia temporal y trabajan para que pueda permanecer en el país. Uno de los planteamientos es pedir asilo político porque su vida correría peligro en el emirato por su orientación sexual. La pareja está estudiando acciones judiciales, aunque no han concretado cuáles ni contra quién. Según Jimena, en Turquía, tras su arresto, firmó documentos “sin saber lo que estaba firmando” y la Embajada española en este país no tuvo conocimiento de que estaba detenida hasta que su familia puso la denuncia ante la Guardia Civil y empezó el ruido mediático. Tanto ella como su familia solo tienen palabras de agradecimiento hacia el Gobierno español.

La pesadilla por la que han pasado se inició el pasado 14 de abril. Jimena, de 28 años, y Shaza, de 21, son pareja desde finales de 2016. Ese día volaron desde Londres, donde ambas residen, a Dubai supuestamente “engañadas” porque el padre de Shaza les dijo que su madre estaba muy enferma. La joven egipcia había revelado hacía poco a su familia que era homosexual. Una vez en el emirato, con lo que se toparon fue con supuestas amenazas de muerte y con una denuncia contra Shaza ante las autoridades. “Su padre la quiere, lo sé, pero la mente es tan cerrada que no lo puede comprender”, ha subrayado Jimena.

Las chicas lograron escaparse y llegar hasta Georgia. En el aeropuerto de Tiflis, la capital, pensaban coger un vuelo de regreso a Londres, pero fueron interceptadas por el padre de Shaza y otros familiares que querían llevar a la chica de vuelta a Dubai. Se produjo un altercado en el que tuvo que mediar la policía, que fue quien trasladó a las dos jóvenes hasta la frontera turca.

La llegada a Turquía

Según ha contado Jimena, con doble nacionalidad española y argentina, Shaza tiene dos pasaportes (egipcio y dubaití) y el padre de esta, en la refriega en Georgia, le “rompió” el visado con el que podía permanecer en Londres. Ha desmentido, tal y como trascendió en un primer momento, que entraran en Turquía indocumentadas. El hombre les quitó los pasaportes, pero los recuperaron. Ambas tramitaron un visado on line para acceder a este país y su situación era “legal”. En este punto del viaje irrumpe una de las lagunas de la historia, detalles que la pareja ha preferido no contar.

Viajaron hasta Samsun (Turquía), donde estuvieron retenidas durante 12 horas, y una vez en libertad, se desplazaron en autobús hasta Estambul, donde pensaban ponerse en contacto con el Consulado español para salir del país. Aparentemente, estuvieron controladas en todo momento, porque la policía turca las detuvo nada más llegar a esta ciudad. Esto ocurrió el pasado 24 de abril, lunes, que es cuando la familia de Jimena perdió el contacto con ella y denunció su desaparición ante la Guardia Civil.

Su estancia en el centro de detención turco es el capítulo en el que menos han profundizado las chicas (Shaza no habla español). Estuvieron tres días incomunicadas, hasta el jueves, cuando fueron trasladadas a otras dependencias para su deportación. Jimena ha contado que “robó” el teléfono de una mochila (al parecer estaba “esposada”) y pudo ponerse en contacto con su hermana María del Valle. La joven, además, peleó todo lo que pudo para que Shaza también fuera trasladada a España. “Me llamaron cuatro veces (…) Y les dije que si no me iba con ella, no me iba”, ha subrayado. “En un primer momento perdí la esperanza, pero sabía que nunca se iba a ir sin mí”, ha corroborado la joven egipcia.

Quedaron en libertad el viernes, al día siguiente de ser localizadas, y llegaron a Barcelona alrededor de la medianoche. “No nos lo creímos hasta que no estuvimos en el aeropuerto”, ha dicho Jimena, sobre el final de la pesadilla que ha vivido junto a su novia. Ahora descansan con la familia en Torrox, donde este martes han sido recibidas por el alcalde, Óscar Medina. Piensan quedarse en España y la prioridad es regularizar la situación de Shaza. Entre sus planes, además de buscar trabajo, está casarse. Y Jimena quiere que esta historia “pueda ayudar a los homosexuales” y “a cambiar las cosas” en los países árabes. En el fondo, ha confesado, se siente “afortunada”, porque su situación no ha sido tan mala como la del resto de la gente con la que ha estado en el centro de detención turco.