Un transexual de 16 años en espera de tratamiento hormonal se suicida en Ondarroa

Ekai, de 16 años, ha sido hallado muerto por su madre en el domicilio familiar

Ekai y su padre Elaxar, en un programa de La Sexta sobre transexualidad en noviembre pasado

La lucha de Ekai Lersundi por lograr que se reconociese su verdadera identidad de género terminó este pasado jueves de una manera muy trágica. Ekai, un adolescente transexual de 16 años que había solicitado un tratamiento hormonalque “nunca llegó”, fue encontrado muerto en su habitación por su madre. “La peor de las noticias, pero vamos a seguir luchando por la memoria de Ekai y por esas niñas, niños y jóvenes a quienes se les está negando una y otra vez su identidad”, explica Bea Sever, portavoz de la asociación que acoge a familias de menores transexuales.

Ekai, vecino de Ondarroa (Bizkaia), ha puesto fin a la batalla que estaba librando junto a su familia por que se reconociese su verdadera identidad de género. “Explicar a todo el mundo que los datos en tus documentos [oficiales] están mal te hace pasar ratos muy malos”, afirmó en noviembre pasado en un programa de La Sexta, en el que intervino junto a su padre Elaxar, con motivo de la aprobación en el Congreso de los Diputados de los trámites para que los menores transexuales pudiesen cambiar su nombre y sexo en el Registro Civil sin necesidad de presentar informes médicos.

Chrysallys ha expresado este viernes su “inmenso dolor” por el fallecimiento de Ekai. Una muerte cargada de muchísimo simbolismo, pues estaba batallando, asegura Sever, “por lograr el cambio de nombre en el registro”. También estaba reclamando que la Unidad de Género del Hospital de Cruces le proporcionara el tratamiento hormonal que necesitaba y que “nunca llegó”. Ekai, recuerda esta asociación, también quería que los profesores y alumnos de su instituto recibiesen formación sobre la transexualidad y la identidad de género. Quería que en la escuela comprendiese su realidad y fuese respetado. “Demasiadas batallas cotidianas para un adolescente”, añade su portavoz.

“Esta batalla la hemos perdido como sociedad y a Ekai nadie puede devolverle ya la vida”, se apena Server. Una de cada 1.000 personas es transexual en España, según datos de la Asociación de Familias de Menores Transexuales. El número de suicidios entre las personas transexuales durante su adolescencia es alrededor de un 30% más alto con respecto a otros jóvenes de su edad. Estas personas, que atraviesan a esas edades un momento vital de grandes cambios físicos, emocionales y mentales, sufren además en muchas ocasiones el rechazo social por no poder expresar plenamente su identidad.

Ekai estaba viviendo esa batalla consigo mismo y su entorno, hasta que el jueves pasado dijo basta. La asociación Chrysallis advierte de que la muerte de este joven vizcaíno tiene que servir de revulsivo para ganar la batalla de los chicos y chicas que quieren cambiar su nombre, de quienes vez negada su identidad y de muchos que no consiguen recibir el tratamiento hormonal que necesitan para vivir conforme a su género.

En recuerdo de este adolescente, la asociación ha convocado una concentración mañana a las cinco de la tarde en Ondarroa. El Ayuntamiento de esta localidad ha expresado su solidaridad a la familia y amigos de Ekai, y ha invitado a la ciudadanía a “construir un municipio libre de transfobia”.

Save the Children también ha manifestado su consternación y apoyo a la familia, además de exigir la necesidad de garantizar la identidad sexual y la no discriminación de los adolescentes transexuales. La organización no gubernamental recuerda que los menores transexuales son un colectivo “especialmente vulnerable”, por lo que merecen “una protección especial por parte de las Administraciones públicas”. “Esta protección debe estar basada en la igualdad de trato y la no discriminación, su bienestar mental y el respeto de su interés superior”, ha señalado en un comunicado.

El PP propone una ley LGTBI que ignora la diversidad en las aulas y no prohíbe las terapias para “convertir” homosexuales

“Todes somos personas, todes tenemos derechos”, pancarta en la manifestación del Orgullo Crítico en Madrid este 2017. Álvaro Minguito

El Partido Popular  ha esperado a última hora para presentar su propia ley LGTBI. La formación intenta tumbar así la que, a pesar de su abstención y la de UPN,  fue apoyada para tramitarse por el Congreso el pasado mes de septiembre tras ser presentada por Unidos Podemos. La enmienda a la totalidad de la ley que han registrado los populares reduce a mínimos la propuesta y se deja por el camino cuestiones consideradas fundamentales por los colectivos LGTBI.

El texto se reparte en 33 artículos que abordan diferentes ámbitos y que, aunque reconocen “la necesidad” de erradicar la discriminación “por razones de orientación sexual e identidad sexual”, apenas contempla medidas específicas ni está revestido de carácter obligatorio. De hecho, no cuenta con régimen sancionador: “Tal y como está redactada no obliga a nada, ni siquiera a las comunidades autónomas en el ámbito de sus competencias”, explica la jurista especializada en derechos LGTBI Charo Alises.

La experta fue una de las redactoras de la ley ahora en trámite, que nació con polémica y que pasó la primera fase en  el Congreso tras ser apoyada por Ciudadanos, Unidos Podemos y el PSOE. A pesar de que se trata de una extensa norma que las formaciones se comprometieron a reformar, abarca todos los ámbitos y cuenta con una amplia referencia a los principios rectores de la ley que la del PP no contempla. Entre ellos, el de prevención de la homofobia, bifobia, transfobia e interfobia. La iniciativa popular solo incluye estas palabras una vez.

En palabras de Jesús Generlo, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), colectivo que elaboró la legislación, se trata de “la consumación de la mayor traición hacia el colectivo por parte del PP desde el recurso al Constitucional del matrimonio igualitario”. La federación califica la enmienda de “una absoluta tomadura de pelo” y asegura que se trata de un texto “improvisado, carente de contenido y elaborado a espaldas del colectivo directamente afectado”.

Nada sobre menores trans

Uno de los aspectos que más preocupa a los colectivos es la falta de medidas en el ámbito educativo. El texto dedica a ello tres artículos entre los que incluye la creación de protocolos contra el acoso LGTBIfóbico en las aulas, pero no nombra a las Comunidades Autonómas a pesar de que tienen competencias educativas. Por otro lado, habla de campañas de sensibilización a la comunidad educativa y “promover” formación a los docentes “para que sepan desarrollar los planes de educación basados en el respeto a la diversidad sexual y de género”.

Ninguna medida concreta ni obligatoria al respecto: no se nombra la necesidad de contar con contenidos LGTBI o referentes positivos en el material didáctico, en las asignaturas,  en los libros de texto o en los programas de estudio. Tampoco hay ninguna referencia a las universidades, a la diversidad familiar  ni al respeto a la identidad de los alumnos trans en los centros educativos, que sean llamados por su nombre o que puedan utilizar los vestuarios respecto a su género sentido, a pesar de que muchas autonomías ya reconocen este derecho.

Y es que la ley del PP apenas contempla medidas dirigidas al colectivo trans y ni siquiera nombra a los menores. Únicamente establece el respeto a su identidad sentida en el ámbito de la salud y por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No aborda el tema de la despatologización de la transexualidad ni el derecho a la autodeterminación de género, los dos principios con los que se están alumbrando las legislaciones más avanzadas en el mundo  y las exigencias de organismos internacionales como el Consejo de Europa.

De hecho,  el Congreso ha aprobado recientemente la toma en consideración de un proyecto de ley para eliminar en España el requisito de que los trans deban declararse enfermos para cambiar su nombre y sexo legal. Una iniciativa a la que el Partido Popular votó en contra.

Más requisitos a las lesbianas en el Registro Civil

La enmienda sí establece la creación de un Consejo Estatal para la igualdad de las personas LGTBI, pero despacha las medidas con referencias generales a “se promoverán medidas…” o “se establecerán medidas…”. En el ámbito de la salud solo menciona que “se promoverán” programas dirigidos a las necesidades del colectivo LGTBI y que “corresponde a los poderes públicos” garantizar la formación del personal sanitario y a éste “velar por una atención respetuosa”. Nada se dice de políticas de salud públicas, de derechos sexuales y reproductivos o de protocolos de atención a las personas trans.

“En el ámbito laboral y de la familia no se establece ni una sola medida concreta para garantizar la no discriminación de las personas LGTBI”, explica Charo Alises. Tampoco se incluye la eliminación del requisito de que  las parejas de mujeres estén casadas para inscribir a sus hijos en el Registro Civil ni la no discriminación de las mujeres lesbianas a las técnicas de reproducción asistida. Aunque varias comunidades no lo están haciendo, en 2013 el Gobierno aprobó un decreto que las dejaba fuera –junto a las madres solteras–. 

Además, el PP ha eliminado la prohibición de  las llamadas terapias de conversión para homosexuales, que sí incluye  la ley LGTBI que apoyó el Congreso y que no se permiten en algunas comunidades autónomas. Estos métodos que tienen como objetivo cambiar la orientación sexual o identidad de género de una persona por considerar que ésta es inadecuada son rechazados por la comunidad científica y hay bastante consenso entre colectivos y psicólogos sobre el daño que producen.

Los populares se dejan fuera también el trato hacia las personas LGTBI en los centros penitenciarios, la formación de los profesionales del ámbito de la justicia o medidas concretas sobre la juventud más allá de “promover” el respeto entre los jóvenes o “impulsar” formación en “el valor de la diversidad”. En cuanto a la parte de definiciones, el texto omite la orientación sexual, la identidad y expresión de género, las personas cisexuales, familias LGTBI o personas no binarias.

Bermudas, primer país del mundo en revertir la legalidad del matrimonio homosexual

La nueva ley reconoce y protege las uniones entre personas del mismo sexo pero no podrán casarse

 

Figuras de pastel de bodas homosexuales. / DAVID MCNEW (AFP)

El gobernador de Bermudas, John Rankin, sancionó hoy una ley por la que ya no se permitirá la celebración de matrimonios homosexuales en el archipiélago ni en barcos con bandera del país, por lo que se convierte en la primera nación del mundo en revertir dicha normativa. Rankin firmó la Ley de Uniones Domésticas, que sustituye al matrimonio gay, permitido desde el 5 de mayo de 2017 por un fallo histórico de la Corte Suprema de Bermudas, territorio británico de ultramar.

La nueva ley, que fue aprobada por el Senado de Bermudas en diciembre de 2017, reconoce y protege las uniones entre personas del mismo sexo pero no podrán casarse. Sin embargo concede derechos como el de heredar en el caso de que no haya testamento previo o tomar decisiones médicas en nombre de la pareja.

En opinión del ministro de Asuntos Nacionales, Walton Brown, aunque los contrayentes no puedan casarse, disfrutarán de “una unión libre en la que tendrán los mismos derechos”. La decisión ha despertado la oposición de varios grupos de defensa de los derechos de grupos LGBT, que consideran ilegal el hecho de que se permita y después se niegue.

Brown señaló que la mayoría de los ciudadanos de Bermudas están en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo. “Esta ley tiene la intención de encontrar un equilibrio entre aquellos que en la isla creen que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer y a la vez reconocer y proteger los derechos de aquellos del mismo sexo”, dijo a medios locales Brown.

Varias compañías de cruceros con barcos de bandera de Bermudas han declarado que esta medida va a “decepcionar” a aquellos que pensaban contraer matrimonio a bordo de sus embarcaciones. En un comunicado conjunto, las empresas P&O Cruises y Cunard señalaron que ahora ofrecerán poder llevar a cabo “ceremonias de compromiso” a bordo.

El Tribunal Supremo de Bermudas falló, en mayo de 2017, a favor del ciudadano bermudeño Winston Godwin y de su prometido, el canadiense Greg DeRoche, quienes querían casarse en el archipiélago. El Registro General rechazó su solicitud, por lo que la petición se llevó hasta la Corte Suprema con el argumento de que la Ley de Derechos Humanos prevalece en Bermudas sobre cualquier otra normativa y esta les dio la razón. La sentencia judicial se aplicó pese a que en junio de 2016 la población de Bermudas rechazó en una consulta el matrimonio gay por un 69% en contra por un 31 % a favor.

Los adolescentes trans no acceden a la atención médica que necesitan

Un equipo de Estados Unidos analizó información de una encuesta a 80.929 estudiantes secundarios de Minnesota, incluidos 2.168 que se habían identificado como trans o no conformes con el género

Protesta por el día mundial a favor de la Despatologización Trans

Los adolescentes trans serían más propensos a no hacerse los controles médicos preventivos ni acceder a los tratamientos para sus problemas de salud, según sugiere un estudio.

Un equipo de Estados Unidos analizó información de una encuesta a 80.929 estudiantes secundarios de Minnesota, incluidos 2.168 que se habían identificado como trans o no conformes con el género.

Los participantes respondieron sobre su identidad de género y el género asignado al nacer, las enfermedades crónicas físicas o mentales, la cantidad de días que no asistieron a la escuela por enfermedad o consultaron a la enfermera escolar y los últimos controles clínicos y odontológicos de rutina.

Los adolescentes trans eran casi dos veces más propensos que el resto a decir que su salud era “mala, regular o buena”, en lugar de “muy buena o excelente”.

“Cuando los jóvenes se presentan distinto a lo que esperaría la sociedad de su sexo al nacer, a menudo reciben mensajes sociales de que se están comportando ‘mal’ o que están ‘equivocados’“, dijo el autor principal, Nic Rider.

“El estrés y la invalidez que eso produce afecta la salud de estos jóvenes“, agregó el investigador especializado en sexualidad humana de la Facultad de Medicina de la University of Minnesota, en Mineápolis.

Apenas el 38 por ciento de los adolescentes trans dijo que su estado de salud general era “muy bueno o excelente”, comparado con el 67 por ciento de los jóvenes cisgénero (la identidad de género coincide con el sexo al nacer).

El 25 por ciento de los jóvenes trans tenía una enfermedad crónica o discapacidad y el 60 por ciento pacedía trastornos mentales. En cambio, sólo el 15 por ciento de los adolescentes cisgénero tenía una enfermedad crónica y el 17 por ciento, psicológica.

Más de la mitad de los adolescentes trans afirmó que se había quedado en casa enfermo por lo menos una vez el mes anterior, comparado con el 43 por ciento de los participantes cisgénero.

El 41 por ciento de los adolescentes trans acudieron a la enfermería de la escuela ese mismo mes, comparado con el 26 por ciento del otro grupo.

Más de la mitad de los jóvenes se había hecho controles médicos y odontológicos preventivos el último año, aunque eso no era tan frecuente en los adolescentes trans, según publica el equipo en la revista Pediatrics.

Los niños gitanos, migrantes, gays y transexuales son los que sufren más acoso en internet

Según el informe de UNICEF ‘Los niños y las niñas de la brecha digital en España’ presentado hoy en Bilbao

 

Los niños de la comunidad gitana, migrantes y del colectivo LGTBI son los que sufren con más frecuencia acoso en Internet o ciberacoso, según el informe de UNICEF Comité País Vasco ‘Los niños y las niñas de la brecha digital en España’, presentado este martes en Bilbao, con motivo del Día Internacional de la Internet Segura.

El informe, elaborado por el grupo de investigación la UPV/EHU EU Kids Online, analiza «las oportunidades y riesgos» de internet y profundiza en los colectivos «más vulnerables» en el ámbito estatal, niños y adolescentes de la «brecha digital», pertenecientes a la comunidad, con discapacidad, ubicados en centros de protección y del colectivo LGTBI.

En España, el 95,2% de los niños de entre 10 y 15 años usa Internet, pero 300.000 niños, niñas y adolescentes no han utilizado un ordenador y 140.000 que no han mantenido contacto con la Red.

En el caso de Euskadi, el porcentaje de menores usuarios de Internet se eleva a 97,6%, de los que el 94,9% utilizó un ordenador en los tres últimos meses y el 77,5% dispone de teléfono móvil.

Según el presidente de UNICEF Comité País Vasco, Isidro Elezgarai, «para las nuevas generaciones, ser parte de un entorno digital es lo natural».

«Nuestro objetivo tiene que ser el de mitigar los riesgos y maximizar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías; porque no todos los niños y niñas disfrutan de las oportunidades de manera equitativa», ha manifestado. Elezgarai ha llamado a «poner el foco en la infancia más vulnerable, sin que ningún niño ni niña se quede atrás».

En total, participaron en el informe 91 personas, ocho adultos –responsables de centros de acogida y educadores– y 83 niños de 8 a 18 años, 52 de ellos de origen extranjero -ecuatorianos, magrebís y subsaharianos-, 17 de etnia gitana, y 12 bajo la tutela de centros de protección de la Administración.

Comunidad gitana

Los resultados del informe revelan que la comunidad gitana es la que más dificultades tiene en el acceso y uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación. «Es frecuente que los niños y niñas de este colectivo tengan móviles, pero la mayoría no siempre dispone de tarifa de datos para conectarse», ha señalado Estefanía Jiménez.

Un estudio de la Fundación Secretariado Gitano, indica que el 22% de los jóvenes gitanos no tienen Internet en casa por motivos económicos, por lo que «la pobreza es, sin duda una, de las barreras para acceder a Internet».

El informe indica, asimismo, que «los colectivos tradicionalmente victimizados», como los niños de la comunidad gitana, LGTBI y los niños y niñas de origen migrante, «son los más vulnerables y los más atacados en Internet».

En el caso de los niños migrantes, por ejemplo, las TIC «juegan un papel esencial, como herramienta para que su viaje sea posible» y, una vez llegado a su lugar de destino, supone «un recurso fundamental para su integración social y para comunicarse con sus familiares y amigos en su país de origen».

UNICEF afirma que «los riesgos online son el elemento más subrayado y alarmante cuando se aborda la relación entre niños y redes sociales e internet». «Ciberacoso, sexting, acceso a contenidos que no son adecuados para los menores, uso excesivo, falta de privacidad, uso indebido de los datos personales de los niños y niñas», advierte.

Para UNICEF, resulta «imposible» aislar a los niños de los riesgos que implica tener acceso a una cantidad infinita de recursos en Internet».

Según Elsa Fuente, coordinadora de UNICEF Comité País Vasco, «se debe promover la formación en las escuelas y en las familias en derechos, valores y competencias digitales, para transmitir a los niños y niñas una visión integral y crítica de la tecnología para que sean capaces de identificar los riesgos y evitar los daños». «Sin olvidarnos del importante papel que juegan las empresas tecnológicas o las autoridades públicas en la materia”, ha señalado.

Por ello, ha considerado «necesario» un nuevo marco normativo que regule Internet, y «un mayor impulso a los protocolos y estrategias de prevención y actuación en los casos de violencia contra la infancia dentro y fuera del entorno digital».

Los niños gitanos, migrantes y LGTBI son los que sufren más ciberacoso

Los niños de la comunidad gitana, migrantes y del colectivo LGTBI son los que sufren con más frecuencia acoso en Internet o ciberacoso, según el informe de Unicef Comité País Vasco ‘Los niños y las niñas de la brecha digital en España’, presentado en Bilbao. 

Presentación en Bilbao del informe de Unicef ‘Los niños y las niñas de la brecha digital en España'(Oskar Martínez)

BILBAO. El informe, elaborado por el grupo de investigación la UPV/EHU EU Kids Online, analiza “las oportunidades y riesgos” de internet y profundiza en los colectivos “más vulnerables” en el ámbito estatal, niños y adolescentes de la “brecha digital”, pertenecientes a la comunidad, con discapacidad, ubicados en centros de protección y del colectivo LGTBI.

En el Estado, el 95,2% de los niños de entre 10 y 15 años usa Internet, pero 300.000 niños, niñas y adolescentes no han utilizado un ordenador y 140.000 que no han mantenido contacto con la Red.

En el caso de Euskadi, el porcentaje de menores usuarios de Internet se eleva a 97,6%, de los que el 94,9% utilizó un ordenador en los tres últimos meses y el 77,5% dispone de teléfono móvil.

Según el presidente de Unicef Comité País Vasco, Isidro Elezgarai, “para las nuevas generaciones, ser parte de un entorno digital es lo natural”.

“Nuestro objetivo tiene que ser el de mitigar los riesgos y maximizar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías; porque no todos los niños y niñas disfrutan de las oportunidades de manera equitativa”, ha manifestado. Elezgarai ha llamado a “poner el foco en la infancia más vulnerable, sin que ningún niño ni niña se quede atrás”.

La investigadora y profesora de la UPV/EHU Estefanía Jiménez ha explicado que, para la elaboración del estudio, se identificaron los grupos de niños “más vulnerables” y se realizaron entrevistas “en profundidad”, así como “grupos de discusión” en Andalucía, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y Euskadi.

En total, participaron en el informe 91 personas, ocho adultos –responsables de centros de acogida y educadores– y 83 niños de 8 a 18 años, 52 de ellos de origen extranjero –ecuatorianos, magrebís y subsaharianos–, 17 de etnia gitana, y 12 bajo la tutela de centros de protección de la Administración.

COMUNIDAD GITANA

Los resultados del informe revelan que la comunidad gitana es la que más dificultades tiene en el acceso y uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación.

“Es frecuente que los niños y niñas de este colectivo tengan móviles, pero la mayoría no siempre dispone de tarifa de datos para conectarse”, ha señalado Estefanía Jiménez.

Un estudio de la Fundación Secretariado Gitano, indica que el 22% de los jóvenes gitanos no tienen Internet en casa por motivos económicos, por lo que “la pobreza es, sin duda una, de las barreras para acceder a Internet”.

El informe indica, asimismo, que “los colectivos tradicionalmente victimizados”, como los niños de la comunidad gitana, LGTBI y los niños y niñas de origen migrante, “son los más vulnerables y los más atacados en Internet”.

En este sentido, afirma que la discriminación y el discurso del odio “tienen un impacto muy negativo en estos niños y niñas, ya que perpetúa estereotipos y dificulta su integración”.

En el caso de los niños migrantes, por ejemplo, las TIC “juegan un papel esencial, como herramienta para que su viaje sea posible ” y, una vez llegado a su lugar de destino, supone “un recurso fundamental para su integración social y para comunicarse con sus familiares y amigos en su país de origen”.

Unicef afirma que “los riesgos online son el elemento más subrayado y alarmante cuando se aborda la relación entre niños y redes sociales e internet”. “Ciberacoso, sexting, acceso a contenidos que no son adecuados para los menores, uso excesivo, falta de privacidad, uso indebido de los datos personales de los niños y niñas”, advierte.

En su opinión, “son riesgos que preocupan enormemente a padres y madres, educadores y a la sociedad en general”. No obstante, el informe indica que “no todo son riesgos”, ya que “Internet ofrece muchas ventajas para el desarrollo y aprendizaje de los niños y puede ayudarles también en la construcción de relaciones sociales con otros niños y niñas que tengan sus mismas inquietudes”.

“El mundo online abre a los niños y niñas las puertas, no solo al consumo de contenidos, sino a la creación, la creatividad y la participación en foros sobre problemas que les afectan”, asegura.
Para Unicef, resulta “imposible” aislar a los niños de los riesgos que implica tener acceso a “una cantidad infinita de recursos en Internet”.

Según Elsa Fuente, coordinadora de Unicef Comité País Vasco, “se debe promover la formación en las escuelas y en las familias en derechos, valores y competencias digitales, para transmitir a los niños y niñas una visión integral y crítica de la tecnología para que sean capaces de identificar los riesgos y evitar los daños”. “Sin olvidarnos del importante papel que juegan las empresas tecnológicas o las autoridades públicas en la materia”, ha señalado.

Por ello, ha considerado “necesario” un nuevo marco normativo que regule Internet, y “un mayor impulso a los protocolos y estrategias de prevención y actuación en los casos de violencia contra la infancia dentro y fuera del entorno digital”.

Además, UNICEF advierte de que, “si bien este acceso digital” ofrece a menores “beneficios y oportunidades”, también “les expone a riesgos y peligros, incluyendo el acceso a contenidos que pueden perjudicarles, a un mayor riesgo de explotación sexual, abuso y ciberacoso, o al uso indebido de su información privada”.

“En el caso de la infancia más vulnerable, internet puede jugar un papel fundamental para que estos niños y niñas puedan desarrollar su potencial, mejorar su integración e incluso buscar referentes y ayudas”, concluye.

Isabel Coixet rodará una película sobre las primeras lesbianas que se casaron por la Iglesia

La directora prepara ‘Elisa y Marcela’, la historia de las dos maestras gallegas que contrajeron matrimonio en 1901

Marcela y Elisa serán llevadas al cine por Isabel Coixet. / EFE

La flamante ganadora de los Goya Isabel Coixet prepara ya su próximo proyecto, Elisa y Marcela, una película basada en la historia real del primer matrimonio entre mujeres registrado en España, en 1901, según ha confirmado la productora Rodar y Rodar. Ellas también fueron las únicas lesbianas casadas por la Iglesia.

Isabel Coixet empezará a rodar previsiblemente en mayo. En estos momentos, se están cerrando acuerdos con las actrices que podrían protagonizarla.

La productora de la artista, Miss Wasabi, tampoco ha confirmado a Público quiénes serán las intérpretes, aunque hace un año la revista Fotogramas apuntó hacia María Valverde y Natalia de Molina. En web de Rodar y Rodar, ambas figuran en la ficha del filme, cuyos derechos han sido adquiridos por Netflix para distribuirla en su plataforma unos cuatro meses después del estreno en salas de cine.

Marcela y Elisa, dos maestras gallegas, se casaron por la iglesia en A Coruña el 8 de junio de 1901. Para burlar la ley, la segunda tuvo que adoptar una identidad masculina y se hizo pasar por un hombre con el nombre de Mario Sánchez, pero el engaño acabó siendo descubierto y ambas fueron perseguidas y tuvieron que huir.

El historiador Narciso de Gabriel, autor del libro en el que se basa la película (Elisa y Marcela. Más allá de los hombres, editado por Libros del Silencio), ha trazado los últimos pasos de Marcela y Elisa, cuyo destino se antoja trágico.

Los obispos alemanes se plantean bendecir las uniones gays mientras los españoles hablan de “amenaza totalitaria”

“si la Iglesia bendice automóviles y quién sabe cuántas cosas más, no debe negar la bendición a las personas del mismo sexo”, demanda la corriente católica Somos Iglesia

El arzobispo de Granada bendice unas motos.

Bendicen animales, motos, patrullas de la Guardia Civil, barcos, edificios, aviones… Incluso el túnel ferroviario de San Gotardo (Suiza), el más largo y profundo del mundo, recibió agua del hisopo. Pero jamás el amor entre dos personas del mismo sexo. Pese a las puertas abiertas que el papa Francisco parece decidido a imponer, lo cierto es que la prohibición y la condena continúan siendo el pan nuestro de cada día para aquellas uniones igualitarias que, siguiendo su fe, buscan participar, en plano de igualdad, en la Iglesia católica. Sin embargo, el debate parece más que abierto, siempre que se mire fuera de España.

¿Aceptará la Iglesia católica que sus curas bendigan a las parejas homosexuales en sus templos? “¿Quién soy yo para juzgar?”, apuntaba, hace unos meses, Francisco en una entrevista, al ser preguntado sobre el tema. Siguiendo esa tesis, el obispo de Osnabrück (Alemania), Franz-Josef Bode, ha pedido “debatir detenidamente” sobre este asunto.

Se trata de un tema que la Iglesia alemana lleva tratando desde hace años, y que ya es práctica habitual en otras iglesias cristianas, como anglicanos o luteranos, que incluso tienen algún obispo abiertamente homosexual en sus filas, y que han abierto, incluso, el debate sobre las bodas igualitarias.

La Iglesia católica no llega, ni mucho menos, tan lejos. Pero monseñor Bode sí insiste en que “deberíamos debatir detenidamente al respecto”, pues “el silencio y los tabúes no conducen a nada y crean confusión”.

¿Cómo hacerlo? “Se podría, por ejemplo, pensar en una bendición que no debe confundirse con un enlace matrimonial”, agrega el prelado, que apunta que la existencia de parejas del mismo sexo “es una realidad política y social” en todo el mundo, y que la Iglesia debe tener una palabra al respecto.

“Debemos preguntarnos cómo podemos encontrarnos con aquellos que tienen esas relaciones y que también se implican en parte en la Iglesia. ¿Cómo los acompañamos pastoral y litúrgicamente?”, se pregunta el obispo.

Condena al funeral por Zerolo

La opinión de Bode es también compartida por la corriente católica Somos Iglesia, que insiste en que “si la Iglesia bendice automóviles y quién sabe cuántas cosas más, no debe negar la bendición a las personas del mismo sexo”. En Alemania, desde el pasado mes de octubre, las parejas homosexuales alemanas gozan de los mismos derechos que las heterosexuales, incluyendo el matrimonio.

Sin embargo, en el caso de la Iglesia española nada ha cambiado, y cualquier mínimo atisbo de apertura es fulminado. Así le sucedió al conocido padre Ángel García, párroco del templo 24 horas de San Antón en Madrid, cuando ofició un funeral-homenaje al socialista Pedro Zerolo. En una abarrotada iglesia, se rindió homenaje al político socialista, con la participación (como no podía ser de otro modo) de su marido. Las protestas de los grupos ultraconservadores obligaron al cardenal Osoro –quien en público se ha mostrado a favor de la inserción de las parejas gays en la Iglesia– a reconvenir al sacerdote: su celebración había sido motivo de escándalo para muchos.

A vueltas con la “ideología de género”

Nada que ver con el ejemplo del propio Papa, quien hace unos meses bendijo por carta a la familia de un matrimonio homosexual brasileño con motivo del bautizo de sus tres hijos, o la especial relación que Francisco mantiene con el transexual español Diego Neria y su mujer. Más aún: algunos obispos españoles han comenzado una nueva cruzada contra la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación, que consideran “totalitaria”.

Especialmente brutales han sido los comentarios de los obispos andaluces, quienes la semana pasada emitieron un comunicado en el que subraya que la normativa (en este caso, la aplicación efectuada por el Parlamento de Andalucía), “en el fondo, asume todo el entramado lingüístico de la ideología de género, que pretende eliminar los conceptos de varón y mujer”, separando así la identidad de la corporalidad e intentando “deconstruir el cuerpo humano, el matrimonio y la familia”.

Para estos prelados, se trata de una ley que “excede con mucho su objetivo de combatir la discriminación” y consideran que “no es justo que, en nombre del bien común, se imponga una antropología y una determinada visión moral, que es de hecho una amenaza para la vida familiar, la educación y el ejercicio de la medicina”.

Se trata, en su opinión, de una ley que compromete a su juicio la libertad de pensamiento, conciencia, educación y enseñanza, además de la religiosa, cuando su misión debe ser la de “hacer crecer la justicia y no imponer legalmente una determinada idea moral”.

Por la plena diversidad

Con todo, las cosas parece que están cambiando. Así, este verano se celebrará en Dublín, con la asistencia del Papa, el Encuentro Mundial de las Familias. Uno de los obispos responsables del evento, el prelado de Limerick, Brendan Leahy, ha invitado a que “se haga espacio para la plena diversidad de las familias” en la reunión de las familias católicas.

“Estamos viviendo tiempos de cambios y la familia también está cambiando”. Una diversidad, añade, que también tendría que incluir a las familias de padres divorciados y vueltos a casar, sino también a las familias de padres y madres gays. En Irlanda, donde en 2015 se aprobó el matrimonio homosexual, la situación no es diferente a la de España. Pero sí en la Iglesia. No en vano, monseñor Leahy afirma que en el país “hemos tenido el referéndum a favor del matrimonio gay y mucha gente votó en él: todos están igual de bienvenidos a juntarse a esta celebración de la familia”.

“Mi esperanza para el evento de este verano sea para todas las familias”, finalizó el obispo Leahy. “Para las familias tradicionales y monoparentales, para personas en segundas relaciones, personas divorciadas y vueltas a casar por lo civil, gente de mucha fe y gente de poca, gente que coincide con la Iglesia y gente que no”.

EN WASHINGTON La comunidad LGBTQ protesta contra el Gobierno de EE.UU. frente al Hotel Trump

WASHINGTON. El acto, que fue organizado por distintas organizaciones de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBTQ), tuvo como objetivo defender, con un ambiente claramente festivo, el hecho de que cada uno es dueño de su cuerpo

“La Administración Trump busca silenciar y dejar de lado a numerosos individuos, especialmente a gente homosexual y transexual, negros, inmigrantes, trabajadores de la industria del sexo y personas con incapacidades, los cuales sufren mayores niveles de violencia sexual”, denunció esta semana en un comunicado una de las instituciones organizadoras de la protesta, WERK.
Pese a la gravedad de estas acusaciones, los manifestantes lograron hacer de la protesta una fiesta gracias a sus coloridas vestimentas, los cánticos y al uso de confeti biodegradable.
Desde que el presidente Donald Trump asumiera la presidencia, hace poco más de un año, numerosas organizaciones sociales han señalado al mandatario por sus mensajes y decisiones faltos de sensibilidad con algunos grupos minoritarios.
Como ejemplos, cabe destacar, la decisión de Trump de no permitir que personas transexuales se alisten en las Fuerzas Armadas, medida que, por el momento, ha sido frenada en los tribunales, o sus reciente controversia por referirse a algunos países de América Latina y África como “agujeros de mierda”.
También la falta de una postura clara contra los numerosos casos de acoso sexual que vienen aflorando desde hace meses en el país, y que han salpicado al propio mandatario, le ha valido una oleada de críticas.
“La protesta sirve para elevar las voces de los supervivientes y para reclamar la autonomía de nuestros cuerpos”, explicaron los organizadores.

Mamá, no soy niño

“En mi partida de nacimiento pusieron ‘varón’, nunca me preguntaron”, dice Carmen. Padres y menores transexuales relatan su experiencia y el camino que queda para la normalización

Riley (derecha), niño de 12 años de género no binario, abraza a su madre, Rosa, en su casa el pasado miércoles. Álvaro García

Un sábado de abril de 2016, en su piso de Madrid, Carmen García de Merlo se puso unos pantalones vaqueros ajustados, una peluca larga, un niki a rayas y unas botas azules que había comprado a domicilio. Tardó 50 años en llegar desde su cuarto hasta la calle. Fue el tiempo que pasó hasta que Carmen decidió mostrarse públicamente como había sido siempre, mujer. Cruzó así vestida el pasillo de casa, y a los 50 años de espera le añadió media hora pegando la oreja en la puerta para no cruzarse con algún vecino. Recuerda que era una tarde agradable, que la Gran Vía estaba llena de sol y de luz, y que la clandestinidad había hecho mella: con los pantalones tan ajustados, fuera de casa necesitaba el bolso que nunca llevaba dentro. Recuerda también que se subió a un autobús para ir a Kinépolis, que por primera vez hizo cola en el servicio de mujeres, que en el metro la miraban sin disimulo y que a ella le daba igual porque, después de más de medio siglo, “estaba contentísima de ser yo”.

Carmen es abogada y enfermera. Habla en la sede del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) mientras atiende las últimas demandas del colectivo transexual referidas a la Ley Integral de Transexualidad de esa comunidad. “Yo me crié en Valdepeñas en los años sesenta. Empecé a ser consciente de que no era un niño a los cuatro años. A esa edad jugaba a intercambiarme ropa con mi hermana, luego lo seguí haciendo sola. A los 11 me encerraba en mi cuarto y me vestía con su ropa, me miraba en el espejo, me reconocía a mí misma. En aquellos años lo que me pasaba no tenía nombre. Yo era mujer. ¿Pero transexual? Entonces esa palabra no se escuchaba en ninguna parte. Empezó a hacerse familiar en los ochenta”. Una semana después de la conversación con EL PAÍS, Carmen le escribió una carta a la juez María Elósegui, famosa esta semana por sus declaraciones homófobas. “Aunque en mi partida de nacimiento escribieron ‘varón’, nunca me lo preguntaron: pasé toda una vida de represión hacia mí misma”.

Rut y Mario, nombres supuestos de una pareja que vive en Roma, decidieron que le iban a preguntar a su hijo de qué genero se sentía. O más bien, dejar que el niño lo descubriese por sí mismo. Cuando Rut se quedó embarazada, los dos se enfrascaron en un debate sobre la educación de su primer hijo. Mario, profesor catalán, se pone al teléfono para hablar de su bebé de cinco meses, razón por la que prefiere proteger su identidad. “Primó que vivimos en Roma y no en Suecia”, dice para referirse a la libertad con la que una de sus mejores amigas, que vive en el país nórdico, educa a sus hijos. “Pero al nuestro”, dice Mario, “vamos a intentar hacerle ver desde el principio que no existe una esencia totalmente masculina ni femenina”. De momento, no corrigen a nadie cuando les dice “qué bonito el niño” o “qué bonita la niña”, y la ropa, heredada, se la ponen indistintamente sea de niña o niño. Los primos del bebé lo siguen haciendo a los siete años: dependiendo del día se ponen falda o no, según les apetezca, sin atender a roles convencionales. “Hay dos formas de explicar el hecho trans. Una, más clásica, dice que se ha nacido en el cuerpo equivocado. Hay otra, de Paul B. Preciado, que prefiero: las personas son demasiado complejas para reducirlas a una esencia femenina o masculina; se actúa como hombre o como mujer, a veces como las dos cosas, a veces como ni una cosa ni la otra”, dice Mario, que recuerda que es más conveniente hablar de ‘comunidad trans’, el colectivo que incluye a transgéneros, identidades de género que no se corresponden al género asignado al nacer..

“No todo es rosa o azul”

Rosa supo que tenía un bebé diferente. “No sé si esto es común, pero desde el principio supe que era distinto”. En el colegio, cuando representaron Caperucita, todos los niños eligieron ser el cazador y todas las niñas Caperucita. Riley eligió ser la abuelita. Lo que ocurría es que Riley no era niño, pero tampoco estaba seguro de ser niña. Su madurez a los 12 años es asombrosa: es un menor trans no binario que está encajando en un universo que no concibe oficialmente a nadie como elle, género neutro con el que se denomina a las personas no binarias; un universo dividido en dos sexos de acuerdo a sus genitales. A los baños del instituto Riley prefiere no entrar porque sólo tener que elegir, le agobia. Aparece en el salón de su casa con una bata morada. Dice señalándosela: “No todo es rosa o azul, también hay otros colores”. Rosa, como Emilio, como Belén (madre de una menor trans que ha preferido no hablar de su hija para este artículo), se encuentran con un problema común: la falta de referencias. Que en el caso de Rosa y Riley es mucho más evidente. Hasta que Riley no se encontró a los 10 años con Pau, un monitor de campamento, no supo quién era. Hablando con Pau, 12 años mayor, supo que había más gente que no se sentía niño ni niña, menores y mayores para los que la identidad era algo más complejo y abierto que la tradicional separación de géneros. A propósito de la polémica de las drag queen en la cabalgata de Vallecas, Belén rescata un tuit de la poeta Álex Portero: “A mí, niña transgénero de los ochenta, me colocas en la cabalgata a La Prohibida en aquellos años de dolor constante y creo en la magia durante el resto de mi vida. Y hasta pensaría que puedo ser bonita y querida en lugar de dar vergüenza”.

“No había nadie”, coincide Rosa. “Y a mí no me habían enseñado nada de esto. Tienes que aprenderlo tú y tu hije solos. Si yo hubiese visto antes muchas cosas lo hubiera hecho mejor”. Con 10 años, Riley le dijo a su madre que tenía claro que no era un niño, pero no sabía si era una niña. En el Ramón y Cajal de Madrid no tuvieron suerte: “La persona que lo atendió creo que no supo encontrar las palabras con Riley. Básicamente le dijo que no se juntase con niños como él, que se relacionase con gente normal. Salí de allí espantada”. Antes de despedirse le presta al periodista Tránsito (Bellaterra, 2015), un libro de Bermúdez y Cantero. “Esto nos ayudó. Y El sexo sentido, el documental sobre la transexualidad en menores”.

Emilio, padre de Jonay, llenó su biblioteca de libros sobre transexualidad. Hoy divide su vida entre su trabajo y el activismo, ayudando a otras familias desde COGAM, como hace Carmen. “Yo no salí del armario, yo salí del trastero”, dice recordando su matrimonio, cuando se vestía de mujer en un trastero. Jonay, que ya ha hecho la transición y es chico a efectos administrativos, tiene un nuevo frente: mantiene su cuerpo abierto a la posibilidad de quedarse embarazado. La ley estatal que regula el acceso a la reproducción asistida se refiere sólo a mujeres; en Madrid, y alguna otra comunidad, se menciona a “personas con capacidad gestante”, otra contradicción administrativa a la que hacer frente. Mario, desde Roma, advierte de que no está criando a su bebé para que sea transexual, sino para que tenga toda la información y libertad para sentirse quien es cuando tenga la capacidad de serlo, y no se encuentre con un mundo preconfigurado en el que no encajar. Riley, antes de irse a cenar, responde a la pregunta de por qué eligió ese nombre: uno de sus significados es “valiente”, dice.

Una concesión que no termina

Hace 15 años, Emilio García y su mujer se encontraron con que la que ellos creían su niña de cuatro años quería ir al colegio con pantalones. “Se quejaba, lloraba”, cuenta él en una hamburguesería del Paseo de la Castellana. No le dio mucha importancia. En el colegio exigían uniforme, y se resignó. Fue la primera de muchas resignaciones; ser transexual es una concesión que no termina, ni siquiera con la transición acabada y los papeles: siempre hay una explicación más que dar o una claudicación ante algo o alguien. Las señales con el tiempo se hicieron evidentes. A Jonay, su nombre, le espantaban las fotografias. Solía encerrarse en su cuarto, donde se desarrollaba su identidad a salvo del resto. El mundo da por hecho que el haber nacido con genitales de mujer le convertía en mujer. Eso es difícil de asumir porque él siente, vive y sabe que es un hombre; por tanto o el mundo es monstruoso, o el monstruo era él. Tuvo, como otros niños en su situación, problemas de autoestima, y todo se aceleró en casa cuando en el colegio se le encontraron autolesiones. “A mi hijo, como a cualquier transexual, le habían dicho que no existía. Y lo que los demás veían, desde su propio nombre, él no lo sentía como propio”. Para ser reconocido como hombre o mujer, un trans tiene que presentar un certificado de disforia de género y acreditar dos años de tratamiento. La mayor Unidad de Género de España, la del Hospital Ramón y Cajal, cumplió el pasado año una década: 1.500 consultas y 400 cambios de género.