La mitad de los homosexuales europeos se han sentido acosados

Un 80% oyó burlas en el colegio dirigidas a otra persona en su misma situación

El miedo y el aislamiento son las principales consecuencias de la discriminación padecida por el 50% de la comunidad gay, lesbiana, bisexual y transexual en la Unión Europea. Según la mayor encuesta realizada en 2012 sobre su situación, respondida por 93.000 personas en los 27 países miembros, además de Croacia, los prejuicios les impiden equipararse al resto de los ciudadanos. Cuando los insultos se transforman en actos violentos, la mitad de las víctimas no lo denuncia por desconfiar de la actuación policial. La Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE, responsable del estudio, pide la armonización de la lucha contra el trato recibido por este colectivo. También aconseja “el castigo penal de la incitación al odio homófobo y transfóbico”, ya que los transexuales se llevan siempre la peor parte.

la homofobia en europa

Fuente: European Union Agency for Fundamental Rights. EL PAÍS

Los grupos más discriminados son los jóvenes de 18 a 24 años (que representan un 57%). Le siguen las lesbianas (55%) y la gente de menores ingresos (52%) en todas las categorías. España figura entre los países con menores niveles de discriminación percibida por los encuestados en virtud de la orientación sexual (un 38% sobre una media comunitaria del 47%). La cifra más abultada aparece en Lituania, con un 61%.

A la hora de buscar trabajo, uno de cada cinco encuestados se sintió discriminado. Los transexuales, uno de cada tres. Traducido en cifras, España suma aquí un 17%. La media de la UE es de un 20%. El pico es para Chipre, con un 30%. En los 28 países, las dos terceras partes de las personas fueron testigos de comentarios o conductas negativas por la inclinación sexual de un colega. A su vez, un tercio se sintió discriminado en el ámbito sanitario, educativo, de servicios sociales, vivienda o servicios en general. En España, fue un 27%. El promedio comunitario es de un 32%, aunque Lituania llega al 42%. “Mi comportamiento en el trabajo supone un alto grado de autocensura”, dice un consultado gay alemán, de 31 años. “Un compañero me dijo que me respetaba, pero creía que yo era anormal”, señala una lesbiana italiana de 28 años. Un 66% teme ir de la mano en público en toda la UE. Entre los varones gais, un 75%.

La enseñanza secundaria fue el peor periodo para todos. Dos de cada tres ocultaron su condición. En España lo hizo un 91%, que es la media general en la UE. Chipre la supera con un 97%. Sin embargo, mientras un 60% del total fue víctima de comentarios negativos, un 80% recuerda burlas dirigidas hacia otra persona en su misma situación. En Holanda, que suma los porcentajes más bajos en todas las categorías anteriores, un 5% escaso de los alumnos de secundaria cree que los adolescentes deben mostrar sus preferencias sexuales, según análisis propios. “Hay que actuar en la UE para derribar barreras, acabar con el odio y generar una sociedad de plenos derechos para todos”, afirma Morten Kjaerum, director de la Agencia de los Derechos Fundamentales.

El resultado de la consulta se presenta en La Haya hoy, día mundial contra la homofobia y la transfobia desde que la OMS retirara la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales en 1991. El cuestionario podía rellenarse por Internet para asegurar el anonimato y un acceso amplio. Una vez la persona en cuestión se encuadraba en alguna de las cuatro categorías, gay, lesbiana, bisexual y transexual, podía citar sus experiencias en el marco laboral, educativo, sanitario y de servicios sociales, así como en lugares públicos, ya fueran bares o tiendas. Del total de encuestado, los varones gais (62%) son los que más respondieron. El grupo menos representado son los transexuales (7%), a pesar de que padecen el mayor número de agresiones o amenazas violentas (8%). El promedio comunitario es aquí del 6%.

Juan Andrés, Tomás y su hijo adoptado: “Las familias diversas estamos ensombrecidas”

Juan Andrés, Tomás y Tristán

Juan Andrés, Tomás y Tristán

La familia ya no es lo que era. El modelo tradicional de matrimonio heterosexual con hijos o hijas se ha ido desdibujando con el paso de los años y los cambios sociales han tenido su reflejo en la configuración de los hogares y las unidades familiares en España. Aún así, el patrón clásico sigue copando mayor espacio en el imaginario colectivo frente a otros tipos de familia que llenan las calles y que este domingo celebran el Día Internacional de las Familias, declarado por la ONU.

Circunstancias sobrevenidas o elegidas han hecho del mapa familiar un conglomerado salpicado de hogares homoparentales, monoparentales, que según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística suponen el 10,3% del total, o parejas sin hijos o hijas, que representan el 21,1%. Una variedad que escapa del prototipo y que abarca desde hogares multiculturales y adopciones a reagrupaciones familiares, personas que viven solas o mayores que cuidan de sus nietos o nietas.

“Estamos ahí, somos sus vecinos y votantes”

Juan Andrés y Tomás dicen que son una familia desde hace 17 años. Desde el principio de su relación sintieron la necesidad de ser padres, sin embargo, la única posibilidad era “adoptar en solitario, negar la existencia del otro y mentir sobre nuestra orientación”, explica Juan Andrés, periodista de 48 años. La aprobación del matrimonio igualitario hizo que en 2007 se casara con Tomás y que un año más tarde comenzaran los trámites de la adopción de Tristán, un niño malagueño de raza negra que tiene cinco años.

El periodista relata cómo dos compañeros de trabajo le dejaron de hablar cuando se enteraron. “Aquel comportamiento tenía un nombre: homofobia”, dice. Recuerda también con indignación aquella manifestación que llenó el centro de Madrid de obispos y religiosos en 2005 y que clamaba por “el derecho a una madre y un padre”. A pesar de los obstáculos, Tristán lo vive sin complejos, igual que sus compañeros de colegio. “Es la aceptación de una realidad que algunos adultos no llegan a alcanzar por condicionantes ideológicos, religiosos o morales”.

El niño está acostumbrado a oír hablar de diversidad familiar y afectivo sexual. Sus padres están implicados en el desarrollo de proyectos educativos apoyados por las instituciones malagueñas. Sin embargo, Juan Andrés sabe que es la excepción. “Cuando se habla de la familia en la escuela se da por hecho que existe un único modelo y esa es la falsa realidad que reflejan los libros de texto”, critica. Las familias diversas, dice, “están ensombrecidas en los diferentes ámbitos de representatividad social, pero estamos ahí, somos sus vecinos, sus votantes y en nuestros hogares existen los mismos grados de afectividad y problemas que en las suyas”.

Alicia, Saida, Nacho y Jesse

Alicia, Saida, Nacho y Jesse

“La sociedad se basa en la cisheteronorma”

“Supongo que ser dos mujeres feministas las que encabezan la parte adulta y la proporción de cisexuales (personas en las que la identidad sexual sentida coincide con el sexo asignado al nacer) y transexuales”. Saida García responde así a por qué su familia está alejada del modelo tradicional. Y es que en la familia que ha formado junto a la cantautora Alicia Ramos, dos de las cuatro personas que la forman son trans y otras dos cis. Ambas, junto a sus hija Jesse y su hijo Nacho, han tenido que enfrentarse a situaciones de discriminación que afrontan “con herramientas para que no afecte a nuestras vidas”, afirma Saida.

“Desde la manera en que están elaborados los formularios del colegio hasta preguntas que exceden lo que yo preguntaría a alguien con quien no tuviera confianza”, enumera esta librera de 40 años. “La sociedad está construida sobre la cisheteronorma” algo que ejemplifica con “que tengamos que participar en esta entrevista, que sea tan difícil encontrar una película o una canción que refleje bien la diversidad familiar y sexogenérica”. En esta casa madrileña, sin embargo, la variedad “forma parte de la cotidianidad de nuestras vidas”.

Rafael, Rodrigo e Isabel

Rafael, Rodrigo e Isabel

“El pediatra me dijo que a mi hija la llevara mi mujer”

Rafael Fuentes y su hija Isabel, de diez años, y su hijo Rodrigo, de ocho, se convirtieron en familia monoparental en abril de 2015, cuando su mujer Inés falleció a causa de un cáncer de páncreas. Su hogar ejemplifica las dificultades de conciliación familiar y laboral. De hecho, a este funcionario le ha costado casi un año conseguir el cambio de turno que pedía al Ayuntamiento de Madrid para poder atender a sus hijos. No obstante, debe llevarles al colegio una hora antes y recogerles una hora más tarde por la lejanía de su centro de trabajo.

“Debería existir la obligación de que en casos así no te puedan destinar tan lejos”, afirma. De hecho, dice, “cuando es una mujer, los jueces suelen fallar que no esté a más de 10 kilómetros del hogar porque la justicia entiende que es la madre la que debe hacerse cargo del cuidado”. Rafael cree que a la sociedad española “le hace falta un cambio de mentalidad” porque “la teoría acepta familias diversas, pero la práctica no”. El hombre recuerda su última visita al pediatra: “Al decirle que no podía llevar a mi hija por la mañana me contestó que la trajera mi mujer”.

Unos abuelos con la custodia de sus nietas

La historia de la familia de Celia está atravesada por la violencia machista. Carla y Marina, de doce y once años respectivamente, son sus nietas, pero tanto ella como su marido Félix tienen la custodia. Viven, además, con un tío de las niñas llamado también Félix, una persona con discapacidad. El padre de las niñas, condenado por malos tratos hacia su mujer y madre de ellas, las echó en 2007 de su casa de Barcelona, donde residían, y se fueron las tres a vivir a León con los abuelos. Sin embargo, la enfermedad se cruzó en su camino y cinco años más tarde la madre de Carla y Marina falleció de cáncer.

La justicia decidió entonces que la custodia sería para Celia y Félix. “No sabemos nada del padre, nunca pasó la manutención y ni siquiera ha contestado a las llamadas para asistir a las visitas”, sostiene Celia. La mujer, de 65 años, coincide con el resto de entrevistados en que la familia “que siempre se representa es la tradicional, a pesar de que hay muchos abuelos encargándose de sus nietos”. Las circunstancias, analiza, “han provocado esta situación, pero seguimos siendo una familia, para lo bueno y para lo malo”.

María José y Guadalupe

María José y Guadalupe

“Una familia no se mide por el número de hijos ni el papeleo”

María José y Guadalupe son una familia “desde el día en que decidimos vivir juntas y pensar siempre en plural”. No están casadas ni tienen hijos o hijas, pero sí dos perras, una gata y sobrinos y sobrinas “que saben perfectamente quienes somos”. Sostienen que cada vez es más común ver familias diversas y agradecen los cambios políticos y el activismo de colectivos “que ha hecho avanzar a la sociedad”, aunque “tendrá que pasar mucho tiempo para que esta diversidad se entienda como algo natural”, opina Guadalupe.

María José circunscribe la intolerancia a ciertos “sectores de la población retrógrados” que “no ven bien no solo la unión entre personas del mismo sexo, sino, por ejemplo, las familias monomarentales”, completa Guadalupe. Aún así entienden que “una familia no se mide por el número de hijos ni por el papeleo jurídico”, afirma María José, que pone el ejemplo de “no poder optar al descuento de familia que aplican en el gimnasio, que indica que los matrimonios tienen otra tarifa. Yo no tengo ningún documento de unión, pero me han dicho que tampoco valdría. ¿Por qué?”, se pregunta.

La lucha de la transexual pionera de los microchips que IBM despidió en los 60

IBM despidió a Lynn Conway en 1968 tras descubrir que pretendía cambiarse de sexo. La investigadora sobrevivió sin trabajo y sin familia en las calles de San Francisco gracias a otras transexuales que sufrían la persecución policial. Trabajó en Xerox PARC ocultando su pasado y realizó importantes avances en el campo del diseño de chips en los 70. Sin embargo, el coautor de sus investigaciones se llevó casi todos los honores. Ignorada en Silicon Valley, primero por ser transexual y después por ser mujer, ahora su labor comienza a ser reconocida.

Lynn Conway trabajando en Xerox PARC (1977)

Lynn Conway trabajando en Xerox PARC (1977)

Hace medio siglo, una investigadora realizaba prometedores avances en la arquitectura de los ordenadores para el gigante de la informática de aquel entonces, IBM. Sin embargo, la compañía decidió despedirla en 1968 por una razón que nada tenía que ver con el ámbito profesional. El motivo era que Lynn Conway, reconocida actualmente como una pionera en el campo de los circuitos integrados, era transexual.

Tras una difícil infancia en los años 40 —sus padres trataron de eliminar cualquier señal de afeminamiento cuando solo era un niño incapaz de comprender lo que supuestamente estaba haciendo mal —, Lynn estudió Física en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). Solo se hacía llamar así fuera de las clases, cuando las hormonas y los vestidos le ayudaban a convertirse en la mujer que siempre había sido pese a estar encerrada en el cuerpo de un hombre.

Cuando comenzó a trabajar en IBM, se esforzó por cumplir las convenciones sociales. Luchó por ser varón. Tras conocer la labor del endocrinólogo Harry Benjamin, uno de los primeros médicos que explicó cómo se realizaban las operaciones de cambio de sexo, y después de un intento de suicidio, decidió que no podía continuar. Necesitaba pasar por el quirófano.

Thomas Watson Junior, presidente de IBM por aquel entonces y un “líder despótico” según Lynn, frustró sus planes de seguir en la compañía haciendo carrera. “Cuando las noticias de mi cambio de sexo llegaron a su rango se puso extremadamente furioso, se horrorizó de lo que había escuchado y ordenó que fuera inmediatamente despedida”, explica Conway a HojaDeRouter.com.

Pese al pionero sistema que Conway ideó para desarrollar ACS, el primer proyecto de ordenador superescalar de la historia, Watson decidió echarla. “Podían haber arruinado mi vida, me quedé en las calles de San Francisco”, relata Conway, que aún se siente decepcionada porque la empresa “nunca reconoció oficialmente que yo trabajé allí”.

LA PIONERA QUE DECIDIÓ VIVIR COMO UNA ESPÍA

Tras ser despedida de IBM, Lynn Conway continuó realizando avances en la arquitectura de los ordenadores (1983)

Tras ser despedida de IBM, Lynn Conway continuó realizando avances en la arquitectura de los ordenadores (1983)

Sin familia —se vio obligada a casarse antes del cambio de sexo y tras él no la dejaron volver a ver sus dos hijas —, sin apenas amigos, sin recursos y repudiada por una de las empresas más prestigiosas del mundo, Lynn se vio arropada por personas a las que ni siquiera conocía.

Gracias a Benjamin, conoció a otras transexuales que trabajaban como prostitutas o como artistas. “Eran mujeres maravillosas y nos ayudábamos las unas a las otras. Desafortunadamente, perdimos a muchas por el camino. Ocurrían hechos terribles con la policía en San Francisco”, cuenta Conway.

Pese al clima de terror y persecución policial que describe la investigadora, aquellas mujeres luchaban por sobrellevar su situación en una época en la que podían ser arrestadas o incluso ingresadas en un psiquiátrico en algunos lugares de Estados Unidos. ” Aprendí a sobrevivir porque ellas sabían cómo sobrevivir. Estaba en el comienzo de algo y yo tenía a las mejores profesoras del mundo”, rememora.

Lynn empezó de cero, dejando atrás su pasado como hombre. Sin embargo, sabía que en los puestos técnicos a los que aspiraba era posible que se viera involucrada en proyectos para el Departamento de Defensa, por lo que no podía mentir en sus registros médicos. Por eso, confesaba su cambio de sexo solo a los departamentos de recursos humanos de las compañías que le ofrecían trabajo. ” Había muchas empresas que no me cogieron por ello, pero cuatro o cinco lo aceptaron”.

Entre las empresas que no rechazaron a Lynn por su condición de transexual figuraba Xerox PARC, el legendario centro de investigación que sentaría las bases para la revolución informática de los 70. Conway se volcó en su trabajo en una empresa “muy progresista” para la época, pero al igual que en sus anteriores empleos, no compartió su pasado con nadie más allá de los encargados de contratarla.

Temerosa de que su carrera fracasara otra vez o de tener que abandonar la ciudad, se esforzaba por no airear la historia entre sus compañeros. “Si alguien intentaba ‘interpretarme’ o mostraba cierta preocupación por mí, yo era muy natural. Era cómo ‘ ¿de qué estás hablando?’ Fui una buena espía”, recuerda Conway entre risas.

Lynn Conway con sus compañeros de Xerox PARC en los 70

Lynn Conway con sus compañeros de Xerox PARC en los 70

Precisamente su discreción la ayudó a que la prestigiosa Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa ( DARPA por sus siglas en inglés) la ofreciera dirigir la planificación de su Iniciativa Estratégica de Informática, en un intento por fusionar todos los sistemas de armamento inteligente en los años 80. Su padre, ingeniero químico, había trabajado para el Departamento de Guerra durante la II Guerra Mundial y esa era la oportunidad de seguir los pasos de aquel hombre que la fulminaba con su mirada cuando se travestía y que murió antes de sentirse furioso o humillado por su cambio de sexo.

“Nunca mentí en ningún trabajó, y eso me ayudó a entrar en DARPA y conseguir el permiso de seguridad. Pude demostrar que siempre había dicho a la verdad pero que, por otra parte, me mantenía callada”, explica Conway. Según cree, en el Departamento de Defensa eran conscientes de que la primera interesada en mantener su identidad oculta era ella, y por eso no les supuso ningún problema contratar a una transexual. En realidad, la época en que la comunidad científica ignoraría su labor por haber cambiado de sexo aún no había llegado.

LA REVOLUCIÓN ‘ROBADA’ DE LOS MICROCHIPS

Lynn Conway consiguió aquel trabajo en DARPA gracias a los revolucionarios avances que había realizado en Xerox PARC en los 70. Allí colaboró con Carver Mead, el investigador que bautizó como “ley de Moore” a la famosa predicción formulada por el cofundador de Intel —que el número de transistores en un circuito integrado se duplicaría cada dos años.

Conway se sentía afortunada. Podía retomar las ideas que había desarrollado en IBM cuando investigaba en el campo de los microchips. Comenzó a diseñar las reglas de diseño escalable que permitirían avanzar a los circuitos hasta la Integración a Muy Gran Escala ( VLSI por sus siglas en inglés), un paso fundamental para la miniaturización de los ordenadores. Gracias a su investigación, los chips de silicio podrían albergar decenas de miles de transistores. Así, podían fabricarse máquinas mucho más pequeñas y livianas.

Carver Mead y Lynn Conway recibiendo un premio por sus logros de la revista Electronics (1981)

Carver Mead y Lynn Conway recibiendo un premio por sus logros de la revista Electronics (1981)

Precisamente su discreción la ayudó a que la prestigiosa Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa ( DARPA por sus siglas en inglés) la ofreciera dirigir la planificación de su Iniciativa Estratégica de Informática, en un intento por fusionar todos los sistemas de armamento inteligente en los años 80. Su padre, ingeniero químico, había trabajado para el Departamento de Guerra durante la II Guerra Mundial y esa era la oportunidad de seguir los pasos de aquel hombre que la fulminaba con su mirada cuando se travestía y que murió antes de sentirse furioso o humillado por su cambio de sexo.

“Nunca mentí en ningún trabajó, y eso me ayudó a entrar en DARPA y conseguir el permiso de seguridad. Pude demostrar que siempre había dicho a la verdad pero que, por otra parte, me mantenía callada”, explica Conway. Según cree, en el Departamento de Defensa eran conscientes de que la primera interesada en mantener su identidad oculta era ella, y por eso no les supuso ningún problema contratar a una transexual. En realidad, la época en que la comunidad científica ignoraría su labor por haber cambiado de sexo aún no había llegado.

LA REVOLUCIÓN ‘ROBADA’ DE LOS MICROCHIPS

Lynn Conway consiguió aquel trabajo en DARPA gracias a los revolucionarios avances que había realizado en Xerox PARC en los 70. Allí colaboró con Carver Mead, el investigador que bautizó como “ley de Moore” a la famosa predicción formulada por el cofundador de Intel —que el número de transistores en un circuito integrado se duplicaría cada dos años.

Conway se sentía afortunada. Podía retomar las ideas que había desarrollado en IBM cuando investigaba en el campo de los microchips. Comenzó a diseñar las reglas de diseño escalable que permitirían avanzar a los circuitos hasta la Integración a Muy Gran Escala ( VLSI por sus siglas en inglés), un paso fundamental para la miniaturización de los ordenadores. Gracias a su investigación, los chips de silicio podrían albergar decenas de miles de transistores. Así, podían fabricarse máquinas mucho más pequeñas y livianas.

La investigadora en el MIT, el centro en el que enseñó a diseñar chips fácilmente (2008)

La investigadora en el MIT, el centro en el que enseñó a diseñar chips fácilmente (2008)

SACANDO SU TRABAJO DEL CAJÓN 30 AÑOS DESPUÉS

Durante años, Conway pasó inadvertida pese a que sus investigaciones en Xerox PARC permitieron que sus anteriores avances en IBM se hicieran realidad. En los 90, cuando los chips ya contenían suficientes transistores como para que los procesadores fueran superescalares, pudieron ponerse en práctica los métodos que había propuesto en el proyecto ACS, que comenzó a aparecer en los libros de informática sin que nadie conociera su autoría.

“Tenía miedo de que la gente buscara en profundidad y encontrara mi pasado, y otro problema era que quien supiera que yo era transexual podría pensar ‘estás demente’ y podían creer que todo el trabajo que había hecho estaba equivocado”, explica Conway.

En 1998, cuando internet comenzaba a llegar a nuestras vidas, Lynn escribió el término “superescalar” en un buscador. Así descubrió que un investigador quería saber más sobre aquel proyecto. Treinta años después de que IBM la despidiera, hizo publica su historia por primera vez, contándole su despido y enviándole la documentación que aún conservaba.

Dejó de ser “una espía extranjera en su propio país” y comenzó una nueva carrera que poco tenía que ver con los microprocesadores. Se convirtió en una activista por los derechos de los transexuales. Publicó todos los detalles de su vida en una página web, traducida a diferentes idiomas por voluntarios de todo el mundo, para que su historia pudiera inspirar a otros transexuales.

Como profesora emérita de la Universidad de Michigan, escribió una carta a IBM pidiendo una muestra de arrepentimiento por aquel injusto despido . “Superarlo y seguir adelante” fue la respuesta a su petición. A su juicio, en la meca de la tecnología sigue imperando ” la cultura del macho dominante”. “Pienso que la historia es importante porque Silicon Valley se tiene que dar cuenta de cómo ha tratado las mujeres en la ciencia y la tecnología”.

En el siglo XXI, su labor sí comenzó a ser reconocida fuera de la compañía. En 2014 entró a formar parte del Hall of Fellows del Computer History Museum por su labor pionera desarrollando y divulgando nuevas formas de diseñar los circuitos integrados. Ese mismo año, la revista Time la incluyó en la lista de las personas transexuales más influyentes para la cultura americana, después de visitar con su marido la Casa Blanca en un evento celebrado con motivo del Mes del Orgullo LGTB.

“A través de una larga y distinguida carrera de conocimiento, esfuerzo y habilidad, Lynn Conway ha promovido una revolución no solo en su profesión, sino en un sinfín de profesiones que han sido capaces de florecer gracias a sus innovaciones y descubrimientos”. En estos términos se expresaba Barry Shoop, el presidente del IEEE, al concederle la Medalla James Clarke Maxwell por sus contribuciones en el campo de los chips hace tan solo unos meses.

“Tengo una vida maravillosa, un marido maravilloso, nos lo pasamos muy bien juntos haciendo todo tipo de cosas. Tengo 78 años pero me siento como si fuera joven”. Pese a tener que ocultar su cambio de identidad durante décadas y verse obligada a luchar para que se reconociera su propio trabajo, Lynn Conway no busca la confrontación al relatar su historia. Considera más importante que reflexionemos sobre las personas que han hecho aportaciones revolucionarias pero ni siquiera sabemos que existen. Sin duda, el suyo es el mejor ejemplo.

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Todas las imágenes de este articulo son propiedad de Lynn Conway

‘Dogging’ o cómo practicar sexo en lugares públicos

Esta práctica, cada vez más extendida, consiste en practicar sexo al aire libre con la idea de que otros puedan mirar

sexo en coche-dogging

– ¡Hasta luego, voy a sacar al perro!

Esta podría ser una de las frases más utilizadas por los practicantes del dogging. Esta práctica, cada vez más extendida, consiste en realizar orgías o actividades sexuales, genitales y grupales, en espacios públicos, generalmente en lugares apartados y al aire libre, con la idea de que otros puedan mirar.

Parece que este movimiento comenzó en los parques de Reino Unido en los años setenta, donde sacar al perro era la excusa perfecta para contactar con personas, en este caso heterosexuales, que deseaban practicar sexo genital con desconocidos, siendo a su vez observados.

De ahí su nombre, dogging o cancaneo, haciendo referencia a este animal. Algunos también lo han denominado perreo, aunque no suele ser muy utilizado pues genera confusión con el baile sexual, el cual no tiene absolutamente nada que ver.

El boom cibernético del ‘cancaneo’

Internet ha sido sin duda la clave para la proliferación de esta práctica sexual cada vez más extendida. En menos de un segundo cualquier buscador de internet puede localizar unas 107.000 webs sobre dogging. En ellas se puede contactar tanto con otros doggers, como son denominados los practicantes exhibicionistas, como con los voyeurs, testigos o mirones. Tanto unos como otros, disfrutan y generan disfrute al otro bando.

Estas sirven también para facilitar fecha y hora del evento, así como para localizar los lugares apropiados para la práctica del cancaneo porque, aunque comenzasen en parques, actualmente podrían realizarse estasquedadas en baños públicos, jardines o aparcamientos, entre otros. Estos no son permanentes y las localizaciones van cambiando por temporadas, entre otras cuestiones para que no estén masificados los encuentros. Es bastante habitual también que se realice esta práctica dentro de los coches, de ahí que muchos atribuyan el origen de su nombre, no tanto al paseo canino, sino a la postura del perrito, que se suele considerar la más cómoda para practicar sexo dentro de un vehículo.

Igualmente, conocer los lugares facilita que no exista confusión y nos colemos en el evento que no nos corresponda. Un picadero sexual habitual, donde suelen reunirse los jóvenes, o no tan jóvenes, para realizar prácticas sexuales genitales generalmente en coches, con una persona conocida y sin desear mirones, en principio, no sería el lugar más adecuado para un dogger. Al igual que no lo sería tampoco una orgía de varones homosexuales, denominada como cruising, por ejemplo.

Pues el dooging, aunque pudiera parecer a simple vista que es un juego sin reglamento, no es así y estas webs te lo facilitan.

Otras reglas del juego que debería conocer

Comunicarse eficazmente es fundamental para que no existan confusiones y se pueda confiar y disfrutar sin altercados ni malas experiencias.

Por ejemplo, si el encuentro fuera en un aparcamiento al aire libre y se llevasen a cabo las prácticas sexuales dentro de coches, se podría ofrecer información a los voyeurs que deseen participar en la orgía, pues no todo tiene por qué estar permitido para ellos.

– Si los doggers dejasen las luces del coche encendidas informarían sobre su deseo de ser observados.

– Si quisieran que un tercero se uniera a ellos y participase del encuentro sexual, dejar la puerta del coche abierta sería lo idóneo para indicarlo de manera clara.

– Por el contrario, si no quisieran que nadie mirase ni se acercara o participase en el encuentro sexual, cerrar las puertas y ventanas del vehículo sería suficiente para enviar la información y ha de respetarse.

– Por supuesto, el uso del preservativo sería fundamental, si no obligatorio, para la seguridad de todos los participantes, ya que sería la única forma de prevenir la mayor parte de las enfermedades o infecciones de transmisión sexual.

– Otra cuestión de suma importancia, sería no ofrecer ningún tipo de dato personal por temas de seguridad, como el teléfono o la dirección, tanto en la web como en persona. Sí se podría facilitar un correo electrónico que no descubra su nombre y apellidos, pues suele ser la forma más utilizada para concretar nuevas quedadas.

– Y por supuesto, nunca acuda a estas citas con objetos de valor o vigílelos muy bien, en todo caso. Cuando se practica relaciones sexuales se convierte en presa fácil para los ladrones pues saben que está entregado al placer.

– Y por último, si piensa acudir a un evento de dogging, asegúrese de quenadie le sigue al finalizar el mismo.

¿Es el ‘dogging’ una parafilia?

Las parafilias se refieren a la excitación sexual como respuesta a objetos concretos o situaciones específicas. Suelen conllevar malestar y dificultad para excitarse si no se dan las condiciones adecuadas o existe daño a terceros. Si practicar el dooging, de voyeur o exhibicionista, no conllevase ninguno de estos aspectos, no tendría relevancia clínica y se consideraría únicamente una variante sexual.

Hay que matizar que, aunque hablemos de voyerismo, sería más acertado hablar de escopofilia, escoptofilia, escoptolagnia o mixoscopía en este caso, pues en estas se mira abiertamente y no de manera clandestina.

En cualquier caso, nos guste o no esta práctica, dicen que el saber no ocupa lugar y conocer todo lo relacionado sobre la sexualidad nos hace más libres para poder elegir. Por tanto, una vez realizada mi misión informativa…Hasta luego, que voy a sacar al perro ;)

Los riesgos de las ‘chemsex’

Médicos y activistas alertan de que la práctica puede generar nuevas infecciones por VIH y dependencia a sustancias tóxicas

En una aplicación para ligar, un chico invita a otro a una fiesta en su casa. Media decena de jóvenes y “una bandeja con speed y ketamina” le esperan en el salón. Por delante, una larga sesión de sexo grupal bajo los efectos de varias drogas. “Me di cuenta de que era una chemsex y me fui. Yo no tomo drogas”. Las chemsex —del inglés chemical sex, sexo químico— son un fenómeno, casi exclusivo del colectivo gay, que se caracteriza por tener sexo bajo el efecto de drogas durante un largo periodo de tiempo. No hay ni una sola cifra que dimensione la práctica, pero médicos y activistas alertan de que puede contribuir a la transmisión del VIH. Y, aunque sospechan que es una práctica residual, ya han detectado casos de jóvenes dependientes a ciertas sustancias para practicar sexo.

La combinación no es nueva, y mucho menos exclusiva de los gais. Lo que caracteriza a las chemsex son el auge de las aplicaciones móviles para ligar y el uso de mefedrona, metanfetamina y GHB para soportar largas sesiones de sexo, que pueden durar días. La mefedrona es un estimulante, la metanfetamina provoca euforia, desinhibición y quita el sueño y el GHB o éxtasis líquido es un depresor sedante. La mezcla de las tres permite aguantar en las fiestas sexuales pero también puede dejar a los participantes en un estado de semiinconsciencia que les haga bajar la percepción de riesgo. En un colectivo donde la prevalencia del VIH es del 14% ysoporta seis de cada 10 nuevas infecciones, las conductas sexuales de riesgo alertan a los epidemiólogos. “El chemsex está asociado a no usar preservativo, por lo que aumenta el riesgo de infecciones. Además, como son fiestas con policonsumo de drogas, se puede perder la percepción de riesgo”, dice Jordi Casabona, director del Centro de Estudios Epidemiológicos sobre el VIH/SIDA de Cataluña.

Aunque el riesgo de transmisión se reduce si un infectado de VIH se medica, la pérdida de adherencia al tratamiento eleva las posibilidades de contagio. En unas jornadas de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida, su directora, María José Fuster, señaló que un 35% de los pacientes con VIH se salta el tratamiento si sabe que va a drogarse. Y además, un 25% de las personas infectadas por VIH lo desconocen. Josep Mallolas, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Clínic, alerta de que en estaschemsex “puede haber, por probabilidad, algún VIH positivo que no lo sepa”. El VIH no es el único riesgo. Otras infecciones de transmisión sexual también pueden contraerse, como la sífilis y gonorrea, que se han cuadriplicado y triplicado en 10 años entre los gais. “Se ha perdido el miedo y, como a la gente le atrae el riesgo, surge elchemsex”, apunta Mallolas.

En Londres, el fenómeno ya es un problema de salud pública y hay clínicas donde reportan hasta 100 casos al mes de personas con un consumo problemático vinculado al chemsex. En España aún es anecdótico, pero las entidades ya han detectado casos. “No es un problema de salud pública pero existe una minoría con un consumo problemático”, certifica Fernando Caudevilla, médico de familia y experto en drogas de síntesis. “Es gente que necesita ayuda profesional porque pueden presentar trastornos de personalidad. Se da cuenta de que sus prácticas son incompatibles con ir a trabajar o son incapaces de relacionarse sobriamente”, ejemplifica Ferran Pujol, director de BCN Checkpoint. Desde Stop Sida aseguran que precisan una atención integral. “Pueden tener problemas de ansiedad, soledad, en su relación de pareja, incluso problemas con su sexualidad”, apunta el investigador Percy Fernández Davila.

Si en algo coinciden los expertos es en la falta de recursos. “No estamos financiados para estudiar el fenómeno a fondo. Y hasta que no tengamos datos, no podemos hacer nada”, apunta Caudevilla. El trabajo preventivo en zonas de ocio y medidas de reducción de riesgos son las líneas estratégicas que apuntan para atajar los problemas del chemsex. En palabras de Caudevilla: “Es el momento de investigar e intervenir en zonas de conductas de riesgo, pero para eso necesitamos que las Administraciones se muevan”.

¿Cómo convertir tu fantasía erótica en realidad?

La directora de cine erótico Erika Lust departiendo con uno de sus actores

La directora de cine erótico Erika Lust departiendo con uno de sus actores. ADRIANA SKENAZI

El desconocido, el jefe, el profesor, el trío, la prostituta, la relación homosexual… Nada hay más íntimo, más propio, más personal, que la imaginación. Aquello que se da entre quien imagina y su cerebro. Aquello que se relaciona con lo irreal, con lo fantasioso, con lo imposible y con el deseo. Aquello, también, de lo que no se habla porque, según el último informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la sociedad española ante el deseo y la sexualidad, elaborado en 2014, “una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres no se atreve a hablar de sus deseos sexuales”.Por eso, cuando la directora de cine adulto independiente Erika Lustdecidió rodar filmes inspirados en fantasías reales, llamó a su proyecto X Confessions, confesiones X, algo que sólo conocen esta cineasta de origen sueco afincada en Barcelona y la persona que decide contar su fantasía erótica. El lema es precisamente ése: “Entre tú y Erika Lust”. Es más, según el estudio citado anteriormente, “la vida sexual de los españoles ha permanecido oculta a lo largo de los años, tan solo tenían acceso a ella los sacerdotes y los médicos higienistas. Esta información pertenecía al espacio más íntimo de la privacidad, esfera que a menudo también era desconocida para la propia pareja”.Ahora esa intimidad puede ser pública porque, desde 2013, Lust estrena un corto erótico inspirado en fantasías reales “cada dos semanas”. “Es mi proyecto más ambicioso, una plataforma de crowdsourcing erótica. Se me ocurrió tras percatarme de que todo el mundo quería contarme sus fantasías para que las filmara. Gente de todo el mundo me envía ahora sus historias eróticas, que pueden ser un recuerdo, una fantasía o un deseo. Las leo, elijo algunas y las transformo en películas”, resume. Tras tres años, son más de 130.000 los suscriptores de esta web de confesiones y, a día de hoy, “3.000 personas pagan” por ver las fantasías eróticas de otros.La pregunta es: ¿Qué se desea? Y Lust responde en imágenes: acudir a lugares prohibidos y realizar actos que, presuntamente, también lo son, seducir a extraños, hacer el amor con desconocidos, acostarse con el jefe (o la jefa), tener una doble vida (la matrimonial y la adúltera), recibir un ‘final feliz’, hacer un trío y poder tocar ambos palos (hombre y mujer) a la vez, hacer el amor con tu pareja en la cocina vacía de un restaurante, o hacerlo en la casa de los vecinos, satisfacer a tu pareja con juguetes sexuales o dejarse controlar por una Dominatrix… Éstas son sólo algunas de las posibilidades. Sin embargo, una de las fantasías preferidas de Lust es una relacionada con la lluvia. Y no la dorada. “Llegó una confesión sobre hacer tener sexo en autobús mientras llovía, y me tenía intrigadísima. Me fascinó al leerla e intenté rodarla durante una jornada de lluvia pero, al final, tuve que hacerlo en un coche y no en un autobús”. Ese fantasía contada sottovoce es ahora un filme de casi 12 minutos que se rodó en 2015: Car Sex Generation, la generación de los que practican sexo en el coche. Reza así la sinopsis: “Vivir con tus padres cuando tienes 20 años puede ser complicado por muchas razones pero, para mí, la principal es que no consigo tener intimidad, especialmente para compartirla con increíble y preciosa novia”. La única diferencia entre la fantasía anónima y el corto erótico es que, en lugar de haber sexo en un autobús, lo hubo en un coche. Los rodajes son complicados siempre pero si se trata de porno, cine erótico, adulto o como se le quiera llamar, aún más.EL MUNDO asistió recientemente a uno de los cortos que se van a lanzar en mayo. Una confesión erótica que recreaba una historia de humo, alcohol y sexo en los años 40 del pasado siglo. La protagonizaban los actores Max Deeds y Zoe Davis, para los que, rodar con Erika Lust significa no rodar porno al uso. Según Davis, actriz porno de origen holandés, la diferencia fundamental entre “el porno mainstream y el trabajo de Lust es que en el de esta última hay pasión”. “Es maravilloso que Erika haga películas con las ideas que le dan sus seguidores, creo que es la mejor manera de mostrar lo que la gente quiere ver y, además, hay quien quiere ver porno más artístico”, sostiene esta mujer que, por un día, se convirtió en femme fatale, tal y como soñó, tiempo atrás, una persona anónima.Max Deeds opina igual. Fue su partneaire en el corto y reconoce a este diario que “hace mucho tiempo que deseaba trabajar con Lust”. “Tenía algunas escenas en las que consideró que yo podía hacerlo bien y, cuando me lo pidió, no me lo podía creer, sus películas tienen mucho de artístico y da muchas posibilidades actorales. Erika cuida hasta el mínimo detalle, todo tiene que estar perfecto a sus ojos. El resultado no es exactamente porno sino algo más erótico. Ha sido de mis mejores rodajes y estoy deseando repetir”, cuenta. Tanto Davis como Deeds son “maduros, inteligentes y disfrutan de una sexualidad positiva”: Esto es así porque éstas son las cualidades indispensables para que Lust elija a un performer para sus cortos.”Tienen que conocer y entender las implicaciones de ser una estrella del cine para adultos y no simplemente actuar bajo un impulso o por presión personal o financiera. Suelo decir que en el cast de XConfessions están algunas de las personas más interesantes que he conocido en mi vida. Son personas impresionantes, inteligentes, con muchas pasiones diferentes, con muchas ganas y mucho valor. Así como en cualquier otra industria, para ellos el cine para adultos sólo es una faceta en su larga lista de intereses”.Lust acostumbra a preguntar a los autores con quién se sienten cómodos trabajando – “si ellos están a gusto, entonces yo estoy a gusto, habrá mejor química en las escenas y el resultado será más erótico”- y muchos de ellos incluso le piden participar en XConfessions. “Se ponen en contacto porque les gusta el proyecto, la estética y la producción”. EL MUNDO también puede confirmar las palabras de Deeds cuando afirma que Lust cuida hasta el detalle más pequeño, y también que el feminismo campa a sus anchas en los rodajes y en los resultados. Su equipo es casi por completo femenino. Y para Lust, no es posible desligar lo erótico de lo feminista. “Es primordial. Tenerlo en mente es esencial para romper estereotipos, para lograr escenas que sean realistas, bonitas y seductoras. Quizás debería aclarar a todos aquellos lectores que no estén muy familiarizados con el término que el feminismo no quiere decir la supremacía de la mujer, y que el porno feminista no significa que sólo disfruten las mujeres. Estamos hablando de igualdad, de ofrecer a la mujer la oportunidad de decir qué le gusta y de qué manera le gusta. La industria mainstream le deniega esto, y nosotras directoras mujeres se lo estamos devolviendo. Por ello, en mis producciones, le doy mucha importancia al placer de la mujer. También intento mostrar siempre a hombres y mujeres variopintos. En mis películas, hombres y mujeres reciben placer real, lo disfrutan de manera natural y elegante, sin caer en las máximas chauvinistas con las que estábamos acostumbrados», reflexiona.El estudio del CIS que asegura que a muchas personas les cuesta confesar sus fantasías eróticas también sostiene que “el siglo XXI es el siglo del sexo virtual”. Sin embargo, el informe apunta que un 73% de las mujeres españolas sigue identificando “las relaciones sexuales con el amor, frente al 36% de los hombres”. “Ellas son las que en mayor medida se identifican con el ideal de amor romántico, en el que la sexualidad simboliza la unión de la pareja más allá del acto físico, mientras que ellos tienen una mayor probabilidad de vivir su sexualidad como algo más biológico e instintivo”.

Sexo: los genes también influyen en la primera vez

Una pareja se besa en una estación de autobuses

Una pareja se besa en una estación de autobuses. STOYAN NENOV

Los amigos, la escuela, la familia, la pareja, la personalidad… En la edad de inicio de las relaciones sexuales influyen multitud de factores a los que, a partir de ahora, habrá que sumar también los genes. Según una amplia investigación anglosajona, determinadas variantes genéticas relacionadas con la madurez de la personalidad y el desarrollo cerebral pueden influir en la edad de debut sexual.En España, según varios estudios, la edad a la que los jóvenes mantienen su primera relación sexual está en torno a los 15,4 años para los varones y 16,1 para las chicas. Hasta ahora ya se conocía la influencia de multitud de factores psicosociales en esa primera vez; sin embargo, como acaba de demostrar un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) en las páginas de la revista Nature Genetics, también los genes tienen algo que decir en el estreno sexual.Para llegar a esta conclusión, un equipo dirigido por el británico John Perry analizó los datos de casi 400.000 individuos cuyos datos personales y genómicos están incluidos en diversas bases de datos: 125.000 de ellos (59.000 varones y 66.300 mujeres) en un biobanco británico, otros 241.000 en un registro poblacional de Islandia y, finalmente, otros 20.000 sujetos estadounidenses.El primer análisis genómico con la base de datos británica (el llamado UK Biobanc) permitió identificar 38 variantes genéticas asociadas con una edad más temprana en el inicio de las relaciones sexuales. Muchas de estas variantes ya se habían asociado con anterioridad con otros rasgos reproductivos (como la edad a la que se tuvo la primera regla, el primer embarazo o el número de hijos), pero también con ciertos rasgos del carácter, como tener un temperamento irritable o una personalidad más propensa al riesgo.

Como explica a EL MUNDO el doctor Ignacio Blanco, vicepresidente de la Asociación Española de Genética Humana, estas variantes genéticas descubiertas gracias al estudio de tantos individuos no permiten establecer una relación de causalidad, pero sí una predisposición: “Esto no quiere decir que los genes en los que se ha hallado el cambio genético sean los responsables, pero sí que los individuos portadores de estas variantes tienen mayor probabilidad”.A su juicio, se trata de un estudio “muy serio”, y aunque este tipo de trabajos no dan respuestas a individuos concretos, sí habrá que tener en cuenta sus resultados en el futuro, a la hora de planificar las actividades sanitarias de educación sexual. “Hasta ahora en la edad precoz de las relaciones sexuales sólo se tenían en cuenta factores socioeconómicos o educativos, pero quizás en el futuro se pueda clasificar a los individuos de riesgo también en función de su perfil genético”.El especialista español coincide con el doctor Perry en que más allá de la influencia de factores sociales y culturales (que son claramente relevantes en el debut sexual) este amplio estudio también refleja la influencia de la genética, a través de ciertos genes implicados en la maduración, la edad de pubertad, y el desarrollo de la personalidad.Un ejemplo de esas piezas es CADM2, un gen que controla las conexiones neuronales y la actividad cerebral y que ya se había relacionado con anterioridad con ciertas personalidades más predispuestas a participar en comportamientos de riesgo. En el estudio, los individuos portadores de esta variante genética no sólo tenían una edad de inicio sexual más temprana, sino también un mayor número de hijos en su edad adulta. “Algunos de estos genes están relacionados con los receptores de estrógenos, lo que podría explicar, por ejemplo, que los individuos con esta variante tendrían más probabilidad de que el óvulo anide y tengan hijos de forma precoz”, apunta el especialista español.Como explica otro de los firmantes, Ken Ong, el adelanto de la pubertad ya se había relacionado hasta ahora con ciertos problemas de salud en la edad adulta (como un mayor riesgo de diabetes o enfermedades coronarias). Sin embargo, añade, este estudio demuestra que estos factores pueden tener consecuencias incluso previas en la vida de los adolescentes. De hecho, según explican en su artículo, existen algunas evidencias que relacionan un debut sexual más prematuro con mayor abandono escolar (menos probabilidades de seguir estudiando después de los 16 año, por ejemplo), inestabilidad familiar o mayor incidencia de enfermedades infecciosas de transmisión sexual.Algunos estudios señalan que la pubertad se ha adelantado en los países occidentales desde los 18 años en el siglo XIX a los 12,5 años en la actualidad, por una mezcla de factores (que incluyen desde la nutrición, el aumento de peso o la exposición a ciertos disruptores endocrinos en el ambiente).

La Primavera Árabe también fue rosa

  • La saga Primavera rosa presenta su nuevo documental centrado en México, donde se cometen 64 asesinatos contra la población LGTB al año

  • Las películas buscan analizar la problemática en un país por cada continente: primero fue Túnez, después Rusia, México y ahora empiezan a rodar en Brasil

  • Hablamos con Mario de la Torre, cabeza de proyecto y cineasta que estuvo nominado a los premios Goya por su compromiso por el respeto de los derechos humanos

Mapa de la Primavera Rosa

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No todas las Primaveras que se vivieron en Túnez son reconocidas. Tampoco tuvieron un solo color: entre el rojo de la sangre derramada por el régimen y el negro de las expectativas de cambio frustradas, se deja entrever el rosa. Los medios de comunicación occidentales narraban la mayor revuelta de los países oprimidos de Oriente Medio sin rascar la corteza. Detrás de los cantares heroicos que les dedicaban al otro lado del Mediterráneo, los nuevos gobiernos se radicalizaban aún más en la violación de los Derechos Humanos.

Los amigos árabes del cineasta Mario de la Torre le invitaron a investigar lo que ellos callaban por culpa de una mordaza maquillada en Occidente. Las minorías sexuales no solo estaban lejos de vivir en democracia -como el resto del país-, sino que fueron específicamente demonizadas por los islamistas. De ese acercamiento nació el documental Hacia una Primavera Rosa. El conocimiento de las penas de muerte en contra de los homosexuales o las violaciones “correctivas” a las lesbianas provocó un sentimiento de empatía en otros países donde la realidad es poco más alentadora.

La cinta de 19 minutos ambientada en Túnez saltó de su microcosmos hasta convertirse en una plataforma global de apoyo a la libertad sexual y visualización de las víctimas LGTB. La Primavera rosa recoge ese grito democrático para concienciar sobre la brutalidad de los crímenes de odio, pero también sobre la lucha de este colectivo por “llevar una vida normal, sin más derechos ni menos”. De la Torre comenzó a imaginar este proyecto como una radiografía de la situación particular de cada país. Primero en Túnez, paralelo a las ansias de democracia; después en Rusia, donde son víctimas de la cruzada del kremlin; y por último en México, cuyo resultado se presentó en el marco de la Semana del Corto de Madrid.

El equipo está trabajando ya en una cuarta entrega que se rodará en Brasil y que busca financiación vía crowdfunding en la plataforma goteo. “Detrás de esa imagen abierta y positiva se esconde una realidad muy cruel. Cada 48 horas es asesinado un miembro de la comunidad LGTB y el 70% de los casos quedan impunes”. Su intención a largo plazo, nos desvela el director, es regresar a España para analizar la escalada de homofobia en los institutos.

Ese es el fin último de La Primavera rosa: crear un apoyo para los jóvenes que estén descubriendo su sexualidad y naturalizar el proceso en su entorno. Para ello han desarrollado dos formatos en colaboración con la Comunidad de Madrid, Amnistía Internacional y la Universidad Rey Juan Carlos, entre otros. El primero es un mapa interactivo que busca acotar la brecha geográfica y crear un mosaico de testimonios. El segundo es lo que llaman un documentarybook, una suerte de inventario del material extra que no encontró un sitio en los documentales.

Hechas las presentaciones, acompañamos a Mario de la Torre en un viaje de Primaveras, cárceles para homosexuales, palizas en la calle y cunetas repletas de cuerpos sin reclamar. Pero también por un recorrido que reúne culturas variopintas y casos particulares bajo una misma bandera de siete colores.

Primera parada: Túnez, el Invierno Árabe

Tras las revueltas y la huida del presidente Ben Alí, se celebró en el seno de la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU una sesión a favor de la comunidad LGTB mundial. Los miembros de la Liga Islámica abandonaron en masa el pleno y afirmaron que esos derechos no pertenecían a la identidad cultural islámica ni lo harían nunca. El nuevo ministro de Justicia y Derechos Humanos, Samir Dilou, confirmó que no tenía ninguna intención de derogar el artículo 230 del Código Penal, que identifica a los homosexuales con los pederastas. “Fue un tremendo varapalo para la población, les llevó incluso a pensar que estarían mejor bajo el régimen anterior”, nos cuenta De la Torre.

“Os digo que esto es un invierno árabe, todavía espero que llegue la primavera. La revolución no ha terminado”, lamenta un joven anónimo de 18 años en el documental.  Encontrar los testimonios de  Hacia una primavera rosa fue una prueba de obstáculos para el director, pues las ONG tunecinas son ilegales y están vetadas en los espacios públicos. “Tuve que rodar casi todos los testimonios a contraluz para que no sufriesen represalias”, nos revela su artífice.

Segunda parada: la Rusia ortodoxa

Si el rodaje en Túnez tuvo que ser clandestino para proteger la identidad de sus entrevistados, lo que vivió Mario de la Torre en Rusia fue bastante peor. “Antes de viajar a Moscú recibí una amenaza de muerte por parte de un foro neonazi”, nos cuenta el cineasta. El principal desafío de este país radica en estos grupos ultraderechistas y en la iglesia ortodoxa, “que acuden a las manifestaciones a reventarlas, en el sentido literal”

Además, los chicos y chicas homosexuales se han visto obligados a tomar clases de entrenamiento personal contra armas blancas. “Si alguien se entera de que los gimnasios forman al colectivo LGTB, el gobierno podría llegar a cerrar estos negocios amparándose en sus estatutos homófobos”. De la Torre se refiere a la  Ley contra la propaganda homosexual, que se justifica en la protección de los niños ante las “relaciones sexuales no convencionales”, como les gusta calificarlas. El punto maquiavélico de este eufemismo es que engloba desde la homosexualidad hasta la pederastia.

“El caso de Rusia es curioso porque no estaban acostumbrados a la bandera gay, que siempre habían relacionado con la cultura homosexual de Occidente”. Pronto, los siete colores pasaron de ser un símbolo desconocido a convertirse en un signo de odio. De hecho, cuando Obama reclamó en público que se derogaran las leyes anti LGTB rusas, el colectivo se retorció. “Pidieron que ningún líder político occidental (y menos el de EE.UU) se pronunciase a su favor, porque así solo conseguían demonizar aún más a la población LGTB”.

Tercera parada: México, récord en asesinatos

“Habría que colgar a los afeminados y a los maricones”, ataca una mujer vestida de blanco impoluto a la salida de una iglesia del DF. Las palabras de esta católica son ley en México, país que ocupa el segundo puesto en la tasa de homicidios cometidos contra el colectivo LGTBI. Los datos que llegan desde el otro lado del Atlántico son escalofriantes: el 68% de los familiares de los asesinados no reclaman su cuerpo por vergüenza, así que las cunetas del país amanecen repletas de homosexuales y transexuales decapitados o torturados.

México es el paradigma de la contradicción. Por un lado están aprobando un amplio paquete de leyes en defensa del colectivo, pero que no llega a tener un impacto real sobre la sociedad. El peligro en este caso, además, trasciende al ámbito político. “Hay una purga muy selectiva”. No es solo una forma de esquilmar a la población activista LGTB, sino también una manera de dar una llamada de atención desde los puestos de poder.

El asesinato de Gari Bastilda es uno de los principales pilares del documental para reflejar esta dualidad de la política y el acoso. Bastilda fue la primera mujer transexual en ocupar un cargo en el DF, desde el que impulsó la creación de un departamento específico para la protección de la población LGTB. “Su cuerpo fue encontrado en 2013 envuelto en una manta y con 48 puñaladas”, recuerda Mario.

La valla gay de Melilla

La valla gay de Melilla

La valla gay de Melilla

El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla (CETI) está prácticamente vacío. Los sirios llegan con cuentagotas y casi no se producen saltos en la valla fronteriza por parte de subsaharianos. Los vigilantes de seguridad se quejan de que no tienen apenas trabajo y bromean pidiendo a voz en grito: “¡Por favor, que haya alguna entrada masiva!”. Pero, cada noche, cerca de la pista deportiva comienza a oírse música de fiesta. Y poco a poco empiezan a salir internos de todos los rincones, entre risas y chácharas. De repente el CETI cobra vida con una avalancha de inmigrantes jóvenes, con ropajes coloridos y ansias de libertad.

Son los marroquíes solicitantes de asilo por su condición de homosexuales, que se han convertido en los últimos meses en el principal colectivo de refugiados del centro de inmigrantes. Algunos como Hassan, natural de Alhucemas, llegaron hace un par de días, y otros, como Fati, de Nador, llevan casi seis meses de reclusión.

Es impresionante ver cómo hacen piña y se protegen unos a otros. Tienen mucho miedo. Ninguno da su nombre ni origen reales, ni muestra su rostro. Excepto Driss El Arkoubi. Él ya estuvo nueve meses en Melilla entre 2013 y 2014. Tras sufrir unaviolenta violación por parte de cuatro agresores, cerca del paso fronterizo de Farhana, cruzó a Melilla para recibir asistencia médica y pedir protección internacional. Le denegaron el asilo. Fue expulsado y ahora ha vuelto con más señales de violencia en sus carnes y sin miedo a dar la cara.

Recuerda cómo entonces era el único marroquí demandante de asilo y las penurias que tuvo que pasar para hacerse oír. Ahora el CETI acoge a 73 magrebíes solicitantes de protección, la mayoría por su condición sexual. En el primer trimestre de 2016 se han recibido 45 solicitudes, una más que el año pasado. En conjunto, son 89 solicitudes de asilo en 15 meses. Y se espera seguir batiendo récords.

A pesar de que el Departamento de Estado de Estados Unidos, gran aliado de Marruecos, concluye que la persecución a los homosexuales en el reino alauí no es sistemática y que los casos de condena se derivan de “acciones imprudentes”[no persiguiéndose la orientación sexual que se practica “con discreción”], lo cierto es que cada vez son más las personas perseguidas y sancionadas en el país vecino. Desde las organizaciones sociales a ambos lados de la frontera advierten de que casos como el ocurrido hace unos días en Beni Melal -donde un tribunal condenaba a dos jóvenes homosexuales por “perversión”tras ser arrastrados desnudos por la calle y linchados pública y salvajemente- ponen en evidencia la represión que sufre el colectivo gay en Marruecos y propician la llegada a Melilla de más personas en busca de tolerancia y dignidad.

Un delito sobre el papel

Y es que el socio preferente de España y la Unión Europea considera la homosexualidad un delito desde 1972. El artículo 489 del Código Penal magrebí prevé para quienes “cometan actos lascivos o antinaturales con un individuo del mismo sexo”, penas de 6 meses a 3 años y multas de hasta 110 euros.

La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) y el colectivo Kif Kif (De igual a igual), denuncian que las instituciones persiguen a los gays y pretenden estigmatizarlos socialmente. E insisten en que desde la llegada al gobierno del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), de corte islamista, el discurso religioso se haradicalizado y que la persecución a los homosexuales es cada vez más férrea.

El Gobierno, presidido por el islamista Abdelilah Benkirane, ha calificado la homosexualidad como un “comportamiento innoble”que constituye “una provocación”y que no tiene en cuenta “los valores morales y doctrinales”de la sociedad magrebí. El Ministerio del Interior ya anunció su firme determinación por hacer frente a todas las actuaciones contrarias a los valores religiosos y morales que nutren el marco legal marroquí. En este sentido, la Policía realiza redadas y detenciones selectivas periódicamente a gays con la intención de atemorizarles o darles una lección, según denuncia Kif Kif.

Con el rostro cubierto, Abdú, de 22 años. Ha llegado a Melilla desde Oujda escapando de la homofobia

Con el rostro cubierto, Abdú, de 22 años. Ha llegado a Melilla desde Oujda escapando de la homofobia REPORTAJE GRÁFICO: JESÚS BLASCO DE AVELLANEDA

La gran mayoría de los homosexuales marroquíes acogidos en el CETI asegura haber sufrido abusos, siendo adolescentes o niños, por parte de familiares, vecinos, compañeros o profesores. Este último es el caso de Fati, de 28 años y natural de una aldea de la provincia de Nador.

Con tan sólo siete años, fue víctima de abusos y violaciones continuadas por parte de un profesor, que continuaron por parte de otros profesores y compañeros de colegio hasta los 11 años. Entonces comenzó a pintarse y a vestirse de mujer. Estudió peluquería y durante varios años trabajó en un salón de señoras. A pesar de no ser aceptado por su entorno y de tener que esconder su homosexualidad en público nunca se planteó dejar Marruecos. Hasta que un día un grupo de niñatos entró en la peluquería, le robó y le intentó prender fuego.

“Mi sueño no es ir a Europa, es escapar de Marruecos. Sólo quiero ser quien soy, y si tiene que ser lejos de mi país no me importa. Allí no soy nada, soy menos que nada. No soy libre, no puedo ser yo mismo. ¡Sólo quiero ser yo!”, grita desesperado. Rompe a llorar y cubriéndose el rostro entra al CETI con prisas, muy afectado.

Cuesta mucho sacarles del centro de inmigrantes. Sólo salen a la calle en grupo y sin alejarse apenas unos pasos de la puerta. Han cruzado la frontera de laintolerancia pero no se sienten seguros en Melilla. Tienen muy presente la imagen del joven Ibrahim, que hace unas semanas se alejó a dar una vuelta y comprar tabaco. Tuvo que ser hospitalizado después de que entre ocho personas le dieran una paliza para luego dos de ellos violarle y dejarle casi inconsciente.

El CETI está apartado del casco urbano. Situado en uno de los barrios periféricos más deprimidos, muy cerca del paso fronterizo de Farhana: “Por aquí pasan muchos marroquíes y nosotros no somos aceptados por ellos. A casi todos nos han robado los móviles, a mí en tres ocasiones. Nos quitan el tabaco. Abusan de nosotros, nos insultan, escupen. Tenemos miedo y estamos cansados”, cuenta Hassan, que asegura que algunas tiendas cercanas, regentadas por “barbas [islamistas] o musulmanes”, se niegan a venderles y les expulsan de los establecimientos de forma violenta.

Por eso quieren presentar un escrito a la dirección del centro para que pida la presencia continua de patrullas del Instituto Armado en las cercanías del CETI: “No tenemos paz ni a este ni al otro lado de la valla”, susurra Amine mientras, haciendo caso a los consejos del vigilante de la puerta, sale del centro quitándose la ropa femenina que le cubría la cabeza y los hombros: “Se exponen a que les den una paliza si se pasean con velo, con las uñas pintadas o contoneándose”, dice elsegurata.

Perversos y antinaturales

Pronto pasa una mujer marroquí, con chilaba y hiyab, y les dice que son unos“sinvergüenzas”y unos “guarros”y que todo lo que cuentan es “mentira”. Que en Marruecos tienen libertad para hacer lo que quieran en la intimidad pero que a ellos “les gusta exhibirse”. Y antes de marcharse y escupir en el suelo susurra: “Kawm lot“.

Esta expresión árabe significa procedente de la ciudad de Lot, el sobrino de Abraham que vivió en Sodoma, según los libros sagrados. En occidente sería algo así como sodomita, palabra despectiva que se utiliza para burlarse de los homosexuales. Pero en Marruecos, esa expresión tiene otra dimensión. Según sus creencias, los actos “perversos”y “antinaturales”realizados por los sodomitas no sólo recibieron la ira de Dios entonces, sino que el castigo divino sigue cayendo sobre el pueblo que les acoge: “Creen que los terremotos que han sacudido Alhucemas y Nador son por nuestra culpa. Cada vez que ocurre alguna desgracia o catástrofe nos persiguen, nos acusan y abusan de nosotros. Creen que los homosexuales enfurecemos a Dios y por eso no nos quieren cerca. Somos apestados”, cuenta Abdu.

Estas creencias se dan en la zona del Rif, en el norte del país. De esta región deprimida y conservadora proviene la gran parte de los demandantes de asilo. Son un grupo muy heterogéneo. Los hay analfabetos y filólogos; y con edades que van desde los 18 hasta los 41 años de Annan, el abuelo del grupo, como le llaman. Dice sentirse gay desde que tiene uso de razón. Esto le ha ocasionado problemas con la familia, los vecinos, en el colegio… Lo pasó tan mal en el instituto que dejó los estudios. Ha trabajado en varias cafeterías de camarero y en todas le han echado por ser gay: “Hay gente que cuando vas a servirle tú o a tomarles nota se van. Algunos piden que les sirva un hombre de verdad o te pegan o insultan. Eso no es bueno para el negocio”.

Mohamed (de 26 años y natural de Samara) se levanta la camiseta para mostrar las puñaladas que le dio su hermano tras enterarse de su orientación sexual

Mohamed (de 26 años y natural de Samara) se levanta la camiseta para mostrar las puñaladas que le dio su hermano tras enterarse de su orientación sexual REPORTAJE GRÁFICO: JESÚS BLASCO DE AVELLANEDA

Para poder comer tuvo que dedicarse a vivir del sexo. Lleva tantos años en el negocio de la calle que el resto de compañeros del CETI le conoce como Lamadame. Ironías de la vida: “Algunos hombres que me despreciaban en las cafeterías luego requerían mis servicios. Te juzgan por ser homosexual y luego ellos son peor que tú”.

En una sociedad tan cerrada e hipócrita como la marroquí, el principal enemigo para los jóvenes homosexuales es la familia. Ese primer círculo de confianza casi nunca llega a aceptar y actuar con normalidad porque se exponen a ser señalados por el resto de vecinos y temen las consecuencias. A veces la reacción es la violencia, incluso extrema. Así le ocurrió a Mohamed, de 26 años y natural de Samara, en la región del Sáhara Occidental. Durante años escondió su orientación sexual hasta que un día un familiar le vio besándose con otro chico. El padre le dio tal paliza que perdió audición en un oído. Y su hermano mayor, que estaba trabajando en El Aaiún, a tres horas de coche, juró matarle si le cogía.

Mohamed huyó y recorrió los 1.600 kilómetros que separan su ciudad natal de Nador. Pero su hermano le encontró, le asestó tres puñaladas y amenazó con matarle si volvía a casa. Tras curar sus heridas en el Hospital Hassaní, decidió cruzar a Melilla y pedir asilo. Otras veces la familia intenta barrer el problema y esconderlo bajo la alfombra, como pasó con Yusef, de Kenitra. De familia bien y liberal, se plantó ante sus padres con su pareja para decirles que era gay. En menos de dos meses tenía concertada una boda, con una estupenda chica de otra familia pudiente, y apalabrados el banquete, el viaje de novios y hasta la casa donde iban a pasar el resto de su vida: “Ya no es que no me gusten las mujeres, es que no me dejaron decidir nada sobre mi vida. Tengo 19 años y querían obligarme a dejar los estudios y formar una familia. Por un momento me volví loco y llegué a intentar suicidarme”.

Pero no todos son chicos, también hay algunas chicas marroquíes que esperan impacientes la resolución positiva de su petición de asilo. Es el caso de Houria, de 21 años. Después de casi dos años, en los que por defender su relación con Fadma, de 25, fue víctima de insultos, golpes y maltrato por parte de amigos y familiares, escaparon a Melilla, donde terminaron con su relación. Ahora apenas se dirigen la palabra, pero luchan unidas no sólo buscando ser libres y felices, sino intentando lograr un futuro más digno para que, como relata Houria, todos aquellos que vienen tras ellos “no tengan que abandonar a sus familias ni sean considerados delincuentes por ser diferentes o tener una orientación sexual distinta a la exigida por el islam”.

«Podría perder mis pezones. Ese es mi mayor miedo»

Un joven británico relata sus temores antes de someterse a su primera operación de cambio de sexo

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“Podría perder mis pezones. Ese es mi mayor miedo”. Esto es lo que confesó Romario Wanlis, un transexual británico de origen jamaiquino, antes de someterse a su primera operación de cambio de sexo, una extirpación de senos, que finalmente salió con éxito. “Las cicatrices podrían no cicatrizar bien, lo que me deprimiría al tener un pecho irreconocible”, agregó.

“Es importante para mi someterme a esta operación, porque, estéticamente, creo que va a ayudar en mi autoconfianza”, reconoció Wanlis en declaraciones a la BBC.

“Es la oportunidad de sentirme un hombre común”.¡Seré capaz de llevar una camisa! Mi sueño siempre ha sido el de vestir una camisa tradicional africana estampada que se deslice por mi pecho de forma recta”, manifestó el joven.

“En serio, esta operación es un momento crucial en la vida de un transexual, porque tendré la oportunidad de sentirme como un hombre corriente. Por ejemplo, si quiero ir a un vestuario a cambiarme la parte de arriba, no tendré que ocultar los pechos”, recalcó.

“Someterme a la operación no es una cuestión de validez, en términos de si la gente me va a considerar un hombre”. “Si soy honesto, la cirugía para mi es algo más estético. Es una cuestión de vanidad”, admitió.

“Mi mayor preocupación es que mis pezones no estén a la misma altura”, manifestó. Sin embargo, esa preocupación se desvaneció despues de que le médico le quitara los puntos. Dos semanas de la operación, Wanlisa ha relatado a la BBC cuál ha sido su sensación al vestirse su camisa favorita. “Siempre quise que esta camisa me quedara perfecta. Ahora se ve tan diferente”, ha indicado orgulloso