El autobús ultra y su campaña transfóbica recorrió la capital navarra con su logo tapado y escoltado y fue recibido entre protestas de manifestantes, entre los que una joven resultó herida en el pie tras ser atropellada.
El autobús, rodeado por manifestantes a su paso por Sarasate.
Dice la Historia que cuando Julio César ganó la batalla de Zela dijo aquello de “veni, vidi, vici” (vine, vi, vencí). Ayer, los ultracatólicos de Hazte Oír, que aspiran a conquistar -como hiciera el César- cada lugar por el que asoman con un discurso que, sin embargo, no convence más que a sus seguidores, se acercaron a Pamplona con la intención de entregar en el Parlamento de Navarra un manifiesto sobre la libertad de expresión. Pero lo único que hizo el circo de Hazte Oír a su llegada a la capital fue venir, crear conflicto e irse, no sin antes movilizar a diversos cuerpos policiales para su protección, vulnerar el respeto al colectivo transexual con su autobús naranja y atropellar a una joven manifestante. Finalmente, antes de poner rumbo a otra ciudad, los representantes de esta organización entregaron su manifiesto en la sede del Gobierno foral.
El autobús de la organización ultracatólica hizo su primera parada en Navarra hacia las 11.00 horas, concretamente en el área de servicio de Zuasti, donde varios miembros de LAB y asociaciones del colectivo LGTB, como Kattalingorri, ya le esperaban con el objetivo de impedir que el vehículo iniciara su recorrido hacia Pamplona, un acto que requirió la intervención de la Guardia Civil para abrir paso. En la entrada a la ciudad por Berriozar, la Policía Municipal de Pamplona, siguiendo las indicaciones de la asesoría jurídica del Ayuntamiento pamplonés, interceptó el autobús e informó a los representantes de la plataforma de que, para circular por la capital navarra, tendrían que retirar o tapar la leyenda del autobús, ya que es el medio que utiliza la organización para llevar a cabo una “campaña transfóbica”. Sobre esto, el presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, consideró que se trata de un proceder “injusto” y “absolutamente ilegal”. “Es una decisión política”, reivindicó Arsuaga, quien lamentó que en Pamplona no hay “democracia suficiente” como para que “el autobús de la libertad” pueda circular “libremente” con su logo.
Con motivo de la llegada del autobús de Hazte Oír, el Gobierno de Navarra reiteró su rechazo a la campaña que impulsa esa plataforma por “ser contraria a los valores de convivencia que deben regir en la sociedad”. Al mismo tiempo, el Ejecutivo manifestó su apoyo y compromiso por los derechos humanos para todas las personas, también para las niñas y los niños transexuales. Por último, el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, consideró que “este tipo de circos no tienen que tener cabida en una sociedad que lo que pretende, por encima de todo, es garantizar la igualdad de las personas”.
EL AUTOBÚS “DEL ODIO” Por su parte, el secretario de la asociación LGTB Kattalingorri, Raúl López, denunció que el autobús “va sin rotular” pero que el “mensaje es exactamente el mismo” y lamentó que “no se ha movido ningún juez” ni “la fiscalía contra los delitos de odios”. Asimismo, denunció que fuera la propia “delegada del Gobierno la que ha dado permiso para que este autobús del odio circulara y ella tendrá que dar explicaciones”. Del mismo modo, el coordinador de la misma asociación, Xabier Sánchez, recordó que “Navarra es un territorio libre de homofobia” y no entendió cómo la delegación del Gobierno en Navarra ha permitido esta “incitación al odio”. “Aunque ponga esa piel de borreguito y cambie el eslogan, nos parece inaceptable”, aseveró.
Tras reanudar su marcha, el vehículo, que circulaba escoltado por furgonetas de la Policía Nacional, se dirigió al Parlamento de Navarra, en el Paseo Sarasate, con la intención de sus responsables de entregar en el Legislativo un manifiesto, lo que no consiguieron puesto que en el lugar se habían concentrado más de un centenar de personas que recibieron a la organización con abucheos, gritos, lanzamiento de huevos y golpes al automóvil. Asimismo, corearon sin descanso consignas como Ez zarete ongi etorriak (No sois bienvenidos), Ninguna agresión sin respuesta o Ni se os quiere, ni se os necesita. Agentes de Policía Foral custodiaron la sede de la Cámara durante la concentración, en la que se encontraban presentes la presidenta del Parlamento foral, Ainhoa Aznárez, así como representantes de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos, Izquierda-Ezkerra y PSN.
ATROPELLAN A UNA JOVEN La función circense continuó y Hazte Oír, más allá de dar media vuelta y retirarse, continuó con su propósito de llegar al Parlamento foral, seguido por los manifestantes, que continuaron aporreando el autobús. En un acelerón del chófer de los ultras por intentar dejar atrás a la multitud, una joven fue atropellada y herida en un pie tras pasarle una rueda del vehículo por encima, por lo que fue trasladada a un centro sanitario en ambulancia, mientras el autobús naranja seguía hacia delante sin preocuparle lo que había dejado tras de sí. Finalmente, el vehículo salió de la ciudad escoltado por la Policía Municipal, comentaron fuentes de la organización, que señalaron que están valorando su próximo destino. Posteriormente, Arsuaga declaró en un comunicado que “resulta paradójico que una campaña pacífica por las libertades de educación y expresión cuyo símbolo es un autobús sin texto ni imágenes sea recibido a pedradas; pierden las libertades y perdemos todos”.