«Podría perder mis pezones. Ese es mi mayor miedo»

Un joven británico relata sus temores antes de someterse a su primera operación de cambio de sexo

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“Podría perder mis pezones. Ese es mi mayor miedo”. Esto es lo que confesó Romario Wanlis, un transexual británico de origen jamaiquino, antes de someterse a su primera operación de cambio de sexo, una extirpación de senos, que finalmente salió con éxito. “Las cicatrices podrían no cicatrizar bien, lo que me deprimiría al tener un pecho irreconocible”, agregó.

“Es importante para mi someterme a esta operación, porque, estéticamente, creo que va a ayudar en mi autoconfianza”, reconoció Wanlis en declaraciones a la BBC.

“Es la oportunidad de sentirme un hombre común”.¡Seré capaz de llevar una camisa! Mi sueño siempre ha sido el de vestir una camisa tradicional africana estampada que se deslice por mi pecho de forma recta”, manifestó el joven.

“En serio, esta operación es un momento crucial en la vida de un transexual, porque tendré la oportunidad de sentirme como un hombre corriente. Por ejemplo, si quiero ir a un vestuario a cambiarme la parte de arriba, no tendré que ocultar los pechos”, recalcó.

“Someterme a la operación no es una cuestión de validez, en términos de si la gente me va a considerar un hombre”. “Si soy honesto, la cirugía para mi es algo más estético. Es una cuestión de vanidad”, admitió.

“Mi mayor preocupación es que mis pezones no estén a la misma altura”, manifestó. Sin embargo, esa preocupación se desvaneció despues de que le médico le quitara los puntos. Dos semanas de la operación, Wanlisa ha relatado a la BBC cuál ha sido su sensación al vestirse su camisa favorita. “Siempre quise que esta camisa me quedara perfecta. Ahora se ve tan diferente”, ha indicado orgulloso

Archivos que hablan de cómo somos

MITXEL EZQUIAGASAN SEBASTIÁN.

Tabakalera abre hoy una muestra sobre el impacto del sida en la cultura y otra de Maryam Jafri

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Tabakalera dobla la apuesta. El centro cultural inaugura hoy dos exposiciones que retan al espectador con propuestas arriesgadas tanto en el concepto como en su presentación. En una sala se exhibe ‘Anarchivo sida’, un proyecto de investigación sobre el impacto que tuvo el sida en la producción cultural y los hábitos sociales, y que pone el foco en lugares como Chile, España o el propio País Vasco. «Buscamos la historia no oficial», explicaban esta semana sus comisarios a este periódico.

En otra de las salas la artista de origen paquistaní Maryam Jafri reflexiona sobre el uso del archivo como pieza de artista, e incluye una original colección de imágenes del ‘primer día de independencia’ de países surgidos entre 1934 y 1975. «También hay referencias a España en el caso de Filipinas», dice la artista.

Como recuerda Ane Rodríguez, directora de Tabakalera, es la primera vez, desde la inauguración del centro cultural, en que su espacio expositivo principal reparte sus salas en dos muestras distintas. Las exposiciones celebradas hasta ahora ocupaban las dos grandes naves. «Son contenidos distintos pero tienen un nexo común: utilizar los archivos como elemento artístico y como herramienta para conocer mejor los cambios sociales», añade la responsable del centro cultural.

Los responsables de las dos muestras trabajaban estos últimos días intensamente en el montaje. ‘Anarchivo sida’ está comisariada por el equipo Re, formado por el vizcaíno Aimar Arriola y las chilenas Nancy Garín y Linda Valdés, residentes en Barcelona. «Queremos que los contenidos expuestos apelen directamente al espectador porque hablamos de arte pero sobre todo de la gente», cuentan. En la sala contigua Maryam Jafri, nacida en Karachi y residente ahora entre Nueva York y Copenhague, ultimaba con mimo la colocación de sus imágenes. En un correcto castellano mostraba su interés por exponer en San Sebastián. La propia Ane Rodríguez colaboraba con la artista en la supervisión del montaje.

«Más que una epidemia»

La exposición ‘Anarchivo sida’, en la que colabora Donostia 2016, es fruto de un proceso de investigación y producción del colectivo ‘Equipo Re’, y toma como punto de partida la producción cultural en torno a la crisis del sida en el sur de Europa y América Latina. «El proyecto aborda el VIH no sólo como una epidemia médica, sino como un cambio de paradigma visual, afectivo y económico en plena convivencia con la consolidación de las políticas neoliberales y del proceso de globalización», informan sus responsables.

Tras tres años de investigación y producción de materiales, ‘Anarchivo sida’ se presenta como exposición en Tabakalera con la colaboración de la artista Carme Nogueira en el diseño de la muestra. La exposición aborda la articulación de la naturaleza con la cultura a través de tres cuestiones: la tendencia histórica de dividir al humano del animal; la dimensión cultural de la muerte; y la salud «entendida como la convención por la cual algunos cuerpos son considerados normales y otros enfermos».

Los contenidos de la exposición incluyen obras artísticas y fondos documentales desde mediados de la década de los ochenta hasta la actualidad. «Se trata de materiales nunca antes reunidos: producciones de artistas, documentación fotográfica y en vídeo de performances y acciones activistas, carteles y vídeos de campañas de prevención, recortes de prensa y otros materiales». Hay obras de Águeda Bañón, Santiago Echeverry, Pepe Espaliú o Pepe Miralles, entre otros. La exposición estará acompañada de un programa de actividades.

Descolonización

La otra exposición, ‘The Day After’, de Maryam Jafri, es una coproducción de Bétonsalon, centro de arte e investigación afincado en París, y Tabakalera. La artista articula la exposición en torno al archivo y a una triple dimensión del mismo: el archivo como pieza de artista, como caso de estudio y como propiedad.

El proyecto tiene su punto de partida en la obra ‘Independence Day 1934-1975’, que Maryam Jafri comenzó en 2009 y que sigue todavía en proceso. Esta pieza reúne fotografías de los días de independencia de algunas antiguas colonias europeas de África y Asia. «Son imágenes tomadas expresamente ese primer día de la independencia y rescatadas solo de los archivos de cada país», matiza la artista.

Las fotos retratan ese momento en el que un territorio dependiente se transforma en país y estado. Tomando como excusa esta pieza, el centro Bétonsalon inició una colaboración con Maryam Jafri para desarrollar una serie de casos de estudio con el objetivo de reflexionar en torno a las diferentes cuestiones y debates que generan los procesos de independencia y descolonización.

Voces contra la homofobia marroquí

El pequeño colectivo clandestino Aswat (Voces) lucha contra el acoso y la discriminación

Familiares y amigos de los agresores de un joven gay se manifiestan durante el juicio, el pasado 4 de abril en Beni Melal

Familiares y amigos de los agresores de un joven gay se manifiestan durante el juicio, el pasado 4 de abril en Beni Melal. Fátima Zohra Bouaziz EFE

Pongamos que él se llama Hasán y ella Zora. No quieren dar sus verdaderos nombres, ni siquiera aparecer de espaldas en una foto. La razón de tantas prevenciones es el artículo 489 del Código Penal, que prevé en Marruecos penas que de hasta tres años de cárcel, como sucede en Túnez y Argelia. Zora tiene 31 años y disfruta de trabajo estable. Solo se atrevió hace tres años a hablarle a su madre con franqueza.“Intenté usar palabras vagas. Le confesé que yo me sentía distinta de las otras mujeres. Y después de un rato le pregunté: ‘¿Me aceptas como soy?’ Me dijo que no. Pero yo creo que fue la reacción del momento, el susto. Después hemos seguido con nuestra relación igual que antes. Pero sin mencionar nunca mi orientación sexual, sin que me haya vuelto a preguntar sobre el tema. Eso es muy típico de Marruecos. Es el país de la contradicción y de la hipocresía”.

El 9 de marzo cinco hombres entraron en la casa de un homosexual que yacía en la cama con su pareja en la ciudad de Beni Melal. Los golpearon, los insultaron y los sacaron desnudos a la calle mientras filmaban la escena con un teléfono y la difundían dos semanas después en Internet. En un primer juicio, una de las víctimas fue sentenciada a cuatro meses de cárcel mientras los agresores escapaban en libertad condicional. El caso trascendió escandalizó a los medios marroquíes más progresistas y trascendió las fronteras del país. Pero esta semana, en una segunda vista, los jueces determinaron que las víctimas sean condenadas con 3 y 4 meses de prisión condicional, con lo cual no irán a la cárcel, mientras que dos de los agresores estarán presos durante medio año. En Beni Melal, un municipio de 163.000 habitantes, a unas tres horas en coche desde Rabat, ya se han celebrado varias manifestaciones en contra de los dos homosexuales y a favor de sus agresores.

El entorno en el que Hasán y Zora viven se puede resumir con la mención de cuatro casos recientes: en junio fueron detenidos en Rabat dos hombres “en flagrante delito” de homosexualidad, según la ficha policial. Sus nombres y domicilios fueron difundidos por un canal público de televisión, lo cual provocó que se organizaran sendas manifestaciones frente a sus domicilios. En julio del año pasado una turba apaleó y desnudó en Fez a un supuesto travesti. En septiembre también golpearon y desnudaron a un joven de 17 años en Casablanca. En ambos casos fueron difundidos los vídeos en Internet y arrestados algunos de los agresores.

Hasán tiene 26 años y mantiene una relación estable con un hombre. Pero su familia y su entorno no lo saben. O al menos, él no les dice nada. “A mí nunca me han golpeado. Pero la homosexualidad aquí es un estigma social, un pecado y un crimen. Son tres razones poderosas para no hablar”, explica. Desde pequeño supo que era distinto de la mayoría de sus amigos. “Pero no sabía en qué consistía esa diferencia. No conocía tampoco el concepto de homosexualidad. Y a los 18 años supe que esa era mi identidad. Descubrí también que no soy ningún enfermo mental ni un pervertido y lo acepté”.

Las veces que ha ligado han sido casi siempre por Internet. “Con un desconocido jamás me atrevería en la calle. Es muy peligroso”. Zora y Hasán pertenecen al colectivo clandestino Aswat (voces), que lucha contra la discriminación sexual. Les gustaría decir que lo integran mil personas, pero en realidad son apenas 15, sin ninguna jerarquía entre ellos. No obstante, sus mensajes llegan cada vez más lejos.

Aseguran que vivir junto a sus parejas en un piso es relativamente fácil, siempre y cuando mantengan las apariencias ante el exterior. “Todo en Marruecos gira en torno a las apariencias”, explica Zora. “Si alguien en la calle te ve algo raro se siente legitimado para llamar a tus padres o incluso a la policía. En un bar de Casablanca estaba con mi exnovia a punto de besarnos y el dueño del local nos echó. Enfrente había una pareja heterosexual besándose y le pregunté que por qué ellos podían y nosotras no. Me dijo que este es un país musulmán y con ellos no pasaba nada”.

Zora vivió tres años con su exnovia en Rabat y no sufrió grandes problemas. “Los únicos percances vinieron por nuestra militancia. Las dos pertenecemos al colectivo Aswat. Así que cuando el año pasado hubo detenciones de homosexuales y el colectivo se movilizó un policía se dedicó a vigilar nuestra casa”.

Tanto Zora como Hasán afirman que quienes más sufren en esta sociedad son las personas transgénero. “Ellas no pueden fingir como lo hacemos nosotros. Un miembro de nuestra organización aprovechó un día que caminaba por una calle vacía para andar tal cual es realmente y tal como se siente en su interior. Pero alguien lo vio y comenzó a apedrearlo. Y a él solo le quedó la opción de salir corriendo”.

Zora y Hasán no sueñan con irse de Marruecos. “Yo solo quiero despertarme una mañana y no tener miedo a expresarme”, dice Zora. “Estoy cansada de una sociedad que persigue a los diferentes. Mi deseo es que desaparezca el artículo 489 del código penal, el que castiga la homosexualidad”.

Ni el Gobierno ni la oposición pretenden reformar ese artículo. Zora y Hasán asumen que aún queda bastante tiempo para alcanzar sus sueños, pero creen que ya se ha avanzado mucho en los últimos años. “Al menos hemos llevado el debate a la sociedad. Antes ni siquiera se hablaba de esto”, aclara Hasán. “Nos hemos dado a conocer dentro y fuera del país”, añade Zora, “y ahora sería muy difícil para el Estado cortar nuestro trabajo de golpe”.

Carolina del Norte se queda sin porno por sus políticas LGTBI

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Primero Bruce Springsteen canceló su concierto en Greensboro (Carolina del Norte) el pasado domingo. Después Bryan Adams canceló el suyo en el estado de Misisipi. Ahora ha sido una página web porno la que ha decidido bloquear a todos los usuarios que vengan de Carolina del norte. Algo huele a podrido en los estados del sur, y parece ser una la ley que limita los derechos del colectivo LGTBI.

Los estados de Carolina del Norte y Misisipi han promulgado dos leyes que discriminan los derechos del colectivo LGTBI, relegándolos casi a la condición de apestados. El bloqueo se mantendrá hasta que el gobierno de Pat McCrory derogue la House Bill 2, algo que quizá no ocurra nunca. ¿Qué hay de la famosa hospitalidad sureña? McCrory considera su ley muy apropiada a los tiempos que corren:  “Otorga unas expectativas básicas en materia de protección de la intimidad en baños y vestuarios públicos”, defiende el gobernador. En vigor desde el 1 de abril, la HB2 lleva, entre sus medidas más controvertidas, varias relacionadas con los aseos públicos.

La ley establece que un hombre no podrá entrar en el baño de una mujer y viceversa, así como la prohibición de los aseos mixtos. Se aventura en una definición del concepto “sexo biológico” y plantea los supuestos en los que alguien puede entrar a un baño que no sea el indicado según su sexo. En materia de derechos laborales, suprime la regulación a nivel federal convirtiéndola en una competencia estatal. Y es que, si bien la HB2 no establece discriminación en base al color de piel, raza, religión u origen étnico de la persona, sí lo hace en lo relacionado con la orientación sexual o la identidad de género.

“Hemos pasado los últimos 50 años luchando por la igualdad para todos y estas leyes son discriminatorias, algo que xHamster.com no tolera”, defiende la página web en un comunicado. Además de la pantalla negra que experimentan los usuarios al intentar acceder, xHamster también ha publicado un tweet a modo de bofetón a McCrory en el que incluye las estadísticas de las búsquedas de contenidogay y shemale de su portal en Carolina del Norte desde que empezó el año. “A juzgar por lo que veis, ciudadanos de Carolina del Norte, creemos que este castigo es desmedido [en referencia a la HB2]”, continúa la web.

El gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory

El gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory. Foto: James Willamor / Flickr

“La tierra donde la homofobia es Ley”

Aunque tres demandas federales y la presión desde diversos colectivos y organizaciones de derechos civiles han situado a Carolina del Norte sobre el mapa, lo cierto es que Pat McCrory no ha dado ni un paso atrás. El gobernador cedió mínimamente el martes al incorporar algunas modificaciones y suavizar varios preceptos, algo que no ha conseguido aliviar la presión sobre su cabeza lo más mínimo.  Según NPR, la “Ley de baños” -como ha sido bautizada popularmente-, no ha sido sino una represalia por las medidas aprobadas el pasado febrero en Charlotte -la ciudad más grande del estado- y que otorgaba protecciones en el entorno laboral a los gays, bisexuales, transgénero y lesbianas.

“Cualquier acción que se haga desde la legalidad es bienvenida”, dice Jesús Generelo, presidente de la FELGTB (Federación Española de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) en referencia al boicot llevado a cabo por xHamster. Un portavoz de la web aseguraba al Huffington Post que “solo en marzo tuvimos 400.000 búsquedas del término ‘Transexual’ […] La gente de Carolina del Norte buscó ‘Gay’ 319.907 veces”. Por eso el título del pantallazo con las estadísticas y “la increíble hipocresía de Carolina del Norte. La tierra donde la homofobia es Ley”.

El anuncio de xHamster

El anuncio de xHamster

“Hay cosas que son más importantes que un concierto de rock. Esta lucha contra los prejuicios y el fanatismo es una de ellas”, dijo Bruce Springsteen el pasado viernes al cancelar el concierto que pensaba dar el fin de semana en una localidad de Carolina del Norte. El comunicado, colgado en su página web, continuaba: “[La HB2] es un intento de dar marcha atrás en el progreso que ha hecho nuestro país en el reconocimiento de los derechos humanos de todos nuestros ciudadanos por parte de gente que no puede soportar ese progreso”.

Ni The Boss ni xHamster han sido los únicos que se han mostrado en desacuerdo con el giro de los acontecimientos en Carolina del Norte. Gigantes como Paypal, Deutsche Bank, Nissan, Apple, American Airlines y Google ya han expresado su preocupación o cancelado su planes de negocio en un estado donde el 88% de su población es cristiana. Según el Washington Post, la ley ha provocado varias cancelaciones de conciertos y una bajada del turismo en la región.

Carolina del Norte, mal. España ¿bien?

En España no existe ninguna ley de carácter nacional que proteja los derechos del colectivo LGTBI. Tan solo pequeñas disposiciones en los estatutos de cada Comunidad Autónoma. “No pienso que en España haya ninguna ley del calibre de la de Carolina del Norte. Es inimaginable y anticonstitucional. Aunque si rascamos un poco sí hay casos de discriminación”, cuenta Jesús de FELGTB a eldiario.es. Las pocas leyes con las que cuenta España actualmente son de ámbito comarcal, como la  Ley de Igualdad Social de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales, Transgénero e Intersexuales y de Políticas Públicas contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género de Extremadura o la aprobada en Cataluña en octubre de 2014. En Madrid “la ley está ya en trámite parlamentario y seguramente tendremos una ley parecida [a la de ambas comunidades mencionadas] antes de junio”, cuenta Jesús.

“Dependiendo de la comunidad en la que nos encontremos se da la paradoja que una persona LGTBI puede tener diferentes derechos y libertades, o ser defendidos sus derechos de diferente forma, y lo mismo pasa con las sanciones, que nunca podrá llegar a la parte penal por ser exclusividad del Estado”, dice Paco Ramírez, director del Observatorio STOPLGTBFobia. Las leyes autonómicas actuales sancionan de forma administrativa, nunca de forma penal. Es por eso que desde ambos colectivos se demanda la creación de una ley unificadora para todo el territorio nacional. Unas leyes que, actualmente, “no son efectivas”, según Paco.

“Es fundamental invertir la carga de la prueba en faltas administrativas”, dice Jesús. “Tiene que ser el discriminador el que pruebe que no lo ha hecho, porque probarlo a la inversa es prácticamente imposible”, continúa. La mayoría de agresiones a personas que forman parte del colectivo LGTBI se castigan como delitos de odio, aunque a veces ni eso: “Es muy raro que en España, si existe algún agravante de odio, los jueces lo apliquen de forma efectiva y certera”, dice Paco. En la retina quedan casos como el de la niña trans de Málaga, la agresión sufrida por un chico el pasado febrero o el profesor de Cádiz al que no renovaron por ser gay.

Tanto STOPLGTBFobia como la FELGTB coinciden en que “es urgente una Ley Estatatal de Igualdad y No Discriminación”, además de una “Ley Estatal contra los delitos de odio”, porque “sigue habiendo una discriminación muy oculta, muy denunciada y muy poco trabajada por parte de las administraciones”, según Jesús. Y concluye: “Bienvenida sea la actitud militante de esta página porno”.

Las grandes empresas de EEUU se cuelgan el cartel de ‘gay friendly’

LEY ANTIGAY El gobernador de Misisipí se suma a las leyes restrictivas con los homosexuales

Activistas en favor del matrimonio homosexual, durante una manifestación frente al Tribunal Supremo de EEUU, en Washington

Activistas en favor del matrimonio homosexual, durante una manifestación frente al Tribunal Supremo de EEUU, en Washington. AFP

El dueño de Facebook, Mark Zuckerberg, atacando a Donald Trump por su política inmigratoria. Deutsche Bank cancelando una inversión en Carolina del Norte que iba a generar 250 empleos por la legislación contra los homosexuales en ese estado. Lionsgate, la productora de The Hunger Games (Los Juegos del Hambre), llevándose desde ese estado de EEUU a Canadá el rodaje del episodio piloto de una serie para el que ya había contratado a 100 personas. Aunque quien más daño ha causado al estado es la empresa de pagos online PayPal, que ha cancelado una inversión que podría haber creado 400 empleos directos e indirectos. Y más de 100 grandes empresas de EEUU han publicado una carta abierta criticando la ley. Todo ello pone en peligro la primacía de la ciudad de Charlotte – en la que tiene su sedeBank of America, la segunda mayor entidad de EEUU por activos – como centro financiero en EEUU.

De Misisipí es improbable que se vayan muchas empresas, porque no hay. Pero, muchas de las que han invertido en el estado no están nada contentas con la ley que acaba de aprobar para limitar los derechos de los homosexuales. Los fabricantes de automóviles japoneses Nissan y Toyota, y la segunda mayor telefónica del mundo, AT&T, han calificado a esa norma de “contraria a nuestros principios”. El gobernador del estado, Phil Bryant, solía lamentarse de que allí no tenía su sede ni una empresa del Índice de las 500 mayores corporaciones de EEUUque elabora la revista Fortune. Ahora, todo parece indicar que su frustración va a ser mayor.

Así pues, las grandes empresas estadounidenses han entrado en política en estas elecciones. Eso no es inusual. Lo llamativo es que lo están haciendo sin cortarse y, además, actuando contra su aliado tradicional, que es el Partido Republicano. El mismo Partido Republicano que ha repetido una y otra vez los argumentos de Facebook y de otros gigantes de Silicon Valley de que Estados Unidos debe reducir las restricciones a la inmigración de ingenieros y programadores.

Y el mismo Partido Republicano al que pertenece tanto Bryant como el gobernador de Carolina del Norte, Pat MacCrory, que gozó del apoyo entusiasta de Bank of America y de Google en su campaña electoral de 2012. Ambos estados han adoptado la misma política para atraer empresas: sueldos bajos, restricciones a las actividades de los sindicatos, escasas regulaciones, exenciones fiscales y límites muy estrictos en el caso de que los empleados quieran llevar a los tribunales a alguna empresa. Ahora, todo eso se puede ir al garete porque esos mismos estados han decidido que es legal que, por ejemplo, un restaurante se niegue a servir comida a una pareja del mismo sexo.

Es, así pues, una pelea familiar. Claro que esas peleas son las que más duran y las que peor se olvidan. Es llamativo oír a Zuckerbeg hablando de que “oigo voces temerosas hablando de construir muros o de separarse de personas a las que llaman ‘los otros'” y que “somos una comunidad mundial, ya sea para dar la bienvenida a un refugiado que huye de la guerra o a un inmigrante en busca de oportunidad”, cuando él se compró en Silicon Valley tres casas que rodeaban a la suya para tener privacidad, y ha pagado 100 millones de dólares (88 millones de euros) por una propiedad de 400 hectáreas en Hawái.

Además, el dueño y fundador de Facebook – una empresa que tiene un concepto tan flexible de la privacidad de sus usuarios como Donald Trump de los hechos cuando hace campaña – se la debía a Trump. El pasado octubre, Trump llamó a su rival por la nominación republicana, Marco Rubio, “el senador personal de Mark Zuckerberg” por su postura a favor del aumento del número de visados para personas altamente cualificadas. Las empresas de Silicon Valley quieren más expertos en programación extranjeros porque, arguyen, en EEUU no hay un número suficiente. Sus críticos las acusan de tratar de atraer talento foráneo porque los inmigrantes cobran menos.

Pero la cascada de críticas a carolina del Norte y a Mississippi refleja la fractura interna de los republicanos entre el sector más cercano a las grandes empresas, que ha dominado esa formación tradicionalmente, y el de los ‘conservadores sociales’, que le está arrebatando el control del partido y cuya estrella no es Trump, sino el otro gran candidato por la nominación: el senador por Texas Ted Cruz.

Empresas como Amazon, Starbuck’s y Microsoft ya capitanearon la campaña en el estado de Washington en favor del en el referéndum sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo que se celebró allí en 2012. Ahora que esas uniones son legales en todo Estados Unidos, esos mismos gigantes quieren que las personas de esa orientación sexual tengan los mismos derechos que los heterosexuales.

Científicos chinos modifican embriones humanos para hacerlos inmunes al VIH

PEKÍN.  Un equipo de científicos de la Universidad Médica de Cantón (sur de China) anunció que ha conseguido embriones humanos resistentes al VIH, virus causante del sida, por medio de la modificación genética, un procedimiento todavía controvertido entre la comunidad médica mundial, informó hoy el diario Global Times.

En la imagen, test de detección del VIH

En la imagen, test de detección del VIH. (José Mari Martínez)

Utilizando 26 embriones “con taras y no aptos para tratamientos de fertilidad”, en palabras del líder del equipo médico, Fan Yong, se logró que cuatro de ellos desarrollaran inmunidad frente al VIH, aunque el resto mostraron mutaciones “no planeadas”.

La investigación fue publicada en el último número del Journal on Assisted Reproduction and Genetics, donde se aclara que todos los embriones fueron destruidos a los tres días.

La modificación se realizó mediante una nueva técnica llamada CRISPR-Cas9 que según señaló a la revista especializada Nature el biólogo estadounidense George Dailey, experto en células madre, ha sido el principal éxito del equipo médico cantonés, al lograr éste una modificación genética más precisa de lo habitual.

Es la segunda vez que un grupo de médicos chinos causa controversia por experimentos de modificación genética embrionaria, después de que en abril del año pasado otro equipo de la Universidad Zhongshan, también en Cantón, anunciara que había podido manipular por primera vez genomas de estos embriones.

También entonces se usó el método CRISPR-Cas9, con embriones obtenidos de una clínica de fertilidad.

La modificación de embriones sigue siendo una cuestión debatida en el mundo porque si bien parece útil para el tratamiento de enfermedades hereditarias, incluidos algunos tipos de cáncer, podría también ser usada para el diseño de “bebés a la carta” y presentar con ello dilemas éticos.

En todo caso, “las técnicas aún están inmaduras y es pronto para que sean usadas clínicamente”, ya que los embriones modificados no pueden desarrollarse todavía hasta constituir seres humanos completos, destacó el científico Qiu Renzong, citado por Global Times.

Un tribunal chino niega el derecho a casarse a una pareja homosexual

Pese al fallo en contra, la comunidad gay considera “un gran avance” que el tribunal aceptara ver el caso

Sun Wenlin (derecha) y su pareja, Hu Mingliang, en su casa, el 12 de abril. Gerry Shih AP

Sun Wenlin (derecha) y su pareja, Hu Mingliang, en su casa, el 12 de abril. Gerry Shih AP

Un tribunal chino ha denegado este miércoles la autorización a una pareja homosexual para registrarse legalmente como matrimonio. Pese al fallo en contra, tanto la pareja como la comunidad gay en China —que acudió en gran número al tribunal de la ciudad de Changsha (sur del país) para expresar su apoyo a los demandantes—, ha considerado un “gran avance” el hecho de que por primera vez una corte en el país haya aceptado tramitar un caso relacionado con el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La decisión del tribunal de Changsha, la capital de la provincia sureña de Hunan, llegó apenas unas pocas horas después de comenzada la vista sobre el pleito que Sun Wenbin, de 26 años, y Hu Minglian, de 36, habían interpuesto contra la Oficina de Asuntos Civiles municipal por negarles el permiso de inscribirse en el registro matrimonial. El abogado de la pareja, Shi Fulong, piensa apelar el caso.

Aunque la homosexualidad no es ilegal en China y la sociedad es cada vez más tolerante —especialmente entre las generaciones más jóvenes—, las parejas gais carecen aún de reconocimiento legal y derechos. Y en una sociedad confuciana, donde estar casado y tener hijos está considerado una obligación hacia los antepasados, el matrimonio entre dos personas del mismo sexo parece aún una aspiración muy distante.

“Decidimos acudir a los tribunales para obligar a la Oficina a escucharnos”, explicó Sun a este periódico vía telefónica. “Queremos reivindicar nuestro derecho a casarnos”. Sun presentó la demanda el pasado diciembre, después de que el departamento municipal negara el permiso de registro y cuando la pareja ya llevaba año y medio junta. Según cuenta, no recibió ninguna explicación válida sobre las razones para la denegación, solo un rechazo verbal con el argumento de que el matrimonio solo es válido entre un hombre y una mujer. “Pero nuestras leyes dicen que no debe haber discriminación”. Volvió en varias ocasiones para intentar presentar una reclamación, “hasta que ya no me querían ni ver por allí”.

“Al principio el tribunal no quería aceptar el caso, pero entregamos toda la documentación pertinente. Nuestra historia se publicó en la prensa china y ya no tuvieron otro remedio que aceptarlo a trámite este enero”, contaba previamente a la vista judicial.

Según detalla, había recibido presiones de la Policía para que retirara la demanda. “Vinieron tres de ellos a casa”, explica, “me argumentaban que debo tener hijos, pasar el testigo a la siguiente generación. Insistían en que estaban haciendo su trabajo. Pero no deberían estar perdiendo el tiempo con esto, deberían estar haciendo otra cosa, su trabajo es velar por nuestra seguridad”.

La pareja decidió seguir adelante pese a las presiones. Habían participado ya en actividades para la reclamación de derechos de la comunidad gay y pensaban que ya “ha llegado el momento de conseguir resultados”. La sociedad es cada vez más flexible, explica, pero “para muchas personas ser gay es aún una palabra abstracta, un concepto difuso. Si conseguimos casarnos, hacemos más visible nuestra causa, lo centramos en algo concreto”.

A lo largo de los últimos dos años, la comunidad gay —de la que acudieron varios centenares de personas a expresar su apoyo a la pareja en la vista judicial de este miércoles— ha recurrido cada vez con mayor frecuencia a presentar casos de gran impacto ante los tribunales para presionar en favor de sus derechos.

El año pasado, el director de documentales Fan Popo interpuso una demanda para exigir que los grandes portales de Internet le explicaran por qué habían bloqueado repentinamente su película “Mama Rainbow”, después de dos años de estar disponible en la Red sin problemas. Y la estudiante Chen Qiuyan logró que un tribunal escuchara sus quejas contra los libros de texto de su Universidad, que describían la homosexualidad como una “enfermedad”. Un año antes, Peng Yanzi, de 30 años, había conseguido que otra corte declarara ilegales las clínicas que aseguraban “curar” la atracción por el mismo sexo.

Las enfermedades de transmisión sexual impulsaron la monogamia

Los científicos siempre han creído que se instauró a partir de la aparición de la agricultura y de la creación de sociedades humanas grandes. Pero un nuevo trabajo explica que las enfermedades de transmisión sexual tuvieron un papel importante en este cambio

Una pareja el día de su boda.

Una pareja el día de su boda.

En la prehistoria, cuando los humanos empezaron a desarrollar sociedades formadas por grupos más grandes gracias a la aparición de la agricultura, estos individuos debieron desarrollar normas sociales que supusieron un cambio de la poligamia hacia lamonogamia. Este hecho estuvo motivado por la presencia de infecciones de transmisión sexual (ETS) y por la presión del grupo, según un estudio que publica la revista Nature Communications.

“En las sociedades más pequeñas, las infecciones de transmisión sexual no pueden persistir en el largo plazo, desaparecen debido a sucesos aleatorios, que son también más comunes en grupos pequeños. Por lo tanto, la poligamia no está en desventaja debido a que las infecciones no persisten. En las poblaciones más grandes, las infecciones son capaces de persistir, y esto es lo que hace que la poliginia sea menos ventajosa que la monogamia, ya que el nivel promedio de infección es mayor en los grupos poligínicos que en los grupos monógamas”, explica a Sinc Chris Bauch, científico de la Universidad de Waterloo (Canadá) que lidera el trabajo.

Para simular cómo afectaba a estas sociedades primitivas las infecciones de transmisión sexual se utilizó un modelo basado en varios agentes. “Esto significa esencialmente que simulamos una población real de cazadores-recolectores y agricultores que actuaban de acuerdo a ciertas reglas, y vimos cómo se extendería una infección entre los individuos de acuerdo a dichas reglas. Es un poco como un juego de ordenador”, asegura el investigador.

En las poblaciones de cazadores-recolectores tempranos era común que unos pocos machos monopolizaran el apareamiento con múltiples hembras con el fin de aumentar su número de descendientes. En estas pequeñas sociedades donde existe un máximo de 30 individuos sexualmente maduros los brotes de infecciones de transmisión sexual son de corta duración y tienden a no tener tan significativo efecto en la población. Así, en los grupos más grandes, las infecciones de transmisión sexual se convertirían en endémicas, lo que tiene un impacto sobre la fertilidad.

“No tenemos muchos datos sobre la prevalencia de las ETS en poblaciones prehistóricas, aunque hay ejemplos de brotes de enfermedades de transmisión sexual de grupos aislados de cazadores-recolectores de la actualidad. Podemos utilizar estos datos de las poblaciones modernas para probar el modelo, ese sería un trabajo futuro a esta área de investigación”, concluye Bauch.

Ay, Shangay

Aníbal Malvar

Lo contaba muy bien ayer Juan Carlos Monedero: “Creo que no recuerdo una sola vez que me encontrara con Shangay Lily que no me regañara”. A mí me regañaba por todo. Me llamaba a cualquier hora, conociendo mis hábitos felinos, para abroncarme: “Mira, querida, mi amor, no te enfades, pero lo que escribiste ayer es una gilipolllez”. Y en este plan. Eran momentos difíciles, porque después podía pasar media hora analizando cualquier frivolidad que tú habías escrito como si fuera trascendental. Como si, realmente, la poesía hubiera sido alguna vez un arma cargada de futuro. Y cada palabra equivocada fuera abono para el nacimiento en el jardín de un nuevo capullo criptofascista. Me sale citar hoy a Paco Umbral, a quien Shangay odiaba con razón. Me gano otra bronca: “escribo estas frases forzando la prosa para que el papel vuelva a ser un papel en blanco”.

Hasta que un día me pidió un favor. Había escrito un libro y estaba demasiado alanceado por la quimioterapia para corregirlo. Era un largo ensayo sobre el fracaso de la lucha por la igualdad, por la no discriminación, un libro centrado en la vieja historia del barrio de Chueca en el que Shangay desviste la putrefacción política que ha ido ensuciando la falsa aceptación social de los derechos de gays, lesbianas y transexuales. El gaycapitalismo, lo llamaba él. Mercantilizar lo desigual, lo oprimido, para convertirlo en un negocio sin profundidad vindicativa. El libro se titula Adiós, Chueca (Ed. Foca) y, el día anterior a morirse, Shangay todavía estaba discutiendo con su editor el diseño de portada. “¿Cómo hemos pasado de ser una comunidad rica en recursos ante las situaciones más desesperadas, dotada de un ingenio sin parangón ante problemas aparentemente insolubles, a ser una comunidad pusilánime, apocada, pasiva, carente de recursos creativos, una comunidad que espera que otros nos den las respuestas en lugar de crearlas como hemos hecho siempre? Y esa es la pregunta que quiero contestar en este manifiesto anti-gaypitalista, opúsculo de reanimación, libro máquina-de-guerra, centro de reclutamiento, encíclica maricona, evangelio de la pluma no corporativa, guía de resucitación, estación de servicio en la que repostar… llámalo como quieras”.

Para Shangay, la sexualidad era política. Siempre que se entienda la palabra política en el sentido revolucionario. Y siempre que se entienda la palabra sexualidad en el sentido más afectivo y más libre. El libro me sorprendió. Nunca había observado el mundo gay de esa forma. Jamás hubiera analizado la aparición del sida como el gran elemento cohesionador de la lucha por los derechos civiles, con su triste y agónica solidaridad, con sus discretos funerales. Adiós, Chueca reordenó muchos tópicos de mi torpe heterosexualidad, y me hizo comprender mejor el dolor de los discriminados de todo el mundo por cualquier razón, no solo el dolor de los maricones apaleados, o de las lesbianas lapidadas. Shangay, en el fondo, nos viene a decir que lo que verdaderamente discriminamos no es la sexualidad, ni las pintas, sino el amor. Esa extraña palabra que no significará nada hasta que encontremos su profundo sinsentido. Dentro de quince días el libro estará en la calle y Shangay no. Pero, amigo Juan Carlos, te juro que cuando lo leas no sentirás nostalgia, porque en cada palabra y en cada página nuestro querido Shangay nos seguirá echando la bronca. Ay, Paloma: ni siquiera me he atrevido a llamarte.

Las dos muertes de Shangay Lily

Leo Bassi
Dramaturgo

No es tarea fácil escribir la necrología de una persona amiga muerta hace pocas horas. El impacto de la noticia entorpece la propia reflexión cuando la amistad y la cercanía intelectual me piden, al contrario, la máxima agudeza mental para honrarla.

Hasta la noticia misma de su muerte me produce una sensación profundamente contradictoria: a la vez normal y esperada porque sabía de la gravedad de su enfermedad, pero terriblemente chocante por su brutalidad e improcedencia. Shangay era una persona valiente, extraordinariamente valiente, y nunca en mi presencia buscó consuelo o conmiseración frente al mal que le atacaba desde dentro. Era una persona fuerte.

leo bassi y shangay lily

Escribiendo estas líneas veo que utilizo la palabra “persona” y no “hombre” o “mujer”; y me doy cuenta que esa ha sido mi manera de ubicar a Shangay en mi mente desde siempre.

Éramos muy parecidos en muchos aspectos y su manera de pensar era tan cercana que su apariencia física, hombre o mujer, era un factor anecdótico para mí. Estoy convencido de que, por su parte, Shangay era perfectamente consciente de mi actitud y quizás por eso fuimos amigos, y no por la obligación de mantener una cercanía entre nosotros, entre los personajes públicos que los dos hemos ido construyendo a lo largo de nuestras carreras.

Cuando hablo de las dos muertes de Shangay Lily me refiero precisamente a este aspecto de nuestras vidas.

Para la mayoría de la gente, Shangay era un provocador, un dragqueen en un país donde el ministro del Interior condecora a las vírgenes. Esta imagen de la Diva de Hollywood, una Marlene Dietrich en su apoteosis a bordo del Shangay Expresss, la Femme Fatale fetiche de la lucha LGTB era a la vez auténtica, esencial, una emanación directa de la “persona” Shangay, pero también una construcción artística, una mascara, un títere creado por alguien llamado Enrique Hinojosa Vázquez. Los dos han muerto en paralelo, en dos mundos diferentes.

Para confirmar el hecho de que dos personas cohabitaban en el mismo cuerpo, tengo a admitir que para escribir estas líneas he tenido a buscar su nombre verdadero en Internet.

Hacía 15 años desde que nos conocíamos. Hemos compartido luchas, escenarios, camerinos, plazas, cenas… Hemos tenido miedo juntos por ser diana de la ira de los mismos obtusos violentos… ¡Y no conocía su nombre!

Para mí, Shangay era Shangay. Era evidente que albergaba otra realidad pero no necesitaba conocerla. La persona inteligente, irreverente, divertida, humanista, el Bufón llamado Shangay me bastaba. Y, por pudor o por placer, nunca he querido poner en duda su álter ego.

Esta Shangay Lily ha muerto e iré al tanatorio a llorarla.

Sin embargo, y a pesar de lo que acabo de decir, sabía que en ese cuerpo rechoncho de 50 años, hogar sensual de una persona libre, había un niño atormentado.

Quizás por haber vivido yo también a la sombra de un personaje público creado a medida como caricatura de uno mismo, tengo esta capacidad involuntaria de percibir detalles en el carácter de la gente. Y con Shangay, involuntariamente, notaba dolor.

No quería sentir eso y, seguramente, Shangay en ningún momento ha querido comunicarlo, pero estaba presente.

Pienso que es la clave para entender cómo este icono del “glamour” y de la frivolidad podía ser al mismo tiempo un activista convencido y un comentarista político tan contendiente. Nunca me ha hablado de su infancia pero me imagino queser una niña en un cuerpo de niño en Málaga en los años 60 y 70 no fue una experiencia fácil.

Vivir en primera persona las injusticias y las violencias, tocar el lado obscuro de una sociedad hipócrita, ser víctima de unas convenciones obsoletas cuando uno está creciendo y descubriendo el mundo deja huellas profundísimas.

Sospecho que la pequeña Enrique Hinojosa Vázquez tendió a buscar en los más profundo de su ser la fuerza para resistir. Y, años más tarde, es esta energía que la ha llevado a ser tan transgresora. Pero hay más.

Cuando has conocido en tu carne el dolor de verdad y consigues sobrevivir, hay ciertas personas que  son capaces de transformar ese dolor en compasión y de utilizarlo para ayudar a los demás. Shangay fue uno de estas personas.

En sus luchas políticas por la libertad y la dignidad sexual, en su cruzada atea en contra de las mentiras de las religiones, en su defensa de los pueblos oprimidos y en su rechazo frontal de las miserias burguesas y de la falsa progresía. En todos estos aspectos reside su grandeza.

Sólo las grandes almas consiguen trascender su proprio sufrimiento para abrirse a los demás.

Así pues, adiós a la otra Shangay Lily, adiós a la Enrique Hinojosa Vázquez.

Echaré de menos tus artículos y comentarios implacables por la coherencia de tu visión y la valentía de tus posiciones.

Echaré de menos tu generosidad en la batalla por la justicia.

Echaré de menos tu sentido del humor y tu locura.

Tu amigo,

Leo Bassi