El rechazo al matrimonio homosexual gana el referéndum en Eslovenia

El rechazo al matrimonio de personas del mismo sexo, promovido por asociaciones conservadoras y católicas, ganó el referéndum en Eslovenia, lo que supone anular la ley que el pasado marzo daba igualdad de derechos a parejas homosexuales y heterosexuales.

Los partidarios del «no» al matrimonio homosexual se impusieron ayer en el referéndum celebrado en Eslovenia sobre la anulación de la ley que en marzo concedió ese derecho a las parejas del mismo sexo.

La Comisión electoral informó de que, con el 9% de los votos escrutados, el «no» ha recibido el 63,02 % de los apoyos frente al 36,98 % del «sí», un dato que, unido al de la participación, supone la anulación de la ley. Además de una mayoría de votos, para anular la ley era preciso que votaran contra ella al menos un 20 % de los aproximadamente 1.700.000 eslovenos con derecho a voto, es decir unas 340.000 personas.

Aunque la participación en la consulta fue baja, apenas el 35 % de los electores, el número total de votos opuestos al matrimonio homosexual ha superado ese mínimo. La pregunta a la que respondían los eslovenos era: «¿Está usted a favor de que entre en vigor la ley sobre enmiendas y complementos de la ley del matrimonio y familia que el Parlamento aprobó el 3 de marzo de 2015?». La ley igualaba completamente los de rechos de las parejas homo sexuales con los de las heterosexuales, incluyendo la adopción y el matrimonio.

Tras aprobarse la norma, asociaciones conservadoras y católicas reunieron en un tiempo récor d las 40.000 firmas necesarias para convocar una consulta, posibilidad que rechazó el Parlamento argumentando que ese referendo sería homófobo y podría llevar a la discriminación por cuestiones orientación sexual. Posteriormente, el Tribunal Constitucional anuló esa resolución del Parlamento y abrió la puerta a la celebración de la consulta.

La reforma convirtió a Eslovenia en el primer país de Europa del Este en igualar los derechos de homosexuales y heterosexuales. Ahora se convertirá en uno de los primeros países que aprueba una ley de igualdad de derechos para luego revocarla.

Los opositores al matrimonio homosexual están apoyados por la Iglesia católica croata y por el papa Francisco e insisten en que solo buscan «la protección de la familia».

 

MAYORÍA SOCIAL


Estudios sociológicos indican que la mayoría de los eslovenos aprueban el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero se preveía que hubiera más participación entre quienes se oponen.

El ‘no’ al matrimonio homosexual gana en el referéndum celebrado en Eslovenia

El resultado supondrá la anulación de la ley aprobada en marzo por el Parlamento y que concedía a las parejas homosexuales los mismos derechos que a las heterosexuales, incluido el matrimonio y la adopción de niños.

Una mujer vota en un colegio electoral en un referéndum sobre el derecho a casarse y adoptar niños de parejas del mismo sexo, en Sora, Eslovenia

Una mujer vota en un colegio electoral en un referéndum sobre el derecho a casarse y adoptar niños de parejas del mismo sexo, en Sora, Eslovenia. REUTERS/Srdjan Zivulovic

ZAGREB.- Los eslovenos han rechazado este domingo en referéndum la ley aprobada el pasado marzo por el Parlamento y que concedía a las parejas homosexuales los mismos derechos que a las heterosexuales, incluido el matrimonio y la adopción de niños.

Un 63,36 por ciento de quienes han acudido a votar han rechazado esa norma, frente al 36,64 que le ha dado su apoyo, en una consulta en la que la participación ha sido del 36 por ciento del censo.

Además de una mayoría de votos, para anular la ley era preciso que votaran contra ella al menos un 20 por ciento de los aproximadamente 1.700.000 eslovenos con derecho a voto, es decir unas 340.000 personas.

Finalmente, las aproximadamente 390.000 personas que se han opuesto a la igualdad de derechos han bastado para anular la norma.

“¿Está usted a favor de que entre en vigor la ley sobre enmiendas y complementos de la ley del matrimonio y familia que el Parlamento aprobó el 3 de marzo de 2015?” era el texto de la consulta, convocada por una plataforma católica movilizada bajo el nombre “Se trata de los niños”.

“El resultado es un triunfo para todos nuestros niños”, comentó Ales Primc, uno de los representantes de esa iniciativa.

“La gente no quiere permitir que sean derribados los valores que para la mayoría son sagrados, como la familia, la paternidad y la maternidad”, alegó por su parte France Cukjati, del principal partido de la oposición, el conservador SDS.

Martina Vuk, ministra del Trabajo, del centrista y gubernamental SMC, opinó que “ha triunfado un gran miedo creado artificialmente” y lamentó que el resultado “muestra quelos derechos humanos en Eslovenia no valen todavía para todos“.

Desde Izquierda Unida, una formación también opositora pero que impulsó la reforma legal, se aseguró que se seguirá insistiendo en la equiparación de derechos y que una ley en este sentido entrará en vigor antes o después.

Una familia vota en un colegio electoral en un referéndum sobre el derecho a casarse y adoptar niños de parejas del mismo sexo, en Sora, Eslovenia 20 de diciembre de 2015

Una familia vota en un colegio electoral en un referéndum sobre el derecho a casarse y adoptar niños de parejas del mismo sexo, en Sora, Eslovenia 20 de diciembre de 2015. REUTERS/Srdjan Zivulovic

La norma fue aprobada en marzo gracias a la mayoría de centro-izquierda que gobierna el país y se encontró inmediatamente con la oposición de los sectores conservadores y católicos del país.

Esos grupos reunieron en un tiempo récord las 40.000 firmas necesarias para convocar una consulta, una posibilidad que rechazó el Parlamento argumentando que ese referendo sería homófobo y podría llevar a la discriminación por cuestiones orientación sexual.

El pasado octubre, el Tribunal Constitucional anuló esa resolución del Parlamento y abrió la puerta a la celebración de la consulta.

Según la ley eslovena, el Parlamento tendrá que esperar al menos un año para aprobar una nueva legislación en la materia, por lo que mientras tanto seguirá en vigor la actual norma en materia de familia, adoptada hace 35 años.

Aunque los estudios sociológicos indican que la mayoría de los eslovenos aprueban el matrimonio homosexual, los sondeos habían previsto ya que hubiera más participación entre quienes se oponen.

La ley de marzo convirtió a Eslovenia en el primer país de Europa del Este y el primero del antiguo bloque comunista en igualar los derechos de homosexuales y heterosexuales.

Con esta anulación, el país es ahora uno de los primeros en aprobar una ley de igualdad de derechos de los homosexuales para luego revocarla. No es la primera vez que una consulta popular contradice una ley de equiparación de derechos.

En 2012, un referendo parecido echó por tierra la Ley de la Familia, que permitía el registro de las parejas del mismo sexo para poder tener derechos en cuanto a la herencia y otras cuestiones administrativas y abría la posibilidad a los homosexuales de adoptara al hijo de su pareja.

Eslovenia vota en referéndum la aprobación de los matrimonios gais

Una pareja se besa durante una manifestación por los derechos de los homosexuales en Liubliana, en 2012

Una pareja se besa durante una manifestación por los derechos de los homosexuales en Liubliana, en 2012. / SRDJAN ZIVULOVIC (REUTERS)

Eslovenia celebra este domingo un referéndum sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo. La consulta, vinculante, determinará si se anula la ley que en marzo equiparó los derechos de las parejas homosexuales y las heterosexuales, incluidos el matrimonio y la adopción. La normativa ha estado bloqueada desde marzo por las distintas iniciativas que han tratado de derogarla. La última culmina mañana después de que organizaciones ultraconservadoras presentaran más de 80.000 firmas para someter la ley a referéndum —el doble de lo que estipula la ley—.

Con la reforma de su ley de matrimonio y familia, Eslovenia se convirtió en marzo en el primer país de Europa del Este y del antiguo bloque comunista en aprobar las bodas y la adopción para las parejas del mismo sexo, apunta Juris Lavrikovs, de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA). Un avance histórico para los derechos civiles al que en junio se sumó la aprobación en referéndum de las bodas gais en Irlanda. Eslovenia, un pequeño país de dos millones de habitantes y tradición católica, ya fue el primero de los miembros de la de la antigua Yugoslavia en despenalizar la homosexualidad, en 1977.

Desde que se abrieron los centros de votación hasta las 20h de la tarde del domingo, los eslovenos deben responder a la pregunta: “¿Está usted a favor de la entrada en vigor de la ley ley sobre enmiendas y complementos de la ley del matrimonio y familia, que el Parlamento aprobó el 3 de marzo de 2015?”. Para ser anulada se necesita una una mayoría simple del ‘no’ y que en el referéndum participe al menos el 20% de los más de 1,7 millones de electores.

Los sondeos apuntan a un resultado muy igualado. Una encuesta reciente del diario Delo indica una pequeña ventaja del ‘no’ frente al ‘sí’: 47% frente a 45%. En 2012, los eslovenos ya rechazaron en referéndum los matrimonios gais.

La reforma que permite a las parejas homosexuales casarse y adoptar ha tenido la férrea oposición de las organizaciones conservadoras, encabezadas por la coalición de entidades Za Otroke gre! [¡Por los niños!], que han contado con el apoyo del Partido Democrático de Eslovenia (centroderecha), en la oposición y de la iglesia católica en su campaña contra la ley. Argumentan que la nueva ley vulnera los derechos de la familia tradicional y de los niños. Las organizaciones ultraconservadoras ya solicitaron someter la medida a referéndum en mazo, aunque el Parlamento lo rechazó con el argumento de que la medida protege los derechos fundamentales. Acudieron entonces al Tribunal Constitucional que ordenó que se celebrase el referéndum solicitado.

Los derechos de las personas homosexuales en el mundo

Los derechos de las personas homosexuales en el mundo

La Iglesia católica —con mucho poder en un país de importante tradición como es Eslovenia— se ha mantenido algo apartada en las últimas semanas de la campaña que pide el ‘no’, acosada por un escándalo en la financiación de una de sus diócesis.

Mientras el Gobierno del centrista Miro Cerar aprobó en Eslovenia el matrimonio igualitario, otros países de la región han modificado sus legislaciones precisamente para tratar de evitar que las parejas homosexuales tengan los mismos derechos, apunta Lavrikovs de ILGA. Así ha ocurrido en los últimos tiempos en Eslovaquia y Croacia, donde se ha definido el matrimonio como la unión entre hombre y mujer, una senda que también han recorrido Hungría, Polonia o Lituania. Por eso, dice, el resultado de Eslovenia sería importante no solo para ese país, también para toda la región.

 

Gays en Irán: cirugía o muerte

Veda, a la dcha, con hiyab y gafas de sol para no ser reconocida, junto a su amigo Samin, en lista de espera para la cirugía de reasignación de sexo.

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Se sienta delicadamente, cruza las piernas y apoya las dos manos sobre una rodilla. Su mirada es escurridiza. Su voz, casi inaudible, parece haber quedado atrapada en algún punto de la garganta, por miedo a salir y ser descubierta. Se llama Veda. Antes, Ali.

Tiene la barbilla afilada, una nuez prominente y los labios pintados. Su mayor miedo es que su hermano le mate una noche mientras duerme. “Es duro para mi familia tener un hijo con apariencia de chica”, se excusa. Veda empezó a maquillarse y a pintarse las uñas siendo todavía un niño. Cuando alcanzó la adolescencia y sus maneras afeminadas se acentuaron, su familia empezó a humillarlo y a maltratarlo violentamente. “Me gustaría ir por la calle vestido de chica, pero temo que me insulten. Una vez la policía me arrestó por escándalo público por ir vestido con ropa ajustada. En comisaría los agentes me propusieron sexo. Lloré tanto que al final me dejaron marchar”.

Rechazo social

Su caso no es aislado. En el Irán de los ayatolás, ser homosexual o travestido es un crimen. Las familias les rechazan, la sociedad les repudia y la justicia les condena. “Yo no soy homosexual, soy transexual, quiero cambiarme el sexo, no me gusta mi cuerpo, siento vergüenza al desnudarme ante un hombre porque me siento mujer”, se defiende, insistente.

Y la diferencia en la República Islámica no es menor. Mientras que la homosexualidad es delito y la sodomía está penada con la muerte, a los transexuales se les considera seres defectuosos al nacer que deben recibir tratamiento para corregir su perturbación. Ello, por el edicto religioso que, en 1980, emitió el ayatolá Jomeini legalizando las operaciones de cambio de sexo. Una excepción en el mundo islámico.

Pero lo que puede parecer un derecho avanzado en el ultraconservador Irán es, en realidad, la salida desesperada a la que se ven empujados muchos hombres y mujeres gays o con conflictos de identidad sexual que no pueden soportar la presión social y acoso policial a los que son sometidos continuamente.

La única pareja que ha tenido Veda a sus 18 años, un hombre, le dijo que sólo si se operaba se casaría con él. “Siempre he tenido la esperanza de que alguien me acepte tal como soy, pero en este país para la gente como yo sólo hay dos opciones: cirugía o muerte. Pienso muchas veces en suicidarme porque sé que nadie me querrá jamás con mi aspecto actual”.

Junto a Veda, Samin escucha taciturno el relato de su amigo, que bien podría ser el suyo propio. Ha empezado un tratamiento hormonal para aumentar el tamaño de sus senos y desde hace meses está en lista de espera para cambiarse el sexo. La determinación de operarse, igual que en el caso de Veda, emana de la convicción de estar en el lugar equivocado con el cuerpo equivocado. “Los homosexuales también tienen derecho a la vida. Tengo amigos gays. Ellos no lo han elegido. Son seres humanos y merecen respeto. En mi caso, estoy seguro de que quiero operarme porque vivir en este cuerpo es una tortura”.

Cirugía con la aprobación de la familia

Un día la policía le detuvo en la calle. Iba vestido con ropa de mujer, maquillado, con el pelo largo. “Me metieron en una furgoneta y me dijeron que dónde iba así vestido. ¡Esto es Irán, no estamos en Europa!, me gritaron. Lloré mucho. Me defendí explicando que era transexual y me dijeron que no sabían qué era eso. Acto seguido empezaron a raparme el pelo. En aquel momento sentí que mi vida había terminado”.

Desde su clínica en el acomodado barrio de Mirdamad, al norte de Teherán, el doctor Bahram Mir Jalali, de 75 años, atiende cada martes y jueves a jóvenes llegados de todo Irán decididos a operarse. Formado en París, este veterano cirujano ha realizado más de 2.000 operaciones de cambio de sexo en 20 años. Todos sus pacientes deben visitar a un sexólogo y a un psicólogo que certifiquen su perturbación. Las familias también tienen que dar su aprobación y, finalmente, un juez, que suele ser un mulá, por ser experto en jurisprudencia islámica, debe certificar la indicación de reasignar a ese paciente un nuevo sexo que corrija su “desviación”.

La consulta de Mir Jalali recibe también pacientes del extranjero llegados de EEUU, este de Europa y países árabes. Su reputación es conocida fuera de las fronteras persas. “En Irán, los homosexuales son ilegales de acuerdo con la ley islámica que rige el país. Esto no debería ser así, porque muchos gays buscan en la cirugía una solución a su falta de derechos. Además, hay mucha confusión en la sociedad sobre la diferencia entre homosexualidad y transexualidad. En la Universidad de Medicina no podemos hablar abiertamente sobre sexualidad. Muchos profesores hemos pedido a las autoridades políticas que los medios informativos aclaren la diferencia entre los dos conceptos, pero no es posible, la homosexualidad es tabú”, explica Mir Jalali a EL MUNDO.

Confusión entre gays y transexuales

¿Cómo distingue entonces a los pacientes gays de los verdaderos transexuales? “Cuando un joven viene a la consulta le explico que la operación es muy peligrosa, de alto riesgo. Que después de operarse su vida no será fácil. Le asusto. El verdadero transexual se queda. Los gays salen corriendo”.

Pero la explicación del doctor no es exacta. Existe un 30% de casos de suicidio entre los pacientes operados. Una de las principales causas es que, tras la intervención, el rechazo social es aun mayor y las secuelas psicológicas, enormes. Rostros masculinos con velo islámico, maquillados en exceso y con un sexo nuevo construido en la mesa de operaciones no proporcionan la mejor de las apariencias para ser aceptado en la sociedad iraní.

A todo ello, la enorme preocupación por el qué dirán aumenta el calvario de las familias, que se ceban con sus vástagos que caminan sobre tacones con andares resueltos y ahogan el llanto en la cama, donde pasan semanas enteras sin nada que hacer. Tras la operación, muchos de estos jóvenes huyen de casa y terminan viviendo en pisos compartidos con otros transexuales, prostituyéndose como única vía de ingresos.

Sadaf yace tumbada en su pequeño catre en una habitación lúgubre, protegida de las miradas ajenas detrás de tupidas cortinas azules. El aire es espeso aquí dentro. Apenas puede moverse. Hace tan sólo 10 días que el doctor Jalali le ha reconstruido un sexo femenino. Recuerda que cuando tenía seis años descubrió que tenía una tendencia sexual diferente. “Cuando iba a la piscina me fijaba sólo en hombres, no en mujeres”. Le pregunto si eso es suficiente para considerarse transexual, dado que quizá es gay. Me responde que si fuera gay iría con muchos hombres, pero ella “no es de esos”. Cuenta que tuvo una pareja estable con quien convivió durante siete años, pero empezó a pegarle y se separó. “Pero, a ver, ¿qué es ser gay?”, suelta de súbito. Tras escuchar la explicación, responde rotundamente que no: “En la cama yo quiero ser dócil”, pues eso significa, dice, “ser mujer”. Además, remacha, “odio a los gays. Es asqueroso”.

Su homofobia pone de manifiesto la necesidad de distanciarse de lo que ni la ley ni la sociedad toleran. Sadaf procede de una familia pobre, tradicional y religiosa del interior de Irán. Cuando les visita, se despoja de sus rizos artificiales, del kilo de maquillaje y del hijab.

Pero en Teherán, Sadaf es mujer. Tuvo que serlo, porque de otro modo, malvivía en los márgenes de la ilegalidad. Ahora malvive igual, pero legalmente.

Llego a esta conclusión después de mucho preguntar por la verdadera razón que la ha llevado a estar postrada en la cama, con necesidad de fármacos que no tiene. “Hoy he ido a los servicios sociales a buscar medicamentos pero me han dicho que no hay presupuesto, que vuelva en un mes”. No puede acceder al tratamiento médico que precisa, pero tiene algo mucho mejor: el certificado del gobierno que acredita su nuevo género. Lo saca del bolso y lo muestra orgullosa. “Durante toda mi vida me han acosado por la calle, me ha detenido y en la cárcel me han violado. Me han insultado y rechazado. Pero ahora tengo un documento que dice que soy mujer”.

Antes de la operación, Sadaf acudió a la autoridad municipal para solicitar un documento que le permitiera temporalmente vestirse como mujer. Es un trámite burocrático necesario para aquellos hombres y mujeres que desean comportarse en público como lo suele hacer el género opuesto. Durante la sesión, la secretaria judicial que firmó el permiso la echó de la sala tras preguntarle qué tipo de persona era, hombre o mujer. Desde ese día, Sadaf reza para que la funcionaria tenga un hijo como ella.

“No sabes lo que es vivir así. Sintiendo que nadie te acepta. Estoy presa en mi casa, en la calle todo el mundo me insulta. Sólo salgo a medianoche para trabajar”. De pronto, estalla a llorar. Reza la abraza. Como ella, a él también le gusta vestirse de mujer y maquillarse. Pero él tiene claro que no se operará, porque no quiere renunciar al placer sexual que siente cuando está con otros hombres. Y es quetras la operación, Sadaf ha perdido la capacidad para disfrutar del sexo. “El doctor me lo advirtió, pero me da igual. Si mi pareja me acepta, ya estoy contenta”.

La falta de placer sexual tras el posoperatorio sume a muchos hombres intervenidos quirúrgicamente en profundas depresiones. El doctor Jalili reconoce que es la causa de muchos suicidios e insiste en que el mayor problema que existe en Irán es que «mientras que fuera de este país se puede hablar libremente de estos temas, aquí está prohibido».

Las páginas de Internet sobre sexualidad están censuradas. Por eso no resulta extraño que muchos de los jóvenes que quieren operarse no sean capaces de explicar con precisión la diferencia entre homosexualidad y transexualidad.

¿Te operarías si vivieras fuera de Irán? “No, claro que no. Pero aquí resulta necesario porque de otro modo no tenemos derecho a la vida”, responde Veda.

Así vive una persona transexual en el país más represivo de la UE

Oskaras, de 18 años, conocía los riesgos pero decidió ponerse frente a una cámara para decir que es transexual. Vive en Lituania, el país de la UE más restrictivo con las personas transexuales, en el que no se les brinda ningún procedimiento para cambiar de manera oficial su género ni para someterse a tratamientos hormonales ni de cambio de sexo, en el caso que decidan hacerlo. “Tal vez me convierta en un animal de feria para la gente después de este vídeo”, decía en la campaña en vídeo #TRANS_LT, de la mayor asociación LGTB del país, LGL.

Su aparición en la campaña –la primera en vídeo en la que varias personas transexuales hablan de su experiencia como tales en Lituania– por suerte, no le ha convertido en ningún mono de feria. “Mi vida ha cambiado en cierta forma, aunque ahora más gente conoce mi ‘yo real”, admite en una conversación con eldiario.es. Antes, solo lo sabían cuatro personas de su familia y entorno más cercano, pero la exposición pública no le ha ocasionado ninguna situación incómoda. Al menos, no más allá de las habituales.

En el vídeo, en el que participa junto a otro chico transexual (Jurate) y una chica trans (Zenia), Oskaras habla de lo incómodo que es portar una documentación personal con la que no se identifica. “No puedo enseñar mi documento de identidad en una tienda sin afrontar una situación difícil. Es muy duro, no creo que esto deba ser así”. Tampoco puede ir a “los baños y vestuarios” con los que se sentiría más cómodo.

Jurate desde pequeño sintió que no encajaba. “Las niñas no deberían comportarse así”, le decían. Pero es que él no se sentía una niña. Alguna vez se puso vestidos para agradar a su familia, hasta que decidió dejar de hacerlo. “Es… como una violación social”, lamenta ante la cámara. Zenia explica que tuvo que soportar que en la universidad le cuestionaran su forma de vestir e incluso llamaron a su madre. “Tengo 21 años”, dice ante la cámara.

“La mayoría de los lituanos no aprueba nada del mundo LGTB y los transexuales estamos dentro de él. Las reacciones habituales hacia nosotros son el odio, las burlas y la intolerancia”, dice Oskaras a eldiario.es. Por ello, los organizaciones de #TRANS_LT decidieron que la población lituana conociera y se acercara a los problemas más comunes de una persona transexual en el país, desde un punto de vista cercano y personal. “Creemos que la campaña ha tenido muy buena acogida, el primer día el vídeo ya tenía más de 20.000 reproducciones y la prensa nacional y local se ha hecho eco del tema de manera positiva”, cuenta Tomas Vytautas, de LGL.

A las reticencias de la sociedad se suma la discriminación institucional. “Mayor aún”, dice Tomas Vytautas. “La sociedad es más tolerante que las autoridades lituanas. Los políticos son extremadamente homófobos y tránsfobos”. La información que recibe la población sobre el colectivo LGTBI es muy escasa, denuncia Jurate en el vídeo. “No es fácil de encontrar si no es literatura académica, que es difícil de entender”, dice el jóven trans de 29 años.

Oskaras cree que la sociedad lituana está avanzando poco a poco, aunque queda mucha labor pedagógica por el camino. “La gente joven es más tolerante y comprensiva. Más que la gente mayor, pero la mayoría todavía está llena de odio. A veces, creo que los lituanos se entretienen odiándonos. Piensan en cosas que puedan herir al colectivo LGTB. Por ejemplo, una vez, antes del evento Baltic Pride (la marcha del Orgullo LGTB de Lituania, Estonia y Letonia) echaron insecticida por las calles. Creen que eso les protegerá”, ironiza.

Cambio de sexo en el extranjero

La organización LGL pretende combatir esta falta de información a través de la campaña #TRANS_LT y, en especial, llamar la atención sobre la inexistencia de procedimientos para que los transexuales cambien su nombre y su género de manera oficial. “Lituania es el único país del Consejo de Europa que no lo tiene”, recuerdan en la ONG. La próxima primavera el Parlamento lituano debatirá este tema y la organización quiere generar una conciencia social que empuje a las autoridades a acabar con esta situación.

Un reciente informe de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) señala los deberes pendientes de la UE en la protección de la comunidad LGTBI frente a la discriminación. Lituania no queda bien parada. El estudio recoge la imposibilidad de los trans de recibir tratamientos médicos ni acceder a una operación de cambio de sexo en el país, lo que fuerza a algunos a viajar fuera de sus fronteras para ello y solo así, a su vuelta y pasando por los tribunales, pueden acceder a una documentación que refleje el género con el que se identifican.

Desde LGL indican que un procedimiento que obligue a someterse a cirugías totales de cambio de sexo para el reconocimiento de género –como parece que apuntará el Parlamento en los próximos meses– viola los derechos de los transexuales. Hay algunas personas que no quieren pasar por ese cambio integral y, de este modo, se estaría además reduciendo las múltiples formas de identidad trans.

Oskaras se ve en 20 años con un documento que no le genere problemas ante terceras personas. Una foto, un nombre y un género por el que no deba dar explicaciones. Para ello, ha tomado la situación de no esconderse. Cree que esa actitud animará a otras personas trans a dar el paso. “La comunidad LGTB en Lituania es más pequeña que en otros países por la opinión que hay aquí de nosotros. Para conseguir lo que queremos tenemos que probar que estamos aquí y estamos luchando”, dice a eldiario.es. “Si todos nos mantenemos callados, nadie nos verá y no existiremos”, resume en el vídeo.

Identidad, género, cabaret y fotografía en la Barcelona del siglo XXI

El Raval y Rube, la drag queen que actúa en ‘El Cangrejo’ en Barcelona, son los ejes de la exposición de fotografía de Rober Astorgano que hoy abre sus puertas.

La drag queen Rube

La drag queen Rube. / ROBER ASTORGANO

El fotógrafo Rober Astorgano inaugura hoy en Barcelona su exposición Rube, un trabajo que indaga en las dobles identidades, tanto personales como de la ciudad. Una persona existe dentro de una persona al igual que una ciudad habita dentro de sí misma. Rubemezcla fotografías de reportaje documental e imágenes de estudio, además de un vídeo documental, y podrá verse en la librería Veusambveu hasta el 17 de enero.

¿Qué quieres mostrar con la exposición Rube?

Mi intención es abordar las cuestiones del género y la identidad, además de mostrar una parte de la esencia del emblemático barrio del Raval de Barcelona. Para ello me baso en la historia del personaje, relacionándola con la del lugar en el que trabaja. Mediante las fotografías y el vídeo se muestra la historia de Rubén, el artista argentino en la privacidad de su hogar, y de su personaje: Rube, la drag queen que hace más de veinte años atrapa todas las miradas de ‘El Cangrejo’, un local con más de 100 años de historia situado en el barrio del Raval y que mantiene el alma de los cabarets de la época de la llamada ‘Barcelona canalla’.

¿Qué relación estableces entre Rube-Rubén y el barrio del Raval?

Una relación basada en la autenticidad, relacionando la identidad del personaje con la identidad del barrio. Este barrio, entonces conocido como Barrio Chino, fue el epicentro de la ‘Barcelona canalla’. Es aquí donde empezaron a verse los primeros números de transformismo y donde, después de la guerra civil y con la férrea dictadura, todavía, todo era posible. Tanto el barrio y el local, así como el personaje, representan para mi el carácter de la Barcelona de esa época.

¿Podría darse esa historia en otro barrio?

Posiblemente, pero creo que de una manera diferente, ya que lo que marca la diferencia en este barrio es la historia que tiene como barrio chino. Es aquí donde se han gestado los personajes más característicos y singulares, donde ha existido esa picaresca y ese desparpajo que ha definido su identidad y que ha marcado esa diferencia.

¿Qué importancia tiene el Raval para tu trabajo?

El Raval es parte fundamental del trabajo. Es un barrio que ha ido forjando su propia identidad durante la historia y que, a pesar del tiempo y de la sociedad moderna en la que vivimos donde se tiende a globalizar todo, todavía consigue mantener esa esencia de la Barcelona auténtica, que se puede ver representada en estos locales que todavía sobreviven, como es el caso de ‘El Cangrejo’.

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¿Qué imagen del barrio pretendes transmitir con esta exposición?

La imagen del barrio que quiero transmitir es la que yo sentí cuando llegue a Barcelona y lo descubrí. La de un barrio con identidad propia, diferente a la Barcelona turística que nos muestran las guías de viaje, donde todavía se puede observar la esencia de ese Barrio chino de la Barcelona canalla, a pesar del gran proceso de gentrificación que se esta llevando a cabo en él. Por tanto, la de un barrio emblemático que lucha por sobrevivir, en el que por cierto, ahora estoy viviendo.

¿De qué modo puede la fotografía romper con los estereotipos instaurados?, ¿es uno de los objetivos de tu trabajo?

Como bien decía Eugene Smith, “la fotografía podría ser esa tenue luz que modestamente nos ayudara a cambiar las cosas”, y realmente lo creo. Mediante la fotografía se pueden contar historias que muestren la realidad y que ayuden a cambiar los estereotipos marcados por la sociedad y a romper con los esquemas impuestos. Éste es uno de los objetivos de mi trabajo como fotógrafo, tanto en este proyecto como en otros, además de ser una de las motivaciones por las que seguir fotografiando y contar historias, y por lo que me apasiona tanto esta profesión.

¿Cuáles son tus referentes en fotografía?

Ésta es una pregunta siempre complicada de contestar puesto que hay muchos fotógrafos que me han influido durante mi vida y a la hora de realizar mi trabajo. Joan Colom con sus fotografías del Raval ha sido un gran referente, además de ser el que me descubrió este barrio mediante su trabajo. Siempre me he fijado mucho en los clásicos como Robert Cappa, Cartier-Bresson y la gran Cristina García-Rodero. Otros fotógrafos a los que admiro especialmente son James Nachtwey y Martin Parr, y así podríamos seguir con muchos más…

Latinoamerica registra 600 asesinatos de gais, transexuales y lesbianas al año

Las personas que cambian de identidad sexual son especialmente perseguidas en el istmo central

Maniffestación del Orgullo Gay de Río de Janeiro en 2013

Maniffestación del Orgullo Gay de Río de Janeiro en 2013. / FERNANDO FRAZÃO (ABR)

Solo en Latinoamérica, unas 600 personas son asesinadas cada año por ser lesbiana, gay, transexual o bisexual (LGTB), según recoge el último trabajo de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en la web www.perseguidoslgtb.org. Pero esta cifra es solo una parte de los crímenes que sufren en muchos países del mundo las personas cuya identidad de género u orientación sexual no se ajusta a lo considerado normal. Lo que ocurre es que, del resto, no hay tantas cifras. Pero hay indicios: solo en el territorio que ocupa el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés), han sido ejecutados unos 30 gais, según los últimos informes. Lapersecución en África y en el Este de Europa, sobre todo en Rusia y las repúblicas que surgieron tras la desintegración de la URSS son garantía de que la cifra total es muy superior.

De estos, las personas transexuales son especialmente vulnerables,como ha explicado Paloma Favieres, del área jurídica de CEAR, en la presentación del informe. El estudio recoge que unas 1.700 de estas personas han sido asesinadas en solo 62 países (de los 120 del mundo) entre 2008 y 2014. Esto se basa en 76 países que penalizan legalmente el ser o comportarse como un homosexual o un transexual, y, también, en muchos otros en los que la persecución es social, aunque no sea legal.

Esta persecución de la población LGTB tiene un reflejo en su búsqueda de países más seguros, que es como consideran a España.Son apreciaciones de CEAR, pero hay algunos datos que lo reflejan. Por ejemplo, Manuel Ródenas, del programa LGTB de la Comunidad de Madrid, la que más migrantes recibe, afirma que las consultas por asilo o refugio han pasado en pocos años de ser el 13% del total a ser el 23%. “Y en el departamento jurídico ya son el 50%”.

El caso de las mujeres perseguidas por su identidad de género, latinoamericanas sobre todo, también tiene una constatación en España. “En Madrid, el 90% de las transexuales son extranjeras”, expone Ródenas.

Una de las que ha llegado hace relativamente poco es Alexandra Andino, una hondureña de 35 años que en 2012 aterrizó en el aeropuerto de Madrid huyendo de la persecución. “En mi país tenía miedo constante a caminar por la calle. Siempre volvía a casa con una pedrada, un salivazo. Aunque a veces una palabra duele más”, añade. “Lo que tengo podrido por dentro nadie me lo va a quitar”.

Andino cree que no fue asesinada porque era demasiado conocida como activista. Muchas de sus compañeras no tuvieron esa suerte. “Reconocí más de 100 cuerpos de compañeras de mi organización”, afirma. Pero ello no le libró de ser secuestrada y torturada. “Me tocó. Todo el mundo sabía que me iba a tocar. En la televisión pública dijeron que iban a por mí, que me iban a cortar la lengua”, relata. Aunque aquella fue de las pocas torturas que no sufrió. “Vinieron a mi casa. Era fácil, yo vivía sola y era muy conocida. Durante varios días me pegaron, me apuñalaron, me dispararon, me violaron. Me fracturaron los huesos. Pedí a gritos mil veces que me mataran, pero ellos seguían torturándome. Decían que tenía que sufrir más que las demás”.

Después de aquello, viajó a refugiarse a España. “Tuve que reunir unos 2.500 euros para el pasaje, y otros mil para poder entrar. Todos me ayudaron. Mi mamá decía: ‘Prefiero tenerte lejos a muerta”. Pero el refugio español no era tan fácil de conseguir. Nada más llegar, en el mismo aeropuerto fue detenida. Un abogado de oficio que la vio llorar le informó de que podía pedir asilo por ser víctima de un delito de odio.

El ser una activista reconocida también la ayudó en este caso. Ródenas afirma que ha comprobado que en España quienes han sido activistas en sus países tienen más fácil conseguir el asilo. Pueden aportar recortes de prensa para probar su persecución y el peligro que sufren si vuelven. “A los otros migrantes les cuesta más”, admite Favieres. La ley concede el estatuto de refugiado solo si hay un serio peligro, si las amenazas han sido reiteradas, explica. Esta dificultad probatoria hace que “las peticiones de asilo sean muchas y crezcan, y las concesiones muy pocas”, dice Ródenas.

Con su caso solucionado, Andino afirma que ahora “caminar por las calles de Madrid es un paraíso”. “A la gente le da igual cómo sea. En Honduras era el centro de atención”.

Pero la llegada a España a veces no elimina el problema. Muchas veces, el migrante es internado en centros de extranjería, donde hay otros compatriotas que mantienen los mismos prejuicios que sus conciudadanos mantenían en el país de origen. “A alguno ha habido que cambiarlo de centro”, dice Ródenas. Lo mismo pasa fuera, porque los extranjeros tienden a relacionarse primero con otras personas de su mismo origen, añade Favieres. Y no es su único problema. Los datos del Ministerio de Interior sobre delitos de odioen 2015 indican que el 39,9% fue por orientación o identidad sexual, y el 37% por razones racistas o xenófobas. “Y a estas personas les afectan los dos. Sufren una doble discriminación”, concluye Ródenas.

La doble discriminación que soportan los que emigran por su orientación sexual

Una transexual en Madrid. ROBERTO CÁRDENAS

Una transexual en Madrid. ROBERTO CÁRDENAS

Las personas migrantes que llegan a España huyendo de la persecución y discriminación que sufren en sus países de origen debido a su orientación sexual o identidad de género se enfrentan a un riesgo de doble discriminación cuando llegan a nuestro país, el primero por pertenecer al colectivo LGTB y el segundo por su condición de inmigrante.

Es lo que se desprende del informe que la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha presentado este martes, disponible en la webperseguidoslgtb.org, que contiene los testimonios de personas LGTB que han sufrido discriminación y violaciones de sus derechos en países tan diversos como Rusia, Etiopía o Chile.

De 2008 a 2014, 1.700 transexuales han sido asesinados en 62 países. Sólo en Brasil y en 2014, fueron 326 los homicidios cometidos.

Paloma Fevieres, coordinadora del área jurídica de CEAR, ha recordado que “haypaíses donde la homosexualidad está ilegalizada en los códigos penales, en otros no existe legislación penal pero es la sociedad la que aparta a las personas LGTB con pequeñas discriminaciones que en conjunto suponen una violación de Derechos Humanos”.

Honduras es el país de origen de Alexandra Andino, una refugiada que tuvo que huir de su casa debido al acoso e inseguridad que sufría por ser transexual. “Me secuestraron, golpearon y apuñalaron. Les pedí que me matasen, pero decían que tenía que sufrir más que las demás”, cuenta Alexandra.

Ella era la presidenta de la sección transexual de la Asociación LGTB Arcoiris en Tegucigalpa, con lo que su militancia y lucha la convertían en un personaje público. “Me dijeron en televisión que iban a por mí”. En febrero de 2012, Alexandra tomó la determinación de salir de Honduras. “Mi madre me dijo que prefería verme lejos a verme muerta”.

En muchos países de centroamérica, visibilizar que se es una persona LGTB supone un serio riesgo para la supervivencia, ella misma reconoce que tuvo que identificar “más de cien cuerpos de compañeras de la asociación muertas, decapitadas, violadas y apuñaladas”. “Tras el golpe de estado de 2009, desde el Gobierno se dijo: ‘Vamos a acabar con la lacra de Honduras’. Yo pensé que se trataba de los pandilleros, aunque al final resultamos ser los transexuales”.

Una vez en España, el camino de Alexandra no fue nada fácil. “Me detuvo la policía y me hicieron preguntas para reírse de mí, que si llegaba como chico y no como chica. Me dijeron que ni asilada ni nada, que venía a España a prostituirme”. Pero todo cambió gracias a un abogado de oficio que reparó en ella cuando estaba retenida en el aeropuerto: “Me dijo que podía pedir asilo con un documento que respaldase que estaba siendo perseguida”. Asi que denunció tal persecución y solicitó asilo.

Manuel Ródenas, miembro del área jurídica del Programa LGTB de la Comunidad de Madrid, ha destacado que “España es centro receptor de población migrante por razones de orientación sexual”. Sólo en Madrid, “el 60% de la población transexual proviene de otro país”.

“En Madrid recibimos personas de 60 nacionalidades diferentes. Vienen porque piensan que aquí la sociedad es mucho más tolerante y hay un espacio de libertad”. Este programa “tiene en cuenta el origen cultural de la persona solicitante de asilo”, ya que “la población transexual es un grupo muy heterogéneo”. Según Ródenas, “cuando llegan a España pueden sufrir la misma discriminación que en sus países de origen”.

Y el premio Racista del año 2015 es para…

  • Otorgado por la ONG Survival International

  • Por segundo año consecutivo, el desprestigio recae en un político brasileño

  • ‘Debemos dejar morir de hambre a los indígenas amazónicos’ ‘Son un puñado de pequeños gays’

Fernando Furtado, nombrado Racista del año 2015 por Survival. © Agência Assembleia

Fernando Furtado, nombrado Racista del año 2015 por Survival. © Agência Assembleia

Candidatos no han faltado en todo el mundo. Y en época electoral en distintos países, cuando los políticos están casi obligados a hablar, menos todavía. Pero entre todos ellos, la organización Survival ha decidido otorgar el galardón de racista del año al diputado del estado brasileño de Maranhão, Fernando Furtado, por las siguientes declaraciones sobre los indígenas amazónicos: “Ellos no saben cómo cultivar arroz, así que dejémosles morir de hambre en la pobreza, es lo mejor, porque no saben cómo trabajar”. Y, por si no fuera suficiente, se refirió a ellos despectivamente como “un puñado de pequeños gays”.

Pero no sólo estas palabras son consideradas por la ONG -que lucha por los derechos de los pueblos indígenas- como una “incitación al odio por motivos raciales”, sino también el contexto en el que se produjeron, durante una intervención en una reunión de madereros y terratenientes. El discurso fue pronunciado en julio en una comunidad de colonos de São João do Caru, cerca de la frontera del territorio indígena awá, una zona de selva preamazónica única y que, desde hace meses, está siendo arrasada por las llamas de múltiples incendios que amenazan la vida de estos indígenas, que conforman uno de los pueblos más vulnerables del planeta.

“Desafortunadamente hay mucho racismo en general contra los indígenas alrededor del mundo. Otros finalistas que hemos barajado son el presidente de Botswana, Ian Khama, quien llamó a los bosquimanos primitivos y retrasados; o una familia de terratenientes de Brasil, que siempre está animando a usar la violencia para que los guaraníes no puedan quedarse en sus tierras, pero creemos que las palabras de Furtado son demasiado fuertes y merecen este premio contra su reputación”, explica a EL MUNDO la investigadora de Survival, Sarah Shenker.

De hecho, las declaraciones de este diputado del Partido Comunista Brasileño, crearon tanta polémica que le obligaron a retractarse formalmente de las mismas.

Homofobia y racismo

El director de Survival International, Stephen Corry, considera que “estos repugnantes comentarios indican la homofobia y el nivel de racismo existente contra los pueblos indígenas entre algunas de las personas más poderosas de la sociedad brasileña. Es importante que la gente, tanto de dentro como de fuera de Brasil, sea consciente de la prevalencia de estas actitudes porque apuntalan la genocida arremetida violenta que afrontan los pueblos indígenas de Brasil en la actualidad. Es por eso que hemos elegido a Furtado como el Racista del año 2015”.

Es el segundo año consecutivo que este premio de desprestigio recae en un brasileño. El político Luis Carlos Heinze fue nombrado “Racista del año 2014” por decir: “el Gobierno (…) se acuesta con los negros, los indios, los gays, las lesbianas, todos los perdedores”.

Por la Amazonía brasileña se están propagando una serie de incendios forestales que están destruyendo vastas áreas de selva en los márgenes orientales de lo que se considera los “pulmones de la Tierra” y están amenazando a los indígenas que viven ahí.

“Los pueblos indígenas están sufriendo tanto… Puede ser que los awás estén muriendo ahora por el fuego. Mientras los madereros siguen actuando impunemente, diputados como Furtado están animando a la gente a pensar de esa forma racista contra los indígenas. Por eso creemos que sus comentarios son una incitación al odio”, concluye Sarah.

Sociedad Más de 1.700 personas transexuales fueron asesinadas entre 2008 y 2014

Noticia publicada en La Marea

Hasta 76 países mantienen leyes de criminalización y hostigamiento contra personas con motivo de su orientación sexual e identidad de género.

En rojo, los países donde se han cometido entre 20 y 100 asesinatos de personas transexuales; en negro, donde ha habido más de 100 asesinatos; y en gris, los que no ofrecen datos.

MADRID // Un total de 1.700 personas transexuales fueron asesinadas en 62 países durante los años 2008 y 2014, según apuntan desde el Observatorio sobre el Asesinato de Personas Trans, que está coordinado por el grupo de derechos LGTB Transgender Europe, y que se recoge en el informe que la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha hecho público este miércoles. Estos datos significan que dos transexuales mueren asesinados cada día en alguno de esos países, entre los que no se encuentran, por falta de datos, la mayoría de África central y otras naciones de Europa del Este, Arabia Saudí y Yemén, por ejemplo.

De donde sí se tienen datos es de América Latina, donde la situación es especialmente alarmante. Es el caso de Brasil, uno de los pocos países en los que el gobierno publica un informe anual sobre la violencia homofóbica y transfóbica. En 2014, documentó 326 muertes por estos motivos.

En el informe, bajo el título Discriminación y persecución por orientación sexual e identidad de género: El camino hacia una vida digna, se recuerda que “al menos 76 países mantienen leyes de criminalización y hostigamiento contra personas con motivo de su orientación sexual e identidad de género, incluidas las que penalizan las relaciones homosexuales consentidas entre adultos”.

Esta situación implica que la homosexualidad conlleve la pena de muerte en países como Irán, Mauritania, Arabia Saudí, Sudán, Yemen y en zonas de Nigeria y Somalia. Por otro lado, en países como Kirguistán, Nigeria, Moldavia, Rusia, Ucrania y Uganda se han promulgado o propuesto leyes para restringir la expresión pública de la condición “no heterosexual” con el pretexto de “proteger a los menores”.

Sociedad de acogida

Por otro lado, desde CEAR alertan de que “las personas discriminadas y perseguidas en sus países de origen por motivos de orientación sexual e identidad de género se encuentran a menudo en la sociedad de acogida con perjuicios y estereotipos que perpetúan situaciones de discriminación ya vividas, desencadenando sentimientos de miedo y vergüenza que les impiden vivir con dignidad”.

A su juicio esta situación implica a menudo la pérdida de los apoyos más básicos y cercanos, limitando su capacidad de afrontar las nuevas situaciones tras la migración y generando un impacto negativo en la salud mental y emocional, puesto que la percepción que estas personas tienen sobre sí mismas está muy condicionada por las atribuciones del imaginario social, lo que en ocasiones les provoca sentimientos de rechazo, autorreproche, autodestrucción, etc., y les impide reconocerse como discriminadas y titulares de los mismos derechos que el resto.