Esperanza para los niños transexuales: “De mayor me llamaré María”

Una familia se acogerá al precedente de dos jueces de Valencia para rectificar los datos de su hija transexual

 

Con seis años, María tiene claro que de mayor no quería, como sus hermanos, ser ni astronauta, ni inventor ni superhéroe, sino una chica. Su madre, Ana Navarro, recuerda cuándo descubrió que Mario era en realidad María. “Si echara la vista atrás y pensara en qué momento se manifestó que era una niña, yo diría que desde siempre: la recuerdo con solo dos años jugando a roles que están socialmente asociados a las mujeres. Cuando empezó a conquistar el lenguaje día sí y día también repetía que de mayor iba a ser una nena y se llamaría María”, explica.

Ana continúa con la historia de su hija: “Por las noches me ponía a buscar información por Internet porque la educación que yo había recibido era que los niños son porque tienen pene y las niñas son porque tienen vulva. Yo a él no lo veía feliz, no con el esplendor que debía tener un niño en su infancia. Se mostraba muy tímido y yo veía que no…”. Buceando en la red, esta psicóloga de 38 años, madre de cinco hijos, dio con un artículo publicado en la prensa por África Pastor, de la Fundación Daniela, que le abrió las puertas a un mundo del que necesitaba conocerlo todo. Se puso en contacto con esta fundación, que la ayudó primero a entender qué ocurría con María y luego a dar los primeros pasos.

“Un día durante la cena contamos que conocíamos a una niña que tenía pene y hubo un diálogo con mis hijas mayores mientras la pequeña escuchaba. Les propuse a los cinco que íbamos a redecorar sus habitaciones y quería que dibujaran su autorretrato para imprimirlo en grande y colgarlo de las paredes. Y María se dibujó como lo que es, una nena, con un vestido, el pelo largo y su nombre de chica. Recuerdo que cuando me trajo el cuaderno, le dije: ‘Ah, Mario, qué guapo con el pelo largo’ y levantó la cara y me dijo muy serio: ‘yo voy a ser chica y lo voy a ser’. Tenía 5 años”.

La familia de María empezó el tránsito social, que no es otra cosa que el proceso por el que se comunica al entorno esa realidad. “Un viernes se fue del colegio como Mario y el lunes siguiente María volvió vestida con su pichi de uniforme, que era lo más. Y sin ningún problema”, resume Ana, que destaca lo fácil que lo puso todo la Escuela Infantil Virgen de Cortes de Valencia, el cole de la niña, y el asesoramiento de la Fundación Daniela. “Es el entorno el que permite que una persona se pueda expresar en libertad. La gente suele confundir identidad con genitalidad”, añade.

Para la batalla legal, la familia de María se acogerá al precedente de dos juezas del Registro Civil de Valencia que entre diciembre y febrero autorizaron por primera vez el cambio registral de nombre y sexo a dos menores sin necesidad de acreditar el tratamiento médico de dos años que exige la ley española. Ana Cañizares, abogada del despacho Vivar&Asociados, lo consiguió a petición de dos clientes socios de la Fundación Daniela y de la Asociación Crysallis. “Es un precedente para el resto de registros civiles de España, que en su mayoría no se han visto nunca con un expediente de rectificación de género de menores, y no saben cómo tramitarlo. Pensamos que hay desconocimiento y hasta temor en los jueces responsables del Registro Civil”, considera el despacho.

El pasado mes de marzo el Tribunal Supremo cuestionó el veto al cambio de nombre de los niños transexuales y planteó una cuestión de inconstitucionalidad sobre la ley que exige la mayoría de edad para modificar la identidad y el sexo en el registro. Además, el Consejo de Europa pide a sus países miembros que no se discrimine la transexualidad. Que los menores portaran un DNI o identificación que no coincidía con su nombre y sexo sentido, “provocaba muchas situaciones denigrantes y dolorosas en casos tan cotidianos como usar el lavabo o vestuario en el colegio, ir de campamento, causando dolor a las familias y al menor”, añade el letrado Juan Antonio Vivar, que explica que alguno de los menores representados por su despacho había tachado con tipex la foto y el nombre de su documento de identidad porque no se reconocían en ellos.

“Lo desconocido nos da miedo pero es fácil”, subraya Ana Navarro, madre de María. “Si nos escapamos a cualquiera de las etiquetas, nos queda la persona. Ahora veo feliz a María, la veo a tope”, dice. María ya no quiere ser chica porque ya lo es, y cuando le preguntan sobre qué quiere ser de mayor, contesta sin vacilaciones que profesora de equitación. Le encantan los caballos.

NUEVE REGIONES CON UNIDADES DE GÉNERO

En España hay nueve comunidades que tienen unidades de identidad de género o atención a transexuales en su cartera pública de servicios: Asturias, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Andalucía y Canarias. Los últimos datos epidemiológicos —de finales de 2014—, puestos en común por las comunidades que ofrecen la prestación pública, arrojaban 4.459 personas transexuales atendidas, de las que un 10% eran menores. “Por extrapolación de estos mismos datos, en España habría de un varón biológico que se siente mujer por cada 9.665 hombres a uno por cada 21.031”. Es una horquilla en función de las cifras recogidas por las diferentes comunidades autónomas, explica Hurtado. A la inversa, personas nacidas mujeres que se sienten hombres, hay entre una por cada 15.456 a una por cada 48.096.

Una molécula para combatir cuatro virus a la vez

Un estudio halla una diana para inhibir simultáneamente el virus del sida, la hepatitis C, el dengue y la fiebre del Nilo Occidental

Un péptido del virus de la hepatitis C provoca la apertura de las vesículas de las membranas celulares

Un péptido del virus de la hepatitis C provoca la apertura de las vesículas de las membranas celulares. Hanson y Gettel et al./Biophysical Journal 2016

La idea de que una sola píldora pueda combatir varias enfermedades infecciosas a la vez, empieza a tomar forma. Todavía queda mucho para que un medicamento así llegue a las farmacias, pero en los laboratorios ya empieza a gestarse el germen de lo que podría ser una nueva familia de medicamentos panvirales. La primera piedra de este proyecto la acaba de poner un grupo de investigadores del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, que han diseñado una molécula capaz de combatir simultáneamente los virus del sida, la hepatitis C, el dengue y la fiebre del Nilo Occidental.

Los investigadores han conseguido modelar un elemento de la célula en la que se hospeda el virus para inhibir una proteína que ayuda al microorganismo a replicarse. Concretamente, la molécula fue diseñada para neutralizar la proteína DDX3, cuya presencia era necesaria para replicar los virus causantes del sida (VIH) y la hepatitis C (VHC). “La diana molecular de este compuesto la teníamos identificada y químicos especializados se encargaron de modelarla para calzar esa estructura química dentro de la proteína”, explica el doctor José Esté, jefe del grupo de Patogénesis del VIH de IrsiCaixa.

Los resultados de los ensayos en cultivos celulares de la molécula demostraron su eficacia para inhibir el virus de la hepatitis C y algunas cepas del VIH resistentes a los antivirales comunes. Pero además, cuando los investigadores vieron la potencia de estas moléculas contra el VHC, decidieron ir un paso más allá y buscar otros virus cuyos mecanismos de reproducción fuesen similares a los del que provoca la hepatitis C. Los científicos probaron con el virus del dengue y el de la fiebre del Nil Occidental, que comparten estrategia replicativa y genoma con el VHC, y descubrieron que la molécula también funcionaba contra ellos.

Más allá de que este proyecto abre la puerta a simplificar el tratamiento de personas coinfectadas e incluso a buscar alternativas terapéuticas a dolencias que no tenían cura (no existe ningún fármaco aprobado contra el virus del Nilo Occidental o el dengue), los investigadores han remarcado el hecho de que la molécula actúa contra una parte de la célula, no contra el virus, lo que complica que éste genere resistencias al fármaco. “Un virus es un parásito intracelular, necesita de algunos elementos de la célula para funcionar. La mayoría de los tratamientos atacan al virus directamente y éstos, a su vez, van desarrollando estrategias para esquivar los ataques. Sin embargo, lo que estamos haciendo es inhibir uno de esos elementos de la célula que son necesarios para el virus y es más difícil que se proteja y se vuelva resistente contra eso”, apunta el doctor Esté.

Aunque todavía queda mucho recorrido en el laboratorio y tendrá que confirmarse su efectividad en más estudios in vitro y en modelos animales, los investigadores aseguran que este hallazgo es la puerta de entrada “a desarrollar una nueva familia de fármacos panvirales, con capacidad para inhibir diversos virus al mismo tiempo”. El estudio se ha publicado en la revista PNAS. “Esta molécula será de gran utilidad porque los pacientes inmunodeprimidos, por ejemplo, sufren muchas enfermedades”, señala Esté, que no descarta que esta molécula también pueda ser efectiva contra otros virus como el zika o el chikungunya. “Muchas de estas infecciones ocurren donde ya hay otras enfermedades endémicas que, aunque no constituyen un peligro, tampoco atraen a las farmacéuticas a investigarlas y no hay tratamiento”, apostilla el investigador.

Con todo, Esté pide paciencia y prudencia. “Se ha encontrado la diana, el primer compuesto”, apunta, pero el camino a recorrer para que un fármaco panviral llegue al mercado es todavía muy largo. Lo importante, asegura, es que “el interés por desarrollar drogas panvirales es alto” y eso es “prometedor” para la investigación.

Madrid sufre una agresión homófoba cada dos días

La Comunidad ha vivido un gran incremento de estos ataques homófobos desde que comenzó el año, según Arcópoli

María (nombre ficticio), una transexual agredida en agosto de 2015 en Tetuán

María (nombre ficticio), una transexual agredida en agosto de 2015 en Tetuán. santi burgos

La región está sufriendo un gran incremento de las agresiones homófobas desde que comenzó el año. Según la organización Arcópoli, se han registrado 52 ataques desde enero, lo que supone que de media ocurra uno cada poco más de dos días. No todos ellos han terminado en una denuncia en comisaría. Esta asociación de defensa de los colectivos de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB) ha pedido medidas urgentes para erradicarlo. La Delegación del Gobierno en Madrid y la Fiscalía de Madrid aseguran que están luchando con todas las herramientas que están a su alcance.

La capital es, con diferencia, la que registra el mayor número de agresiones. El porcentaje más alto se da en el propio barrio de Chueca o en los alrededores, como Callao, Cibeles, Colón o Alonso Martínez, según los datos recogidos por el vocal de delitos de odio de Arcópoli, Rubén López. “Las parejas gais, en su mayoría hombres, van por esta zona de la mano o se besan al salir, sin darse cuenta de que ya no están en una zona más segura”, reconoce López. Los fines de semana, festivos y los días previos a estos es cuando se producen más ataques.

El perfil de la víctima corresponde en su mayoría a hombres de entre 18 y 25 años. Sufren, tras las agresiones hematomas, contusiones y, en menor medida, algunas fracturas. “Salvo dos casos muy graves, el resto recibió el alta a las pocas horas”, afirma Rubén López. Arcópoli ha creado el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia, para centralizar las denuncias. También disponen de un número de teléfono (618 547 166) donde atienden a las víctimas las 24 horas del día.

Sin miedo a denunciar

Para el coordinador del programa LGTB de la Comunidad de Madrid, el abogado Manuel Ródenas, el problema de la homofobia “no es un fenómeno nuevo”. En su opinión, ahora existe mayor sensibilidad y se denuncia más. “Antes no salía en los medios de comunicación y las redes sociales o no existían o no tenían tanta repercusión. Ahora la gente está perdiendo el miedo a denunciar públicamente”, añade Ródenas. La Comunidad de Madrid dispone de un número de teléfono (917 010 788), que atiende a las víctimas de estos ataques. Este servicio cuenta con un equipo formado por psicólogos, trabajadores sociales y abogados.

La delegada del Gobierno, Concepción Dancausa, asegura que el trabajo que se está realizando ahora es concienciar a la gente para que denuncie: “No es extraño que crezcan las denuncias. Es más, yo me atrevería a decir que es bueno, porque no hay nada peor que exista ese delito y que la gente no se atreva a denunciar y que no los conozcamos. No podremos poner los medios suficientes”. Es similar a lo ocurrido con la violencia machista.

52 ATAQUES DESDE QUE COMENZÓ EL AÑO

La región ha vivido 52 agresiones en lo que va de año, según los datos recopilados por el colectivo Arcópoli, dedicado a la defensa del colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB).

La capital es donde más ataques se han producido (34). Distribuidos en su mayoría en el distrito de Centro (22 agresiones), seguido de Moncloa-Aravaca, con 5. Moratalaz (2), Fuencarral El Pardo, Hortaleza, Carabanchel, Tetuán y Villaverde completan la lista.

En los pueblos de la región, destacan Galapagar, Villanueva de la Cañada y San Sebastián de los Reyes, según el recuento de Arcópoli. En Internet también se han registrado delitosde odio y acoso.

La última agresión grave se produjo la madrugada del pasado sábado cuando dos amigos regresaban tras haber pasado la noche en Chueca. Tres hombres empezaron a llamarlos “maricones de mierda”. Después les lanzaron una lata de cerveza vacía, tras lo cual se abalanzaron sobre ellos y les pegaron patadas y puñetazos. A uno de los jóvenes, de 24 años, le diagnosticaron fractura doble del tabique nasal. Ambos sufrieron contusiones por todo el cuerpo. Su acompañante sufrió una crisis de ansiedad.

Justo 24 horas después, otra pareja fue atacada a la salida del metro de Tribunal. De nuevo, un grupo de jóvenes atacó a una pareja de hombres al grito de maricones. También recibieron golpes por el cuerpo. Pese a ser aconsejados por Arcópoli, decidieron no denunciar ante la policía. Prefieren olvidar el incidente.

MADRID: “Nos pegaron mientras nos decían ‘maricones de mierda”

La capital registra dos agresiones homófobas en menos de 24 horas. En una de ella resultó herida con fracturas dos chicos gais en Sol

 

La capital ha sufrido este fin de semana dos agresiones homófobas, según ha denunciado el Observatorio Madrileño contra LGTBfobia, impulsado por la asociación Arcópoli. En una de las agresiones, dos jóvenes, amigos y compañeros de piso, sufrieron una brutal paliza junto a la Puerta del Sol cuando regresaban de madrugada de haber estado en Chueca. “No pegaron patadas y puñetazos mientras no paraban de insultarnos y de decirnos maricones de mierda”, ha explicado una de las víctimas a EL PAÍS. Los agredidos, de 24 y 27 años, sufrieron una fractura por dos partes del tabique nasal, contusiones por el cuerpo y crisis de ansiedad a causa de lo ocurrido.

Los dos amigos, J. G., de 27 años, y R. V., de 24, caminaban por la calle de Postas, cuando tres hombres se empezaron a meter con su vestimenta. En concreto, uno de ellos llevaba una chaqueta de flores. Como no les hicieron caso y continuaron caminando, los agresores les empezaron a gritar “maricones de mierda”. Los amigos aceleraron el paso, pero los otros continuaron con los improperios. Uno de estos les lanzó una lata de cerveza llena, pero no les logró alcanzar. “Mi compañero de piso se dio la vuelta para ver qué estaba pasando, cuando se abalanzaron sobre nosotros y nos empezaron a pegar patadas y puñetazos”, recuerda R. V.

Los dos amigos intentaron refugiarse en una pizzería pero el encargado se los prohibió. Les dijo que no quería problemas, por lo que los agresores continuaron con sus golpes. “Dos de ellos nos sacaban más de la cabeza y eso que yo no soy bajo. Mido 1,75 metros. El más bajo les dijo que se fueran cuando vio que yo estaba sangrando por la nariz”, añade la víctima.

Uno de los testigos llamó a la policía al ver lo que estaba ocurriendo. Cuando llegaron los agentes, los autores ya no estaban. Al lugar acudieron rápidamente dos coches patrulla que pidieron a las víctimas una descripción de los agresores y la pasaron por la emisora policial.

Al poco, otro patrulla paró a un joven cuya descripción coincidía con la facilitada por las víctimas. Estas se montaron en un coche patrulla y los trasladaron para verlo. Lo identificaron sin ninguna duda. El supuesto autor quedó en libertad. “Como no sabían si las lesiones eran delito o falta, lo dejaron libre, pero está plenamente identificado”, explica R. V.

Los jóvenes agredidos se pusieron en contacto con Arcópoli, cuyos miembros les atendieron en el momento y acompañaron más tarde a uno de ellos a la Fundación Jiménez Díaz. Finalmente, más allá de las contusiones, la víctima sufrió dos fracturas faciales. Más tarde acudieron a interponer denunciar a la Comisaría de Moncloa, acompañados por voluntarios de Arcópoli.

Agresión en el metro de Tribunal

Unas 24 horas después, otra pareja sufrió una agresión similar en una de las salidas del metro de Tribunal, según ha confirmado Arcópoli. Un grupo de jóvenes atacó a dos jóvenes al grito de “maricones”. Las víctimas les dijeron que les dejaran en paz, pero de nada les sirvió. A uno de ellos le cogieron por el cuello y le empotraron contra la pared.

Los atacantes se marcharon a la carrera. En esta ocasión, los dos jóvenes no han querido denunciar, pese a las recomendaciones de Arcópoli.

Desde el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia —que reúne a varias asociaciones de la Comunidad— se ha trasladado la denuncia a la Fiscalía de Delitos de Odio de la Comunidad de Madrid, al Comisario de Delitos de Odio de la Comunidad de Madrid y el Delegado de Delitos de Odio de la Policía Municipal de Madrid. El coordinador de Arcópoli, Yago Blando, ha asegurado que esta agresión supone la número 52 registrada en la capital desde enero y exige un plan de choque para erradicar estas situaciones al Ayuntamiento de la capital.

“Esperamos que la alcaldesa acceda a reunirse con nosotros, ya que el 92 por ciento de los ataques han ocurrido en la ciudad de Madrid y el 53 por ciento en el distrito centro, en las inmediaciones del barrio de Chueca en su mayoría”, ha señalado.

Hollande renuncia a nombrar un embajador gay en el Vaticano

El presidente francés envía a Stefanini a la Unesco al no recibir el plácet del Papa tras divulgarse su condición de homosexual

Laurent Stefanini

Laurent Stefanini.

Francisco ha sido más testarudo que François. El Papa ha ganado el pulso diplomático entablado por Hollande. Francia no tendrá embajador gay en el Vaticano. Laurent Stefanini, el candidato abiertamente homosexual designado en enero de 2015 por el Elíseo, ha sido nombrado finalmente representante oficial de París ante la Unesco. La Santa Sede dio la callada por respuesta. Nunca otorgó el plácet a esta víctima colateral de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo por la izquierda gala que tanto escoció en la Curia romana. Al cabo de quince meses de silencio catedralicio, el poder socialista se ha rendido a la evidencia.

De 56 años, soltero y sin hijos, Stefanini era el jefe de protocolo de la Presidencia francesa. Católico practicante, ejerció de consejero para asuntos religiosos en el Quai de Orsay, el palacete que alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores. Entre 2001 y 2005 fue el número 2 de la Villa Bonaparte, sede de la embajada francesa en el Vaticano, donde dejó un grato recuerdo. Hasta fue condecorado con la orden de San Gregorio el Grande por el papa Juan Pablo II en persona. Bendecido por el cardenal Jean-Louis Vingt-Trois, arzobispo de París, parecía el aspirante idóneo cuando fue nombrado por el Consejo de Ministros el 5 de enero de 2015. «Es uno de nuestros mejores diplomáticos y reúne todas las cualidades requeridas para el puesto», pregonó Hollande.

Pero almas poco caritativas abrieron la puerta del armario a este homosexual notorio pero discreto. Ludovine de la Rochère, presidenta de ‘La Manifa para Todos’, hizo saber al nuncio apostólico en París que ese movimiento católico militante contra las bodas gay se oponía al nombramiento por su orientación sexual. El papa Francisco guardó silencio. En el Vaticano, el que calla no otorga. En el codificado lenguaje pontificio, la ausencia de respuesta equivale a negativa del necesario plácet.

El examen más difícil

Hace ahora un año, en abril de 2015, el Santo Padre recibió en discreta audiencia a Stefanini en la residencia de Santa Marta. La entrevista duró cerca de tres cuartos de hora. «Fue el examen oral más difícil de mi vida», confió el candidato a un amigo. A iniciativa de Francisco, los dos hombres rezaron juntos, revela el periodista francés Vincent Jauvert en el libro ‘La cara oculta del Quai de Orsay’. Luego el Papa le dijo que iba a seguir reflexionando. «Confiemos en San Antonio», añadió. El santo de devoción casamentera no obró el milagro con el apóstol del matrimonio homosexual. Según el semanario ‘Le Canard Enchaîné’, el Sumo Pontífice le explicó que no tenía nada en su contra pero que «no había apreciado ni las bodas para todos ni los métodos del Elíseo que intentó forzarle la mano».

Stefanini ha sido nombrado embajador de Francia en la Unesco, con sede en París. La embajada francesa en el Vaticano sigue vacante desde el 1 de marzo de 2014. La representación es ejercida en funciones por François-Xavier Tillette, segundo consejero en la Villa Bonaparte. La difícil misión le ha valido ser distinguido como caballero de la Legión de Honor en la promoción del 1 de enero de 2016.

El Elíseo no ha difundido el nombre del nuevo aspirante a embajador en la Santa Sede. Según el diario ‘Le Figaro’, el elegido es Philippe Zeller, con experiencia en Canadá, Marruecos, Hungría, Indonesia y Timor Oriental. Tiene 63 años, está casado, es padre de dos hijos y abuelo de un nieto. Y heterosexual. Un candidato como Dios manda.

 

Hollande pierde su pulso al Vaticano por el rechazo a un embajador gay

París retira a su nominado para la Santa Sede tras 15 meses de tenso silencio del Papa

Laurent Stefanini, el pasado 10 de abril, en el Elíseo

Laurent Stefanini, el pasado 10 de abril, en el Elíseo. Alain Jocard AFP

Las declaraciones de respeto a los homosexuales por parte del papa Francisco han sido claves para forjar su imagen de apertura y reformismo en la Curia romana, pero los hechos van por otro lado. El presidente francés, François Hollande, ha tenido que retirar su propuesta de nombrar a Laurent Stefanini embajador ante el Vaticano, que con su silencio durante 15 meses ha dejado claro a gritos que no le da su plácet porque es gay. Rechazado en Roma, Stefanini será a partir del próximo 25 el nuevo embajador de Francia en la Unesco.

Stefanini, de 56 años, era el candidato que, sobre el papel, tenía todas las cualidades para ser un perfecto embajador ante el papa Francisco. Formado en la Escuela Nacional de Administración, donde estudian las élites francesas, este católico practicante se encargó de los asuntos religiosos en el Ministerio de Exteriores y luego fue número dos en la embajada de Francia en el Vaticano entre 2001 y 2005, cuando fue condecorado con la orden de San Gregorio el Grande, una de las más altas distinciones papales. Después, ha sido jefe de protocolo en el Elíseo con los presidentes Nicolas Sarkozy y Hollande.

En enero del año pasado, París hizo pública su nominación. Mientras se esperaba el plácet vaticano, se publicó que era gay, a la vez que se recordaban algunas declaraciones del actual Pontífice. “¿Quién soy yo para juzgar a un homosexual que busca al Señor con buena voluntad?”, había dicho en 2013. Pero las semanas transcurrían sin respuesta a París por parte del Vaticano, donde sí se estaba juzgando la idoneidad de Stefanini.

Pasados tres meses, el silencio vaticano ya se había convertido en un embrollo. El portavoz del gobierno francés, Stéphane Le Foll, explicó en abril la doctrina oficial al respecto tantas veces repetida estos meses: “Esa sigue siendo la propuesta francesa. El Gobierno cree que es el mejor candidato”.

En junio, Stefanini fue llamado a Roma para un encuentro personal con el Papa. Nada trascendió de la entrevista, salvo que el pulso continuaba. En contra del plácet, la condición sexual del candidato y la ley de matrimonio homosexual de Hollande, calificada en su día de “derrota para la humanidad” por el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin. Roma no movía ficha pese a que intercedieron a favor de Stefanini dos significados prelados católicos: el cardenal camarlengo Jean-Louis Touran, el más alto cargo francés en la Santa Sede, y el obispo auxiliar de París, André Vingt-Trois.

Pasados 15 meses de soterrada batalla, el Elíseo ha tirado la toalla ante la Santa Sede. Hollande acaba de nombrar a Stefanini para la Unesco a propuesta oficial de su jefe de Gobierno y del ministro de Exteriores. El rodillo vaticano no tenía el más mínimo indicio de ceder.

La historia se repite y Hollande conocía el precedente. En 2007, Sarkozy designó candidato a embajador ante el Vaticano a Jean-Loup Kuhn-Delforge. La Santa Sede lo rechazó tras un año de silencio por ser gay. El supuesto argumento del rechazo era que el aspirante tenía una pareja estable y que ambos aparecían juntos en los actos oficiales. Esta vez no valía ni eso. Stefanini es soltero.

Pese a semejante golpe, el Gobierno francés ha preferido hasta ahora guardar también silencio. Ni siquiera ha querido difundir el nombre del nuevo aspirante al puesto vaticano, vacío ya hace más de un año, aunque Exteriores niega que sea por temor a un nuevo rechazo.

Condenan a Colombia por negar pensión a una pareja del mismo sexo

La Corte Interamericana de Derechos Humanos le ordena al Estado indemnizar a un hombre discriminado por su orientación sexual

La semana pasada, la Corte Constitucional reconoció el derecho al matrimonio en parejas del mismo sexo

La semana pasada, la Corte Constitucional reconoció el derecho al matrimonio en parejas del mismo sexo. Mauricio Dueñas/Colombia Diversa

Crecí con dos madres y así ha sido mi infancia

En mi familia nunca me faltó el afecto, pero la sociedad está lejos de normalizar una situación como la mía

adolescente con dos madres

Uno de mis primeros recuerdos se remonta a una de las casas de acogida en la que viví hasta los cinco años. Me dijeron: “Tus padres de adopción vendrán a por ti dentro de quince días”. Llegó el día y yo, ansioso, pasé todo el día asomado a la ventana, esperándolos.

Pero ese día no pudieron recogerme y me llevé un chasco. Mis compañeros en la casa de acogida, al verme llorar, quisieron calmarme, pero un cuidador se lo impidió: “Dejad que llore, no le consoléis”.

Por suerte, aunque mis padres de adopción no pudieron recogerme el día acordado, lo hicieron unos días más tarde y finalmente me trajeron desde Brasil, mi país de nacimiento, hasta España.

Durante mis tres primeros años en España viví con mi padre y con mi madre. Pero ellos se separaron y empecé a vivir con mi madre y su nueva pareja: una de sus amigas de la infancia.

A los ocho años, pues, ya estaban sentadas dos situaciones que determinarían mis años siguientes: mi condición de adoptado y mi crecimiento en el seno de una familia homoparental.

Y os voy a adelantar una cosa: ahora, con 18 años, puedo afirmar que en ningún momento me faltó afecto en mi familia. Si atravesé problemas, que los tuve, se derivaron de la falta de normalización por parte de la sociedad de mis situaciones personales.

Últimamente he acudido a algunos encuentros de niños adoptados. En ellos he encontrado una comprensión que jamás había sentido antes. La adopción, por lo general, suele tener unas connotaciones negativas, se bromea con ella, y aunque parezca algo inocente, eso es algo que deberíamos evitar.

Cuando hablo con niños adoptados, por ejemplo, les digo que Supermán y Batman -aunque ahora el cine los haya puesto a pelear- fueron adoptados, y que eso nos emparenta con los superhéroes.

La adopción a veces también se asocia con algunas dificultades relacionadas con el apego, en parte debidas a la deshumanización en los centros de acogida. Ya he hablado de eso al referirme a la crueldad de uno de mis cuidadores: aunque no seamos conscientes, si somos crueles con los demás, podemos causarnos un daño duradero. Deberíamos tratar a las personas con respeto y construir entornos más humanos.

Foto de infancia con una de mis madres

Foto de infancia con una de mis madres

Y creo que las familias homoparentales están aún menos normalizadas. En la comunicación social predomina, casi sin competencia, la imagen de la familia compuesta por un padre y una madre. Y mejor ni hablemos de los libros escolares, donde falta mucho camino para adaptar el material escolar a las nuevas realidades familiares.

La inexistencia de otros modelos de familia hace que los niños de familias homoparentales crezcan preguntándose: ¿Qué le pasa a mi familia?

Reconozco que en el colegio nadie me hostigó por tener dos madres. Eso sí, reinaba un silencio que tampoco era muy natural. Hasta los profesores parecían incómodos con el asunto, como si afrontaran algo impronunciable.

Esto me condujo a que, durante un tiempo, fuera contando que yo vivía con mi madre y con mi tía. Nadie me obligaba a hacerlo, pero no es fácil lidiar con esa situación: los chavales, al fin y al cabo, lo que más quieren es ser aceptados y no salirse de la norma.

Pero conforme más tratas de ocultarlo, más explicaciones estás obligado a dar. Ese ocultamiento es una sensación horrible, que genera mucha ira y mucha ansiedad. Se forma una bola en tu interior, un revoltijo que te lleva a vivir etapas verdaderamente complicadas, como cuando empecé a destrozar objetos en casa, para desesperación de mis madres.

Sencillamente, no tenía las herramientas para manejar mi situación y carecía del valor necesario para hablarlo abiertamente con mis madres.

Pero todo cambió cuando, en uno de los encuentros para niños adoptados -también voy a otros organizados por asociaciones de familias homoparentales-, una chica pronunció una frase que me sacudió: “¿A qué tienes tanto miedo?”.

Efectivamente, ¿por qué me daba miedo que la gente supiera que soy adoptado y que tengo dos madres? Le prometí que empezaría a contárselo a la gente. Y lo celebro, porque la primera reacción no pudo ser más divertida.

A finales del año pasado se lo confesé a mi mejor amigo -¡incuso se lo había ocultado a él!-, y me respondió entre carcajadas: “¿Acaso te crees que no lo sabía? ¡Pero si llevo años visitando tu casa!”. Yo también me reí y la liberación fue tremenda.

A partir de entonces se lo he ido contando a mis amigos más cercanos, más o menos con las siguientes palabras: “Mira, en los últimos años te he mentido. Lo siento mucho y confío en que comprendas que se debía a esto y aquello”. Siempre he encontrado apoyo.

Desde entonces, mis ataques de rabia se han disipado y me siento más seguro entre la gente. Es más, mis relaciones sentimentales también han crecido mucho: ya no arrastro mis problemas hacia aquellas personas que me quieren, como hacía antes, cuando mis secretos lo empañaban todo.

Y, por si alguien se lo pregunta, no tengo ningún problema con mi identidad sexual. De hecho, haber crecido con dos madres me ha beneficiado, porque, al contrario que mucha gente, he asumido que la homosexualidad es tan natural como cualquier otra opción.

Los problemas de los niños adoptados -esos pequeños superhéroes- y de los hijos de familias homoparentales no siempre son similares, al final dependen de cada uno, pero a partir de ahora haré lo posible para que no atraviesen los mismos problemas que yo.

Y, por supuesto, me gustaría que la sociedad les pusiera las cosas más fáciles: que visibilizara todas las opciones y que las asumiera con madurez. En resumen, que todos facilitáramos las cosas a unos niños que carecen de las herramientas para plantar cara a una sociedad que sutilmente nos encorseta y nos hace sentir miedo.

Texto redactado por Álvaro Llorca a partir de entrevistas con Claudio P.

Voces contra la homofobia marroquí

El pequeño colectivo clandestino Aswat (Voces) lucha contra el acoso y la discriminación

Familiares y amigos de los agresores de un joven gay se manifiestan durante el juicio, el pasado 4 de abril en Beni Melal

Familiares y amigos de los agresores de un joven gay se manifiestan durante el juicio, el pasado 4 de abril en Beni Melal. Fátima Zohra Bouaziz EFE

Pongamos que él se llama Hasán y ella Zora. No quieren dar sus verdaderos nombres, ni siquiera aparecer de espaldas en una foto. La razón de tantas prevenciones es el artículo 489 del Código Penal, que prevé en Marruecos penas que de hasta tres años de cárcel, como sucede en Túnez y Argelia. Zora tiene 31 años y disfruta de trabajo estable. Solo se atrevió hace tres años a hablarle a su madre con franqueza.“Intenté usar palabras vagas. Le confesé que yo me sentía distinta de las otras mujeres. Y después de un rato le pregunté: ‘¿Me aceptas como soy?’ Me dijo que no. Pero yo creo que fue la reacción del momento, el susto. Después hemos seguido con nuestra relación igual que antes. Pero sin mencionar nunca mi orientación sexual, sin que me haya vuelto a preguntar sobre el tema. Eso es muy típico de Marruecos. Es el país de la contradicción y de la hipocresía”.

El 9 de marzo cinco hombres entraron en la casa de un homosexual que yacía en la cama con su pareja en la ciudad de Beni Melal. Los golpearon, los insultaron y los sacaron desnudos a la calle mientras filmaban la escena con un teléfono y la difundían dos semanas después en Internet. En un primer juicio, una de las víctimas fue sentenciada a cuatro meses de cárcel mientras los agresores escapaban en libertad condicional. El caso trascendió escandalizó a los medios marroquíes más progresistas y trascendió las fronteras del país. Pero esta semana, en una segunda vista, los jueces determinaron que las víctimas sean condenadas con 3 y 4 meses de prisión condicional, con lo cual no irán a la cárcel, mientras que dos de los agresores estarán presos durante medio año. En Beni Melal, un municipio de 163.000 habitantes, a unas tres horas en coche desde Rabat, ya se han celebrado varias manifestaciones en contra de los dos homosexuales y a favor de sus agresores.

El entorno en el que Hasán y Zora viven se puede resumir con la mención de cuatro casos recientes: en junio fueron detenidos en Rabat dos hombres “en flagrante delito” de homosexualidad, según la ficha policial. Sus nombres y domicilios fueron difundidos por un canal público de televisión, lo cual provocó que se organizaran sendas manifestaciones frente a sus domicilios. En julio del año pasado una turba apaleó y desnudó en Fez a un supuesto travesti. En septiembre también golpearon y desnudaron a un joven de 17 años en Casablanca. En ambos casos fueron difundidos los vídeos en Internet y arrestados algunos de los agresores.

Hasán tiene 26 años y mantiene una relación estable con un hombre. Pero su familia y su entorno no lo saben. O al menos, él no les dice nada. “A mí nunca me han golpeado. Pero la homosexualidad aquí es un estigma social, un pecado y un crimen. Son tres razones poderosas para no hablar”, explica. Desde pequeño supo que era distinto de la mayoría de sus amigos. “Pero no sabía en qué consistía esa diferencia. No conocía tampoco el concepto de homosexualidad. Y a los 18 años supe que esa era mi identidad. Descubrí también que no soy ningún enfermo mental ni un pervertido y lo acepté”.

Las veces que ha ligado han sido casi siempre por Internet. “Con un desconocido jamás me atrevería en la calle. Es muy peligroso”. Zora y Hasán pertenecen al colectivo clandestino Aswat (voces), que lucha contra la discriminación sexual. Les gustaría decir que lo integran mil personas, pero en realidad son apenas 15, sin ninguna jerarquía entre ellos. No obstante, sus mensajes llegan cada vez más lejos.

Aseguran que vivir junto a sus parejas en un piso es relativamente fácil, siempre y cuando mantengan las apariencias ante el exterior. “Todo en Marruecos gira en torno a las apariencias”, explica Zora. “Si alguien en la calle te ve algo raro se siente legitimado para llamar a tus padres o incluso a la policía. En un bar de Casablanca estaba con mi exnovia a punto de besarnos y el dueño del local nos echó. Enfrente había una pareja heterosexual besándose y le pregunté que por qué ellos podían y nosotras no. Me dijo que este es un país musulmán y con ellos no pasaba nada”.

Zora vivió tres años con su exnovia en Rabat y no sufrió grandes problemas. “Los únicos percances vinieron por nuestra militancia. Las dos pertenecemos al colectivo Aswat. Así que cuando el año pasado hubo detenciones de homosexuales y el colectivo se movilizó un policía se dedicó a vigilar nuestra casa”.

Tanto Zora como Hasán afirman que quienes más sufren en esta sociedad son las personas transgénero. “Ellas no pueden fingir como lo hacemos nosotros. Un miembro de nuestra organización aprovechó un día que caminaba por una calle vacía para andar tal cual es realmente y tal como se siente en su interior. Pero alguien lo vio y comenzó a apedrearlo. Y a él solo le quedó la opción de salir corriendo”.

Zora y Hasán no sueñan con irse de Marruecos. “Yo solo quiero despertarme una mañana y no tener miedo a expresarme”, dice Zora. “Estoy cansada de una sociedad que persigue a los diferentes. Mi deseo es que desaparezca el artículo 489 del código penal, el que castiga la homosexualidad”.

Ni el Gobierno ni la oposición pretenden reformar ese artículo. Zora y Hasán asumen que aún queda bastante tiempo para alcanzar sus sueños, pero creen que ya se ha avanzado mucho en los últimos años. “Al menos hemos llevado el debate a la sociedad. Antes ni siquiera se hablaba de esto”, aclara Hasán. “Nos hemos dado a conocer dentro y fuera del país”, añade Zora, “y ahora sería muy difícil para el Estado cortar nuestro trabajo de golpe”.

Un tribunal chino niega el derecho a casarse a una pareja homosexual

Pese al fallo en contra, la comunidad gay considera “un gran avance” que el tribunal aceptara ver el caso

Sun Wenlin (derecha) y su pareja, Hu Mingliang, en su casa, el 12 de abril. Gerry Shih AP

Sun Wenlin (derecha) y su pareja, Hu Mingliang, en su casa, el 12 de abril. Gerry Shih AP

Un tribunal chino ha denegado este miércoles la autorización a una pareja homosexual para registrarse legalmente como matrimonio. Pese al fallo en contra, tanto la pareja como la comunidad gay en China —que acudió en gran número al tribunal de la ciudad de Changsha (sur del país) para expresar su apoyo a los demandantes—, ha considerado un “gran avance” el hecho de que por primera vez una corte en el país haya aceptado tramitar un caso relacionado con el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La decisión del tribunal de Changsha, la capital de la provincia sureña de Hunan, llegó apenas unas pocas horas después de comenzada la vista sobre el pleito que Sun Wenbin, de 26 años, y Hu Minglian, de 36, habían interpuesto contra la Oficina de Asuntos Civiles municipal por negarles el permiso de inscribirse en el registro matrimonial. El abogado de la pareja, Shi Fulong, piensa apelar el caso.

Aunque la homosexualidad no es ilegal en China y la sociedad es cada vez más tolerante —especialmente entre las generaciones más jóvenes—, las parejas gais carecen aún de reconocimiento legal y derechos. Y en una sociedad confuciana, donde estar casado y tener hijos está considerado una obligación hacia los antepasados, el matrimonio entre dos personas del mismo sexo parece aún una aspiración muy distante.

“Decidimos acudir a los tribunales para obligar a la Oficina a escucharnos”, explicó Sun a este periódico vía telefónica. “Queremos reivindicar nuestro derecho a casarnos”. Sun presentó la demanda el pasado diciembre, después de que el departamento municipal negara el permiso de registro y cuando la pareja ya llevaba año y medio junta. Según cuenta, no recibió ninguna explicación válida sobre las razones para la denegación, solo un rechazo verbal con el argumento de que el matrimonio solo es válido entre un hombre y una mujer. “Pero nuestras leyes dicen que no debe haber discriminación”. Volvió en varias ocasiones para intentar presentar una reclamación, “hasta que ya no me querían ni ver por allí”.

“Al principio el tribunal no quería aceptar el caso, pero entregamos toda la documentación pertinente. Nuestra historia se publicó en la prensa china y ya no tuvieron otro remedio que aceptarlo a trámite este enero”, contaba previamente a la vista judicial.

Según detalla, había recibido presiones de la Policía para que retirara la demanda. “Vinieron tres de ellos a casa”, explica, “me argumentaban que debo tener hijos, pasar el testigo a la siguiente generación. Insistían en que estaban haciendo su trabajo. Pero no deberían estar perdiendo el tiempo con esto, deberían estar haciendo otra cosa, su trabajo es velar por nuestra seguridad”.

La pareja decidió seguir adelante pese a las presiones. Habían participado ya en actividades para la reclamación de derechos de la comunidad gay y pensaban que ya “ha llegado el momento de conseguir resultados”. La sociedad es cada vez más flexible, explica, pero “para muchas personas ser gay es aún una palabra abstracta, un concepto difuso. Si conseguimos casarnos, hacemos más visible nuestra causa, lo centramos en algo concreto”.

A lo largo de los últimos dos años, la comunidad gay —de la que acudieron varios centenares de personas a expresar su apoyo a la pareja en la vista judicial de este miércoles— ha recurrido cada vez con mayor frecuencia a presentar casos de gran impacto ante los tribunales para presionar en favor de sus derechos.

El año pasado, el director de documentales Fan Popo interpuso una demanda para exigir que los grandes portales de Internet le explicaran por qué habían bloqueado repentinamente su película “Mama Rainbow”, después de dos años de estar disponible en la Red sin problemas. Y la estudiante Chen Qiuyan logró que un tribunal escuchara sus quejas contra los libros de texto de su Universidad, que describían la homosexualidad como una “enfermedad”. Un año antes, Peng Yanzi, de 30 años, había conseguido que otra corte declarara ilegales las clínicas que aseguraban “curar” la atracción por el mismo sexo.