La guerra de los ultracatólicos contra un “Disney de gays y lesbianas”

La organización HazteOír.org reúne firmas para que la secuela de Frozen no tenga una protagonista lesbiana 

Elsa, la posible primera princesa lesbiana de Disney

Elsa, la posible primera princesa lesbiana de Disney

“La factoría Disney se está plegando a las presiones de los grupos LGTB para que homosexualice sus películas, y Frozen está a punto de ser la primera”. Así se inicia el texto que argumenta las razones para recoger firmas en contra de la supuesta homosexualización de la factoría Disney iniciado porHazteOír.org.

Según los impulsores de la petición, se trata de pedir al presidente de Disney España, Simón Amselem, y al CEO de The Walt Disney Company, Bob Iger, que “no se rindan a las presiones y sigan promoviendo los valores universales que distinguen a sus películas”. Para ellos, ambos se han plegado a las peticiones de lo que llaman lobbys LGTB y han cedido a su voluntad de “imponer una ideología de género”.

“No podemos dejar que el lobby de la ideología de género destruya la gran fábrica de sueños infantiles” afirman los impulsores a pesar de que Disney no se ha pronunciado al respecto. Una campaña que ya ha conseguido 28.441 firmas desde que se pusiese en marcha el pasado 9 de mayo.

Los organizadores pretenden responder así a la campaña#GiveElsaAGirlFriend que colectivos LGTB llevaron a cabo en Twitter para que Elsa, la princesa de Frozen, fuese la primera protagonista lesbiana de la historia de la factoría. Ellos han iniciado su contracampaña en la red social con el hashtag #CharmingPrinceForElsa.

“El lobby homosexual no busca la aceptación. Ya la tienen. Busca imponer su ideología. Nuestros hijos no estarán bien educados hasta que la dosis homosexualista corrija la patología de la familia universal que, por qué será, no acaba de rendirse a sus dictados. Ésta es su guerra: acosarla”, asegura el promotor de la iniciativa, Antonio Velázquez.

HazteOír.org es una plataforma de recogida de firmas que ha abanderado campañas en contra del aborto, la pluralidad lingüística en España o contra los fondos públicos para combatir la violencia machista. Peticiones que, en su mayoría, no van a más, pero que dan cabida a corrientes de opinión homófobas y abiertamente ultracatólicas.

En esta ocasión acuden al mainstream Disney para llevar a cabo lo que consideran una “batalla contra la dictadura de género” y para que el director de Disney “no ceda al empuje LGTB”.

“Soy estudiante, waterpolista olímpico y gay. Y no pasa nada”

El waterpolista español Víctor Gutiérrez.

El waterpolista español Víctor Gutiérrez.

Víctor Gutiérrez (Madrid, 1991) lleva todo el día de entrevista en entrevista. Este estudiante de Periodismo, también considerado uno de los mejores boyas de España, se coloca esta vez al otro lado. Y no es para hablar sobre su próxima partida a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro como jugador del equipo español de waterpolo. Coge el teléfono y cuenta pausado cómo se gestiona eso de aparecer en todos los medios tras hacer pública su homosexualidad. Es el segundo deportista del país que lo ha hecho. La semana pasada fue el patinador Javier Raya. Se dice un “poco abrumado”, pero no se le nota nada.

¿Por qué decides que ahora es el momento?

Se han juntado varias cosas. Por un lado, las agresiones homófobas que se están denunciando. Por otro, la falta de referentes que seguimos teniendo los deportistas homosexuales. Estoy en un momento en el que tengo los pilares de mi vida muy bien asentados: la familia, los amigos, mi equipo… Y me he visto con la responsabilidad de dar un paso adelante y decir: este soy yo, soy estudiante, deportista, gay y no hay ningún tipo de problema. Llevaba pensando bastante tiempo en hacerlo público, pero no me veía con la madurez ni deportiva ni personal suficiente, a pesar de que nunca nadie me ha juzgado por mi condición sexual, sino por mi rendimiento. Y eso es lo que quería compartir con la gente.

¿Es más difícil vivir tu condición sexual con libertad siendo futbolista que waterpolista?

Sí, el fútbol es otra dimensión. Si eres deportista de un deporte minoritario, el foco mediático que tienes encima es menor. Si yo me tengo que enfrentar a algún tipo de comentario homófobo en un partido de waterpolo, en la piscina no hay más de 500 personas. En un campo puede haber 40.000. Es verdad que los homófobos son una minoría, pero hacen mucho ruido. Además, en el fútbol no solo hay deporte, hay negocio, otros intereses y otras cosas que no sabemos que dificultan todo esto. No obstante, quiero dejar claro que me parece igual de respetable aquel que decide no hacerlo público. Que cada uno viva su vida como quiera.

¿Que un árbitro gay haya dejado la profesión hostigado por la homofobia engorda el miedo de los deportistas homosexuales?

Su situación es muy complicada. Entiendo que la presión haya podido con él y entiendo que haya decidido terminar con su carrera. Es muy triste, pero es la realidad. También creo que su experiencia, a pesar de que es negativa, va a servir como lección. Esto no puede volver a ocurrir. También viendo estas cosas me sentía un poco en la obligación de compartir lo que me ha pasado a mí.

¿Te ha sobrepasado la reacción mediática?

Era consciente de que iba a tener bastante repercusión. El reportaje con Shangay –la revista donde habló por primera vez de su condición sexual– lo tenía cerrado desde hace un mes y justo hace una semana Javier Raya hizo pública su homosexualidad también. No es un tema de ser el primero, sino de ser uno más. Esperaba repercusión, aunque yo que no estoy acostumbrado y me abruma un poco. Pero muy contento de que la gente se implique con el tema y se preocupe. En general, todos los mensajes son de ánimo, apoyo y cariño. No me arrepiento en absoluto de la decisión que he tomado.

¿Has recibido algún mensaje negativo?

Todo lo que he leído en mis redes sociales ha sido positivo, pero es cierto que en los comentarios de algunos diarios que se han hecho eco de la noticia me han acusado de utilizar esto ahora que vienen los Juegos Olímpicos. Yo lo he hecho ahora porque así lo he sentido oportuno y no hay ningún tipo de interés más.

En tu trayectoria profesional, ¿te han dirigido comentarios homófobos?

No, de hecho el mensaje que quería compartir el de que a mí siempre me han valorado por mi rendimiento deportivo. No he sido abanderado de nada, pero tampoco me he escondido. El waterpolo es una familia muy pequeña, nos conocemos todos y convives con las mismas personas muchas horas al día. A mis compañeros de equipo sí se lo he dicho, pero al resto no. Porque no ha hecho falta, tampoco tengo que dar explicaciones. Lejos de sentir rechazo, siempre he sentido respeto y tolerancia. Siempre he hecho lo que he querido y me he movido como he querido. El mundo del deporte es homófobo, pero mi experiencia es tan positiva que me sentía en la obligación de compartirla para que se vea que al final la gente te valora por el tipo de persona que eres y no por tu condición sexual.

¿Has hablado con el seleccionador después de la entrevista?

No, con la selección no he hablado. En la entrevista que he dado no hablo de mi equipo ni de la selección, cuento mi experiencia personal con el deporte. No me he tenido que sentar con nadie porque no estoy hablando de nadie que no sea yo. Además, nunca me he sentido presionado para ocultar mi condición sexual por nadie.

¿La homofobia es menor en el deporte femenino?

Sí, es posible, porque también es menos visible. Al deporte femenino se le da menos cobertura. Si te dedicas a un deporte minoritario y eres mujer, la cobertura es nula; aparte de la infravaloración, manifiesta con sueldos más bajos, por ejemplo. En general, el mundo del deporte es muy machista, también por los roles de género asociados a los deportistas y a las deportistas.

Un juez sobre los menores transexuales: negar el cambio registral de sexo es “negarles llevar una vida plena y libre”

David, en el paseo marítimo de Cádiz

David, en el paseo marítimo de Cádiz | Foto cedida por la familia

Un juzgado de Algeciras ha reconocido, por primera vez en Andalucía, el derecho de un menor transexual a cambiar la mención registral de su sexo. David será para todos David, también para la administración, que expedirá su título de bachillerato con su nombre. El juez, que firmó el auto el pasado 12 de mayo, hace el siguiente razonamiento: “Negar lo solicitado por el menor y sus padres sería equiparable a negar la realidad del menor sentida y aceptada por él mismo, su familia y su entorno educativo”.

Nunca hasta ahora, según las asociaciones de transexuales, se había reconocido a los menores transexuales andaluces el derecho a cambiar en el Registro Civil no sólo su nombre, sino también la mención a su sexo. El auto del juez encargado del Registro Civil de Algeciras, al que ha tenido acceso eldiario.es/Andalucía, recoge que “negar a estos menores el derecho a que se les reconozca su verdadera identidad sexual, sin dudas ni ambages, es tanto como negarles llevar una vida plena y libre, sin que se vean obligados a afrontar situaciones que puedan menoscabar su dignidad personal”.

El hecho de que en el DNI se haga mención al sexo no sentido lleva a situaciones “cuando menos incoherentes”, según el juez. Por eso negar la solicitud de David equivaldría a “negar la realidad del menor”, aceptada por él y por todos. “Realidad a la que las instituciones no pueden dar la espalda conduciendo al menor a una situación injusta e indeseable”, concluye.

En conversación con este medio Isabel, la madre de David, insiste en que la resolución es “un descanso” porque ve que su sufrimiento se acaba: “No quería entrar a una discoteca porque le pedían el DNI. Y ves la cara que pone cuando va al médico…”. Los padres de estos chicos relatan a veces episodios de incomprensión con quienes no se creen que esa persona, de la que el DNI asegura que es una chica, parece y es, en realidad, un chico. O al contrario. Pasa con frecuencia, por ejemplo, en la compra de billetes para el transporte público.

Será David en su título de bachillerato

“Cuando lo vi crecer yo no lo veía femenina, no le gustaba ponerse falda, ni quitarme el pintalabios. Pedía regalos que la sociedad asigna a los chicos. Ahora entiendo muchas cosas”, relata Isabel. David dijo a su madre que era un chico hace catorce meses. Antes lo había contado a sus amigos, a quienes había pedido que le llamaran así.

El “tránsito social”, el paso de chica a chico en el instituto, lo hicieron en la primavera de 2015, con la ayuda de una orientadora que resultó estar especializada en este tema, y que ahora trata de dar visibilidad a los menores transexuales con un cuento infantil financiado en Verkami. “A la gente que veo de tarde en tarde no le daba explicaciones. Yo no tengo que explicar de mi hijo: es un chico, y punto. Quizá a la gente más mayor le cuesta más entenderlo”, explica su madre. A la vuelta de las vacaciones de Semana Santa empezó a entrar en el baño de chicos y a aparecer en las listas como David.

En agosto David empezó la hormonación. Sin embargo, para el Estado seguía siendo una chica y en el título de bachillerato debía aparecer con su antiguo nombre. Esto puso en marcha a la familia, que empezó a recoger documentación en noviembre y en abril entregó al juez toda una batería de papeles de todo tipo para demostrar lo que parecía a la vista: David es David. Informes del endocrino y del centro donde ha recibido tratamiento hormonal, informes psicológicos, las actas del “tránsito social” en el instituto, los informes de adaptación, la ficha del joven en el sistema Séneca de la Junta de Andalucía, fotos con familia y amigos y hasta las notas.

La resolución se esperaba desde hace un par de semanas, pero no fue entregada a la familia hasta el miércoles. El muchacho recibió el anuncio de que la petición iniciada en abril sería aceptada el día que cumplió 17 años. Isabel cree que el caso abre una puerta a otras familias en situación similar y puede contribuir a derribar barreras jurídicas y prejuicios. En Málaga, por ejemplo, Alexa es Alexa para todos menos en el DNI. Su familia lleva meses luchando por que el Registro Civil de Torremolinos reconozca su nuevo nombre. “Antes esto se tapaba. Pero ha existido desde que el mundo es mundo”, dice Isabel.

Los motivos del cambio de criterio

El fiscal puede recurrir, pero la madre asegura que ha obtenido el compromiso de que eso no ocurrirá. La cuestión está siendo objeto de una evolución jurisprudencial en el Estado y la resolución es pionera en Andalucía. El auto se apoya en un precedente de la Audiencia Provincial de Valencia, que interpreta que la ley que regula el cambio de la mención registral del sexo no debe interpretarse como excluyente de los menores de edad, “pues no se podría entender semejante trato discriminatorio”. El juez de Algeciras dice compartir “plenamente” el razonamiento.

La resolución incluye un insólito (por lo inusual y lo honesto) párrafo para motivar el cambio de criterio: “En autos anteriores mantuve la postura de autorizar el cambio de nombre y denegar el cambio de sexo al pensar, erróneamente, que los problemas cotidianos que tenían que afrontar estos menores se solucionaban con el cambio de nombre en el Registro Civil. Y lo que es más importante, por su uso cotidiano en el DNI. No ha sido así en la práctica”.

Bolivia aprueba una ley que permite a los transexuales el cambio de género y nombre

Promulgan en Bolivia una ley que permite a los transexuales el cambio de género y nombre

Promulgan en Bolivia una ley que permite a los transexuales el cambio de género y nombre

El Gobierno boliviano promulgó este sábado la ley de Identidad de Género que permitirá a las personas transexuales y transgénero cambiar el nombre y género en sus documentos de identificación legal.

La norma fue firmada por el vicepresidente Álvaro García Linera, que ejerce la Presidencia interina del país por el viaje de Evo Morales a Cuba, en un acto al que asistieron parlamentarios y representantes de colectivos de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales (GLBT).

García Linera aseguró sentirse “contento” de firmar la norma que, según dijo, “a partir de hoy les da vida social” a las personas transgénero y transexuales.

“Ustedes existieron y existirán, pero por primera vez el Estado garantiza su reconocimiento social como personas con derechos, independientemente de su identidad de género”, sostuvo.

Admitió que no será “fácil ni rápido el reconocimiento en el propio Estado” por los “prejuicios” que prevalecen en sus estructuras, por lo que recomendó a los beneficiados por la ley que “reeduquen” a los empleados estatales y les enseñen sus derechos.

La norma promulgada hoy fue impulsada por colectivos LGTB con el respaldo del Ministerio de Justicia y el partido oficialista.

La ley cuenta con once artículos y permite a personas transexuales (que se han recurrido a alguna operación quirúrgica para adecuar su sexo a su género) y transgénero (sin intervenciones) mayores de 18 años hacer el cambio de nombre y género en sus documentos personales.

Uno de los artículos establece que “el cambio de nombre propio, dato de sexo e imagen será reversible por una sola vez, luego de lo cual no podrán modificarse nuevamente estos datos”, según información difundida por el Senado. El trámite será confidencial y se debe llevar adelante ante el Servicio de Registro Cívico (Sereci).

Una vez aprobado el cambio de identidad, el Sereci deberá notificar a todas las instituciones que corresponda, incluidos el Servicio de Identificación Personal, la Dirección de Migración, las cajas de salud pública y el Registro Judicial de Antecedentes Penales, entre otros.

La norma prohíbe el uso de los documentos personales anteriores al cambio de identidad, salvo en caso de sentencias o procesos judiciales o administrativos.

También se estableció un plazo de tres meses a partir de la promulgación de la ley para que las instituciones públicas y privadas donde se consignen datos de identidad adecúen sus normas y procedimientos internos.

“Tuve que ocultar que soy portador de VIH para poder firmar una hipoteca”

El Sida ha causado 15.000 muertes en El Salvador pero avanza la prevención, dice la OPS

El Sida ha causado 15.000 muertes en El Salvador pero avanza la prevención, dice la OPS EFE

Ocultar que tienen VIH para poder acceder a una hipoteca. A esa estrategia han recurrido durante años las personas que son seropositivas para poder suscribir un seguro de vida, ya que este contrato les abre o cierra las puertas para conseguir, por ejemplo, un préstamo hipotecario.

Aunque por ley no es obligatorio tener un seguro de vida, es una condición que ponen muchos bancos al querer comprar una casa como garantía de pago en caso de invalidez o fallecimiento. “En 1997 declaré que no estaba infectado para poder suscribir el seguro de vida que me pedían para una hipoteca. Veinte años después poco ha cambiado, el mes pasado en Murcia me desalentaron a la hora de contratar un seguro de decesos porque no aceptaban a personas con VIH”, explica Diego García, presidente de la asociación Adhara Sevilla.

“Es una cláusula muy común en todos los seguros y en todas las compañías”, apuntan desde el departamento de comunicación de ING. En la póliza del seguro de vida ‘hipoteca’ de este banco, a la que ha tenido acceso esta redacción, excluyen a clientes con “infecciones VIH como el SIDA y enfermedades asociadas”. eldiario.es se ha puesto en contacto con las grandes aseguradores (Mapfre, Axa, Allianz, Mutua Madrileña y Ocaso) para conocer cuál es su posicionamiento sobre este tema, sin haber recibido respuesta por el momento.

Póliza seguros de vida hipoteca de ING

Póliza seguros de vida hipoteca de ING

Ni Cesida ni la Felgtb comparten la postura de las aseguradoras. Por un lado, defienden que estos servicios “son la llave de acceso a otros derechos”, como la contratación de un préstamo hipotecario. Por otro, que la discriminación hacia las personas con el VIH es injustificable porque “su estado general de salud y su esperanza de vida, en el caso de un diagnóstico precoz, son prácticamente iguales que en el resto de la población”.

Frente a esta situación, una de las salidas que han visto los afectados es ocultar que son seropositivos al firmar el seguro. Sin embargo, Miguel Ángel Ramiro, coordinador de la clínica legal de la Coordinadora Estatal de VIH (Cesida), desaconseja esta posibilidad, explica que ante esta situación la única opción que tienen los afectados es “decir la verdad, porque si no, pierden la buena fe”. Durante el pasado 2015, la consulta que dirige Ramiro recogió 15 casos de discriminación a personas seropositivas que querían contratar un seguro.

¿Es legal que las aseguradoras excluyan a personas con VIH? Ramiro asegura que sí es legal porque “ no son seguros obligatorios“. Según explica, la ley ampara a las compañías para que calculen la prima que sus clientes deben abonar y por eso “les pueden hacer un cuestionario sobre su salud”. A nivel europeo la exclusión vinculada al VIH a la hora de acceder a los seguros se ha ido superando en países como Francia, Alemania, Holanda o Noruega, aseguran desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb)

Este año, debido a un cambio de normativa, ha habido un pequeño avance que beneficia a las personas que pasen a ser seropositivos a partir de ahora y que ya tengan un seguro contratado. “Antes tenían la obligación de comunicarlo a la aseguradora, pero ahora no. Aunque si les preguntan, sí que tienen que decir la verdad”, indica el coordinador de la clínica legal de Cesida.

La Felgtb intentó hace año y medio encontrar una solución a corto plazo, negoció con varias aseguradoras. Fuentes de la federación explican que tras plantearlo a varias compañías encontraron un grupo ( Seguros Positivos) que recogió el testigo y así lanzaron la primera línea integral a nivel nacional de seguros que incluye específicamente a las personas con VIH. Actualmente otras dos compañías se han sumado a esta iniciativa: Atlántida y Lip Seguros.

Veto del PP en el Congreso

Esta queja llegó hace dos años al Congreso de los Diputados a iniciativa del Parlamento Navarro. En la legislatura en la que Mariano Rajoy fue elegido presidente de Gobierno por mayoría absoluta, los diputados navarros presentaron una proposición de ley solicitando la nulidad las cláusulas relativas a la personas que son VIH. Finalmente no fue aprobada, ya que el Partido Popular votó en contra.

Por su parte, la solución por la que aboga la clínica legal de Cesida defiende que los afectados por VIH estén amparados bajo la misma normativa que las personas con discapacidad reconocida, ya que la legislación impide que estas últimas sean discriminadas en este tipo de cláusulas.

Las quejas por la exclusión de las aseguradoras representaron el 20% de las discriminaciones sobre las que trabajó la clínica legal de Cesida durante el 2015. Las denuncias por exclusión a personas con VIH en las oposiciones a empleos públicos supusieron el 35% y el mayor porcentaje, 44% del total, fueron por la revelación de datos personales y los insultos por serofobia.

¿Que hay una bandera gay? ¡Pues que haya una bandera de la familia!

El PP de Granada reclama al alcalde que, además de izar la bandera contra la homofobia, coloque también la de las Naciones Unidas sobre la familia, según pidió el Foro de la Familia

El alcalde de Granada, con representantes de colectivos gay y transgénero.

El alcalde de Granada, con representantes de colectivos gay y transgénero.

El Ayuntamiento de Granada ha izado este martes por primera vez la bandera ‘arco iris’ con motivo del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia. Ha sido durante un acto presidido por el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, en el Consistorio en presencia de los portavoces de los cuatro grupos municipales en la oposición –PP, Ciudadanos, Vamos Granada e IU– con el que Granada se ha sumado a la iniciativa de muchas ciudades en el resto del mundo en rechazo a la discriminación del colectivo homosexual y transgénero.

Cuenca ha señalado que el izado de la bandera y la defensa de la igualdad y la no discriminación por razón de sexo no es una cuestión “de ideologías” sino de “respeto” y de “reconocimiento de derechos”, por lo que ha agradecido la presencia de todos los portavoces municipales.

El alcalde ha lamentado que haya más de 70 países en el mundo que condenan, hasta con pena de muerte, la homosexualidad, por lo que ha considerado que Granada tenía que sumarse a esta reivindicación contra la homofobia y la transfobia, en pro de la libertad individual de cada uno.

Pese al consenso inicial de todos los grupos, el del PP en el Ayuntamiento de Granada ha reclamado al equipo de gobierno (PSOE) que tenga “igualdad de trato con todos los colectivos”, de modo que, además de izar la bandera contra la homofobia, coloque también la de las Naciones Unidas sobre la familia, después de que así lo haya solicitado el Foro de la Familia.

El edil Fernando Egea ha mostrado el apoyo del grupo ‘popular’ al acto que ha celebrado este martes el Ayuntamiento de Granada, que ha izado por primera vez la bandera ‘arco iris’ con motivo del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia.

Ha recordado, no obstante, que el pasado domingo se celebró el Día Internacional de las Familias y que el Foro de la Familia pidió al Ayuntamiento colocar una bandera en el balcón consistorial, una medida que “fue rechazada” pese a “tener el visto bueno” del anterior equipo de gobierno, del PP.

Egea ha reclamado igualdad de trato a todos los colectivos y que ondee en el Ayuntamiento la bandera de Nacionales Unidas sobre la familia.

También ha subrayado que, de acuerdo a la norma de protocolo, las banderas se han colocado hasta ahora delante del balcón principal del Ayuntamiento. “Nunca se ha izado un mástil” porque el protocolo fija que esto se reserve para las banderas oficiales.

Tras aclarar que el PP no está en contra del izado de la bandera contra la homofobia, sí ha pedido que se vuelvan a consensuar las normas de protocolo para que se siga con todas el mismo procedimiento, como puede ser con la colgada con motivo del Día Internacional del Pueblo Gitano.

Los homosexuales durante el franquismo: vagos, maleantes y peligrosos

La homosexualidad se tipificó durante el régimen de Franco, incluyéndose en la ley de vagos y maleantes

La homosexualidad se tipificó durante el régimen de Franco, incluyéndose en la ley de vagos y maleantes. CEDIDAS A CANARIAS AHORA

Homosexuales: vagos y maleantes

Tras la cruenta guerra civil española, el régimen de Francisco Franco dedicó todos los medios a su alcance para crear una estructura política y social que le permitiera consolidar su poder y controlar, de manera totalitaria, una sociedad ya de por sí moralmente devastada por la violencia generada durante el conflicto armado. Con el ejército y las fuerzas del orden público ejerciendo un férreo control coercitivo, orientado fundamentalmente a eliminar cualquier resquicio de indisciplina política, el control moral del nuevo estado fue encomendado a la Iglesia Católica, institución cuya percepción del pecado y la virtud impregnó la sociedad durante los siguientes cuarenta años.

En el concepto de sociedad franquista, la consideración de la superioridad del hombre y, por tanto, de la virilidad como valor ejemplar y supremo y el estatus de la mujer a su servicio, como mero instrumento para la perpetuación de la raza, fueron las consignas oficiales del régimen y de su religión oficial. Este contexto ideológico puramente patriarcal excluía cualquier disidencia sexual y de género. La homosexualidad y la bisexualidad, tanto masculina como femenina, así como cualquier ruptura con el binarismo de género, se consideraban no sólo pecaminosas sino además delito y enfermedad. De esta manera, todas las instituciones del sistema fueron puestas al servicio de esta ideología machista y profundamente lgtb-fóbica. Quienes no se atuvieran a esa ideología tendrían que sufrir terribles consecuencias en su dignidad y derechos esenciales.

Si bien durante los primeros años de la dictadura la homosexualidad no pareció ser una preocupación prioritaria del régimen, ocupado como estaba de aniquilar cualquier disidencia ideológica, no es menos cierto que ya se utilizaba la figura del escándalo público, recogida en el artículo 431 del Código Penal, para condenar las prácticas homosexuales.

No obstante, no considerando suficiente este instrumento, en el año 1954 se modifica la Ley de Vagos y Maleantes de 1933 para incluir, entre otros supuestos, a los homosexuales al entenderse que ofenden la sana moral de nuestro país por el agravio que acusan al acervo de buenas costumbres, fielmente mantenido en la sociedad española, según reza la exposición inicial de la reforma. Las medidas adoptadas en esta Ley, según la misma , no son propiamente penas, sino medidas de seguridad con finalidad preventiva, cuya finalidad es proteger y reformar.

Con este fin protector de la sociedad y reformador del maleante, a los homosexuales se les condenaba al internamiento en un establecimiento de trabajo o Colonia Agrícola (…), en Instituciones especiales y, en todo caso, con absoluta separación de los demás. Este internamiento no podía ser superior a tres años. Asimismo se les prohibía residir en determinado lugar o territorio, que solía coincidir con el de su residencia habitual, y a estar sometido a la vigilancia de los Delegados.

Una colonia penitenciaria en Canarias

El 29 de agosto de 1947, en un buque procedente de Tenerife, arriba a Gran Canaria acompañado de su esposa e hijas don Francisco Aylagas Alonso, entonces Director General de Prisiones. El día siguiente el diario Falange (1) publica una entrevista con el personaje que, al ser preguntado por el motivo de su viaje, explica que uno de los principales asuntos que le trae a las islas es “ adquirir unos magníficos terrenos, dotados de agua y otros buenos elementos, con el fin de fundar una colonia agrícola penitenciaria modelo, que tendrá talleres para el trabajo, centros de experimentación y explotación agrícolas, etc., etc. Y es que” – prosigue el político – “en España no se confina a los delincuentes con el único propósito de alejarlos del contacto con la sociedad, sino que, interpretando el sentido humano y cristiano que define sobre todo a nuestro régimen se les recupera y devuelve a la convivencia nacional dignificados por el trabajo”.

Portada periódico informando del cambio de la ley de maleantes.

Portada periódico informando del cambio de la ley de maleantes.

La creación de una colonia agrícola en Canarias, con el fin de rehabilitar en ella a condenados por la Ley de Vagos y Maleantes, no era nueva. Ya en 1934, en el diario republicano deTenerifeHoy, en un artículo titulado ¿Canarias, colonia penal?, el periodista denunciaba el proyecto de establecer “ campos de concentración para vagos y maleantes” en las islas de Lanzarote y El Hierro. El autor mostraba su férrea oposición a la propuesta aludiendo a las duras condiciones económicas de las islas, que obligaban a la emigración por falta de trabajo, al secular olvido de las infraestructuras imprescindibles, como las vías de comunicación, la necesidad de “alumbramientos de caudales de agua o la construcción de embalses”, y al posible daño que tal instalación podría ocasionar a la industria turística, que había atraído “ hacia nuestras islas grandes contingentes de viajeros”. Pero los planes de crear en las islas tal establecimiento no fructificaron ni en 1934 ni en 1947.

En el año 1953 regresa a las islas un nuevo Director General de Prisiones, don José María Herrero de Tejada. De este viaje da cuenta el diario Falange de 17 de julio de ese año. Tras visitar Lanzarote y Fuerteventura el Director General explica al diario que su visita tiene como objetivo estudiar “ sobre el terreno diversos aspectos fundamentales para el emplazamiento de una colonia agrícola penitenciaria”, sin querer concretar el emplazamiento definitivo, aunque realiza una alusión específica a Tefía, “ donde existe un campo de aviación que actualmente no se utiliza”.

Sí se extiende el Director de prisiones en explicar los beneficios para la isla de tal instalación, ya que ” al amparo de los establecimientos penales se derrama siempre mucho dinero, de lo que se beneficia el comercio, la industria, etc”. Explica igualmente que dadas las ” peculiaridades de la isla de Fuerteventura, con tan amplias zonas improductivas, los beneficios serán mayores si tenemos en cuenta que se aprovecharán muchos brazos de los que allí han de redimirse para transformar zonas actualmente improductivas”.

El proyecto se concreta por fin mediante la Orden del Ministerio de Justicia de 15 de enero de 1954, por la que “ se instituye una Colonia Agrícola para el tratamiento de Vagos y Maleantes, en “Tefía”, de la Isla de Fuerteventura” (BOE núm. 30, de 30 de enero de 1954). La colonia se ubicará en “las instalaciones cedidas a este fin por el Ministerio del Aire”, confirmándose su ubicación en el antiguo aeropuerto de la isla. La Orden establece asimismo que se deberán dictar las órdenes complementarias para su funcionamiento y “ se seleccionará libremente el personal que consideren necesario para su destino a dicha Colonia”.

Tras la Orden de 30 de enero 1954, la creación de la colonia no se hizo esperar y el 11 de febrero de ese mismo año, según un artículo publicado en el diario Falange el 3 de marzo de 1954, marcharon al centro de reclusión “ seis funcionaros del Cuerpo de Prisiones, y el 18 del mismo mes han sido destinados a dicho Campo doce presos reincidentes para auxiliar en los trabajos de instalación de dicho establecimiento penitenciario”.

Con la habilitación de la nueva colonia se concluía un proceso de creación de órganos judiciales e instalaciones destinadas a la reclusión que iban a facilitar en las islas la aplicación efectiva de la Ley de Vagos y Maleantes y que se había iniciado en 1953, con la creación de un Juzgado Especial para la aplicación de dicha ley. Con esta infraestructura básica se iba a poner en marcha el mecanismo judicial y penal imprescindible para reprimir, mediante su internamiento y un duro régimen de trabajo, a todos aquellos “parásitos y sujetos indeseables que torpemente dañan la convivencia humana”, según el citado artículo de Falange, entre los que se encontraban vagos habituales; rufianes y proxenetas; mendigos profesionales; ebrios y toxicómanos habituales y “ demás personas que con su irregular o anormal conducta fueren merecedores de esta saludable y enérgica sanción social”, en palabras del Presidente de la Audiencia Territorial citadas en el artículo. Los homosexuales, sin embargo, no estarían contemplados en la ley hasta la reforma de julio de 1954.

Es por tanto, en el antiguo Aeropuerto de Tefía que, lejos de ser aquellos “magníficos terrenos, dotados de agua y otros buenos elementos” de los que hablaba el Director General de Prisiones en 1947, era más bien un desierto pedregoso, donde el gobierno decide finalmente instalar la colonia agrícola. Allí, varias decenas de hombres redimieron, mediante trabajos forzados y unas duras condiciones de vida, según el “sentido humano y cristiano” que definía al régimen, su condición de vagos y maleantes durante los años siguientes, incluyendo varias decenas de homosexuales.

Inauguración del monumento en honor a los represaliados en Tefía

Inauguración del monumento en honor a los represaliados en Tefía. CEDIDA A CANARIAS AHORA

Tefía: el infierno de Octavio

La exploración clínica evidencia encontrarnos ante un amanerado con movimientos y gestos feminoides así como su manera de hablar. Psiquismo deformado por su propia perversión; no tendencia al delito; estado físico normal. En el reconocimiento correspondiente con su dilatación esfinteriana y casi desaparición de pliegues nos permite formular el diagnóstico de pederasta pasivo. Es apto para toda clase de actividades”.

Esta descripción fue incluida por el historiador y escritor Miguel Ángel Sosa Machín en el artículo Invertidos, publicado en el Dominical del diario La Provinciael 29 de junio de 2003. El informe forense está incluido en el expediente incoado a Octavio García en aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes. Detenido simplemente por ser maricón, como él mismo ha explicado en innumerables ocasiones desde que el historiador sacó a la luz su historia, su terrorífico testimonio es ejemplo del trato dado a los presos de Tefía y que de manera escalofriante plasmó Sosa Machín en su imprescindible novela Viaje al Centro de la Infamia.

Octavio García nació en 1931 en Las Palmas de Gran Canaria, en el seno de una familia humilde. Estudió en el internado de San Antonio, en el barrio de Vegueta de la capital grancanaria y posteriormente continuó sus estudios básicos en Los Salesianos. De educación y convicciones católicas, nunca podría imaginar que sus conocimientos de religión le permitirían aliviar el calvario que habría de pasar años más tarde en Tefía.

En 1953, con 22 años, fue detenido tras una denuncia y, sin juicio alguno, como él afirma, se le aplicó la Ley de Vagos y Maleantes. En su testimonio suele repetir con profundo dolor los motivos de su condena: por ser homosexual, corruptor de menores y por escándalo en la vía pública. “ ¡Corruptor de menores y escándalo en la vía pública! ¡No he sido ladrón, ni maleante, ni mala persona!”, repite indignado. “El único motivo para ser detenido era ser maricón”, explica enfatizando el insulto, la palabra que lo ha definido durante toda su vida, la única con la que, al final, se siente identificado.

Tras varios meses de condena en la cárcel de Barranco Seco de Gran Canaria, es trasladado en el correíllo – buque que realizaba los transportes marítimos entre islas –, a Fuerteventura. La reciente apertura de la colonia de Tefía, le convirtió en uno de los primeros presos que cumplió condena en ella. Iban siete presos, esposados, escoltados por la Guardia Civil, a la vista de todo el mundo, “como si fuéramos los peores delincuentes”.

“Tefía era un campo inhóspito, sólo tierra y miseria”, recuerda. “La colonia estaba vacía, había que llenarla. ¡qué deprimente cuando llegamos allí, todos en fila, con un sol, un viento…!”

Al llegar le despojaron de su ropa y le ofrecieron un “ mono canelo de tela picona” y unas botas que no eran de su número y tuvo que intercambiar con otros presos para poder tener un calzado adecuado.

El centro era dirigido con mano de hierro por un excarmelita que instauró un auténtico régimen de terror, peor que un campo de concentración, en palabras de Octavio García. Su trabajo allí consistía en acarrear agua de un pozo, ya que el centro carecía de agua corriente, picar piedra de una cantera de piedra de cal y levantar gavias y muros, todo ello bajo el sol inclemente de la isla y la rigurosa vigilancia de los funcionarios. Cualquier mínimo motivo era suficiente para recibir una paliza. “ He visto allí las palizas más atroces a los pobres presos”, testimonia Octavio. Los insultos y humillaciones eran constantes.

Octavio García en 2012

Octavio García en 2012 CEDIDA A CANARIAS AHORA

Estando preso, cuenta Octavio, “una hermana mía (…) dio a luz y me mandaron un telegrama que dice: Pinito tuvo una niña. Y cuando me llamaron al centro para leerme el telegrama (…) me dicen: enhorabuena le felicito, su mujer tuvo una niña, después yo le dije: no es mi mujer, es mi hermana. Y me hincharon a palos por haberle contestado mal”.

Junto al duro trabajo y a las arbitrarias palizas, otra de las pesadillas del centro era la escasa alimentación, que les hacía pasar un hambre atroz y constante: “ lo peor era la comida, batatas enraizadas, arroz con gorgojos, un pan pequeño para todo el día. (…) Vi hombres allí que entraban con 87 kilos y se quedaban en 45”.

En una ocasión apareció por el centro un sacerdote para una ceremonia católica. Muchos presos no tenían educación religiosa y, al realizar el cura algunas preguntas, a Octavio se le ocurrió responder. Lo hizo acertadamente y al día siguiente lo llamaron y lo nombraron maestro de religión. Esa fue su salvación. A partir de ahí no trabajó más en la cantera, ni cargó más agua, estaba bien mirado y considerado.

Pero el paso por la prisión lo dejó marcado de por vida. Tras su salida y luego de algunos trabajos, se fue de Canarias y sólo hasta hace unos años fue capaz de contar su historia. En el año 2009 el Gobierno español aprobó la concesión de indemnizaciones a las personas homosexuales o transexuales que hubieran sido encarceladas durante el franquismo. Octavio García recibió 12.000 euros por sus dieciséis meses de cautiverio. La Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía cerró por Orden del Ministerio de Justicia de 21 de julio de 1966, “en atención al reducido número de penados sancionados por el Tribunal de Vagos y Maleantes, en la que actualmente existen siete reclusos, los cuales pasarán a la Prisión de Santa Cruz de La Palma”, según informaba El Eco de Canarias de 26 de agosto de 1966.

La Palma: la reclusión de Manuel Alfonso

Manuel Alfonso nació en 1946, en el barrio de Guanarteme de Las Palmas de Gran Canaria, junto a la playa de Las Canteras. Su padre trabajaba en la Compañía Transmediterránea. Su madre se dedicó a las tareas de hogar hasta que se separó de su padre y comenzó a trabajar en las factorías de pescado ubicadas en el mismo barrio en el que residía.

Desde su infancia estuvo marcado por sus ademanes femeninos que lo convirtieron en víctima de habituales insultos por parte de sus compañeros, que, como él mismo cuenta, habitualmente le gritaban: “ ¡maricón, que eres un maricón!” Manuel, en ocasiones, respondía a los insultos de manera agresiva, porque, como explica “me daba mucho coraje que me llamaran maricón. Aunque yo sabía que lo era”.

Manuel Alfonso con 22 o 23 años

Manuel Alfonso con 22 o 23 años. CEDIDA A CANARIAS AHORA

La primera vez que estuvo en comisaría tenía 15 años, porque la policía se equivocó con su edad y le pusieron dos años más. Con esa edad estuvo una semana en la prisión de Barranco Seco. Las detenciones e idas y venidas a la comisaría eran frecuentes, por el mero hecho de exponerse en las calles:

Nos poníamos en una esquina dos, tres o cuatro a hablar de nuestras cosas (…) en ese momento estábamos descuidados, como era de noche, a oscuras (…) paraban justo delante de nosotros, estábamos tranquilos y descuidados, paraban y venga, carnet de identidad y palante para la comisaría, y en comisaría una semana, tres días a la cárcel, diez días, quince días, y así pero un montón de entradas y salidas que tuve yo y, bueno, como yo, montones de amigos de la época aquella”.

El periodo más largo que tengo – explica Manuel – fue el que me pegué, cuando la policía se cansó de cogerme una y otra vez… había un juez (…) de vagos y maleantes al que si eras pudiente y le llevabas un buen anillo de oro o un sobre con dinero, diez o quince mil pesetas, ese señor te quitaba la ley de vagos y maleantes y no ibas a prisión. Aunque fueras el chorizo más grande del mundo o el maricón más grande del mundo. Pero a las personas humildes como mi madre que no tenía dos o tres mil pesetas en un sobre para darle, no te digo dos o tres mil sino diez o quince mil pesetas, si no tenías para darle te enviaba a prisión. Y mi madre llorando, ¡Ay, no me metas a mi hijo tanto tiempo allá arriba!”.

En la prisión eran habituales los abusos de los funcionarios, también los sexuales. Manuel cuenta que “ en la prisión de Barranco Seco por la noche iba algún funcionario abría la puerta y si había algún mariconcillo joven como yo que le gustaba, lo sacaban afuera y con la excusa de “hacerles el cuarto”, tenían que mantener relaciones sexuales con él. Me ocurrió a mí en la prisión de allí”.

En su expediente constan cuatro detenciones e ingresos en prisión en el año 1963, con 17 años, por delito de conducta atentatoria contra la moral. En 1964 es detenido y finalmente declarado en estado peligroso por su condición Homosexual, según consta en el Expediente nº 62/63 del Juzgado Especial de Vagos y Maleantes del Archipiélago Canario. Tras esta declaración es recluido en la prisión de Gran Canaria, luego trasladado a la de Tenerife y, posteriormente a La Palma. Como expresa con humor: “ yo hice una “turné”, como la que va de gira”. Entre esas tres prisiones cumplió un año de condena.

En la prisión de La Palma los homosexuales estaban separados del resto de reclusos, según obligaba la ley. Esto implicaba estar la mayor parte del tiempo encerrados en una celda: “ estábamos en la celda 22 horas encerrados al día. La celda constaba de un baño pequeñito, un lavabo en una esquina y tres literas. Allí cumplíamos seis personas. (…). Cuando subían los machos del patio salíamos los maricones”.

Había que taponar los baños para que no salieran las ratas de la letrina. “Nosotros limpiábamos la celda, lavábamos la ropa y la tendíamos en la misma celda (…). Donde mismo hacíamos las necesidades, lavábamos la ropa y comíamos. (…)”.

Las ocupaciones en la prisión eran fundamentalmente de limpieza: lavar ropa de otros presos, limpiar cristales, incluso desde el exterior de la prisión… “ nos tenían entretenidos”, explica. Había un funcionario mayor que les hacían limpiar los pasillos de la prisión con ceniza, con cepillos de mano, de rodillas en el suelo. “Decía que la ceniza purificaba”.

El régimen carcelario no tenía la dureza de Tefía, pero el temor a las agresiones era constante: “ en muy pocas ocasiones llegaban a pegarte, aunque a veces se le iba la mano y te pegaban un cachetón o te daban un par de porrazos buenos. Cuando hablabas con un funcionario tenías que poner las manos a la espalda y si decías una palabra que no les gustaba jalaba con la mano y cachetón que te pego”.

No obstante, para un joven de apenas 18 años, la experiencia carcelaria, la separación de su familia y la sensación de aislamiento y estigma que significaba el estar separados de los demás presos eran situaciones difíciles de afrontar: “ en aquella época, como era joven, lloré mucho, lo pasé muy mal, pero siempre con la ilusión de que iba a salir. Mi madre fue a verme a Tenerife (…) después también fue a verme a La Palma, aprovechando que mi padre trabajaba en el barco y se quedaba en él por la noches. (…) Las cartas de mi madre me daban fuerzas para luchar y seguir adelante. Yo decía que ya llegaría mi tiempo de salir a la calle”.

De la prisión de La Palma salió en 1965. En 1966 fue trasladado a la comisaría de Policía “ por haber sido detenido en la vía pública por llevar a cabo actos de ostentación Homosexual”. Fue condenado a una multa de cinco mil pesetas e ingresó para cumplir 30 días de prisión. Por sus diferentes pasos por prisión fue indemnizado con una cuantía de 8.000 euros.

Como a todos los que sufrieron la represión del régimen, su experiencia le marcó profundamente: “ yo no puedo olvidar que una persona me diera un porrazo sin yo hacerle daño. Que yo estuviera en una esquina con dos amigos, hablando, y que llegaran unos señores vestidos con un uniforme, representando a la ley de España y que esos señores me maltrataran y me pegaran. (…) Yo no lo entendía y no lo entenderé así viva cien años”.

Manuel Alfonso con Paquita Rico en El Duende.

Manuel Alfonso con Paquita Rico en El Duende. CANARIAS AHORA

Patologización y momentos de cambio

Si, como decíamos al comienzo de este artículo, la Iglesia fue un pilar ideológico y referente moral del franquismo, una segunda institución social vino a reafirmar, con el aval de la ciencia – o pseudo-ciencia al servicio del régimen -, el tratamiento represivo de las disidencias sexuales: la institución médica y, especialmente, la psiquiatría. La condición patológica de la homosexualidad fue asumida por la psiquiatría oficial del régimen franquista, disciplina médica que se apoyó en tal condición para adaptarse sin remordimientos a las exigencias morales del nacional-catolicismo.

Esta visión patologizante de las disidencias sexuales se pone en evidencia en artículos como el publicado en el diario Falange, editado en Las Palmas de Gran Canaria, el 4 de junio de 1956, en el que el Dr. Laforet comenta el libro titulado Sodomitas, de Mauricio Carlavilla, un panfleto agresivamente homófobo publicado ese año. En su comentario, titulado Un grito de alarma, el doctor Laforet califica de “ valentía viril” el hecho de “ atacar al crimen nefando dondequiera que se encuentre y a quienquiera que lo pueda defender”.

Ya era hora”, expone el doctor, “ de que se hablase claro y decididamente sobre un contagio psíquico tan pernicioso”, con el fin de evitar que “ entre en la morada de la mente de los adolescentes ese aliado del demonio que es el pederasta. (…) El sodomita es un monstruo peligroso por su proselitismo y porque odia, rencoroso, todo lo que va mostrando a cada paso la inicuidad (sic) de sus crímenes contra la naturaleza y contra Dios. (…) La sodomía”, ultima el galeno, “no tiene ni puede tener justificación científica, como no la tiene la lujuria del heterosexual”.

Con una mezcolanza de ideas pseudo-científicas y prejuicios religiosos el autor muestra una imagen demonizada y psíquicamente perversa de la homosexualidad. Su publicación en el único diario de la época, controlado por el régimen, facilita la difusión del estigma, con la consecuente influencia en las actitudes fóbicas de una sociedad ya vigilada hasta en sus más profundos pensamientos. También la institución médica, como vemos, fue un instrumento útil para profundizar en el trato humillante a las disidencias sexuales durante el franquismo.

Sin embargo, y a pesar de la modificación de la ley en 1954, la homosexualidad no pareció ser una especial preocupación del régimen durante las primeras décadas de vigencia. Las memorias de la Fiscalía General del Estado de 1959 lo expresan de la siguiente manera:

“El balance del año judicial de 1957 (…) nos ofrece saldo positivo y un panorama satisfactorio y alentador en esenciales aspectos: el índice de criminalidad dolosa clásica (…), acusa una tendencia, más que estacionaria, regresiva, en relación con el incremento demográfico; sin que parezcan motivos de preocupación problemas candentes en otros países, tales como actividades terroristas, delincuencia juvenil y extensión y alarde de prácticas homosexuales”.

Pero algo estaba cambiando sustancialmente en la sociedad española. La sustitución de la desastrosa política autárquica de las primeras décadas, cuyos frutos habían sido hambre y miseria para el pueblo, por una política más aperturista, más las ayudas internacionales que Franco obtuvo gracias al apoyo incondicional a Estados Unidos, propiciaron un cambio socio económico que traería abundantes divisas y el inicio de una época caracterizada por el denominado desarrollismo económico.

La mejora de la economía se reflejó en un notable proceso de industrialización y la subsiguiente aparición de fenómenos como el éxodo rural a las ciudades. La llegada del turismo y cierta apertura de los medios de comunicación, no obstante su cercana vigilancia por las autoridades, colaboraron en el proceso. Estos ingredientes facilitaron un incipiente cambio de mentalidad en la sociedad que comenzó a resquebrajar, aunque fuera de manera superficial, la sólida estructura ideológica y moral impuesta durante las primeras décadas de la dictadura.

La influencia del turismo

La industria turística fue un elemento clave en el desarrollo de la economía de las Islas Canarias a partir de los años 60. El clima insular atrajo a un turismo masivo de sol y playa que se tradujo en un “boom” económico que implicó, además, un importante cambio sociológico en el archipiélago. La tradicional población rural comenzó a trasformar su economía y sus costumbres; el desarrollo de los núcleos urbanos costeros con atracción turística atrajo a la población del interior; los sectores de la construcción y de servicios sustituyeron rápidamente a la agricultura y se impusieron como los principales motores de las economías insulares, especialmente en las islas mayores.

El turismo europeo, con mentalidades más abiertas y de amplia cultura democrática, no sólo influyó en el aspecto puramente económico sino también impulsó un cambio de mentalidad de la sociedad. “ El espectáculo de libertad que inundó las playas y discotecas españolas, las nuevas pautas de actuación social, moral y cultural y, en suma, el acercamiento a las formas de vida de las sociedades educadas bajo sistemas democráticos provocaron una auténtica revolución en las mentalidades, sobre todo entre los sectores más jóvenes (2)”.

Manuel Alfonso, carnavales de 1967.

Manuel Alfonso, carnavales de 1967.

Estas nuevas ideas y formas de vida que empezaron a afectar a la sociedad no eran en absoluto del agrado del régimen. Los cambios de mentalidad comenzaron a influir en las actitudes de la ciudadanía, especialmente en el ámbito urbano, en el que el anonimato y cierta libertad social permitieron una mayor visibilización de las disidencias sexuales, aún a pesar de su persecución.

Esta visibilidad dio al régimen la sensación de un aumento de la homosexualidad que los informes de la Fiscalía del Tribunal Supremo pusieron de manifiesto. Así, el fiscal de Barcelona, en el informe del año 1962 manifiesta cierta alarma ante la “ creciente ola de homosexualismo” que el “dique de la Ley de Vagos parece insuficiente para contener”, por lo que “considera preciso tipificar como delito tan nefando vicio, hijo muchas veces de la vida fácil y licensiosa (sic)”.

La sensación de la existencia de una ola de homosexualismo, se expone a lo largo de diferentes informes con expresiones como “ aumento constante del homosexualismo” o “ el aumento de los delitos de escándalo público, principalmente el homosexualismo”, según manifiesta la Fiscalía de Tenerife en su informe del año 1967.

Es precisamente la influencia del turismo una de las causas a las que el régimen atribuye tal tsunami homosexual. Obviamente Canarias no fue ajena a esta influencia extrajera. El Fiscal de Las Palmas, en el informe del año 1971, consideraba que contribuye “al aumento de prácticas homosexuales (…) una clase especial y degenerada de turistas extranjeros. El fenómeno deriva en aumento de la delincuencia contra la propiedad al inducir a los jóvenes que se dedican a dichas prácticas a hacerse pago por sus propios medios de los “servicios” prestados y a desvalijar a veces a los “ clientes”.

La proliferación de estas conductas en algunos lugares muy determinados y perfectamente conocidos, que van alcanzando ya renombre internacional y que son frecuentados especialmente por gran número de extranjeros habituales, exigiría medidas extraordinarias de represión”, concluye al respecto el informe de la Fiscalía General del Estado de ese año. Sin nombrarlos la Fiscalía pone de manifiesto un fenómeno que, a pesar de sus intentos de represión, sería imparable y, efectivamente, daría renombre internacional a algunas zonas del país, entre ellas Canarias: las mecas del turismo homosexual, de las que Sitges y Torremolinos fueron precursoras.

El diario El Eco de Canarias reflejaba este fenómeno en un artículo titulado El subproducto del turismo, publicado el 17 de marzo de 1972. El autor llamaba la atención sobre determinados establecimientos, cuya ubicación no especifica (3) y, según cuenta, “ cuya finalidad, y tal vez negocio, es la corrupción de la gente joven”.

La señal de alarma – narra el periodista –, se ha dado con el cierre nada menos que de cuatro establecimientos que se identificaban “Para homosexuales” e incluso se hacían publicidad en este sentido en los países de origen de los posteriores visitantes”.  Estos hechos ponen de manifiesto, a su juicio, “la tragedia que sobre nuestra juventud se está echando como una de las más vergonzosas plagas de la humanidad”.

Tras vincular tales hechos con el tráfico de drogas y la trata de blancas, el periodista termina su artículo clamando por una “investigación hasta las “raíces” en todo lo que huela a esta nueva (?) invasión social organizada que afecta e infecta a nuestra querida y, hasta hace bien poco, cándida isla”.

El turismo ha hecho de Maspalomas un punto de encuentro internacional para el turismo homosexual

El turismo ha hecho de Maspalomas un punto de encuentro internacional para el turismo homosexual. (Youtube).

La connivencia de la prensa con la ideología profundamente lgtb-fóbica del régimen, a través del control institucional y la censura, convertía a los medios de comunicación en portavoces de la moral nacional-católica oficial. La difusión de la ideología lgtb-fóbica por parte de los medios facilitó y expandió la estigmatización de las disidencias sexuales y su consecuente rechazo social. La publicación de artículos como los citados difundía con facilidad la imagen perversa del homosexual. A la condena penal se añadía la propaganda injuriosa realizada a través de los medios, directamente controlados por el régimen. Sin duda, la represión era ejercida por el sistema a través de todos los medios a su alcance.

Afeminados y peligrosos

Mientras otros países europeos habían despenalizado las relaciones homosexuales en la década de los sesenta, en España el régimen de Franco decidió actualizar la Ley de Vagos y Maleantes y, en 1970, fue aprobada la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. El artículo segundo de la ley establecía que “ serán declarados en estado peligroso y se les aplicarán las correspondientes medidas de seguridad, quienes: […] b) se aprecie en ellos una peligrosidad social”. Entre los “supuestos de estado peligroso se encontraba el de aquellos que realicen actos de homosexualidad”.

Esta nueva ley, a diferencia de la de vagos y maleantes, exigía expresamente la comisión de “ actos de homosexualidad” y, por tanto, la realización de prácticas sexuales de carácter homosexual y no la mera condición de homosexual. Siendo esto un “ avance”, pongámoslo entre comillas, la realidad de la práctica de la ley fue muy diferente. Numerosos testimonios de los represaliados indican que la mera expresión de la ruptura de los códigos de género, es decir, el afeminamiento o la pluma, era suficiente para ser detenido y pasar varios días en un calabozo de la comisaría. Y si esto ocurría en varias ocasiones era muy probable que el juez acabara aplicando la ley y condenando al reo al internamiento en un centro de reeducación.

En este sentido, es significativa la percepción social de la necesidad de reprimir incluso por la vía penal el afeminamiento, especialmente el masculino, ya que la mujer estaba prácticamente ausente del debate represivo desde el punto de vista legal (4). La columna titulada Mirador, publicada en El Eco de Canarias de 4 de noviembre de 1969, aludía al inicio del proceso de aprobación de la Ley de Peligrosidad social. “ Dentro de la nueva Ley parece que se trata de incluir como factor grave de peligrosidad social el afeminamiento en la indumentaria masculina (…), ciertas bandas, pandillas y todos aquellos persistentes en contrarias a la normal convivencia social. En suma, continuaba el artículo, ese “narcisismo” imperante en la juventud, favorecida por el afeminamiento en el uso de indumentarias y el sentido hedonista y materialista de la vida, los ebrios, la prostitución, etc”.

Y todo esto que hoy bulle en la mente de selectas clases rectoras parece deducirse del establecimiento diferencial entre hechos delictivos y conductas antisociales. (…) La peligrosidad que se deriva de la conducta de muchos jóvenes necesita adecuados remedios y a ello tienen las modificaciones (…), restablecer las buenas costumbres en la juventud”.

Si bien el texto final de la ley no fue tan restrictivo como para considerar peligroso el afeminamiento en la indumentaria masculina, no deja de llamar la atención que al articulista le resultara normal, y hasta conveniente, el condenar a un centro de reeducación a una persona exclusivamente por la posible ambigüedad de su vestimenta. Este hecho da una medida clara del rígido sistema de roles de género impuesto por el régimen que fue asumido con naturalidad por la sociedad de la época.

La tramitación de la Ley de Peligrosidad Social tuvo amplia repercusión en la prensa del régimen. Ya en la portada de El Eco de Canarias del 11 de octubre de 1969 el titular más destacado rezaba: El Consejo de Ministros ha pasado a las Cortes el proyecto Ley de Peligrosidad Social. Reforma la de vagos y maleantes. En el interior, el artículo resaltaba que la nueva ley no consistía en “ un nuevo ordenamiento de los estados peligrosos, sino meramente en edición actualizada de la ley de 4 de agosto de 1933”.

Según el artículo “ se aspira a sustituir el título de “Vagos y Maleantes” (…) por el más cabal, menos vejatorio y más concretamente comprensivo de las diversas conductas que interesan, de “ Peligrosidad Social”. Asimismo aspiraba la ley a “dotar al sistema de efectividad (…) evitando que las medidas de seguridad se conviertan en corrientes penas privativas de libertad y que se frustren el propósito ellas”, para lo cual “se crean los establecimientos especiales precisos, de custodia, trabajo, colonias agrícolas, reeducación, preservación y templanza (…)”.

Más allá de las intenciones de la ley, la realidad es que en Canarias, al igual que en el resto del Estado, no se ejecutaron en absoluto las previsiones de la ley en cuanto a infraestructuras destinadas a aplicar las medidas de seguridad. La arbitrariedad en su aplicación fue tan habitual como en la Ley de Vagos y Maleantes. Algunos estudios determinan que, a nivel nacional, fueron más de cinco mil los disidentes sexuales que fueron víctimas de la represión por esta ley, aunque su número real no está aún contabilizado.

La muerte del dictador en 1975 y la aprobación, en diciembre de 1978, de la Constitución española permitieron la reforma de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, por ser incompatible con los principios democráticos. Esta ley se modificó en 1978, mediante una reforma legal en la que se eliminaron varios artículos de la misma, entre ellos los que hacían referencia a los actos de homosexualidad.

Conclusiones

La represión de las disidencias sexuales durante el franquismo se fraguó mediante la conjunción de normas penales, discursos pseudo-científicos patologizantes, castradores sermones nacional-católicos y la propaganda estigmatizadora de los medios de comunicación, controlados por el régimen.

En Canarias, durante los primeros años de la década de los 50, se creó el sistema judicial y penitenciario que iba a garantizar la efectiva aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes en el territorio y que, con la modificación de la misma en 1954, en la que se incluyó a los homosexuales, permitiría una represión no menos intensa que en otros territorios del estado.

La Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía se ha convertido en un triste símbolo de esa represión, por la inhumanidad de su régimen carcelario. Los valientes testimonios de algunos de los presos canarios, tanto de Tefía como de otras cárceles como la de Santa Cruz de La Palma, nos han permitido conocer de primera voz la dureza de la represión de las disidencias sexuales y las injusticias de un sistema represor y arbitrario.

Junto con la represión legal, la prensa local controlada por el régimen contribuyó a la estigmatización de las disidencias sexuales, propagando una imagen patológica, retorcida y perversa y fomentando el rechazo social a las diferencias sexuales y de género.

Los cambios económicos y sociales producidos en Canarias durante los años 60, especialmente los originados por el auge del turismo, contribuyeron también a los cambios de mentalidad en la sociedad de las islas. Una sociedad más urbana y cosmopolita permitió una mayor visibilización de la diversidad sexual y de género. Este fenómeno produjo un auténtico pánico homosexual en las autoridades que desembocó en la aprobación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 1970, que incluía las prácticas homosexuales como causa de peligrosidad social. No obstante, la evolución social era imparable a pesar de la crudeza en la represión social y política durante los estertores de la dictadura.

En el estudio de la represión de las disidencias sexuales en Canarias durante el franquismo no se ha profundizado lo suficientemente. Más allá de algunos artículos periodísticos y la obra de Miguel Ángel Sosa, prácticamente no hay trabajos sobre el tema. Se hace necesario ahondar en esta parte de nuestra memoria histórica. Quienes sufrieron la represión merecen recuerdo y reconocimiento. Y las futuras generaciones tienen el derecho de conocer nuestra historia, que es parte de nuestro patrimonio como comunidad lgtb y como sociedad. Sirva este artículo de homenaje y recuerdo a las personas represaliadas y también de incentivo para seguir dando luz a esta oscura época de nuestra historia.

  1. El diario Falange fue editado en Las Palmas de Gran Canaria entre los años 1936 y 1963. Fue un órgano de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. como medio de comunicación directo del régimen franquista. En 1963 cambió su cabecera por la de El Eco de Canarias (1963-1976), que continuó con la condición de Prensa del Movimiento. (Fuente: Jable, archivo de prensa digital de Canarias).
  2. Sánchez Sánchez, Esther M. (2001).
  3. Fernando Olmeda (2004), hace referencia a algunos locales frecuentados por homosexuales en Las Palmas de Gran Canaria, ubicados en los alrededores del Parque de Santa Catalina y la playa de Las Canteras, en su ensayo El Látigo y la Pluma.
  4. De hecho, hasta la fecha sólo se tiene constancia de dos mujeres a las que se aplicara, por su lesbianismo, la legislación de peligrosidad social.

Bibliografía

Arnalte, Arturo (2003), Redada de violetas. La represión de los homosexuales durante el franquismo, Editorial La esfera de los libros, Madrid.

Domínguez Mujica, Josefina (2008), El modelo turístico de Canarias, Études Caribéennes. Disponible en:

Études Caribéennes

Olmeda, Fernando (2004), El látigo y la Pluma, Ed. Oberón, Madrid.

Ramírez Pérez, Víctor M. (2016), Del detritus social a la repugnante plaga. Franquismo y disidencia sexual. La visión del Ministerio Fiscal de la época, (sin publicar).

Rodríguez Aguiar, Elsa F. (2007), El turismo de masas en Canarias, Revista Canarii, diciembre de 2007.

Sánchez Sánchez, Esther M. (2001), El auge del turismo europeo en la España de los años sesenta, Revisa Arbor CLXX, 669.

Sosa Machín, Miguel Ángel

  • (2003), Invertidos, artículo publicado en el Dominical de La Provincia el 29 de junio de 2003.
  • (2006), Viaje al centro de la infamia, Anroart ediciones, Las Palmas de Gran Canaria.

Ugarte Pérez, Javier (ed.)

  • (2008), Una discriminación Universal. La homosexualidad bajo en franquismo y la transición. Editorial Egales, Madrid.
  • (2011), Las circunstancias obligaban. Homoerotismo, identidad y resistencia.

Fuentes de los testimonios de Octavio García:

  • Entrevista con el autor el 24 de mayo de 2012, en colaboración con el proyecto Recuperación de la memoria histórica de la represión franquista en Canarias: fuentes escritas y orales, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
  • Vídeo de Iván López con declaraciones de Octavio García. Disponible en:
  • Tefía, recuerdos de Octavio García
  • Arnalte, Arturo (2003).
  • Olmeda, Fernando (2004).

Fuente de los testimonios de Manuel Alfonso:

  • Entrevista con el autor el 6 de junio de 2012, en colaboración con el proyecto Recuperación de la memoria histórica de la represión franquista en Canarias: fuentes escritas y orales, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Fuente hemerográfica:

  • Jable, archivo de prensa digital de Canarias de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Juan Andrés, Tomás y su hijo adoptado: “Las familias diversas estamos ensombrecidas”

Juan Andrés, Tomás y Tristán

Juan Andrés, Tomás y Tristán

La familia ya no es lo que era. El modelo tradicional de matrimonio heterosexual con hijos o hijas se ha ido desdibujando con el paso de los años y los cambios sociales han tenido su reflejo en la configuración de los hogares y las unidades familiares en España. Aún así, el patrón clásico sigue copando mayor espacio en el imaginario colectivo frente a otros tipos de familia que llenan las calles y que este domingo celebran el Día Internacional de las Familias, declarado por la ONU.

Circunstancias sobrevenidas o elegidas han hecho del mapa familiar un conglomerado salpicado de hogares homoparentales, monoparentales, que según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística suponen el 10,3% del total, o parejas sin hijos o hijas, que representan el 21,1%. Una variedad que escapa del prototipo y que abarca desde hogares multiculturales y adopciones a reagrupaciones familiares, personas que viven solas o mayores que cuidan de sus nietos o nietas.

“Estamos ahí, somos sus vecinos y votantes”

Juan Andrés y Tomás dicen que son una familia desde hace 17 años. Desde el principio de su relación sintieron la necesidad de ser padres, sin embargo, la única posibilidad era “adoptar en solitario, negar la existencia del otro y mentir sobre nuestra orientación”, explica Juan Andrés, periodista de 48 años. La aprobación del matrimonio igualitario hizo que en 2007 se casara con Tomás y que un año más tarde comenzaran los trámites de la adopción de Tristán, un niño malagueño de raza negra que tiene cinco años.

El periodista relata cómo dos compañeros de trabajo le dejaron de hablar cuando se enteraron. “Aquel comportamiento tenía un nombre: homofobia”, dice. Recuerda también con indignación aquella manifestación que llenó el centro de Madrid de obispos y religiosos en 2005 y que clamaba por “el derecho a una madre y un padre”. A pesar de los obstáculos, Tristán lo vive sin complejos, igual que sus compañeros de colegio. “Es la aceptación de una realidad que algunos adultos no llegan a alcanzar por condicionantes ideológicos, religiosos o morales”.

El niño está acostumbrado a oír hablar de diversidad familiar y afectivo sexual. Sus padres están implicados en el desarrollo de proyectos educativos apoyados por las instituciones malagueñas. Sin embargo, Juan Andrés sabe que es la excepción. “Cuando se habla de la familia en la escuela se da por hecho que existe un único modelo y esa es la falsa realidad que reflejan los libros de texto”, critica. Las familias diversas, dice, “están ensombrecidas en los diferentes ámbitos de representatividad social, pero estamos ahí, somos sus vecinos, sus votantes y en nuestros hogares existen los mismos grados de afectividad y problemas que en las suyas”.

Alicia, Saida, Nacho y Jesse

Alicia, Saida, Nacho y Jesse

“La sociedad se basa en la cisheteronorma”

“Supongo que ser dos mujeres feministas las que encabezan la parte adulta y la proporción de cisexuales (personas en las que la identidad sexual sentida coincide con el sexo asignado al nacer) y transexuales”. Saida García responde así a por qué su familia está alejada del modelo tradicional. Y es que en la familia que ha formado junto a la cantautora Alicia Ramos, dos de las cuatro personas que la forman son trans y otras dos cis. Ambas, junto a sus hija Jesse y su hijo Nacho, han tenido que enfrentarse a situaciones de discriminación que afrontan “con herramientas para que no afecte a nuestras vidas”, afirma Saida.

“Desde la manera en que están elaborados los formularios del colegio hasta preguntas que exceden lo que yo preguntaría a alguien con quien no tuviera confianza”, enumera esta librera de 40 años. “La sociedad está construida sobre la cisheteronorma” algo que ejemplifica con “que tengamos que participar en esta entrevista, que sea tan difícil encontrar una película o una canción que refleje bien la diversidad familiar y sexogenérica”. En esta casa madrileña, sin embargo, la variedad “forma parte de la cotidianidad de nuestras vidas”.

Rafael, Rodrigo e Isabel

Rafael, Rodrigo e Isabel

“El pediatra me dijo que a mi hija la llevara mi mujer”

Rafael Fuentes y su hija Isabel, de diez años, y su hijo Rodrigo, de ocho, se convirtieron en familia monoparental en abril de 2015, cuando su mujer Inés falleció a causa de un cáncer de páncreas. Su hogar ejemplifica las dificultades de conciliación familiar y laboral. De hecho, a este funcionario le ha costado casi un año conseguir el cambio de turno que pedía al Ayuntamiento de Madrid para poder atender a sus hijos. No obstante, debe llevarles al colegio una hora antes y recogerles una hora más tarde por la lejanía de su centro de trabajo.

“Debería existir la obligación de que en casos así no te puedan destinar tan lejos”, afirma. De hecho, dice, “cuando es una mujer, los jueces suelen fallar que no esté a más de 10 kilómetros del hogar porque la justicia entiende que es la madre la que debe hacerse cargo del cuidado”. Rafael cree que a la sociedad española “le hace falta un cambio de mentalidad” porque “la teoría acepta familias diversas, pero la práctica no”. El hombre recuerda su última visita al pediatra: “Al decirle que no podía llevar a mi hija por la mañana me contestó que la trajera mi mujer”.

Unos abuelos con la custodia de sus nietas

La historia de la familia de Celia está atravesada por la violencia machista. Carla y Marina, de doce y once años respectivamente, son sus nietas, pero tanto ella como su marido Félix tienen la custodia. Viven, además, con un tío de las niñas llamado también Félix, una persona con discapacidad. El padre de las niñas, condenado por malos tratos hacia su mujer y madre de ellas, las echó en 2007 de su casa de Barcelona, donde residían, y se fueron las tres a vivir a León con los abuelos. Sin embargo, la enfermedad se cruzó en su camino y cinco años más tarde la madre de Carla y Marina falleció de cáncer.

La justicia decidió entonces que la custodia sería para Celia y Félix. “No sabemos nada del padre, nunca pasó la manutención y ni siquiera ha contestado a las llamadas para asistir a las visitas”, sostiene Celia. La mujer, de 65 años, coincide con el resto de entrevistados en que la familia “que siempre se representa es la tradicional, a pesar de que hay muchos abuelos encargándose de sus nietos”. Las circunstancias, analiza, “han provocado esta situación, pero seguimos siendo una familia, para lo bueno y para lo malo”.

María José y Guadalupe

María José y Guadalupe

“Una familia no se mide por el número de hijos ni el papeleo”

María José y Guadalupe son una familia “desde el día en que decidimos vivir juntas y pensar siempre en plural”. No están casadas ni tienen hijos o hijas, pero sí dos perras, una gata y sobrinos y sobrinas “que saben perfectamente quienes somos”. Sostienen que cada vez es más común ver familias diversas y agradecen los cambios políticos y el activismo de colectivos “que ha hecho avanzar a la sociedad”, aunque “tendrá que pasar mucho tiempo para que esta diversidad se entienda como algo natural”, opina Guadalupe.

María José circunscribe la intolerancia a ciertos “sectores de la población retrógrados” que “no ven bien no solo la unión entre personas del mismo sexo, sino, por ejemplo, las familias monomarentales”, completa Guadalupe. Aún así entienden que “una familia no se mide por el número de hijos ni por el papeleo jurídico”, afirma María José, que pone el ejemplo de “no poder optar al descuento de familia que aplican en el gimnasio, que indica que los matrimonios tienen otra tarifa. Yo no tengo ningún documento de unión, pero me han dicho que tampoco valdría. ¿Por qué?”, se pregunta.

Jesús Tomillero: “En Primera División también hay árbitros gays, pero tienen miedo de decirlo”

Jesús Tomillero

Su teléfono no para de sonar. No arbitra en Primera División ni es internacional, pero su caso ha trascendido más allá del plano futbolístico. Jesús Tomillero, de 21 años y natural de la localidad gaditana de La Línea, es noticia desde finales de marzo por los insultos que viene sufriendo en los campos. Y no por sus malos arbitrajes, sino por ser el primer colegiado que anuncia públicamente su homosexualidad.

Ya ha anunciado que está dispuesto a abandonar la práctica del arbitraje y eso le deja la sensación de estar decepcionando a los que le piden que siga luchando en contra de la homofobia, pero dice sentirse sin fuerzas. Por el momento, eso sí, va a denunciar lo que rodea a un deporte donde no encuentra apoyos ni en la grada ni en los estamentos directivos.

Alguna vez soñaría con ser un árbitro famoso, pero quizá no por este motivo.

Seguro que no. Con este tema se me ha ido mi sueño, se me ha ido medio corazón. Yo quisiera seguir peleando, pero no puedo más.

Fue capaz de superar un primer incidente. ¿Cómo fue el segundo para que le afectara tanto?

Ha sido en un partido de Segunda Andaluza juvenil entre Recreativo Portuense Fútbol Club Base y el San Fernando Club Deportivo Isleño en El Puerto. Pité un penalti muy claro, había un jugador en el suelo y un espectador del San Fernando me dijo que yo era “el maricón que salía en la tele”. Me gritó si no me daba vergüenza pitar lo que había pitado y me dijo “maricón de mierda”. Los policías identificaron a esta persona y lo denuncié después. Me hizo daño porque estoy viendo que esto va a más. Cuanto más salgo a defenderme peor me tratan y no veo que tenga el apoyo que necesito. Así no merece la pena seguir.

¿La decisión de dejar arbitrar es definitiva?

Ahora voy a parar un tiempo porque no tengo fuerzas ni el apoyo del Comité y así es más complicado. Llevo diez años de mi vida dedicado al arbitraje y ahora subiría a Primera Andaluza, pero no me veo con fuerzas. Tengo la opción de pitar en Gibraltar porque el comité gibraltareño sí me ha ofrecido su apoyo y me lo estoy pensando. Tengo que meditarlo mucho, pero es terrible tener que irte de tu tierra para poder desempeñar lo que te gusta.

¿Qué dicen en el Comité Técnico de Árbitros de Andalucía? ¿No hay ninguna sensibilidad al respecto?

Mi decisión de dejarlo se la he trasladado y les ha dado igual. El dia 2 de mayo tuvimos una convención y estaba Eduardo Herrera, presidente de la Federación Andaluza. Pasé por su lado y ni me saludó ni me dio ánimos. Sí tuve el apoyo de los árbitros de Primera Pérez Melero o Fernández Borbalán y eso sí me motiva, como que que públicamente me apoyen partidos como el Partido Popular o un político como Pablo Iglesias. Me gustaría que sacaran una ley en cualquier ámbito deportivo para impedir que esto se repita.

¿Ha llegado a arrepentirse de hacer público que es gay?

No me arrepiento porque es lo que quise decir y es lo que siento. Los heteros no se esconden y yo tampoco tengo que hacerlo. Por desgracia, el fútbol sigue siendo del macho alfa.

¿En las categorías en las que se mueve es más duro sobrellevarlo que en la élite?

Sin duda. Y una vez que salí del armario me han dicho más cosas. En un partido de niños me decía una mujer que yo llevaba un tanga puesto. Cambiaron muchas actitudes después de mi anuncio, pero no me arrepiento. Mi causa ha valido mucho a nivel internacional, pero siento que he defraudado a mucha gente porque no he seguido adelante.

¿El deporte profesional sigue sin estar preparado para asumir casos como el suyo con normalidad?

Sí, se sigue viendo como una enfermedad. No quieren entender que no hacemos daño a nadie, que hacemos nuestro trabajo y que pasamos nuestras pruebas como el resto. Al final es un problema de educación y no sólo contra un árbitro que es gay, sino contra todos los árbitros. El entrenador chilla al árbitro, los padres igual y es inevitable que los niños también lo hagan.

¿Queda mucho para que un árbitro internacional dé el paso de anunciar su homosexualidad? ¿Casos como éste pueden ser contraproducentes?

Yo soy optimista y creo que pronto alguno lo anunciará. Sé que hay árbitros de Primera que son gays, lo conozco por un tema cercano y me consta que tienen miedo.

¿Sería de gran ayuda que un crack del fútbol reconociera su homosexualidad?

Para mí sería lo más porque sería mi ídolo. Estamos en el siglo XXI, dicen que somos el país más adelantado y en esto somos los más atrasados. Aquí vemos con normalidad que los homosexuales se casen, pero que no sean árbitros. Parece que están esperando a que maten a un árbitro para hacer algo.

¿Qué dicen en su familia de lo que está viviendo?

Me han apoyado desde siempre y ahora no iba a ser menos, pero esto me afecta mucho. La otra noche estaba con mi novio y tenía un ataque de ansiedad. Es muy duro.

La lucha de la transexual pionera de los microchips que IBM despidió en los 60

IBM despidió a Lynn Conway en 1968 tras descubrir que pretendía cambiarse de sexo. La investigadora sobrevivió sin trabajo y sin familia en las calles de San Francisco gracias a otras transexuales que sufrían la persecución policial. Trabajó en Xerox PARC ocultando su pasado y realizó importantes avances en el campo del diseño de chips en los 70. Sin embargo, el coautor de sus investigaciones se llevó casi todos los honores. Ignorada en Silicon Valley, primero por ser transexual y después por ser mujer, ahora su labor comienza a ser reconocida.

Lynn Conway trabajando en Xerox PARC (1977)

Lynn Conway trabajando en Xerox PARC (1977)

Hace medio siglo, una investigadora realizaba prometedores avances en la arquitectura de los ordenadores para el gigante de la informática de aquel entonces, IBM. Sin embargo, la compañía decidió despedirla en 1968 por una razón que nada tenía que ver con el ámbito profesional. El motivo era que Lynn Conway, reconocida actualmente como una pionera en el campo de los circuitos integrados, era transexual.

Tras una difícil infancia en los años 40 —sus padres trataron de eliminar cualquier señal de afeminamiento cuando solo era un niño incapaz de comprender lo que supuestamente estaba haciendo mal —, Lynn estudió Física en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). Solo se hacía llamar así fuera de las clases, cuando las hormonas y los vestidos le ayudaban a convertirse en la mujer que siempre había sido pese a estar encerrada en el cuerpo de un hombre.

Cuando comenzó a trabajar en IBM, se esforzó por cumplir las convenciones sociales. Luchó por ser varón. Tras conocer la labor del endocrinólogo Harry Benjamin, uno de los primeros médicos que explicó cómo se realizaban las operaciones de cambio de sexo, y después de un intento de suicidio, decidió que no podía continuar. Necesitaba pasar por el quirófano.

Thomas Watson Junior, presidente de IBM por aquel entonces y un “líder despótico” según Lynn, frustró sus planes de seguir en la compañía haciendo carrera. “Cuando las noticias de mi cambio de sexo llegaron a su rango se puso extremadamente furioso, se horrorizó de lo que había escuchado y ordenó que fuera inmediatamente despedida”, explica Conway a HojaDeRouter.com.

Pese al pionero sistema que Conway ideó para desarrollar ACS, el primer proyecto de ordenador superescalar de la historia, Watson decidió echarla. “Podían haber arruinado mi vida, me quedé en las calles de San Francisco”, relata Conway, que aún se siente decepcionada porque la empresa “nunca reconoció oficialmente que yo trabajé allí”.

LA PIONERA QUE DECIDIÓ VIVIR COMO UNA ESPÍA

Tras ser despedida de IBM, Lynn Conway continuó realizando avances en la arquitectura de los ordenadores (1983)

Tras ser despedida de IBM, Lynn Conway continuó realizando avances en la arquitectura de los ordenadores (1983)

Sin familia —se vio obligada a casarse antes del cambio de sexo y tras él no la dejaron volver a ver sus dos hijas —, sin apenas amigos, sin recursos y repudiada por una de las empresas más prestigiosas del mundo, Lynn se vio arropada por personas a las que ni siquiera conocía.

Gracias a Benjamin, conoció a otras transexuales que trabajaban como prostitutas o como artistas. “Eran mujeres maravillosas y nos ayudábamos las unas a las otras. Desafortunadamente, perdimos a muchas por el camino. Ocurrían hechos terribles con la policía en San Francisco”, cuenta Conway.

Pese al clima de terror y persecución policial que describe la investigadora, aquellas mujeres luchaban por sobrellevar su situación en una época en la que podían ser arrestadas o incluso ingresadas en un psiquiátrico en algunos lugares de Estados Unidos. ” Aprendí a sobrevivir porque ellas sabían cómo sobrevivir. Estaba en el comienzo de algo y yo tenía a las mejores profesoras del mundo”, rememora.

Lynn empezó de cero, dejando atrás su pasado como hombre. Sin embargo, sabía que en los puestos técnicos a los que aspiraba era posible que se viera involucrada en proyectos para el Departamento de Defensa, por lo que no podía mentir en sus registros médicos. Por eso, confesaba su cambio de sexo solo a los departamentos de recursos humanos de las compañías que le ofrecían trabajo. ” Había muchas empresas que no me cogieron por ello, pero cuatro o cinco lo aceptaron”.

Entre las empresas que no rechazaron a Lynn por su condición de transexual figuraba Xerox PARC, el legendario centro de investigación que sentaría las bases para la revolución informática de los 70. Conway se volcó en su trabajo en una empresa “muy progresista” para la época, pero al igual que en sus anteriores empleos, no compartió su pasado con nadie más allá de los encargados de contratarla.

Temerosa de que su carrera fracasara otra vez o de tener que abandonar la ciudad, se esforzaba por no airear la historia entre sus compañeros. “Si alguien intentaba ‘interpretarme’ o mostraba cierta preocupación por mí, yo era muy natural. Era cómo ‘ ¿de qué estás hablando?’ Fui una buena espía”, recuerda Conway entre risas.

Lynn Conway con sus compañeros de Xerox PARC en los 70

Lynn Conway con sus compañeros de Xerox PARC en los 70

Precisamente su discreción la ayudó a que la prestigiosa Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa ( DARPA por sus siglas en inglés) la ofreciera dirigir la planificación de su Iniciativa Estratégica de Informática, en un intento por fusionar todos los sistemas de armamento inteligente en los años 80. Su padre, ingeniero químico, había trabajado para el Departamento de Guerra durante la II Guerra Mundial y esa era la oportunidad de seguir los pasos de aquel hombre que la fulminaba con su mirada cuando se travestía y que murió antes de sentirse furioso o humillado por su cambio de sexo.

“Nunca mentí en ningún trabajó, y eso me ayudó a entrar en DARPA y conseguir el permiso de seguridad. Pude demostrar que siempre había dicho a la verdad pero que, por otra parte, me mantenía callada”, explica Conway. Según cree, en el Departamento de Defensa eran conscientes de que la primera interesada en mantener su identidad oculta era ella, y por eso no les supuso ningún problema contratar a una transexual. En realidad, la época en que la comunidad científica ignoraría su labor por haber cambiado de sexo aún no había llegado.

LA REVOLUCIÓN ‘ROBADA’ DE LOS MICROCHIPS

Lynn Conway consiguió aquel trabajo en DARPA gracias a los revolucionarios avances que había realizado en Xerox PARC en los 70. Allí colaboró con Carver Mead, el investigador que bautizó como “ley de Moore” a la famosa predicción formulada por el cofundador de Intel —que el número de transistores en un circuito integrado se duplicaría cada dos años.

Conway se sentía afortunada. Podía retomar las ideas que había desarrollado en IBM cuando investigaba en el campo de los microchips. Comenzó a diseñar las reglas de diseño escalable que permitirían avanzar a los circuitos hasta la Integración a Muy Gran Escala ( VLSI por sus siglas en inglés), un paso fundamental para la miniaturización de los ordenadores. Gracias a su investigación, los chips de silicio podrían albergar decenas de miles de transistores. Así, podían fabricarse máquinas mucho más pequeñas y livianas.

Carver Mead y Lynn Conway recibiendo un premio por sus logros de la revista Electronics (1981)

Carver Mead y Lynn Conway recibiendo un premio por sus logros de la revista Electronics (1981)

Precisamente su discreción la ayudó a que la prestigiosa Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa ( DARPA por sus siglas en inglés) la ofreciera dirigir la planificación de su Iniciativa Estratégica de Informática, en un intento por fusionar todos los sistemas de armamento inteligente en los años 80. Su padre, ingeniero químico, había trabajado para el Departamento de Guerra durante la II Guerra Mundial y esa era la oportunidad de seguir los pasos de aquel hombre que la fulminaba con su mirada cuando se travestía y que murió antes de sentirse furioso o humillado por su cambio de sexo.

“Nunca mentí en ningún trabajó, y eso me ayudó a entrar en DARPA y conseguir el permiso de seguridad. Pude demostrar que siempre había dicho a la verdad pero que, por otra parte, me mantenía callada”, explica Conway. Según cree, en el Departamento de Defensa eran conscientes de que la primera interesada en mantener su identidad oculta era ella, y por eso no les supuso ningún problema contratar a una transexual. En realidad, la época en que la comunidad científica ignoraría su labor por haber cambiado de sexo aún no había llegado.

LA REVOLUCIÓN ‘ROBADA’ DE LOS MICROCHIPS

Lynn Conway consiguió aquel trabajo en DARPA gracias a los revolucionarios avances que había realizado en Xerox PARC en los 70. Allí colaboró con Carver Mead, el investigador que bautizó como “ley de Moore” a la famosa predicción formulada por el cofundador de Intel —que el número de transistores en un circuito integrado se duplicaría cada dos años.

Conway se sentía afortunada. Podía retomar las ideas que había desarrollado en IBM cuando investigaba en el campo de los microchips. Comenzó a diseñar las reglas de diseño escalable que permitirían avanzar a los circuitos hasta la Integración a Muy Gran Escala ( VLSI por sus siglas en inglés), un paso fundamental para la miniaturización de los ordenadores. Gracias a su investigación, los chips de silicio podrían albergar decenas de miles de transistores. Así, podían fabricarse máquinas mucho más pequeñas y livianas.

La investigadora en el MIT, el centro en el que enseñó a diseñar chips fácilmente (2008)

La investigadora en el MIT, el centro en el que enseñó a diseñar chips fácilmente (2008)

SACANDO SU TRABAJO DEL CAJÓN 30 AÑOS DESPUÉS

Durante años, Conway pasó inadvertida pese a que sus investigaciones en Xerox PARC permitieron que sus anteriores avances en IBM se hicieran realidad. En los 90, cuando los chips ya contenían suficientes transistores como para que los procesadores fueran superescalares, pudieron ponerse en práctica los métodos que había propuesto en el proyecto ACS, que comenzó a aparecer en los libros de informática sin que nadie conociera su autoría.

“Tenía miedo de que la gente buscara en profundidad y encontrara mi pasado, y otro problema era que quien supiera que yo era transexual podría pensar ‘estás demente’ y podían creer que todo el trabajo que había hecho estaba equivocado”, explica Conway.

En 1998, cuando internet comenzaba a llegar a nuestras vidas, Lynn escribió el término “superescalar” en un buscador. Así descubrió que un investigador quería saber más sobre aquel proyecto. Treinta años después de que IBM la despidiera, hizo publica su historia por primera vez, contándole su despido y enviándole la documentación que aún conservaba.

Dejó de ser “una espía extranjera en su propio país” y comenzó una nueva carrera que poco tenía que ver con los microprocesadores. Se convirtió en una activista por los derechos de los transexuales. Publicó todos los detalles de su vida en una página web, traducida a diferentes idiomas por voluntarios de todo el mundo, para que su historia pudiera inspirar a otros transexuales.

Como profesora emérita de la Universidad de Michigan, escribió una carta a IBM pidiendo una muestra de arrepentimiento por aquel injusto despido . “Superarlo y seguir adelante” fue la respuesta a su petición. A su juicio, en la meca de la tecnología sigue imperando ” la cultura del macho dominante”. “Pienso que la historia es importante porque Silicon Valley se tiene que dar cuenta de cómo ha tratado las mujeres en la ciencia y la tecnología”.

En el siglo XXI, su labor sí comenzó a ser reconocida fuera de la compañía. En 2014 entró a formar parte del Hall of Fellows del Computer History Museum por su labor pionera desarrollando y divulgando nuevas formas de diseñar los circuitos integrados. Ese mismo año, la revista Time la incluyó en la lista de las personas transexuales más influyentes para la cultura americana, después de visitar con su marido la Casa Blanca en un evento celebrado con motivo del Mes del Orgullo LGTB.

“A través de una larga y distinguida carrera de conocimiento, esfuerzo y habilidad, Lynn Conway ha promovido una revolución no solo en su profesión, sino en un sinfín de profesiones que han sido capaces de florecer gracias a sus innovaciones y descubrimientos”. En estos términos se expresaba Barry Shoop, el presidente del IEEE, al concederle la Medalla James Clarke Maxwell por sus contribuciones en el campo de los chips hace tan solo unos meses.

“Tengo una vida maravillosa, un marido maravilloso, nos lo pasamos muy bien juntos haciendo todo tipo de cosas. Tengo 78 años pero me siento como si fuera joven”. Pese a tener que ocultar su cambio de identidad durante décadas y verse obligada a luchar para que se reconociera su propio trabajo, Lynn Conway no busca la confrontación al relatar su historia. Considera más importante que reflexionemos sobre las personas que han hecho aportaciones revolucionarias pero ni siquiera sabemos que existen. Sin duda, el suyo es el mejor ejemplo.

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Todas las imágenes de este articulo son propiedad de Lynn Conway