Dos franceses detenidos por matar a golpes a un transexual

Edificio en el que sucedieron los hechos

Edificio en el que sucedieron los hechos. MANUEL LORENZO

La Policía Nacional detuvo ayer a dos turistas franceses por su supuesta implicación en la muerte de un transexual, de nacionalidad brasileña y de unos 40 años, cuyo cuerpo fue hallado ayer por la mañana en un edificio de la zona de la Albufereta de Alicante. Al parecer, el trasveti recibió varios golpes que le causaron la muerte.

El cuerpo sin vida fue encontrado a primera hora de ayer mañana en el ascensor del inmueble por el portero de la finca, según indicaron otras fuentes cercanas al caso. Las causas de la muerte se investigan, aunque, al parecer, esta persona habría recibido una paliza a consecuencia de la cual habría fallecido. El transexual tenía 41 años y su cuerpo presentaba hematomas en la cabeza y el cuello. En principio, aparentemente carece de heridas de arma blanca o de fuego. Sin embargo, la autopsia deberá determinar si falleció a consecuencia de los golpes. Su cuerpo ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal para su análisis.

Los dos detenidos son dos hombres de nacionalidad francesa, de 32 y 21 años y desde ayer por la tarde se encuentran en los calabozos de la comisaría provincial de la Policía Nacional a la espera de pasar a disposición judicial el próximo viernes. Según ha podido saber EL MUNDO, los dos turistas residían temporalmente en ese edificio, al parecer, en casa de unos conocidos. La agresión se pudo producir la madrugada del martes cuando los ahora detenidos regresaban a su domicilio y el transexual se hallaba en las inmediaciones del edificio al parecer ejerciendo la prostitución.

El Supremo de Italia aprueba el cambio de identidad legal sin obligación de cirugía genital

Buenas noticias para la comunidad trans de Italia. El Tribunal Supremo dictamina que las personas transexuales no estarán obligadas someterse a una operación de genitales para modificar el género en sus documentos personales o en los registros en los que figure.

La sentencia estipula que la definición de género “no requiere el sacrificio del derecho a la conservación de la propia integridad física”.

La Corte se pronuncia a favor del recurso presentado por una mujer transexual de 45 años que se negó a operarse. Según manifiesta la asociación LGBTI Rete Lenford, su defensora, “desde hace 25 años ha alcanzado equilibro psicofísico y vive y es reconocida como mujer”.

El Supremo era la última instancia a la que había acudido esta mujer para pedir la rectificación de sus documentos “a pesar de la ausencia de operación quirúrgica en sus órganos genitales”, tras pasar por un tribunal en la ciudad de Piacenza y apelar al de Bolonia. Ambos rechazaron la petición.

Italia se suma de esta manera a otros países y territorios que han adoptado normativas similares, como Argentina (2012), Andalucía (2014) y Malta, Irlanda, Noruega y Colombia (2015).

El gobierno valenciano condena el asesinato homófobo de una mujer transexual en Alicante

La mujer murió en un apartamento de la playa alicantina por la paliza que le propinaron sus presuntos agresores que están detenidos

La vicepresidenta del Consell y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, ha manifestado “la condena firme” del ejecutivo valenciano por el asesinato este martes de una mujer transexual en Alicante “debido, al parecer, por la brutal paliza que le propinaron presuntamente dos individuos, ya detenidos”.

La vicepresidenta ha explicado que “a la espera de conocer más detalles del caso, que está bajo secreto de sumario, todo apunta a que este crimen se ha cometido por transfobia o violencia de género”.

A este respecto, Oltra ha llamado la atención, a través de un comunicado, sobre “los crímenes de odio por motivo de identidad sexual o de género (transfobia) y, en especial, por la vulnerabilidad de las mujeres transexuales, las cuales viven en la mayoría de casos situaciones de gran desprotección”.

La consellera de Igualdad ha enfatizado que para el gobierno autonómico es “una prioridad” trabajar en la lucha contra los crímenes de odio “especialmente desde la prevención y la atención a las víctimas”.

Así, ha anunciado que se abordarán “a través de una Ley integral para la igualdad efectiva de personas LGTBI y contra la discriminación por orientación sexual o identidad de género” porque, a su juicio, cabe concienciar a la ciudadanía de que “en esta sociedad la diversidad de las personas es una valor a preservar, independientemente de su identidad sexual o de género, orientación sexual, raza, etnia, cultura, religión o creencias”.

Hallado muerto un travesti brasileño en un ascensor en Alicante

Dos franceses de 31 y 21 años están detenidos como presuntos autores de un homicidio violento

Un ciudadano brasileño de 41 años ha sido hallado muerto dentro del ascensor de un edificio de Alicante a las 9.10 de este martes. Dos veraneantes franceses de 31 y 21 años, sin parentesco aparente, han sido detenidos por la Policía Nacional tras seis horas ignorando a los agentes y ocultándose en el piso donde ocurrió el presunto crimen. Entre este miércoles y jueves pasarán a disposición judicial, según han informado fuentes de la investigación. Por el momento, están abiertas todas las hipótesis, siendo la más probable la de una fiesta que se fue de las manos a los dos turistas. La víctima, a falta de confirmación oficial, es un travesti que se encontraba de visita en el edificio, de acuerdo con las versiones de los vecinos.

El despertar en el número 19 de la avenida de la Condomina, un edificio que mira a la albufera de Alicante, ha sido todo menos placentero. Un vecino se topaba en su camino hacia la calle con el cuerpo de quien en un principio pensó que era una mujer. Se encontraba en parada cardiorrespiratoria y con evidentes síntomas de violencia en cuello y cabeza. Los intentos de reanimación no sirvieron para nada. Hasta que llegaron los agentes policiales, nadie se percató de que en realidad era un hombre.

Los investigadores comenzaron con las pesquisas propias de un caso de homicidio. Estas les llevaron al piso número cuatro de la torre D de este edificio, donde la música y el ruido de fiesta escuchados durante gran parte de la noche hizo sospechar a los agentes. Durante seis horas estuvieron llamando a la puerta. Los agentes no pudieron entrar en ella hasta pasadas las tres de la tarde tras ser autorizados por un juez. Dentro estaban los dos jóvenes.

La policía sospecha de dos posibles escenarios: uno en el que la víctima fue contratada para prestar determinados servicios sexuales y otro en el que el trío se conoció en un local durante la noche. En los alrededores hay locales de intercambio de parejas y varios clubes de alterne, algunos camuflados como simples chalés. En la comunidad de vecinos nadie había visto a los dos franceses hasta el día anterior, que estuvieron bañándose en la piscina, lo que hace pensar que detenidos y víctima no se conocían. No se descarta incluso que la paliza recibida por el fenecido fuera motivada porque los presuntos homicidas descubrieran el sexo real de su acompañante.

El piso donde presuntamente ocurrieron los hechos es propiedad de la abuela de uno de los detenidos, dato que concuerda con la historia del lugar del suceso, el barrio de la Albufereta. El barrio fue colonizado en la pasada década de los años 60 por los llamados ‘pieds noirs’, los europeos que huyeron de la revolución argelina sin casi tiempo para poder hacer la maleta. En verano es común ver cómo los nietos de aquellos inmigrantes llegan a la Albuferaalicantina con sus matrículas francesas.

Para rematar la negra jornada, mientras los policías investigaban, a apenas 50 metros del lugar de los hechos y en plena orilla del mar, moría de un ataque al corazón otro vecino del edificio.

Mirar en el corazón, no a los genitales

Según la asociación Chrysallis Euskal Herria, en Euskadi podría haber hasta 400 menores en situación de transexualidad dependiendo de diferentes investigaciones

Mikele, una adolescente natural de Iruñea

Mikele, una adolescente natural de Iruñea (Javier Bergasa)

CON sus lazos, sus ganchos y sus vestiditos, Lucía es una niña muy querida en su pueblo natal, en Asteasu. A sus 4 años, le gustan los juguetes que socialmente están vistos como “más de niña” y todo lo que tenga que ver con las princesas. Eso sí, lo que no soporta es a los niños. “Dice que son muy burros”, apunta su madre, Abi Labaien, con una sonrisa. Lucía ahora ríe, satisfecha, cuando corretea por la calles del municipio guipuzcoano. Sin embargo, hace un año no todo era de color de rosas. “Siempre se levantaba ofuscada, llorando”, recuerda Abi. La razón: todo el mundo le decía que era un niño, no una niña.

Más de 350 científicos firman una carta de protesta contra ‘Science’ por publicar contenidos sexistas

POLÉMICA  El editor de una de sus secciones ya ha abandonado su puesto

Polémica portada de la revista Science

Polémica portada de la revista Science. SCIENCE

Más de 350 científicos han firmado una carta de protesta contraScience, una de las revistas científicas más influyentes del mundo. La carta denuncia la publicación tanto en Science como en Science Careers (otra publicación hermana de la misma editorial) de columnas sexistas, una foto de portada ofensiva hacia personas transexuales, y un tuit sarcástico de de su editor, Jim Austin, quien ha dimitido recientemente.

El 11 de julio de 2014, Science publicó una foto de portada en la que aparecían los cuerpos de prostitutas transexuales de color bajo el titular: ‘Staying a step ahead of HIV/AIDS’. (‘Yendo un paso por delante del virus del VIH /sida’).

La foto encendió la polémica y las redes sociales comenzaron a inundarse de críticas en contra de esta fotografía. Jim Austin, el editor de Science Careers, respondió a estas críticas de forma irónica desde su cuenta de Twitter: “¿Soy el único que encuentra indignación moral muy aburrida? ” El tuit fue borrado poco después.

Polémico twit del editor de la revista Science

Otro de los casos que denuncian en esta carta abierta ocurrió en junio de 2015, cuando Science careers publicó una columna respondiendo una joven científica que pidió consejo a una de las columnistas acerca de una experiencia personal con un supervisor que le miraba constantemente el escote.

La columnista la Alice Huang, antigua directora de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en ingles) le dio el siguiente consejo: “Como el asunto del supervisor no ha ido más allá, te sugiero que lo dejes pasar y te lo tomes con buen humor, si puedes”. Y añadió, “su fijación en tu pecho puede resultar incómoda, pero te conviene lograr su atención hacia tu ciencia para obtener sus mejores consejos”.

ENTREVISTA A CARLA ANTONELLI : “Como transexual tienes que demostrar el doble para eliminar prejuicios”

Publicado en 360GradosPress

Esta semana 360 Grados Press pasa el micrófono a la activista Carla Antonelli para hacer balance sobre sus años de defensa de los derechos de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales cuando se celebran diez años de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario

Carla Antonelli es, junto al político socialista Pedro Zerolo, una de las figuras más influyentes en materia LGTB

Carla Antonelli es, junto al político socialista Pedro Zerolo, una de las figuras más influyentes en materia LGTBI. Fotos: Marga Ferrer

Conversar con Carla Antonelli (@carlaantonelli) conduce a recordar por qué los colectivos LGTBI decidieron alzarse en unos años en los que era muy duro e incluso peligroso decir “soy homosexual” o “soy transexual”. También supone recuperar en la memoria a uno de los mayores baluartes de la defensa de los derechos de quienes no eran iguales legalmente al resto hace no tanto tiempo, el político socialista Pedro Zerolo, fallecido en el mes de junio tras una larga lucha contra el cáncer.

Antonelli, actriz, activista y diputada de la Asamblea de Madrid por el PSOE, refleja un espíritu que hoy sigue vigente y que ha conseguido derribar barreras y alcanzar logros tan significativos como la aprobación en España de la Ley del Matrimonio Igualitario, que este año celebra su décimo aniversario. Una mujer decidida, reivindicativa, que deja a un lado los colores políticos en pos de la igualdad y que la convierte en todo un ejemplo a seguir para la sociedad en su conjunto.

¿Qué balance haces de tus años como actriz, política y activista de los derechos LGTBI?

Todo lo que he hecho he intentado que fuera con la mayor dignidad posible, desde el compromiso más absoluto. Como actriz he tratado de ser natural y muy crítica y en la asamblea me he metido profundamente en cada cosa y he tratado de estar a la altura.

¿Cómo definirías en una frase este camino?

Un camino en el que he aprovechado lo que me ha ido poniendo la vida por delante, relacionando lo de ayer con lo de hoy con coherencia, durmiendo con la almohada convencida de lo que haces, si no acabas no reconociéndote frente al espejo.

carla antonelli

¿Se te han puesto muchas trabas para entrar en política por el simple hecho de ser transexual?

Siempre, en todas partes, pero la vida se compone de retos y estos me crecen. Como transexual tienes que demostrar el doble que los demás para eliminar los prejuicios que existen, pero eso me motiva para tratar de desmontar todas esas ideas retrógradas.

Se te considera como uno de los baluartes de la defensa de los derechos LGTBI por haber conseguido llevar de tu propia mano como diputada las reclamaciones y peticiones del colectivo ante el poder. ¿Cómo te sientes al respecto?

Lo veo con mucha humildad y siendo consciente de que solo soy una imagen que representa a un colectivo. La vida me ha llevado ahí y tengo la oportunidad de tener una voz ante Madrid y ante los medios de comunicación para reivindicar la igualdad. Nada más.

¿Queda todavía mucho que hacer por los derechos del colectivo a nivel legal y social?

Queda mucho por hacer. Sobre todo transmitir pedagogía e la incrustación social de que todos cabemos en esta sociedad. Recuperar esa educación para la ciudadanía que se eliminó. Educar en el respecto y en la convivencia con la diversidad a los niños. Queda también luchar por una ley en el marco estatal contra la discriminación, que ya se ha logrado en Barcelona, por ejemplo. Una ley que defienda la transexualidad a nivel autonómico. También es necesario reformar la Ley de Identidad de Género de 2007 que, aunque ya permitía cambiar de nombre a los interesados sin necesidad de operarse, deber proteger mejor a los menores transexuales y a los extranjeros.

¿Por qué crees que piezas principales del movimiento LGTBI como las mujeres lesbianas y las personas transexuales no hayan alcanzado ese nivel de aceptación que sí han logrado los hombres homosexuales por parte de la sociedad?

Se debe a la cultura y a la somatización. Ellas mismas lo han interiorizado y deben desnudarse de ello en primer lugar y luego convencer a los demás. Vamos avanzando. De hecho hace 12 años no nos podíamos casar y ahora ya hay una mayor concienciación de nuestros derechos con los que tener cabida en esta sociedad.

Siempre acompañada en esta defensa por tu gran amigo Pedro Zerolo. ¿Qué ha supuesto su paso por la política para los derechos LGTBI?

Pedro fue fundamental por su capacidad de liderazgo, su capacidad para visibilizar y convencer de la necesidad de leyes que mejoraran nuestra situación y de que los sueños no tienes por qué ser solo sueños. Fue el pegamento del activismo, unificó a todos los colectivos, convenció a Zapatero para que impulsara la aprobación del matrimonio igualitario. Fue una imagen fuerte y potente también hacia países latinoamericanos. Les empoderó para que lo legalizaran también en muchos de ellos.

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¿Cómo valoras los resultados en Madrid de las elecciones autonómicas? ¿Estás conforme con el pacto de PSOE y Ahora Madrid para que Manuela Carmena llegue a la alcaldía?

El ayuntamiento ha empezado regular, ya que hay muy pocas mujeres, por lo que no se ve apenas paridad. Pero, bueno, estoy conforme con el pacto, era lo que había que hacer. Era el pacto natural. Carmena ha llegado al poder gracias a los votos del PSOE, por lo tanto se trata de una gran victoria apoyada.

Valencia es una de las ciudades en la que más se ha notado hasta el momento el cambio de tendencia política. ¿Crees que también va a experimentar una mejora importante en cuanto a los derechos del colectivo con la salida de la alcaldía de Rita Barberá y la entrada de Joan Ribó de Compromís gracias al respaldo del PSPV?

Presupongo que sí, pero no deben solo colocar la bandera de la izquierda como victoria, sino que deben cumplir sus propuestas y los valencianos exigirles que lo hagan. De momento Compromís ha conseguido que varios miembros del colectivo LGTBI entren en sus ayuntamientos municipales. Es un logro.

¿Cuál crees que va a ser el panorama de los ayuntamientos españoles en una de las formaciones de gobierno con el pacto como elemento clave más destacada de los últimos años? ¿Habrá más de pluralismo o de caos?

Habrá más pluralismo. En el País Vasco, por ejemplo, siempre ha habido pactos y les ha ido bien. No debe ser un problema llegar a acuerdos. Lo que deben intentar con esos pactos es trabajar por el bien común y que no se convierta todo en guerras personales por ver quién destaca más.

Viruta: “Desde que me identifican con un hombre noto que tengo más privilegios”

VIRUTA FTM CANTAUTOR

Se define como un “cantautor transexual y precario que hace música transfeminista y rebelde”. Pero Viruta FTM es mucho más que eso y en sus conciertos es capaz de llevarte de la risa a la reflexión en pocos segundos.

Viruta durante la entrevista en Madrid

Viruta durante la entrevista en Madrid. / FOTO: ÁLVARO MINGUITO

“Consumimos aire, sueños, identidad, relación, alma”.
Testo Yonki (2008). Beto Preciado. 

Si tecleamos desde España en cualquier buscador de internet FTM, lo más probable es que lo primero que aparezca sea la Federación de Tenis de Madrid. Si elegimos la opción vídeos, la cosa cambia. Decenas de ventanas con la palabra transgender, timeline o testosterone se despliegan ante nosotras. FTM o Female to Male- de mujer a hombre-, es un código que se usa para identificar a la gente que está en transición y es también la coletilla que acompaña a un cantautor que lleva años rodando por Madrid acompañado de su guitarra, Viruta FTM. “Es algo horrorosamente binario pero sirve para que las personas que transitamos, los chicos trans, podamos encontrarnos”, explica.

Viruta se mueve por Madrid en una diminuta bici roja plegable, “es perfecta y es lo único que me dejan meter en el metro a cualquier hora”. Sabe que tiene aspecto de chaval, “bajito y sonriente” a pesar de los tatuajes. El último que se ha hecho dice “born this way-nacido de esta manera-y va acompañado de un símbolo transfeminista. Viruta, que en otro tiempo se llamó Virginia, comenzó dando conciertos para sus amigas en pequeñas salas de Madrid, “era como una cantautora bollera y tierna”, cuenta.  Desde entonces ha llovido mucho.

¿Por qué Viruta?

Viruta lo conservo desde hace muchos años. La versión real es que me colocaron este mochuelo mis amigas con esa cosa tan machista y universal de que cuando te enrollas con mucha gente en un breve espacio de tiempo te llaman puta, directamente. Mi nombre registrado era Virginia, así que juntaron el Virgina con el puta y me empezaron a llamar Viruta. Empecé a enrollarme a diestro y siniestro, con chicos, chicas y todo lo que se moviera por la misma razón por al que empecé a ponerme mórbidamente gordo entre los 20 y los 25. Me convertí en una versión bajita de lesbiana butch. Se supone que todas las lesbianas de los sueños o las pesadillas de la gente eran más o menos como yo, pero la realidad era que en ese momento había un repunte de bollo lipstick, se podía ser femenina y gustarle a las mujeres. Hubo un bombardeo en los medios en el que las lesbianas de pronto aparecían, pero tenían que aparecer normalizadas y yo ya tenía la mosca detrás de la oreja con todo el proceso de normalización. Tenía escaso interés en mi cuerpo. Sabía que mi cuerpo y mi manera de funcionar por el mundo no eran las que quería y entonces comía sin fin, sin ningún problema, y me enrollaba con gente todo el tiempo. Sin embargo, en vez de estar rayado, como mucha gente trans que lo que hace es intentar mutilarse o encerrarse y no dejar que nadie le toque hasta que no transicione, pues yo lo hice al revés, dejé que todo el mundo me manoseara sin ningún problema ni ninguna carga, pero el cartelito me lo colgaron. Lo de puta es algo con lo que siempre me ha gustado jugar, siempre me ha interesado mucho todo lo que rodea al mundo de la prostitución y el trabajo sexual, toda la construcción social que se organiza en torno al estigma de puta. Me quedé con Viruta porque me parecía adecuado apropiarme del insulto.

Lo de reapropiarse de las etiquetas, lo de resignificar es algo que haces mucho. Tus primeras canciones son versiones de temas más famosos y comerciales, pero poco a poco vas jugando con otras melodías y otras letras, compones himnos contra el amor romántico como Peras y Manzanas o I’m slut, de la Marcha de las Putas de Ecuador, untimeline también sobre tu transición.

Mis últimos dos o tres años han sido la locura. Antes, al estar en otro contexto, hacía canciones distintas. Creo que somos presas de los que estamos viviendo y nunca he podido evitar hacer canciones desde las emociones. Pero han cambiado un montón porque ahora estoy atravesado por mucha información que antes no tenía y mis canciones se han vuelto cada vez más feministas y más integristas. Lo de sufrir por amor romántico o a lo pantoja lo tenía incorporado, y aún tengo un regustito cuando oigo una canción de amor rotundo y me gusta. Ha habido muchos años de construcción para tener una deconstrucción repentina.

Viruta, en un momento de la entrevista

¿“Con tetas no hay ParaDisko”? ¿Lanzas un crowdfunding para quitarte el pecho y sacar un disco?

Estuvimos pensando mucho tiempo el nombre. Este año tengo dos necesidades urgentes. Lo de quitarme las tetas como persona transexual podría haber sido secundario, pero ya me he hartado. Me he hartado de no poder respirar, de no poder ir a la piscina, de no poder llevar una vida normal en el mundo normal, ese del que tantas pestes echo. Yo quiero seguir luchando porque la gente quiera sus cuerpos y yo querer el mío, pero tengo la sensación de que no voy a vivir para ver esos cambios de mentalidad en la sociedad que van a permitir que la gente camine con la expresión de género que le de la gana acompañando al cuerpo que tiene.

¿Realmente crees que esos cambios llegarán en algún momento?

Creo que sí. Los estoy viendo llegar. Poco a poco la gente joven se está lanzando a expresarse. En los ’90 ser la lesbiana de tu barrio, aunque fuera una ciudad grande como Madrid, era significativo, había mucho bullying. Ahora parece que ya está mucho más presente en la sociedad. Sin embargo, la cuestión trans aún está congelada, es algo muy denostado y criticado, y aunque hay mucha lucha entre manos, no creo que me vaya a permitir la vida pasear por ahí sin dar el cante. Yo me meto en el metro y la gente no se da cuenta de que soy un muchacho trans, pero sigue habiendo un montón de parcelas de mi vida en las que no puedo funcionar de manera cotidiana. No puedo salir a tirar la basura sin ponerme una faja o salir a la terraza a tender la ropa porque los vecinos de enfrente me echan fotos si ven algo raro en mi cuerpo. Tengo la sensación de que quedan muchos veranos, que me acerco a los cuarenta años y me apetece hacer otras cosas. Si tuviera 18 años estaría el triple de empoderado y podría ahorrarme la vehemencia con la que defiendo una operación de cirugía plástica, porque hasta yo tengo al sensación de que es una operación de cirugía. Tengo un duelo interno, porque estoy haciendo mucha lucha a favor de la diversidad de los cuerpos y amar nuestros cuerpos y en el fondo siento que estoy traicionándome a mí mismo. Igual hay gente que opina que con la nariz que tiene no va a poder funcionar el resto de su vida, que le frena para las relaciones sociales y que todo el mundo se mete con su nariz. Lo mismo puede pasar con cualquier parte del cuerpo. Pero ya me he lanzado a la piscina porque sé que me va a mejorar la vida y que me va a ayudar a estar mejor por el mundo.

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¿Y el disco?

El disco me hace falta y no me hace falta, pero más allá de eso, tengo la sensación de que hay mucha gente que quiere oír mi música. Yo de pequeño no soñaba con ser cantante, pero sí con ser un señor, o algo así. Mucho más que ahora, que no sueño con ser un señor, sino quedarme en una expresión de género media. Lo que pasa es la gente te tiene que encasillar en una cosa u otra, así que algo habrá que parecer. Desde luego prefiero parecer un señor que una señora, que me queda muy mal, pero yo en mi activismo, en mi entorno de comodidad, prefiero estar en ese limbo extraño. Haciendo música tengo la sensación de que hay muchas cosas que a la gente le han servido para algo, hay madres de niños trans que me dicen que les he ayudado en la transición.

Es cierto que te expones mucho en tus conciertos y en tus canciones y eso no es algo tan habitual. Incluso en los vídeos visibilizas tu transición.

Es que paradójicamente, aunque no me gusta generalizar, lo que se busca desde el colectivo trans es la invisibilidad, la normalización de los individuos o individuas trans, el hecho de que no hayas nacido con unos items de mujer o de hombre y puedas pasar por el mundo sin que la gente detecte que has nacido con las partes del cuerpo que corresponden al otro género. Yo no es que busque lo contrario si no es por un objetivo dentro del activismo. Pasar inadvertido por el mundo me viene bien para que la gente no me acose, no me insulte, no me diga cosas. Pero también me resulta útil que la gente se dé cuenta de que soy trans para que encuentren otros referentes porque a mí es lo único que me ha servido para transitara mí en mi vida. Yo en los 90 intentaba decírselo a mis parejas, pero mientras, hacía una especie de performance de lesbiana o algo así, porque me gustaban las mujeres y entonces me tocaba ser lesbiana porque yo tenía tetas. No sabía que había ninguna otra posibilidad, porque la transexualidad era lo que estaba asociado a la prostitución, a La Veneno, Bibi Andersen y poco más. La idea de hombre trans ni siquiera existía y hasta que las redes no se metieron en la cuestión y empiezas a descubrir transiciones de otras personas, otros lugares del mundo donde hay gente que decide cambiar su expresión de género, no te planteas que tú puedes hacerlo. Es necesario siempre que haya referentes y pensar que no eres la única persona que está pasando por eso.

¿Y qué referentes encuentras tú?

En los 90 no hay nada, sobre todo encuentro a partir de 2005 casi todo en YouTube. Hubo gente que empezó a contar sus penas y su situación, a querer cambiar y, sobre todo, a hacer una especie de timeline en el que mostraban su cambios. Se empezaban a hormonar y contaban mes por mes cómo cambiaban y lo que se iban encontrando, haciendo una especie de tutoriales. Es algo dual porque hay una parte de vanidad, porque te empiezas a mirar en el espejo mucho más que durante el resto de tu vida porque te vas pareciendo más a aquello que querías conseguir, pero también tienes ganas de que el resto lo vea, por si puedes ayudar a alguien.

La reflexión puede sonar viejuna, pero es cierto que en este sentido internet ha hecho mucho, ¿no?

El YouTube a mí me ha cambiado la vida, igual que a muchísima gente. El transitar es algo que aún a día de hoy no se entiende, sigue resultando muy impactante que la gente decida cambiar una obligación tan importantísima como es mantener tu expresión de género hasta que te mueras. La ventana del YouTube permite que la gente que está haciendo cosas en su intimidad las saque fuera. Yo al principio era super tecnófobo. Nunca había pensado en hacer cosas en internet, pero todo fue de la mano del feminismo. Había tenido militancia feminista de joven, de puño en alto y mani 8 de marzo, pero muy tibia a los 20 años.  De ahí me metí en el momento LGTB másmainstream de Chueca, dejé de lado la lucha feminista pero en Chueca tampoco encajé. Así que al volver a Lavapiés y meterme en temas de contenido me di cuenta de que mi lugar estaba aquí, con gente que tuviera más diversidad de expresiones de género. Como persona trans en el colectivo LGTB creo que no se encaja. Se encaja muchísimo mejor en cualquier submundo de gente que no se plantee tanto las cuestiones éticas y estéticas como en el mundo LGTB mainstrream, que está todo muy observado. Igual que las unidades de género, que son muy criticadas por los colectivos trans, porque te obligan a una transexualidad muy hegemónica en la que si eres un hombre trans eres muy hombre con sus camisas de cuadros, su fútbol y cosas así, en el entorno LGTBmainstream también es así, tienes que encajar con una cosas, una música y vestirte de una manera concreta.

Viruta, en un momento de la entrevista3

Has hablado de las Unidades de Género ¿Cómo es la transición por la sanidad pública?

Es todo complicado, hay una posibilidad de intervenirse por la Seguridad Social pero tienes que entrar por el ojo de la aguja. Yo estoy vetado en la UTIG (Unidad de Transtornos de Identidad de Género de la Comunidad de Madrid), que es horrible, porque estuvimos en un congreso de transexualidad, donde por cierto no había sin gente trans e hicimos preguntas incómodas tipo “¿Ustedes saben que les mentido en los test y que cuando nos preguntan si somos heteros o nos gusta el fútbol mentimos y decimos que sí?”. Después me dijeron que mi solicitud podría demorarse años y años.

¿Y el cambio de nombre a nivel legal?

Dentro de la sanidad pública hay un protocolo, pero también hay una alternativa para la gente que no tiene tarjeta sanitaria. Está Médicos del Mundo y la posibilidad de acceder a un psicólogo o psiquiatra privado, eso sí pagándolo, y necesitas dos informes, uno de un endocrino, alguien que te haya estado siguiendo durante dos años, porque te tienes que estar hormonando durante dos años para cambiarte el nombre, necesitan una prueba de que en tu paso futuro por la “vida real” vas a ser leído como un hombre. Y mientras, vas asistiendo a terapia para que confirmen tu cambio. Te hacen test y distintas preguntas en las consultas,  un historial completo de tu vida personal, de tu vida sexual, y sobre cómo te has comportado con tus parejas. Si determinan que hay algo en tu vida que no les cuadra, el informe puede ser vetado y no te dejan cambiarte el nombre, es muy perverso. Así que intentas responder siempre lo que crees que quieren oír. Y estás supeditado a lo normativo y conservador. Una de las preguntas más clásicas es “¿cómo sabes que no eres una mujer lesbiana?” Alguien con 17 o 18 años les imponen una masculinidad que ellos no tenían y eso es lo que da miedo, les devuelven a su casa hechos una mierda porque no les gusta el fútbol.

¿Cuánto llevas hormonándote? ¿Has notado muchos cambios?

Llevo dos años y medio y las hormonas me han cambiado la vida. Me hubiera podido mantener igual el resto de mi vida, sin operarme, si la parte protésica de esconder las tetas no fuera tan incómoda para vivir, pero tener una faja en medio el pecho te impide vivir y respirar, genera lesiones con los años. Lo de la hormonación lo he notado en la voz, que me ha bajado un par de escalas y eso ha sido muy complicado. No hay más chicos trans que canten porque es muy difícil. Yo lo que hago ahora es jugar porque cuando te cambia la voz te quedas en menos de una escala. Es un cambio de voz artificial y adulta que se produce porque las cuerdas vocales crecen y al crecer, la garganta se estrecha. La hormonación también hace que te crezcan músculos y puede que la mala leche, pero no te implanta una violencia que no resida en ti. También he notado que ha cambiado mi manera de socializarme, porque la gente ha dejado de leerme como una lesbiana camionera y verme como un muchacho y ser más invisible, porque los muchachos son más invisibles. Y si eres bajito, como yo, eres medio hombre para muchas cosas. Las mujeres hetero genéricas del mundo, tampoco reparan en ti porque eres bajito. Los muchachos gays sí me miran más.

¿Y desde que eres leído como hombre sientes que tienes privilegios masculinos, que te tratan de manera diferente?
Por supuesto que sí, tienes privilegios en un millón de cosas. Las primeras, las más sutiles, ser más escuchado, todo eso que llaman micro machismos, que en realidad son machismos tal cual, desde que te pongan a ti la caña y a tu compañera la fanta hasta el tema de la ocupación en el espacio público, no tener miedo por la noche en la calle o que una misma broma caiga de manera diferente según de qué boca salga. Lo esperabas porque lo sabes desde siempre, y ocurre. Te das cuenta de que exactamente con la misma circunstancia y viviendo la vida en tu mismo envase, solo porque la cáscara ha cambiado, la cosa funciona de manera diferente.
¿El género binario es uno de nuestros mayores problemas? Al menos eso decías en unaentrevista de Pikara Magazine.
Es el primero de nuestros problemas porque eso nos da una carga vital, una mochila de quehaceres. Desde que existen las ecografías que pueden definir en teoría qué es lo que te cuelga entre las piernas, hay una educación en género, incluso a través de la tripa. Se habla de lo bonita que va a ser la niña o de que el niño va a ser futbolista. Hay una necesidad imperiosa de poner etiquetas. Todo en la vida nos llega en forma de binario, hasta que no nos desviemos de todo eso, el mundo no va a cambiar, aunque los grupos de gente joven ya están cambiando. Hay niños y niñas hegemónicos que no se conforman con ser un macho macho o una hembra periputi. Hay mucha gentetransgender o gender fucker, gente que no quiere ser él o ella, o que se nombra como “elle”. Como los góticos de mi juventud, que era lo más andrógino que me encontraba en mi época. Muchachos que se maquillaban, dulces, femeninos… ahora pasa mucho con la gente joven en el mundo del cómic y se empieza a deshacer el género desde la cultura japonesa, porque tienen una manera más andrógina de sentir la vida. Son sujeto de bullying a saco, porque en el cole tienes que ser una barbie malibú o el garrulo que da collejas a los demás. Es un patio de instituto que viene de Estados Unidos, pero es el mismo que veíamos en la peli de Grease en los 80 en la que los nerds se ponen en un banco y los quarterbacks en otro. Eso está en todas partes pero la gente joven lo está intentando disolver poco a poco.

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  • Su discurso ha emocionado a un auditorio entregado y emocionado que la escuchaba

  • ‘Si quieren llamarme por otro nombre, háganlo, yo puedo soportarlo’

Caitlyn Jenner es ya un icono del colectivo homosexual y transexual en Estados Unidos y a nivel mundial. Su trayectoria en los últimos meses tras culminar el proceso de cambio de sexo la había colocado en un lugar destacado, pero en el país norteamericano nadie llega a ser verdaderamente una figura sin un discurso reivindicativo y lacrimógeno. Pues bien, Caitlyn ya tiene el suyo, ese con el que pasará a la Historia como una de las activistas que más hizo por visibilizar a la comunidad ‘trans’.

Lo ha hecho esta noche, al recibir el Premio Arthur Ashe al Valordurante la ceremonia de los galardones ESPY que entrega la cadena deportiva ESPN.

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“Mi petición para vosotros esta noche es que os unáis a mí. Las personas transgénero merecen algo. Merecen respeto y de ese respeto se construye un mejor país, una sociedad más empática y un mundo mejor para todos nosotros”, exclamó Jenner ante un auditorio totalmente entregado y emocionado.

“Si quieren llamarme por otro nombre, si quieren ponerme motes, háganlo, porque yo puedo soportarlo”, pero pidió que la gente no se comporte así con los adolescentes que se cuestionan su identidad.“Esto no es sobre mí, es sobre nosotros. Aceptémonos unos a otros con nuestras diferencias; ser diferentes no es algo malo”.

Durante casi 10 minutos, Caitlyn repasó su vida como Bruce y todo el proceso de cambio por el que ha atravesado. “Los últimos meses han sido un torbellino de experiencias y emociones. A decir verdad, parece que cada vez que doy la vuelta me pongo en estas situaciones de mucha presión, pero nunca he sentido más presión que en los últimos meses”, aseguró.

Las hermanas Jenner, con Kim Kardashian delante, en la ceremonia.

Las hermanas Jenner, con Kim Kardashian delante, en la ceremonia.

Vestida con un impresionante modelo de Atelier Versace de color blanco, Jenner disfrutó emocionada del carrusel de imágenes que iban desde su infancia hasta el momento actual pasando por sus éxitos como deportista, entre los que destaca la medalla de oro en el decatlón de los JJOO de 1976. Con la voz del actor Jon Hamm (Don Drapper en ‘Mad Men’), el montaje destacó su valentía al afrontar un cambio de género que durante años ocultó.

“Debéis aceptar a las personas por lo que son […] Debéis aprender todo lo que podáis de los demás para llegar a conocerlos verdaderamente”, dijo en un momento de su intervención, en la que no paró de mencionar, además, la importancia del “respeto” y la “educación”.

Entre los asistentes que escuchaban casi sin pestañear se encontraban las hijas de su ex mujer, es decir, Kim Kardashian y todas sus hermanas. También ellas atendían admiradas y con los ojos acuosos a las palabras de su padrastro. “Estoy muy orgullosa de que forméis parte de mi vida”, les dijo mirándolas directamente.

Al terminar, el auditorio se puso en pie para dar la bienvenida a un nuevo símbolo de las reivindicaciones LGTB.

Pol Galofre: Abrazar lo trans

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“Para mí el feminismo era algo que estaba allí, pero a lo que no me había aproximado mucho. Cuando entré en la universidad me apunté a una asociación LGBT, y a raíz de eso empecé a leer, a aprender, a investigar sobre teoría feminista y entender que era allí donde a mí me gustaba moverme y que los discursos que estábamos teniendo en tanto que trans y LGTB si no estaban cruzados con el feminismo no me interesaban. Entendí que las luchas por la despatologización de lo trans, el cuestionamiento del sistema sexo género, tenían que ir vinculados a la lucha feminista y que las conexiones que teníamos que establecer debían ir en ese sentido.”

Pol Galofre (Barcelona, 1987) es uno de los impulsores de Cultura Trans, un proyecto que nació en 2011 de la mano de algunos de los organizadores de la manifestación Trans en Barcelona -desde el año 2009, cada mes de octubre, la Campaña STP convoca un Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans con manifestaciones y actividades en diversas ciudades-. “Nos dimos cuenta de que una parte del activismo que estábamos haciendo no iba más allá, de que nos estamos quedando en un círculo muy cerrado. Decidimos empezar un proyecto diferente, más centrado en la cultura, muy político, con la intención de visibilizar y generar otros referentes entorno a lo trans que no fueran excluyentes, y de trabajar para mejorar las expectativas de vida de las personas que se identifican como trans.” “Estamos muy vinculados al movimiento feminista, y esto nos aporta mucho. De hecho, la sede principal de ‘Cultura Trans’ es La Bonne –Centre de Cultura de dones Francesca Bonnemaison-. Porque creemos que es un lugar interesante desde donde trabajar.” Aunque añade que “procuramos movernos bastante de sitio por Barcelona, porque cambiar es una forma de cambiar de público y llegar a más gente”.

“Ahora somos principalmente Miquel Missé y yo, pero en cada proyecto tenemos gente alrededor que nos ayuda.” Y los proyectos que menciona son muchos y muy variados. Desde las jornadas más académicas, para generar pensamiento, que se organizan en octubre coincidiendo con la campaña STP, hasta presentaciones de libros, talleres, espectáculos, exposiciones de fotos o ciclos de cine. Sin ir más lejos, acaba de empezar una nueva edición del Fire!! -la muestra de cine LGBT del Casal Lambda- en el que por tercera vez colaboran programando la sección “pantalla trans” y a lo largo de todo el curso ha tenido lugar en el Zum Zeig el ciclo de cine Open, para el cual han programado una película LGBT por semana.

También están enfrascados en la edición de un libro sobre políticas trans, que editarán con Egales. “Es un libro de traducciones de artículos de pensadores trans desde los años 70 hasta ahora, de Estados Unidos, donde los estudios trans son una rama concreta de los estudios de género. Hemos seleccionado diversos artículos que podrían considerarse fundacionales de los estudios trans, o que nos han parecido interesantes.” Para las traducciones, decidieron contar en la medida de lo posible con personas trans “contactamos con personas trans que hubieran traducido alguna vez, que supieran inglés o que escribieran bien en castellano… Luego, María Teresa Rojas se ha encargado de la corrección y de unificar los textos.”

Pero el acto central de ‘Cultura Trans’ es probablemente el ‘Trans Art Cabaret’, que se celebra este sábado, 4 de julio en Sala Hiroshima. “Es una forma de retomar la tradición de cabaret que tenía lo trans en Barcelona, y al mismo tiempo darle una vuelta, dar la posibilidad a personas trans de la ciudad y del mundo que están haciendo cosas artísticas de ponerlo en el escenario. Gente amateur que quizá no da el último paso en parte porque es una persona trans, de repente tiene un espacio allí.” La cosa empezó invitando a gente conocida, pero ha ido más allá: “estamos todo el año con los ojos y las orejas puestos, y cuando encontramos alguna persona trans que hace algo, pensamos al instante en el cabaret. A raíz de hacerlo hay algunos artistas que se han afianzado, por ejemplo Miryam Mariblanca que participa en el trans art cabaret desde el principio, es maravillosa, a la gente le encanta y ella está encantada de seguir viniendo. Además, siempre intentamos llevar a alguien de fuera, y al final acaba siendo algo grande. En este cabaret también se representará una parte de Limbo, que es una obra de teatro en la que participamos, de L’Era de les Impuxibles, con Clara Peya, una de las presentadoras del Cabaret.”

Comentamos la ocurrencia de celebrarlo precisamente en el Paral.lel, el lugar de tradición trans cabaretera por excelencia de Barcelona. “Me parece interesante hacer esta conexión porque pienso que el sistema es muy inteligente y se autorregula, y hay una parte de las luchas gays y trans que acaban siendo aceptadas porque son en cierta manera fagocitadas por el sistema: ‘te acepto como gay, siempre que te cases y seas normal, pero los que tienen pluma y tienen una vida rara, eso me parece mal’. Y con lo trans, creo que hay también un poco de esto. Ahora hay bastante aceptación de lo trans, siempre que transites dentro de la norma, que hagas del cambio entero, que te conviertas en un ‘hombre de verdad’, en una ‘mujer de verdad’, y que dejes atrás esta parte esperpéntica, que conecta con el drag queen, con el travestismo… así que esta conexión con el cabaret también es una forma de reivindicar esta posibilidad de ser marginal y esperpéntico, reivindicar que esto es de donde venimos y que es algo a lo que no le tenemos que dar la espalda.”

Ahondamos en esta idea de ‘haber nacido en el cuerpo equivocado’ con la que a menudo se asocia lo trans, una idea que no cuestiona el binarismo hombre/mujer y que en algunos casos puede implicar el rechazo a las expresiones de género no normativas o incluso a la homosexualidad. “Aquí entramos en terreno pantanoso, pero creo que el problema con estos discursos de ‘hoy he vuelto a nacer, he nacido en el cuerpo equivocado, he tenido un problema y me lo han arreglado’, es el rechazo que generas hacia tú mismo y hacia tu historia. Yo creo que el tránsito es algo que va contigo toda la vida, y que si cada vez que alguien te lo recuerda (porque te lo recordarán) eso genera un rechazo en ti muy fuerte, quizá no es el camino que deberíamos seguir, ¿por qué no podemos trabajar para abrazar este tránsito, para abrazar el hecho trans, y para intentar entender y vivir los cuerpos trans de una forma diferente, en lugar de ir hacia esta extinción de lo trans? Esta idea de que si la operación al final es perfecta, ya no quedará ningún rastro del tránsito en ti. Pues no, claro que quedarán rastros, porque has hecho este tránsito y forma parte de tu vida. A veces parece que la medicina nos ha de llevar la panacea, y quizá no. Quizá ese no debería ser el camino.”

Uno de los temas más polémicos actualmente en este ámbito es el de la transexualidad en la infancia: “Creo que cuando se tienen expresiones de género no normativas en la infancia se tiene que permitir desarrollarlas, probar y experimentar, y que sepan que pueden ser y hacer lo que quieran cuando sean mayores, obviamente, pero hay un punto complicado… yo estoy muy orgulloso de quien he sido y creo que el chico trans que soy ahora, es en gran parte porque he tenido una sociabilización femenina, y esto no lo cambiaría por nada. Es lo que me ha hecho ser feminista, tener la visión que tengo del mundo y la masculinidad que tengo ahora. Si cuando con 5 años decía que quería ser un niño me hubieran hecho caso, ¿qué tipo de hombre sería hoy en día? Quizá, si me viera ahora, no me gustaría nada a mí mismo.” Además, añade “he comparado historias de infancia con compañeras lesbianas muy ‘butch’, y nuestros relatos de vida, y nuestras sensaciones de pequeñas son muy similares, prácticamente calcadas, y hay un punto en esta historia en el que yo cojo un camino y ellas cogen otro. Entonces, hay psiquiatras y padres que les cambian el género a sus hijos porque dicen que en algunos casos está muy claro y hay riesgo de que se autolesionen. Está claro que se les tiene que dar espacio para ser lo que quieran ser, pero siempre teniendo en cuenta que quizá después esta persona no transita, y que esto tiene que ser una posibilidad. Podría pasar que de los 5 a los 10 años vives en masculino, y tus padres lo han cambiado todo, y de repente quizá llega la adolescencia y decides cambiar. Y esta posibilidad creo que no está planteada.”

Sobre la cuestión de si es un tema candente especialmente en los Estados Unidos, opina que “Estados unidos tiene una gran colonización cultural y mediática en todo el mundo, pero aquí también está pasando, no es una realidad que nos sea ajena.” Me habla, por ejemplo del documental de TVE ‘El sexo sentido’, y de asociaciones como Chrysallis, de padres de niñxs y adolescentes transexuales, o el Grupo Familias de Trans .

Pol Galofré escribió un artículo en la revista Píkara muy revelador sobre cómo cambiaron sus sensaciones cuando empezó a ser reconocido como hombre en sociedad. “Siendo reconocido como chica en la calle, hay una especie de presión, una carga en gran parte sexual en todas las interacciones con hombres de la que no te das cuenta, porque está tan inmiscuida dentro de todo y porque hemos crecido así: a mí con 14 años ya me habían enseñado varias pollas por la calle, tocado los pechos… es algo que está siempre presente y en el momento en el que empecé a transitar yo no era consciente de ello. Cuando empecé a ‘pasar’ por la calle, a ser reconocido como chico, me di cuenta de que toda esta presión en la interacción con los hombres desaparecía. Esto para mí fue una bofetada muy grande. Por una parte fue muy liberador porque de repente lo dejaba de tener encima, pero por otra parte es muy preocupante. No puede ser que el simple hecho de estar en la calle sea una experiencia tan diferente si eres leído como mujer o si eres leído como hombre. Aquí hay que hacer algo.” Además, añade “noto que se me escucha más, y esto me da mucha rabia: si vamos yo y una chica y se me escucha más a mí. En estas situaciones intento no abrir la boca. Pero dices una palabra y el foco de antención va hacia ti.” No ha sido el único hombre trans que ha descrito la sensación de experimentar el privilegio masculino.

“Después, además, me di cuenta de que, en cuanto a mí me reconocían como hombre, se esperaba lo mismo de mí del otro lado. Yo dejaba de sentir eso de cara a los chicos pero las chicas con las que me cruzaba por la calle lo sentían de cara a mí. Eso, a mí, como feminista me remueve por dentro, me genera un rechazo horrible… Así que empecé a pensar qué tipo de masculinidad quiero performar, qué tipo de hombre quiero ser. Cuando me dieron los privilegios que vienen dados por reconocerte como hombre, me tuve que replantear actitudes que como lesbiana masculina o mujer empoderada hubiera podido tener. Por ejemplo, a mí me cuesta tomar la palabra en público y me había empoderado para aprender a tomarla, pero ahora me echo para atrás. Muchos chicos no lo entienden, ‘¿por qué no puedo tomar la palabra si tengo cosas interesantes a decir?’ pues porque tú tienes la palabra dada siempre”. “He encontrado mis estrategias y en mi entorno esto está trabajado, pero me indigna por lo que dice de la sociedad en que vivimos. Y por otra parte… entiendo que las personas trans no tienen que ser la panacea de esta sociedad, y que pueden ser igual de normativos que la mayoría de personas cis, pero al mismo tiempo me da mucha rabia cuando veo un chico trans que ha vivido mierdas como chica y que en el momento en que transita, prácticamente tiene actitudes machistas.”

Afirma no haber notado una recriminación desde el feminismo en Barcelona por el hecho de haber transitado, de haberse sumado de alguna manera al ‘privilegio masculino’. “En los entornos feministas en los que yo me he movido no ha habido esta recriminación. De hecho creo que hay un poco de fascinación por lo trans, e incluso una cierta erotización de los cuerpos de los chicos trans sobre todo, en el mundo bollero y feminista aquí en Barcelona.” Pero reconoce que hay un punto de esta fascinación que en parte le preocupa: “Me interesan mucho los puntos de encuentro entre lo butch y lo trans. Creo que el feminismo y el movimiento lésbico han hecho un trabajo muy grande de por permitir que haya personas identificadas como mujer con una expresión de género masculina, en dar este espacio de masculinidad dentro del concepto de mujer, y tengo la sensación de que este espacio está siendo un poco desprestigiado. No sé si es que antes estas mujeres no transitaban porque la opción de transitar ni siquiera existía, que también puede ser, pero lo cierto es que ahora cada vez hay más chicos trans, que transitan muchas veces desde un contexto lésbico. Aquí hay algo que a mí me tensiona. ¿Estamos haciendo algo mal porque para vivir esta masculinidad necesites cambiar el nombre, cambiar los pronombres? Quizá nos toca hacer el trabajo de generar pronombres neutros, para generar este espacio. No sé si es que hay una idealización de lo masculino… al mismo tiempo, yo soy el primero que he transitado, y que ahora mismo no podría vivir como mujer lesbiana, pero quizá es porque no tuve los referentes, no encontré las formas de ser mujer y masculina y estar bien con eso. Al mismo tiempo es muy interesante que haya tanta gente que transita, porque estamos en un momento en el que esto es posible y genera otras posibilidades, pero quizá me da miedo que este espacio espacio andrógino, intermedio, en el que había antes mujeres masculinas y en el que ahora hay chicas trans y genderqueer, desaparezca.”

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