La Iglesia impide a un transexual de Córdoba recibir la confirmación

José Belloso denuncia que la Iglesia no le deja recibir la confirmación por ser transexual

José Belloso denuncia que la Iglesia no le deja recibir la confirmación por ser transexual.

“No me dejan confirmarme por ser quien soy”. Quien dice estas palabras es José Belloso, un chico de Posadas (Córdoba) que trabaja como peón agrícola y que tiene la ilusión de ser el padrino de bautizo de su sobrina. A sus 28 años, José ha realizado el curso de catequesis para prepararse con el fin de recibir el sacramento de la confirmación el próximo 27 de mayo, como el resto de sus compañeros de curso en su pueblo. Pero a él no le van a confirmar: “El cura me ha dicho que no admiten mi confirmación por ser transexual”.

José comenzó el año pasado el curso de preparación, pero al faltar más días de los permitidos, no le valió de nada. Sin cejar en su objetivo, este año repitió el curso de catequesis. Ya desde el inicio, le comunicó al párroco de la iglesia de Santa María de las Flores en Posadas su intención de hacerlo para poder ser padrino de su sobrina. “Él me dio su visto bueno, me dejó la puerta entreabierta pero me dijo que tenía que consultarlo con el vicario y el obispo”, relata el joven a eldiario.es/andalucia.

José ha seguido su curso de catequesis con normalidad, hasta que en abril, cuando ya debía entregar la documentación necesaria para recibir el sacramento junto a sus compañeros a finales de este mes de mayo, mantuvo una conversación con el párroco en la que este le explicó que no podía confirmarse.

“Me dio un no rotundo. Me dijo que no me confirmaba, que había tenido una reunión con el obispo y le había dicho que no se admiten a las personas transexuales. Que yo me tenía que haber quedado como estaba, siendo una mujer, y haber aguantado el castigo que Él (Dios) me mandó sin ofender a la naturaleza que Él me dio”.

José se muestra indignado por los términos en los que, según cuenta, se llegó a desarrollar la conversación con el párroco: “Me llegó a hacer preguntas como, por ejemplo, si estaba operado. Eso creo que está fuera de lugar”, mantiene sobre la protección de su intimidad e incide en que el sacramento “se me ha negado por no haberme aguantado con ‘la cruz que el Señor me mandó, según dicen”. “Si me hubiese quedado como mujer me hubiese matado, por supuesto, porque mi vida era un espejo en el que no me reconocía”, explica con crudeza.

“Sería llamado como mujer para recibir la confirmación”

Consultado por este diario el párroco de la iglesia, José Antonio Agüero, acerca de este caso, explica que “hay unas normas de la Iglesia. Nosotros no podemos cambiar lo que Dios ha hecho. Si lo creó mujer, mujer será para siempre”, señala para explicar que el joven recibió el sacramento del bautizo como mujer, “se convirtió en hija de Dios”, así entró en la Iglesia y así sería llamado por el obispo para recibir la confirmación.

“Yo mismo se lo expliqué en una reunión durante dos horas”, confirma el párroco, que señala que no supo de la transexualidad de José hasta el inicio de su segundo curso de catequesis. “Yo no fui informado de que esta persona era transexual. Me enteré por su madre”, explica. “Si yo hubiera sabido desde un principio que él era una persona transexual, le hubiera dicho inmediatamente que aquí hay algunas normas que no se pueden incumplir y podría haberlo ayudado yo de otra forma”, argumenta el párroco.

“Este chico nació mujer. Son cosas muy delicadas, más allá de que todos somos hijos de Dios y todos merecemos respeto”, indica el cura que incide en que “las puertas de la parroquia están abiertas” para José y sobre el que niega que exista discriminación: “No hay ningún tipo de discriminación”, asegura.

Por su parte, tras la negativa de la Iglesia a confirmarlo, el joven ha recibido el apoyo tanto de su familia como de buena parte de los compañeros de catequesis, exponiendo incluso en las redes sociales su situación y los términos en los que se desarrolló la conversación con los representantes de la Iglesia. “Creo que toma la palabra del Señor una persona que no tiene que intermediar entre Él y yo”, dice desde su fe cristiana. “Porque en ningún lado de la Biblia pone que las personas transexuales no pueden ser confirmadas. Todos somos humanos, antes del sexo están las personas”, considera.

“He sentido una discriminación total y mayúscula por parte de ellos. Discriminación en toda regla” dice el joven que no entiende el razonamiento que le ha dado el párroco. “Por esa regla de tres, si yo me tenía que haber quedado siendo mujer porque así me hizo Dios, a las personas que les manda una enfermedad, quiere decir que los está llamando con Él y un médico entonces ¿hace lo mismo que yo? ¿Le echa un pulso por mantenerlo con vida, no?”, cuestiona.

 

Abel Azcona: “Considero que el arte es una herramienta de provocación”

Vivió dos años con escolta por amenazas de Al Qaeda tras comerse un Corán. Ahora son cristianos quienes le exigen responsabilidades por supuesta blasfemia

Abel Azcona

Abel Azcona.

BILBAO- ¿En qué punto está el proceso judicial contra usted?

-Quiero que el juez se pronuncie para ver si finalmente hay juicio o si se archiva. Ellos se han encargado de retrasar todo presentando pruebas absurdas: el testimonio de un catequista que tuve de pequeño y de una directora de mi colegio para demostrar que yo tenía conocimiento de que las hostias eran Dios. No sé qué va a pasar. Creemos que lo lógico es que se archive.

¿Es el episodio más grave que ha tenido con la justicia por su arte?

-Tal vez este sea el caso más vistoso porque he tenido que ir al juzgado. Pero he tenido otros episodios bastante complicados, porque he llevado escolta durante dos años por amenazas de muerte de Al Qaeda. Eso es más complicado que esto. También he tenido detenciones en la calle. Considero que el arte es una herramienta de provocación y que nunca rozo los límites legales. Pero en estos días hay una subjetividad, como con la blasfemia, que te hacen estar a un límite de hace 20 años.

¿Qué quería expresar con esa obra en concreto?

-Es un obra fácil de entender. Yo he sufrido experiencias muy malas dentro de la Iglesia. Después de una situación muy difícil me adoptó una familia vinculada con el Opus Dei y lo viví muy malamente. Decido hacer obras con mis sentimientos y denunciando situaciones reales. En este caso hubo una investigación inicial en la que 242 personas que han tenido abusos sexuales relacionados con la Iglesia cuentan su experiencia y participan en un proyecto fotográfico. Decido hacer una experiencia vital, que es volver a esas iglesias a las que yo había ido. En lugar de comulgar, me guardo la hostia. Con esas hostias escribo pederastia en el suelo.

¿Comprende que esa obra puede ir contra los sentimientos religiosos de terceros?

-Al juez le digo que mi obra tiene un guiño de provocación. Soy consciente. Pero provocar no significa herir. Provocar significa crear una reacción en el espectador. En un estado no se puede dotar a una constitución de términos tan subjetivos como el poder divino o la blasfemia. Creo que son cosas de otra época. Pienso que las puedo tocar para provocar una reacción y un debate social sobre lo que es la pederastia. Si no hubiese tocado estos símbolos de esta forma, no habría esa reacción. Mis piezas son pequeños detonantes que crean debates. En otro proyecto me comí un Corán.

¿Dónde cree que debe estar el límite de la libertad de expresión?

-El arte no tiene que tener ningún límite. Se dice que el límite de la libertad de expresión está en el momento que genera violencia.

Hollande renuncia a nombrar un embajador gay en el Vaticano

El presidente francés envía a Stefanini a la Unesco al no recibir el plácet del Papa tras divulgarse su condición de homosexual

Laurent Stefanini

Laurent Stefanini.

Francisco ha sido más testarudo que François. El Papa ha ganado el pulso diplomático entablado por Hollande. Francia no tendrá embajador gay en el Vaticano. Laurent Stefanini, el candidato abiertamente homosexual designado en enero de 2015 por el Elíseo, ha sido nombrado finalmente representante oficial de París ante la Unesco. La Santa Sede dio la callada por respuesta. Nunca otorgó el plácet a esta víctima colateral de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo por la izquierda gala que tanto escoció en la Curia romana. Al cabo de quince meses de silencio catedralicio, el poder socialista se ha rendido a la evidencia.

De 56 años, soltero y sin hijos, Stefanini era el jefe de protocolo de la Presidencia francesa. Católico practicante, ejerció de consejero para asuntos religiosos en el Quai de Orsay, el palacete que alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores. Entre 2001 y 2005 fue el número 2 de la Villa Bonaparte, sede de la embajada francesa en el Vaticano, donde dejó un grato recuerdo. Hasta fue condecorado con la orden de San Gregorio el Grande por el papa Juan Pablo II en persona. Bendecido por el cardenal Jean-Louis Vingt-Trois, arzobispo de París, parecía el aspirante idóneo cuando fue nombrado por el Consejo de Ministros el 5 de enero de 2015. «Es uno de nuestros mejores diplomáticos y reúne todas las cualidades requeridas para el puesto», pregonó Hollande.

Pero almas poco caritativas abrieron la puerta del armario a este homosexual notorio pero discreto. Ludovine de la Rochère, presidenta de ‘La Manifa para Todos’, hizo saber al nuncio apostólico en París que ese movimiento católico militante contra las bodas gay se oponía al nombramiento por su orientación sexual. El papa Francisco guardó silencio. En el Vaticano, el que calla no otorga. En el codificado lenguaje pontificio, la ausencia de respuesta equivale a negativa del necesario plácet.

El examen más difícil

Hace ahora un año, en abril de 2015, el Santo Padre recibió en discreta audiencia a Stefanini en la residencia de Santa Marta. La entrevista duró cerca de tres cuartos de hora. «Fue el examen oral más difícil de mi vida», confió el candidato a un amigo. A iniciativa de Francisco, los dos hombres rezaron juntos, revela el periodista francés Vincent Jauvert en el libro ‘La cara oculta del Quai de Orsay’. Luego el Papa le dijo que iba a seguir reflexionando. «Confiemos en San Antonio», añadió. El santo de devoción casamentera no obró el milagro con el apóstol del matrimonio homosexual. Según el semanario ‘Le Canard Enchaîné’, el Sumo Pontífice le explicó que no tenía nada en su contra pero que «no había apreciado ni las bodas para todos ni los métodos del Elíseo que intentó forzarle la mano».

Stefanini ha sido nombrado embajador de Francia en la Unesco, con sede en París. La embajada francesa en el Vaticano sigue vacante desde el 1 de marzo de 2014. La representación es ejercida en funciones por François-Xavier Tillette, segundo consejero en la Villa Bonaparte. La difícil misión le ha valido ser distinguido como caballero de la Legión de Honor en la promoción del 1 de enero de 2016.

El Elíseo no ha difundido el nombre del nuevo aspirante a embajador en la Santa Sede. Según el diario ‘Le Figaro’, el elegido es Philippe Zeller, con experiencia en Canadá, Marruecos, Hungría, Indonesia y Timor Oriental. Tiene 63 años, está casado, es padre de dos hijos y abuelo de un nieto. Y heterosexual. Un candidato como Dios manda.

 

Hollande pierde su pulso al Vaticano por el rechazo a un embajador gay

París retira a su nominado para la Santa Sede tras 15 meses de tenso silencio del Papa

Laurent Stefanini, el pasado 10 de abril, en el Elíseo

Laurent Stefanini, el pasado 10 de abril, en el Elíseo. Alain Jocard AFP

Las declaraciones de respeto a los homosexuales por parte del papa Francisco han sido claves para forjar su imagen de apertura y reformismo en la Curia romana, pero los hechos van por otro lado. El presidente francés, François Hollande, ha tenido que retirar su propuesta de nombrar a Laurent Stefanini embajador ante el Vaticano, que con su silencio durante 15 meses ha dejado claro a gritos que no le da su plácet porque es gay. Rechazado en Roma, Stefanini será a partir del próximo 25 el nuevo embajador de Francia en la Unesco.

Stefanini, de 56 años, era el candidato que, sobre el papel, tenía todas las cualidades para ser un perfecto embajador ante el papa Francisco. Formado en la Escuela Nacional de Administración, donde estudian las élites francesas, este católico practicante se encargó de los asuntos religiosos en el Ministerio de Exteriores y luego fue número dos en la embajada de Francia en el Vaticano entre 2001 y 2005, cuando fue condecorado con la orden de San Gregorio el Grande, una de las más altas distinciones papales. Después, ha sido jefe de protocolo en el Elíseo con los presidentes Nicolas Sarkozy y Hollande.

En enero del año pasado, París hizo pública su nominación. Mientras se esperaba el plácet vaticano, se publicó que era gay, a la vez que se recordaban algunas declaraciones del actual Pontífice. “¿Quién soy yo para juzgar a un homosexual que busca al Señor con buena voluntad?”, había dicho en 2013. Pero las semanas transcurrían sin respuesta a París por parte del Vaticano, donde sí se estaba juzgando la idoneidad de Stefanini.

Pasados tres meses, el silencio vaticano ya se había convertido en un embrollo. El portavoz del gobierno francés, Stéphane Le Foll, explicó en abril la doctrina oficial al respecto tantas veces repetida estos meses: “Esa sigue siendo la propuesta francesa. El Gobierno cree que es el mejor candidato”.

En junio, Stefanini fue llamado a Roma para un encuentro personal con el Papa. Nada trascendió de la entrevista, salvo que el pulso continuaba. En contra del plácet, la condición sexual del candidato y la ley de matrimonio homosexual de Hollande, calificada en su día de “derrota para la humanidad” por el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin. Roma no movía ficha pese a que intercedieron a favor de Stefanini dos significados prelados católicos: el cardenal camarlengo Jean-Louis Touran, el más alto cargo francés en la Santa Sede, y el obispo auxiliar de París, André Vingt-Trois.

Pasados 15 meses de soterrada batalla, el Elíseo ha tirado la toalla ante la Santa Sede. Hollande acaba de nombrar a Stefanini para la Unesco a propuesta oficial de su jefe de Gobierno y del ministro de Exteriores. El rodillo vaticano no tenía el más mínimo indicio de ceder.

La historia se repite y Hollande conocía el precedente. En 2007, Sarkozy designó candidato a embajador ante el Vaticano a Jean-Loup Kuhn-Delforge. La Santa Sede lo rechazó tras un año de silencio por ser gay. El supuesto argumento del rechazo era que el aspirante tenía una pareja estable y que ambos aparecían juntos en los actos oficiales. Esta vez no valía ni eso. Stefanini es soltero.

Pese a semejante golpe, el Gobierno francés ha preferido hasta ahora guardar también silencio. Ni siquiera ha querido difundir el nombre del nuevo aspirante al puesto vaticano, vacío ya hace más de un año, aunque Exteriores niega que sea por temor a un nuevo rechazo.

La Primavera Árabe también fue rosa

  • La saga Primavera rosa presenta su nuevo documental centrado en México, donde se cometen 64 asesinatos contra la población LGTB al año

  • Las películas buscan analizar la problemática en un país por cada continente: primero fue Túnez, después Rusia, México y ahora empiezan a rodar en Brasil

  • Hablamos con Mario de la Torre, cabeza de proyecto y cineasta que estuvo nominado a los premios Goya por su compromiso por el respeto de los derechos humanos

Mapa de la Primavera Rosa

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No todas las Primaveras que se vivieron en Túnez son reconocidas. Tampoco tuvieron un solo color: entre el rojo de la sangre derramada por el régimen y el negro de las expectativas de cambio frustradas, se deja entrever el rosa. Los medios de comunicación occidentales narraban la mayor revuelta de los países oprimidos de Oriente Medio sin rascar la corteza. Detrás de los cantares heroicos que les dedicaban al otro lado del Mediterráneo, los nuevos gobiernos se radicalizaban aún más en la violación de los Derechos Humanos.

Los amigos árabes del cineasta Mario de la Torre le invitaron a investigar lo que ellos callaban por culpa de una mordaza maquillada en Occidente. Las minorías sexuales no solo estaban lejos de vivir en democracia -como el resto del país-, sino que fueron específicamente demonizadas por los islamistas. De ese acercamiento nació el documental Hacia una Primavera Rosa. El conocimiento de las penas de muerte en contra de los homosexuales o las violaciones “correctivas” a las lesbianas provocó un sentimiento de empatía en otros países donde la realidad es poco más alentadora.

La cinta de 19 minutos ambientada en Túnez saltó de su microcosmos hasta convertirse en una plataforma global de apoyo a la libertad sexual y visualización de las víctimas LGTB. La Primavera rosa recoge ese grito democrático para concienciar sobre la brutalidad de los crímenes de odio, pero también sobre la lucha de este colectivo por “llevar una vida normal, sin más derechos ni menos”. De la Torre comenzó a imaginar este proyecto como una radiografía de la situación particular de cada país. Primero en Túnez, paralelo a las ansias de democracia; después en Rusia, donde son víctimas de la cruzada del kremlin; y por último en México, cuyo resultado se presentó en el marco de la Semana del Corto de Madrid.

El equipo está trabajando ya en una cuarta entrega que se rodará en Brasil y que busca financiación vía crowdfunding en la plataforma goteo. “Detrás de esa imagen abierta y positiva se esconde una realidad muy cruel. Cada 48 horas es asesinado un miembro de la comunidad LGTB y el 70% de los casos quedan impunes”. Su intención a largo plazo, nos desvela el director, es regresar a España para analizar la escalada de homofobia en los institutos.

Ese es el fin último de La Primavera rosa: crear un apoyo para los jóvenes que estén descubriendo su sexualidad y naturalizar el proceso en su entorno. Para ello han desarrollado dos formatos en colaboración con la Comunidad de Madrid, Amnistía Internacional y la Universidad Rey Juan Carlos, entre otros. El primero es un mapa interactivo que busca acotar la brecha geográfica y crear un mosaico de testimonios. El segundo es lo que llaman un documentarybook, una suerte de inventario del material extra que no encontró un sitio en los documentales.

Hechas las presentaciones, acompañamos a Mario de la Torre en un viaje de Primaveras, cárceles para homosexuales, palizas en la calle y cunetas repletas de cuerpos sin reclamar. Pero también por un recorrido que reúne culturas variopintas y casos particulares bajo una misma bandera de siete colores.

Primera parada: Túnez, el Invierno Árabe

Tras las revueltas y la huida del presidente Ben Alí, se celebró en el seno de la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU una sesión a favor de la comunidad LGTB mundial. Los miembros de la Liga Islámica abandonaron en masa el pleno y afirmaron que esos derechos no pertenecían a la identidad cultural islámica ni lo harían nunca. El nuevo ministro de Justicia y Derechos Humanos, Samir Dilou, confirmó que no tenía ninguna intención de derogar el artículo 230 del Código Penal, que identifica a los homosexuales con los pederastas. “Fue un tremendo varapalo para la población, les llevó incluso a pensar que estarían mejor bajo el régimen anterior”, nos cuenta De la Torre.

“Os digo que esto es un invierno árabe, todavía espero que llegue la primavera. La revolución no ha terminado”, lamenta un joven anónimo de 18 años en el documental.  Encontrar los testimonios de  Hacia una primavera rosa fue una prueba de obstáculos para el director, pues las ONG tunecinas son ilegales y están vetadas en los espacios públicos. “Tuve que rodar casi todos los testimonios a contraluz para que no sufriesen represalias”, nos revela su artífice.

Segunda parada: la Rusia ortodoxa

Si el rodaje en Túnez tuvo que ser clandestino para proteger la identidad de sus entrevistados, lo que vivió Mario de la Torre en Rusia fue bastante peor. “Antes de viajar a Moscú recibí una amenaza de muerte por parte de un foro neonazi”, nos cuenta el cineasta. El principal desafío de este país radica en estos grupos ultraderechistas y en la iglesia ortodoxa, “que acuden a las manifestaciones a reventarlas, en el sentido literal”

Además, los chicos y chicas homosexuales se han visto obligados a tomar clases de entrenamiento personal contra armas blancas. “Si alguien se entera de que los gimnasios forman al colectivo LGTB, el gobierno podría llegar a cerrar estos negocios amparándose en sus estatutos homófobos”. De la Torre se refiere a la  Ley contra la propaganda homosexual, que se justifica en la protección de los niños ante las “relaciones sexuales no convencionales”, como les gusta calificarlas. El punto maquiavélico de este eufemismo es que engloba desde la homosexualidad hasta la pederastia.

“El caso de Rusia es curioso porque no estaban acostumbrados a la bandera gay, que siempre habían relacionado con la cultura homosexual de Occidente”. Pronto, los siete colores pasaron de ser un símbolo desconocido a convertirse en un signo de odio. De hecho, cuando Obama reclamó en público que se derogaran las leyes anti LGTB rusas, el colectivo se retorció. “Pidieron que ningún líder político occidental (y menos el de EE.UU) se pronunciase a su favor, porque así solo conseguían demonizar aún más a la población LGTB”.

Tercera parada: México, récord en asesinatos

“Habría que colgar a los afeminados y a los maricones”, ataca una mujer vestida de blanco impoluto a la salida de una iglesia del DF. Las palabras de esta católica son ley en México, país que ocupa el segundo puesto en la tasa de homicidios cometidos contra el colectivo LGTBI. Los datos que llegan desde el otro lado del Atlántico son escalofriantes: el 68% de los familiares de los asesinados no reclaman su cuerpo por vergüenza, así que las cunetas del país amanecen repletas de homosexuales y transexuales decapitados o torturados.

México es el paradigma de la contradicción. Por un lado están aprobando un amplio paquete de leyes en defensa del colectivo, pero que no llega a tener un impacto real sobre la sociedad. El peligro en este caso, además, trasciende al ámbito político. “Hay una purga muy selectiva”. No es solo una forma de esquilmar a la población activista LGTB, sino también una manera de dar una llamada de atención desde los puestos de poder.

El asesinato de Gari Bastilda es uno de los principales pilares del documental para reflejar esta dualidad de la política y el acoso. Bastilda fue la primera mujer transexual en ocupar un cargo en el DF, desde el que impulsó la creación de un departamento específico para la protección de la población LGTB. “Su cuerpo fue encontrado en 2013 envuelto en una manta y con 48 puñaladas”, recuerda Mario.

La valla gay de Melilla

La valla gay de Melilla

La valla gay de Melilla

El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla (CETI) está prácticamente vacío. Los sirios llegan con cuentagotas y casi no se producen saltos en la valla fronteriza por parte de subsaharianos. Los vigilantes de seguridad se quejan de que no tienen apenas trabajo y bromean pidiendo a voz en grito: “¡Por favor, que haya alguna entrada masiva!”. Pero, cada noche, cerca de la pista deportiva comienza a oírse música de fiesta. Y poco a poco empiezan a salir internos de todos los rincones, entre risas y chácharas. De repente el CETI cobra vida con una avalancha de inmigrantes jóvenes, con ropajes coloridos y ansias de libertad.

Son los marroquíes solicitantes de asilo por su condición de homosexuales, que se han convertido en los últimos meses en el principal colectivo de refugiados del centro de inmigrantes. Algunos como Hassan, natural de Alhucemas, llegaron hace un par de días, y otros, como Fati, de Nador, llevan casi seis meses de reclusión.

Es impresionante ver cómo hacen piña y se protegen unos a otros. Tienen mucho miedo. Ninguno da su nombre ni origen reales, ni muestra su rostro. Excepto Driss El Arkoubi. Él ya estuvo nueve meses en Melilla entre 2013 y 2014. Tras sufrir unaviolenta violación por parte de cuatro agresores, cerca del paso fronterizo de Farhana, cruzó a Melilla para recibir asistencia médica y pedir protección internacional. Le denegaron el asilo. Fue expulsado y ahora ha vuelto con más señales de violencia en sus carnes y sin miedo a dar la cara.

Recuerda cómo entonces era el único marroquí demandante de asilo y las penurias que tuvo que pasar para hacerse oír. Ahora el CETI acoge a 73 magrebíes solicitantes de protección, la mayoría por su condición sexual. En el primer trimestre de 2016 se han recibido 45 solicitudes, una más que el año pasado. En conjunto, son 89 solicitudes de asilo en 15 meses. Y se espera seguir batiendo récords.

A pesar de que el Departamento de Estado de Estados Unidos, gran aliado de Marruecos, concluye que la persecución a los homosexuales en el reino alauí no es sistemática y que los casos de condena se derivan de “acciones imprudentes”[no persiguiéndose la orientación sexual que se practica “con discreción”], lo cierto es que cada vez son más las personas perseguidas y sancionadas en el país vecino. Desde las organizaciones sociales a ambos lados de la frontera advierten de que casos como el ocurrido hace unos días en Beni Melal -donde un tribunal condenaba a dos jóvenes homosexuales por “perversión”tras ser arrastrados desnudos por la calle y linchados pública y salvajemente- ponen en evidencia la represión que sufre el colectivo gay en Marruecos y propician la llegada a Melilla de más personas en busca de tolerancia y dignidad.

Un delito sobre el papel

Y es que el socio preferente de España y la Unión Europea considera la homosexualidad un delito desde 1972. El artículo 489 del Código Penal magrebí prevé para quienes “cometan actos lascivos o antinaturales con un individuo del mismo sexo”, penas de 6 meses a 3 años y multas de hasta 110 euros.

La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) y el colectivo Kif Kif (De igual a igual), denuncian que las instituciones persiguen a los gays y pretenden estigmatizarlos socialmente. E insisten en que desde la llegada al gobierno del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), de corte islamista, el discurso religioso se haradicalizado y que la persecución a los homosexuales es cada vez más férrea.

El Gobierno, presidido por el islamista Abdelilah Benkirane, ha calificado la homosexualidad como un “comportamiento innoble”que constituye “una provocación”y que no tiene en cuenta “los valores morales y doctrinales”de la sociedad magrebí. El Ministerio del Interior ya anunció su firme determinación por hacer frente a todas las actuaciones contrarias a los valores religiosos y morales que nutren el marco legal marroquí. En este sentido, la Policía realiza redadas y detenciones selectivas periódicamente a gays con la intención de atemorizarles o darles una lección, según denuncia Kif Kif.

Con el rostro cubierto, Abdú, de 22 años. Ha llegado a Melilla desde Oujda escapando de la homofobia

Con el rostro cubierto, Abdú, de 22 años. Ha llegado a Melilla desde Oujda escapando de la homofobia REPORTAJE GRÁFICO: JESÚS BLASCO DE AVELLANEDA

La gran mayoría de los homosexuales marroquíes acogidos en el CETI asegura haber sufrido abusos, siendo adolescentes o niños, por parte de familiares, vecinos, compañeros o profesores. Este último es el caso de Fati, de 28 años y natural de una aldea de la provincia de Nador.

Con tan sólo siete años, fue víctima de abusos y violaciones continuadas por parte de un profesor, que continuaron por parte de otros profesores y compañeros de colegio hasta los 11 años. Entonces comenzó a pintarse y a vestirse de mujer. Estudió peluquería y durante varios años trabajó en un salón de señoras. A pesar de no ser aceptado por su entorno y de tener que esconder su homosexualidad en público nunca se planteó dejar Marruecos. Hasta que un día un grupo de niñatos entró en la peluquería, le robó y le intentó prender fuego.

“Mi sueño no es ir a Europa, es escapar de Marruecos. Sólo quiero ser quien soy, y si tiene que ser lejos de mi país no me importa. Allí no soy nada, soy menos que nada. No soy libre, no puedo ser yo mismo. ¡Sólo quiero ser yo!”, grita desesperado. Rompe a llorar y cubriéndose el rostro entra al CETI con prisas, muy afectado.

Cuesta mucho sacarles del centro de inmigrantes. Sólo salen a la calle en grupo y sin alejarse apenas unos pasos de la puerta. Han cruzado la frontera de laintolerancia pero no se sienten seguros en Melilla. Tienen muy presente la imagen del joven Ibrahim, que hace unas semanas se alejó a dar una vuelta y comprar tabaco. Tuvo que ser hospitalizado después de que entre ocho personas le dieran una paliza para luego dos de ellos violarle y dejarle casi inconsciente.

El CETI está apartado del casco urbano. Situado en uno de los barrios periféricos más deprimidos, muy cerca del paso fronterizo de Farhana: “Por aquí pasan muchos marroquíes y nosotros no somos aceptados por ellos. A casi todos nos han robado los móviles, a mí en tres ocasiones. Nos quitan el tabaco. Abusan de nosotros, nos insultan, escupen. Tenemos miedo y estamos cansados”, cuenta Hassan, que asegura que algunas tiendas cercanas, regentadas por “barbas [islamistas] o musulmanes”, se niegan a venderles y les expulsan de los establecimientos de forma violenta.

Por eso quieren presentar un escrito a la dirección del centro para que pida la presencia continua de patrullas del Instituto Armado en las cercanías del CETI: “No tenemos paz ni a este ni al otro lado de la valla”, susurra Amine mientras, haciendo caso a los consejos del vigilante de la puerta, sale del centro quitándose la ropa femenina que le cubría la cabeza y los hombros: “Se exponen a que les den una paliza si se pasean con velo, con las uñas pintadas o contoneándose”, dice elsegurata.

Perversos y antinaturales

Pronto pasa una mujer marroquí, con chilaba y hiyab, y les dice que son unos“sinvergüenzas”y unos “guarros”y que todo lo que cuentan es “mentira”. Que en Marruecos tienen libertad para hacer lo que quieran en la intimidad pero que a ellos “les gusta exhibirse”. Y antes de marcharse y escupir en el suelo susurra: “Kawm lot“.

Esta expresión árabe significa procedente de la ciudad de Lot, el sobrino de Abraham que vivió en Sodoma, según los libros sagrados. En occidente sería algo así como sodomita, palabra despectiva que se utiliza para burlarse de los homosexuales. Pero en Marruecos, esa expresión tiene otra dimensión. Según sus creencias, los actos “perversos”y “antinaturales”realizados por los sodomitas no sólo recibieron la ira de Dios entonces, sino que el castigo divino sigue cayendo sobre el pueblo que les acoge: “Creen que los terremotos que han sacudido Alhucemas y Nador son por nuestra culpa. Cada vez que ocurre alguna desgracia o catástrofe nos persiguen, nos acusan y abusan de nosotros. Creen que los homosexuales enfurecemos a Dios y por eso no nos quieren cerca. Somos apestados”, cuenta Abdu.

Estas creencias se dan en la zona del Rif, en el norte del país. De esta región deprimida y conservadora proviene la gran parte de los demandantes de asilo. Son un grupo muy heterogéneo. Los hay analfabetos y filólogos; y con edades que van desde los 18 hasta los 41 años de Annan, el abuelo del grupo, como le llaman. Dice sentirse gay desde que tiene uso de razón. Esto le ha ocasionado problemas con la familia, los vecinos, en el colegio… Lo pasó tan mal en el instituto que dejó los estudios. Ha trabajado en varias cafeterías de camarero y en todas le han echado por ser gay: “Hay gente que cuando vas a servirle tú o a tomarles nota se van. Algunos piden que les sirva un hombre de verdad o te pegan o insultan. Eso no es bueno para el negocio”.

Mohamed (de 26 años y natural de Samara) se levanta la camiseta para mostrar las puñaladas que le dio su hermano tras enterarse de su orientación sexual

Mohamed (de 26 años y natural de Samara) se levanta la camiseta para mostrar las puñaladas que le dio su hermano tras enterarse de su orientación sexual REPORTAJE GRÁFICO: JESÚS BLASCO DE AVELLANEDA

Para poder comer tuvo que dedicarse a vivir del sexo. Lleva tantos años en el negocio de la calle que el resto de compañeros del CETI le conoce como Lamadame. Ironías de la vida: “Algunos hombres que me despreciaban en las cafeterías luego requerían mis servicios. Te juzgan por ser homosexual y luego ellos son peor que tú”.

En una sociedad tan cerrada e hipócrita como la marroquí, el principal enemigo para los jóvenes homosexuales es la familia. Ese primer círculo de confianza casi nunca llega a aceptar y actuar con normalidad porque se exponen a ser señalados por el resto de vecinos y temen las consecuencias. A veces la reacción es la violencia, incluso extrema. Así le ocurrió a Mohamed, de 26 años y natural de Samara, en la región del Sáhara Occidental. Durante años escondió su orientación sexual hasta que un día un familiar le vio besándose con otro chico. El padre le dio tal paliza que perdió audición en un oído. Y su hermano mayor, que estaba trabajando en El Aaiún, a tres horas de coche, juró matarle si le cogía.

Mohamed huyó y recorrió los 1.600 kilómetros que separan su ciudad natal de Nador. Pero su hermano le encontró, le asestó tres puñaladas y amenazó con matarle si volvía a casa. Tras curar sus heridas en el Hospital Hassaní, decidió cruzar a Melilla y pedir asilo. Otras veces la familia intenta barrer el problema y esconderlo bajo la alfombra, como pasó con Yusef, de Kenitra. De familia bien y liberal, se plantó ante sus padres con su pareja para decirles que era gay. En menos de dos meses tenía concertada una boda, con una estupenda chica de otra familia pudiente, y apalabrados el banquete, el viaje de novios y hasta la casa donde iban a pasar el resto de su vida: “Ya no es que no me gusten las mujeres, es que no me dejaron decidir nada sobre mi vida. Tengo 19 años y querían obligarme a dejar los estudios y formar una familia. Por un momento me volví loco y llegué a intentar suicidarme”.

Pero no todos son chicos, también hay algunas chicas marroquíes que esperan impacientes la resolución positiva de su petición de asilo. Es el caso de Houria, de 21 años. Después de casi dos años, en los que por defender su relación con Fadma, de 25, fue víctima de insultos, golpes y maltrato por parte de amigos y familiares, escaparon a Melilla, donde terminaron con su relación. Ahora apenas se dirigen la palabra, pero luchan unidas no sólo buscando ser libres y felices, sino intentando lograr un futuro más digno para que, como relata Houria, todos aquellos que vienen tras ellos “no tengan que abandonar a sus familias ni sean considerados delincuentes por ser diferentes o tener una orientación sexual distinta a la exigida por el islam”.

La presión mediática consigue rebajar la condena de los homosexuales linchados en público en Marruecos

Protesta contra el movimiento LGTBI 'Estamos contra los gays porque van contra las leyes de la naturaleza', dijo uno de los manifestantes

Abdelaziz R., de 37 años, ha sido condenado por homosexualidad a tres meses de prisión -en suspenso- en el tribunal de Beni Mellal, en el centro del país, por lo que hoy mismo saldrá de la cárcel, según ha informado su abogado a eldiario.es. El caso ha tenido una amplia repercusión mediática en Marruecos porque el condenado fue exhibido desnudo en público, linchado y grabado en vídeo junto a su pareja por un grupo de vecinos del barrio de Aït Thaysh, donde se produjo el asalto. En cuanto a los agresores, que también han pasado hoy por el tribunal para escuchar el veredicto por “agresión con arma blanca, allanamiento de morada y publicación de un vídeo contra la moral”, dos de ellos han recibido una condena de entre 4 y 6 meses de prisión firme y otros dos han sido exculpados. Un quinto agresor, un menor, será juzgado el próximo miércoles.

En el vídeo de la agresión, que fue difundido masivamente en las redes sociales, aparece un grupo de jóvenes atacando a una pareja de hombres desnudos y ensangrentados en el interior de una vivienda que posteriormente son arrastrados sin ropa a la calle. El compañero de Abdelaziz, Abdelah B., de 54 años, fue arrestado el pasado 9 de marzo y condenado, una semana más tarde, a cuatro meses de prisión. La pena para sus agresores fue exactamente la mitad: dos meses, algo que pasó inadvertido hasta la difusión del vídeo, dos semanas más tarde. Hoy, en la sesión de apelación, la pena ha sido, como la de Abdelaziz, de 3 meses de prisión en suspenso. También quedará en libertad. “Ha sido la presión mediática la que ha conseguido este cambio de rumbo en el veredicto”, señala Betty Lachgar, del colectivo MALI por las libertades individuales.

En Marruecos, la homosexualidad es un delito que se castiga con multas y penas de entre seis meses y tres años de cárcel. “No estaban en un espacio público. Estaban en una vivienda, y cada uno puede hacer en su casa lo que le plazca, es una libertad individual”, señala a eldiario.es Brahim Hassala, el abogado que ha defendido a Abdelaziz. Lo habitual es que los abogados nieguen la homosexualidad de sus clientes. Muchos aseguran que jamás defenderían a alguien que se declara homosexual, pero la línea de defensa del letrado Hassala es distinta.

Su defendido admite que es homosexual, cuenta el abogado. Pero Hassala va más allá y ha pedido la derogación del artículo 489: “En todos los países democráticos eso no existe. Cuando la gente es adulta y hay consentimiento, ¿por qué condenarles? Además, la homosexualidad no es un crimen. Somos como somos. Es la voluntad de Dios. Yo he pedido la exculpación, pero la sentencia no está mal. Podría haber sido peor, explica”.

Por si no hubiera suficiente ruido con el caso, hacia la una de la tarde dos activistas de FEMEN que se presentaron con los senos desnudos frente al tribunal, fueron arrestadas por la policía en medio de los insultos de los manifestantes. Las dos activistas, “Gala” y “Lola”, van a ser expulsadas del país acusadas de “atentar contra la moral”. El comunicado de la wilaya (gobierno regional) indica que “pertenecen a una organización extranjera que predica la depravación de las costumbres”. En junio del año pasado, Marruecos expulsó a otras dos integrantes de FEMEN Francia que se besaron con el torso desnudo en el mausoleo Hassan II de Rabat para exigir derechos para el colectivo LGTB.

Los colectivos en defensa de la libertad sexual en Marruecos se encuentran divididos sobre la pertinencia de las manifestaciones de la organización. Una parte de ellos cree que el tipo de acciones de FEMEN son perjudiciales para avanzar en la aceptación social de sus derechos y otros opinan que son muy necesarias como revulsivo.

Junto a ellas, igual que hace una semana durante la primera audiencia del juicio, un centenar de personas ha vuelto a manifestarse este lunes frente a la corte gritando “Basta de homosexualidad”, acusando al Estado de querer normalizar esta opción sexual y pidiendo la libertad de los cuatro agresores.

Megáfono en mano, Abdalah Mudalajr, del Colectivo Karama (dignidad) por los Derechos Humanos, animaba a los manifestantes en la última audiencia: “¡No queremos homosexuales aquí!, ¡Deshonráis el Islam!, ¡Animáis a la homosexualidad!”. Ante la prensa extranjera, el líder de esta asociación vinculada a los islamistas del barrio de Aït Thaysh donde se produjo la agresión, moderaba su discurso: “Que vivan su vida privada como quieran, pero que no salgan en un barrio tan pequeño, que no vayan abrazados delante de la gente. Eso está bien en Francia o en España, pero no aquí”, comentaba a eldiario.es.

Es imposible encontrar en el barrio a alguien que defienda a los dos condenados por homosexualidad. El ambiente es de abierta hostilidad hacia ellos. Son viejos conocidos del barrio, y no sólo por su opción sexual. El puesto de chucherías que regenta Abdelah R. en la avenida Bagdad de Aït Thaysh continúa cerrado desde su detención, con la persiana metálica echada hasta abajo. En la puerta se han reunido algunos de los vecinos que han estado manifestándose pidiendo que liberen a los agresores y allí enumeran la lista de altercados en el barrio que atribuyen al condenado: peleas, ebriedad y acoso sexual.

“No podemos permitir que alguien como él, que bebe y que se acuesta con hombres, venda caramelos a los niños”, explica Mustapha, un vecino, junto al puesto de chucherías. Según el abogado Hassala, Abdelaziz cumplió un año de prisión en 2011 por homosexualidad e intento de violación. De acuerdo con un informe policial que cita el semanario TelQuel, la víctima fue un menor con discapacidad. El semanario también da cuenta de los antecedentes de Abdalah B. por prenderle fuego a una vivienda y por ebriedad en la vía pública.

“Quizás habría pasado inadvertido en una ciudad como Rabat o Casablanca, pero aquí se conoce todo el mundo. Todos saben lo que hace el de la puerta de al lado. Ellos no son buena gente”, asegura Aziz. “No está bien lo que hace, tiene mala fama en el barrio, pero es cierto que tampoco se puede llegar al extremo de esta agresión”, añade Issam.

De la región de Beni Mellal, entre el Medio Atlas y la llanura de Tadla, salieron miles de los marroquíes que emigraron a Francia en los años 70, y a Italia y a España en los 90. Muchos han vuelto por la crisis económica en Europa, pero siguen pensando en regresar a España algún día. “Aquí no hay trabajo, no hay nada que hacer y cuando el diablo no tiene nada que hacer, ya se sabe. Estos chicos, los agresores, todavía no tienen la cabeza amueblada, son muy jóvenes”, explica Mohamed para justificar la agresión.

En 2014 se inauguró el aeropuerto de Beni Mellal y hace menos de un año que ha abierto la autovía A8 que comunica esta ciudad del centro de Marruecos con Casablanca. Hasta entonces, recorrer los 230 kilómetros de distancia que separan este municipio de 192.000 habitantes de la macro urbe y capital económica del país era una aventura por pistas mal asfaltadas y peor mantenidas y carreteras secundarias apenas iluminadas.

Todavía no hay fecha, en cambio, para acortar distancias entre ese Marruecos del barrio marginal y conservador de Aït Thaysh de Beni Mellal y ese otro Marruecos de los colectivos que se han movilizado pidiendo la derogación del artículo 489 del código penal que criminaliza la homosexualidad. Pese al amplio rechazo social en el país de esta opción sexual, 20 ONG marroquíes han firmado un manifiesto en el que pedían la libertad para los dos homosexuales.

A ellos se ha sumado HRW, que en un comunicado publicado el viernes pasado, denuncia que la justicia marroquí persigue a dos personas agredidas en su propio domicilio que mantienen una relación consentida: “Perseguirles muestra la determinación de las autoridades marroquíes de reforzar las leyes anti-homosexualidad”, señala la organización.

La Iglesia luterana de Noruega permitirá los matrimonios gays

Pareja de lesbianas durante el Orgullo Gay de Oslo en 2014

Pareja de lesbianas durante el Orgullo Gay de Oslo en 2014 Terje Bendiksby

“Pronto podré casarme en la iglesia. No soy diferente”, afirma Kai Steffen Ostensen, uno de los delegados del Sínodo General, el mayor órgano de decisión de la Iglesia evangélica-luterana de Noruega. Las bodas entre personas del mismo sexo han sido aprobadas por la Iglesia luterana, poniendo fin a un largo debate que ha durado dos décadas.

De los 115 miembros que componen el Sínodo General de la Iglesia noruega, 88 han apostado por fijar una posición favorable a los matrimonios entre personas del mismo sexo. “Es un gran día para mí, para el movimiento de la iglesia abierta y para la Iglesia de Noruega”, ha afirmado el delegado Gard Sandaker-Nilsen, citado por el canal de televisión NRK.

La decisión aprobada introducirá una ceremonia segregada para las parejas homosexuales que complementará, a partir de enero, el ritual tradicional. Así, las parejas contraerán matrimonio en su parroquia, lo que supone “un sueño hecho realidad”, asegura Ostensen, que reduce la cuestión a un concepto básico sin prejuicio, “soy una persona que ama a otra persona”.

El Sínodo opina que “las diferentes visiones teológicas” no deben romper la unidad de la Iglesia, ante las que sólo cabe la permisividad a la hora de “expresar las opiniones sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo”.

Los sacerdotes podrán abstenerse de realizar dichos enlaces. En Noruega, el 73% de sus 5,2 millones de habitantes son de religión luterana.

Este no ha sido el primer intento de lograr un matrimonio igualitario. En el año 2009, Noruega reemplazó la Legislación de 1993 por una nueva ley que permitió que las parejas del mismo sexo se registrasen, pero no casarse. En 2014, se realizó otra propuesta de posicionamiento que el Sínodo de la Iglesia luterena rechazó y en el otoño de 2015, la conferencia de obispos, de nuevo, no consiguió llegar a un acuerdo.

Marruecos deja en libertad a dos homosexuales ante la presión internacional

Dos homosexuales en Marruecos

Dos homosexuales en Marruecos. ELENA CALVO

La presión internacional y la mala imagen transmitida ante el mundo hicieron que dos hombres marroquíes, juzgados por su condición homosexual pese a haber sidovíctimas de un linchamiento público en Beni Melal (centro del país), quedasen finalmente hoy en libertad condicional.

El tribunal de Beni Melal dejó a ambos hombres en libertad condicional, aunquemantuvo la condena a sendas penas de cuatro y tres meses de cárcel, después de veinte días de suspense y de reprobación internacional.

El pasado 25 de marzo, un vídeo grabado con un teléfono móvil comenzó a circular como la pólvora por la red: en él se veía cómo un grupo de personas asaltan un domicilio particular, sacan a dos hombres de la cama, los golpean e insultan y finalmente los sacan a la calle desnudos y ensangrentados.

“Esta historia se exporta y viaja tan rápido que se ha convertido en nuestro peor embajador ante el mundo. Tal vez no nos damos cuenta, pero estamos siendo juzgados por la opinión mundial”, escribía el pasado fin de semana Karim Bujari en el portal le360.ma.

Efectivamente, este episodio puso a Marruecos en el foco de organizaciones internacionales, desde Human Rights Watch (HRW) a la feminista Femen, que hoy envió a Beni Melal a dos activistas que trataron de desnudarse ante la puerta del tribunal, aunque la policía intervino con presteza e impidió su acción.

HRW, que envió a un observador al proceso y ha publicado varios comunicados sobre el caso, se escandalizó por el hecho de que la Justicia marroquí procesara a las víctimas de una agresión antes que a los agredidos.

Agredidos, ensangrentados, sacados desnudos a las calles y luego mandados a la cárcel por su vida privada (…) Este veredicto va a desanimar a las víctimas a la hora de buscar justicia y aumentará la probabilidad de delitos de homofobia” en el país, dijo la organización.

La homofobia está en las mismas leyes marroquíes: el artículo 489 del Código Penal marroquí castiga con penas de hasta tres años de cárcel a quien “cometa actos contra natura con individuos de su mismo sexo”, y la actual reforma del código que maneja el gobierno no prevé su eliminación, sino incluso su endurecimiento con multas más cuantiosas.

En Beni Melal, una llamada “Asociación Karama por los derechos humanos”también se ha estado manifestando ante el tribunal, y ha dejado claro que las cosas no se ven igual en Rabat como en el Marruecos profundo.

Los seguidores de Karama pedían precisamente castigo a los homosexuales y clemencia con sus agresores (juzgados en el mismo proceso): “Este veredicto nos sorprende. Sólo puedo explicármelo por la presión de las organizaciones internacionales”, dijo a Efe un portavoz de la asociación, sin querer dar su nombre.

No es la primera vez que los jueces marroquíes, en casos relativos a las libertades individuales (homosexuales, conversos al cristianismo, etc) pronuncian un veredicto duro en primera instancia y luego, ante el ruido generado en el extranjero, rebajan las penas.

El juicio de Beni Melal ha aportado algunas novedades, y la principal es que el abogado defensor de los dos agredidos levantó alto y claro la voz en defensa de la homosexualidad como una opción que no debería ser castigada y pidió derogar el artículo 489, en lugar de negar (como suele ser habitual) la condición homosexual de sus defendidos.

Además, el colectivo Aswat de defensa de los homosexuales ha salido definitivamente del armario y ha enviado a un observador al juicio, redactando su propia valoración de lo sucedido.

Queda, no obstante, la preocupación expresada en numerosos medios por el carácter de la agresión: el allanamiento de un domicilio, la agresión colectiva y la vejación pública en plena calle contra dos seres indefensos.

“El proceso de Beni Melal -decía Karim Bujari- interpela a todo el mundo porque también es el de la libertad individual opuesta a la resistencia violenta de la comunidad”.

El Papa pide respeto para los homosexuales pero rechaza legalizar su matrimonio

El Pontífice argentino sugiere ir caso a caso con divorciados vueltos a casar y parejas de hecho

Una figura de cera del Papa Francisco, ante la catedral de Nôtre Dame. IAN LANGSDON EFE

El papa Francisco ha pedido respeto para los homosexuales y su no discriminación, pero ha subrayado que sus uniones no pueden ser consideradas matrimonio y ha condenado las presiones de organismos que buscan su legalización.

En su segunda exhortación apostólica ‘Amoris Laetitia’ (‘La alegría en el amor’), un documento que fija las líneas de la Iglesia sobre la familia, el amor y el matrimonio, el Papa sostiene “que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar ‘todo signo de discriminación injusta’ y particularmente cualquier forma de agresión y violencia”.

“Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo”, ha agregado.

Situaciones “irregulares”

Por otra parte, el Papa pide a las iglesias que realicen un discernimiento especial en algunas situaciones «irregulares» -divorciados vueltos a casar, matrimonios civiles, parejas que conviven antes de pasar por el altar- porque “no todos están en pecado mortal”, aunque advierte que no puede esperarse una nueva normativa canónica.

En un capítulo dedicado a las situaciones «imperfectas», el Papa señala, basándose en las conclusiones de los Padres Sinodales, tres situaciones «irregulares»: personas que han contraído matrimonio civil, que son divorciados y vueltos a casar, o que simplemente conviven. A continuación, señala que no todos ellos se encuentran necesariamente en “pecado mortal”, entendido como tal el que tiene como objeto una materia grave, precisada en los Diez Mandamientos, como es la de «cometer actos impuros».

«La Iglesia posee una sólida reflexión acerca de los condicionamientos y circunstancias atenuantes. Por eso, ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada irregular viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante», subraya en el texto, estructurado en nueve capítulos y 325 puntos, y publicado este viernes por el Vaticano.

Según precisa, el desconocimiento de la norma, la dificultad para comprender los valores inherentes a la misma o “condiciones concretas que no permiten obrar de manera diferente y tomar otras decisiones sin una nueva culpa” son algunas de estas circunstancias que, a su juicio, se deben tener en cuenta a la hora de valorar la participación de las personas que viven en una situación irregular en la iglesia.

Entre los atenuantes, pone el ejemplo de una persona divorciada que se ha vuelto a unir con otra con la que mantiene una relación “consolidada en el tiempo, con nuevos hijos, con probada fidelidad y compromiso cristiano” frente a aquella que ha provocado sufrimiento y confusión a los hijos o que ha fallado a sus compromisos familiares. “Debe quedar claro que este no es el ideal que el Evangelio propone para el matrimonio y la familia”, subraya.

Por ello, pide a los sacerdotes y obispos que, ante las situaciones “irregulares”, no se detengan en la norma general y desciendan a lo particular porque actuar de otra forma sería “mezquino”. Asimismo, les pide que traten de integrar a todos, incluso en la catequesis o la predicación siempre que no lleven su pecado como bandera del “ideal cristiano” y no quieran imponer algo diferente a lo que enseña la Iglesia.

En cualquier caso, Francisco admite que hay “innumerables” situaciones concretas y que, por tanto, “puede comprenderse que no debía esperarse del Sínodo o de esta Exhortación una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos los casos” sino “un nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral”. Si bien no se refiere de manera explícita al acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar, Francisco propone que hagan “un examen de conciencia, a través de momentos de reflexión y arrepentimiento” para “fortalecer la confianza en la misericordia de Dios”.

Separaciones por violencia de género

También reconoce que hay situaciones en las que la separación de un matrimonio católico es “inevitable” y, a veces, “incluso moralmente necesaria” como cuando existe violencia de género. “Se trata de sustraer al cónyuge más débil o a los hijos pequeños de las heridas más graves causadas por la prepotencia y la violencia, el desaliento y la explotación, la ajenidad y la indiferencia”. En todo caso, precisa que es “un remedio extremo” considerable sólo “después de que cualquier intento razonable haya sido inútil”. Ante todas estas situaciones particulares, el Papa propone crear centros especializados de escucha en las diócesis y una pastoral de la reconciliación y de la mediación.

El Pontífice se muestra “preocupado” ante “el crecimiento del número de divorcios” y el descenso de matrimonios frente a las parejas de hecho y entona un ‘mea culpa’ por el modo en que la Iglesia ha presentado con frecuencia el matrimonio: “su fin unitivo, el llamado a crecer en el amor y el ideal de ayuda mutua, quedó opacado por un acento casi excluyente en el deber de la procreación”.

En todo caso, subraya la importancia de la transmisión de la vida y aunque reconoce que, a veces, algunos esposos con varios hijos pueden tomar la decisión de no tener más prole por “motivos suficientemente serios”, también rechaza “las intervenciones coercitivas del Estado en favor de la anticoncepción, la esterilización y el aborto”, medidas que tacha de “inaceptables” incluso en países con alta tasa de natalidad. En este sentido, alienta a los pastores a que no renuncien a proponer el matrimonio y la familia como el ideal cristiano frente a lo que está de “moda”.

Contra la educación del ‘sexo seguro’

El Papa Francisco dedica asimismo un capítulo de la exhortación a la educación de los hijos y advierte a los padres de que siempre deben mantener una “vigilancia” sobre ellos aunque no de forma “obsesiva” y enseñarles a enfrentarse a las diferentes situaciones que pueden surgir en la vida.

El Papa dice “sí” a una “prudente” educación sexual de los niños y jóvenes, un tema que, a su juicio, “se toma demasiado a la ligera”. Para el Pontífice, con frecuencia esta educación se centra en “la invitación a cuidarse, procurando un sexo seguro”, una expresión que rechaza porque considera que “transmite una actitud negativa hacia la finalidad procreativa natural, como si un posible hijo fuera un enemigo del cual hay que protegerse”.

Por otro lado, advierte de los “riesgos” que pueden suponer para la familia los móviles y aparatos tecnológicos que pueden provocar en niños y adolescentes un “autismo tecnológico”. “Sabemos que a veces estos recursos alejan en lugar de acercar, como cuando en la hora de la comida cada uno está concentrado en su teléfono móvil”, apunta. Si bien, reconoce sus aspectos positivos como mantener en contacto a las familias.