Jesús Santos, el eterno amor de Pedro Zerolo

Se conocieron cuando ambos trabajaban en el Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid. Tras casi una década de relación, se casaron en el año 2005

Zerolo y Santos el día de su boda

Zerolo y Santos el día de su boda JOSÉ MARÍA BARROSO/ VICTOR INCHAUSTI

Muy poco se conoce de Jesús Santos, el viudo y gran amor de Pedro Zerolo, exconcejal del Ayuntamiento y diputado electo en la Asamblea de Madrid, quien ha fallecido a los 54 años tras batallar contra el cáncer de páncreas. Según ha confirmado la familia del carismático político del PSOE, Santos, su pareja desde hace 19 años, y esposo desde 2005, ha estado a su lado hasta el momento de su muerte.

La relación de Zerolo y Jesús Santos es una historia de amor y activismo. En una entrevista con ABC en 2014, Pedro Zerolo decía que su matrimonio en 2005 había sido la combinación de esos dos factores. «Llevo ‘casado’ de hecho 18 años y de derecho desde el 1 de octubre de 2005. Jesús y yo nos casamos por activismo y amor, conscientes de que el amor es el mejor de los activismos y de que era necesario construir referentes», dijo en ese momento.

Santos ha sido descrito en muchas ocasiones como un hombre discreto, culto y guapo, que siempre ha estado al lado de Zerolo en campañas, estrenos y presentaciones pero en segundo plano, sin buscar protagonismo o llamar la atención. El socialista conoció a Santos cuando ambos militaban en el Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid (Cogam), del que Zerolo fue dirigente hasta su incorporación al Partido Socialista de Madrid.

Jesús Santos, que pertenece al departamento de Coordinación del Instituto Europeo de Diseño, ha compartido el compromiso político y social de su pareja, algo que él mismo señaló a la prensa después de su matrimonio. «Llevamos mucho tiempo en esta lucha y, de hecho, nos conocimos trabajando en los colectivos», dijo en ese momento según recoge la página web del PSOE.

La pareja contrajo matrimonio en el mes de octubre de 2005, fecha en la que legalmente se comprometieron a estar en lo bueno y en lo malo. Algo que Santos recalcó en una entrevista con ABC: «Por supuesto,siempre ha sido así desde que nos conocimos. No lo entendería de otra manera». Casi siempre se les veía tomados de la mano y con gestos modestos de cariño.

El diseñador señalaba en esa ocasión que no hacía falta renovar votos o una segunda boda para confirmar su amor por Zerolo. «Renovamos los ‘votos’ todos los días. Nos queremos mucho», confesó, para apuntar que más allá de los días de la quimioterapia, la pareja era feliz. «Salvo el día de la quimio, de pruebas o cuando aparece algún efecto secundario, somos muy felices día a día, porque disfrutamos de las pequeñas cosas».

El arzobispo de Madrid da el pésame al marido de Pedro Zerolo

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El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Carlos Osoro, y Jesús Santos, marido del político socialista Pedro Zerolo. / EFE

El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Carlos Osoro, habló por teléfono el martes con el marido del político socialista Pedro Zerolo, fallecido tras perder su lucha contra el cáncer, para trasladarle su pésame, según declaró ayer el fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel García. Zerolo fue uno de los principales impulsores de la ley del matrimonio homosexual, además de un conocido activista LGBT.

El padre Ángel se encontraba en la capilla ardiente de Zerolo, instalada en el patio de cristales de la Casa de la Villa, cuando recibió una llamada del arzobispo de Madrid que, al enterarse de que estaba allí, le dijo que quería saludar a Jesús Santos, marido del fallecido.

El fundador de Mensajeros de la Paz recuerda que “quería mucho” al político socialista, con quien hablaba “de lo divino y de lo humano” y al que recordará como un hombre “de diálogo y de sonrisa”. “Nos quedamos con su sonrisa, que es lo más importante de la vida”, subrayó. Por ello, la próxima semana le tributarán un homenaje en la iglesia de San Antón para decirle adiós.

Zerolo, “mi niño”

MANUEL SÁNCHEZ

Tuvo un gran afán en su vida: luchar por la igualdad de derechos. Lo hacía a todas horas, en cualquier momento o circunstancia y lo convirtió en su bandera.

“Es muy importante, mi niño, que se nos vea y se nos oiga. Pasito a pasito, un millón de gracias”, decía cuando conseguía  que los medios publicaran noticias sobre el movimiento LGTB

“Es muy importante, mi niño, que se nos vea y se nos oiga. Pasito a pasito, un millón de gracias”, decía cuando conseguía que los medios publicaran noticias sobre el movimiento LGTB

MADRID.- Pedro Zerolo (Caracas, 1960) siempre tuvo un afán en su vida: luchar por la igualdad de derechos. Lo hacía a todas horas, en cualquier momento o circunstancia. Su lucha era una bandera permanente que no dejaba esquinada ni un segundo.

Primero lo hizo desde la Federación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB), donde estuvo casi diez años como presidente. En aquellos años buscaba la visualización del movimiento LGTB, que aún era muy marginal. Llamaba constantemente a los medios de comunicación para posicionarse ante cualquier asunto o para informar de cualquier acto, y se mostraba sumamente agradecido aunque sólo se publicara media columna. “Es muy importante, mi niño, que se nos vea y se nos oiga. Pasito a pasito, un millón de gracias”, me dijo más de una vez.

Su insistencia y su perseverancia dieron sus frutos, y el movimiento del LGTB fue ganando consistencia y peso social y político, al igual que la fiesta del “Orgullo gay”, a la que acudió durante 25 años, aunque le dolió en el alma faltar a la última celebración porque la enfermedad ya no se lo permitía.

En 2003 pasó del activismo social a la política como concejal en la lista que encabezaba Trinidad Jiménez. Era un convencido de que las cosas se cambian desde la política, y que había muchas cosas que cambiar. Enseguida se hizo notar en las filas del PSOE. Tenía un discurso político muy bien articulado, unas ideas muy claras y una capacidad de trabajo inmensa, lo que no suele abundar en los partidos.

De hecho, José Luis Rodríguez Zapatero no dudó en incorporarlo a su Ejecutiva y situarlo en el área de Movimientos Sociales. Zerolo dinamizaba a la sociedad civil como nadie, tenía reuniones todos los días y a todas horas, y creo numerosos grupos sectoriales afines al PSOE de lo más variado.

La aprobación del matrimonio homosexual fue para él un hito sin precedentes por el que había luchado toda su vida. Se casó, y no paró de casar en su condición de concejal. Cada boda se la preparaba como si fuera la última que iba a celebrar, y no dejaba de emocionarse por poder hacerlo, casi más que los contrayentes.
También tenía sus ambiciones políticas, y cuando Trinidad Jiménez anunció que no iba a repetir como candidata a la Alcaldía en 2007, se postuló tímidamente: “Ven, mi niño, yo quiero presentarme para ser alcalde de Madrid. De ZP a PZ. ¿Cómo lo ves?”.

Como yo lo viera importaba poco, pero quien no lo veía de ninguna forma era el entonces secretario de Organización, José Blanco, y tuvo que conformarse con volver a ir de concejal otros cuatro años, lo que tampoco le disgustaba. Siguió trabajando incansablemente tanto en el ayuntamiento, como con sus movimientos sociales y en todo lo que le pidiera el partido. Si había un acto al que nadie quería ir, siempre se podía contar con Zerolo para que el PSOE tuviera presencia.

Tras repetir en 2011 de nuevo como edil por Madrid, le llegó a enamorar la vida municipal, dio su última batalla contra Ángel Gabilondo tras la expulsión de Tomás Gómez como secretario general del PSM. La perdió, pero no tuvo el más mínimo problema en incorporarse a la lista de su contrincante, que este lunes le fue a recoger su acta de diputado.

En enero de 2014 conmocionó a toda la sociedad con el anuncio de que tenía un cáncer de páncreas. Se rapó el pelo, adelgazó hasta hacerse invisible, pero ni perdió la sonrisa, ni las ganas de trabajar, y no se escondió de nada ni de nadie. “Estoy bien, mi niño, sólo cuando recibo el tratamiento tengo dos o tres días que no puedo moverme de la cama. Pero voy a luchar hasta el final”. Y así lo hizo, como toda su vida.

Muere Zerolo, activista por la igualdad de los gais

El dirigente del PSOE fue un símbolo de la lucha contra la discriminación de la comunidad homosexual

BILBAO – Pedro Zerolo, miembro de la Ejecutiva del PSOE y conocido militante por los derechos de la comunidad homosexual, falleció en la noche del lunes en su domicilio de Madrid a los 54 años, después de luchar 18 meses contra un cáncer de páncreas. Zerolo, quien fue reelegido en julio del año pasado secretario de Movimientos Sociales del PSOE, fue la figura más determinante en la puesta en marcha de la Ley del matrimonio homosexual que impulsó el Partido Socialista en 2004 y que fue aprobada un año más tarde. Pese a su enfermedad, siempre mostró su intención de compaginar el tratamiento médico con su trabajo en el PSOE y en el Ayuntamiento de Madrid, convirtiéndose el pasado febrero en el número tres de la lista de la candidatura de Ángel Gabilondo.

La última aparición pública de Pedro Zerolo se produjo en la sede del partido de Ferraz el pasado 24 de mayo, después de las elecciones autonómicas, donde incluso respondió a la prensa a pesar de encontrarse ya muy débil. Al hacerse pública la noticia de su fallecimiento, representantes políticos de distintos partidos, entre ellos Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, mostraron en las redes sociales mensajes de condolencias a su familia y de admiración al socialista. – DEIA

Un arcoíris cubre Chueca para despedir a Pedro Zerolo

Una alfombra de arcoíris ha cubierto esta tarde las calles de Chueca, el barrio gay de Madrid, para despedir y rendir homenaje a Pedro Zerolo, el político socialista y activista por los derechos de los homosexuales y la igualdad.

Un arcoíris cubre Chueca para despedir a Pedro Zerolo

MADRID. Decenas de personas han llorado y ovacionado durante minutos a Zerolo y han cubierto la céntrica plaza de Chueca de velas, fotos y banderas con lazos negros, en una vigilia convocada por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) y Cogam, que se prolongará hasta la 1 de la madrugada.

“Pedro eterno”, “Gracias por tu lucha”, “Gracias por tanto, el día de mañana seremos más felices gracias a ti” y “Gracias por darnos ilusiones”, son algunos de los mensajes que los asistentes a este homenaje han escrito sobre el enorme arcoíris que cubría el suelo, que parecía desafiar al cielo ensombrecido por la amenaza de lluvia.

Un portavoz de la Felgbt, Jesús Generelo, ha explicado a Efe que han tratado de crear un espacio donde la gente exprese sus sentimientos hacia Zerolo. “Todos tenemos mucho que agradecerte. Estamos muy tristes, a pesar de que lo esperábamos”, ha apuntado.

Entre los congregados en esta plaza -centro neurálgico del barrio- se encontraba la activista transexual y diputada de la Asamblea de Madrid por el PSOE Carla Antonelli, visiblemente afectada por la pérdida del político.

“Estamos muy impactados, ya sabíamos que la situación era muy delicada, pero esperábamos que nos durase un poquito más”, ha indicado a Efe el presidente de Cogam, Jesús Grande.

Además, ha señalado que el Colectivo de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales de Madrid va a crear este año un premio con el nombre de Pedro Zerolo para galardonar a todos los activistas que luchan día a día a favor del colectivo LGTB.

Mientras, políticos de todos los partidos se han acercado esta tarde a la capilla ardiente, instalada en la Casa de la Villa de Madrid, donde Zerolo comenzó en 2003 su andadura municipal y donde se ubicaba la sede del consistorio hasta su traslado al Palacio de Cibeles.

En la capilla ardiente, se encuentran el marido del activista socialista, Jesús Santos; sus hermanos Conchi, Cristina y Heladio; su suegra, Teresa, y su cuñada, Maite, además de varios sobrinos, amigos y colaboradores, en torno al féretro sobre el que ha sido colocada una rosa roja.

Adiós popular a Pedro Zerolo

Ciudadanos, políticos, artistas y militantes despiden al activista gay y diputado autonómico socialista. La capilla ardiente estará en la Casa de la Villa de Madrid hasta las 21.00

El viudo de Pedro Zerolo, Jesús Santos, ante el féretro de su marido

El viudo de Pedro Zerolo, Jesús Santos, ante el féretro de su marido. / JULIÁN ROJAS | ATLAS

Una pequeña cola esperaba estar tarde a las 15.00 a que se pudiera acceder a la capilla ardiente de Pedro Zerolo, el dirigente del Partido Socialista de Madrid y militante por los derechos de las minorías –especialmente la suya, la de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales– que falleció esta madrugada en su casa de Madrid. El féretro fue instalado en el Salón de los Cristales del antiguo Ayuntamiento de Madrid, custodiado por maceros y ujieres y con un fondo ya a primera hora de la tarde de decenas coronas variopintas, desde la agrupación socialista de Ceuta a sus compañeros de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales) hasta un centro de inserción laboral de drogodependientes.

A pie firme, el viudo de Zerolo, Jesús Santos, y familiares del político recibieron a los visitantes. Ciudadanos anónimos como tres mujeres de mediana edad –“no importa nuestro nombre; di que estamos aquí porque era muy majo y nos gustaba mucho”–, políticos, artistas –una desconsolada Cayetana Guillén Cuervo, amiga de la pareja– y militantes estaban ya a primera hora en el salón.

De las primeras en llegar fue la alcaldesa en funciones de Madrid, Ana Botella, quien departió unos cinco minutos con el viudo. Ella había ofrecido el salón, pese a que en el pasado fue una de las más críticas con el proyecto de matrimonio entre personas del mismo sexo que Zerolo promovió y el PSOE sacó adelante (se hizo famosa su comparación de las relaciones entre personas del mismo sexo con la incompatibilidad de peras y manzanas). También estaban la exministra y concejal del PSOE Trinidad Jiménez, los dirigentes socialistas Rafael Simancas y Jaime Lissavetzky, la líder de UPyD,Rosa Díez –una de las primeras políticas del PSOE en acudir a una manifestación del Orgullo Gay en Madrid–, el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid, José Manuel López;  las poetisas Ruth Toledano y Ajo, los actores Antonia San Juan y Luis Miguel Seguí y muchos militantes.

Para algunos, como Carla Antonelliy Beatriz Gimeno, la visita a la capilla ardiente fue la continuación de jurar sus cargos como diputadas autonómicas de Madrid, la primera por el PSOE y la segunda con Podemos. Ambas salieron del movimiento LGTB, como Zerolo. “En el acto se equivocaban todo el rato y le nombraban”, se quejó Gimeno, muy afectada. Antonelli, quien había depositado una rosa roja en el escaño que tenía que haber ocupado Zerolo, elegido como ella para la Comunidad en la lista de Ángel Gabilondo, intentaba calmarse después de un día muy agitado.

A las 16.00 ya habían pasado por la capilla ardiente otros militantes gais históricos, como Boti García Rodrigo, Toni Poveda, Miguel Ángel Fernández –que fue asesor de Zerolo ya en el PSOE–, el abogado Manuel Ródenas, los representantes de Aegal (la asociación de empresarios de negocios para el público gay y lésbico que organiza el Orgullo) y de la Fundación Triángulo, entre otros. También los del colectivo de Madrid (Cogam), del que fue presidente Zerolo y muchos activistas a título individual, como la pareja que llevaba un ramo de rosas envuelta en una bandera arco iris.

José Manuel Freire, portavoz de Sanidad del PSOE de Madrid, manifestó que aunque no era amigo personal de Zerolo, sí que se llevaba bien con él. “Era un héroe, uno de esos hombres a los que la historia debe un homenaje”.

Sus compañeros de activismo, quizá más fieles al espíritu de Zerolo, al ver el uniforme de los edecanes y ujieres de la guardia, con sus cascos de plumas, se decantaron por el humor para pasar el trago: “Le habría encantado irse rodeado de plumas”.

La capilla ardiente estará abierta hasta las 21.00. A las 19.00 los colectivos FELGTB y Cogam han convocado una vigilia en la plaza de Chueca.

Adversario, pero nunca enemigo

ANA BOTELLA

Aunque sabíamos que no había vuelta atrás en su enfermedad y que el fin estaba próximo, conocer esta mañana (por ayer) la noticia de su fallecimiento ha sido un golpe para todos los que compartimos con él la política municipal. Vivió hasta el último momento con la ilusión de trabajar por lo que creía y hacerlo desde las instituciones como servidor público. Fue sin duda un activista, un luchador y un valiente. Defendió a ultranza la igualdad de oportunidades así como todas sus convicciones y jamás defraudó a los que creyeron en él y le dieron su voto de confianza.

Zerolo fue adversario, pero nunca enemigo. A pesar de nuestras discrepancias ideológicas, siempre nos tuvimos respeto y afecto. Fue una persona cariñosa con la que era difícil no empatizar. Coincidimos en mis comienzos en el Ayuntamiento en 2003, cuando fui elegida Delegada de Gobierno de Empleo y Servicios a la Ciudadanía y él era el concejal designado por el PSOE para llevar estos asuntos.

Tuve multitud de ocasiones de debatir con Pedro las políticas sociales de la ciudad de Madrid y hacerlo desde distintos puntos de vista. Siempre he creído que la confrontación de ideas y proyectos contribuye a fortalecer la democracia y a mejorar las propuestas que los partidos presentan ante los ciudadanos, porque con ello, además, evitamos caer en falsas satisfacciones y alejarnos de la realidad más cercana. Y con ese espíritu trabajamos durante cuatro años por el único objetivo de mejorar la vida de los madrileños, especialmente de los más vulnerables.

El ejercicio de la discusión política y de las ideas que Pedro y yo mantuvimos desde el principio siempre fue educado y la vez intenso. Era un político de gran capacidad dialéctica. Realizaba su labor crítica de las acciones de Gobierno, no exenta de dureza, pero siempre reconociendo los aciertos y valorando positivamente la labor que llevaban a cabo los funcionarios y el personal de los servicios municipales. Desde la firmeza de sus convicciones en el debate institucional, con él siempre se podía mantener un fluido diálogo más allá de la controversia política.

Pedro Zerolo es un ejemplo de cómo Madrid acoge a todas las personas que llegan a nuestra ciudad para formarse, desarrollar su actividad vital, profesional o política. Una ciudad libre que no es sino el fruto de la aportación de todos.

Y como Alcaldesa de esta gran capital ha sido para mí una satisfacción haber contribuido a cumplir uno de los últimos deseos del que fue su concejal: volver a la Casa de la Villa, donde se ha instalado su capilla ardiente para darle el último adiós. Una casa, la de todos los madrileños, por los que trabajó hasta el último aliento, haciendo regates imposibles a una enfermedad a la que como a la vida, también supo darle la cara. Querido Pedro, descansa en paz.

La pasión de la igualdad

Pedro Zerolo era un revolucionario, un activista, un hombre que no podía vivir sin sueños

Pedro Javier González Zerolo era un revolucionario, un activista, un hombre que no podía vivir sin sueños. Con su padre, Pedro González, tuvo diferencias y semejanzas; Pedro Javier (que así lo llamaban el padre, la madre, los hermanos) era dulce como la madre, directo como el padre. El padre, Pedro González, uno de los grandes pintores que han dado las islas, y el mundo, fue líder siempre: en la escuela, en la cátedra (de Bellas Artes), entre los amigos del grupo artístico Nuestro Arte. Y Pedro heredó esos rasgos, hasta el final.

Ahora Pedro padre está delicado de salud, y sigue siendo, como fue siempre, un hombre cuya vitalidad se mantiene en los ojos. A Pedro hijo esa luz, la luz de sus ojos negros, le ha durado hasta en los peores momentos, que son los que han precedido a la desaparición de este volcán noble.

Era un hombre delicado pero terminante: no transigía con la descalificación moral (es decir, inmoral) de los que, como él, pero con él al frente, buscaban la igualdad como meta para conseguir la felicidad en sus vidas.

Él fue muy feliz, alcanzó las metas que defendió en la calle, en su partido y en las instituciones a las que regaló el tiempo de su vida. Pero eso no lo hizo para él, ni para Jesús, su marido, ni para sus amigos, ni para los que opinaban como él: él hacía todo eso porque era un republicano, un ser civil que tenía por los valores (la igualdad, la libertad, la fraternidad) el afecto radical del que se crió viviendo entre esas palabras.

La suya fue, también, una familia republicana, progresista hasta en los menores detalles, y ese liderazgo moral que le dio el origen se manifestó en su acción política pero también en la gestión sentimental de la vida cotidiana. Como el padre, era ceñudo cuando se cabreaba; nos reprochaba a los medios la banalidad con la que tratábamos las revindicaciones que protagonizaba, y su lucha no fue para que lo tomáramos en serio sino para que no fuéramos tontos, para que no dejáramos pasar por delante de nuestras narices la oportunidad que se le planteaba a la nueva democracia española: la oportunidad de entender seriamente que la modernidad pasaba por conseguir que todos fuéramos iguales.

Su gran triunfo fue la ley de matrimonio igualitario; él convenció a Zapatero para de que diera esa batalla, y él fue el primer soldado civil de esa guerra feliz. La fotografía en la que él aparece en la escena matrimonial que protagonizó con su marido no es la postal de una conquista personal, sino la expresión de una ambición colectiva que tiene una raíz y una consecuencia emocionantes.

Es difícil encontrar en los periódicos retratos de Zerolo solo, pues nunca fue un hombre solo; fue un ser de cercanías, que diría Umbral, alguien que siempre se apoyó en otros para ejercer su liderazgo natural. Como su padre, de nuevo, él mandaba donde estuviera, en la casa, en el partido y en la calle, pero si no sentía alrededor el calor de los otros se sentía fuera de lugar.

Representaba a una generación que no quiso dilapidar la oportunidad de tener ilusión, y como le daba rabia que su partido hiciera mutis por el foro, dijo en los últimos tiempos y en abierto lo que siempre dijo en las interioridades de esas organizaciones que se olvidan del objetivo final de su costumbre de existir: combatir para hacer mejor la vida de los otros. Eso que dijo acerca de la misión de su partido, hacerse de izquierdas para creerse el cambio, no era consecuencia de su retórica legendaria para crear eslóganes: eso venía de su corazón. De su corazón republicano y socialista.

Era un ser entrañable este líder natural apasionado de la igualdad. Hace un año aún recibía naranjas de alguien que supo que entraba en una fase difícil de su vida. Él, a su vez, agasajaba en secreto también (ella lo reveló ayer) a su íntima amiga Trinidad Jiménez, que pasó por un mal momento. Él recibía naranjas; él le envió a Trini, durante un año, flores frescas. Era un torrente, un volcán ennoblecido por el objetivo de su vida: hacer mejor la vida ajena. Lo logró.

Este martes hubo muchas lágrimas en la capilla ardiente. Muchas eran de personas a las que él les mejoró para siempre el noble ejercicio de vivir en libertad. Puede decirse de él lo que Hemingway contó de uno de sus personajes: “Conoció la angustia y el dolor pero nunca estuvo triste una mañana”. Su volcán sólo podía agotarlo la muerte. Y esta noticia fatal nos llena de rabia a los que nunca pensamos que Pedro Zerolo no iba a ganar también esta lucha.

Pedro Zerolo luchó por ti

JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO

Pedro Zerolo perteneció, desde 2004 a 2012, como secretario de movimientos sociales y relaciones con las ONG, a la Comisión Ejecutiva Federal que yo dirigí como secretario general del PSOE. Desde allí, y también como concejal del Ayuntamiento de Madrid, o simplemente desde la calle, se comportó como un luchador incansable por los derechos, por los derechos de los demás.

Es verdad que él concentró sus esfuerzos en los derechos de las personas más frágiles, los de quienes no se parecen a la mayoría, pero al hacerlo estaba luchando por los derechos de todos. Y esto es lo que me gustaría reivindicar hoy aquí, un día después de su muerte.

El azar ha hecho que la muerte de Zerolo casi coincidiera con el décimo aniversario de la Ley que reconoció el matrimonio a las personas del mismo sexo. Él batalló mucho por esa ley y estaba presente en el hemiciclo el 30 de junio de 2005, cuando el Congreso la aprobó. Recuerdo muy bien sus gestos de complicidad y alegría aquel día.

Cuando tuve la ocasión de subir al hemiciclo a defenderla, afirmé entonces que no estábamos legislando «para gentes remotas y extrañas», que lo que hacíamos era ampliar «las oportunidades de felicidad para nuestros vecinos, para nuestros compañeros de trabajo, para nuestros amigos, para nuestros familiares» y, más aún, o sobre todo, construir «un país más decente, porque una sociedad decente es aquella que no humilla a sus miembros».

Creo que estábamos en lo cierto y que luchar por un país más decente, más tolerante, no fue sino lo que hizo toda su vida Pedro Zerolo.

Porque la tolerancia se contagia. La sociedad que respeta las opciones de identidad sexual de cada cual es la misma que respeta a las personas con independencia de su origen o de la fe religiosa que profesan, la misma a la que le repugna la violencia contra las mujeres o, en general, las prácticas discriminatorias.

Y en todas esas batallas estuvo y estaba Pedro, peleando por los derechos de los homosexuales y transexuales, los de los inmigrantes, los de las mujeres maltratadas o los de quienes han sido más golpeados por la crisis; esto es, peleando por esa sociedad más decente y tolerante, peleando por ti, por todos nosotros.

Chueca, orgullo de Zerolo

Todo viaje tiene un Km. 0. Éste comienza sobre una furgoneta en la Puerta del Sol sobre la que se encarama un grupo de jóvenes que celebran ser quiénes y cómo son. Entre ellos está Pedro Zerolo, que ha pagado de su bolsillo la precaria iluminación y el sonido que envuelve a esta discreta edición de lo que años más tarde será la fiesta del Orgullo Gay más importante de toda Europa.

“Eran finales de los 90, y Chueca era un barrio abandonado”, cuentaToni Poveda, ex presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), tras decir adiós a su amigo en la capilla ardiente instalada en la Casa de la Villa.

A pesar de que sus calles ya estaban trufadas de bares de ambiente,éstos eran semiclandestinos y sus clientes tenían que andarse con ojo de no encontrarse al girar con algún maleante que quisiera buscarles algo más que las costillas.

Asociaciones como COGAM o FELGTB y su abanderado Pedro Zerolo lucharon durante años para desestigmatizar a los gays y sacar de las sombras a un colectivo muy amigo del color. Como apunta Poveda, “a él le gustaba decir que con cada Orgullo, de Chueca tenía que salir un arcoiris que iluminara toda Europa”.

A medida que progresaba esta normalización, surgían nuevos comercios ‘gayfriendly’ que acabaron por convertir al barrio en el refugio de personas de distintas orientaciones sexuales que dieron a sus calles un carácter desinhibido y rompedor.

Pronto, la Plaza de Vázquez de Mella pasó a ser el epicentro de la fiesta del Orgullo. Hoy, los activistas piden que se cambie su nombre por el de Pedro Zerolo a través de una campaña en Change.org. “Zerolo es una figura lo suficientemente relevante, que ha luchado por el colectivo FLGTB como para tener una plaza de estas características en el barrio más LGTB de todo Madrid”, defiende Rubén López, portavoz de FLGTB.

Desde la Federación explican que Vázquez de Mella -un político y escritor de corte tradicionalista- ya tiene una calle en Ciudad Lineal.

Paseos de libertad

En torno a esta plaza se agrupan coctelerías -Del Diego, Bar Cock- y terrazas -La de la Reina o la del Room Mate Óscar- en las que era frecuente cruzarse con Zerolo. A pesar de que no era un gran amante de la noche, sí “le gustaba pasear por el barrio, darse una vuelta por librerías como Berkana y sentarse en sus bares a admirar su libertad”, recuerda su amigo.

Sin embargo, el secretario de Movimientos Sociales del PSOE vivía a cierta distancia de allí, en el Barrio de las Letras. Sabía quizás queconviene poner cierta distancia con los sueños. Es probable, también, que el día que más temió despertar fue el 30 de julio de 2005, cuando el entonces secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG del Gobierno celebró en la Plaza de Chuecala aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo.

En uno de esos balcones en los que retumbaron sus palabras -“era muy fácil hacerlo, pero nos ha costado 26 años de lucha- ondea hoy una bandera arcoiris quebrada por un crespón negro. Su dueño esLuis Deltell, un joven militante socialista que comparte piso con otros dos amigos. En estos años ha visto cómo esta parcela de Madrid se convertía en “el barrio de las libertades”.

Su muerte es para él “una gran pérdida” pero le consuela saber que “su legado perdurará”.

Pero el viaje no ha terminado todavía. En 2017, Madrid acogerá el World Pride, otra cita histórica en la que Zerolo también estará presente. “Ya nos dejó dicho que es el primero que se hace en español y que deberemos tener muy presente a los países de Latinoamérica”, concluye Poveda.