Miles de personas apoyan la legalización de las uniones gais en manifestaciones por toda Italia

El Senado estudia esta semana una ley que ampara a las parejas del mismo sexo

Manifestación por el reconocimiento de las uniones gais en Roma este sábado

Manifestación por el reconocimiento de las uniones gais en Roma este sábado. Andrew Medichini AP

Miles de personas se manifestaron este sábado en más de 80 ciudades de Italia para exigir el reconocimiento de las uniones homosexuales, una fórmula que comenzará a estudiarse en el Senado esta semana y que ha suscitado un intrincado debate en el país. Italia es el único de los gran país de Europa occidental que no da a las parejas del mismo sexo ningún reconocimiento legal o protección.

La movilización se desarrolló bajo el lema ‘Es hora de ser civiles: Despiértate Italia’ y en ella participaron organizaciones en defensa de los derechos homosexuales, sindicatos, asociaciones de todo tipo y representantes políticos. En las manifestaciones, en las que muchos participantes llevaron relojes y despertadores y los hicieron sonar en las calles en alusión al tema de la marcha, han participado 82 de todo el país, desde la septentrional Bolzano hasta la sureña Reggio Calabria, pasando por importantes urbes como Milán, Turín, Bolonia, Nápoles, Florencia, Palermo, Lecce y Roma.

Los organizadores, según un comunicado, dijeron que más de un millón de personas participaron en las manifestaciones, al tiempo que calificaron esta jornada de “histórica” para “un país que no quiere permanecer atrás”. “Una vasta porción de la sociedad civil ha salido hoy a las calles sin miedo, conscientes de que un derecho más es una riqueza para todos y para todas”, celebró el secretario de la asociación ArciGay, Gabriele Piazzoni.

Roma acogió una de las más concurridas y cientos de personas desfilaron entre el palacio Madama, sede del Senado, hasta la cercana plaza de la Rotonda, junto al Panteón. “En Italia hay gente que piensa que hay algunos que deben tener derechos y otros que no deberían tenerlos”, declaró Liliana Rizzo, miembro de una asociación de padres gais en una de las marchas que se desarrollaron en la capital.

Manifestantes por el reconocimiento de las uniones gais en Florencia con carteles con el lema 'Despierta Italia'

Manifestantes por el reconocimiento de las uniones gais en Florencia con carteles con el lema ‘Despierta Italia’. MAURIZIO DEGL’INNOCENTI EFE

La Cámara Alta comenzará a estudiar el próximo jueves por primera vez un proyecto de ley dirigido a introducir en el ordenamiento jurídico italiano las uniones entre homosexuales y las parejas de hecho, también abiertas a heterosexuales. En el preámbulo del texto se destaca “la necesidad” de poner fin a este vacío legislativo que ha hecho de Italia uno de los pocos países europeos que carecen de una normativa al respecto. El texto ha sido impulsado por el Partido Demócrata (PD, en el Gobierno) y consiste en unas de las prioridades del primer ministro Matteo Renzi para 2016.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Italia en 2015 por no proteger jurídicamente ni reconocer los derechos de las parejas del mismo sexo, pero a pesar de la sentencia sigue pesando mucho en el país la influencia de la iglesia católica y de la sociedad tradicional.

 La llegada del decreto al Senado supone el inicio de su tramitación parlamentaria y se produce después de haber permanecido durante meses bloqueado en la comisión Justicia de la Cámara Alta debido a las múltiples oposiciones con las que se ha topado. En esencia rehúsa el término “matrimonio”, sustituido por el de “específica formación social”, si bien una vez aprobada las parejas homosexuales podrán, entre otras cosas, fijar un domicilio, elegir un apellido común e incluso concederse su nacionalidad.

Lo que ha exasperado los ánimos y ha complicado el debate es el punto que concierne a la adopción de hijos, a pesar de que el proyecto de ley no contempla la posibilidad de que una “unión civil” homosexual adopte un hijo ajeno a la pareja. A cambio se decanta por permitir la adopción del hijastro, del hijo de la otra parte de la pareja, sin asumir eso sí derechos sucesorios sobre el mismo.

La llegada al Senado de este proyecto de ley supondrá el comienzo de un trámite a buen seguro tempestuoso, habida cuenta de que su redacción ha provocado grandes divisiones entre las diferentes fuerzas políticas, incluso en el seno del Gobierno de Renzi.

El primer ministro ha hallado oposición en todos los frentes: en la oposición, en el sector conservador del PD e incluso en su gobierno de coalición, en el que su principal aliado, el Nuevo Centroderecha, ya se ha opuesto a la adopción.

Los derechos de los homosexuales en el mundo.

Los derechos de los homosexuales en el mundo.

El debate continuará agitando la vida política italiana durante los próximos meses y, entretanto, diversos sectores sociales darán la batalla para tratar de frenar este texto, alentados por la Conferencia Episcopal e incluso por el Papa. El pasado viernes Francisco indicó que para la iglesia Católica “no puede haber confusión entre la familia querida por Dios y cualquier otro tipo de unión”, unas palabras interpretadas como una intervención del pontífice en el debate. El sábado de la próxima semana el Circo Máximo de Roma acogerá una nueva edición del “Día de la Familia” que este año usará toda su artillería para arremeter contra el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo.

Muestra de la división que ha suscitado este asunto en el Gobierno es que el ministro de Medio Ambiente, Gian Luca Poletti, participará en el “Día de la Familia” mientras que el titular de Agricultura, Maurizio Martina, lo hizo hoy en Milán. Por otro lado, cincuenta ciudades de Italia albergaron hoy la manifestación de los “Centinelas en pie”, que protestaron contra las parejas gais del modo en el que habitualmente lo hacen: de pie, en fila, silenciosamente y leyendo un libro.

Sexo y discapacidad, ¿un tabú que empieza a romperse?

Artículo publicado en MAGNET

sexo y discapacidad

La familia Kardashian es una fuente de memes, discusiones y controversias variadas en internet, y una de las últimas fue una portada de Kylie Jenner para la revista Interview en la que posaba, para el fotógrafo Steven Klein, vestida con un corpiño negro brillante en una silla de ruedas. Se suponía que era una imagen sexy y, al mismo tiempo, desconcertante, y desde luego que dejó desconcertadas a bastantes mujeres que van en silla de ruedas.

Por supuesto, las portadas de las revistas no ofrecen una imagen real de las mujeres, en este caso, y bastantes discapacitadas que necesitan utilizar una silla de ruedas decidieron, además, publicar sus propias versiones de la portada de Interview, desmitificando ese glamour que se le había querido dar con Kylie Jenner. Y, al mismo tiempo, intentando sacar del armario un gran tabú en todo eso: el sexo y la discapacidad.

En busca de visibilidad

en busca de visibilidad

La portada de Interview motivó fotos en redes sociales como ésta de Erin Tatum, que afirmaba que “he intentado crear, lo mejor que he podido, una versión más auténtica de la portada de Interview de Kylie Jenner, teniendo en cuenta que soy de verdad discapacitada y una usuaria real de silla de ruedas. Apenas puedo conseguir que la gente haga contacto visual conmigo, y mucho menos, conseguir una portada. Si estar en una silla de ruedas es tendencia, parece que he sido unatrendsetter desde antes de que Kylie naciera”.

Lo que molestaba a estas mujeres era que se banalizara la silla de ruedas, que ellas necesitan para poder realizar su vida diaria, como un accesorio de moda, pero había otras que pensaban que esa portada podía suscitar una conversación sobre la sexualidad de las personas discapacitadas que era muy necesaria, y que podía contribuir a dar una mayor visibilidad a este colectivo.

Una de las personas que se expresó de esa manera (en TMZ) fue la actriz Ali Stroker, que lleva en una silla de ruedas desde que tenía dos años y que participó este otoño en una producción en Broadway del musical ‘Spring awakening’ en la que había también actores sordos, y toda la obra se traducía simultáneamente en el lenguaje de signos. Stroker explicó al tabloide que tenía sentimientos encontrados sobre la portada de Kylie Jenner:

“Creo que la comunidad discapacitada está lista para representarse a sí misma. Que alguien pose en una silla de ruedas molesta a nuestra comunidad. Pero también me entusiasma porque creo que está ocurriendo una conversación sobre sexualidad y discapacidad, y eso es lo que me interesa”.

La representación de los discapacitados en el cine y la televisión no es, todavía, algo común. Lo más habitual es que defina a un personaje, como ocurre con Jason Street en ‘Friday Night Lights‘, o que toda la historia gire, por ejemplo, alrededor del deseo del protagonista discapacitado por dejar de ser virgen antes de morir, caso de ‘Las sesiones‘.

Los primeros pasos en presentar con más naturalidad a esta comunidad los están dando los reality shows y programas como ‘Push Girls‘, que sigue a cinco amigas, en silla de ruedas, a lo largo de su vida cotidiana. Estos primeros pasos son los que luego pueden ayudar a que esa conversación sobre sexo y discapacidad que mencionaba Ali Stroker pueda darse sin que sea visto como algo extraordinario.

Los mitos del sexo en discapacitados

Evidentemente, que alguna parte del cuerpo esté paralizada, por ejemplo, es algo a tener en cuenta a la hora de tener relaciones sexuales, pero ahí entran otras consideraciones y hasta “leyendas urbanas” sobre este tema. Suele haber variosmitos sobre la sexualidad de los minusválidos que se unen a los estigmas o tabúes que ya puede haber asociados a ella de manera habitual.

Algunos de ellos son que carecen de interés y deseos sexual, que las personas con algún tipo de deficiencia mental son “hipereróticas”, o que las lesiones medulares causan impotencia… Cada persona tiene necesidades diferentes y estos mitos no dejan de ser eso, mitos. En un reportaje de The Guardian sobre este tema, la escritora Penny Pepper afirmaba que “lo que los discapacitados necesitan es derechos totales e igualitarios. Una sociedad inclusiva, que no cree barreras”.

 

Muchas asociaciones trabajan por desmentir estas concepciones sobre la sexualidad de personas con alguna minusvalía. El vídeo de arriba corresponde, por ejemplo, a ‘Realidades ajenas‘, un corto documental de la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA) que busca arrojar luz, y tratar con normalidad, este aspecto importante de la realización personal del individuo. También hay un Kamasutrapara discapacitados y organizaciones que buscan dar asistencia a discapacitados que quieren saber lo que es el sexo, y que no tienen la oportunidad de conseguirlo por sí mismos.

Con profesionales del sexo

Una de las opciones que más se está discutiendo en los últimos años, y que ‘Las sesiones’ llevó a primer plano, es la contratación de profesionales del sexo para prestar esos servicios a personas minusválidas. Es algo que levanta cierta controversia incluso entre la comunidad discapacitada. El activista británico Mik Scarlet, por ejemplo, afirmaba que:

“Es como si el mundo te dijera que los discapacitados son tan poco sexy, que la única manera posible de que tengan sexo es pagar por ello. Si fueras discapacitado desde niño, o alguien que acaba de tener una discapacidad, ¿cómo afectaría como te sientes sobre ti mismo? No quiero un mundo en el que es más fácil para los discapacitados visitar a profesionales del sexo. Quiero un mundo que ve a los discapacitados como sexuales y válidos compañeros potenciales”.

Por otro lado, hay unas cuantas asociaciones que buscan que los gobiernos europeos legislen esta posibilidad para las personas con una munisvalía. La organización Sex Asistent, en Cataluña, fue una de las primeras en tratar abiertamente el asunto en España, ya que su objetivo es superar los estigmas sexuales asociados a la discapacidad y fomentar que puedan utilizarse asistencias por parte de profesionales del sexo.

En un reportaje en La Vanguardia, Anna Gilabert, del Instituto Guttman (uno de los más activos en este asunto desde su actividad en la rehabilitación física de personas discapacitadas), declaraba que “el beneficio está en dar salida a unas necesidades que algunas personas no pueden satisfacer, aunque en función de la discapacidad, hay un impacto diferente en el cuerpo, ya sea motor o sensitivo”. Explicaba que ellos trataban este asunto con los pacientes y sus parejas, pero que no se cerraban a ninguna posibilidad.

EN ESPAÑA EMPIEZA A PEDIRSE UNA REGULACIÓN DE LA FIGURA DEL ASISTENTE SEXUAL PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Estas asociaciones piden un marco legal similar al de Suiza, en el que la asistencia sexual está regulada, o al modelo belga, que funciona más en un vacío legal, y desde una de ellas, Tandem Team, se reivindicaba que las personas que se acercaban a la asociación “aquí se quitan una mochila que les pesa mucho, y en muchos casos durante muchos años. Hablan del silencio, de la soledad, de esas murallas invisibles… el resultado es un sufrimiento muy intenso. Esa faceta sexoafectiva está guardada en un cajón”.

En Argentina también se estaba debatiendo, hace un par de años, la necesidad dereconocer la figura del acompañante sexual, que habitualmente suelen ser mujeres y sus usuarios, hombres. Ese reconocimiento ayudaría a romper los tabúes existentes sobre la sexualidad de las personas discapacitadas y, tal vez, contribuiría a que se tratara el tema con mayor naturalidad.

Aunque, teniendo en cuenta que es más fácil que una película sea calificada NC-17 en Estados Unidos por sus escenas de sexo que por su violencia, está claro que es un asunto que no está resuelto ni en su vertiente “normal”.

Imagen | Tim & Selena Middleton

Piden a la RAE una definición de “bisexual” acorde con la realidad

SOCIEDAD Campaña en Change.org

La asociación Arcópoli quiere que en 2016, Año de la Bisexualidad, la Real Academia Española (RAE) cambie en su diccionario la definición de la palabra “bisexual” e incluya una acorde con su realidad, que es diferente al hermafroditismo y no implica alternar prácticas ni orientaciones sexuales.

Es “imprescindible” poner en marcha medidas de visibilidad de la bisexualidad, según Arcópoli, que quiere promover la presencia de “una definición adecuada” en el diccionario de la RAE, ya que “la lengua es un reflejo de la sociedad”.

Las personas bisexuales sufren “discriminación” y no sólo esconden a menudo su orientación entre personas heterosexuales, sino que dentro del colectivo LGTB tampoco se sienten cómodas y son “menos propensas a salir del armario”, ha destacado Arcópoli en un comunicado.

La RAE ofrece una definición con dos “acepciones erróneas” -explica esta asociación madrileña-, que son “hermafrodita” y que para ser bisexual es necesario “alternar prácticas homosexuales con heterosexuales” como si fuera preciso “alternar” prácticas u orientaciones sexuales para poder sentirse bisexual.

En realidad, tal como refleja el “DiccioArcópoli”, bisexual es “la persona cuya orientación sexual está enfocada hacia otras de sexo o género igual o diferente al propio, no necesariamente al mismo tiempo ni del mismo modo o con la misma intensidad”.

Arcópoli quiere que aparezca en el diccionario de la RAE esa definición y ha solicitado ya una reunión con esta institución.

Asimismo, Arcópoli va a lanzar una campaña en la plataforma ciudadanaChange.org para recoger firmas que legitimen aún más su reivindicación.

“No escojo mi orientación sexual a cada momento. Soy bisexual”

Arcópoli solicitará a la RAE que cambie la definición de “bisexual” al considerar que es errónea y nada tiene que ver con los hermafroditas

izpia baltres, secretaria general de Arcopolis

El 2016 pretendía ser el año de la Bisexualidad, un año para celebrar y reivindicar pero, de momento, está teniendo el dudoso honor de empezar con un nuevo récord de agresiones homófobas. En solo 18 días, al menos 3 personas han sido atacadas por su condición sexual y decimos al menos porque son las que se han atrevido a denunciar.

En este contexto, la asociación LGTB+H de la Comunidad de Madrid y las Universidades Complutense y Politécnica Arcópoli quiere recordar que es el año para luchar por los derechos y reconocimiento de las personas bisexuales y, por ello, ha pedido a la Real Academia Española (RAE) que cambie la definición del término “bisexual” para que “se amolde a la realidad social” porque “la lengua es un reflejo de la sociedad.

Arcópolis ha recordado a la RAE que “la realidad bisexual es diferente al hermafroditismo, así como que ser bisexual no implica ‘alternar’ prácticas ni orientaciones sexuales”.

En palabras de Izpia Batres, Secretaria General de Arcópoli y activista bisexual: “dado que las definiciones que ofrece la RAE se emplean como referencia en multitud de cuestiones, su incorrección influye para mal en muchos aspectos”. Consideran que “es denigrante que la Academia no recoja debidamente nuestra realidad” porque “siendo nuestra orientación sexual un aspecto básico de nuestra identidad personal, la falta de visibilidad de nuestra realidad vital o las visibilizaciones indebidas tienen parte de su explicación en concepciones incorrectas como la que ofrece la RAE”.

Batres recuerda: “Yo no escojo una orientación sexual a cada momento: tengo mi propia orientación. Yo no alterno, yo soy bisexual”.

Una realidad aún desconocida
Para la asociación, la realidad bisexual es todavía la gran desconocida y no solo entre los heterosexuales. Según han explicado, hasta en el ámbito homosexual, “la bisexualidad está rodeada de mitos y clichés que deben ser erradicados”.

La bisexualidad es una realidad que sufre discriminación tanto fuera como dentro del colectivo. Las personas bisexuales no sólo esconden a menudo su orientación entre personas heterosexuales, sino que dentro del colectivo LGTB tampoco se sienten cómodas, y son menos propensas a salir del armario”. Y es precisamente por esto por lo que piden que se trabaje en medidas de visibilidad. Entre ellas, la necesaria nueva definición.

Las consecuencias de la “gaytrificación”: Cómo la subida de precios de los ‘barrios gay’ podría expulsar a este grupo

Con dinero y sin niños, o así lo afirma la leyenda urbana, la comunidad LGBT siempre ha visto el potencial de los barrios degradados de la ciudad y ha contribuido a su transformación. Sin embargo, el fenómeno de la gentrificación(el progresivo aburguesamiento de barrios populares) amenaza los barrios gay más conocidos

Atlanta-engalanada-celebrar-Orgullo-Gay_EDIIMA20160115_0631_4

La ciudad de Atlanta engalanada para celebrar el Orgullo Gay. EFE

El asistente personal Brenden Michaels se pregunta si sus días en Brooklyn están contados. Todavía se aferra al piso que alquiló a buen precio en el más que aburguesado barrio de Williamsburg, pero es consciente de que los alquileres de la zona se han disparado. Ahora sospecha que las mejoras que hizo en el apartamento se volverán en su contra.

“Volví a pintar todo el apartamento, puse plantas en el balcón donde está situada la escalera de incendios y he reparado muchos desperfectos”, explica: “Si tengo que dejar este apartamento, se lo van a encontrar mucho mejor de lo que estaba cuando entré. Y haciendo todo esto, he aburguesado mi casa y he contribuido a mi propia expulsión del edificio”.

De algún modo, la experiencia de este joven de 29 años es muy parecida a la de muchos otros gays, lesbianas, bisexuales y transexuales urbanitas. Suelen buscar un tipo de vecindario que los acepte y con alquileres asequibles, y a menudo terminan en barrios baratos y degradados de la ciudad; como era el caso de Williamsburg. Sin embargo, su mera presencia en estas zonas ha contribuido a la transformación de las calles y ha acelerado el proceso de ‘aburguesamiento’, con el consiguiente aumento de los alquileres.

Esta larga marcha de la comunidad LGBT por los barrios de la ciudad no solo está relacionada con la vivienda. También tiene que ver con los negocios que afloran a su paso. Los bares de ambiente han conseguido atraer a un tipo de clientela con más dinero en barrios como el Soho londinense o el East Village de Nueva York.

Muchas ciudades del mundo occidental han sufrido recientemente una epidemia de cierres de negocios vinculados a la comunidad LGBT. En Londres, más de diez establecimientos de este tipo han cerrado desde 2010. Este fenómeno también ha afectado a bares y clubes que no son de ambiente. La diferencia es que estos no corren el riesgo de convertirse en una especie en vías de extinción.

neoyorquina-Gay-Street_EDIIMA20160115_0611_18

La neoyorquina Gay Street. WIKICOMMONS

Las razones de estos cierres no siempre son negativas. En la actualidad, los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales pueden ir al bar que les plazca sin sufrir acoso, y gracias a Internet no necesitan ir a un bar de ambiente para conocer a gente. Sin embargo, las mudanzas y los cierres están inquietando a muchos miembros de esta comunidad, que se preguntan si el aburguesamiento podría llegar a convertir los barrios gay en cosa del pasado.

En el Reino Unido, la mayoría de los barrios gay se concentra en Londres, en cambio en otros países se trata de un fenómeno más diseminado. En Estados Unidos, muchos negocios “gay” de Nueva York, Boston, Seattle y San Francisco han tenido que mudarse de barrio. En Europa está pasando algo parecido en el barrio parisino de Le Marais, el barrio berlinés de Prenzlauer Berg, y el barrio Glockenbachviertel en Munich. Muchos lugareños han tomado cartas en el asunto para proteger sus lugares de encuentro pero junto con un sentimiento de solidaridad se percibe la confusión.

Cosecharás tu siembra

Por un lado, existe la convicción de que este tipo de barrios deben ser protegidos. Por el otro, resulta evidente que los que frecuentan estas zonas (y en especial los gay) han jugado un papel decisivo en este aburguesamiento. Adinerados y sin hijos, o así lo afirma la leyenda urbana, este grupo siempre ha estado en la vanguardia de nuevas zonas a rehabilitar, expulsando a los lugareños que pagaban alquileres baratos y dejando a su paso un gran número de tiendas de muebles de diseño de “mirar pero no tocar” y cafeterías que sirven un café a precio de oro.

Los urbanitas gay que ven como sus locales y puntos de encuentro desaparecen, ¿Están recogiendo los frutos que ellos sembraron? ¿O es erróneo asociarlos con el fenómeno de aburguesamiento?

imagen-Gay-Street-Manhattan_EDIIMA20160115_0595_4

La neoyorquina Gay Street. WIKICOMMONS

Desde que abrió en 2002 hasta que cerró sus puertas en noviembre, el pub George and Dragon (San Jorge y el Dragón), de Richard Battye, situado en el barrio londinense de Shoreditch, era el epicentro de la comunidad LGBT del este de Londres. Battye vive en el barrio desde la década de los noventa del siglo pasado y está descontento con la transformación de la zona. Sin embargo, es consciente del papel que jugaron establecimientos como el suyo en este cambio: “En los noventa, no prestamos la suficiente atención a los miembros de la comunidad que siempre había vivido aquí; algunos nos acogieron con los brazos abiertos y disfrutaron del ambiente, mientras que otros vivieron la transformación con perplejidad”, explica: “La mayoría de nosotros no éramos hombres de negocios, simplemente nos estábamos divirtiendo, y de hecho mi pub nunca fue una gran máquina de hacer dinero”.

Lamenta que “los alquileres han subido y ya no quedan pisos asequibles porque se han vendido, y los negocios de noche están amenazados porque la gente ha invertido en vivienda y no quiere problemas”. “Lo siento por la comunidad LGBT, que está perdiendo gran parte de sus lugares de reunión, pero lo cierto es que nosotros hemos desempeñado un papel en este cambio”, concluye.

Los miembros de la comunidad LGBT que llegan a un barrio son una pieza minúscula del engranaje que empuja la transformación. Es importante recordar que a menudo sus elecciones se deben a motivos muy distintos a los de sus vecinos heterosexuales. La elección de la vivienda no gira exclusivamente en torno al precio. Como señala Michael, un hombre de Oregón que se mudó a Nueva York y tiene unos ingresos por debajo de la media: “No me fui del interior del país porque quise, me empujaron a ello. Como muchos homosexuales que crecieron en este país no sentía que el campo fuera un lugar seguro, acogedor y económicamente viable para mí, ya que solo en las áreas urbanas podía conseguir unos ingresos estables. Incluso ahora, si regresara, los lugareños no me estarían esperando con los brazos abiertos y estaría muy limitado al buscar pareja”.

Algunas barreras de tipo práctico han empujado a la comunidad LGBT a buscar barrios más baratos y menos codiciados. En los ochenta, las familias no tradicionales tenían dificultades para acceder a una hipoteca. Los que tenían el dinero buscaban casas que fueran lo suficientemente baratas como para ser compradas al contado. Por ejemplo. El Soho londinense de los años cincuenta (para los gays) y Hebden Bridge, West Yorkshire de la década de los sesenta y setenta para las lesbianas. Las posibilidades de tener hijos también eran más limitadas, y eso les daba una mayor flexibilidad si querían mudarse, ya que la calidad de las escuelas del barrio no era importante. Y no todo eran razones de tipo práctico. Esta comunidad intentó congregarse en grandes ciudades porque en otros sitios no siempre encontraron la aceptación que buscaban.

Lesbianas, las primeras expulsadas

La asociación entre la comunidad LGBT y la transformación de las ciudades no es nueva. Lo que sí es novedoso es el importante papel que se les ha asignado en debates sobre urbanismo y la gentrificación de los barrios.

Se remonta a la publicación de El crecimiento de la clase creativa, de Richard Florida, que situaba a los gays en el epicentro de la regeneración de las ciudades, integrantes de la vanguardia transformadora junto con la comunidad artística, los trabajadores del sector de la computación y la bohemia más adinerada. Esta vanguardia contribuyó a que se repoblaran y rehabilitaran zonas urbanas deprimidas. Crearon barrios en los que “los creativos ricos” querían vivir y que atrajeron una mayor inversión económica. Si a la tolerancia hacia los homosexuales se le suma un mayor porcentaje de residentes extranjeros y una mayor diversidad racial, es probable que el barrio atraiga al tipo de mentes creativas que propician el éxito económico de la ciudad. En otras palabras, cuantos más gays, más tolerancia.

libreria-gay-Chueca-Madrid_EDIIMA20160115_0593_20

Una librería gay en Chueca, Madrid. EFE

El argumento de Florida sobre que la tolerancia sexual no es el único factor sino una prueba de fuego para medir la capacidad para atraer grupos diversos ha quedado apartado. A menudo ha llevado a concluir que los residentes miembros de la comunidad LGBT son sinónimo de crecimiento automático.

Este enfoque puede parecer un poco simple pero no carece de fundamento. Según el profesor de sociología Amin Ghaziani, que analizó esta cuestión al escribir su libro There Goes the Gayborhood (Ahí va el barrio gay) hay suficientes pruebas como para demostrar que la comunidad LGBT provoca el aumento de los precios de la vivienda.

“Sabemos que en aquellas zonas con concentraciones elevadas de gays y lesbianas, el precio de la vivienda experimenta una mayor subida que la media nacional”, indicó Ghaziani en relación a Estados Unidos: “En zonas en las que los hogares formados por dos hombres suponen más del 1% de la población (tres veces por encima de la media nacional) el precio sube un 14%. En zonas con el mismo porcentaje de hogares formados por dos mujeres el aumento es del 16,5%, en comparación al umbral nacional del 10%”.

Curiosamente, los gays no empezaron este proceso. Según la socióloga Sharon Zukin, las lesbianas, mucho más vulnerables, propician el cambio. Las mujeres, con salarios más bajos que los hombres, suelen formar parte de la vanguardia que transforma un barrio tras ser expulsadas de zonas que ya no se pueden permitir.

Esto no siempre resulta evidente por el hecho de que la presencia de lesbianas es menos llamativa que la de los gays. Ghazani lo explica: “Las lesbianas llegan primero, pero son muchos los elementos que impiden que nos demos cuenta de este hecho. Suelen adaptarse y frecuentan los establecimientos que ya existen en esa zona, como cafeterías, teatros, tiendas. En cambio, cuando llegan los gays optan por abrir nuevos establecimientos, como restaurantes, tiendas, bares, y el precio de los inmuebles sube. Los heterosexuales son los últimos en llegar, las lesbianas son expulsadas, y la rueda sigue.

El falso mito de los gays con dinero

El modelo norteamericano podría parecer demasiado simple para describir el tejido urbano británico, con una mayor mezcla social. En Estados Unidos, la extensión de las ciudades ha facilitado la proliferación de barrios residenciales y de ocio para la comunidad LGBT, mientras que los barrios y pueblos gay del Reino Unido no responden al mismo esquema. Incluso en los momentos de mayor decadencia, el Soho londinense estaba controlado por el mercado inmobiliario comercial y era demasiado caro como para poder atraer en masa a residentes gay.

Tiendas-coloridas-tipica-Soho-londinense_EDIIMA20160115_0599_4

Tiendas coloridas en una típica calle del Soho londinense. COMMONS WIKIMEDIA

La pauta que describía Ghaziani todavía se percibe en el Reino Unido. El aburguesamiento del este de Londres, por ejemplo, fue liderado en parte por las lesbianas. En los ochenta, en los círculos de izquierdas era frecuente comentar que el barrio londinense de Hackney era algo así como una comuna de lesbianas. Cuando a principios de los noventa el productor cinematográfico Alex Thiele se mudó a un apartamento situado en la zona de Dalston/Stoke Newington todavía no era considerado un barrio de clase media.

“Cuando nos mudamos, el barrio era barato pero no necesariamente seguro. Teníamos un fumadero al lado y bastante delincuencia callejera, incluso percibía las miradas de piedad de mis conocidos heterosexuales cuando les contaba donde vivía. Al mismo tiempo, la zona estaba de moda entre las lesbianas; había bastantes bares y las lesbianas eran una parte tan esencial del barrio que la gente solía bromear sobre ello. Muchos de los heterosexuales que en ese momento no se hubieran mudado allí, ahora lo harían encantados, solo que ahora ya no se lo pueden permitir”.

Es difícil comprender el papel que desempeñan las minorías sexuales en transformación como esta porque la información disponible es escasa. En el Reino Unido no se disponen de datos, ya que el censo no clasifica a las personas por orientación sexual (algunos factores como la cantidad de negocios o las asociaciones orientadas a este grupo proporcionan pistas fiables). El censo de Estados Unidos sí deja constancia de los hogares formados por personas del mismo sexo, pero estos datos incluyen muchas personas heterosexuales con compañeros de piso del mismo sexo. Recientemente han empezado a registrar datos más veraces relativos a hogares formados por personas del mismo sexo con hijos, pero no se puede llegar a una conclusión general a partir de este nicho.

La simple identificación de la comunidad LGBT con el aburguesamiento de un barrio presenta un problema mayor y más obvio: toma un nicho pequeño y muy comentado, por lo general gays y lesbianas blancos, y los presenta como si fueran toda la comunidad LGBT. En el mundo real, las minorías sexuales son más pobres que los heterosexuales.

Ghaziani indica: “A pesar del mito sobre la riqueza de los gays, las minorías sexuales en general suelen ser más pobres. El 11,9% de los hogares de los Estados Unidos formados por parejas del mismo sexo son pobres, comparado con el 5,7% de los hogares formados por parejas del sexo distinto. Los ingresos medios de los hogares integrados por parejas del mismo sexo son 15.000 dólares inferiores a los que tienen las parejas heterosexuales con niños”.

En el Reino Unido un estudio reciente ha evidenciado que algunos segmentos de la población LGBT se han empobrecido. Peter Matthews, de la Universidad de Stirling, vio que en los distritos más pobres de Escocia vive un mayor número de integrantes de minorías sexuales. El 17% de los escoceses no heterosexuales vive en estos barrios, en comparación al 13% de heterosexuales. Los investigadores no esperaban llegar a esta conclusión, ya que es muy diferente a la imagen de riqueza que proyectan los gays.

Banderas-gay-calle-Washingtin-DC_EDIIMA20160115_0601_4

Banderas gay en la calle 17 de Washington DC.

“Cuando analizamos los datos, nos sorprendió la cifra desproporcionada de personas no heterosexuales que residen en barrios pobres”, indica Matthews: “En las zonas más desfavorecidas de Escocia hay muchas viviendas sociales, así que la información sugiere que estas personas tienen menos oportunidades. También descubrimos que son ligeramente mayores que la población heterosexual que vive en el barrio, así que creemos que se trata de personas que 20 o 40 años atrás tenían mucha dificultad para elegir vivienda. Podría ser que que no fueran buenos estudiantes o no les fuera bien en el mercado laboral. También vemos que muchas personas sin techo son miembros de minorías sexuales, y creemos que podría tratarse de personas que se han quedado sin hogar porque han sido expulsadas de sus familias”.

Sin duda, no estamos hablando de las minoría sexuales con dinero e independencia que suelen centrar el debate mediático. Si bien puede haber un elemento “LGBT” en todo movimiento vanguardista que rehabilita y pone de moda un barrio deprimido,  no se puede hacer una asociación automática entre minoría sexual y el aburguesamiento de un barrio porque sería ignorar la realidad de muchas personas que pertenecen a este grupo, que no aparecen en los medios de comunicación ni viven en los mejores barrios.

¿RIP ‘barrio gay’?

Todavía es demasiado pronto como para anunciar que el concepto de ‘barrio gay’ ha muerto. En algunas ciudades, donde las minorías sexuales todavía son discriminadas y marginadas, estos barrios son protegidos y cuidados por la comunidad LGBT. En Detroit, la organización en defensa de las minorías sexuales ha intentado propiciar la fundación de un barrio gay como una vía para proporcionar más apoyo y muestras de solidaridad a un grupo que se siente débil porque está geográficamente disperso.

Como explica el director de la Organización, Curtis Lipscomb: tras la Segunda Guerra Mundial, los integrantes de las minorías sexuales se mudaron a algunas zonas concretas, pero muy pronto los gays y lesbianas blancos se mudaron al norte de la ciudad. Ahora nos gustaría crear una zona que fuera claramente para esta comunidad. No queremos obligar a nadie a vivir en un barrio concreto pero nos gustaría que tuvieran la oportunidad de elegir.

Sin embargo ¿promover un barrio gay no podría provocar en el futuro que esta comunidad se vea obligada a mudarse debido al fenómeno de gentrificación, incluso en el deteriorado Detroit? Lipscomb no lo cree: “San Francisco y Nueva York son ciudades de paso con personas que constantemente llegan y se van, pero este no es el caso de Detroit”.

“Aquí tenemos una comunidad bastante conservadora y religiosa. Así que aunque puedes encontrar algunos residentes heterosexuales que pueden mostrar interés en un barrio tolerante con los gays si ha sido rehabilitado, la mayoría seguirá manteniendo sus prejuicios. Esta es una comunidad aún muy tradicional que considera que las minorías sexuales se merecen un trato distinto”, explica.

Muchos barrios gay son vulnerables; una piedra en el camino del proceso de aburguesamiento. Sin embargo, en Detroit y en ciudades parecidas las razones que hacen que su existencia sea tan necesaria están vivas y coleando.

Traducción de Emma Reverter

¿Qué es un heterodoxo sexual?

Los cinco gestos de un heterodoxo sexual

Lady Gaga, adalid de la libertad sexual y hábil a la hora de romper convenciones

Lady Gaga, adalid de la libertad sexual y hábil a la hora de romper convenciones. Foto: Gtresonline

Puede ser que a Manuel González Peeters, el abogado de Diego Torres, el cansancio le jugase una mala pasada y en pleno juicio Nóos se declaraseheterodoxo sexual. Pero su ‘lapsus linguae’ arrancó, aparte de las risas de los allí presentes, una duda: ¿Existe la heterodoxia sexual? ¿Cómo sería la sexualidad de este abogado si realmente viviese su sexualidad desde la heterodoxia?

La heterodoxia sexual existe y alude a un modo de erotismo divergente. Es sexo que no se ajusta a ningún patrón y escapa de lo normativo. Como tal, despierta una curiosidad muy morbosa. Podríamos decir que, sin pretenderlo, el abogado ha devuelto al término un vigor espléndido que permite recordar la variedad de formas de sexualidad que ha vivido el ser humano a lo largo de la historia. Además, vuelve con ese guiño cómico que tuvo en otras épocas. Y así lo recoge el ensayista Ramón Martínez en un artículo publicado en la revista ‘Anagnórisis’ bajo el título ‘Maricones, travestis y embrujados’, que recalca cómo la heterodoxia sexual del varón ha sido un recurso cómico muy efectivo en el teatro. Y en general en toda la literatura.

Son numerosos los artistas y escritores que se han dejado tentar por todas las formas proscritas de sexualidad, al menos artísticamente: incesto, homosexualidad, adulterio… David Bowie, que acaba de fallecer, puso música a la heterodoxia sexual durante décadas, compensando así la invisibilidad de los desobedientes sexuales y de los cuerpos disidentes. O Lady Gaga, adalid de la libertad sexual y hábil a la hora de romper convenciones.

Federico García Lorca también sugirió su heterodoxia, pero en esta ocasión, lejos de ser un lapsus, lo hizo con la delicadeza de su pluma a través de una carta dirigida a un colega: “Me siento un pobre muchacho apasionado y silencioso que tiene dentro una azucena imposible de regar y presento a los ojos bobos de los que me miran una rosa muy encarnada con el matiz sexual de la peonía”. Francisco Umbral decía que precisamente esa heterodoxia era una de las condiciones clave del escritor como creador maldito, algo así como una etiqueta sutilmente reivindicativa. Lorca no la nombraba, pero dejaba que saliera en sus versos con una fuerza desenfrenada y arrolladora.

Eran otros tiempos, cuando la heterodoxia se reservaba al hombre afeminado, al travesti o al homosexual. ‘Queer’, dirían los ingleses, otro modo discreto de decir raro o desviado. Lo curioso es que el sexo gay aún se vive como heterodoxo en ciertos ámbitos en los que continúa siendo difícil de metabolizar. Sin ir más lejos, el fútbol.

Pero hoy este término se ajustaría más al sexo indefinido y hermafrodita. Heterodoxa sería ahora una persona que no se identificase sexualmente con un género específico. Ni masculino ni femenino.

Si la declaración del letrado no hubiese sido un lapsus, seguramente nadie habría puesto el grito en el cielo. Al contrario. Pero para que resultase creíble debería haber acompañado su confesión con alguno de los rasgos que definen el sexo heterodoxo:

  1. Debería haberse presentado a la sala vestido de mujer y con gestos excesivamente amanerados al estilo de los invitados a las bodas burlescas que se celebraban en la corte en el siglo XVII, en las cuales la mayor parte vestía con indumentarias del sexo opuesto.
  2. Incluiría en su vida sexual alguna práctica que, desde su criterio moral, pudiese considerarse transgresora, digna de castigo o aniquiladora de su virtud, como ocurrió durante mucho tiempo con la sodomía, muy común durante la conquista de América.
  3. También podría emular al millonario y enigmático Christian Grey seduciendo a la inocente Anastasia Steele para dar rienda suelta a sus heterodoxos deseos, como azotar y practicar sadomasoquismo.
  4. Sobre todo, exhibiría una actitud sexualmente provocativa, igual que hicieron escritores como Marcel Proust u Oscar Wilde o el pintor Salvador Dalí.
  5. Se dejaría tentar por alguna forma de sexualidad insólita o declararse disidente sexual. Por ejemplo, podría reclamar para sí el género neutro como ya hacen ciudadanos australianos desde que su país aprobase esta posibilidad.

Con tarea más que suficiente para los próximos cien días, seguramente no estará en el ánimo del abogado emprender una nueva cruzada, esta vez sexual, por más que le reportase alegrías mayores que el juicio en ciernes.

Lucas Platero: “Antes los niños y niñas que rompían las normas eran mariquitas o marimachos”

Lucas Platero

Lucas Platero / EVA FLÓREZ

Lucas Platero, de nacimiento Raquel, es sociólogo, especialista en cuestiones de género. Da clases en diversos programas universitarios de su área así como en ciclos formativos de intervención sociocomunitaria. Recientemente ha publicadoTrans*exualidades (ed. Bellaterra), un libro que, afirman, “se propone como un instrumento para el cambio social”. Precisamente por esto, pone el énfasis en la educación, ofreciendo una serie de herramientas para el trabajo de profesionales educativos y de intervención sociocomunitaria. Usa el término “trans*” para enfatizar la diversidad de realidades. Tal es esa diversidad, que las herramientas que ofrece sirven para romper estereotipos que afectan a todas las personas, en especial niños y jóvenes, más allá de su identidad sexual o de género.

Mucha gente se sorprende al oír hablar de menores trans, seguramente por los estereotipos existentes. ¿Cómo les explicarías qué es la transexualidad?

Siempre ha habido niños y niñas que se salen de las expectativas que tienen sus familias o escuelas. A veces tiene que ver con la capacidad corporal, con las habilidades o la sexualidad, y en este caso, hablamos de la identidad de género. En las escuelas o ludotecas siempre hay niños más femeninos o niñas más masculinas, esta expresión puede que sea de algo temporal o que no es especialmente intenso, pero para otros, será una actitud que por su persistencia, duración e intensidad tiene una cualidad distinta, por lo que van a necesitar más apoyos, al ser vulnerables a la discriminación.

Si pensamos en la realidad de los menores, los espacios donde socializan están segregados por género, son los lavabos, los uniformes, las actividades… Si quieres adscribirte a otro género distinto al asignado en el nacimiento, las normas sociales e institucionales te lo impiden y te castigan si las trasgrides. Incluso algunos profesores llegan a percibir a las personas trans* como personas conflictivas, precisamente porque rompen con esas normas, en lugar de plantearse que son las normas rígidas las que causan las rupturas. Para algunas familias, estas realidades trans* rompen con las expectativas que proyectaban sobre sus hijos y han de reconciliarse, a veces incluso hacer un duelo, ajustándose a las necesidades que tienen y, a su vez, con las necesidades de sus hijos.

La definición no es sencilla.

Las personas trans* lo son en la medida en que consideran que lo son. No me interesa tanto la cuestión diagnóstica, como el papel que tiene la persona para decidir sobre su propia vida, con los apoyos de su entorno. Así, la tarea de los adultos es acompañar y ayudar a que la vida de esta gente joven sea lo más feliz posible, y no apresurarlos a la hora de afirmar su identidad, porque son ellos mismos los que tienen que decidir. Me interesa mucho que esto surge de los mismos padres y madres, que señalan que lo importante es acompañar, algo en lo que coincidimos también muchos profesionales y activistas. Las definiciones y los protocolos sobre cómo actuar en los espacios como las escuelas o los centros de menores es algo que nos planteamos los adultos, para justificar nuestra actuación frente a quienes preferirían que les castigásemos o corrigiéramos. Los chavales a su vez necesitan que los protocolos les permitan hacer algunos cambios, para poder vivir según sus necesidades. Son cosas sencillas y concretas, es de lógica que un niño se pueda llamar de la manera que más le guste. Si no se siente identificado con el nombre que pone en su DNI, ¿qué problema hay por llamarlo con otro? Esto no sólo le pasa a las personas trans*, pero sí es mucho más difícil cambiar de nombre legalmente o conseguir que la gente respete tu identidad.

No sólo las personas trans se ven afectadas por estas reglas.

El sexismo le hace mal a los hombres y a las mujeres, no sólo a las personas que están transitando o son trans*. La masculinidad construida en la competitividad, en la agresividad o cierta feminidad de las niñas modositas, nos aprisiona en roles de género muy limitados. Cuestionar la identidad corporal o los roles binarios de género es importante, por ejemplo para que las chicas sepan que pueden ser lo que quieran, o que un chico no tiene que ser el típico machote. Para mi, no sólo se trata de que no se discrimine a las personas trans*, sino también de cuestionar estas normas tan rígidas, algo que nos beneficia a todas las personas.

¿En las escuelas se educa en una relación muy determinada entre sexo y género?

El currículum de educación infantil (por debajo de los seis años) contiene un criterio, para valorar si los niños y las niñas identifican claramente cuál es el género de los demás y el propio. Empezamos la experiencia educativa aprendiendo un binarismo muy férreo. Quizás habría que plantearse la necesidad de estas exigencias y la importancia de encontrarse con otras experiencias educativas con docentes que van más allá del currículum oficial y que respetan las necesidades de los niños y las niñas.

¿Y cómo hay que responder a ese binarismo?

Es importante que las niñas y los niños tengan un imaginario con muchos referentes y maneras diversas de estar en el mundo, que permite pensarse de una manera más plural. Pensemos que el interés de separar qué es de chica o de chico contiene una presión consumista clara, sobre el uso del rosa para chicas o de los juguetes de acción diseñados para chicos; diferenciarlos sirve para crear espacios de mercado. No puedes usar la bicicleta rosa de tu hermana porque no es apropiado para un chico. Quién dice una bicicleta, dice un jersey o un bolígrafo.

Por otra parte, quiero señalar que hay experiencias en escuelas que parten de la comunicación entre familias, profesorado y estudiantes, que plantean modelos no sexistas, que cuestionan la rigidez de estos binarismos y que trabajan activamente por los derechos de los menores trans*, posibilitando su transición o generando espacios neutrales al género. En este sentido es vital reconocer el trabajo de las asociaciones como  Chrysallis AMPGIL en Catalunya, que están haciendo un trabajo importantísimo para conseguir que se respete a los chavales.

La situación ahora es distinta a hace unos años. ¿Estamos mejorando?

Empezamos a concebir otras realidades que antes no teníamos presentes, como es el hecho que los menores también tienen género y sexualidad. Antes todos los niños y niñas que rompían las normas eran mariquitas o marimachos, pero ahora, los medios y las redes nos devuelven más imágenes distintas y posibles. Ahora estamos mejor porque hay personas trans* que son visibles, que muestran que sus vidas son posibles y diversas, también hay más derechos así como una mayor visibilidad de las familias que defienden a sus hijos e hijas trans*, profesionales que quieren innovar y rechazan las terapias reparativas… Deseo pensar que estamos transformando la sociedad cada día, un poquito.

¿Entonces la clave está en conocer otras realidades posibles?

Es clave que los chavales conozcan a otros que tengan situaciones parecidas, otras familias y personas trans* adultas que les puedan ayudar a imaginar un futuro posible. Si crees que eres el único trans* en el mundo, el sentimiento de soledad es muy grande. Si conoces a otros, puedes aprender estrategias y puedes compartir preocupaciones.

Y en esto de conocer otras realidades internet habrá jugado un papel…

¡Sin duda! Internet tiene un papel fundamental, tanto para lo bueno y para lo malo. Por una parte, te permite acceder a información sobre la transexualidad o la sexualidad no normativa, conocer a otras personas en situaciones similares. Y por otra, internet también ha servido como herramienta para hacer bullying, como en el caso de la joven Carla de Gijón, a quien sus compañeras llamaban “bizca” y “bollera”, en el que  ha habido condena a las jóvenes que la indujeron al suicidio.O en el caso de la joven norteamericana trans* Leelah Alcorn, que  escribió en su blog sobre su identidad y la falta de apoyo de sus padres como motivos de su suicidio. Internet y las redes sociales forman parte de nuestro tiempo, ha servido para que estas jóvenes se expresen y se genere una movilización de alcance mundial, que denuncia la violencia que viven los jóvenes por su sexualidad y su identidad de género.

Luego está la parte negativa y es que se pueden usar todas las herramientas de las redes sociales para acosar a alguien. Todo depende de como uses los medios a tu alcance. Imaginemos que alguien muy joven pone en un buscador palabras como “trans, transgénero o transexual”, se va a encontrar todo tipo de información, desde leyes, asociaciones o páginas porno, lo cual plantea que es necesario generar materiales específicos y este el objetivo que persigo con el libroTrans*sexualidades.

¿Se están generando estos materiales específicos?

Se están haciendo algunas cosas y entre todos vamos tejiendo una maraña de recursos. Quienes estamos en la tarea de generar libros y materiales tenemos la responsabilidad de hacerlo muy bien, porque hay una gran necesidad de saber y aún pocos materiales. Hace poco el periódico Diagonal publicó  una entrevista sobre nuestro libro y ya nos han escrito varias personas dándonos las gracias, mostrando la necesidad de hablar de este tema.

Portada-libro-Transexualidades-ed-Bellaterra_EDIIMA20150112_0014_13

Por otra parte, lo que tengo claro es que la información es muy importante, pero no es suficiente, saber que la transexualidad existe no es suficiente. En nuestro libro hay definiciones para entender las realidades trans*, se muestra el marco legal y médico, se incluyen también los testimonios de muchas personas. Pero hay que dar un paso más allá, hay que denunciar la transfobia y la discriminación que todavía existen, tenemos que facilitar que las personas adquieran más habilidades para entender y convivir con las personas trans* de una manera respetuosa, enfrentándose a sus ideas erróneas y los mitos existentes. Con este objetivo el libro contiene propuestas para la intervención social, que incluyen la prevención y la actuación frente a la transfobia, así como actividades para realizar en grupo y recursos, que permiten abordar nuestras actitudes y profundizar con materiales accesibles (literatura infantil, ensayo, audiovisuales, cine, etc.)

También has podido conocer muchas realidades con el libro.

Haber hecho este libro me ha llevado a hacer un gran trabajo de investigación y ¡ha sido una experiencia fantástica! Me he entrevistado con personas trans*, sus familias, los profesionales que trabajan con personas trans* y con activistas trans*. Lo que más llama la atención es la heterogeneidad que he encontrado, las personas trans* entrevistadas son trabajadores de ámbitos muy distintos, algunos son padres y madres, otros son niños y niñas muy pequeñas que se preguntan por su identidad, o bien son gente ya muy mayor que reflexiona sobre cómo han cambiado sus vivencias a lo largo del tiempo.

Ha sido muy esclarecedor escuchar y conocer a niñas y niños de cinco o seis años que van buscando las palabras para poder expresarse, para construirse en relación con su entorno y poder constatar los esfuerzos que hacen sus familias por escucharles.

Han sido cuatro años de entrevistas con gente muy diversa y de aprender a no juzgar a las personas. Desde quienes se consideran “mujeres de verdad”, hasta quienes afirman que los roles de género que tenemos no funcionan. Me he encontrado con una gran heterogeneidad, por eso me gusta hablar de realidades trans* con asterisco, porque hay identidades y vivencias muy diversas. Me interesa precisamente esa noción plural de la transexualidad. No todas las personas transitan de un género a otro, algunas simplemente rechazan el género asignado en el nacimiento. Y es precisamente con el asterisco con el que quiero señalar esta diversidad, al tiempo que también pueden encontrar consenso en la lucha contra la discriminación.

Hablas de la importancia de escuchar, que es precisamente uno de los derechos de la infancia.

No respetar la identidad de género o la necesidad de un niño o niña a expresarse con respecto a su identidad es una violación de los derechos de la infancia, así como el artículo 10 de la Constitución sobre el libre desarrollo de la personalidad. A menudo se esgrime que tenemos que impedir que los jóvenes expresen su identidad discordante, por el propio “bien del menor”, que es un argumento para aplicar el castigo o enviar al menor a una terapia reparativa, para que sean “como debe ser”. Esto es terrible, porque estamos mandando un mensaje muy claro de que la persona está enferma, es errónea, está mal y no es querible. Esta respuesta negativa tiene un impacto brutal en su vida y en la relación que construye con su familia y su entorno. El bien del menor supone acompañarle en su crecimiento, ir probando y dejarle expresarse.

Por otra parte, también es una vivencia que puede ser difícil para las familias, que tienen que replantearse sus expectativas. Por mi experiencia, hay muchos padres que están muy dispuestos a escuchar y aprender al mismo tiempo que sus hijos. Los padres tienen que entender que no son ellos los que tienen hijos, sino que son los hijos los que tienen padres.

El primer capítulo del libro Trans*exualidades se puede descargar gratuitamente

“A las personas con discapacidad se nos trata como a seres humanos asexuales e infantilizados”

Soledad Arnau

Soledad Arnau

Hace casi 15 años Soledad Arnau se convirtió en una de las fundadoras del Foro de Vida Independiente y Divertad (FVID). La segunda palabra, inventada, es la unión de otras dos: Dignidad y Libertad. Alcanzarlas es uno de los objetivos de esta comunidad, que el pasado mes de septiembre convocó a cientos de personas a recorrer Madrid. “Una sociedad excluyente es la que me discapacita, la diversidad es la vida, la uniformidad es la muerte” fue uno de los lemas que enarbolaron. El colectivo quiere impulsar en España la llamada filosofía de vida independiente para las personas con discapacidad, un movimiento surgido en Estados Unidos en la década de los 70.

El Foro de Vida Independiente es también el que hace diez años acuñó el término diversidad funcional para referirse a las personas con alguna discapacidad. Soledad Arnau, filósofa, activista y presidenta del Instituto de Paz, Derechos Humanos y Vida Independiente, suele referirse así a ellas (a sí misma) cada vez que habla. Resume esta teoría como “un proceso de empoderamiento de las personas con diversidad funcional, que tenemos derecho a tomar nuestras propias decisiones, a equivocarnos y a cometer errores, no queremos sobreprotección”.

Arnau critica las bases “asistencialistas y caritativas” sobre las que, en su opinión, se asienta la política social española, a las que el colectivo al que representa quiere dar la vuelta. Características que, dice, se reflejan en que la sociedad “nos reserva espacios y maneras de vivir especiales, oportunidades laborales especiales o una educación especial, no ordinaria”.

La figura del asistente personal

La visión paternalista que quieren romper surge, analiza al otro lado del teléfono, porque “seguimos pensando que las personas con diversidad funcional somos personas enfermas”. “En este país se sigue primando que vivamos en residencias y no de forma independiente. Yo he ido toda mi vida en silla de ruedas, pero también soy feminista y a lo mejor me apetece convivir con gente feminista”, afirma. “Parece como si a los que tenemos diversidad funcional no nos debiera importar nada más”.

En el otro extremo se coloca lo que ella llama “plena inclusión”. La educación es una de las herramientas que identifica para conseguirlo: “Tenemos corporalidades o maneras de interpretar el mundo distintas, pero como no existe una verdadera educación inclusiva, no sabemos convivir con las diferencias”. Sin embargo, para el colectivo la vida independiente no se entiende sin la figura del asistente personal, o lo que es lo mismo, personas que ayudan a otras en la realización de las tareas cotidianas. Las manos, las piernas de la que tiene diversidad funcional.

Arnau necesita de esta figura laboral de forma permanente porque para cualquier actividad precisa de apoyos humanos e insiste en que es justo eso lo que le concede autonomía moral. “No puedo valerme por mí misma físicamente, pero la que dirige las riendas de mi vida soy yo”, sentencia. La activista quiere romper con los prejuicios y la victimización. “El mundo me mira y dice ‘pobre Sole’, pero lo traumático no es que no pueda comer por mí misma, es que no haya nadie que me dé de comer donde, como y lo que yo quiera”.

El derecho a la sexualidad

También habla sobre sexo, sin tapujos ni prejuicios. Nombra el documental Yes We Fuck!, un proyecto transgresor que busca acabar con el imaginario que asocia diversidad funcional y asexualidad. La película muestra cómo viven su sexualidad y afectividad las personas con discapacidad y lo reivindican como acto político, como defensa de otras formas de placer alejadas de la heteronormatividad (o no). Reclaman, sobre todo, el derecho a la diversidad. “A las personas con discapacidad se nos trata como a seres humanos asexuales e infantilizados”, sostiene Arnau.

El documental ha contribuido a desmontar los tópicos, pero la filósofa sigue pensando que “cuando ves a alguien en silla de ruedas no lo concibes en términos de deseo, más bien piensas en qué le habrá pasado, por ejemplo”. La concepción actual de la estética ha acabado por alejar de lo objetivamente deseable los cuerpos diversos, lo que ha conducido a que “la manera más fácil y sencilla de gestionar la sexualidad de las personas con diversidad funcional haya sido omitirla”.

Al igual que la figura del asistente personal, Arnau reivindica la de los asistentes sexuales. Poco a poco van surgiendo en España organizaciones que sirven de enlace entre ellos y las personas con discapacidad, que basan sus encuentros en pactos alcanzados por ambas partes. En España esta figura se mueve en la alegalidad y el debate sobre qué hacer con ella y sus implicaciones no ha hecho más que empezar. Mientras, la organización Sex Asistent, junto a la  Asociación Nacional de Salud Sexual y Discapacidad (ANSSYD) ha elaborado un código ético que incide en la necesidad de reconocer a las personas con discapacidad como sujetos de derechos y “no solo como objeto de tratamiento y protección social”.

La Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, celebrada en 2006 actúa como paraguas de las reflexiones de Arnau. Una hoja de ruta que en su artículo 19 propugna el derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad. El mismo año España aprobó la ley de la dependencia. La activista critica el bajo presupuesto que se destina al sistema, que prevé una prestación económica para familiares cuidadores o algunas horas de ayuda a domicilio. “Hay personas que invierten dos horas en levantarse y la asistencia les cubre tres horas…Dinero hay, lo que no hay es voluntad política suficiente”, denuncia.

Arnau defiende los planes personalizados de asistencia. Aquellos en los que las horas o la prestación económica para el cuidador o cuidadora dependen del ritmo vital de cada persona y de sus circunstancias. Este es el espíritu de las pocas Oficinas de Vida Independiente que existen en España, gestionadas por las administraciones públicas. Existen en la Comunidad de Madrid, Andalucía, Barcelona y Galicia. “Lo cierto es que no siempre cubre la totalidad de la necesidad”, dice Sole, que cuenta con esta figura gracias a la OVI de la capital. “Pero es un avance que hay que seguir potenciando”, prosigue.

Ex Presidente José Mujica admite haber realizado prácticas homosexuales durante su tiempo en reclusión

CNN – En declaraciones a nuestra Agencia, el ex Presidente uruguayo admitió que durante los años que pasó en prisión realizó prácticas homosexuales.

josé mujica

Si bien no puedo definirme como homosexual, la soledad y falta de cariño en aquellos momentos pegaba muy duro. Por ello no teníamos más opción que ser cariñosos entre nosotros.
El famoso ex presidente, que paso aproximadamente 14 años en prisión durante la dictadura militar uruguaya, dijo que las reglas de la vida diaria de reclusión imponían “alternar el ser pasivo y activo”.
Estas prácticas fueron muy comunes entre los presos políticos uruguayos y afirma Mujica que hoy sale a decir esta verdad “para que el pueblo uruguayo y de todo el mundo tome conciencia del drama que es la privación de libertad”.
Preguntado si luego de liberado continuó con esas prácticas, Mujica admitió que el y su esposa son muy liberales en cuanto a la sexualidad y que ambos pueden hoy definirse como bisexuales.

 

Identidad, género, cabaret y fotografía en la Barcelona del siglo XXI

El Raval y Rube, la drag queen que actúa en ‘El Cangrejo’ en Barcelona, son los ejes de la exposición de fotografía de Rober Astorgano que hoy abre sus puertas.

La drag queen Rube

La drag queen Rube. / ROBER ASTORGANO

El fotógrafo Rober Astorgano inaugura hoy en Barcelona su exposición Rube, un trabajo que indaga en las dobles identidades, tanto personales como de la ciudad. Una persona existe dentro de una persona al igual que una ciudad habita dentro de sí misma. Rubemezcla fotografías de reportaje documental e imágenes de estudio, además de un vídeo documental, y podrá verse en la librería Veusambveu hasta el 17 de enero.

¿Qué quieres mostrar con la exposición Rube?

Mi intención es abordar las cuestiones del género y la identidad, además de mostrar una parte de la esencia del emblemático barrio del Raval de Barcelona. Para ello me baso en la historia del personaje, relacionándola con la del lugar en el que trabaja. Mediante las fotografías y el vídeo se muestra la historia de Rubén, el artista argentino en la privacidad de su hogar, y de su personaje: Rube, la drag queen que hace más de veinte años atrapa todas las miradas de ‘El Cangrejo’, un local con más de 100 años de historia situado en el barrio del Raval y que mantiene el alma de los cabarets de la época de la llamada ‘Barcelona canalla’.

¿Qué relación estableces entre Rube-Rubén y el barrio del Raval?

Una relación basada en la autenticidad, relacionando la identidad del personaje con la identidad del barrio. Este barrio, entonces conocido como Barrio Chino, fue el epicentro de la ‘Barcelona canalla’. Es aquí donde empezaron a verse los primeros números de transformismo y donde, después de la guerra civil y con la férrea dictadura, todavía, todo era posible. Tanto el barrio y el local, así como el personaje, representan para mi el carácter de la Barcelona de esa época.

¿Podría darse esa historia en otro barrio?

Posiblemente, pero creo que de una manera diferente, ya que lo que marca la diferencia en este barrio es la historia que tiene como barrio chino. Es aquí donde se han gestado los personajes más característicos y singulares, donde ha existido esa picaresca y ese desparpajo que ha definido su identidad y que ha marcado esa diferencia.

¿Qué importancia tiene el Raval para tu trabajo?

El Raval es parte fundamental del trabajo. Es un barrio que ha ido forjando su propia identidad durante la historia y que, a pesar del tiempo y de la sociedad moderna en la que vivimos donde se tiende a globalizar todo, todavía consigue mantener esa esencia de la Barcelona auténtica, que se puede ver representada en estos locales que todavía sobreviven, como es el caso de ‘El Cangrejo’.

rube3

¿Qué imagen del barrio pretendes transmitir con esta exposición?

La imagen del barrio que quiero transmitir es la que yo sentí cuando llegue a Barcelona y lo descubrí. La de un barrio con identidad propia, diferente a la Barcelona turística que nos muestran las guías de viaje, donde todavía se puede observar la esencia de ese Barrio chino de la Barcelona canalla, a pesar del gran proceso de gentrificación que se esta llevando a cabo en él. Por tanto, la de un barrio emblemático que lucha por sobrevivir, en el que por cierto, ahora estoy viviendo.

¿De qué modo puede la fotografía romper con los estereotipos instaurados?, ¿es uno de los objetivos de tu trabajo?

Como bien decía Eugene Smith, “la fotografía podría ser esa tenue luz que modestamente nos ayudara a cambiar las cosas”, y realmente lo creo. Mediante la fotografía se pueden contar historias que muestren la realidad y que ayuden a cambiar los estereotipos marcados por la sociedad y a romper con los esquemas impuestos. Éste es uno de los objetivos de mi trabajo como fotógrafo, tanto en este proyecto como en otros, además de ser una de las motivaciones por las que seguir fotografiando y contar historias, y por lo que me apasiona tanto esta profesión.

¿Cuáles son tus referentes en fotografía?

Ésta es una pregunta siempre complicada de contestar puesto que hay muchos fotógrafos que me han influido durante mi vida y a la hora de realizar mi trabajo. Joan Colom con sus fotografías del Raval ha sido un gran referente, además de ser el que me descubrió este barrio mediante su trabajo. Siempre me he fijado mucho en los clásicos como Robert Cappa, Cartier-Bresson y la gran Cristina García-Rodero. Otros fotógrafos a los que admiro especialmente son James Nachtwey y Martin Parr, y así podríamos seguir con muchos más…