El árbitro que se retiró por insultos homófobos volverá a pitar en Zamora

Jesús Tomillero, de 21 años, es el primer colegiado en España que confiesa abiertamente su homosexualidad. El Ayuntamiento zamorano ha promovido un partido contra la homofobia.

Jesús Tomillero

Jesús Tomillero, el primer árbitro en España que reconoce su homosexualidad. /FOTO: TWITTER

ZAMORA.- El árbitro gaditano Jesús Tomillero, que se retiró por los insultos homófobos que le proferían en los campos de fútbol, volverá a dirigir un partido, en Zamora el 21 de mayo, un encuentro contra la homofobia promovido por el Ayuntamiento de esa ciudad.

El Ayuntamiento de Zamora lo ha anunciado este martes, coincidiendo con la celebración del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, como parte de una campaña municipal contra la discriminación a esos colectivos, según han informado a Efe fuentes municipales.

El partido, que disputarán los equipos cadetes del Zamora CF y el San Lorenzo, estará precedido de una charla del propio colegiado, de 21 años, que ha reconocido públicamente su homosexualidad.

Con esta actividad, el Consistorio zamorano se ha querido sumar a la campaña “Sácale tarjeta roja a la homofobia” para frenar la discriminación en el mundo del deporte al colectivo LGTB.

El partido, que cuenta con la colaboración de la Federación Española de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, es el primer encuentro deportivo contra la homofobiapromovido por una institución pública en España, según dichas fuentes.

Además de organizar este partido en la Ciudad Deportiva Municipal de Zamora, el equipo de Gobierno municipal promoverá una moción que la concejala de Igualdad, Laura Rivera, llevará al próximo pleno municipal relativa al compromiso del Ayuntamiento de Zamora en la lucha contra la homofobia y la transfobia.

La propuesta de la concejala de Igualdad, que espera sea apoyada por el resto de los grupos municipales, incluye la declaración de Zamora como “ciudad por la diversidad” y la inclusión de estos colectivos sociales dentro de Plan Municipal de Igualdad.

Además, el Consistorio zamorano llevará a cabo diversas acciones de sensibilización y campañas educativas contra la discriminación de las personas por su condición sexual.

¿Que hay una bandera gay? ¡Pues que haya una bandera de la familia!

El PP de Granada reclama al alcalde que, además de izar la bandera contra la homofobia, coloque también la de las Naciones Unidas sobre la familia, según pidió el Foro de la Familia

El alcalde de Granada, con representantes de colectivos gay y transgénero.

El alcalde de Granada, con representantes de colectivos gay y transgénero.

El Ayuntamiento de Granada ha izado este martes por primera vez la bandera ‘arco iris’ con motivo del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia. Ha sido durante un acto presidido por el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, en el Consistorio en presencia de los portavoces de los cuatro grupos municipales en la oposición –PP, Ciudadanos, Vamos Granada e IU– con el que Granada se ha sumado a la iniciativa de muchas ciudades en el resto del mundo en rechazo a la discriminación del colectivo homosexual y transgénero.

Cuenca ha señalado que el izado de la bandera y la defensa de la igualdad y la no discriminación por razón de sexo no es una cuestión “de ideologías” sino de “respeto” y de “reconocimiento de derechos”, por lo que ha agradecido la presencia de todos los portavoces municipales.

El alcalde ha lamentado que haya más de 70 países en el mundo que condenan, hasta con pena de muerte, la homosexualidad, por lo que ha considerado que Granada tenía que sumarse a esta reivindicación contra la homofobia y la transfobia, en pro de la libertad individual de cada uno.

Pese al consenso inicial de todos los grupos, el del PP en el Ayuntamiento de Granada ha reclamado al equipo de gobierno (PSOE) que tenga “igualdad de trato con todos los colectivos”, de modo que, además de izar la bandera contra la homofobia, coloque también la de las Naciones Unidas sobre la familia, después de que así lo haya solicitado el Foro de la Familia.

El edil Fernando Egea ha mostrado el apoyo del grupo ‘popular’ al acto que ha celebrado este martes el Ayuntamiento de Granada, que ha izado por primera vez la bandera ‘arco iris’ con motivo del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia.

Ha recordado, no obstante, que el pasado domingo se celebró el Día Internacional de las Familias y que el Foro de la Familia pidió al Ayuntamiento colocar una bandera en el balcón consistorial, una medida que “fue rechazada” pese a “tener el visto bueno” del anterior equipo de gobierno, del PP.

Egea ha reclamado igualdad de trato a todos los colectivos y que ondee en el Ayuntamiento la bandera de Nacionales Unidas sobre la familia.

También ha subrayado que, de acuerdo a la norma de protocolo, las banderas se han colocado hasta ahora delante del balcón principal del Ayuntamiento. “Nunca se ha izado un mástil” porque el protocolo fija que esto se reserve para las banderas oficiales.

Tras aclarar que el PP no está en contra del izado de la bandera contra la homofobia, sí ha pedido que se vuelvan a consensuar las normas de protocolo para que se siga con todas el mismo procedimiento, como puede ser con la colgada con motivo del Día Internacional del Pueblo Gitano.

Los homosexuales durante el franquismo: vagos, maleantes y peligrosos

La homosexualidad se tipificó durante el régimen de Franco, incluyéndose en la ley de vagos y maleantes

La homosexualidad se tipificó durante el régimen de Franco, incluyéndose en la ley de vagos y maleantes. CEDIDAS A CANARIAS AHORA

Homosexuales: vagos y maleantes

Tras la cruenta guerra civil española, el régimen de Francisco Franco dedicó todos los medios a su alcance para crear una estructura política y social que le permitiera consolidar su poder y controlar, de manera totalitaria, una sociedad ya de por sí moralmente devastada por la violencia generada durante el conflicto armado. Con el ejército y las fuerzas del orden público ejerciendo un férreo control coercitivo, orientado fundamentalmente a eliminar cualquier resquicio de indisciplina política, el control moral del nuevo estado fue encomendado a la Iglesia Católica, institución cuya percepción del pecado y la virtud impregnó la sociedad durante los siguientes cuarenta años.

En el concepto de sociedad franquista, la consideración de la superioridad del hombre y, por tanto, de la virilidad como valor ejemplar y supremo y el estatus de la mujer a su servicio, como mero instrumento para la perpetuación de la raza, fueron las consignas oficiales del régimen y de su religión oficial. Este contexto ideológico puramente patriarcal excluía cualquier disidencia sexual y de género. La homosexualidad y la bisexualidad, tanto masculina como femenina, así como cualquier ruptura con el binarismo de género, se consideraban no sólo pecaminosas sino además delito y enfermedad. De esta manera, todas las instituciones del sistema fueron puestas al servicio de esta ideología machista y profundamente lgtb-fóbica. Quienes no se atuvieran a esa ideología tendrían que sufrir terribles consecuencias en su dignidad y derechos esenciales.

Si bien durante los primeros años de la dictadura la homosexualidad no pareció ser una preocupación prioritaria del régimen, ocupado como estaba de aniquilar cualquier disidencia ideológica, no es menos cierto que ya se utilizaba la figura del escándalo público, recogida en el artículo 431 del Código Penal, para condenar las prácticas homosexuales.

No obstante, no considerando suficiente este instrumento, en el año 1954 se modifica la Ley de Vagos y Maleantes de 1933 para incluir, entre otros supuestos, a los homosexuales al entenderse que ofenden la sana moral de nuestro país por el agravio que acusan al acervo de buenas costumbres, fielmente mantenido en la sociedad española, según reza la exposición inicial de la reforma. Las medidas adoptadas en esta Ley, según la misma , no son propiamente penas, sino medidas de seguridad con finalidad preventiva, cuya finalidad es proteger y reformar.

Con este fin protector de la sociedad y reformador del maleante, a los homosexuales se les condenaba al internamiento en un establecimiento de trabajo o Colonia Agrícola (…), en Instituciones especiales y, en todo caso, con absoluta separación de los demás. Este internamiento no podía ser superior a tres años. Asimismo se les prohibía residir en determinado lugar o territorio, que solía coincidir con el de su residencia habitual, y a estar sometido a la vigilancia de los Delegados.

Una colonia penitenciaria en Canarias

El 29 de agosto de 1947, en un buque procedente de Tenerife, arriba a Gran Canaria acompañado de su esposa e hijas don Francisco Aylagas Alonso, entonces Director General de Prisiones. El día siguiente el diario Falange (1) publica una entrevista con el personaje que, al ser preguntado por el motivo de su viaje, explica que uno de los principales asuntos que le trae a las islas es “ adquirir unos magníficos terrenos, dotados de agua y otros buenos elementos, con el fin de fundar una colonia agrícola penitenciaria modelo, que tendrá talleres para el trabajo, centros de experimentación y explotación agrícolas, etc., etc. Y es que” – prosigue el político – “en España no se confina a los delincuentes con el único propósito de alejarlos del contacto con la sociedad, sino que, interpretando el sentido humano y cristiano que define sobre todo a nuestro régimen se les recupera y devuelve a la convivencia nacional dignificados por el trabajo”.

Portada periódico informando del cambio de la ley de maleantes.

Portada periódico informando del cambio de la ley de maleantes.

La creación de una colonia agrícola en Canarias, con el fin de rehabilitar en ella a condenados por la Ley de Vagos y Maleantes, no era nueva. Ya en 1934, en el diario republicano deTenerifeHoy, en un artículo titulado ¿Canarias, colonia penal?, el periodista denunciaba el proyecto de establecer “ campos de concentración para vagos y maleantes” en las islas de Lanzarote y El Hierro. El autor mostraba su férrea oposición a la propuesta aludiendo a las duras condiciones económicas de las islas, que obligaban a la emigración por falta de trabajo, al secular olvido de las infraestructuras imprescindibles, como las vías de comunicación, la necesidad de “alumbramientos de caudales de agua o la construcción de embalses”, y al posible daño que tal instalación podría ocasionar a la industria turística, que había atraído “ hacia nuestras islas grandes contingentes de viajeros”. Pero los planes de crear en las islas tal establecimiento no fructificaron ni en 1934 ni en 1947.

En el año 1953 regresa a las islas un nuevo Director General de Prisiones, don José María Herrero de Tejada. De este viaje da cuenta el diario Falange de 17 de julio de ese año. Tras visitar Lanzarote y Fuerteventura el Director General explica al diario que su visita tiene como objetivo estudiar “ sobre el terreno diversos aspectos fundamentales para el emplazamiento de una colonia agrícola penitenciaria”, sin querer concretar el emplazamiento definitivo, aunque realiza una alusión específica a Tefía, “ donde existe un campo de aviación que actualmente no se utiliza”.

Sí se extiende el Director de prisiones en explicar los beneficios para la isla de tal instalación, ya que ” al amparo de los establecimientos penales se derrama siempre mucho dinero, de lo que se beneficia el comercio, la industria, etc”. Explica igualmente que dadas las ” peculiaridades de la isla de Fuerteventura, con tan amplias zonas improductivas, los beneficios serán mayores si tenemos en cuenta que se aprovecharán muchos brazos de los que allí han de redimirse para transformar zonas actualmente improductivas”.

El proyecto se concreta por fin mediante la Orden del Ministerio de Justicia de 15 de enero de 1954, por la que “ se instituye una Colonia Agrícola para el tratamiento de Vagos y Maleantes, en “Tefía”, de la Isla de Fuerteventura” (BOE núm. 30, de 30 de enero de 1954). La colonia se ubicará en “las instalaciones cedidas a este fin por el Ministerio del Aire”, confirmándose su ubicación en el antiguo aeropuerto de la isla. La Orden establece asimismo que se deberán dictar las órdenes complementarias para su funcionamiento y “ se seleccionará libremente el personal que consideren necesario para su destino a dicha Colonia”.

Tras la Orden de 30 de enero 1954, la creación de la colonia no se hizo esperar y el 11 de febrero de ese mismo año, según un artículo publicado en el diario Falange el 3 de marzo de 1954, marcharon al centro de reclusión “ seis funcionaros del Cuerpo de Prisiones, y el 18 del mismo mes han sido destinados a dicho Campo doce presos reincidentes para auxiliar en los trabajos de instalación de dicho establecimiento penitenciario”.

Con la habilitación de la nueva colonia se concluía un proceso de creación de órganos judiciales e instalaciones destinadas a la reclusión que iban a facilitar en las islas la aplicación efectiva de la Ley de Vagos y Maleantes y que se había iniciado en 1953, con la creación de un Juzgado Especial para la aplicación de dicha ley. Con esta infraestructura básica se iba a poner en marcha el mecanismo judicial y penal imprescindible para reprimir, mediante su internamiento y un duro régimen de trabajo, a todos aquellos “parásitos y sujetos indeseables que torpemente dañan la convivencia humana”, según el citado artículo de Falange, entre los que se encontraban vagos habituales; rufianes y proxenetas; mendigos profesionales; ebrios y toxicómanos habituales y “ demás personas que con su irregular o anormal conducta fueren merecedores de esta saludable y enérgica sanción social”, en palabras del Presidente de la Audiencia Territorial citadas en el artículo. Los homosexuales, sin embargo, no estarían contemplados en la ley hasta la reforma de julio de 1954.

Es por tanto, en el antiguo Aeropuerto de Tefía que, lejos de ser aquellos “magníficos terrenos, dotados de agua y otros buenos elementos” de los que hablaba el Director General de Prisiones en 1947, era más bien un desierto pedregoso, donde el gobierno decide finalmente instalar la colonia agrícola. Allí, varias decenas de hombres redimieron, mediante trabajos forzados y unas duras condiciones de vida, según el “sentido humano y cristiano” que definía al régimen, su condición de vagos y maleantes durante los años siguientes, incluyendo varias decenas de homosexuales.

Inauguración del monumento en honor a los represaliados en Tefía

Inauguración del monumento en honor a los represaliados en Tefía. CEDIDA A CANARIAS AHORA

Tefía: el infierno de Octavio

La exploración clínica evidencia encontrarnos ante un amanerado con movimientos y gestos feminoides así como su manera de hablar. Psiquismo deformado por su propia perversión; no tendencia al delito; estado físico normal. En el reconocimiento correspondiente con su dilatación esfinteriana y casi desaparición de pliegues nos permite formular el diagnóstico de pederasta pasivo. Es apto para toda clase de actividades”.

Esta descripción fue incluida por el historiador y escritor Miguel Ángel Sosa Machín en el artículo Invertidos, publicado en el Dominical del diario La Provinciael 29 de junio de 2003. El informe forense está incluido en el expediente incoado a Octavio García en aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes. Detenido simplemente por ser maricón, como él mismo ha explicado en innumerables ocasiones desde que el historiador sacó a la luz su historia, su terrorífico testimonio es ejemplo del trato dado a los presos de Tefía y que de manera escalofriante plasmó Sosa Machín en su imprescindible novela Viaje al Centro de la Infamia.

Octavio García nació en 1931 en Las Palmas de Gran Canaria, en el seno de una familia humilde. Estudió en el internado de San Antonio, en el barrio de Vegueta de la capital grancanaria y posteriormente continuó sus estudios básicos en Los Salesianos. De educación y convicciones católicas, nunca podría imaginar que sus conocimientos de religión le permitirían aliviar el calvario que habría de pasar años más tarde en Tefía.

En 1953, con 22 años, fue detenido tras una denuncia y, sin juicio alguno, como él afirma, se le aplicó la Ley de Vagos y Maleantes. En su testimonio suele repetir con profundo dolor los motivos de su condena: por ser homosexual, corruptor de menores y por escándalo en la vía pública. “ ¡Corruptor de menores y escándalo en la vía pública! ¡No he sido ladrón, ni maleante, ni mala persona!”, repite indignado. “El único motivo para ser detenido era ser maricón”, explica enfatizando el insulto, la palabra que lo ha definido durante toda su vida, la única con la que, al final, se siente identificado.

Tras varios meses de condena en la cárcel de Barranco Seco de Gran Canaria, es trasladado en el correíllo – buque que realizaba los transportes marítimos entre islas –, a Fuerteventura. La reciente apertura de la colonia de Tefía, le convirtió en uno de los primeros presos que cumplió condena en ella. Iban siete presos, esposados, escoltados por la Guardia Civil, a la vista de todo el mundo, “como si fuéramos los peores delincuentes”.

“Tefía era un campo inhóspito, sólo tierra y miseria”, recuerda. “La colonia estaba vacía, había que llenarla. ¡qué deprimente cuando llegamos allí, todos en fila, con un sol, un viento…!”

Al llegar le despojaron de su ropa y le ofrecieron un “ mono canelo de tela picona” y unas botas que no eran de su número y tuvo que intercambiar con otros presos para poder tener un calzado adecuado.

El centro era dirigido con mano de hierro por un excarmelita que instauró un auténtico régimen de terror, peor que un campo de concentración, en palabras de Octavio García. Su trabajo allí consistía en acarrear agua de un pozo, ya que el centro carecía de agua corriente, picar piedra de una cantera de piedra de cal y levantar gavias y muros, todo ello bajo el sol inclemente de la isla y la rigurosa vigilancia de los funcionarios. Cualquier mínimo motivo era suficiente para recibir una paliza. “ He visto allí las palizas más atroces a los pobres presos”, testimonia Octavio. Los insultos y humillaciones eran constantes.

Octavio García en 2012

Octavio García en 2012 CEDIDA A CANARIAS AHORA

Estando preso, cuenta Octavio, “una hermana mía (…) dio a luz y me mandaron un telegrama que dice: Pinito tuvo una niña. Y cuando me llamaron al centro para leerme el telegrama (…) me dicen: enhorabuena le felicito, su mujer tuvo una niña, después yo le dije: no es mi mujer, es mi hermana. Y me hincharon a palos por haberle contestado mal”.

Junto al duro trabajo y a las arbitrarias palizas, otra de las pesadillas del centro era la escasa alimentación, que les hacía pasar un hambre atroz y constante: “ lo peor era la comida, batatas enraizadas, arroz con gorgojos, un pan pequeño para todo el día. (…) Vi hombres allí que entraban con 87 kilos y se quedaban en 45”.

En una ocasión apareció por el centro un sacerdote para una ceremonia católica. Muchos presos no tenían educación religiosa y, al realizar el cura algunas preguntas, a Octavio se le ocurrió responder. Lo hizo acertadamente y al día siguiente lo llamaron y lo nombraron maestro de religión. Esa fue su salvación. A partir de ahí no trabajó más en la cantera, ni cargó más agua, estaba bien mirado y considerado.

Pero el paso por la prisión lo dejó marcado de por vida. Tras su salida y luego de algunos trabajos, se fue de Canarias y sólo hasta hace unos años fue capaz de contar su historia. En el año 2009 el Gobierno español aprobó la concesión de indemnizaciones a las personas homosexuales o transexuales que hubieran sido encarceladas durante el franquismo. Octavio García recibió 12.000 euros por sus dieciséis meses de cautiverio. La Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía cerró por Orden del Ministerio de Justicia de 21 de julio de 1966, “en atención al reducido número de penados sancionados por el Tribunal de Vagos y Maleantes, en la que actualmente existen siete reclusos, los cuales pasarán a la Prisión de Santa Cruz de La Palma”, según informaba El Eco de Canarias de 26 de agosto de 1966.

La Palma: la reclusión de Manuel Alfonso

Manuel Alfonso nació en 1946, en el barrio de Guanarteme de Las Palmas de Gran Canaria, junto a la playa de Las Canteras. Su padre trabajaba en la Compañía Transmediterránea. Su madre se dedicó a las tareas de hogar hasta que se separó de su padre y comenzó a trabajar en las factorías de pescado ubicadas en el mismo barrio en el que residía.

Desde su infancia estuvo marcado por sus ademanes femeninos que lo convirtieron en víctima de habituales insultos por parte de sus compañeros, que, como él mismo cuenta, habitualmente le gritaban: “ ¡maricón, que eres un maricón!” Manuel, en ocasiones, respondía a los insultos de manera agresiva, porque, como explica “me daba mucho coraje que me llamaran maricón. Aunque yo sabía que lo era”.

Manuel Alfonso con 22 o 23 años

Manuel Alfonso con 22 o 23 años. CEDIDA A CANARIAS AHORA

La primera vez que estuvo en comisaría tenía 15 años, porque la policía se equivocó con su edad y le pusieron dos años más. Con esa edad estuvo una semana en la prisión de Barranco Seco. Las detenciones e idas y venidas a la comisaría eran frecuentes, por el mero hecho de exponerse en las calles:

Nos poníamos en una esquina dos, tres o cuatro a hablar de nuestras cosas (…) en ese momento estábamos descuidados, como era de noche, a oscuras (…) paraban justo delante de nosotros, estábamos tranquilos y descuidados, paraban y venga, carnet de identidad y palante para la comisaría, y en comisaría una semana, tres días a la cárcel, diez días, quince días, y así pero un montón de entradas y salidas que tuve yo y, bueno, como yo, montones de amigos de la época aquella”.

El periodo más largo que tengo – explica Manuel – fue el que me pegué, cuando la policía se cansó de cogerme una y otra vez… había un juez (…) de vagos y maleantes al que si eras pudiente y le llevabas un buen anillo de oro o un sobre con dinero, diez o quince mil pesetas, ese señor te quitaba la ley de vagos y maleantes y no ibas a prisión. Aunque fueras el chorizo más grande del mundo o el maricón más grande del mundo. Pero a las personas humildes como mi madre que no tenía dos o tres mil pesetas en un sobre para darle, no te digo dos o tres mil sino diez o quince mil pesetas, si no tenías para darle te enviaba a prisión. Y mi madre llorando, ¡Ay, no me metas a mi hijo tanto tiempo allá arriba!”.

En la prisión eran habituales los abusos de los funcionarios, también los sexuales. Manuel cuenta que “ en la prisión de Barranco Seco por la noche iba algún funcionario abría la puerta y si había algún mariconcillo joven como yo que le gustaba, lo sacaban afuera y con la excusa de “hacerles el cuarto”, tenían que mantener relaciones sexuales con él. Me ocurrió a mí en la prisión de allí”.

En su expediente constan cuatro detenciones e ingresos en prisión en el año 1963, con 17 años, por delito de conducta atentatoria contra la moral. En 1964 es detenido y finalmente declarado en estado peligroso por su condición Homosexual, según consta en el Expediente nº 62/63 del Juzgado Especial de Vagos y Maleantes del Archipiélago Canario. Tras esta declaración es recluido en la prisión de Gran Canaria, luego trasladado a la de Tenerife y, posteriormente a La Palma. Como expresa con humor: “ yo hice una “turné”, como la que va de gira”. Entre esas tres prisiones cumplió un año de condena.

En la prisión de La Palma los homosexuales estaban separados del resto de reclusos, según obligaba la ley. Esto implicaba estar la mayor parte del tiempo encerrados en una celda: “ estábamos en la celda 22 horas encerrados al día. La celda constaba de un baño pequeñito, un lavabo en una esquina y tres literas. Allí cumplíamos seis personas. (…). Cuando subían los machos del patio salíamos los maricones”.

Había que taponar los baños para que no salieran las ratas de la letrina. “Nosotros limpiábamos la celda, lavábamos la ropa y la tendíamos en la misma celda (…). Donde mismo hacíamos las necesidades, lavábamos la ropa y comíamos. (…)”.

Las ocupaciones en la prisión eran fundamentalmente de limpieza: lavar ropa de otros presos, limpiar cristales, incluso desde el exterior de la prisión… “ nos tenían entretenidos”, explica. Había un funcionario mayor que les hacían limpiar los pasillos de la prisión con ceniza, con cepillos de mano, de rodillas en el suelo. “Decía que la ceniza purificaba”.

El régimen carcelario no tenía la dureza de Tefía, pero el temor a las agresiones era constante: “ en muy pocas ocasiones llegaban a pegarte, aunque a veces se le iba la mano y te pegaban un cachetón o te daban un par de porrazos buenos. Cuando hablabas con un funcionario tenías que poner las manos a la espalda y si decías una palabra que no les gustaba jalaba con la mano y cachetón que te pego”.

No obstante, para un joven de apenas 18 años, la experiencia carcelaria, la separación de su familia y la sensación de aislamiento y estigma que significaba el estar separados de los demás presos eran situaciones difíciles de afrontar: “ en aquella época, como era joven, lloré mucho, lo pasé muy mal, pero siempre con la ilusión de que iba a salir. Mi madre fue a verme a Tenerife (…) después también fue a verme a La Palma, aprovechando que mi padre trabajaba en el barco y se quedaba en él por la noches. (…) Las cartas de mi madre me daban fuerzas para luchar y seguir adelante. Yo decía que ya llegaría mi tiempo de salir a la calle”.

De la prisión de La Palma salió en 1965. En 1966 fue trasladado a la comisaría de Policía “ por haber sido detenido en la vía pública por llevar a cabo actos de ostentación Homosexual”. Fue condenado a una multa de cinco mil pesetas e ingresó para cumplir 30 días de prisión. Por sus diferentes pasos por prisión fue indemnizado con una cuantía de 8.000 euros.

Como a todos los que sufrieron la represión del régimen, su experiencia le marcó profundamente: “ yo no puedo olvidar que una persona me diera un porrazo sin yo hacerle daño. Que yo estuviera en una esquina con dos amigos, hablando, y que llegaran unos señores vestidos con un uniforme, representando a la ley de España y que esos señores me maltrataran y me pegaran. (…) Yo no lo entendía y no lo entenderé así viva cien años”.

Manuel Alfonso con Paquita Rico en El Duende.

Manuel Alfonso con Paquita Rico en El Duende. CANARIAS AHORA

Patologización y momentos de cambio

Si, como decíamos al comienzo de este artículo, la Iglesia fue un pilar ideológico y referente moral del franquismo, una segunda institución social vino a reafirmar, con el aval de la ciencia – o pseudo-ciencia al servicio del régimen -, el tratamiento represivo de las disidencias sexuales: la institución médica y, especialmente, la psiquiatría. La condición patológica de la homosexualidad fue asumida por la psiquiatría oficial del régimen franquista, disciplina médica que se apoyó en tal condición para adaptarse sin remordimientos a las exigencias morales del nacional-catolicismo.

Esta visión patologizante de las disidencias sexuales se pone en evidencia en artículos como el publicado en el diario Falange, editado en Las Palmas de Gran Canaria, el 4 de junio de 1956, en el que el Dr. Laforet comenta el libro titulado Sodomitas, de Mauricio Carlavilla, un panfleto agresivamente homófobo publicado ese año. En su comentario, titulado Un grito de alarma, el doctor Laforet califica de “ valentía viril” el hecho de “ atacar al crimen nefando dondequiera que se encuentre y a quienquiera que lo pueda defender”.

Ya era hora”, expone el doctor, “ de que se hablase claro y decididamente sobre un contagio psíquico tan pernicioso”, con el fin de evitar que “ entre en la morada de la mente de los adolescentes ese aliado del demonio que es el pederasta. (…) El sodomita es un monstruo peligroso por su proselitismo y porque odia, rencoroso, todo lo que va mostrando a cada paso la inicuidad (sic) de sus crímenes contra la naturaleza y contra Dios. (…) La sodomía”, ultima el galeno, “no tiene ni puede tener justificación científica, como no la tiene la lujuria del heterosexual”.

Con una mezcolanza de ideas pseudo-científicas y prejuicios religiosos el autor muestra una imagen demonizada y psíquicamente perversa de la homosexualidad. Su publicación en el único diario de la época, controlado por el régimen, facilita la difusión del estigma, con la consecuente influencia en las actitudes fóbicas de una sociedad ya vigilada hasta en sus más profundos pensamientos. También la institución médica, como vemos, fue un instrumento útil para profundizar en el trato humillante a las disidencias sexuales durante el franquismo.

Sin embargo, y a pesar de la modificación de la ley en 1954, la homosexualidad no pareció ser una especial preocupación del régimen durante las primeras décadas de vigencia. Las memorias de la Fiscalía General del Estado de 1959 lo expresan de la siguiente manera:

“El balance del año judicial de 1957 (…) nos ofrece saldo positivo y un panorama satisfactorio y alentador en esenciales aspectos: el índice de criminalidad dolosa clásica (…), acusa una tendencia, más que estacionaria, regresiva, en relación con el incremento demográfico; sin que parezcan motivos de preocupación problemas candentes en otros países, tales como actividades terroristas, delincuencia juvenil y extensión y alarde de prácticas homosexuales”.

Pero algo estaba cambiando sustancialmente en la sociedad española. La sustitución de la desastrosa política autárquica de las primeras décadas, cuyos frutos habían sido hambre y miseria para el pueblo, por una política más aperturista, más las ayudas internacionales que Franco obtuvo gracias al apoyo incondicional a Estados Unidos, propiciaron un cambio socio económico que traería abundantes divisas y el inicio de una época caracterizada por el denominado desarrollismo económico.

La mejora de la economía se reflejó en un notable proceso de industrialización y la subsiguiente aparición de fenómenos como el éxodo rural a las ciudades. La llegada del turismo y cierta apertura de los medios de comunicación, no obstante su cercana vigilancia por las autoridades, colaboraron en el proceso. Estos ingredientes facilitaron un incipiente cambio de mentalidad en la sociedad que comenzó a resquebrajar, aunque fuera de manera superficial, la sólida estructura ideológica y moral impuesta durante las primeras décadas de la dictadura.

La influencia del turismo

La industria turística fue un elemento clave en el desarrollo de la economía de las Islas Canarias a partir de los años 60. El clima insular atrajo a un turismo masivo de sol y playa que se tradujo en un “boom” económico que implicó, además, un importante cambio sociológico en el archipiélago. La tradicional población rural comenzó a trasformar su economía y sus costumbres; el desarrollo de los núcleos urbanos costeros con atracción turística atrajo a la población del interior; los sectores de la construcción y de servicios sustituyeron rápidamente a la agricultura y se impusieron como los principales motores de las economías insulares, especialmente en las islas mayores.

El turismo europeo, con mentalidades más abiertas y de amplia cultura democrática, no sólo influyó en el aspecto puramente económico sino también impulsó un cambio de mentalidad de la sociedad. “ El espectáculo de libertad que inundó las playas y discotecas españolas, las nuevas pautas de actuación social, moral y cultural y, en suma, el acercamiento a las formas de vida de las sociedades educadas bajo sistemas democráticos provocaron una auténtica revolución en las mentalidades, sobre todo entre los sectores más jóvenes (2)”.

Manuel Alfonso, carnavales de 1967.

Manuel Alfonso, carnavales de 1967.

Estas nuevas ideas y formas de vida que empezaron a afectar a la sociedad no eran en absoluto del agrado del régimen. Los cambios de mentalidad comenzaron a influir en las actitudes de la ciudadanía, especialmente en el ámbito urbano, en el que el anonimato y cierta libertad social permitieron una mayor visibilización de las disidencias sexuales, aún a pesar de su persecución.

Esta visibilidad dio al régimen la sensación de un aumento de la homosexualidad que los informes de la Fiscalía del Tribunal Supremo pusieron de manifiesto. Así, el fiscal de Barcelona, en el informe del año 1962 manifiesta cierta alarma ante la “ creciente ola de homosexualismo” que el “dique de la Ley de Vagos parece insuficiente para contener”, por lo que “considera preciso tipificar como delito tan nefando vicio, hijo muchas veces de la vida fácil y licensiosa (sic)”.

La sensación de la existencia de una ola de homosexualismo, se expone a lo largo de diferentes informes con expresiones como “ aumento constante del homosexualismo” o “ el aumento de los delitos de escándalo público, principalmente el homosexualismo”, según manifiesta la Fiscalía de Tenerife en su informe del año 1967.

Es precisamente la influencia del turismo una de las causas a las que el régimen atribuye tal tsunami homosexual. Obviamente Canarias no fue ajena a esta influencia extrajera. El Fiscal de Las Palmas, en el informe del año 1971, consideraba que contribuye “al aumento de prácticas homosexuales (…) una clase especial y degenerada de turistas extranjeros. El fenómeno deriva en aumento de la delincuencia contra la propiedad al inducir a los jóvenes que se dedican a dichas prácticas a hacerse pago por sus propios medios de los “servicios” prestados y a desvalijar a veces a los “ clientes”.

La proliferación de estas conductas en algunos lugares muy determinados y perfectamente conocidos, que van alcanzando ya renombre internacional y que son frecuentados especialmente por gran número de extranjeros habituales, exigiría medidas extraordinarias de represión”, concluye al respecto el informe de la Fiscalía General del Estado de ese año. Sin nombrarlos la Fiscalía pone de manifiesto un fenómeno que, a pesar de sus intentos de represión, sería imparable y, efectivamente, daría renombre internacional a algunas zonas del país, entre ellas Canarias: las mecas del turismo homosexual, de las que Sitges y Torremolinos fueron precursoras.

El diario El Eco de Canarias reflejaba este fenómeno en un artículo titulado El subproducto del turismo, publicado el 17 de marzo de 1972. El autor llamaba la atención sobre determinados establecimientos, cuya ubicación no especifica (3) y, según cuenta, “ cuya finalidad, y tal vez negocio, es la corrupción de la gente joven”.

La señal de alarma – narra el periodista –, se ha dado con el cierre nada menos que de cuatro establecimientos que se identificaban “Para homosexuales” e incluso se hacían publicidad en este sentido en los países de origen de los posteriores visitantes”.  Estos hechos ponen de manifiesto, a su juicio, “la tragedia que sobre nuestra juventud se está echando como una de las más vergonzosas plagas de la humanidad”.

Tras vincular tales hechos con el tráfico de drogas y la trata de blancas, el periodista termina su artículo clamando por una “investigación hasta las “raíces” en todo lo que huela a esta nueva (?) invasión social organizada que afecta e infecta a nuestra querida y, hasta hace bien poco, cándida isla”.

El turismo ha hecho de Maspalomas un punto de encuentro internacional para el turismo homosexual

El turismo ha hecho de Maspalomas un punto de encuentro internacional para el turismo homosexual. (Youtube).

La connivencia de la prensa con la ideología profundamente lgtb-fóbica del régimen, a través del control institucional y la censura, convertía a los medios de comunicación en portavoces de la moral nacional-católica oficial. La difusión de la ideología lgtb-fóbica por parte de los medios facilitó y expandió la estigmatización de las disidencias sexuales y su consecuente rechazo social. La publicación de artículos como los citados difundía con facilidad la imagen perversa del homosexual. A la condena penal se añadía la propaganda injuriosa realizada a través de los medios, directamente controlados por el régimen. Sin duda, la represión era ejercida por el sistema a través de todos los medios a su alcance.

Afeminados y peligrosos

Mientras otros países europeos habían despenalizado las relaciones homosexuales en la década de los sesenta, en España el régimen de Franco decidió actualizar la Ley de Vagos y Maleantes y, en 1970, fue aprobada la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. El artículo segundo de la ley establecía que “ serán declarados en estado peligroso y se les aplicarán las correspondientes medidas de seguridad, quienes: […] b) se aprecie en ellos una peligrosidad social”. Entre los “supuestos de estado peligroso se encontraba el de aquellos que realicen actos de homosexualidad”.

Esta nueva ley, a diferencia de la de vagos y maleantes, exigía expresamente la comisión de “ actos de homosexualidad” y, por tanto, la realización de prácticas sexuales de carácter homosexual y no la mera condición de homosexual. Siendo esto un “ avance”, pongámoslo entre comillas, la realidad de la práctica de la ley fue muy diferente. Numerosos testimonios de los represaliados indican que la mera expresión de la ruptura de los códigos de género, es decir, el afeminamiento o la pluma, era suficiente para ser detenido y pasar varios días en un calabozo de la comisaría. Y si esto ocurría en varias ocasiones era muy probable que el juez acabara aplicando la ley y condenando al reo al internamiento en un centro de reeducación.

En este sentido, es significativa la percepción social de la necesidad de reprimir incluso por la vía penal el afeminamiento, especialmente el masculino, ya que la mujer estaba prácticamente ausente del debate represivo desde el punto de vista legal (4). La columna titulada Mirador, publicada en El Eco de Canarias de 4 de noviembre de 1969, aludía al inicio del proceso de aprobación de la Ley de Peligrosidad social. “ Dentro de la nueva Ley parece que se trata de incluir como factor grave de peligrosidad social el afeminamiento en la indumentaria masculina (…), ciertas bandas, pandillas y todos aquellos persistentes en contrarias a la normal convivencia social. En suma, continuaba el artículo, ese “narcisismo” imperante en la juventud, favorecida por el afeminamiento en el uso de indumentarias y el sentido hedonista y materialista de la vida, los ebrios, la prostitución, etc”.

Y todo esto que hoy bulle en la mente de selectas clases rectoras parece deducirse del establecimiento diferencial entre hechos delictivos y conductas antisociales. (…) La peligrosidad que se deriva de la conducta de muchos jóvenes necesita adecuados remedios y a ello tienen las modificaciones (…), restablecer las buenas costumbres en la juventud”.

Si bien el texto final de la ley no fue tan restrictivo como para considerar peligroso el afeminamiento en la indumentaria masculina, no deja de llamar la atención que al articulista le resultara normal, y hasta conveniente, el condenar a un centro de reeducación a una persona exclusivamente por la posible ambigüedad de su vestimenta. Este hecho da una medida clara del rígido sistema de roles de género impuesto por el régimen que fue asumido con naturalidad por la sociedad de la época.

La tramitación de la Ley de Peligrosidad Social tuvo amplia repercusión en la prensa del régimen. Ya en la portada de El Eco de Canarias del 11 de octubre de 1969 el titular más destacado rezaba: El Consejo de Ministros ha pasado a las Cortes el proyecto Ley de Peligrosidad Social. Reforma la de vagos y maleantes. En el interior, el artículo resaltaba que la nueva ley no consistía en “ un nuevo ordenamiento de los estados peligrosos, sino meramente en edición actualizada de la ley de 4 de agosto de 1933”.

Según el artículo “ se aspira a sustituir el título de “Vagos y Maleantes” (…) por el más cabal, menos vejatorio y más concretamente comprensivo de las diversas conductas que interesan, de “ Peligrosidad Social”. Asimismo aspiraba la ley a “dotar al sistema de efectividad (…) evitando que las medidas de seguridad se conviertan en corrientes penas privativas de libertad y que se frustren el propósito ellas”, para lo cual “se crean los establecimientos especiales precisos, de custodia, trabajo, colonias agrícolas, reeducación, preservación y templanza (…)”.

Más allá de las intenciones de la ley, la realidad es que en Canarias, al igual que en el resto del Estado, no se ejecutaron en absoluto las previsiones de la ley en cuanto a infraestructuras destinadas a aplicar las medidas de seguridad. La arbitrariedad en su aplicación fue tan habitual como en la Ley de Vagos y Maleantes. Algunos estudios determinan que, a nivel nacional, fueron más de cinco mil los disidentes sexuales que fueron víctimas de la represión por esta ley, aunque su número real no está aún contabilizado.

La muerte del dictador en 1975 y la aprobación, en diciembre de 1978, de la Constitución española permitieron la reforma de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, por ser incompatible con los principios democráticos. Esta ley se modificó en 1978, mediante una reforma legal en la que se eliminaron varios artículos de la misma, entre ellos los que hacían referencia a los actos de homosexualidad.

Conclusiones

La represión de las disidencias sexuales durante el franquismo se fraguó mediante la conjunción de normas penales, discursos pseudo-científicos patologizantes, castradores sermones nacional-católicos y la propaganda estigmatizadora de los medios de comunicación, controlados por el régimen.

En Canarias, durante los primeros años de la década de los 50, se creó el sistema judicial y penitenciario que iba a garantizar la efectiva aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes en el territorio y que, con la modificación de la misma en 1954, en la que se incluyó a los homosexuales, permitiría una represión no menos intensa que en otros territorios del estado.

La Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía se ha convertido en un triste símbolo de esa represión, por la inhumanidad de su régimen carcelario. Los valientes testimonios de algunos de los presos canarios, tanto de Tefía como de otras cárceles como la de Santa Cruz de La Palma, nos han permitido conocer de primera voz la dureza de la represión de las disidencias sexuales y las injusticias de un sistema represor y arbitrario.

Junto con la represión legal, la prensa local controlada por el régimen contribuyó a la estigmatización de las disidencias sexuales, propagando una imagen patológica, retorcida y perversa y fomentando el rechazo social a las diferencias sexuales y de género.

Los cambios económicos y sociales producidos en Canarias durante los años 60, especialmente los originados por el auge del turismo, contribuyeron también a los cambios de mentalidad en la sociedad de las islas. Una sociedad más urbana y cosmopolita permitió una mayor visibilización de la diversidad sexual y de género. Este fenómeno produjo un auténtico pánico homosexual en las autoridades que desembocó en la aprobación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 1970, que incluía las prácticas homosexuales como causa de peligrosidad social. No obstante, la evolución social era imparable a pesar de la crudeza en la represión social y política durante los estertores de la dictadura.

En el estudio de la represión de las disidencias sexuales en Canarias durante el franquismo no se ha profundizado lo suficientemente. Más allá de algunos artículos periodísticos y la obra de Miguel Ángel Sosa, prácticamente no hay trabajos sobre el tema. Se hace necesario ahondar en esta parte de nuestra memoria histórica. Quienes sufrieron la represión merecen recuerdo y reconocimiento. Y las futuras generaciones tienen el derecho de conocer nuestra historia, que es parte de nuestro patrimonio como comunidad lgtb y como sociedad. Sirva este artículo de homenaje y recuerdo a las personas represaliadas y también de incentivo para seguir dando luz a esta oscura época de nuestra historia.

  1. El diario Falange fue editado en Las Palmas de Gran Canaria entre los años 1936 y 1963. Fue un órgano de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. como medio de comunicación directo del régimen franquista. En 1963 cambió su cabecera por la de El Eco de Canarias (1963-1976), que continuó con la condición de Prensa del Movimiento. (Fuente: Jable, archivo de prensa digital de Canarias).
  2. Sánchez Sánchez, Esther M. (2001).
  3. Fernando Olmeda (2004), hace referencia a algunos locales frecuentados por homosexuales en Las Palmas de Gran Canaria, ubicados en los alrededores del Parque de Santa Catalina y la playa de Las Canteras, en su ensayo El Látigo y la Pluma.
  4. De hecho, hasta la fecha sólo se tiene constancia de dos mujeres a las que se aplicara, por su lesbianismo, la legislación de peligrosidad social.

Bibliografía

Arnalte, Arturo (2003), Redada de violetas. La represión de los homosexuales durante el franquismo, Editorial La esfera de los libros, Madrid.

Domínguez Mujica, Josefina (2008), El modelo turístico de Canarias, Études Caribéennes. Disponible en:

Études Caribéennes

Olmeda, Fernando (2004), El látigo y la Pluma, Ed. Oberón, Madrid.

Ramírez Pérez, Víctor M. (2016), Del detritus social a la repugnante plaga. Franquismo y disidencia sexual. La visión del Ministerio Fiscal de la época, (sin publicar).

Rodríguez Aguiar, Elsa F. (2007), El turismo de masas en Canarias, Revista Canarii, diciembre de 2007.

Sánchez Sánchez, Esther M. (2001), El auge del turismo europeo en la España de los años sesenta, Revisa Arbor CLXX, 669.

Sosa Machín, Miguel Ángel

  • (2003), Invertidos, artículo publicado en el Dominical de La Provincia el 29 de junio de 2003.
  • (2006), Viaje al centro de la infamia, Anroart ediciones, Las Palmas de Gran Canaria.

Ugarte Pérez, Javier (ed.)

  • (2008), Una discriminación Universal. La homosexualidad bajo en franquismo y la transición. Editorial Egales, Madrid.
  • (2011), Las circunstancias obligaban. Homoerotismo, identidad y resistencia.

Fuentes de los testimonios de Octavio García:

  • Entrevista con el autor el 24 de mayo de 2012, en colaboración con el proyecto Recuperación de la memoria histórica de la represión franquista en Canarias: fuentes escritas y orales, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
  • Vídeo de Iván López con declaraciones de Octavio García. Disponible en:
  • Tefía, recuerdos de Octavio García
  • Arnalte, Arturo (2003).
  • Olmeda, Fernando (2004).

Fuente de los testimonios de Manuel Alfonso:

  • Entrevista con el autor el 6 de junio de 2012, en colaboración con el proyecto Recuperación de la memoria histórica de la represión franquista en Canarias: fuentes escritas y orales, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Fuente hemerográfica:

  • Jable, archivo de prensa digital de Canarias de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

La Diputación de Bizkaia lanza una campaña contra la homofobia

La diputada de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada, ha señalado este lunes que el objetivo de la iniciativa es «combatir los estereotipos y los prejuicios» que existen contra las personas gays, lesbianas, bisexuales o transexuales

La Diputación de Bizkaia ha presentado este lunes una campaña para la normalización y visibilización de las personas gays, lesbianas, transexuales y bisexuales (LGTB), basada en testimonios reales de los protagonistas. La campaña, que tiene como mensaje principal el lema ‘Guk ere / Nosotros/as también’, se plasma en cinco carteles y cinco vídeos que reflejan varios ángulos de las vivencias de este colectivo: mayores, parejas, ‘bullying’ homofóbico o transexualidad. La diputada foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada, y la directora de Igualdad, Diversidad y Cooperación, María Guijarro, han presentado este lunes esta campaña.

Laespada ha señalado que con esta iniciativa la Diputación pretende «combatir los estereotipos y los prejuicios» que existen contra las personas gays, lesbianas, bisexuales o transexuales, a quienes «muchas veces se les suele presentar como personas que viven en un mundo paralelo, alejadas del día a día de la mayoría». «Y nada de eso. Ellos y ellas también viven como cualquiera. Debemos comprender y asumir esto para llegar a una sociedad en la que exista verdadera igualdad, verdadero respeto por la diversidad», ha explicado la diputada foral.

En la campaña se han realizado cinco vídeos y se han imprimido 3.500 carteles que se han distribuido por centros cívicos, colegios, polideportivos, tiendas y ayuntamientos de Bizkaia, así como por las diferentes instalaciones de la Diputación, y también se podrán ver en varias marquesinas de Bizkaibus. Este martes, 17 de mayo, se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, la Lesbofobia y la Transfobia, puesto que en esta fecha (en 1990) la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de su listado de enfermedades mentales.

El matrimonio homosexual avanza, las leyes anti-gay también

Las bodas entre personas del mismo sexo son legales en 22 países. Mientras, una oleada de Estados prepara normas para reprimir al colectivo LGTBI

Homofobia Manifestación por los derechos de las personas LGTBI en Bruselas el 14 de mayo

Homofobia: Manifestación por los derechos de las personas LGTBI en Bruselas el 14 de mayo. Francois Lenoir REUTERS

El matrimonio igualitario avanza con paso firme en occidente. Desde el primer enlace entre personas del mismo sexo, celebrado en Holanda hace ya 15 años, 22 países han legalizado las bodas gais. Los últimos, Irlanda, México, Estados Unidos y Colombia; los cuatro en 2015, un año histórico para los derechos civiles. Pero mientras una parte del mundo camina hacia la igualdad de derechos, otra oleada de países, como Bulgaria o Kirguistán, prepara leyes que, aludiendo a la moralidad, discriminan, reprimen e invisibilizan a los gais, lesbianas, transexuales, bisexuales, e Intersexuales (LGTBI). La equidad, de hecho, está lejos de ser real: las relaciones homosexuales son todavía delito en 75 países del mundo; en siete de ellos la condena puede ser a muerte.

Hace unos días, la policía nigeriana arrestó a seis personas por mantener relaciones homosexuales en la ciudad de Benin, en una de las 12 provincias del país que lo consideran “delito contra natura”. Los arrestados, la mayoría veinteañeros, se enfrentan ahora a penas de hasta 14 años de cárcel. Y el suyo no es un caso aislado. Nigeria es, junto con Egipto, Gambia, Arabia Saudí, Irak, Rusia, Irán e Indonesia, uno de los Estados que reprimen más activamente a los homosexuales, según el informe anual de la Asociación Internacional de Gais, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA), hecho público este martes.

El estudio, que hace una radiografía de los derechos de las personas LGTBI en todo el mundo, alerta, además, del creciente número de países que apuestan por leyes antigais. Normas que, aludiendo a razones como la moralidad o la protección de los menores, restringen la libertad de expresión y las informaciones relacionadas con minorías sexuales o que hablan de relaciones que sus Gobiernos consideran “no tradicionales”.

En los últimos tres años, Rusia, Argelia, Nigeria y Lituania han aprobado este tipo de normas, que llaman de “propaganda” y que ya existían en una decena de Estados. Además, explica Aengus Carroll, el autor del informe, otros seis países –Ucrania, Bielorrusia, Bulgaria, Letonia, Kazajistán y Kirguistán– debaten medidas que siguen los pasos de leyes como la rusa, que prohíbe hablar de la homosexualidad, o la nigeriana, que prohíbe el registro de clubes, organizaciones o manifestaciones gais, y que castiga con hasta 10 años de cárcel a quien tome parte en alguna de estas actividades.

in olvidar lo que está ocurriendo en los últimos meses en Estados Unidos con leyes antigay como las de Carolina del Norte y Misisipí. Estados en los que se dificulta el acceso a los baños públicos a los transexuales o se puede denegar servicios a parejas gais, si se aluden motivos religiosos.

Una realidad que contrasta radicalmente con la prohibición de las terapias denominadas “de conversión” en algunos países. O con la aprobación en cada vez más Estados de medidas específicas contra los delitos de odio, que agravan las infracciones cometidas por razón de orientación sexual, explican Helen Nolan y Diana Carolina Prado Mosquera, encargadas de programas de la ONU.

Por no hablar de una de las mayores victorias contra la discriminación en varias décadas –también por lo simbólico–: la legalización en todos los Estados de EE UU del matrimonio igualitario, a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo. Una decisión que sumada a otras similares en Brasil, Colombia o México ha supuesto el colofón a un lustro de avances en un continente que, por otra parte, es bastante conservador en el terreno de los derechos sexuales y reproductivos –como en el acceso a la contracepción o la penalización del aborto–.

A pesar de estos enormes pasos, el mapa que radiografía los derechos de las personas LGTBI revela una enorme desigualdad. “Las leyes de matrimonio igualitario y de uniones civiles suponen grandes progresos, pero están muy limitados a los países occidentales”, apunta también el autor del informe de ILGA, que se hace público en el Día Internacional contra la Homofobia –señalado el 17 de marzo para conmemorar la eliminación, en 1990, de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS)–.

De hecho, la primera encuesta a nivel mundial sobre las actitudes hacia las personas LGTBI encargada por ILGA muestra que el 45% de la población está en contra del matrimonio igualitario. En Europa –donde 12 países permiten las uniones civiles entre personas del mismo sexo pero no los matrimonios–, un 34% de los encuestados apoyan abiertamente las bodas gais; en África no llegan al 17%. La encuesta, realizada por la consultora canadiense Riwi Corp a través de entrevistas online a casi 97.000 personas de 65 países, muestra también que muchos ciudadanos creen que la homosexualidad es un fenómeno de los países desarrollados.

Eso es lo que piensan el 47% de los encuestados en África y el 42% de los sondeados en Asia. En Europa y América, quienes piensan que las relaciones entre personas del mismo sexo conciernen sólo al llamado primer mundo no pasan del 24% de los encuestados.

Además, un cuarto de la población mundial, de media, opina que la homosexualidad debe ser un delito. Un porcentaje que también varía mucho por zonas. En África, donde se concentra el mayor número de países represores, el 45% de los encuestados consideran que debe criminalizarse (sobre todo en Ghana, Nigeria y Uganda); en Asia, un 34% están muy de acuerdo con ello. Mientras, en América lo piensan un 15%; en Europa, un 17% y en Oceanía, un 14%.

“Lo que España necesita es una ley estatal contra la homofobia”

La FELGTB exige un “claro compromiso político e institucional” para prevenir los delitos de odio

 

Los delitos de odio son “el efecto más sangrante” de la discriminación hacia las personas LGTB, advierte la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), que este miércoles ha exigido a los partidos un “claro compromiso político e institucional” para prevenirlos. Con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, que se celebra este miércoles, la organización también ha pedido también una ley integral de ámbito estatal de no discriminación por identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales, como las que existen en algunas comunidades como Andalucía, Canarias, Extremadura, Madrid, Navarra y País Vasco.

Andalucía

Andalucía cuenta con la Ley integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales, aprobada en junio de 2014, una norma que recoge garantías de igualdad de trato y el respeto a la diversidad sexual y la identidad de género. No obstante, esta norma carece de régimen sancionador, por lo que el Parlamento de Andalucía aprobó por unanimidad el pasado noviembre una proposición no de ley (PNL) en la que se contempla un sistema de multas para luchar contra los estos delitos. Hasta el momento, el incumplimiento de la ley se regula mediante el Código Penal.

La propuesta, lanzada por el PSOE, recoge un desarrollo normativo “que permita un régimen sancionador adecuado y su evaluación periódica, a fin de poder evaluar la necesaria transformación de la sociedad en relación a la manera de actuar y comportarse en relación al colectivo LGTBI”. “La Junta cuenta con el Servicio de Asistencia a Víctimas de Andalucía (SAVA), que ofrece gratuitamente asesoramiento y protección a víctimas de delitos y faltas”, apuntan fuentes de la consejería de Igualdad en relación a esta cuestión.

“Lo que España necesita es una ley estatal, porque de lo contrario se generan diferencias por comunidades. Por ejemplo, la ley andaluza de derechos para transexuales es un referente nacional, pero en cuestión de sanciones vinculadas a la falta de derechos, se aplica ley del Código Penal, no hay agravante”, apunta Mar Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía Sylvia Rivera, que destaca la importancia de la formación desde la infancia en la diversidad.

Baleares

Los comportamientos violentos o agresivos por cuestión de la orientación sexual o identidad de género serán sancionados desde este martes en Baleares. El Parlamento autonómico ha aprobado este martes con el consenso de todos los partidos la Ley para Garantizar los Derechos de Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales, demandada desde hace años por el colectivo. Una norma que nace con la vocación de erradicar “las actitudes discriminatorias”, que fue impulsada por los partidos que apoyan al Gobierno: PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca, Podemos y Gent per Formentera y que también ha contado con el apoyo de PP, Ciudadanos y Proposta per les Illes, tras admitirse muchas de las enmiendas que promulgaron.

La normativa prevé importantes sanciones económicas para los episodios homófobos. El acoso, el comportamiento agresivo o el apoyo a las actividades que inciten a la violencia contra las personas por motivo de su orientación sexual o su identidad de género serán sancionados con hasta 45.000 euros, al ser considerados faltas muy graves. Las expresiones vejatorias y los comportamientos que menosprecien a miembros del colectivo LGTBI también tendrán castigo y conllevarán multas de hasta 3.000 euros.

La nueva ley permitirá “que la igualdad social y legal sea efectiva”, según ha manifestado Jan Gómez, presidente de la Asociación Ben Amics, que engloba al colectivo LGTBI en las islas. A partir de ahora, se blinda el derecho de las mujeres lesbianas y bisexuales a la igualdad en el acceso a las técnicas de reproducción asistida, mientras que las personas transexuales e intersexuales tendrán garantizada la posibilidad de beneficiarse de los tratamientos hormonales y las intervenciones quirúrgicas, siempre teniendo en cuenta la voluntad de la persona en la toma de decisiones.

Otro de los aspectos fundamentales incluidos en el texto hace referencia a los problemas que muchas personas transexuales tienen a la hora de ser tratadas con el nombre con el que se identifican y no con el que figura en su DNI. A partir de ahora, las administraciones públicas, sobre todo en el ámbito escolar y universitario, tendrán que establecer a través de un reglamento las condiciones para que las personas sean tratadas y denominadas con el nombre del género con el que se identifican, aunque sean menores de edad.

Comunidad de Madrid

La Asamblea de Madrid aprobó el pasado 17 de marzo la Ley Integral de Transexualidad, un texto consensuado entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos, con 78 votos a favor de esos tres grupos y 48 abstenciones (PP). Es la primera norma con rango de ley a la que da el visto bueno la Cámara autonómica con los votos de los tres grupos de la oposición y sin el apoyo del partido del Gobierno, que se encuentra en minoría esta legislatura. Los populares reprocharon al resto de las formaciones que no contaran con ellos y que hayan establecido “un cordón social” que los ha aislado.

La norma incluye medidas contra el acoso escolar, la extensión de las charlas para la concienciación de los escolares a los colegios concertados o un documento de identificación personal transitoria, que solo tendrá validez en la Comunidad de Madrid. También se facilitará el acceso a tratamientos médicos, por ejemplo, los hormonales. De esta forma, los menores, según lo maduros que sean considerados por el juez, podrán cambiar su nombre sin que se hayan sometido a ningún tratamiento. Otra de las medidas contempladas afecta a la descentralización de los servicios médicos. Se puede recibir tratamiento en cualquier hospital, “no como antes que había que acudir a la unidad de género”.

Comunidad Valenciana

El Ejecutivo valenciano prepara la Ley Integral de Transexualidad, que contemplará acciones en el ámbito educativo, sanitario, laboral y social. Una normativa que ya está implantada en otras autonomías y que era una reivindicación histórica del colectivo Lambda, que está preparando un estudio sobre las necesidades de las personas trans respecto a los colectivos LGTB.

Mònica Oltra, que ha presidido la primera reunión de trabajo del equipo que elabora la ordenanza, ha comentado que la nueva ley supondrá uno de los mayores avances legislativos en Europa, en referencia a los derechos de las personas transexuales. “Porque implica una clara apuesta por la despatologización de la transexualidad, que ya no será considerada como trastorno, sino como una expresión más de la diversidad humana”, ha destacado la portavoz del Gobierno.

“Queremos dar las mayores facilidades en la atención sanitaria regulando y dando facilidades para las operaciones de cambio de sexo”, ha indicado el director general de Igualdad en la Diversidad, José de Lamo, que ha agregado que la ley también dará las respuestas necesarias en materia educativa, laboral y de justicia. “Esta ley es un paso necesario para devolver un poco de la dignidad robada a las personas trans y empezar a dar luz a uno de los colectivos más vulnerables y discriminados de nuestra sociedad”, ha declarado Fani Boronat, coordinadora general de Lambda.

Galicia

Galicia fue la primera gran esperanza y también la primera gran decepción para los colectivos LGTBI de España. El Parlamento gallego aprobó en abril de 2014 la primera ley promovida en el país contra la discriminación de estos grupos; pero si originalmente, tal y como la propuso el PSdeG, era verdaderamente ambiciosa, tras pasar por las manos del PP en el Gobierno de la Xunta vio la luz con amputaciones. Cuando los socialistas impulsaron su propuesta legislativa, el borrador preveía multas de entre 150 euros y medio millón para casos graves.

Tras superar la criba del partido de Alberto Núñez Feijóo, estas sanciones desaparecieron, al mismo tiempo que se invisibilizaron algunas formas de discriminación. Los grupos LGTBI recibieron la noticia con pesar, porque para ellos lo que en ese momento nacía era una ley “vacía” e “inútil”. El texto definitivo era para toda la oposición “imperfecto”, pero mientras AGE (Alternativa Galega de Esquerdas) y el Grupo Mixto se resistieron a votar a favor, PSdeG y Bloque dieron su respaldo con argumentos como el de que abría “un camino” por el que debía seguirse avanzando. “Es una oportunidad perdida. Una ley para los titulares de los periódicos, pero los derechos, o son o no son”, resumía la honda decepción de los colectivos afectados la representante de AGE.

Cataluña

Medio centenar de Ayuntamientos catalanes se unieron este martes a la conmemoración y exhibieron la bandera arco iris en sus fachadas. También se celebró un acto institucional en el Parlament de Cataluña, que en octubre de 2014 aprobó de una ley propia contra la homofobia y la discriminación por razones de identidad sexual. La norma fue pionera en el Estado pues establecía un régimen sancionador, si bien el reglamento que lo regula aún no se ha aprobado. Las entidades defensoras de los derechos LGBTI aprovecharon varios actos conmemorativos para instar a la Generalitat a aprobar este texto.

De acuerdo con el Observatorio Contra la Homofobia, el año pasado se presentaron 113 denuncias pero ninguna recibió alguna sanción de corte administrativo. En otros campos sí se han dado avances: La Generalitat firmó la semana pasada un acuerdo para cambiar el nombre de las personas transexuales en la tarjeta sanitaria.

Los jóvenes vascos apoyan masivamente el matrimonio gay y el cambio de sexo

En el año 2008, el porcentaje favorable al matrimonio gay era 5 puntos menor

El 91 % de los jóvenes vascos están a favor del matrimonio homosexual y el 86 % respalda las operaciones de cambio de sexo, unas posiciones que se intensifican entre las mujeres.

Imagen de archivo de una marcha con motivo del Día del Orgullo GayImagen de archivo de una marcha con motivo del Día del Orgullo Gay. (Borja Guerrero)

GASTEIZ. Hace seis años, en 2008, el porcentaje de jóvenes vascos favorable al matrimonio gay era 5 puntos menor, mientras que el apoyo al cambio de sexo se situaba 6 puntos por debajo, lo que refleja que la juventud de Euskadi es cada vez más tolerante.

Éstas es una de las conclusiones del estudio Juventud Vasca 2016 que hoy ha adelantado el Observatorio Vasco de la Juventud con motivo de la celebración mañana del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Esta actitud abierta se acentúa entre las mujeres, ya que el 92 % de ellas mujeres aprueba el matrimonio homosexual, frente al 89 % de los hombres. En el caso del cambio sexo, el 88 % de las chicas se muestra a favor, frente a 85 % de los chicos.

El estudio también refleja que por debajo de los 25 años la juventud se muestra ligeramente más tolerante que el grupo de 25 a 29 años: el matrimonio gay alcanza un respaldo del 93 % (frente al 88 % de los más mayores) y el cambio de sexo del 88 % (85 %).

Por otra parte el 92 % de los jóvenes vascas rechaza que la homosexualidad sea considerada una enfermedad y solo 3 % lo entiende así, cuando en 2012 este grupo representaba el 6 %.

El Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia se celebra desde el año 1990 el 17 de mayo, fecha en la que la Organización Mundial de la Salud retiró la homosexualidad de la lista de enfermedades.

El estudio Juventud Vasca 2016, cuyas conclusiones sobre la homofobia se ha difundido hoy, se elabora cada cuatro años a partir de una encuesta realizada a una muestra representativa de la juventud vasca compuesta por 1.500 jóvenes de entre 15 y 29 años.

Los jóvenes vascos apoyan masivamente el matrimonio gay y el cambio de sexo

En 2008, el porcentaje favorable a las bodas entre homosexuales era cinco puntos menor, lo que refleja que la juventud de Euskadi es cada vez más tolerante

Manifestación por la igualdad del colectivo LGTB durante la celebracion del Dia del Orgullo Gay en 2015 en Bilbao

Manifestación por la igualdad del colectivo LGTB durante la celebracion del Dia del Orgullo Gay en 2015 en Bilbao. / JORDI ALEMANY

El 91% de los jóvenes vascos están a favor del matrimonio homosexual y el 86% respalda las operaciones de cambio de sexo, unas posiciones que se intensifican entre las mujeres. Hace seis años, en 2008, el porcentaje de jóvenes vascos favorable al matrimonio gay era 5 puntos menor, mientras que el apoyo al cambio de sexo se situaba 6 puntos por debajo, lo que refleja que la juventud de Euskadi es cada vez más tolerante.

Éstas es una de las conclusiones del estudio Juventud Vasca 2016 que hoy ha adelantado el Observatorio Vasco de la Juventud con motivo de la celebración este martes del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Esta actitud abierta se acentúa entre las mujeres, ya que el 92% de ellas mujeres aprueba el matrimonio homosexual, frente al 89% de los hombres. En el caso del cambio sexo, el 88% de las chicas se muestra a favor, frente a 85% de los chicos. El estudio también refleja que por debajo de los 25 años la juventud se muestra ligeramente más tolerante que el grupo de 25 a 29 años: el matrimonio gay alcanza un respaldo del 93% (frente al 88 % de los más mayores) y el cambio de sexo del 88% (85%).

Los jóvenes vascos cada vez son más tolerantes

El 91% de la juventud de Euskadi está a favor del matrimonio homosexualy el 86% defiende el cambio de sexo

La juventud vasca es cada vez más tolerante. El 91% de los jóvenes de Euskadi se muestra a favor del matrimonio homosexual y el 86% defiende las operaciones de cambio de sexo. Estas cifras muestran una tendencia alentadora para la población del País Vasco, ya que hace ocho años, en 2008, el porcentaje de jóvenes que estaba a favor del matrimonio gay era cinco puntos menor, mientras que el apoyo al cambio de sexo se situaba seis puntos por debajo.

Estas son varias de las conclusiones del estudio Juventud Vasca 2016, que ha sido adelantado hoy por el Observatorio Vasco de la Juventud con motivo de la celebración mañana del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Esta actitud abierta y tolerante se acentúa entre las mujeres, ya que el 92% de ellas aprueba el matrimonio homosexual, frente al 89% de los hombres. En cuanto al cambio de sexo, la dinámica es semejante al mostrarse a favor de ello el 88% de las chicas, frente a un 85% de chicos.

El estudio, elaborado a partir de una encuesta realizada a 1.500 jóvenes vascos de entre 15 y 29 años, refleja que, dentro de una actitud notablemente favorable, el grupo menos tolerante es el comprendido entre los 25 y los 29 años. El matrimonio entre personas del mismo sexo alcanza un respaldo del 93% entre la juventud menor de 25 años, frente al 88% de los más mayores. Respecto al cambio de sexo la diferencia es menor. Aun así, un 88% de la población menor de 25 años se muestra a favor, por un 85% del grupo de mayor edad.

Esta dinámica ha cambiado con los años, ya que el estudio de 2012 ponía de manifiesto que los menores de 25 años tenían un mayor rechazo a las personas homosexuales que quienes superaban dicha edad. Concretamente, el 14% de quienes tenían entre 15 y 19 años, el 13% de quienes contaban entre 20 y 24 y el 8% de los de 25 a 29 años.

Por otra parte, el 92% de los jóvenes vascos rechaza que la homosexualidad sea considerada una enfermedad y sólo el 3% piensa que «en el fondo, la homosexualidad es una enfermedad y como tal debe tratarse». No obstante, la tendencia es positiva, y es que respecto al año 2012, este grupo se ha reducido en un 3%.

El Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia se celebra desde el 17 de mayo de 1990, fecha en la que la Organización Mundial de la Salud retiró la homosexualidad de la lista de enfermedades.

Juan Andrés, Tomás y su hijo adoptado: “Las familias diversas estamos ensombrecidas”

Juan Andrés, Tomás y Tristán

Juan Andrés, Tomás y Tristán

La familia ya no es lo que era. El modelo tradicional de matrimonio heterosexual con hijos o hijas se ha ido desdibujando con el paso de los años y los cambios sociales han tenido su reflejo en la configuración de los hogares y las unidades familiares en España. Aún así, el patrón clásico sigue copando mayor espacio en el imaginario colectivo frente a otros tipos de familia que llenan las calles y que este domingo celebran el Día Internacional de las Familias, declarado por la ONU.

Circunstancias sobrevenidas o elegidas han hecho del mapa familiar un conglomerado salpicado de hogares homoparentales, monoparentales, que según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística suponen el 10,3% del total, o parejas sin hijos o hijas, que representan el 21,1%. Una variedad que escapa del prototipo y que abarca desde hogares multiculturales y adopciones a reagrupaciones familiares, personas que viven solas o mayores que cuidan de sus nietos o nietas.

“Estamos ahí, somos sus vecinos y votantes”

Juan Andrés y Tomás dicen que son una familia desde hace 17 años. Desde el principio de su relación sintieron la necesidad de ser padres, sin embargo, la única posibilidad era “adoptar en solitario, negar la existencia del otro y mentir sobre nuestra orientación”, explica Juan Andrés, periodista de 48 años. La aprobación del matrimonio igualitario hizo que en 2007 se casara con Tomás y que un año más tarde comenzaran los trámites de la adopción de Tristán, un niño malagueño de raza negra que tiene cinco años.

El periodista relata cómo dos compañeros de trabajo le dejaron de hablar cuando se enteraron. “Aquel comportamiento tenía un nombre: homofobia”, dice. Recuerda también con indignación aquella manifestación que llenó el centro de Madrid de obispos y religiosos en 2005 y que clamaba por “el derecho a una madre y un padre”. A pesar de los obstáculos, Tristán lo vive sin complejos, igual que sus compañeros de colegio. “Es la aceptación de una realidad que algunos adultos no llegan a alcanzar por condicionantes ideológicos, religiosos o morales”.

El niño está acostumbrado a oír hablar de diversidad familiar y afectivo sexual. Sus padres están implicados en el desarrollo de proyectos educativos apoyados por las instituciones malagueñas. Sin embargo, Juan Andrés sabe que es la excepción. “Cuando se habla de la familia en la escuela se da por hecho que existe un único modelo y esa es la falsa realidad que reflejan los libros de texto”, critica. Las familias diversas, dice, “están ensombrecidas en los diferentes ámbitos de representatividad social, pero estamos ahí, somos sus vecinos, sus votantes y en nuestros hogares existen los mismos grados de afectividad y problemas que en las suyas”.

Alicia, Saida, Nacho y Jesse

Alicia, Saida, Nacho y Jesse

“La sociedad se basa en la cisheteronorma”

“Supongo que ser dos mujeres feministas las que encabezan la parte adulta y la proporción de cisexuales (personas en las que la identidad sexual sentida coincide con el sexo asignado al nacer) y transexuales”. Saida García responde así a por qué su familia está alejada del modelo tradicional. Y es que en la familia que ha formado junto a la cantautora Alicia Ramos, dos de las cuatro personas que la forman son trans y otras dos cis. Ambas, junto a sus hija Jesse y su hijo Nacho, han tenido que enfrentarse a situaciones de discriminación que afrontan “con herramientas para que no afecte a nuestras vidas”, afirma Saida.

“Desde la manera en que están elaborados los formularios del colegio hasta preguntas que exceden lo que yo preguntaría a alguien con quien no tuviera confianza”, enumera esta librera de 40 años. “La sociedad está construida sobre la cisheteronorma” algo que ejemplifica con “que tengamos que participar en esta entrevista, que sea tan difícil encontrar una película o una canción que refleje bien la diversidad familiar y sexogenérica”. En esta casa madrileña, sin embargo, la variedad “forma parte de la cotidianidad de nuestras vidas”.

Rafael, Rodrigo e Isabel

Rafael, Rodrigo e Isabel

“El pediatra me dijo que a mi hija la llevara mi mujer”

Rafael Fuentes y su hija Isabel, de diez años, y su hijo Rodrigo, de ocho, se convirtieron en familia monoparental en abril de 2015, cuando su mujer Inés falleció a causa de un cáncer de páncreas. Su hogar ejemplifica las dificultades de conciliación familiar y laboral. De hecho, a este funcionario le ha costado casi un año conseguir el cambio de turno que pedía al Ayuntamiento de Madrid para poder atender a sus hijos. No obstante, debe llevarles al colegio una hora antes y recogerles una hora más tarde por la lejanía de su centro de trabajo.

“Debería existir la obligación de que en casos así no te puedan destinar tan lejos”, afirma. De hecho, dice, “cuando es una mujer, los jueces suelen fallar que no esté a más de 10 kilómetros del hogar porque la justicia entiende que es la madre la que debe hacerse cargo del cuidado”. Rafael cree que a la sociedad española “le hace falta un cambio de mentalidad” porque “la teoría acepta familias diversas, pero la práctica no”. El hombre recuerda su última visita al pediatra: “Al decirle que no podía llevar a mi hija por la mañana me contestó que la trajera mi mujer”.

Unos abuelos con la custodia de sus nietas

La historia de la familia de Celia está atravesada por la violencia machista. Carla y Marina, de doce y once años respectivamente, son sus nietas, pero tanto ella como su marido Félix tienen la custodia. Viven, además, con un tío de las niñas llamado también Félix, una persona con discapacidad. El padre de las niñas, condenado por malos tratos hacia su mujer y madre de ellas, las echó en 2007 de su casa de Barcelona, donde residían, y se fueron las tres a vivir a León con los abuelos. Sin embargo, la enfermedad se cruzó en su camino y cinco años más tarde la madre de Carla y Marina falleció de cáncer.

La justicia decidió entonces que la custodia sería para Celia y Félix. “No sabemos nada del padre, nunca pasó la manutención y ni siquiera ha contestado a las llamadas para asistir a las visitas”, sostiene Celia. La mujer, de 65 años, coincide con el resto de entrevistados en que la familia “que siempre se representa es la tradicional, a pesar de que hay muchos abuelos encargándose de sus nietos”. Las circunstancias, analiza, “han provocado esta situación, pero seguimos siendo una familia, para lo bueno y para lo malo”.

María José y Guadalupe

María José y Guadalupe

“Una familia no se mide por el número de hijos ni el papeleo”

María José y Guadalupe son una familia “desde el día en que decidimos vivir juntas y pensar siempre en plural”. No están casadas ni tienen hijos o hijas, pero sí dos perras, una gata y sobrinos y sobrinas “que saben perfectamente quienes somos”. Sostienen que cada vez es más común ver familias diversas y agradecen los cambios políticos y el activismo de colectivos “que ha hecho avanzar a la sociedad”, aunque “tendrá que pasar mucho tiempo para que esta diversidad se entienda como algo natural”, opina Guadalupe.

María José circunscribe la intolerancia a ciertos “sectores de la población retrógrados” que “no ven bien no solo la unión entre personas del mismo sexo, sino, por ejemplo, las familias monomarentales”, completa Guadalupe. Aún así entienden que “una familia no se mide por el número de hijos ni por el papeleo jurídico”, afirma María José, que pone el ejemplo de “no poder optar al descuento de familia que aplican en el gimnasio, que indica que los matrimonios tienen otra tarifa. Yo no tengo ningún documento de unión, pero me han dicho que tampoco valdría. ¿Por qué?”, se pregunta.