Tolosako epaile batek baimena eman dio 4 urteko ume bati izena aldatzeko

 

Lucía, con sus hermanos. Ellos le ayudaron a elegir el nombre cuando decidió que no quería llamarse Luken

Lucia nebekin

 

BERRIA MEDIOETAN:

Autorizan el primer cambio de nombre a un niño de cuatro años transexual en Gipuzkoa

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de  Tolosa ha autorizado el primer cambio de nombre a un niño  de cuatro años transexual registrado a partir de ahora como Lucía.

DONOSTIA. En un comunicado, la asociación de familias de menores  transexuales Chrysalis Euskal Herria ha indicado que el juzgado ha  autorizado la petición de cambio de nombre para esta niña transexual  de cuatro años, en la línea de un auto de 2013 que autorizaba a otra  menor alavesa a cambiar su nombre registral por su nombre femenino de  uso habitual.

“A Lucía sus padres le pusieron erróneamente un nombre masculino  atendiendo a sus genitales, pero ella en el momento que pudo  expresarse comenzó a manifestar que era una niña”, ha explicado.

Las mismas fuentes han indicado que, desde el 28 de octubre de  2015 el nombre en su documentación corresponde a su sexo sentido, al  nombre que usa habitualmente desde los tres años.

La asociación ha indicado que en el Estado hay unos “30 autos  favorables al cambio de nombre para menores en situación de  transexualidad, pero no existe un criterio común y la decisión queda  en manos de cada juez”.

En este contexto, ha exigido que la legislación registral “prevea  expresamente a los menores transexuales, para permitirles, tanto el  cambio de nombre como la rectificación del sexo registral, para  garantizar el respeto de los derechos fundamentales de estos  menores”.

Lehen aldiz baimendu dute Gipuzkoan transexualitate egoeran den haur baten izena aldatzea

Tolosako 3. Instrukzio Epaitegiak mutiko izena zeukan lau urteko haur bati Luzia izena jartzea baimendu du, 2013an Gasteizko epaitegi baten egindakoaren bidetik

Tolosako Lehen Auzialdiko 3. Instrukzio Epaitegiak 4 urteko haur batentzako izen aldatze eskaria baimendu du. Aurreneko aldia da Gipuzkoan, eta 2013ko auto baten ildotik joan da. Orduko hartan Arabako beste adin txikiko bati bere erregistroko izena emakume izenaz ordezkatzeko baimena eman zion Gasteizko epaitegi batek.

Chrysalkis EH elkarteak ohar baten bidez jakinarazi duenez, jaioberriaren sexu-organoak aintzat harturik gurasoek gizonezko izena jarrio zioten haurrari. Berak, ordea, adierazteko ahalmena izan zuenean neska zela aldarrikatzeari ekin zion. 2015eko urriaren 28tik bere nortasun agiriko izena senezko sexuari dagokiona da, 3 urtetik erabili ohi duen Luzia, alegia.

Transexualitate egoeran dauden adingabekoen sendiek osatzen duten elkarteak dioenez, adin txikikoentzako izen aldaketaren alde jotzen duten 30 auto daude; alabaina, irizpide orokorrik ezean erabakia epailearen esku geratzen da. Chrysalkis EH elkarteak eskatu du «erregistroko legediak espreski aurreikustea transexual adingabekoak izena aldatzea zein erregistroko sexuaren artezteari ekiteko aukera izatea, berorien funtsezko eskubideekiko errespetua bermatze aldera».

Autorizan el cambio de nombre a un niño de 4 años transexual en Guipúzcoa

Desde el 28 de octubre de 2015 se llama Lucía, nombre que usa habitualmente desde los tres años

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de Tolosa (Guipúzcoa) ha autorizado el cambio de nombre a un niño de cuatro años transexual registrado a partir de ahora como Lucía. Se trata del segundo caso en el País Vasco, después de que en 2013 se aprobara otra petición en un Juzgado de Vitoria.

En un comunicado, la asociación de familias de menores transexuales Chrysalis Euskal Herria ha indicado que el juzgado ha autorizado la petición de cambio de nombre para esta niña transexual de cuatro años, en la línea de un auto de 2013 que autorizaba a otra menor alavesa a cambiar su nombre registral por su nombre femenino de uso habitual.

“A Lucía sus padres le pusieron erróneamente un nombre masculino atendiendo a sus genitales, pero ella en el momento que pudo expresarse comenzó a manifestar que era una niña”, ha explicado.

Las mismas fuentes han indicado que desde el 28 de octubre de 2015 el nombre en su documentación corresponde a su sexo sentido, al nombre que usa habitualmente desde los tres años.

La asociación ha indicado que en el Estado hay unos “30 autos favorables al cambio de nombre para menores en situación de transexualidad, pero no existe un criterio común y la decisión queda en manos de cada juez”. En este contexto, ha exigido que la legislación registral “prevea expresamente a los menores transexuales, para permitirles, tanto el cambio de nombre como la rectificación del sexo registral, para garantizar el respeto de los derechos fundamentales de estos menores”.

Autorizan el cambio de nombre a un niño de 4 años transexual en Guipúzcoa que ahora constará como Lucía

Autorizan el cambio de nombre a un niño de 4 años transexual en Guipúzcoa que ahora constará como Lucía

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de Tolosa (Guipúzcoa) ha autorizado el cambio de nombre a un niño de cuatro años transexual registrado a partir de ahora como Lucía. Se trata del segundo caso en el País Vasco, después de que en 2013 se aprobara otra petición en un Juzgado de Vitoria.    En un comunicado, la asociación de familias de menores transexuales Chrysalis Euskal Herria ha indicado que el juzgado ha autorizado la petición de cambio de nombre para esta esta niña transexual de cuatro años, en la línea de un auto de 2013 que autorizaba a otra menor alavesa a cambiar su nombre registral por su nombre femenino de uso habitual.   

“A Lucía sus padres le pusieron erróneamente un nombre masculino atendiendo a sus genitales, pero ella en el momento que pudo expresarse comenzó a manifestar que era una niña”, ha explicado.    Las mismas fuentes han indicado que desde el 28 de octubre de 2015 el nombre en su documentación corresponde a su sexo sentido, al nombre que usa habitualmente desde los tres años.    La asociación ha indicado que en el Estado hay unos “30 autos favorables al cambio de nombre para menores en situación de transexualidad, pero no existe un criterio común y la decisión queda en manos de cada juez”.

En este contexto, ha exigido que la legislación registral “prevea expresamente a los menores transexuales, para permitirles, tanto el cambio de nombre como la rectificación del sexo registral, para garantizar el respeto de los derechos fundamentales de estos menores“.

Autorizan el cambio de nombre a un niño de cuatro años transexual en Gipuzkoa

Se  trata del segundo caso en Euskadi, después de que en 2013 se aprobara  otra petición en un juzgado de Gasteiz

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de  Tolosa ha autorizado el primer cambio de nombre a un niño  de cuatro años transexual registrado a partir de ahora como Lucía.

DONOSTIA. En un comunicado, la asociación de familias de menores  transexuales Chrysalis Euskal Herria ha indicado que el juzgado ha  autorizado la petición de cambio de nombre para esta niña transexual  de cuatro años, en la línea de un auto de 2013 que autorizaba a otra  menor alavesa a cambiar su nombre registral por su nombre femenino de  uso habitual.

“A Lucía sus padres le pusieron erróneamente un nombre masculino atendiendo a sus genitales, pero ella en el momento que pudo  expresarse comenzó a manifestar que era una niña”, ha explicado.

Las mismas fuentes han indicado que, desde el 28 de octubre de  2015 el nombre en su documentación corresponde a su sexo sentido, al  nombre que usa habitualmente desde los tres años.

La asociación ha indicado que en el Estado hay unos “30 autos  favorables al cambio de nombre para menores en situación de  transexualidad, pero no existe un criterio común y la decisión queda  en manos de cada juez”.

En este contexto, ha exigido que la legislación registral “prevea  expresamente a los menores transexuales, para permitirles, tanto el  cambio de nombre como la rectificación del sexo registral, para  garantizar el respeto de los derechos fundamentales de estos  menores”.

Familiares de menores transexuales piden que se cumpla la ley de no discriminación por motivo de identidad de género

Familiares de menores transexuales piden que se desarrolle la ley de no discriminación por motivo de identidad de género

La Asociación Chrysallis Euskal Herria, que representa a familias de menores transexuales de Navarra, ha pedido al Parlamento de Navarra que “se cumpla y desarrolle” la ley foral de no discriminación por motivo de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales.

La presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez, y representantes de los departamentos de Educación, Derechos Sociales y Salud del Gobierno foral, así como del Instituto Navarro de Igualdad, han mantenido este viernes un encuentro con miembros de esta agrupación en la Cámara foral, donde ésta ha expuesto sus reivindicaciones.

Antes de la reunión, el presidente de la Asociación Chrysallis Euskal Herria, Aingeru Mayor, ha reclamado, en declaraciones a los periodistas, que “se desarrollen todas las actuaciones que se plantean en la ley foral, que fue pionera y fue referencia para otras comunidades”. Con su desarrollo, ha opinado, “se posibilitará que las familias puedan acompañar mejor a sus hijos y en el ámbito escolar también”.

“Quedan muchísimas cosas por desarrollar y pedimos que se pongan mecanismos para que se cumpla porque para las familias con menores en situación de transexualidad va a suponer en Navarra un paso de gigante para poder vivir mucho mejor”, ha asegurado Mayor, que también ha pedido “revisar la norma porque es hora de reformar algunas cuestiones”.

El presidente de la asociación ha detallado que en Navarra ocho familias forman parte de la agrupación y a nivel estatal, más de 200. En todo caso, ha apuntado que la asociación la integran “una minoría de las familias que tienen niños en situación de transexualidad”.

“Visibilizar”

Por ello, ha explicado que uno de sus objetivos es “visibilizar esta realidad para que las familias que no tienen la posibilidad, por falta de conocimiento, de abordar y acompañar la realidad de sus hijos, lo puedan hacer, para que estos menores puedan vivir su infancia como el resto de niños, no teniendo que pelearse permanentemente con todo el entorno por que sea respetada su identidad”.

Mayor ha expuesto que “sobre los dos años los menores empiezan a expresar su identidad y, en el caso de los pequeños en situación de transexualidad empiezan a decir que su sexo no coincide con el que los demás están viendo”. En la mayoría de los casos, ha añadido, “por falta de conocimiento y porque es algo que choca mucho, muchas veces no se les hace caso”.

Sin embargo, estos menores “van a seguir expresándolo”, ha remarcado Mayor, que ha agregado que “en algunas familias llegará el momento en el que se les atenderá, y en otras, por falta de conocimiento, no se les escuchará y se les reprimirá”.

Mayor ha afirmado que “uno de cada mil menores vive una situación de transexualidad y necesita que en su entorno más cercano y en la escuela se conozca esta realidad para poder vivir su vida”. “Los menores en situación de transexualidad lo único que necesitan es que se les escuche, que se les respete, que se les acepte como son y se les quiera. En el momento de la pubertad ya pueden necesitar acompañamiento médico”, ha señalado.

Más de 3.000 adolescentes reciben educación sexual

El Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento hace balance de los cursos

BILBAO – El Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao ha dado a conocer los resultados de los cursos de educación afectivo sexual que ha llevado a cabo recientemente con más de 3.000 jóvenes bilbainos de Centros Educativos Públicos y centros de Formación Profesional Básica (FPB).

La educación sexual es mucho más que hablar del coito, del SIDA y facilitar preservativos. El Área de Salud y Consumo lleva casi tres décadas trabajando la educación sexual con adolescentes, jóvenes, púberes, sus familias y las instituciones escolares.

Lo que hasta hoy ofrecían familia y escuela como modelos de identificación válidos para adolescentes y jóvenes, están siendo sustituidos por las nuevas tecnologías de la información (TICs) y su red de contactos, lo que provoca contradicciones que dan lugar a inseguridad, a confusión y a una realidad falsa que no favorece el crecimiento ni la toma de responsabilidades.

Todo ello ha llevado al Área de Salud y Consumo a plantear un trabajo entendido como un proceso a través del cual se ofrece la oportunidad a los púberes, adolescentes y jóvenes de adquirir unos conocimientos que les ayuden a reducir ansiedades y les permitan disfrutar de una vida sexual activa y consciente, pero también adquirir responsabilidades y criterios de realidad para desarrollar una sexualidad exenta de riesgos.

Estos años de trabajo han dado como conclusión que para lograr una educación sexual, saludable hay que integrarla en el contexto del desarrollo psico-afectivo y social de cada edad, cada lugar y cada momento histórico. Los programas del Área de Salud y Consumo intentan adaptarse a la realidad de cada uno de los grupos con los que trabaja. Se ha constatado la falta de constancia en el uso del preservativo y un desconocimiento significativo con respecto a los métodos anticonceptivos, la sexualidad y la reproducción. – DEIA

Lucas Platero: “Antes los niños y niñas que rompían las normas eran mariquitas o marimachos”

Lucas Platero

Lucas Platero / EVA FLÓREZ

Lucas Platero, de nacimiento Raquel, es sociólogo, especialista en cuestiones de género. Da clases en diversos programas universitarios de su área así como en ciclos formativos de intervención sociocomunitaria. Recientemente ha publicadoTrans*exualidades (ed. Bellaterra), un libro que, afirman, “se propone como un instrumento para el cambio social”. Precisamente por esto, pone el énfasis en la educación, ofreciendo una serie de herramientas para el trabajo de profesionales educativos y de intervención sociocomunitaria. Usa el término “trans*” para enfatizar la diversidad de realidades. Tal es esa diversidad, que las herramientas que ofrece sirven para romper estereotipos que afectan a todas las personas, en especial niños y jóvenes, más allá de su identidad sexual o de género.

Mucha gente se sorprende al oír hablar de menores trans, seguramente por los estereotipos existentes. ¿Cómo les explicarías qué es la transexualidad?

Siempre ha habido niños y niñas que se salen de las expectativas que tienen sus familias o escuelas. A veces tiene que ver con la capacidad corporal, con las habilidades o la sexualidad, y en este caso, hablamos de la identidad de género. En las escuelas o ludotecas siempre hay niños más femeninos o niñas más masculinas, esta expresión puede que sea de algo temporal o que no es especialmente intenso, pero para otros, será una actitud que por su persistencia, duración e intensidad tiene una cualidad distinta, por lo que van a necesitar más apoyos, al ser vulnerables a la discriminación.

Si pensamos en la realidad de los menores, los espacios donde socializan están segregados por género, son los lavabos, los uniformes, las actividades… Si quieres adscribirte a otro género distinto al asignado en el nacimiento, las normas sociales e institucionales te lo impiden y te castigan si las trasgrides. Incluso algunos profesores llegan a percibir a las personas trans* como personas conflictivas, precisamente porque rompen con esas normas, en lugar de plantearse que son las normas rígidas las que causan las rupturas. Para algunas familias, estas realidades trans* rompen con las expectativas que proyectaban sobre sus hijos y han de reconciliarse, a veces incluso hacer un duelo, ajustándose a las necesidades que tienen y, a su vez, con las necesidades de sus hijos.

La definición no es sencilla.

Las personas trans* lo son en la medida en que consideran que lo son. No me interesa tanto la cuestión diagnóstica, como el papel que tiene la persona para decidir sobre su propia vida, con los apoyos de su entorno. Así, la tarea de los adultos es acompañar y ayudar a que la vida de esta gente joven sea lo más feliz posible, y no apresurarlos a la hora de afirmar su identidad, porque son ellos mismos los que tienen que decidir. Me interesa mucho que esto surge de los mismos padres y madres, que señalan que lo importante es acompañar, algo en lo que coincidimos también muchos profesionales y activistas. Las definiciones y los protocolos sobre cómo actuar en los espacios como las escuelas o los centros de menores es algo que nos planteamos los adultos, para justificar nuestra actuación frente a quienes preferirían que les castigásemos o corrigiéramos. Los chavales a su vez necesitan que los protocolos les permitan hacer algunos cambios, para poder vivir según sus necesidades. Son cosas sencillas y concretas, es de lógica que un niño se pueda llamar de la manera que más le guste. Si no se siente identificado con el nombre que pone en su DNI, ¿qué problema hay por llamarlo con otro? Esto no sólo le pasa a las personas trans*, pero sí es mucho más difícil cambiar de nombre legalmente o conseguir que la gente respete tu identidad.

No sólo las personas trans se ven afectadas por estas reglas.

El sexismo le hace mal a los hombres y a las mujeres, no sólo a las personas que están transitando o son trans*. La masculinidad construida en la competitividad, en la agresividad o cierta feminidad de las niñas modositas, nos aprisiona en roles de género muy limitados. Cuestionar la identidad corporal o los roles binarios de género es importante, por ejemplo para que las chicas sepan que pueden ser lo que quieran, o que un chico no tiene que ser el típico machote. Para mi, no sólo se trata de que no se discrimine a las personas trans*, sino también de cuestionar estas normas tan rígidas, algo que nos beneficia a todas las personas.

¿En las escuelas se educa en una relación muy determinada entre sexo y género?

El currículum de educación infantil (por debajo de los seis años) contiene un criterio, para valorar si los niños y las niñas identifican claramente cuál es el género de los demás y el propio. Empezamos la experiencia educativa aprendiendo un binarismo muy férreo. Quizás habría que plantearse la necesidad de estas exigencias y la importancia de encontrarse con otras experiencias educativas con docentes que van más allá del currículum oficial y que respetan las necesidades de los niños y las niñas.

¿Y cómo hay que responder a ese binarismo?

Es importante que las niñas y los niños tengan un imaginario con muchos referentes y maneras diversas de estar en el mundo, que permite pensarse de una manera más plural. Pensemos que el interés de separar qué es de chica o de chico contiene una presión consumista clara, sobre el uso del rosa para chicas o de los juguetes de acción diseñados para chicos; diferenciarlos sirve para crear espacios de mercado. No puedes usar la bicicleta rosa de tu hermana porque no es apropiado para un chico. Quién dice una bicicleta, dice un jersey o un bolígrafo.

Por otra parte, quiero señalar que hay experiencias en escuelas que parten de la comunicación entre familias, profesorado y estudiantes, que plantean modelos no sexistas, que cuestionan la rigidez de estos binarismos y que trabajan activamente por los derechos de los menores trans*, posibilitando su transición o generando espacios neutrales al género. En este sentido es vital reconocer el trabajo de las asociaciones como  Chrysallis AMPGIL en Catalunya, que están haciendo un trabajo importantísimo para conseguir que se respete a los chavales.

La situación ahora es distinta a hace unos años. ¿Estamos mejorando?

Empezamos a concebir otras realidades que antes no teníamos presentes, como es el hecho que los menores también tienen género y sexualidad. Antes todos los niños y niñas que rompían las normas eran mariquitas o marimachos, pero ahora, los medios y las redes nos devuelven más imágenes distintas y posibles. Ahora estamos mejor porque hay personas trans* que son visibles, que muestran que sus vidas son posibles y diversas, también hay más derechos así como una mayor visibilidad de las familias que defienden a sus hijos e hijas trans*, profesionales que quieren innovar y rechazan las terapias reparativas… Deseo pensar que estamos transformando la sociedad cada día, un poquito.

¿Entonces la clave está en conocer otras realidades posibles?

Es clave que los chavales conozcan a otros que tengan situaciones parecidas, otras familias y personas trans* adultas que les puedan ayudar a imaginar un futuro posible. Si crees que eres el único trans* en el mundo, el sentimiento de soledad es muy grande. Si conoces a otros, puedes aprender estrategias y puedes compartir preocupaciones.

Y en esto de conocer otras realidades internet habrá jugado un papel…

¡Sin duda! Internet tiene un papel fundamental, tanto para lo bueno y para lo malo. Por una parte, te permite acceder a información sobre la transexualidad o la sexualidad no normativa, conocer a otras personas en situaciones similares. Y por otra, internet también ha servido como herramienta para hacer bullying, como en el caso de la joven Carla de Gijón, a quien sus compañeras llamaban “bizca” y “bollera”, en el que  ha habido condena a las jóvenes que la indujeron al suicidio.O en el caso de la joven norteamericana trans* Leelah Alcorn, que  escribió en su blog sobre su identidad y la falta de apoyo de sus padres como motivos de su suicidio. Internet y las redes sociales forman parte de nuestro tiempo, ha servido para que estas jóvenes se expresen y se genere una movilización de alcance mundial, que denuncia la violencia que viven los jóvenes por su sexualidad y su identidad de género.

Luego está la parte negativa y es que se pueden usar todas las herramientas de las redes sociales para acosar a alguien. Todo depende de como uses los medios a tu alcance. Imaginemos que alguien muy joven pone en un buscador palabras como “trans, transgénero o transexual”, se va a encontrar todo tipo de información, desde leyes, asociaciones o páginas porno, lo cual plantea que es necesario generar materiales específicos y este el objetivo que persigo con el libroTrans*sexualidades.

¿Se están generando estos materiales específicos?

Se están haciendo algunas cosas y entre todos vamos tejiendo una maraña de recursos. Quienes estamos en la tarea de generar libros y materiales tenemos la responsabilidad de hacerlo muy bien, porque hay una gran necesidad de saber y aún pocos materiales. Hace poco el periódico Diagonal publicó  una entrevista sobre nuestro libro y ya nos han escrito varias personas dándonos las gracias, mostrando la necesidad de hablar de este tema.

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Por otra parte, lo que tengo claro es que la información es muy importante, pero no es suficiente, saber que la transexualidad existe no es suficiente. En nuestro libro hay definiciones para entender las realidades trans*, se muestra el marco legal y médico, se incluyen también los testimonios de muchas personas. Pero hay que dar un paso más allá, hay que denunciar la transfobia y la discriminación que todavía existen, tenemos que facilitar que las personas adquieran más habilidades para entender y convivir con las personas trans* de una manera respetuosa, enfrentándose a sus ideas erróneas y los mitos existentes. Con este objetivo el libro contiene propuestas para la intervención social, que incluyen la prevención y la actuación frente a la transfobia, así como actividades para realizar en grupo y recursos, que permiten abordar nuestras actitudes y profundizar con materiales accesibles (literatura infantil, ensayo, audiovisuales, cine, etc.)

También has podido conocer muchas realidades con el libro.

Haber hecho este libro me ha llevado a hacer un gran trabajo de investigación y ¡ha sido una experiencia fantástica! Me he entrevistado con personas trans*, sus familias, los profesionales que trabajan con personas trans* y con activistas trans*. Lo que más llama la atención es la heterogeneidad que he encontrado, las personas trans* entrevistadas son trabajadores de ámbitos muy distintos, algunos son padres y madres, otros son niños y niñas muy pequeñas que se preguntan por su identidad, o bien son gente ya muy mayor que reflexiona sobre cómo han cambiado sus vivencias a lo largo del tiempo.

Ha sido muy esclarecedor escuchar y conocer a niñas y niños de cinco o seis años que van buscando las palabras para poder expresarse, para construirse en relación con su entorno y poder constatar los esfuerzos que hacen sus familias por escucharles.

Han sido cuatro años de entrevistas con gente muy diversa y de aprender a no juzgar a las personas. Desde quienes se consideran “mujeres de verdad”, hasta quienes afirman que los roles de género que tenemos no funcionan. Me he encontrado con una gran heterogeneidad, por eso me gusta hablar de realidades trans* con asterisco, porque hay identidades y vivencias muy diversas. Me interesa precisamente esa noción plural de la transexualidad. No todas las personas transitan de un género a otro, algunas simplemente rechazan el género asignado en el nacimiento. Y es precisamente con el asterisco con el que quiero señalar esta diversidad, al tiempo que también pueden encontrar consenso en la lucha contra la discriminación.

Hablas de la importancia de escuchar, que es precisamente uno de los derechos de la infancia.

No respetar la identidad de género o la necesidad de un niño o niña a expresarse con respecto a su identidad es una violación de los derechos de la infancia, así como el artículo 10 de la Constitución sobre el libre desarrollo de la personalidad. A menudo se esgrime que tenemos que impedir que los jóvenes expresen su identidad discordante, por el propio “bien del menor”, que es un argumento para aplicar el castigo o enviar al menor a una terapia reparativa, para que sean “como debe ser”. Esto es terrible, porque estamos mandando un mensaje muy claro de que la persona está enferma, es errónea, está mal y no es querible. Esta respuesta negativa tiene un impacto brutal en su vida y en la relación que construye con su familia y su entorno. El bien del menor supone acompañarle en su crecimiento, ir probando y dejarle expresarse.

Por otra parte, también es una vivencia que puede ser difícil para las familias, que tienen que replantearse sus expectativas. Por mi experiencia, hay muchos padres que están muy dispuestos a escuchar y aprender al mismo tiempo que sus hijos. Los padres tienen que entender que no son ellos los que tienen hijos, sino que son los hijos los que tienen padres.

El primer capítulo del libro Trans*exualidades se puede descargar gratuitamente

Más de la mitad de los menores LGTB sufre acoso escolar en las aulas

La historia de Alan, el transexual de 17 años que se quitó la vida el pasado 24 diciembre por “la presión e incomprensión social”, es uno de tantos casos de acoso escolar que sufren los menores LGTB. La Federación Estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (FELGTB) denuncia que más de la mitad de los jóvenes de este colectivo sufre acoso en centros educativos por su orientación sexual. El porcentaje aumenta respecto a los transexuales porque “son víctimas más visibles y eso les hace exponerse a un mayor riesgo”, explica el presidente de la asociación, Jesús Generelo.

La federación no tiene un informe único sobre acoso escolar contra el colectivo LGTB, pero extrae sus deducciones del compendio de diversos estudios. Una de las conclusiones es que la primera causa de acoso en los centros educativos es la orientación sexual, porque los menores de este colectivo “apenas reciben apoyo dentro del sistema”, subraya Generelo. La asociación denuncia que el sistema educativo está aún muy por detrás de la sociedad en lo que respecta el reconocimiento e integración de estos jóvenes en las aulas.

“Es muy dramático que tengan que ocurrir casos como el de Alan para despertar las conciencias”, se lamenta Generelo. La federación realizó una muestra con 700 jóvenes que habían sufrido acoso escolar por su condición de homosexual, cuyos datos revelaron que el 43% había ideado alguna vez el suicidio, el 35% lo había preparado con algún detalle y el 17% lo había intentado en alguna ocasión. La encuesta no incluía a los menores transexuales, como Alan, pero el presidente de FELGTB manifiesta que en este colectivo se acentúa la marginalidad y soledad a la que se enfrentan en las aulas.

No hay cifras oficiales de cuántos menores transexuales se han quitado la vida este año movidos por el acoso escolar, pero Generelo confirma que muchas veces es la propia familia la que esconde el motivo del suicidio por la dureza que supone enfrentarse a tanto sufrimiento y porque “les obliga a salir del armario”. Aunque los familiares deciden no revelar la verdadera razón del suicidio, la federación recaba los datos a través de amigos o profesores del fallecido.

Una normativa insuficiente

La identidad de género se regula en la ley 3/2007, pero para la federación la normativa es insuficiente. “Necesitamos una ley transexual que atienda todos los ámbitos”, demanda Generelo. El presidente de FELGTB revela que miembros de su federación y otras tres asociaciones de ámbito estatal están preparando un borrador que presentarán “pronto”, donde se regule el trato que deben recibir los transexuales desde su infancia para acompañarles en su desarrollo. Una legislación que recoja el espíritu de la ley andaluza 2/2014 —Ley Integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía— e imponga unos parámetros básicos e iguales a nivel estatal.

La triste historia de Alan tenía en su origen varios episodios de acoso de sus compañeros de instituto, que le llevaron a tan trágico final, según la asociación Chrysallis, que agrupa a familias de menores transexuales. Pero a veces es el propio centro educativo el que sitúa al joven en una situación incómoda. Como ejemplo, la niña transexual de Málaga que en 2013 abandonó un colegio concertado porque no admitía su identidad de género y le daba trato de varón porque no le dejaba vestir la falda del uniforme. La Audiencia Provincial reabrió las diligencias del caso el pasado mes de mayo, pero la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de la capital andaluza volvió a archivarlo hace tres meses.

Las demandas de FELGTB se orientan a intentar acabar con la discriminación “sistémica” que padecen los menores LGTB tanto de sus compañeros como del propio sistema educativo. De ahí la “necesidad” de una normativa transversal que ponga el acento en la Educación, como punto de partida para erradicar los problemas que sufren algunos menores desde la infancia. “Mientras la situación siga como está vamos a seguir teniendo más casos como el de Alan”, sentencia Generelo.