Barrios de Madrid que celebran su propio Orgullo

Personas pasean por una calle con perros vestidos con adornos del Orgullo Gay SUSANA VERAREUTERS

Esta semana el centro de Madrid en general y el barrio de Chueca en particular bullen con motivo del World Pride. La capital acoge la celebración mundial y europea del Orgullo LGTBI entre fiestas, conciertos, actividades culturales y demás celebraciones, pero mientras locales y visitantes bailan, ¿qué ocurre en las zonas más deprimidas?

“Conquistado el centro después de repetidas marchas y orgullos oficiales veíamos que nosotras en nuestros barrios teníamos miedo. Quizá no te podía pasar nada, pero existía la posibilidad y el miedo te impedía ser tú mismo, darle un beso a tu pareja o si eres travesti y quieres ir al centro porque trabajas en un bar no te vistes en tu barrio”, explica Tristán Duanel, portavoz de Orgullo de Periferia. Esta plataforma integrada por grupos LGTBIQ, asociaciones vecinales y otros colectivos sociales pretende lograr un Orgullo descentralizado, más cercano a la ciudadanía y menos consumista.

“Veíamos que las grandes plataformas LGTBIQ no venían a los distritos. A lo mejor en misiones pedagógicas por decirlo de alguna manera, dando talleres en algún colegio, pero nada significativo. Si queríamos acabar con la homofobia en nuestros distritos teníamos que salir nosotras”, afirma Duanel. Y la respuesta ha sido abrumadora.

En 2016 iniciaron esta aventura en tres distritos: Usera, Villaverde y Arganzuela.En 2017 ya son 11 con la incorporación de Tetuán, Ciudad Lineal, Vallecas, Villa de Vallecas, Carabanchel, Latina, Villaverde, Moncloa-Aravaca y Fuencarral-El Pardo. “El año pasado conseguimos lo que queríamos: visibilización. A partir de ahí muchos otros distritos vinieron y lo que hicimos fue convocar una asamblea general para ir creando plataformas que propaguen nuestra forma de ver el Orgullo, que necesariamente tiene que ser reivindicar lo que eres allí de dónde eres”.

Desde hace dos semanas Orgullo de Periferia ofrece un amplio programa de actividades organizadas desde las diferentes asociaciones con charlas informativas, encuentros, juegos, pases de películas, tortilladas o teatro, además de conciertos o verbenas. A este respecto, Duanel señala: “nosotros tenemos que hacer actividades que no se centren tanto en la fiesta porque tenemos que hacer lo básico, que es explicarle a la gente lo que somos. Nosotros no nacimos para hacer una fiesta, nacimos para llevar ciertas certezas que parecen no tan ciertas en distritos como los nuestros”. Y continúa diciendo: “Creemos que el Orgullo se puede hacer de otra manera y que lo que necesitamos por parte del ayuntamiento no es que haga macroconciertos en el centro, que eso para un día está bien pero no elimina la homofobia, en todo caso la baña de alcohol. Con todo ese dinero se podrían haber implantado talleres de diversidad en toda la periferia, cosas absolutamente necesarias”.

El culmen de la celebración llegará hoy a las 12.00 horas con la salida de tres marchas de la diversidad desde Villaverde, Fuencarral y Carabanchel-Latina que finalizarán en el Reina Sofía. Desde allí y ya por la tarde todas las plataformas de Orgullo de Periferia marcharán hasta la plaza de Colón, formando un bloque crítico dentro de la manifestación del Word Pride.

A modo de conclusión, Duanel asegura: “Celebramos lo que somos allí donde es difícil serlo. No queremos en última instancia que la gente sean héroes o heroínas pero queremos marchar por nuestros barrios, estar ahí y que esa gente sea mayor, joven, inmigrante, sean lo que sean, sepan que no están solos”.

Nicol Jecoman, refugiada trans: “Todavía no he superado el miedo a salir de día”

Ella y Carolina Murcia huyeron de Honduras por violencia y los abusos que sufrieron por su indentidad de género y ahora intentan reconstruir su vida en España, donde han pedido asilo

Nicol Jecoman en la sede de Acathi en Barcelona. MIRIAM LÀZARO

Nicol Jecoman trabajaba de prostituta en Honduras de siete de la tarde a seis de la mañana. De noche le dieron palizas, abusaron de ella, le obligaron a traficar con drogas, le apuñalaron y se libró de morir solo porque el azar eligió que la muerta fuese su compañera de al lado. Con 23 años ha logrado alejarse de esas noches pero los días aún la persiguen. “En mi país las mujeres trans no somos nadie, no valemos nada: nos golpean, nos tiran pedradas, se ríen, nos insultan; por eso vivía encerrada sin ver la luz del sol”, cuenta. “Todavía no he superado el miedo a salir de día a la calle”.

“El nivel de violencia que sufren es impresionante”, dice el psicólogo Rodrigo Araneda sobre las mujeres trans refugiadas. Como presidente de Acathi -una asociación que ayuda a migrantes y refugiados LGTBI (Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales)- ha escuchado de todo pero aún se conmueve con la dureza de sus relatos. Ellas se acostumbran tanto la violencia que lo viven como si fuese natural. Cuando llegan a España como refugiadas lo que más les cuesta es sentir que se encuentran en un lugar seguro, aunque como apunta Araneda, “no es del todo verdad porque en la práctica no hay inclusión real”.

Carol Murcia, de 25 años, viajó con Jecoman desde Honduras a Madrid el 24 de mayo de 2016, y de ahí fueron trasladadas a Barcelona. Siempre supo que era diferente a los demás chicos pero nunca lo compartió por miedo, ese que tienen tallado a puñetazos e insultos. No solo en la calle; el enemigo también estaba en casa. Ella era la tercera de seis hijos de una madre soltera pero católica, que pensaba que a base de guantazos volvería el varón que parió. Sus hermanas aún la siguen rechazando.

Con nueve años Murcia se puso a limpiar casas, como su madre, para poder estudiar en primaria. Prosperó y empezó a trabajar en una tienda mientras se sacaba la secundaria los fines de semana. Hasta que su jefe la despidió porque su amaneramiento molestaba. Recuerda muy bien ese día pero no se le olvidarán nunca las Navidades de 2014. El 24 de diciembre, cuando las familias se reúnen y se dan un banquete, en la suya solo había una madre enferma que necesitaba medicamentos y nada para comer. “Cogí un falda de mi hermana, maquillaje, salí por la puerta de atrás para que nadie me viese y fui a prostituirme”. Esa noche no lo logró. Solo podía llorar y repertirse: “No vales nada”. Después llegaron las drogas, el maltrato y tres violaciones. “Si denunciaba la policía no me hacía caso, para ellos era el típico travesti, se reían”.

Empujadas a prostituirse

En muchos países a las personas trans las ven como enfermas, trastornadas mentalmente o con defectos morales. “Desde pequeñas son castigadas por lo que van haciendo y mostrando”, explica el psicólogo en una oficina modesta de un antiguo piso señorial barcelonés. El rechazo y la agresión constante les empuja a llevar una doble vida, porque de alguna forma la mujer que son tiene que salir fuera. Y se exponen a situaciones muy difíciles: “Espacios en los que sí son valoradas como mujeres, como puede ser la prostitución”. “Es muy duro lo que estoy diciendo”, señala consciente del peso de esas palabras.

El primo de Nicol Jecoman abusó de ella entre los 10 y los 15 años. Le amenazaba con contarle a su madre “lo que era en realidad”. A la misma madre que le pegaba y que, atosigada por las vecinas -”arréglalo, ahora que está pequeño y hay solución”-, le llevó al psicólogo. Con 13 años empezó a trabajar fregando platos y a los 17 era jefa de cocina. A esa edad, no pudo más: “Me declaré trans. No aguantaba más como chico, quería ser mujer”. Su jefe le despidió el primer día que llegó maquillada y con vestido.

Jecoman tiene una voz y una mirada dulces. La entrevista le ha pillado de sorpresa y apenas le ha dado tiempo a recogerse el pelo rizado en un moño y empolvarse un poco la cara limpia. Buscó trabajo durante un año pero solo encontró rechazo. “A los 18 años, tuve que tomar la calle. Era la única opción”, relata sin detenerse, sin una pausa. (En Athai consiguen que repitan su historia quitándole gradualmente el peso emocional, para que el relato se integre en su futuro, aunque sea doloroso).

Durante su primer año en la calle un hombre intentó atacarle con un machete. Nadie le ayudó y en el hospital público se negaron a atenderle. “Les daba asco y eso que llevaban guantes”. De aquel episodio guarda una cicatriz ancha de 20 centímetros de largo en el brazo derecho. En el izquierdo quedan las huellas de navajazos. “Son recuerdos de la calle, de todo lo que he sufrido”, dice con esa normalidad de la que hablaba el psicólogo. Con la misma naturalidad con la que cuenta que fue testigo de asesinatos de compañeras trans.

Un sábado de Semana Santa, a las cuatro de la mañana, cuando desde una furgoneta que no les gustaba les pidieron un servicio de sexo oral. Aceptaron ella y otra chica. De rodillas notó el casquillo de una bala en el suelo. “Se lo hice sin condón para acabar antes”. Salió pitando del coche y su amiga estaba haciendo lo mismo cuando le dispararon en el cuello. Se desangró sin que nadie le auxiliase. Los asesinos estuvieron buscándola. No la encontraron pero sí dió con ella un proxeneta traficante de drogas que le obligó a trabajar para él. Cuando intentó dejarlo las maras le amenazaron. Como aviso, torturaron y mataron a su hermano.

La muerte de cerca

De las “muchas” muertes de las que ha sido testigo, Murcia cuenta la de una noche en que estaba con tres compañeras en la calle. Llegó un cliente y subió a su coche. Cuando arrancó, apareció otro del que salió el asesino que disparó a bocajarro a las tres mujeres. “Me bajé del coche y las encontré agonizando”. El domingo 24 de julio de 2016 es otra fecha que no olvida. Estaba con una amiga de 48 años. Un coche paró junto a ellas y le disparó a la mujer en la cabeza. Murió al instante. Murcia denunció y detuvieron al asesino. Dos meses después viajaba a España y su demanda de asilo, como la de Jecoman, fue aceptada. Cruz Roja, que se ocupó de ellas en la primera fase de acogida, las envió a Barcelona.

ACNUR, la agencia de la ONU para refugiados, señala que las personas transgénero están “altamente marginadas” y sufren “grave violencia física, psicológica y sexual”. Según recoge, hay un aumento en las demandas de asilo por estas persecuciones. El Ministerio de Interior no ofrece datos de qué porcentaje representan de las 10.250 solicitudes de asilo resueltas el pasado año por el Gobierno, de las que solo al 3,4% concedió el estatuto de refugiado. Acathi atendió a 45 refugiados del colectivo LGTBI en 2016 y en el primer trimestre de este año lleva más de 70. Por su experiencia, hay países de los que llegan pocos casos pero flagrantes, como los de Oriente Medio y Marruecos. Brasil encabeza el ranking por el número de asesinadas, seguido de Estados Unidos y México. Pero por la gravedad de las historias y la relación de crímenes con el número de habitantes, Centroamérica es un agujero negro.

Cruz Roja en Cataluña pone en contacto a los recién llegados con Acathi, donde encuentran un lugar seguro y pueden establecer vínculos que, según su presidente, “son los que curan” y logran la inclusión. Todos los meses se une alguien nuevo, como Joana, una mexicana trans de 25 años que lleva apenas un mes en Barcelona. En su país es posible cambiar de género en el Distrito Federal, pero, como cuenta, “allí no es como en España, que te pueden golpear; en México la agresión es que te matan”. Antes de acabar 2016 habían asesinado a 50 mujeres trans, 10 de ellas en un espacio de 13 días.

El proceso de integración no es sencillo. Durante los primeros seis meses de acogida, el sistema les proporciona alojamiento y les cubre sus necesidades básicas, pero a veces no les da cosas fundamentales para ellas, como el maquillaje. O les mandan a pueblos pequeños, donde su integración puede ser más complicada. Falta sensibilización y formación. Pero lo más difícil llega, como cuenta Beatriz Losa, trabajadora social de Acathi, cuando tienen que buscar trabajo y piso. Su identidad y su nombre no cuadra y cargan también con el estigma de la prostitución.

Murcia, ojos pintados, cabello rubio recogido y grandes pendientes de aros, sonríe cuando habla de su nueva vida en España, aunque ya se ha vivido episodios de discriminación. Intenta mostrarse fuerte, dice que para protegerse, pero una lágrima le recorre la mejilla cuando recuerda la dureza de las cosas que lleva escuchadas. “Son las palabras que duelen las que me ayudan a crecer”, asegura. Nicol se siente libre, capaz de cumplir sus metas, “pero todavía con un poco de miedo, un poco de trauma”. Sobre todo, le sigue costando salir a la calle. Losa lo ha visto: “Yo me muevo mucho con ellas en metro y la gente les mira. Pero son la resiliencia en persona: siguen ahí, se visten cada día para volver a salir a la calle a que que las vuelvan a maltratar. Y no se victimizan”.

Alemania legaliza el matrimonio homosexual con el voto en contra de Merkel

El Parlamento alemán aprueba legalización del matrimonio homosexual, un proyecto impulsado por los socialdemócratas. La iniciativa, a tres meses de las elecciones generales, fue apoyada por 393 diputados y 226 en contra.

Una parlamentaria luce una bufanda con los colores del arcoiris antes del comienzo del debate sobre la legalización del matrimonio homosexual en el Parlamento alemán. | FELIPE TRUEBA (EFE)

El pleno de la Cámara baja alemana aprobó este viernes por la mañana la legalización del matrimonio homosexualun proyecto impulsado por los socialdemócratas rompiendo el acuerdo de coalición con los conservadores de la canciller, Angela Merkel.

La iniciativa, a tres meses de las elecciones generales, fue apoyada por 393 diputados y 226 en contra.

Respaldaron el proyecto los diputados del Partido Socialdemócrata (SPD), de La Izquierda y los Verdes, además de miembros de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera Merkel, que dio libertad para que se votara en conciencia.

La canciller fue una de las primeras en depositar su voto en la urna colocada en el centro del salón de plenos y eligió la tarjeta roja, que hoy representaba el “no” a la legalización del matrimonio homosexual.

El portavoz socialdemócrata, Thomas Oppermann, defendió el paso dado por su partido, que forzó que se debatiera la iniciativa antes de finalizar la legislativa rescatando un proyecto de ley de 2015 del estado federado de Renania-Palatinado que ya había pasado por el Bundesrat, la cámara alta, y que estaba aparcado en el Bundestag.

“Esta decisión quizá no es buena para la coalición, pero es buena para las personas, y buena para el Parlamento”, manifestó Oppermann, quien rechazó que sea necesario reformar la Constitución.

“Si el matrimonio para todos llega, se habrá dado algo a alguien, pero no se le habrá quitado nada a nadie”, subrayó intentando convencer a los diputados reticentes, a quienes mostró su respeto.

En nombre de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el líder del grupo parlamentario, Volker Kauder, se convirtió en portavoz de quienes defienden que “el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer”, aunque manifestó su respeto a sus compañeros con una opinión diferente.

“Yo personalmente nunca pondré mi firma en algo que represente el matrimonio para todos, por motivos de conciencia”, declaró Kauder, quien expresó dudas sobre la constitucionalidad de la ley al entender que la concepción cristiana del matrimonio está protegida en la ley fundamental alemana.

Desde el mismo partido, el diputado Jan Marco Luczak defendió el “sí” al proyecto al recordar que el respeto, el amor y la convivencia son valores tradicionales que deben defender los conservadores y consideró que no se necesita ninguna reforma constitucional para abrir el matrimonio.

Desde La Izquierda y los Verdes se felicitaron por el logro “histórico” alcanzado y reivindicaron su lucha durante décadas por los derechos de los homosexuales, con numerosos activistas presentes hoy en la tribuna de invitados.

En Alemania, desde 2001 la ley de parejas de hecho permitía las uniones civiles de personas del mismo sexo, aunque con ciertas restricciones con respecto a los matrimonios, como por ejemplo, la adopción.

El matrimonio homosexual en el mundo

Con la aprobación en Alemania, el matrimonio homosexual es legal en 23 países.

El matrimonio homosexual es ya legal en trece países europeos: Holanda, Bélgica, España, Suecia, Portugal, Dinamarca, Francia, Reino Unido, Luxemburgo, Irlanda, Finlandia, Noruega e Islandia.

En América está autorizado en Canadá, Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia.

Nueva Zelanda y Sudáfrica completan la lista, a la que se sumará próximamente Taiwán, cuya Corte Suprema declaró el pasado mes de mayo inconstitucionales las restricciones legales a las uniones entre personas del mismo sexo y exigió su legalización en un plazo de dos años.

Hay, además, Estados que permiten las uniones civiles de personas del mismo sexo, con derechos iguales o similares a los del matrimonio, pero sin esa denominación, como es el caso de Austria, Croacia, Estonia, Hungría, Suiza, Malta, la República Checa, Israel, Chile, Grecia o Eslovenia.

Las transexuales en Colombia no celebran el día del orgullo LGTBI

En el último año, 27 mujeres trans fueron asesinadas. La policía es uno de sus principales agresores

Laura Weins, en una entrevista de 2016 en Bogotá. JUAN CARLOS ZAPATA

Laura Weins lleva más de 30 años luchando para vivir como quiere. No ha sido fácil. Ser transexual en Colombiaes estar condenado al maltrato y la exclusión. Dice que no celebra la conmemoración del día orgullo LGBTI, ella sale a las calles para gritar que existe y exigir igualdad. “No podemos hablar de orgullo ni victorias hasta que nos vean como las ciudadanas que somos”, asegura. Weins es líder del Grupo de acción y apoyo a personas trans (GAAT). Aunque reconoce que el país ha avanzado en materia de derechos, nada será suficiente si las siguen matando.

En el último año, 27 mujeres y siete hombres transexuales fueron asesinados. Entre el miedo y la resistencia, un informe que se presentará este jueves documenta la violencia contra la población LGBTI en Colombia. La investigación, realizada por Colombia Diversa, Caribe Afirmativo y Santamaría Fundación, evidencia que los trans y los hombres gais, con 43 casos, son las principales víctimas de homicidios dentro de este colectivo.

La justicia tampoco parece estar de su lado. En agosto de 2016, Nicoll Oriana, una mujer trans y trabajadora sexual fue degollada, torturada y abusada. El presunto responsable fue capturado en noviembre, pero el proceso penal continúa en etapa de investigación, a pesar de que días antes de su muerte había denunciado amenazas. Oriana además de ser trans y trabajadora sexual, ayudaba a organizar encuentros de víctimas del conflicto en Sucre. Reunía las condiciones de vulnerabilidad propias de quien vive en un país como Colombia.

Gustavo Pérez, investigador de Colombia Diversa, asegura que una de las grandes preocupaciones es que a pesar de los avances en el reconocimiento y en la protección a los derechos de las personas LGBTI, las agresiones no han disminuido. “Los prejuicios siguen siendo muy fuertes y lo que dice la ley no ha logrado cambiar el problema de fondo”. La normativa, que en el papel muestra un cambio en el país hacia la igualdad, no se evidencia en la realidad. Mientras en el año 2012, 95 personas fueron asesinadas por su orientación, identidad y expresión sexual, en 2016 la cifra llegó a los 108. La violencia policial que hace cuatro años registró 33 casos, hoy alcanza los 77. Los transexuales son las principales víctimas de los uniformados.

Pérez destaca con preocupación que las investigaciones contra la policía por sus abusos sean asumidas por la misma institución. “Mientras sean ellos los que investiguen esos casos, habrá impunidad. No hay garantías de imparcialidad”. A las mujeres trans las autoridades las persiguen en las zonas en donde muchas ejercen la prostitución. A pesar de que en Colombia es legal, cualquier argumento es suficiente para acosarlas. “A estos lugares llega la policía a intimidarlas, a que se desplacen hacia otras partes, amenazándolas con las armas de dotación y agrediéndolas físicamente”, dice el informe, elaborado con el apoyo de la Unión Europea.

La única investigación disciplinaria que en 2016 concluyó con la destitución de agentes policiales fue la de una ejecución extrajudicial de una mujer trans en Cali. “Existe una violencia constante por parte de ellos. Hay mucho prejuicio, no sé por qué les cuesta entendernos. Parece que les atormentara nuestra existencia”, afirma Weins. El documento, que todos los años muestra cómo está el país en materia de respeto a derechos, destaca que se “continúa observando la naturalización de la violencia policial por parte de las víctimas, ya que es algo normal que la Policía intimide, amenace y violente, por lo que en la mayoría de los casos no hay denuncia formal y si se denuncia persiste el miedo a las retaliaciones, la deslegitimación de la denuncia y la impunidad”. Weins trabaja para que las mujeres como ella sean reconocidas como lo que son, como ciudadanas. “Tenemos que estar presentes en las marchas sobre todo para mostrarnos, para pedir que nos respeten la vida”.

El caso de Santiago, un hombre trans de 22 años, fue el primero registrado en 2016. Desplazado, huérfano y víctima de violencia sexual, fue asesinado el 31 de enero de 2016 a balazos en el Valle. Hasta ahora, nadie sabe quién lo hizo. Las autoridades tampoco se han interesado en averiguarlo. “En su caso faltó la debida diligencia, como en la mayoría de crímenes contra esta población”, dice el informe.

Pero la impunidad no solo ronda las investigaciones por las muertes de transexuales. De los 108 homicidios ocurridos en 2016, 42 de las investigaciones continúan en indagación preliminar. En cinco casos se abrió una investigación formal y ocho avanzaron a etapa de juicio. Solo en cuatro procesos penales hubo condenas. En ninguno se conoció con claridad el móvil del crimen.

Navarra, en la vanguardia legal de la diversidad sexual

La manifestación que recorrió ayer las calles de Pamplona. Foto: UNAI BEROIZ

PAMPLONA – Navarra se colocó ayer a la vanguardia del reconocimiento y garantía legal de la libertad e igualdad sobre diferentes opciones sexuales con la entrada en vigor de una de las leyes sobre LGTBI más avanzadas a nivel estatal (ayer fue publicado en el BON tras suscitar un importante consenso político) coincidiendo justo con el Día Mundial del Orgullo LGTBI que motivó a lo largo de Navarra numerosos gestos simbólicos (colocación de banderas arcoiris, etc…) y concentraciones. La más numerosa fue la de ayer por la tarde en Pamplona que reunió a cientos de personas en una manifestación convocada por la Plataforma E-28-J.

A mediodía tuvo lugar una concentración en la plaza Consistorial en donde la concejala de Igualdad y LGTBI, Laura Berro, en castellano, y la presidenta de la Comisión de Asuntos Ciudadanos, Esther Cremaes, en euskera, leyeron la declaración institucional aprobada el pasado 19 de junio en la Comisión de Asuntos Ciudadanos.

El texto recoge que el Ayuntamiento de Pamplona se suma “a la celebración del Día del Orgullo LGTBI” y que se compromete “a trabajar para ser una institución ejemplar en la lucha por la igualdad de derechos y la no discriminación por razón de orientación sexual y de identidad sexual o de género y para ello impulsará las acciones necesarias encaminadas a combatir estas situaciones de discriminación”. Para cerrar la concentración, Uxue Álvarez y Jorge Buldáin, de la Plataforma E-28-J han leído poemas en castellano y en euskera.

A la concentración acudieron, entre otros, el alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, la presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez, y representantes de todos los grupos municipales. Además, se colocó la bandera arcoiris en el primer balcón del Ayuntamiento.

Por la tarde, tuvo lugar la manifestación con motivo de la celebración del Día Internacional del Orgullo, que partió de la antigua estación de autobuses. Hizo su recorrido por la avenida Baja Navarra hasta Merindades con una batukada tras la pancarta con la frase “Kaleak Irabaziz Resistencia LGTB”.

Al llegar a Carlos III, comenzó a llover, pero eso no hizo nada por detener el recorrido de todos los presentes. Juntos, llegaron al kiosko de la Plaza del Castillo, donde concluyó la manifestación tras la lectura del manifiesto.

Además de esta nueva Ley que entró en vigor ayer, este colectivo cuenta, desde el pasado martes, con un centro LGTBI en la calle San Gregorio. Se trata de un centro de información y apoyo para personas, profesionales y colectivos interesados. Allí trabajan profesionales que ofrecen atención presencial, telemática, a través del correo electrónico lgtbi@pamplona.es y por teléfono en el 948 22 63 26 a quien la solicite.

LAS CLAVES DE LA LEYÁMBITO REPRODUCTIVO Y GENITAL. SE GARANTIZA EL ACCESO A LAS TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA A TODAS LAS PERSONAS LGTBI+ CON CAPACIDAD GESTANTE Y A SUS PAREJAS.

Ámbito educativo. La Universidad Pública de Navarra promoverá la introducción en los planes de estudio de sus grados y másteres de contenidos específicos para abordar la diversidad sexual y de género.

Ámbito laboral. Se asegurará de un modo real y efectivo, mediante la Inspección de Trabajo, la no discriminación hacia personas LGTBI+ en materia de contratación o condiciones de trabajo.

Ámbito familiar. Se compromete a que, en la valoración en los procesos de adopción y acogimiento familiar, no exista discriminación por motivo de orientación sexual, expresión de género e identidad sexual o de género.

 

Gasteiz reivindica y celebra el orgullo

Decenas de personas salen a la calle en apoyo al colectivo LGTBI. El Ayuntamiento impulsa una nueva declaración institucional

 

GASTEIZ – El movimiento LGTBI tiene todavía mucho que reivindicar en pleno año 2017, 48 después de que su liberación comenzara a dibujarse durante la revuelta del pub Stonewall Inn de New York, frecuentado por la comunidad homosexual de la gran manzana. O 40 después de la primera manifestación del Orgullo celebrada en el Estado, concretamente en la ciudad de Barcelona, cuando el hostigamiento y el rechazo hacia el colectivo estaban aún a la orden del día, tras años de represión por parte del franquismo.

Estos días en los que Madrid va a recibir a tres millones de personas de medio mundo durante el World Pride, un evento eminentemente festivo y muchos de cuyos titulares aluden al impacto económico que va a dejar en la ciudad, se multiplican también las voces que recuerdan que este evento nunca habría sido posible sin el sudor y la sangre de miles de activistas, de tantas personas incomprendidas y marginadas por la sociedad de su época. Gasteiz, precisamente, se sumergió ayer en la celebración del 28-J con ese ánimo reivindicativo, el que quiere tener presente que el camino recorrido ha sido de muchas espinas y que no está todo hecho pese a que se haya avanzado en muchos aspectos. Tampoco, por supuesto, faltó el ánimo festivo y el color que pinta la diversidad de esta jornada, que tuvo en la manifestación celebrada desde la Virgen Blanca su parada más multitudinaria.

La marcha, a la que precedió una kalejira transfeminista por las calles del Casco Viejo, llevó en esta ocasión por lema Heteropatriarkatua desobeditu. Plazerez blaitu. Es un placer desobedecer. Y volvió a nacer del impulso del activismo local, en este caso el del Movimiento Feminista de Gasteiz. Cánticos, consignas, banderas y reproches hacia los sectores más retrógrados de la sociedad se sucedieron durante el recorrido por las calles del centro, bajo la amenaza constate de la lluvia, antes de que la manifestación se detuviese por última vez en la plaza de Los Fueros.

Allí, sus impulsoras prometieron “seguir respondiendo a las agresiones de la heteronorma con nuestro placer”, un disfrute físico y espiritual que también se manifiesta de formas muy diversas. “Hacer ruido nos da placer. Inventarnos nuestras vidas nos da placer. Desobedecer nos da placer. No conformarnos nos da placer. Ganar nos da placer. Gritar nos da placer. Aliarnos nos da placer. Ser fuertes y grandes nos da placer. Reír nos da placer. Elegir nos da placer. Aprender nos da placer. Mojarnos nos da placer. Comernos nos da placer. Morrearnos con nuestras amigas nos da placer”, enumeró el manifiesto final, que también aludió a la realidad que aún acompaña al movimiento LGTBI en su día a día. “Habitar cuerpos diversos, construir identidades que son oprimidas y disfrutar de prácticas prohibidas son a menudo realidades difíciles de ser vividas”, enfatizó el texto.

Gasteiz oscureció y la celebración siguió para muchas y muchos, mientras la fachada del Ayuntamiento y el edificio de Los Arquillos se iluminaban con los colores del arcoíris por iniciativa municipal, como ya hiciesen el año pasado. Un gesto que no ha sido suficiente para los grupos municipales de EH Bildu, Podemos e Irabazi, que a media mañana desplegaron una bandera de cinco metros, de balcón a balcón, en la fachada del Ayuntamiento. “Esperemos que en próximas ocasiones no tengamos que hacerlo así y sea por iniciativa del gobierno”, espetó Óscar Fernández (Irabazi), que denunció la “hipocresía” del alcalde, Gorka Urtaran, por no querer sumarse a este acto “reivindicativo” cuando en otros casos sí se colocan otras banderas en la fachada del Consistorio, como las de los equipos deportivos profesionales. Lo acompañaron los ediles Aitor Miguel (EH Bildu), Jorge Hinojal y Juan Cerezuela (Podemos). La bandera, pese a todo, permaneció colgada en ese lugar durante toda la jornada.

DECLARACIÓN INSTITUCIONAL Sí coincidieron todos los grupos con representación en el Ayuntamiento en dar luz verde a una declaración institucional, como todos los años por el 28-J, en la que quisieron poner énfasis en la motivación que este año tiene el día del Orgullo a nivel mundial, el reconocimiento de los derechos humanos de las personas LGTBI allá donde vivan. Los informes de ILGA y de Amnistía Internacional señalan que la homosexualidad está perseguida a día de hoy en 72 Estados y castigada con pena de muerte en 13 de ellos.

“Ante estas violaciones de Derechos Humanos de las personas LGTBI en el mundo no podemos permanecer impasibles, y así lo demanda una ciudadanía que exige una intervención clara, decidida y eficaz de sus instituciones frente a la persecución y penalización legislativa de aquellos estados y regiones que violan los Derechos Humanos, persiguiendo tanto las relaciones consentidas entre personas adultas del mismo sexo como a las organizaciones y activistas que defienden los Derechos LGTBI”, remarcó la declaración institucional.

El texto apuntó también a que la educación “aparece como el instrumento más eficaz en la lucha contra la discriminación y la intolerancia”, sin olvidar que “la lucha por la igualdad no será completa” si desde las instituciones no trabajan al mismo tiempo “contra otras desigualdades, como el machismo y el racismo”.

“En este 28 de junio, tenemos claro que la lucha continua, que hay razones de sobra para continuar reclamando los derechos de lesbianas, homosexuales, transexuales y bisexuales, en nuestros pueblos y calles, en los centros educativos, en la familia y con nuestras amistades, en los centros de trabajo, en la publicidad, en el ocio y también en las instituciones”, remarcaron los grupos. A través del texto, el Ayuntamiento se “reafirmó” en el “compromiso de actuar contra las diferentes expresiones de LGTBIfobia” que puedan darse en la ciudad e instó al Gobierno Vasco a “analizar o revisar” la actual Ley de personas transexuales “para garantizar” sus derechos de la mano de los colectivos que las amparan.

Gipuzkoa, orgullosa de su diversidad

Instituciones y ciudadanía reivindican un territorio libre de odio en el Día del Orgullo LGTBI

Manifestación de este miércoles en Donostia en favor del colectivo LGTBI. / LOBO ALTUNA

La capital guipuzcoana ha celebrado este miércoles la diversidad, en las instituciones y en las calles, con motivo del Día del Orgullo LGTBI -siglas que hacen referencia al colectivo de lesbianas, gays, transexuales, bixeluales e intersexuales-. Gobierno Vasco, diputaciones, cámaras forales y ayuntamientos han aprobado distintas declaraciones institucionales y protagonizado varios actos a favor de la libertad afectiva y sexual.

El Ejecutivo autonómico, a través del servicio público Berdindu!, ha aplaudido que «tras años de lucha, el colectivo LGTBI es más visible, cada vez hay más armarios rotos y lo que es más importante, cada vez se construyen menos». También han lamentado que se siga teniendo que hablar de «la discriminación» que sufre este colectivo, poniendo como ejemplo los campos de concentración en Chechenia y otros conflictos más cercanos, en los que «la visibilización del lesbianismo ha tenido como respuesta la expulsión de una cafetería o la agresión que sufrió una pareja de chicas».

La Diputación foral de Gipuzkoa, por su parte, ha renovado su compromiso con el colectivo LGTBI y se ha sumado a sus reivindicaciones a través de una declaración institucional en «defensa del derecho de todas las personas a una elección libre de su orientación sexual y de su identidad de género». También se han comprometido a lanzar un Plan de Convivencia en la Diversidad -que presentarán en las próximas semanas- y han apostado por fomentar «acciones educativas y de sensibilización que aborden la diversidad de género entre niños, niñas y adolescentes en un clima de equidad y de iguales condiciones» para todas las personas.

Han abogado para ello por crear «espacios seguros entre jóvenes donde combatir el prejuicio y las discriminaciones», ya que la institución foral «reprueba y condena cualquier acto de violencia explícita o implícita», así como «las conductas homófobas o discriminatorias».

Mientras los representantes forales daban lectura al texto, una artista ha plasmado la declaración en imágenes que ha dibujado sobre un mural en cuya parte trasera se ha dispuesto un espacio para que los paseantes que pasaban por la plaza de Gipuzkoa, si así lo deseaban, hicieran sus aportaciones.

Ante el odio, denuncia

Además de todos estos actos institucionales, la asociación Transbollomarika Sarea ha presentado un protocolo de actuación en caso de agresiones contra personas del colectivo LGTBI, en el que anima a denunciar y a ponerse en contacto con su red para conseguir apoyo.

También el Gobierno Vasco ha animado a los ciudadanos a denunciar las violaciones de derechos y los «discursos de odio» contra el colectivo LGTBI. El mismo mensaje que se ha trasladado en la manifestación organizada por EHGAM y que por la tarde ha recorrido Donostia.

Tanto el Kursaal como el Ayuntamiento de la ciudad han lucido los colores del arcoiris en señal de apoyo al colectivo.

Un Orgullo Crítico multitudinario planta cara al World Pride para reivindicar el “espíritu combativo” LGTBI

Manifestación del Orgullo Crítico en Madrid.

Como cada año desde hace más de diez, el otro Orgullo sale a las calles con la mirada puesta en 1969. Lo hace cada 28 de junio para hacer coincidir la movilización con el día en que estrictamente se celebra el Orgullo LGTBI. En él se conmemoran los disturbios del bar neoyorkino de Stonewall Inn que, encabezados por mujeres trans y travestis no blancas, hicieron frente a la represión policial hace 48 años.

Pasadas las 18.30, la plaza madrileña de Nelson Mandela, de donde partía la manifestación –para culminar en Plaza España–, ya estaba abarrotada de colores y banderas, pero la marcha ha comenzado a andar más de una hora después debido a la gran cantidad de gente. “Esto es histórico”, afirma un chico con el azul, rosa y blanco de la bandera trans pintada en la cara.

Un manifestante con la cara pintada durante el Orgullo Crítico en Madrid. ÁLVARO MINGUITO

Como un goteo, el espacio se iba llenando de pequeños grupos de personas que, o a título individual o en algún colectivo, querían reivindicar un Orgullo LGTBI en el que “haya espacio para el contenido político”, explica Laura, lesbiana y feminista. Ha venido con dos amigas que asienten mientras esta joven de 21 años asegura que la L de las siglas “tiene que visibilizarse más porque el colectivo sigue poniendo por delante al hombre gay y eso no parece que lo vaya a romper el Orgullo oficial”.

Caras pintadas, purpurina, alegría y música acompañan a los lemas que entona la marcha, al ritmo de batucada, cuya pancarta de cabecera reza: “Disidencia es resistencia”. Muchos son los bloques que este año se han sumado a la movilización. Entre ellos, el Bisexual, Pansexual y Plurisexualidades, al que pertenece Deborah, que rechaza “la imagen unitaria y homogénea que da el Orgullo oficial del colectivo LGTBI”. Este, concluye, “está pensado para ganar dinero”.

Manifestación del Orgullo Crítico en Madrid. ÁLVARO MINGUITO

Muchas son las demandas de este Orgullo Crítico, que no enfoca su batalla únicamente a las reivindicaciones consideradas LGTBI sino que, además, apuesta por un movimiento interseccional “que luche contra todas las formas de opresión”, como el racismo o el machismo, explica Minia, que tiene 18 años y ha venido con el bloque asexual. “Los asexuales no nos sentimos del todo incluidos en el colectivo y creemos que esta es una forma de reivindicarlo”, explica la joven, que hace hincapié en que al Orgullo oficial “le falta mucho de reivindicación”.

La marcha sigue su camino con la cabecera a punto de entrar en la Puerta del Sol. “Orgullo no se vende, Orgullo se defiende”, exclaman los manifestantes. La magnitud de la protesta hace que cada bloque, grupo o colectivo coree sus propios lemas.

Sección Invertida, Resistencia Sorda, RQTR –el primer colectivo universitario LGTBI, nacido en los 90–, la Asociación de Familias de Menores Trans Chrysallis, Manada antirracista transfronteriza u Orgullo Estudiantil son algunos de los grupos que han acudido, además de miles de personas a título individual que han hecho de la protesta uno de los orgullos críticos de más afluencia de los que se recuerdan.

Andre, solicitante de asilo procedente de Honduras, pertenece al colectivo Manada antirracista transfronteriza. “Más color, más orgullo”, se lee en el cartón con la bandera arcoiris que sujeta una compañera a su lado. El grupo lo forman “personas racializadas y migrantes que somos discriminadas doblemente por ser LGTBI y por el racismo que impera en la sociedad”, explica este joven que cuelga de su espalda la bandera trans. “Hay una realidad de la que no se habla y que existe, hay solicitantes de asilo LGTBI y deben ser visibles”, explica.

Un manifestante durante el Orgullo Crítico. ÁLVARO MINGUITO

Mónica Redondo, activista de la Asamblea Transmaricabollo de Sol, lleva viniendo a esta movilización diez años y afirma que “posiblemente” sea la más multitudinaria a la que ha asistido. “Donde de verdad hay que estar es aquí. Donde los colores del arcoiris están representados es en una marcha como esta, que está insipirada por las revueltas de Stonewall y las del 77 en Barcelona. La oficial ha desvirtuado este precedente”.

Lo mismo opina Iñaki, del colectivo gitano, que afirma no oponerse al ambiente festivo que suele reinar en el Orgullo, pero le reprocha que “todavía cuenta con mucho espacio para la batalla”. Sostiene que el colectivo gitano asiste para enfrentar la homofobia y el antigitanismo: “La homofobia que vivimos dentro, pero también esa concepción social que nos homogeneiza como gitanos en un bloque y vincula como hecho identitario la homofobia”, sentencia.

Manifestación del Orgullo Crítico en Madrid. ÁLVARO MINGUITO

Crítica y visibilidad

A las críticas que hace el Orgullo Crítico de la fiesta anual en la capital se suma “la deriva neoliberal” y “el mercantilismo” que,  en opinión de muchos manifestantes, ha tomado fuerza durante los últimos años.

“Ay Carmena Carmena, nuestro orgullo no es solo una bandera”, gritan poco antes de dirigir sus palabras a la Ley Mordaza, que el próximo 1 de julio cumple dos años desde su entrada en vigor. Corean lemas contra el machismo, la transfobia y la consideración de la transexualidad como una enfermedad: “La patología es la psiquiatría”.

Un manifestante sostiene una pancarta durante la marcha. ÁLVARO MINGUITO

Alex, del colectivo el Hombre Transexual, asegura que las personas trans “siempre han estado olvidadas” y critica que la celebración del 1 de julio “no nos representa, está copada por empresarios y políticos que solo se acuerdan del colectivo LGTBI ese día por los beneficios”. Alex incide en que, aún así, su colectivo acudirá a la marcha oficial “porque los ojos del mundo estarán puestos en Madrid y es una oportunidad de visibilización”, sentencia.

Así es el Orgullo Crítico

El Orgullo Crítico, que ha tomado diferentes nombres a lo largo de los años, se define como anticapitalista y transfeminista y quiere plantar cara al Orgullo que en esta ocasión ha hecho de Madrid su capital mundial. Por ello, esta edición los activistas que conforman la Plataforma llevan preparando la cita todo el año después de tomar el pulso a la calle el pasado 17 de mayo en una manifestación contra la LGTBIfobia que superó las expectativas.

Los manifestantes recorren las calles del barrio de Lavapiés. ÁLVARO MINGUITO

Herederos de los movimientos más radicales que en los años 90 revolucionaron la escena activista madrileña, como la Radical Gai o LSD, reivindican el “espíritu combativo” LGTBI y reclaman que sus derechos “no son mercancía en manos del capitalismo rosa”. Con ello se refieren a la denominación desde las teorías críticas a la apropiación del discurso LGTBI por parte de la economía de mercado.

La Plataforma nombra como clave la conformación en 2004 de AEGAL, la Asociación de Empresas para Gays y Lesbianas. Aunque la manifestación del 1 corre a cargo de la FELGTB y Cogam, AEGAL gestiona las licencias de las barras o los escenarios, entre otras cosas.

«Sigue habiendo sectores homófobos y parece que están rabiosos»

 

Imanol Álvarez (EHGAM) ha puesto en valor en Info7 irratia lo avanzado durante estas décadas en el ámbito de la diversidad sexual y su aceptación, cree que «es digno de ser celebrado». Sin embargo, ha alertado que «falta mucho» todavía y que «hay sextores de la sociedad que siguen siendo homófobos» y que, además, «parece que están rabiosos porque su realidad circundante no es tal como lo era antes» y por ello ha denunciado el aumento de ataques homófobos.

Preguntado sobre el tema, se ha mostrado algo preocupado con la mercantilización de algunas iniciativas. Tras recordar que «aquí siempre ha sido típico lo de ‘jaia eta borroka’» y afirmar que debe seguir siendo así, cree que «el problema surge cuando se mezclan las cosas y una oculta la otra», ha denunciado los casos en los que «la fiesta oculta toda reivindicación y se mercantiliza de tal manera que a veces resulta vergonzoso».

Como cada año, EHGAM ha otorgado sus premios positivo y negativo, el ‘triángulo de oro’ y la ‘alpargata de trapo’. El tirón de orejas ha sido para la campaña tránsfoba de ‘Hazte Oir’ y el aplauso para la iniciativa primera de Chrysallis. La portavoz de este colectivo, Bea Sever, ha agradecido el premio. Preguntada sobre los avances a destacar, ha recordado la aprobación por parte del Gobierno de Nafarroa de la Ley de Igualdad Social LGTBI+ y ha mostrado su deseo de que esta regulación se exitienda, también, a la CAV.

La lucha por los derechos sexuales y de género sale hoy a las calles

Movilizaciones en las calles, declaraciones institucionales y actos de otra naturaleza se sucederán hoy en Euskal Herria, como en el resto del mundo, en el Día Internacional del Orgullo LGTBI, donde la lucha por los derechos sexuales y de género estará más presente que nunca a pesar de los intentos por mercantilizarla. Han sido convocadas manifestaciones en las cuatro capitales del sur del país para esta tarde mientras la marcha de Biarritz será el sábado.

La reivindicación de la diversidad sexual y la denuncia de toda expresión de homofobia estará hoy presente en numerosos actos y movilizaciones convocadas en Hego Euskal Herria. Distintas organizaciones advierten del intento del neoliberalismo por tratar de condicionar los resultados de años de lucha, visibilizando a una parte del colectivo y invisibilizando a otro.

En Bilbo, por ejemplo, la Coordinadora 28J se posiciona en contra de «estrategias institucionales y mercantiles», en relación del Bilbao Pride del pasado fin de semana. Reivindican la lucha contra «un sistema capitalista que sigue aplastándonos». «Somos diversos y vivimos experiencias muy diferentes, pero luchamos juntos y para beneficio de todos», proclaman.

La cita en el Botxo es, a las 19.30, en la plaza Elíptica, a la misma hora que la convocada en Donostia, en el Boulevard. La movilización de Gasteiz partirá, a las 20.00, desde la plaza de la Virgen Blanca. En Iruñea será, a las 19.00, desde la vieja estación de autobuses

La capital navarra cuenta desde ayer a la tarde con un centro en el Casco Viejo, en la calle San Gregorio número 28, promovido por el Ayuntamiento, en el que se informará, atenderá y apoyará a personas lesbianas, bisexuales, transgénero e intersexuales, así como a profesionales y colectivos interesados.

En Harrotu Centro LGTBI trabajarán tres profesionales que ofrecerán atención presencial, telemática y telefónica para informar, atender, apoyar, sensibilizar y generar espacios de encuentro y reflexión.

 

Autor de una agresión homófoba en Bilbo acepta su condena

El juicio que se iba a desarrollar ayer en un juzgado de Bilbo contra una persona acusada de haber golpeado en un ojo a un trabajador de su empresa por su condición sexual, al que despidió después de reincorporarse a su puesto de trabajo tras la baja, no llegó a celebrarse al aceptar su condena, asumiendo su responsabilidad civil y el año de alejamiento dictado. Acusación y Fiscalía pedían penas de cárcel.

La víctima tuvo que ser operada hace un año por las lesiones sufridas y al retornar tras la baja a la empresa, que da servicio a la administración pública, recibió la carta de despido.

El agredido, afiliado al sindicato LAB, estuvo arropado por integrantes de la central, que se concentraron ante la sede judicial para denunciar los hechos. Urtzi Ostolozaga advirtió que este tipo de agresiones son sistemáticas en los centros de trabajo, incidiendo en que las sucesivas reformas laborales han colaborado a que se sucedan estos delitos de odio. A.G.