CULTURA JAPONESA ‘Atador’ o atado

Publicado en La voz digital

El ‘shibari’ es una técnica japonesa erótica para atar personas que empieza a ganar popularidad en España

Pilar Aldea ata a Ana Gutiérrez, quienes forman el grupo Cuerdas poéticas

Pilar Aldea ata a Ana Gutiérrez, quienes forman el grupo Cuerdas poéticas. / Foto: Toni Chaptom

“Cuando me quedé colgada sentí totalmente la libertad y me dio por cantar. Estaba rabiosamente libre. Fue un acto de voluntad extrema”, así relata la fotógrafa Pilar Aldea su primera experiencia con el‘shibari’. Ella ya había oído hablar de esta técnica erótica de origen nipón que se basa en el arte de atar personas con cuerdas. Su curiosidad y ganas de aprender la llevó a una exhibición que incluía una suspensión mediante esta disciplina. La persona que iba a ser atada se sintió indispuesta en el último momento y Pilar, decepcionada ante la posibilidad de quedarse sin espectáculo, ofreció con valentía su cuerpo para que fuera pendido por las cuerdas.

El ‘shibari’ -literalmente ‘atadura’- se suele relacionar con el ‘bondage’ pero, aunque tengan semejanzas, la técnica japonesa va más allá del erotismo. Es una comunicación artística, sensorial e incluso espiritual que se genera entre tres interlocutores: el atador, el atado y el espectador.

Talleres de iniciación

En Japón, el ‘shibari’ tiene grandes escuelas y grandes maestros, llamados ‘nawashi’, y copa los escenarios de grandes teatros. Pero en España no es una técnica del todo desconocida. Hoy, en Barcelona, se impartirá uno de los muchos talleres de iniciación al ‘shibari’ que existen en nuestro país. En la sala La Piconera, la compañía de danza-teatro Cuerpo Transitorio reunirá a 12 parejasdispuestas a atar y a ser atadas. Además de otros tantos ‘singles’ que intervendrán como espectadores. Alberto No Shibari -el ‘atador’ y uno de los mayores representantes del ‘shibari’ de España- y Kuss -la atada-, mostrarán las bases de un arte que precisa muchísima técnica.

“Empezamos por puro morbo”, contesta Alberto ante la pregunta sobre sus inicios con el ‘shibari’. Cuando su pareja y él comenzaron a experimentar con las cuerdas, hace 10 años, no se exponían tanto como ahora: “Todo se mantenía en un ambiente muy oscuro. Es por eso que queremos ahora sacarlo a la luz, con un planteamiento más abierto, centrado en el contacto y la sensualidad. Últimamente se está generando mucho interés porque la gente empieza a abrirse a todo tipo de experiencias”, explica el ‘atador’ que, a pesar de su gran experiencia, se considera un mero aprendiz. En el taller de hoy pondrá todo el énfasis en la seguridad. La responsabilidad de la persona que ata es muy importante y todas las precauciones son pocas. “El riesgo siempre existe”, avisa Alberto.

Una de las cosas más interesantes del ‘shibari’ es la conexión que se produce entre el que ata y el que es atado, ya sean conocidos o no. “Es como el sexo. Puedes tener relaciones con desconocidos que sean fantásticas, y otras aburridas con tu pareja sentimental. Es más como bailar. Si bailas con alguien que tiene buen ritmo y sensibilidad se disfruta mucho más”, explica Pilar, quien aprendió de Alberto el arte de atar y que forma junto a Ana Gutiérrez -la atada- el grupo Cuerdas Poéticas. Ellas describen su espectáculo como una ‘sensual performance de poesía explícita’. Pilar sorprende en su espectáculo porque habla con el público, recita poemas, se expresa llamando la atención de los presentes mientras rodea, anuda y suspende a Ana. Aunque actualmente no es extraño que una mujer adopte el rol de atadora en el ‘shibari’, es cierto que es un papel donde abundan los hombres. “El mundo del ‘shibari’ no está exento de padecer la enfermedad del machismo, pero como cualquier otra cosa en la vida. Hay mujeres que atan a mujeres y mujeres que atan a hombres”, aclara la fotógrafa madrileña.

‘Shibari’ en España

Precisamente en la capital, un pequeño local sirve como punto de reunión a maestros, seguidores y curiosos del ‘shibari’. El café El dinosaurio todavía estaba allí…, en pleno barrio de Lavapiés, organiza los miércoles de cada dos semanas una muestra de este arte erótico que comienza a tomar popularidad. La próxima cita será el 5 de marzo a partir de las 20.30 horas.

Además del taller que impartirá hoy Alberto No Shibari en Barcelona, la ciudad condal acogerá el domingo un encuentro centrado en esta técnica: ‘Shibari Experience’. Esta reunión, que se lleva a cabo dos domingos de cada mes en el club Rosas 5, está siendo recogida por las fotografías de Tentesion que, además, prepara un libro que mezcla el ‘shibari’ con los tatuajes.

Buenas oportunidades para adentrarse en una actividad llena de belleza y sensualidad que puede asustar en un principio pero que provoca un inevitable magnetismo. Solo queda elegir si atar o ser atado.

Los católicos españoles, a favor de las bodas gais y el aborto

La jerarquía eclesiástica, especialmente la española, se ha manifestado reiteradamente contra el aborto y los matrimonios homosexuales. Basta un ejemplo reciente. La última nota de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, bajo la presidencia del cardenal Antonio María Rouco, decía: “Nadie tiene derecho, en ninguna circunstancia, a quitarle la vida a un ser humano inocente. Una ley del aborto, por muy restrictiva que fuera, seguiría siendo injusta”. La opinión de los creyentes españoles, sin embargo, dista mucho de lo que predican los que se suben al púlpito. En este y otros asuntos relativos al modelo de familia o la disciplina interna de la institución. Así lo corrobora una encuesta realizada por Bendixen&Amandi para la cadena norteamericana Univisión entre 1.000 católicos españoles, dentro de un sondeo en 12 países de Europa, América, África y Asia.

Solo un 8% de los encuestados respondió estar en contra del aborto en cualquier supuesto, frente a un 88% que está a favor (el 24% en cualquier caso y el 64% en algunos). A Evaristo Villar, portavoz de Redes Cristianas, no le sorprende el dato. “El comienzo de la vida es una cuestión científica y con la ley actual no ha habido especiales problemas. Estamos a favor de que se mantenga y en contra de la reforma de Gallardón. Y la Iglesia tendría que acercarse a la sociedad actual y entrar en la modernidad”, opina.

Villar cree que los resultados de Univisión son la prueba del divorcio entre la jerarquía y la base católica. Más aún, opina que la institución “tendría que tomar buen ejemplo de Jesús, que superó la mentalidad de su tiempo”. “El tema de que los curas no se puedan casar es una cuestión de mera disciplina y podrían cambiarlo en cuanto quisieran”, asegura. Como él, el 73% de los católicos españoles piensa que deberían poder contraer matrimonio.

Lejos de la afirmación que hizo el nuevo cardenal español designado por el papa Francisco, Fernando Sebastián, quien señaló la homosexualidad como una deficiencia que se podía corregir con tratamiento, el 64% de los católicos apoya que personas del mismo sexo se casen. Un porcentaje que se eleva al 83% entre los jóvenes entre 18 y 34 años. La estadística global queda mermada porque los mayores de 55 años aprueban estos matrimonios en menor medida (46%). Pese a la aceptación en términos generales, la posibilidad de que estas uniones se celebren en una Iglesia divide casi a partes iguales a los encuestados: 48% en contra, 43% a favor.

Michael Brinkschröder, copresidente del Foro Europeo de Grupos Cristianos de Lesbianas, Gais y Transexuales, con sede en Múnich, asegura que los datos de Univisión confirman los primeros resultados del cuestionario que el Papa envió en otoño a parroquias de todo el mundo para pulsar la opinión de los católicos de base sobre la familia y la natalidad, que ya se han hecho públicos en Alemania y Suiza. “Indican que hay una enorme brecha entre la doctrina moral de la jerarquía y los valores de la mayoría de los laicos católicos. Los obispos deben aceptar estas realidades sociales en el sínodo que celebrarán en octubre sobre la familia y desarrollar un nuevo enfoque pastoral que dé la bienvenida a las personas LGBT”, considera.

A nivel mundial, el resultado del sondeo de Univisión es distinto. Un 66% está en contra del matrimonio homosexual y un 30% a favor. España es, de hecho, el país con mayor aceptación de estas uniones (64%), 26 puntos por encima de la media europea (38%). Los católicos africanos y asiáticos son los que se oponen en mayor porcentaje, con un 99% y 84%, respectivamente. “Aquí, con la ley de Zapatero, la gente lo ha visto y lo ha aceptado. Y la Iglesia también debería”, dice Villar.

El papa Francisco ha mostrado predisposición para escuchar. “Quiere dar un cambio de orientación a la involución que se ha producido desde Juan Pablo II”, asevera Villar. De momento, todo han sido palabras, pero un 86% de los creyentes españoles consideran su gestión “excelente o muy buena”. Apenas un 4% la considera mediocre. Está por ver si el discurso de acercamiento se traduce en una aproximación real.

Sexo indeterminado y mutilación genital de intersexuales

Desde noviembre de 2013 se ha incorporado al ordenamiento jurídico alemán la categoría del sexo indeterminado. Lo que aparentemente supone un reconocimiento jurídico del colectivo intersexual, se basa en las mismas categorías discriminatorias que vienen amparando prácticas aberrantes, ratificadas por la ciencia, como la mutilación genital.

En noviembre de 2013, el gobierno alemán ha decidido incorporar a su ordenamiento jurídico la categoría sexo indeterminado, copiando la fórmula ya operativa en Australia (indeterminate sex). De esta forma, los progenitores de recién nacidos con ambigüedad genital podrán inscribirlos en el registro civil correspondiente en una de las ahora tres categorías posibles: masculino, femenino o indeterminado (X). Lo que aparentemente supone un reconocimiento jurídico del colectivo intersexual (ahora denominado, no sin cierta polémica, Disorders of Sex Development, más popularmente conocidos como hermafroditas: se estima que en Alemania la población intersexual oscila entre 85.000 y 100.000 personas), esconde una realidad difícil de asumir. Quisiera resaltar estas zonas oscuras que el derecho ampara, conserva e inmuniza.

En primer lugar, hablar de sexo indeterminado presupone la existencia de un sexo determinado. Volvemos a las polarizaciones, a las dicotomías, a los dualismos que tanto sufrimiento han generado a lo largo de la historia. Debemos entender que el sexo determinado es aquel que se configura dentro de los márgenes de la normalidad masculina o femenina. De ahí que quede relegado como indeterminado aquel que no encaje dentro de dicha norma. Tenemos aquí la diferencia entre lo normal (nacer con sexo determinado: varón o hembra) y lo anormal (nacer con sexo indeterminado). Ello mantiene la creencia en la naturalidad de la dualidad: se presupone que biológicamente se nace hombre o se nace mujer. Se olvida la historicidad de estos conceptos, así como la multiplicidad de posibilidades de la sexualidad (cromosómicas, hormonales, gonadales, etc.). La pretendida realidad biológica -desmentida incluso por la propia biomedicina- sobre la que se asienta la dualidad y por la que se justifica la exclusión es ficticia. Asimismo, el sujeto legitimado para clasificar al recién nacido en una de las tres categorías sigue siendo el experto. Es el equipo médico el que determina la inscripción registral de aquellos nacidos con ambigüedad genital y con posterioridad a la entrada en vigor de la ley -por lo que, en principio y a falta de interpretación jurisprudencial, las personas nacidas en fechas anteriores al 1 de noviembre de 2013 no se pueden acoger al cambio registral-, lo que a la postre significa que aquellos neonatos inscritos como X lo son por un informe elaborado por el equipo médico que los sitúa en la anormalidad.

En segundo lugar, esta anormalidad se vuelve patológica: la intersexualidad, al transgredir la norma de los dos sexos, debe ser corregida. Cuando nace un bebé con genitales ambiguos se abre un protocolo -popularizado por John Money en los años 50 del siglo pasado- en el que un equipo médico formado por endocrinos y cirujanos decide el verdadero sexo del neonato. Aplicando una simple fórmula, será puesto en una de las dos columnas de la sociedad: un pene inferior a 2,5 centímetro es insuficiente para orinar de pie o para penetrar; un clítoris superior a 1 centímetro es demasiado grande y ofensivo para la futura pareja heterosexual. Esto es lo que se ha venido a llamar el falómetro (Anne Fausto-Sterling, Sexing the Body), que presupone una futura relación heterosexual y coitocéntrica. Si el equipo médico considera que la protuberancia puede ser entendida como un pene creíble, o bien creen que pueden hacer de él un pene creíble, será asignado como varón. De lo contrario, nos encontraremos ante una hembra.

Inmediatamente tras la asignación del sexo, se procede a su producción corporal a través de cirugía de asignación irreversible. En el proceso destructivo en que consiste, el 90% de los recién nacidos anatómicamente ambiguos son asignados con el sexo femenino, salvo que se garantice una función sexual masculina correcta. Durante los siguientes meses, llegando incluso hasta la pubertad, se completa la cirugía correctiva en un doble sentido: eliminar lo que sobra (borrando así las huellas) y construir lo que falta. Se crea la forma de los órganos genitales del sexo asignado y se extirpan aquellos que no coinciden. A ello hay que sumar un proceso farmacológico de suministro de hormonas.

Se podría pensar que esta cirugía es de libre elección para los progenitores. Aquí tenemos otro grave problema. La medicina ha considerado que nos encontramos ante una urgencia psicosocial, pues aunque la intersexualidad no es una situación dañina para la salud (salvo excepciones), se entiende que en el futuro la persona intersexual tendrá problemas de adaptación social si no es corregida antes de los 18 meses de edad. Al tratarse de una urgencia, no se ejecuta el protocolo del consentimiento informado: se miente a los progenitores señalando que su bebé tiene una anomalía o bien no está desarrollado del todo y necesita de la tecnología quirúrgica para solucionar su problema. Sobre esto último también en Alemania hubo una sentencia histórica hace unos pocos años: el equipo médico que extirpó los órganos reproductivos de Christiane Volling sin su consentimiento fue condenado a pagar una indemnización por valor de 100.000€.

La destrucción de genitales intactos está institucionalizada y legitimada por el discurso médico-científico como corrección de genitales deformes, anormales, ofensivos, embarazosos o viciados en su desarrollo. A través de esta corrección se desvela el verdadero sexo. Todo ello amparado por un sistema jurídico que obliga a los sujetos a vivir conforme a uno de los dos únicos sexos. En este sentido, ni siquiera la reforma alemana que incorpora el sexo indeterminado evitará la cirugía de asignación de sexo. Algunas asociaciones (Deutsche Gesellschaft für Transidentität und Intersexualität Zwischengeschlecht) creen que, ante el temor de la indeterminación, los progenitores de recién nacidos con ambigüedad genital optarán por la cirugía correctora sucumbiendo a la presión normalizadora.

Un cuarto problema no menos grave. Lo planteo a través de algunas preguntas: ¿cómo se compatibilizará la categoría sexo indeterminado con una legislación -en vigor tanto en Alemania como en España, entre otros Estados- que clasifica a las personas transexuales como enfermos mentales (disforia de género) a la hora de solicitar el cambio registral del nombre y sexo? Como se ha dicho, solo podrán acogerse al sexo indeterminado aquellas personas diagnosticadas médicamente con ambigüedad genital y nacidas con posterioridad al 1 de noviembre de 2013. Asimismo, ¿qué ocurre con el pasaporte o con el matrimonio?

Por todo ello, aunque se haya dado un paso reconociendo la existencia jurídica de intersexuales a través de la malograda fórmula del sexo indeterminado, aún queda mucho camino para erradicar lo que podemos llamar sin riesgo a equivocarnos mutilación genital (denunciada desde hace ya varias décadas por Cheryl Chase, por ejemplo en Hermaphrodites with Attitude). Esta se produce diariamente en el Occidentedemocrático y defensor de los derechos humanos. La posibilidad jurídica de la indeterminación no implicará la supresión de estas prácticas. Lejos de conformarse como un mecanismo de lucha contra la mutilación genital, la reforma alemana incide en el empoderamiento del experto. En última instancia es el profesional de la medicina el que determina el sexo del neonato, así como su sometimiento a cirugía de urgencia. Creo que el único sendero viable es aquel que elimine jurídicamente la categoría sexo de nuestros ordenamientos y deje la decisión quirúrgica al propio intersexual (prohibiéndose, por tanto, la cirugía neonatal), como se hace en Colombia desde las afortunadas sentencias de su Corte Constitucional en 1999.

En un marco interfóbico y transfóbico en el que el sistema jurídico inmuniza las categorías varón-hembra (el dimorfismo sexual como si fuese natural, negando la multiplicidad de sexualidades en todos los niveles: cromosómico, hormonal, gonadal, etc.) e impone la heterosexualidad, día tras día personas de todo el mundo son sometidas por la fuerza a este tipo de mutilación y patologización consentida por la medicina, por el derecho y, lamentablemente, por la sociedad.

 

BUG CHASERS Y GIFT GIVERS

 Esta vez les voy a hablar de un tema que yo desconocía que existiera y que me gustaría compartirles, para que también lo conozcan.

¿Alguna vez han escuchado el término ‘Bug Chaser‘? ¿Y qué tal ‘Gift Giver‘?

Hace unos días mientras navegaba por internet y me encontré con que ellos existen dentro de lo que se considera una subcultura hardcore del ambiente gay. 

Pues resulta que los bug chasers son personas que gustan y buscan tener relaciones sexuales sin protección (bareback) con aquellos quienes tienen VIH positivo, con el objetivo principal y deliberado de infectarse del virus.

 

Los gift givers son aquellos portadores del virus de VIH quienes están dispuestos a ‘donar su virus’ a quien desee recibirlo (en este contexto, a un bug chaser).

Esta práctica inició a ponerse de moda en los años 90 cuando una agrupación gay fetichista buscaba deliberadamente infectarse del virus. De este modo se crearon las ‘bug parties’, fiestas en las que se reunían grupos de alrededor de 20 personas, entre ellas una o dos personas VIH positivas que sólo el o los anfitriones de la fiesta los identificaban, en tanto que los demás invitados sabían que había gift givers entre ellos pero no tenían idea de quienes eran, dando un sentido de ‘ruleta rusa’ al momento de tener sexo entre ellos.

En general, el virus se considera entre ellos ‘un regalo’que merece ser dado y recibido (de ahí el nombre de los gift givers), una experiencia única que merece ser vivida, pero aún con ello existen varias las razones por las cuales un bug chaser busca infectarse del virus de VIH, entre las que se cuentan:

  • La excitación: Hay a quienes les resulta erótico ser infectados o la mera probabilidad de serlo, lo cual resultaría muy parecido a una parafilia.
  • El sentido de pertenencia: Consideran que es adecuado para ellos pertenecer a una comunidad , dado que han sido rechazados por la sociedad o por su imposibilidad de encajar con la misma. Incluso son personas que se sienten solas y ven esto como una solución alternativa para ello.
  • El fortalecer una relación: Personas que son VIH negativo que tienen una relación sentimental con una persona con VIH positivo y ya no desean seguir cuidándose. También por  afianzar la relación para evitar que ésta termine por motivo de los cuidados que implica evitar el contagio.
  • El sentido de inevitabilidad: Aquellos que creen firmemente que será inevitable que en algún momento dado se infecten de VIH y prefieren adquirirla voluntariamente en lugar de ser tomados por sorpresa y vivir en constante preocupación de infectarse.
  • La adrenalina: Personas que lo ven como un ‘deporte extremo’, teniendo relaciones sexuales sin protección porque la sensación de vértigo o el riesgo que implica para ellos les agrada. Incluso hay quienes consideran que el VIH no puede transmitirse por vía sexual y practican sexo bareback sin ningún temor.
  • La obtención de beneficios públicos: Quienes de alguna forma buscan la compasión del Estado o de instituciones de asistencia para obtener servicios médicos, los cuidados requeridos y también, incluso, la compañía, el hecho de saber que alguien se preocupa por ellos.

Este movimiento, por así llamarlo, ha sido objeto de estudios serios por parte de diversas instituciones e investigadores, que en su conjunto tratan de comprenderlo, documentarlo, explicarlo y en lo posible prevenir que el contagio por VIH salga del relativo control que se tiene sobre él; asimismo, se intenta comprender las razones sociales y psicológicas que mueven a los bug chasers para buscar,  obtener y vivir con ‘el regalo’. Se considera por quienes han analizado el tema que son personas que viven en una constante paranoia injustificada e incluso se les ha juzgado como con algún problema sociológico o psicológico que los mueva a ser bug chasers.

Cabe destacar que las motivaciones de los barebackers y los bug chasers que ejercen el sexo ‘a pelo’ son absolutamente distintas; mientras los primeros buscan meramente mayor placer en sus encuentros sexuales y en lo posible se esmeran en evitar enfermedades de transmisión sexual, los segundos lo hacen por la posibilidad y certeza de infección y lo hacen con gente que de antemano saben que tiene VIH.

Inclusive hay un documental hecho en 2003 llamado ‘The Gift’, realizado por Louise Hogarth, en el que se da un seguimiento a 2 personas que son partícipes de esta práctica, cuentan sus experiencias  y sus razones del porqué son bug chasers. El documental también muestra a gays de diferentes ámbitos opinando sobre el tema e incluso a un grupo de hombres ya más grandes de edad que cuentan cómo amigos y amantes han muerto por causa del VIH, los tratamientos que tienen qué llevar y una crítica a las campañas contra elVIH/SIDA. Si desean verlo, fácilmente se puede encontrar en YouTube, aunque dividido en partes y solamente en inglés (la primera parte del documental se las comparto al final del texto).

Aunque aún se desconocen datos a ciencia cierta de cuán popular es esta práctica en diversos países, incluido México, lo cierto es que existe y que de alguna forma u otra quienes están interesados de efectuarla, se contactan de diversas formas, sobre todo mediante foros y salas de chat específicas o mediante contacto directo.

Aunque considero que somos libres para hacer cuanto queramos con nuestros cuerpos y nuestra salud y se respeta las decisiones que puedan tomar quienes consideran que esta práctica les satisface, también creo que es mejor vivir y tener una vida sexual de una forma menos arriesgada y mayormente informada.

Si tienen dudas sobre cuestiones relacionadas al VIH, pueden leer muchísima literatura que hay sobre el tema, acudir con un especialista y acercarse con personas y asociaciones como
SI LO VIVO, que ofrecen para ustedes a través de SoyHomosensual y en su página web un medio de contacto directo y confidencial vía chat en el que pueden aclarar todas sus dudas con seguridad e información completamente fidedigna.Seguramente pueden ver su anuncio en la parte inferior derecha de la pantalla. Anímense e infórmense. 

Espero que el post les haya gustado, al menos para estar al tanto. Como les digo, yo desconocía esta información y he aprendido algo; no cabe duda que la diversidad se vive de maneras muy diferentes.

Saludos, abrazo de oso y toda la cosa y si tienen alguna sugerencia o comentario sobre esto o alguna otra cosa en la que pueda ayudarles, pueden escribir en el espacio destinado para ello al final del post o de manera directa a través de mis redes sociales. 

El cuidado del paciente con infección por VIH: entrando en una nueva era

La nueva perspectiva del VIH como una enfermedad crónica es uno de los mayores logros de la medicina moderna

Después de superar la primera era del cuidado del paciente con infección por VIH en la que solo podíamos tratar las infecciones oportunistas y proporcionar a los cuidados paliativos, y la segunda era en que se inició el tratamiento con fármacos antirretrovirales cada vez más eficaces, hoy podemos decir que estamos entrando en una tercera era en el abordaje de esta enfermedad. En esta nueva etapa, tenemos dos objetivos o retos principales: el primero, es el largo anhelo de la superación de las barreras que nos separan de la curación definitiva; el segundo, es el de las comorbilidades asociadas al envejecimiento, frente a las que los pacientes con infección por VIH controlada virológicamente presentan un mayor riesgo.

El primer reto nos sitúa ante la cuestión de los llamados reservorios virales. El reservorio viral es el tipo celular o espacio anatómico que preserva y mantiene viable el VIH, dejando intacta su capacidad replicativa, y es capaz de restaurar la población de células infectadas cuando estas son eliminadas por mecanismos citotóxicos virales directos o por el sistema inmunitario del huésped. Los tratamientos antirretrovirales de gran actividad (TARGA) actuales han logrado controlar la enfermedad al reducir la carga viral hasta concentraciones indetectables en plasma. Sin embargo, el reservorio viral no se ve sustancialmente alterado por estas estrategias terapéuticas a causa de la incapacidad del TARGA para actuar sobre el ADN proviral integrado o en latencia pre-integracional. Por ello, hoy, la presencia del reservorio viral se considera el principal obstáculo para la erradicación del virus.

El segundo reto nos sitúa ante la nueva perspectiva del VIH como una enfermedad crónica, lo que supone sin ningún género de duda uno de los mayores logros de la medicina moderna. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el propio paso de los años y el hecho de que con frecuencia los pacientes con VIH reúnan distintos factores de riesgo para enfermedades características del envejecimiento, ha dado lugar a que cada vez más pacientes con VIH presenten lo que se conoce como multicomorbilidad o polipatología (es decir, muchos problemas de salud al mismo tiempo), lo que obliga a compatibilizar el tratamiento del propio VIH con los tratamientos de estas enfermedades.

Nos encontramos cada vez más frecuentemente con un perfil de paciente distinto del de hace años, que presenta polipatología, es decir, múltiples patologías, y que no está recibiendo sin embargo una atención integral que aborde al paciente en su conjunto, sino una estrategia sumativa de tratamientos separados que actúan aisladamente sobre los distintos factores de riesgo.

Eso ha creado un escenario completamente diferente y mucho más complejo del que teníamos hasta ahora y que está poniendo a prueba la capacidad de reacción y de adaptación del personal sanitario involucrado en el cuidado del paciente con infección por VIH.

De esta cuestión ha venido a hablar a nuestro país en estos días, en el marco del V Congreso Nacional de GeSIDA, la Dra. Amy Justice, una de las mayores autoridades científicas internacionales en materia de VIH y envejecimiento, que dice con mucha razón que la tercera era del abordaje del VIH pasa en gran medida por el estudio de las cuestiones relacionadas con la polipatología y la polifarmacia. ¿Estamos seguros de que no estamos dando una medicación que puede ayudar por un lado, pero perjudicar por el otro? Esta inquietante pregunta es hoy la que nos hacemos todos los profesionales que tratamos el VIH y la que subyace también en el abordaje general todas las enfermedades crónicas.

Por eso, en buena medida, todo lo que aprenderemos en esta tercera era del tratamiento del VIH debería también ser aplicable el resto de enfermedades crónicas y debería transformarse en un conocimiento fundamental para nuestros sistemas públicos de salud, de los que se dice, y con cierta razón, que siguen funcionando hoy con estrategias que fueron pensadas para una realidad de hace 20-30 años, y no para el momento actual con una población envejecida con una gran prevalencia de enfermedades crónicas.

Encontrar las respuestas adecuadas a estos nuevos retos es un objetivo tan prioritario como impostergable, pues revierte en un doble beneficio: sanitario y económico. Lo que está en juego, por decirlo claramente, no es solo la supervivencia y calidad de vida de las personas afectadas por estas enfermedades, sino la propia sostenibilidad económica de unos sistemas sanitarios que tienen que hallar resortes estructurales para controlar el crecimiento del gasto sin perjudicar los objetivos de Salud Pública.

El resto es naturalmente difícil y complejo, pero solo lo alcanzaremos desde la investigación y el conocimiento. Hallaremos las respuestas, como se han encontrado en etapas anteriores, y todas esas respuestas llegarán desde la ciencia y la inversión en investigación e innovación.

Juan Berenguer, presidente de GeSIDA, Grupo de Estudio del SIDA de la SEIMC.

LA VEJEZ HACE RETORNAR A LOS GAYS AL ARMARIO

Armand de Fluvià, uno de los históricos activistas gays de España, considerado el primero en salir del armario públicamente, reflexiona desde sus 78 años sobre cómo la creación de un estereotipo homo coqueto, culto, consumista y, por supuesto joven, hace olvidar a los gays que“todos llegamos a viejos”.

Todos los activistas coinciden: los problemas de los mayores homosexuales han sido sistemáticamente postergados en la agenda reivindicativa. La lucha por los derechos tampoco escapa al culto a la juventud. “¿Quién ha oído hablar de gays viejos? ¿Quién ha leído algo del tema? Nadie”, lamenta Antonio Ruiz, presidente de la Asociación de Ex Presos Sociales, que nombra como uno de los principales problemas del colectivo su frecuente falta de adaptación a las residencias de ancianos y centros de día.

La vida de una lesbiana, un gay, un transexual o un bisexual (LGTB) mayor de 60 años difícilmente habrá sido un camino de rosas. El Estado y la Iglesia los reprimieron y persiguieron con saña durante el franquismo. La Ley de Vagos y Maleantes llevó a cientos de ellos a prisión. Llegada la democracia, el sida aguó la fiesta de la liberación sexual. Y aún hoy han de ver cómo los resabios del nacionalcatolicismo empapan el discurso sobre sexo y familia de parte de la derecha.

La vejez LGBT, un tema que debe hacernos reflexionar y solidarizarnos

La vejez LGBT, un tema que debe hacernos reflexionar y solidarizarnos

“Todos los viejos son heterosexuales”

¿Está recompensando la España actual el esfuerzo de estas primeras generaciones de homosexuales que han llegado a la vejez fuera del armario? La respuesta de activistas, asociaciones y mayores gays es un no rotundo. “La vejez está empujando a muchos a regresar al armario”, dice Antonio Ruiz.

Los motivos son variados, pero el principal es que las residencias y centros de día de mayores, públicos y privados, funcionan “bajo la premisa de que todos los viejos son heterosexuales”, en palabras de Josep Vila, sociólogo de la Fundació Enllaç. Y explica un caso elocuente: “Una de las ancianas de una pareja de lesbianas que vivía en una residencia sufrió un deterioro cognitivo. La otra mujer se vio en la tesitura de ni siquiera poder entrar a verla, porque legalmente no era nada”.

José Benito Eres, presidente del Grup dAmics Gais, Lesbianes, Transsexuals i Bisexuals denuncia además que “un alto porcentaje” de las residencias están gestionadas por la Iglesia, lo cual no contribuye a crear un clima de tolerancia. Antonio Ruiz señala que “son pocos los que van a residencias, con lo que están más expuestos a la soledad”. “Y los que van, suelen ocultar su sexualidad”, añade.

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Doble discriminación

Un 16,6% de la población total española, de unos 46 millones, es mayor de 65 años. Es imposible saber cuántos homosexuales hay en ese 16,6%, pero no lo es comprender que sus dificultades añadidas se extienden fuera de los muros de las residencias, creando una doble discriminación. La falta de descendencia de la mayoría, sumada a unas relaciones familiares frecuentemente difíciles, reduce el abanico de posibles cuidadores cuando la persona es dependiente.

Al no haber constancia oficial de sus relaciones la ley del matrimonio gay ha llegado tarde para ellos, pueden perder los derechos patrimoniales cuando muere su compañero.

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Integración

Pese al desinterés de la mayoría de asociaciones, desde 2005 existe un documento genérico de todos los colectivos que promueve una “estrategia política inclusiva con los ancianos LGTB”. La forma de concretarla no está clara. Las Administraciones optan por la transversalidad, en un planteamiento difícilmente rebatible en el plano teórico, porque pretende no crear espacios para gays, sino integrar y evitar guetos. Pero no es tan simple.

¿Qué hacer cuando son los propios colectivos homosexuales los que dicen sentir como ajenos los espacios que el Estado dedica al cuidado y al encuentro social de los mayores? La cuestión es espinosa. Al respecto, José Benito Eres pone voz a una opinión generalizada pero políticamente incorrecta que invita a la reflexión: es frecuente que a los gays no les guste el fútbol televisado, actividad que, junto al dominó, es parte sustancial de la rutina de miles de centros de día y hogares del jubilado.

Estados Unidos, Alemania, Suecia, Dinamarca, Holanda y Canadá son los países donde existen más proyectos orientados a homosexuales mayores, tanto públicos como privados, según los colectivos. Armand de Fluvià es abiertamente partidario de imitar a estos países: “Mientras haya discriminación, deben existir residencias para gays y lesbianas. En teoría no debería ser así, pero la práctica…”.

Los Gobiernos cierran las puertas a la adopción para homosexuales y solteros

Captura de pantalla del mapa de ILGA sobre adopciones por parte de parejas homosexuales.

Captura de pantalla del mapa de ILGA sobre adopciones por parte de parejas homosexuales.

Las opciones para ser padres se les agotan a los gais y las lesbianas españolas, que ven con impotencia cómo los Gobiernos de algunos países —por presiones religiosas o políticas— deciden cerrarles las puertas para adoptar. Tal situación afecta más a los varones, ya que sus posibilidades de paternidad se limitan a la gestación subrogada (cuesta casi 100.000 euros en EE UU) o al acogimiento familiar, escaso en España.

La tendencia a obstaculizar la adopción afecta también, de rebote, a los solteros heterosexuales, y empezó a agudizarse cuando, en 2005, se aprobó en España el matrimonio homosexual, según Javier Álvarez-Ossorio, de la Coordinadora para la Adopción y Acogimiento (CORA).

Rusia ha sido el último en restringir las adopciones. El mes pasado prohibió esta opción a los matrimonios homosexuales y, para evitar conceder niños a gais o lesbianas solos, también lo vetó a los solteros de países donde las bodas gais son legales. Para Jesús Santos, directivo de la Asociación de Gais y Lesbianas con Hijos (Galehi), el problema con la decisión rusa es su efecto contagio en el Este europeo. “Ya Moldavia y Kazajistán han manifestado su intención de copiar esa legislación”, afirma.

En Reino Unido, Países Bajos, Escandinavia, Alemania, España y Portugal todavía se puede adoptar sin problema, según Santos, mientras que en Italia “es imposible” y en Francia “hay cierto bloqueo”. De Asia, destacó el caso de China, donde no permiten la adopción por parte de los matrimonios homosexuales, pero sí de los solteros, aunque estos deben jurar ante un notario que no son gais o lesbianas. En India, las familias monoparentales pueden adoptar, pero el proceso tarda años y a veces es anulado por cambios en las leyes locales.

En América, las opciones de los homosexuales se reducen a Canadá, EE UU (algunos Estados), México (solo el Distrito Federal), Brasil, Argentina y Uruguay. Los demás países lo prohíben tajantemente o el proceso es engorroso. En el continente africano, únicamente Sudáfrica permite las adopciones por parejas gais, mientras que en Nigeria y Senegal solo los solteros lo pueden hacer. En el resto de países “es imposible” pensar en adoptar, según Santos, ya que sus leyes criminalizan la homosexualidad.

“Tienes el virus del sida, eres pobre y tu tratamiento cuesta 10.000 euros al año”

Médicos Sin Fronteras denuncia “los precios astronómicos” de los nuevos medicamentos contra el VIH y hace un llamamiento a romper el actual sistema de patentes de la industria farmacéutica.

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Un niño posa con su tratamiento contra el VIH en una clínica de Zimbabue

Un día, a la consulta de Jennifer Cohn en un hospital de Nairobi (Kenia) llegó un joven con el virus del sida. Había desarrollado resistencia al tratamiento habitual y la segunda opción para mantener al virus a raya tampoco funcionaba. La tercera opción, un tratamiento a base de nuevos medicamentos, costaba 9.000 dólares al año. En los cuatro años que estuvo en Nairobi, Cohn vivió la misma situación decenas de veces. Sin una terapia accesible, sólo podía anunciar una condena a muerte por motivos económicos.

“Es un precio que los gobiernos no pueden pagar y nosotros no podemos pedir al paciente que lo pague de su bolsillo. Son precios completamente fuera del alcance”, explica la doctora estadounidense. “Intentamos buscar donantes, pero es una situación muy dura. Los pacientes, a veces muy jóvenes, mueren simplemente porque las medicinas son demasiado caras”.

Cohn, de Médicos Sin Fronteras, acaba de presentar en Kuala Lumpur (Indonesia)un informe con datos escandalosos para denunciar “el precio astronómico” de los nuevos fármacos contra el virus del sida, con el que viven 34 millones de personas en el mundo. En algunos países, como Armenia, uno de estos nuevos medicamentos, el raltegravir de la farmacéutica Merck, llega a costar 10.140 euros por persona al año. El salario mínimo en Armenia es de unos 83 euros al mes.

Un cóctel imposible de pagar

Tailandia, con 500.000 personas con VIH, paga 3.652 euros por el darunavir, de la multinacional Johnson and Johnson. Y Paraguay tiene que poner 5.973 euros por persona para comprar etravirina, de Janssen, cuando su sueldo mínimo es de 300 euros. Para un tratamiento completo no basta sólo uno de estos medicamentos, sino que es necesaria una combinación de todos ellos.

En los países más pobres, donde las farmacéuticas sí hacen rebajas, este cóctel cuesta, en el mejor de los casos, 1.539 euros, unas 15 veces el coste del tratamiento habitual de primera línea. “Las patentes mantienen los nuevos medicamentos contra el VIH a precios inalcanzables”, critica Cohn desde Kuala Lumpur, donde tiene lugar la Conferencia de la Sociedad Internacional sobre Sida. A su juicio, “el margen de beneficios de las farmacéuticas es extremadamente grande”. Merck, por ejemplo, ganó en 2012 unos 4.800 millones de euros.

En un comunicado, Médicos Sin Fronteras ha pedido a los gobiernos que atajen el problema de los altos precios de los medicamentos rechazando la concesión de patentes injustificadas. En algunas ocasiones, la industria alarga el monopolio sobre sus medicamentos antiguos blindándolos con patentes sobre modificaciones mínimas, en una práctica conocida como evergreening (reverdecimiento de patentes). En los países ricos, como Suiza, se ha demostrado que esta turbia estrategia aumenta hasta un 8,4% el coste de la sanidad pública. En los países con menos ingresos, sin embargo, esta política de precios inflados pone en juego la vida de los pacientes.

Emergencia sanitaria

El informe de Médicos Sin Fronteras sí constata una bajada de precios de los fármacos esenciales contra el VIH, los llamados tratamientos de primera línea. Estos medicamentos, una pastilla diaria, han pasado de costar 132 euros a 106 por persona y año. La bajada, del 19%, se debe a la llegada de medicamentos genéricos al mercado, sobre todo tras la decisión de India de no aceptar patentes sobre medicamentos antiguos.

Además, en casos de emergencia para la salud pública, las reglas de propiedad intelectual de la Organización Mundial del Comercio permiten a los gobiernos emitir licencias obligatorias, con las que otros fabricantes, y no sólo el dueño de la patente, pueden producir un medicamento. Tailandia y Brasil lo hicieron en 2006 y 2007 con varios fármacos contra el VIH, provocando una bajada de los precios. Sin embargo, estas decisiones políticas se enfrentan a fuertes presiones procedentes de la industria farmacéutica. En 2007, la multinacional Abbott canceló la venta de nuevos medicamentos a Tailandia en represalia por el paso dado por el Gobierno tailandés.

En el mundo, cada vez más pacientes necesitan nuevos fármacos, tras desarrollar resistencias al tratamiento de primera línea. En Khayelitsha, un asentamiento muy pobre cercano a Ciudad del Cabo (Suráfrica), Médicos Sin Fronteras ha dado tratamiento antirretroviral a más de 20.000 personas desde 2001. El 12,2% de los pacientes tratados durante al menos cinco años desarrolló una resistencia y tuvo que cambiar a un fármaco de segunda línea. La ONG calcula que más de 500.000 personas en el mundo necesitan esos segundos tratamientos, cuyo precio se dispara. La combinación más barata cuesta 232 euros al año, un 75% menos que en 2006 pero aún así cara, según el informe de la organización.

No obstante, los precios verdaderamente astronómicos llegan en la tercera línea, cuando los dos primeros tratamientos fallan y hay que optar por una terapia de rescate. Ahí es donde Armenia llega a pagar 10.140 euros anuales por persona. “Estamos empezando a ver que, en el futuro, muchos pacientes necesitarán tratamientos de tercera línea. Si no tienen acceso a fármacos baratos, morirán”, denuncia desde Yemen Letizia di Stefano, médica italiana especializada en VIH de Médicos Sin Fronteras. “La venta de fármacos es el negocio de las farmacéuticas, pero nosotros tenemos necesidades médicas, no podemos cerrar los ojos. Reducir el precio es la única manera de salvar vidas”, zanja.

“Las transexuales no valemos nada en Honduras, para ellos somos escoria”

Alexandra Licona es una transexual hondureña con suerte. Ha conseguido que su solicitud de asilo se tramite en tiempo récord y, sobre todo, que sea aceptada. Pero lo mejor es que está viva para contarlo. Es casi la excepción a la norma. Sobre todo para una transexual en Honduras, un país centroamericano donde la vida de los activistas por los derechos de lesbianas, gays, transexuales e intersexuales (LGTBI) no vale nada. Y no es una frase hecha.

En Honduras asesinaron en un solo año a 140 transexuales por su condición sexual. “Allí no valemos nada, para ellos somos una escoria. Honduras es un país con un machismo muy fuerte y la ignorancia es muy fuerte. Y nosotras somos personas como las demás. Queremos ser libres y vivir, como todo el mundo”, explica.

Alexandra es una activista por los derechos de los transexuales. Presidenta en su día de la liga de transexuales en Tegucigalpa, se ha jugado la cabeza y el corazón. Literalmente. Una de las obsesiones de los grupos que se dedican a perseguir a estas personas es ensañarse con sus víctimas. “La brutalidad es tremenda, se ensañan sobre todo con los transexuales. Les abren el cuerpo y les sacan el corazón”. Alexandra recuerda el caso de otra activista a la que le arrancaron la cabeza. “No la encontramos nunca, tuvimos que reconocerla por su cuerpo. En Honduras por decir la verdad, por no callarte ni renegar de tu condición de transexual te matan, te disparan, te cortan la lengua o te violan, como me pasó a mí”.

Relata su caso con una entereza inusual. Aún recuerda cuando abrió la peluquería para ir tirando. Eran los tiempos posteriores al golpe de estado contra el presidente José Manuel Zelaya que dividió al país y, en parte, a la comunidad internacional. El ambiente se volvió irrespirable para los transexuales. “Monté la peluquería y empezaron las amenazas de muerte. En un año mataron a 140 transexuales, algunas compañeras mías. Un día llamaron a un programa de radio en el que estaba y dijeron: Tú eres la siguiente”.

Durante ese mes intentó ahorcarse en varias ocasiones, se tragó trapos para asfixiarse. Sus raptores le bañaban para limpiarla y poder abusar de ella una y otra vez. “Quedé prácticamente muerta. Me tocaron y dijeron: “Esta perra está dura, se murió”.

Su respuesta como activista fue vital: “Si me tienen que matar, que me maten. No voy a dejar de decir las cosas como son”. Y lo intentaron. Alexandra fue secuestrada y estuvo en poder de sus captores -“policías, algunos les conocía. No se taparon ni la cara porque su intención última era matarme”, asegura- durante un mes. Tuvo que ser eterno. “Me metieron en un coche, me llevaron a un sitio que no conocía y allí me violaron unos 20 policías. Recibí puñaladas, me pegaron con armas y porras, me dejaron la cara irreconocible. Me dejaron marcada para toda la vida”.

Pese a todo se muestra coqueta, incluso mientras relata el salvajismo de sus captores. “Puedo ponerme guapa, me maquillo pero por dentro estoy despedazada”, confiesa. Durante ese mes intentó ahorcarse en varias ocasiones, se tragó trapos para asfixiarse. Sus raptores le bañaban para limpiarla y poder abusar de ella una y otra vez. “Quedé prácticamente muerta. Me tocaron y dijeron: “Esta perra está dura, se murió”. Estuvieron a punto de cortarla con una motosierra, pero al final la llevaron al cerro Picacho en un saco, la tiraron y la dispararon tres veces. Dos balas quedaron en sus pantorrillas, la tercera le rozó la cabeza. Pero sobrevivió.

Como pudo llegó hasta donde su madre, que le ayudó a salir del país. Nicaragua, Brasil, Costa Rica y, finalmente, llegó a España, donde los policías le detuvieron y humillaron en el aeropuerto. “Venía a un congreso en Madrid y los policías me llamaron maricón, me dijeron que había venido a prostituirme y que tenía una facha de yonqui. Llevaba 600 euros y me dijeron que seguro que los había robado. Al final, me hicieron firmar una orden de expulsión y la firmé”.

Ahí entraron en acción los abogados de CEAR. Estuvo tres días en Barajas en un recinto de la Cruz Roja y finalmente pudo entrar en España. Primero estuvo refugiada en un centro de CEAR en Getafe y en seis meses logró tener la documentación en regla y el estatuto de refugiada. En España, en 2012 se formalizaron 2.580 solicitudes de asilo, la cifra más baja en los últimos 25 años. El 80,29% de las solicitudes fue admitida a trámite, pero únicamente se concedió el estatus de refugiado a 220 personas, el año que menos se han concedido desde la aprobación en 2009 de la Ley de Asilo vigente. 26.457 personas fueron repatriadas el año pasado.

Alexandra tuvo suerte. Salvo la vida en Honduras y logró el estatus de refugiada en España. No es moneda común entre los que tienen que abandonar su país para evitar persecución o una muerte segura. Hoy 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado. En 2011 había un total de 42,5 millones de personas desplazadas de manera forzosa en el mundo: 15,2 millones eran refugiadas, 26,4 millones eran desplazadas internas y unos 12 millones carecían de nacionalidad (apatridia).

Los psiquiatras se suman a la abolición del DSM y el CIE y apoyan el modelo de rehabilitación en salud mental

Artículo publicado en INFOCOP ONLINE

Un amplio grupo de psiquiatras, liderados por el doctor S. Timimi, han enviado una petición formal al Colegio de Psiquiatras de Reino Unido en la que solicitan la abolición de los sistemas de clasificación diagnóstica, CIE y DSM. La petición se ha acompañado de una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org, que, en el momento de redactar este artículo, contaba con el apoyo de más de 1.000 firmantes en tan sólo dos días tras su lanzamiento. En declaraciones a los medios, S. Timimi ha afirmado que: “El proyecto del DSM no se puede justificar, ni en sus principios teóricos ni en la práctica. Tiene que ser abandonado para que podamos encontrar formas más humanas y eficacesde responder a la angustia mental”.

En el comunicado, titulado “No más etiquetas diagnósticas” (No more psychiatric labels), realizan una revisión exhaustiva de los motivos y de la evidencia científica en la que sustentan esta posición, estableciendo las siguientes conclusiones:

  • Los diagnósticos psiquiátricos no son válidos.
  • El uso de los diagnósticos psiquiátricos aumenta la estigmatización.
  • La utilización de diagnósticos psiquiátricos no ayuda a la decisión sobre el tratamiento a elegir.
  • El pronóstico a largo plazo de los problemas de salud mental ha empeorado.
  • Estos sistemas imponen las creencias occidentales sobre los trastornos mentales en otras culturas.
  • Existen modelos alternativos, basados en la evidencia, para proporcionar una atención eficaz en salud mental.

El escrito, supone una declaración sin tapujos, de lo que estos psiquiatras consideran acerca del quehacer de su trabajo y del futuro de la salud mental.La psiquiatría se encuentra atrapada en un callejón sin salida”, aseguran en la introducción al texto. La recopilación de estudios científicos sobre epidemiología, las investigaciones transculturales y los ensayos clínicos de eficacia del tratamiento “ponen de relieve hasta qué punto los datos son inconsistentes con el modelo médico dominante, basado en diagnósticos, y considerado como el paradigma organizativo de la práctica clínica”. “El uso continuado de los sistemas de clasificación diagnóstica para la realización de la investigación, la formación, la evaluación y el tratamiento de las personas con problemas de salud mental es incompatible con un enfoque basado en la evidencia, capaz de mejorar los resultados”. Por tanto,“ha llegado el momento de facilitar que la teoría y la práctica en salud mental superen este estancamiento, eliminando los sistemas de clasificación diagnóstica CIE y DSM”.

En relación con la etiología de los trastornos mentales, el comunicado señala que “el fracaso de la investigación científica básica para revelar cualquier disfunción biológica específica o cualquier marcador fisiológico  o psicológico que sirva para identificar un determinado diagnóstico psiquiátrico es sobradamente reconocido”. “La única excepción importante a la falta de apoyo sobre la etiología de un diagnóstico es el trastorno por estrés postraumático, que atribuye los síntomas al resultado directo de un trauma”. Además, existe un amplio cuerpo de evidencia que vincula los episodios psiquiátricos, considerados como más graves, como las alucinaciones auditivas y la psicosis, a situaciones de trauma y abuso, incluyendo el abuso sexual, el físico y el racial, la pobreza, el abandono y el estigma”. Por este motivo, “es importante tratar de comprender las experiencias psicóticas dentro del contexto de la historia de vida de la persona. No hacerlo puede resultar perjudicial porque empaña y añade confusión acerca de los orígenes de las experiencias y conductas problemáticas, teniendo la posibilidad de ser entendidas”.

Los autores del texto se muestran preocupados ante la falta de validez de los sistemas de clasificación diagnóstica y manifiestan que  “el hecho de que la investigación científica básica no haya podido establecer ningún marcador biológico específico para ningún diagnóstico psiquiátrico, pone de manifiesto que los sistemas de clasificación actuales no comparten el mismo valor científico para pertenecer a las ciencias biológicas que el resto de la medicina”. Sin embargo, afirma el comunicado, “nuestra incapacidad para encontrar correlatos biológicos no debe ser vista como una debilidad. En lugar de empeñarnos en mantener un línea de investigación científica y clínicamente inútil, debemos entender este fracaso como una oportunidad para revisar el paradigma dominante en salud mental y desarrollar otro que se adapte mejor a la evidencia.

A este respecto, el documento recoge los estudios y meta-análisis que avalan la eficacia de determinadas intervenciones psicológicas, así como las investigaciones sobre el efecto placebo asociado a los psicofármacos, afirmando que el modelo biologicista en enfermedad mental está obsoleto. El desequilibrio bioquímico en el que se basa el tratamiento farmacológico en salud mental, “no se ha podido demostrar”, según señala.

Asimismo, detallan los graves perjuicios que puede suponer para las personas ser tratadas bajo la perspectiva biológica (la estigmatización, la falta de búsqueda de las verdaderas causas del problema, la confianza ciega en la medicación…), así como los riesgos y la falta de eficacia del tratamiento farmacológico, citando las investigaciones, incluso realizadas por la Organización Mundial de la Salud, que evidencian, al comparar transculturalmente poblaciones de personas con trastorno mental que no habían recibido ningún tratamiento farmacológico con personas con trastorno mental que sí lo habían recibido, que  “los pacientes con trastorno mental, fuera de EE.UU. y Europa, presentan unas tasas de recaída significativamente más bajas y son significativamente más propensos a alcanzar una plena recuperación y menor grado de deterioro a largo plazo, aunque la mayoría haya tenido un acceso limitado o nulo a medicación antipsicótica”.

“En resumen, parece que actualmente contamos con una evidencia sustancial que muestra que el diagnóstico en salud mental, como cualquier otro enfoque basado en la enfermedad, puede estar contribuyendo a empeorar el pronósticode las personas diagnosticadas, más que a mejorarlo”, señala el documento. “Por lo tanto, la única conclusión basada en la evidencia que se puede extraer es que los sistemas psiquiátricos diagnósticos formales, como el DSM y el CIE, deberían abolirse.

Como alternativa, el grupo de psiquiatras que ha elaborado el documento, propone la implantación de nuevos paradigmas, basados en la evidencia, “que pueden ser desarrollados e implementados fácilmente”, e instan a la colaboración y el debate conjunto con otros profesionales de la psicología, sociología, filosofía, medicina, etc. Concluyen su comunicado, enumerando los siguientes “buenos puntos de partida”, tanto en la búsqueda de factores causales como en la realización de la práctica clínica:

  • Etiología: las investigaciones sobre la estrecha asociación entre situaciones traumáticas, sobre todo, en la infancia y adolescencia, y trastornos mentales como la psicosis, dan cuenta de que los factores contextuales deben integrarse en la investigación.
  • Práctica Clínica: Si bien los resultados sobre la eficacia del tratamiento farmacológico no ha mejorado en 40 años de investigación, existen otras alternativas, “en áreas tan diversas como los servicios de psicoterapia, los servicios comunitarios en salud mental, abuso de sustancias e intervención con parejas”, que han incorporado el peso que juega la alianza terapéutica o el apoyo social en la eficacia de la intervención, mejorando la eficacia de las resultados. Determinados movimientos basados en un enfoque de “recuperación” o “rehabilitación”, en vez de en un modelo de enfermedad y de clasificación diagnóstica, así como los programas que defienden un modelo integrado de atención a la salud mental y física, “son buenos ejemplos de cómo la evidencia puede incorporarse para facilitar un cambio de la cultura institucional”.

En definitiva, el texto supone un reconocimiento formal de las aportaciones y de la eficacia de las intervenciones psicológicas, así como del paradigma biopsicosocial y del enfoque basado en la rehabilitación, que defiende esta rama de la ciencia. Lo insólito del documento, es que es un hito que esta afirmación esté siendo avalada por un grupo de psiquiatras, comprometidos con su profesión y preocupados por mejorar la atención que se presta en salud mental.