Charlie Sheen: alcohol, drogas, sexo y sida

RESUMEN DEL AÑO – El terremoto de Hollywood

Charlie Sheen, cerveza en mano, en una imagen de archivo

Charlie Sheen, cerveza en mano, en una imagen de archivo. CORDON

Ha sido, probablemente, el terremoto del año en el showbiz. Y es que el (último) escándalo protagonizado por Charlie Sheen (50) tiene todos los ingredientes necesarios para convertirse no sólo en portada de medios de todo el mundo (como de hecho fue), sino también en una biografía best seller o una película “basada en hechos reales”. El pasado 17 de noviembre, el actor acudía al programa Today de la cadena NBC para contar que tiene el virus del sida y que, pista sobre su estilo de vida, no sabe cómo lo ha contraído.

No fueron los únicos titulares que el polémico protagonista de Dos hombres y medio concedió en este programa de máxima audiencia: Sheen lleva cuatro años, desde que le fue diagnosticada la enfermedad, siendo extorsionado por personas de su entorno que él creía de confianza. Ha sufrido, asegura, tal nivel de coacción, que ha tenido que vender dos de sus tres mansiones de Beverly Hills para hacer frente a los chantajes.

Desde luego entre esas personas cercanas a Sheen no debían encontrarse la mayoría de sus amantes (exceptuando a sus dos ex mujeres, Denise Richards y Brooke Mueller) pues no habían pasado 24 horas de la dura revelación cuandomuchas de ellas comenzaron a aparecer en programas de radio, televisión y redes sociales para criticar al actor asegurando que no habían sido informadas de la situación antes de mantener relaciones sexuales con él. En teoría, todas tendrían que estar tranquilas en cuanto a su salud pues, según declaró Sheen, sólo había mantenido relaciones sexuales sin protección con dos mujeres y con el absoluto conocimiento de ellas (otro titular). Éstas tampoco tardaron en hablar, claro.

El virus del sida es la gota (envenenada) de la vida llena de excesos de Charlie Sheen que le han llevado a perder el trabajo, a varias clínicas de desintoxicación y, ahora, al VIH. Y aún así, el vaso no ha rebosado. El hijo del también actor Martin Sheen (que se recupera estos días de un cuádruple bypass) no ha dejado sus noches de juerga y alcohol en las que ha llegado a gastar 100.000 dólares en prostitutas (casi 1,5 millones en un año) y 20.000 en cocaína. En algo tenía que ocupar el tiempo de los dos años que asegura haber estado encerrado en su casa tras recibir el horrible diagnóstico. En eso y en visionar una y otra vez sus viejas películas acompañado, eso sí, por actores y actrices porno con los que compartir, además de su tiempo, la droga y alguna que otra orgía.

Gays en Irán: cirugía o muerte

Veda, a la dcha, con hiyab y gafas de sol para no ser reconocida, junto a su amigo Samin, en lista de espera para la cirugía de reasignación de sexo.

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Se sienta delicadamente, cruza las piernas y apoya las dos manos sobre una rodilla. Su mirada es escurridiza. Su voz, casi inaudible, parece haber quedado atrapada en algún punto de la garganta, por miedo a salir y ser descubierta. Se llama Veda. Antes, Ali.

Tiene la barbilla afilada, una nuez prominente y los labios pintados. Su mayor miedo es que su hermano le mate una noche mientras duerme. “Es duro para mi familia tener un hijo con apariencia de chica”, se excusa. Veda empezó a maquillarse y a pintarse las uñas siendo todavía un niño. Cuando alcanzó la adolescencia y sus maneras afeminadas se acentuaron, su familia empezó a humillarlo y a maltratarlo violentamente. “Me gustaría ir por la calle vestido de chica, pero temo que me insulten. Una vez la policía me arrestó por escándalo público por ir vestido con ropa ajustada. En comisaría los agentes me propusieron sexo. Lloré tanto que al final me dejaron marchar”.

Rechazo social

Su caso no es aislado. En el Irán de los ayatolás, ser homosexual o travestido es un crimen. Las familias les rechazan, la sociedad les repudia y la justicia les condena. “Yo no soy homosexual, soy transexual, quiero cambiarme el sexo, no me gusta mi cuerpo, siento vergüenza al desnudarme ante un hombre porque me siento mujer”, se defiende, insistente.

Y la diferencia en la República Islámica no es menor. Mientras que la homosexualidad es delito y la sodomía está penada con la muerte, a los transexuales se les considera seres defectuosos al nacer que deben recibir tratamiento para corregir su perturbación. Ello, por el edicto religioso que, en 1980, emitió el ayatolá Jomeini legalizando las operaciones de cambio de sexo. Una excepción en el mundo islámico.

Pero lo que puede parecer un derecho avanzado en el ultraconservador Irán es, en realidad, la salida desesperada a la que se ven empujados muchos hombres y mujeres gays o con conflictos de identidad sexual que no pueden soportar la presión social y acoso policial a los que son sometidos continuamente.

La única pareja que ha tenido Veda a sus 18 años, un hombre, le dijo que sólo si se operaba se casaría con él. “Siempre he tenido la esperanza de que alguien me acepte tal como soy, pero en este país para la gente como yo sólo hay dos opciones: cirugía o muerte. Pienso muchas veces en suicidarme porque sé que nadie me querrá jamás con mi aspecto actual”.

Junto a Veda, Samin escucha taciturno el relato de su amigo, que bien podría ser el suyo propio. Ha empezado un tratamiento hormonal para aumentar el tamaño de sus senos y desde hace meses está en lista de espera para cambiarse el sexo. La determinación de operarse, igual que en el caso de Veda, emana de la convicción de estar en el lugar equivocado con el cuerpo equivocado. “Los homosexuales también tienen derecho a la vida. Tengo amigos gays. Ellos no lo han elegido. Son seres humanos y merecen respeto. En mi caso, estoy seguro de que quiero operarme porque vivir en este cuerpo es una tortura”.

Cirugía con la aprobación de la familia

Un día la policía le detuvo en la calle. Iba vestido con ropa de mujer, maquillado, con el pelo largo. “Me metieron en una furgoneta y me dijeron que dónde iba así vestido. ¡Esto es Irán, no estamos en Europa!, me gritaron. Lloré mucho. Me defendí explicando que era transexual y me dijeron que no sabían qué era eso. Acto seguido empezaron a raparme el pelo. En aquel momento sentí que mi vida había terminado”.

Desde su clínica en el acomodado barrio de Mirdamad, al norte de Teherán, el doctor Bahram Mir Jalali, de 75 años, atiende cada martes y jueves a jóvenes llegados de todo Irán decididos a operarse. Formado en París, este veterano cirujano ha realizado más de 2.000 operaciones de cambio de sexo en 20 años. Todos sus pacientes deben visitar a un sexólogo y a un psicólogo que certifiquen su perturbación. Las familias también tienen que dar su aprobación y, finalmente, un juez, que suele ser un mulá, por ser experto en jurisprudencia islámica, debe certificar la indicación de reasignar a ese paciente un nuevo sexo que corrija su “desviación”.

La consulta de Mir Jalali recibe también pacientes del extranjero llegados de EEUU, este de Europa y países árabes. Su reputación es conocida fuera de las fronteras persas. “En Irán, los homosexuales son ilegales de acuerdo con la ley islámica que rige el país. Esto no debería ser así, porque muchos gays buscan en la cirugía una solución a su falta de derechos. Además, hay mucha confusión en la sociedad sobre la diferencia entre homosexualidad y transexualidad. En la Universidad de Medicina no podemos hablar abiertamente sobre sexualidad. Muchos profesores hemos pedido a las autoridades políticas que los medios informativos aclaren la diferencia entre los dos conceptos, pero no es posible, la homosexualidad es tabú”, explica Mir Jalali a EL MUNDO.

Confusión entre gays y transexuales

¿Cómo distingue entonces a los pacientes gays de los verdaderos transexuales? “Cuando un joven viene a la consulta le explico que la operación es muy peligrosa, de alto riesgo. Que después de operarse su vida no será fácil. Le asusto. El verdadero transexual se queda. Los gays salen corriendo”.

Pero la explicación del doctor no es exacta. Existe un 30% de casos de suicidio entre los pacientes operados. Una de las principales causas es que, tras la intervención, el rechazo social es aun mayor y las secuelas psicológicas, enormes. Rostros masculinos con velo islámico, maquillados en exceso y con un sexo nuevo construido en la mesa de operaciones no proporcionan la mejor de las apariencias para ser aceptado en la sociedad iraní.

A todo ello, la enorme preocupación por el qué dirán aumenta el calvario de las familias, que se ceban con sus vástagos que caminan sobre tacones con andares resueltos y ahogan el llanto en la cama, donde pasan semanas enteras sin nada que hacer. Tras la operación, muchos de estos jóvenes huyen de casa y terminan viviendo en pisos compartidos con otros transexuales, prostituyéndose como única vía de ingresos.

Sadaf yace tumbada en su pequeño catre en una habitación lúgubre, protegida de las miradas ajenas detrás de tupidas cortinas azules. El aire es espeso aquí dentro. Apenas puede moverse. Hace tan sólo 10 días que el doctor Jalali le ha reconstruido un sexo femenino. Recuerda que cuando tenía seis años descubrió que tenía una tendencia sexual diferente. “Cuando iba a la piscina me fijaba sólo en hombres, no en mujeres”. Le pregunto si eso es suficiente para considerarse transexual, dado que quizá es gay. Me responde que si fuera gay iría con muchos hombres, pero ella “no es de esos”. Cuenta que tuvo una pareja estable con quien convivió durante siete años, pero empezó a pegarle y se separó. “Pero, a ver, ¿qué es ser gay?”, suelta de súbito. Tras escuchar la explicación, responde rotundamente que no: “En la cama yo quiero ser dócil”, pues eso significa, dice, “ser mujer”. Además, remacha, “odio a los gays. Es asqueroso”.

Su homofobia pone de manifiesto la necesidad de distanciarse de lo que ni la ley ni la sociedad toleran. Sadaf procede de una familia pobre, tradicional y religiosa del interior de Irán. Cuando les visita, se despoja de sus rizos artificiales, del kilo de maquillaje y del hijab.

Pero en Teherán, Sadaf es mujer. Tuvo que serlo, porque de otro modo, malvivía en los márgenes de la ilegalidad. Ahora malvive igual, pero legalmente.

Llego a esta conclusión después de mucho preguntar por la verdadera razón que la ha llevado a estar postrada en la cama, con necesidad de fármacos que no tiene. “Hoy he ido a los servicios sociales a buscar medicamentos pero me han dicho que no hay presupuesto, que vuelva en un mes”. No puede acceder al tratamiento médico que precisa, pero tiene algo mucho mejor: el certificado del gobierno que acredita su nuevo género. Lo saca del bolso y lo muestra orgullosa. “Durante toda mi vida me han acosado por la calle, me ha detenido y en la cárcel me han violado. Me han insultado y rechazado. Pero ahora tengo un documento que dice que soy mujer”.

Antes de la operación, Sadaf acudió a la autoridad municipal para solicitar un documento que le permitiera temporalmente vestirse como mujer. Es un trámite burocrático necesario para aquellos hombres y mujeres que desean comportarse en público como lo suele hacer el género opuesto. Durante la sesión, la secretaria judicial que firmó el permiso la echó de la sala tras preguntarle qué tipo de persona era, hombre o mujer. Desde ese día, Sadaf reza para que la funcionaria tenga un hijo como ella.

“No sabes lo que es vivir así. Sintiendo que nadie te acepta. Estoy presa en mi casa, en la calle todo el mundo me insulta. Sólo salgo a medianoche para trabajar”. De pronto, estalla a llorar. Reza la abraza. Como ella, a él también le gusta vestirse de mujer y maquillarse. Pero él tiene claro que no se operará, porque no quiere renunciar al placer sexual que siente cuando está con otros hombres. Y es quetras la operación, Sadaf ha perdido la capacidad para disfrutar del sexo. “El doctor me lo advirtió, pero me da igual. Si mi pareja me acepta, ya estoy contenta”.

La falta de placer sexual tras el posoperatorio sume a muchos hombres intervenidos quirúrgicamente en profundas depresiones. El doctor Jalili reconoce que es la causa de muchos suicidios e insiste en que el mayor problema que existe en Irán es que «mientras que fuera de este país se puede hablar libremente de estos temas, aquí está prohibido».

Las páginas de Internet sobre sexualidad están censuradas. Por eso no resulta extraño que muchos de los jóvenes que quieren operarse no sean capaces de explicar con precisión la diferencia entre homosexualidad y transexualidad.

¿Te operarías si vivieras fuera de Irán? “No, claro que no. Pero aquí resulta necesario porque de otro modo no tenemos derecho a la vida”, responde Veda.

Así vive una persona transexual en el país más represivo de la UE

Oskaras, de 18 años, conocía los riesgos pero decidió ponerse frente a una cámara para decir que es transexual. Vive en Lituania, el país de la UE más restrictivo con las personas transexuales, en el que no se les brinda ningún procedimiento para cambiar de manera oficial su género ni para someterse a tratamientos hormonales ni de cambio de sexo, en el caso que decidan hacerlo. “Tal vez me convierta en un animal de feria para la gente después de este vídeo”, decía en la campaña en vídeo #TRANS_LT, de la mayor asociación LGTB del país, LGL.

Su aparición en la campaña –la primera en vídeo en la que varias personas transexuales hablan de su experiencia como tales en Lituania– por suerte, no le ha convertido en ningún mono de feria. “Mi vida ha cambiado en cierta forma, aunque ahora más gente conoce mi ‘yo real”, admite en una conversación con eldiario.es. Antes, solo lo sabían cuatro personas de su familia y entorno más cercano, pero la exposición pública no le ha ocasionado ninguna situación incómoda. Al menos, no más allá de las habituales.

En el vídeo, en el que participa junto a otro chico transexual (Jurate) y una chica trans (Zenia), Oskaras habla de lo incómodo que es portar una documentación personal con la que no se identifica. “No puedo enseñar mi documento de identidad en una tienda sin afrontar una situación difícil. Es muy duro, no creo que esto deba ser así”. Tampoco puede ir a “los baños y vestuarios” con los que se sentiría más cómodo.

Jurate desde pequeño sintió que no encajaba. “Las niñas no deberían comportarse así”, le decían. Pero es que él no se sentía una niña. Alguna vez se puso vestidos para agradar a su familia, hasta que decidió dejar de hacerlo. “Es… como una violación social”, lamenta ante la cámara. Zenia explica que tuvo que soportar que en la universidad le cuestionaran su forma de vestir e incluso llamaron a su madre. “Tengo 21 años”, dice ante la cámara.

“La mayoría de los lituanos no aprueba nada del mundo LGTB y los transexuales estamos dentro de él. Las reacciones habituales hacia nosotros son el odio, las burlas y la intolerancia”, dice Oskaras a eldiario.es. Por ello, los organizaciones de #TRANS_LT decidieron que la población lituana conociera y se acercara a los problemas más comunes de una persona transexual en el país, desde un punto de vista cercano y personal. “Creemos que la campaña ha tenido muy buena acogida, el primer día el vídeo ya tenía más de 20.000 reproducciones y la prensa nacional y local se ha hecho eco del tema de manera positiva”, cuenta Tomas Vytautas, de LGL.

A las reticencias de la sociedad se suma la discriminación institucional. “Mayor aún”, dice Tomas Vytautas. “La sociedad es más tolerante que las autoridades lituanas. Los políticos son extremadamente homófobos y tránsfobos”. La información que recibe la población sobre el colectivo LGTBI es muy escasa, denuncia Jurate en el vídeo. “No es fácil de encontrar si no es literatura académica, que es difícil de entender”, dice el jóven trans de 29 años.

Oskaras cree que la sociedad lituana está avanzando poco a poco, aunque queda mucha labor pedagógica por el camino. “La gente joven es más tolerante y comprensiva. Más que la gente mayor, pero la mayoría todavía está llena de odio. A veces, creo que los lituanos se entretienen odiándonos. Piensan en cosas que puedan herir al colectivo LGTB. Por ejemplo, una vez, antes del evento Baltic Pride (la marcha del Orgullo LGTB de Lituania, Estonia y Letonia) echaron insecticida por las calles. Creen que eso les protegerá”, ironiza.

Cambio de sexo en el extranjero

La organización LGL pretende combatir esta falta de información a través de la campaña #TRANS_LT y, en especial, llamar la atención sobre la inexistencia de procedimientos para que los transexuales cambien su nombre y su género de manera oficial. “Lituania es el único país del Consejo de Europa que no lo tiene”, recuerdan en la ONG. La próxima primavera el Parlamento lituano debatirá este tema y la organización quiere generar una conciencia social que empuje a las autoridades a acabar con esta situación.

Un reciente informe de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) señala los deberes pendientes de la UE en la protección de la comunidad LGTBI frente a la discriminación. Lituania no queda bien parada. El estudio recoge la imposibilidad de los trans de recibir tratamientos médicos ni acceder a una operación de cambio de sexo en el país, lo que fuerza a algunos a viajar fuera de sus fronteras para ello y solo así, a su vuelta y pasando por los tribunales, pueden acceder a una documentación que refleje el género con el que se identifican.

Desde LGL indican que un procedimiento que obligue a someterse a cirugías totales de cambio de sexo para el reconocimiento de género –como parece que apuntará el Parlamento en los próximos meses– viola los derechos de los transexuales. Hay algunas personas que no quieren pasar por ese cambio integral y, de este modo, se estaría además reduciendo las múltiples formas de identidad trans.

Oskaras se ve en 20 años con un documento que no le genere problemas ante terceras personas. Una foto, un nombre y un género por el que no deba dar explicaciones. Para ello, ha tomado la situación de no esconderse. Cree que esa actitud animará a otras personas trans a dar el paso. “La comunidad LGTB en Lituania es más pequeña que en otros países por la opinión que hay aquí de nosotros. Para conseguir lo que queremos tenemos que probar que estamos aquí y estamos luchando”, dice a eldiario.es. “Si todos nos mantenemos callados, nadie nos verá y no existiremos”, resume en el vídeo.

Identidad, género, cabaret y fotografía en la Barcelona del siglo XXI

El Raval y Rube, la drag queen que actúa en ‘El Cangrejo’ en Barcelona, son los ejes de la exposición de fotografía de Rober Astorgano que hoy abre sus puertas.

La drag queen Rube

La drag queen Rube. / ROBER ASTORGANO

El fotógrafo Rober Astorgano inaugura hoy en Barcelona su exposición Rube, un trabajo que indaga en las dobles identidades, tanto personales como de la ciudad. Una persona existe dentro de una persona al igual que una ciudad habita dentro de sí misma. Rubemezcla fotografías de reportaje documental e imágenes de estudio, además de un vídeo documental, y podrá verse en la librería Veusambveu hasta el 17 de enero.

¿Qué quieres mostrar con la exposición Rube?

Mi intención es abordar las cuestiones del género y la identidad, además de mostrar una parte de la esencia del emblemático barrio del Raval de Barcelona. Para ello me baso en la historia del personaje, relacionándola con la del lugar en el que trabaja. Mediante las fotografías y el vídeo se muestra la historia de Rubén, el artista argentino en la privacidad de su hogar, y de su personaje: Rube, la drag queen que hace más de veinte años atrapa todas las miradas de ‘El Cangrejo’, un local con más de 100 años de historia situado en el barrio del Raval y que mantiene el alma de los cabarets de la época de la llamada ‘Barcelona canalla’.

¿Qué relación estableces entre Rube-Rubén y el barrio del Raval?

Una relación basada en la autenticidad, relacionando la identidad del personaje con la identidad del barrio. Este barrio, entonces conocido como Barrio Chino, fue el epicentro de la ‘Barcelona canalla’. Es aquí donde empezaron a verse los primeros números de transformismo y donde, después de la guerra civil y con la férrea dictadura, todavía, todo era posible. Tanto el barrio y el local, así como el personaje, representan para mi el carácter de la Barcelona de esa época.

¿Podría darse esa historia en otro barrio?

Posiblemente, pero creo que de una manera diferente, ya que lo que marca la diferencia en este barrio es la historia que tiene como barrio chino. Es aquí donde se han gestado los personajes más característicos y singulares, donde ha existido esa picaresca y ese desparpajo que ha definido su identidad y que ha marcado esa diferencia.

¿Qué importancia tiene el Raval para tu trabajo?

El Raval es parte fundamental del trabajo. Es un barrio que ha ido forjando su propia identidad durante la historia y que, a pesar del tiempo y de la sociedad moderna en la que vivimos donde se tiende a globalizar todo, todavía consigue mantener esa esencia de la Barcelona auténtica, que se puede ver representada en estos locales que todavía sobreviven, como es el caso de ‘El Cangrejo’.

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¿Qué imagen del barrio pretendes transmitir con esta exposición?

La imagen del barrio que quiero transmitir es la que yo sentí cuando llegue a Barcelona y lo descubrí. La de un barrio con identidad propia, diferente a la Barcelona turística que nos muestran las guías de viaje, donde todavía se puede observar la esencia de ese Barrio chino de la Barcelona canalla, a pesar del gran proceso de gentrificación que se esta llevando a cabo en él. Por tanto, la de un barrio emblemático que lucha por sobrevivir, en el que por cierto, ahora estoy viviendo.

¿De qué modo puede la fotografía romper con los estereotipos instaurados?, ¿es uno de los objetivos de tu trabajo?

Como bien decía Eugene Smith, “la fotografía podría ser esa tenue luz que modestamente nos ayudara a cambiar las cosas”, y realmente lo creo. Mediante la fotografía se pueden contar historias que muestren la realidad y que ayuden a cambiar los estereotipos marcados por la sociedad y a romper con los esquemas impuestos. Éste es uno de los objetivos de mi trabajo como fotógrafo, tanto en este proyecto como en otros, además de ser una de las motivaciones por las que seguir fotografiando y contar historias, y por lo que me apasiona tanto esta profesión.

¿Cuáles son tus referentes en fotografía?

Ésta es una pregunta siempre complicada de contestar puesto que hay muchos fotógrafos que me han influido durante mi vida y a la hora de realizar mi trabajo. Joan Colom con sus fotografías del Raval ha sido un gran referente, además de ser el que me descubrió este barrio mediante su trabajo. Siempre me he fijado mucho en los clásicos como Robert Cappa, Cartier-Bresson y la gran Cristina García-Rodero. Otros fotógrafos a los que admiro especialmente son James Nachtwey y Martin Parr, y así podríamos seguir con muchos más…

10 cosas que hay que saber sobre el “chemsex”

Artículo publicado en DoctorCaudeVilla

1.- ¿Qué es el “chemsex”?

          El término “chemsex” define el uso de algunas drogas psicoactivas en contextos de tipo sexual, sobre todo en población homosexual masculina. El uso de algunas sustancias entre varones homosexuales constituye un fenómeno emergente sobre el que se discute en circuitos profesionales al menos desde 2012 pero que ha saltado a los medios de comunicación tras la publicación de un editorial en el British Medical Journal y el estreno de un documental.

          Lo que define el “chemsex” de forma específica no son tanto las sustancias como la intención o el objetivo de su uso, es decir facilitar las relaciones sexuales, intensificar las sensaciones y/o prolongar su duración. Estudios recientes han identificado un grupo de sustancias y un patrón de consumo que son característicos, que se describen en los puntos siguientes.

2.- ¿Cuales son las drogas implicadas?

Consumir sustancias para incrementar el deseo, desinhibirse o facilitar las relaciones sexuales no es ninguna novedad. En este sentido elalcohol es, sin duda, la sustancia más asociada a este tipo de contextos. Pero en relación con el “chemsex” las tres sustancias que más se han asociado con el fenómeno son:

  • Metanfetamina: (tina, meta, en inglés crystal, meth, ice…).:  . Es un estimulante que puede esnifarse, fumarse en pipa o papel de plata o inyectarse por vía intravenosa. Es activo a pequeñas dosis (en torno a 10-15 mg) y sus efectos duran entre 6-8 horas. Produce sensaciones de energía y euforia y disminución de la necesidad de comer o dormir. Por sus efectos estimulantes incrementa la frecuencia cardiaca y la tensión arterial y puede producir otros efectos adversos (mandibuleo, dificultad para orinar…). Puede producir dependencia psicológica de forma rápida. No debe confundirse con la MDMA (que también puede presentarse en forma cristalizada)

     

  • GBL/GHB: (G, bote, chorri… También conocido como éxtasis líquido aunque no guarda relación con la MDMA). Es un depresor del Sistema Nervioso Central con propiedades estimulantes o afrodisiacas en dosis medias-bajas. Se utiliza siempre por vía oral. El GBL es el precursor legal del GHB y se diferencia de éste último por su olor y sabor nauseabundo. Su principal problema es el riesgo de sobredosis (es difícil calcular la dosis a ojo si no se conoce la concentración del contenido con certeza). AQUÍ hay información más detallada sobre esta sustancia.

  • Mefedrona (4-Metilmetcatinona, Mefe): Es un estimulante sintético derivado de la catinona que puede esnifarse, utilizarse por vía oral o inyectarse. Los usuarios definen sus efectos a mitad de camino entre un estimulante clásico ( cocaína o anfetaminas) y el efectoentactógeno (buen rollo) de la MDMA. Al contrario que las anteriores es una nueva droga cuyo consumo empezó a detectarse a partir del 2008. Fue prohibida en 2010 y, posteriormente se han sintetizado análogos de legalidad y toxicidad indeterminada (4-MEC, 4-FMC…) que en ocasiones se venden como si fueran mefedrona.

Aunque la definición académica del Chemsex sólo hace referencia a estas tres sustancias, en la práctica también es frecuente el uso de otras como ketamina, MDMA, alcohol, cocaína, poppers… así como los fármacos para facilitar la erección (Viagra, Cialis…)

3.-¿Cuales son las motivaciones para su uso?

La motivación más evidente como con cualquier otra droga son los efectos placenteros, positivos o deseados: encontrarse más cómodo, tener menos inhibiciones, incrementar las sensaciones, buscar relaciones más intensas y/o prolongadas o la búsqueda de nuevas experiencias…

Algunas personas pueden utilizar estas sustancias para vencer sentimientos de vergüenza, complejos o problemas de tipo sexual, buscando reafimar su sexualidad, para tapar conflictos (asociados a la propia sexualidad, o al miedo al rechazo por infecciones como el VIH o la Hepatitis C…) . En estos casos la probabilidad de un uso problemático es mayor.

4.- ¿Es el “chemsex” un fenómeno exclusivo gay?

Existen pocos datos objetivos e investigaciones científicas al respecto. El fenómeno se ha detectado en población homosexual masculina de mediana edad, residente en grandes núcleos urbanos y que frecuentemente tiene experiencia previa con el uso recreativo de drogas en contextos de ocio. Es posible que la asociación entre este grupo y el chemsex sea específica y pueda explicarse por motivos de tipo sociológico.

Pero ni siquiera puede afirmarse que el “chemsex” sea un fenómeno “exclusivamente gay”. En estos mismos entornos el uso recreativo de drogas o determinadas conductas y prácticas sexuales están más normalizados y tienen unmenor estigma social que en el resto de la población. Así, podría ser que, simplemente, sea un fenómeno más visible que en otros sectores de la población.

Las únicas encuestas específicas hasta el momento se refieren a población gay en Londres aunque hay datos indirectos que señalan que el fenómeno aparece también en otras muchas grandes ciudades de Europa.

5.- ¿Cual es la forma de consumo?

Como señalábamos en el punto anterior, la falta de estudios específicos obliga a ser prudente al describir el fenómeno. Es muy probable que exista una variabilidad muy alta. Algunas personas experimentarán con psicoactivos en contextos sexuales sólo de forma ocasional, otras los utilizarán de forma regular pero espaciando en el tiempo y utilizándolos de una forma sin consecuencias negativas de importancia. En otros casos la práctica del “chemsex” puede convertirse enhabitual y rutinaria, en cuyo caso el uso problemático es más probable.

Las sesiones de “chemsex” incluyen en ocasiones la práctica continuada de actividades sexuales durante muchas horas o incluso días, la búsqueda de multiples parejas sexuales a través de Internet y/o aplicaciones de movil(Grindr, Wapo, Scruff…) o el uso intravenoso de algunas drogas (metanfetamina o mefedrona). El enfoque sensacionalista de muchos medios de comunicación destaca estos elementos que, a nivel poblacional, sólo se presentan en una minoría dentro de una minoría de la sociedad.

Las cifras del odio: 4.000 agresiones cada año en España, 88 muertes desde 1990

Captura del 'mapa del odio', con los casos mortales registrados en España entre 1990 y 2015. E. M.

Captura del ‘mapa del odio’, con los casos mortales registrados en España entre 1990 y 2015. E. M.

Extranjero, ‘sin techo’, negro, homosexual, aficionado al fútbol, musulmán, transexual, estudiante de Derecho que un día no cedió el paso a unos ultras… Son algunos de los perfiles de las 88 personas que han muerto por crímenes de odio en España desde 1990, y que recoge el proyecto ‘Crímenes de odio: memoria de 25 años de olvido‘.

Se trata de un mapa histórico y documental fruto de la investigación realizada durante un año por el Grupo de Investigación de Crímenes de Odio y Movimiento contra la Intolerancia que, basándose en las cifras del Informe Raxen, han monitorizado todos los delitos de odio de los que existe rastro en la prensa, y “puesto nombre a los casos sin nombre”. Un trabajo basado en las hemerotecas ante la “falta de datos oficiales“, según ha denunciado Miquel Ramos, uno de los autores del estudio, quien se muestra convencido de que el número de casos es mucho mayor, ya que con frecuencia son catalogados como “sucesos” sin contemplar el odio como móvil del crimen. “Son cifras ocultas, este informe es solo la punta del iceberg”.

Movimiento contra la Intolerancia que cifra en 4.000 las agresiones o delitos de odio que se producen cada año en España. Unas cifras que según su presidente, Esteban Ibarra, serían incluso “conservadoras”, dado que el Ministerio de Interiorhabla de cerca de 1.300 agresiones al año, y, según la Unión Europea, solo se denuncian el 10% de los casos, por lo que la cifra podría ser mayor. “Por ejemplo, el Gobierno británico -que sí monitoriza este tipo de delitos- habla de 38.000 casos este año”, según Ramos.

Además, el informe señala la existencia de grupos racistas y xenófobos en todas las comunidades autónomas, de más de 10.000 ultras y neonazis en España, de más de 1.000 sitios xenófobos en Internet y decenas de conciertos de música neofascista todos los años.

Racismo y xenofobia, en la cúspide

Por tipología, los crímenes de odio más habituales son los racistas y xenófobos(37), seguidos de los casos de aporofobia (23), esto es, contra personas sin recursos, especialmente los ‘sin techo‘. David Bou, coautor del estudio, se muestra especialmente preocupado por esta categoría, ya que”al tratarse de gente con menos recursos y aislada socialmente -muchos no tienen nombre ni se sabe nada de ellos- es más difícil que los delitos de odio salgan a la luz”.

En tercer lugar se encontrarían los crímenes por “intolerancia criminal” (17), que implican un rechazo delictivo a la dignidad y derechos fundamentales de las personas, seguidos por los de la violencia ultra en el fútbol (6), odio ideológico (6),homofobia (2) y transfobia (2) e islamofobia (1).

Por provincias, las áreas más afectadas son las grandes concentraciones urbanas, como Madrid (29), Barcelona (16), Valencia (7) y Alicante (6), “zonas que coinciden con una mayor presencia de gurpos ultras y de extrema derecha”, ha señalado Bou.

Juzgados como sucesos aislados

En cuanto al recorrido judicial, el informe recoge que 35 de los casos acabaron en condena, 19 por asesinato, 14 por homicidio y dos por lesiones o riñas tumultuarias. Una cifra que, a juicio de los autores, “constata la falta de formación de la judicatura y de los diferentes estamentos para tratar estos casos”, afirma Bou.

“Por ejemplo, en Barcelona fue asesinado un joven negro al grito de ‘negro de mierda’, y ni el jurado popular ni después la Audiencia consideraron la agravante de racismo, porque quienes cometieron el crimen eran gitanos, de lo que dedujeron que no podía ser un crimen racista”. “Si no se contempla el componente de racismo, muchos de estos delitos serán juzgados como reyertas, violencia juvenil o peleas de ‘ultras’, cuando en realidad se trata de delitos de odio”, añade.

Del resto de casos, tres acabaron en absolución, 4 archivados, y de los 44 restantes “no sabemos qué pasó en el juzgado” . “El primer problema que nos hemos encontrado es la poca transparencia de las instituciones respecto este tipo de casos”, han señalado. Además, dicen, con frecuencia los delitos de odio son catalogados como “sucesos, reyertas, peleas de ultras o tribus urbanas, violencia juvenil… cuando en realidad son delitos de odio”.

Preocupa y mucho a los autores la edad de los autores de los delitos, ya que “la gran mayoría fueron cometidos por menores de 25 años, e incluso menores de edad, algo que, a su juicio, “hace necesaria una reflexión sobre la educación y los valores que estamos transmitiendo a las nuevas generaciones”. Llaman la atención asimismo por la “ola xenófoba que avanza en Europa”.

“El crimen de odio”, afirman, “es el final del recorrido. Antes hay un sentimiento de odio que se aprende, y hay organizaciones políticas legales que se dedicar a inculcarlo”. “Aunque de momento los partidos genuinamente racistas y xenófobos han fracasado electoralmente en España, su discurso de intolerancia se usa por muchos. Sin olvidar el subsuelo de violencia neonazi“, afirma Ibarra.

Ley integral

Por otra parte, el presidente de Movimiento contra la Intolerancia ha afirmado que esta investigación supone el “pistoletazo de salida” para reclamar a los partidos políticos una ley integral contra los delitos de odio, con el fin de prevenir la aparición de estos crímenes mediante una acción integral en los ámbitos de la educación, la comunicación, el deporte y la cultura, además de prestar asistencia a las víctimas y sus familias.

La hija de Lucrecia Pérez (izda.) y la hermana de Ndombele, asesinados en crímenes racistas en Madrid. E. M.

La hija de Lucrecia Pérez (izda.) y la hermana de Ndombele, asesinados en crímenes racistas en Madrid. E. M.

“No podemos aceptar ni un solo momento más la desprotección de las víctimas”, ha señalado Ibarra, quien ha subrayado la “soledad” de las familias de las víctimas de este tipo de crímenes: “se quedan solas, sin derechos y sin amparo económico”. Como ejemplos, el caso de Lucrecia Pérez, víctima del primer crimen racista cometido en España, y el de Augusto Ndombele, el joven asesinado en Costa Polvoranca en 2002.

La hermana de éste, Magdalena, ha lamentado la “soledad” con la que se enfrentaron a la pérdida, la ausencia de asistencia psicológica, así como la falta de apoyo de las instituciones. “Ya que tuvimos esta mala suerte, esperábamos algo más del Estado español”. Por su parte Kenia, la hija de Lucrecia, que tenía seis años cuando su madre fue asesinada, ha denunciado que “el racismo se llevó lo mejor de nuestra vida. Yo siempre me he sentido muy sola. Por eso queremos una ley que ayude a las víctimas”.

Qué es ser hombre en el siglo XXI

MASCULINIDAD La virilidad ha dejado de ser imprescindible para ejercer de macho

El hombre de hoy entre el privilegio y la carga

El hombre de hoy: entre el privilegio y la carga

El escritor Eloy Fdez Porta ha pasado medio otoño analizando qué significa pertenecer al género masculino. La cuestión se analiza también al otro lado del charco donde pronto se inaugurará el primer máster sobre la hombría

Hay un documento en el Pentágono en el que se cita al presidente de los Estados Unidos “Lyndon B. Johnson diciendo que no quiso abandonar Vietnam porque tal gesto no se iba a considerar propio de un hombre”. Un poco después en la Historia, la Dama de Hierro, Margaret Tatcher, “se vio obligada a pasar por un proceso de reeducación vocal en su carrera hacia Downing Street para masculinizar su voz”. La primera escena forma parte del anecdotario de Michael Kimmel, fundador y director del Centro para el Estudio del Hombre y las Masculinidades en la Universidad Stony Brook de Nueva York. La segunda pertenece al profesor barcelonés Eloy Fernández Porta que, entre octubre y noviembre, impartió un seminario sobre “nuevas masculinidades” en el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB) de Barcelona, en colaboración con el Instituto de Humanidades de esta ciudad y bajo el título ‘Flexo, lecturas compartidas’. Si la masculinidad es una o varias, si ser hombre sigue siendo un privilegio o comienza a ser una carga es una cuestión que se analiza hoy tanto aquí como al otro lado del océano.

A las sesiones de Porta, que también ha ofrecido nociones sobre masculinidad(es) este otoño en la Universidad de Zaragoza y en la Universidad Pompeu Fabra, acuden estudiantes universitarios que pueden analizar teorías de género, pero también personas de mayor edad y completamente alejadas de lo académico en lo que a ser hombre y mujer respecta. “Lo que más me gusta es que cada participante exprese las ideas sobre educación de género que tiene, y ver cómo cada una de ellas es parte de una lógica social”, cuenta Fdez Porta, Premio Anagrama en 2010 y Premio Ciudad de Barcelona en 2012.

Habla este escritor de la repetición de una “solución nominalista al problema del sexismo” -“reducir el asunto a una cuestión de vocabulario y de uso del lenguaje”- y de una “solución confesional” -“un hombre reconoce en público que ha tenido ‘una mala educación de género’ y admite que ha obtenido ventajas de la dominación masculina, aunque si le preguntas cuáles no sabe concretarlo”-.

La dominación masculina es, precisamente, el clásico de la sociología de Pierre Bourdieu con el que Porta arranca sus clases y sobre el que desarrolla una revisión creativa, que se acompaña de una lista musical titulada ‘Medianenas y milhombres’ y de extractos del arte, del cine, de la televisión y del cómic. “Extremos, contrastes, la hipervirilidad y lo infraviril, el abdominal de gimnasio, el bueno, el feo, el malo” son algunos de los términos con los que el profesor invita a reflexionar.

¿Masculinidad o masculinidades?

“Cuando planteo el tema de las masculinidades en plural procuro poner el acento en el hecho de que no existe un modelo único y hegemónico y en que las diferencias y alteridades de la masculinidad no deben entenderse como versiones menores de ese modelo o como fragmentos de una estatua que se ha roto”. En lenguaje coloquial: los hombres hoy son, o pueden ser, ‘hipsters’ y ‘canis’, ‘fofisanos’ y ‘lumbersexuales’, ‘andróginos’, ‘normcore’ y ‘muppets’. O no ser nada de esto.

Al otro lado del charco, el profesor Kimmel está cerca de inaugurar el primer máster sobre masculinidad. Presumiblemente, serán 12 los estudiantes que se graduarán cada año a partir de 2017. Cuando EL MUNDO le pregunta si la masculinidad sigue siendo un privilegio o comienza a ser ya una carga, Kimmel explota en sonora carcajada. Cuando consigue responder, cada frase que emana podría ser titular: “A veces lo que puede ser una carga es tener privilegios. Y tener privilegios a veces significa no querer intercambiarse con el otro”. Ese otro, en este caso, sería la mujer o el género femenino. Pero Kimmel tiene más que decir: “Lo de que la masculinidad haya sido siempre un privilegio es ya una pose. Sucede como con Spiderman: ‘Un gran poder conlleva una gran responsabilidad'”.

Su centro de estudio para las masculinidades tiene tres años de vida y consiguió crearlo gracias a la Fundación MacArthur. “El éxito que han tenido los estudios de mujeres hizo evidente que también hay que estudiar la situación del género masculino. Es más, continuando el trabajo que ya ha hecho el feminismo, había que pasar al siguiente nivel, poner a los hombres en la conversación, usando los mismos métodos y las mismas ideas que los estudios sobre mujeres pero analizando a los hombres”, resume Kimmel.

Este innovador reconoce que sus pasos no agradan a todas las mujeres, o a todas las feministas, pero también apunta que “muchas mujeres feministas celebran” este tipo de labor pro hombre y que su llegada “era una cuestión de tiempo”. “Hay que prepararse para la fiesta”, prosigue Kimmel, quien a menudo recibe de sus interlocutores el siguiente comentario: “Todas tus estudiantes deben ser mujeres porque un hombre de verdad no acudiría a tu centro”. ¿Qué es hoy, pues, ser un hombre de verdad?

Las masculinidades de hoy. De arriba a abajo y de izq. a dcha, el muppet, el neomacarra, el hipster, el ubersexual, el normcore y el fofisano

Las masculinidades de hoy. De arriba a abajo y de izq. a dcha, el muppet, el neomacarra, el hipster, el ubersexual, el normcore y el fofisano. ILUSTRACIONES: Miguel Ángel Camprubí

El hombre del siglo XXI

Un informe reciente sobre “el hombre del siglo XXI” –‘The Shriver Report Snapshot: An insight into the 21st century man‘-, elaborado por A woman’s nation, sostiene que una de las grandes preocupaciones del hombre de hoy es “conjugar el éxito con ser un buen padre, un buen marido, un buen hijo y un buen amigo”. A este hombre contemporáneo también le preocupa la “independencia económica y dejar un legado”; tres de cada cinco hombres creen que “el éxito viene dado por los logros personales y en el hogar”, mientras que un 24% lo relaciona con el dinero.

Continúa el estudio: “Un 65% de los hombres dice que tener un carácter fuerte e integridad es lo más importante a la hora de exhibir fortaleza en el mundo de hoy. El siguiente marcador sería la habilidad para aportar solvencia económica (44%), después la confianza en el camino propio (40%), la capacidad para afrontar situaciones estresantes (37%) y la fortaleza mental (11%)”. Por contra, “los hombres mayores de 65 años identifican en menor grado la inteligencia emocional como parte de ser fuerte, y tienden a valorar más el poder físico”. Sólo “un 22% considera que mostrar emociones es un signo de debilidad. El Mad Men ha sido sustituido por el hombre de familia emocionalmente inteligente”, sentencia el informe.

Los retos que vienen

Así las cosas, ¿a qué retos se enfrentan los hombres? Según el escritor y psiquiatra Andrew Solomon, especialista en cuestiones de identidad, “el estereotipo clásico de la masculinidad era complicado para quienes no se ajustaban a él, pero tranquilizador para quienes sí lo hacían”. “Había una forma correcta de ser y todos los hombres tenían que dirigirse a ella. Ahora, en cambio, la situación es mucho más confusa: ¿Qué hacer? ¿Cómo hay que ser? El reto masculino es vivir de forma auténtica y equilibrarse con la posición que ejercen las mujeres hoy. Ellas se han ido ajustando durante los últimos 50 años, y los hombres están comenzando ahora”.

Lo explica Nerea Aresti, doctora en Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco y especialista en cuestiones de género, para quien “el feminismo ha sido decisivo en la evolución de los ideales de masculinidad”: “En el siglo XX hubo dos cambios decisivos de cambio en las masculinidades y en las feminidades: los años 20 y los años 70. Creo que nuestra herencia más directa procede de esos dos momentos del siglo pasado. Es impensable que un modelo cambie mientras el otro se mantiene inmóvil. Lo que sucede ahora es que las diferentes maneras de ser hombre conviven en una sociedad que les da más visibilidad que nunca antes”.

En el trailer de una película estrenada recientemente, El Becario, la jefa (Anne Hathaway) le pregunta al ‘muchacho’ en prácticas (Robert De Niro) “por qué antes el hombre era Harrison Ford y, ahora, esto», señalando a un grupo de treintañeros de melena despeinada y rebequitas a modo de abrigo. Analiza Porta: “Es un ejemplo muy bueno, es la jefa quien expresa la supuesta crisis de la masculinidad y exige una vuelta atrás, y su queja indica que la presión social para ser ‘hombre-hombre’ procede, en algunos casos importantes, de mujeres que creen necesitar esa figura para que su propia feminidad adquiera pleno sentido por complementareidad. Hay una parte relevante de la constitución del género que es transferida de manera imaginaria: un hombre puede creer que la mujer no le aceptaría siendo metrosexual, y una mujer puede imaginar la mirada del hombre apreciando algunas formas de vestir y despreciando otras”.

 

No hay un cerebro masculino y otro femenino

El volumen de las distintas regiones cerebrales (en verde, más grande y en amarillo, más pequeña) de 42 personas muestra cómo se solapan el cerebro masculino y el femenino

El volumen de las distintas regiones cerebrales (en verde, más grande y en amarillo, más pequeña) de 42 personas muestra cómo se solapan el cerebro masculino y el femenino. / ZOHAR BERMAN Y DAPHNA JOEL

Un estudio con centenares de imágenes de cerebros de hombres y mujeres no ha encontrado pruebas de que existan un cerebro masculino y otro femenino. Aunque hay algunas diferencias anatómicas en determinadas áreas en función del sexo, estas no permiten dividir a los humanos en dos categorías. En realidad, el cerebro de cada uno es un mosaico con elementos tanto femeninos como masculinos.

Ideas como las de la inteligencia emocional, éxitos comerciales como el reciente libro El cerebro femeninoo, en el siglo pasado, la saga de Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, abonaron el terreno al dimorfismo sexual del cerebro. Si hay diferencias entre hombres y mujeres en otras parte de su anatomía, en particular los genitales, ¿por qué no va a haberla en el cerebro? Y si la hay en lo físico, en el cerebro, igual también se da en lo esencial, la mente.

Sin embargo, no hay pruebas de que, desde el punto de vista de su materia gris, materia blanca, conexiones neuronales o el grosor de la corteza cerebral, el cerebro de una mujer y de un hombre sean diferentes por el simple hecho de su sexo. Más bien, las pruebas apuntan a lo contrario. En uno de los mayores estudios que se han realizado, un grupo de investigadores israelíes, alemanes y suizos han comparado la anatomía de 1.400 cerebros de hombres y mujeres para concluir que, más que dos categorías, lo que hay es un mosaico cerebral.

“En lo genital, hay diferencias según el sexo que se van sumando hasta crear dos tipos, los genitales masculinos y los genitales femeninos”, dice la investigadora de la Universidad de Tel Aviv y principal autora del estudio, Daphna Joel. “Sobre el 99% de las personas tienen genitales masculinos o femeninos y solo unos pocos tienen ya sea órganos genitales cuya forma está entre las formas masculina o femenina, o bien tienen algunos órganos con la forma masculina y otros con la femenina. Son los que llamamos intersexuales”, añade.

Sin embargo, el hermafroditismo cerebral es la norma y los cerebros 100% masculinos o femeninos son la excepción. “Más bien, lo que hay son muchos tipos de cerebros”, sostiene Joel. “Además, el tipo de cerebros que solo presentan características más prevalentes en los hombres que en las mujeres son muy raros, tan raros como el tipo de cerebros con un perfil que predomine entre las mujeres”, añade.

Para sostener estas afirmaciones, Joel y sus colegas recopilaron imágenes del cerebro de voluntarios de varios proyectos científicos. Además de la heterogeneidad de la muestra (un total de 1.400 personas), su investigación, recién publicada en PNAS dispone de una fortaleza extra. Las neuroimágenes se obtuvieron con distintas tecnologías y métodos para evitar sesgos. Mientras unas determinan mejor el grosor de la corteza cerebral, otras registran la estructura y dimensiones de las distintas áreas del cerebro.

Uno de los estudios, por ejemplo, se apoyó en imágenes del cerebro de casi 300 personas (169 mujeres y 112 hombres). Usando la técnica conocida como morfometría basada en vóxel (VBM, por sus siglas en inglés) que les permitió establecer el volumen de materia gris de 116 áreas del cerebro.

“No hay ninguna región en nuestras muestras que revele una clara distinción entre una forma masculina y una forma femenina, es decir, que se presente de forma evidente solo en los hombres o solo en las mujeres”, destaca Joel. “En realidad, hay un alto grado de superposición entre mujeres y hombres en todas las regiones estudiadas”, añade. Aún así, se quedaron con las 10 zonas que mostraron mayor contraste en función del género. Fue el caso de los dos lados del giro frontal superior, del núcleo caudado o los dos hemisferios del hipocampo, todas por debajo de un nivel estadísticamente significativo.

Con estas diez áreas pudieron crear una especie de continuo desde el extremo masculino al extremo femenino. El cerebro de apenas el 1% de los hombres y solo el 10% de las mujeres caía en cada extremo y un tercio de las personas tenían cerebros anatómicamente intermedios. Las pruebas las repitieron con otras muestras de personas y tecnologías, como la de imagen por tensores de difusión, con la que se puede establecer la conectividad entre las distintas zonas del cerebro. En todas ellas, los resultados fueron similares.

“La mayoría de los humanos tienen cerebros compuestos por mosaicos de características que los hacen únicos, algunas son más comunes entre las mujeres en comparación con los hombres y otras lo son más en los hombres respecto de las mujeres y aún otras son comunes tanto a hombres como a mujeres”, comenta la investigadora israelí.

Las teorías sobre la diferenciación sexual en el cerebro cobraron fuerza a mediados del siglo pasado. Pero, como comenta el investigador del Neurocom y profesor de la Universidad de Coruña, Xurxo Mariño, “aquellos trabajos se centraron en la sexualidad, en especial en el estudio de la emergencia de la homosexualidad”. Algunos se empeñaron en encontrar características anatómicas que la explicaran y encontraron algunas, como el menor tamaño de una estructura cerebral llamada estría terminal en las mujeres y también en los hombres transexuales.

Los estudios entonces estaban basados en cuestionarios o en muestras cerebrales post mortem, no en observaciones directas del cerebro de personas vivas y sus diferencias anatómicas. Esto es algo que solo la moderna tecnología de neuroimagen está permitiendo. Aún así, recuerda Mariño, “ya en 1948 hubo quien habló más de un continuo cerebral que de categorías dicotómicas”. Fue el biólogo Alfred Kinsey quien, con sus escala sobre la orientación sexual, se adelantó al estudio actual.

¿15 años para acabar con el sida?

Algunas estadísticas sobre el sida son alentadoras: a finales de 2014 las nuevas infecciones por el VIH habían disminuido en un 35% desde el máximo del año 2000, y las muertes relacionadas con la enfermedad se redujeron en un 42% desde el máximo de 2004. Pero no podemos bajar la guardia: 35 millones de personas viven con sida, casi todos en los países en desarrollo.

Un trabajador sanitario examina a un niño en l’Auberge de l’Amour Rédempteur, Beni

Un trabajador sanitario examina a un niño en l’Auberge de l’Amour Rédempteur, Benin. Imagen: The Global Fund / John Rae

Son datos del más reciente informe de ONUSIDA, publicado unos días antes del Día Mundial del Sida. Los motivos de preocupación están ahí: cada día 6.000 personas se infectan con el virus, que mató a más de un millón de personas el año pasado. Esta brecha demuestra la necesidad de un esfuerzo global para revertir esta situación.

En septiembre de este mismo año, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, toda la comunidad internacional se comprometía a poner fin a las pandemias de sida, tuberculosis y malaria en 2030. Algo que, como aseguran muchas organizaciones clave (ONUSIDA, Stop TB Partnership, Roll Back Malaria) es factible si se emplean y movilizan los recursos necesarios y se aplican las políticas adecuadas.

El clamoroso descenso de la Ayuda Oficial al Desarrollo en España (del 0,46% del PIB en 2009 al 0,14% de los tres últimos años) repercute directamente en actores clave para el fin de las pandemias. El  Fondo Global de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria es uno de ellos. Desde 2002, esta alianza de organizaciones, gobiernos y sociedad civil recauda e invierte millones de dólares al año para ­financiar programas dirigidos por expertos locales en los países y las poblaciones que más lo necesitan, habiendo salvado hasta la fecha más de 17 millones de vidas, según su último informe.

Una década después de su fundación, en 2002, las muertes relacionadas con estas tres enfermedades se habían reducido en un 40%. Si hablamos de sida, de las 15 millones de personas en tratamiento globalmente, ocho lo están a través de programas del Fondo Global: más de la mitad. Entre 2000 y 2014 el número de infecciones por el VIH se redujo en un 36% en los países apoyados por el Fondo Mundial con estrategias de prevención.

En la década pasada, España llegó a ser el quinto mayor donante del Fondo Global, con donaciones que alcanzaron los 650 millones de euros. Sin embargo, desde 2011, con el descenso drástico en la ayuda al desarrollo, España no solo dejó de aportar dinero al Fondo Global (ni un solo euro en tres años), sino que también dejó de pagar dinero ya presupuestado: 130 millones de euros.

Salud por Derecho, una organización de defensa de los derechos humanos centrada en la defensa del derecho a la salud, ha creado la campaña COMPROMETIDOS para conseguir el compromiso político de los candidatos a la presidencia y de todos los partidos de España con las políticas de desarrollo y, en concreto, con la financiación del Fondo Global.

“Los partidos políticos, en vísperas de las elecciones del próximo día 20, deben comprometerse a cambiar esta situación. España fue un ejemplo de políticas de desarrollo y debe formar parte del hito que supondrá ver como sida, tuberculosis y malaria dejan de ser problemas de salud pública globales” asegura Vanessa López, directora de la organización. “Con COMPROMETIDOS estamos pidiendo que den la cara, que se involucren en acabar con estas pandemias, y que estampen el sello de la campaña en su programa electoral para demostrar un compromiso que comienza ahora y termina en 2030”, concluye.

Las mil caras de la salud sexual de los jóvenes, más allá de los tabúes

  • La entidad SidaStudi ha lanzado la primera web en todo el estado dedicada exclusivamente a la recopilación de información sobre salud sexual y VIH/sida
  • “Se da una imagen muy negativa porque sólo se habla de las enfermedades de transmisión sexual o los embarazos no deseados” se queja el director de la entidad
Jovenes aprenden a usar un preservativo en un taller

Jovenes aprenden a usar un preservativo en un taller / SidaStudi

“Muchas veces no nos preguntamos como de satisfactorias son las relaciones sexuales de los jóvenes”, así de contundente se muestra David Paricio, director de la ONG SidaStudi, la única entidad del estado dedicada exclusivamente a la recopilación de información sobre el VIH/sida y la salud sexual.

Esta ONG acaba de lanzar una web, con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y la Conselleria de Salut, que recopila todo tipo de material pedagógico sobre la salud sexual y que está pensada, según explica su director, para profesionales que trabajan directamente con temas de salud sexual, como profesores de instituto, educadores o enfermeros. El motivo de ofrecer toda esta documentación, explica el director de la entidad a Catalunya Plural, es que estos profesionales puedan tener material de forma fácil y accesible para trabajar estos temas con los jóvenes y tratar la sexualidad desde un punto de vista de derechos.

“El relato de la sexualidad tiene un doble discurso; por un lado se habla de ello abiertamente en la calle y por otro continuamos viendo que sigue siendo un tabú, lo vemos en las aulas”, reivindica el director de esta entidad que además de la información que recopilan también desarrollan talleres con jóvenes y profesionales para potenciar esta visión no estereotipada del sexo. “Es un tema que como sociedad no hemos sabido trabajar”, lamenta por su parte la comisionada de salud del Ayuntamiento de Barcelona, Gemma Tarafa.

Paricio se queja de que la sexualidad todavía se trate de una forma muy negativa. “Se da una imagen muy negativa porque sólo se habla de las enfermedades de transmisión sexual o los embarazos no deseados”, dice. “Es necesario entender la sexualidad de una forma pluridimensional”, comenta. De esta forma desde SidaStudi plantean el tema de la salud sexual como un concepto amplio que engloba no sólo los riesgos biológicos relacionados sino también otras dimensiones. “Trabajamos la dimensión del placer que implica el conocimiento del propio cuerpo y también la vertiente emocional; conocer cómo me siento, cómo me hace sentir la pareja, todo en relación con temas de autoestima”, explica el director. Paricio cree que es importante tratar los riesgos pero defiende que es necesario tratar temas reales que afectan de forma inmediata a los jóvenes. “También tenemos que trabajar con los jóvenes la capacidad de negociar con las parejas, hablar de habilidades emocionales y otros aspectos relacionados”, sentencia.

“La web ayuda a romper con los tabúes o con aquellas cosas de las que no se han hablado abiertamente”, valora Tarafa, que ha felicitado a la entidad por la iniciativa. “Es un tema que hay que abordar entre todos; la escuela, las instituciones, los padres y madres, los centros, etc”, reivindica en declaraciones a Catalunya Plural. Y explica que este tipo de proyectos van muy en la línea que desde el ayuntamiento se está impulsado en el ámbito de la salud sexual y reproductiva.

El portal incorpora tres columnas; un centro de documentación con 9.000 registro, la zona pedagógica que recoge contenidos teóricos y material para profesores y educadores y el apartado dinámicas que incorpora aquel material que la entidad utiliza para sus talleres.

Educar para una salud sexual sin tabúes

Según un documento informativo de 2014 de la entidad SidaStudi, la ONG repartió más de 40.000 unidades de material preventivo, atendieron 600 demandas directas y 77 entidades juveniles en 2013. Más de mil jóvenes participaron en los talleres de sensibilización y 130 padres y madres también estuvieron.

Entre las tareas de la entidad también está la de orientar aquellos profesionales que trabajan con jóvenes y dotarlos de material, un trabajo que ahora facilitan con el lanzamiento de la web. Para aquellos pedagogos que quieran trabajar aspectos relacionados con la salud sexual en la web podrán encontrar no sólo documentos teóricos y estudios sino también campañas, películas, vídeos, novelas, cómics y todo tipo de propuestas y material.

En su apartado Dinámicas se proponen actividades para realizar con grupo que buscan reflexionar sobre cuestiones de género, el conocimiento del cuerpo, romper tabúes respecto al sexo y hablar de sentimientos y emociones. El material oferece una guía al pedagogo para poder ayudar a los jóvenes a romper con los estereotipos y proporcionar otra visón de la sexualidad exenta de tabúes. “Ofrecen un material con el que los profesionales se pueden sentir muy cómodos”, apunta Tarafa.

A pesar de la necesidad de tratar estos temas en la escuela, el director de SidaStudi se muestra insatisfecho por que hasta ahora se ha hecho desde la mayoría de centros. “La realidad dice que termina dependiendo de los responsables de los centros educativos, no es una cuestión integrada en el currículo, no se reproduce en las aulas.”, explica.

Y se queja de que muchos centros sólo dediquen 45 minutos al año para hablar sobre el tema. Dice que es muy importante tratar estas cuestiones en el aula, “teniendo en cuenta que la escuela es un espacio universal por el que todo el mundo pasa” y por eso dice que “debería ser una realidad en el currículo escolar”.

Una entidad con más de 25 años

SidaStudi nació en 1987 y, como explica el director en CatalunyaPlural, estaba dedicada a recoger información básicamente sobre el VIH/Sida. La entidad se terminó posicionando como la única en todo el estado que se dedicaba exclusivamente a ello, fue el primer centro de documentación y recursos pedagógicos sobre el VIH en España. “Más adelante vimos que era necesario ampliarlo a temas de salud sexual”, explica el director.

Según datos de la entidad en 2013 tenían un fondo con 40.000 registros documentales, atendieron a casi 4.000 personas de forma directa y más de 150.000 personas pasaron por su web.