Las mejores películas LGTB basadas en una historia real

Publicado en Oveja Rosa

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PRIDE

Esta película narra la historia del grupo de activistas LGBT “Lesbianas y Gays apoyan a los mineros” que, en 1984, recaudó dinero para apoyar la huelga de los mineros británicos contra la política liberal de Margaret Thatcher. El Sindicato Nacional de Mineros se negó a aceptar la ayuda por temor a que los relacionaran con los gays. Aquí empieza una hermosa historia real que abrió los ojos al pueblo británico. Totalmente recomendable.

THE IMITATION GAME

Varias son las películas sobre Alan Turing. No es de extrañar, ya que el matemático logró descifrar el código Enigma de los nazis, permitiendo su derrota y el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, ni siquiera salvando a su País de una irreversible derrota, el estado estaba dispuesto a “pasar por alto” sus “desviaciones” sexuales. Una historia que sobrepasa la ficción.

 

(HARVEY) MILK

Esta película de 2008, protagonizada por Sean Penn, cuenta la vida del político Harvey Milk, elegido concejal del distrito de San Francisco y ferviente activista. No te contamos más: como es una película imprescindible, preferimos que la veas.

BOYS DON´T CRY

Esta película es una obra de arte. Pero lo inenarrable es la actuación de su protagonista, Hilary Swank. Su papel de Brandon Teena es tan exacto y perfecto que sublima la ficción y toca la realidad. Su música, su fotografía, su guión son inmejorables, haciendo de esta dolorosa historia real una película digna de ser amada.

FREEHELD

Famosa antes de su estreno por ser la película donde Ellen Page interpreta a una mujer lesbiana después de haber salido del armario, Freeheld es, sin duda, mucho más. Narra la lucha de una mujer por dejar su herencia a su pareja, otra mujer, y cómo esta batalla se hizo más grande de lo que ella nunca pudo haber imaginado. Magnífica.

WILDE

Esta película británica de 1997 es la mejor manera de acercarse a la interesante vida del genio. Protagonizada por Sthephen Fry y Jude Law. Una película disfrutada por crítica y público, que ya es un clásico.

THE DANISH GIRL

 

Su estreno en 2016 ha generado una gran expectación, pues el magnífico Eddie Redmayne enfrenta triunfante un riquísimo papel: el de la primera mujer transexual de la historia. Lili Elbe fue la primera persona en el mundo que se sometió a una cirugía de reasignación de sexo. Imprescindible.

ANTES DE QUE ANOCHEZCA

Te guste o no te guste el actor, la actuación de Javier Bardem en esta película es una obra de arte. La película cuenta le vida del poeta Reinaldo Arenas, desde su infancia en un ambiente rural hasta la persecución que más tarde sufriría como escritor y homosexual en la Cuba castrista. Una película obligada para los amantes del celuloide.

 

En las aldeas chinas del sida

Ding Hongjun, de 27 años, yace en su lecho de muerte en la aldea de Dongguan

Ding Hongjun, de 27 años, yace en su lecho de muerte en la aldea de Dongguan QILAI SHEN

Cuando Wang Erxuan descubrió que no alcanzaba los kilos requeridos para comerciarcon su sangre -él sólo pesaba 52 y el mínimo exigido eran 56- decidió rellenarse los bolsillos con trozos de metal. Apenas tenía 16 años, pero ya se había ofuscado bajo la euforia general que propició la llamada “economía del plasma”.

“Teníamos que ir a media noche al hospital para conseguir un puesto en la cola. Había cientos de personas. Nos empujábamos en las filas. Había incluso un eslogan: ‘Si quieres mejorar, vende tu sangre’, rememora el campesino.

La aldea de Meng Lou donde vive Wang no difiere mucho del resto del entorno. La planicie de la provincia de Henan siempre fue el granero de China. Una región azotada en repetidas ocasiones por catástrofes naturales y tragedias motivadas por el designio humano como la terrible hambruna que propició el maoísmo. Los restos de las ingentes canalizaciones construidas durante la Revolución Cultural -encaramadas sobre arcos al estilo romano- son testigo de aquellos atribulados años, donde la pobreza más absoluta fue una constante.

El vehículo se mueve entre carreteras repletas de baches, motocarros y tractores, extensiones interminables de cultivos y riachuelos anegados por la basura. La mayoría de las viviendas dispone de enormes portones de color rojo decorados con imágenes deGuan Yu, el dios de la fortuna, o frases que intentan atraer la suerte que siempre ha sido esquiva con esta región. “Si la familia permanece unida, el futuro es brillante”, se lee en una.

Es una imagen de la China profunda muy distante de los trenes de alta velocidad y el desarrollo que domina Pekín, pero los lugareños recuerdan que el pasado fue mucho peor. “La gente vendía sangre porque no teníamos para comer. Los que ganaron algún dinero [con ese negocio] compraron ladrillos y pudieron construirse una casa. Antes usábamos barro”, recuerda Ma Shenyi, de 46 años.

El campesino deambula por los sembrados y se acerca a tres túmulos de tierra. Son las tumbas de su esposa, su hermano y su padre. Ella fue la primera en morir, en 2001. Su progenitor falleció en 2007 y cinco años más tarde, su hermano.

Es entonces cuando el visitante se percata de que las parcelas están salpicadas por los mismos montículos, que no son sino enterramientos al estilo tradicional de esta zona.

En las aldeas chinas del sida

Los tres familiares de Ma distan mucho de ser los únicos a los que se llevó la enfermedad. “Aquella tumba es de otro que también murió de eso y aquella otra… Hubo unos meses en los que moría mucha gente. Sólo en mi calle fallecieron tres en cuestión de semanas. En esta aldea han muerto más de 50”, recuerda el vecino de Wenlu mientras señala hacia las sepulturas.

Durante años, lugares como Wenlu, Meng Lou y toda una plétora de pequeños villorrios de Henan eran conocidos como las “aldeas del sida”. Fueron los mismos enclaves que durante la década de los 90 se vieron dominados por la fiebre de la compraventa de sangre apadrinada primero por las autoridades locales y después por toda una legión de avispados negociantes.

Ma Shenyi se sienta en el pequeño habitáculo donde dormita su madre. Ella también esseropositiva. Lo mismo que dos de sus hijos y su cuñada. De la pared cuelga una bolsa repleta de fármacos con un lema: “Toma las medicinas de forma regular, cuida de tu vida”.

“Empecé a donar sangre en 1992 o 1993. Lo hice decenas de veces. Al principio la gente iba a los hospitales. El problema surgió cuando aparecieron los comerciantes privados. Solían venir por las noches para evitar que los detuvieran. Te pagaban 45 yuanes [poco más de seis euros] por 800 centímetros cúbicos. Sólo te quitaban el plasma y te volvían a introducir el resto en las venas”, recuerda. En una época en la que ganar 100 o 200 dólares anuales [entre 88 y 177 euros] se consideraba toda una proeza, esas cantidades parecían una fortuna. “Era dinero fácil”, añade Ma.

La campaña pública derivó en frenesí colectivo. Todos los lugareños consultados para este reportaje coinciden en describir el mismo escenario: miles de empobrecidos campesinos agolpándose en hospitales, viajando de una ciudad a otra para poder volver a vender su sangre… Las autoridades permitieron que se crearan cientos de “bancos de sangre” en la provincia, no sólo en hospitales sino bajo el auspicio de unidades militares, factorías o minas de carbón. El proyecto era vender ese “producto” a las firmas extranjeras. El propio responsable del departamento de Salud de Henan, Li Quanxi, viajó a EEUU para promocionar este “negocio”.

Es la misma descripción que hace el escritor Yan Lianke en la novela que dedica a este suceso –El sueño de la aldea Ding-, que basa en su propia investigación. “Lo que comenzó como un goteo, pronto se convirtió en un torrente. No tardó mucho en ser elboom de la sangre. Se instalaron bancos de sangre en los mercados, en los cruces de carretera, en las casas y hasta en establos”, escribió Yan.

Wang Erxuan asiente. “Toda la provincia vendía sangre”, ratifica. Él mismo llegó a vivir durante un mes en un hotel junto a otra veintena de personas que sólo se dedicaban a comerciar con su flujo interno. “Pagábamos 10 yuanes [1,3 euros] por dormir allí. Cada mañana venía un comerciante y decía: ”¡A ver, quiero del tipo A!”. No hacían análisis ni nada. Ese mes yo vendí 30 veces, en ocasiones dos por día”, explica Wang. A él le pagaban 75 yuanes por los 800 cc. Se ganaba más si se dejaban extraer todo el líquido y no sólo el plasma. Aquello le salvó. Él no contrajo el VIH.

Los otros se hacían extraer el líquido a través de centrifugadoras que separaban el plasma y mezclaban el resto de la sangre -plaquetas y glóbulos rojos- con la de otros vendedores del mismo grupo sanguíneo, volviendo a inyectar ese compuesto en las venas de sus clientes. “Pensábamos que era más seguro así, porque no perdíamos toda la sangre”, precisa Zhany Junxi, un vecino de Zheng Lou, otro de los poblados afectados por la expansión del VIH. Un error que marcó la vida de decenas de miles de personas. Todas las víctimas consultadas se infectaron al utilizar las “máquinas”, como se refieren a ellas.

Zhany tenía 20 años cuando se inició en el “negocio”. Vendió su sangre más de media docena de veces a lo largo de un año. “Una vez tuve que ir a las dos de la mañana para pillar sitio. Debíamos ser unos 200”, rememora. Otra víctima de este comercio, Xing Xinwei, de 46 años, alude al dicho que se usaba en esos días. “Extiende el brazo y te caerá el dinero”, repite. “Los compradores de sangre venían a las aldeas y se metían en tus casas con las máquinas. Hasta en las cocinas. Nadie te hacía análisis”, añade.

Durante aquellos tiempos de fervor común, algunos consiguieron mejorar de forma ostensible su nivel de vida. Los locales se percataron cuando les vieron construir nuevas viviendas. “Si tenías muchos miembros en la familia y todos donaban sangre, podían ganar dinero”, admite Ma Shenyi. Aunque fueron casos aislados, puntualiza. El beneficio que obtenían los campesinos seguía siendo ínfimo. El mismo Wang Erxuan, tras la maratón que realizó aquel mes en el que se dejó extraer sangre decenas de veces, volvió a su casa con 300 yuanes de ganancia (36 euros).

Manchas en la piel

Y entonces, un día apareció la fiebre. Nadie sabía qué significaba el sida. “La gente pensaba que era un resfriado. No tenían ni idea de lo terrible que es esta enfermedad”, dice Ma Shenyi. A él le diagnosticaron que era seropositivo en el año 2000. Todo comenzó con “un poco de fiebre y manchas en la piel… La gente tomada pastillas pero no se le curaba”, dice

La “plaga” se extendió “por la planicie”. “Se abatió sobre nosotros como una inundación, envolviendo a docenas, quizás cientos de aldeas. Y cuando eso ocurrió, la gente moría como hormigas… Murieron como hojas de un árbol muerto; caían al suelo y se los llevaba el viento… Era raro que pasara una semana sin que muriera alguien”, escribió Yan Lianke en su memorable texto.

Los funerales se convirtieron en un acontecimiento repetitivo. “En la aldea de Nan Dawu murieron ocho personas en el mismo día”, asevera Wang Erxuan.

Aunque las propias víctimas comenzaron a denunciar el escándalo en 1998, el Gobierno no reconoció la magnitud del problema hasta agosto de 2001, cuando asumió que entre 30.000 y 50.000 personas se habían contagiado. El viceministro de Salud de aquellas fechas, Yin Dakui, reconoció que era una estimación a la baja y que podían ser hasta 100.000. Los activistas que denunciaron lo ocurrido multiplicaron por cinco o 10 esos guarismos y alertaron de que el azote se había extendido por al menos cinco provincias, aunque Henan fuera el epicentro del polémico comercio.

las tumbas del campesino ma shenyi. Aquí, junto a los tres túmulos de tierra donde enterró a su esposa, su hermano y su padre. Murieron de sida tras contagiarse al vender su sangre.

las tumbas del campesino ma shenyi. Aquí, junto a los tres túmulos de tierra donde enterró a su esposa, su hermano y su padre. Murieron de sida tras contagiarse al vender su sangre. JAVIER ESPINOSA

En realidad nadie conoce con precisión la magnitud del infortunio, pero los habitantes concuerdan en que más de la mitad de los que comerciaron con su sangre se infectó. “En esta aldea hubo más de 100 personas que la vendieron y la mitad enfermaron. Hoy sólo quedamos vivos una decena. El resto murió”, aduce Zhang Junxi, el vecino de Zheng Lou. Entre los fallecidos figuraban su hermano y su cuñada.

Bajo la presión del escándalo, Pekín prohibió la venta de sangre en 1998 e intentó minimizar el alcance de la controversia. Muchos de los expertos que alertaron de las graves consecuencias, como la veterana doctora Gao Yaojie, el también médico Wang Shuping o el activista Wan Yanhai, tuvieron que exiliarse. Las visitas de los periodistas extranjeros a los villorrios del sida solían concluir con su detención y expulsión de la zona.

Dientes blancos y rotos

Los residentes locales todavía rememoran con cierta aprensión la jornada de 2003, en la que cientos de policías asaltaron uno de los villorrios y apalearon a sus habitantes después de que éstos protagonizaran un tumulto cuando pretendían acceder a una oficina oficial para protestar por la situación de los enfermos. “Estaba lloviendo. Llegaron por la noche y comenzaron a pegar con palos a todo el mundo. A varios les rompieron los dientes, el brazo…”, relata Wang Erxuan.

Todavía hoy las reclamaciones pueden concluir en prisión. Es lo que le pasó a la esposade Wang, Li Xiaohe. Su marido muestra la sentencia que la condena a dos años de cárcel por “crear problemas”. Li había participado en varias ocasiones en los viajes que organizaban hasta Pekín grupos de víctimas del VIH de Henan, que intentaban aprovechar las reuniones del Parlamento local para exponer sus reclamaciones. En febrero de 2012, la Policía se personó en su domicilio de Meng Lou y se la llevó. “Sólo pedía que el Gobierno le diera una ayuda para tratar a nuestro hijo, enfermo de sida”, asegura Wang Erxuan.

Li sufre la misma dolencia. Su marido dice que se infectó en un hospital público “y sólo vendió sangre dos veces”.

El condado de Shangcai, del que dependen todos los villorrios del área de Wenlu y Meng Lou, se convirtió en una especie de zona cero de la epidemia. De las 38 aldeas que el Gobierno identificó como las más afectadas, más de la mitad pertenecía a ese distrito donde habitan 1,3 millones de personas.

El legado sigue siendo devastador. En la región es habitual ver orfanatos de niños cuyos familiares sucumbieron a la enfermedad y hospitales que intentan paliar su expansión. Los muros de muchos pueblos están salpicados de carteles que anuncian servicios médicos.

El número real de menores que nacieron con el VIH a consecuencia de este infortunio tampoco se conoce, pero el vástago de Wang y Li es uno de ellos. “Aquí hay cerca de 600 o 700 niños que nacieron con el VIH. Sólo en esta aldea eran media docena pero únicamente dos siguen vivos”, estima su padre.

El joven Wang Xuefeng asiste a la conversación cabizbajo. A sus 23 años, preocupaciones tan normales en este contexto como buscar una posible esposa ni se le pasan por la cabeza. “¿Quién se va a querer casar con un enfermo de sida?”, inquiere. El estigma forma parte de la truculenta herencia que dejó la “economía del plasma”. “Toda mi vida me he sentido discriminado. Aún hoy. Los niños no querían jugar conmigo en el colegio. Salían corriendo al verme”, comenta.

Después de que el Gobierno comenzara a distribuir de forma gratuita medicamentosantirretrovirales a partir de 2003, las muertes se frenaron. Aunque no todas.

La familia de Zhou Yulan se encuentra reunida en torno a su cama desde hace días. Tienen tal certeza sobre su inmediato futuro que ya le han preparado la ropa que vestirá durante su funeral. Una chaqueta roja brillante y unos pantalones oscuros. “No creo que sobreviva muchos días”, admite su hijo, Xing Xinwei. “Las medicinas no funcionan. Le producían problemas en el estómago. Tiene la boca totalmente podrida y no puede comer”, dice.

El poblado de Xiongqiao es otro de los nombres más emblemáticos de las “aldeas del sida” de Henan. En el clan de Xing Xinwei seis personas desarrollaron la enfermedad, incluido él mismo. Su padre y su esposa murieron hace años. La salud de Xing también se encuentra muy resentida. Respira con dificultades. “Tengo mal el estómago”, aclara.

Como su madre, Xing sólo comenzó a medicarse hace tres años, aunque sabe que es seropositivo desde 1992. “Empecé a vender sangre con 17 años. Era algo normal. Oculté que era seropositivo porque no quería avergonzar a mi familia. Hoy, muchos siguen sin decirlo”.

Xing reparte la responsabilidad de esta adversidad entre las autoridades y él mismo. “El Gobierno fue quien inició este negocio pero nadie me obligó a vender la sangre”, puntualiza. Es una opinión compartida por otros. “Fue una especie de sueño colectivo. Nadie nos forzó”, apunta Zhang Junxi. Para Wang Erxuan, toda la culpa es del “Gobierno”. “Nos engañaron, no nos dijeron lo peligroso que era”, defiende.

Ma Shenyi prefiere aferrarse al pragmatismo: “Da lo mismo quién fue el culpable. Ya nadie puede quitarme el sida o devolverme a mi esposa. Fue todo muy triste“, concluye.

Marlon Brando y James Dean: masoquismo y cigarrillos

Marlon Brando y James Dean en el rodaje de 'Desireé', el filme en el que el primero hacía de Napoleón

Marlon Brando y James Dean en el rodaje de ‘Desireé’, el filme en el que el primero hacía de Napoleón. CORDON

En el segundo tomo de Hollywood Babilonia, la Biblia del cotilleo de la Meca del cine clásico, Kenneth Anger dejó escrito lo siguiente sobre James Dean: “A Jimmy le gustaba el sexo con golpes, botas y cinturones. Y que lo quemaran con cigarrillos, por eso se ganó el apodo del Cenicero Humano”. Quizás fuera este adalid del cine ‘queer’ el primero en hablar con claridad de la homosexualidad del malogrado actor. Pero una vez abierto el grifo, nadie ha podido cerrar el caudal de leyendas y rumores (mayormente escabrosos) que persiguen al protagonista de Rebelde sin causa.

Los últimos en sumarse a retratar la torturada vida de Dean son los autores Darwin Porter y Danforth Prince, quienes acaban de lanzar la biografía James Dean: Tomorrow Never Comes. En ella, vuelven a los cigarrillos y dan el nombre de otro icono del cine al que le gustaba jugar con ellos: Marlon Brando. Según ambos, los actores manteníanuna relación sadomasoquista secreta en la que Brando encarnaba al amo y Dean, al esclavo.

Los escritores han recabado el testimonio de antiguos periodistas y amigos del astro, antes de que éste muriese a los 24 años en un accidente de tráfico. Y alegan que contrariamente a lo que Brando contó en sus memorias (decía que él y Dean nunca fueron amigos), ambos mantuvieron una relación de alto voltaje en la que se mezclaban los juegos sexuales y psicológicos. Lo que sigue es su relato…

Brando y Dean se conocieron en Nueva York en torno a 1949. Tras haber protagonizadoUn tranvía llamado deseo, el actor volvió al mítico Actor’s Studio de Lee Strasberg para dar una charla. Allí, estudiaba el joven James Dean, quien le miró fijamente desde la grada, esos ojos ligeramente estrábicos que incendiaban la pantalla. “Sentí como me quemaba la piel”, diría Brando a uno de los fundadores del Actor’s Studio. El joven alumno se presentó al ídolo y le confesó que no estaba seguro de muchas cosas, “excepto de mi admiración hacia a ti”. A Brando le conmovió su ingenuidad y su sinceridad infantil. Ambos aguantaron la mirada y en cuestión de segundos, se besaron.

A partir, de ahí empezó una relación en la que estaba claro que Dean se había enamorado de Brando, pero que éste sólo lo usaba para el sexo. El propio Truman Capote no tenía dudas de la atracción sexual entre ambos. Stanley Haggert, un amigo de Dean, cuenta que éste “seguía a Brando como un cachorrito que mengigara su amor. Pero él sólo lo usaba para el sexo”. El protagonista de Al este del Edén llegó a estar tan colgado de Brando que le seguía hasta su casa. A veces, éste le hacía entrar para que viese como tenía sexo con otra persona. En una ocasión, otro amigo de Dean se dio cuenta de que éste tenía el pecho lleno de pequeñas quemaduras. “Me dijo que se las había hecho Brando. Quise llamar la policía pero Jimmy me dijo que él había pedido que se las hiciera”.

Steve McQueen bebe Coca-Cola

Steve McQueen bebe Coca-Cola. CORDON

Steve McQueen, un imitador

Porter y Prince no sólo hablan de la relación de Dean con Brando. También apuntan a otro guapo de Hollywood: Steve McQueen. Según ellos, el macho alpha de los 60 estuvo obsesionado por Dean. “incluso bebía el café de la misma manera que él”. Amantes de la velocidad, salían juntos a montar en moto sin camiseta. En esta relación, era Dean quien tenía la sartén por el mango.

Aunque quizás el suceso más chocante de toda la biografía es aquel que narra el ménage à trois que se marcaron Walt Disney, Dean y el director George Cukor (My Fair Lady) en la mansión de éste último, una casa conocida en Hollywood por el buen gusto del anfitrión con los chicos que sacaba de la calle. Y es que la Meca del Cine es una fuente inagotable de leyendas… fuera de la pantalla y dentro de ella.

El colectivo LGTB sigue dentro del armario en las empresas españolas

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España es un país que en comparación a otros ha ido un paso por delante respecto a la comunidad LGTB. Desde que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero aprobara en 2005 la ley del matrimonio homosexual, conviertiéndose en el cuarto país del mundo en hacerlo (tras Holanda, Bélgica y Canadá), es uno de los países preferidos por este colectivo, con Madrid y Barcelona como destinos preferentes. De hecho  según un estudio del Pew Research Center, España es el país de mayor aceptación de la homosexualidad en el mundo (88%), superando a Alemania (87%) o República Checa (80%).

Pero esta aceptación no lleva implícita la ausencia de homofobia, y en ese terreno España todavía debe avanzar. Los últimos datos oficiales del Ministerio del Interior cifraron los delitos de odio en 1.285, de los cuales 513 tenían que ver con la orientación sexual. En las plantillas una denuncia generalizada es la homofobia presente, por la que muchas personas “vuelven al armario”, por ejemplo, cuando cambian de trabajo. Esa es la consecuencia más directa de lo corroborado por  un estudio de Ben Capell, investigador de la Esade Business School, que concluía que el 60% de las personas del colectivo LGTB habían sufrido algún tipo de discriminación en el trabajo en los dos años anteriores.

Y, es que, si hay dos ámbitos en los que queda mucho por avanzar son el deporte y el mundo empresarial, con multitud de estigmas negativos hacia la comunidad LGTB y donde sigue sin estar normalizada su inclusión. Los países anglosajones están afrontando con decisión el problema con programas especiales para incluir la diversidad de estos colectivos en las grandes empresas.

La revista ‘The Economist’, un auténtico laboratorio de ideas en el mundo económico a nivel mundial, está generando durante las últimas semanas un debate sobre la inclusión. Bajo la pregunta “ ¿Deben las empresas trabajar por los derechos de la comunidad LGTB en la sociedad o centrarse solo en sus empleados?“, los expertos dan su visión, completada con las opiniones vertidas en Twitter bajo la etiqueta #EconPride.

Aparte de ser un debate presente en la sociedad anglosajona, también se monitoriza la inclusión. Por ejemplo, la mayor organización que lucha por los derechos del colectivo LGTB en Estados Unidos, Human Rights Campaign, realiza cada año un índice para evaluar a las empresas según sus políticas de inclusión con esta comunidad. En las conclusiones, 11 de las 20 compañías americanas más valiosas, entre las que se incluyen Wal-Mart o General Motors, obtienen la máxima puntuación en el informe por sus buenas prácticas. Una de las cuestiones que más controversia genera es preguntar a los empleados por su orientación sexual, algo que, como explica Bloomberg, puede ser necesario para las grandes compañías cuando, por ejemplo, envían a sus trabajadores a uno de los 76 países donde la homosexualidad es un crimen. Sin embargo, la petición de este tipo de datos puede ser un atentado a la privacidad de los empleados.

The Guardian recopiló acciones de las corporaciones que ayudan a normalizar la presencia de personas LGTB en las plantillas, como informar a todos los empleados sobre todas las orientaciones sexuales existentes para saber sus diferencias y reivindicaciones concretas, hacer un uso del lenguaje inclusivo -como preguntar a un compañero si tiene pareja, en vez de si tiene novio o novia- y dar visibilidad y apoyo a las personas LGTB, especialmente a los líderes, para demostrar que la orientación sexual no es impedimento para avanzar en la organización.

El ejemplo de Tim Cook

En este último punto se hace mucho hincapié en el mundo anglosajón, con grandes líderes empresariales que revelan su orientación sexual para normalizar una situación que no debería despertar fobias. El más poderoso y conocido es Tim Cook, CEO de Apple y que en un texto publicado en la revista Bloomberg Businessweek reveló estar “orgulloso de ser gay”. Cook esgrimió que “si saber que el consejero delegado de Apple es gay puede ayudar a alguien a reconocer su propia sexualidad o puede hacer sentir mejor a alguna persona que esté sola o inspirar a más gente a luchar por la igualdad, entonces siento que el sacrificio de mi propia privacidad vale la pena”.

No obstante, la normalización de la comunidad LGTB no es solo necesaria en el mundo empresarial de puertas para dentro, sino que también es una línea estratégica de negocio. Business Insider recopiló varios datos que muestran el poder económico de este colectivo en Estados Unidos. Aparte de los 800.000 millones de dólares que representa este mercado, estiman que la media de ingresos en sus hogares es un 23% superior a la media, el 26% está dispuesto a pagar más por marcas de calidad y el 40% se compró un smartphone el año pasado. Las cifras demuestran un alto nivel adquisitivo y las empresas no quieren dejar pasar esta oportunidad.

España necesita avanzar en la normalización

En España la situación es muy diferente. Si bien hay una amplia aceptación del colectivo LGTB en la sociedad, en el ámbito empresarial todavía hay barreras para esta comunidad. Contra esto luchan desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), a la que llegan “dudas por los derechos en el ámbito laboral -paternidad, maternidad, matrimonio pero también denuncias por discriminación”. Así lo explica Uge Sangil, responsable del área laboral en la organización y que explica como se manifiesta la homofobia en las plantillas, “con casos de baja intensidad como el insulto hasta los más graves como cambios de funciones, negación de las promociones, reducción del salario o el acoso”.

Sangil denuncia que en la empresa privada todavía queda mucho por hacer, como “usar un lenguaje inclusivo, incluir en las faltas la homofobia y otras medidas similares”. Pero también en el sector público, en el que las mujeres sufren más discriminación y donde pide que se incluyan “en el Estatuto de los Trabajadores y las normativas laborales, indicaciones como las que existen contra la violencia de género”.

Una de las empresas privadas que mejor trabaja por evitar comportamientos homófobos es el portal inmobiliario Idealista, entre otras cosas por iniciativa de sus fundadores, los hermanos Jesús y Fernando Encinar, ambos homosexuales, y que desde un primer momento quisieron hacer del espacio de trabajo un lugar diverso y tolerante. Para Fernando, “Idealista fue revolucionaria desde el principio porque apostamos por la diversidad e incluimos al colectivo LGTB. Por ejemplo, allá por el año 2000, en la fiesta del Orgullo Gay poníamos la banderita al lado de nuestro logo, y eso generaba discusiones ya que era un época difícil y no estaban normalizadas otras orientaciones sexuales con el Gobierno de Aznar”.

Según el cofundador de Idealista, la clave está en “normalizar lo que ya de por sí es normal”, que en el ámbito laboral alguien pueda hablar libremente de su orientación sexual. A día de hoy, “es habitual que los jefes conozcan el equipo de fútbol favorito de sus empleados pero no si les gustan los hombres o las mujeres, y eso es un problema”, apunta. “Me han llegado historias de personas que en el trabajo, al hablar por teléfono con su pareja la feminiza o masculiniza para ocultar su condición, y eso es algo que nunca debería ocurrir”.

Si Estados Unidos tiene un gran líder empresarial como Tim Cook que ha mostrado abiertamente su condición LGTB, España adolece todavía de representantes en los puestos más altos. “Mi hermano Jesús sigue saliendo en todos los ránkings porque hay pocos empresarios que hayan declarado una orientación que no sea heterosexual, y la mayoría son del ocio, pero, por ejemplo, no se sabe nada de los grandes directivos del Ibex 35. No obstante, pienso que la normalización e inclusión en las empresas debe ser una apuesta de arriba a abajo”.

Labor incipiente

A nivel general, y en aras de mejorar la inclusión en las compañías, existen iniciativas como el Grupo Empresas Gay Friendly, nacido hace cuatro años y al que pertenecen más de 1.500 empresas. Jokin Egaña, uno de los responsables del grupo, cuenta que parte de su actividad pasa por “hacer charlas a los empleados, a las que intentamos siempre que vayan los miembros de la dirección”. Con su labor intentan advertir contra prácticas que van “desde el acoso hasta el bullying, pero también luchamos contra muchos prejuicios. Hay aspectos sutiles y que se notan en el tratamiento, que muchas veces no es el adecuado”. Pese a la gran cantidad de asociados, Egaña denuncia que “solo hemos llegado a pequeñas y medianas empresas”, y por eso anuncia que van a llevar a cabo un Congreso “para atraer a las grandes empresas, que también necesitan aplicar políticas inclusivas”.

Los lentos avances en la inclusión y normalización de la comunidad LGTB en el espacio laboral contrastan con la apuesta empresarial cada vez más fuerte por la clientela de este segmento. Juan Pedro Tudela, fundador de Diversity Consulting International, es uno de los empresarios homosexuales más reconocidos y también figura entre los organizadores de Fitur Gay LGBT. Sobre su experiencia en la feria, creada con el objetivo de “a cercar a las empresas del mundo hetero al mundo gay, para que capten ese tipo de clientes”, resalta que “empezamos cuatro expositores y ahora hay más de 200 marcas representadas y unos 40 stands, con patrocinadores como Iberia o Coca Cola”. Sin embargo, no olvida que muchas “entran principalmente en el segmento por el dinero y el valor añadido que les aporta incluir al colectivo LGTB en su negocio”.

Las hermanas Wachowski alzan la voz

EN un mundo mayoritariamente blanco, masculino y heterosexual como el de Hollywood, el director de cine Andy Wachowski dio un paso al frente la semana pasada y, como en el pasado hiciera su hermana Lana, anunció que es una mujer transgénero.

“Así que sí, soy transgénero”, explicó Lilly Wachowski, su nuevo nombre, en un comunicado publicado en Windy City Media, un medio especializado en temas de la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) de Chicago, en el que explicaba las razones de su anuncio al tiempo que reivindicaba su identidad. “Cuando vives como una persona transgénero es difícil de ocultar. Sólo quería-necesitaba algo de tiempo para tener la cabeza en su sitio y sentirme cómoda”, argumentó la realizadora y co-creadora de Matrix, quien también señaló que lo hizo público por miedo a que la prensa revelara su historia.

Lilly Wachowski (48 años) siguió de esta manera los pasos de su hermana Lana (50), antes conocida como Larry, quien en 2012 comunicó que era una mujer transgénero durante la promoción de la película (Cloud Atlas) El atlas de las nubes. Lana recibió ese año el Premio Visibilidad de la organización LGBT Human Rights Campaign y en su discurso de agradecimiento recordó una frase de uno de los personajes del filme: “Si hubiera permanecido invisible, la verdad se habría quedado oculta y yo no podía permitir eso”.

‘MATRIX’ Las hermanas Wachowski saltaron a la fama al crear la trilogía de ciencia-ficción Matrix (1999-2003), un filón de oro protagonizado por Keanu Reeves que mostró las intenciones de las cineastas de plantear historias ambiciosas, complejas y con un sustrato reflexivo. También dieron en el clavo con el subversivo y estimulante guión de V de Vendetta (2005), mientras que en la dirección encadenaron posteriormente títulos descafeinados y notables tropiezos como la citada El atlas de las nubes (2012) o El destino de Júpiter (Jupiter Ascending) (2015).

No existen muchos casos de personas del mundo del espectáculo en Estados Unidos que hayan declarado públicamente su condición de transgénero. El año pasado alcanzó gran notoriedad el anuncio de la estrella televisiva y exatleta estadounidense Bruce Jenner, quien afirmó ser una mujer transexual y pidió ser llamada Caitlyn.

FICCIÓN También en la ficción se han visto avances interesantes en la representación de personas transgénero como en la aclamada serieTransparent, protagonizada por un muy elogiado Jeffrey Tambor, o la película La chica danesa, cuyo reparto lideró Eddie Redmayne para relatar la historia de Einar Wegener, el primer hombre que afrontó una operación de cambio de sexo. No obstante, la caracterización uniforme de la sociedad sin prestar la debida atención a las minorías continúa siendo un obstáculo muy relevante en Hollywood. Un reciente y exhaustivo estudio de la Universidad del Sur de California (USC) aseguró que en las películas y series de 2014 y 2015 sólo el 28,3 % de los personajes con diálogo no fueron blancos mientras que el 2% fueron gais, lesbianas o bisexuales. Incluyendo también a las personas transgénero, cerca del 75 % de los personajes LGBT fueron hombres y casi el 80% del total fueron blancos.

“Ser una persona transgénero no es fácil. Vivimos en un mundo mayoritariamente obligado y binario en cuanto a género. Esto significa que, si eres transgénero, tienes que enfrentar la dura realidad de vivir el resto de tu vida en un mundo que es abiertamente hostil a ti”, apuntó Lilly Wachowski en su comunicado. “Mi realidad -zanjó- es que he estado transicionando y lo continuaré haciendo toda mi vida”.

Fama para combatir el ‘bullying’

Artistas como Justin Timberlake, Lady Gaga o Taylor Swift confiesan que fueron víctimas de acoso en la escuela

Las víctimas de bullying tienen un rostro, una edad y una vida, pero la presión del acosador hace que quieran pasar desapercibidos, dejando de lado su identidad. Quienes han padecido de acoso saben lo difícil que puede ser superar las continuas burlas y ataques. “Puedes dejar que te destruya o usarlo como motivación para soñar en grande. Nunca fui invitada a fiestas y ahora agradezco haber estado en casa tocando la guitarra hasta que mis dedos sangraran”, reconoce la cantante Taylor Swift, una de las mujeres más poderosas segúnForbes.

Ante el creciente problema social, en España afecta a uno de cada 10 alumnos, muchos famosos han alzado la voz y plantado cara. Con las confesiones de lascelebrities se cae el mito de que existe un perfil de víctima, pues no siempre son personas introvertidas. Así lo deja claro el caso de la actriz e icono sexual, Megan Fox, o la oscarizada Kate Winslet o incluso la ahora reivindicativa Jennifer Lawrence, quien tuvo que cambiarse de escuela por los insultos de sus compañeras.

“De pequeño sufrí acoso escolar”, confesó Justin Bieber en el programa Showbiz Tonight. Su tocayo Justin Timberlake también fue blanco de burlas. “Me molestaban todo el tiempo porque estaba en el mundo de la música y las artes”, aseguró el intérprete en el programa de Elle DeGeneres.

Otras estrellas que han expuesto sus casos con el fin de alertar a sus seguidores sobre lo delicado que es el acoso, que ha cobrado cientos de vidas, son Christian Bale, Mila Kunis, Miley Cyrus, Tom Cruise o Lady Gaga. La modelo Tyra Banks contó que en el colegio la llamaban cabeza de bombilla; mientras que el actor Chris Colfer recordó que lo encerraban en las taquillas y hasta Rihanna fue discriminada por sus compañeros por no ser tan negra.

Unidos por la causa

En España el movimiento #NiPasoNiMePaso ha sido el vínculo que ha unido a personalidades del deporte y el entretenimiento para frenar el bullying. Las mentes detrás de la iniciativa son Andrea Caña y Mateo González, locutores de MegaStar FM. “Hace casi un año nos llamó Carmen, una chica de Barcelona. Nos contó que había sufrido mucho por las burlas de sus compañeros pero que gracias a la música había logrado superarlo”, cuenta por teléfono Caña. A raíz de esa llamada los presentadores aprovecharon su influencia mediática y lanzaron el hashtag, que pronto se convirtió en trending topic. A punto de cumplirse el primer año de aquella confesión decidieron llevar el movimiento más allá de las redes sociales. “Lanzamos una petición de firmas en change.org para que el Gobierno establezca de manera urgente y por ley, un protocolo anti bullying en todos los centros escolares de España”, explica Caña.

bulling rosi de palma

A este movimiento que en una semana ha alcanzado más de 70.000 firmas se han sumado la actriz Rossy de Palma, el jugador de baloncesto Rudy Fernández Farrés, la jugadora de bádminton Carolina Marín, la agrupación Auryn o el dj Fonsi Nieto. “Yo con el bullying #nipasonimepaso. Tu diferencia te hace único”,tuiteó el delantero del Sevilla Fernando Llorente.

bulling carolina marin

Un poeta iraní exiliado por su identidad gay pide asilo en Israel

Payam Feili: “Nada cambia en Irán para los homosexuales pese a las elecciones”

El poeta y novelista iraní Payam Feili

El poeta y novelista iraní Payam Feili, de 30 años, se exilió de la República Islámica en 2014 tras haber sido acosado y detenido por mostrar abiertamente su identidad homosexual en sus obras. Después de permanecer año y medio en Turquía, logró a finales del año pasado un visado de tres meses para asistir al estreno de la versión teatral de una de sus novelas en Tel Aviv. Tanto el Estado judío como Irán, que rompieron relaciones en 1979 tras la caída del sah de Persia, prohíben a sus ciudadanos viajar a países considerados enemigos. Pero Feili ha obtenido ya una ampliación de su estancia en Israel hasta el próximo octubre mientras se tramita la solicitud de asilo que acaba de presentar.

“Las elecciones que se han celebrado ahora en Irán no van a cambiar nada, todo es puro teatro y el resultado está fijado de antemano por el régimen”, asegura el joven escritor exiliado. “Conservadores, moderados y reformistas son todos iguales, y para un gay las cosas no van a cambiar nada. Mientras todo siga igual no voy a volver allí”, explica Feili, cuya cuenta de correo electrónico fue manipulada en Irán mientras su blog quedaba bloqueado.

De delicadas maneras, las uñas pintadas de color violeta y con un vistoso anillo turquesa, el poeta iraní se alejó por unas horas del ambiente liberal de Tel Aviv, donde reside, para comparecer ante un grupo de periodistas extranjeros en Jerusalén. En la conservadora Ciudad Santa, un judío ultraortodoxo apuñaló a varias personas el pasado verano en la marcha del orgullo gay y causó la muerte de una adolescente.

Cuando el entonces presidente iraní Mahmud Ahmadineyad visitó en 2007 la Universidad de Columbia en Nueva York, afirmó que en su país no había gais. Lo cierto es que la práctica de la homosexualidad es ilegal en Irán y se castiga con penas de cárcel, aunque en la práctica resulta difícil probar las acusaciones según la ley islámica, que exige cuatro testigos. Al amparo de esta discriminación, Feili ha solicitado asilo en Israel, donde existe una activa comunidad gay —especialmente en Tel Aviv— que se manifiesta abiertamente en la sociedad civil y que cuenta con representantes en el Parlamento.

Hagai Kalai, abogado del escritor iraní, confía en que su cliente recibirá pronto la condición de asilado para que pueda establecerse en Israel. “El suyo es un caso muy poco habitual”, reconoce el letrado, “los homosexuales palestinos que quieren escapar del agobio que sufren en la conservadora Cisjordania tardan años en ver reconocidas sus peticiones para exiliarse en Tel Aviv”. En Israel hay 50.000 africanos procedentes de Eritrea, Sudán y otros países que sufren conflictos, pero solo unos pocos han recibido asilo.

“Conozco su situación, pero mi caso no es el mismo, tiene unas circunstancias particulares”, argumenta Feili, quien fue detenido en tres ocasiones entre 2010 y 2014 en Irán. Ha publicado nueve obras en farsi que giran en torno a la homosexualidad. Su última novela corta, Creceré, daré frutos… higos —representada en Tel Aviv en versión escénica—, trata sobre la relación amorosa entre dos soldados durante la sangrienta guerra entre Irán e Irak en la década de los ochenta. Su primera colección de poemas, La plataforma del Sol, fuecensurada en algunos de sus versos antes de que se le retirara el permiso de impresión para la tercera edición. Otras de sus obras pudieron ser editadas en Estados Unidos y Alemania. Luego tuvo que emprender el camino del exilio.

Un tatuaje con la estrella de David del tamaño de una moneda de un euro asoma sobre su cuello. “Desde muy joven me fascinó la cultura de Israel. Las películas internacionales sobre el Holocausto me interesaron, y luego leí la Torá [libro sagrado judío] desde un punto espiritual y cultural”, revela Feili, quien, en una evocación del culto Bahai surgido en Irán, asegura no tener predilección por ninguna religión.

La homofobia en primera persona

Un profesor utiliza su propio caso para explicar el daño que causa el acoso a lesbianas y gais

José joaquín álvarez

Hay silencio en el aula cuando el profesor, José Joaquín Álvarez, un ovetense de 56 años, explica a los alumnos que le escuchan que lo que va a contar “le da un poquito de vergüenza”. Es ese momento en el que, viendo una película de Clark Gable, pensó por primera vez que “Podía ser mariquita”. Lo que ahora le da ese poquito de vergüenza en su época le produjo confusión, miedo y, finalmente, mucha angustia. “Era 1971, vivíamos en la dictadura y había una ley que condenaba a los homosexuales a la cárcel o al reformatorio”, explica a los chicos de primero de bachillerato del Instituto Renacimiento de Madrid (de 16 a 18 años), al que ha acudido invitado por Marisa Fernández y Asunción Aguinaco, profesoras del Centro.

Álvarez ha dado ya más de 200 de estas charlas en distintos centros educativos. “Después de salir del armario de la homosexualidad, ahora me toca el del acoso escolar homofóbico”, afirma. “Los adolescentes LGTB [lesbianas, gais, bisexuales y transexuales] tienen el triple de probabilidades de suicidarse que los otros chicos de su edad. Como profesor, lo peor que podría pasarme es que uno de mis alumnos se quitara la vida por el acoso”, cuenta a los estudiantes del centro.

Su relato sigue al periodo en que fue al instituto. “Yo tenía un poco de pluma, como ahora. A los pocos días me empezaron a pegar, a llamarme mariquita, maricón. Era como la gota china. Aún hoy, cuando oigo la palabra maricón, siento como si martillearan la cabeza. Fueron cinco años así, y entré en una profunda depresión”. Los alumnos lo ven fácil cuando añade: “Las suspendía casi todas. No podía estudiar, centrado como estaba en cómo podía resolver la situación”.

El ocultamiento, el disimulo, se hicieron parte de su vida. Ya de profesor, en la isla de La Palma, mantuvo ante sus compañeros la ficción de que tenía una novia en Asturias, y que le era fiel. “Era un comportamiento mediocre”, dice. O algo peor. Después de una hora de charla, una de las preguntas que recibe de un chico de 17 años era si no se sentía mal con tanto engaño. “Me sentía fatal, como una cucaracha”, confiesa.

Este desnudo íntimo busca explicar a los alumnos dos ideas: “La empatía y el respeto”. Es también la última etapa de un proyecto educativo que el profesor empezó hace 10 años, cuando puso en marcha la primera tutoría LGTB en un instituto, el de Duque de Rivas de Vaciamadrid. “Los alumnos gais, lesbianas, transexuales y bisexuales viven secuestrados afectivamente. No puede ser que vivas serlo como una condena. Hay que decirse que ‘ser gay también es guay’. No es una opción. Es una condición inherente”.

La charla llega a un auditorio preparado. “Los derechos de las personas homosexuales son derechos humanos, y aquí ya les hemos hablado de ellos”, dice la profesora Marisa Fernández.

Los chicos son participativos. Los mayores, preguntando al final de la clase. Los de segundo de ESO (13-14 años), interrumpiendo. También hay risas cuando dice que uno de sus problemas fue que no sabía dónde encontrar pareja y que, al estar tanto tiempo en el armario, llegó “tarde a las relaciones”.

Cuesta más el silencio de los más pequeños. Hay un intento de risitas al principio, que Álvarez —que siempre trata a los alumnos de usted— corta insistiendo en la importancia de lo que va a contar. Cuando explica que fue la transfobia la que empujó a Alan, un chico de 14 años, a suicidarse el pasado 24 de diciembre en diciembre, se oye un “¡qué asco!” de una alumna. Pero el tema es complicado, y los detalles anatómicos —¿cómo se hace pis?— son demasiado jugosos para una clase de preadolescentes ya al final de la jornada matinal de clases.

También interesa mucho la relación con la familia. “A veces los padres o madres son homófobos, pero no por malos, sino porque viven una construcción social”, explica el profesor.

Álvarez confía en que su testimonio sirva para que los alumnos LGTB de ese centro —“que seguro que los hay”— tengan una salida del armario menos complicada que la suya. Una chica interviene: “Tengo un amigo que creo que es gay, y me gustaría ayudarle a decirlo, ¿cómo lo hago?”. La respuesta no es fácil, pero la propia pregunta indica que algo del mensaje de respeto y empatía ha calado.

La discriminación en los Oscar va más allá del racismo

Los cinco candidatos -blancos- que compiten en la categoría a Mejor Actor

Los cinco candidatos -blancos- que compiten en la categoría a Mejor Actor

Corría el año 1973 y en el escenario del hotel Roosevelt de Los Angeles una joven de rasgos ligeramente indígenas y ropajes exóticospronunciaba un discurso tajante. “Como miembro de esta profesión y ciudadano de este país, no puedo aceptar un galardón esta noche”. La activista Apache solo ponía rostro al boicot, pero era Marlon Brando el que firmaba con esas palabras su repulsa hacia un gremio que, según él, maltrataba a los indios americanos. Su Oscar por El Padrino quedaba huérfano en el primer acto de denuncia racial que se recuerda en estos premios. Como Vito Corleone, el actor no soportaba el ultraje a los suyos y escupió todo su desdén hacia la cúpula de Hollywood.

Más de 40 años después, las diferencias con aquella industria hegemónica que excusaba  la masacre de una tribu indígena con el reflejo de una sociedad salvaje e indómita son puro maquillaje. Entre brochazo y brochazo, la Academia se ha olvidado de una gran parte de sus intérpretes y directores en la 88ª edición de los Oscar. Algo que la comunidad afroamericana no ha perdonado. La única película con opción al palmarés que intenta cuadrar la cuota étnica es  Straight Outta Compton. Y disfrazar la estrategia de conciliación racial es un ajuste de cuentas peligroso e insuficiente.

La realidad es que en los Oscar no hay negros por segundo año consecutivo. Así lo recalca la metralla de titulares que se ha disparado durante los últimos meses desde todos los medios de comunicación del planeta. Spike Lee, Will Smith y Jada Pinkket han recogido el testigo de Brando y anunciaron que no acudirán a la ceremonia por la falta de diversidad. Por desgracia, esta discriminación toma diferentes identidades que no reciben un espacio en los medios ni etiquetas en Twitter.

“No creo que la gente sea consciente de lo que la industria cinematográfica ha castigado a todas las comunidades étnicas. A todas las minorías”, declaraba Brando al New York Times, en un lamento todavía vigente. Y ni siquiera hace falta que sean minorías. Las mujeres, que representan la mitad de la población del planeta, continúan su cruzada al otro lado del Atlántico, junto a los latinos, asiáticos, lesbianas, discapacitados o transexuales de Estados Unidos.

¿Deberían ser las factorías de cine un espejo de la sociedad? Probablemente sí, pero eso no cambiaría que el 80% de los 6.000 miembros de la Academia tenga una media de 62 años, sean hombres, de raza blanca y abiertamente tradicionales. Hasta que el mecanismo de la industria no deje de lado la tramoya y se sacuda la caspa, las películas nominadas al Oscar seguirán siendo un reflejo de su mundo ficticio de opulencia y exclusión.

Lo que Hollywood esconde en el armario

“Tom Hanks, Philipp Seymour Hoffman y Sean Penn han ganado un Oscar por interpretar a hombres gays. ¿Por qué no lo he ganado yo por representar un rol heterosexual?”, declaraba Ian McKellen a The Guardian, afirmando que la homofobia es un mal mucho más arraigado en la industria que el racismo.

Hace un año, la organización GLAAD lanzó un estudio que denunciaba que los Oscar dan una imagen “en general grotesca” del colectivo LGTB. Defienden que la presencia en el palmarés de películas como Brokeback Mountain, Philadelphia oMilk, o del terremoto lésbico Ellen Degeneres al frente de la gala son anecdóticas. Una acusación que no ha rasgado las vestiduras de la Academia, que contaba este año con varios fichajes para la causa que se han quedado en el banquillo. Sin entrar en polémicas trans o juicios de valor, Hollywood ha dejado escapar a sus gallinas LGTB de los huevos de oro con la escasa visibilidad de  Carol y La chica danesa.

Quizá han sido demasiados los frentes abiertos, o quizá solo se han hecho eco del exagerado alboroto que han provocado ambas cintas. “Las mujeres deben enseñar menos en las escenas de sexo”, dijo la cadena de televisión ABC mientras rechazaba emitir el tráiler. “Es demasiado sexy para la televisión”, se excusaban desde la distribuidora, donde también tomaron la decisión de mostrar a Cate Blanchett y Rooney Mara por separado en las imágenes promocionales. Algo que no se había visto en otras películas de temática homosexual como  La vida de Adéle, Los chicos están bien o, por supuesto, en Brokeback Mountain. Como critican desde el blog de IndieWire, “es triste que el romance lésbico siga viéndose como objeto de deseo masculino” y, en consecuencia, censurado como tal.

El estereotipo como bandera cultural

La categoría preponderante en Hollywood es el blockbuster, una especie de género anárquico que no merece respeto a nadie y se rinde ante todo lo que sea puro espectáculo. Según esta ley no escrita, las licencias artísticas a la hora de representar etnias y culturas están permitidas. A diferencia de la Berlinale, los Oscar no son un documental de los problemas sociales de la actualidad. No hay refugiados, no hay Oriente Medio, no hay Michael Brown ni matanzas en Ferguson, no hay violaciones ni extorsión por parte de los capos de la industria.

El único reflejo de la India premiado fue el de Slumgog Millionaire, que aderezaba el olor a miseria de los suburbios de Mumbai con bailes Bollywood llenos de color y felicidad. Benicio del Toro es una cara bienvenida sobre la alfombra roja con cintas como Traffic y Sicario, que subrayan el narcotráfico de Latinoamérica. Y las películas de ambientación asiática que recordamos sobre el atril de los Oscar, como  Memorias de una geisha, Cartas desde Iwo Jima oMemorias de nuestros padres están -sorpresa- producidas y dirigidas por Steven Spielberg y Clint Eastwood.

“Nuestra cultura forma parte vital de la realidad del país, pero se considera como algo exótico”, escribió el cantante y actor panameño Rubén Blades, uno de los pocos miembros latinos del juzgado de la Academia (representan solo el 2%). “La diferencia está en que no ejercemos ningún tipo de presión [en la industria] contra los que nos estereotipan o nos atacan”, afirmó respecto a la escasa repercusión de la lucha de otras razas. 

Sufragistas, la batalla esencial de las mujeres que ha sido ignorada en los Oscar

Sufragistas, la batalla esencial de las mujeres que ha sido ignorada en los Oscar

Mujeres: la coctelera de la discriminación

“Es inexcusable que vayamos por el mundo proclamando la igualdad de la mujer en otros países y que no tengamos los mismos derechos en Estados Unidos”, decía Patricia Arquette en su discurso por Boyhood. Sin duda, el año pasado las mujeres alzaron su bandera para denunciar una brecha salarial de la que no se libra ni la meca del cine.  Hombres, directoras y periodistas apelaron al feminismo necesario en sistemas retrógrados y algo casposos como el de la Academia de Hollywood. 

La caja de Pandora se abrió hace un año, pero nadie se ha encargado de paliar sus efectos en esta edición. Los Oscar, al igual que los Goya, nominan lo que escriben y dirigen los hombres, y lo que peinan y visten las mujeres. Además, la edad sigue siendo un estigma injustamente relacionado con ellas. “Todos hemos visto como James Bond se iba haciendo más y más viejo, mientras que sus novias eran cada vez más jóvenes. Es muy molesto”, decía Helen Mirren.

Ahora bien, si metemos en una coctelera todas las discriminaciones anteriores, el resultado es desolador para la cuota femenina. A las negras les concederán papeles de mucama o de chica marginal del Bronx. Las latinas representan el prototipo hipersexualizado de la belleza curvilínea subida de tono. Y las protagonistas de una historia de amor lésbico serán acusada de alimentar las mentes obscenas de aquellos que vean la película como un sucedáneo al porno.

Queda un camino largo y exasperante a la sombra de los dinosaurios de la Academia. Pero alguien va a tener que tomar a la fuerza los atriles, como hizo Marlon Brando en 1973, para inyectar una dosis de realidad a este mundo de fantasía.

Uno de cada cuatro delitos de odio en España es por ideología

Jorge, víctima de homofobia, en San Lorenzo de El Escorial

Jorge, víctima de homofobia, en San Lorenzo de El Escorial. LUIS CUERVO

Casi cuatro delitos de odio al día en España. Las Fuerzas de Seguridad detectaron el pasado año 1.324 casos, lo que supone un aumento del 13% respecto a 2014, si bien este incremento se debe a la incorporación de dos nuevas modalidades hasta ahora no contempladas: delitos por discriminación en razón de género y por ideología.

Y es precisamente esta última categoría la que pasa a ocupar el segundo puesto en el ranking de las motivaciones del odio, solo por detrás del racismo y la xenofobia. “Hablamos de ideología entendida como las ideas fundamentales compartidas por un sector de la sociedad en materia de política, cultura, deporte, moral….”, ha explicado el ministro de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, quien este miércoles ha presentado un avance del balance de la criminalidad de 2015. En la mayor parte de los casos (el 77%), las víctimas de delitos por odio ideológico fueron hombres.

Del total de delitos, la mayoría (506, el 38,2%) fueron por racismo y xenofobia, lo que supone un aumento del 6,5% respecto a 2014. Le siguen los ataques porideología (308, el 23,3%), si bien no puede calibrarse si ha habido variación respecto al año anterior porque en aquel balance no se incluía esta categoría. Sí pueden compararse los ataques a personas con discapacidad: 224, casi el 17%, lo que implica un incremento del 12,6%.

Se registraron 168 delitos por orientación sexual, lo que supondría una caída del 67% respecto a 2014, aunque ésta se debe a que en el anterior balance se incluían en esta tipología delitos en razón de género. Precisamente éstos supusieron el 1,8% del total. Continúan en aumento los delitos contra personas sin recursos (aporofobia): 15 en 2015, un 36% más que en 2014, si bien podrían ser muchos más, dado que este es el tipo de delito de odio que menos sale a la luz por las características y situación de sus víctimas. Por el contrario, los delitos por antisemitismo – (nueve , un 0,7% del total)- caen un 62,5%.

Fernández Díaz ha explicado que el aumento del 13% de los delitos se debe a unperfeccionamiento en la metodología y recogida de datos (que ha relacionado con una mejor formación de las fuerzas de seguridad), así como a la introducción de dos nuevos ámbitos: la discriminación por razón de género y la ideología. El balance definitivo verá la luz dentro de dos semanas.

Tipos de delitos

Por tipologías delictivas, se registraron 240 lesiones (18,1%), 205 amenazas(15,5%), 113 injurias (8,5%) y 88 actos racistas, xenófobos y de violencia en el deporte (8,5%). En 86 casos hubo daños (6,5%), y hay constancia de 58 delitos de abuso sexual, de 49 vejaciones de carácter leve, además de 38 delitos contra la Constitución.

En lo referente a víctimas, el 60% fueron hombres frente al 40% de mujeres, y más del 10% menores, un dato inferior al de años anteriores, algo que el ministro ha atribuido a las medidas tomadas en este ámbito. No obstante, ha destacado que en 2015 fueron detenidos por delitos de odio 60 menores, una cifra “que implica especial alerta, sobre todo a nivel educativo”. Por tipología, los ataques por racismo y xenofobia y por ideología se dirigieron mayoritariamente a hombres: en el 77% de las ocasiones en el caso de la ideología, el 59% por racismo. También en los delitos por aporofobia la mayor parte de las víctimas fueron varones (69%).

delitos de odio 2016

El ministro en funciones ha pedido “tolerancia cero” ante estos delitos y ha recordado que “el Gobierno está en funciones, pero no así los delincuentes“, en referencia a las iniciativas previstas para 2016. Entre ellas están los proyectos de investigación, que incluirán una mejora en la recogida de los datos y en la gestión de esos delitos, así como un cuestionario de atención a las víctimas, con el objetivo de proporcionarles una mejor atención y de fomentar la denuncia. “Estamos en el principio del camino en nuestra lucha contra los delitos de odio, porque muchos no se denuncian, no llegan a conocerse“, ha resaltado el titular de Interior.

Fernández Díaz ha señalado que la presentación pública de los datos busca “poner de relieve la amenaza que sufren determinados colectivos vulnerables, concienciar a la sociedad en general y a los medios de comunicación en particular, adoptar una filosofía de tolerancia cero, y lo más importante, animar a las víctimas para que reúnan el valor y la fuerza necesaria para denunciar”.

Además, ha subrayado las iniciativas puestas en marcha en este sentido, como el Protocolo de Actuación para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para los Delitos de Odio aprobado en 2014, que ha sido actualizado por las reformas legislativas aprobadas en 2015. Una de ellas, la reforma del Código Penal, “ha mejorado la tipificación de las conductas que no estaban contempladas hasta el momento, como la comisión de estos delitos cuando se produzca a través de Internet“, ha afirmado el ministro.

Directamente relacionado con esto, ha destacado la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal “que ha creado la figura del agente encubierto informático, que faculta a los agentes a investigar la difusión en las redes sociales de mensajes ofensivos que incitan al odio y la violencia, o aquellas publicaciones en Internet que contengan contenidos que puedan constituir delitos de odio”.

Hasta el 80% de los delitos podrían seguir ocultos

Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, una de las organizaciones del tercer sector que han asistido a la presentación, ha manifestado a EL MUNDO su satisfacción ante el “notable avance” registrado en los últimos tres años que coloca a España “en el número uno a nivel europeo en la lucha contra los delitos de odio”. Subraya la mejora a la hora de establecer las categorías de delitos, si bien insiste en que “nos encontramos en una situación deinfradenuncia con una cifra oculta del 80%”. Según sus cálculos, los delitos de odio en España ascenderían a 4.000.

A petición de Ibarra, Fernández Díaz se ha comprometido a sentar las bases de unPlan Integral para delitos de odio similar al que se está aplicando en la trata de seres humanos y la violencia de género y, “en la medida que podamos, crear una oficina nacional para los delitos del odio”, si bien “como gobierno en funciones, la capacidad legislativa es limitada”. No obstante, se ha mostrado seguro de que “venga quien venga, es difícil que una iniciativa de estas características retroceda”.

Por su parte, la FELGTB se ha felicitado de que este nuevo informe corrija “por fin” la recogida errónea de los dos anteriores (2013 y 2014), en los que el número de denuncias de víctimas de delitos de odio por razón de orientación e identidad sexual era mucho mayor y por causas diferentes a las que las organizaciones LGTB estaban recogiendo. “Según muestra el informe, este año se han contabilizado 168 agresiones e incidentes por esta causa, frente a las 523 de 2014. Este descenso no muestra realmente una disminución de los delitos, sino una forma diferente de catalogarlos”

Como en el caso de Ibarra, resaltan que hasta el 70% de los casos de odio por orientación sexual no son denunciados. “La cifra de agresiones, por tanto, si extrapolamos datos, superaría el medio millar. Es decir, aunque se está trabajando en la recogida de datos y en la aproximación de los cuerpos y fuerzas del estado a las víctimas, seguimos hablando de un colectivo bastante invisibilizado y expuesto a grave riesgo de sufrir violencia”.

Trata de seres humanos

En la comparecencia, Fernández Díaz ha presentado también el avance de los datos relativos al tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual y laboral. El pasado año, las fuerzas de seguridad liberaron a 133 víctimas de trata con fines de explotación sexual y a otras 650 explotadas sexualmente. De ellas, 22 eran menores de edad. El perfil más habitual es el de una mujer de nacionalidad rumana (21% de los casos) con una edad entre 23 y 27 años y en situación de estancia regular. La actuación policial supuso la desarticulación de 42 organizaciones criminales y la detención de 471 personas, de nacionalidades rumana, española y nigeriana, principalmente.

Además, se realizaron 3.007 inspecciones administrativas de locales donde se ejerce la prostitución, durante las que se detectó a 13.879 personas en riesgo de ser víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Los clubes de alterne, con más del 74% de las inspecciones, son los lugares con mayor número de personas en situación de riesgo detectadas.

En cuanto a la trata de personas con fines de explotación laboral, en 2015 fueron detenidas 346 personas. De ellos, 79 lo fueron por trata de seres humanos laboral; la mayoría de los arrestados eran hombres procedentes de Rumanía, pakistán, Lituania y España. Los 267 restantes fueron detenidos por explotación laboral; la mayoría son españoles, seguidos de rumanos y paquistaníes. En cuanto a las víctimas, fueron liberadas 810 personas, de las que 134 estaban sufriendo trata (la mayoría procedentes de Portugal) y 676 estaban siendo explotadas laboralmente.

En cuanto a la actividad preventiva, el año pasado se llevaron a cabo 4.312 inspecciones contra la trata con fines de explotación laboral, en las que 10.835 personas fueron detectadas en una situación de riesgo, en un 28% de los casos, en el sector agrícola. Se levantaron 187 atestados policiales, se desarticularon 15 organizaciones criminales.

El perfil más habitual de víctima de trata para explotación laboral es el de unhombre de 38-42 años y nacionalidad portuguesa en situación regular. El perfil del explotado laboralmente (sin que medie trata) es sin embargo el de una mujer de entre 28 y 32 años y nacionalidad rumana, también en situación de estancia regular. En el caso de la trata con fines de explotación sexual, hablamos de una mujer rumana (21%)de entre 23 y 27 años y también en situación regular.

Durante su intervención, el ministro ha destacado las iniciativas adoptadas durante la Legislatura para mejorar la lucha contra la trata, poniendo el acento, por un lado, en los “esfuerzos” en formación de agentes y por otro, en medidas como el Plan Integral con vigencia hasta 2018 o el Estatuto de la Víctima, la reforma del Código Penal y el Registro de Delincuentes Sexuales. Ha señalado que el Gobierno y las Fuerzas de Seguridad se encuentran especialmente “sensibilizados” con las víctimas de trata en todas sus modalidades que “permanecen invisibles y ocultas a gran parte de la sociedad”.